You are on page 1of 153
see eideiay sopled ee Lg eun | Broueyuy e] BIGISIAU! 10j0 ' Apnieg azi0f 8 ELUTER BCA Y ML | *eunas J2 azqos somone sosoroumu ap some sa euracy ap pepisiantup) 2] ap eUsEpayy ap pea[nzeg ¥] ud seopeuiso) saxo] oe? eaayy “JeruIT) einaduiay 4 znembisd sa Apnieg aBs0f ‘ousyiyd uadiz0 ag, ‘eOTU}|D PeprAne B] op 10H Jo 4 owsruewny PP PPE eandadsiad vun apsap ‘peprlojduwo> as ¥ eoa0xd 719 por anb s0J0p | opuen) S>uoMm Sa A “SITVO! sopetoos-oorpgu ‘sareyqrtne; ‘sopenprarpur sonzadse sof opuaran asresjde aqap yeqoy# anbojua 9 ‘par v| ap ja ua owos edmbe yep jar owsiietudead 12 ‘odure> [oytp 2189 uy -operdorde o218gjoo1sd ofeqeay un ap oralgo ja auauryends uednarasuo> sozusqora $0222 sos2 v922r04rj anb saorfdung> soy A soya ap ajqesnodsas 13 mb o1zesa20u sa ‘sajeraipnl 4 sapeizos-oo1ppur sauorsuaasoiy we20roxd sosnge so] opuens osnjoui ‘ox93J3 Uy “sts022Nput sauoKIeF—IUI Se] Se[[9 9p vuT Epes uoD ezyeue A pUeyUT onennew jap alepioge [> ua sexjrurey sprdoxd <0] v moriduus Apnaug s80f ‘oxqs sauasaad yo ug. << 2 2 3s 2 Es 2 4a 5 2 2 35 36 2 36 ® 0 a 2. a5 Pa ps * 50. Sr 52 53 Bt 55 6 2 Es 58 0. ot e & se 8s ‘ in ra 3 n 2 n a Terapia familiar ‘Uttimos los publicados: 1B. P-Keeney vO. Sikerstein La vo terapsutica de Ola Sitverstin Allfrey mito e le psioterapia fama WH OManlon Raices profanas H.C Pshman Tratarinto de edofscentr con problemas IM Sehint Palazzolty otros Los jogos psicancos ena familia ‘T Goodrich youras Terapia famiarfomonista L Onnis=Tenepe fama de os rastornesprcesomdticos 1X Ackerman MAndollt- La creation del sitema terapetico de Shaver Claes paral soli on teapia Bove A.M Sorrentino Handicap yrhabilvacon LE Conernt La psicoterapia: gram y sintais WeHLOtanlony M Weiner Davis Ex buses de solucionss CA Whitaker y WM Bombers = Danzand cof fara F-S PitmanIll-Monntosdetsves S.Cinlov Di Blaslo Nitos maliatedos 4B Haley” Las tetcar de poder deSeoucristo IM. Bowen De fa familial ndiidu ( Wiltaker= Maditacionesnocturnas de un terapent familiar NUM: Berger «Ms fl de dobie vical IM. Walters, B Carter P Pappy. Sverscin La ved bib ‘Matteo Seivint= Cronion dena mvestgncin {©-Raush Herscovlel yL. Bay Anorexia rion y bulimia S. Rosen litsozird conga ‘A CampaniniyF Luppi Servicio social y modelo sstemico BLP Keeney La mprovsecon o pcererapa, Calle tna mae tno son iret J. Carpenter A Teacher Poblomasysoluciones en erapie familiar y de parla IM. Zapplla: Nove no ge, no hablo. El autism infant I: Navarro Géngors-Tenieasy programas tevapla amar © Madanes- Sex, amor vite Mi. Whitey D. Epon Medior narativos pare fines teapéutices W. Robert Beaversy RB Hampson Familias exioses| Sepa Sonar la eld '§ Cinllo-Eleambioen for contextos no trapéutcos 8. Minuchin La recuperate fama D.A.Bagaraziiy S.A. Anderson ites personals, matrimonials» familiares 4. Navarro Gongoray M.Bejeach -Avunces on erapla fama sites B.Cadey W.H.O Hanlon “Cula rove de teepte breve BCamdeasusyxtos = Cras famiflaesyenclanidad TL Linares dented y narrate L Boscolo P Bertrand Los tempos de empo ‘W.Santiy otros -Heramiontas para pecoterapeutas IM. Elkain = a trap falar en tasformacion FL. Frame -amtle de rig ypricoterania 4 Drocten (comp.)-Consrnendo masala de pacts yaiciones 1 Coletsy J. Linares-La nterencion sstonica en as sercios sociale ante 1a familia mliproblemaice Perrone Violence 9 abusos sexuls el familia E Barudy = El doloy esl dela foncee Jorge Barudy Labrin EI dolor invisible de la infancia Una lectura ecosistémica del maltrato infantil o PAIDOS CCubierta de Mario Eskenazi 1 edicén, 1998 Sia ei hae | © de todas ls ediciones en castellano, Ediciones Paidés Ibrica, S.A, Mariano Cubi, 92 08021 Barcelona ¥y FaitorialPaidés, SAIC, Defenss, $99 ~ Buenos Aires ISBN: 84.493.0404.6 Depésito legal 8.531998 Impreso en A SM Grific, SL, (08130 Sta. Perpetua de Mogoda (Barcelona) [Impreso en Espana — Printed in Spain Amis hijos Jorge, Gloria y Tania, ya Gloria, la ma dire de mis hijos, que con sus presencias me ayuaron @ sobrevivir ‘A mis padres, que nos dieron el amor que incluso ellos no recibieron ‘Alas ninas y mirios mértires de todos los tiempos v de todos los paises: ‘SUMARIO. Agradecimientos Prologo, Stefano Cirillo Introduccion, 1. La cleceién de un modelo ecosistémico en la ‘explicacién de Ia violencia familiar La emergencia del observador La tipologfa del maltrato basada en la «biologta del amor» 2a tipolgia de los malos trates desde una perapectva ‘ecosistemica 7 as a iter ee ce iepatocncte yen a crecimiento La familia en cuanto organizacion de origen biol6gico Laviolencia en el ciclo vital de una familia La familia en cuanto sistema cultural y slenguajeante» Los fenmenos culturales La familia como tema semantico Impregnacién, apego y cuidados parentales Apego y sentimiento de familiaridad Las perturbaciones del apego y el maltrato a influeneia del medio en la respuesta de los padres 3. Ecologia moderna de la violencia hacia los nliios La modernidad come ecologia Los factores socioculturales vinculados al modernismo La ecologéa familiar del maltrato EI maltrato como expresisn de una crisis en el cielo familiar ee 13 7 2 29 35 4a 41 45 48 53 54 60, 61 67 67 70 B El maltrato como situacién organizada de la fenomenologia familiar: las familias transgeneracionalmente perturbadas . La negligencia y el abandono de los niios La negligencia biolégica; el fracaso del proveso de apego Las fuentes de la negligencia «biolégica» Una tipologia de las madres carentes y negligentes Los factores dependientes del nitio La negligencia cultural La negligencia contextual: la pobreza y el aislamiento social como medio ambiente Las consecuencias de la negligencia en los nitios Las consecuencias de la negligencia Fisica Las consecuencias de la negligencia psicoafectiva La carrera moral de los nifios vietimas de negligencia Las consecuencias traumaiticas de la experiencia [Los mecanismos adaptativos alas situaciones carenciales Elabandono de los nitios. . La carrera moral de los nifios abandonados La violencia fisica sabre los niiios Agresividad, violencia y malteato fisico Agresividad y violencia familiar La violencia agresiva El agotamiento de los rituales como consecuencia de desdrdenes ecol6gicos El [racaso de los rituales como consecuencia de trastornos del apego La violencia ideolégica El desalio de ser madre o padre Las experieneias vitales de los padres violentos Intoxicacién idealdgica del padre maltratador La identidad del padre violento La pareja del padre o de la made maltratadores: | el rol del ercero La carrera moral del nifio golpeado Las consecuencias psicosociales del maltrato Los mecanismos de adaptacién a la violencia . Ecologia moderna del abuso sexual a los nifios La ecologia social sexualmente abusiva 120 123 125 127 130 134 140 148 150 157 158 tet 162 10. . Los abusos sexuales extra ¢ intrafa SUMARIO Creencias sociales y abuso sexual La representacién social de los abusadores Elrol dela ideologia patriarcal Lacultura pornografica ‘Los mecanismos familiares de evitacién del incesto Laclinica de los abusos sexuales: los trastornos del apego y la «intoxicaci6n ideolégica» Hares Los abusos sexuales cometidos por desconocidos Los abusos sexuales extrafamiliares: el abusador conocido de la familia Pautas para la interyenci6n psicasocial en casos de abuso sexual extrafamiliar . Elabuso sexual intrafamiliar : Laestructura de la familia sexualmente abusiva Ontogénesis del abuso sexual: el incesto como proceso . Los personajes adultos de las tragedias por abuso sexual Las experiencias vitales yla personalidad de los abusadores w Los diferentes grupos de abusadores v su personalidad La personalidad del abusador sexual El papel de la madre: complice o inocente en los casos deincesto Las dinamicas conyugales en las familias sexualmente abusivas Latriangulacion de las victimas en las dinamicas: conyugales 1. Consecuencias de los abusos sexuales para Ios nifios El comienzo de la interaccién abusiva: la ruptura del cuadro vital de la victima La carrera moral de los ninos abusados sexualmente La dinamica familiar del incesto entre hermanos Las organizaciones familiares abusivas en el caso de incesto entre padre e hija Un enfoque terapéutico y de prevencién del maltrato basado en un modelo de redes oe I-La organizacién de los sistemas profesionales u 164 169 170 171 m1 179 187 187 194 197 205 206 208 215 215 219 221 228 233 239 243 245, 250 256 259 263 267 2 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA 2. El programa de prevencién puesto en préctica 3. El programa de intervencion terapéutica 4. Algunos aspectos especificos de la terapia en las, consecuencias de los abusos sexuales . r Conclusion Bibliografia Pretec es ° * 272 276 295 299 300 AGRADECIMIENTOS Si bien es cierto que este libro es el resultado de mi escritura, ‘su contenido es el resultado de una experiencia colectiva. Por eso agradezco en primer lugar alas nifias, nifos y familias {que encontré en el marco de mi trabajo en el equipo «SOS Enfants- Famillen de la Universidad Catéliea de Lovaina, que me permitie- ron conocer el contenido de sus dramas, pero sobre todo de sus re- cursos y esperanzas, Me siento profundamente agradecido al profesor Frans Baro, de la Katholieke Universiteit van Leuven, que me brindé su con. fianzay su amistad y a quien debo mi formacién como psiguiatra y tuna parte de mi reconstruceién personal. Vaya mi agradecimiento también a mis colegas del equipo SOS Enfants-Familles, de la Universidad Catélica de Lovaina, 3 ‘mis companeros del equipo de Exil: Centro médico psicosocial pa- ra refugiados politicos y vietimas de la tortura, a mis colegas do- centes y formadores del Programa de formacién y de investigacién cen enfoque sistémico y terapia familiar, asi como a mis amigos y co- legas de los equipos espafoles y latinoamericanos de proteccién in- anti. Todos ellos y muchos mas son parte de mi «cuerpo social» de donde emergen mis experiencias elfnicas, mis ideas y mi compro- miso ético-profesional. Agradezco vivamente @ Ménica Hermosilla, chilena, hija de madre belga, que vivié como exiliada en Bélgica, que tradujo mis textos originales del francés al espanol, sienda vo un chileno, dle pa: dres chilenos. Por iltimo, toda mi gratitud a Maryorie Dantagnan, que dacti- lografis y corrigio mi manuscrito impregnandolo de amor — OOO sine PROLOGO* En as altimas lineas de este volumen Jorge Barudy nos dice {que su objetivo es «asociarse a las reflexiones y las luchas de los que continiian defendiendo los derechos humanos, y particularmente Jos de los nifos, en cualquier lugar del mundo, Ya que me esfuer- 20, segtin mis posibilidades, por pertenecer al grupo de éstos, me Siento muy orgulloso de participar, en el ltimo lugar, en la trayec- toria geografica, historica y cultural que este libro describe: desde Chile hasta Belgica v Espana, atravesando también Italia con este prélogo. ‘Uno de los puntos clave del trabajo de Barudy consiste en ha- cer un amamiento a la responsabilidad de los «terceros*, de {quien es testigo en silencio, inerte, de los malos tratos, de la negli gencia, del abuso, pero también de quien se compromete activa~ mente, en el nivel emotive y ético, por la prevencién, la proteccién yeleuidado. ‘Los trabajadores de los servicios sociosanitarios espaftoles, el pliblico a quien se dirige esta obra, con quienes he tenido el placer y el privilegio de encontrarme con relativa frecuencia, son, a mi pare- cer, personas profundamente motivadas para comprometerse apa- sionadamente en este frente. Ellos encontraran en Barudy @ una persona que, como realizador de una practica de redes, sabe e6mo ‘movilizarlos y organizarios de un modo eficaz y sinérgico, pero tam bien a una persona que los comprende y los respeta. En efecto, no ¢s raro encontrar en el trabajo sociosanitario so- bre los malos tratos a formadores o especialistas que, a mi juicio, se sittan de una forma ambigua frente alos colegas que hacen un tra bajo de base, de primera linea *Traduccion de Ramén Alfonso Diz rags. 16 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INPANCIA A. veces la forma en que esas personas interpretan el concepto sistémico —shay que intervenir sobre el sistema que determina el problema»— es sutilmente culpabilizadora hacia los trabajadores de base, Parece como si dijeran que, sila familia es cronica (0 mal- tratadora 0 negligente), la culpa es del trabajador social, o del mé- dico de familia 0 del terapeuta, que no han sabido ver, que no se han situado de una forma correcta, que han respondido de un mo: do homeostatico, etestera. Mi impresién es que en estos casos nos encontramos frente a ‘un mecanismo de defensa del contacto con el profundo sufrimien- to que se anida en tuna familia y, por tanto, con la perturbadora pa- tologia que la atraviesa Esta tentacién de negar la violencia v el dolor que atormentan, ‘algunas familias no esta presente en el libro de Barudy: y es asf precisamente porque no minimiza el drama de la violencia que se puede ligar al sufrimiento de cada persona, sea victima, complice 0 perseguidor. ‘Su concepcién de una dptica sistémica, por tanto, no significa absolver a la familia de la culpa y proyectaria en la sociedad: signi- fica, en cambio, individuar en el ambito social circuitos de respon- sabilidad colectiva que constituyen la base tanto de los fenémenos violentos como de los impulsos reparadores. A mi, como italiano, me resulta particularmente interesante la diferencia semantica que Barudy propone entre perdon y «exonera- cléns.' Alice Miller ha dicho que uno de los errores mas graves de ‘muchos terapeutas familiares es el de empujar apresuradamente al paciente (hijo herido y danado de diversas formas) para que se re. coneilie con sus padres, En cambio, Barudy propone un trabajo serio y gradual (en una terapia individual sistemica que resulta muy convincente) hacia un doble reconocimiento. Por lo que respecta a la victima, euyos pro- ccesos, también los cognitivos, estan deformados por el proceso mis ‘mo de victimizacién, se trata de acompafarla en la toma de con- ciencia de la gravedad del dano sufrido y de la legitimidad de sus sentimientos de odio y de venganza. Por lo que respecta al perse guidor, se trata de guiarlo hacia el reconocimiento del dolor infligi- do a la vietima y de la existencia en él mismo de defectos estructu rales, sean de la conciencia moral o de los procesos de vineulo, defectos que no son congénitos, sino que estan ligados a las expe: 1. El autor del pogo nade gue en alana no exit a paabra ssonerasione iNeed : PROLOGO 7 riencias que ha vivido en la infancia y la adolescencia. Sélo a partir de estos procesos paralelos de toma de conciencia se podra llegar fen algtin casa a una reconciliacién que no ofenda la dignidad de la victima ni falsifique la realidad. En un articulo reciente publicado en la primera pagina del Co- sviere della Sera, un periodista atento y sensible, Gianni Riotta, se preguntaba por la posibilidad de contribuir a la recuperacion mo- ral y social de nuestro pats, apesadumbrado por misterios no re- sueltos de los anos del terrorismo, siguiendo cl ejemplo de la Comi sion sudafricana por la verdad y la reconciliacion. Esta Comision puede garantizar la amnistia a todo aquel que confiese los erimenes y las violencias cometidos en los afios del apartheid. Riotta se pre junta si el método elegido por Mandela, que pone en segundo plano €l castigo v da primacia al valor interno de la memoria, no conten- dra, escondida, una leccién para los anos de la violencia politica, tanto en Italia como en otras naciones. Me parece que el libro de Barudy consigue con éxito dar una respuesta afirmativa a esta pregunta, no sélo en el campo de la vio lencia familiar contra los nifios sine también en el de la violencia politica contra los disidentes. STEFANO CIRILLO INTRODUCCION Este libro aborda el tema de la violencia familiar bajo diferentes aspectos. A través de su lectura, el lector podré facilmente darse cuen- ta de que mi interés por el tema de la violencia familiar, y particular mente por el maltrato fisico, psicol6gico v los abusos sexuales hacia los ninos, forma parte de una necesidad vital de explicarme y de con- tribuira la desaparicién de la violencia humana en todas sus formas. ‘MI interés por comprender y actuar sobre este fenémeno s2 transform en una cuestion de supervivencia personal a partir del ‘momento en que mi compromiso social y profesional con los pabres de mi pais de origen, Chile, me confronté com la violencia organizada porla dictadura militaren septiembre de 1973. Mi experiencia de car- cel, tortura v exilio, y mi testarudez por sobrevivir, explican mi part cipacion en 1976 en Ia creaci6n en Bélgica del COLAT (Colectivo lati- noamericano de trabajo psicosocial) y mi trabajo en este programa como psiquiatra de exiliados victimas de las dictaduras militares lati= noamericanas. Mas tarde, dicho programa se amplié ofreciendo nues- tros compromisos ¥ experiencias clinicas al servicio de otras comuni- dades de exiliados a traves de la constitucion del proyecto Exil: Centro médico psicosocial belga para refugiados politicos y victimas de la tortura, animado por un equipo interdisciplinario v multicultural El contacto terapéutico con exiliados de todas partes del mun- do me sensibiliz6 respecto a dos fenémenos dramaticos. Primero, que la violencia organizada’ y la tortura son un fenémeno mundial 1. El concepto de ilencia organiza ulizado en eta introduccin correspon deal adopado porn OMS. en 1987 para referee alos actos como cde ln or om {ratamientono castigns inhumanos, at como cl encarcelamlent, I toma derehenen Tosrapos vio cualguie otra forma dlibrada de privacn de Herida compel os lo, Todo eta eertdo por grupos arganicadn que actan siguiendo esratepos mas "menos implctas que deen wun intern de rhe de contvcasy erent 20 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA independiente de ideologias, religiones y razas de los que la ejer- cen, Segundo, que la causa y la intensidad del sufrimiento de mu: cchos de nuestros pacientes no solo se explica por sus experiencias traumaticas de persecucion, carcel, tortura y exilio, sino que, ade- mas, de todas las situaciones, las mas dramiticas som las de muje- res que tras haber sufrido abuisos sexuales cuando niffas, luego fue ron violadas 0 torturadas sexualmente. Mi trabajo como terapeuta familiar en el marco del programa [Bxil me permiti6 constatar que algunas de las familias que nos con- sultaban funcionaban como lo que mas tarde Iamarfamos dictadu- ras familiares. Algunas de ellas siempre habian funeionado de esta manera, mientras que otras, al hacerlo de una forma relativamente sana, habjan sido «contaminadase por la violencia represiva. En este segundo caso, los comportamientos violentos podian explicarse ya fuese por la influencia del ambiente violento en que las personas habjan vivido a veces durante afios, 0 bien porque al- ‘guno de los adultos de la familia, a menudo el padre, habia sido tor- turado, por ejemplo, y se edesahogaba» inconscientemente de sus sentimientos de miedo, impotencia y agresividad centrandolos en. su esposa y/o sus hijos a través de discursos y comportamientos violentos, La vivencia de desarraigo, crisis de identidad, impotencia frente al racismo, ¥ las dificultades de adaptacion como consecuen- cla de la situacién de exilio, agravaban y favorecian en muchos ca: sos la emergencia de la violencia familiar: Mis investigaciones en relacién con este fenémeno, asi como mis intentos por elaborar un modelo general explicativo de la emer- gencia de la violencia en los sistemas humanos, se vieron facilita- dos por el hecho de que, a partir de 1984, comencé a trabajar ¥ a participar como psiquiatra en la elaboracion de un Programa tera. péutico ¥ preventivo del maltrato infantil, en el seno del equipo SOS Enfants-Famille» de la Clinica Universitaria Saint-Luc de la Facultad de Medicina de la Universidad Catélica de Lovaina. En lo que se refiere a las dinémicas relacionales, pude confir- mar que se requieren por lo menos tres grupos de personajes para producir estos fenémenos. En los dos tipos de violencia, la «organi: ada» y la familiar, encontramos los mismos ttes grupos de perso nnas, presentes en todas Jas dindmicas humanas en donde la vida es téamenazada y los derechos humanos pisoteados. En los dos casos existe un primer grupo compuesto por los represores, torturadores, abusadores, maltratadores, etc.; un segundo grupo, conformado por las victimas: hombres, mujeres y nifos perseguidos, encarcela- dos, torturados y exiliados; y un tercer grupo, constituide por los Inrropuceiéx 21 terceros, los otros, ls nsigadores los esos, los cémplices, pe: ro tambien los pasivos ov indferenten toe que no quieren saber 0 los que sabiendo no hacen nada para oponerse a estas situacioncs Yo tatardecontribuir a erer lat condiciones para un cambio Cuando se trata de volencin organizada, los ropresores direc tos son. a memo, los agentes del Eviada (miembros de servicios de seguridad, militares y policias), quienes abusan desu poder, des Tinado a proteger al conjnta dela adadania, ransiormndelo en tina fente de opresiony terror, para asi defender los inteeses del grupo tocialmente dominante. Los represores no slo eprisnen ¥ tort, sno que ademas se adhiren fanatcamone sistema oldpico dominante, que scvifcas al porseguido, a través de una sere de discursow en low qu legitima, mitfea yo niega el cardcter Abusive de esas pricticas, yen muchos easosinchiso a exatencia delas mismas, Las vietimas dela wolencia organizada a diferencia de los fos maltratados, pueden mantener (por lo menos al principio de suscxperiencia} la distancia necearia para econocerse como fe {mas de wus represores. Pero. medida gus el proceso avanea en el emp. dependiende de las técnicasulizada, on muchos cases elieprsor ica url de depenencin sea y pli on ss vietima tales técnicas son, por ejemplo, el proiuir dolor ¥ydebiltamientofsico extrem, a como la manipulacien peieolé. bea yafectiva dela victims, En diferentes trabajos, hemos demostrado que los represores torturadores buscam, ademnis de informacion para Gest ls fe des de oposicion politica y de resistencia, el anigullamiento yo alienacién de laidentdad de los sujetos que no se adhierem al sate ra dominante. Su fnalidad es, o destrurlr fiscamente (asesina> {os ydesspariciones)o «apropiarsesde sus identidades a raves de tn proceso de revocializacin secundaria conocido con el termine de clavado de cercbron vamghisencn dln malate o abu exten ens amilia ol ado torturdo ovilado por verduge pod mantener su identidad mientras pueda reconoverse como vftimn de su tora rad. Esto le permitiraguardar la distancia afectiva y picogica que le protegers del ies de eniregnle va identded, Pero, despraciaua ‘mente eto siempre ex posible debido alos niveesaltamente eo Pecializados de manipulacton psicolgca utlizados, que provocan tina confusion.en la vivencia percept de In sictima au leva in chuso.a pensar que es culpable de lo que le ocurve, En los casos ms dramalicos la victna puede legara perder su propio marco de ele. 2 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA rencia y dudar de sus ereencias y valores hasta adoptar los de sus perseguidores y torturadores; esto lo hemos denominado proceso de demolicion de identidad de la victima. ‘Como deciamos anteriormente, la existencia de verdugo y de vic~ timas no eaplica por sf sola Ia existencia de este fendmeno; se requie~ ren los terceros, los otr0s. En los casos de violencia organizada, siem- pre presentes como causa y consecuencia, los cémplices directos hhacionales y/o transnacionales, asi como los ¢émplices indirectos, son los que por miedo 0 comodidad apoyan a los verdugos ya sus instiga- dores. Pero afortunadamente como en todas las dindmicas humanas, ‘encontramos también cientos de personas y grupos que, a pesar del miedo y los riesgos, no hipotecan ni su dignidad ni su conciencia, re- sistiendo a través del heroismo de sus gestos cotidianos frente a sus opresores, Enel caso de la violencia familiar que constituye el contenido de este libro, los verdugos, los vietimarios, los abusadores, son los ‘miembros adultos del sistema familiar. En los casos de maltrato y abusos sexuales hacia los nifios, estos adultos malversan sus res- ponsabilidades y sus funciones biolégicas y psicosociales respect ‘a cuidarlos, protegerlos y socializarlos, utilizandolos para sus pro- bios fines, En el caso de la violencia conyugal, el abusador malver. ssa las posibilidades de encuentro biopsicosocial con el otro, para mantener su dependencia hacia un sistema de creencias patriarea: Ies y falocraticas, a menudo dominamtes en su cultura familiar yen su entorno social. En ambos casos, todo ocurre de nuevo en un contexto relacio- nal y discursive que mistifica el cardcter abusivo de estos gestos 0, ten el peor de los casos, niega st existencia. Como veremos més ade- Tante, estos adultos «son abusadores que abusan» porque crecieron cn sistemas sociales y familiares violentos y abusivos, Esto explica cl eardcter transgeneracional de estos fenémenos. El drama de estos adultos reside en que sus sulrimientos, consecuencia de la violen cia y el abuso que conocieron cuando nifios, no fueron verbaliza~ dos, escuchados y/o reconocidos. Esto conllevé que estas experien cas traumaticas «se almacenaran» en las bodegas de su conciencia, expresindose posteriormente a través de ritos analdgicos de mal trato, abandono, abuses sexuales de sus hijos y/o situaciones de violencia conyugal En los casos estudiados de violencia familiar, las victimas siempre son los nis y las mujeres, es decir, quienes se encuentran ‘en una posicién de desventaja en las relaciones de poder en el inte ior de la familia, Aqui el abusador utiliza y manipula la dependen INTRODUCCION 23 cla afectiva de sus vfetimas, no necesita crearla porque ya existe co- ‘mo consecuencia de la aliliacién y la interdependencia familiar. Los niftos no tienen otra alternativa, debido a la dependencia bio- psivosocial de sus padres, que aceptar esta situacién como legiti- ima; ademés, el eonjunto de comportamientos abusives, asi como sus significados, son camuflados o simplemente negados por los. discursos de los padres abusadores. Asi, por ejemplo, los golpes son presentados como educaciéns o los gestos de abusos sexuales co- ‘mo gestos de amor y/o como necesarios para la iniciacién sexual de la-victima. Al mismo tiempo, el maltratador exige de su vietima una, lealtad abyoluta, impidiéndole, entre otras cosas, la expresin del dolor y suftimiento que esta situaciéa les causa. En el momento de azotara su hijo de seis afios, una madre le decia: «No llores, no exa- eres, no es para tanto». En el caso de los padres incestuosos, el abusador intenta casi siempre convencer a su vietima de gue lo que hace es por su bien, natural, necesario o legitimo. En todo este proceso no solo hay una, ‘traumatizacin de las victimas, sino que ademas encontramos el mismo proceso de «lavado de cerebro» que describiamos en el ejemplo de la tortura. En este caso, los padres, utilizando Ia rela ci6n significativa que tienen con sus hijos, imponen sus creenelas y sus representaciones del mundo en las que esté contenida la enor- malidad» de los gestos violentos y abusivos. El contenido de este libro describe una de las formas mas mér- bidas de la relaci6n interpersonal, es decir, la situacién de doble vinculo descrita por Bateson (1977). Los nifios estan en el medio de tuna dindmica infernal comparable a las situaciones de tortura, pe- ro atin peor, porque los torturadores son sus propios padres. En Ia situacién de maltrato y abuso sexual, Ia vietima es confroniada a tun proceso de adoctrinamiento que puede resumirse de la siguien- te manera: «Te amamos, te maltratames, callate, es normal». En es- ta dindmica extrema, los hijos incorporan, a menudo y progresiva- mente, de una manera acritica los comportamientos y creencias de sus padres opresores (victimas asimismo de este proceso cuando fueron nifios). Esta situacion acarrea el riesgo, si no se introducen, cambios en el funcionamiento de estas familias, de una perpetua- cién de los comportamientos maltratadores y de las ideologias que las sustentan, que se organizan en una forma de culeura familiar ue se transmitird de generacion en generaci6n. Los terceros en el caso de violencia familiar son los demas miembros de la familia, que no estan implicados directamente, ast como los miembros del entorno social, quienes generalmente no in- 24 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA tervienen, a veces porque no se dan cuenta, otras veees porque no quieren saber, o por complicidad ideolégica con lo que est pasan do, 0 simplemente por temor. Entre estos terceros estén también los médicos, psicdlogos, asistentes sociales, ete., que minimizan 0 nicgan Ja existencia vio el impacto de estas experiencias traumati ‘cas en Ia etiologia de los trastornos y sufrimientos que presentan ‘sus pacientes. Prisioneros de sus modelos y roles profesionales, protegen las imagenes idealizadas de sus padres en la infancia 0 simplemente subordinan su ética a sistemas de creencias autorita- vias, patriarcales y/o adultistas. ‘Afortunadamente, mi préctica profesional me ha permitido también encontrarme con familiares, profesionales de la salud, profesores o simplemente ciudadanos que, alertados por los relatos ylo comportamientos de las victimas, hacen lo necesario para ayu- arles a introducir un cambio en sus situaciones al provocar una crisis necesaria para detener los hechos abusivos y al crear una al ternativa terapéutica para el conjunto de Ja familia, incluyendo a losadultos maltratadores. En cada capitulo de este libro se abordarén también las posibi- lidades terapéuticas de estos fenémenos, poniendo énfasis en la idea de que cl motor de la intervencién terapéutica (médica ylo psi- cosocial) es el compromiso y la opeién ética del terapeuta. En conse cuencia, todo esfuerzo para contribuir a la liberaci6n de las victi- mas de los efectos traumsticos y allenantes del terror familiar, pasa por facilitar procesos relacionales no violentos, al mismo tiempo ‘que reescribir con ellos la historia explicativa de estos aconteci- mientos. En otras palabras, el proceso terapéutico debe permitir el cambio de los comportamientos abusivos, a elaboracién del caréc- ter traumatico de estas experiencias y, ademiés, laeilitar el proceso de didlogo que permita la emergencia de pautas de comunicacién, comportamentales y de creencias no violentas, es decir, crear a ni vel micro y macrososial condiciones que permitan las victimas, a sus victimarios y a sus cémplices, en un clima de solidaridad y amor, onthrar el horror y el abuso, identificar quién es quién y cual ¢s la responsabilidad de cada uno. Pero, ademés, debe permi- tirles tomar conciencia de los mecanismos relacionales y transge- neracionales que generaron el drama. Enel caso de la victima, la terapia debera permitirle sobre to- do reconocerse como tal, facilitandole la vivencia y expresién cons- tructiva del odio, como una alternativa para liberarse del pasado y dela sumision a sus verdugos. En el caso de los victimarios, se tra- ta de olzecerles In posibilidad de rehabilitarse como seres humanos iwrropuecios 25 y como padres, avudandoles a asumir la responsabilidad de los abusos cometidos, asf como la posibilidad de reparar legal v simbé- camente los dafios ocasionados, al mismo tempo que brindarles asistencia psicoterapéutica y socioeducativa, con el propésito de acompanarles en la biisqueda de modelos alternativos de relacion. que excluyan la violencia. En este libro, insistimos que para contribuir a la emergencia de estos procesos, los terapeutas debemos renunciar a cualquier tentaci6n de «cosificar» yio recuperar el sufrimiento de las victi- mas, para fortalecer nuestro poder profesional. Si la violencia or- ganizada o familiar son producciones sociales, la terapia lo es tam- bien, pero con el signo contrario. Esto quiere decir que el proceso. terapéutico es un proceso donde el amor es el antidoto més impor- tante frente a la cultura de la violencia, y por ende, el otro, a pesar de la indignacion que sus actos despierian en nosotros, sera siem- pre respetado incondicionalmente como persona. La terapia se apoya en el reconocimiento de las posibilidades y recursos de cada sujeto, as{ como en la confianza ilimitada en que cada persona puede reencontrar, en condiciones relacionales favo- rables, un sentido a la existencia compatible con su condicién de ser vivo y humano. Para que la terapia sea realmente un antidoto contra la violencia, los trabajadores de la salucl comprometidos en lalucha por la no violencia tendremos que seguir reflexionando crf ticamente acerca de los riesgos de adherirnos a modelos verticalis- tas y profesionalizantes que medicalicen o psiquiatricen el sult miento de las victimas y los comportamientos ¢ ideologias de los victimarios. Esto implica abandonar la pretensign de ser detento- res del poder de curar o sanar a nuestros semejantes, para aceptar ser parte de procesos sociales horizontales, donde todos seamos ecuranderos de todos. En cuanto a m{ concierne, a waves de mis escritos quiero ofre- cer mis experiencias y mis modelos para contribuir ala basqueda de métodos de tratamiento y prevencion, que protegiendo y defen diendo los derechos de los ninos victimas, movilicen todos los re- ‘cursos existentes en la red social del nif. Este libro constituye un medio de organizar la observaciéne i formacién recogidas a partir de nuestros encuentros con las fami lias, las victimas, los abusadores, as{ como con los miembros del en- torno social de esas familias: profesores, trabajadores del ambito psicomedicosocial, educadores, etc. Representa a la vez la forma de {corizar mis experiencias de médico, confrontado a las familias vic~ timas y/o productoras de violencia, pero también es una manera de —-— 26 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INPANCIA hablar de mf mismo, de mis experiencias relacionales, de mis valo- res, de mis concepciones del mundo y, sobre todo, de mis conviccio- nes éticas, Sin embargo, todo esto no proviene de un proceso pura ‘mente personal, sino que es también el resultado de una dinémica social que me ha postbilitado el didlogo con muchas otras personas, ‘que me han influido en mi trabajo. Mi transcurrir puede ser considerado como el resultado de un. proceso de conocimniento» que pertenece a lo que podriamos lla- mar «la subjetividad cientificas, Io cual quiere decir, que, en tanto Investigador de un fenémeno tan profundamente humano como es Ja violencia, no podré jamas reivindicar una pretensién de objetivi dad y neutralidad absolutas; me siento emocional y éticamente im- plicado, no sélo por el tema de la violencia, sino especialmente por Jas personas involucradas en estas tragedias. ‘Todo lo que describo en este libro, esta fuertemente influido, por la experiencia personal y clinica, pero también por el didlogo, el Intercambio, el apoyo y las aportaciones del conjunto de mis cole- gas del programa «SOS Enfants-Familles de la Universidad Catoli- ca de Lovaina, inspiradores y coautores de mis ideas, con quienes he trabajado durante once afios ayudando a cientos de nifios ya sus familias. En esta misma categoria considero a mis colegas de los. equipos «SOS Enfants-Famille~ de la region Mons y Borinage, y el de La Louviere en Belgica, que me han nutrido con sus experiencias clinicas durante nuestras sesiones de supervisién, ‘También considero inspiradores de mi escritura a los trabaja- dores sociales de la coordinacién social de la ciudad de Waremme y alos miembros del equipo clinico del movimiento Le Nid de Bruse- Jas, que desarrollan un programa de ayuda psicosocial a las prosti- utas. Por ultimo, quiero citar a mis colegas y compaheros del equi po del centro Exil, quienes por el hecho de ser mis colaboradores mis cercanos, son una fuente de experiencias, reflexién y apoyo permanente en mi compromiso con las victimas de la violencia, En la medida en que mis ideas, como toda construccién huma- 1a, son ala vez una producei6n personal y también el resultado de un proceso colectivo, me he permitido, para expresar esta alianza entre yo y los otros, escribir algunas veces en primera persona del singular, y otras en plural 1 LA ELECCION DE UN MODELO ECOSISTEMICO EN LA EXPLICACION DE LA VIOLENCIA FAMILIAR La violencia intrafamiliar traduce una disfuncion importance del sistema familiar en el cual se produce, asi como de los sistemas insti- tucionales y sociales que lo rodean, Los gestos de violencia expresan luna situacién de abuso de poder, pero también un sufrimiento en cl abusado, en Ios abusadores y en aquellas personas que les son mas Cuando la violencia se transforma en un modo crénico de comu- nicacién interpersonal y de grupo, produce una serie de fenémenos draméticos que se manifiestan dentro y fuera de las fronteras fami liares (nies maltratados, mujeres golpeadas, nifios victimas de in- cesto y de violencia sexual, toxicomantas ¥ delincuencia adolescente, padres maltratadores, prostitucién, pedofilia, etc.) ‘Cuando el sufrimiento de las victimas, resultado de esta violen- cia, no ha sido verbalizado y/o socialmente reconocido, el riesgo de ‘que se exprese a través de comportamientos violentos sobre otras personas es muy alto. Estas nuevas violencias produciran nuevas vic~ timas que podran transtormarse a su vez en nuevos victimarios. De cesta manera, padres violentos que fueron ninos maltratados sin pro- tecei6n, podrn maltratar a sus hijos haciendo de ellos futuros padres violentos. Se crea ast la posibilidad de un cielo rransgeneracional de la violencia Por otra parte, niflos y niftas maltratados y/o abusados sexual- mente, v sometidos a la ley del silencio ylo a la mistficacion de sus ex periencias, pueden desarrollar actitudes desviadas, promiscuidad se xual, problemas de comportamiento, delincuencia, prostitucién, ete ‘que, de un modo anal6gico, denuncian las situaciones de abuso de po- der de las cuales fueron vietimas. Estos ninos al llegar a adultos pueden reprodueir ecologias familiares similares a las que vivieron, en donde ‘sus hijos podirn ser también objeto de violencia y de abuso de poder 28 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA Nuestra investigacién clinica utiliza como campo de estudio el sistema familiar y el tejido social que lo rodea. Por lo tanto, nuestro cenfoque explicativo de la violencia familiares el ecosistémico y nues- tra finalidad pragmtica es contribuir a la preveneién y tratamiento integral de los efectos de esta violencia en los nifos. Por otra parte, mis escritos son el resultado de un proceso donde ime sitsio como observador participante, y por ende, en cuanto autor deeste libro, y ustedes, en cuanto lectores, no podemos distanciarnos de lo que vivimos yiu observamos. En consecuencia, todo lo que es- ccribo sobre el tema de la violencia es a la vez una teoria sobre mi mis- ‘mo y sobre este fendmeno, que he tenido la imperiosa necesidad de comprender. Esto me lleva astmir la idea de Maturana: «Nosotros, los cientificos, somos generadores de fenémenos» (Maturana, 1986). ‘Mi contacto con la epistemologia ecosistémica se produjo en un ‘momento importante de mi vida, Mi exilio politico en Belgica signifi- 6, entre otvas experiencias, el comienzo de un proceso de «modeli- zacién» de mis experiencias profesionales realizadas en Chile, al mis ‘mo tiempo que cl inicio de una biisqueda de nuevas alternativas para continuar mi emilitancia» en la defensa de los derechos humanos, de la justicia social y de la vida El paradigma sistémico, con su connotacién holistica, dinémica « histérica, estaba ya presente de forma implicita en nuestras practi ‘cas medicosociales en América Latina, Sin embargo, su integracién ‘cognitiva sélo fue posible gracias a la colaboracién y el didlogo con tedricos y clinicos europeos. El hecho de que en Chile me interesara por los efectos de la vio: lencia social y mas tarde por las consecuencias de la violencia organi- zada, para comprometerme luego en la terapia de los protagonistas de la violencia familiar, no es una mera coincidencia. Estas etapas ex. presan mi necesidad esencial de comprender y actuar contra la vio lencia, buscando vinculos entre sus diferentes manifestaciones. Lo gue todas estas violencias tienen en comin es que emergen cen sistemas humanos donde no s6lo existen interacciones y compor- tamientos violentos y abusivos, sino ademés un sistema de creencias ue permite, a quien abusa, justficarse o mistificar el abuso de poder y laviolencia sobre sus vietimas. ‘A menudo el sujeto abusador esté convencido de que sus percep- ciones, sus representaciones de si mismo, de su familia, de su hijo, de su historia y del mundo que lo rodea, son la realidad objetiva. La sin- gularidad del abusador no esta solamente en el comportamiento que nos perturba, sino en la constatacién de lo que éleree. En su sistema de creencias, el abuso no es abuso, sino un acto justificable vio nece- LA ELECCION DE UN MODELO ECOSISTEMICO 29 sario; as, torturador, el padre ola madre violenta y maltratadora, abusan en contextos diferentes, pero lo que les une es que todos estan convencides de que lo que hacen es legitimo y nevesario. El drama de estos abusadores es que no saben que sus lecturas, sus ereencias, que ellos consideran la realidad», no son otra cosa 4ue una imagen mental, «un mapa» que corresponde sélo de una ma- nera aproximada a la realidad, La diferencia fundamental entre ellos Y nosotros es que ellos se aferran fandticamente a sus ereencias, lo que les impide liberarse del peso de los condicionantes familiares y sociales que les eselavizan a esos comportamientos ¢ ideologias des tructoras A diferencia de ellos, os profesionales sabemes que «la casa no es el territorio» (Korzybski, citado por Bateson, 1970) A diferencia de los abusadores, hemos aceptado que nucstras percepciones no Som inmaculadas percepciones (Huneeus, 1987). LA EMERGENCIA DEL OBSERVADOR Si aceptamos que toda definicién de la realidad es una manera personal de distinguir y explicar los fenémenos que nos preacupan, te- rnemos que aceptar que de acuerdo con las adquisiciones y las perte znencias sociales y culturales de cada uno, existirin tantas definiciones dde maltrato como personas. A este respecto, las investigaciones sobre Ja biologia de la percepeién. realizadas entre otros por Humberto Ma- turana, nos enseflan que un individuo, determinado por su estructura, dificilmente podria distinguir sus llusiones de sus percepciones, si no tuviera la posibilidad de dialogar con los otros. Nuestras percepciones «son realidades» en la medida gue se consensuan como tales en el in- terior de una dindmica social (Maturana, y Varela, 1984). Por ejemplo, conoc! a un padre que ataba a su hijo de tres anos [para que se mantuviese tranquilo, calmando su propia exasperacion rente a sus comportamientos turbulentos. El habfa expuesto su lec- tura del problema y su solucién a su esposa, a miembros de su fami- lia y a su médico de cabecera, obteniendo el beneplacito explicito de su esposa y el implicito de los demas. El no percibia su comporta- miento como maltratos; crefa haber encontrado una solucién a un problema que le perturbaba, y sus interacciones con el medio am: Diente se lo confirmaban, Este ejemplo sirve para ilustrar la idea de que toda definicién de un problema depende del observador; por lo tanto, la realidad no es algo independiente del acto de observar. El mundo se consiruye 30 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA de acuerdo con la manera como es pereibido, 0 en otras palabras: SE] mundo, tal como lo observamos, es el mundo de los sistemas observantes en que la manera de observar modifica ya lo observa- do» (Foerster, 1981). En el caso del maltrato infantil se necesitaron muchos observa dores para que al fin este fendmeno existiera como realidad social. Porque la existencia dela infancia sin proteccién y el maltrato infan- til, en cuanto a realidad aceptada por Ia sociedad, se constata slo desde los afios sesenta, por supuesto a pesar de la previa existencia constante del fenémeno, y de que siempre han existido hombres y ‘mujeres que se han alzado en contra del abuso del poder y la brutal dad de los adultos hacia los niftos. Diversos autores que no fueron es- cuchados en su época, testimonian que historicamente la norma ha sido que los nifios no sean respetados como sujetos. Datos hist6ricos dan cuenta no solamente de miles de situacio: nes de nifios explotades y brutalizados por los adultos, sino también de que la infancia como periodo especifico en donde el nino requiere ser protegido y cuidado para asegurar su crecimiento y bienestar existe slo a partir de los trabajos de Jean Jacques Rousseau en el si- slo vu. (Martinez-Roig, y De Paul, 1993). Los historiadores estan de acuerdo en que fue s6lo a partir del si- slo xrx cuando la suerte de los ninos empez6 realmente a ser un mo: tivo de preocupacién para ciertos sectores de la sociedad. Esto origi 1n6 una reflexion sobre la naturaleza de los cuidados basicos que ‘eabia proporcionar a los nities y sobre la responsabilidad de la socie dad en la proteccién y cuidado de la infancia. Una ilustracién de esto fue la manera en que se traté el tema del ‘trabajo de los ninios, Desde comienzos de la revolucion industrial és- te fue un tema polémico hasta que, al menos en los patses industriali- zados, se obtuvo un consenso para que el trabajo infantil fuera prohi ido, en un comienzo para los nifios menores de diez aftos, luego ppara los menores de doce anos, y finalmente para los menores de ca- torce afios (De Paul, 1995). Pero aun asf, en los albores del ter lenio miles de niaos de todas las edades habitantes de los pais bbres todavia deben trabajar en condiciones inhumanas para subvenir ‘asus necesidades minimas y las de sus familias. Esta situacién es una de las muchas ilustraciones de la incompetencia del mundo adulto, ineapaz de garantizar un mundo justo y protector para todos los ni: os del planeta, a pesar de que ellos son la Unica garantia de la conti- nuidad y la supervivencia de la humanidad ‘Alo largo de Ia historia siempre existieron sectores de la sociedad y pensadores que se rebelaron contra el maltrato infantil. Ya 400 anos LA ELECCION DE UN MODELO ECOSISTEMICO 3 antes de J.C, Platda aconsejaba a los maestros de escuelas utilizar el juego para instruir a los nifios en vez de reprimirlos. Pero desgracia- damente las voces de e508 pioneros de la defensa de los derechos del nino fueron rapidamente ahogadas por las ereencias sélidamente es- tablecidas que decretaban que la educacién y los métodos educativos eran un derecho absoluto de los adultos yio de los padres (Ruth y Kempe, 1978), ‘Los primeros signos de un cambio cultural frente a la infaneia ‘maltratada fueron, por una parte, la fundacién de los «Movimientos para el bienestar del nifto», creados a partir de 1820 en los paises an- glosajones; v por otra parte, la fundacién en 1825 de la primera casa de acogida para «nifios delincuentes», creada por la Asociacién neo- yorkina para la reeducacién de delincuentes juveniles para proteger a los nifos del contacto con delincuentes adultos en las cArceles. Més tarde se crearon otros centros de acogida para nitios abandonados 0 ‘maltratados, En el campo de la medicina, transcurrieron cien afos entre la pri ‘mera publicacién cientifica que denuncié la existencia del maltrato y el momento en que el mundo médico acept6 al fin que una serie de signos, tales como heridas, fracturas y quemaduras sobre el cuerpo del nifio, podian provenir de golpes propinados por adultos. Este pe iodo se sitia entre el momento en que Ambroise Tardieu (1868), pro- fesor de medicina legal en Paris, apovdndose en resultados de autop- slas, describe 32 casos de ninos quemados 0 golpeados hasta la muerte, y la presentacién en 1961 de Henry Kempe, en la Academia [Americana de Pediatria, del «sindrome del nitio golpeados (Kempe ¥ colab., 1962). Al ano siguiente, la publicacidn de sus trabajos en The journal ofthe American Medical Association, permite al mundo médico ya otros profesionales afines plantearse al menos la existencia real del maltrato fisico, que hasta esos momentos era todavfa un fenémeno, impensable (Kempe y colab., 1962). Este cardcter «impensable» puede ser ilustrado por el hecho de gue el mismo afo en que Tardieu denunciaba en Francia la existencia, de ninos maltratados hasta la muerte, otro médico, A. Johnson (1868) del Hospital de Ninos de Londres, insistia en que la frecuencia de fracturas repetitivas en los nitios se debja mas bien a la fragilidad del tejido dseo a causa de raquitismo. Kempe (1978) sefala, respecto a estos trabajos, que la mayoria de los casos deseritos por Johnson co- rrespondian a nitios maltratados. Segun él, en los archivos de la épo- ca, de los 3.926 nintos menores de cinco aftos que murieron sacciden- talmente» o por muerte violenta, slo 200 de éstas fueron califieadas de homicidios involuntarios, 95 fueron atribuidas a faltas de cuida 2 EL DOLOR INVISIBLE DE L& INFANCIA dos y 18 al frfo reinante, Todas estas muertes, segiin Kempe, serfan hoy dfa imputadas a maltrato infantil El coraje de otros observadores e investigadores preparé la acogida masiva y favorable que tuvieron los trabajos de Kempe (1962), Ast, ya en 1946, John Caffey habfa presentado sus primeras observaciones con respecto a la asociacién inexplicada de hemato- mas subdurales y modificaciones anormales a nivel de huesos lar- os, diagnosticadas a partir de los rayos X. En 1953, Catfey y Silver man establecen, a través de los examenes radiolégicos de estos huesos, el caracter traumatico de estas fracturas, La aceptacién de la existencia de nifios maltratados y abusados por los adultos, ha sido el resultado de un largo proceso de cuestio- hamiento de las representaciones que impedian la emergencia de es- te fenémeno a la conciencia social. El proceso de reconocimiento de esta realidad ha sido el resultado de una co-construcecion mental, en cl nterior de un campo social y durante un periodo historico, Aceplar Ia existencia del maltrato, definirlo y explicarlo fue el resultado de tuna xecologia de ideas», o de construcciones mentales en el sentido empleado por Bateson (1972), es decir, el resultado del conjunto de rocesos conscientes e inconscientes con respecto a un fendmeno ¥ las actividades deseneadenadas por esos procesos que interactiian de ‘manera recurrente y recursiva con los fenémenuse, Respecto a esto, ‘Maturana y Varela (1987) precisan: «Toda actividad es eonocimiento ytodo conocimiento es actividads y Foerster: «Si quieres conocer, pa saalaaccidns (1971), El maltrato «sélo existe» desde que los observadores distinguie- ron, en el marco de sus interacciones, un fenémeno que les preocup6, lo nombraron y lo definieron verbalmente.' Para que el maltrato exis. tera, fue necesario que ese «descubrimiento» se transformara ea un fenémeno social, es decir, que fuera reconocido en el interior de lun contexto de interaccién social cada vez mas amplio, como es toda la comunidad. Kempe (1979) hacia notar que slo en las naciones donde los problemas de malnutricién y de mortalidad infantil ya estan bajo un relativo control. y en las que se espera socialmente mas que la simple supervivencia de los nifios, se desarrollan programas para prevenit considerar el maltrato infantil. En los paises mas pobres del planeta, |. Portenguaje verbo nos referimos ala signiticacion lingitica relevant on el contest, generada enlaiteraccion. El enguaje verbal es ms que tna coonlinacion de omportamientos sl atibuctn de sentido la snndinacion selon comportement LA ELECCION DE UN MODELO ECOSISTEMICO 33 son millones los nifios que sufren de malnutricién y de enfermedades resultantes de la miseria. En este contexto, querer detectar a los nit fos maltratados por sus padres sin hacer los eshuerzos necesatios pa- ra mejorar las condiciones de vida de las familias, sdlo sieve para pro- porcionar buena conciencia a aquellos que son responsables de injusticias estructurales, al mismo tiempo que mistifica los conflictos sociales que faciitan esta violencia. En esta perspectiva, existe un srran riesgo de que estos padres sean ademas los chivos expiatorios de la disfuncién social Por eso prefiero referirme a menudo a estas situaciones como si- ‘uaciones de desprotecci6n, incluyendo aqut todas las situaciones farni- Sars sobre odo sociale, donde a vide ls derechos dels mos no son respetados, Esta perspectiva permite mas facilmente que los di seats torespmnetlosda earselos tito ta ect do terminada— miembros de la familia, escuela, servicios sanitarios, ser~ vicios de proteccién, et, interactien en el discurso yen la accion para crear un sistema de significacién que sostenga una definicién del mal trato infantil inscrito en un espiritu de corresponsabilidad. Esto es también valido en el disefio de la tipologfa de las distintas formas de abuso cometido sobre los nifos. Esta tomard en cuenta la singularidad de cada tipo para ofrecer respuestas coherentes al sufrimiento infantil al mismo tlempo que establecer los vinculos entre los distintos tipos dde malos tratos, tanto en la etiologta como en los procesos de transmi- sion transgeneracional, en un enfoque ecosistémico. LA T1POLOGIA DEL MALTRATO BASADA EN LA oBIOLOGIA DEL AMOR» El proceso de construccién dela tipologfa utilizada en este libro se basa en la idea de Bateson de que el espiritu, la mente (mind), es decir, el sentido o la significacién se construye en Ia interacei6n ¥ no en la cabeza de cada individuo (Bateson, 1979), Las diferentes definiciones de maltrato que emplearemos son el resultado de multiples intercambios de ideas entre muchas personas mes, Nosotras hemos partici- que participan en diversas conversa pado, como otros clinicos, en esta dinémica de «conversacién»,?en la 2. Conversacion. en! sentido sade por Maturana(1983),deserbe el enrecrura- rien de actones,emociones lengua en alcual emergent las atv iad hi Tanas, Esto pus coresponder al noc de interacion humana, tal como la cone Cems en el enloque sitemico, ya la noc de ritual ave velzamos en micro modelo. 34 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA medida en que nuestro trabajo con las familias nos ha obligado a pre cisar la especificidad de nuestro programma, La clinica nos enfrenta ala necesidad de establecer definiciones concretas de lo que se entiende por maltrato infantil, eomo tambign nos confronta con ladificultad, y sobre todo los riesgos de encerrar se eneste tipo de definiciones. Establecer una definicion de maltrato no es accesorio; por el contrario, es la base no sdlo para compren dro, sino sobre todo para cambiarlo. Toda definicién crea ua mun: do semntico alrededor del problema que alecta directa c indirecta- ‘mente a una cantidad importante de decisiones que afectardn a personas coneretas. En la medida en que laelfntea del maltrato bus 2 corregir las situaciones individuales,lamiliares y sociales quc lo producen, es fundamental que los profesionales se pongan de acuer- do en cada red, sobre qué es lo que entienden por maltrato, asi como por qué se produce. La definiciOn de maltrato y su tipologia nos eonfronta a dos pre- sguntas esenciales:cdénde situamos el limite entre lo que es ¥ no es ‘maltrato? y chasta qué punto debemos considerat las costumbres la dimensidn cultural en el momento de diagnosticarlo? Para responder 2 la primera pregunta nos parece importante llegar aun acuerdo so- bre a naturaleza de los cuidados isis, psicolégicos y soclales, alos que todo nifo tiene derecho para aseguratle un desarrollo sano. Esta nos una tareafécil, pero sefalar estos aspectos reduce en parte la variable del elativismo cultural Ta nocién de maltrato es, de esta manera, el resultado de un pro- ceso de «conversaciéns donde se sia este concepto, en oposicién a la nocién de buen tato ode buena calidad de vida de un nifo. La no- cid de maltrato, asi como la de bienestar infantil uilizada en este li- bro, se matcrializa cn las emociones, comportaimientos y discursos que constituyen a su vez «conversaciones» y redes de conversaciones, ‘Amedida que un comportamiento y/o un diseurso sobre un nio se parte mis de la «biologia del amors, més sera considerado como maltrato (Maturana, 1983). En la dindmica ereada por esta sbiologia del amore, cualquier nino con sus caracteristicas, que hacen de él un ser nico, es considerado intrinsecamente igual a todos [os demas ni- fos. Todos los nifios deben recibir los cutdados necesatios a fin de asegurarls la vida, el bienestar'y un desarrollo armonioso al mismo tiempo que sus derechos sociales, econémicos, civics y politicos son respetadios, permiliéndoles el desarollo de sus potencialidades para Que todos tengan las mismas posibilidades de vivir, ser bres y flies Seatin estos principios, toda accién u emisién cometides por in dividuos, insttuciones 0 por la sociedad en general, y toda situacion LA ELECCION DE UX MODELO ECOSISTEMICO 35 provocada por éstos que prve a los nif de cuidados, de sus dere Efos' ibertades, impisiendo sa pleno desarrollo, constitiven, nor Uctnicigm, an acto oun situscion que entra cnla categoria de logue nosotros lamaremor malos rato © negligensi, ‘Augut on este libro nos rfenmos sabre todo al maltrato ites familian insisireanos a memudo que abordamos un drama que releja ti racaso de toda la comunidad, Hemos hecho nuestra Ia fdea de Sue elestade de bionestar de un nfo no cs nunca wn regalo oe foc {dela buena o mala suere, Al contraro, es un proceso humano, hunca sd individual, ni siguicr inicamente fail sino el rex {ado deun enfuerzoconjunto dela comunidad. En esta perapectiv, hemes adopiado definiciones que conrderan lox malostratos oma tne manifestacin dela violencia humana aduta sobre ow hos e- tos clei utlzar la familia como medio para presentarlos res tados de nuestras observacioncs debido al caricer espectfico de ‘Mis que definic los malos tats, patiendo de variables tales co smo la frecuencia In ntensiad y aun sw inncionalidsd, optamos 5 defiiciones que muestrn el Gata yelsuimiento prodicide por tesiones activas y por ncesidades infantile no saitechas por los acts, como enc caso del nehigencia Nesta tipelogta del malate prctende er una herramienta de observacién, pra ajudar al profesional a vincular cleriaw manera: Gioney de sutimient infantil con el fendnieno dea violencia. Busca no sélo nombrar el contenido expectico del maltrato, sine tambien preseatarlo deal manera que si lecior no alvide jamie que, detrés de sins fendimenos, cs los indviduos qaclo prodacen cons sing Inrkdad propia, poto también implicados en contexts histGrcos thodos elaconalesespeflicosytepetitiven, por logue nevestan de tia imervencion social solidariaycoherente para cambiar La tiroLociA pr Los waLos-7RxTOS DESDE UNA PERSPECTINA ECOSISTEMICA tat ig ge en Lucene Godot campo el campo propio tal fenémency el campo del observador La primera Shane de sbrdar el desatfo de Copetrar aun tipologin comtiste en {tn as mercies yocomerecones matador cn Trientes ydiscurvos que implican el uso dela fuerza fisic, sexta vo Tricolgica, gue por inialcnsidad yecuencia provocan danos ens 36 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCEA CuapR 1 Maltrato Active Pasivo Visible Golpes, abuso sexual | __Negligencia Invisible Maltrato psicologico | __Abandono. nitos en este caso, hablaremos de maltrato activo o violencia por la decid A diferencia de est, ef maltrato pasivo se retire ala omnsion de intervenciones ytode dacursos necesarios para ascgurare bien estar de Tos nis, El maltrato pasivocomesponde las situaciones de neligenciao violencia pr omiston. Hablar de maltrato activo y pasivo nos permite dstingulr dos rmundosreacionales, que producirn cada uno una scareras dif rente para la vctma Goffman, 1961), saber un aprendlzaje cope fico impuesto por las cicunstancias dela vida El matrato activo ys ssid, Todo comportamientoy dis- curso maltratador tiene un valor comunicativor el contenido del ‘mensaje eebido por victimnadependers, entre otros, del modo de Comunlcatén, del contexto en el val ésta se realizay del estado e. tructural dea vietma en el momento del maltrato. De esta manera tm los catos de violencia fin, los mensajes malratadores son com: ticados a través de golpes ya sean propinadosdirectamerte con Tas manos los pes ola cabera del adultoocon diferentes instrumentes (palo, cinturn, cable elctrico, ste) Estos estos pueden manifon tarse tambien por quemadurss com agua 0 hieros callentes, Una Planchau otros objeto incandescentes Eat tipo de violencia sero. dice en un context a menudo imprevisible, provocando ena viet ‘ma una scartera moral ceraterizada por el aprendivaeforvado a través de error, a impotencia y la sumision Este tipa de malostratos deberia ser siempre visible para un ob- servador por as huellas que los golpes dejan sobre el cuerpo del nino (tas deberian facia la deteeion yc dlagndstico de este maltrato, por ls indcadres son directo oii. Despraiadamente {ono siempre es ai, pues no todo lo que es evidente se puede pert bir sobre odo stesto implica un acto que puede acrreat moestiasy conflito al profestonal Los abusossezusles correspond a otro tipo de maltrato activo aue lamaremos indistintamenteviolencla seul. Agul el mensaje Malratador es Wansmitido por los comportamlentos sexual del LA ELECCION DE UN MODELO ECOSISTEMICO 7 adulto. Estos mensajes constituyen un profundo y grave atentado a la integridad fisica yio psieologica de las vietimas, y los podemos com- parar con una etentativa de asesinato moral» de los nifos. Las manifestaciones de este tipo de maltrato pueden ser visibles solamente en situaciones en gue ha habido penetracién anal o vagi- nal pero, attn en estos casos, no siempre hay huellas fisicas, por la constitucién anatémica de los nifios. Desde el punto de vista de la vie sibilidad del fenémeno, la violencia sexual es sélo parcialmente visible cen la medida en que los indicadores directos estan a menudo ausen. tes y por lo tanto la deteccicn y el diagndstico deben hacerse a través de indicadores indirectos y, sobre todo, facilitando la revelacion por pparte de las victimas, De aqui Ia importancia de los programas de in- formacién destinados a los niios, que les ayudan a reconocerse pre- ‘cozmente como victimas de una situacién de abuso sexual ya atre~ ‘verse a comunicar su situacién a un adulto de conflanza (profesor, vecino, sacerdote, ec.) formado a su vez por el mismo programa pa- ra escuchar, creer y ayudar a las victimas. El malivato psicoldgieo, que no sera tratado en extenso en este li- ‘bro, comesponde al ultima tipo de maltrato activo. Aqui el nino es agre dido a través de palabras que lo humillan, lo denigran oo rechazan, 0 por un ambiente relacional caracterizado por gestos insistentes que co- ‘munican confusién, aislamiento, fusion yo corrupeién. El daho pro- vocado por la violencia psicol6gica es proporcional a su invisibilidad porque, por na parte, es muy dificil para la victima reconocerse como tal, y por otra parte, as posibilidades de deteccién son escasas debido ala ausencia de huellas directas sobre el cuerpo del nino. El maltrato pasivo o negligencia, es el resultado de situaciones en Jas que, de manera deliberada 6 por una actitud extraordinariamente nnegligente, las personas responsables de los ninios no hacen nada par ra evitarles los sufrimientos o no hacen Jo necesario para satisfacer tuna o varias de sus necesidades, juzgadas como esenciales para el de- sarrollo de las aptitudes fisicas, intelectuales y emotivas de un ser hu- ‘mano, El contexto comunicativo establecido por este tipo de compor- tamiento esté constituido por gestos de omisidn. La visibilidad y la definicién del fendmeno son, por lo tanto, mas dificiles de establecer. ‘Ademés, las posibles huellas de negligencia se manifiestan en forma Jatvada a excepeidn de situaciones dramsiticas de desnutricion y de descuidos erénicos. Esto explicarfa que esta forma de maltrato sea, segiin Trainor (1983), la mas desconocida e ignorada por los medios de comunicaci6n, por la literatura cientilica y también por los servi- cos sanitarios y de proteccién. Son muy pocos los casos detectados como situaciones de negligencia, y cuando esto sucede, permanecen 38 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA invariables o se deterioran en tres cuartas partes de los casos (Trat nor, 1983 y Mayer Renaud, 1985). A la invisibilidad del fendmeno se unen otros Factores; las conse- ‘uencias de! maltrato ffsico son tratadas por los médicos, mas pode- 1osos v valorados por la sociedad que los trabajadores sociales, testigos privilegiados del sufrimiento de los ninos abandonadas a si mismos, demas, el abuso lisico y aunt el abuso sexual, son mas faciles de deti- nir, mas evidentes v mucho mas sensacionalistas que la negligencia Para terminar, diriamos que la «intervencién» con respecto al abuso fisico v sexual es més gratificante y requiere un tratamiento mas con- creto con resultados mas visibles, en el que el profesional tiene mas facilmente el sentimiento de ser actor de un proceso lerapéutics, de servit para algo. En términos monetarios, los tratamientos son me- nos costosos y no necesitan poner claramente en evidencia el ral de Jos factores sociales, proporcionando buena concieneta a los respon sables politicos. Por el contrario, en la etiologia de las situaciones de negligencia se conjugan milltipes factores ligados a la pobreza y ala exclusion soctal Polansky y Chalmers (1981) expresan claramente esta situacién: 4B] abuso de los ninos es un fenémeno tan atroz.que quisiéramos no notarlo; sin embargo, la indignacién que suscita atrae forzosamente laatencién. La negligencia es tambicn suficientemente desagradable para que deseemos ignorarla, y es un fendmeno silencinso, insidioso, facil de negar... La negligencia concierne a gestas no realizados, es ‘una inaccion provocada por la indiferencia, Cuando se produce a do- micilio, la negligencia es un pecado intimo. Su presencia se traduce ‘muy raramente en forma directa sin equivocos. Se-puede descubrir a través de las huellas dejadas sobre nifios que son sus victimas, aun- que permanece a menudo invisible hasta que debamos tratar sus efectos sobre Ia personalidad de un aduleo destruide». Lacuestion de la visibilidad de los diversos tipos de maltrato nos permite comprender mejor el caracter atin impensable de estos fend- menos para muchos profesionales y para una parte del mundo adi: to. Ademas, muestra la necesidad de observadores conscientes y com. prometidos, eapaces de distinguir las sonales directas e indirectas del ‘maltrato, para brindar ayuda, cuidados y proteccion a las vietimas, al mismo tiempo que contribuir a la creaciém de nuevas «redes de con- versaciéns con la familia y el entorno social del nifio, a fin de promo. ver los cambios necesarios para mejorar las condiciones de vida de los ninos, El cardcter invisible de algunos tipos de maltrato nos ayuda tam- bién a aceptar mejor a idea de que nuestra logica elinica es y seri di LA ELECCION DE UN MODELO FcosisrEmico 39 ferente dela logiea del sistema judicial, La logica de la justicia con- slate en probar la cxistencia de los hechos porque éstos constituyen in delito, El sistema judicial debe, por lo tanto, haver apareeer 0 Fe- {onocet los malos tratos como fentgmenos verdaderos, reales y vera Ges por medio de pruebas, a menudo materiales. Comprender esta istincién puede ayudarnos a wo esperar del sistema judicial lo que ste no puede dar Esto no excluve la basqueda de una colaboracion entre estos dos mundos, pues los servicios judicales y terapéuticos han sido concebidos para una tarea fundamental, la de proteger y mantenet la vida de todos los ciudadanos, particularmente los mas Aebiles. Lo importante en esta colaboracicn es establecer canales de dlélogo, que reepetando las diferencias, permitan la colaboracién al- tededor de una finalidad comin: el respeto de los derechos del nif or otra parte, Is prictica clinica permite descubrir intercone- xiones entre los diferentes lipos de malas ratos. Estos se sitdan a dos flveles, Primero, generalmente un lipo de maltrato nunca se presen ta solo; por ejemplo, el nino no sd recibe golpes, sino que es deposi: {ario de palabras o estos hirientes y huillantes, que corresponden al malirato psicologico; la negligencia ol abandano son a la vez for- mas de maltrato psicolégicoy el abuso sexual puede fr acompatiado de violencia fisica. En segundo lugar, namerosassituaciones elinieas nos han mostrado que un nifiodesctidado, del que se abusa sexual: mente o maltratado Flsicamente, puede convertase en una madre 0 tus padre maltratader, pero produciendo un tipo diferente del maltra- to vivenciado. ‘Son numerosas la historias clinicas en las cuales el sufrimiento de un nite desculdado, del que se abusa sexuslmente, golpeado tmallratado psicoldgicamente, no se expresa con el mismo contenido Cuando es padre, Por diferentes razones que abordamos en este bro, es posible que los comportamientos maliratadores no se transmitan de una generacign a otra, produci¢ndose una verdadera «ruptura cul turale, En otros casos podemos hablar de una recorversisn del eonte- ido def maltrato, es Gecir, de «un cambio cultarals: por ejemplo, hombres que han conocido earencias y separaciones maltiples du rante su Infancia, pueden transformarse en abusadores sexuales de sus hos. En ciertos cason hemos observado la misma sreconversiOns on jévenes vitimas de golpes y humillaciones peicologicas quienes Si ser padres, uilizan su sexualidad para hacer sufriry sentirse pode. Poilemos también mencionar easos de madres abandonadas cuando eran nilfas, que expresan su sufrimiento a través de los malos tratoslsicos que fnflgen a sus hijos. Son nifias de las que se abusé 40 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA seaualmente, que al ser madres, no serdn capaces de proteger a sus hijas de las acciones de su marido, desatendiéndolas fisiea y psicol6- gicamente, Estas posibilidades multiples y variables introducen un elemé o ms en la complejidad del fenémeno. Al insistiren la interrelacién entre los diferentes tipos de maltrato evitamos la trampa de fragmen- tar y simplificar la realidad, protegiéndonos de esta tendencia toda- via dominante en numerosas disciplinas, Vista clinicamente, nuestra diligencia apunia a encontrar mode- Jos generales que permitan explicar las interrelaciones entre fenéme- nos particulares, Por eso tratamos de encuadrar los diferentes tipos de maltrato en un mismo fenémeno, es decir, la violencia humana, considerando que ésta praviene de las deficiencias o del fracaso de al ‘menos dos caracteristicas que definen a la condicién humana: el capegor va «palabra», 2. LA FAMILIA: UN SISTEMA BIOPSICOSOCIAL ¥ CULTURAL, DE CRECIMIENTO En la vida de una familia, los dramas de la violencia y el mal: trato de nifios emergen a partir de factores que dependen, por una parte, de su dindmica interna, y por otra, de las perturbaciones de su medio ambiente, especialmente por la resonancia entre los fac tores familiares y los del medio. La familia es un sistema complejo, ala vez viviente y humano, en interaccién permanente con st me- dio ambiente. Por lo tanto, es un sistema que pose una estructura autoorganizada y jerarquizada, y que presenta una organiza tridimensional: bioldgica, social y hablante. LLA FAMILIA EN CUANTO ORGANIZACION DE ORIGEN BIOLOGICO Desde el punto de vista de la biologfa, en cuanto «ciencia de la vidas, la familia es un sistema viviente que pose una organizaci6n sautopoiétican.’ Este sistema fabrica sus propios componentes, partiendo de elementos que le procura su medio ambiente humano; ademas, tiene la capacidad de modificar su propia estructura para adaptarse, sin perder su identidad (Maturana, 1988). La finalidad biolégica de una familia es crearse, mantenerse y reproducirse co- ‘mo un rorganismo vivientex. Por lo tanto, toda la energfa y los re: cursos familiares estan, en términos absolutes, destinados a man tener la organizacion viviente de todos Ios miembros que la componen. La nocién de organizacién que usamos aqui, hace refe: reneia a los tipos de relaci6n existentes entre las partes de un siste |. Bate concepo fe introduc por Maturana ¥ Varela pars caracterizar los se res vivoa como capaces de produces mismos.Agulaplicamos este concept asf mili om ant iste viene 42 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA ma viviente, que determinan au dentidad y por Io tanto la pert niencia auna clase expecifics, por ejemplo, ala clase familia ist tacion, barrio, ete. Este concepto incluye el lugar del observador de los fendmenos que cabe identificar'y comprender Asi, un sisterna se datingue de otro por su dlentidad, determi- nada por su organizacién, es deci, por el tipo de relaciones sing lares existentes entre las partes quc la componen. La observacion dle estas relaciones permite determinar por ejemplo, que un sste- mma perteneve ala clase «animales», otto la clase «humana, un tercero a la clase «familias, efc. Para que exista una organizacion, se necesitan componentes; el conjunto de lox componentes de un sistema conlituye su estructura: «La nocién de estructura, el con. trario de Inde organizacion, se refiere alos Componentes —y alas Felaciones que existen entre ellos, que realizan, en un momento ‘spectfico, una unidad concreta den ipo determinados (Matura- tna, 1989). Desde el punto de vista desu estructura, la familia es uh Conjunto de miembros que a uavés de interaccfoncs redundantes fagrupan en subsistomas. Ast, podemos ditingult los subsistemas parental, convugsl, abucos, (atria, adultos, ninos, ete. Los sste- ‘mas estin separados por fronteras simbclicas y eada uno de ellos contribuye al fincionamiento de la familia manteniende su ident dad através del ejerciio de roles, de las unciones y de Ins tareas necesatias pata la existencia del conjunto (Minuchin, 1979) Tas interacciones de los miembros de una familia se structu- ran através dl tiempo en riuales, ie mantienen el funcionatnien. to dal sistema como conjunto, procarande a la vez un sentido de coherencia y pertenencia, Nosotros preferimos el término aa en Iugarde paisones de comportannieato, para refetirnos al conjunto de comportamientos que permiten, porsu cardcier interactive re, petitive, mantener o conservar los lazos entre los miembros de una familia, con el fin de producir armonia en la accién comén. Esta aceién comin ests destinada a producis, mantener y protege la vi da de los miembros de la familia. Em la medida en que ve lenguaje Palabreantes —herramienta espectficamente humana, mantione Ia capacidad de producir los ritales ya veces ls reemplaza, pode thos considerario como un smelaritaal Estos ritualos estan destinados, por ejemplo, a acoger proteger Siar un fer a como sneer a colaboracon abitacién entre ellox. Otros se establecen para asegurar zonas de intimidad y-de diferencia. Estos iltimos affrman una jerarquia en Ia estructura familiar, garantizando la diferenciacion de los roles ¥ Jas fronteras entre las generaciones. - LA FAMILIA: UN SISTEMA BIOPSICOSOCIAL Y CULTURAL 43 Si retomamos los conceptos de organizacién y estructura, po- demos decir que tanto una familia belga, como una chilena, una ‘monoparental, una biparental, una reconstituida, etc., pertenecen todas alla «clase familia» porque todas tienen una organizacidn au. topoiética, a pesar de sus diferentes estructuras. En toda familia, la estructura debe asegurar la produccién y manutencin de sus miembros, de sus fronteras, y de la {rontera exterior que la distin ‘gue de otras familias, La singularidad de toda familia es que su or- ganizacion se centra en la sola finalidad de permanecer como tal. En este acercamiento, el ser y el hacer son inseparables (Maturana y Varela, 1984), La agresividad, la sexualidad, los modelos de crianza, la pro- piedad y la palabra Son un conjunto de recursos esenciales al servi- Cio de la vida familiar, Lamentablemente, son numerosas las fami lias donde los adultos desvirtiian estos recursos, provocando diversos tipos de violencia —de los que la mas dramética es la que atane a los nifos—, Por su cardcter destructor, estas situaciones pueden acarrear la pérdida de la organizacién familiar. Por ejem- plo, se dira que en una familia en la que el padre ha cometido in- ‘cesto con su hija, el abuso ha desvirtuado las relaciones familiares y por lo tanto esa familia ya no lo es come tal, La familia pod: Jode nuevo sélo si una intervencién terapéutica introduce los cam- dios necesarios. Para mantenerse como ua organismo viviente, la familia ha de poder modificar su estructura y, por otra parte, acoplarse a otros Sistemas (lamnilias, instituciones, terapéutica, animales, etc.). Esto implica la existencia de una «plasticidad estructural», como tam- Dign la posibilidad de «dialogar» con los componentes de su medio ambiente. Una familia que no logra adaptarse a los cambios, corre el ries- go de perecer yo provocar en su seno perturbaciones destructivas, ten donde los malos tratos a los nifios son una de las consecuencias mds draméticas, He aqui un ejemplo de esta situacisn: Mohamed, casado, con tres hijos,tenfa veintiocho afos cuando la tierma de st padre, un carpesino beréber; de} de producir e alimento hnecesario, Miembros cercanos de su Familia Ie hablaron de la posibili- dad de parti a Belgica para encontrar allt trabajo; otros hombres dest fldea ya lo habfan hecho. En esa cpoca, Bélgica aim necesitaba mano de ‘bra extranjera para asegurarel bienestar social y econémico de sus cit ddadanos. La macire de Mohamed no estaba enteramente de acuerdo con Is partida desu hijo, con el cual tenla una estrecha relacion,y ademas la ‘partida de st mucra Said le dejaba sin un miembro clave para la gestién 44 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA se- tnipcrmeable qc permite inereambios con cl exterior, mantenien- ovsiempre un sertde de pertenencia y de cohesion (Minuchin, 1979), Eh sus relaciones eon el medio mano, la familia establece tnuliplesrelaciones con otros sistemas, por ejemplo la familia -ex- {ensae los vecinos, los companeros de trabajo, et 1 proposito dc esto ls familia tambicn encontramos «la sorprenenteactitud de is sistemas vives, de aumentar su comple jtdad bajo el ecto de las perturbacionesaleatorias que provience Jesu medio ambientes (Alan, 1972, 1999). Estas perturbaciones Gel medio sobre e sistema familiar Gonstguyen tambien recursos esgraciadamentc, «sto nosuoede sempre de foria construc tivay sana para todootos miembros dela familia ¥ ex asf porguela Capacidad del sistema para adaptarse alas perturbaciones prove- nentesdel medio dependen de la magnitud y ealidad de las pertar= bhaclones, pero sobre todo del estado del sistoma familiar en el mo mento de ser perturbudo, En clerias condiciones las familias, va tuotadas por cl sobrepeso de Muctuaciones del medio, se eneven tran enlamposibildad de modificar su estracturayenfrentadas a tina nueva perturbacion incluso minima, pueden sucumbit rem Contandseenunasitasion ats ue pono pier au reanizacion Se tata, por ejemplo, de eas fai que producer Mlolenci intfafamiliar y maltrato en un contexto deers, donde Tos recursos normales pars asegura la intearidad de tos miembros, topeciolmente a de los mas debles, e encuentran momenténea mente agotedos, Esias familias no tienen otros recUrson dlspont- bles para inteprar de manera constructivay ereadora los efectos alentorios del medio. Nos referimos a ls Familias de emigrantes, Superviventes de las guerraso dela persceucion polfica yo re glosa, pero lombign alas familias enirentadas ala pobreca, al de- empicoa le exclusion socal y las prestones del eomaumismo. Tin inversa las situaciones de maltrato pueden sera veces la conserencie del enceso de lausura.o Nermetismo de clrta fami lla Esto significa una ssorderae ound indiferencia respect ales perturbaclowes del medio, Se ta agu! de lo sisters familiares 43. EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA, ‘que, por su funcionamiento hermético, preducen actividades en el vacfo con muy poca comunicacién con el medio, lo que conduce & una degradacién de las potencialidades creadoras y reproductoras del sistema. Esta petrificacién facilita la emergencia de sufrimien- tos, sobre todo de fenémenos que amenazan la integridad de los elementos més débiles del sistema. Estudiaremos a este tipo de fa milia en las siguientes paginas bajo la denominacién de familias abusivas y maltratadoras. Su identificacién y descripcién nos dara los elementos para aceptar una de las ideas fundamentales de nues- {10 trabajo, a saber, la necesidad de provocar una crisis, partiendo del campo social, para ayudar a este tipo de familia, Esto equivale a facilitar sus cambios estructurales a través de la produccién de per turbaciones constructivas provenientes del medio. De esta manera, las medidas de proteccién de los nifos, la intervencién judicial, yla ayuda terapéutica a las familias, pueden transformarse en sucesos significativos y reparadores en la historia familiar y en su proceso de organizacién. En nuestro modelo, este proceso corresponde alo que llamamos «la intervencién social-terapéutica [La FAMILIA EN CUANTO SISTEMA CULTURAL Y «LENGUAJEANTE® Este paseo por la «biologia» de la familia nos introduce en su. dimensién cultural y «lenguajeante». La biologia nos ensefa que, en a realizacién de su organizacién autopoiética, los scres vives, comprendidos los humanos, actian con una elatistira operacionat (Maturana y Varela, 1984). Esto significa que la identidad y la auto nomfa de los sistemas vivos, familia incluida, estén ligadas a la ca- pacidad de mantenerse gracias a operaciones producidas por ellos mismos. En otras palabras, la identidad de una familia «estd espe- cificada por su red de procesos dindmicos, cuyos efectos no salen de esa red» (Maturana y Varela, 1984). Segiin estas ideas, los cam- bios estructurales que resultan de la interaccién entre la familia y su medio son desencadenados por el agente perturbador, pero de- terminados por la estructura del sistema perturbado. Las perturba- ciones del entorno no indican jamés al ser vivo el contenido de st respuesta a esta perturbacidn: la estructura del sistema es la que determina la respuesta. Por otra parte, un sistema viviente como una familia puede ser también fuente de perturbaciones para su medio. Esto equivale a decir que nosotros, en cuanto «observado- res», s6lo podemos tratar con unidades determinadas estructural- ‘mente (Maturana y Varela, 1984), 1A FAMILIA: UN SISTEMA BIOPSICOSOCIAL ¥ CULTURAL 49 La nocién de clausura operacional es otro de los conceptos cla- ve que anima mi reflexion a proposito de las posibilidades y limites {ue tenemos de inluiren familias que no son la nuestra. La sigulen Se ficeién puede contribuira comprender mefor este concepto. ‘Si hubieve crecido en una isla desierta, sin postbilidad de edia- logar» mis experiencias con nadie, nunca hubiese tenido la con- Clencia dle mf mismo ni de mis transformaciones a través del tlem- Mi organismo, determinado por su estructura, funcionaria en tina dinamica cervada realizando su finalidad y efectuando los in- tercambios internos que determinarfan mi crecimiento y mi enve- jecimiento, al mismo tiempo que responderfa a las influenecias del medio manteniendo su capacidad eautopotética». Imaginese ahora tun observador que me hubiese visto una vez al nacer y luego veinte toss ade: El me isn dud: Oh, cm has creeds Srganismo, jamés acoplado a través del lenguaje con otro humano, Continuaria funcionando sin «comprender» dicha expresion (Ba- rudy, 1992). ‘En esta ficcién, la conciencia de mi evolucién, de m{ mismo y del mundo que me rodea, hubiera sido posible slo en el momento ‘en que mi organismo hubiese estado listo para ampliar sus posibi Tidatles, proponiendo cacoplamientos lingaisticos» a otras perso- nas capaces tambien de acoplarse a nivel del lenguaje. Pero aun si ai organismo hubiese estado anatomica y fisiolégicamente capa- ‘Sitad, entre otras cosas, para comunicar mi experiencia de crecer, Gsto no hubiese sucedido si en el momento preciso no hubiera tnistido Ia posibilidad de acoplarme lingufsticamente con otro ser Jmilar a mi. Si esto no hubiera pasado, ustedes no podrian leer es- telibro. ‘Maturana y Varela (1984) recogen el ejemplo dramatico de dos, alaas hindiies gue en 1922 fueron recuperadas de una jauria de lo- bos que las habia criado lejos de tode contacto humano. Al ser des- Cubiertas, las dos pequetias no sabian mantenerse de pie a pesar de Sus edades, ocho cinco alts respectivamente. Caminaban a cu tro patas, no sabian hablar y sus rostros eran inexpresivos. S60 co- mfan carne oruda, tenian costumbres nocturnas y rechazaban el ‘Contacto humano, prefiriendo la compat de perros yo de lobos. Lamés pequena murié poco después de haber sido descubierta. La mayor sobrevivie mas 0 menos diez aflos, A pesar de los cuidados de la familia del mistonero anglicano que la habia salvado y de tras personas que e relacienaron con ella, no lleg6a humanizarse Completamente. Aun después de haber cambiado sus costumbres Slimenticias y haber aprendido a mantenerse de pie, volvia a correr

You might also like