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20 LACASAY LA MULTITUD DIMENSIONES CONCEPTUALES DB LA CASA Y CAMBIOS EX EL TIEMPO i se acepta una idea de Gottfried Semper, en su expresion mas primaria a vivienda no hace mas que amplifiear la funei6n protectora del vestido, y, como ene caso del vestidlo, su empleo se asocia también a neeesida~ des y expectativas culturales 0 espirituales. En esta misma direcciéa podria decirse, usando una ima; la por Manuel de Landa, que Ia vivienda es un exoesqueleto inventado por los humanos para acum lar y conservar cnergias (lisicas ¢ intangibles). La diferencia entre los exoesquieletos animales y los humanas consiste en qui los tiltimos, por ser invenciones, difieren entre sf, segtin cual sea su colocacién en el espacio, enc! tiempo yen los sistemasculturales de los que forman parte. Ademds, como con todos los elementos que componen el entarno artifi- ialmente creado por les hombres, estos exoesqueletos también integran el conglomerado lingliistico de su sistema de comunieac al mismo tiempo objeto material y representaci6n secial. Dado que en ella decantan variables sociales, conémicas, tecnolé: tricas, ideolégicas e incluso politics, la vivienda es un poderoso objeto en la construcei6n de imaginarios sociales, particularmente en la Moder nidad, cuando la velocidad de los cambios teenol potenciacios por Ia amplificaci6n de los eircuites y los medios de comu- nicacién, cstimulan la constante renovacién delos paradigmss de habi tacién: Ia casa se utiliza como wn medio para mrefigurar les tiempos a venir: Asi, en lo que se refiere a sus fuentes de energia en los comienzos del siglo xx, circularon infinidad de variantes de la “casa eléctriea”, dal mismo modo que en la segunda posguerra haria furor la fantasia de la “casa atémica” 0, como ocurriria cn las décadas que siguieron, la "casa del futuro”, centrada en Ia introduecién de los nuevas y cada vez mas populares artefactos clecirodomeésticos, idea que legs al extremo de concebir la posibilidad del reemplazo del propio exoesqueleto por un sistema exclusivamente centrado en aparatos e instalaciones para el manejo de flujos de encrgia, En la actualidad, en el mismo registro ci cul ka suposicién dela “casa sustentable” o la “casa domética’. 0 incluso la “casa informatica” (con pantallas activas como tabiques o mures divisorios), mientras que a finales del siglo xtx y principios del siglo xx, Jos grandes protagonistas ténices de respondiente revalticion doméstiea fueron las cocinas y Jos baitos. icos y culturales, INTRODUCTION a Los cambios en la estructura familiar son atra via para espect acerea de las nuevas formas de vivienda que habrén de darle forma y cobijo, En Occidente al menos, cada vez mas personas —jéwenes, madue ras 0 ancianas— viven solas, cada vez és matrimonios se rompen y los cSnyuges construyen nuevas familias de doble o triple rama, cada verse legitiman y constituyen mas familias de homosextiales y crecien- temente los hijos tienden a prolongar su estadia en el hogar parental. En el siglo xix, la férrea disciplina social determind en las grandes sions la aparicién de los Hamados dobles circuitos para separar 1! personal de se cio de los mm piramidal de esta tiltima llev6 a la jerarquizacién y el dimensiona- nto de los espacios para sus distimos inte cabeza de familia hasta los nifios y, por tltimo, los empleados— asi ‘como a la existencia de zonas separadas por género. Ta mis liberal sociedad de la actualidad, ya han apareeido ver {ituida por recintos espacial y material albergar una ved flexible de relaciones ps Ta idea cle comuni nes de la casa cons- Gnomes, que permiten tales, s de habitacién variables a pitir del empleo de recintos no es nueva, En losanos sesenta y setenta, yi habia dado lugar a los asentamientos hippies y contestatarios orga hizados a partir del empleo de cxipulas poligonales autoconstmuicas, Por upuesto, daclo que Ta vivienda es solo la mnfnima expresion del calectivo Is exisiencia de esias comunidades expresaba un claro rechazo ese colective tal como existia y a la ciudad que le daba forma, En huesiros dias, ese rechazo ha recuperaco una expresién que, para usar un término fuera de moda, deberfamos llamar burguesa —dade que retoma la ilusion de la familia mononvelear hija y jerdirquica—, mani- festada en todo Occidente en el sueno de la casa individual aislada ins. Aglada en barrios alejados de los contaminados (bioldgica, pero sobre todo politica, social y culturalmente) centres urbanes. FI llamado “New Urbanism’ ades convivenci ne a tearizar este moclelo de casa que preligura un futuro, con pocos 0 escasisimos valores compartidas. “Miximo" y “minimo” constituyen otra de las dimensiones de la lacomo objeto de reflexion y debate, en tanto son las coordenadas que fijan los limites de este universo. A pesar del fabuloso aumento de Jn calidad de vida de millones de personas que a lo largo del iiltimo siglo han pasado a integrar las clases medias en todo el mundo, los contrastes entre pobres y ricos no han hecho sino amplificarse, y encuentran su. 2 LACASA VLA MULTITUD, expresién en el mundo doméstico. Es una casa la que Mukesh Ambani el hombre ms rico de India, se construy6 en Mumbai? Las “necesidaades” de su familia requirieron de un edificio de 4.500 metros cuadrados cuye funcionamiento ocupa a 600 personas, {Loes la “casa ideal” presentada por Zaha Hadid en la exposicién de Imm de Colonia en 2007, con su escullérico y totalmente intl despliegue de formas? 2Puedlen seguir Jderandose casas les megaconstrucciones de 3.000 y 4.000 metros cuadrados que van ccupando el hasta hace pocas décadas desierto 0 las nnutevas islas artificiales de Dubai? Se dira que palacios de esa y mayores dimensiones pueden encontrarse en todas partes y en todos los tiempos. Es cierto: pero no olvidemos que los palacios histéricos eran expresién de sociedad extremadamente desiguales que, para obtener e] méximo posible de confort y la méxima capacidad de comunicaci6n con los recursos de su tiempo y Ingar, requerian elevadas concentraciones de personas y de bienes materiales para la vida del cuerpo y del espiritu: tien siendo necesarias fama‘ias concentraciones en las saciedades moderas? O se trata de meres expresiones anacronicas? En su opuesto, ln idea de “minimo” ha experimentado importantes transformaciones desde las épocas en que protagonizaba el debate en los Congresos Internacionales de Arquitcctura Moderna (crawl), especial mente en el segundo, celebrado en Frinefort en 1929. El minima de esos debates estaba necesariamente asociado @ la llamada cuestion social, estoes, a la pregunta acerca del esténdar por debajo del cual una cons: truccién no podia considerarse diznamente una casa, Cuando comenz6 aabonlarscel tema en Argentina, la unicad minima enlasintervenciones promovidas por el Estado fue la simple pieza o habitacin, armque no ppaso mucho tiempo para que esas dimensiones se ampliaran, como puede verse en el tipo de viviendas sociales consiruidas en los afios veinte, En nuestros dias, en continuidad con criterios que comenzaron a claborarse en la década de 1970, y dado que con los sistemas cons: tructivos y cle localizacién vigentes es imposible bajar los costos para Ponerlos al alcance de los sectores mas desfavorecidos, para las solu- ciones mi nda social se sucle proponer lisa y llanamente una unidad incompleta —en los altimos aos ha adquirido creciente dimensi6n la propuesta conocida como Elemental, de erigen chileno- estadouniclense—, que la familia deberé ir desarrollanda con los aftos, con frecuencia apelando a Ja avuda mutua, una modalided fuertemente impulsada desde la segunda posguerra INTRODUCCION 2 Pero el nifnimo contempordneo ya no se reduce a las demandas de la pobreza. Por motives diversas, numerosas formas del habitar de nues tro tiempo requieren de unidades de tamafo extremadamente reducico, y aunque se trate de expresiones minoritarias 0 excepeionales, cllo da lugar a experimentaciones de pran interés que, de resultar exitosas, pueden a su vez.afectar Jos modos masivos de la habitacién. Uno de e308 motives es el de las catéstrofes: los habitéculos de emergencia incluyen por cierto diversas lormas de carpas, pero se han ido incorpo- ido nuevas materiales, como el cart, el adobe, el alumini ellos se ha ido procurande sume uunque prec ciones minimas de confort para los refugiados. Otro campo de experi- fnimas de la casa es el de las destina. das a comunidades de personas solas que las necesitan periédica y previsiblemente por perfados de tiempo limitados, como los trabajado- tos en ciertos asentamientos en situaciones aishdas, personas en con- tinuo desplazamiento o simplemente jovenes estudiantes. De este campo han resultado propuestas de gran interés como las Rollit Houses, crea. 1s por un equipo de investigacién de la Universidad de Karlsruhe, © probablemente el ejemplo mas extremo— la Steepbos, de 3,75 metros cundradas de superficie, diseftaclae industrializacia por el equipo b nico de Arch-Group. Este breve examen de algunas dimensiones conceptuales de la casa nos permite advertir los cambios que han sufrido enel tiempo, la ampli- ‘ud de formas que adopta la habitacidn en el presente y la necesidad de revisar las coordenadas a través de Ins cuales se han pensado desde el siglo XIX, No nos encontramos frente a términos estables, sino a con- ceptos y practicas en constante mutacién, cuyas nucvas expresiones €s necesaria registrar y conocer Paraddjicamente, les anlisis que susten- an las politicas de vivienda frecuentemente definen su objeto de accion cn términos de un universo cerrado y estable, Mas atin, los numerosos terminos que reiteramos ¥ usamos como si tuvieran sentidos univocas constituyen problemas conceptuales. Por ejemplo, en este texto estamos plicando de manera indistinta los términos “casa” y “vivienda”, que. de hecho, en un sentido amplio, son sinénimos, Sin embargo, si aten demos ala constitucién yal uso de estos términos en el tiempo, veremos que aluden a aspectos distintos de los espacias domésticos: s tun término tradici casa ‘can los espacios dest ados a las Funciones de repradnecion de Ta vida mal y de uso extendido quealude ala relacién humana” a TAGASAY LA MULTITUD cotidiana y pone el acento en su cardeter de proteccidn, albergueocobijo, “eltérminovivienda, mas modemo, acudade.en cl siglo x.y de aplicacion, mas restringida, se relaciona con su sentido politico y su provisién por “parte de poderes estatales o pitblicos. La casa alude a una forma de relacionarse con el nas que denomit ido a través del Conjunta de operaciones huma- bitar (como accion ocome objeto). Lavivienda se rehere al expaciodor fasive eonvectiddel (Gpheo de SobieRaD; en item de una agenda estatal; remite a propuestas de especialistas y tGenicos o a valores de mercado. En nuestra experiencia come usitatios, los dos sentidas estin presentes y el vinculo sucle constituirun problema buscamos habitaeiones a nuestra medica, evaluada en términes objeti- vos y subjetivos; pero no estamos dispuesios a descuidar los dictados y exigencias del mereaclo inmobiliario. La distincién marxista entre valor de uso y valor de cambio es parte deesta tensién, pero no la agoia. En un sentido mi una tensiéa entre un sentido antropoli samplio, registramos 0 ¥ otro téchico-politico que piten a universos diferentes. Noes un dato menor sino un clemento sustantivo de las historias que este libro se propone i poracion de la vivienda popular en las agendas estatales, a part ‘siglo XIX, constituyé 1in punto de inflesién que separa el imperio de la casa de la primacia de la vivienda. ESTADOS NACIONALES ¥ ORGANISMOS INTERNACIONALES: LA BUROCRANZACION DE LAS ACCIONES. El reconocimiento gubernamental del “problema de la vivienda’’, esto ¢s, su consideracién como tema politico, central para nsegurar la gober nabilidad y el mantcnimiento del orden social, y,en tal sentido, su carac- terizacién como tarea propia de los Estadas nacionales comenzé a con- eretarse en Europa a caballo de! paso del siglo x1X al XX, aunque desde 1830 en algunos paises Inglaterra y Francia—se sucedian los debates sobre el tema, planteads de manera menos sistem jurisdiccionales mais reducidos. En tal momento se hablaba de la “cues- fig de la vivienda” (o més precisamente en espaol, Ia "ctestisn de la habitacion”) poniendo de maniliesto su consideracién como tema politico yeconémico propio de las nuevas socieclacies que se desarrollaban en el contexto del avance de la economia capitalista y los procesos de indus- ica y con aleances INTRODUCCION 25 tiializacién y laaparici6n de nuevos conflictos sociales, registrados sabre todo en medios urbanos, 1 con ambiciones de aleance nacional y con cierta woeaci6n centralizadora —objetives que dlebemos comprender a través de las coordenadas ideolopicas cel libe- ralismo econémicoimperante— fue probablemente la Reyal Commission on the Housing of the Working Classes (Rene), formada en Londres en 1384. En 1894, se promulyden Francia la ley Siegfried, dedicada a finan- ‘ociaciones llamadas “de casas baratas” — Associations des Bon Marché (HBM)—, aunque recién en 1912 se cre6 la Office Publique des Habitations & Bon Marché (ort), De manera simi- lar: si bien el primer Housing Act en Holanda se prommlgé en 1901, solo Viviendal, con el propésito de proveer soporte profesional a las asocia clones cle vivienda que el Housing Act va financiaba, En todos los casos, estas buena parte de los distintos protagoni esado, desde distintas perspectivas, por encontrar una solucisn al problema”. Enestas primeras instituciones estatales confluian politicos, hombres de negocios, representantes de algunas asociaciones de traba- jadores, médicos, abogados, benefactores privades, sacerdotes de dis- linias religiones, pedagogos; en otras palabras, un conjunto de actores variadlo con intereses y saberes de Loco tipo que hasta entonees habian actuado con autenomia, Una de las funciones mAs importantes de estas comisiones era pre- cisamente la acumulaci6n, el ordenamiento y la exposicion ptblica de Jos canocimientos li los efectos de conocerlo y de ec istituciones reunfan en sus estructuras a jonces se habian ireccidn. La rettwe realizs encuestas y entrevistas y re rial escrito, que publicé en un completisimo informe en 1885. Del mismo, modo, una de las primeras medidas ce Ja opium tue la creacion de un ia de publicaciones y archivos y una biblioteca. En pacticular, la cuestian de la intervencion del Estado estuvo en el centro del debate del Congreso Internacional de Cases Baratas que tuvo lugar en Paris en 1900. En América Latina, la accién mas temprana en este sentido fue. n del Consejo Superior de Habitaciones Obreras de Chile en 1906. En Argentina, como veremes, la Comision Naci sas Bara tas (CNCB) se crearia en 1915, No es nuestra int historia de las instituciones dedicadas al’ 2% LA CASA Y LA MULTITUD datos simplemente para advertir quel proceso de burocratizacién, esto 5. del establecimientode um saber y un sistema de gestidn centralizados del tema, comienz6 a principios del siglo xx. ‘Con posterioridad a la Primera Guerra Mundial, los procesos de reconsirucci6n europea dieron un nuevo impulso a este tipo de insti- tuciones, Como ¢s sabido, ese fue el momento de mayor intensidad en lo que podriamas Hamar la cultura de ta vivienda social moderna, momenta en el que se cristalizd la relacion entre el “problema de la vivienda” y la emergencia de un conjunto de propuestas disciplinares radicalmente renovadoras conocide como arquitectura moderna. En este periodo se dieron ademas los primeros pasos en la expansi6n del proceso de burocratizacisn de lasdistintasescalns nacionales a laescena internacional. En la Sociedad de Naciones, creada en 1819, comenza- ron a generarse estudios sobre el tema en lus distintas comisiones, y especialmente en la Organizacién Mundial para la Salud y en la Orga- nizaci6n Internacional del ‘Trabajo. Camo resultado de la labor promo- vida por estas oficinas, en los afios d entreguerras se publicaron los primeros trabajos sistematicos con vocacion global sobre cuestiones de vivienda y salud, vivienda y elima, habitacién rural y, el mas ambi cioso, sobre “E problema de a vivienda y su estudio en el plano inter- Si bien la Segunda Guerra Mundial interrumpié este proceso, su fimalizacion y la necesidad de una rapida reconstruccién europea, ar- ticulada con la reciente experiencia eatadounidense pata cn cl que li Gran Depresién habia inducido por primera vez.la gestacién de act politicas estatales nacionales— y con laemergencia de las nuevas dimen jones del “problema” en las nacientes naciones del Hamado Tercer Mundo, determinaron el inicio de una nueva fase de buracratizacion en gran eseala. A este altura, en los distintos pafses se consolidaron las instituciones estatales y ptiblicas dedicadas a la investigacisn, el finan- ciamiento y la construccién de viviendas de bajo costo, mieniras que la cuestién pasé a ocupar un lugar central en la educacién de los profe- sionales. Se desarrollaron prototipos, mods de abordaje mixto (aso- cinciones de diverso tipo de cooperativas con los distintos niveles del Estado y con empresas privadas, etc), soluciones tecnolégicas con distinto grado de industeializaci6n, y se ensayaron propuestas experi- mentales en cuanto a grados de integracién urbana o dispersién en las periferias, con densicladles variables, Todas estas acciones y procesos INTRODUCCION a produjeron un caudal gigantesco de realizaciones, especialmente en los pafses que habian sido afectados por la. conflagraci En relacién con el nuevo mundo de las Hamadas naciones emergen- tes, en Jas décadas que siguieron al fin de la Segunda Guerra se creo un conjunto de organizaciones internacionales que impulsaron una mayor dimensién de las buroeracias especializadas en el “problema de Ja vivienda’. En fa Onganizacion de las Naciones Unidas (oxv) se ergan aon oficinas especializadas, en parte en continuidad con las peee: tentes de la Sociedad de Naciones, pero ademas sometidas a nuevas influencias y presiones: por un lado, las ejercidlas por los expertos esta~ dounidenses formados en el contexta del New Deal rooseveltiano: por tro, las promovidas por los expertos europeos congregados en torne Ja reedicién de los ctas en la posguerra, y, finalmente, por una nucva ‘dia de especialistas eonvocados y organizacos porla tambien recien creada Union Internacional de Arquitectos (uA), que reeogfan expe- ricncias de vivienda social realizadas hasta entonces en distintas paises lel mundo, 1 embargo, los protegonistas del abordaje del problema en la segunda mitad del siglo xx no fueron los arquitectos, ni tampoco el vartado especiro de aciores que vimos en las fases anteriores, sino pus vyas corrientes de expertos que provenian de la naciente disciplina de la sociologia y, sobre todo, de la economia, Hn efecto, Junto con la oNU se fundaron jas poderosas agencias de fnanciamiente internacional que ante las erecientes dimensiones del “problema’—serfan, en la segunda itad del siglo xx y hasta nuestros dias, las orientadoras de las sokuci nes en todo el mundo: el Banco Mundial y los Bancos de Desarrollo en listintos sectores del Tercer Mundo, come es el caso del Banco Intera- mericano (nm) en América Latina, Con estas nuevas dimensiones y caracteristicas la carencia de vi- vienda dej6 paulatinamente de ser entendida como una manifestacion 6 sintoma de un complicado y vasto conglomerado de factores y fire consolidndose como un “problema” fijade numéricamente, abordado cen lo esencial a partir de la movilizacién de gigantescos fhajos de y sometico a un conjunto de protocalos y normas burocraticas que ‘conducena “soluciones” aparentemente claras y repeticlas, Sin embargo, ‘a todas luces, las careneias siguen agigantando los asentamientos pre: cearios que rodean a las grandes cindades de los denominados paises gentes, a Ja vez que los guetos de migrantes en que se han trans- 2 EACASA Y LA MULTIFUD. forrado las presuntas soluciones en los paises conocides como avan- zados no dejan de estallar cada aito en sus principales capitales. si, el “problema de la vivienda” se ha transtormado en un tpico | simple del sentido comtin, por lo que se picnsit y se acitia como si ver daderamente se tratara de una enfermedad que puede curarse con alain remedio que la aisle y la elimine de cuajo. No se wala acaso de que el problema consisie en la falta de viviendas? Pues bien, cntonces lo que hay que hacer es construir nuevas unidades: tan sencillo comoeso Solo ira los expertos, que en poco tiempo nos, n los flujos internacionales de recursos financieros y nos propercionarsin las instruments de cilculo, les formas juridicas y las soluciones arquitecténicas para resolverlo, Nuestra presuncién, por lo que podré leerse en este libro, es que la cucstién es enormemente més vasiay compleja y abarca, es afectada y afecta a la vez.a numermsas dimensiones de la sociedad y ce la existencia humara: Creemos que la carencta de vivienda digna para la mayor parte de los habitantes del mundo, y para uno de cada cuatro habitantes de nuesiro pais, no €S“un’ problema, sino un sintoma, uno de los ms dia _miticos, de los desequilibrios en buena parte dle nuestro sistema de vida mas los recursos de los quel Tierra dispone. sario desmontar la nes intenaclo hacer, ~paivialimente y dentro denuesiras posibilicades, con el conjunto de inves. Aigaciones que aqut presentamos, con laesperanzade que su lecture ayiude a pensar, desviando la stencién de la apariencia del sintoma, la compieja red de factores que lo han generado y a pocler a VIVIENDA, ARQUIFECTURA, CIUDAD, TERKITORIO En la Modernidaed, el “problema ce la vivienda” impacto fuertemente en la concepcidn dela arquitectura como disciplina. A lines del siglo xix, lademanda politica y estatal deconsiderarel estado del habitar popul como nuevo problema plblico conmacion6 a profesionales que tradi- cionalmente se habjan ocupado de los programas destinados a los s tores mas poderosos de la sociedad, Podria decirse que la disciplina internaliz« takes demandas, colocando el tema de la vivienda masiva en el earazdn mismo de sus ideas y pritcticas. INTRODUCCION 2» En Argentina, un modernista radical como Wladimiry Acosta pl ba que harquitectura moderna era arquitectura de vivienda, indieando que en el abordaje decidido de la transformacién de los espacios cel habitar masivo, la arquitectura habia encontrado un nuevo sentide de aceidn y un motor para su propia transformacién, como disciplina y come instituci6n social. Ubicadoentonces en el plexo de los debates que pusieron en cuestién todas las normas y los valores que habfan construido Jo arquitectura occidental, el “problema de la vivienda’’ se constituyé en | fundamento de un imperativo moral que instalé como, In idea de un maximo despojamienta decarativo debido a su.condicién superflua, Ia exigencia del estricto cumplimiento de necesidades fun- les y la premisa de la reproductibilidad, Estos factores formaron a estructura portante de la estética modemista. la que se expandié jaevo sistema a todos los temas de la arquitectura. Sin considerar la presién impuesta por el “problema de la vivienda” y la forma en qute ciertos sectores de punta de la disciplina lo internali- zaron, no podemes entender la arquitectura moderna con su pureza «le ineas rectas, su preferencia por las farmas ctibicas ¥ sus despojadas superficies Aunque se trataba de una formulacién programétiea y estética, esa estructura portante respondia a una serie de coardenadas economicas, politicas y sociales propias del momento histérico en que era conecbida, y.nor Jo tanto, llevaba implicitas ciertas premisas vitales para su justi- ficacion y vigencia, que podemos sit la siguiente enumeraci6n: 1).un modelo de concentracién de capital, poblacién y servicios en los grandes centros urbanos; 2) una clara divisién en clas wetiza sociales, polarizeda entre burguesia y proletariado, con un relativamente pequefio sector de clases medias, n coxtos os casos con una fuerte conciencia de su propia idenvidad; 3a que hacia mediados del siglo xx tendié a estabilizarse en una forma mononuclear integrada por wna pareja hete- rosexual, con un rimero relativamente pequeno de hijos y que podia contener en su seno a los ancianos; 4) un modeiode produceién industrial basaddo en el empleo de mma mente variables, debido a sualto costo de constmuecién; estructura famil cosfijas o minis 5) una explotacion de los recursos territories como insumos mate- riales y icos de esa produccién que no inclu‘a en sus costos los dlaitos infringidos al ambiente y que,en sus expresiones mas avanzadas, 0 TA CASA Y LA MULCITUD extrafa buena parte de ellos de territories lejanos sobre la base de la dominacién colonial a imperial Qué ocurre cuando estas premisas, como abservamosen el presente, cambian radicalmente? ¢Puede seguir penséindase el problema a partir de jas mismas premisas implicitas en las soluciones ensayadas a lolargo. del sigloxx? Si bien la carencia de vivienda para la mayotfa de la huma- nidad y en nuestra pats sigue siendo, para usar el lenguaje del siglo x1x, pavorosa, ¢se trata aiin del viejo “problema de la vivienda’ ? ¢No se hace imprescindiible repensar la cuestién desde el inicio, reconsiderando la valicez y la vigencia de esas premisas, para ir encontranda soluciones «que tengan en cuenta los grandes cambios operadoso al menos puestos. en marcha en las ttimas décadas? Para avanzar sobre les implicancias de tales cambios, consideré- moslos brevemente: 1) El modelo de concentracién industrial ha perdido vigencia, no, solamente porque la industria emla 2eiualidad ha reducido su demanda de mana de obra, sino porque se expande un modelo abierto y desterti- torializado, Aunque de manera simultanea se ha ampliado exponencial- mente la importancia de los servicios, sc trata de un secior que tambi muestra una tendencia a Ja destervitorializacién 2) La mano de obra indusitial que se identificaba con el proietariado constituye en Ia actualidad apenas una pequefia poreién del espectro social. Al mismo tiempo, los cambios ocupacionales, las transformacio- nes en las formas de consume, la constitucién de nuevas identidades sociales que no remiten estrictamente a clases sociales transforman los usos de las ciudades en el sentido de que configuran espacios de fusion que se articulan con losde segrezaci6n. Por ejemplo, los antiguos barrios, basados en la existencia de una poblaci6n relativamente estable ligada una produccién fabril o comercial de gran inercia, en la actualidad tienden a cambiar su pablacién: en algunos casos, tugurizaindose: otros, gemtrificéndose, y en otros, simplemente absorbiendo a nueves habitantes, integranies de esiratos de trabajacores no ligados directa- mente a la procuccién industrial tradicional. ‘Aunque el espacio urbane contenia zonas de [usién —cl eentro—, la ciudad del siglo xx —con matices y variantes segiin sus condiciones fa a la segregacion espacial de clases. En nuestros dias, el centro tiende a perder vitalidad y multiplicidad, a favor, en parte, de les guetos de las periferias o nuevos centros, pero también de ka creacién INTRODUCCION u de numerosas nuevas zonas dispersas de { tios 0 cjes territoriales de consumo, ‘in vinculadas a megacen- Jo que se va definiendo como 1 red urbana de nodos continuamente variables. Por eso, de manera creciente, a la luz de los grandes problemas ‘observados en las masivas construceiones de vivienda del Estado de bienestar dela posguerra, pera también ante las nuevas condiciones de la sociedad, el modelo de los “conjuntos de vivienda social” (de alta 0 baja densidad) esti siendo reemplazado por distintas expresiones que intentan combina y mezclar en las nuevas construcciones ima pablacién de origenes sociales diversos. 3) Come anticipamos anteriormente, las unidades de habitacién, si bien mantienen un referente primordial en el modelo organizado en torno 2 Ja pareja heterosexual, se han multiplicado en innumerable formas, Estas van desde las comunidades de jévenes a la proliferacién de instituciones para ancianos, desde los cada vez. més adultos solos hasta las parejas con hijos de distintas ramas. En los sectores mds caren- ciados, los estucios muestran un predominio de una estructura matriar= que incluye hijos numerosos e hijas sin pareja y a su vez tambi con ninos pequenas. Estas nuevas condiciones obligan a repensar la estructura misma de las unidades, dentro de les cuales el sector servicios iambién ha cambiado sus usas con respectoa los estandares de vivienda del siglo xx. Ast, hoy vemos cocines en las que ya no se cocina, barios ‘que incorporan nuevas formas del euidado del cuerpo tanto como luga- res de estar que acogen pareialmente otras funciones. como el trabajo ol deporte, 4) La informatica ha introducido un cambio fenomenal en la duccidn industrial mediante el empleo de maquinas de controlnumérico guiadas por computadoras. En nuestros dfas, la produceién masiva ya no requiere necesariamente el uso de una tinica matrir, dado que las 6rdenes de corte pueden variar de pieza a pleza, Del mismo modo, la condicién de reproductibilidad no obliga a fabricar piezas necesaria- mente rectas o a limitarse a procucir superficies regladas. En otras palabras, Ia estética considerade frecuentemente como hospitalaria, carcelaria 0 propia de palomares que caracteriz6 a la produccién de vivienda moderna ha dejado de estar ligada @ unos procesos productivos que no dejakan otra posibiliclad. 5) Por tltimo, lo principal: el territorio, Es cierto que el nuevo medelo deproduccién flexible y globalizado requicre de puntos de extrem LA CASA Y LA MUETITUD sidad en la concentracién de los flujos Ge energfa e informacion y eso supone un continue erseimiento de la poblacién urbana, come lo de: inuesivan las estadisticas. Sin embargo, no pueden dejar de seftalarse algunos Factores que operan en diteccién opuesta. Uno de elles esté con: titulo, como ya lo hemos seftalado, por los efectos de la deste zacion. El otro, de no menor imporianela, es la creciente con acerca de los costs generados como consseucnecia del deteriore ambien tal yno inchuidos hasta aqui en el proceso ce crecimiento, Se impone un uso racional de los recursos en distintos planos, que, en el tema que nos a, debe incluir el patrimonio construide, es deci; el parque valioso nque deteriorado de viviencas erigidas, en el caso ce Argentina, a lo largo de mas de un siglo. Atmavés de este examen sumario de cambios que ate chir el "problema de la vivienda’, se aevertiré que simplemente de “hacer viviendas nuevas”. Es necesario repensarel ema en base al nuevo contexto que acabamos de esbozar simplemente de manera indicativa, Mas atin, quizé deberiamos acimitir —permitasenos una formulacién a sabiendas excesivamente radical— que no hey ni deberia haber *politicas Ge vivienda’” sino politicas de desarrollo que, en Ja medida en que involucren la totalidad de los faciores que se sintetizan bajo el enganoso titulo unificador del “problema”, podran hacer que, curada la enfermededl, cl sfntoma vaya paulatinamente desapareciendo, dees p se trata tan ‘Viviexos ¥ EStaDO ER ARGENTINA. PERIODOS ¥ TEMAS, Con fiecuencia—sobre todo enel campo dela historiade ka arquitectura, aunque el tépico también ocupa un lugar privilegindo en Ia historia yen inario politico—se considera que la historia de la vivienda soctal y de la intervencién del Estado en la materia se inicia en el gobierno del peronismo de los aitos 1940 y 1950. Sin embargo, en el curso ce nuestro teabajo fuimos comprobando que tal afirmacién no solo e ino que aculta una parte findamental de la historia de las polit Mivienda en Argentina, ya que, si len el peronismo inicié la construceion masiva por parte del Estado, la historia de la relacién entre este y la vivienda es mas amplia y se remonta a las dl siglo xix, Fue emtonces cuando, bajo el impacto poblacional de la inmi- eracién registradoen las grandes ciudades, las condiciones de vida popu INTRODUCCION 33 Javes comenzaron @ considermrse na cuestion de Estado, hasta conti jyntar Jo que el lenguaje politico de la época denominaba la ct de |y vivienda o cuestién de la habitacion (véan itulos i, 1V y ¥) En esta ctapa, que podeinos extender globalmente hasta el ly construccién masiva por parte del Estado a partir de 1943, se desa Hroll6 un Intenso debate sobre las caracieristicas que debfa reunir la \Vivienda popular, st sentido social y politico. Como cuesti6n cuantit qied6 en manios del mercado o de instituciones 3 ho del Estado; sin embargo, este realizd una camidad apreciable de construcciones experimentales de pequefia envergadura qu Humbos para la fitura accion estatal sistemsitica. El elima de ideas de la época consideraba que la construccién masiva de viviendas era un (ema del mercado, al mismo tiempo que recanoc' st los ‘iblicas no es| que ciertas cuestio- hes infraestructurales, como las de salubridad biisica fan que esta tarantizadas por el poder pablico, tal come Jo revela la temprana pro- Inocion de una institucion estatal de gran jerarquia como Obras lavias de la Nacién en 1912. En otras palabras, cl Estado no in on el mercado construyenlo unidades, pero no se desente condiciones y los problemas det hrabitar masivo. Como hemos afirmado en rolacién con los desarrollos curopeos, en {al momento ce debate, sobre todo en sus inicios, la vivienda se encon rnba lejos de ser considerada una cucsti ca, sino que se ka abor tanto problematica politica, social y cultural (véanse los capy )S AVIL Y XVII. Los especialistas en viviencla se fueron formando a istruyendo lentamente en las décadas que siguicron. Antes de 1920, lel tema se ocupaban politicos, médicas, eriticos o reformadores so: ntias que loy arquilectos se incorporaron tardfamente a este cuando ciertas coordenadas clave de la arquitectura de ls ta (comb rasgos baisieas desu disposicion, condiciones sanitarias, Je asoleamiento © ventilacién) ya habien sido fijadas por ores profe- siones o poderes sociales (sobre la incorporacién de lo yéanse les eapitulos x a XID, ia de las te arquitectos, ste Tue un debate liderada por el Estado, a través de instittciones ‘como la ecu a partir de 1915 (véase el capitulo V), pero protagonizado por una gran cantidad de actores pablicos no estatales, de distinto ori= gen, muchos de ellos ligados a la accién politica o social (véanse los apitulos vy vil oa foros de debate sobre temassociales, come el Museo Argentino, arganizador de los Congresos de la Habitacién, En el

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