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Tradwcciin de AGUSTIN PICO ESTRADA, LA REVOLUCION RUSA por Sheila Fitzpatrick 6 SHEILA FITZPATRICK Notas a la segunda edicién sobre los cuaies Ss contamos con mas d latos nuevos son aquel teriormente proscriptos en la Soviés re Kf Proscriptos en la Unién Soviética: el terron | rep! la repre. sion, el gulag, la censura, la visi6, ‘anénica de Lenin y Stal Sulag, la censura, ta vision no candnica de Len, tal in y Stalin, informes de ta poli ay : Imes dle la policia secreva, petitorios y denuming de chudatie y denuncias de ciudada. Nos y una mirfa nena i a ae Otros materiales que los hisioriadores atin e. igitiendo, Se han exhumado vi ca _ tin digi n i¢j0s esc’indalos politico: rane, cade memoria El cuadro de la politica Ylavocie pe ica con an ee Ae containos, especialmente en lo que hace ala déex, da de 1930, es mucho mas rico y detallade e el existente hack is rico y dk que el exis . : xi e nueva en gran parte debido a’ iltima dé bio mos etudiosaactmfcr en he eae ha bach uss Incluye las obras de estadiosos rusos de las o CHOY postsovitica cuando éstas estin on excepciGn de la introduccién, el tinico Portante esta en el capitulo 6, que fin: sobre las grandes purgas, Come ta prin primera, esta segunda edicién ¢s esencialmente una ' | | 1. El escenario {A comienzos del siglo xx Rusia era una de las grandes poten- cias de Europa. Pero era una gran potencia universalmente conside- rada aurgsadpen comparacién con Gran Bretafia, Alemania y Francia. (En terminos econémicos, esto significaba que habia tar- dado en salir del feudalismg} (los campesinos dejaron de estar Iegalmente sometidos a sus sefiores 0 al estado s6lo en la década de 1360) y tardado en industrializarse.(En términos politicos, esto significaba que hasta 1905 no habjan existido partidos politicos legales ni un parlamento central electo y que la autocracia so- brevivia con sus poderes intactog\Las ciudades rusas no tenian tradici6n de organizacién politica ni de autogobierno, y, en for- ma similar, su nobleza no habia desarrollado un sentido de uni- dad corporativa lo suficientemente fuerte como para forzar al trono a hacer concesiones\Legalmente, los citidadanos de Rusia alin pertenecian a “estados” (urbano, campesino, clero y noble- za), aunque el sistema de estados no contemplaba a nuevos gru- pos sociales como los profesionales y los trabajadores urbanos, y s6lo el clero mantenia algo parccido a las caracteristicas de una casta autocontenida, Las tres décadas que precedieron a la revolucién de 1917 no se caracterizaron por el empobrecimiento sino por un aumento de la riqueza nacional; y fue en este periodo que Rusia experimen- 6 su primera fase de crecimiento econémico, provocado por las politicas oficiales de industrializaci6n, la inversion externa, la mo- dernizacién de la banca y la estructura de crédito y de un modes- to crecimiento de la actividad empresaria autéctona.{El campesi- nado, que atin constitufa e! 80 por ciento de la poblacién cuando se produjo la revolucién, no habia experimentado una mejora marcada en su posicién econémic}) Pero contrariamente a algu- nas opiniones contemporineas [casi se puede afirmar con certeza 8 SHEILA FITZPATRICK que tampoco habia existido un deterioro progresivo en la situacion econémica del ae) Como el tiltimo zar d@ Rusia, Nicolas 11, pereibié con tristeza, Ja autocracia peleaba una batalla perdida contra las insidiosas i fluencias liberales de Occidente(La orientacién del cambio pol co —hacia algo parecicio a una monarquia constitucional de tipo occidental— parcefa estar clara, aunque muchos integrantes de Jas clases educadas se impacientaban ante la lentitud del cambio y la actitud empecinadamente obstruccionista de la autocracia, Tras la revolucién de 1905, Nicolas cedié y estableci6 un parlamento ele- gido a nivel nacional}la Duma, legalizando al mismo tiempo los partidos politicos y'sindicatos. Pero las inveteradas costumbres arbitrarias del gobierno autocratico y la continua actividad de la policia secreta minaron estas concesiones. ‘Tras la revolucin bolchevique de octubre de 1917, muchos emigrados rusos consideraron los ates prerrevolucionarios co- mo una dorada edad de progreso, interrumpida arbitrariamen- te (segtin parecfa) por la Primera Guerra Mundial, o la chusma Fevoltosa o los bolcheviques. fabia progreso, pero éste contri- buy6 en gran medida a la inestabilidad de la sociedad y a la po- sibilidad de wastornos politicos: cuanto més répidamente cam- bia una sociedad (sea que, los cambios se perciban como progresivos 0 regresivos) menos posibilidades tiene de ser esta- ble Si pensamos en la gran literatura de la Rusia prerrevolucio- naria, las imagenes mas vividas son las de la dislocacion, aliena- cién y ausencia de control sobre el propio destino. Para Nikolai Gogol, el escritor del siglo xIx, Rusia era un trineo que atravesa- ba la oscuridad a toda prisa con destino desconocido. En una denuncia a Nicolis I y sus ministros formulada en 1916 por el politico de la Duma Alexander Guchkoy, el pais era un automé- vil que, manejado por un conductor demente. orillaba un preci- Picio, y cuyos aterrados pasajeros debatian sobre los riesgos de tomar el volante. En 1917 asumieron el riesgo, y el incierto mo- vimiento hacia adelante de Rusia se transformé en zambullida en Ia revolucién. EL ESCENARIO Lasociedad El imperio ruso cubria un amplio tertitorio que se extendia entre Polonia al oeste hasta e] océano Pacifico al este, legaba has- taet Arico en el norte y alcanzaba el mar Negro y las fronteras ‘con Turquia y Afganistan al sur. El nécleo del imperio, la Rusia eu- una pobla- ropea (incluyendo parte de la actual Uerania) te cién de 92 millones en 1897, mientras que la poblacién total del imperio era, segiin ese mismo censo, de 126 millones.! Pero hasta Ia Rusia europea y las relativamente evolucionadas regiones occi- dentales de} imperio feguian siendo mayoritariamente rurales y no urbanizadas. Habia un puiiado de grandes centros industrialeg la mayor parte de ellos producto de una reciente y veloz expan- sion: San Petersburgo, la capital imperial, rebautizada Petrogrado durante la Primera Guerra Mundial y Leningrado en 1924; Moscé, laantigua y (desde 1918) futura capital; Kiev, Jarkov y Odessa, jun- to a los nuevos centros mineros y metaltirgicos de la cuenca del Don, en la actual Ucrania; Varsovia, Lodz y Riga al oeste; Rostovy la ciudad petrolera de Baku al sur. Pero la mayor parte de las ciudades provincianas rusas atin eran sofiolientas y atrasadas a comienzos del siglo XX, centros administrativos locales con una pequeiia poblacién de comerciantes, unas pocas escuelas, un mercado campesino y, tal ‘vez, unz estacién de ferrocarril. En las aldeas, la forma tradicional de vida sobrevivia en buena parte, Los campesinos aiin poseian ja tierra segiin un régimen co- munal, que dividia los campos de la aldea en angostas parcelas que eran laboreadas en forma independiente por los distintos ho- gares campesinos; y en muchas aldeas, el mir (consejo de la aldea), atin recistribufa periddicamente las parcelas de modo de que ca- da hogar tuviese igual participacion. Los arados de madera eran de empleo habitual, las técnicas modernas de explotacin pecua- ria eran desconocidas en las aldeas y Ia agricultura campesina ape- nas si sobrepasaba el nivel de subsistencia. Las chozas de los ‘campesinos se apifiaban a lo largo de la calle de la aldea, los cam- pesinos dormian sobre la cocina, convivian en un mismo ambito con sus animales y la antigua estructura patriarcal de la familia ja. Los campesinos estaban a no més de una ina sobrevit campes 30 SHEILA FIrzrarRicy, Seneracion de distancia deta servidumbre: wn campesino que hu- biera teniclo sesenta anos al comenzar el siglo va hubiese sido wn adlulto joven en tiempos de In emancipacion de 18b1. Por supuesto que([S emancipacién transforma la vida de los Campesinos, pero fue regiamentada con gran cautela de modo de munimiear el cambio y extenderlo en el tiempo. Antes de la eman, CibaciGn, los campesinos explotaban sus parcelas de tierra coma Hal: pero también trabajaban en la tierra del amo o le pigaban en dinero el equivalente a su trabajo, Tras la emancipacion, continan {oP uabajando su propia tierra, ya veces trabajaban bajo contrary la tierra de su anterior am) mientras efectuaban Pagos “de reden. pion” al estado a cuenta de Ia suma global que se les habia dado los terratenientes a modo de compensacién. Los pagos de redes, Gn se hubian distribuido a lo largo de cuarenta y nueve alee (aunque, de hecho, el estado los cancel6 mos aiios antes de se Yencimiento) y la comunidad de la alden era colectivamente tex Porbable de las deudas de cada uno de sus integrantes. Elo sign? Feaba que los campesinos individuales adm estaban ligadoss eal dea, aunque ahora por la deuda y por la responsabilidad coleceig del mir, no por la servidumbre. Los términos de lp emancipacion faiaban previstos para evitar un afluencia en masa de eamnpesinos les cudades va creacién de um proletariado sin tierra que represen {au lina amenaza al orden publico. También awieron el resuliato fe reforzar al miry al vigjo sistema de explotacién de latina, yd Sacer que para los campesinos fuera casi imposible consolidue sas Parcelas, expand 0 mejorar sus posesiones o hacer la ransicion ala granjerfa independiente en pequeria escala, Aunque Qbandonar las aldeas en forma permanente era diff cil en las décadas que siguieron a la emancipacion, era facil dejar- Has en forma temporaria para trabajar como asalariado en I agr cultura, la construccién, la mineria o las ciudade) Be hecho, tal trabajo era una necesidad para muchas familias campesinas ef di TelaysT® Recesario para pagar los impuestos y los pagos de reden. cid) Los campesinos que se desempeiiaban como trabajadores Solondrina (ofjadniti) solian alejarse durante muchos meses al aio, dejando que sus familias explotasen la tierra en las aldess. i {os viajes eran largos —como en el caso de los campesinos de Ing ELESCENARIO 31 aldeas de Rusia central que iban a wabajar alas minas de la ven cadet Don— los otjodniki tal vez. s6lo regresaban para la cosechao osiblemente para a sierra de primavera ql pricica te dejar Eruerruito en busea de urabajo estacional estaba bien establec es especialmente en las areas menos fértiles de Rusia europea, en ts cuales los propietarios exigian que sus siervos les pagaran con di nero mas bien que con trabajo) Pero se fue difundiendo cada vez més a fines del siglo xtx y corftenzos del xx, en parte porque ha- bja mds trabajo disponible en las ciudades. En los aiios que prece- dieron inmedatamente ala Primera Guerra Munctal, unos eve millones de campesinos sacaba pasaportes cada aio para rea if trabajos estacionales fuera de st aldea natal, y, de étos, casi la mita mpleaba en sectores no agratios.? “ a tno de cada dos oeaic! camapesinos dela Rusia europen tenia un integrante de la familia que habi ees abajo —con una proporcidn atin mas alta en la region de Pe- cerurgo yas egloncsindutale contater in imeresn de que la vieja Rusia sobrevivia casi in mutable en las aldeas bien pue- de haber sido engaiodfbe hecho, muchos campesinos vivian con un pie en el mundo aldeino tradicional y otro en el mundo muy diferente de la ciudad industrial modern}. El grado hasta ¢ i Jos campesinos permanecian dentro del mundo bie 7 pendia no solo de su ubicaci6n geografica, sino de su sexo y pa Los ovenes estaban mis predspucstos adesplaarse para trabajar y, ademis, los varones jévenes entraban en contacto con un mun do mis moderno cuando eran convocados al servicio milicar. 7 mas probable que las mujeres y los ancianos fitesen guienes slo conocian la aldea y la antigua forma de vida campesina. ses ferencias en la experiencia campesina tuvieron una notable ex- presin en las cifras de alfabetizacion del censo de 1897 Losie enes estaban mucho mis alfabetizados que 108 viejos, los hombres mas que las mujeres, y la alfabetizacién era aes tas reas menos fértiles de la Rusia europea —es decir, en las fren onal era mas comtin— que en la en las cuales Ia emigracién esta férti] “regi6n de la tierra negra” : (ta ae bled ite ate muy cerca del campesina do. EI ntimero de obreros industriales permanentes (algo mas de 2 SHEILA FITZPATRICK tres millones en 1914) era inferior a la cantidad de campesinos {que abancionaban sus aldeas cada ado para dedicarse a tareas esta cionales no agricolas, y, de hecho, era casi imposible hacer una distincién neta entre los trabajadores que residian en forma per manente en los centros urbanos y aquellos que trabajaban en la ciudad durante la mayor parte del aiio)Aun entre los trabajadores permanentes, muchos conservaban Terras en sus aldeas, donde habjan dejado a sus mujeres € hijos; otros trabajadores vivian en. Jas aldeas mismas (un patrén especialmente frecuente en la re- gin de Moset) y se trasladaban semanal o diariamente a la fabri- ca, Solo en San Petersburgo una parte importante de la fuerza de trabajo industrial habia cortado tedo lazo con el campo. La principal raz6n para la estrecha interconexién entre la cla- se obrera urbana y el campesinado era que la rapida industrializa- cién de Rusia era un fendmeno muy reciente. Hasta la década de 1890 —mis de medio siglo después de Gran Bretaiia— Rusia no experiment6 un crecimiento a gran escala de su industria y una ‘expansién de las ciudades. Pero aun entonces, la creacién de una clase obrera urbana permanente qued6 inhibida por los términos de la emancipacién de los campesinos de la década de 1860, que Jos mantuvo atados a las aldeas. Los trabajadores de primera gene- racién, predominantemente originados en el campesinado, for- maban la mayor parte de ia clase obrera rusa; y eran pocos los ‘obreros y habitantes urbanos de segunda generacién. Aunque los historiadores soviéticos afirman que en visperas de la Primera Guerra Mundial mas del 50 por ciento de los obreros industriales eran de segunda generacién, este calcul claramente incluye @ obreros y campesinos oljodniki cuyos padres también habian sido objodniki. ‘A pesar de estas caracteristicas propias del subdesarrollofen algunos aspectos la industria rusa estaba muy avanzada para la época de la Primera Guerra MundfaJ(#l sector industrial moder- No €ra pequeiio, pero de una concentracién inusualmente alta, tanto en términos geogrificos (notablemente en las regiones nu- cleadas entorno a San Petersburgo y Moscii y la cuenca del Don en Ucrania) y en términos de tamaiio de las plantas industrial) ‘Como sefialé Gerschenkron, el atraso relativo tenia sus ventajas: papi at sae amenret ELESCENARIO 33 al industrializarse tardiamente y con Ia ayuda de Ia inversién ex: tranjera de gran escala(Rusia pudo saltear algunas de las primeras ciapas, adoptar tecnologia relativamente avanzada y ditigirse rapi- damente a la produccién moderna en gran escal* Empresas co- mo los célebres talleres de herrerfa y de constrif¢cién de maqui- nas Putilov en San Petersburgo y las plantas metahirgicas, en su mayor parte en manos extranjeras, de la cuenca del Don, emplea- pan a muchos miles de obreros. Segiin la teorfa marxista, un proletariado industrial altamente concentrado en condiciones de produccién capitalista avanzada muy probablemente sea revolucionario, mientras que una clase obrera premoderna que mantiene fuertes lazos con el campesin do no lo sera. De modo que la clase obrera rusa tenia caracteristi- cas contradictorias a ojos de oe evaluara su potencial revolucionario. Sin embargofa evidencia empirica del periodo 1990-1914 sugiere que de hech6 la clase obrera rusa, a pesar de sus, estrechos vineulos con el campesinado, era excepcionalmente mi- litante y revolucionaria. Las huelgas de gran escala eran habituales, los obreros exhibian considerable solidaridad frente a la autoridad de patrones y estado y sus demandas solian ser politicas ademas de econé mica Durante la revolucién de 1905, los obreros de San Pe- tersburgo y Moseit organizaron sus propias instituciones revolu- cionarias, los soviets, y continuaron Ia lucha después de las con- cesiones constitucionales hechas por el Zar en octubre y del colapso del movimiento de los progresistas de clase media contra laautocracia. En el verano de 1914, el movimiento de la huelga de los obreros en Petersburgo y otros lugares tomé dimensiones tan amenazadoras que algunos observadores supusieron que el go- bierno no correrfa el riesgo de convocar a una movilizacién general por Ia guerra. La fuerza del sentimiento revolucionario de la clase obrera de Rus puede ser explicada de muchas formas distint3) En primer la- protesta econémica limitada contra los empleacores —lo que Lenin Hlamé sindicalismo— era muy dificil en las condiciones que ofrecia Rusig) E] gobierno tenja una importante participa. cin en Ia industria nacional rusa y en la protecci6n de las inver- siones extranjeras, y las autoridades estatales no se demoraban en. - SHEILA FITZPATRICK Guministrar tropas cuando tas huelgas contra empresas privadas daban indicios de endurecers) Ello significaba que aun las huel. 828 Por reclamos econémicos (protestas sobre salarios v condicin, nes de trabajo) bien pocfan tomar un sesgo politico; y el dfundicis Fesentimiento de fos obreros rusos contra los administradores y ef nin, un marxista ruso, quien dijo que, por su cuenta, la clase obrers s6lo podia desarrotiar una “conciencia sindical”, no revolucionaria, is experiencia de Rusia (en contraste con la de Europa occidental y no confirmaba su afirmacién En segundo jugarf4l componente campesino de la clase obre- ra rusa hacia que ésta fuese mas, no menos, revolucionaria) Los campesinos rusos no eran, como sus pares franceses, pequeios bropictarios conservadores con un sentido innato de la propie, dad(La wadicién det campesinado ruso de rebelion Violen, y jnarauica contra terratenientes y funcionarios, ejemplificada por ia gran revuelta de Pugachev en Ia década de 1770, se volvio a hee. nifestar en los alzamientos campesinos de 1905 y 1909) la emanci- Pacion de 1861 no habia acallado en forma permanente el espiri, tu rebelde de los campesinos, pues éstos no la consideraban ona cmancipacién justa nj adecuada y, cada vez mas hambrientos de Heras, afirmaban su rectamo de las tierras que no les habian side Concediclas. Ademas, los campesinos que emigraban a tas ciudades ¥se hacian obrerosa menudo eran jévenes y libres de ataduras de ft. ila, pero afin no estaban acostumbrados ala disciplina de la fabri, GAY baclectan de los resentimientos y frustraciones que acompnfian cl Gesarraigo y la asimilacién incompleta a un ambiente poco fa miliar* Hasta cierto punto, la clase obrera rusa fue revolucionarin, Pues no tuvo tiempo de adquirir la “conciencia sindical” sobre In que escribio Lenin, de ser un proletariado industrial arraigado, en condiciones de defender sus intereses.a través de procedimicntos norevolucionarios, v de entender las oportunidades de ascenso social que las sociedades urbanas modernas ofrecen a quienes tie, nen cierto nivel de educacién y especializacion, Sin embargo, las caracteristicas “modernas” de la sociedad ru- Sa, aun en el sector urbano y en los estratos stiperiores eciucados atin estaban muy incompleras. A menudo se afirmaba que Rusia 4 j 35 ia clase media; y de hecho, su clase comerciante y de nego- age continuaba siendo relativamente débi, y las profesiones s6lo pabian aquirido recientemente la jerarguia que e da por sents ie en las sociedades indusirializadas. A pesar de la creciente pro- fesionalizacion de la burocracia estatal, sus niveles superiores con- tinuaban dominados por la nobleza, que tradicionalmente era la clase que servia al estado. Las prerrogativas emanadas de tal servi- cio eran atin mas importantes para la nobleza debido a la deca dencia econdmica que el sector terrateniente experiment6 con fa abolicion de la servidumbre: slo una minoria de nobles terrate- nientes habia logrado hacer una transicidn exitosa a una agricul ura capitalista y orientada al mercado. La naturaleza equizoide de Ia sociedad rusa a comienzos del siglo Xx queda bien ilustrada por la desconcertante variedad de autodesignaciones que ofrecian los listados en la guia de la ciudad de San Petersburgo, Ia mayor y mis moderna de las ciudades ru- 52s, Algunos de los suscriptores se mantenian fieles a las formas tradicionales y se identificaban por estado social y rango (“noble hereditario”, “comerciante del primer gremio”, “ciudadano hon- rado", “consejero de estado”). Otros pertenecian claramente al nero mundo y se describian a si mismos en términos de profe- sién y tipo de empleo (“agente de bolsa”, “ingeniero mecanico”, ‘director de compaiiia’, 0, como representante de los logros rusos en materia de emancipacidn femenina, “doctora”). Un tercer gru- po estaba conformado por personas que no sabian bien a qué mundo pertenecian, y que se identificaban por estado en Ia guia de un aito y por profesion en la del siguiente, o que hasta daban ambas identificaciones al mismo tiempo, como el suscriptor que, curiosamente, se dice “noble, dentista”. En contextos menos formales, los rusos educados solian descri birse como integrantes de la inteliguentsia. Sociolégicamente, se wataba de un concepto muy elusivo, pero, en términos amplios, la palabra “inteliguentsia” deseribia una elite edueada y occidental- zada, alienada del resto de la sociedad rusa por su educacion y del régimen autocratico de Rusia por su ideologia radical. Sin embar- go, la inteliguentsia rusa no se veiaa si misma como una clite, sino més bien como un grupo sin pertenencia de clase unido por una SHEILA FITZPATRICK’ Preocupacién moral por la mejor de la sociedad, la capacidad de “pensamiento critico” y, en particular, una aetitud critica y seme Oposttora.al régimen. El término se hizo de uso corriente en torng a medindos del siglo xix, pero la génesis del concepto se encuen, tren la dltima parte del siglo xvit, cuando la nobleza fue libers, ta de la obligacién del servir al estado algunos de sus integranter Sducadlos, pero que encontraban que su educacién era subutlizade, ‘lesarrotlaron una ética de obligacion alzernativa consistente en “se,” Pr al pueblo”. Idealmente (aunque no en la practica), pertenecer » 'a inteliguentsia yal servicio burocratico en forma simultanea era lnm. Posible. El movimiento revolucionario ruso de la segunda mitad del siglo XIX, caracterizado por la organizacién conspirativa en pequefia escala para combatira la autocracia, y iberar asi al pueblo, fue en buena parte resultado de la ideologia radicalizada y el deseontenta Politico de la inteliguentsia, fin del siglo, cuando el desarrollo de las profesiones de alto éstatus provey6 a los rusos educados de una gama més amplia de opciones laborales que la existente hasta el momento, que un dividuo se aurodefiniera como inteligentea menudo entraabs ae, titudes progresistas relativamente pasivas mis bien que un com. Bromiso revolucionario activo con la transformacién politica Aun asi, la nueva clase profesional de Rusia habia heredado lo va. ficiente de la vieja tradiciort de la inteliguentsia como para sentir simpatia y respeto por los revolucionarios comprometidos y falta dc simpacfa por el régimen, aun cuando los funcionarios de éet in. ‘entaban llevar adelante politicas reformistas o resultaban asesinades Por revolucionarios terroristas. Ademiés, algunos tipos de profesién eran particularmente di ficiles de combinar con un total apoyo a la autocracia, La profe- si6n legal, por ejemplo, florecié a resultas de la reforma del este, ima legal en la década de 1860, pero, a largo plazo, las reformas no fueron exitozas eu extender el imperio de la ley en Ia sociedad y Ia administracin rusas, en particular en el periodo de reaceign que siguio al asesinato, en 1881, del emperador Alejandro Il por un narios terroristas. Abogados cuya educacién los cer en el imperio de la ley tendian a desaprobar 'as prcticas administrativas arbitrarias, el poder itrestriete de in 37 EL ESCENARIO. Jicia y los intentos gubernamentales por influir en el accionar «Mel sistema judicial,” Una relacién similarmente conflictiva con el cls égimen era la asociada a los zemstves, cuerpos gubernativos electi- tos tocales que, insitucionalmente eran totalmente dependientes gel burocracia estaal y que frecuentemente chocaban con ésta, A comienzos del siglo Xx, los zemstvos empleaban a wines 70,000 profe- sionales (doctores, maestros, agrénomos, etcétera), cuyas simpatias, an bien conocidas. ri cleo dels ingenitsy oes especalisas énicon que bajaban para el estado o en empresas privadas, los motivos para que se sintieran alienados del régimen eran menos obvios, especialmen- te sise considera el enérgico aval de la modernizacin econémica y Ia industrializacién practicado por el Ministerio de Finanzas duran- telagestion de Sergei Witte, en la década de 1890, , ulteriormente, por el Ministerio de Comercio e Industria. De hecho, Witte hizo to- dos los esfuerzos posibles por recabar respaldo para la autocracia y su impulso modernizador entre los especialistas téenicos y la comu- nidad de negocios de Rusia; pero el problema era que el entusiasmo de Witte por el progreso econémico y tecnolégico obviamente bo era compartido por gran parte de la elite burocratica de Rusia, aoe mis de resultar poco atractivo en lo personal para el emperador Ni- colds I. Los profesionales y empresarios orientados a la moderniza- cidn tal vez no se opusieran en principio a la idea de un gobierno autocratico (aunque, de hecho, muchos de ellos sf lo hacfan, como resultado de su exposiciOn a doctrinas politicas radicalizadas en su paso, como estudiantes, por los institutos politécnicos). Pero para ellos era muy dificil percibir ata autocracia zaristacomo agente efec- tivo de modernizacién: los antecedentes de ésta eran demasiado erraticos, y su ideologia politica reflejaba con demasiada claridad nostalgia por el pasado mas que una visién coherente del futuro. La tradicién revolucionaria La mision que la inteliguentsia rusa se habia autoasignado era mejorar a Rusia: primero, trazando los mapas sociales y politicos del futuro del pais y luego, de ser posible, haciéndolos realidad 8 SHEILA FITZPATRICK La medida del futuro de Rusia era el presente de Europa occiden. tal. Los intelectuales rusos podian dlecidir aceptar 0 rechazar uno uotro de los fenémenos que ocurrian en Europa, pero todos éstos estaban en la agenda de discusién rusa para su posible inclusién en los planes para el futuro de Rusia. Durante el tercer cuarto del si glo XIX, uno de los temas de discusién ceotrales era ta industrializa. cién de Europa occidental y las consecuencias sociales y politicas de ésta. Una interpretacién afirmaba que la industrializacién capitalis. ta habia producido degradacién humana, empobrecimiento de las masas y la destruccién del tejido social de Occidente y que, por Jo tanto, Rusia debfa evitarla a toda costa, Los intelectuales radicae les que profesaban este punto de vista han sido agrupados retros- pectivamente en la categoria de “populistas”, aunque el rétulo su- pone un grado de organizacién coherente que, ce hecho, no existia (fue empleaco originariamente por los marxistas rusos pa- ra diferenciarse de los diversos grupos de la inteliguentsia que no estaban de acuerdo con ellos). Fl populismo era, esencialmente, Ia corriente principal del pensamiento radicalizado ruso desde la cada de 1860 hasta la de 1880 Por lo general, la inteliguentsia rusa aceptaba el socialismo (en el sentido que le dabam- los socialistas premarxistas europeos, en particular los “utopistas” franceses) como la forma mis desea- ble de organizacion social, aunque no se consideraba que ésta fuese incompatible con una aceptacién del liberalismo como ideo logia de transformacién politica. La inteliguentsia también res- pondié a su aislamiento social con un deseo ferviente de tender puentes sobre el abismo que la separaba del “pueblo” (narod). La vertiente de pensamiento de la inteliguentsia conocida como po- pulismo combinaba la oposicién a la industrializacién capitalista con una idealizacién del campesinado ruso. Los populistas percibie- ron que el capitalismo habia tenido un impacto destructivo sobre Jas comunicades rurales tradicionales de Europa, desarraigando a os campesinos de la tierra y forzindolos a asentarse en las ciuda- des, lo que los transformaba en un proletariado industrial explo- tado y carente de tierras. Anhelaban salvar la forma tradicional de organizacién aldeana de los campesinos rusos, la comuna o i ELESCENARIO 39 nit, de los estragos del capitalismo, pues crefan que el mirera una institucion igualitaria tal vez una reliquia del comunismo primi tivo mediante el cual Rusia tal vez encontrara su propio camino ai socialismo. A comicnzos de la década de 1870, ta idealizacién dei cam- pesinado por parte de la inteliguentsia, asi como Ja frustracion de ésta con respecto a su propia situacién ya las perspectivas de reforma politica, levaron al movimiento de masas espontineo que mejor ejemplifica los anhelos populistas: el “ir al pueblo” de 1873-4. Miles de estudiantes ¢ integrantes de la inteliguentsia dejaron las ciudades para ir a las aldeas, algunos de ellos creyen- do ser esclarecedores del campesinado, otros, mas humildes, en busca de la simple sabiduria del pueblo, a veces con la esperan- za de Hevar adelante la organizaci6n y propaganda revoluciona- Fias, El movimiento no tenia una conduccin centralizada ni, en lo que respecta a la mayor parte de los participantes, una inten- cién politica definida: su espiritu era mas bien el de una pere- grinacién religiosa que el de una campaia politica. Pero éste era un matiz dificil de percibir tanto para los campesinos como para la policia zarista, Las autoridades se alarmaron y realizaron arrestos en masa. Los campesinos sentian sospechas, considera- ban a sus visitantes no invitados como hijos de la nobleza y pro- bables enemigos de clase, y a menudo los entregaban a la poli- cia. Este desastre produjo un hondo desengaiio entre los populistas. No vacilaron en su decisién de servir al pueblo, pero algunos Ilegaron a la conclusién que era su deber hacerlo en el papel de proscriptos, revolucionarios dispuestos a todo cuyas ac ciones heroicas s6lo serian valoradas después de sus muertes Hubo un brote de terrorismo revolucionario a fines de la déca- da de 1870, motivado en parte por el deseo de los populistas de vengar a sus camaradas encarcelados y destruir toda la supe- restructura de la Rusia autocritica, dejando al pueblo ruso en libertad de elegir su propio destino. En 1881, el grupo de terroris- tas populistas Voluntad del Pueblo logré asesinar al emperador Alejandro I. E] efecto logrado no fue destruir Ia autocracia, sino asustarla, provocando mas politicas represivas, mayor arbitrarie- dad y desprecio de la ley, asi como la creacién de algo parecido a 40 SHEILA FITZPATRICK un estado poiicial moderno.® La respuesta popular al asesinato in. cluy6 pogromos antisemitas en Ucrania, asi como la difusion en las aldeas de rumores que afirmaban que los nobles habian asesinado al Zar porque éste habia librado a los campesinos de la servidumbre, En la década de 1880, como resultado de estos dos desastres populistas, los marxistas surgieron como grupo definido dentro de la inteliguentsia rusa, repudiando el utopismo idealista, las téc- ticas terroristas y la orientacién campesina que caracterizaban has ta entonces al movimiento revolucionario. Debido al clima politi co desfavorable de Rusia, y a su propio rechazo del terrorismo, el impacto inicial de los marxistas se dio en el debate intelectual mas que en la acci6n revolucionaria, Argiiian que la industrializacién capitalista de Rusia era inevitable, y que el mircampesino ya esta- ba en un estado de desintegracién interna, apenas sustentado por el estado y las responsabilidades de recaudacién de impuestos y pagos de redencién impuestas por éste, Afirmaban que el capita- lismo constituia la tinica via posible al socialismo, y que el proleta- riado industrial producido por él desarrollo capitalista era Ia Gni- ca clase en condiciones de producir la auténtica revolucion lista, Estas premisas, decian, podfan ser demostradas cientifi- camente mediante las leyes objetivas del desarrollo hist6rico ex- puestas en los escritos de Marx y Engels. Los marxistas desdefia- ban a aquellos que escogian al socialismo como ideologia por considerarlo éticamente superior (por supuesto que lo era, pero no se trataba de es0). De lo que se trataba era que el socialismo, al igual que el capitalismo, era una etapa predecible en el desarrollo de la sociedad humana. A Karl Marx, quien era un viejo revolucionario europeo que aplaudia instintivamente la lucha de la Voluntad del Pueblo con- tra la autocracia rusa, los primitivos marxistas rusos, que en la emi- gracién se nucleaban en torno de Georguii Plejanoy, le parecian de- masiado pasivos y pedantes, revolucionarios que se conformaban con escribir articulos sobre la inevitabilidad historica de la revolu- cién mientras otros peleaban y morian por la causa, Pero el impacto sobre la inteliguentsia rusa fue diferente, pues una de las prediccio- nes marxistas no tard6 en cumplirse: ellos decian que Rusia debia in- dustrializarse y, en la década de 1890, bajo la enérgica direccién de socia Eg pScENARIO a wine, asi ocurrid, Es cierto que la industrializacién fue tanto pro- ucto del aval del estado y de la inversién extranjera como del de- Sarrollo capitalista espontneo, asi que en cierto modo, Rusia toms tina via independiente de la occidental.” Pero para los contempo- vaneos, la rapida industrializacién de Rusia parecié una espectacu- Jar demostracién de que las predicciones de los marxistas eran acertadas y que el marxismo tenia al menos algunas de las respues- tas las “grandes preguntas” de la inteliguentsia rusa. El marxismo en Rusia —como en China, India y otros paises en desarrollo— tenia un significado muy distinto del que se le da- ba en los paises industrializados de Europa occidental, Era una ideologia de modernizacién ademas de una ideologia de revolu- cién. Hasta Lenin, a quien mal se puede acusar de pasividad en lo revolucionario, se consagré como marxista con tn voluminoso es- tudio, El desarrollo del capitalismo en Rusia, que era tanto anilisis co- mo advocacién del proceso de modernizacién econémica. Vit- tualmente, cl resto de los principales marxistas rusos de su generacién produjo obras similares a ésa. Por supuesto que la ad- vocacién se presenta en términos marxistas (“te lo adverti” mas bien que “yo respaldo...”) y puede sorprender a los lectores mo- dernos que conocen a Lenin como a un revolucionario anticapi- talista. Pero el capitalismo era un fenémeno “progresista” para los marxistas de Ia Rusia de fines del siglo XIX, una sociedad atrasada que, segiin la definicion marxista, atin era semifeudal, En térmi nos ideolégicos, estaban a favor del capitalismo porque lo consi deraban una etapa necesaria en Ia via al socialismo, Pero en tér- minos emocionales, el compromiso era mas profundo: los marxistas rusos admiraban el mundo moderno, industrial, urba- no y les desagradaba el atraso de la Rusia rural. Se ha sefialado a menudo que Lenin —un revolucionario activista deseoso de dar- Je a la historia un empujén en la direccién adecuada— era un marxista heterodoxo que exhibia algo del voluntarismo revolu- cionario de la vieja tadicién populista. Esto €s asi, pero es rele- vante ante todo a su conducta en momentos de verdadera revolu- cidn, en torno de 1905 yen 1917. En la década de 1890, escogié al marxismo mis bien que al populismo porque estaba del lado de la modernizacién; y esa elecci6n basica explica buena parte del camino 42 SHEILA FITZPATRICK seguido por la revolucién rusa después de que Lenin y su partide tomaran el poder en 1917. Los marxistas hicieron otra eleccién importante en Ia tempra. na controversia respecto al capitalismo gute mantuvieron con ef populismo: escogieron la clase obrera urbana como base de sus- tentaci6n y como principal fuerza potencial revolucionaria de Rusia, Ello los ci vieja tradicién de ta inteliguentsia revolucio- naria rusa (practicada por los populistas y, ulteriormente, a partir de su formacidn a comienzos del siglo Xx, del partido socialista revolt. cionario (SR]), con su amor unilateral por el campesinado. Tam- bien los distinguié de los liberates (algunos de les cuales habjan sido marxistas), cuyo movimiento de liberacién emergeria como fuerza politica poco antes de 1905, ya que los liberales contaban con una Fevolucin “burguesa” y obtuvieron el respaldo de la nueva clase profesional y de la nobleza progresista enrolada en los zemstvos. Inicialmente, la eleccin de los marxistas no parecia particu- larmente promisoria: la clase obrera era pequenia con relacién al campesinado, y,en comparacién con las clases altas urbanas, care- cia de estatus, educacién y recursos financieros. Los primeros con- tactos de los marxistas con los obreros fueron esencialmente edue cativos, y consistieron en circulos y grupos de estudio en los cuales intelectuales les oftecian a:los obreros cierto grado de educacién general, asi como elementos de marxismo. Los historiadores difie- Fen respecto de la importancia que tuvo esto en el desarrollo de un movimiento obrero revolucionario.!” Pero las autoridades za- ristas se tomaron la amenaza politica con bastante seriedad. Segiin un informe policial de 1901,!! cinguié de Los agitadores que pretenden llevar a cabo sus designios han teni- Go cierto éxito en organizar a los obreros para que éstos combatan al gobierno. En el transcurso de los himos tres 0 cuatro aitos, €] apacible joven ruso ha sido transformado en tn tipo especial de in- feligente semialfabetizado, quien siente la obligacién de rechazar fax milia y religién, ignorar la tey y negar y desafiarla autoridad consti- tuida, Afortunadamente, en las fibricas no abundan estos jovenes, pero ese mindsculo puiiado aterroriza a la mayoria inerte de los obreros, de modo que éstos lo siguen LESCENARIO 3 Estaba claro que los marxistas tenfan una ventaja sobre otros grupos primitivos de revolucionarios que buseaban contacto con Jas masas: habfan dado con un sector de las masas dispuesto a es- cucharlos. Aunque los obreros rusos no estaban muy lejos de su origenes campesinos, eran mucho mas alfabetizados como grupo yal menos algunos de ellos habian adquirido un sentido moder- no, urbano, de que podian “mejorarse”. La educacién era un me- dio de ascenso social tanto como una via hacia la revolucién a los ‘ojos de los intelectuales revolucionarios como de la policia. Los maestros marxistas, a diferencia de los misioneros populistas que los precedieron, tenian para oftecerles a sus estudiantes algo mas gue acoso policial A partir de sus campaiias de educacién de los obreros, los marxistas desde 1898 organizados ilegalmente bajo el nombre de Partido Socialdemécrata Ruso de los Trabajadores— progresa- ron hasta comprometerse en organizar sindicatos en forma mas abjertamente politica, huelgas y, en 1905, la revolucién. La pro- porcidn entre las organizaciones partidario-politicas y la verda- dera protesta obrera nunca fue pareja y para 1905, a los partidos socialistas les costaba mantenerse a la par del movimiento revolu- cionario obrero. Sin embargo, entre 1898 y 1914, el Partido Social- demécrata Ruso de los Trabajadores dejé de ser terreno exclusivo de la inteliguentsia y se transform6, en sentido literal, en un parti- do obrero. Sus dirigentes atin provenian de la inteliguentsia y pa- saban la mayor parte de su tiempo fuera de Rusia, emigrados en Europa, pero en Rusia, la mayor parte de los integrantes y activistas eran obreros (0, en el caso de los revolucionarios profesionales, ex obreros).!” En términos de su teorfa, los marxistas rusos comenzaron con Jo que parece una grave desventaja en lo revolucionario: estaban obligados a trabajar no para la proxima revolucién, sino para la que vendria después de ésa. Segiin la prediccién marxista ortodo- xa, el ingreso de Rusia en la fase capitalista (que sélo tuvo lugar a fines del siglo x1x) llevaria inevitablemente al derrocamiento de la autocracia por una revolucién liberal burguesa. Tal vez el proletaria- do respaldara tal revoluci6n, pero no parecia probable que desem- pefiara mas que un papel secundario en ésta, Rusia estaria madura “4 SHEILA FITZPATRICK para la revolucién proletaria socialista slo después de que el capi. talismo Hegase a su madurez, y tal vez faltara mucho para ese mon mento, ‘Antes de 1905, éste no parecia un problema muy acuciante, ya que no habia una revolucién en marcha, y los marxistas estaban teniendo un relativo éxito en organizar a la clase obrera. Sin em. bargo, un pequefio grupo —los “marxistas legales” encabezados por Petr Struve— llegé a identificarse marcadamente con los ob- jetivos de ta primera revolucién (la liberal) de la agenda marxista, ya perder interés en el objetivo final de la revolucién socialista, No era sorprendente que opositores a la autocracia de mentalidad modernizadora como Struve hubieran adherido a los marxistas en Ja década de 1890, ya que para entonces no habia un movimiento liberal al que pudieran unirse; y era iguaimente natural que en tor no a fin de siglo hayan abandonado a los marxistas para participar en la fundacion del liberal Movimiento de Liberaci6n. Sin embargo, la herejia del marxismo legal fue denunciada sin atenuantes por los lideres socialdcmocraticos rusos, en particular Lenin, La vio- lenta hostilidad de Lenin hacia el “liberalismo burgués” era algo ilogica en términos marxistas y causé cierta perplejidad entre sus colegas. Sin embargo, en términos revolucionarios, la actitud de Lenin era extremadamente,racional. Més 0 menos en esa misma época, los lideres socialdemécratas rusos repudiaron la herejia del economicismo, es decir la idea de que el movimiento obrero debia enfatizar los objetivos econémicos mis bien que los politicos. De hecho, habia pocos economistas co- herentes en el movimiento ruso, en parte porque las protestas obreras rusas tendian a progresar muy rapidamente de reclamos puramente econémicos, por ejemplo, los referidos a salarios, a otros de naturaleza politica. Pero los lideres emigrados, a menudo mas perceptivos de las tendencias internas de la socialdemocracia europea que de lasituacién rusa, temian a las tendencias revisionis- (as y refurmistas que se habian desarrollado en el movimiento ale- min, En los debates doctrinarios en torno del economicismo y al marxismo legal, los marxistas rusos dejaban claramente asentado que eran revolucionarios, no reformistas y que su causa era la revo- lucién obrera socialista, no ta revolucién de la burguesia liberal, ; j q [ESCENARIO 45 En 1903, cuando el Partido Socialdemécrata Ruso de los Tra- * fajadores celebro su segundo congreso, sus dirigentes chocaron yun tema aparcntemente menor: la composicion del comité ’ Pijtorial del periédico del partido, Iskra.!® No hubo de por medio yerdaderas cuestiones de fondo, aunque, cuando la disputa giré en torno de Lenin, puede decirse que él mismo fue el tema en ‘question, y que sus colegas consideraban que buscaba con dema- ‘jada agresividad una posicion dominante. La actitud de Lenin en el congreso fue avasalladora; y recientemente habia fijado con in decision el dogma en varias cuestiones teéricas, en particular Jas que hacian a la organizaci6n y las funciones del partido, Habia tensidn entre Lenin y Plejanoy, el decano de los marxistas rusos; y Ja amistad entre Lenin y su contemporanco Iuri Martov estaba a punto de quebrarse. El resultado del segundo congreso fue la division del Partido Socialdemécrata Ruso de los Trabajadores en las facciones “bol- chevique” y “menchevique”. Los bolcheviques eran quienes se~ guian la conduccién de Lenin, y los mencheviques (que inclufan 2 Plejanoy, Martovy Trotsky) constitufan un grupo de integrantes, mayor y mas diverso, que consideraba que Lenin se habia excedi- doen sus atribuciones. La divisin no les parecié significativa a los marxistas que estaban en Rusia y, cuando ocurrié, ni siquiera los ‘emigrados Ia creyeron irreversible. Sin embargo, result perma: nente; y con el paso del tiempo, ambas facciones adquirieron ca- racteristicas individuales mis diferenciadas que las que las caracteri- zaron en 1903. Ulteriormente Lenin, en ocasiones expres6 orgullo por haber sido un “disidente”, con lo que manifestaba su conviccion de que las organizaciones politicas grandes, de afiliaciones poco in- tensas, eran menos efectivas que grupos radicalizados mas peque- fios y disciplinados imbuidos de un mayor grado de compromiso y unidad ideolégica. Pero algunos atribuyeron esta preferencia a su dificultad para tolerar el desacuerdo —esa *suspicacia maliciosa” que Trotsky Iamé “caricatura de la intolerancia jacobina” en una polémica anterior a la revolucion.!4 En los afios posteriores a 1908, los mencheviques emergieron como los representantes mas ortodoxos del marxismo (sin contar a Trotsky, quien, aunque fue menchevique hasta mediados de 1917, 46 jempre tendi6 a ser un francotirador), menos inclinados a torzar [2 marcha de los sueesos que conchcirian aa revohicis, y menos interesados en crear un partido revolucionario organizado y disci. Plinado. Tuvieron mas éxito que los bol chenta las Fegiones no rusas del imperio, mientras que los bok cheviques los superaban en su convocatoria entre te obreros ee, Gin embargo, en ambos partidos, los judios y otros nore sos Hee) En lostiltimos afios de ta preguersa, 19104, los menche Ras Perdieron respaldo obrero, que fue ganado Por los bolcheviques a medida que el estado de inimo de ine obreros se ha. 32 as militante: los mencheviques eran percibidos como un parti. dlo mas “respetable” y vincuiado a la burguesia, mienees, que alos bolcheviques se Ios consiceraba mis obreros y revolue ionarios.!3 A diferencia de los mencheviques, los bolcheviqiies ten‘an s6- to un Tider, y su identidad estaba definida en buent parte por las ideas y la personalidad de Lenin. EI primer rasgo distintivo de Le- Ten Lome ideGlogo marxista fue su énfasis en la organizacion par- justia. Percibfa al partido no s6lo come la vanguardia de la rev luici6n proletaria sino, en cierto sentido, como creador de ésta, Gado que argifa que, por su cuenta, el proletariade sole, podia ac. ceder a una conciencia sindical no revolucionaria, Lenin creia que el nticfeo del partido debia estar constituido Por revohicionarios profesionales de tiempo completo, rechutados fanto entre la inteliguentsia como entre la clase obrera, pero que se cencentraran en la organizacién politica de los trabajadores mis aus en ningtin otro grupo social, En {Qué hacer? (1902) insist en la gebortancta de Ta centralizacién, ta disciplina estricta y la unidad ideoldgica dentro del partido. Por supuesto que éstas eran concinn 12s logicas para un partido que operaba clandestinamente en un es, ‘ado policial. As y todo, 2 muchos de los contemporineos de Lenin ( ulteriormente a muchos estudiosos) les parecia que el desagrado de Lenin por las organizaciones de masas amplias que permitian mayor diversidad v espontancidad no era solo una cuestion practi- sino que reflejaba su natural tendencia al autoritarismo, Lenin diferia de muchos otros marxistas rusos en que parecia desear activamente una revolucién proletaria més biee que sim- SHEILA erT2ParRigg importantes en la cdipula directiva, originada en la intelt, 4 a sSCENARIO é ia, Este era un rasgo de carac- ¢ predecir que ésta ocurriria. Este era go de car lee inl 7 fa despertado la simpatia de Karl na revision det nte habs que indudablement tad Ia ee ccnanae Ee eee de que Ia burguesia libera debi ser mmonductora natural de la revolucién hipasebap hansen Herida Wek ble para Lenin; y en Dos tacticas «a tue verdaderamente aceptable p: 2 ; me aldonora, ec ten lens fevlicon de 19, Se aeelpraeaia Itoso campesinado ruso— roletariado —aliado al revoltoso ca onaiay eon devempenar un papel dominante, Estaba claro que 1 perer par cea ber arena raboeaa iene ro qousseamenes Fr por alto la doctri- Jocionarias serias encontrar una forma de past Por Ito | na azgo revolucionario burgués, y Trotsky hizo un inten are torial fa "revohucion perma: similar y tal vex mas exitoso con su teo le la revolucion perma nente™ A partir de 1905, en los escritos de Le mn aparecen con creciente frecuencia las palabras “dictadura’, insurreecién’y “gue rra civil”. Concebia Ta futura transferencia de poder en estos términos asperos, violentos y realistas. La revolucién de 1905 y sus consecuencias; la Primera Guerra Mundial era una potencia militar en expansion, La Rusia zarista can pansion, dota de mayor efecto perianente de da as grandes poten tropa, Su fuera frente sl mundo exterior era una fuente biti un logeo que hacia de contrapes los problema n- terns politicos yecondmicos del pis. En palabras ques le at buyen a un mini del Interior de principios det wgl xX “pequeria guerra victoriosa” era el mejor remedio a la intrang tid interna de Rusia, Sin embargo, histéricamente, éte era un pentlads rss bien udoro, En el wanscunso del medio siglo pasa- fetes rte ae wllceieded eel gobierno, 1a hurilaeiin militar de a guerra de Crimea press as radials reforma 7 ternas de a cada de 1860. La dertotadiplomsitica sfc por Rosia as at intervencion militar en os Baeanes a fines de cada de 1870 produjo una crisis politica interna qui 48 SHEILA PITZPATRICy con el asesinato de Al ! lejandro Il. A comienzos del siglo : Pansion rusa en el Lejano Oriente la llevaba ice burocraticos e1 i a ee cos era que habi; sas en el Extremo Oriente deta qu vera fel aches es lapon Japon de cuentas, una potencia inferior, no europea fash en ttersario peligroso, Iniciada por Japén, pero pro cade "1 el mismo grado por la pol ‘Tejano Orlemee fone a politica rusa en el Lejano Ori guern guiodeponesa estalld en enero de 1904, ’ a ‘ara Rusia, la guerra tuv , a guerra tuvo como resultado una serie de desas ceurrié en la hambruna de 1891 los intentas de i Ptiblicas como los zemstvos de ayudar leone al gobierno en la emergencia ‘0 dio impulso al movimiento liberal, pues Ia : autocracia siempre Parecia menus tolerable cuanto mis cl maser ine : Yl nobler de los otto ta rncnen alesse alincaron tras el legl movinient lmao iberseene ie (oe dimes ORS Por Pete Strve y otos activists iberales En rood Reagreits de 1904, mientras a guerra proseguia lo irae mmo monde 1 eanzaron una. campatia de banguetes (que taveco- mgmorco he empieada conten el rey de Francia, Lats Felipe, en © la cual la elite social express su apoyo a ij se getorma consiicinal Al mismo ‘iempo! el gotlerne on Conant Presiones, incluyendo auaques terrorists conta ws fun, FO de 1a iteeaciones estudiantes y huelgas obreras En ene. demosreet rabaiadores de Petersburgo convocaron a una nation erate no organizada por milantes y revoluco paces oapeebt tn scerdote renegade con ronesionespolicaes e Pon para llamar ia atencidn del Zar sobre sus reclarce Invierno, y la revolucién de 1905 comenzd, Elespiritu de solidaridad nacional contra la fuerte autocracia fue muy me los primeros nueve meses de 1905, La pretension retension en marchitarse vy —tal como j milictos con la burocracia. Es | F sciani0 ‘ Fiperal de Hiderar el movimiento revolucionario no sufii6 cuestio- spamient0s seri0s; ys capacidad de negociar con el régimen se ba- $5 no sélo en el respaldo de los semstuns y de Los nuevos sindicatos de profesionales de clase media sino también en las heterogéneas presiones representadas por marchas estudiantes, huelgas obre- Fas, desordenes campesinos, motines en las fuerzas armadas yagi tacién en las regiones no rusas del imperio, Por su parte, la auto- cracia se mantuvo consistentemente a la defensiva, embargada por el pinico y la confusién y aparentemente fue incapaz de restaurar clorden. Sus perspectivas de supervivencia tuvieron una marcada mejora cuando Witte s¢ las ingenié para negociar la paz con Japon (atado de Portsmouth) en términos notablemente ventajosos a fines de agosto de 1905. Pero el régimen atin tenia un millon de hombres en Manchuria, y le era imposible regresatlos al frente in terno en el ferrocarril transiberiano hasta que los ferroviarios en huelga no volvieran a sus tarcas. La culminacién de la revolucién liberal fue ef Manifiesto de octubre de Nicolis II (1905), en el cual concedia el principio de una constituci6n y prometia crear un patlamento electivo nacio- nal, la Duma. E] manifiesto dividié a los liberales: los octubristas lo aceptaron, mientras que los demécratas constitucionales (cade- tes) suspendieron formalmente su aceptacida hasta tanto no se hi- ciesen nuevas concesiones. Sin ernbargo, en la practica, los libera- les abandonaron Ia actividad revolucionaria por el momento y concentraron sus energias en organizar los nuevos partidos octu- brista y cadete para las ulteriores elecciones de la Duma. Sin embargo, los obreros mantuvieron su actividad revolucio- naria hasta fin de afio, haciéndose mas visibles que nunca ¢ inten- sificando su militancia. En octubre, los trabajadores de Petersbur- go organizaron un “soviet” o consejo de representantes de los trabajadores elegidos en las fabricas. La funcién prictica del soviet de Petersburgo era prover a la ciudad con una suerte de gobier- no municipal de emergencia durante un periodo en que las otras instituciones estaban paralizadas y tenia lugar una huelga general, Pero también se convirtié en un foro politico para los trabajado- res, y, en menor grado, para los socialistas de los partidos revolu- cionarios (Trotsky, que por entonces era menchevique, devino en 0 SHEILA FITZPATRICK uno de Jos lideres de los soviets). Durante unos meses, las autos dades zaristas trataron al soviet con cautela, y sturgieron cuerpos similares en Moscti y otras ciudades. Pero a comienzos de diciem. bre, fue dispersado mediante una exitosa operacién policial. La noticia del ataque contea el soviet de Peversburgo produjo una in surreecién armada del soviet de Moset, en el que los boleheviques habian ganado considerable influencia. Las tropas la aplastaron pero los obreros se defendiieron v hubo muchas bajas : __ La revolucién urbana de 1905 produjo los mas serios alza- ientos campesinos desde Ia revuetta de Pugachev a fines del siglo xvmt. Pero las revoluciones urbana y rural no fueron simultanens, Las insurrecciones campesinas —que consistian en saquear y que. mar las casas solariegas y atacar a terratenientes y funcionarios— comenzaron en cl verano de 1905, aleanzaron un pico a fines del otofio, amainaron y regresaron en gran escala en 1906. Pero inclue soa fines de 1905, el régimen tenia la suficiente fuerza como para emplear tropas en wna campaita de pacificacién aldea por aldea, Para mediados de 1906, todas las tropas habian regresado del Le. Jano Oriente ¥ la disciplina habia sido restaurada en las fuerzas armadas. En el invierno de 1906-7, buena parte de la Rusia ru. ral estaba bajo Ia ley marcial y la justicia sumaria (incluyendo mas de mil ejecuciones) era administrada por una corte marcial de campaiia. La nobl za terrateniente rusa aprendié una lecei Jo episodios ce 1905-6: que sus intereses estaban ligados qi a ie autocracia (que tal vez pudiera protegerla del vengativo campesi- nado) y noa los de los liberales." Pero en términos urbanos, la re- volucién de 1905 no produjo una conciencia tan clara de la polar zacion de clases: ni siquiera los més socialistas consideraban que éste fuera un 1848 ruso en el que quedaban al descubierto la natw- raleza traicionera del liberalisino y el antagonismo esencial de bur- guesia y proletariado. Los liberales —quienes representaban una clase media mas bien profesional que capitalista— se habian hecho aun lado en octubre, pero nose habian unido al régimen en el ata- que contra la revolucién de los trabajadores. Su aetitud hacia los movimientos obrero y socialista fire mucho mas benigna que Ia de los liberales de la mayor parte de los paises etiropeos. Por su parte, gLESCENARIO 7 qos wabajadores parecen haber percibico que los liberales e aliado mas timorato que traicionero. E] resultado politico de la revolucién de 1905 fue ambiguo, y, en cierto mode, insatisfactorio para todos los implicados. En las le- yes fundamentales de 1906 —Io mas parecido que Rusia hubiera tenicio a una constitucién— Nicolas dej6 clara su creencia de que Rusia atin era una autocracia. Es cierto que el autécrata ahora con- sultaba con un parlamento electo, y que los partidos habian sido le- galizados. Pero la Duma tenia poderes limitados; los ministros slo |e respondian al autécrata; y, una vez que las dos primeras Dumas demostraron ser insubordinadas y fueron arbitrariamente disuel- tas, se introdujo un nuevo sistema electoral que les quité practica- mente toda autoridad a varios grupos sociales y dio una excesiva representacién a Ja nobleza terrateniente. Tal vez la principal im- portancia que tuvo la Duma fue fa de proveer un foro ptiblico pa- racl debate politico y un campo de entrenamiento para los politi- cos. Las reformas politicas de 1905-7 crearon parlamentarios del mismo modo en que las reformas legales de la década de 1860 ha- bian creado abogados; y ambos grupos tenan una tendencia rollar valores y aspiraciones que la autocracia no innata a des podia tolerar Algo que la revolucién de 1905 ne camnbié fue el régimen po- licial que se habia desarrollado plenamente en la década de 1880. El proceso de justicia ordinaria continuaba suspendido (como Io. ejemplifican las cortes marciales de campaia que lidiaron con los campesinos rebeldes en 1906-7) para buena parte de la poblacién durante considerables perfodos. Por supuesto que habia razones comprensibles para que esto fuese asi: el hecho de que en 1908, 2 aio comparativamente tranquilo, 1.800 funcionarios resulta- ran heridos y 2.083 muertos en ataques de motivacién political? indica cudn tumultuosa segufa siendo la sociedad y hasta qué pun- to el régimen continuaba a la defensiva, Pero esto significaba que, ‘en muchos puntos, las reformas politicas no eran més que una chada. Los sindicatos, por ejemplo, habian sido, en principio, le- galizados, pero a menudo gremios especificos eran clausurados por la policfa. Los partidos politicos eran legales, y hasta los parti- dos socialistas revolucionarios podian competir en las elecciones Yee para evita la crcl y el exilio. wine tt OsPectiva, puede parecer que los revolcio Fiees con les concesiones obtenidas en 19 ne ya pe ilaba en el horizonte, debe: '5,¥ 1917 que ya se per. 8 de haberse congratulate por eho sino mas bien Yen particular Le- erta frialdad. La revolucién habia lle. bia defendido y habia sobrevivido. En jue I ane los sobrepasaron, y esto hizo que muchos, nin, mirasen las cosas con ci ; ado, pero el régimen se hat constitufan uno de los esca escandlalos de la social oe uno de los peores en ese sentido, Tene ina de las mal i ; ae pote Has noticias que trajeron los aiios de preguerra nse esutba por embarcar en un programa de re ae que el mir era la mejor garantia ahora sus esperanzas en la creacion Hos granjeros independientes, una a de estabilidad rural. Cifraba de una nueva clase de peque- ipuesta por Ios “sobrios y fuer- 53 ses", segiin 1a describié el primer ministro de Nicolas, Petr Stoly- fp. Ahora, se alentaba a los campesinos a consolidar sus posesio- Psy separarse del mir, y se establecieron comisiones de terras en tas provincias para facilitar el proceso, Se daba por sentado que los pres venderian su parte y se irfan a las ciudades, mientras que los nis présperos mejorarfan y expandirian sus propiedades, adqui- Hendo asi [a mentalidad conservadora y pequefio burguesa de, por ejemplo, el granjero campesino francés. Para 1914, aproxima- damente un 40 por ciento de los hogares campesinos de la Rusia europea se habian separado formalmente del mir, aunque, debido ala complejidad legal y practica del proceso, solo una cantidad re- Jativamente pequefia de ellos habia completado los pasos ulterio- res necesarios para establecerse como propietarios que explotaran sus porciones de tierra propias y consolidadas.!8 Las reformas de Stolypin eran “progresistas”, segin la terminologia marxista, ya que ‘sentaban las bases para un desarrollo capitalista de la agriculeura. Pe- roen contraste con el desarrollo del capitalismo urbano, las implica- ciones de corto y mediano plazo de este paso para la revolucién ru- sacran muy deprimentes. El campesinado tradicional de Rusia era dado ala insurreceién. Si las reformas de Stolypin funcionaran (y Lenin, entre otros, temia que asi podia ocurrir), el proletariado ru- so perderia un importante aliado revolucionario. En 1906 la economia rusa fue reforzada por un enorme em- préstito (dos mil doscientos cincuenta millones de francos) que Witte negocié con un consorcio bancario internacional; y la indus- uia nacional y de capital extranjero se expandi6 velozmente en los afios de preguerra. Por supuesto que ello signified que la clase obrera industrial también se expandi6. Pero la protesta laboral disminuyé abruptamente durante algunos aftos tras el feroz aplas- tamiento del movimiento revolucionario obrero durante el invier- no de 1905.6, y s6lo recuperé fuerza en torno de 1910. Las huel gas de gran escala se hicieron cada vez mas frecuentes en los afios inmediatamente anteriores la guerra, culminando con la huelga general de Petrogrado en el verano de 1914, que fue lo suficiente- mente seria como para que algunos observadores dudaran de si Ru- sia podria arriesgarse a movilizar su ejército para ir a la guerra, Las demandas de los trabajadores eran politicas ademas de econémicas; SHEILA FITZPATRICK, y sus quejas contra el régimen inclufan responsabilizarlo del domi. nio extranjero en muchos sectores de la industria rusa, asi como el empleo de la coercién contra los trabajadores mismos, En Rusia Jos mencheviques percibian que perdian respaldoa medida que los obreros se volvian as violentos y beligerantes, mientras que los bok cheviques lo ganaban. Pero ello no alegré en forma perceptible a ios lideres bolcheviqutes emigrados: debido a las malas comunica, ciones con Rusia, es probable que no tusieran plena conciencia de la situacién, y st posici6n en la comunidad de rusos emigrados y socialistas europeos era cada vez mas débil y aislada.!? Cuando en agosto de 1914 estallé la guerra en Europa y Rusia se alié con Francia e Inglaterra contra Alemania y Austrin-Hun- gria, los emigrados politicos quedaron casi completamente aisla- dos de Rusia, ademiis de experimentar los problemas habituales Para los residentes extranjeros en tiempos de guerra. En el movi. miento socialista europeo en general, muchos que hasta entonces eran internacionalistas se hicieron patriotas de un dia para otro cuando se declaré la guerra, Los rusos tenfan menos inclinacién que los otros por el patriotismo directo, pero la mayor parte de cllos adopts ta posicién “defensista” que implicaba respatdar el es- fuerzo bélico de Rusia en tanto éste se realizase en defensa del te- rritorio ruso. Sin embargo, Lenin pertenecia al minoritario grupo de los “derrotistas", quienes repudiaban de plano la causa de su pais: en lo que respecta a Lenin, consideraba que se rataba de tuna guerra imperialista, y lo mejor que se podia esperar era una derrota rusa que tal ver provocase la guerra civil y la revolucién Esta era una postura controvertida, aun en el movimiento socialis. ta, y los bolcheviques se encontraron con que los hacia objeto de muchas miradas frias, En Rusia, todos los bolcheviques conocidos —incluyendo a los diputados de la Duma— fueron arrestados du rante el transeurso de la guerra. AU igual que en 1904, [a declaracién rusa de guerra produjo uuna oleada piiblica de entusiasmo patriético, mucho agitar de banderas patriotero, una moratoria temporal a los enfrentamien- tos internos y bienintencionades intentos por parte de la sociedad respetable las organizaciones no gubernamentales de asistir al gobierno en su esfuerzo bélico. Pero una vez mas, los inimos no EL ESCENARIO 55 tardaron en agriarse. El ejército ruso suftid aplastantes derrotas y Jérdidas (un total de cinco millones de bajas entre 1914-7), y el ejér- bio aleman penetré profundamente en los territories occidenta- les del imperio, provocando un caético ingreso de refugiados a Rusia central. La derrota produce sospechias sobre traicién en los altos niveles, y uno de los blancos principales fue la esposa de ? cols, la emperatriz Alejandra, quien, por nacimiento, era una princesa alemana. E] escandalo rodeaba la relacion de Alejandra con Rasputin, un personaje dudoso pero carismatico, en quien ella confiaba, por considerarlo un verdadero hombre de Dios que odia controlar [a hemofilia de su hijo. Cuando Nicolas asumié las responsabilidades de comandante en jefe del ejército ruso, que lo alejaron de la capital durante largos periodos, Alejandra y Raspu- tin comenzaron a ejercer una desastrosa influencia sobre las desig- naciones ministeriales. Las relaciones entre el gobierno y la cuar~ ta Duma se deterioraron dristicamente: el animo en fa Duma y en la poblacién educada en general fue capturado por la frase con que el dirigente de los cadetes Pavel Milyukov puntué un discurso sobre las deficiencias del gobierno: “zes estupidez 0 traicién?” A fi- nes de 1916, Rasputin fue asesinado por algunos jévenes nobles cercanos a la corte y por un diputado de la Duma, cuyos motivos eran salvar el honor de Rusia y de la autocracia. Las presiones de la Primera Guerra Mundial —e indudable- mente las personalidades de Nicolas y su esposa, asi como la wage- dia familiar de la hemofilia de su pequeiio hijo—"” destacaron en. un marcado relieve las caracteristicas anacrénicas de la autocracia rusa ¢ hicieron que Nicolas pareciera menos un defensor de la tra~ dicién autocratica que un involuntario caricaturista de ésta. El “juego de las sillas” ministerial de favoritos incompetentes en el ga- binete, el curandero campesino y analfabeto en la corte, las intri- gas de la alta nobleza que levaron al asesinato de Rasputin y hasta la pica historia de la empecinada resistencia de éste a la muerte por veneno, balas y ahogamiento; todo parecia pertenecer a una época pasada, ser un acompaiamiento grotesco ¢ irrelevante a las realidades propias del siglo xX: trenes de tropas, guerra de trinche- ras y movilizacion en masa, Rusia no sélo tenia una poblacion edu- cada que percibia esto, sino también instituciones como ka Duma, j 56 SHEILA FITZesTRICK los partidos politicos, los zemstvos y el comité de industrias de gue. rra de los industriales, que eran agertes potenciales de transicién ‘ene el viejo régimen y el nuevo mundo En visperas de la Primera Guerra Mundial, la sitnacién de la autocracia era precaria. La sociedad estaba prolundamente dividi. day Ja estructura burocratica era fragil vu capacidad estaba exec. dida. El régimen era tan vulnerable a cualquier tipo de sacudida y obsticulo que es dificil imaginar que hubiera podido sobrevivir por mucho tiempo, aun sin la guerra, si bien esta claro que, bajo otras circunstancias, el cambio podia haberse producido menos violentamente y con menos consecuencias radicales que la forma en que esto ocurrié en 1917. __ LaPrimera Guerra Mundial expuso e incrementé la vulnera: bilidad del antiguo régimen ruso. El piblico aplaudié las victorias, pero no toleré las derrotas. Cuando éstas tenian lugar, la sociedad Ro se unia tras e] gobierno (una reaccién relativamente normal, especialmente si el enemigo invade el suelo patrio, y que fue la de Rusia en 1812 y en 1941-2) sino que se volvie violentamente con. tra éste, denuriciando su incompetencia y atraso en tono de des- precio y superioridad moral. Ello sugicre que la legitimidad del ré- gimen ya era extremadamente precaria, y que su supervivencia estaba estrechamente vinculada a los logros tangibles que obtuviera y; de no haberlos,a la mera suerte. El viejo régiment fue afortuna- do en 1904-6, otra ocasion en que las derrotas bélicas lo sumieron en ia revoluci6n, pues pudo salir de la guerra con relativa pronti- tud y honor, obteniendo ademas un importante empréstito pos. bélico de Europa, que por entonces estaba en paz. No tuvo tan- ta suerte en 19147. La guerra se prolong demasiado, agatanco no sélo a Rusia, sino a toda Europa. Mis de un ao antes de que elarmisticio se celebrara en Europa, el viejo régimen de Rusia habia mucrto, 2, [917: las revoluciones de febrero y octubre En febrero de 1917, la autocracia se derrumbé ante Jas manifes taciones populares y el retiro del respaldo de la elite al régimen. En laeuforia de la revoltcién, las soluciones politicas parecian Kiciles. La futura forma de gobierno de Rusia seria, por supuesto, demo- critica. El sentido exacto de ese ambiguo término y la naturaleza de la nueva constitucién de Rusia serian decididos por una asam- lea constituyente, que seria elegida por el pueblo ruso en cuanto las circunstancias lo permitieran. Entretanto, las revoluciones de elite y popular —politicos Jiberales, tas clases propietarias y profe- sionales y la oficialidad en la primera categoria; politicos socialis- tas, Ia clase obrera urbana y los soldados y marineros rasos en la segunda— coexistirian, tal como lo hicieran en los gloriosos dias de la solidaridad nacional revolucionaria en 1905. En términos stitucionales, el nuevo gobierno provisional representaria la re- yolucién de elite, mientras que el recientemente revivido soviet de Petrogrado seria el portavoz de la revolucién del pueblo. Su rela- cién serfa complementaria mas que competitiva y el “poder dual” (el término se aplicaba a ia coexistencia del gobierno provisional yel soviet) seria una fuente de fortaleza, no de debilidad. A fin de ‘cuentas, los liberales cusos habian tendido a considerar aliados a los socialistas, cuyo interés especial en la reforma social era solo comparable —y compatible— con el interés especial de los libera- les en la democratizacién politica. En forma similar, la mayor parte de los socialistas rusos estaban dispuestos a ver a los liberales co- mo aliados, ya que aceptaban la nocién marxista de que la revo- Jucién liberal burguesa tenia el primer lugar en la agenda y que los socialistas estarian dispuestos a respaldarla en la lucha contra la autocracia. Pero ocho meses mas tarde las esperanzas y expectativas de fe- brero se habfan derrumbado. El “poder dual” result6 ser una ilusién i SHEILA FrrzeaTracgd comunistas de la dérada de 1920 temian a los enemigos de clase, Sntolerantes hacia 1a diversidad cultural y se sentian incSmodog ‘ante la falta de unidad en ia ditigencia partidaria, asi como ante Ia pérdida del sentido de unidad y propésito. Querian que su trans. formacién transformara al mundo, pero durante la NEP queaé, claro que mucho del mundo viejo habia sobrevivido, Para los comunistas, la NEP olia a Termidor, el periodo de de: generacién de la gran revoluci6n francesa. En 1926-7, el enfrenta miento entre la ditigencia del partido y la oposicién aleanzé nue. vas cotas de encono. Ambos bandos se acusaban de conspiracin y evolucién. Se citaban frecuentemente analogias con la revolucién francesa, a veces con respecto a las acusaciones de “degeneracién termidoriana”, otras —ominosamente— en re- ferencia a los efectos salutiferos de la guillotina. (En el pasado, los intelectuales bolcheviques se enorgullecian de su conocimiento de Ia historia revolucionaria, que les ensehd como tas revoluciones, caen cuando comienzan a devorar a los suyos.)° También habia indicios de que el descontento no se limitaba ala elite del partido, Muchos comunistas y simpatizantes de las ba- ses, especialmente los jovenes, comenzaban a desilusionarse, y se inclinaban a creer que la revolucién no habja sido mas que una etapa pasajera. Los obrerds (inehuides los abreros comunistas) sentfan resentimiento ante los prvilegios de los “expertos burgue- ses” y los funcionarios soviéticos, fas ganancias de fos astutos hom- bres de la NEP, el elevado desempleo y la perpetuacién de la desi- gualdad de oportunidades y estindares de vida, Los agitadores y propagandisias del partido debian responder frecuentemente ala airada pregunta “;Entonces, por qué peleamos?”. El Animo rei nante en el partido no era de satisfaccién porque finalmente la jo- ven reptiblica soviética hubiera ingresado a un remanso de paz. Eraun animo de descontento, insatisfaccién y beligerancia apenas. contenida y, particularmente entre la juventud del partido, de nos talgia por los viejos dias heroicos de la guerra civil. Para el partido comunista—que en la década de 1920 era un partido joven, forja: do por las experiencias de la revolucién y la guerra civil, y que aim. se percibja como (segiin la frase de Lenin en 1917) “la clase obre- ra en armas"— Ia paz tal vez habia llegado demasiado pronto. de traicién ala 5. La revolucién de Stalin El programa industrializador del primer plan quinquenal (1929-89) y Ia colectivizacién forzada de la agricultura que lo scripto a menudo como una “revolucién imagineria de la guerra se le puede aplicar fen forma igualmente apropiaca y en su momento —“en el furor de la batalla”, como les gustaba decir a los comentaristas sovié- ticos—; las meviforas bélicas eran atin mas comunes que las revo- jucionarias, Los comunistas eran “combatientes’ las fuerzas soviéticas debian ser “movilizadas” a los “frentes" de la industria~ Tieacidn y Ia colectivizacion; eran de esperar “contraataques” y “emboscadas” de los enemigos de clase burgueses y Kulak. Era ‘a contra el atraso de Rusia y al mismo tiempo, una guerra contya los enemigos de clase del proletariado, dentro y fuera del pais. Segin la interpretacion de historiadores posterior res éste fue, de hecho, el periodo de la “guerra de Stalin contra la nacién”.! La imagineria bética tenia la clara intencién de simbolizar un retorno al espiritu de la guerra civil y del comunismo de guerra y jcos compromisos de la NEP. Pero acompaiié se han de desde arriba”, Pero la una guerr un repudio de los poco hero! Stalin no se limitaba a jugar con simbolos, pues, en muchos aspec- tos, la Unién Soviética bajo el Plan Quinquenal realmente parecia tun pais en guerra. La oposiciGn politica y la resistencia a las polit cas del régimen eran denunciadas como traicién y a menudo cas. tigadas con severidad propia de tiempos de guerza. La vecesidad de estar atentos a espias y saboteadores se wansformé en un tema ‘constante en la prensa soviética. Se exhortaba a la poblacién a la solidaridad patridtica, y ésta debié hacer muchos sacrificios por el esfuerzo bélico” de la industrializacién: como una recreacion mas 1) de las condiciones de tiempos profunda (aunque no intencional namniento @ las ciudades, de guerra, se reintrodujo el racior 14 SHEILA FITZPATRICK Aunque la atmésfera de crisis de época de gterra a veces se per cibe como una mera respuesta a las tensiones producidas por las forzadas industrializacion y colectivizacién, en realidad era anterior a éstas. El estado psicolégico de emergencia bélica comenzé con la gran alarma de guerra de 1927, momento en que se difundis am. pliamente la creencia de que una nueva intervencién militar de los paises capitalistas era inminente. La Unién Soviética acababa de su. frir una serie de reveses en st politica exterior y en Ja Internacional Comunista: un allanamiento britanico a la misién comercial soviéti- ca (ARCOS) de Londres, el ataque de! Kuomintang nacionalista contra sus aliados comunistas en China, el asesinato politico de un diplomatico plenipotenciatio soviético en Polonia. Trotsky y otros ‘posicionistas responsabilizaban a Stalin de los desastres de Ia poli- tica exterior, en particular el de China. Una cantidad de dirigentes soviéticos y de la Internacional Comunista interpretaron priblica- mente estos reproches como evidencia de una conspiracién antiso- Wiética dirigida por Gran Bretaia, que probablemente culminaria combinado contra la Unién Soviética. La ten- sion en el frente interno aumenté cuando la GPU (sucesora de la Cheka) comenz6 a detener a presuntos enemigos del régimen y la prensa informs acerca de incidentes de terrorismo antisoviético ¥ del descubrimiento de conspiraciones internas contra el régi men. En espera de una guerta, los campesinos comenzaron a reta- cearle grano al mercado: y hubo compras de bienes de consumo impulsadas por el pdnico por parte de la poblacién rural y urbana, La mayor parte de los historiadores occidentales llegan a la conclusi6n de que no habia un peligro de intervencién real ¢ in- mediiato; ésta era también la opinién del Comisariato soviético de asuntos exteriores y, casi con certeza, de integrantes del Politburd como Alexei Rykoy, poco inclinados a pensar en términos conspi- tativos. Pero otros integrantes de la dirigencia del partido se alar- maban con mas facilidad. Entre ellos, el excitable Bujarin, por en- tonces a cargo de la Internacional Comunista, donde medraban los rumores alarmistas y escaseaban las informaciones concretas sobre las intenciones de los gobiernos extranjeros. Laactiuud de Stalin es més dificil de evaluar. Se mantuvo en si- lencio durante los meses de ansiosas discusiones sobre el peligro con un ataque mili LA REVOLUCION DE STALIN 135, de guerra. Luego, a mediados de 1927, con gran habilidad enfocé la discusién sobre la oposicidn. Aunque negé que la guerra era in- minente, vilipendio de todas formas a Trotsky por haber afirmado que, como Clemenceau durante la Primera Guerra Mundial, con- tinuaria la oposicién activa a la dirigencia de su pais aun siel ene- migo estuviese a las puertas de la capital. A los comunistas leales y patriotas soviéticos, esto casi les sonaba a traicién; y probablemen te tuvo un papel decisivo en permitirle a Stalin que asestase su got pe final a la oposicién pocos meses después, cuando Trotsky y otros dirigentes opositores fueron expulsados del partido. El enfrentamiento entre Stalin y Trotsky en 1997 dio ocasién a un ominoso aumento de la temperatura politica. Quebrando Io que hasta entonces habia sido un tabti del Partido Bolchevique, la dirigencia autoriz6 el arresto y el exilio administrativo de oposito- res politicos, asi como otras formas de acoso de la GPU a la oposi- cién. (El propio Trotsky fue exiliado a Alma-Ata tras su expulsin del partido; en encro de 1929, por orden del polithuré, fue depor- tado de la Unién Soviética.) A fines de 1929, en respuesta a infor- mes de la GPU sobre el peligro que representaba un golpe de la oposicién, Stalin presenté al politburé una serie de propuestas que sdlo se pueden comparar a la tristemente célebre ley de sospe- chosos de la revoluci6n francesa.” Sus propuestas, que se acepta- ron, pero no se hicieron piiblicas eran que .. quiienes propaguen las opiniones de la oposicién deben ser consi- derados cdmplices peligrosos de los enemigos externos e internos de la Union Sovigtica y que tales personas seran sentenciadas como “es pias” por decreto administrativo de la GPU: que Ta GPU debe organi zar una red de agentes vastamente ramificada con la misién de de- tectar elementos hostiles dentro del aparato gubernativo, aun en los niveles mas altos de éste,y dentzo del partido, incluyendo en Grganos conductivos. “Quienquiera que despierte la mas pequefia sospecha debe ser desplazado”, concluyé Stalin...2 La atmésfera de crisis generada por la culminacién del en- frentamiento con la oposici6n y el temor a una guerra se exacerbé en los primeros meses de 1998 con el estallido de un importante 156 SHEILA RITZPATRtG enfrentamiento con el campesinado (véase yf, pp. 58-164) y lg formulacion de cargos por destealtad contra la antigua intel guentsia “burguesa”. En marzo de 1928, el fiscal del estado annum, ci6 que un grupo de ingenieros en la region de Shajti en la euen, ca del Don seria juzgado por sabotaje detiberado de Ia indus, minera y conspiracién con potencias extranjeras.4 Este fue e] pr. ero de una serie de juicios ejemplificadores a expertos burgue, fos €n los cuales la parte acusadora asocié la amenaza interne de {os eneimigos de clase con la amenaza de intervencion de poten, Gia capitalistas extranjeras y fos acusidos confesaron su culpabili {ad y ofrecieron pormenorizados testimonios de stis avtividades clandestinas, Los juicios, amplios extractos de los cuales se dieron a cono- cer Heeralmente en fos diarios, implicaban el abierto mensaje de Que a pesar de su pretendida lealtad hacia el poder soviétive, In inteliguentsia burguesa seguia siendo un enemigo de clase con ¢l cual, por definicién, no se podia contar. Menos abierto, pero claramente audible para los capataces y administradores evens los enganaran.s La nueva politica recur'ria a Jos sentimientos de suspicacia y hostilidad hacia tas antiguas clases privilegiadas que eran endémy cos en Ia clase obrera rusa y Jas bases comunistas. Sin duda, era en parte una respuesta al escepticismo de muchos expertos e ingenie- os de que los elevados objetivos que se fjaba cl primer plan quin- Guenal pudicran alcanzarse. Aun asi, fue una politica que tuvo énormes costos para un régimen que se disponia a embarcarse en un Programa de industrializacién a marchas forzadas, asi como la Campafia de 1928-9 contra los enemigos “kulak" del sector agrico- 42. Al pais le faltaban expertos de toda clase, en especial ingenie- Fos, cuyos conocimientos eran eruciales para el impulso modern, zador (en 1928, la gran mayoria de los ingenieros rasos calificados eran “burgueses" y no comunistas) {as razones de Stalin para lanzar su campatia antiexpertos han desconcertado a los historiadores. Como las acusaciones de 137 LA REVOLUCION DE STALIN spiracion ysabotaje eran can inverosimiles, yas confesiones de toe seusados, fraudulentas u obtenidas mediante conrcign, 2 ment do se da por sentado que oe posible - Serie 7 yan creo en ells Sin embargo, a media ee ere ae hivos, se refuerza cada vex ms fa imp: d cnauens necesariamente sus colegas del Potiourd) Series creia en estas conspiraciones —o al menos, crefaa me as am cuenta al mismo tiempo de que se le podia dar un ventaj litico a esa creencia. aputiiel yee Cuando Viacheslav Menyinskii, cabeza del OGPL' (anterior. mente GPU) Ie ensi62 Stalin material originado en el intertogaterio a expertos a quienes se acusaba de perteneces a partido nae trial”, cuyos dirigentes supuestamente habian Planeado w gps respaldado por capitatistas emigrados y coordinados con planes para una intervencién militar extranjera, Stalin repli en st nos que sugicren que acept6 literalmente las con! erones que se tomaba muy en serio ei peligro de guerra inminence Laevidencia mas interesante, le dijo Stalin a Menyinski, era la que s Ja ocasi6n de la planeada intervencin militar: 2 1930, y que luego Resulta que habian planeado Ia intervencién para 1930, vee nego | pospusieron para 1931 0 incluso 1982, Eso es muy probable y importante san importante porque es informacidn que se or men a fuente primaria, es decir, del grupo de Riabushinskii, Gu- kasov, Denisov y Nobel” [capitatistas que tenian importantes band ses en Ia Rusia prerrevolucionaria), que representa ef mis podero de todos los grupos socioeconémicos en la URSS y en la Emigracin, los mis poderosos en términos de capital y de conexiones con los gobiernos francés ¢ inglés. ‘Ahora que tenia la evidencia en sus francs, conelta Sain, régimen soviético podria cen ud Ene é xxterior “paralizando y detente re eer rae de la mayor importancia para nosotros Aili Mas alla de qué, 0 en qué forma, Stalin y los otros d genes creyeran con respecto « conspiraciones antisoviéticas y am 138 SHEILA PITZPaTRIgg militares inmediatas, estas ideas se disemin Ia Uni6n Soviética, Ello no sélo fue ast por distcos del regimen, sino porque tales conc Eniciosytemores ya existentes,cran creibles ; de 8 opinign pelica soviética, A partir de pang moeaban regularmenteconspiraci as Para explicar problemas como Ia escasez eet en la industria, el trans; si mel gro de guerra se incorporé a la mentalidad sovieg, currentes alarmas de guerra ocuparon la atencigy del politbur6 y del lector: ‘cos hasta el verdade Niblico lee P tor de periddicos has ‘dadero esfuerz0s propagan: POs, al reforzar pre, para amplios sectorey fines de la década de jones internas y exter, de alimentos ¥ tas in porte y la energia. En forma Stalin contra la derecha En el invierno de 19278, k sobre la politica a seguir respe un lado y un grupo que ulterie ion de derecha” del otto, El p reErano A pesar de una buena cosechia en el otoiio de I mercializacién por parte de los eam ni ae Jos campesinos y el sumi te del estaclo cayeron muy por debajo de lo que se tegen ae ‘or a la guerra era un factor, pero tambie: Yao prose que el estado pagaba por el grano, Ante I: Be industrializador, la pregunta era si el sesso politico de Presionar més a los campesinos o aceptar k ‘cuencia econémi c nea dees i Salers de comprar la buena voluntad dee éston, ante la NEP, parte de la filosofia e¢ : Sad econémica del ré; Sorsisds en atumencar la acumulacion de capital del esac ee Go precios relativamente bajos por la producci6n a Ia de los Pr os ‘cin agricola de los a pesinos cobrando al mismo tiempo precios relavamente a . ee mannfacturadas gue producfa ta industria nacional ‘0 en los hechos, esta situacién fa estado mit eee siempre habia estado mii Baca por lnexistencia de un mercado libre de granos, que ae lesprecioque pasta lesa ceresnos al tial qs esol a reado. Por en: re rea entonces, el estado no queria enfrentarse al cam- la conduccién del partido se dividi6 «to del campesinado, con Stalin de. ormente se conoci6 como “la oposi- roblema inmediato era el suminisirg 27, Ia con lo era el bajo precio a inminencia del progra- régimen debia correr el f ron ampliamente en AREVOLUCION DE STALIN 159 esinado ¥, por lo tanto, habia hecho concesiones cuando, como Prorrid en la “crisis de las tjeras” de 19234, la diserepancia enue tos precios agricolas e industriales era demasiado pronunciada Sin embargo, en 1927, el inminente programa de industriali- gacidn catnbié la ecuacién en muchas formas. Que el suministro de granos no fuera confiable ponia en peligro los planes para una exportaci6n de grano en gran escala que compensaria la importa~ fign de maquinarias extranjeras. Una suba del precio del grano reduciria los fondos disponibles para la expansion industrial, y tal ez hiciera imposible cumplir con el plan quinquenal, Ademas, co- mo se daba por sentade que una proporcién muy importante de todo el grano que se comercializaba venia de s6lo una pequefia proporeisn de los agricultores campesinos de Rusia, parecia de es- perar que el aumento del precio sel grano beneficiaria a los “ku- laks” —cnemigos del régimen— mas bien que al conjunto del campesinado. En el decimoquinto congreso del partido, celebrado en di- "7, Jos principales temas de discusién piblica fue- munién de la “oposicién de iz- ciembre de 19: son el plan quinquenal y la excor quierda” (trotskiste-zinovievista). Pero entre bambalinas, el tema del suministro de granos ocupaba buena parte del pensamiento de los dirigentes, y se mantenian ansiosas discusiones con Ios dele- gados de las principales regiones productoras de grano del pais, Poco después del congreso, una cantidad de integrantes del polit- buré y del comité central partieron en misiones investigativas de "urgencia a esas regiones. El propio Stalin, en uno de sus infre- cuentes viajes a la provincia desde la guerra civil, fue a investigar la situacion en Siberia. El comité del partido en Siberia, encabezado por una de las estrellasascendentes del partido, el bien educado y eficiente Serguei Syrtsoy, estaba intentando evitar enfrentamien tos con los campesinos por los suministros, y Rykov (jefe del go- bierno soviético e integrante del politburé) le habia asegurado que ésa era la Tinea correcta a seguir. Pero Stalin opinaba de otra manera. Al regresar de Siberia a comienzos de 1928, dio a conocer su punto de vista ante el politburé y el comité central.” Stalin llegé a la conclusion de que el problema basico era que Jos kulaks estaban acumnulando grano a escondidas con el propésito 160 SHEILA Prepay de tener como rehén al estado soviético, L: ico, Las medidas coneifi ras come eleva precio el grano a eae eet de dienes manufacturados para el campo no tenian senmaee que las demandas de los kulaks no hari podia permitirse ced mandas, pues la inversion fad Laas PI ‘sion industrial tenia la prioridad. La solyt cién de co Sime porte Plazo (@ Ia que se ha designado como el métode’s Reso ria” de lidiar con el campesinacto) era la coereiée tee caer ca Gaubesines debian ser combatidos mediany ch 7 del Codigo Penal, designado dian, con especuladores urbanos, Se eee alee: Stalin sugirié qu ee gue & solucién de largo plazo era forzar la co- : ola, lo que aseguraria un sumini confiable para las necesidades de las ciudades guba que esta poiia implicsra me. A ulaks (“dekulaki ¥ Cid ates con akizacién") o un regres, ames “ics de requiscion de grano de la guerra ei Pero he cae na tenia una resonancia siniestra: para los comme fa ener de Vinee ofientatvas, la referencia alas politcas de ra civil unidas a ta ausencia d , suerr i le toda refere eq aia a.una sefial de ataque Seer La politica de Stali < 6 eae [ a —confrontacién antes que conciliacién, seeuciones, registro de grancros, bloqueo de Futas para impe, WF ue los campesinos levasen su producto a comere ne ofrecierar a lo— et precios mas altos que los del estado— se puso e a en mar. cha en ta primavera de 1928 y pr nha mejora temporaria e1 n la pi ade J odujo mp poraria en umkin (comisario suj ros, Moshe iplente de fie 7 sina regi6n de los Urales septentrionales acon. 1 offecer bienes manufacturados en intereambio ‘not y Nikolai Uglanov (jefe de la organizacién anzas) recorri sejando conci directo por el g REVOLUCION DE STALIN, 161 tidaria de Mosca y aspirante a integrar el politbur6) daba con Volga inferior, notando de paso j.gjos parecidos en la region del Nevado a algunos que 1a excesiva presién desde el centra babi fancionatios locales del partido a emplear indeseables métocos pro- ios del “comunismo de guerta” para obtener el grano.* Accidental J deliberadamente, Stalin habia dejado mal parados a hombres co- mo Frumkin y Uglanox. En el politbur6, dejé de lado su practica jnicial de construir un consenso y simplemente hacfa aprobar sus decisiones politicas a la fuerza de la forma més arbitraria y provocati Una oposicion de derecha a Stalin comenzaba a aglutinarse enla dirigencia del partido a comienzos de 1928, a pocos meses de a derrova final de [a oposicién de izquierda. La esencia de la pos qura de Ia derecha era que el marco politico y las politicas sociales basicas de Ia NEP debian permanecer inmutables, y que éstas re- presentaban el verdadero enfoque leninista de la construccién de} socialismo, La derecha se oponfa a la coercion alos campesinos, el excesivo énfasis en el peligro kulak y las politicas destinadas a esti- mular una guerra de clases en el campo que énfrentara a Jos cam- pesinos pobres con los mas ricos. Al argumento de que la coerciéa contra los campesinos era necesaria para garantizar el suministro de granos (y por Io tanto, la exportacién de granos que financiae ria el proyecto de industrializacién), la derecha respondia sug riendo que as metas de produccién industrial del primer plan quinquenal debian mantenerse “realistas” es decir, relativamente bajas. La derecha también se oponia a la nueva politica de guerra de clase agresiva contra la antigua inteliguentsia ejemplificada por el juicio de Shajti, ¢ intentaba neutralizar la atmésfera de crisis en- gendrada por la constante discusi6n de la inminencia de la guerra yel peligro de espias y saboteadores. Los dos principales derechistas del politburé eran Rykov, cabe- za del gobierno soviético y Bujarin, editor en jefe de Pravda, ca- beza de la Internacional Comunista y destacado teérico marxista. Tras sus desacuerdos politicos con Stalin subyacia la nocién de que éste habia cambiado unilateralmente las reglas del juego po- litico segiin se jugaba éste desde la muerte de Lenin, descartan- do abruptamente las convenciones de la conduccién colectiva y

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