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NOMBRE DE ALUMNO: JORGE EDUARDO MARTINEZ RAZO

NOMBRE DEL PROFESOR: MTRO. JORGE LUIS LOZANO SALAS

NOMBRE DE LA MATERIA: ETICA PROFESIONAL DOCENTE

TEMA: “ÉTICA DEL DOCENTE”

IRAPUATO, GUANAJUATO A 11 DE NOVIEMBRE DEL 2021


INTRODUCCION
Un profesional excelente es aquel que compite consigo mismo para ofrecer un buen
producto profesional; no se conforma con la mediocridad profesional, sino que
aspira a la excelencia en el servicio a las personas que le requieren como
usuarios de su profesión. Para esa revolución moral de la vida corriente es necesario
apuntar si queremos profesiones y profesionales que contribuyan a una sociedad
civil decente y vigorosa.

DESARROLLO
¿Qué hace a un buen docente? ¿Sus estudios? ¿Su experiencia laboral? ¿Su brújula
moral? El trabajo del docente es uno de los más exigentes que existen, tanto a nivel
educativo como a nivel ético. Un buen profesor debe ser capaz de proporcionar una
educación de calidad a sus alumnos, pero la sombra de su labor se extiende mucho más
allá.

La ética es aquella que pone el epicentro de la educación en la moral; mientras que la


ética del profesional docente es el conjunto de principios morales que deben guiar a los
docentes a la hora de ejercer su profesión. Según se desarrolla a lo largo de este
resumen, los alumnos puedan alcanzar su máximo potencial, los docentes deben de
poner especial interés en desarrollar relaciones interpersonales con ellos primero. El
alumnado necesita saber que el profesorado se preocupa por ellos, deben sentirse
seguros y cómodos, ya que esto les permitirá construir la suficiente seguridad personal
como para desarrollar un interés propio por el aprendizaje. Si un docente conoce bien las
motivaciones e intereses del alumnado, puede ejercer su labor de manera más
personalizada y efectiva, potenciando las habilidades de todos los presentes en el aula.

La labor de los docentes no se debe entender como un hecho aislado. Mejorar su calidad
docente a través de sus relaciones con los alumnos tiene un efecto positivo en el total de
la población. El profesorado, que realiza prácticas docentes buenas, también es un
ciudadano ético, puesto que contribuye a generar capital social en la comunidad civil a la
que pertenece. Invertir en construir relaciones, en desarrollar un entendimiento ético del
mundo, y en mejorar las percepciones morales de los alumnos supone un salto cualitativo
para el docente, que no solo afectará a sus alumnos a corto plazo, sino que tendrá
consecuencias de raíz para nuestra sociedad en años venideros la ética profesional de la
que tanto se habla, en varias ocasiones no se ve reflejada en el actuar de los docentes
por ejemplo, se deben cuestionar qué ocurre cuando un profesor se involucra
sentimentalmente con una estudiante, cuándo una profesora no es objetiva con los temas
tratados en clase o cuándo se vuelve cómplice de algunas situaciones de sus estudiantes
o de sus familias.
El ser humano, desde su nacimiento, se encuentra con una variedad de obstáculos que
va a ir enfrentando en la medida que desarrolla sus capacidades de pensar, reflexionar,
tomar decisiones, entre otras. Es evidente, entonces, que los humanos pasamos por
diferentes etapas de desarrollo a lo largo de nuestro ciclo vital. En estas crecemos físicas,
emocionales, social e intelectualmente, al estar expuestos a influencias externas, las
cuales pueden ser positivas o negativas, según el entorno en que la persona se
desarrolle.

La formación del docente, debe hacer hincapié en el significado de la educación para el


crecimiento humano, es así que la formación académica de los docentes debe contemplar
una dimensión moral; que los prepare para ser eficientes en la formación de ciudadanos,
pero para ello no es suficiente con que el maestro en formación posea conocimientos
éticos, sino que; estos deben formar parte de su práctica cotidiana.

Es así como un profesional de cualquier campo disciplinar, para llegar a un alto nivel de
integridad ética, más que adquirir muchos conocimientos sobre teorías y desarrollar
diferentes habilidades técnicas, debe poseer gran fortaleza y sentido moral para tomar
decisiones. A ese “cúmulo de saberes, creencias, valores, puestos en práctica en el
campo profesional, se le denomina Ética Profesional; que es parte del conocimiento
transmitido de generación a generación”

Los maestros como profesionales, realizan actividades cuyo aporte es el intelecto, cuya
principal finalidad es servir a la sociedad en la formación de los estudiantes para mejorar
su calidad de vida. El docente es el responsable directo de una educación basada en
valores, por lo que debe poseer las cualidades: psicológicas, sociales y morales,
necesarias para educar a sus alumnos. La práctica docente requiere de la pasión por el
servicio y ayuda al prójimo, la formación y práctica de valores éticos para, de esta forma,
ofrecerle a la sociedad individuos solidarios, respetuosos, tolerantes, demócratas,
auténticos y apasionados por la justicia, lo que implica que el maestro sea un ejemplo
para sus discípulos.

El artículo 51 de decreto 2277 de 1979, habla de la Ineficiencia profesional así: “El


educador que muestre serias deficiencias en la transmisión de los conocimientos de su
especialidad, o en el ejercicio de las funciones y responsabilidades inherentes al cargo,
estará sometido a las sanciones previstas en el artículo 49 las que sólo podrán ser
aplicadas en forma progresiva, previa amonestación escrita de la entidad nominadora.”
Razón por la cual, la formación del docente, debe hacer hincapié en el significado de la
educación para el crecimiento humano, es así que la formación académica de los
docentes debe contemplar una dimensión moral; que los prepare para ser eficientes en la
formación de ciudadanos, pero para ello no es suficiente con que el maestro en formación
posea conocimientos éticos, sino que; estos deben formar parte de su práctica cotidiana.
CONCLUSION

El docente es el responsable directo de una educación basada en valores, por lo


que debe poseer las cualidades: psicológicas, sociales y morales, necesarias para
educar a sus alumnos. Se requiere que el maestro esté atento a las necesidades
de los estudiantes desde una actitud de aceptación y confianza sin sobrepasar los
límites. La formación docente debe ser permanente para lograr una práctica
educativa transformadora que esté respaldada por un compromiso ético, con la
educación, comunidad educativa y la sociedad, para alcanzar una sólida
formación.

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