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Un Árbol Malo - John Giorno (Y Traducción)
Un Árbol Malo - John Giorno (Y Traducción)
Everyone really
disliked it.
The bad tree
stunk.
They talked
endlessly about it;
and decided
to cut it down.
Get rid of it.
They chopped
with axes,
and barely made a dent;
wearing breathing masks,
they whacked at it
and whacked at it,
and nibbled and chipped.
Oily powder
from the shiny dark green leaves,
got on their skin,
blistered,
and was really itchy;
and they scratched
bloody red.
They put on
protective gear
with oxygen,
and went at it with
electric buzz saws
and heavy equipment.
Working 24-hour shifts,
finally, they cut it down.
Other people
had been watching
from their houses,
waiting their turn.
They thought themselves
smarter,
with higher intellectual
capabilities,
they knew how
to get rid of the tree.
It was a growing plant,
a wood tree
that grew in the earth.
They pressed
their cheeks
to the flowers,
black velvet
coated with transmission oil.
They licked
the sweet juices
that seeped
from the petals.
The pollen
was coal dust
and petroleum gas.
Burying their noses,
they sucked
in deep breaths,
eating
the smell,
great bliss.
Había un árbol
malo
un árbol malo,
que todos odiaban.
Las hojas despedían
mal
olor,
y las flores
tenían un hedor
amargo.
Si te acercabas,
vomitabas.
Las frutas
eran veneno,
una mordida
y estabas muerto.
A todos realmente
les disgustaba.
El árbol malo
apestaba.
Hablaban
sobre eso sin parar;
y decidieron
talarlo.
Deshacerse de él.
Usaron
hachas,
y apenas pudieron abollarlo;
poniéndose máscaras
lo golpearon
y lo golpearon,
lo mordisquearon y lo astillaron.
De las hojas verdes brillantes y oscuras
un polvo aceitoso
les cayó en la piel,
se llenaron de ampollas,
picaba mucho;
se rascaron
y enrojecieron de sangre.
Se colocaron
equipo protector
con oxígeno,
intentaron con
sierras eléctricas
y materiales pesados.
Trabajando en turnos de 24 horas,
finalmente, lo derrumbaron.
Otras personas
habían estado viendo
desde sus casas,
esperando su turno.
Se creían más
inteligentes,
con capacidades intelectuales
más elevadas,
sabían cómo
deshacerse del árbol.
Era una planta que crecía,
un árbol de madera
que crecía en la tierra.
Lo incineraron,
quemaron las raíces
con productos químicos,
ácidos vaporizadores,
y lasers robóticos;
hicieron detonaciones
en el suelo,
arrojaron bombas
desde el aire,
dispararon
misiles inteligentes;
y bombardearon
con radiación.
Hicieron
una tormenta de fuego;
cubrieron el suelo
de concreto
y acero.
Presionaron
sus mejillas
contra las flores,
terciopelo negro
cubierto con aceite de transmisión.
Lamieron
el jugo dulce
que se filtraba
de los pétalos.
El polen
era polvo de carbón
y gas de petróleo.
Enterrando sus narices,
aspiraron
en inhalaciones profundas,
tragándose
el olor,
una gran felicidad.
Descubrieron la fruta
escondida entre las hojas,
mangos muy maduros
con piel de berenjena pegajosa,
colgando como testículos;
y dentro de la fruta
había carne podrida,
como hígado.
La gente especial
se llenó la cara
con la baba apestosa,
y realmente les gustó;
inhalando con sus labios,
y dientes,
y lenguas.
Lamieron y bebieron
el jugo rojo espeso.
Las semillas,
como un cabujón de rubíes,
parecían particularmente potentes,
y las masticaron
con mucho placer.
La fruta contenía
las cinco sabidurías.
Los hombres y las mujeres
se volvieron luminosos,
sus pieles eran doradas
y sus cuerpos,
casi transparentes,
estaban cubiertos
con luces de arcoíris
resplandecientes.