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Trabajo Social Procesos Maltrato Infantil Laura Maria Mey Perez de Lara
Trabajo Social Procesos Maltrato Infantil Laura Maria Mey Perez de Lara
PROCESOS DE MALTRATO
INFANTIL
Fecha de Presentación: Junio de 2014
7. Anexos…………………………………………………………………………….Pág.58
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Resumen
No son pocos los casos que se encuentran en nuestra sociedad de menores víctimas de
maltrato infantil, por lo que es preciso que los profesionales que trabajan en el ámbito
educativo posean competencias y conocimientos que los capaciten para dar respuesta a
esta grave problemática, tanto en la detección precoz como a la hora de notificar e
intervenir, para lo que se considera necesario conocer los protocolos de actuación vigentes
actualmente.
Para ello, tras la exposición del marco teórico del maltrato infantil, se realizará una
investigación sobre cuáles son los conocimientos que poseen los docentes de Educación
Infantil y Primaria que trabajan en un colegio concertado de Cádiz, a la hora de abordar
un caso de maltrato infantil entre sus alumnos, ya que se aprecia que es el colectivo de
profesionales que más tiempo dedica a estar con los menores. Finalmente, se presenta los
resultados obtenidos así como una propuesta de mejora para ello.
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1. Introducción
Con cierta frecuencia, podemos encontrarnos con menores sin sus necesidades
básicas cubiertas en función de su edad y con sus derechos vulnerados, haciendo con esto
que se encuentren en un contexto de riesgo y/o exclusión, provocado por las personas y/o
instituciones encargadas de velar por su bienestar y cuidado, quedando en situación de
desprotección, provocando dificultades para su adecuado desarrollo en función de la edad
que le corresponde. Es aquí donde el trabajador social tiene una función muy importante,
ya que, según la definición de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales
(FITS, 2000), el Trabajo Social tiene como objetivo promover el cambio social, la
resolución de problemas en las relaciones humanas, y el fortalecimiento y la liberación
del pueblo, para incrementar el bienestar, siendo los principios de los Derechos Humanos
y la Justicia Social fundamentales para el Trabajo Social. Es por ello por lo que se
establece como un pilar fundamental para conseguir ese cambio, para resolver esos
problemas que impiden el adecuado desarrollo de los menores, luchando por sus derechos
a fin de aumentar el bienestar de éstos.
Como se verá a lo largo del presente trabajo, son los docentes en el caso de la
infancia y adolescencia, un pilar clave para detectar de forma precoz una posible situación
de riesgo y/o maltrato, ya que la escuela y/o el instituto es el lugar que más frecuentan los
menores, convirtiéndose el centro educativo en el contexto idóneo que nos lleva a detectar
posibles situaciones de desprotección que estén sufriendo, sabiendo observar y
conociendo cuáles son las conductas y comportamientos que sí se adaptan a los patrones
normalizados de desarrollo y cuáles no.
Bringiotti (2000), dice que la escuela, por el rol fundamental que desempeña en la
vida infantil, es el lugar privilegiado para promover la defensa y la vigilancia de los
derechos de la infancia, como también para detectar su posible vulneración.
Para ello, se considera fundamental desde el Trabajo Social dotar a los docentes
de los conocimientos y destrezas necesarias para poder detectar, notificar y actuar en
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posibles situaciones de riesgo y/o maltrato, a fin de lograr que no aumenten su gravedad
y haciendo que el infante o adolescente sufra las menos repercusiones posibles. Con esto
se pretende conseguir que los menores se desarrollen en contextos adecuados, con
personas que garanticen su bienestar y cobertura de sus necesidades básicas.
1.1.Justificación
Es cada vez mayor el papel que tiene el centro escolar a la hora de detectar una
posible situación de maltrato infantil. El contacto cotidiano que tienen los docentes con
los alumnos, la posibilidad de observar a los niños y niñas, conocer sus actitudes,
comportamientos, hábitos, reacciones ante situaciones conflictivas, permite que lleguen
a conocerlos muy bien, y ocupen un lugar privilegiado como detectores de situaciones de
riesgo y/o maltrato infantil (Farcas y Roth, 2011; Ceballos y cols, 2007; Pérez de Albéniz
y cols., 2011). Es bastante frecuente que este tipo de maltrato, ya sea a través de conductas
activas, como puede ser el maltrato físico o psicológico, como conductas pasivas, como
es la negligencia o abandono de las necesidades del menor, se encuentre oculto, no siendo
fácil de detectar en muchas ocasiones. Tiene aquí el docente una labor muy importante
de detección y notificación de situaciones que pueden estar poniendo al menor en una
situación de riesgo. Es por esto que se considera necesaria la realización de un estudio
que nos ayude a conocer los conocimientos y competencias con el que cuenta el
profesorado escolar a la hora de detectar, notificar y/o intervenir ante una posible
situación de maltrato infantil entre sus alumnos, contribuyendo esto a la labor que se
realiza desde el Trabajo Social a la hora de evitar y/o acabar con muchas situaciones
complicadas y conflictivas que pueden estar ocurriendo en muchos núcleos familiares,
siendo el menor el principal perjudicado, a la vez que el más vulnerable.
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1.2.Objetivos
El objetivo general que se quiere alcanzar con este trabajo de fin de grado es
identificar cuáles son los principales conocimientos, creencias, carencias, y dificultades
con las que se encuentran los docentes a la hora de detectar, notificar o intervenir ante un
caso de maltrato entre sus alumnos, consiguiendo con estos resultados una mayor eficacia
y concreción en la labor del trabajador social a la hora de indagar, analizar e intervenir
ante casos de esta índole.
Entre los objetivos específicos que se pretenden con este estudio se encuentran:
1. Detectar los conocimientos previos con los que cuentan los docentes de infantil y
primaria del Colegio Salesianos “San Ignacio” de Cádiz a la hora de enfrentarse
a un caso de riesgo y/o maltrato infantil.
3. Ofrecer instrumentos y herramientas que sean útiles para los docentes a la hora de
hacer frente a un caso de maltrato infantil.
5. Adecuar las actuaciones del Trabajo Social para que respondan a las necesidades
concretas de las que carece el profesorado escolar del centro anteriormente citado.
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2. Marco teórico
2.1.Maltrato infantil
El maltrato infantil puede ser considerado como una problemática muy reciente,
ya que empezó a ser considerada para los profesionales como objeto de estudio en 1961,
cuando Kempe describió «el síndrome del niño apaleado», es decir, cuando hizo la
descripción de las consecuencias del maltrato físico desde la visión pediátrica. Autores
como Verhellen (1994) consideró que con este trabajo fueron descubiertos los malos
tratos infantiles. Pero esto no significa que anteriormente a que fuese considerado como
objeto de estudio, no hubiera casos de malos tratos en niños y niñas. De hecho, en New
York en 1866, se descubrió el caso de Mary Ellen Wilson, la cual, a sus nueve años, sufría
maltrato y abusos. Fue curioso como la ley, que aún no protegía a la infancia, pero sí lo
hacía con los animales, actuó considerando a la niña perteneciente al Reino Animal,
siendo protegida por la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los
Animales. Esta situación se convirtió en el primer reconocimiento del maltrato infantil en
EEUU, creándose posteriormente la Sociedad para la Prevención de la Crueldad hacia los
niños (SPCC) de New York.
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la posibilidad de repetición de la conducta, la edad y la vulnerabilidad del menor. Por
ejemplo, no es lo mismo castigar a un bebé de 6 meses solo en su cuarto, que hacérselo a
un adolescente de 15. Incluso es hasta posible que se admita el castigo físico dentro de
unos límites “tolerables”, como la edad del menor, por ejemplo, y de forma puntual.
(Baumrind, 1994).
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bienestar o amenacen o interfieren en su desarrollo físico, psíquico y social, siendo el
maltratante cualquier persona, institución o la propia sociedad».
b) Maltrato psíquico o emocional: Provocado por las personas adultas del grupo
familiar cuando manifiestan de forma reiterada hostilidad verbal hacia el menor
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o la menor, a través de insultos, desprecio, crítica o amenaza de abandono, y
un constante bloqueo de las iniciativas infantiles de interacción (desde la
evitación hasta el encierro).
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por personas adultas e interfieren de manera clara en sus actividades y necesidades
sociales y/o escolares.
Maltrato prenatal: Falta de cuidado del propio cuerpo, por acción u omisión, o
el consumo de drogas o sustancias psicotrópicas por parte de la mujer durante el
proceso de gestación que perjudican al feto. También lo puede inducir de forma
indirecta el maltratador de la mujer en un proceso de gestación.
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Es difícil encontrar un tipo de maltrato aislado, siendo habitual que cuando se da
un maltrato físico aparezca un maltrato emocional detrás. Esto queda confirmado por el
estudio realizado por Cerezo, Mas y Simó (1998) sobre solapamientos de maltrato, cuyos
resultados afirmaban que:
Dos tercios de quienes han sufrido abandono físico también habían padecido
abandono emocional.
El 86,6% de los que padecieron abuso sexual también padecieron maltrato
emocional.
El 82,7% de los que padecieron maltrato emocional, padecieron además maltrato
físico.
Así mismo, el daño, las consecuencias y las repercusiones tanto físicas como
psicológicas, a corto, medio y largo plazo que se desencadenan tras un episodio de
maltrato en un niño o niña, se producen con total independencia de quién lo haya
provocado. Además, según un Estudio realizado por la Adverse Childhood Experiences
Study (ACE) entre 1995 y 1997, en el cual se quería revelar las consecuencias a largo
plazo del maltrato infantil, se deja ver que estas consecuencias pueden influenciar
significativamente en aspectos conflictivos de ese menor cuando vaya convirtiéndose en
adulto. Por ejemplo, el estudio dejó muestra de que las personas que han sido maltratadas
durante su infancia tienden, entre otras cosas, a:
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Tener baja autoestima, depresión e intentos de suicidio.
Aumentar la probabilidad de prácticas sexuales de riesgo y adquisición de
enfermedades de transmisión sexual.
Falta de Actividad y obesidad.
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2.1.2.1.Indicadores de Riesgo
Del mismo modo, también hay una serie de indicadores de riesgo aportados por
el Manual de Referencia de los Equipos de Tratamiento Familiar realizado por la
Dirección General de Infancia y Familias de la Junta de Andalucía (2007), que facilitan
la posibilidad de detección de un posible caso de maltrato. Pueden ser de riesgo o de alto
riesgo, dependiendo del tipo de comportamiento que se esté llevando a cabo por parte de
los progenitores.
Por otro lado, los comportamientos considerados como indicadores de alto riesgo
son los que abarcan el maltrato prenatal, físico, emocional, abuso sexual, prostitución
infantil, explotación tanto sexual como laboral, negligencia y/o abandono de las
necesidades del menor, corrupción, etc., que hacen poner al menor en una situación de
peligro extremo.
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- Aspecto descuidado en la higiene y en el vestido.
- Vivienda precaria / hacinamiento
- Ingresos económicos muy escasos e inestables.
- Consumo habitual de alcohol / drogas.
- Relaciones conyugales conflictivas.
- Existencia de sintomatología de trastorno mental.
- Ausencia de apoyos funcionales (familiares, amigos, vecinos, etc.)
- Dificultades de acceso a los recursos (educativos, sanitarios, etc.)
- Manifestación de problemas de relación con el menor (es hiperactivo,
introvertido, provocador, etc.)
- Manifestación de problemas de control sobre el niño (hace lo que quiere, es malo,
desobediente, etc.)
- Ausencia de supervisión sobre las actividades del niño (desconocimiento de lo
que hace, a dónde va, si acude a la clase, de quienes son su grupo de iguales, etc.)
- Utilización del menor como apoyo habitual al trabajo y a las tareas domésticas
(cuidado de hermanos, etc.)
- Manifiestan dificultades del niño para relacionarse con su grupo de iguales; se
quejan de características marginales de sus amigos.
- Los padres dificultan o impiden a los profesionales contacto con el menor
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Entre los aspectos de relevancia por su riesgo en el maltrato, en aquello que
respecta a la historia familiar, se encuentra, entre otros:
En relación a los aspectos propios de los progenitores, pueden ser factores de riesgo:
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- Hacinamiento y/o viviendas con déficits o sin condiciones adecuadas.
- Falta de red apoyo social.
La estructura y dinámica familiar también posee una serie de aspectos que pueden
dar lugar a indicios de posibles situaciones de riesgo o maltrato. Entre ellas se pueden
encontrar:
Por último, el entorno en el que viven los maltratadores y los menores también
puede presentar factores de riesgo, a la hora de desarrollarse una conducta de maltrato.
Entre estos elementos se pueden ver:
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- Entorno social rodeado de situaciones conflictivas y problemáticas no deseables
para niños y adolescentes.
- Entorno que rodea caracterizado por un alto índice de violencia, delincuencia o
victimización.
En 1995, fue realizado por Jiménez, Oliva y Saldaña (1995) uno de los estudios
en Andalucía sobre maltrato infantil con más relevancia, dónde se estimó una prevalencia
de 15 casos por cada mil menores de edad.
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que se encontraban los menores maltratados, podría deducirse que, en 2011, un total
aproximado de 24.700 menores habrían podido ser objeto de una situación de maltrato.
Hay que reseñar los progresos que se han ido dando a lo largo de los años en base a la
protección social de los menores, así como los programas y políticas centradas en la
infancia desde los distintos órganos con competencias al respecto, como son los Servicios
Sociales y las instituciones educativas y sanitarias. Además, cada vez son más los
profesionales que se forman y profesionalizan para saber hacer frente a situaciones de
maltrato infantil. Por todo ello, es posible pensar que la tasa real de menores que han
sufrido episodios de maltrato infantil es muy inferior a la establecida, en función de la
continuación de las condiciones.
Como se ha dicho anteriormente, el centro escolar, debido a las horas que los niños
y adolescentes pasan allí, así como el trato cercano y cotidiano que los docentes
desarrollan con los alumnos, se coloca en una posición privilegiada a la hora de poder
detectar una posible situación de maltrato, siendo en muchas ocasiones la primera persona
y/o institución que puede darse cuenta de que el menor se encuentra en una posible
situación de desprotección. No obstante, es muy importante que los profesores posean las
destrezas y habilidades necesarias para conseguir ese fin.
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con los Servicios Sociales Comunitarios en caso de la existencia de alguna dificultad en
el contexto socio-familiar de algún alumno del centro.
2.2.1. Protocolos existentes sobre la detección del maltrato y/o abusos sexuales en
el centro escolar.
Es importante saber actuar ante una situación de riesgo y/o maltrato infantil desde
el centro escolar, ya que una buena actuación puede conseguir que se evite el
agravamiento de situaciones de esta índole, así como la aparición y/o continuación de este
tipo de comportamientos. Por otro lado, actuar de forma errónea puede hacer que las
circunstancias a las que se tenga que enfrentar el menor tras ese error empeoren la
situación en la que éste se encuentra. Para evitar esto, se han establecido protocolos de
actuación que faciliten a los profesionales, y en este caso, a los docentes, las técnicas y
conocimientos de intervención adecuados para no cometer errores que puedan agravar la
situación y el bienestar del menor. Son centenares los protocolos que se pueden encontrar.
A continuación se realizará un recorrido de los principales protocolos, desde los más
generales a los más específicos.
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La idea de este protocolo interinstitucional parte de la base de evitar que fuese
utilizado de forma independiente. Más bien se trataría de usarlo como complemento a los
protocolos determinados que se diesen en cada ámbito profesional concreto por separado,
a la hora de detectar, notificar e intervenir en una situación de maltrato infantil. Así, por
ejemplo, si en un caso de maltrato infantil actuase la institución educativa desde el centro
escolar y la institución sanitaria desde el centro de salud, ambos con protocolos
diferenciados propios de su ámbito, la intención es que se aplicase el instrumento del
Observatorio de la Infancia como complemento a aquellos propios de su ámbito de
actuación.
1. Detección
2. Notificación
3. Evaluación
4. Intervención y tratamiento
5. Seguimiento
Este instrumento puede ser muy útil para saber hacer una correcta distinción entre
los distintos tipos de maltrato en función de su gravedad, para así facilitar qué circuito
institucional hay que seguir para la correcta atención e intervención social, en función de
la clasificación y las consecuencias del maltrato que esté sufriendo el menor.
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Esta creación hizo que se viera como necesaria la creación de un circuito de
derivación a estos programas de abusos, con carácter homogéneo para todas provincias
de Andalucía, con el fin de hacer un buen uso y optimización de los recursos
especializados disponibles, buscando siempre el bienestar y cumplimiento de los
derechos de los niños y niñas de Andalucía. Además, con el objetivo de evitar la
revictimización a la que en muchos casos se tienen que enfrentar los menores en esta
situación por parte de las distintas instituciones que intervienen en los casos de maltrato
infantil, se hace necesario la creación de un circuito de actuación que posibilite el trabajo
en red entre los distintos profesionales. Del mismo modo es imprescindible una
agilización en el proceso de intervención y una mayor protección de los niños y niñas
víctimas de abusos sexuales, velando siempre por su bienestar y cumplimiento de sus
derechos.
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y necesarios para una correcta actuación ante una situación de maltrato infantil desde un
centro escolar.
Como segundo paso, este protocolo incorpora como novedad a los servicios
médicos, al que deberá acudir, según este instrumento, el menor acompañado de algún
miembro del equipo directivo, cuando se tenga sospecha de la posible existencia de
lesiones, a fin de que éste sea sometido a una valoración clínica, poniéndolo en
conocimiento de la familia posteriormente. Se considera imprescindible la solicitud de
informe o parte de lesiones para que se adjunte al informe que se realice.
Tras esto, como tercer paso, se realiza desde el equipo de orientación educativa o
departamento de orientación, a petición de la dirección del centro, la evaluación inicial
del menor con ayuda de la información que pueda ser aportada por el tutor.
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2.3.El papel del trabajador social en las situaciones de riesgo/ maltrato infantil en el
ámbito educativo.
Según Espinosa, Mateo y De Felipe (1990), son varias las funciones que un
trabajador Social debe desempeñar en un centro educativo. En concreto, entre todas
ellas, las que deben cumplir de forma exhaustiva para garantizar que una situación de
maltrato infantil se resuelva de forma adecuada, se encuentran:
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En los últimos años, se ha ido haciendo presente el papel del trabajador social en
el sistema educativo formal, gracias a los Equipo de Orientación Educativa (EOE).
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los niños y niñas, y en este caso, en aquellos que se encuentran en ese centro educativo
en concreto.
Además, cada vez son más los centros educativos que se nutren de los
conocimientos de los profesionales del Trabajo Social para la realización de determinados
cursos o talleres de diversos ámbitos (sexual, de valores, de igualdad de género, de salud,
de no violencia…). En estos casos actúan como profesionales de referencia para la
realización de tareas educativas, que además pueden posibilitar consultas internas como
medio de enlace con los alumnos de forma más “anónima”, educando y ayudando a
solucionar problemas más concretos de manera más directa con el alumnado. El
problema es que habitualmente los centros educativos recurren para la realización de estas
actividades a trabajadores sociales de centros sanitarios o de otras instituciones, en lugar
de contar con un trabajador social referente del propio centro educativo. Esto impide una
continuidad y un seguimiento de los casos, fundamental para la realización de una labor
adecuada del trabajador social, viéndose el profesional limitado continuamente.
Por último, y como señalan Díaz y Cañas (2003. p. 540): «El trabajador social es
una figura que en el sector educativo se encarga de hacer de puente entre el ámbito
escolar, el familiar y el social, de acuerdo con el proyecto educativo de centro, elementos
de conocimiento del alumnado y del entorno sociofamiliar». Siendo, en este caso,
considerado fundamental su papel a la hora de detectar, notificar e intervenir en una
situación de riesgo y/o maltrato infantil desde el centro escolar.
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3. Marco empírico
3.1.Objetivos
Mostrar cuáles son los conocimientos con los que cuentan estos docentes
acerca del maltrato infantil, así como la forma que tienen de actuar ante la
sospecha de un caso de esta índole entre sus estudiantes.
Conocer y analizar cuáles son las carencias que estos profesores manifiestan
a la hora de abordar una posible situación de maltrato infantil.
3.2.Hipótesis
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Los docentes con menor experiencia consideran más importante la
formación en habilidades y cualidades a la hora de detectar, notificar y/o intervenir
en un caso de maltrato infantil que aquellos que cuentan con mayor experiencia.
Entre las mejorías que el Dr. Serafín Cruces Montes puntualizó tras la lectura del
cuestionario, se tienen en consideración las siguientes:
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Especificar los cursos académicos, pues así puede el personal especificar
en cuál se encuentra (2012-2013; 2011-2012).
Cuestiones relativas a la hora de numerar y redactar preguntas y
respuestas.
En la pregunta 5b. unificar maltrato emocional y psicológico.
En la cuestión 12. habría que preguntar primero si existe manual de
detección y notificación.
La pregunta 14b. es independiente de que conteste si/no a la 14, por lo que
se puede hacer de ella una pregunta propia.
La 21. podría dar lugar a deseabilidad social, por lo que habría que quitarle
el “muy” que antecede a “importante”.
Por último, el Dr. Antonio Romero Moreno, tras la presentación del cuestionario
piloto, presentó las siguientes propuestas de mejora:
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Este cuestionario final consta de 22 preguntas cerradas, divididas en tres partes.
3.3.2. Muestra
El cuestionario fue realizado por los 15 profesores que conforman estos cursos,
siendo el 100% de la población susceptible la que forma parte de la investigación.
Finalizada la encuesta que se iba a facilitar entre los docentes de este centro
escolar, se procedió a tener una cita con el director del Centro, acompañada de un breve
escrito para ponerle al tanto de todo. Esto se vio facilitado gracias al voluntariado que he
realizado en una asociación juvenil perteneciente a este Colegio, así como por ser antigua
alumna y tener una estrecha relación tanto con el director como con el profesorado del
centro escolar.
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El director me derivó directamente a la Jefatura de Estudios de Infantil y Primaria,
a la que también le aporté la carta informativa, dirigida a ella y al profesorado,
contextualizando acerca del propósito la investigación y pidiendo su colaboración (ver
Anexo 2).
3.3.4. Metodología
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3.4.Análisis e interpretación de los resultados obtenidos.
Una vez recogidos todos los datos, se pasa a analizarlos e interpretarlos en función
de la información obtenida a partir de los datos del cuestionario.
En primer lugar, se puede ver que de los 15 docentes que han aceptado participar
en este estudio, 9 son hombres mientras que 6 son mujeres. La edad media con la que
cuenta el profesorado de educación infantil y primaria de este centro escolar es de 40.2
años, perteneciendo la mayoría de docentes encuestados al rango de edad de entre 30 y
40 años, dejando ver que se trata de equipo de profesorado relativamente joven.
En lo que hace referencia a la experiencia docente, son 14.73 años los años de
experiencia media con los que cuenta el profesado. Se puede apreciar que la mayor parte
de los encuestados se encuentran entre los 7 y 10 años de experiencia, siendo excepcional
los casos de docentes con más de 35 años de experiencia.
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profesorados posiblemente ha ayudado a saber identificar de forma adecuada casos de
maltrato infantil entre los alumnos frente aquellos con menor experiencia, o bien que el
mayor número de años impartiendo clases ha dado lugar a más oportunidades de
encontrase con algún caso de maltrato infantil.
Entre aquellos casos que han sido detectados, se han obtenido los siguientes datos:
2,5
2
3
1,5
2
1
1
0,5
0 0 0
0
Maltrato Maltrato Negligencia o Abuso Sexual Maltrato Explotación
Físico Psicológico abandono situacional Laboral
Por tanto, el tipo de maltrato que se ha dado con mayor incidencia ha sido el
maltrato físico, con tres casos, siguiéndole el emocional/psicológico con dos y el
abandono o negligencia con uno.
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Del mismo modo, aunque el profesorado tenga claro que son competentes ante la
detección de una posible situación de maltrato, emergen dudas en lo que respecta a cuál
es el primer paso que tienen que seguir a la hora de hacerlo, encontrando disparidades
entre ellos. Por ejemplo, ningún encuestado ha contestado a las opciones “Llamar a los
Servicios Sociales” ni “Denunciar ante la fiscalía de menores”.
La mayoría de los profesores encuestados declaran que el primer paso ante una
situación de maltrato sería comunicarla a la Dirección del Centro. Llama la atención que
cuatro profesores (26,5%) optarían por llamar en primer lugar a los padres. De estos, se
aprecia que sólo un docente que ha observado o sospechado maltrato físico en uno de sus
alumnos llamaría a los padres en vez de comunicarlo al centro. Es posible que esta
decisión se deba a la sospecha de que dicho maltrato provenga de los compañeros, y no
de los padres, en cuyo caso no tendría sentido comunicárselo a sus posibles maltratadores.
Es importante señalar que, tal y como se explicita en la guía “Detección y prevención del
maltrato infantil desde el centro educativo. Guía para el profesorado” (Puerta y Colinas,
2013), en caso de sospecha de maltrato es necesario observar y recabar la mayor
información posible sobre la situación del menor en diferentes espacios y momentos a fin
de tener una base consistente sobre la que realizar la oportuna notificación.
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declara no tener dichos conocimientos y un 25% no sabe o no contesta. Se aprecia, por
tanto, que no hay una relación entre el haber observado alguna situación de maltrato y el
poseer conocimientos sobre la detección de mismo (Anexo 4, Tabla 2).
No
53%
Si No
Por otro lado, de entre los profesores que sí han observado o sospechado de
alguna situación de maltrato entre sus alumnos en los dos últimos años, ninguno declara
conocer la existencia de un protocolo de detección y notificación del maltrato en su centro
escolar. De un total de cuatro profesores que se han encontrado o sospechado de casos
de maltrato, uno señala la no existencia de dicho protocolo en su centro educativo (25%).y
tres no saben o no contestan (75%), pudiendo verse estos datos en la tabla 3 adjunta en el
anexo 4
35
que respecta al maltrato infantil. Neyla Castillo (2006) resalta que los padres o cuidadores
maltratadores son personas pertenecientes a todo tipo de clase social, con distintos niveles
de educación y pocos son los casos que tienen diagnosticada alguna enfermedad mental,
declarando por tanto que no existe un perfil propio de padres maltratadores. Esta autora
resalta que, según las últimas investigaciones realizadas en los últimos años, sólo se puede
hablar de una serie de factores de riesgo (mencionados en el primer punto del presente
trabajo) basados en características y hábitos de los padres, que da lugar a que muestren
un mayor riesgo a la hora de llevar a cabo una conducta maltratadora hacia sus hijos.
13,3
26,7
60
Si No NS/NC
36
desacuerdo”, por lo que se puede interpretar que, según la situación y el caso del menor,
será o no fácil la detección. Un 26.6% está entre muy en desacuerdo y en desacuerdo,
siendo para ellos muy difícil detectar tal situación. Llama la atención la indeterminación
del profesorado a la hora de responder a esta cuestión, teniendo en cuenta la cantidad de
horas que los escolares pasan en el centro educativo, por lo que en principio los docentes
contarían con mucha información válida para realizar las labores de detección.
Ante la premisa de que los docentes cuentan con una formación especializada para
detectar posibles situaciones de maltrato infantil, más de la mitad, el 53.3% está muy en
desacuerdo, es decir, piensa que su formación específica en esta área es bastante escasa.
Un 26.7%, manifiesta desacuerdo con esta afirmación. Si sumamos así el porcentaje de
respuestas que muestras estar en desacuerdo y muy en desacuerdo, se obtiene nada menos
que el 80% del total de encuestados. Apenas un 13.3 % se mantiene en una posición
intermedia, mientras que un 6.7% prefiere contestar no sabe/no contesta. Ningún profesor
ha mostrado estar de acuerdo o muy de acuerdo con la noción de que se hallan preparados
de manera especializada para detectar y notificar el maltrato infantil. Estos resultados
sirven para confirmar lo que ya se había analizado en la pregunta realizada al principio,
acerca de si consideran o no adecuados sus conocimientos ante situaciones de maltrato
infantil, en la que un 53.3% opinaba que no tenía conocimientos adecuados, coincidiendo
aquí también por tanto.
13,3
26,7 53,3
Si No NS/NC
Una correlación entre esta variable y los años de experiencia docente, nos revela
que a menor experiencia docente menos consideran estar cualificados en la detección y
notificación del maltrato infantil (r=0,03).
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Siendo, como se ve, el desacuerdo la respuesta generalizada, si se compara los
profesores que sí declaran haber sospechado o detectado casos de maltrato en los dos
últimos cursos con los profesores que no, se aprecia que los primeros están
significativamente más en desacuerdo con la idea de que los docentes cuentan con una
formación adecuada en detección del maltrato (t=-2,72, p=0,02).
Ante la premisa de que los profesores del centro escolar actualizan continuamente
su formación para adaptarse a las nuevas situaciones de maltrato infantil que se dan
actualmente, el 33.3% está totalmente en desacuerdo con ella, negando por tanto que esto
se cumpla. El 20% piensa que esto no se da casi nunca, mientras que el 40% de los
profesores encuestados, un amplio número de docentes, mantiene una posición intermedia
sin posicionarse ante esta pregunta, por lo que se interpreta que no consideran de vital
importancia tal actualización, pero que quizá puntualmente sí pueda ser de utilidad.
Ningún docente manifiesta acuerdo con este ítem. Este dato puede servir como base para
aumentar y mejorar la oferta de cursos especializados sobre detección y notificación de
las situaciones de maltrato en los que puedan y/o deban participar los docentes.
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tipo psicológico. Catorce de los quince encuestados marcan la opción “muy en
desacuerdo”, encontrándose tan sólo un caso de un docente que no se posiciona
claramente al respecto.
La afirmación de que en todos los casos de maltrato, con independencia del tipo
que sea, se actúa de la misma forma, se puede observar que genera muchas dudas entre
los encuestados. Aunque un 40% y un 26.7% responde que están en total desacuerdo y
en desacuerdo respectivamente, es importante señalar que un 26.7% prefiere contestar
no sabe/no contesta, pudiéndose interpretar con esto que un número considerable de
profesores no sabe si deben o no actuar de una misma forma ante un caso de maltrato,
pudiendo dar pie este desconocimiento a negligencias institucionales y posibles
dificultades a la hora de detectar, notificar e intervenir en situaciones de maltrato.
Por otro lado, es interesante constatar que, al comparar el grupo de docentes que
sí detectaron o sospecharon de casos de maltrato en los dos últimos cursos respecto a los
que no lo hicieron, los primeros están significativamente más en desacuerdo que los
segundos con la afirmación de que se tenga que actuar del mismo modo antes los diversos
tipos de maltrato. (t=-2,37, p=0,04).
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docentes a la hora de reducir las posibles consecuencias que se deriven de una situación
de riesgo o maltrato infantil, prefiriendo por ello contestar no sabe/no contesta.
3.5. Discusión
Tras analizar los datos obtenidos de la encuesta administrada entre los docentes,
varias son las consideraciones que se pueden derivar de tales resultados.
Del mismo modo, prácticamente la totalidad de los profesores han opinado que
consideran más importante comunicar al resto de docentes una posible situación de
maltrato infantil, a fin de pedir opiniones que puedan utilizar de apoyo a la hora de actuar
en una situación de maltrato, antes de hacerlo a los padres.
40
de formarse para saber actuar ante situaciones de esta naturaleza, o ha tenido que recurrir
a él por algún motivo en su trayectoria laboral en el centro.
Así mismo, es de reseñar la contradicción que surge entre algunos de los datos
recabados de la encuesta, ya que, por un lado, y como se ha citado anteriormente, todos
los profesores son conscientes de que deben tener competencias en los procesos de
detección de maltrato infantil. En cambio, más de la mitad de los encuestados opinan que
sus conocimientos sobre esto no son adecuados. Debería ser fundamental que tales
conocimientos se impulsaran en la formación de los docentes, comenzando por la
Universidad. Sería esencial, a la hora de formar a futuros maestros, que algo tan básico
como los conocimientos a la hora de la detección de situaciones de maltrato infantil estén
dentro de itinerario de su formación, como pieza clave para poder hacer frente al trabajo
con menores. Es importante que todo aquel que trabaje con niños y niñas tuviera
formación en este aspecto; y en concreto el profesorado del centro escolar, debido a que,
como ya se ha mencionado, pasa una cantidad significativa de horas con el menor o la
menor.
41
necesidad de actualizar a este grupo en lo que respecta a las nociones más actuales sobre
el maltrato infantil, derivadas de los más recientes estudios.
42
3.6.Conclusiones de la investigación
- La hipótesis que establece que los docentes con menor experiencia consideran
más importante la formación en habilidades y cualidades a la hora de detectar, notificar
y/o intervenir en un caso de maltrato infantil que aquellos que cuentan con mayor
experiencia no queda confirmada. Prácticamente la totalidad de profesores encuestados
desean ser formados por entidades externas en materia de maltrato infantil, siendo tanto
los profesores de menor y mayor experiencia, los que consideran importante formarse y
aumentar sus conocimientos sobre esta problemática.
43
aquellos que tienen mayor experiencia, tampoco puede ser confirmada a la vista de los
datos obtenidos. De hecho se ha detectado un desconocimiento generalizado por parte de
todo el profesorado, con independencia de los años de experiencia que posean, en cuanto
a la existencia y, por tanto, utilización del protocolo de actuación. Tan sólo encontramos
un único caso que conoce de la existencia y manejo de tal instrumento.
Por último, considerar esta investigación como relevante para el Trabajo Social,
ya que ha dejado ver el vacío de conocimiento con el que cuenta un sector tan importante
como es el de los docentes de educación infantil y primaria ante una problemática social
latente, y que afecta a un colectivo tan elemental y vulnerable como son los menores. Ello
podría ayudar a concretar cuáles son las necesidades fundamentales que se deben cubrir,
con el objetivo de que esta problemática vaya siendo reducida de forma progresiva a
través de una detección e intervención precoz que ayude a minimizar, en todo lo posible,
las consecuencias fatales que afectan a los menores víctimas de maltrato infantil.
Queremos destacar la necesidad formativa fundamental que tales profesores necesitan en
cuanto al conocimiento y uso de un protocolo de actuación, que oriente los pasos a seguir
ante casos detectados de maltrato infantil, con la intención de reducir al máximo tales
situaciones.
44
4. Propuesta de mejora para la detección y notificación del maltrato infantil en el
ámbito educativo desde el Trabajo Social.
Es por ello por lo que, tras analizar e interpretar los datos obtenidos, se aprecia
que es necesario implantar programas formativos sobre el maltrato infantil en el ámbito
educativo, con el objetivo de, como señala Álvarez y cols. (2004), lograr capacitar a los
docentes de las habilidades y conocimientos necesarios para saber identificar los signos
del maltrato infantil y conocer cómo, cuándo y a quién se debe notificar tal situación,
siendo fundamental para esto presentar el instrumento del “Protocolo de actuación ante
situaciones de maltrato infantil” vigente en cada centro, para así garantizar una actuación
correcta y adecuada por parte del profesorado.
45
Características sobre las personas que comenten el maltrato infantil.
Intervención con los niños maltratados y padres maltratadores.
Marco legal.
Del mismo modo, autores como González y Guinart (2011) han aportado un
conjunto de pasos concretos que pueden facilitar la detección de situaciones de maltrato
en el centro educativo. Esos pasos que se recogen son los siguientes:
46
menores, sino que habría que poner solución a este vacío de conocimiento mucho antes,
promoviendo la creación de asignaturas o temarios formativos en los estudios
universitarios centrados en el maltrato infantil, fomentando con esto que los docentes y
demás profesionales que se incorporan al mercado laboral cuenten con los conocimientos
básicos de detección y notificaciones de posibles casos de maltrato infantil. Así se
conseguiría que los distintos profesionales del centro educativo que van a trabajar con los
menores sepan actuar ante un caso de esta índole, sin tener que recibir una formación
complementaria centrada en ello, poseyendo ya, por tanto, los conocimientos necesarios
para realizar una actuación satisfactoria desde la Universidad.
Para finalizar este apartado, son varios los autores que han realizado propuestas
de mejoras para la detección y notificación del maltrato infantil. En el presente trabajo,
destacaremos la realizada por el equipo de investigación ERIDIQV de la Universidad de
Girona, a petición de la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia
(DGAIA) (2006) de Cataluña. En esta propuesta se ofrece una herramienta informática
para dar apoyo a los profesionales a la hora de la detección y notificación de una situación
de maltrato infantil. Esta herramienta abarca cualquier ámbito relacionado con menores,
desde educación hasta servicios sociales, pasando por la salud, cuerpos de seguridad, etc.
Tal herramienta fue diseñada con el objetivo de: «identificar qué datos de las
observaciones seleccionadas por cada profesional de cada distinto ámbito son
compatibles con indicadores de maltrato y le orienta sobre la valoración del riesgo, la
47
tipología del maltrato, la posibilidad de repetición de la situación observada y, finalmente,
sugiere una acción en función del conjunto de datos introducidos». (Montserrat y Casas,
2012, p. 12).
La posibilidad de acceder a ella de forma libre, así como las facilidades que aporta
para la realización de un trabajo en red entre los Servicios Sociales, Educación y entre
otros ámbitos en continuo contacto con los menores, pueden considerarse grandes
ventajas de esta herramienta.
No hay que olvidar que dicho instrumento tiene un carácter orientativo acerca de
cómo actuar ante la sospecha de una posible situación de maltrato infantil. Por lo tanto,
pueden convertirse en un apoyo fundamental para los profesionales, ya que, como ha
quedado recogido a lo largo del presente trabajo, existe poco conocimiento sobre el
maltrato infantil. En consecuencia, una herramienta e este tipo puede ser utilizada con la
finalidad de mejorar la detección y notificación de situaciones de maltrato, contribuyendo
así a mejorar el bienestar de los menores.
48
5. Consideraciones finales
Para finalizar este trabajo fin de grado, es importante hacer una síntesis de todos
los conocimientos que han sido obtenidos, analizados y estudiados. A lo largo del trabajo,
se ha apreciado el papel relevante que poseen los profesionales que trabajan en los centros
educativos a la hora de detectar posibles situaciones de maltrato infantil, así como la
realización de una correcta notificación y actuación de tal situación, priorizándose
siempre el bienestar del menor.
Del mismo modo, se ha podido comprobar que los docentes son conscientes de
sus competencias en la materia, considerándose a ellos mismos como figuras relevantes
para abordar casos de esta índole, pero, sin embargo, reconocen que los conocimientos
que poseen no son los adecuados para hacerse cargo de situaciones de maltrato infantil
entre el alumnado, no tomando, por otra parte, la iniciativa para formarse en tal materia
y atribuyendo las competencias para ello a entidades externas al centro escolar.
Por último, para finalizar con el presente trabajo, es importante reseñar que la
problemática del maltrato infantil es un tema que está muy vigente actualmente en la
sociedad, y contra la que todos debemos luchar, concienciando sobre la importancia de
prevenir situaciones de riesgo y desprotección en los menores, causadas por el maltrato.
Son los profesionales que trabajan en el ámbito educativo los que juega un papel relevante
en el tema, ya que sus conocimientos específicos sobre la infancia, así como las horas que
invierten con los menores en la escuela, los convierten en principales detectores e
interventores tempranos de tales situaciones.
49
6. Referencias bibliográficas
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notificación de casos de Maltrato Infantil. Guía para la ciudadanía. Federación
de Asociaciones para la prevención de Maltrato Infantil.
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professionals failing to initiate mandated reports of child maltreatment, and are
there any empirically based training programs to assist professional in the
reporting process?. Aggresion and Violent Behavior. Vol.9. Pp.563-578.
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cicatrices de por vida. HealthDay News. Recuperado de 2 de Junio de 2014, de:
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Psychologist, 35. Pp. 320-335.
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de riesgo en situaciones de maltrato infantil. Dirección General de Servicios
Sociales. Valencia: Generalitat Valencia.
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household dysfunction to many of the leading causes of death in adults. The
52
Adverse Childhood Experiences (ACE) Study. American Journal of Preventive
Medicine 14(4). Pp. 245-258.
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en España. Madrid: Ministerio de Asuntos Sociales; 1996. Recuperado de 2 de
Junio de 2014, de:
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detección y abordaje de situaciones de desprotección o maltrato
infantil. Generalitat Valenciana (ed.). Recuperado de 17 Mayo de 2014, de:
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niñas. Alessandra Burotto. Recuperado de 17 Mayo de 2014, de:
http://www.biblioteca.org.ar/libros/150441.pdf
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Preescolares: Estudio empírico de sus características personales y familiares.
(No. 10) Tarragona: Universidad "Rovira i Virgili".
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escuela en la protección infantil. Detección de casos y notificación en los
servicios de protección infantil en la Rioja. Contextos educativos: Revista de
educación. Nº 14. Pp. 85-99.
56
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Social, (86), 125-128.
- Verhellen, E. (1994). The Convention on the Rights of the Child. Coronet Books
Incorporated.
57
Anexos.
58
Anexo 1. Cuestionario final.
1. Sexo
1) Mujer
2) Hombre
2. Edad:
5. En los dos últimos cursos (2011-2012/2012-2013), ¿Se ha encontrado con algún caso o
sospecha de maltrato infantil?
1) Si
2) No
9) NS/NC
1) Maltrato físico
2) Maltrato emocional/psicológico
3) Negligencia o abandono
4) Abuso sexual
5) Maltrato institucional
6) Explotación laboral o inducción a la mendicidad
9) NS/NC
7. Si sospecha que un alumno suyo está sufriendo maltrato, ¿Cree usted que notificarlo entra
dentro de sus competencias?
1) Si
2) No
9) NS/NC
59
8. Imagínese que usted se encuentra con un caso de maltrato infantil, ¿Cuál de los
siguientes pasos sería el primero que usted tomaría? (Señalar tan sólo el primero de los
pasos)
1) Llamar a los padres para tener conocimiento de lo que está pasando
2) Hablar con la dirección del centro para comunicárselo
3) Llamar a los Servicios Sociales para ponerles al tanto de todo
4) Denunciar el caso en la fiscalía de menores
9) NS/NC
9. ¿Cree usted que los conocimientos que tiene sobre la detección y notificación de maltrato
son los adecuados?
1) Si
2) No
9) NS/NC
12. ¿Piensa usted que existe un perfil “prototipo” de padres maltratadores, que ayuden a
detectar posibles situaciones de maltrato?
1) Si
2) No
9) NS/NC
13. ¿Considera que es importante comunicar al resto de docentes y profesionales del colegio
el caso de maltrato infantil antes de comunicárselo a los padres, para obtener varias
opiniones antes de actuar?
1) Si
2) No
9) NS/NC
14. ¿Sería necesario, a su parecer, el informar a los menores y al profesorado sobre maltrato y
abusos desde entidades externas al centro?
1) Si
2) No
9) NS/NC
60
A CONTINUACIÓN, ASIGNE USTED UN VALOR NUMÉRICO DEL 1 AL 5 SEGÚN EL GRADO DE
ACUERDO O DESACUERDO CON LAS SIGUIENTES CUESTIONES, SIENDO 1 “MUY EN DESACUERDO”
Y 5 “MUY DE ACUERDO”.
15. “Es fácil detectar en el centro escolar si un niño está sufriendo maltrato infantil en el
hogar”: __________
9) NS/NC
16.“Los docentes cuentan con una formación especializada para detectar posibles situaciones
de maltrato infantil”: __________
9) NS/NC
17. “Las situaciones de maltrato infantil es competencia exclusiva de los Servicios Sociales, sin
tener los docentes un papel específico en tal proceso”: __________
9) NS/NC
18. “Los profesores del centro escolar actualizan continuamente su formación para adaptarse
a las nuevas situaciones de maltrato infantil que se dan actualmente”: __________
9) NS/NC
19. “Si hay señales físicas en el menor, el caso de maltrato es más grave”: __________
9) NS/NC
20. “El maltrato físico en el menor es más grave que el maltrato psíquico”: __________
9) NS/NC
21. “En todos los casos de maltrato, con independencia del tipo que sea, se actúa de la misma
forma”: __________
9) NS/NC
22. “Los docentes tienen un papel importante a la hora de reducir las consecuencias
desencadenadas por una situación de riesgo o maltrato infantil en el menor”: __________
9) NS/NC
61
Anexo 2. Carta al Director del centro escolar.
Soy Laura Mey Pérez de Lara, antigua alumna del centro y actual animadora de una de
las asociaciones pertenecientes al Centro. Estoy estudiando Trabajo Social y necesito su
colaboración para la realización de mi Trabajo Fin de Grado, requisito necesario para
acabar mis estudios universitarios.
Mi trabajo se titula «El Trabajo Social en los procesos de maltrato infantil» y está
centrado en conocer los conocimientos que poseen los docentes a la hora de identificar,
notificar e intervenir ante un caso de maltrato infantil que pueda estar dándose entre los
alumnos, para así poder hacer una actuación desde el Trabajo Social mucho más
específica y concreta en las necesidades formativas que se vean demandadas en casos de
esta índole.
Para ello, realizo este escrito para solicitar su permiso, así como su colaboración y la del
equipo docente de Infantil y Primaria que conforman el centro, para la realización de un
cuestionario, de forma anónima y voluntaria, que nos facilite conocer cuál es la realidad
del tema objeto de estudio.
Un saludo.
62
Anexo 3. Marco normativo en materia de Maltrato Infantil.
La necesidad y obligación estatal de proteger a los menores es algo que surge a nivel
internacional, viéndose aplicada a nivel Estatal en los diferentes marcos normativos
aquellas decisiones tomadas a niveles de mayor escala.
Si hacemos un recorrido histórico, se puede ver cuál ha sido la trayectoria que ha llevado
a la protección de los menores con la que se cuenta actualmente.
En 1924 se plantea por primera vez la protección de los menores, naciendo con ello la
Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño. Posteriormente, en 1959 es
aprobada por la Asamblea General de las Naciones la Declaración de los Derechos del
Niño, en la cual, se insiste en los derechos y necesidades básicos que se deben garantizar
en los menores, especialmente, aquellos con mayor necesidad de protección,
priorizándose su desarrollo personal, la coberturas afectivas, y necesidades básicas de la
vida diaria como alimento, higiene, vestido, etc.
1. Los niños tienen derecho a la protección y a los cuidados necesarios para su bienestar.
Podrán expresar su opinión libremente. Esta será tenida en cuenta para los asuntos que
les afecten, en función de su edad y madurez.
2. En todos los actos relativos a los niños llevados a cabo por autoridades públicas o
instituciones privadas, el interés superior del niño constituirá una consideración
primordial.
A nivel Español, y gracias a la Constitución Española de 1978, son muchos los derechos
fundamentales de los menores que son impulsados, buscándose su bienestar y cobertura
63
de necesidades básicas de la infancia. Son varios los artículos que recogen estos derechos.
Un ejemplo de ello es el Artículo 39, que dice que:
2. Los poderes públicos aseguran, asimismo, la protección integral de los hijos, iguales
estos ante la Ley con independencia de su filiación y de la madre, cualquiera que sea su
estado civil. La Ley posibilitará la investigación de la paternidad.
3. Los padres deben prestar asistencia de todo orden a los hijos habidos dentro o fuera del
matrimonio, durante su minoría de edad y en los demás casos en que legalmente proceda.
4. Los niños gozarán de la protección prevista en los acuerdos internacionales que velan
por sus derechos.
Por otro lado, la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de Enero, de Protección Jurídica del Menor
es la ley encargada de velar en España por la Protección de los menores ante posibles
situaciones de Maltrato Infantil de las que puedan ser sujetos. En esta ley quedan
establecidas una serie de actuaciones de carácter obligatorio que deben realizar los
poderes públicos para los casos en los que los menores se encuentren en situación de
desprotección, primando el interés de los menores sobre cualquier otro interés legítimo
que se pudiera dar. Además de vincular a estos poderes públicos, también lo hace con las
instituciones, familias y la Sociedad en General.
64
En el artículo 10 se establecen las medidas para la defensa y garantía de los derechos de
los menores:
Por último, la Ley Orgánica 1/1998, de los derechos y la atención al menor es la normativa
en materia de maltrato infantil con la que se cuenta en Andalucía, encargada de garantizar
los derechos reconocidos en la Constitución Española y las atenciones básicas necesarias
en la infancia. Esta legislación tiene como finalidad prioritaria la de proteger de forma
integral al niño, buscando normalizar la situación en la que se puede encontrar.
1. Identidad.
5. Derecho a la información.
6. Derecho a la educación.
7. Derecho a la salud.
65
Anexo 4. Tablas estadísticas.
N Media
Edad 15 40,20
Años experiencia docente 15 14,73
Fácil detectar maltrato en
15 2,67
hogar
Docentes cuentan con
14 1,57
formación en detección
Maltrato competencia
15 1,73
SS.SS.
Profesores actualizan
14 2,07
formación en Maltrato
Señales físicas maltrato
15 1,27
es más grave
Maltrato físico más grave
15 1,13
que el físico
Actuar del mismo modo
11 1,55
en todos los maltratos
Importancia de docentes
14 4,14
para reducir maltrato
N válido (según lista) 10
66
Tabla 2. Tabla de contingencia Maltrato en los dos últimos cursos *
Conocimientos detección/notificación adecuados
Conocimientos
detección/notificación adecuados
Si No NS/NC Total
Maltrato en Si Recuento 0 3 1 4
los dos
% de Maltrato en los
últimos cursos ,0% 75,0% 25,0% 100,0%
dos últimos cursos
% de Conocimientos
detección/notificación ,0% 37,5% 33,3% 26,7%
adecuados
% del total ,0% 20,0% 6,7% 26,7%
No Recuento 4 4 2 10
% de Maltrato en los
40,0% 40,0% 20,0% 100,0%
dos últimos cursos
% de Conocimientos
detección/notificación 100,0% 50,0% 66,7% 66,7%
adecuados
% del total 26,7% 26,7% 13,3% 66,7%
NS/NC Recuento 0 1 0 1
% de Maltrato en los
,0% 100,0% ,0% 100,0%
dos últimos cursos
% de Conocimientos
detección/notificación ,0% 12,5% ,0% 6,7%
adecuados
% del total ,0% 6,7% ,0% 6,7%
Total Recuento 4 8 3 15
% de Maltrato en los
26,7% 53,3% 20,0% 100,0%
dos últimos cursos
% de Conocimientos
detección/notificación 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
adecuados
% del total 26,7% 53,3% 20,0% 100,0%
67
Tabla 3. Tabla de contingencia Maltrato en los dos últimos cursos *
Existencia en el Centro de manual de detección
Si No NS/NC Total
No Recuento 1 3 6 10
% de Maltrato en los
10,0% 30,0% 60,0% 100,0%
dos últimos cursos
% de Existencia en el
Centro de manual de 100,0% 75,0% 60,0% 66,7%
detección
% del total 6,7% 20,0% 40,0% 66,7%
NS/NC Recuento 0 0 1 1
% de Maltrato en los
,0% ,0% 100,0% 100,0%
dos últimos cursos
% de Existencia en el
Centro de manual de ,0% ,0% 10,0% 6,7%
detección
% del total ,0% ,0% 6,7% 6,7%
Total Recuento 1 4 10 15
% de Maltrato en los
6,7% 26,7% 66,7% 100,0%
dos últimos cursos
% de Existencia en el
Centro de manual de 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
detección
68
Tabla 4. Correlaciones
N 15 15
Años experiencia docente Correlación de Pearson ,558(*) 1
Sig. (bilateral) ,031
N 15 15
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).
Prueba de Levene
para la igualdad
de varianzas Prueba T para la igualdad de medias
D Se han asumido
o varianzas
c iguales
e
n
t
e
s
c
u
e
n
t 11,423 ,006 -1,441 11 ,177 -,600 ,416 -1,516 ,316
a
n
c
o
n
f
o
r
m
a
c
i
69
ó
n
e
n
d
e
t
e
c
c
i
ó
n
No se han
asumido
-2,714 9,000 ,024 -,600 ,221 -1,100 -,100
varianzas
iguales
Grupo 2 No 10 ,71
Total 14 1,00
Total 15 1,00
Conocimientos Grupo 1
detección/notificación No 8 ,67 ,50 ,388
adecuados
Grupo 2 Si 4 ,33
Total 12 1,00
Grupo 2 Si 1 ,20
Total 5 1,00
Grupo 2 Si 4 ,31
Total 13 1,00
Grupo 2 Si 12 ,92
Total 13 1,00
70
Formación sobre maltrato Grupo 1
Si 14 1,00 ,50 ,000
desde entidades externas
Total 14 1,00
Prueba de
Levene para la
igualdad de
varianzas Prueba T para la igualdad de medias
No se han
asumido
-2,376 7,000 ,049 -,625 ,263 -1,247 -,003
varianzas
iguales
71