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CAPITULO 5 historia de la literatura argentina Echeverria : Te eee e cr eae eel CAPITULO la historia de la literatura argentina 9. Echeverria y la realidad nacional Este fasefculo ha sido preparado por el profesor Noé Jitrik, redactado en el De- partamento Literarie del Contro Editor do América Latina, y ha tenido una lectura final a cargo del profesor Adolfo Prieto. CAPITULO constituira, a t sus 56 fasciculos, una Histo Literatura Argentina, of légicamente desde la G Colonia hasta nugs terial grafico con Historia, estrecham: el toxto, brindaré a 13 tura y del pal a su vez, un tral pleto sobre un aspeeto, periodo o autor de nuestrat En CAPITULO N° 10: EL NACIMIENTO DE LA Echeverria y la realidad nacional La obra y Ja accién de Esteban Eche- verria configuran.xmo de los momen- tos decisivos para la cultura nacional Es-un momento de tninsito en el que ruevas concepciones se abren paso, por st intermedio, hasta permitir eam: bios totales de fisonomia, Esto ocure con Echeverria, en el eampo literario, por tres razones fundamentales: 8) EL haber introducido el roman “cismo europeo en nuestra liter fura, adelantandose en exto a a Espana; DPhaber inawgurado la Wteratura | ‘nacional moderna al descubrir lx forma de incorporar temas locales; €) haber inieiado una linea narrativa fealty critica En el campo de las‘ideas }u aporte no es menos importante a) es el fundador de una tendeneia, Al Tiberalismo modem, que va & adquirir forma politica definitiva para el pais en 1880; b) es el_macstro_de_una_brillante Beneracion dle jvenes argentinos {que finalmente se convierte, des- pus de la eaida de Roses (a la ual contribuye enérgicamente), en Ia base de cobesién de una clase social, la alta burguesia. liberal, que controla el desarrollo Thasta nuestros dias. Esta influencia es ejercida por vertia a través de si prodhuceién raria, como poeta y eseritor, de sus eseritos doctrinarios; de su liderazgo intelectual, y de sx capacidad organi- zadora eQidl es el pats sobre el que quiere fpliear nucvas ideas? ¢Cudl es el es ppeeticulo que se rechaza y se quiere superar? Echeverria no lo advirtié desde el edinienzo sino a partir de un momento dado, a partir de su regreso e Furopa. Por eso, para tener una idea del iimbito en el que debia ejer- er su accién, es importante conside- ar una fecha como clave, el 15 de octubre de 1825, dia en que Esteban Echeverria se embarea rambo a Euro- Qué paso hasta entonces? Con ‘qué Se encuentra al volver? Archivo Historico Dede los dias de ol pals y dad de Buenos Alves, ha sido do acontecimientos muy” compliatos que giraban todos en tomo aos ee tater mis comelativat guernss par To- frarla; y, por otra parte la organi ‘acién. do log seetoresnkernos los contelativos conflict. Todo esto va endo Togar al surgimiento de: ten- Ae intereses, Io cual termina por en- fendrarbisicamente dos polis: la de Buenos Airs ia del interior En efecto, Buenos Aires, privilegada por su pueito y su comercio, prelen: Be tener el monopolio de ln’conduc- cién de la guerra, del reclutamiento ¥ de ls producclon. Exige que el im. lotr se pllegue a sus modos de con- Siderar el presente y cl futuro, Esa prvitiin “pone en viens’ doe existe un g7upo, al que podemos l= mar “burguesia portefia” genérica- mente, ‘compuesto de comercantes, terratenlontes y hacendados de Bue: now Aires, que aspiars al. control total del pals en pro de su sola gran- Sera, Est unateraiadprova 0- ey fricetones primero y inalmente, In closién de Gn tipo de. persousles politicos ‘may caacteristcor de la ida argentina, Ie eaudilos,euyo prt mner vocero er sin dida Artigas quien ya en 1813 pide a la Asamblea la iroplantacién ‘del sistema federal, ia sates nortesmesican, En Buenos Aires se observa sobre todo una tendeneia a la consolidacion del rip burgués que hizo a Revolt Shane ean yen una. sere. do-conceptos sobre poles y- cultura bisieamente copia fos-0 adaptados, en el mejor de los ‘aso, de Europe. Hasta bien avanza- ada, se puede hablar nis dante, y do vn partido del inten, Unitarios y Federales.— En un primer momento, hay en Buenos Ai- | | (leo de Charton, existente en la Fac. de Filosofia y Letras de Buenos Aires) Esteban Echeverri de Revistas Argentinas | www.ahira.com.2F EL influjo de la obra y del pensamiento de Esteban Echeverria fue notable tanto en la formacién de nuestra literatura como en la introduccién, en ol pais, del liberalismo moderno, tendencia que habria de presidir la organizacién nacional. Recova vieja y pirdmide (acuarela de Pellegrini, 1820) ¥archivo Historico de Revistas Ar: gentinas re, una zelativa niformidad dee terios. Pero poco a poco va pene- trando Ta problemétice, total, hasta que se asiste al surgimiento’ de un partido federal opuesto al denominado directorial. Hay'ya a partir de 1816 ‘una pugna por el poder entre ambas fracciones. Sin embargo, y por deba- jo de las formulaciones politieas, se va perfilando una “elase decente’, cuyos miembros son alternativamente y durante los présimos 20 afios uni tarios o federales, roristas 0 antirro- sistas. EI conilicto porteiio concluye mezclarse con las exigencias del interior, todo Io cual culmina en la Mamada “anarquia del aio 20”, Gran crisis de la que sale triunfante el Viejo directorialismo remozado ahora por la presencia y la gravitacién de un hombre lamado a cumplir un pel fundamental: Bernardino Riva Quién es Echeverria: Su biogra- fia, —Todo este marco referencial tiene gran importancia para compren- der la figura de Echeversia, en parte porque toda su obra tiene un gran contenido histérico, en parte porque el sentido principal de su obra tiene mcho de reaccién contra. 10 visto. y Vivido, contra lo aprendido en toda Ia época de la que se aleja al em- Darearse en “La Joven Matilde”, rum- bo a Parts. José Esteban Antonino Echeverria (a1 apellido quiere decir “casas mue- yas’, en vasco) nacié en Buenos Aires 1 2'de septiembre de 1805, Su padre fue un comerciante vasco y se llamd José Domingo. Su madre, Martina Espinosa. Su padre muere en plena infancia de Echeverria y_al parccer €l_y sus nueve hermanos quedan a cargo de un tutor que Tes amarga Ia existencia, ise hecho esth deelrrado por el propio Esteban en carta a si hhormano José Maria del 22 de marzo ddo 1826: “Nuestras despracias, mi via~ je, las negras sombras y molancolia que han abatido mi alma y hecho www.ahira.com.ar ‘easi un hibito en mi corazén, han sido adquiridas durante Ia mansion 5 asa sin embargo. mi espinta se va disipando ya de esas sombras {infundidas en mi infancia por un dés- pola”. Hizo su educacién primaria en la escuela de San ‘Telmo, perteneciente al Cabildo, dondo asistié desde 1516 1818 junto con su hermano José Maria. Un solo maestro —Juan Alejo Guaus-, y un ayudante, conducen a 180 nifias entre los cuales se desta- carn muchos de la época rivadavis na, Se aprende lectura, escritura, gra- itica, aritmética, doctrina cristiana ¥ politica, Desde’ luego, se infunde en esa escuela el respeto por Ia Re- yolucién de Mayo y la gesta revolu- Posteriormente a esos afios de apren- dizaje (inexplicablemente tard lo ve envuelto en amorios y en ct vvida de disipacién, Augusto Rail Cor- tazar (Echeverria, iniciador de un rumbo hacia lo nuestro) dice a este respecto: “Por otra parte, su juven- tud, més que el idealismo de las muisas, buseaba los tortuosos recodos de bailes exuivocos y ultrafamiliares en el barrio del Alto, mas alla del ‘anjén de los granados”. El mismo se Tama “carpetero, jugador de billar y libertino” (carta a Felix Frias, 1850) ¥ “unos amorios de la sangre, un ivorcio y pualadas en falso", con- ovieron su alma con tal. impetu que el cimbrén lo sacndi sin tremua hasta su muerte”, Este dato también es importante, en parte porque co- rrobora la nefasta influencia del men- cionado tutor, en parte porque esa fue su manera inicial de conectarse con Io popular, y en parte, final- mente, porque imagina o supone que esa conducta suya es causa de la muerte de su madre: “Calla por no afligirme, pero yo he creido leer on su semblante mi acusaciém y mi mar- tirio”... “yo robé al mondo aquella vida tan preciosa” * ppor,un sentimiento de culpa, sea rchivo Historico por haberse dado cuenta de los ex- tremos a que podia levarlo esa vida desarreglada, se morigera y empieza 4 estudiar con mas orden Iuego de la muerte de su madre. En 1822 apa- rece inscriplo en el Departamento de Estudios preparatorios de la. Univer- sidad. Alli estudia latin con Mariano Guerra y filosolia bajo la direceion, de Juan Manuel Fernandez de Agtie- 10. Como queda dicho, esta enseiian- za es de corte iluminista y Echeverria se entregs a esa tendencia manifes- tando admiraci6n por_sus maestros. Esa ‘admiracién se trocaria_posterior- ‘mente en critica al materialismo_y atefsmo en la medida en que se va definiendo el espiritualismo roménti- co del cual se convierte en portavoz. Como eta caracieristico en los jéve- nes de la burguesia porteiia de en- tonces, no se limita a slustrarse segtin las tendencias en boga ni a cultivar sus inclinaciones artisticas, sino que hhace el aprendizaje del comercio en In causa Leelea Hermanos, En los 11- tos libres aprende francés y lee la poesfa y la historia de In época. Se- bastiin Lezica y Félix Pifieyro, pa- ‘ronos, protectores y amigos, lo in- citan & viajar a Paris para perfeccio- narse. La ocurrencia no tenia nada de extraordinario, porque el viaje a Paris estaba de moda, impuesto gra- cias al plan de Rivadavia de enviar jvenes becarios con, el fin de formar los profesionales de que el pais ca- Antes de ta partida, Echeverria habia comenzado a escribir. Se conocen, sin fecha, sus Cartas a tn amigo en Ias cuales lo sobresaliente son ciertas ‘observaciones relativas al campo, epi= Sodios que anticipan la anéedota fun- damental de La Goutioa, aunque el lenguaje es el neoclisico de su tiem- po. Esto prueba, por lo menos, que frecuentaba “Los Talas", zona cer- ‘cana a los indios, y que el patsaje y la temética del lugar no le eran indiferentes. de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ap, Berandino Rivadacle (luografia de Peloilain) Juan Manuel Fernéndez de Agiiero Viaje a Paris. Momento cultural en Francia. — A mediados de oc- tubre de 1825 se embarea al fin en La Joven Matilde. En la adwana, libro de satidas, figura como “comer: ciante”, Lleva pocos libros: matemé- ticas, gramética y diccionario fran- eses, y un ejemplar de La lira Argentina El viaje es accidentado y debe cam- ‘biar de barco; toma el “Aquiles” en Bahia y llega al Havre a fines de afio y @ Paris en marzo de 1826. Du- rante la permanencia en el Brasil, se informa de Ja guerra con este pals causa de Ia Banda Oriental, y en cattas a su hermano se lamenta de no intervenir en Ia contienda. En Paris, por recomendaciin de Sebas- tin Lezica, se pone bajo la tntela de Mr. Varaigne, encargado de velar ppor los j6venes argentinos enviados por el gobierno a estudiar. Varaigne To hace entrar al Ateneo, donde tudiard varias cieneias siguiendo eur s0s por separado de quimiea, geogra- fia y dibujo, todos privados Poco_a poco. sevainformando del movimiento cultural intelectual francés-que vive en e508 momentos tun periodo de cambio. En el plano estético, el romanticismo traido de Alemania por Chateaubriand. y. Ma- dane de Staél se esti imponiendo clamorosamente, y la filosofia de Ja Tiustracién ha dado_paso_al_eclec ceismo que esti empezando tambien 4 sor derrotado. Las circunstancias politicas y. sociales favorecen el na- ‘imiento- det socialismo ut6pico ci yo ‘primer gran voeero es Enrique Rouvioy, conde de Saint-Simon,y sus diseipulos Fourier, Considerant y Pedro Leroux, que és quien va a sgavitar-enormemente sobre el pen- sainiento echeverriano, sarmicntino y albrdian, peo Iuego del regres de jeverria al pais, En verdad Echeverria no parece ha- ber tenldo contacto directo con. los representantes del romanticismo 0 los pensadores revolucionarios; sf, en cambio, puede haberse empapado de Ja atmésfera intelectual y puede ha her leido los autores mas en boga. Por de pronto conliesa que después de leer a Shakespeare, Schiller, Goe- the y Byron “se siente inelinado a ppoetizar”, Io cual se concreta en una serie de ejercicios titulados Musiones. De su permaneneia en Paris data la ya citada carta a su hermano José ‘que interesa no solo por Ja referencia al “déspota” ni por si preocupacién en torno a si hermano Félix, sino por las referencias al pres- tigio que tiene Ia Argentina en el mundo, lo cual se debe a “nuestras sabias instituciones, y Ia grande opi- nin del que las forms”. Como se ine tcrrumpe la eorrespondencia a partir de 1827, no se puede eonocer Ia evo- Thicidn que tuvo su iden acerea de Rivadavia, pero es evidente que fue variando, lo mismo que respecto del neoelasicismo, de modo tal que al regresar habia pricticamente. abjue ado de sus maestros, del estilo lite: rario y del politico que encarné todas estas cosas al mismo. tiempo. El regreso. La revolucién ro- mintiea. — Por razones ccondmicas, Echeverria debe abandonar Paris vuelve a Buenos Aires en julio de 1830, justamente en el momento en que el romanticismo llega a si pic niculo y empieza su disolueibn, To primero” con la famosa batalla’ de Hernani, lo segundo con Ia aparicién de Les Oriéntales, ambas obras de Viotor Hugo. Cuando llega, el libro de entradas de la Aduana lo registra, pero ya no como cuando salié. sino omo. “literato”. Evidentemente, en 308 cinco afios los. cambios fueron muy grandes para Echeverria, En 1830 ya no esti. més Rivadavia; Ia presidencia cay sin pena ni glo- ria; el pais, que habia ganado he- roicas atalias en la guerra con ol Brasil, perdié Ja Banda Oriental. Do- | Archivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar En su viaje a Parts, Echeverria se emy : del roreaicirma que es, entonces, el movimiento estético dominante y més avanzado. Los rasgos romdnticos caracterizarén toda su obra y serd él, precisamente, quien difunda el ideario roméntico en el pais. Victor Hugo rego, emo representante del viejo federalismo portefio, liquidé las ilu- siones unitarias e intent® un acuerdo ‘con el interior, pero, a su vez, fue arrinconado y' trigicamente hecho fusilar por Lavalle que, con Paz, ha- ian vuelto del Brasil dispuestos-a no tolerar tal cambio de-rumbo-en Ia politica nacional. A su vez, Lavalle termina por eaer y deja paso a Juan Manuel de Rosas que desde hacia ‘por lo menos nueve afios se vonia preparando para acceder a la pri- mera magistratura provincial, apo- yado sélidamente en el grupo de ganaderos y saladeristas portefios tra- dicionales, beneficiados todavia mis por la enfiteusis y la refonma finan- cera rivadaviana. ‘Apenas Ilega a Buenos Aires, Eche- vertia publica dos poemas en la Gaceta Mercantil, érgano también del gobierno: Regreso y En colebridad de mayo, sin firma, poemas que in- tegrarin en 1834 Los Consuelos. La aldoana Buenos Aires advierte al poo- ta y lo celebra ereandose en su torno tuna expectativa que Echeverria va satisfaciendo en dos sentidos: publi- cando de cuando en cuando alguna composicién, como por ejemplo Pro- fecta det Plata en 1881 y El tamulo do un joven en julio de 1832, ambas en el Diario de la Tarde, 0 vinculén- dose con la juventnd inteligente y paulatinamente acaudillandola en los *Salones’ que todavia funcionan, Hasta tal punto existe libertad, que ese poema Profecia del Plata antes de la Revolucién de Mayo, en el que se exeera a los tiranos, aparece en el diario oficial. Puede suponerse tam- bién que pasa temporadas en Lujin y que, sobre todo, prepara lo que podriamos Hamar la revolucién ro- ‘mantica, Esta se produce en 1832 al publicar Elvira o la novia del Plata, on forma andnima. Este folleto no es bien re- Gbido, como se veré al estudiar su obra, En 1833, Rosas, fuera del gobierno pero condueiéndolo por detrés, orgae niza la expedicién al Desierto. Antes de dejar el gobierno, se insinuaba ya una tendeneia a la represidn intelee- tual contrada sobre todo contra Ia “Universidad, que pierde « prestigioe 0s profesores como. Fernindez de Atiiero, Diego de Alcorta, Valentin Alsina, eteétera, y en Ja que quedan Aesmantolados ailas y_gabinetes do estudio. Probablemenie, la represién intelectual iniciada por el gobierno no resulta estimalante para Echeve- rfa, A esto se suman cl silencio. en tono a Eloira y sus malestares fisicos dolores al corazin—, y al fin se marcha a Mereedes, Uruguay, donde permanece seis meses que son poétic camente muy productivos. A su re- agreso hace conocer La Diamela y el Adids al Rio New, y resorva otras producciones que agrupa en Los Consuelos, aparecido en 1834. Es el primer libro de poemas compuesto or un poeta argentino en Buenos Aires: El éxito més notable acompafia sta obra. Para Gutiérrez fue “una verdadera_revolucién” y Florencio Varela, pese_a surigido neoclasicis- tno, saludé a su, autor como a un “verdadero pocta” (carta del 19 de diciembre de 1834 a Juan Maria Gu- tigrre2), Entretanto, Echeverrfa._va_compo- niendo su poema principal La Cau- ‘iva que, encabezando su libro Rimas, aparece en 1837, en plena madurez intelectual y formal del poeta, euan- do en sn tomo se agrupan hombres como Gutiérrez, Alberdi, Cané, Qui- roga Rosas, Frias, Vicente F. Léper, Garlos Tejedor, Thompson, etoétera. Gon todos ellos participa en EL Salén Literario. Su liderazgo vs all indis- cutible. El poema tiene gran res0- nancia, es muy celebrado, y significa tuna sintesis, una adaptacién de las dloctrinas y"preceptos romanticos. 2 nuestra realidad. En sus dos Lecturas para el Salén, por otra parte, Echeverria hace uh anilisis de a situacién intelectual y Archivo Siacas ico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar / ‘os anilisis econémieo, Un_examen / de los conceptos que manoja Tndiea ppor Io menos estas ideas: superocién de Ta antinomia unitarios-federales, fayorecimiento_a la_produceiin_y-a. indus sitesi ete ta evtra europea y miestios elementos socia- Tes reales; idea de que un grupo tunido, una reunidn de todos los gre pos sociales, puede salvar al pais de las divisiones que lo agobian. En el fondo, Echeverria propone 1s unifi- cacién de Tos_gripos_en“una_sola Durguesia; su aeusacion- di 2 feet ao cuscro acope Tnteligencla, es que deliende Ia pro- eminencia de un solo. sector con ig- noraneia y desmedro de los restantes “La situacién politiea apremia, y el régimen se endurece. Conflictos con uidadanos franceses dan pie al blo- queo al Rio de la Plata, In guerra on Bolivia moviliza In atencién, y Rosas comienza el. periodo. sombrio de su gobierno. El Salén debe ee. rar, y- se rematan sus existencas, que quedan liquidadas en mayo de 1538 Contra Rosas. Muerte en el exi- Hio, — Esto_da_Ia_oportunidad_para a fondacién ¢ de la_histérica_Asocia- cién_de Mayo en_junio.de 1838, ins- ira en 1as_agpacion rias como Ta Joven Thalia o la Joven. Europa, de Mazzi, Echioversia es al mimen "quien redacta Tos prin- cipios de Ta ventidad, las llamadas Palabras Simbslica, Credo, Catecis imo, Creenc 0 Cédigo. Esta de la Joven Argentina, id_es um iiltimo intento “Rosas. “De haber fo Rosas su posiciin —es- cribe Echeverria— habria llamado y ppatrocinado a la juventud y puéstose 4 trahajar con ella en la obra de Ja organizacién nacional.” Pero e inti miembros deben dispersarse cuando _fanza Moral mediante el que quiere” se produce tuna delacién. Bs Echeve- fa quien redacta la Cr mm ‘puesta: de quince palabras simbilicas, s Tals, y_quien_preside Ta Asociacién, quien invita @ separarse {sus miembros, con lo cual empieza el destierro de esta. genera €l fondo, las Palabras, que Ineo en 1846, coin, la Ojeada_retrospectica formarin ol llamado Dogma Soc lista, constituyen el_primer intents orgénico de formular un ideario 1 Sonal that eu argentino. El Cédigo 0 Catecismo es conocido piblieamente por primera vez en Montevideo, el 1° de enero de 1839, en el (timo nimexo-del periddico El Tniciador. Echeverria se refugia on Los Talos Entre 1838 y 40 escribe presumible- mente El Matadero, que no publica, y-asiste desde Lujén a la Insurrec: ién en Dolores cuya gesta canta en vlado La Insurreccivn cho revolicionario, Al fin, en 1840, Eche- verria debe emigrar. Emigrar —opi- ha oquivale a inutilizarse para la Nacién, es la muerte.” Echeverria permanece diez meses en 1a Colonia donde llegé en la fragata francesa Expeditice. AIK excribe un poema Al 35 de Mayo, optimista y firme, confiado en el porvenir. Luego pasa a Montevideo requerido por sus fimigos, especialmente. Allberdi. En 1844, a pedido de Andrés Lamas, jefe polio y de policfa de Monte: / video redacta su Manual de Ense-S hhacerse conocer como pensador, no solo como poeta. En esos afios mantiene polémicas a ‘Yeces agrlas con otros emigrados co- mo Rivera Indarte 0 manifiesta su Invtabilidad a rafz de expresiones de, Sarmiento. que bien visto no tienen hada de despectivas (Viajes). Esoribe La guitarra. en. 1842 (publi- ‘eado en 1849; en el Correo de UL tramar, de Paris), El dnget catdo, Archivo Historico de Revistas Argentinas GONSUBLOS; N POESIAS ESTEVAN ECHEVERRIA. BUENOS AIRES, Impaen es Angeerina Portada de la primera edicién da Los consuelos RIMAS Fatevan Echeverria. Tortada de la primera edicton de Jas Rims www.ahira.com.akes Con La El la Argentina se anticipa a Espafia en fa iniciacién del romanticismo Elvira o la novia del Plata aparecié sin nombre de autor. El libro no gusté, 7 este rechazo produjo una gran amargura en el poeta. Sin embargo, iguraba_con él el romanticismo en stras Tetras, un afio antes que- ve de Rivas lo inaugurara en (Bspafin con el Moro expésito, terminado en 1846, y el Atellaneda, cen 18:9. Antes, en 1846, habia es- feito la Ojeada retrospectica que precede la nueva edicién de-las Pa- labras simbdlicas, formando entre ambos el Dogma socialist. Escribe El peregrinaje de Gualpe, proyecto de un poema en el que re: cuerda su viaje a Europa. Luego ‘otro esbozo, el Mefistofeles, drama- joco-serio-satirico-politien; ego vie- nen escritos de costumbres como Ja Apologia del matambre y escritos so- tore estética y literatura, recogidos en el tomo V de las Obras Completas. Hacia 1816, época de publicacién del Dogma, parecen estar cambiando las condiciones politicas_argentinas Urquiza, caudillo entrerriano, se in- teresa_por trabajos _de_exiliados en Jos que encuentra apoyo a sus pre: tensiones de_autonomia frente a Ro- sas, especialmente en lo que con- ‘cierne a Ta navegacion de los—rfos iteriores_y Ja liberaciin del-comer- io ganadero. Echeverria ve con sim ‘patia Tas inquietudes del entrerriano y le eseribe envidndole un ejemplar del Dogma. Urquiza_y_ Madariaga (caudillo_ correntino) envian las_car: tas_a Rosas, como era_de_préctica antonees, y éste hace salir a de Ane elisa la_palestra_a_polemizar_con oJ Dogina, El ‘italiano trata a Eche- vertia de trastarnado por los delirios de Fourier y Considerant y Sain Simon, En dos cartas Echeverria dese virtia las acusaciones y gana la batalla. En setiembre de 1847 Echeverria es nombrado miembro del_Instituto de Instruceiin Priblica del Urugnay, finieo eargo ocupado on su. vida._En julio de 1849, y como una conse- eneneia, pasa a formar parte de ln Universidad de Montevideo, preoe pado por los problemas de la edu- Su_dltimo escrito es um comentario a la Revolucién Francesa de 1848. Puesto quo ésa es una revolucién ‘queshace ealminar las ideas del saint- INSURRECCION DEE SUD, , * PROVINCIA DE BUENOS AIRES, EN OCTUBRE DE 189. (1) aww au 2UnETaMMUE. SUENOSAIRES, 1854, Portada de la edicién péstuma de La insurreccién del Sud Ayschivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar | | t vf i . simonisino, su andlisis es més decidi- damente saintsimoniano que el Credo pero cuidando de establecer diferen- Gias entre lo que ocurre en Eufopa- y lo que debe ser en el Nuevo Mun- do, Su. sock re dace. a Tan ide jidaridad abandon 0, $6 ta, segiin observa Alberto Palcos, de remos_del_1 Hime_que, ver con obs ands de | ese episodio, como por ejemplo Tos | de Marx = Después empieza su declinacién fi sica, La tisis lo consume, Echeverria Yenia amunciando sw proxima invert. En la carta de 1846 a Alberdi y Gu- tiérres dice: *...porque no tengo sa- Tad, ni plata, ni cosa que lo val, ni ‘esperanza, ni porvenir y converso cien ‘veces al dia con la muerte hace cerca de dos atios’. Muere el 19 de enero de 1851, antes. del pronunciamiento de Urquiza y, por supuesto, antes de Ia caida de Rosas. Se’ de estan sepultados sts nora dlén- FEST, iacional en al teipo que Te tos “vir-y en Ta misma trama de su biogr ‘figs atormentada y dramit de-Echeverria resulta mis compren sible-o, si se prefiere, aparece mejor, Glammadayque si se la separa de ese contexto vital. Pero si esto os cierto, también To es que su naturaleza_y su ger tera sso "puon ser de- terminados por el estudio de su obra “sina, por mils que este estudio se ausilie con cl valioso aporte que tal ontexto suministra, Como siempre, el tiempo histrico envuelve al hecho temporal del valor literari. Ni Ths dos es la clave de_la-explie cidn del otro. Cada cual se explica « Si mismo, Pero ambos se iuminan y se corresponden seeretamente sin de- {eriorar ni disminuir en nada sa reali intrinseca ‘Reheverria formnlé un programa est fico supeditado a un programa ideo- égico, y “wherentemente su obra se freatsé dante dou frat Cons ida su época y la que le precede, los ideales colectivos prevalecen sobre l Interatura, y difieiimente habria podi dlo sstraerse a tales imposiiones his- térieas. Justamente, lu Unica postbil ‘dad cle realizar und obra era entonces lav aceptacion ya asuncién de ese signo, ¥ el tempo demost6 que te: razon, pues los pastistas, los que per sistian en un eaducado seudoclasicis- tho aliora desconeetado ya de los nue~ vis ideales coleetivos en marcha, des- aparecieron en la frustraci6 is records ca de Echeverria queda como tna figura ‘consular, eomo la de ouuaiee decir, la de alguien de qui decitve o-disentise en Jo que’ fay_pero del qiie-p_puede presen dire " & Todo esto no impide, ya ha quedado dicho, la posbilidad, y-mas_ ain, la nueesidad, de estudiar su obra obje- tivamente! Es preciso examinar ahora fst desarrollo cxonologico esa labor literaria, destaeando en ella los dos Hitos fundamentales desu produc: mn_que constituyen_a Ta ver. tres hitos importantes en Ta historia de Ti literatura argentina. 1°: La cautioa, con la-cual el género-poetico cobra tun fuerte impulso en su desarrollo cen nuestra literatura. 2°: EL mata sgénero_cuenti sino, como veremos, el realism mo- demo. En cuanto al Dogma, corres- ponde a la labor de Echeversia como jedlogo, por To tanto serd tratado ‘en: su oportunidad, z Las primeras obras. — Dos afios después del reyreso de Echeverria {1 Buenos Aires, en 1882, aparece sin hombre de autor wa poema titulado Foira 0 la novia del Plate sin embargo na dedieatoria —A D.J.M.F— y llewa. dos epigrates Uno de Moratin: “Ven, Himeneo.- Ven, Himeneo’, y el otto del poeta Los consuelos, primer libro de versos de’‘un autor argentino Cuando en 1834 aparecié en Buenos Aires el libro de versos de Esteban Echeverria Los eonsuelos, su éxito fue inmediato. Con 1, el romanticismo asume en el Plata una forma més cabal ain que en el libro anterior de Echeverria, La Elvira, aparecida anénimamente dos aios antes. Pero quizés entonces no se reparé en un hecho curioso. Era la primera yez que aparecia. impréso en Buenos Aires un libro de versos sueltos, de autor argentino. rchivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar2 En su exilio de Montevideo, Echeverria ocupa diversos cargos piblicos de importancia, continia su lucha de publicista contra el régimen de Rosas y —lo que es més importante de todo~ aiaile obras destacadas a su produccién poética y ensayistica. Se A roméntico escocés Wordsworth: This said that some have died for love (Asi es que algunos han muerto de amor). En una earla (a Fonseca, t= tno V de sus Obras completas) Behe- seria confiesa el origen’ de este poema: "La poesia del siglo, Ia poe- Sia roméntica inglesa, francesa y ale- mana’, Puede verse’ ya claramente si deeidida adhesion al romantiismo triunfante en Europa. En la misma carta expliea su. intencibn: “Todos mis esfuerzos siempre han tendido a Salir-de Tas vias trilladas por nues- {ros poctas; no sé si lo habré conse ido, 0 1 slo habré concebido un onst El poema_no gust6, Los_periédicos British Packet y El Lucero recibie- ron friamente Ta obra. De Ang ts el redactor de la nota publicada fen este timo periddieo. Afios des- Dués Gutiérrez revalor6 este. poema 2 luz de los conceptos zomantiros sobre Ta poesia, tales como la subje- tividad dela vivencia_poética y el cardcter sobrenatural que el roma ticismo Te atribuye. Tay, de cualquier manera, algo nuevo en Elvird, Con- siste en las novedades métricas. que registra al desdefar los metros tipi 0s del seudoclasicismo, el alejande 10 y-el endecasilabo, yen la in duceién de una_variedad -métrica procedente de la tradicién popular ‘spatiola, = En cambio, triunfa en Los consuctos Aparecié en 1834, y consta de—96 ppoemas, precedides por un epigrafe Gel posta cataldn Ausias March en Ia tradnccién do Fray Luis de Le6n: "No vea mis escrtes quien no es tiste = 0 quien no ha estado tiste en tiempo alguno”. Algunos de estos poemas eran ya cowocidos por el pi- bhico. Este libro revela en el poeta sun cambio de rumbo, en la medida fn que no se limita al tema tinieo, cosa que exige siempre alguna na: macién, Yen que acontiia al mismo tiempo, y en la medida en que recoge momentos distintos, su vucleo hi el exterior, en este Caso Ta naturaleza eien ah Con esto da comienzo de realizaciin uno de los postulados.esenciales del romanticism. En este libro Fche- verrla parece haberse compenctrado tolulmente de ciertos objetivos de sta escuela, y con él presenta ol fomienzo de la adaptacién de las txigencias romdnticas a nuestro me- dio. Esto oeurre por dos razones: tuna, porque exalta la intimidad y Ta subjetividad pero a partir de una experiencia, dos, porque al tratar de eseubrir ja_relacién_entre_natura:). Teza y subjetividad, la naturaleza qué) forzosamente debe buscar es la cit cundante, es decir, la propia, Gutié- rez dice, en el mismo comentario: “el poeta habia mirado en torno suyo yy encontrado poesia donde antes no Ia hallabamos” Los consuelos tuo un gran. éxito. Florencio Varela. (Carta a. Gutiérrez del 1° de diciembre de 1834) saluda en su autor a un verdadero poets. Tios diarios lo comentan y, por ol eco que despierta, se puede suponer que interpreté un estado de Anim, tin tono colective. Fue un acierto abandonar el “color local” de Elvira y remitirse a Jo individual, el culto al yo, la languidez, la sinceridad pa tétioa de los sentimientos. Pero si por todas estas razones el ensayo ‘ostico importa, interese mucho mis todavia el epilogo (prélogo en Ta edt cidn de Gutiérrez) con que Echeve- tra sostuvo su intento. “Preciso_es ue a _posia)_opaeiea vest je tin earicter propio y original, y que Teflejando Tos colores do la na- ( sica que nos rodea, sea a fa vez el cuadro vivo de muestras Zostumbres, y la expresién mds ele- ‘vada de nuestras ideas dominantes. sentimientos y_ pasiones,.._ nuestros sociales interescs...” Es. decie, las, ‘condiciones de_una_poesia_nacional diciones que sélo pueden ser sfechas, por otra parte, por_una entalidad qué haya comprendido al romanticismo y_su_metafisica, Gu jeion_pero tiggrez aplaude lq get ‘Archivo Istorico de divide la propuesta de Echeverria en dos partes sosteniendo que Ja natu- raleza es una fuente eterna de poesia fen tanto que lo moral y social no ddan, en las actuales condiciones, para ‘una gran poesia, porque éste es “un pueblo mercantil fundado en suelo de. misoros salvajes... cuya historia fs pobre en épicos sucesos y en per- sonajes dignos de la apoteosis del Ingenio. veria quiere dar el salto del roianticismo Gal, al asignarle a la poesia la doble funcién, Pero. Gutiéirer no To ent ae-wsi-Cree-que la realidad en tio es poetizable, que Ta realidad debe Grganizarse en grandes asUntos para (que x poesiase_fije_en_ellos.. En 5 hnuestra_opinién, Echeverria se ade-¢ Tanta sobre su época_con_estaidea, 2 pero en el misino epilogo Ia desvirtia tin tanto al adjudicarle “una fuerza moral, ademés de un deleite estético” Es decir que la mediatiza, siguiendo cen esto. la influencia de los romén ticos a lo Sainte-Beuve, que escribie- ron vers humildes para el pueblo, Que para Echeverria la poesia es un instrumento de otra lucha lo prueba el excaso valor que, en cierto mo- mento, le atzibuye como arma. Des- concertado, desconsolada, desilusiona- do, Echeverria exclama: “He debido ‘malgastar la sustancia de mi crénoo fen estérles rimas debido a Ja des- dichada sitaaeién por In que pasa mi patria”. Tenemos que Echeverria no siente kx poesia como auténoma delividad creadora del hombre, sino al servicio de algo qué Ta trasciende 9, por eso, 1a supers. La eautiva, —Le cautiva, poema publicado en 1837 dentro del volu- men de las Rémas, tavo un éxito in- mediato. En El Diario de la Tarde, Gutiérrez hizo una critica consagra- toria, De Ia primera edicién fueron cenviados 500 ojemplares a Espaiia ‘que s¢ agotaron en Cidiz. El diario EI Tiempo, en su mimero 625, glos6, La primera narracién argentina Sabemos que El matadero inaugura nuestro” género cuentistico”o-narrativo, Pero no por razones de cronologis, sino de calidad. Del mismo modo, ‘Amalia seré In. primera novela argentina, Pero ent Ia medida en que asume Juna jerarquia. Porque, eronolégicamente, no solo Ta primera novela escrita fue le de Miguel Lente, en 1788, sno que existe otra, muy pintoresca, publicada on'1822 Su autor fue curs cordobés, amado Juan Justo Rodriguez, y su titulo, Alejandro Mencikow, principe y ministro de estado ruso, sabio cen la desgracia y ayo de sus Esta curiosa obra, euyo titulo no es menos curioso y singular, cearece casi totalmente de importancia no solo literaria, sino Iistérica. Pero fue publicada diez aos antes de que Echeverria eseribiern El matadero, y easi medio siglo antes de ‘que se publicara, Y, a su vez, Aproximadamente veintidés ais antes ‘de que se publicara Amalia, la primera parte en Montevideo, en 1844, y la segunda en Buenos Aires, en 1850. evistas Argentinas | www.ahira.com.ag, Objeciones a la obra de Echeverria Se ha dicho que Echeverria ) ‘pose varios_eritos: haber | Inteoducido el romanticismo, haber implantado temas nacionales en} nuestra literatura, haber revitalizado { Ta idea de Mayo a Ia tur de las nuevas doetrinas filoséficas, haber ftndado la ideologia del liberalismo argentino. Sin-duda,_a altura de nuestra, un fundador de muestra cultura moderna, Pero en_cambio se le han hecho Serias objeci Primero: verdadero poeta, que carecié dde_inspiracidn. Segundo: Que como pensador no fue original sino_un ‘mitador Estas qritieas pueden fener algiin sentido desde un punto de vista absoluto y el papel desempefiado por Ia obra de Echeverria a pesar de esas grandes slo ue corresponde es én que, como la ira nuestro pais tanta icin, En sma, no se jurgarlo sino de penetrar sistema para advertir las Tineas que traza, incluso las importantes contradiceiones en las ‘que incurre. Veamos ahora en qué cconsisten las principales objeciones que se hacen a su valor ‘como poeta y como pensador. E] Poota.—Pedro Henriquez Uresia (Corrientes ii Hispin objecién: “Nunea llegé a ser un verdaclero poeta: sus versos sola arrojan sonidos opacos, su estilo. carece de 1a magia de las imigenos Esta observacién parece justificada, Se advierte en Ia poesia de Echeverria un esfuerzo considerable, un alargamiento a veces innceesario de situaciones o imagenes, un desbordamiento més intelectual que afectivo 0 necesario. De ahi Ias frecuentes caidas y, en suma, cierto Iastre retérieo que hacen dificilmente frecuentable su vasta produccién, muy sometida, por otra parte, dado su eardcter de poemas de tipo épico con temas tinico, a una tendencia pasatista imitada de los rominticos, especialmente Byron, De su produce lo que sin duda Ta eantiva, ayo interés es mis que nada conceptual, pero en el que Ia fuerza de los conceptos arrastra la ateneién y de alguna manera la ‘conecta con una realidad. En la parte donde se estudia este poema, cl lector ha visto todo lo que esto significa desde todas las perspect i Junto a ese su poesia, considerado sin duda desde nuestra perspectiva actual (los contempordneos celebraron entusiastamente lo poético de las obras de Echeverria), se destaca la dlaridad conceptual del poeta en lo referente a la poesia como actividad. Puede formularse Ia opinién de que sus ideas sobre la poesia estin de acuerco con su obra, y revelan un pensamiente maduro capaz de integrar la poesia en el conjunto de la realidad. Precisando, en Jo conceptual, fos alcances de un romanticismo ‘que trasciende lo individual. A partir del epilogo (prdlogo en Ia edicién Gutiérrez) de Los consuelos (1834), Echeverria se preocupé por Ia estética de Ia poesia a punto tal, que en la edicién de sus Archivo Histérico de Revistas Argentinas www.ahira.com.ar Obras Completas hay un apartado que se titula Estudios iterarios, y ‘que abarcan los siguientes temas, reveladores todos de una preoeupacién estétien muy actual, orradores que zeunié Juan Marfa Gutiérrez: Fora y fondo en Jas obras de imaginacién; Esencia, de Ia poesfa; Clasicismo y romanticismo; Reflexiones sobre €1 arte; Estilo, lenguaje, ritmo, método expositvo, etedtera, No obstante su preocupacién, también en este aspecto se le reticea originalidad. Emilio Carilla [deus estéticas en Echeverv “Revista de, Edicacién’, afio 1, N® I) dice: “Rr-earacter-de-cosa— torinea, en-todo ef sentido de la palabra, se_ve hasta en_el stile inconfundible de algunos Y se ocupa de hacer las — jones nevesarias. En efecto, Compara segiin este anilisis, Echeverria habria traducido trozos enteros de sus autores predilectos (Hugo, Schlegel, Madame de Staél, Guizot). A Estilo, lenguaje, ritmo, método cxpositivo Carlla le reconoce menos dependencia de autores extranjeros. La parte final, acerca del ritmo, Echeverria ln reproduce en Ia Advertencia de las Rimas (1837) Si Echeverria no Public esna|eceiios es porque Pico Carla concela ef aleance de estas piginas, meras teadueciones, recopilaciones de {ideas provenientes de un sistema elaborado en otra parte. No- obstante, y sin tener em cuenta Ia defensa que have Paleos de la idad de su biografiado, Cconviene decir que en ef prélogo de [Ens Consuelos hy aa coneepeiin Postien cuyo valor se reslen feuanda- se” concreta en La cautiva EL pensador.—Ta_mizma scuacion esa en cuanto a st obras Goctrinaras, especialmente al Credo Archivo-Mistoricode Re A partir de las acusaciones de de Angelis, permanentemente se_ha revisado lo original en la obra-de Echeverria. Uno de los principales iguaugnadris ha so Grousac (Si se quitara del Dogma todo lo que pertenece a Lammensis, Leroux Lerminier, Mazzini y tutti quanti sélo quedarian. las alusiones locales y los solecismos"). Paleos refuta esta extrema acusacién, y en su biografia destinda To que Echeverria tomé_porque lo noeesita. para su pensamiento, To que puede haber sido invocacién la autoridad, y lo que puede considerarse “exeeso juvenil en citar”. Lab icheverria a. pot ar N® 219-230) dice everria no es tanto el Aiscipulo como el rival de fstos eseritores (Saint-Simon, Lammenais, y otros), y que para ccificar sw propia obra, él, como ellos, se en los grandes iavimientos ieol6gicos que ya se habian afiemado en esta parte-del mundo, Por su parte, Rasl-Orgaz Gociologia Argentina, tomo Tt) estudia las wulaciones coneretas del Dogint con los saint-simonianos ex quienes se inspiv. Pero hay algo que debe decirse sobre esta cuestion de Ia originalidad 6 Ia imitacién. ¥ es que debe tenerse en_cuenta, ante todo, la idea que tenia el propio Echeverria acerea de To que ahora se denomina "To forineo”, canigeusuGi; spalabe'& To Gus podtia ayudarlo a expresar un pensamiento con la misma lad con que se le brindaba. Lo que imyorta, en todo caso, cs la inflesion concreta que Argentina da a ese material, el grado de adapiacién a que lo somete, Ya en su Primera Lectura lo dice, y lo ird repitiendo constantemente demostrando que esta idea es en él ‘una concepeién arraigada. En 1848, sobre la Revolucién en Francia, lo dice de este modo: “Tendremos siempre un ojo clavado cn el progreso de las naciones y el otro en las entrafias de rucstra sociedad”. De modo, que lo que importa, es ver lo que realmente dice,_pese-a su discutible originalidad, y de qué ‘manera se inserta en la cultura del pais, euiles pueden ser sus errores 0 contradicciones, y qué lineasperdurables traza Lo que no se discite,— En cambio ino hay-objeciones ni a La eautiva nia ET matadera. Nadie lis discute, y se reconoce en ambas obras algo nuevo, ima expresin que sintetiza Dropésitos y fructfiea en tendencias Ninguna de las dos, seguramente, es una gran-obra desde el punto de vista estético universal Pero ambas encierran elementos de mucho interés. culturoldgico y abren cierta perspectiva sobre ho tanto porque implique un testimonio histérieo, sino porque ume eh rtento de apres propia una gran cantidad de Gucsiones elativas anata Oorganizncién. social, ‘econdmia, Sia ace ees ttedtera, ALestudiar su produccién Titerarin se In visto ast que ar cantiva, ET mataders yal Dogma socialist son tes obras ostivemiene. importants" er Does, narrativa y ensayo Fespectivamente, Y que esas tres brat ipa un verdadero vance en el desarollo, en nuestro mis de coos tres generon f cahiracconrar ok EL triunjo de Los consuelos seiiala la incorporacién del romanticismo a nuestra poesia lirica y, al mismo tiempo, procura establecer los cimientos —en el epilogo + escrito por el propio Echeverria de una poesia Fda belle on ta mental y ol paitoe localen CONSUELOS, PoBsIAs ESTEVAN ECHEVERRIA. eae wyaes-anuS, sas, Edicién de 1842 de Los consuetos Juan, Maria Gutiérrez 206° Archivo Histories de (ese tata de lograr un equilibrio, al \~ = 7 (Flores. poster Jos comentarios de Gutiérrez. La re- ppercusién fue tam grande que al poco tiempo se reimprimié en Espaia en 1 mismo aio. Incluso en la Argen- tina fue reimpreso el_volumen en 1843, en pleua época de Rosas. En 1861, el poema fue vertido al alemén por Wilhelm Walter. Los hermanos Juan Cruz y Florencio Varela, otra vez. a pesar de su oposicién al x0- manticismo, lo elogiaron; y Gutiérrez destacé su valor inaugural para nues- tras letras. En efecto, La cautioa con- sagra la implantacién del romanticis- ino, incorpora el paisaje argentino a Ja gran literatura, y da comienzo una particular forma de entender Ts poesia nacional (tal como Ia habia predicada en el epilogo de Loe con- suelos), dando lugar a una tendencia ‘que podemos denominar “le gauches- calla”, y demostranda que es p sible utilizar la literatura. para ex-| presar ideas y Conceptos polémicos actuales. 1 EI poems tiene nueve partes (El de- sierto, EL festin, EL pufal, La. albo- rada, El pajonal, La espera, La que- ‘maz6n, Brien, Maria) y un epilogo mediante los’ cuales se. relata una historia trigica que se desarvolla en Ja pampa, en zona de indios, hacia una época indefinida pero posterior a la Independencia. Como en ante-) bras, hay-aqui| unia especie de ecuacién entre la des-| cripeién del paisaje (naturaleza) y la aaccién y psicologta de los personajes.” Lo cual nos leva de Meno, en tanto romanticismo para el cual la nat leva es por un Tado ambiente en el que Ta vide humana se desenvuelve, | pero por otra, expresién de esa mis- ‘ma vida, simbélico espejo e indispen- sable_para_comprender_su_misterio esencial. Para el romanticismo Ta na-~ ‘turaleza es desdoblamiento de la sub- jetividad, de modo que lo que ocurre 61 una implica lo que ocurre en la otra y viceversa, en una relacién pro- funda por Ta cual el ser so liga con evistas Argentinas| lo cdsmico y por ali so explica. Aho- ta bien, yendo a To concreto, esa fusiin no so_da en forma_estétfea ‘mente arménica; al parecer son_més Togredas las_descripciones que los personajes, sin_duda porque deseri- bir esa naturaleza, Ia pampeana, on tanto deseubrimiento. para el propio Echeverria, fue mucho més incitante que el drama tradicional, despojado de recursos de observacién psicols- ica, que padecen los actores. Res- ecto de éstos, en una primera apro- ximacién, recordamos que en Cartas 4 -wn amigo relata un episodio que puede ser antecedente de Ia historia ("el novio y el hermano de Maria habian partido con un escuadrén de milicias a escarmentar los bérbaros de les fronteras, que como Ud. debe saber, han entrado a nuestros campos ‘matando, robando y desolando euan- to encuentran”) y que prueba, como se veri més adelante, por un lado vvigencia cultural _de_Ia_frontera eft la época_de Echeverria; por el ‘otro, su parcial sensibilidad alos problemas implicados por el. indio, cuya parte de razén y cuyo drama no percibe. Por iltimo, debe decirse ‘que las descripeiones tienen tal fucs- ‘que Sarmiento, en Facundo, las considera como documentos fehacien- tes y se apoya en ellas para esbozar su famosa teorfa de la influeneia del medio, En este sentido. La cautiea < uedle considerarse también como om ieza narrativa en verso, de donde 4 importante suaporte-al- desarrollo det generer narrative de nv is. § ‘GEaero del que esti ya, en ese en- tonces, por brotar nuestra literatura novelesca. EL tema: Recordemos la historia para poder examinar luego su significa cién. Un soldado, Brian, preso de Jos indios, es reseatado por la valien- te Marla, su mujer, cautiva de los salvajes. En medio de un festin bo» ible los desdichados hyen all de- sierto que fue descripto al comenzar cl poema, Brian pst herido, y Maria ywwwabira,com.ar afronta todos los resgos para salvarlo. Se rofugian en un pajonal y descan- san, pero un incendio agrava su sk ftuacién. Maria se multiplica. Salva otra vez a su ésposo haciéndole eru- zar el rio, pero sus esfuerzos son initiles. El guerrero muere en pleno elirio. Marla no. desfallece; sigue hhacia tierra de blanoos en procure de su hijo, que la restituiré a la vida, ppero los soldados de Brian que Ie rescatan le anuncian su muerte. Le infeliz. no resiste y muere, Todo s0 esti contadlo en diversidad de metros entre los que predominan el cctosilabo y el hexasilabo, orga- nizados en decimas, sextinas y en romance, la estrofa popular espaiiola El total de versos es de 2142. La pro: pia idea del poe i ‘primer—hugar, por_la_versificacién Pero, basicamente, por la_novedad “que implica el relaio poético. Gut “rrez.repard en este aspecto y seiialé, *Serd un poema, si tal Tha de darse a la relacién de un h ‘cho en que intervienen dos 0 més personas, Pero no es épico en el sen- ‘ido didéctico, considerada su dura- ‘dn, la calidad de sus héroes, el ‘metro mismo y Ja versificacién”. El modelo es, desde luego, el poema épien seudoclisico. Gutiérrez. despre- cia el problema y dice: “No nos ator- mentemos en clasifiear una. produe- ion de la fantasia, con la exactitud ‘que emplea tn naturelista en ordenar su herbario’. Sin embargo, 1a cues=) ibn interesa sobre todo desde el ito de vista de la revolucién ro- |g s punto de vista d le méntica; pues haber dado altura épica Bbeoes, que anteriormente no. ba: brian sido elegidos, haber empleado- metros ants caractristicos de To po- Dilar y no de lo épico, haber bus- Pease tere soto y no mea, [Praberte dado dimension heroics, | representa Ia aplicacién de Ia tenta- Ifa esencialmonte romdstion do. In | iezcla de los estilos, ubicada bajo él alto objetivo de democratiza- Bee sae te J ychivo istorico Py ew ceptiva indicaba que a personajes nobles correspondia un lenguaje no- ble, acciones heroicas y pasiones ‘grandiosas; a personajes villanos, en cambio, les era atribuido lo cémico, To vulgar, los metros populares y las acciones no heroicas] estas divisiones engendraron dos estilos, rigidamente separados, que el romanticismo quiso y logeé acerear. As vez, como un buen intérprete, Echeverria logré sus- tanciar este objetivo en el planteo integral del_poema. Un hecho siginficativo, a pesar del mencionado recucrda_javenil_ de Echeverria, esta dado por el tema: Indios, fronteras, etestera, trafado en 1837, a cuatro aos de la exitosa ex- pedigién de Rosas al desierto, a le {que el poeta se negé a celebrar. Di- amos, por de pronto, que si la de Tosas es la version oficial de In cues- tidn del indio, la de Echeverria viene fa revisarla y corregirla. Y esto lo Yeremos al iratar los personajes de Ta narracién, al hablar de lo que son Y pone en ellos el poeta.” La forma: Pero, para empezar, tene- mos que notar uno 0 dos elementos Titerarios que saltan a la. vista. Ya hemos sefialado que la estructura del ppoema es romintica en-cuanto-a-ta mezcl de estilos. En ese sentido anula, rompe la imagen épica del seucloclasicismo, Esa reaccién es apo- yada por la. métrica: octosilabos, ro- ances, décimas, eteétera, so apartan del tradicional alejandrino, verso que poseia toda la energia, y del endeca- labo, acusado de desfalleciente por Gutiérrez. Hasta aqui, Echeverria se- ria coherente en su rebelién. Lo mis- mo podria decirse en principio del ‘yocabulario: vemos que, exigido_por. "del ambiente nacional, Feheverria_cmplea_palabras_locales: yojd, rancho, asado, beberaje,, pojo- nual, fndio, quemazon, puma, folderta Las emplea con una naturalidad que no tenia en las Cartar a un amigo, donde se vela obligado a explicarlas ‘como si fueran peculiacismos intrans- {VA LA convepeaacion ancentina! BIW AS. Se enie ot la Bibrari det ser Saednen Trout de Iglesia dl Clee, dicién de 1846 de las Rimas sponOROSONARACOOOTUOCOO ‘So estiende;—trsto el semblante, Solitario y taeiturno om cl na, cuando un instante | Alerepaseulo nocturne, Pone rienda @ 2 Primera pégina de La ca (edic. de las Rimas de 1546) de Reyistas Argentinas | www.ahira.com.ar,, Fondo histérico de La cautiva En La cautiva, Echeverria presenta al indio como un peligyo total para la civilizacién. En su. poema no hace ‘mas que recoger, en realidad, un tema usual en el campo cereano a Jas zonas de indios. Desde casi mediados del siglo anterior, los araucanos, Tlamados pampas cuando se radicaron en esas terras atraidos por las manad: de vacunos y exballos que vagaban Sucltos y sin duefio, devastaron las poblaciones y los establecimientos, que desenvolvian precariamente su existencia, Realizaron los “malones” depredando Tas magras riquezas de los colonos y secuestrando especialmente a sus mujeres. Constituyeron el mis grave problema que tuvo In zona Sur del pais hasta, 1880, fecha en que fueron b: definitivamente por el general Roca. Este problema llegé sin duda hasta las proximidades de Lujan, el sitio mis préximo a Buenos Aires al que Megaron los indios, Echeverria debis conocerlo de cerea, y debié parecerle excelente para utilizarlo como fondo histérico de su poema, en el cual se tata justamente el tema de este conflicto y esta tragedia perpetua entre los aborigenes y la Nacién. misibles directamente. Aqui no pa- reeen pesarle, y es a partir de ellas cuando se consolida su proyecto de poema nacional. Pero sucede que junto a ellas conviven palabras del relaciones, no tanto por la actividad de la mujer en su toro sino por to- das Jas reservas morales que hace desde su delirio, por todas las exi- genclas de respeto, explicitas 0 ime mas mpio euiio seudéctisico, que +» plicitas, que manifiesta’ ann en el ‘ineluso-1e dan un tono solemne a la “narraci6n= "Ha reprimido del br Ts estrepitosa carrera”. Es como si Echeverria _no_hubiera po tuneiar al lenguaje literario-precxis- fente para denotar circunstancias que xno sean estrictamente locales. Adver tinios en esi convivencia una especie dle tensién entre localism y univer salismo, Jo enal traducido a términos ‘culturologices implica rma tensién, no resuelta, entre To directo y lo prede: terminado significativamente, entre lo primitivo y lo eulto, entre: América y Europa. Es como su conelencia estétion se resistiers a onal, sabandooar el instrument tradi por respect «todas las implicaciones desu aceptada universaidad: 0 eon si sintiers lo local como nivel previo ¥ anterior al otro, respetable pero tambien inaecesible reserva se_convierte-en-deate- ia ul examinar a los personajes Se insitucionaliza en el pensamiet dle Echeverria en ET matadero_y-sus esertos torcos. Los personajes Entsemos en los pe sonafes. La priinera aprox ‘ela na idea ortodoxamnes tic: tna mujer fuerte par el anos, idealizada hasta convertila_en_una Tieroina, ligada a la existencia por el sentimiento, esa veta recién descu- Dierla y que de tal modo inspird y exalté a fos roménticos: Dios para tumar, sin duda hizo / un corazén tan sensthle; palpitar le fue imposible. | cuando a quien amar no hallé. Es mma mujer esposay mud, pune fntachable, protectora, asexuada, C mo contranarte, Brian representa tipo del “heroe Gansado”, earacteri- tieo del fomamticsio, 0 Sea Ia pura pasividad que encierra wna idea ma- triareal dela organizacion de las Veremos ci) Gesierto yen el peligro (Maria, soy Ingelice / ya no eres digna demi del salvaje ta torpeza | dete honor. iy mancillado ] tn enerpo santificado / por mi cari y tw amor J.) Esta distribneién de papeles corresponds ha idealiucién romantica: ham “coniie nex com Tk nature ye divin, Ta sido rocien esenbi ti (le amjer del seudoclasicnmn es tnaterialista, eortesana, tlustrad, se stialinente bre) y el sitio gh env os el de Tire ca tor por tied Ta estrctin al Comal no sok mn es. commovida: sho onsolidada en une relacion sacral ‘adda por el amor y be satiraleza Pero adlenvis, notemos de paso, Brian deta Tidepedencia metido en le Frontera y tomado preso con sunt jer, En verdail, esti es wna creacion del poet pues i los Buerreros de ta Independencia « hi manera de Bri con Str lenguaje, formaban parte de Jos contingentes-(reelutadlos por la fiiorea entre “vagos y_malentretent dos”, comandados por sokdados oct sionales) nila situacion de Ii. pareja ‘cautiva, si0-separada_por-los-indios, ado usual, Hay, pues, una una puesta de relieve de tas condiciones originarias de los per~ sonajes, una intencionalidad perse- guida por el autor. So trata de des- tacar por un lido la imposible con- ciliacion entre Ja cultura_y-ef-salva~ fismo, y- por el otro, la virulencia del vaje en contra dela cultura; To al, recortade sobre la actualidad y «l piblieo al que se dirige el poeima, Jmpliea una desmentida al rosismo (en canto mediante su Expedieibn [Rosas pretendi6 tranquilizar al nu: da civilizado acerea lel peligro del Arghivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar indio. Aqui cobra sentido la reserva de Eche 1833, ye poema adquiere tamaiio de advertenciana- clonal. Quizés Rosas todavia no re- “sulte-enestionado, pero si su politica, fen un tema especifico tan importante como el del indio, Si esos personajes cultos en peligro representan el hom- bbre argentino miis valioso, el poema es también un llamado ala unidad nacional. Y esta interpretacion parece mas amplia que aquella que quiere ver en La cautica un simbolo de la patria sometida a un tirano, que hos ocurre inadecuada a I conce cién echeverriana de Ja politica na- ional del momento, tal como quedé documentada durante su aetuacién en el Salon Literario. la por considerar la imagen que preset Echeverria del ino. Pues bien: sobre todo a través del segundo capitulo, ED festin, vemos al indio. coino una -mera_segregacion de ih 0. como-ser_humano, Siquiera degradado; es simplemente tun elemento. mis, feroz como el ti- ture 0 como la quemazén, y que ex presa, en la artieulacién romantica, toda la angustia y el riesgo de los seres humanos (Aguel come, este des- trisa | mas ollé alguno degiela / con ajilado cuchillo / la yegua al Tazo sujela / ya ta boc de ta herida { por donde ronca y resuella |...) Esa “Gosificacién, usual. respocto de“ las natives” en todas las literaturas en- ropes con. fema_primitivista, repre- senta una posicién del poeta frente) a conflicto. politico implicado por sl indio, es decir, gque se hace con és ge Jo extermina 0 se lo tata de asi: imilar? Y el vehiculo literario es el calor local, por medio del cual se abarca todo el ambiente tomando distancia frente a él. Pero justamente Ta imagen del indio, en tanto es re- sultado de la aplicacion del color Tocal, disminaye el caricter nacional del descubrimiento echeversiane, Lo retacea, divide el ambito y 0 Io ele- Ya on su integridad al ringo de cos Un malén (litografia de Lemercier, sobre un dibujo de Rugendas) Archivo Histérico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.am propia, de zona que permite una ‘dentificacién. En resumen, La cautioa hace trazar un paso adelante a nuestra literatura y abre un camino, aunque no pueden + rdejarse a un Indo las diéotomias, los parcelamientos, los esquematisinos, las parcialidades tipicamente libera- les con que se produce el acerea- miento a la realidad, EI matadero. Examinemos tam- ign de cerca a El matadero™=escrito entre 1838 y_1840-, inédito hasta 1871, eno en que Juan Maria Gutié- rez lo hace publiear en la Revista del Rio de ta Plata: Aparece, desde Ineo, en las Obras completas, edie tadas por Casavalle entre 1870 y 1874, preparadas por el mismo er tico.’ Posteriormente, en este siglo, Ricardo” Rojas hizo tine reedici6n en Ia serie Origenes de ta novela argen- tina, texto definitivo (1926) preparado por Jorge Max Rhode, Instituto de El matadero de Buenos Aires (acuarela de Pellegrini, h. 1830) iteratura Argentint dée_Facultad de Filosofia y Letras de Buenos Aires. ‘Como primera aproximacién, debe decisse que es lamentable que 00 $2 nL waraDeno. haya publicado en el momento de su redaecién, porquecn_verdad_es Ja primera narracidn de carieter de- finido, de jerarquia_literaria_y de. valor testimonial que se ha producido en el Rio de la Plata. Como ademas de su Fuerza deseriptiva propone una actitud de alguna manera realist ‘cuando el realismo estaba en- pai ett Europa, su publicacién habrla tal ‘ex influido decisivamente, como ya ode ellen 9 ee hha sido. amotado antes, en ese mo- Mo fnismeen csc td, 2 a mento del desarrollo de la narrativa aire co ener aston! Decimos que es la primera narracion de jerarquia, no la primera eronol6- ‘ca henna tee bs ie sgicamento hablando; aunque tampoco eS ee hhubo demasiado en materia de relato en esta zona, de gran profusion, por el contrario, postion y- ensayistien, Primera pdgina de El matadero en la___Sea como fuere, @ causa de no haber Revista del Rio de la Plata sido conocido, El matadero s¢ pone Aswchivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar rt eye ead atl an fuera de Ja tradicién literaria y_re- sulta, ademds, extraordinariaments ‘modémo como’ relato aun en 1S7L Giando se da a conocer. Pero el he- ‘cho de no haber sido. conocido no signifiea que El matadero osté des- conectado de su tiempo y de los ex- Sayos narratives que se estin produ- ciendo. Tiene en comin con ellos por Jo menos dos elementos: ser producto de una mentalidad roméntica, y afi mar en consecuencia un sentido de Ja vida romintico; y, por otra parte, ser en general un relato de costum- bres contemporincas. En ese sentido, Iejor dicho en los dos sentidos, so ‘oneeta con las posteriores obras de tre (Soledad, Memorias de un bo- 1én de rosas), pero mucho mis con Jos articulos de costumbres, casi na- raciones de Alberdi y de Gutiérrez (El hombre hormiga). ¥ todos son sen- sibles a las “costumbres” como re- sultado de una comin y generalizads ‘admiracién por Mariano José de La- 1a (‘Figaro’), uno de Tos pocos, cast ‘el tinico espaiiol con enya obra se ‘dentifiean, por romdntieo, por actual ¥en ibe. Pero Echeverria no se queda en el planteamiento de las. “costumbres” contempordneas con el que de todos modos empieza el relate, sino que en virtud do sus ideas y de su es quema romintico se proyecta hacia tuna denuncia politica_y_ social” que muestra hasta qué punto, entre 1838 1840, ya no crefa en una superaci e Ia dicotomia tradicional entre uni- tarios y federales. Ni tampoco que Rosas pudiera reprosentar esa super racién o que los jévenes pudieran ser la cabeza pensante de ese cuer- po tan poco reflerivo, Pero también, ¥ tal vez esto sea lo mis importante, Echeverria deja muy atrés el cuento stumbres” por la actitud realis- fa con que presenta su material, Balismo_ que noe, con: oh tos estonia asain cy eka many agents ge én rt Ja Argentina, istorico dey Revistas sin clara conciencia de que se estaba haciendo un planteamiento estético diferente y en una época en la que Jos. primeros realistas consecuentes ccuropeos estaban apenas empezando @ delimitar el sentido y el alcance de esa estética en su sentido moderno. Realismo y costumbrismo: Un evento de “costumbres" tiene algo de realis- ‘ta en su origen: exige una observacién do la realidad y_propone_un enjui- ciamiento. Pero no trata “toda” la realidad, como es propio del realism, simo-una de sus parcelas; y-el juicio se ejecita desde una personalidad {que difiere o concuerda con lo obser- ado, y lo rechaza_o lo acepta_por senabildad, no por stoma, De este ‘mnodo, “el costumbrismo” es restring do y personal, mientras que el realis- ‘mo es amplio y objetivo. El matadero ‘comienza eon el tono y el ritmo cos- tumbristas: “A pesar de que Ia mia cs historia, no la empezaré por el arca de Noé y la genealogia de sus ascendientes...” Y, poco a poco, el relato se va intemando en aguas me- nos tranquilas. Ya no se trata de ppeculiaridades mis o menos pinto- rescas (“estuvo quince dias el Mata- dero de la Convalescencia. sin ver tuna sola cabeza vacma, y que en tuno 0 dos, todos los bueyes de quin- {eros se consumieron en el abasto de la ciudad”), sino de haitos que com- prometen al hombre entero y, por ‘consecuencia, al_mundo entero, Ya instalados en lo realista, plano de seriedad en que Ja ironfa no cuenta y el detalle se. profundiza, observa- ‘mos que Jo realist. tiene 1un_ fund) mental alcance descriptivo dentro del “eval la ironia y el enjuiciamiento cos: | Tumbristas, ast como el detalle realis- ta objetivo, conducen a una idea dey, Sniea. Comes el-anfor,aunquel ‘confiesa_ lo contravio, quisiera hacer Iistoria, Pero Inego, sobre la ultima “parte del relato, comienza una accién Gramética entre personajes antagéni- Gs_En este momento, cuando el pee interna en la Ke 0 sea La insurreccién del sur {Texitgy grande, variada epopeya Ja que elfos supieron por si realizar! Jamis pueblo alguno de noble pujanza tau alto ejemplo logeé presentar! ‘Con estos versos canta Echeverria Ia Insurreccién del Sur. Le siguen ‘otros tan encendides como Gte, por cierto no dotados de un alto’ nivel postico. Pero, gqué fue Ia Insurreceién del Sur? Los estancieros de la provincia de Buenos Aires, sofocados econdmicamento por el Bloqueo que Rosas hace Soportar al pais en su conflicto con Francia, y oprimidos también cen sus libertades personales, se rebelan, ¥ se reimen en Dolores donde lanzan un grito de rebelién contra Rosas. Sus jefes son Pedro Castelli y Ambrosio. Crdmer. Libram un encuentro en Chaseomts, y Cramer muere en el exmpo Ge batalla, mientras Castelli es egollado, Es Ia primera rebelién a aque se ve abocado Rosas, y esta rosio Crémer rgentinas www.ahira.com.: at rebelién parte justamente de los cestancieros, en euyo sector econémico se respalda. Quizis por eso le represin fue tan sangrienta, Echeverria se inflama con la gesta, pero esto no quiere decir que la aprucbe. Ya en la Asociacién de la Joven Argentina, que acaba de crear, hha dado una idea del tipo de revolucién que él preconiza, Una evolucién moral, y de las ideas. Una “regeneracién’, Es decir, un cambio pacifico y no un alzamiento armado. en el conflcto, se produce un desli- he partido, (Mariano Morinigo, “Lar estractara del «El Matadero»”, La Gaci 33/10/66), y con ella_una_esci muy grande rada y punto de EL asunio: En seguida habri que volver sobre este punto. Digamos an- tes qué ocune en El matadero. autor empieza por sefalar una ci cunstanein muy’ precisa, la falta de caro en Buenos Aires, cmpeorada por una liuvia que impedia el acceso de los animales. Después de ironizar sobre aspectos politicos y de ligar el rosismo a la cuestién de la care, se znos describe el Matadero y su. vida mis earactertstiea: sus tipos (achura- doras, el juez del matadero, el carni ‘cero, nezros, mulatos, muchachones), sus habitos (tirarse sangre, inflar ve- jigas, apartar a los perros), eteétera Posteriormento, de lo general so des- ciende a un dia determinado en la vida del Matadero de la Convales- ccencia, el primer dia de fuena de pes de Cuaresma. Se nos cuenta episodios tipicos de ese dia: el tor que cercena la cabeza del nifio y vic Ihuyendo por las calles; Ia desmon- fada que por el susto padece un gringo; el desjarretamiento del toro: él triunfo del feroz. Matasiete. Llega do a su mixima tensién todo lo con- cerniente al Matadero, se produce tna transicién marcada por la. pre- sencia de un personaje antagénico: el joven unitario, sobre el que se precipita la chusma. El joven es ve- jado, le quieren cortar las patillas, lo ‘acuestan sobre una mesa, Yo atan, y antes de dejarse desnudar, muere de tun derrame: “un torrente’ de sangre broté borbollonando de la boca y las narices del joven’. EL ani: Considerando ambos se tores del relato, advertimos que la ofan gas a pee @ partir de Ia accién_dramatica,-o sea del conflicto, se lena_de-signi- ficaciones que trascienden el conte- we_realidad consider): asta del observadon) elementos vealistas y no un relato nido de Ja toma de partido, Debemos ‘Beaminarlas a la luz de todos los ele- rmentos literaris que estén en juego Dijimos que los elementos realistas ‘onstitwian-et hecho nnievo-en-este relato, pero-debemos-aclarar que -ralista. Es decir, que hay un esque ‘na general de otra indole en el cual se insertan tales elementos. Esto. lo vemos prineipalmente a partir de la aparieion del unitario, deseripta. por Echeverria con énfasis culturalista, con un tono y un estilo realzativos ‘que contrastan con el realism des- criptivo: se carga de adjetivacion, que traduee estilisticamente una ac lutud despreciativa respecto. de. los elementos mataderiles, y en una apre- ciativa respecto del unitario. El autor penetra en el relato mediante: inter ferencias ("iQué nobleza de_almal ué bravura’en los federales!). Gi lifiea lo que ocurre, discierne su co dena y difunde por lo tanto sa punto Ide vista, queen este caso-es el de i roméntieo que divide el mmo len) dos: materia y esp lin y barbarie, feroci ce _/éza, animalidad y-dignidad. O sea ao fo nas ine enn | ‘esquema hisicamente romantieo, por el cual el material del relato esti conformado por una hase de obsers vvaci6n local, argentina y americans, yun sector de la realidad idealizado,, ealzado, presentado a la medida de 1b eropes, conformado (ae iam paiutas, 7 ‘Si observamos bien esta conclusién, ppodremos conectarla con el pensa- riento total de Echeverria expresado por esa época en_sus_memorables Tecturas del Salén: “2¥ qué hard, se- flores, ese genio predilecto? Beberd en las fuentes de la civilizacién euro- pea, estudiard nuestra historia, exac ‘minaré con ojo penetrante Tas ent fias de nuestra sociedad, y enriquecido con tacos los tesoros del estudio y la reflexién, procurari eumentarlos con el candal de su labor intelectual para Agghivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar _ dejar en hereneia a su patria obras que la ilustren y Ia envanezean”. Es decir, observar nuestra realidad, re lejarla_en lo europeo, y lograr una sintesis. Podemos preguntarnos si 1o ogra: Mis bien creemos que la sin- tesis no se obtiene, y que los dos seetores perinanecen incomunicados, @scindidos, To cual debe achacarse menos a Fcheversia que a la pérdida de sus esperanzas vinculadas con di- cha siatesis, euyo logro parecia_ale- jarse constantemente desde 1837 en adelante, La forma: Lo parad6jico’se da en el plano estético: el sector de la nar Ciba presentado como lo despreciable Dirbaro, salvaje, inhumano, es vigo- 70s0, ardiente, preciso, indicativo; 10 realista se muestra dramético y hasta Tigico en si mismo, estticamente ‘¥ilido y perdurable. Es un momento de nuestra conformaciin nacional Por el contrario; eF-sector-del relato “dedicado al unitario, es decir al mun- do de valores sostenido por_Eche- verria, es ingonvineonte, mental, pre~ visible, pasatista, superficial, yerbal inclusive, a fuerza de ser estimulado zon adjetivos, estéticamente pélido y lvidable. Esto prueba que ta impo bilidad “dela sintesip radica, mis que en a ra76n circunstancial ya invocada, en una ambigua relacio con la realidad, como si se apreciara amas de lo que se conliesa un orden que conceptualmente se rechaza, y como si no se aceptara realmente un conjanto de valores que conceptual- ‘mente se aprecia Un elemento importante en ET mala- dero es la elecciin del ambito. Por tun lado, advertimos que el autor identifica rosismo con matadero ("En quel tiempo los carnieoros degolla- ores del Matadlero eran los apéstoles {que propagiban a verga y pufial Ia federacion rosina’ dice en la mora- Teja final), 1o eval nos eva a pensir en lo que chjetivamente ese sitio representa. Hecho el examen, nos en- mgs son. que se dambito cons- Archivo Historico rye, de por si, una acusacién poli- tica, Borque por un lado EL matadero es lo limitrofe, lo fronterizo entre Ja campafia y la ciudad, més atin, es Ja presencia de la campafia, con sus eyes propias, dentro de Ia_cindad, Y esa presencia esté robustecida por ta tematica de Ia came. Y entre am bos términos se desplicga la federa- cidn rosista, “tosina’, a la que sim- Doliza, Es decir, un~ ataque_a_un sistema basado en Ja. campafia_y en Ja came, 0 sea, en Ja ganade sea en los ganaderos, seclor del cual Rosas es Ia méxima éncarnacién. Con Jo cual recuperamos otro tema del pensamiento echeverriano puesto de relieve en el Salén: no sera posible a marcha nacional, el progreso, la nacionalidad, en suma, no hay un acuerdo de sectores FI predominio dde uno sobre los dems es corrosivo, hay que tender a la creaciin de-un Xinico e integrado grupo que reuna 4 todos los grupos prodictver miso: En EL matadero estén contenidas muchas otras significaciones, aparte de iniciar el realismo y la narracion fugentina modernos. Estén contenidos tlementos que marean Tineas perma- nentes en el proces de_conforma- cidn de la Titeratura argentina. Puede decirse que Tas. principales caracte- risticas de toda la literatura nacional sus problemas mis eminentes salen de alls, o mejor dicho, como El mata- ddero no tuvo circulaeién, que ha per- cibido intensos aspectos de la proble- Imatica nuestra y los ha expresado antes que nadie. Tal por ejemplo la relacién de nuestra cultura con la ‘europea; la evestiGn de una literatura nacional confeccionada a partir de tin esquema previo de la realidad: Ia escisién dualista de la realidad: ef papel que cumple el ihtelectual fren- fe a. Ta invasora y_ desconcertante realidad, y otras cuestiones no menos fcuciantes y permanentes. En suma, es una de las piezas mayores de hestra manativa, y fundamental en Jos ofigenes del sénero. de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ay, Combate de Chascomtis (acuarela fen el Museo Histérico Nacional) El matadero constituye un acontecimiento de primer orden dentro de nuestra literatura: es, no sdlo Bling clei rsalisa argentino, tho. sordid el punto de arranque de una larga tradicidn de realismo moderno cert etree Meera thats te eve Otros poemas. — Otras obras. fue publicando Echeverria. en el resto de su vida, aunque, si se exceptiia el Dogma —ésta ya en el plano de Jas ideas y no de la literatura— nine guna de ellas dotada dela impor- taneia que adjudicamos a La caution ya El matadero, En 1837 compuso en Los Talas un poema con el que rindié homenaje al movimiento estallado en Dolores ese mismo aio, y que fue sofocado sangrientamente “por Rosas. Es La insurrecciin del Sur. Gonsta de 987 vversos y 24 notas hist6ricas, que puc blied en 1849 en el diario EY Comer- cio del Plata, de Montevideo. Aqui, como en La cautioa, emplea metros variados para dar sensacién de movimiento: La tierra. se estre- mece | Bojo los duros callos | De dos mil agilisimos caballas, / Y st temblor retumba /... Pero, sin duda, Ja exterioridad del tema y la neoe- sidad de exaltfr a los héroes depri- ‘men el valor poétieo, un tanto ram- pan Salvo esas caraeteristicas, es decir, un acentuamiento de Io que esté ya en Ta cautica, este poema no trie no- Vedades: igual vinculacién con el ppaisaje, Ia misma relacién entre hom- bre y naturaleza, el mismo trazado el destino aciago que acecha a los hombres que representan la. ibertad, Ta luz, el glorioso destino humano, ‘Nios después, en 1842, compuso el poems La guitarra, que fue publieado on. 1849 en Paris, en_el Correo de Uttramar, con un retrato del autor: Tiene 688. versos y en él se narra la atraccién que ejerce ese_instru- mento sobre dos jévenes, Celia y Ramiro. El tema surge de la aficién del propio Echeverria a la guitarra. Desde su adolescencia tocaba la gui- tarra en bailes de arrabal, y poste- ormente se perfecciond on Paris con el maestro Sor. La guitarra es su compafiera de soledad; Gutiérrez recuerda lo eximio de sus ejecuciones y vineula sus armonias con Jas. for- Primera ediciin de La guitara mas de su poesia. En tomo de la guitarra se describen las exaltaciones ¥ las desventuras del amor. ‘Como en otros poemas de Echeverria, se descubre aqui la presencia de By- on. Alberto: Paloos sefiala el pasaje en el que Celia suefia y su_marido ‘experiments horribles celos. Este 2e- ‘curso ha sido empleado por Byron en La parisiense. José Luis Lanuza (Echeverria y sus amigos, 1951) exee ver algo autobiogrifico en este tema, algin episodio de juventud, en aque los momentos de disipacién que cau- saron la muerte de su. madre, EL largo poema EI dngel catdo, ol Don Juan Americano, es la conti- nuacién do_La guitarra, Pretende ‘mostrar toda la vida americana’y ser_ ‘ndefinide, como el Don Tuan, do Byron, en quien se inspira para Ja figura. Tiene, ademés, como El es- tudiante de Salamanca de Espronce- da, algo de Fausto su personaje. O sea que reine en si la insaciable teligencia con Ia exaltacién de la sensmalidad. En Ios once mil versos de que consta la versién publicada por Gutiérrez se trata de explicar el modo de ser y la crisis del argentino, su historia, ‘su paisaje; y eso, evidentemente, so- foca toda poesfa. Ademés de la ver- sién de Gutiémez existe un manus- crito en el Archivo de la Nacién en. el que hay més versos; todo un frage ‘mento que Gutiérrez ineluye en Poe- sia Americana (t. U1), y al que se refiere Sarmiento en sus Viajes (“Cnr ta a Lépex” - E, B, de Meyer, La Prensa, 17/11/63). En el poema Avellaneda, dedicado a Alberdi, del cual El matadero pa rece haber sido un apunte 0 un de- falle, Echeverria recupera su cone- ‘xién con la naturaleza aunque esta yer mo es I pampeana sino la de Tucumin, donde se sitia el drama rotagonizado por este joven mértir, su compatiero de la Asociacién de Mayo, que traté de: organizar una Aychivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar Liga del Norte para derbar ol po- ear ross ts fhorzas litres. satichntes, tei Goad, es fuslado su cabooses Cepests ex una: pica on ln plaza do MTocumidn, En et posts, Echoveria Tecres toda la tnyoctoia yl pro Bese de Mand Avelende) ats at Iartvlogio, No-ahorra las crteas Histrias, por boca de su persone 4 Lavalle, y emplea incugo el dis logo como medio de apurar la mensién épics. Donde el poeta Friis operat erie esac de Ta naturaleza. Lo demds es este- ete Air pacha pall ia, gesticnlante. Con todo, este poe- gras eesti ec taele catia, levanta Ta tension tan baja Be Sipe cade Se completa asi la produccién lite- raria de Echeverria. Como ha podido Serie en ara ea cs. taliones, a. dente df de ofrecer ejemplos de calidad per! durable, como en El matadero, o de Hagmentos narrativamente-valiso, tetno en La catia. Pero sie tt table st eoutribucidn a nuestra Ite fatita 00 10 fu mono “yal com trario~ su aporte la historia de niestas ideas. Esto se comprendera muy bien cuando se analice de cerca Pies cartel 22 Dogma Socteing, ee eteeaatees ia cet Saeed tae goers: cif del liberalismo, doctrina que, Dricicamente, ha constrido. basa ‘hoy nuestra nacién. Esto serd estu! re et taren catia date Mietee al sty ca cota mintica, Por ahora, puede” decise BOE ogee sos ea larstvin} Culacon con las Bivesde Alber, 9) Sia con la -Garin Magna do. 155. Nida menos que esto es lo quo debe Etaieyerta la historia do tnestas ideas, asi como nuestra historia de Ta literatura le debe a su produccén postica y namativa los rasgos que Han Guodado aqui setaladoe Hoseto de Rugendas pare ol pocma La guitarra Archivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar Bibliografia basica Los principales trabajos cxticos sobre Echeverria aparecen ya en su época, tales como el juicio de Gutiérrez so- bre su produccién poética hasta las Rimas (publicado por el Diario de la Tarde en 1837), y, posteriormente, el trabajo de José Manuel de Estrada, La politica liberal bajo ta tirania de Rosas. Adc Saldias, primer historiador re- Visionisn, estadia el papel cumplido - por Echeverria en la heterodoxa His- _ toria de la Confederacién Argentina. Luego el uruguayo Rodé en Juan Ma- ria Gutiérrez y_ su época. Modemamente, los trabajos se multi. pliean. Citemos, aparte de los de Pal- cos y Orgaz, citados en el texto, el de Tulio Halperin Donghi, EL pen- samiento de Echeverria (Sudamerica- na, 1951); el de Héctor P. Auosti, Echeverria (Futuro, 1951); el de Au- gusto Raal Cortazar, Esteban Echeve- ‘ia, iniciador de un rumbo hacia 1o amestro (prélogo de La Cautiva y EL ‘matadero, Peuser, 1946); Arturo Fa- rinelli, Byron y el Byronismo en le Argentina (Logos, afio III, N? 5); Fé lix Weinberg, Bl Salén Literario (Ha- te, 1958); Enrique Anderson Im- eet, Echeverria y el socialismo ro- mdntico (en Escritores de América, Raigal, 1954); Abel Chineton, Retor- rio de Echeverria (Ayacucho, 1954); Plicido Horas, Esteban Echeverria y 1a filosofia politica de Ta generacién de 1837 (San Luis, Universidad Nae cional de Cayo, 1950); Ernesto Mo- rales, Esteban Echeverria (Claridad, 1950); Noé Jiteik, Soledad y urbani- dad (Boletin de Literatura Argentina, N® 2, Cérdoba); Nydia Lamarque, Echeverria y la filosofia politica de Aschivo Historico de Revistas Argentinas la ilustracién (Sur N? 219-220, Bue- nos Aires); Jorge M. Furt, Esteban Echeverria (Colombo, 1948). www.ahira.com.ar _ Este fasciculo, con el libro que forman Precio del LA CAUTIVA, EL MATADERO, y otros escritos de Esteban Echeverria, fasciculo constituye fa entrega nt 9 de CAPITULO més el libro: nr wud) aN an Estos ca we son los primeros Ww os yan 20 titulos de la nn? ss" obra EN sf jos ome (08 1 can os e g enn - 192 pls, 2 paeaicauecion El gagn et Y ofge cuentos - HO : eA, See oi oOtE ee cor te So ewe ge ttt ee ye vas Org WS a ie Primera parte 00 got 7 seth aegy AP: Los es Atl om e es + tent ARO 120 pics. t uc yunt ari ie 00 gO gov are, a oe Saye cae Tcheera- 120 pgs. ET naciont de SBOE rine prt) - ara = 400 ses. ol Esp) a cae on 2 oe a iol - 300 plas La prosay@r oa tis, sa hs sin Lb vn it ensayo a nance ye 8 nape A ng ag : se esarolio e la Pe xg 80" xe! José Hern 509° Me ee cr ay - 92 pgs La segunda eso on cae Antologa de Gutigrrez y An Luc V. tana y® © oR DEN exarmin's fs ls armel formers N\ parte) - LV, Mansila - 320 pags. (Vol. Esp.) La generacién del EATS el ensayo Una excursiin a los indios rangueles (segunde parte - UV. Mensa - 240 pigs Le generacion del Ochenta: la imaginacion La gran aldea - Lucio V. Lépaz - 160 pies. 2 8et TS ae LOR Ae fousto - Del Campo Cportnanente se suninistarn poradias con tives de tamos y capulos para que los fails pueden enouaderease, La Direccién se reserva el derecho 2 tusttui cuales de os tis arurlaos. “ao ete ee wren ln cota c cte : A oot Sie esleE ab oe ridthoe ei Reet \-entinas | www.ahira.com.ar ~

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