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FUENTE 1: No imprta q este scrito asi

El desaliñado texto de los mensajes de móvil no es más que un uso lúdico y rebelde

“Vincular cualquier empeoramiento de la competencia


El lenguaje de internet se lingüística a la escritura de mensajes de texto es un error”,
caracteriza por la simplicidad y lasostiene Josie Bernicot, investigadora de la Universidad de
inmediatez, aunque este último
rasgo produce que en ocasiones Poitiers y coordinadora del estudio de tres universidades
caigamos en errores tipográficos u francesas. Es más, ella señala que, según las observaciones de su
ortográficos. equipo, los alumnos con mayor nivel ortográfico fueron “los que
Las instituciones que velan por el
buen uso del español señalan que
más faltas creativas de escritura cometieron”, entendiendo
en internet es necesario escribir ycomo tales las que requieren de una cierta inventiva o capacidad
hablar con corrección o buen estilode abstracción y de manipulación del lenguaje. “Hace falta tener
para facilitar la comunicación. La una buena capacidad cognitiva”, dice, para dominar
espontaneidad y la rapidez no son
incompatibles con el respeto a las determinados usos creativos de la escritura móvil“.
normas. [...]
Este texto es un artículo de opinión,
En la misma línea que los investigadores franceses opina José
género periodístico que presenta
Antonio Millán, lingüista experto en comunicación digital y autor
una postura sobre un hecho o tema
de interés y actualidad. de Manual de urbanidad y buenas maneras en la red, donde
reflexiona sobre el lenguaje online. “Observo el fenómeno sin
gran preocupación”, apunta. “Es absurdo pensar que los alumnos
que usan abreviaturas o juegos hagan lo mismo con otro tipo de textos. Los hablantes saben
diferenciar los distintos registros”. Millán relativiza las normas del lenguaje en todo tipo de
situaciones. “Lo importante es el contexto. En situaciones de juego, amistad, afectividad, esas
variantes son válidas porque utilizan recursos expresivos y afectivos”. […] “Los chicos tienen una
idea muy precisa del contexto: ninguno de aquellos con los que he hablado soñarían en escribir
como SMS en un examen, saben que les bajaría la nota”, explica Millán, que añade que estas
variantes del lenguaje son también un “signo de vitalidad” de la lengua escrita. […] “Para los
adolescentes es una forma natural de comunicarse, y no debemos estigmatizar esa práctica”,
asegura. […] “Lo que tiene que hacer el sistema educativo es reforzar el aprendizaje de en qué
contextos se debe usar un tipo de lenguaje u otro”, añade Millán.
Leonardo Gómez Torrego, investigador del CSIC y miembro del consejo asesor de Fundéu, diferencia
dos grupos de variantes del lenguaje en la escritura de mensajes de texto. Por un lado, sitúa a las
abreviaturas, que se han hecho siempre (al tomar apuntes de clase, por ejemplo), junto con la
fórmula de eliminar partículas, así como vocales, para ahorrar caracteres (mñn por mañana), y el
uso de elementos lúdicos, como números (salu2). En ese grupo no ve problemas. Pero en el otro
lado coloca las faltas de ortografía. “Cuando se confunden las letras, se escribe con ye lo que debe
ir con elle, o con be en lugar de uve, se eliminan las tildes, las haches…”, resume. “En ese caso no
estoy de acuerdo con que no ocurra nada, esa idea de que todo vale... pues no”. Gómez Torrego,
que ha sido también profesor de Lengua en secundaria y en la universidad, cree que los mensajes
que escriben los adolescentes sí tienen repercusiones en su aprendizaje. “El problema es para los
que tienen la ortografía vacilante, esto es, sin asentar, porque están aprendiendo, como los
adolescentes de 12 o 13 años, que el 80 % de lo que leen es ese tipo de textos”, señala. “La memoria
visual es muy fuerte en el aprendizaje de la ortografía, si todo el rato están leyendo textos mal
escritos están interiorizando fórmulas que les va a costar no asumir”, indica. “Tengo mis dudas de
que no les afecte todo este desaliño que hay en el mundo de los móviles, es nocivo sobre todo para
el que recibe el mensaje”. […]
El castellano, además, evoluciona con el uso de los mensajes y la escritura en redes sociales. Lo
constataron en la Fundéu en un estudio que dirigió el periodista especializado en medios digitales
Mario Tascón, titulado Escribir en Internet: guía para los nuevos medios y las redes sociales. “Por
ejemplo, con la tendencia cada vez mayor a escribir de forma sintética. Se vuelve a la oración de
sujeto, verbo y predicado, que se estaba perdiendo, porque los usuarios eliminan las subordinadas
para ahorrar espacio”, relata Tascón. Otros fenómenos: “Se ha producido un resurgir de las
onomatopeyas, de las mayúsculas, de los signos de exclamación…”. Y las palabras se incorporan
antes a la lengua (“como tuitear, que la RAE aceptó muy rápido porque enseguida vio consenso”,
apunta el periodista) […]. Al mismo tiempo, suceden otras cosas a las que no prestamos atención.
“Toda la escritura por ordenador o por dispositivos está acabando con la caligrafía”, resalta Tascón.
“Antes era importante para el mundo laboral, ahora ha dejado de ser una disciplina vital”.

García de Blas, E., y Peces, J. (19 de marzo de 2014). No imprta q este scrito asi. El País. Recuperado de
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/03/19/actualidad/1395260730_025818.html
FUENTE 2: ¿Cuanto más teclean, peor escriben?
Este es el ‘efecto WhatsApp’ en el lenguaje de
los adolescentes
Algunos profesores opinan que la inmediatez de las redes
sociales genera problemas de ortografía, gramática y
coherencia textual
En WhatsApp, no imprta q se scriba asi. Es un universo sin tildes, comas, ni puntos finales, donde se
quitan las vocales para hacer abreviaciones y se sustituyen las palabras y frases por
los emojis, stickers y gifs. Lo importante es no quedar en visto. Puede parecer una afrenta al castellano,
pero a Alberto Miralles Marín, de 17 años, le parece raro quien escribe demasiado correcto en las redes
sociales. Y con él está el 90% de los jóvenes, que admiten cambiar intencionalmente su escritura en
internet.

La influencia de la mensajería móvil en la lengua ha estado en la mira de los expertos desde el nacimiento
del SMS. Diferentes estudios apuntan a que el lenguaje de WhatsApp y de otras redes sociales no
empeora la capacidad de escritura en la vida offline, sino todo lo contrario, pero en las aulas se nota que
algo ha cambiado. Y no para mejor.

Elisa Fornés García, que fue profesora de Lengua y Literatura de secundaria, bachillerato y formación
profesional durante 34 años, ha notado una “degradación” en la forma de expresarse de los alumnos en
la última década. Jubilada en 2021, la maestra se quedó con la sensación de que escribían “textos como
telegramas”, en los cuales faltaba la capacidad de enlazar ideas y construir argumentos con un hilo
conductor: “Intentan ahorrar en las estructuras y escriben frases inconexas, con falta de conectores”.
Aunque una parte de los alumnos sepa diferenciar lo que es el lenguaje de internet del lenguaje de los
exámenes, la media suele dudar de las reglas ortográficas, léxicas y gramaticales cuando tienen el
bolígrafo en la mano. Se equivocan aún más cuando tienen que escribir un texto largo, tal y como se ha
notado en los exámenes de selectividad. “Los profesores de las universidades se quejan mucho porque
tienen un alumnado que no sabe escribir correctamente”, sostiene García.

También profesora de Lengua y Literatura, Marta Gutiérrez coincide en que sus alumnos de bachillerato
se expresan con menos vocabulario y tienen dificultades para traducir ideas en palabras, además de
tropiezos ortográficos. Maestra desde 2007, Gutiérrez ha notado un cambio más acusado en los últimos
dos o tres años, lo que indica que la pandemia puede ser otro factor. “El hecho de que hayan estado
confinados y sin clase presencial durante unos meses les ha afectado muchísimo. Es como si hubieran
perdido años de escolarización”, opina. Y el uso del ordenador y el móvil para estudiar en tiempos de
confinamiento les ha alejado del lápiz y papel. La profesora ha notado que, desde entonces, muchos
presentan dificultades en la caligrafía y hasta en la forma de coger el bolígrafo: “Sus cabezas van más
deprisa que las manos”.

La disminución de las habilidades lingüísticas por el uso masivo de las redes sociales fue constatada
en algunos estudios. En 2018, el profesor titular de Didáctica de la Lengua y Literatura de la Universidad
de Málaga Raúl Cremades realizó una encuesta con 652 docentes de centros públicos y futuros maestros
sobre cómo percibían la influencia de la mensajería instantánea en la escritura de sus estudiantes. Los
resultados mostraron un efecto negativo en el desarrollo de la competencia comunicativa, al menos en
opinión de los maestros.
Cuatro años más tarde, Cremades es categórico al afirmar que las redes sociales están dando lugar a un
empobrecimiento del desempeño lingüístico. “Se escribe más que nunca, se lee más que nunca, pero el
tipo de escritura y lectura de internet no contribuyen a formarlos”, asegura el catedrático. La causa está
en un llamado “efecto contagio”: cuando el uso del lenguaje coloquial es tan frecuente que se confunde
con el lenguaje formal. Y las redes sociales han disparado el hecho de que todos utilicen una
comunicación rápida y fragmentada en un contexto en el que es más habitual ver las normas alteradas.

Más allá de los errores de ortografía, el ritmo acelerado del mundo digital influye en que las personas
tengan cada vez más prisa a la hora de leer y escribir. Ana Pano Alamán, profesora de Español en la
Universidad de Bolonia (Italia), sostiene que las confusiones ortográficas no son un problema particular
de los adolescentes, ni lo más grave: “Todos podemos confundir la b, v o la hache”. Lo preocupante del
uso de la escritura digital, según la especialista en redes sociales y educación lingüística, es que lleva a
elaborar textos muy breves, inmediatos y dialogados, y se usan pocas palabras para decir mucho. “Hay
una dificultad en redactar ensayos extensos que utilicen marcadores como pero, sin embargo, además,
por otra parte. Estos elementos están desapareciendo”, subraya Alamán.

Las equivocaciones y faltas de coherencia afectan principalmente a los adolescentes de la generación Z y


los futuros de la Alfa, porque son los que más tiempo pasan con el móvil y los que menos experiencia han
tenido con géneros formales de escritura. Por otro lado, Alamán sostiene que estas generaciones han
desarrollado unas habilidades comunicativas a través de las redes sociales que los más viejos no suelen
tener. “Hay chavales de 13 años que son capaces de hacer un meme muy creativo en cinco segundos.
Manipulan la imagen y un texto para formular un nuevo mensaje. Un meme ya es un género”, dice la
experta. “Eso enriquece la comunicación”.

Con respecto a las faltas de ortografía, el déficit de conectores y la dificultad para crear textos con un
principio, un desarrollo y un final, ambos expertos consideran que este mal se solventaría con hábitos
de lectura de textos formales y con una formación que contemple los diferentes géneros. “La receta es
formar a los estudiantes en el aula en el registro formal e informal”, asegura la docente de la Universidad
de Bolonia. Según Cremades, otra clave es que el profesorado esté preparado para adaptar sus métodos
y no rendirse frente a las nuevas demandas y dificultades de los alumnos. “Cuando una persona está
muy bien formada, siempre puede volver a las raíces normativas porque las conoce”, concluye Alamán.

Diego Sanz, de 18 años, admite que el “modo automático” le lleva a cometer faltas. “En el papel no tanto,
pero si estás en el ordenador pones una q en lugar de que. Al final, si quieres escribir algo rápido, lo
abrevias y ya está”. Para mejorar sus destrezas, este estudiante de audiovisuales cree que debería “coger
un folio y un boli” y “ponerse a escribir en serio, sin abreviaturas” al menos algunos días de la semana.
Hasta que lo haga, en las redes sociales sigue utilizando un lenguaje más cercano a sus amigos,
donde “lo imprtante es q se entienda”.

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