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Cee aodLos Guarpianes DE Rosanio
‘YY EL FANTASMA DEL Pasaje PAM
ualquiera sabe que en enero, a las orillas del rio
Paran, puede hacer mucho, pero mucho calor.
Por eso los dorades pasan tan lentamente detris de
los areneros, mientras la barranca ondula fatigada,
lamida por el agua marron y poderosa. Resario se vuel”
ve sofocante, sol golpea sin cesar as casas y las calles.
Sélo se encuentra algiin alivio debajo de un arbolito
Uespoblado, oen los muchos y espléndidos cafés de la
ciudad, donde se respira el fio ruidoso de los aconel-
cionadores de aire y se sirven helados deliciosos.
De vez en cuando ocurren apagones, y en 0s dias
nno queda ni el consuelo de los ventiladores. Por eso,
cen este mes tina de las mayores bendiciones es irse de
veranco a algin lugar alcjado y agradable, digamos
con la montaiia, cerca del mar 6 tal ver en Ia orilla de
un hermoso lago, y pasa ea temporada loo, ben
jos de la ciudad,GuanD1aNs DE RosaRio
Pero ese aio Lis no tendria esa suerte, Su familia
habia decidico invertir los ahorros en la compra de
tun nuevo local para su negocio y habjan acordado no
gastar dinero en cosas superfluas. Tres meses atrés,
Ta mam los habia reunido 2 todos en la mesa del
comedor y les habia anunciado seriamence las restrie-
ciones: no més historietas, no comprarfan otra com-
puttadora, basta de tantos juguetes, a cuidar la ropa
Ya comer en casa, Les recomends valocar lo que tenian,
y tratar de inventar ellos mismos diversiones nuevas
con imaginacién e ingenio. Todo centavo que pudic:
sen alivaren el presopuesto dela casa seria bienve
Lats entendi6 que este proyecto ea importante para
todos, y se habia tomado tan en sero la cuestion que
enese mismo momento ordené su habitaci6n, acon-
dicion6 los uguetes que estaban algo rotos 0 que no
fncionabaa por falta de bateris, yse dispuso a pasar
el verano jugando con ellos, También acomod sus
libros en pequetios grupos segin el tema que trataban:
cuentos de hadas y gnomos ala izquierda, de anima-
les luego, diccionarios después.
“Mientras los ordenaba, descubsié un pequetio volu-
‘men que Ie habia regalado su tia Isabel y que habia que-
dado olvidado en el fondo de un estante. Tambien
encontré dos revistas que apenas si habia hojeado el
‘verano pasado, y un libro para pintar con la mitad de
las hojas en blanco.
En eso sondel telefono. Enseguida se oy6 la vor de
Celina, su mamé, que lo llamaba desde el fiving
—Litis, es Rodrigo, quiere hablar con vos.
leno de alegta, Luis corri.achaclar con su amigo,
stosigiindolo con sus preguntas
—iHola, Rodrigo! 2Dénde estés? Ya ests en Pina
sar? ¢Todavia no salieron?
)
Los GuaRDIANES DE ROSARIO ¥ #L FANTASMA
—No voy a Pinamar, Luis. Mi abuelita se enferm6.
‘Nada grave, pero mama tiene que cuidarla. Nos vamos
‘a quedar en Rosario.
‘Luis se sintio culpable, porque a pesar de saber que
su amigo se perderia las vacaciones en la playa, su cora-
z6n dio un salto de felicidad. {Ten‘a todo enero paca
jugar con Rodrigo en Rosario!
“Max tampoco va —agreg6 Rodrigo, sn dejar de
sumministear informacion—., La madre tiene que pre-
sentar un trabajo antes de febrero. Se van en maz.
Esta vez Luis no aguant6 y sokté um grito de alegria,
Enseguida lo ahog6 a des penas,
—Bueno, por lo menos vamos a estar Ios tres jun-
tos,
Si, pero hace mucho calor —se quejé Rod
—Pedemos ir a la pileta del Club Italiano. O al tio.
Y ala tarde peers sali a caminar por el centro con
mami y nos llevara a los juegos del Paseo del Siglo
—aventuré Luis.
—En el centro no hay nadie, estan todos de vaca-
—Entonces, vamos a serlos Guardianes de Rosatio,
vamos a cuidar de la ciudad hasta que vuelvan los de-
ins,
sa idea pareci6 gustarle a Rodrigo.
ZY vamos tener un uniforme de guardianes?
—Le voy a decira mi mama que nos haga uno —co-
ment6 Luis entusiasmado.
Bueno. Yo le aviso a Max. ¢Cundo nos vemos?
apur6 Rodrigo, ansioso por comenzar el juego que
le proponian,
“Mi mamé me dice que mafiana pueden venir a
ceasa a las dos a jugar.
—iHasta mafiana, entonces!Guaxprants bs Rosario
Al-dia siguiente, caando amaneci6, Luis ya estaba con
sus ojos bien abiertos, mirando por la ventana de su
‘cuarto cGmo se colaba el primer tayo de sol por entre
las casas del barrio. Los demés todavia dormian, por
To que decicis no hacer ruido y esperar solo en su habi-
n. En el estante prolijamente ordenado de su
biblioteca, el librito de la tia Isabel lo esperaba con
paciencia, Luis pens6 que serfa muy buena idea lerlo
hort, mientras aguardaba que todos despertasen,
La encuademacidn del libro era magnifica. El titu-
lo estaba escrito en relieve dorado sobre la rapa azul:
«Rincones mégicos de Rosario». gn su ciudad habia
gates magicos? Hojed ripidamente los primeros capi
tulos, que estaban ilustrados en tinta y carbonilla.
Habia muchas paginas dedicadas a un edifico llama-
do La Bola de Nieve donde, sgn el libro, podian escu-
charse extrafias voces de nifios cantando villancicos
de Navidad. Luego hablaba sabre el Club Espaviol, el
Correo Central y hasta sobre los pasillos del Normal
2 (jel mismisimo colegio de Luis!) donde, segtin deci-
an, habian sucedido hechos extrafios y maravillosos,
cosas que no podian explicarse y que, desde hacia
‘muchos afios, mantenian ocupadisimos alos habitan-
tes de esos edificios.
Pero el capitulo que més intrigé a Luis fue el que
hablaba del misterioso Pasaje Pam, una galeria anti-
‘gua, con pequefios locales, ubicada en el mismo cen
‘to de la ciudad. El Pasaje Pam era estrecho y oscuro,
con techos inalcanzables, Las puertas de madera exan
severas, adornadas con extratios herrajes, llamaba
J arenci6n su pequeficz, Luis conocia bien ese lugar.
Su mamd lo habia llevado alli muchas veces, ya que
siempre visitaba tn pequeio negocio ubicado justoGuanpiaNes De Rosanto
en el centro de la galeria. Pinturas,tapices y escalta-
ras muy bonitas eran vendidas alli por su amiga Ca
rolina, una artista linda y simpétiea que siempre ios
recibla'con una sonrisa yuna taza de deliciosa é con
limén,
Por eso le lamé tanto la atencién ver un dibujo de
ese lugar familiar enel libro de rincones magicos. Leyé
‘ividamente el texto del capitulo. Seguin decia, cada
noche en el Pasaje Pam se ofan suspiros ahogados y
ttuidos de muebles que estaban siendo arrastrados. Y
cuando tuna mascota, fuera perro, gato 0 canario era
levada alli, una mano misteriosa abria jaulas, desata
bba correas los pobres animalitos desaparecian para
siempre. Lo cierto ¢s que nunea una mascota perma-
nneci6 més de un dis debajo de los techos del pasaje.
Luis ley6 todo el libro de un solo tirén, y termind
asia media mafiana, Cuando salié de su cuarto, su
‘mam se sorprendi al saber que no habia estado dur
miendo todo ese tiempo.
—Mami, hoy por la tarde vienen Rodrigo y Max a
visitarme, ge acordés?
—Si, me acuerdo. ¢Querés que compremos helado
para la'merienda?
Sill, y también me gustaria mucho que nos le-
ves asa ticnda de arte del Pasaje Pam,
Lamamd estaba asombrada y lo interrog6. Por qué
Luis queria ir a ese agar? :Quesia comprar un regalo
para su papa? .
—iEs el TIEMPO! —grité Max entusiasmado,
‘mientras la puerta se abria de par en par—. Me di cuen-
ta porque cuando la bruja dijo que habia olora nits...
ime parecié que los segundos duraban horas!
Los amigos se precipitaron por las escaleras y le-
saron raudos a la salida de calle Santa Fe. Mercedes
aiin estaba esperandolos alli
—Por suerte volvieron répido —dijo la nifia—. En
media hora llegaré tu mama, Luis. zLograron avisar
que el reloj estf descompuesto?
a
Los GuanDiaNss ve Rosawio ¥ 14 TorRE DEL REO}
—2Qué hora es? —pregunté Luis.
—Las cinco y media —respondié su prima,
—Caramba, sélo escuvimos unos quince minutos
dentro de a torre. El tiempo transcurre de manera dite
zene en ese lugar, vimos como anochecta y amanecia
varias veces.
Cuando regresaron a El Cairo, lecontaron a Mercedes
con detalles su extrafia aventura, interrumpiéndose
impacientes unos a otros, mientras reponian fuerzas
omiéndose un deliciosofostadoy bebendoeafé con
leche.
Ix
El lunes siguiente, Luis se levant6 temprano para asis-
tira la escuela, A las ocho en punto, se reencontré con
gus amigos ena puerta yenraron ala charlando y
haciendo planes. Decidieron preguntarle ala seforita,
Miriam silos acompafiaria sla Biblioteca Argentina
para investigar acerca dela existencia de un Libro Mayor
de los Brujos de Rosario. Ella se mostré muy compla
ida por el interés de los nifios en Ia biblioteca, y dijo
ue podtian organizar una visita para todo el curso. Esa
misma mafiana se solictaron las autorizaciones a los
papas 2 través del cuaderno de comunicaciones.
Dos dias después, el curso completo y cuatro maes-
‘ras del Normal 2 se encaminaron por la calle Cordoba
hacia la Plaza Pringles, y cruzAndola, ingresaron en la
biblioteca. Los recibié wna secretaria muy amable, y
los condujo hasta la sala central de lectura, desde donde
se observaban las galerias en forma de balcén reple-
tas de libros.
EI sefior Pedro Sabio Compendio se va a ocupar
de guiarlos en su visita —anuncié la agradable seo
6Guaxpanss DE Rosas
rita. ¥ les sefialé a un simpatico joven de barba esca-
‘sy gruesos anteojos, que los miraba sontiendo,
‘Mientras sus compaiieritos caminaban por los pasi-
llos consultando distintos libros a solicitad de las maes-
tras, los tres Guardianes se acercaron al annable Pedro.
~Tenemos que advertirle sobre un asunto impor-
tante, Por casualidad, pudimos escuchar una conver-
sacion de ciertasexteaffas personas, donde se decia que
tun Libro Mayor de Brujeria iba a ser robado de la Bi-
blioteca Argentina —anuncié Luis usando un tono dis
creto.
El bibliosecario palidecié.
,Dénde oyeron eso?
No importa, pero créanos que es verdad que suce-
decd. Una brnja Yoladora en forma de gaviota ya ini-
6 su vinje desde el sur para robar el libro.
—Eso seria un desastre para Rosario. Los conju
0s y los fitros protegen a la ciudad,
—Entre los tres estuvimos pensando la manera de
evitar el rob0 =i Las. Sabemos que dl Hono nose
sia serarmado y que se requiere de una clave, Podria-
mos modificar esa clave, pero no la conocemos,
‘Pedro agacho su cabeza pensativo y luego de per-
manecer meditabundo por unos cuantos minutos, los
‘miré sonsieado timidamente. Finalmente les confes6
‘que él conocfa la clave para materializar el libro, y les
propuso ua trato. Fl se las revelaria, pero los nifios
debian ayudaele a modificarla,
J_Ne tengo tempo de cambiar I clave solo. La
Voladora podria llegar en cualquier momento,
‘—Apresurémonos entonces —dijo Luis
Bien, comencemos por el principio. gn qué sec-
ci6n buscarian ustedes un libro de conjuros?
hh... Rodrigo dudé—. gEn la seccion de Ma-
sa?
1Gusnpiants De Rosaxro
—iMuy bien! Por eso ahi no esta, Cualquiera lo
encontraria en la secei6n de Magia,
—a¥ dénde esti?
—En el servicio de lectura para egos.
Como leen los ciegos, sino pueden ver?
Los ciegos pueden leer perfectamente, si utilizan
un alfabeto llamado Braille, Las letras del alfabeto
Braille son pequefios puntitos que forman umn relieve
‘nla pigina, Los cegos pueden lerlasrocéindolas con
sus manos. Cada letra, ntimero o signo es una combi-
snaci6n distinta de puntos en relieve.
—2Y usted puede leer un texto escrito en Braille?
He pregunté Max, respetuoso.
—Por supuesto replies Pedro—. Busquemos el
libro.
Raudamente se dirigieron a las estanterias del ser-
vicio para ciegos. Pedro seleccions un ejemplar muy
antiguo, clasifieado como «mimero cero». Sobre la
‘apa se Veia una serie de puntitos en relieve.
"—Créanme que agui dice: Libro Mayor de Conjures,
de Rosario,
—Te cxcemos, Pedro. Tenemos que poner a salvo
este libro.
‘No, muchachos. Este noes l libro de conjuros.
Los nifios lo miraron confundidos.
Esta es la cubierta del libro de conjuros. Como
ustedes ya escucharon, existe una clave para armar el
libro.
—2¥ cui es esa clave?
Bajando la vor, Pedro les revelé el secreto:
“ada pigina del Libro Mayor esta incluida den-
tro de otro libro del servicio para ciegos, La tapa del
Libro Mayor es la tapa del libro clasificado como
numero cero, La primera pagina del Libto Mayor es
|i primera pagina del libro clasificado como ntimero
66
Los GUARDIANES DE ROSARIO Y 1A TORRE BEL RELOS
tuno, La segunda pigina del Libro Mayor es a segun-
dda pagina del libro clasificado como nimero dos, y
as{ hasta terminar con los 2073 ejemplares con que
cuenta este servicio,
—Sila Voladora conoce Ia clave podra armar faci
‘mente el libro y Hevrselo alos brujos de Esquel, aun-
gue no pueda eo ellamisna —azoné acertadamen-
re Max,
—Hay que cambiarla ya —coneluy6 Rodrigo.
x
Modificar la clave fue relativamente fécil. Pedro y los
nifios renumeraron los libros. E cero pasé a ser el uno.
El uno pasé a ser el dos. Aldos le cambiaron el nérme-
+0 por tres. Al res lo llamaron cuatro, y asf sucesiva-
mente. Finalmente, al timo libro le pusieron ef niime-
x cero y lo colocaron al inicio de la biblioteca. Ahora
Ja clave original no le serviriaa la Voladora para armar
el libto correcto. De esa manera, silos brujos de Ro
sario transformados en estcges no lograban detene
la, se levaria un libro falso, compuesto con las pag
nas equivocadas,
Varios dias pasaron antes de que Luis y sus amigos
recibiesen la llamada telef6nica de Pedro Sabio Com-
pendio, quien los cité en Ia Biblioteca Argentina,
‘Cuando Llegaron, el bibliotecatio estaba exultante.
—iLo logramos! —exclamé—. La Voladora consi
guié pasar todos los obstaculos que le interpusieron
Tos brujos y finalmente lleg6 hasta la biblioteca. Fue
directo al servicio para ciegos. Evidentemente conta-
ba con buena informacién. Le bastaron unos minu
10s para arrancar con su pico cada una de las paginas
indicadas, Le qued6 un hetmoso libro titulado: Historia
%Guano1anes Dx Rosauso
de Tombucrd. Como no sabe leer Braille, ni se dio cuen-
ta,
Los brujos nunca sabran guign cambié la clave
4 cbmo pudimos esta el robo dl libro dijo melan-
Gélico Rodrigo.
Yo ni loco vuelvo a la Torre del Reloj a contar~
Jes— asegurs Luis.
No es necesario —Pedto los miraba con una
cextrafia sonrisa en los labios—. Alguien que visita con
frecuencia la torre puede relatarles lo que sucedi6.
'Y transformandose de repente en un enorme bitho
blanco, salié volando sutil y silenciosamente por la
‘ventana, mientras giraba insistentemente su emplu-
mada cabeza y no dejaba de observarlos en ningin
‘momento.
8
DECONT, VICTORIA
AcTIvIpaDEs
Poneto observaddory resol estos misters.
‘Sobre la ciudad de Rosario
1-£n uno de los cuentes se menciona un pez quehaba las
‘squas del rio Parend, :Cudl es? Hacé unallista d0 los peces
‘que se pueden encontrar en las costes de Rosario.
2-4 que no sabés por qué on el bar Ei Cairo una de las
moses ge llama ela Mesa de los Galanes»?
<-Investiga cma ee scribe tu nombre en eltabeto Braile
{podés encontrar ts lottas dol alfaboto Brailo en internet)
4-B sonido dal camparario dol relo| dol Palacio Fuantos es
iéntioo a de otro femoso rel. Averigué cual
6