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Revision de literatura FLEBITIS POSTINFUSION EN CATETERES VENOSOS PERIFERICOS: UNA ACTUALIZACION DEL ARTE POST INFUSION PHLEBITIS IN PERIPHERAL VENOUS CATHETERS: AN ACTUALIZATION OF THE ART Elena Pérez Melgarejo" Interna de Enfermeria Unidad de Tratamiento Intermedio Médico Neurolégico Hospital Clinico de la Pontificia Universidad Catélica de Chile Articulo recibido 6! 18 de enero, 2011. Aceptado en versién corregida el 2 de agosto, 2011. RESUMEN Las diferentes patologias y su manejo actual hacen que la terapia endovenosa sea frecuen- temente utiizada en un gran nimero de pacientes admitidos en unidaces de hospitalizacién, y més atin, sean fundamentales en las unidades de cuidados intensivos. No obstante, a pesar de los berelicios, su uliizaciOn no esté exerta de complicaciones, siendo una de fas mas frecuentes la flebitis postinfusion o flebitis quimica, asociéndose a una alta incidencia (alrededor de un 15 a 80% de los pacientes con accesos venosos periféricas) y se atribuye Principalmonto a Ia irritavién provocada por modicamontoo adminiatradoo por cata via. Eo responsabilidad de enfermeria la instalacién de una via venusa periférica y sus Cuidadus, por Jo que es de suma importancia conocer los signos y sintomas de flebitis para su deteccion reco? y, ademés, formas de prevencién y su manejo una vez que esté presente. Sin amhar- 199, pose @ quo oxiston numorocos ostudios roforentes a cu provenoién y tratamiento, atin no fray resultados conciuyerites que permitan reconendar urta iriedida determinada. Palabras clave: atencion de enfermeria, cateterizacién periférica, flebitis, prevencion, flebitis quimica, flebitis pastinfusién ABSTRACT Different pathologies and their current management make intravenous therapy frequently used for the majarity of patients admitted to hospital units and are even more eritial in in- tensive care units. Stil, despite of the benefits, its use is not free of complications, being fone of the most frequent post infusion phlebitis or chemical phiebins, associated with a high incidence (around 15 to 80% of patients with peripheral venous access) and is mainly attributed to the irritation caused by medication administered by this route. le responeiblity of nursing staff the installation of peripheral venous catheters and its care, su itis impor tant to recognize the signs and symptoms ot phiebitis for early detection and also forms of prevention and handling this once itis present. However, while there are numerous siudies concerning the prevention and treatment, there are no conclusive rocults yot to recommend a particular nreasure. Key words. nursing care, peripheral calieterization, phlebitis, preven= tion, chemical phlebitis, infusion phlebitis. comrespondencia e-mail: ecperer@iuc ol 2011, Horiz Enferm, 22, 2, 37-48 37 Hevision de Literatura INTRODUCCION Lac diferentec patologias y eu mangjo aclual Haven gue la lerapia endovenosa sea trecuentemente utilizada para la ma- yoria de los pacientes admitidos en uni- dades do hospitalizacién y, mae atin, sean fundanventales en las unidades de cuida- dos intensivos, ya sea para mantener las necesicades basales diarias de liquidos. nutriontos, olectrolitoe, ete.; para restau- rar péruidas, auministrar medicamentos 0 incluso como torma de monitonizacion ne- modinamica y apoyo diagnéstico (Carba- Ilo, 2004; Carballo, Feijoo, & Llinas, 2004; Regueiry el al., 2005). Se recurre a la terapia endovenosa uando la administracin de tratamiento ‘en ef no puede realizarse via oral, cuando su administracién precisa de la maxi- ma efectividad de torma inmediata y, en caso de pruebas diagnésticas. cuando se requiere utilizar contrastes de rapida di- solucién hematica o extraer muestras de sangre (Carballo, 2004). Para estos fines. existen diferentes dis- positive, siendo uno de los mas utilizados ul caléler venoso de acceso periférico 0 cateter venoso peniterico [GVP], que se define como aquel cuya canalizacién se realiza a través do una vena periférica, cumo por ejemplo las venas radial, cubital, Gorsales metacarpianas, entre otras. Estos dispositivos varian en su longitud, material y calibro. Este titimo se mide en Gauges [GI siendo su valor inversamente propor ional al de la agula (Carballo, 2004). Durante los ultimos afios han ocurri- do cambios importantes en el campo de la cateterizacion venosa. Por un lado, se han introducido materiales plasticos me- nos lesivos y proclives a la colonizacion bacteriana, al mismo tiempo que se ha reducido considerablemente el calibre de las cénulas periféricas. Por otro lado, los profesionales han realizado un gran es- fuerzo on la estandarizacion de protocolos con el fin de minimizar los riesgos de la terapia intravenosa, lo que parece haber reducido Ia incidencia de las camplicacio- Pérez, E. nes derivadas de este procedimiento 0 al menes su gravedad (Garitano, Rarherana, Alonso, & Gistau, 2002). Sin embargo, es. tos avances y Ios multiples Deneficios que tienen los CVP, no hacen que su uso esté ‘exente de complicaciones, siando una de las mas frecuentes la flebitis, que consiste en la inflamacion de una vena debido a una alteracién endotelial. No se dispone de literatura que entrague informacién acerca del problema en los hospitales chi lenos, pero estudios internacionales estl- man su incidencia entre un 15% v un 80% en pacientes que raciben tratamiento via endovenosa (Arrazola, Lerma, & Ramirez, 2002; Carballo, 2004; Dos els, Silveira, Vasaues. & de Carvalho, 2009). Con ia presente revision se pretende actualizar la informacién disponible acer a de la flebitis postintusion en catéteres venosos periféricos y reconocer formas de evaluacién, prevencién y cuidadas exis- tentes. Todo lo anterior en base a la evi- Gencla clentifica mas reciente disponible. METonoLocia Se realizé una biioqueda sistematioa do bibliogratia uilizanido las bases de dalus ProQuest, Pubmed, Cochrane y, ademas, fn la wah da publicasiones Fisevier util zando las palabras clave: flebitic, flobitio quimica, febitis postinfusion, Uralaiento, prevencién y enfermeria, con sus corres- pondientas similes en inglés. La bisqueda so limité @ articulos en inglés y espafiol, de libre acceso, a texto completo, con un limite de diez anos de antigiledad (2000-2010). Se seleccionaron 26 articulos relevantes para el tema y se incluyeron cinco excepciones a estos limi- tes para complementar la informacion en- contrada dehido a la falta de textos com- pletos, las cuales corresponden a los afios 1993 (un articulo) y 1998 (cuatro articulos). ASPECTOS GENERALES DFL PROBLEMA Incidencia y factores de rlesgo Como se mencioné anteriormente, la inci- 2011, Horiz Enferm, 22, 2, 37-48 Flebitis postinfusién en catéteres venosos periféricos: una actualizacién dal arte doncia de la flebitic e¢ bastante elevada, presenténdose, segin algunos autores, en hasta un 80% de los pacientes que son tratados a través de la via venosa (Arrazola et al., 2002; Carballo, 2004; Dos Reic ot al., 2003). Este problema se traduce en la remocion del cateter y la insercion de uno huevo, requiriendo ademds, en numerosas ocasiones, tratamiento local y algin anal- gésico y/o antiintiamatorio. Los cambios frecuentes de catéter acarrean una mayor carga de trabajo para enfermeria. y final- mente estrés, incomodidad y dolor en el paciente, Episodios repetidos de flebitis pueden ‘conducir a dificultades en el acceso veno- so y la necesidad de procedimientos mas invasivos, como la insercién de un catéter venoso central. Por lo que el rol de enfer- meria en la prevencién de complicaciones e iinfecciones relacionadas con catéteres resulta primordial, teniendo en cuenta que es el principal responsable de su insercion y posterior manipulacién y cuidados (Car- hallo et al., 2004; Niél-Weise, Stijnen, & Van den Broek, 2010). SI bien, no serdn descritos en profundi- dad, es importante destacar la existencia de factores de riesgo en la génesis de la fiebitis, los cuales pueden clasificarse se- gun sean propios del paciente, del cateter per se y los derivados de la indicacién médica. Entre los primeros destacan: la edad, el sexo y patologia de base. Los que se asocian al catéter venoso periferico son la unidad en que se inserta el catéter, ha- bilidad en la técnica de insercién, material del que esta hecho el caléter, calibre de la canula y sitio anatomico de insercién. Finalmente los que se derivan de la indica- cién médica son: medicamentos a infundir, duracién del tratamiento y velocidad de infusion (Carballo et al., 2004; Martinho & Rodrigues, 2008; Nassaji-Zavareh & Ghor- bani, 2007; Regueiro et al., 2005). En un estudio realizado por Curran, Cola, Gilmour, McNamee y Hood en el 2000, 0 establece como factor de rieego, ademés, el uso de bombas de infusion, ya 2011, Horiz Enferm, 22, 2, 37-48 que una perfueién prolongada favorooe la mulliplicacion de microorganismos en caso de que la solucion a infundir esté contaminada Sin ombargo, pose a quo estos factores han sido estudiados en milliples ocasio- nes, no se ha llegado a un consenso abso- luto’ sobre la relacién que guardan con el desarrollo do la flobitic, cobro todo on loo factores de riesgo relativos al paciente. Algunos autores como Regueiro y co- laboradores, en el 2005, plantean que no influyen significativamente en la incidencia de esta complicacién. Por el contrario, otfos estudios aseguran, por ejemplo, que edades superiores a sesenta afios, sexo masculino y enfermedades o situacionos que desequilibran de forma importante la homeostasis del organismo, tendrian gran repercusién. Destacan. ademas, malos ac- cesos venosos, teniendo el riesgo de tener Punciones trauméticas o multiples intentos que pueden dafiar los vasos; la insercion de catéteres en extremidades inferiores, Por el menor calibre de las venas; enfer- medades infecciosas, debido al uso de antibioticos; el sexo femenino, aludiendo ‘a que las diferencias hormonales serian un factor contribuyente; y el antecedente de diabetes mellitus, ya que faviitaria la progresion del dafio al existir una altera- cién endotelial de base secundaria a esta enfermedad (Carballo ct al., 2004; Martin- ho & Rodrigues, 2008; Nassaji-Zavareh & Ghorbani, 2007) 108 de flebitis Pese a este elemento fisiopatolégico comin, las flebitis se pueden clasificar segiin el mecanismo que inicia el proceso inflamatorio. Distinguiéndose: = Mecénicas 0 traumaticas, producidas generalmente por la reaccién provoca- da por el CVP que actua como cuerpo ealiafiu. Aunque lumbién dependen del lugar anatomico de insercion, la técnica empleada, longitud y calihre del catdter, ‘tamafio de la vena, entre otros (Carba- liu et al,, 2004), 39. Revisién de Literatura = Infecciosas, cuando se origina por tallas en la asepsia de la técnica de in- sercién. por ejemplo, lavado de manos inadecuado, cateterizacién de urgencia, manipulacién excesiva y/o no aséptica Gel catéter 0 equipo de Infusion, acu- mulacién de humedad bajo el apésito y tiompo de permanencia (Carhalla et al, 2004). = Quimicas, cuando es secundaria a la irritacién venosa provocada por agen- tes quimicos. Esta ‘itima es una de las mas frecuentes y se asocia a la admi nistracion de terapla endovenosa. Gabe destacar que en otros estudios, como 1 realizado por Martinho y Rodrigues en 2000, desagregan de las ficbitio quimicas de las flebitis postinfusién, explicitando que pese a tener el mismo origen, estas Ultimas se presantan 48 a 96 horas posterior al retiro del catéter. En esta ocasion se abordaran de forma més detallada las flebitis de origen quimi- co © también llamadas flebitis postinfu- sién, debide a lo frecuente del probloma y a que su prevencion y tratamiento sun responsabilidad de enfermeria. Existen factores de riesgo determinantes para SU aparicién, por ejemplo: = Indicacion médica, sea suervlerapia, antibidticos u otros medicamentos (Ruiz & Borrero, 2006). = Duracién del tratamiento endovenoso. Es dec, si la perfusion es cuntinua, intermitente 0 administrada por bolo. Existiendo un mayor riesgo de flebitis €en los tratamientos continuos (Carballo et al., 2004), = Caracteristicas intrinsecas de cada férmaco como el pH, presentacion y ‘osmolaridad de la solucién farmacol6- gica (relacionada con la concentracién) (Carballo et al., 2004). = Velocidad de infusién, siendo de mayor riesgo velocidades mayores a 90 mi/ hora por la presion continua elercida sobre el vaso sanguineo (Martinho & Rodrigues, 2008). = También puede desarrollarse cuando Pérez, E. la colucién do! proparado para la pil, omy alculiul v clorhexidina, no se deja secar antes de la puncion, arrastrando- la hacia el interior de la vena (Carballo ot al., 2004; Rocenthal, 2007). = Algunus autores sugieren que particu- las que quedan de un medicamento mal reconstituido 0 particulas de vidrio provenientes de las ampollas, también pueden causar flebitis (Curran et al., 2000). Modicamentos de riesgo Lus fluidos corporales tienen una os- molaridad de 290 + 10 mOsm. El valor de osmolaridad de soluciones que serén ‘administradas por via venosa poriférica Ueberia ser como maximo el doble del plasmatico. Helacionando soluciones de mas de 500 mOsm/l con una mayor inci- doncia de flebitie. Para ofectos de clasiti- cacién y segin la bibliografia revisada, se consideraran como de bajo riesgo fiebitico [BR] medicamentos con una osmolaridad menor a 350 mOsm/l; de mediano riesgo [MR} entre 350 y 500 mOsm, y de alto riesgo [AK], medicamentos con una osmo- laridad mayor a 600 mOsm/l (Carballo et al., 2004). Lo mismo sucede con el pH: la sangre tiene un pl entre 7.95 y 7.45, con siderado un rango neutro. Drogas muy acl- das (con pH inferior a 7.0 y especialmente las que tienen pH menor a 4.1) y drogas muy bésicas (con pl mayor a 7.0 y sobre todo aquellas con pH superior a 9.0) pue- den dafar la tUnica intima (Kokotis, 1998). En la Tabla 1 se descrihen los medica- mentos de uso més frecuente en cl dmbito intranospitalario y su riesgo de provocar flebitis segin sus caracteristicas. Fis patologi La tlebitis, como se mencioné anterior mente, consiste en la inflamacién de una vena debido a una alteracién endotelial, que afecta a la tGnica intima de los vasos sanguineos. Se caracteriza por dolor leve a moderado, enrojecimiento y calor local, ‘edema, disminucién en la velocidad de in- 2011, Horiz Enferm, 22, 2, 37-48 Flebitis postinfusién en catéteres venosos periféricos: una actualizacién del arte fusién y, en algunos casos, la palpacién de Inicialmente no se tenia muy claro ol un cordén venoso a lo largo del trayecto _—origen fisiopatolégico de este problema, Ge la vena. También puede aparecer fiebre _—pero la mayoria de los autores coincide en (Carballo et al., 2004; Martinho & Rodri- que esto se debe a un proceso infiamato- gues, 2008), rio clasico que se desarrolla répidamente, Tabla 1 Medicamentos de administracion frecuente asociados a rlebitis quimica” Medicamento pH Osmolaridad a ‘mOsm/ Analgésicos Mortina 29-70 Antibidticos Cloxacilina 8.0- 10.0 308 BR Piperaciciina-Tazobactam 8.0 - 10.0 368 MR Cefalosporinas 80-100 368 BR-MR Imipenem-cilastatina 8.0-10.0 368 BR Amikacina 66-67 MR Gontamicina MR-AR MR MR Metronidazol ME-AR, Vancomicina 24-45 MR Eritromicina 65-75 AR Antiepilépticos Fenitoina 10.0-19.0 336 AR Antiulearosos Omeprazot BR Antiviralos Aciclovir aR Bonzodiazopinas Diazepam aR Corticoides Metiiprednisona BR Derivados plasmdticos Albmina 20% BR Diuréticos Furosemiga 75 BR Fluidoterapia ‘Suero tisiologico 0,9% 35-65 307 BR ‘Suero glucosado 5% 50-68 277 BR-MR ‘Suero glucosado 10% 555, AR ‘Suero premezclado 348. BR Aminodicidos 159% BR Cloruro ue calcio 109% 2102 AR Vasoactivos ‘Amiodarona 35-60 MBAR Dobutamina MR Dopamina MR Nitoglcerina MR-AR “Modificado de Arazola et al, 2002; Carballo, 2004; Carballo egueio eta, 2005 i 2004, Kukuls, 1998, Lanbock et al, 2002; 2011, Horiz Enferm, 22, 2, 37-48 A Revisién de Literatura Este proceso se inicia con la sensibi- lizacién del endotelio vascular debido a la friccion del aparato contra el vaso, ca- racteristicas de la solucién administrada © toxinas bacterianas, lo que conduce a la liberacién de serotonina, bradiquinina © histamina, aumentando el flujo sanguineo en la zona por vasodilatacién, causando ‘en conjunto, el incremento de la permeabi- lidad y promoviendo 1a extravasacién de proteinas y plasma sanguineo hacia el in- tersticio, lo que definira el edema. A todo ello se agrega la migracién leucocitaria hacia el sitio de inflamacién, aumentando el edema local y pudiendo originar la sali- da de exudado desde el sitio de insercion. En una fase mds tardia, la apoptosis de los leucocitos estimula al hipotdlamo para in: crementar la temperatura corporal, inician dose la fiebre (Arrazola et al., 2002; Dos Reis et al., 2009; Martinho & Rodrigues, 2008). Otros autores como Carballo y sus colaboradores (2004), agregaron a este proceso inflamatorio la acurrancia de una vasoconstriccién compensatoria, una al- teracion en la coagulacién sanguinea y un aumento en la agregacién plaquetaria. Esto, debide a que al catétar par si solo acttia como cuerpo extrafio, activando el sistema Inmune y creando una capa de material proteinaceo y componentes san- guineos en su superficie Este film cuibra la porcién intravascular del catéter con una capa de fibrina que posteriormente, por la aaregacion plaquetaria, progresa a la formacién de un trambo en algunas casos. Este proceso de coagulacién deforma el lumen del vaso sanguineo, moaificando e! flujo laminar normal. por un flujo sangui- neo turbulento, que a su vez favorece una mayor agregacién plaquetaria. VALORACION Una voz que los signos de flobitis estén presenles, es importante evaluar su evolu- cidn y el estadio del problema. Para ello, el Royal Collage of Nursing [RCN] recomien- 42 Pérez, E, da el uso de escalas de valoracién como la Visual Infusion Phlebitis Score [VIP Sco- re] 0 Escala Visual de Flebitis por Infusién, elaborada por Andrew Jackson en 1998, la cual es una herramienta muy til para la monitorizaci6n de sitios de infusién En el 2006, Gallant y Schultz comple- taron una evaluacién de esta escala como una forma de determinar la adecuada descontinuacion de los caléteres de acce- 0 venoso periférico. Concluyen, de esta forma, que la escala puede considerarse como un método vélide y confiable para determinar cuando deberia ser retirada una via periférica (Figura 1). Otra escala recomendada es la creada por la Infusion Nurse Society [INS], que cita los siguientes criterios clinicos para clasificar la flebitis, los cuales se desori- ben en la Tabla 2. No existen estudios que describan la utilizacién de estos métodos de valoracién ‘en el medio intrahospitalario y sus expe- riencias y/o resultados, ademas del ya mencionado, aun menos en Latinoamérica © en nuestro pais, por lo que seria de gran utilidad evaluar eu implementacién en di- versas unidades de admision de pacientes a nivel hospitalario. Sin embargo, su uso se recomienda para guiar las acciones de enfermeria, PREVENCION En algunos casos, las flebitis pueden evolucionar hacia otras complicaciones serias como la septicemia 0 la endocar- ditis. Y debido a que [a flebitis implica tener lesionada la pared de la vena, cl paciente tambien puede estar en riesgo da formacién de trambos que pueden derivar cn una tromboflobitic, una trom- bosis venosa profunda 9 un embulisine pulmonar (Rosenthal, 2007). Por lo que es do suma importancia prevenir la aparicién Ue cumplicaciones de cualquier indole durante la administracion de tratamiento ‘endavanasa 2011, Horiz Enferm, 22, 2, 37-48 Flebitis postinfusién en catéteres venosos periféricos: una actualizacién del arte Figura 1 Visual Infusion Phlebitis Score [VIP Score] VELP. Score suai son itis cue) a © a Na Se DE ‘aka neu, Coma Nan rn Thy Ran Cot ap Te Tabla 2 Criterios de clasiticacion de la flebitis sequin la INS* Etapa _ Signos y sintomas © Asintomatica. 1 _Eritera con o sin dolor en la zona del acceso. 2 olor en a zona del acceso con eritema o edema. 3 Dolor en la zona del acceso con eritema, formacién de astrias a cordén vanoso palpable. 4 Dolor en ta zona del acceso con eritema, formacién de estrias, cordén venoso palpable de més de 2.5 om de largo 0 secrecién purulenta, “Modificade da Rosenthal, 2007, sonales como derivados de la indicacién Para prevenir la flebitis y estas compli it médica, lo que favorecera la elaboracién caciones, [a literatura recomienda diver- sas medidas, algunas mas probadas que otras. Se debe comenzar identificando factores de riesgo del paciente, tanto per- 2011, Horiz Enferm, 22, 2, 37-48 de un plan de cuidados adecuadus (Arra- zola et al., 2002). Al momento de instalar una via venosa, se deben praferir venas Revisién de Literatura de mayor tamafo y catéteres de pequefio calibre, para favorecer una mojor hemodi- lucién al administrar soluciones y evitar el excesivo contacto del dispositivo con el lumen del vaso sanguinea, AdemAs, daben evitarse sitios de insercién como las extre~ midades inferiores y sitios de alta friccién, como la fosa cubital o la mufieca, ya que se asocian a un mayor riesgo de infaccién (Arrazola et al., 2002; The Joanna Briggs Institute, 2008). Si se usan sachets de desinfectantes para preparar la piel, deben ser de uso Unico y posteriormente desecharse para evitar la contaminacion del sitio de inser- cién, manteniendo en todo momento una técnica aséptica, ya sea para la instalacién © para los cuidados rutinarios del catéter (Arrazola et al., 2002; Curran et al., 2000; Regueiro et al., 2005). Y una vez instala- dos, mantener una buena fijacién con un apésito limpio y seco. Sin embargo, no hay resultados concluyentes en los estu- dios que existen referentes al tipo de apo- sito a utilizar en la fijacién de un catéter venoso periférico. Aun asi, la gran mayoria recomienda el uso de apdsitos transpa- rentes adhesivos semipermeables, debido a quo facilitan la visualizacién del sitio de insercién y requieren cambios menos fre- cuentes que la gasa (Garitano et al., 2002; Regueiro et al.. 2005: The Joanna Briaas Inetitute, 2008). En cuanto a la periodicidad de! cambio de catéter, hay multiples estudios dispo- nibles. pero no existe un consenso claro frente al toma. Se da una tendencia gene ral en la literatura que sugiere que el ries go de complicaciones de las vias venosas periféricas. sobre todo de flebitis, es espe- cialmente bajo en las primeras 24 horas, aumenta hasta las 48 horas y se mantiene constante hasta el sexto y noveno dia. Sin embargo. el Centro para la Prevencién y Control de Enfermedades [CDC] recomien- da ef cambiv en petiodos no menores a 72 horas, ya que de esta forma se evita la manipulacién excesiva del catéter. Usual- mente ol cambio do catéter ce ostablece 44 Perez, E, segtin criterios de la institucién de salud y el servicio, pero los diferentes autores soni categéricos y coinciden al afirmar que ante cualquier signo de tlebitis 0 apenas se pueda prescindir de la terapia endove- rosa, el catéter debe ser retirado (Arrazola et al,, 2002; Carballo et al., 2004; Garitano et al., 2002; Juvé, Carbonell, Soldevila, Campa, & Judrez, 2003; Regueiro et al. 2005; Wolters Kluwer Health, 2008). Para la administracién de medicamen- tos, se recomienda la utilizacion de alar- gadores, para evitar el estrés secundario € las presiones de infusién en el catéter (Martinez et al., 2009). También, se deberia realizar el cambio de los sets de infusion cada 72 horas, lo cual se constituye en tuna medida costo efectiva y segura segun el Joanna Briggs Institute (2008). Ader, se deben evitar las perfusiones prolonga- das (en especial en catéteres de pequerio calibre) y medicamentos muy concen- trados (Arrazola et al., 2002; Martino & Rodrigues, 2008; Regueiro et al., 2005; Wolters Kluwer Health, 2008) Es recomendable cl lavado de la via venosa posterior a la infusién de un medi camento, existiendo estudios que compa- ran el usa da suaro fisinlégien y hanarina para este fin. Sin embargo, la heparina, al ser un medicamento de allo riesgo, no puede ser utilizada en una gran cantidad de pacientes por al riesgo de hemorragia que conlleva. Por ello, os ampliamente recomendado el uso de suero fisiolégico al U.9%. E incluso, Si es posible, se podria sugerir, en aquellos pacientes que por su patologia no esté contraindicado, mante- er una perfusién continua Gun suet, bar to como para mantener la permeablidad dal catéter, camo para aumentar la di cién del medicamento a adminictrar, o€- peclaimente en el caso de los anlibidlivus, ue es una de las familias de medicamen- tos mas ralacinnadas can flebitis (Atrazola et al., 2002; Reguciro ot al., 2006). Entre otras medidas dtiles para la pre- vencién de flebitis que se describen en los estudios, asta el usa de hidrocartisona, 2011, Horiz Enferm, 22, 2, 37-48 Flebitis postinfusién en catéteres venosos periféricos: una actualizacién del arte heparina 0 ambos adicionados a la infu- sién, la aplicacion de corticoesteroides t6picos y antlinflamatorios no esteroldales en el sitio de insercién y el uso de fitros en las vias venosas, que se han mostrado Liles on la reduccién de Ia flebitis a través de la remocién de particulas y bacterlas de la solucién, pero que lamentablemente son muy costosos y solo se utilizan para algunas soluciones con particulas muy grandes o en el caso de usar medicamen- tos citostaticos. Sin embargo, ninguna de estas medidas ha tenido una aceptacién general, debido a Ia falta do ostudios Confirmatorios de mayor envergadura que involucren una mayor cantidad de partici- pantes y evaliien aspactos de casto-he- Neficio y seguridad (Martinez ct al., 2009; Niél-Weise et al., 2010; Ruiz & Borrero, 2008). Finalmente, algo ampliamente reco- mendado ec la evaluacién continua de! ca téter y su sitio de insercién, mantener un registro actualizado con su evolucion y to- dos los acontecimientos relacionados con fu uso (Royal Colloge of Nursing, 2010). Asimismo, debe informar y educar a los pacientes y a sus familias sobre los signos y sintomas de flebitis para su detaccién procoz (Regueiro et al., 2005). CUIDADOS DE ENFERMERIA Una vez que el problema ya esta pre- sente, se deben implementar medidas para evitar la progresion de la flebitis y complicaciones ain mayores, como por ejemplo la trombofiebitis. La accién basica ante cualquier epi- sodio de flebitis es el retiro inmediato del catéter, valoracién de la zona de puncién y notificacién del incidents. A ello se pueden agregar otras medidas que, en general, dependen del criterio clinico de la enfermera(o). Una de las mas comu- nes €6 la olevacién de la oxtromidad y la aplicacién de compresas himedas y calidas sobre la zona afectada tres a cua- tro veces al dia (Rosenthal, 2007). Otros autores describen el uso de compresas 2011, Honz Enferm, 22, 2, 37-48 frias locales, pero no existen estudios disponibles que avalen la eficacia de dichas intervenciones y los beneficios de una sobre otra. Sin embargo, la fisio- patologia de este problema, daria pie a Ia utilizacién de compresas frias una vez retirado el catéter venoso para disminuir la inflamacién. Por otro lado hay medidas més sofis- ticadas y de carécter farmacolégico que han sido estudiadas. Dos Reis y colab radotes realizaron en el 2009 una revisi6n sistemética de intervenciones farmacolégi- ‘cas para el tratamiento de la flebitis post Infusion. Esta revision incluy6 estudios que evaluaban la efectividad de diclofenaco en gel, piroxicam en gel y otros antiinfla- matorios no esteroidales de uso tépico, nitroglicerina en gel, pomadas heparin« des, crema de notoginseny y parches de nitroglicerina. Se llegé a la conclusion de que el uso de parches de nitroglicerina y crema de notoginseny es mas efectivo que los otros agentes t6picos en el tratamiento de la flebitis. Aun asi, los resultados no permitian explicitar qué agente era mejor en la disminucion del tiempo de regresion dela flebits Existe otro estudio realizado por Ruiz y Borreto en el 2006, donde se comparaban las pomadas neparinoides con los parches de nitroglicerina. Se concluye que el par che de nitroglicerina es més efective que la pomada en el tratamiento de la flebitis. Sin embargo, este estudio tiene una mues- tra pequefia (22 pacientes), por lo que es dificil extrapolar los resultados a otras rea- lidades. EI beneficio del uso de nitroalicerina tépica o en parches radicaria en que el 6xido nitrico [NO] es un factor relajante derivado del endotello, que se constituye ‘como un potente vasodilatador y, ademas, afecta la funcién plaquetaria. Se describe que las venas liberan menos NO que las. arterlas y son mas sensibles al de proce- dencia exégena. De esta forma la nitrogli- cerina provocaria la disminuci6n del tono vasoconstrictor inducide por e! proceso 45 Revisién de Literatura inflamatorio, ayudando a reducir el edema y, ademds, tendria propiedades como an- tlagregante plaquetario (Berrazueta et al., 1993). ‘También destaca el uso del gel de ar- nica, el cual tiene como principio activo el arnicae fos, proveniente de la flor de rni- ca disecada. Su mecanismo de accién no 8 dol todo conocido, aunque si se descr ben muchos efectos asociados a sus prin- clpales componentes: la helenalina, dhi- drohelenalina y lactonas sesquiterpénicas. A estas se asocian los principales propie- dades como analgésico, antiinflamatorio, antiagregante plaquetario, antihistaminico y antibacteriano. ‘Adamas, se describe que interferiria con la regulacién de los genes que codi- tican muchos mediadores inflamatorios influyendo en la prevencion y rearesion de estos episodios (Vanaclocha & Cafiigueral, 2003). DISCUSION Pese a que las formas de prevencién de la flebitis estan claramente definidas en la Iiteratura, las estrategias destinadas a ‘su manejo y cuidado son atin tema de di ‘cusién y no se ha llegado a consenso. Sin ‘embargo, por lo descrito anteriormente, se puede recomendar el uso de algunas me- didas “farmacolégicas” para el cuidado de las flebitis. Entre ellas, destacan el uso de parches de nitroglicerina y el gel de drnica. ‘Aun asi, los parches de nitroglicerina deberian ser reservados para casos més avanzados © como ultima instancia, de- bido a que la nitroglicerina, como todo medicamento, puede tener efectos inde- seados en algunos pacientes. por lo que deberia ser indicado por un médico. Esta medida era tomada en afos anteriores cuando la nutricion parenteral era admi- nistrada por via periférica y de forma pro- filéctica se indicaba el uso de parches de nitroglicerina sobre el sitio de insercién del catéter. ‘Tomanda en cuianta nuastra realidad en salud, se ha visto cl uso de gol de arnica, 46 Pérez, E. el cual, pese a tener buenos resultados como antiinflamatorio en hematomas y tlebtis, no cuenta con estudios que avale su accién en el Ambito de las flebitis post- infusién, pero si en al campo de la artrtis. A pesar de la falta de dichos estudios, su uso ha demostrado no ser novivo para los pacientes y constituye una buena al- ternativa para mejorar la sintomatologia y reducir la carga de trabajo del personal de enfermeria Es importante mencionar que pese a que existen muchos estudios sobre la flobitis, se requieren estudios de mayor envergadura que puedan entreyar resulta- dos concluyentes sobre las medidas que eben implementarse para la prevencién y tratamionto de flebitis postinfusion. Ade- mas, deben crearse instancias favorables para la investigacion e incitar a entermeras y enfermeros a realizar mas estudios refe- rontes a los cuidados en flebitis postinfu- sién, ya que es un problema frecuente en la practica clinica frente al cual no existe ln protocol de prevencién, tratamiento y/o seguimiento, y est en manos del per- sonal de enfermeria el tomar medidas de forma precoz para evitar su aparicion y/o camplicaciones posteriores. CONCLUSIONES Luego de revisar la informacion dis- ponible en la literatura, se puede defini Ia flebitis postinfusién como un problema comin en la préctica clinica. Para el que se describen medidas utiles que permiten su prevencién; como por ejemplo, identi- ficar factores de riesgo del paciente; pre- ferir venas de mayor tamafio y catéteres de menor calibre; evitar sitios de insercion de alta friccién y movilidad; usar técnica aséptica en la insorcién y cuidado del ca- teter; utlizar una buena fijacion y cambiar los catéteres y el set de infusion perio- dicamente. Mientras dure el tratamiento, es favorable utilizar alargadores, evitar perfusiones prolongadas y con medica- mentos altamente concentrados; y una vez administrado el farmaco, lavar la via can 201 1, Horlz Enferm, 22, 2, 37-46 Flebitis postintusion en catéteres venosos periféricos: una actualizacién del arte suero fisiolégico 0.9%. Finalmente, lo mas importante ¢s evaluar conetantemente ol sitio de insercign y el valéter, mantener los registros de su evolucién actualizados, educar a paciente y familia; y par snhra todo, retirar la via vonosa aponas pueda prescindirse Ue ell. Por otro lado, si el problema ya es una realidad. los distintos autores son categéricos al afirmar que o! eatéter debe ser relirady inmediatamente y notifear el incidente. Ademas, es recomendable mantener la extremidad elevada y aplicar comprecae friac. Acooiando catas simples medidas, curt el usy, por ejemplo, det get de arnica en el sitio afectado, de forma ue el proceso inflamatorio ceda de forma mae répida. El objetivo y la impurtania de desarro- llar conocimiento en estas areas, radica, finalmente. en mejorar la calidad de aten- cién de los paciontes y, por cobre todo, ou bienestar. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Arrazola, M., Lerma, D., & Ramirez, A. 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