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Francesc Torralba LOS MAESTROS DE LA SOSPECHA MARX, NIETZSCHE, FREUD Titulo original ELS MESTRES DE LA SOSPITA, MARX, NIETZSCHE, FREUD Publicado por FRAGMENTA EDITORIAL, S.1. Placa del Nord, 4, pral. 1. 06024 Barcelona www.fragmenta.es fragmenta@fragrmenta.es Produccién editorial IGNAS! MORETA Produccién grafica INES CASTEL-BRANCO LAS SOSPECHAS DE KARL MARX No DEJA DE SER tristemente significativo el olvido de Karl Marx en los cfrculos intelectuales del establishment, Se trata de una amnesia intencionada, deliberadamente ejercida, Los pensadores supuestamente progresistas que Jo invocaban a diestro y siniestro han dejado de citarlo, En muchas facultades se ha difuminado en su totalidad nuevas generaciones ya no leen el Manifiesto del Partido Comunista (1848). Simplemente por la ley del péndulo, en poco tiempo se ha pasado de la veneracién idolatrica a la indiferencia, y muy pocos se atreven a citarlo en ptiblico. ‘os apdstoles de Marx han elaborado distinciones precisas entre las filosoffas y marxiana, tratando de salvar a Marx de la derrota del marxismo. Estas jones sutiles, y a su vez inteligentes, pretenden separar la filosofia propia y Ica de Karl Marx de la construccién marxista-leninista y de todo el sistema {cico, econdmico y social que se derivé de aquella articulacién intelectual.!” Desde este punto de vista, se interpreta la cafda del muro de Berlin ( 9] de noviembre de 1989) como un momento de purificacién, como una catarsis interna de la recepcién je Marx, que permite distinguir la grandeza del filésofo de la miseria del marxismo- ismo. Los més licidos ya nos advirtieron, mucho antes de la caida del muro, de el régimen impuesto en la zona de la antigua Unién de Repiiblicas Socialistas Sovigticas era una traicién a Marx, En esta linea argumental hay que situar el discurso Enrique Dussel?® y de nuestro querido José Maria Valverde. Més alld de las delicadas distinciones académicas entre el Marx joven y el Marx uro, entre Marx y el marxismo, entre marxismo y engelsismo, entre marxismo doxo y heterodoxo, no hay duda de que, en relacién con Nietzsche y con Freud, x es el maestro de la sospecha que con mayor celeridad ha entrado en descrédito. d generé una escuela, liderada per su hija Anna Freud, y alrededor de su figura ‘1 muchos pensadores heterodoxos desde el punto de vista psicoanalitico, rl Gustav Jung, Viktor Frankl, Erich Fromm o Herbert Marcuse. Pero de su filosoffa no se desprendié una utopfa social que se convirtiese en doctrina estatal como pasé con la obra de Marx, fan uy como Ci Entre los maestros de Ja sospecha, Nietzsche acapara toda la atencién. EI interés por su obra no ha menguado, sino todo Jo contrario. Si prestamos atencién a la NGF Francisco FERNANDEZ BUEY, Marx (sin ismos), El Viejo Topo, Barcelona, 1999, Gf Enrique DUSSEL, Merdforas tealdyicus de Marx, Verbo Divino, Estella, 1993; {DEM, Hacia una filosofta polttica critica, Desciée de Brouwer, Bilbao, 2002. 1 Cf José Marfa VALVERDE, Vida Y muerte de la sl et ane eee eta las ideas, Ariel, Barcelona, 1999; {DEM, Diccionario de cantidad de tesis doctorales ‘lésofo aleman en todo el mundo, nos daremos cuenta de afios después, sigue tan vivo y estimul sobre el nto, cien es de estudio y tampoco se debate en miichas presentaciones de ja contemporéneas. Se ha producida eliberado contra todo lo que huela a Marxo al matxismo, y esto, una grave mediocridad intelectual. storia de la mm encarnizamiento Imente, revela Esta deliberada amnesia la ejercen, en todo el mundo, precisamente quienes en un momento dado fueron apéi sefilar que un sector de ¥y que los hechos hay que ica se ha sumado a este ajuste de cuentas, stGrices de 1989 le sirvieron para cargar las, ismo y cualquier pensamiento utépico de car compo reza el refran: Del érbol cafdo, todos hacen lef los mas lileidos han sido capaces de separar lo que es gresca periodistica de la grandeza de una obra que no se puede juzgar ni calificar apresuradamente. Los grandes maestros pensadores, como decia Eusebi Colomer; siempre tienen cosas que decirnos. Es evidente que algunas profecias de Marx han fallado. ‘También es verdad que algunas de sus hipdtesis de filosofia de la historia no han triunfado y que la historia misma se ha encargado de desmentirlas, pero no se puede menospreciar la grandeza de su obra, Durante la conmemoraci 0 cincuenta aos de la publicacién del Manifiesto, ye se sefislaron algunas de las imprecisiones y de los errores de Marx y Engels, pero esto no quiere decir que toda su obra pueda considerarse superada por la historia, como una reliquia decimonénica. La primera regla del buen exegeta es que no se puede deseciar un pensamiento en bloque. Hay que tener esta cautela con relacién a todas los grandes pensadores, plo, de que mui sea 10s e ideas de Aristételes jstoria de los animales han sido de- pero esto no significa, en absolute, que jones en el terreno de la Logica, la metafisica, la ética o la ple. No se puede desacreditar a un maestro de sus hipétesis. 1. {YSIEL HOMBRE FUESE PURA MATERIA EN MOVIMIENTO? Karl Marx no lo formula como uns interrogat contundencia: el hombre es materia en movi pensamiento occidental con oscilaciones significativas, pero que subsiste hasta et presente. ila larga historia del materialism Nilos6fico hay que recordar algunos hitos relevantes, como Demécrito y Leucipo, Plerre Bayle, Lamettrie, D'tiolbach, Ludwig Feuerbach, Max Stier y tantos otros posteriores a Marx, como V, 1 Lenin, Jacques Monod y Oparin. La comprensién del ser humano como pura organizacién material, como una entidad compuesta de materia y movimiento, choca frontalmente con las Comprensiones antropolégicas platénicas y de signo cristiano. Segin la tradicién platénica, el ser humano no se explica dnicamente por el principio material, sino que fs, en esencla, un ser espiritual dotado de un alma que ha quedado encerrada en un fuerpo. Marx se ubica, de lleno, en la perspectiva monista materialista segin la cual el, ser humane se explica inicamente por un principio y no hace falta referirse a dos para comprender su realidad, Todo es materia en movimiento, y los movimientos siguen la légicadialéctia tal como la describid su gran inspirador G. W. Hegel (1772 dad humana: el cuerpo (soma) yel alma (psique). Desde esta visién antropoldgica que, de hecho, es la mas nuclear de la cosmovisi6n occidental mAs especifico y propio del ser humano es precisamente lo que no se percibe a travé de los sentidos: su alma, Segin esta visi6n, el cuerpo es caduco, efimero y mortal mientras que el alma es eterna, es una chispa de divinidad en el hombre, el elemento inextinguible de su ser. San Agustin, atento lector e intérprete de Platén, transforma inas de sus tesis y las cristianiza. Acaba defendiendo que el alma es creada directamente por Dios para informar un determinado cuerpo, y pone en cuestién la, ‘onocida tesis platénica de la preexistencia del alma en el mundo de las ideas antes de su calda en el cuerpo, Desile una perspectiva cri iad tinica, creada como un s | ser humano no es pura materialidad, singular por Dios y constituida por ‘h) y al espiritu (ruah), los tres polégico sobre la proximidad y la lejanfa entre la antropologfa platénica y la a, e5 evidente que, en ambos casos, el ser humano no se reduce a pura materia, carne 0 cuerpo, sino que exige un principio de naturaleza no material Marx pone en entredicho esta supuesta visin cel hombre y reduce la comprensién humana a pura materialidad. Segin su punto de vista, no hace falta recurri a Principios extrafos, esotricos reigiosos para comprender al hombre sino atenerse alos hechos vsibles y empiricamente constatabes. En oposicién al calificativo espiritual (gestige) que le atribuye Hegel, el hombre es Aefinido por Marx como un ser natural y objetivo. En este punto en particular, hay que Agustin un platonamo cision, Promociones Pbllacones Universtaras, Fa constatar que Mars Imerpreta a Hegel a suv manera y la leva hacia el terreno del materialism dialéctico cuando, de hecho, Hegel no solo nunca nlega el espeitu (das Geis), sino que hace de este el fundamento y princlplo esencial de todo su sistema f- lséfico, Hay que tener en cuenta este desplazarsiento para subrayar, con rigor ue la hermentutica que leva a cabo Mare de Hegel no es, en ningtin caso, va, sino claramente tendenciosa, Sogdn a interpratacién marxlane de Hegel hombre es un ser natural y objetivo, un hecho emplrieamente constat mesurable y cuantifieable como cualquier otra lesde su punto de vista, un no-ser (Unwesen). in In cual ins cosas existon fuera de nesotros y eibir con los sentidos externos y se pueden medir y son objetvas; cuantificr, De una manera at argamentos en contra ‘mundo materal ‘Tampoco razon s se pueden , Marx resuelve latensi6n entre Ideslismo y realismo, No da ideallsmo, Sencilamente, parte del hecho de que hay un el sujeto, y que, ademds, Io podemes conocer. Entlende que las cosas estin :hechos positives, en palabras de ez no esté, en ningin caso, Segin Marx ser sonsibla es ser real, ot por los sentiéos externos. $1 que no es sensibl fad 2 lo que se parcite a través de los sentidos es, como minimo, disc Incluso se podria decir que es un reslduo dogmatica de la filosoffe mariana. acceso ala realidad Desde una perspectiva lantlana esta aflrmacién es eplstemoldglcamente Ingenua. Destle un punto de vista espirituallsta, la realidad trasclend [o sensible, No tenernos ringuna seguridad de que la realidad se reduzca Gnicamente a lo que percibimos a través de nuestros sentidos externos. Més blen parece razonable pensar give hay un ‘mundo real que no ceptames co tampoco pademos negara priar Segin Marx, ser real es ser sens sensible significa ser pasa Hleldend), tstar dispueste a sufrir. Rechaza ati el {dealismo hegeliano. Desde esta perspectiva realidad ‘onfigurada por una pluralldad de seres ebjtivas que n los unos sobre los otros. La realidad es como una red de Interacciones objetivas donde el hombre mismo es el centro de gravedad. La vida del hombre es ramundana, tiene su foco en él mismo y, como tal, es autosuficiente autor de El capital (1867) critica la idea de creacién Judeocristiana, Segin #, el hombre no es un ser creado a ontolégicamente de un ser superi Dios para expllear el mundo y los seres que hay en él. El hom se deriva dela tradicl6n (a, Se siente dependlente y 20 heterénomo, Sin embargo, Marx es consciente de que fa Idea de ereacién, por Influencla de la rellgidn, estS muy enraizada en la conciencia popular, pero eso no 1a hace verdadera S solo a autonomia, que excluye toda dependencia respecto a Dios e impl reacién del hombre, permitiré que se destruya esta representacinreligiosa(rllgase ortstelung). La autonomia vindicads por Marx tiene, a la vez, un alcance metafisio y ético. E) hhombre es causa sui, su ser es fruto de su acci6n, el resultado de ser a través de sf mismo (Durchsichselbstseln) y del rechazo de toda dependencla (Abhingighet). Ese estado de dependencia en que se encuentra el hombre le lmplde el acceso a era naturaleza mas honda, que es constitutiva de su ser auténtica y su destino, Marx se strado de ganar el maximo de autonomia politico y social como religieso, pero va Entlende que el hombre est lamado a hacerse a s{ mismo y que no depende de ningin principio anterior. Su visién de la aautonom(a trasciende cualitativamente la de Kant, que dinicamente se mueve en al terreno de la ética. Nunca aficma que el hombre se cause a s{ mismo, pero defiende que ha de aprender a pensar por si mismo ya Ubrarse de los poderes quello subyugan. Marx tfene muy claro que el hombre esté llamado a ser independiente (sldstinia), que su horizonte es convertirse en amo de sf risa (auf elgenen Fusen ste), y que no serd tal hasta que na se dé asf mismo la existencia (Daseln}, Un hombre que vive porla gracia de otro es considerado como un ser dependiente (cbhilngig). Si uno vive, Aependlente de Dios le debe a da creacién de su propia persona, La creacién es, por tanto, una representaclén muy diffell de arrancar de la conciancia de los pueblos Segiin Marg, los hombres vulgares no saben concebir la naturalera y el hombre al Imargen de Dios, No creen que el hombra pueda subsistir por sf mismo {Durehchebsehy, denen poce confaaa ena capacidad creative eIntelectul del ser mano, Marx se nos revela como sin pensamiento esencialmente optimista desde el punto ita antropolégico. Cree en el hombre y en su capacidad para ll ente Independiente. Cree, asimismo, en la técnica y en la posi hombre domine la naturaleza y la someta a su contr ‘Terra da, segin un g lente de las hipdtesis evolucionistas. Entendla que esas hipdtesis sigaificaban el final dela Idea de creacién y que Inaugurarian una nueva época regida Uinicamente por criterios clentfcos y objetivas Esta conflanza ciega en el hombre y en su capacidad de autocreacién y de Independencia son apriorismos preflloséficos muy discutibles. Una atenta ob- servacin de la condici6n humana revela, de manera patente, que el ser humano es frfgll,cadueo e indigente; un ser de necesidades extraordinariamente yolubles que, ¢0 cualquier caso, no se creaa sf mismo, sino que se ha encontrado en este mundo, Marx no acepta la distineién metaisica entre ser necesario y ser contingents, tan a fara via de a existenela de Dios en santo Tomds de Aquino. Segin Marx, el ser del hombre es un ser genérico (Gostungswesen): se caracteriza por ser una vohuntad radical de autonomia (Sebstindigkelt), entenclda com inmanencia conqulstada y poselda. Se niegs, entonces, la cond Historia del hombre es la historia entendida como auto creaclon(Selbsterz nha creado al primer hombre. Mark excluye ‘como un seF Eontingente que exige fundamento, El ser humano es, en definitiva, materla en movimiento, resultado de wn conjunto de combinaciones que, al azar, han hecho posible que em apa de ser auxénomo y de convertrse en al sekor El hombre, en la antropelogia marelana, se dafine como actividad. La vida es esencialmente actividad (dann wast it Leben -anderes- als Titigkelt?). Y este es predlsamente, el trabajo mediante el cual el ser humano transforma y domina !8 faturalezs La naturaleza es el objeto de la actividad humans. El hombre, ser genérico, fs atoairmacién de si mismo através de trabajo, El trabajo adquiere, en la Mlosoia, ‘marvin, un valor preponderante, Es la actividad transformadora a través de la cual lenatutalena se convlerte en un espacie habtabley clvlizado, nel modelo enpitalista que Marx critlca el producto del trabajo no pertenece al trabajador, Cuant mis se entrega e) hombre al trabajo, mAs pobre se vuelve. EI ‘rabajador queda, entonces,alinado en su product, Por esto, e trabalo alienado es, en el fondo, autoalienacion (Selstentfremdung). Todas las relaciones humanas ‘quedan invertdas, £1 hombre hace desu actividad rel, de su esencia, un medio para 1 existeneia, Los amos son los propletarlos de los Instrumentos de producclén y, fonsecuentemente, de los productos del trabajo y de los trahajadores mlsmis, abajan para el provecho de este poder extrafo Lt sospecha de Marx no es irelevante f ura materia, que no depende de nadie y que su vida es actividad, pone entre las i vislin platénico-ristiana cel hombre, Mare no demuestra, en ning vided del La sorpechs marl Istoria del mtr ue afm ito en la famente a lot 2, {YSILA HISTORIA FUESE UNA LUCHA DE CLASES? de ios ojos capitales del pensamiento marxiano es a lucha de clases. Segin Marx Fr storia es una lucha de grupos humanos apuestas, una confrontacién permanente ture sefores y-asclavos. Hace suya la dlaléctica hegellana del amo y él esclavo Srosentada en [o Fenomenologla del esprcu (3807) y In convierte en el paradlgma de Merpretaclén de {a historia, La historia es, a sw modo de ver, lucha, confitcto, te dos polaridades, ay o-a, De esa lucha aparece tna nueva realidad (el ro hegellana) la negacién de la negaciOn de a que, posterlormente, en- co consigo misma, y asf sucesivamente, hasta el fin de la historia, Marx no es el primero en presentar la historia como una lucha, pero sf convierte esta tess en el punto clave para entender la historia pasada, presente y futura. La Jucha de clases deviene Ia clave de comprensién de las Ideologlas y, a la vez, el instrument de todo future posible, En su propuesta, el concepto ce lucha de clases no fs tan solo une categorla para describr la hlstorla pretérita, sino también una con- cepeiég para transformaria, Desde su punto de vista, es necesarlo que Ia clase explotdéa tome conclencla de su situacl6n tnfusta y se rebele contra la clase ddominante para tnstaurar un réglmen justo e igualtario, La toma de conclencia, el sentido de pertenencia a una clase y la conflanza en el colectivo para camblar Ia c16n defacto son elementos clave para lograr un futuro mefor. [Esto exclaye la postbllidad de pensar las clases desde el punto de vista externo, de tal modo que sola es posible entender la historia y el mundo desde el arraigo a una flase, Ser marnista es referirse a esa lucha y emplear esa categoria para pensar la historia y el mundo, Desde este punto de vista, el burgués mira el mundo con ojos de Dburgués y no puede hacerlo de otra forma. Estd hecho a la manera burguesa. E] economist sabe que su anilisis slempre es un andllsis de clase, En cada domini consecuencias del mundo son, fundamentalmente, conclencias de clase del mundo, 5 peso do Is clase absorb # Is persona, Nos halos fente a una frma de deterinimeconlcosoc, pesto qu, sein eesquema menclonade, case deemina pensament, lat aeons, lr decioner y Tas cree, Patt comprender a Una persona, hay que comprander gut ve petenece ie terminiomo marsaneo sn entbarg, foal sin palegdmene poraue Canalo quel uch eaves puede acabar: fl mismo cree en une us Personas gules, y= presente ext utopia ls que promuere Ta reveucén lens S Marx ese esimentedaterminist no tenia ningin sentido vbelon, porque la revuelta siempre parte de algo Impliito no demostrado: el sarifcio no es En esta lucha sin término medio en la cual no hay ni refuglo nl amparo, la libertad ‘el bungués es una dlctadura y la Mberactén del proletrtado pasa por una dictadura, a El hombre no ¢s un individue solitario ni un elemento de la humanidad en general, sing un ser histérico y soclal definido por su pertenencia aun modo determinado de produceién. Desde la perspectiva marxlana, la identidad personal se disuelve en la ‘iase, La conciencia individual no es it singel fruto de una pertenencia, Los Conflctos histércos, sean del orden que sean, nacionalista,culturales o religiosos, se feducen, en sltima instancia, a una lucha de clases que puede ser vistble o latente, pero que, segin Marx es el nicleo dkimo de todo problema hist6rico En este orden de cosas, la filosofia, segin Marx, ha de transformar el mundo, ha de converte en una praxis transformadora, en la fuerza motriz de los cambios del fucuro. Esta es la conociéa idea que expresa en la famosa undécima tesis sobre Feuerbach. Mis allé de las herencias poltticas bien conocidas, sus tesis, a pesar de ‘todas las reticencias habldas y por haber, se han convertido en elementos de todas las clenclas sociales y en presuposiciones de todas las fllosofias postertores del compromiso. las diferencias hayan desaparecido y todos dispongan de las mismas posil y circunstancias Hay, sin embargo, notables diferencias entre este gran relato histérico y la visién biblica. Desde la perspectiva biblica, el hombre no esté solo en la histor, sino que Dios vela por é1, lo acompana en su itinerario hacia la plenitud, le ‘muestra los hitos del camino de la liberacién, Tal como se expresa en el Exodo, Dios se revela a Moisés para liberar a su pueblo de la esclavitud de gipto. El movimiento de Dios en la historia es un mavimiento de Iiberacin. Sin embargo, ‘esta liberacién no tiene un sentida tniea y exelusivamente material, sino también de orden espiritual. La fuerza de la liberacin, en el relato biblico, proviene de Dios, porque el hombre, por si solo, seria incapaz de romper las cadenas que lo subyugan al poder de Egipto, Desde e] enfoque bibico, la violencia no resuelve el conflicto de la desigualdad ai el odio entre las clases sociales. La revolucién que verdaderamente libera al hombre de todas sus servidumbres es la que Emmanuel Mounier denomina lo ‘evolucén del coraz6a, una revolucién que tiene extraordinarias afinidades con ‘quella expresién kantiana de resonancias paulinas: lo conversion critica de Mounier y de gran parte del personalismo cristiano 2 la historia de Marx se mueve en estas coordenadas, Se parte de la idea de que la ravolucién material no acabaré con los canflictos histéricos, sino que generar otros nuevos en el futuro. La auténtica transformacién de la historia exige una ‘ransformacién del hombre y no solo de sus condiciones de vi 4 Es interesante interpretar la filosofia de la del presente, Algunos consideran que, en sentido propio, ya no tiene sentido utilizar fa expresién lucha de clases para identificar a los colectivos sociales hoy dia cexistentes y sus relaciones; consideran que las grandes diferencias, por lo menos fn el mundo occidental, se han desvanecido, y que ha aparecido la gran clase media. Creen que el modelo del estado de bienestar integra en su seno el pensamiento social del siglo XIX y, en particular, las reivindicaciones de Marx en materia social, educativa, sanitaria y labora. Segn este esquema, clertamente ‘optimista, no tiene demasiado sentido el discurso revolucfonario y ut6pico, al menos ena zona de los paises que forman parte del estado de bienestar otros, en cambio, consideran que la expresién lucha de clases sigue siendo signifcativa para poder entender el conflicto mundial entre el primer y el tercer mundo, Estos sostienen que el esquema de Mare no solo no ha decaldo, sino que tiene ids vigencia que nunca, ya que el mundo, segiin su andlisis, esté dividido en dos ages de alcance planetario: los afortunados del Norte que dominan todo el mundo y ‘explotados del Sur que viven en la indigencia. En un mundo caracterizado por la jualdad, no puede haber paz. La paz exige justicia, ya que es, propiamente, la obra dela justicia En cualquier caso, es poco prudente descartar Ia flosofia de la historia de Marx basindose en la derrota del comunismo soviético, Tal como los filésofos y te6logos de Ja liberacion nos han demostrado, el escandalo entre Norte y Sur abre un abismo entre poderosos y explotados que ain mantiene viva una interpretacién del sistema- ‘mundo capitalist ala luz de la flosofia de Marx. Este es, en cierta forma, el proyecto filos6eoético de Enrique Dussel en su ftica dela iberacin (1999). Segiin este Filbsofo {de la iberacién, et mundo de a globalizacién econémica genera un inmenso universo de exclusion y acrectenta aiin mas las diferencias entre ricos y pobres. Septin estos intérpretes, Marx esté vigente, a pesar de las criticas que ha recibide: iendo itl para comprender esa desigualdad planetaria y buscar estrategias igentes que nos lleven a resolverla. En esta linea, se buscan las afinidades entre el proyecto liberador de Jestis de Nazaret y su opcién preferencial por los pabres,y la Diisqueda de la justciay la igualdad que se deriva de su obra. Esta linea de trabajo, {que en Europa sufe una gran crisis de sentide como consecuencia dela derrota de las ldeologlas y de los grandes relatos ut6picos les grands récts)* est atin muy viva en fontextos sociales y culturales del hemisferio sur, tanto en el contexto latinoamericano como en el aficano. Mientras que en el Occidente uo y posmoderna se consrayen proyectos cot ‘basados en el consenso y en el di el sur ex logo racional, los pensadores del sur exigen justcia 2s heraciin de los pueblos oprimidos. Ast pues, Marx sigue vigente en el sur del plane ‘donde se experimenta en propia earn lo lores del mundos (die Sebmerzen der Welt on mis de una lad de planteamientos intelectuales ha desembocado polémica entre los pensadores de Europa y os del sur del planeta. Los fiésofos uropeos son acusados de pequefo-burgueses y de acomodatcios; mientras que los sof y tedlogos de ia liberacin son acusados de romantics yd anacrénicos. y Enrique Dussel, merece le pena decir que Marx acerté en este punt, ‘muy exelava de contextos y siuaciones. Mientras que en Europa el debate sth especialmente centrado en los desafios de las nuevas tecrolo comunicacin yen particular, de las bloteenologias, la reflexi6n folie del sur p te de un conterto radicalmente precarie. La flesofs, clertamente, no ‘omprender al margen de los contextos econémico-sociales desde donde se articua, 3. (YSILA RELIGION FUESE EL OPIO DEL PUEBLO isados por la critica hace Uno de os aspectos dela obra de Marx mas subrayados. et ha prostado especial referencia @ su pensamlento religise. La teologle del tenclén este punto y los teblogos mis han tratado de responder a sus sospechas en materia religlosa. Expecialmente licidas son, por tjempla, las respuestas del tedlogo catlica Hans Kang en Guise Dios o bien las consideraciones del teélogo protestante Jurgen Moltmann en su Tedlogia de le eperana ‘A nuestro entender, la critica de la flosofla de la historia de Marx y de su ntropologia no se ha de vincular necesariamente a su crftica de la religin, Es fvidente que estamos ante un pensamiento unitario y hasta clerto. punto: sistemtico, en el cua todas las tests son interdependent, pero la sospecha de Mare 08a no se puede situaral mismo nivel nl confundirse con sus visiones Adela historia o del trabajo. La historia puede haber negado algunas de las profecas de Marx en materia politica 0 socal, pero eso no significa que sus ideas en materia ‘eligiosa hayen sido igusimente superadas. Lisa y lanamente: la critica de a losoffa marilana de la historia y del hombre, del matelalsmo historico y dialéctico, no supone una critica de su losofia dela 4a ertica de Marca la rligin hay que entender a la lz dela losofla de Hegel y Ia antropologia de Feuerbach, Ambos consideran abolida 0 superada la reign, Hegel smenté, con tenacidad,determinar el lugar sistematico de la religion. Esta parece, en Ia forma definttiva de su flosofia, como un segundo peldano de la "UCL. Enrique DUSSEL Kar ou APEL, ice del duc ica de ‘Mans KONG, cise Dos, Tro, ace 205, "rges MOLTMANN Teli ener recon, Tota, Mai, 205, Sige, Salamanca 1964, 26 ‘esenta una transici6n, un estadio defictente hacta ¢ el esp igen) Bs una representacion del Espiritu (eit gue nin er Begril, Pero esta representacion (Vorstllung) oie una determinada forma relgiosa epee abel (or abot Wises) rado el nivel de concepto y ro ha logrado el no (er Bar e yolitica. No se engafa, porque, s 1a forma correspondiente de sociedad p “Tal como dicen Hegel y, después de él, Marx, inan a Dios. De esta manera, la je de si mismo. fen one peat y configuran su Estada tal como 2 faeces ques pure iene a la reprosentante del iealismo absoluto, un pueblo que tiene a * biosno puede ser un puebla libre. Solo evando Dios es concebldo i eri oa Ia naturaleza, como una persona, se convierte él mismo budismo. al ianismo abre la puerta a Esta tesis es asuimida acriticamente por Marx. En sus palabras: la religién base sobre la cual se eleva la superestructura dependiente y condiciona- dda por esta Infraestructura, Segiin él, con el cristianismo han sido posibles, por primera vex, i solo en aquel se reconoce el derecho infinito conjunto de las confesiones cristianas, Marx considera que t el protestantismo se muestra en toda su pureza esta potencia dol cristanlsmo. Hegel, como Marx después de él, entlende que la religion ha de ttansformarse,necesarinmente, en eonstitucién, en régimien secular, en vida en el Feuerbach es el otro gran Marx. Segin él a filosoffa es conocimiento de {ate gon las cosas en af mismas (an ich lst Su inalldad es pensarlas tal come oes los obeto de la teolgia,y el espritu absolute, objeto de la especilacion, ot, cebidor Como proyecciones de las propledades humanas en una dimecsion ndividual, Ba Le cdl etnias Ween de han Dios es el conocimiento del hombre mismo; la re apni Censigy sn (er es mish a En ee nae eee nome ater ea sino una altrdad iaginadn radu een 9 Conve si revel cere defn eseros seo a ai oe desuspenanintos isintines apron blender aor oe conocimiento de ign es la relacién del hombre Seain a perspectvade Feuerbach serdivne no extra cosa que serhumon separa dels renters delo nds de hombre ron cee nga ceria yvenerad cam far ato er, roi nit gree Boye ava precio naga hl creer et ag ema 7 implora humildemente un partilpacién en los dones que dispensa. las Tals provisional (1042) de Feuerbach se anticipan mucho la acentuacidn de la realidad sensible le los predicados de Dios en atributos del ‘hombre; la fOrmula «El hombre es lo que come», entre muchas otras, En La eencia del iamo (1841) ya se encuentran los Indios de una teorfa de origen de la 16n que recuerdan alas famosas frases de Marx en ln Critin de le floss heglina de derecho alse arma, coma veremos acontinuacin, que Dios es el eco de miestros {gemidos de dolor: que a religin es, en clerta manera, la exteriorizacién de dolor, Tal como dice Seren Kierkegaard, el artista hace servir su creaclén para liberar el falta un Dios que lo salve de tales padecimlentos. Este aire libre del corazén, este misterio expresade, este dol nado es, segin Feuerbach, Dios. Dios es la ‘igrima del amor versa en la soledad mas profunda sobre la indigencia humana Esta compr is de la experiencia rellgiosa tiene profundas sfinidades con ls Sn de Arthur Schopenhauer. Segin el autor de B) ‘mundo como valnted y representacién (1818), el origen de la religion es el dolor. La necesidad de lafcriém de Dios va ligada s la experiencia de la impotenca, del dolor, e Ia enfermedad, del envejecimiento y, fialmente, de la muerte. Schopenhauer Gefiende Ia idea de que silos hombres no hubieran sufrio, nunca hubleran creado ‘loses, nl se habrian arrodilado ante de sus proplas creaciones. En este sentido, Adan Y Bva, antes dela cafda originarla, esconocian la expertenciareligiosa porque vivian en plena armenia con el mundo, En sintesie, podemos representaciones rel viduos para arb consiste an neontrar consuelo de otra manera, pasando por encima Indigencia y jento que se encuentran arraigados en la existencia humana. En ambos casos, el conocimlento de la finitud de la existencia humana Jentesufrimiento es comin ala rafz tanto intelectual come sen- de la critica marxisna de la religidn es, entonces, Ia obra de Feuerbach, La critica de Feuerbach le parece indlscutible, No la somete a erica, ‘aunque reconoce que la filsoffa de Feuerbach ain se encuentra dentro de un certo idealism, Mare pretender mas cerlo descender ala realidad, Feuerbach habla redueldo la teologia a la antropologla y a Dios, a una pura proyeccién humana, de tal manera que el hombre era el creator de Dios y no Dios el Creadlor del hombre. Marx reduce el hombre ala historia. Explora las determinaciones Sociales, econdmicas y politieas que llevan al hombre a imaginar ese ser abstracto que ddenomina Dios y a quien rinde culto. El Estado y la sociedad en su forma especifica, Imperfects, injusta e inhumana, engendran, en consonancia con su propla absurdidad, luna conclencia JJ hombre respecto a s{ mismo: la conclencla religiosa (die religtse Bewusstsein) €} problema se desplaza, por tanto, de una la religién a una erfica préctica de las co y polfticas que originan o iosa, La religion, en un sentido muy cercano al que vveremos en Freud, se entiende como una sancién moral, pero también como complemento ceremonioso, consuelo universal y motivo de justificacién de este ‘mundo. Bs necesaria para consolar a los hombres por vivir en este mundo malvado y Jn hae Inerymarum valle, hacerles este més soportable y darles una jus- tifleacién Sin religisn este mundo no podria mantenerse en pie. Segiin Marg, la religiSn no es el mal radical, ni la vatz de la maldad en el mundo, sino al revés: la maldad en el mundo es la causa de Ia religién. Lo que hay que ccombatr, gin Marx, no es larligin sino al mundo del cual la religién es el aroma [La critica de la religigx solo tlene sentido, entonces, en el horizonte de la critica de la sociedad, El fo 1841, Marx acabé la tesis doctoral en la cual trabajaba desde 1838, Sobre la diferencia de la flosofta de a naturaleza en Deméerito y Epicuro, Para el joven Marx, querer demostrar la existencia de un Dios es una debilidad de Ia razén. Se trata, entonces, de proclamar'a libertad del espiritu y de ensefar ala humanidad a dejar de Norar por la pérdida de sus cadenas. £1 comentario de Marx es bien conocido. Sse da Por supuesta la idea de un Dios ebjetivo, zeémo puede hablarse de leyes que la razén elabora por sf misma si solo se puede atribuir autonomfa a un ser absolutamente {que es vitima de una ilusi6n. El pafs de la razén es un pals donde existe La f6rmula esté clara: la razén es por s{ misma ates. Segtin Marx, todas las pruebas. elaboradas para conducimnos a la afirmacién de la existencia de Dios no damuestran ‘ms que la existencia de la conciencia. Dios existe solamente para el hombre que considera el mundo como irracional (unvernunftig). La no-razén es la existencla de Dios, Intentar probar latrascendencia es, a su vez salir del camino dela razén y negar la racionalidad det mundo. Marx no se separa jams de la actitud y el punto de vista de estos textos de Juventud. Segin él afirmar la existencia de Dios es alejarse de la razdn, Le tras- fendencia se concibe como una ofensa a la libertad y, por tanto, ala dignidad humana, En este punto en particular hay que introducir, como minimo, dos apostillas critcas a la critica marslana. Primera, que Dios sea un obstaculo ala libertad humana, Es una 2 nga manera: probaa.y gue sbraya una isin aramente wa Sy de bon. Segui qu aon se, por definate, Abas eas est sarin el are adr de hecho, et el crac ee atae de Et expt pero sfc de exten de Des nepal o, por immo comnts son esto del bre fee trl 9 Dols; como aebticto que hay que superar La es de qua cee ‘igs enor dentin, atonal ive ona is que osoaente Gr presen ns cried slo XIX sig cami en sto XL hanes eater de nade get raraldd inherent or lace ee tates qu Dios impostte aon del hombre en verde estonare tage de bos qu Cen en emer 0 que suse ek wv american tudes pecs neues xt anes que near auoros hans ee ‘adeleodema Enla Critica de 1a loses hegelina del derecho, Marx dc: Ser radical es tener conlencia de ls propas races. Ahora bien, la raz del hombre es et hombre mismo. La pruebs evdente del ractealsmo de a terla siemana y, por tanto, de su energa prctica ex que su punto de partda la supresién (4ufebung) positva, determinants, dela religin, La eftica de la iin conduce a ia doctrnasegin a cual el hombre es Ia esenela mis lta Para el hombrey. de ests manera allmperativoceegSrco de dstrale oda at ‘alacones ex las cuales ef hombre ee rebsade, scavieado, sbandonado, ‘menosprecio 1a Formula de Manx en los Manuscritos de 1844 es un eco de a teoria dela allenacién ae Feuerbach (Eréfremaung). Se inspira en la dialéctia entre el amo y el exclave ‘eorltads por Hegel para comprender la relalon entre Dios y el hombre. Segin € se trata de devolverie al hombre aquello que Dios le ha quitado. El mundo rellgloso se oavierte en un producte de ia imaginacién, Dios, el alma inmortal, son, segin su unto de vista, seresiresles en los cuales el hombre deposita una feletdad sora, lms ali ilusori sive de compensacién al mal vivido ene! mas acd, que es el dnico real. BI hombre desgracado suefa con la felicidad de la cual lo han privado en Bresente. En este sentido, el cielo es el reflejo de la desgracia ‘del hombre Frecisamente, la dualdad, ia divisién, la separacin, son caracterstcas de. [a desgracia, ya que la felicidad se concibe como unidad, come una totalidad poselda Ess consideracienes de Feuerbech le srven a Marx de punto de pariéa para un te pnsamist sobre este punta et expesdoen dos estos ue ales de 1043 bara prncpos de 184: La cues jay eee lef hegelna del deck. Este kino ana emplss ae fay eco via del relia os estncilmente Peale 21. Ante todo, hay que descubrir sw bore F iencia (Schein)- de si mismo. (Widersc aginas de Marx donde explica és de este fragmento vienen aquellas famosas paginas de Marx aes ee ree Ta religion y no la religion la que hace al horubre. El see ee or ec une tsenciaabstractatrasplantada fuera del mundo: el hombre es el ‘rand del hombre una parte del Estado, un producto de la sociedad. La religén es la Conelenla del mundo trastomnado, La relgin es la teorfa universal de este mundo, su ompendio enc clopédico, su ldgica ms popular, su orgllo spiritual, su entusiasmo, Sisancn moras solemme complemento, su Tezdn universal de consuelo y de justineacin. Es la reallaciOn fantastica de fa esencia humana, porque la esencta mana no post la verdadera realidad iediatamente, la lucha contra este ign. La miseria religlosa es, por un Ja miseria real y, por el otro, a protesta contra esa miseria real, Mars, la religlén es el susplro de la criatura oprimida, el sentimiento (Gemu) ‘mundo sin

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