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“LA CONDUCTA SUICIDA EN ADOLESCENTES”

El fenómeno del suicidio ha llamado la atención en la actualidad, ya que este


presenta un incremento en los adolescentes por lo que se ha convertido en un
problema de salud pública. En la adolescencia, es un asunto que recién empieza a
ser estudiado y comprendido desde diferentes países del mundo enfocándose en
los cambios sociales, culturales, económicos y tecnológicos recientes. Aunque
comparte algunos factores comunes con el suicidio de adultos, se trata de un
fenómeno relativamente nuevo.
Es importante conocer algunas definiciones de suicidio para poder desarrollar el
presente trabajo. Desde las antiguas civilizaciones ha existido y se consideraba
como producto de un estado de ánimo melancólico, como el acto que pone fin a
una situación dolorosa. Se consideraba que cuando una persona presentaba un
estado de ánimo melancólico llamado “bilis negra”, se refiere a la descripción de
una tristeza profunda, permanente y sosegada, que puede ser producida por
causas físicas o morales, y a quien la padece no encuentra, gusto ni diversión en
nada de lo que realiza.
Etimológicamente, el suicidio es una palabra derivada de “homicidio”, es el acto de
matarse voluntariamente.
En ocasiones las personas adultas desconocen que niñas, niños y adolescentes
pueden desarrollar pensamientos suicidas, no obstante, en la actualidad se ha
demostrado lo contrario. En México, se ha observado que el suicidio consumado
en adolescentes de 10 a 19 años de edad ha aumentado, según los registros de
INEGI.
También el INEGI reporta que del año 2000 al 2009 el incremento representa
hasta un 275% en los adolescentes. En el caso de las mujeres, se puede observar
cierta tendencia a idear, planear e intentar el suicidio empleando métodos como el
ahorcamiento y el envenenamiento; mientras que los hombres recurren al
ahorcamiento y al uso de armas de fuego para lograr el suicidio. Sin embrago, las
mujeres tienen mayor probabilidad de intentar el suicidio que los hombres.
Por lo anterior, es relevante entender que el suicidio es una problemática que
debe visibilizarse con el objetivo de ser prevenida.
Es sabido que la adolescencia es un período del desarrollo del ciclo vital con
mucho estrés y grandes cambios psicosociales, tales como: cambios en el cuerpo,
en las ideas y en los sentimientos. Un estrés intenso, confusión, miedo e
incertidumbre, factores económicos y la presión por el éxito influye en las
capacidades del adolescente para resolver problemas y tomar decisiones.
En algunos adolescentes, los cambios normales del desarrollo, acompañados por
otros eventos en la familia como el divorcio o la mudanza a una nueva comunidad,
cambios de amistades, dificultades en la escuela u otras pérdidas, pueden causar
gran perturbación y resultar abrumadores. Para algunos, el suicidio aparece como
una solución a los problemas que se le presentan en la corta vida que han tenido,
lo que se denomina una “visión de túnel” o “desesperanza”.
CONDUCTAS Y FACTORES DE RIESGO SUICIDA
Se tienen identificados muchos factores de riesgo suicida en los adolescentes. El
clima social familiar desempeña una función privilegiada al ejercer las influencias
más tempranas, directas y duraderas en la formación de la personalidad de los
individuos.
Aunque diagnosticar una depresión no es sencillo, en ocasiones las personas
adultas hemos normalizado el estrés, las fobias, la ansiedad, el distanciamiento
social, el sentirse triste o irritable y eso nos da la pauta para decir "no pasa nada”.
Sin embargo, esto puede ocultar un problema mayor como la depresión y el
suicidio.
Por ello es necesario que sea diagnosticada por una persona profesional de la
salud mental y tratarla a tiempo a fin de evitar que se desencadenen
enfermedades mentales severas, pensamientos suicidas o la consumación de
dichos pensamientos.
Ante esta situación, madres, padres y docentes debemos identificar los factores de
riesgo asociados, así como saber dónde localizar a especialistas ante la
posibilidad de un suicidio infantil o adolescente. Detectar los factores de riesgo a
tiempo es importante para tomar decisiones con respecto al abordaje terapéutico a
seguir.
Entre los principales factores de riesgo, se pueden clasificaren tres grupos:
individuales, familiares y sociales.

 Individuales

Algunos de los factores individuales: tentativas de suicido anteriores, los


especialistas han observado que un porcentaje de adolescentes que realizaron un
intento de suicidio ya lo habían intentado con anterioridad. Se considera también
que el riesgo es mayor entre más joven sea el suicida.
Otro factor es la patología psiquiátrica: Los estados depresivos, los trastornos de
ansiedad, el abuso de alcohol y de otras drogas, los trastornos de la personalidad
y los trastornos psicóticos, son todos ellos estados psicopatológicos que
comportan un riesgo de conductas suicidas. Sin embargo, los más relevantes son
las depresiones, cuya existencia eleva el riesgo suicida con respecto a la
población general.

Por último, se encuentran los factores biológicos. En este contexto, los


desequilibrios en diversos sistemas de neurotransmisores ocupan un lugar
destacado. En este contexto, los desequilibrios en diversos sistemas de
neurotransmisores ocupan un lugar destacado.

 Familiares

El medio familiar cuando presenta conflictos que afectan la estabilidad emocional


de sus integrantes se considera un factor de riesgo relevante para el intento
suicida. La familia puede volverse nociva cuando no cumple con su papel, cuando
las relaciones entre los individuos que la componen son inadecuadas. La ausencia
de calidez familiar, falta de comunicación con los padres y discordia familiar
genera que existan oportunidades limitadas para el aprendizaje de resolución de
problemas.
Otro de los factores es la presencia de antecedentes de tentativas de suicidio o de
suicidio en los padres multiplicando así la tentativa en sus hijos adolescentes.
El maltrato y abuso sexual durante la infancia también se encuentra relacionado
con el suicidio en la adolescencia. Además, las conductas violentas en el seno
familiar, tanto si el adolescente es testigo de ellos como si es víctima, también
presentan una correlación positiva con los comportamientos suicidas.

 Sociales

El bajo estatus socioeconómico, el poco nivel educativo y el desempleo en la


familia son considerados factores de riesgo para el suicidio en los jóvenes, ya que
limitan su participación social.
El inconformismo de género y las cuestiones de identidad relativas a orientación
sexual, constituyen también factores de riesgo para los comportamientos suicidas,
sobre todo en una cultura homofóbica.
Los problemas en la escuela también son considerados como un factor de riesgo
para el suicidio en los adolescentes.

Conclusiones
Las conductas suicidas en los adolescentes están en boga, representando
situaciones de gravedad que requieren la toma de medidas preventivas.
Desde mi punto de vista considero que resulta de gran importancia los padres de
familia y el personal que trabaja con niños y adolescentes cuente con información
suficiente para lograr identificar, reconocer y poder intervenir de manera oportuna
en aquellos trastornos mentales y de abuso de sustancias ilegales para lograr
prevenir el suicidio y el comportamiento suicida.

Así como aprovechar las escuelas para personal capacitado en la salud, acuda e
implementen programas de prevención del suicidio orientados a la identificación y
el tratamiento de la enfermedad mental, el control de los efectos del estrés y de los
comportamientos agresivos.
En la actualidad, en México el suicidio es reconocido como un problema de la
salud pública, trágico y potencialmente prevenible, por esto es importante que el
gobierno se preocupe por organizar campañas encaminadas a concientizar a la
sociedad mediante conferencias, o videos preventivos, así como proporcionar
líneas de apoyo para aquellas personas que se estén enfrentando a este
fenómeno.

Bibliografía

Moya, Josep. “La conducta suicida en adolescentes sus implicaciones en el


ámbito de la justicia juvenil”

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