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“Nunca nos cansaremos de decir que Bin Laden es una cria- tura de los servicios estadounidenses. No soy tan ingenuo como para creer en la pureza ni en la grandeza, ni siquiera en una remota eficacia de estas matanzas suicidas. Pero digo que este precio atroz se paga fundamentalmente con la des- truccién minuciosa de toda racionalidad politica por parte de los dominantes de Occidente, empresa que pudo ser tan ampliamente practicable por la abundancia, particularmen- te en Francia, de las complicidades intelectuales y populares. cUstedes querian encarnizadamente liquidar hasta el recuer- do la Idea de revolucién? 2Desterrar todo uso, incluso ale- gorico, de la palabra ‘obrero’? No se queien del resultado. Aprieten los dientes y maten a los pobres. O haganlos matar por sus amigos estadounidenses.” {Como puede repercutir la filosofia en la politica? En nada, suele decirse. Sin embargo, asegura Alain Badiou, la filosofia una y otra vez incide en la practica. No son las tapas de los diarios las que “deciden" la importancia de un acontecimien- to, sino los filésofos. Tal como en Circunstancias, en este vo- lumen el autor instala su mirada critica sobre los grandes problemas del mundo actual: la querra de Irak, las relaciones entre Francia y Alemania, las leyes contra el uso del velo is- lamico en Europa, entre otros. | U. DELINA ~ arBLIoTEcA iii 4: Dy HS?) CT ler a libros det Zorzal ALAIN BADIOU Filosofia del presente Prefacio (CIRCUNSTANCIAS Y FILOSOFIA Este texto se extrajo de Ia transcripcion de ta apertura de un se- ‘minario realizado en Buenos Aires, en la sede de ta Alianza Fran- cesa, gracias « la invitacién de Gerardo Yoel. El seminario en st Conjunto trata sobre “cine y filosofia”. Me proponia mostrar en qué sentido el cine puede ser wna situacién filoséfica. Asimismo, Inubo un esbozo de to que sigue en una confrontacién amistosa con Slavoj Zizek, convacadia por el Instituto francés de Viewa. {Qué es una situaci6n filoséfiea? Qué de todo lo que nos proponen las circunstancias justifica Ja pertinencia del examen filoséfico? No todo, por cierto. Evidentemen- te, como sostiene Guy Lardrau, no cualquier discurso, cualquier asercién, sino aquellas que se refieren a la “gran politica”. Propongo la siguiente definicién abstracta: una situacidn es filos6fica, 0 “para” la filosofia, cuando im- pone la existencia de una relacién entre términos que, en general, o para la opinién establecida, no pueden tener relaci6n. Una situacién filoséfica es un encuentro. Un en- cuentrs términos esencialmente extrafios, uno Tespecto del otro, cto del ‘Voy a dar tres ejemplos: (- El primer ejemplo ya esta, me atrevo a decir, filos6fi- c amente formateado, Se encuentra en el didlogo de Platén Gorgias. Este diélogo expone el encuentro, extremada- mente brutal, entre Socrates y Calicles. ¥ este encuentro crea una situacién filoséfica, por lo demas agenciada de manera absolutamente teatral. {Por qué? Porque el pen- samiento de Sécrates y el pensamiento de Calicles no tienen ‘Avan Baoiou ninguna medida comin. Son dos pensamientos ajenos uno al otro. La discusién entre Calicles y Sécrates la es- cribe Plat6n de manera tal que podamos comprender lo que significa que dos pensamientos sean inconmensura- bles, como lo son la diagonal y el lado de un cuadrado. Esa discusién es una relacién entre dos términos privados de toda relacién. Calicles sostiene que el derecho es la fuerza, ‘que el hombre feliz. es el tirano, el hombre que vence a los demas hombres mediante la astucia y la vio- lencia, Sscrates sostiene que el hombre verdadero, idén- tico al hombre feliz, es el Justo, en el sentido filosdfico del términd Entre la justicia cama violencia y la justicia como pensamiento no tenemos una simple oposicién que se pueda tratar a través de argumentos sometidos a una norma comin. Tenemos la falta de toda relacién verda- dera. Sucede entonces que la discusién no es una discu- sin, sino una confrontacién. Todo el mundo comprende, al leer el didlogo, que de ningtin modo uno de ellos va a convencer al otro, sino que habré un vencedor y un ven- cido. De hecho, esto explica que los métodos de Sécrates en este dilogo no sean mucho mas nobles que los de Ca- licles. Quien quiere el fin pone los medios, y lo importan- te es triunfar, en particular triunfar en el espiritu de los j6- venes que presencian la escena. Finalmente, Calicles es vencido. No reconoce derrota alguna, pero calla y se queda en su rineén, Notese que él es el derrotado en una puesta en escena de Platén. Es pro- bable que ésta sea una de las pocas ocasiones en que al- guien del estilo de Calicles resulta derrotado. Tales son las dichas del teatro. De acuerdo con esta situacién, qué es la filosofia? Su linica tarea es mostrarnos que“debemos elegir. Debemos elegir entre los dos tipos de pensamiento. Debemos deci- Fuosorla bet resect u dir estar del lado de Sécrates o del lado de Calicles. En este ejemplo, la filosoffa se enfrenta al pensamiento como eleccidn, al pensamiento como decisidn. Si tarea propia es clarificar la eleccién. Podemos decir entonces: una si- tuacidn filoséfica es el momento en que se ilumina una cleccién. Una eleccién de existencia o una cleccién de Pensamiento, A. Segundo ejemplo: la muerte del matemético Arqui- ‘medes. Arquimedes es uno de los més grandes espiritus que la humanidad haya conocido. Atin hoy los textos matemiticos de Arquimedes resultan sorprendentes. Es alguien que ya ha reflexionado sobre el infinite: practica- mente inventé el cAlculo infinitesimal, veinte siglos antes que Newton. Es un genio excepcional. Arquimedes era un griego de Sicilia, cuando Sicilia fue invadida y ocupada por los romanos. Arquimedes particip6 de Ja resistencia, invents nuevas maquinas de gtterra, pero los invasores finalmente vencicron. A principios de la ocupacién romana, Arquimedes retoma sus actividades. Tenia la costumbre de dibujar fi- guras geométricas en 1a arena, Un dia en que estaba ast, a Ia orilla del mar, pensando a partir de complicadas figuras que habia trazado, un soldado romano, una suerte de mensajero, llega diciendo que el general Marcellus quiere verlo, Los romanos sentian mucha curiosidad por los sa- bios griegos. El mismo tipo de curiosidad que un impor- tante gerente general de una multinacional de cosméticos puede sentir por un filésofo de renombre. El general Mar- cellus, deciamos, quiere ver a Arquimedes. Entre nosotros, no creo que sea licito pensar que este militar conociera a fondo las matemdticas. Simplemente, y eso hace honor a stt curiosidad, queria ver qué aspecto tenia un resistente como Arquimedes. De ahf el mensajero frente en la playa. Pero ‘Avan Baoiou Arquimedes no se mueve. El soldado repite: “El general Marcellus quiete verte”. Arquimedes sigue sin responder. Fl romano, a quien tampoca debian de interesarle dema- siado las matematicas, no concibe que se desatienda una orden de su general. ";Arquimedes, el general quiere verte!” Arquimedes alza un poco la mirada y le dice: "Dé- jame terminar mi demostracién”. Y el soldado le responde: “"jPero Marcellus quiere verte! De qué demostracién me hablas?” Arquimedes vuelve a comenzar sus célculos sin responder, Al cabo de un tiempo, absolutamente furioso, el soldado saca su espada y lo hiere. Arquimedes se des- ploma y mucte. Su cuerpo borra sobre Ja arena la figura geométrica, ePor qué esta situacién habria de ser filos6fica? Por- que muestra lo siguiente: entre el derecho del Estado y el pensamiento creador, sobre todo el pensamiento ontols- gico puro encamado en las matemiticas, no hay medida comin. No hay discusi6n verdadera, En definitiva, el po- deres la violencia, en tanto que el pensamiento creador no conoce otra coercién que sus reglas inmanentes. Para la ley de su pensanuento, Arquimedes queda fuera de la ac- cién del poder. Bl tiempo propio de la demostracién no puede integrar las urgencias y los llamados de los milita- res vencedores. Por ese motivo, finalmente se ejercerd la violencia, mostrando asi que no hay medida ni cronologia comin entre el poder, por un lado, y las verdades, por otro, Las verdades como creacién. Recordemos de paso que durante la ocupaci6n de los suburbios vieneses, llevada a cabo por el ejército estadouni- ciense a fines de la Segunda Guerra Mundial, un G1. mato, evidentemente sin conocerlo ni reconocerlo, al mayor genio musical de aquel momento, el compositor Anton Webem, Un accidente. Una situacién filoséfica acciden- Fuosoria ont tal. Digamos que entre el poder y las verdades hay una distancia: la distancia entre Marcellus y Arquimedes. Dis- tancia que el mensajero, un soldado sin duda obtuso pero disciplinado, no llega a franquear. Esta vez. la misién de la filosoffa es iluminar esa distancia. Debe reflexionar y pen- sar una distancia sin medida, 0 una distancia cuya medida debe ser inventada por la filosofia misma. Primera definicidn de situacién filoséfica: iluminar la eleccién, la decisis finicién de situacién fila- Séfica: iluminar Ja distancia entre el verdades. Mi tercer ejemplo es una pelicula. Una pelicula sor- prendente del japonés Mizoguchi, Una pelicula que se llama Los Amantes crucificados. Sin duda, una de las més bellas peliculas de amor que haya sido realizada, La historia es extremadamente banal. Se sittia en esas épocas clisicas japonesas cuya disponibilidad plastica, sobre todo en blanco y negro, parece inagotable. Una mujer joven esta casada con el propietario de un pequeio taller, un buen hombre, con una buena posicién, un poco borracho, un poco disipado, sin maldad, pero a quien ella ho ama ni desea. Llega wn joven, un empleado, de quien se enamora. Evidentemente, en esos tiempos clisicos en que Mizoguchi exalté a las mujeres, su desgracia y su re- sistencia, el adulterio se castigaba con la muerte: los e6m- plices debian ser crucificados. Los dos amantes terminan huyendo por los campos. Tenemos entonces una secucn- ia absolutamente extraordinaria de huida en el bosque, por el mundo de los senderos, de Jas cabafias, de los lagas yde las barcas. Fl amor, cautivo de su propio poder sobre tina pareja persegiuda y extenuada, aparece envuclto en una naturaleza tan opaca como poética. Durante ese tiem- po, el valiente esposo intenta proteger a los préfugos. Los esposos tienen la obligacién de denunciar a los adkilteros, Ata Bro. y ser su cémplice puede Hegar a costarles muy caro. Sin embargo, el marido -y ésa es la prueba de que ama pro- fundamente a su mujer- trata de ganar tiempo. Afitma que sui mujer se ha ido al interior, a lo de unos parientes... Un marido valiente, en verdad. Un bellisimo personaje de esta pelicula, una mediocridad densa. Pero, pese a todo, Jos amantes son denunciados y capturados. Y se los con- duce al suplicio. Entonces vienen las tiltimas imagenes de Ja pelicula, que constituyen una nueva instancia de la situacién filo- séfica. Los dos amantes atados espalda con espalda sobre un mulo; el plano ence ira Ta imagen de los dos amantes atados, yendo hacia una muerte atroz, y los muestra a ambos como extasiados, pero sin ningtin patios: en sus rostros se ve simplemente el esbozo de una sonrisa, una suerte de repliegue en Ja sonrisa. La palabra “sonrisa” es tan sélo una aproximacién. Los rostros indican que el hombre y la mujer estén plenamente inmersos en su amor Pero el pensamiento filmico, plasmado en el blanco y negro infinitamente matizado de los rostros, no es de nin- gin modo la idea roméntica de la fusion del anor y de le muerte. Estos “amantes_crucificados” nunca desearon norir. Por el contrario, el plano dice: “El amor es aquello que resiste ala muerte” Citando a Malraux, Deleuze oberva, en una confe- rencia en Ia Femis, que el arte es aquello que resiste a la muerte. Y bien, el arte de Mizoguchi no s6lo resiste a la muerte en esos planos magnificos, sino que lleva a pensar que el amor también resiste a la muerte, Por eso, como sa- bemos desde siempre, se crea ima connivencia entre el amor y el arte. ane Aquello que he denominado aqui la “sonrisa” de los amantes, a falta de un término mas adecuado, es una si- ( ( Fuosonia bet paesewte 15 tuacién filosdfica. Por qué? Porque, una vez més, des- cubrimos en ella lo inconmensurable, la relacién sin rela- cién. Entre el acontecimiento del amor, la conmocién de la existencia, y las reglas ordinarias de la vida, las leyes de la ciudad, las leyes del matrimonio, no hay medida comtin. Qué nos dird entonces la filosofia? Nos dira "Hay que pensar el acontecimiento”. Hay que pensar la excepcién. Debemos saber qué tenemos para decir sobre lo que no es ordinario. Es necesario pensar el cambio de Ia vida. Por Io tanto, podemos resumir las tareas de la filosofia en relacién con las situaciones. En primer lugar, iluminar las elecciones funcamentales del pensamiento. Y esa eleccisn se da siempre, “en tiltima instancia” (como habria dicho Althusser), entre aquello que es interesado y aquello desinteresado. En segundo lugar, iluminar la distancia entre el pen- samiento y el poder, la distancia entre el Estado y las verdades. Medir esa distancia. Saber si podemos frar quearla 0 no. En tercer lugar, iluminar el valor de la excepcidn. El valor del acontecimiento. El valor de Ia ruptura. ¥ esto, contra la continuidad de la vida, contra el conservadu- rismo social. Tales son las tres grandes tareas de la filosofia: debe tratar sobre la eleccién de la distancia y de la excepcién Al menos a partir del momento en que la filosofia es algo que tiene importancia en la vida, donde resulta ser algo més que una disciplina académica. Pero, mas prufundanente, la filosofia, confrontada con las circunstancias, busca el vinculo de los tres tipos de situaciones. El vinculo entre la eleccién, la distancia y la excepeidn. Siempre digo que un concepto filoséfico, en el Azan Broio sentido en que lo piensa Deleuze, es decir, en tanto crea- cidn, es aquello que anuda un problema de eleccién o de decision, un problema de distancia o de diferencia, y un problema de excepcién o de acontecimiento. Los conceptos filoséficos mas profundos nos dicen algo asi como: “Si usted quiere que su vida tenga sentido, €s necesario que acepte el acontecimiento, que permanezca a distancia del poder y que sea firme en su decision”. Esa es la historia que la filosofia no cesa de contarnos, bajo todas sus formas. Estar en la excepcidn, en el sentido del acontecimiento, guardar la distancia con respecto al poder ¥ aceptar las consecuencias, atin lejanas, atin dificiles, de una decision. Si se la entiende asi, y sélo asi, la filosofia es realmente aquello que ayuda a cambiar la existencia, ‘Todo el mundo repite después de Rimbaud: “Ia verda- dera vida estd en otra parte”. La filosofia no merece ni una hora de esfuerzo si no se consagra a lograr que la verda- dera vida esté presente, En vista de las citcunstancias, la verdadera vida esta presente en Ia eleccidn, en ia distancia y en el acontecimiento, Sin embargo, del lado de las circunstancias, no perde- remos de vista que una seleccién se impone para llegar al pensamiento de la verdadera vida. Seleccién fundada, ya lo hemos dicho, sobre el criterio de la inconmensurabilidad. Lo que une nuestros tres ejemplos es que se fundan Sobre una relacién entre términos heterogéneos: Calicles y Socrates, el soldado romano y Arquimedes, los amantes y la sociedad. El vinculo filoséfico con la situacisn es una puesta en ena de la relacin imposible, que es como una historia que nos cuentan, Nos cuentan la discusién entre Calicles y Socrates, nos cuentan el asesinato de Arquimedes, nos cuentan la historia de los amantes crucificados. Yelooion store Perr ' Por ende, se nos cuenta una relacién. Pero el relato establece que esta relacién no es una relacién, que esta relacién es negacién de la relacién. De modo tal que, fi- nalmente, lo que se nos cuenta es uit tuptuca: la tuplur ra del vinculo natural y social establecido. Y, por cierto, para contarnos una ruptura deben contarnos primero una relacién. Pero, finalmente, el relato es cl relato de una ruptura, Habra que elegir entre Calicles y Sécrates. Habré, pues, que romper absolutamente con uno de los dos. Y, del mismo modo, si usted esta del lado de Arqui- medes, ya no podrd estar del lado de Marcellus. Y si viaja con los amantes hasta el final, ya nunca estar del lado de fa regla conyugal. Entonces, podemos decir que la filasofia, que es pen- samiento no de lo que es sino de lo que no es lo que es, que es pensamiento no de los contratos sino de las rupturas de contrato, se interesa exclusivamente por las relaciones que no son relaciones. - Platén ya decia que la filosofia era un despertar. Y sabia perfectamente que el despertar supone una dificil ruptura con el stefio. Ya para Platén, y por siempre, la filosofia era Ja _aprehensién mediante _el pensamiento de _aquello que. roduce el quiebre con el suefio del pensamicnto, orb Eto, es legitimo pensar que cada vez que hay una relacién paraddjica, una relacién que no es una rela- cidn, una situacién de ruptura, puede haber filosofia, Insisto en este punto: no hay filosofia porque haya “algo”. La filosofia no es en absoluto la reflexién sobre cualquier cosa. i ber filosofia, porqu hay relaciones paraddjicas, porque hay rupturas, porque hay decisiones, distancias y acontecimientos, El lector se preguntaré, a propésito de los ensayos que siguen, si tengo fundamentos para filosofar a partir de las circunstancias a las que ellos hacen referencia. fed g—> J Filbsolc. psi

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