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| Tom Wolfe jQuién teme al Bauhaus feroz? El arquitecto como mandarin EDITORIAL ANAGRAMA BARCELONA mL LOS DIOSES BLANCOS #De pronto, en 1937, él Principe de Plata aparecié en Norteamérica, Walter Gropius en persona, en carne y hue- so, y para quedarse. Gropius habla huido de Alemania en cuanto comenzé el ascenso de los nazis al poder; se habia dirigido primero a Inglaterra y luego a los Estados Unidos. Otras estrellas del fabuloso Bauhaus Iegaron aproximadamente al mismo tiempo: Breuer, Albers, Moho- ly-Nagy, Bayer y Mies van der Rohe, que habia dirigido el Bauhaus en 1930, dos aiios después de que Gropius, pre- sionado ya a causa del prestigio izquierdizante de la enti- dad, dimitiera. ¥ Hegaron desarraigados, agotados, sin un céntimo, hombres sin patria, apaleados por el destino. Gropius tenfa la saludable autoestima de cualquier hombre ambicioso, pero era un caballero por encima de todo, un caballero de la vieja escuela, un hombre preocu- pado siempre por el sentido de la proporcién, lo mismo en Ia vida que en el arte del disefio. Como refugiado de un pais destruido, se habria contentado con una recepci cordial, un lugar donde descansar, dos o tres comidas al dia hasta que pudiera tenerse en pie, una sonrisa de vez en cuando y una oportunidad para trabajar, si es que alguien le necesitaba. Sin embargo... aT La recepcién de Gropius y sus cofrades se parecié mu- cho a ciertas escenas tipicas de las peliculas de la selva que se hacian en la época, Bruce Cabot y Myrna Loy hacfan un aterrizaje forzoso en Ja jungla y salfan a gatas entre la chatarra con camisa blanca, Abercrombie and Fitch, de safari, y pantalén de montar de gabardina beige, y avanzaban tambaleandose hacia un calvero. Entonces, se ven rodeados de salvajes con un hueso atravesado en la nariz, que en el acto se inclinan, se prosternan y comien- zan un extrafio canturreo quejumbroso. iLos Dioses Blancos! iPor fin han bajado de los cielos! Gropius fue nombrado director de la Escuela de Ar- quitectura de Harvard y Breuer se reunié allf con él, Moholy-Nagy abrié el Nuevo Bauhaus, que acabé siendo la Escuela de Disefio de Chicago, Albers abrié un Bauhaus rural en las montafias de Carolina del Norte, en el Black Mountain College. Mies se instalé en el Armour Institute de Chicago como jefe del departamento de arquitectura. Y¥ no s6lo jefe de departamento, sino también constructor en activo. Se le dio a construir un campus, veintitin edif- cios en total, cuando el Armour Institute se fusioné con el Lewis Institute para formar el Instituto Tecnolégico de Illinois. Veintitin edificios grandes, en plena Depre- sién, en un momento en que el sector de la construccién estaba casi paralizado en los Estados Unidos... para un arquitecto que s6lo habfa terminado diecisiete edificios a Jo largo de su profesién Oh, dioses blancos. iCuantas genuflexiones! ;¥ qué homenajes! El Museum of Modern Art honré a Gropius con una exposicién llama. da «Bauhaus: 1919-1928», afios que sefialaban el periodo en que Gropius Jo habia dirigido. Philip Johnson, a la 48. saz6n con treinta y cuatro afios, ni siquiera pudo resistir- se a la presencia fisica de los dioses. Corrié a Harvard para estudiar y ser arquitecto a los pies de Gropius. ;Par- tir de cero! (A decir verdad, él habria preferido estar a las ‘Ludwig Mies van der Rohe, Dios Blanco N+ 2. Metié media Nor: teamérica en cubos alemanes, 49 plantas de Mies, pero para un joven tan fino como John- son, sin duda, Ia idea de trasladarse a Chicago, Ilinois, y quedarse all{ tres afios era un poco més caro de lo que habia pensado.) | Quizé fuera embarazoso, pero era una de esas cosas que bay que vivir para ver... Al cabo de tres afios, el curso de la arquitectura norteamericana habfa cambiado por completo. No se traté tanto de los edificios que constru- yeron Jos alemanes en los Estados Unidos, aunque los de Mies.habfan de ser muy influyentes una década. después. Era més bien el sistema de construccién que introduje- ron. Més atin, era su presencia misma. Las criaturas més fabulosas de toda la mitologfa del arte norteamericano del siglo xx —a saber, aquellos deslumbrantes artistas europeos que con tanta exquisitez posaban ante los ¢s- combros— estaban... jagui! ;...)) ahora! ...en la tierra del complejo colonial... para gobernar, personalmente, su pe- quefia gran Sudéfrica de las Artes. Esta curiosa fase de la tltima historia colonial no se cifié en modo alguno a la arquitectura, pues «1 comple- jo colonial era omnipresente. Las estrellas de los dos grandes movimientos rivales de la pintura_europea, el, cubismo y el surrealismo, empezaron a Ilegar como ref. giados a fines de los afios 30 y principios de los 40, Léger, Mondrian, Modigliani, Chagall, Max.Emnst,-André Breton,. Yves Tanguy... ;Oh, dioses blancos! La American Scene [Pintura Doméstica] y la escuela del Realismo Social de ls aiios 30 desaparecieron para no volver a levantar ca- beza. Los artistas neoyorquinos aprendieron de los euro- peos a crear su propio cenéculo. La primera camarilla ar- tistica norteamericana, la llamada. Escuela Neoyorquina, de Expresionistas Abstractos, se organiz6 en la década de_ Jos 40 y conté con reuniones periédicas, manifiestos, teo- 50 } rfas nuevas, nuevos cédigos visuales, todo. Arnold Schoen- berg,.el “dios blanco de todos los dioses blancos de la musica europea, llegé como refugiado en 1936. Durante Jos cuarenta afios que siguieron, la misica seria norteame. ricana fue una nota a pie de pagina de la teoria de la com- posicién serial schoenberiana, Hubo en esto su poco de ironfa, Muchos compositores europeos consideraban el jazz americano y a compositores estadounidenses como George Gershwin, Aaron Copland y Ferde Grofé como fuerzas liberadoras, como una solucién al margen de la hi- perracionalidacién de la miisica vanguardista europea tipi- ficada-por Schoenberg. Pero los compositores serios de los Estados Unidos estaban a afios luz de esto. Se compor- taban como’los beduinos a quienes se dice que sus tien- das son: meravillosas porque son naturales, auténticas y esponténeas. Querian lo bueno —Io europeo— y se aferra- ban a ello con ganas. A partir de entonces, se hablé de Gershwin, Copland y Grofé con condescendencia, cuando no con mofa paladina.* En arquitectura, naturalmente, el Principe de Plata fue el presidente ejecutivo, el gobernador de la colonia. La ensefianza de la arquitectura en Harvard se transmut6 de Ia noche a Ja mafiana. Todos partfan de cero. A todos se les ensefiaba ahora las bases del Estilo —es decir, Ia ca- marilla— Internacional. Toda la arquitectura se volvié ar- quitectura antiburguesa, aunque sobre el término en cues- * Lo mismo ocurrié en el campo de Ia psicologia. Acudieron tantos psicoanalistas freudianos destacados a los Estados Unidos (por ejemplo, Heinz Hartmann y Emst Kris), que Norteamérica se convirtié en el tinico centro importante de psicologia frew diana del mundo. Las aportaciones norteamericanas a la psico- Jogia, incluso las que Europa se tomaba en serio, como la de William James, se consideraron durante los siguientes cusrenta afios como retrogradas, 51 tin se corrié un tupido velo de tacita discrecién. Las an- guas tradiciones de las Bellas Artes pasaron a ser here- y lo mismo la herencia de Frank Lloyd Wright, que apenas habia tenido repercusién en las escuelas de arqui- tectura. Al cabo de tres afios, las Hamadas.aportaciones fundamentales norteamericanas a la arquitectura de hoy , de H. H. Richardson, creador dé cilla de la «Escuela de Chicago» de constructores de ras- cacielos— quedaron resumidas en notas a pie de pagina, en las espesuras de los ibid. El mismo Wright estaba furioso y, por una de sus es- casas veces en la vida, perplejo. No era fécil decir qué le zaheria més: el que su propia obra hubiese quedado arrinconada por los europeos o que se le tratara ya como si fuese una especie de cadaver ambulante. No se Ie ne- gaban honores ni respeto, pero, cuando se Je rend! menudo parecia tratarse més bien de un acto funerario. Por ejemiplo, el Museum of Modern Art organizé una expo- sicién de la obra de Wright en 1940... pero compartién- dola con otra de la obra del director de cine D. W. Griffth, que se habia retirado en 1931 hizo una declaracién muy afable acerca de lo genial que era Wright y de qué modo habia abierto los ojos a los arquitectos europeos... de la Primera Guerra Mundial. En lo tocante a su le deuda con los ochenta edificios y pico que Wright habfa proyectado desde entonces, no dijo nada. los 30 habfan sido desastrosos para Wright. Tenfa ya cincuenta y ocho afios cuando un incendio le destruyé el es que tenfa en Taliesin, Wisconsin, en 1925. Ciertos problemas con su amante, Miriam Noel, pa- ralizaron al parecer su capacidad practica. Sus ingresos 52, Habia acabado por encerrarse, como un ruso blanco blanca, en su reconstruido reducto de Tal conocidos como los Fellows, sus sombieros de color carne picada, sus alumno de Louis Sullivan y habfa roto con éste o éste le / habia despedido —ambos daban su propia ve que no sin Hevarse consigo el suefio de Sullivan de una ar- quitectura totalmente nueva y totalmente estadounide surgida del terrufio norteamericano y el espiritu del M Oeste. Pues bien: por fin, en los tiltimos afios de la déca- da de los 30, habia una arquitectura totalmente nueva, en Norteamérica y procedfa directamente de Alemania, Holanda y Francia, El componente francés era Le Cor- busier. Cada vez que Wright que Le Corbusier habja ter- 1506. Bjemplo Pradera y de su suefio de una arguitectura totalmente 53

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