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capttulo V —- La reflexion (hospitalidad y soberbia) Don Quijote, vacio ya de su proyecto, vuelve a casa, vuelve a si mismo, José Echeverria 1. Las variantes de la disponibilidad Elconcepto de reflexién tuvo en los primeros pasos de nuestras indagaciones un caracter casi operativo, ademas de simbélico: regreso al espacio propio (al domicilio), al tiempo para si (al dia de guardar). Que este concepto de reflexién venga a converger con aquel otro con el que se describe un rasgo esencial del psiquismo humano ~y que venga a fundamentarlo- es lo que intentaremos ver a través de un examen algo mas minucioso de este tiempo circular de la vida civil. Fue a propésito del aburrimiento y del desgano que empeza- baa mostrarsenos con mas nitidez lo que Ilamaremos cualidad propia de este tiempo: cualidad de hacerse denso, pesado, desér- tico, inoportuno. O a propésito de otras disposiciones afectivas: de “pasar volando”, de ser eterno, propicio, discontinuo... He- mos hablado también de tiempo degradado, de tiempo libre, de tiempo comtin, etcétera’. Por ultimo haciamos notar que estas cualidades se vinculan directamente a modos por los que so- mos conscientes de una relaci6n y accesibles a una demanda, cualquiera ésta sea, ya provenga de personas 0 cosas. Ahora bien, a diferencia de la asequibilidad que se dice de las cosas -hecho puto y simple-, en el hombre el ser accesible supone cierta capacidad de despeje: liberarse de aquello que lo ocupa para dar cabida a una nueva relacién 0 a un nuevo modo de acoger lo extrafto, Potencia de despeje que hemos nombra- do como disponibilidad. 143 Escaneado con CamScanner Digamos que se trata de un estado “difuso” que, a de, sféricamente”* a los fendmenos Psiquic 'MAs q, envolver “atmo’ n ‘ tuales que nos ocurren’, otorga la calidad al tiempo yiy; cada uno de ellos. Es comin describir esta calidad meta mente en términos de peso y de velocidad. ‘Atravesando el territorio simbélico del quehacer Cotidiang mencionaébamos sus variantes. Recordemos: eran Sustancig, le $ Pun. ido en forica. mente tres. a) Disponibilidad para otro a fin de ser para si Es evidente que en esta relacion, la llamada disponibilidad mis que acoger slo coge lo que esta en la recta de nuestros fines y durante el tiempo que se mantiene en ella. En tal disposicién, | tanto lo otro como el si aparecen distanciados del yo actor al que se refieren. Justamente por la naturaleza de la vinculacién, aquello para lo cual se esta disponible —las personas y las cosas con las que tenemos que habérnoslas— pertenecen al orden de lo mediatizado, de lo ontolégica y éticamente ajeno y distante Falsa disponibilidad, por tanto. Distante, pero en otro sentido, aparece también el si; a una distancia temporal de este yo ocupado en procurar los medios para realizarse; medios que se anteponen y se imponen a la larga como lo tinico real. El desierto de la postergacién y de la inmanencia pura. Es este modo de disponibilidad el que genera un tiempo esencialmente inconcluso, tramitador: aquel tiempo mundi no, tan magistralmente descrito por Heidegger; es este modo también el que nutre ese constante gesto cronoclasta —la an- siedad del coraz6n— que devora, que tritura todo presente rehtisa cualquier presencia que lo haga surgir; es este mod? también el que concita un tiempo ontolégica y éticamente in 144 al Escaneado con CamScanner re con el mismo mundo del cual ha surgido: el tiempo jdario soli do del desgano, prumoso Y art Ya vimos que tales cosas ocurren —pueden ocurrir, mas n- erel tiempo del tramite, de la feria. Por otra parte, zno atmésfera de este modo de disponibilidad que em- a insinuarse los demonios del aburrimiento: justo en el biel era en piezant tiempo del regreso a st; ante la amenaza inminente de una disponibilidad para sf: en el tiempo domiciliario 0 dominical? pero estas preguntas ya las hemos contestado de alguna ma- nera a propésito de la degradacion de la vida cotidiana. b) Disponibilidad para si El regreso a si -hecho definitorio de la vida cotidiana- es privi- legio del domic iio, se cumple en él. Por tal razén, éste fue para nosotros el lugar simbélico privilegiado de la reflexion. Recorde- mos: la separatidad espacial y temporal del domicilio simboliza- ba negativamente ese liberarse de lo que nos ocupa: “despeje” periddico del mundo. Introversi6n. Positivamente simbolizaba elretorno a estas cosas vueltas hacia nosotros: cosas fntimamen- te serviciales: la lampara de mi cuarto; objetos de evocacién: un album de familia, viejos batlles; en fin, cosas siempre disponi- bles, a la mano de nuestras necesidades, de nuestros deseos. Simbolizaba, por ultimo, retorno a la mesa familiar, a la conver- sacién y, con ello, a la reapertura de un tiempo comtn. Con todo, la disponibilidad para si, como recogimiento desde la dispersion en medio de lo ajeno, puede llegar a ser también gesto regresivo: referencia continua al pasado, a la autoridad de los mayores, al rbol genealdgico, al prestigio de familia. Regresion incluso en este otro sentido: naufragio en la ensohacion morbosa y reiterada; 0 en un suefio fisiolégico que sélo intenta “matar el tiempo”. 145 Escaneado con CamScanner ¢ Disponibilidad para los otros / En contraposicion al modo anterior, aqui J dispons. vuelve a presentarse como una relacién mediata: coi do efecto, la disponibilidad de si como su momento nega & Y era la calle -siempre en una consideracién re | mente simbélica- el escenario privilegiado de este pesto ordia), talario de apertura simplemente a lo que se Presenta — i. y cosas). Lo era, en primer término, porque Velamos 8 | el territorio predilecto del pasar‘, en ese sentido fuerte ala hemos dado de emergencia y novedad de ser, We le Se sale a mirar lo que pasa en la calle. Pero no sé] toma, se gana la calle; se levantan o se derriban idolos en elk; en sus muros se proclaman todas las verdades y se invita todas las transgresiones, sexuales, politicas, etcétera. Por jog calles pasa la historia civil; necesariamente pasa la Revolucién, Pero también puede pasar la Revelacién Por una calle, por |; ruta de Damasco, en la que Saulo es sorpresivamente sacado de su rutina mortal. Pero también le pertenece ese milagro del encuentro oc. sional (¢dénde sino en la calle?) cuando, yendo cada cual porlo suyo, convergen dos existencias. Es decir, le pertenece el azar como destino’, como inicio absoluto e infundado de algo. Finalmente, como en parte alguna, es en la calle donde ocu- rre la aproximacién del préjimo, con ese rostro desconocido y €sa exigencia incondicionada de reconocimiento con que suelé Presentarse (como al Buen Samaritano). 7 En resumen: la calle simboliza lo expuesto a a seduccion de una presencia no prevista; lo expuesto a las encrucijadas: al desvio, entonces, Jamas a las aporias, puesto que ella si boliza justamente Io abierto. Para quien no vaya tan de ee Sus asuntos como para no percibir las tentaciones y las 8° 0 €S0: se 146 Escaneado con CamScanner La “reflexién” cotidiana Hacia una arqueologia de la experiencia ~ 4UMBERTO GIANNINI pect JON PENSAMIENTO CONTEMPORANEO Escaneado con CamScanner LA “REFLEXION” COTIDIANA HUMBERTO GIANNINI © Humberto Giannini, 1987, 2013 © Ediciones Universidad Diego Portales, 2013 © Paul Ricoeur (del prefacio) © Patricia Bonzi (de la traduccién del prefacio) Primera edicin: 1987 Primera edicién en Ediciones UDP: agosto de 2013, Registro de Propiedad Intelectual N° 66.835, ISBN: 978-956-314-226-6 Universidad Diego Portales Direccién de Publicaciones Teléfono: (56 2) 26762136 ‘Av, Manuel Rodriguez Sur 415 Santiago - Chile ww wediciones.udp.cl Disefto: Tesis DG Fotografia de portada: Luis Poirot Impreso en Chile por Salesianos Impresores S.A. a Escaneado con CamScanner

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