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LA REVELACIÓN

SOBRENATURAL

1
ESQUEMA

I. NATURALEZA
II. ETAPAS
III. TRANSMISIÓN

2
I. LA NATURALEZA DE LA
REVELACIÓN

3
• Mediante la razón natural, el hombre puede conocer
a Dios con certeza a partir de sus obras. Pero existe
otro orden de conocimiento que el hombre no
puede de ningún modo alcanzar por sus propias
fuerzas, el de la Revelación divina. Por una decisión
enteramente libre, Dios se revela y se da al
hombre. Lo hace revelando su misterio, su designio
benevolente que estableció desde la eternidad en
Cristo en favor de todos los hombre. Revela
plenamente su designio enviando a su Hijo
amado, nuestro Señor Jesucristo, y al Espíritu
Santo. (CEC 50)

4
1. (Contenido) Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a sí
mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad,
mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo
encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se
hacen consortes de la naturaleza divina. (DV 2). Por
tanto, Dios revela (1) a sí mismo, su misterio y (2)
su plan de salvación.
2. (Modo) El designio divino de la revelación se realiza
a la vez mediante acciones y palabras,
íntimamente ligadas entre sí y que se esclarecen
mutuamente. Las obras manifiestan y confirman la
doctrina; las palabras proclaman las obras y
esclarecen el misterio contenido en ellas. (DV 2).

5
3. (Motivo) Dios, invisible y trascendente (Col 1,15;
1Tm 1,17) se revela como un amigo, movido por
su gran amor a los hombres (Jn 15,14-15). Dios
invita a los hombres a vivir en comunión con él y
entre sí. Si es por amor, es libre.

4. (Pedagogía) Este designio comporta una pedagogía


divina particular: Dios se comunica gradualmente
al hombre, lo prepara por etapas para acoger la
Revelación sobrenatural que hace de sí mismo.
Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a
nuestros padres por medio de los Profetas (Hb 1,1-2)
6
5. (Objetivo) Dios quiere comunicar su propia vida
divina a los hombres para hacer de ellos, en su
Hijo único, hijos adoptivos.
Por cuanto nos ha elegido en Él [Cristo] antes de la fundación
del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el
amor; eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por
medio de Jesucristo (Ef 1,4-5)
• Al revelarse a sí mismo, Dios quiere hacer a los
hombres capaces de responderle, de conocerle y de
amarle más allá de lo que ellos serían capaces por
sus propias fuerzas. (CEC 52)

7
6. (Plenitud) La Revelación culmina, llega a plenitud, en la
persona y misión del Verbo encarnado, Jesucristo.
Cristo es mediador y plenitud de la revelación.
…en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a
quien instituyó heredero de todo (Hb 1,2)
A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno
del Padre, él nos lo ha revelado (Jn 1,18)

Porque en darnos como nos dio a su Hijo, que es una palabra suya,
que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola
palabra, …ya lo ha hablado todo en Él, dándonos al Todo, que es
su Hijo. Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o
querer alguna visión o revelación, no solo haría una necedad, sino
haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin
querer alguna otra cosa o novedad. (San Juan de la Cruz)
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• La economía cristiana, por ser Alianza nueva y
definitiva nuca cesará y no hay que esperar ya ninguna
revelación pública antes de la gloriosa manifestación de
nuestro señor Jesucristo. (DV 4)

Las revelaciones privadas


• A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas
«privadas», algunas de las cuales han sido reconocidas
por la autoridad de la Iglesia. Estas, sin embargo, no
pertenecen al Depósito de la fe. Su función no es la
de «mejorar» o «completar» [ mucho menos corregir] la
Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a
vivirla más plenamente en una cierta época de la
historia. (CEC 67)

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7. (Exigencia) La Revelación de Dios es exige la
respuesta de fe de parte de los hombres. Hay un
deber de prestar la obediencia de la fe (Rom16,26).

• Para profesar esta fe es necesaria la gracia de Dios


que previene y ayuda, y los auxilios internos del
Espíritu Santo, el cual mueve el corazón y lo
convierte a Dios, abre los ojos de la mente y da a
todos la suavidad de aceptar y creer la verdad. Y
para que la inteligencia de la fe sea más profunda, el
mismo Espíritu Santo perfecciona constantemente
la fe por medio de sus dones. (DV 5)

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8. (Carácter objetivo) La revelación de Dios es
histórica. No se da en un ámbito atemporal y
ahistórico (no es un mito), sino que se da en la
temporalidad y contingencia humana. Dios se vale
del tiempo y de la contingencia para darse a
conocer en la irrepetibilidad del suceso humano.
La Revelación no es una intuición interior o una
experiencia mística, sino manifestación de Dios en
la historia.

Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que


hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron
nuestras manos… lo que hemos visto y oído os lo
anunciamos… (1 Jn1,1-3)
11
II.LAS ETAPAS
DE LA REVELACIÓN

12
• El carácter progresivo de la revelación permite a hombre
comprender poco a poco los planes de Dios. Dios se
adecúa a nuestro modo de conocer (synkatabasis), tiene
en cuenta nuestra flaqueza y limitación. Dios se
manifiesta de forma que el hombre pueda comprenderle.

• Se puede hablar de etapas pero también se debe admitir


que estas están en continuidad. Es un solo plan que
culmina en la revelación de Jesucristo. Entre las diversas
etapas hay continuidad pero también novedad. La
Revelación supera continuamente las expectativas
humanas.

Ver etapas de la Revelación en el AT

13
El Misterio del Verbo Encarnado
Pero al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo,
nacido de mujer, nacido bajo la ley, y para que recibiéramos la
filiación adoptiva (Ga 4,4-5).
• «Nosotros creemos y confesamos que Jesús de
Nazareth, nacido judío de una hija de Israel, en Belén
en tiempo del rey Herodes el Grande… ; de oficio
carpintero, muerto crucificado en Jerusalén, bajo el
procurador Poncio Pilato, …es el Hijo eterno de
Dios hecho hombre, que ha salido de Dios (Jn
13,3)… porque la palabra se hizo carne, y puso su
morada entre nosotros, y hemos visto su gloria… Pues
de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia
(Jn 1,14.16).» (CEC 423)
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• Pues envió a su Hijo, es decir la Palabra eterna que
ilumina a todos los hombres, para que viviera entre
ellos y les manifestara los secretos de Dios (cf. Jn 1,1-
18); Jesucristo, pues, la Palabra hecha carne, hombre
enviado a los hombres, habla palabras de Dios (Jn
3,34) y lleva a cabo la obra de la salvación que el
Padre le confió (cf. Jn 5,36; 17,4). Por tanto, Jesucristo –
ver al cual es ver al Padre (cf. Jn 14,9)– con su total
presencia y manifestación personal, con palabras y
obras, señales y milagros y, sobre todo, con su muerte
y resurrección gloriosa de entre los muertos,
finalmente, con el envío de Espíritu de la verdad,
completa la revelación…(DV 4)

• La revelación de Jesucristo se da sobre todo a través


de su predicación (1) y sus obras (2)
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(1) Predicación

• El tema central de la predicación de Jesús es el


Reino de los cielos o Reino de Dios. El término
aparece 122 veces en el NT: 99 en los sinópticos; 90
en boca de Jesús. No define qué es pero lo explica
mediante parábolas (comparación o semejanza):
emplea imágenes humanas para enseñar algo divino.

• El tema del Reino de Dios impregna toda la


predicación de Jesús. Por eso, solo podemos
comprenderlo desde la totalidad de su mensaje.
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1. El Reino es lo más importante de la existencia. Hay
que dejarlo todo para ganar el Reino (cf. Mt 13,44s).
2. El Reino es una realidad al presente imperceptible,
casi invisible (Mt 13,31), pero ya está con nosotros (Mt
4,17).

• El reino tiene una dimensión escatológica ya que es


una realidad que pertenece a los últimos tiempos. Ya está
entre nosotros pero al final se manifestará con todo su
esplendor: …ya pero todavía no.
• El Reino hoy está conformado por justos y pecadores
pero al final será solo de los justos (cf. Mt13,25; 13,48)

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3. El Reino da una felicidad absoluta, inimaginable,
plenitud humana que no tiene comparación con
nada ofrecido por el mundo.
Se toma como imágenes el banquete (Mt 22,1ss) y las
bodas (Mt 25,1ss). Perder el Reino es la desgracia
absoluta; ganar el Reino es adquirir la dicha para la
cual fue creado el hombre.
…recibid la herencia del Reino… malditos, al fuego
eterno… (Mt 25,31ss)

4. Al Reino pertenecen los pobres (anawin), los


pacíficos, los mansos, puros, perseguidos por
Jesús, los que siguen al Señor.

18
• En Mt 5,3-12 se enseña quiénes son dichosos, es
decir, bienaventurados… todos los que el mundo
desprecia. El mundo representa la actitud contraria
a Dios.

5. Jesucristo es la presencia del Reino entre nosotros.


Toda su predicación encuentra su realización y
plenitud en Él. Jesús es el Reino en persona,
autobasileía (Orígenes).
• Mt 19,29 dejado casa, hermanos… por mi nombre
• Lc 18,19 dejado casa, hermanos… por el Reino

19
6. La raíz hebrea malkut, como también la palabra
griega basileía, es un nomen actionis y significa
ejercicio de la soberanía, el ser soberano.

• «No se habla de un reino futuro o todavía por


instaurar, sino de la soberanía de Dios sobre el
mundo, que de un modo nuevo se hace realidad en
la historia… En este sentido la traducción Reino de
Dios es inadecuada, se debería hablar de la soberanía
de Dios o del reinado de Dios» (Ratzinger).

• Reino es la presencia y soberanía de Dios sobre


el mundo y sobre el hombre mediante el amor, a
través de Cristo.

20
(2) Obras
• Todo lo que ha hecho Jesús es revelador porque
Él es la manifestación plena de Dios. Sin embargo,
podemos mencionar dos elementos de su obrar: sus
milagros y su Misterio Pascual.

Sus milagros
• Jesucristo, a lo largo de su vida aquí en la tierra hizo
muchos milagros. Estos son acontecimientos
históricos que superan las leyes de la naturaleza y
exigen nuestra fe. Podemos notar que Jesucristo a
través de sus milagros nos revela:

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1. Jesús es Dios. Sus acciones portentosas dan a conocer
su divinidad (Mc 2,1-11).
2. La misericordia divina. Jesús muestra que es cercano,
se compadece de nosotros (Lc 7,11ss).
3. El triunfo de Jesús sobre el diablo. Jesús vence el
poder del mal y los demonios se le someten. (Mc 5,1ss)
4. Un poder cada vez mayor sobre la muerte. Muestra
su poder sobre la muerte pero progresivamente hasta
llegar a mostrar plenamente su poder con su propia
resurrección inaugurando un nuevo modo de existir.
Hija de Jairo (Mc 5,21 niña… acaba de morir)
Hijo de una viuda (Lc 7,11 joven… lo llevan a enterrar)
Lázaro (Jn 11,1ss adulto… cuatro días… incluso huele)
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5. La importancia de la fe. Los milagros son una
invitación para la fe. Jesús obra milagros únicamente
donde hay fe o al menos disposición para ella. ¿tu crees en
el Hijo del hombre? (Jn 9,35). Jesús nunca hace milagros por
gusto (Mt 4,1-11; Mc 6,7-8).
• Los milagros de Jesús dan a conocer la presencia de Dios
entre nosotros y la presencia del Reino; son una llamada a
la fe, una ayuda a nuestra debilidad para que creamos.
• No se habla de prodigios, sino de milagros porque están
destinados a la salvación del hombre. Jesucristo no
quiso que lo tengan por mago ni por poseedor de
secretos científicos, sino por salvador. Cristo viene a
salvar lo que estaba perdido y, por eso, los milagros están
ligados a la conversión que introduce en el Reino.
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Su Misterio Pascual
Cristo… sobre todo con su muerte y resurrección gloriosa de
entre los muertos… completa la Revelación (DV 4).

• El Misterio Pascual está presente en todos los


Evangelios:
(A) Mt 26-28: la muerte de Jesús se muestra como el
juicio de Dios sobre Israel y el mundo; (B) Mc 14-16:
manifestación como Hijo de Dios; (C) Lc 22-24: revelación
de la misericordia y perdón; (D) Jn 18-21: cumplimiento de
“la hora” de Jesús. La “hora” de Jesús es su glorificación en
la cruz, revelación de su divinidad.
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1. La pasión y muerte del Señor revela el amor
de Dios por los hombres, expresado en
la entrega de Jesucristo. Tanto amó Dios al mundo que
envió a su Hijo... (Jn3,16)

2. Revela el amor de Jesús por todos los hombres.


Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus
amigos (Jn 15,13); Me amó y se entregó a sí mismo por
mi…(Ga 2,20)

• La actitud cristiana debe ser de respuesta generosa:


el amor de Cristo nos apremia… (2Co 5,14)
25
3. Revela la victoria de Jesús sobre el pecado. Cristo
nos ha redimido reconciliándonos con su Padre.

…el hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar
su vida como rescate por muchos. (Mt 20,28)

…en el tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón


de los delitos… (Ef 1,7)

• Estamos en el tiempo que media entre la victoria


del combate y la celebración de la victoria. Cristo ya
ganó y cuando vuelva celebraremos definitivamente
la victoria. (Cullman)

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4. Por la resurrección de Jesús se nos revela:

a) Jesús es Dios (Jn 8,28 cuando hayáis levantado al Hijo del


hombre, entonces sabréis que Yo Soy)

b) La nueva vida que hemos recibido, es decir la


justificación (Rm 4,25 quien fue entregado por nuestros
pecados, y fue resucitado para nuestra justificación)

c) La vida que tendremos en el futuro, la condición


gloriosa que supone la transformación de la
humanidad, participación en la resurrección de
Cristo (1Co 15,39ss los muertos resucitarán incorruptibles y
nosotros seremos transformados)
27
III.LA TRANSMISIÓN DE LA
REVELACIÓN

28
• Dispuso Dios que lo que había revelado para la
salvación de los hombres permaneciera íntegro
para siempre y se fuera transmitiendo a todas las
generaciones. Por ello Cristo nuestro Señor, en
quien se consuma la Revelación total del Dios
sumo, mandó a sus apóstoles que predicarán a
todos los hombres el Evangelio… lo cual fue
realizado fielmente tanto por los apóstoles, que en
la predicación oral comunicaron… como por los
apóstoles o varones apostólicos, que bajo la
inspiración del mismo Espíritu Santo, escribieron
el mensaje de la salvación. (DV 7)

29
• Mas para que el Evangelio se conservara
constantemente íntegro y vivo en la Iglesia, los
apóstoles establecieron como sucesores suyos a los
obispos, entregándoles su propio cargo de
magisterio. Por consiguiente, esta Sagrada
Tradición y la Sagrada Escritura de ambos
Testamentos son como un espejo en el que la
Iglesia peregrina en la tierra contempla a Dios,
de quien todo lo recibe, hasta que le sea con cedido
el verlo cara a cara, tal como es. (DV 7)

30
• La Revelación tiene dos canales por los que se
transmite: (1) La Sagrada Tradición; (2) La Sagrada
Escritura. No son dos fuentes; la única fuente es
Jesucristo. A través de estos dos canales la Iglesia
peregrina tiene como un espejo por el que contempla a
Dios.

• La Tradición y la Escritura constituyen, pues, un solo


depósito sagrado de la palabra de Dios, confiado a la
Iglesia… pero el oficio de interpretar
auténticamente la palabra de Dios escrita o
transmitida ha sido confiado únicamente al Magisterio
vivo de la Iglesia, cuya autoridad ejerce en nombre de
Jesucristo… estos tres no tienen consistencia el uno sin
el otro… juntos contribuyen a la salvación de las almas.
(DV 10)
31
LA SAGRADA ESCRITURA

32
Cristo es la Palabra única

• En la condescendencia de su bondad, Dios, para


revelarse a los hombres les habla en palabras
humanas. A través de todas las palabras de la Sagrada
Escritura, Dios dice solo una palabra, su Verbo
único, en quien él se dice en plenitud: recordad que es una
misma Palabra de Dios la que se extiende en todas las escrituras,
que es un mismo Verbo que resuena en la boca de todos los
escritores sagrados… (San Agustín)
• La Iglesia venera las Escrituras como venera también el
Cuerpo del Señor. No cesa de presentar a los fieles el
Pan de vida que se distribuye en la mesa de la Palabra
de Dios y del Cuerpo de Cristo (cf. DV 21)

33
Dios es el autor de a Escritura

• Todos los libros del AT y del NT son sagrados y


canónicos (pertenecen a la lista), en cuanto que,
escritos por inspiración del Espíritu Santo,
tienen a Dios como autor y como tales han sido
confiados a la Iglesia. (cf. DV 11)
• La inspiración bíblica es un carisma dado por Dios
a ciertos hombres en el seno del Antiguo Israel y de
la Iglesia de los tiempos apostólicos, para consignar
por escrito todo y solo lo que Dios quiere comunicar a los
hombres.
34
• «En la composición de los libros sagrados, Dios se
valió de hombres elegidos, que usaban de todas sus
facultades y talentos [hagiógrafos]; de este modo,
obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos
autores, pusieron por escrito todo y solo lo que Dios
quería.» (DV 11)

• Los libros de la Escritura, por ser inspirados, es decir,


por tener a Dios como autor, «enseñan sólidamente,
fielmente y sin error la verdad que Dios hizo
consignar en dichos libros para salvación nuestra»
(DV 11). Se comprende por tanto que la Escritura
tiene como propósito nuestra salvación y por tanto
enseña sin error verdades salvíficas.
35
El sentido de la Escritura
• Se pueden distinguir dos sentidos en la Escritura: literal
y espiritual. Este último se subdivide en alegórico,
moral, anagógico. La concordia profunda de los cuatro
sentidos asegura toda su riqueza a la lectura viva de la
Escritura en la Iglesia.

1. Sentido literal: es el que se significa por las palabras y


descubierto por la exégesis que sigue la justa
interpretación. Se podría decir que es el que ha sido
directamente expresado por los hagiógrafos. No
debe confundirse este sentido el literalista que deforma
el texto porque no tiene en cuenta en contexto del
autor y las formas literarias que emplea. El literalista
piensa que fidelidad es traducir letra por letra.
36
2. Sentido alegórico: podemos adquirir una
comprensión más profunda de los acontecimientos
reconociendo su significación en Cristo; así el paso del
mar Rojo es un signo de la victoria de Cristo y por ello
del bautismo.
Nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y… atravesaron el
mar… bebían de la roca espiritual … la roca era Cristo… todo
esto les acontecía en figura [typos] y fue escrito para aviso de
los que hemos llegado a la plenitud de los tiempos. (1Co10, 1-
11)
• Las realidades de la era mesiánica eran ya prefiguradas
en el AT. Este sentido alegórico superaba la conciencia
clara de los hagiógrafos pero no por eso es menos
escriturístico.
37
3. Sentido moral: los acontecimientos narrados en la
Escritura pueden conducirnos a un obrar justo.
Fueron escritos para nuestra instrucción. (Hb 3-4,11)
si oís hoy su voz [palabra], no endurezcáis vuestros corazones…

4. Sentido anagógico: podemos ver realidades y


acontecimientos en su significación eterna, que nos
conduce (anagoge) hacia nuestra Patria definitiva. Así, la
Iglesia en la tierra (militante) es signo de la Jerusalén
celeste (triunfante) (cf. Ap 21,1 – 22,5).
Littera gesta docet, quid credas allegoria, moralis
quid agas, quo tendas anagogia. (La letra enseña los
hechos, la alegoría lo que has de creer, el sentido moral lo
que has de hacer, y la anagogía a dónde has de tender).
(Agustín de Dacia)
38
El concilio Vaticano II enseña tres criterios para una
interpretación de la Escritura conforme al Espíritu que
la inspiró (DV 12):

1. Prestar atención al contenido y unidad de toda la


Escritura: La Escritura es una en razón del único
designio de Dios.
2. Leer la Escritura en la Tradición viva de la Iglesia:
en la Tradición (instancia asistida por el Espíritu
Santo) está la memoria viva de la Palabra. La Sagrada
Escritura está más en el corazón de la Iglesia que en la
materialidad de los libros escritos.
3. Estar atento a la analogía de la fe: la cohesión de las
verdades de la fe entre sí y en el proyecto total de la
Revelación.
39
Canonicidad

• El término canon es aplicado a los libros bíblicos.


Podría traducirse como lista o catálogo de los libros
de la Escritura o lista de libros inspirados. Así, son
canónicos los libros inspirados por Dios y que, por
tanto, conforman la Escritura. A los libros no
inspirados o no canónicos se llama apócrifos.

• Son canónicos por ser inspirados y no al revés:


primero son inspirados por Dios y luego son
reconocidos por la Iglesia como tales.

40
• La Iglesia definió dogmáticamente el canon bíblico,
es decir, la lista de libros inspirados, en el Concilio de
Trento, el 8 de abril de 1546.

• «si alguno no recibiera como sagrados y canónicos los


mismos libros, íntegros, con todas sus partes, tal
como se han acostumbrado a leer en la Iglesia católica
y se contienen en la antigua edición vulgata latina […]
sea antema.» (DH 1504)

• Esta lista integral es llamada «canon» de las


Escrituras. Comprende para el Antiguo Testamento
46 escritos (45 si se cuentan Jr y Lm como uno solo),
y 27 para el Nuevo:

41
Para el Antiguo Testamento

Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio,


Josué, Jueces, Rut, los dos libros de Samuel, los dos
libros de los Reyes, los dos libros de las Crónicas,
Esdras y Nehemías, Tobías, Judit, Ester, los dos libros
de los Macabeos, Job, los Salmos, los Proverbios, el
Eclesiastés, el Cantar de los Cantares, la Sabiduría, el
Eclesiástico, Isaías, Jeremías, las Lamentaciones,
Baruc, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías,
Jonás Miqueas, Nahúm , Habacuc, Sofonías, Ageo,
Zacarías, Malaquías.

42
Para el Nuevo Testamento

Los Evangelios de Mateo, de Marcos, de Lucas y de


Juan, los Hechos de los Apóstoles, las cartas de Pablo
a los Romanos, la primera y segunda a los Corintios, a
los Gálatas, a los Efesios, a los Filipenses, a los
Colosenses, la primera y la segunda a los
Tesalonicenses, la primera y la segunda a Timoteo, a
Tito, a Filemón, la carta a los Hebreos, la carta de
Santiago, la primera y la segunda de Pedro, las tres
cartas de Juan, la carta de Judas y el Apocalipsis.

43
La Iglesia contó con tres criterios para reconocer los
escritos inspirados del NT:

1. El origen apostólico: libros que se remontaban al


círculo de apóstoles o colaboradores próximos.
2. La ortodoxia: tiene que ver con el sensus fidelium de los
primeros siglos. Conformidad de los escritos con la
predicación auténtica acerca de Cristo.
3. La catolicidad: libros que en todas o en casi todas las
Iglesias locales se consideraban inspirados. Este
reconocimiento se daba implícitamente en el uso
litúrgico de un libro.

44
El Antiguo Testamento

• Sus libros son divinamente inspirados y conservan un


valor permanente porque la Antigua Alianza no ha
sido revocada. Aunque contienen elementos
imperfectos y pasajeros dan testimonio de la
pedagogía divina: «contienen enseñanzas sublimes
sobre Dios, una sabiduría salvadora acerca del hombre,
encierran tesoros de oración y esconden el misterio de
nuestra salvación.» ( DV 15)
• El fin principal de la economía antigua era preparar la
venida de Cristo.
• La Iglesia ha rechazado siempre la idea de prescindir
del AT so pretexto de que el NT lo ha hecho caduco
(marcionismo).
45
El Nuevo Testamento
• Estos escritos nos ofrecen la verdad definitiva de la
Revelación. Su objeto central es Jesucristo, Verbo
encarnado, sus obras, sus enseñanzas, su Misterio
Pascual, así como los comienzos de su Iglesia bajo la
acción del Espíritu Santo. (cf. DV 20)
• «La palabra de Dios, que es fuerza de Dios para la
salvación del que cree, se encuentra y despliega su
fuerza de modo privilegiado en el NT.» (DV 17)
• Los Evangelios son el corazón de todas las Escrituras
por ser el testimonio principal de la vida y doctrina de
Jesucristo. El Evangelio cuatriforme (Mateo, Marcos,
Lucas Juan) ocupa un lugar único en la Iglesia, que lo
venera en la liturgia y da a sus hijos como alimento.
46
• No hay ninguna doctrina que sea mejor, más preciosa y
más esplendida que el texto del Evangelio. Ved y
retened lo que nuestro Señor y Maestro, Cristo, ha
enseñado mediante sus palabras y realizado mediante
sus obras. (San Cesárea la Joven)

• Es sobre todo el Evangelio lo que me ocupa en mis


oraciones; en él encuentro todo lo que es necesario
a mi pobre alma. En él descubro siempre nuevas luces,
sentidos escondidos y misteriosos.
(Santa Teresa del Niño Jesús)

47
En la formación de los Evangelios se pueden distinguir
tres etapas (cf. DV 19):
1. La Vida y enseñanza de Jesús: los cuatro
Evangelios comunican fielmente lo que Jesús hizo y
enseño históricamente.
2. La tradición oral: los apóstoles, después de la
Ascensión del Señor y asistidos por la luz del Espíritu
Santo, predicaron lo que Jesús había dicho y obrado.
3. Los evangelios escritos: los autores sagrados
escribieron los cuatro evangelios escogiendo algunas
cosas de las muchas que ya se transmitían de palabra o
por escrito, sintetizando otras, o explicándolas
atendiendo a la condición de las Iglesias, conservando
por fin la forma de proclamación, de manera que
siempre nos comunicaban la verdad sincera acerca de
Jesús.
48
La unidad del AT y del NT

• La Iglesia esclareció ya en los tiempos apostólicos la


unidad de los dos testamentos gracias a la tipología:
las obras de la Antigua Alianza prefiguraban lo que
Dios realizó en la plenitud de los tiempos.

• El AT debe ser leído a la luz de Cristo muerto y


resucitado; el NT exige ser leído a la luz del AT
porque de otro modo sería incomprensible.

• Novum in Vetere latet et in Novo Vetus patet, El NT está


latente en el AT y el AT está patente en el NT.
(San Agustín)

49
La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia

• La Palabra de Dios «constituye en sustento y vigor de la


Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma,
fuente límpida y perenne de vida espiritual» (DV 12).
• «El ministerio de la palabra, que incluye la predicación
pastoral, la catequesis, toda la instrucción cristiana y un
puesto privilegiado, la homilía, recibe de la palabra de la
Escritura alimento saludable y por ella da fruto de
santidad» (DV 24). La lectura de la Palabra de Dios no
es simplemente formativa o informativa, sino que es
performativa, va dando nueva forma al que la medita, la forma
de Cristo.
• «La Iglesia recomienda la lectura asidua de la Escritura
para que adquieran la ciencia suprema de Jesucristo
(Flp 3,8) pues desconocer la Escritura es desconocer a Cristo
(San Jerónimo)» (DV 25).
50
LA SAGRADA TRADICIÓN

51
(1) La Tradición deriva de la predicación apostólica. «La
predicación apostólica, expresada de un modo
especial en los libros sagrados, se ha de conservar
por transmisión continua hasta el fin de
los tiempos». (DV 8)
(2) Los apóstoles, comunicando lo que ellos mismos
habían recibido, amonestan a los fieles a que
conserven las tradiciones que han aprendido de
palabra o por escrito. Esta transmisión viva…es
llamada Tradición en cuanto distinta de la Sagrada
Escritura, aunque estrechamente ligada a ella. Por ella
«la Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto,
conserva y transmite todas las edades lo que es y lo
que cree» (DV 8).
52
(3) Progresa en la Iglesia con la asistencia del
Espíritu Santo, de modo que esta tiende hacia la verdad
divina. Solo el Espíritu Santo capacita a la Iglesia para
transmitir auténticamente la palabra de Dios.

(4) Las enseñanzas de los Santos Padres testifican la


presencia viva de esta Tradición. Los Padres de la
Iglesia son los mejores testigos de la Tradición. Sus
enseñanzas son Tradición constituyente por ser la
primera respuesta a la doctrina de los Apóstoles. «Las
palabras de los santos Padres atestiguan la presencia viva
de esta Tradición, cuyas riquezas van pasando a la práctica
y a la vida de la Iglesia que cree y ora» (DV 8).
53
(5) Por esta Tradición conoce la Iglesia el Canon de la
Escritura y la misma Sagrada Escritura se va conociendo
en ellas más a fondo y se hace incesantemente activa. La
Escritura tiene origen en la Tradición. La primera
generación de cristianos no tenía aún un Nuevo
testamento escrito, y el Nuevo testamento mismo
atestigua el proceso de la Tradición viva.

(6) La Tradición recibe la palabra de Dios, encomendada


por Cristo y el Espíritu Santo a los apóstoles, y la
transmite íntegra a los sucesores; para que ellos,
iluminados por el Espíritu de la verdad, la conserven, la
expongan y la difundan fielmente en su predicación.
54
(8) De ahí resulta que la Iglesia, a la cual está
confiada la transmisión e interpretación de la
Revelación, «no saca exclusivamente de la Escritura la
certeza de todo lo revelado. Y así se han de recibir y
respetar con el mismo espíritu de devoción [la
Escritura y la Tradición] » (DV 9).
(9) Es preciso distinguir entre tradiciones
(teológicas, disciplinares, litúrgicas o devocionales)
nacidas en el transcurso del tiempo en las Iglesias
locales y la Tradición. Aquellas constituyen formas
particulares en las que la gran Tradición recibe
expresiones adaptadas a los diversos lugares y a las
diversas épocas. Solo a luz de la gran Tradición
pueden ser mantenidas, modificadas o abandonadas
bajo la guía del Magisterio.
55
EL MAGISTERIO
DE LA IGLESIA

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Didaskalía = didajé = enseñanza
Didaskalós = magister = maestro
La raíz es magis (más): hay una superioridad del
maestro sobre el educando.

• Hoy en día Magisterio es la enseñanza autorizada de


la Iglesia que es ejercida por los legítimos pastores,
es decir, el Santo Padre y los obispos que están en
comunión con él y entre sí.

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En la Sagrada Escritura

(1) Cristo es el verdadero Maestro, auténtico profeta


y más que un profeta. Es Dios que habla de Dios.
A Dios nadie lo ha visto nunca, su Hijo que está en su seno,
Él nos lo ha comunicado. (Jn 1,18)

(2) Cristo da a sus apóstoles la misión de enseñar.


Id por todo el mundo y anunciad el Evangelio… enseñándoles a
guardar todo lo que os he enseñado (Mt 28,19-20)

58
(3) En la Iglesia naciente es esencial escuchar las
enseñanzas de los apóstoles.
… acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la
comunión, a la fracción del pan y a las oraciones. (Hch 2,42)

(4) Los apóstoles, guiados por la luz del Espíritu Santo,


emiten directivas para la vida de la Iglesia. Por ejemplo,
el Concilio de Jerusalén (Hch 15)
Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros… (Hch 15,28)

(5) Los apóstoles dan a sus colaboradores la misión de


enseñar y custodiar el depósito de la fe.
Guarda el depósito (1Tm 6,20).

59
En los Padres
(1) San Ireneo (+202): en su lucha contra los
gnósticos, apela a la doctrina recibida de los
Apóstoles y accesible a la profesión de fe
bautismal de las Iglesias de fundación
apostólica. Este es un criterio para pertenecer a la
verdadera Iglesia

(2) Tertuliano (+220): señala que es esencial estar en


comunión con las Iglesias apostólicas de tal
manera que debemos acoger la misma doctrina
que han predicado los apóstoles y sus sucesores.

60
Relaciones entre la Revelación y
el Magisterio…

(1) La Revelación precede al Magisterio. Primero es la


Palabra de Dios.

(2) La Revelación excede siempre al Magisterio.


Ningún dogma de fe puede expresar perfectamente
la Revelación, sino que puede mejorarse su
formulación. El acto de fe no va dirigido a las
palabras, sino a la Revelación.
Actus credendi non terminatur in enuntiabile sed ad rem.

61
(3) La Revelación es norma constitutiva de la fe; en
cambio, el Magisterio es norma directiva de la fe. La
Revelación es el depósito de la fe; en
cambio, el Magisterio no constituye el depósito
de la fe, sino que lo custodia y lo transmite.

(4) El Magisterio está al servicio de la Palabra de Dios


de Dios o Revelación. El Magisterio constituye una de
las fuentes del trabajo teológico porque nos ayuda a
comprender mejor la Palabra de Dios.

62
Tareas del Magisterio

(1) Escuchar la Palabra de Dios, fides ex auditum (Rm


10,17). Lo primero es atender a los datos de la
Tradición y la Sagrada Escritura.
(2) Custodiar y testimoniar la Palabra de Dios. Es
los más importante.
(3) Definir una doctrina de fe o moral como
verdadera. El magisterio puede definir una
doctrina como contenida en la Palabra de Dios;
cuando lo hace con solemnidad realiza la
proclamación de un dogma de fe.

63
(4) Exponer la doctrina cristiana al pueblo de Dios.
Así, promueve la difusión de los catecismos.

(5) Aplicar la Palabra de Dios a la vida de los fieles. El


magisterio tiene la potestad de señalar normas morales
vinculantes. De esta manera ayuda a formar las
conciencias.

(6) Pronunciarse cuando está en juego los derechos


fundamentales de la persona y la salvación de las
almas.

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Objeto del Magisterio…

El objeto del Magisterio es la doctrina de fe y moral. Se


distingue entre:
(a) Objeto directo-primario: son las verdades contenidas
en la Palabra de Dios (Depósito de la fe). Hay
verdades que se conocen inmediatamente pues se
manifiestan claramente (por ejemplo, Jesús murió en la
cruz); hay verdades que también se encuentran en la
Palabra de Dios pero exigen un razonamiento previo (por
ej., la Inmaculada concepción).
(b) Objeto indirecto-secundario: son verdades que no
están contenidas formalmente en la Palabra de Dios
pero son necesarias para custodiar y exponer con
fidelidad el depósito de la fe (por ej. los praeambulae
fidei y los hechos dogmáticos).
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Modalidades del Magisterio

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