Professional Documents
Culture Documents
Edificación y Belleza - James M. Renihan 1
Edificación y Belleza - James M. Renihan 1
Editores de la Serie
Anthony R. Cross, miembro de la Rectoría y del Cuerpo Docente del Centro
de Historia y Herencia Bautistas en el Regent’s Park College {Colegio
Universitario Regent’s Park}, Oxford, Reino Unido.
Curtis W. Freeman, profesor investigador de Teología y director de la Casa
de Estudios Bautistas en la Duke University {Universidad Duke}, Carolina
del Norte, EE. UU.
Stephen R. Holmes, conferenciante de Teología en la University of St.
Andrews {Universidad de San Andrés}, Escocia, Reino Unido.
Elizabeth Newman, profesora de Teología y Ética en el Baptist Theological
Seminary {Seminario Teológico Bautista} en Richmond, Virginia, EE. UU.
Philip E. Thompson, profesor adjunto de Teología Sistemática y Herencia
Cristiana en el North American Baptist Seminary {Seminario Bautista de
América del Norte}, Sioux Falls, Dakota del Sur, EE. UU.
Editores Consultores de la Serie
David Bebbington, profesor de Historia en la University of Stirling
{Universidad de Stirling}, Escocia, Reino Unido.
Paul S. Fiddes, profesor de Teología Sistemática en la University of Oxford
{Universidad de Oxford}, y rector del Regent’s Park College {Colegio
Universitario Regent’s Park}, Oxford, Reino Unido.
† Stanley J. Grenz, profesor fundador “MacDonald” de Teología en el Carey
Theological College {Colegio Universitario Teológico Carey}, Vancouver,
British Columbia, Canadá.
Ken R. Manley, profesor distinguido de Historia de la Iglesia en el Whitley
College {Colegio Universitario Whitley} en The University of Melbourne
{La Universidad de Melbourne}, Australia.
Stanley E. Porter, presidente y profesor de Nuevo Testamento en el
McMaster Divinity College {Colegio Universitario Teológico McMaster},
Hamilton, Ontario, Canadá.
Dedicado a Lynne, Beth, Nathan, Micah, Sam y Susie
TABLA DE CONTENIDO
El Surgimiento de las
Iglesias Bautistas Particulares
El Génesis de los Bautistas Particulares Ingleses
Separatismo y Semiseparatismo:
La Iglesia de Jacob/Lathrop/Jessey
La Reforma Continua:
La Adopción del Bautismo de Creyentes y
la Recuperación de la Inmersión
El Rechazo hacia los Anabaptistas Continentales
El Entorno Separatista/Independiente
El Casamiento de la Teología Calvinista
con la Forma de Gobierno Bautista:
Iglesias Conscientemente Reformadas
La Segunda Confesión Bautista de Fe de Londres
en su Contexto Histórico y Teológico
Los Orígenes de la Confesión Bautista de Fe
La Aceptación de la Confesión
Características Demográficas
de los Bautistas Particulares
Conclusión
CAPÍTULO 2
“A LOS ASÍ LLAMADOS, LES ORDENA ANDAR JUNTOS EN
CONGREGACIONES CONCRETAS, O IGLESIAS”: LA NATURALEZA DE LA
IGLESIA
La Iglesia Universal
La Iglesia Local
La Identidad de la Iglesia
La Membresía en la Iglesia Local
La Constitución de una Iglesia Local
La Membresía
Las Responsabilidades de los Miembros y
la Disciplina de la Iglesia
La Propagación de las Iglesias
Conclusión
CAPÍTULO 3
“A CADA UNA DE ESTAS IGLESIAS [...]
ÉL HA DADO [...] PODER Y AUTORIDAD”:
EL GOBIERNO DE LA IGLESIA
El Gobierno de la Iglesia
en la Confesión de Fe
El Gobierno de la Iglesia
en los Escritos Eclesiológicos
Hanserd Knollys:
Independencia Modificada
Nehemías Coxe:
Consenso Congregacional/Gobierno de Ancianos
Benjamin Keach:
Congregacionalismo/Gobierno de un Solo Anciano
El Gobierno de la Iglesia en
los Registros de Actas de las Iglesias
Conclusión
CAPÍTULO 4
“LOS OFICIALES DESIGNADOS POR CRISTO [...]
SON LOS OBISPOS O ANCIANOS Y LOS DIÁCONOS”:
LOS OFICIALES DE LA IGLESIA
El Oficio de Enseñanza/Gobierno
Los Ancianos
Los Ancianos y la Iglesia Local
Ancianos Docentes y Ancianos Gobernantes
La Ordenación al Oficio
Las Funciones de los Ancianos
El Sustento Ministerial
Conclusión
Los Hermanos Dotados
El Oficio de Servicio
Los Diáconos
Las Diaconisas
Conclusión
CAPÍTULO 5
“LA DEBIDA OBSERVANCIA DE LA ADORACIÓN PÚBLICA, QUE ÉL
REQUIERE DE ELLOS EN EL MUNDO”:
LA IGLESIA EN ADORACIÓN
La Forma Apropiada de Adorar:
El Principio Regulador de la Escritura
La Práctica de la Adoración en las Iglesias
El Día de Adoración
Los Elementos de la Adoración
La Predicación:
La Palabra de Dios es Central
Las Mujeres en la Adoración Pública
Las Ordenanzas:
El Bautismo y la Cena del Señor
El Bautismo
La Cena del Señor
La Imposición de Manos
Conclusión
La Gran Controversia:
El Canto de Himnos
Conclusión
CAPÍTULO 6
“ASÍ LAS IGLESIAS, [...] DEBEN TENER
COMUNIÓN ENTRE SÍ”:
LAS ASOCIACIONES DE IGLESIAS
El Significado de “Comunión”
en el Capítulo 26:14 y 15
“Comunión” en la Confesión de Fe
“Comunión” en los Escritos Eclesiológicos
“Comunión” como “Unión Orgánica”
en los Registros Asociativos
“Comunión” en los Documentos
de las Asambleas Generales
La Membresía Asociativa Formal
en los Libros Manuscritos de las Iglesias
Conclusión
El Funcionamiento de
las Asociaciones Bautistas Particulares
Conclusión
BIBLIOGRAFÍA
PRÓLOGO
EL SURGIMIENTO DE LAS
IGLESIAS BAUTISTAS PARTICULARES
Un segundo movimiento bautista se desarrolló tres décadas más tarde, de la
matriz de una de las iglesias separatistas de Londres. Estos bautistas fueron
llamados Bautistas Particulares por su adhesión a los principios del
calvinismo.
EL GÉNESIS DE
LOS BAUTISTAS PARTICULARES INGLESES
Aunque está claro que ambos grupos bautistas tuvieron orígenes diferentes,
no ha habido unanimidad en cuanto a su génesis. Se han propuesto diferentes
teorías de relaciones, especialmente con los anabaptistas continentales.
SEPARATISMO Y SEMISEPARATISMO:
LA IGLESIA DE JACOB/LATHROP/JESSEY
En el siglo XIX, la teoría prevaleciente parece haber sido que hubo vínculos
orgánicos directos entre los anabaptistas continentales y ambos grupos de
bautistas ingleses.[22] Sin embargo, hacia el final de ese siglo, se comenzó a
proponer un nuevo conjunto de ideas. Teniendo como ímpetu la controversia
acerca del libro {trad. no oficial} Una Pregunta en la Historia Bautista,[23]
escrito por William Whitsitt, un grupo diferente de historiadores argumentó
que al menos los bautistas particulares tienen que ser considerados como un
movimiento que proviene de los separatistas ingleses, sin ningún vínculo
orgánico ni con los anabaptistas continentales ni con los bautistas generales
que les precedían. Se ha aseverado que los bautistas particulares se
desarrollaron especialmente a partir de una iglesia en Londres, fundada en
1616 bajo el ministerio de Henry Jacob, como una iglesia independiente
congregacionalista con puntos de vista semiseparatistas. Aunque reclamó su
derecho a la existencia independiente como iglesia, no denunció a la Iglesia
Nacional como apóstata, y mantuvo relaciones cordiales con los ministros
puritanos que aún estaban en la iglesia establecida. Jacob fue sucedido en el
pastorado por John Lathrop, quien fue seguido por Henry Jessey. En la
década de 1630, acaecieron acontecimientos que condujeron a la secesión de
al menos un grupo (quienes eran aparentemente más radicales en sus
objeciones a la legitimidad de la Iglesia Nacional), y esto por último condujo
a la formación de la primera iglesia bautista particular.
LA REFORMA CONTINUA:
LA ADOPCIÓN DEL BAUTISMO DE CREYENTES Y
LA RECUPERACIÓN DE LA INMERSIÓN
CONCLUSIÓN
Partiendo de comienzos desfavorables durante un período de persecución y
problemas, los bautistas particulares experimentaron un rápido crecimiento.
En 1644, existían 7 iglesias en Londres. A finales de aquel siglo, eran
veinticinco veces más, diseminadas por todo el país. Ellos establecieron los
fundamentos prácticos de los bautistas en Inglaterra, en América del Norte, y
—por medio de los misioneros— en muchas partes del mundo. Como
minúscula minoría de la población de Inglaterra, tuvieron poco impacto
político, pero su herencia teológica perdura hasta este día; herencia que
estaba enraizada en la tierra de la Reforma, nutrida por el biblicismo radical
de los separatistas y los independientes, y que llegó a dar frutos a pesar de la
fiera persecución, como parte importante del desarrollo de la teología y la
práctica bautistas.
CAPÍTULO 2
“A LOS ASÍ LLAMADOS, LES ORDENA ANDAR JUNTOS EN
CONGREGACIONES CONCRETAS, O IGLESIAS”:
LA NATURALEZA DE LA IGLESIA
LA IGLESIA UNIVERSAL
Los primeros cuatro párrafos del capítulo 26 declaran:
1. La Iglesia Católica o universal, que (con respecto a la obra interna
del Espíritu y la verdad de la gracia) puede llamarse invisible, se
compone del número completo (a) de los Electos que han sido, son, o
serán reunidos en uno, bajo Cristo su cabeza; y es la esposa, el cuerpo,
la plenitud de aquel que llena todo en todos.
(a) Heb. 12:23; Col. 1:18; Efe. 1:10,22,23; y cap. 5:23,27,32.
2. Todas las personas en todo el mundo, que profesan la fe del
Evangelio, y obediencia a Dios por Cristo, conforme al mismo
{Evangelio}; que no destruyen su propia profesión mediante algún
error fundamental, o conductas impías, (b) son y pueden ser llamados
Santos visibles; (c) y de tales deben estar compuestas todas las
Congregaciones locales.
(b) 1 Cor. 1:2; Hch. 11:26.
(c) Rom. 1:7; Efe. 1:20,21,22.
3. Las Iglesias más puras bajo el cielo están sujetas (d) a la impureza, y
al error; y algunas se han degenerado tanto que han llegado a ser (e) no
Iglesias de Cristo, sino Sinagogas de Satanás; sin embargo, Cristo
siempre ha tenido, y siempre tendrá un (f) Reino en este mundo, hasta
el fin del mismo, compuesto de aquellos que creen en Él, y profesan Su
Nombre.
(d) 1 Cor. 15; Apo. 2 y cap. 3.
(e) Apo. 18:2; 2 Tes. 2:11,12.
(f) Mat. 16:18; Sal. 72:17 y 102:28; Apo. 12:17.
4. El Señor Jesucristo es la Cabeza de la Iglesia, quien, por el designio
del Padre, (g) está investido de todo poder requerido para el
llamamiento, establecimiento, orden, o Gobierno de la Iglesia, de una
manera suprema y soberana. No puede el Papa de Roma ser cabeza de
ella en ningún sentido, sino que él es (h) aquel Anticristo, aquel
Hombre de pecado, e Hijo de perdición, que se exalta en la Iglesia en
contra de Cristo, y contra todo lo que se llama Dios; a quien el Señor
destruirá con el resplandor de Su venida.
(g) Col.1.18. Mt. 28.18,19,20. Ef. 4.11,12.
(h) 2 Tes. 2.3-9.[187]
Estos párrafos enseñan que en el mundo hay una Iglesia universal. Es
invisible en el sentido de que sus verdaderos miembros han sido los
receptores de una “obra interna del Espíritu”,[188] y en que se compone del
número completo de los “Electos” de todos los tiempos. En el mundo existen
los que profesan fe en Cristo, sostienen la sana doctrina y viven en santidad;
son llamados “santos visibles”, y dan forma concreta a la Iglesia universal al
ser reunidos en iglesias locales. Ninguna iglesia en la tierra es completamente
pura, pero algunas se han degenerado y se han apartado tanto del estándar
que no deben ser aceptadas como verdaderas iglesias. A pesar de esto, ha
habido siempre expresiones del reino de Dios en el mundo. Cristo mismo es
la cabeza de la Iglesia y ha recibido el derecho a todo poder y autoridad en
ella, y en un estilo típico de la Reforma, el Papa es identificado como el
Hombre de Pecado de 2 Tesalonicenses,[189] quien por derecho no tiene lugar
alguno en la iglesia visible. La “cabezaduría” de la Iglesia Universal no se
centró en ninguna autoridad humana o terrenal, sino que encontró su enfoque
en Cristo. Por esta razón, el Papa, o cualquier otro que haga reclamos
similares debe ser considerado un usurpador y un enemigo del derecho
debidamente establecido de Cristo a ser Señor y Príncipe sobre la Iglesia.
Según Benjamin Keach: “en la Iglesia universal hay muchas
congregaciones o comunidades locales de cristianos”.[190] La sustancia de la
Iglesia universal se evidencia en las iglesias locales visibles.
Hanserd Knollys, en su exposición de Cantares 1:5, asemejó la “Iglesia de
Dios en la Tierra” a Jerusalén, y las iglesias a las “hijas”. Jerusalén es la
“Ciudad del gran Rey”, el “Trono de Dios”, una “ciudad libre honrada con
muchos privilegios”. Las “hijas” son de una doble naturaleza: son “todas las
Iglesias de los Santos”, quienes tienen un nombre, una naturaleza y un poder
en común; y son también “Todos los Santos en cada Iglesia de Cristo”. El
todo es “La Madre”, y las partes son “las hijas”.[191] Con este recurso literario,
Knollys tuvo la intención de demostrar la relación tan estrecha que existe
entre lo visible y lo invisible. La Iglesia universal se compone del número
completo de las partes, y las partes dan visibilidad al todo. Como se verá más
adelante, fue esta doctrina la que impidió que los bautistas particulares
desconocieran como parte de la Iglesia a los paidobautistas, con quienes
diferían. Aunque llegaron a conclusiones muy diferentes acerca de la
naturaleza del bautismo y su relación con la membresía de la iglesia,
consideraban aun así que las iglesias independientes y las presbiterianas eran
iglesias verdaderas, y que formaban parte de la Iglesia universal. No fue así
con las parroquias de la Iglesia de Inglaterra, ni con las congregaciones
católico–romanas, si bien podían reconocer que verdaderos cristianos
permanecían en aquellas comuniones, incluso en Roma.[192]
El tema recurrente de “una” y “muchas” explica la valoración realista de la
historia que se ofrece en el párrafo 3. Ninguna iglesia llega a ser hecha
perfecta en esta edad presente. Hay un proceso constante de crecimiento o de
decadencia, y algunas veces la decadencia gana la batalla. En este caso, en
algún momento específico, una iglesia deja de ser iglesia y se convierte en
una aliada del gran enemigo de Cristo, el Diablo.
Los polemistas bautistas particulares no pasaron por alto este tema. Varios
escritores trataron de responder a la deserción percibida, llamando a todos los
santos verdaderos que permanecían en estas comuniones a salir de ellas y
unir fuerzas con la verdadera (y a menudo perseguida) Iglesia.[193] Roma fue
desacreditada como la Bestia,[194] “la gran Ramera”,[195] llena de “falsos
Profetas”.[196] Knollys contrastó las estrategias de las dos iglesias al señalar
que Cristo da derecho y libertad de conciencia, mientras que el Anticristo usa
“el poder coercitivo para forzar” la obediencia a sus “Invenciones y
Tradiciones Supersticiosas”.[197] DeLaune describió 8 maneras en las que
Roma difería de la Iglesia verdadera: (1) en cuanto a su Cabeza, el Papa en
lugar de Cristo; (2) en cuanto a sus miembros, los ciudadanos de un imperio
en lugar de los santos visibles reunidos “en distintas congregaciones”; (3) en
cuanto al objeto de adoración, Dios y varios santos en lugar de Dios solo; (4)
en cuanto al lugar de adoración, un edificio consagrado orientado hacia el
este en vez de ningún lugar consagrado; (5) en cuanto al tiempo de la
adoración, fiestas y días de santos en lugar del “Reposo Cristiano”; (6) en
cuanto al sacerdocio en lugar del ministerio de dos oficios (anciano y
diácono); (7) en cuanto a los ritos y las ceremonias de la adoración, la liturgia
en lugar de la simplicidad basada en el mandamiento de la Escritura; y (8) en
cuanto al uso de la coacción y la persecución en lugar de “el ejercicio de todo
Amor, Paciencia y longanimidad”.[198] Estos son ejemplos fascinantes de los
asuntos claves que los bautistas percibieron que los separaban de Roma. Se
notará que la justificación por fe no aparece en la lista de DeLaune. Esto no
es porque fuera considerada sin importancia,[199] sino porque Roma era
identificada con el paganismo ejemplificado por Babilonia. El sistema
romano era rechazado del todo. Era percibido como una completa desviación
de la religión de Cristo, más afín a la adoración pagana antigua que a la fe del
Nuevo Testamento. Estas eran las “Invenciones y Tradiciones Supersticiosas”
mencionadas por Knollys. Eran corrupciones de la pureza que se propone la
Escritura, y merecían una condenación casi profética. Por esta razón, Roma
recibió sobrenombres tan peyorativos, a menudo tomados directamente de la
Escritura.
A la Iglesia de Inglaterra no le iba mucho mejor. Hércules Collins en su
obra {trad. no oficial} Algunas Razones a favor de la Separación de la
Comunión de la Iglesia de Inglaterra, identificó problemas similares, aunque
evitó un poco la retórica fogosa. Rechazó la idea de una iglesia nacional en
lugar de iglesias locales, criticó los cambios en la observancia de las
ordenanzas y la imposición de ritos y ceremonias injustificados, y lamentó el
uso de la coerción para la asistencia {concurrencia} eclesial.[200] La
Asociación Occidental[201] había determinado en 1656 que era ilícito para
cualquiera de los “creyentes bautizados escuchar a una persona en el ejercicio
de sus dones predicando como un ministro parroquial o nacional”. Hacerlo
daría apariencia de maldad al conformarse a adoración de la cual se ordenaba
separarse, podría estimular a los miembros inmaduros a seguir el ejemplo,
daría crédito a sus principios erróneos, proveería de apoyo a su noción de una
iglesia nacional, ofendería a los demás miembros que ven tal acción como
contraria a la Escritura, y sería “un consentimiento en los hechos de maldad
de aquellos que introducen la palabra de Dios en sus bocas y odian
reformarse, aprobándolos en aquello que Dios los reprueba”.[202] Ese mismo
año, la Asociación de Abingdon[203] adoptó una postura semejante, llamando
“anticristiana y babilónica” la adoración y el ministerio de la Iglesia de
Inglaterra.[204]
En todos estos asuntos, la pauta para la práctica fue tomada según los
preceptos de la Escritura. El primitivismo estaba vivo y en acción,
gobernando perspectivas y proveyendo un estándar por el cual tanto la
ortodoxia como la ortopráxis podían ser evaluadas. La Iglesia universal no
debía ser definida como aquellos que estaban en compañerismo con el obispo
de Roma y eran ciudadanos de su imperio, ni podía ser visible como los
ciudadanos de una nación; sino como el número completo de las iglesias
verdaderas reunidas. Estas eran las distintas partes de la Iglesia universal.
El cuarto párrafo del capítulo 26 funciona como una especie de transición
entre la doctrina de la Iglesia universal (expresada al inicio del capítulo), y la
doctrina de la iglesia local (desarrollada en el resto del capítulo). Cristo el
mediador ascendido ha recibido todo poder de Su Padre, y expresa ese poder
en el llamamiento, establecimiento, orden y gobierno de la Iglesia. Su trono
de autoridad está por tanto en el cielo, y no en la tierra. Por esta razón, el
Papa no puede en ningún sentido ser considerado como la cabeza de la Iglesia
universal, sino que es un usurpador que está sujeto a destrucción con el
retorno de Cristo.
La orientación celestial de la Iglesia provee el ímpetu que impulsa el
primitivismo de los bautistas. Los textos bíblicos adjuntos a la declaración de
la cabezaduría de Cristo en la Confesión hablan de Su absoluta autoridad para
gobernar la Iglesia, lo cual Él hace por medio de Sus dones (los Apóstoles,
profetas, evangelistas, pastores y maestros) que da a la Iglesia. Ellos son
fieles cuando hacen lo que “Él les confía”,[205] a diferencia de lo que ellos
puedan presuponer que es bueno y correcto. El gobierno de la Iglesia
universal se compone de Cristo como cabeza, y los apóstoles y profetas como
Sus instrumentos para dar dirección en pos de “el establecimiento, orden y
Gobierno”. Las iglesias locales están sujetas a este gobierno, y ese es el tema
del próximo párrafo.
LA IGLESIA LOCAL
El puente que une la Iglesia universal y la iglesia local es el concepto del
poder de Cristo. Los párrafos 5 y 6 declaran:
5. En el ejercicio de este poder que le ha sido confiado, el Señor Jesús
llama a sí mismo del Mundo, a través del Ministerio de Su palabra, por
su Espíritu, (i) a aquellos que le son dados por su Padre; para que
anden delante de Él en todos los (k) caminos de la obediencia, que Él
les prescribe en Su Palabra. A los así llamados, les ordena andar juntos
en sociedades locales, o (l) Iglesias, para su mutua edificación y la
debida observancia de la adoración pública, que Él requiere de ellos en
el Mundo.
(i) Jua. 10:16. cap. 12:32.
(k) Mat. 28:20.
(l) Mat. 18:15‑20.
6. Los Miembros de estas Iglesias son (m) Santos por llamamiento,
visiblemente manifestando y evidenciando (en —y por medio de— su
profesión de fe y andar) su obediencia a ese llamado de Cristo; y
voluntariamente acuerdan andar juntos, conforme al designio de Cristo,
entregándose al Señor y mutuamente, por la voluntad de Dios, (n)
profesando sujeción a las Ordenanzas del Evangelio.
(m) Rom. 1:7; 1 Cor. 1:2.
(n) Hch. 2:41,42; cap. 5:13,14; 2 Cor. 9:13.[206]
En estos párrafos se describe la naturaleza de la iglesia local. Es creada por
Cristo, mediante el ejercicio de Su poder en la actualidad, quien llama a
individuos a servirle, y les ordena unirse y formar iglesias. Estos, cuyas vidas
demuestran la validez de su profesión, libremente se unen y forman
congregaciones “profesando sujeción a las Ordenanzas del Evangelio”.
Llegados a este punto, se requiere un examen detallado de la naturaleza de la
iglesia.
LA IDENTIDAD DE LA IGLESIA
Es curioso que la Confesión no provea una definición sucinta de la iglesia
local. Señala que estas asambleas son creadas por la obra de Cristo, y afirma
una variedad de estipulaciones que han de seguirse de cerca, pero no provee
una declaración resumida acerca de la naturaleza de la iglesia.
Esta deficiencia está bien suplida en varios escritos eclesiológicos.
Hércules Collins, tal vez no de improviso, se apoya en John Owen para dar
una definición de la iglesia:
Preg. ¿Qué es una Iglesia establecida del Evangelio?
Resp. Una Sociedad de Personas llamadas del Mundo, o de su estado
mundano natural, mediante la Administración de la Palabra y el
Espíritu, a la Obediencia de la Fe o el Conocimiento de la Adoración
de Dios en Cristo, unidas en un vínculo santo, o por Acuerdo Especial
para el Ejercicio de la Comunión de los Santos y la debida Observancia
de todas las Ordenanzas del Evangelio.[207]
Esta definición refleja muchos de los elementos de los párrafos 5 y 6 de la
Confesión, incluyendo a personas siendo “llamadas del mundo”, la actividad
de la Palabra y el Espíritu, la importancia de la obediencia y la adoración, el
compromiso mutuo de ser iglesia y la necesidad de las ordenanzas. Esto es
una definición positiva de la iglesia, colacionando una variedad de corrientes
teológicas en una. Esta declaración podía ser afirmada tanto por bautistas
como por paidobautistas. Collins ciertamente entendería “la debida
Observancia de todas las Ordenanzas del Evangelio” de una forma diferente a
Owen, pero todos se percatarían de ello. A pesar de esta diferencia de
significado, ellos podían compartir el mismo concepto básico de lo que una
iglesia debía ser.
Benjamin Keach, de manera similar, definió positivamente la iglesia
como:
Una Iglesia de Cristo, conforme a la Institución del Evangelio,[208] es
una Congregación de Cristianos Piadosos, quienes como Asamblea
Declarada (siendo primero bautizados por Profesión de Fe), por
acuerdo y consentimiento mutuos, se entregan al Señor, y mutuamente,
conforme a la Voluntad de Dios; y se reúnen ordinariamente en un
mismo Lugar, para el Culto Público y la Adoración a Dios; entre
quienes la Palabra de Dios y los Sacramentos son debidamente
administrados, conforme a la Institución de Cristo.[209]
El único factor adicional añadido por Keach es la presencia del Bautismo de
Creyentes. Esto refleja sus estrictos puntos de vista acerca de la relación entre
la ordenanza y la congregación cristiana. Keach estaba escribiendo allí para
una audiencia bautista, tratando de juntar todas las corrientes posibles que
contribuían a la esencia de una iglesia. Con esto, no era su intensión insinuar
que las asambleas que no fueran bautistas no eran iglesias por definición.[210]
En cada uno de los demás aspectos de su declaración, Keach refleja las
perspectivas de Collins y Owen.
Con un lenguaje muy similar, Hanserd Knollys definió la iglesia más
negativamente al contrastarla con lo que percibió que era falso:
Una Iglesia de Cristo verdadera, visible {y} Constituida bajo el
Evangelio es una Congregación de Santos (1 Cor. 1:2); llamados del
Mundo (Rom. 1:7); separados de los Idólatras y los Templos de Ídolos
(2 Cor. 6:16,17), de los judíos incrédulos y sus Sinagogas, y de todas
las observancias legalistas de días santos, días de Reposo, y de Ritos,
Ceremonias y sombras Mosaicas (Hch. 19:9; Col. 2:26,27); y que son
reunidos en asamblea en un mismo lugar (1 Cor. 14:23), en el Día del
Señor, el primer día de la Semana, (Hch. 20:7) para adorar a Dios
visiblemente por el espíritu y en verdad (Jua. 4:23,24), en las santas
Ordenanzas de Dios (1 Cor. 11:2), conforme a la fe y el orden del
Evangelio (Col. 2:5).[211]
Knollys hace diferencia entre las iglesias verdaderas y las falsas, basado en
una variedad de textos de las Escrituras. Para que una asamblea sea una cosa,
no puede ser otra. Esto refleja la degeneración de la iglesia descrita en los
párrafos 3 y 4 del capítulo 26. Knollys une estos dos aspectos en su
definición.
La iglesia de Devonshire Square (en Londres) luchó con este asunto desde
una perspectiva diferente, pero muy práctica. Tres mujeres de la iglesia de
Leonard Harrison se acercaron buscando membresía. Los registros afirman
que estas tres mujeres...
han hecho una proposición de comunión a esta iglesia, quienes eran
miembros de la antigua iglesia bajo el cuidado del
Hno. Leond Harrison. Hemos considerado seriamente su propuesta, y
Ya que ha habido una infeliz Brecha y división entre ellos, a tal punto
que no hay Pastor o Anciano, ni Diáconos, ni disciplina de la Iglesia,
ni administración de la ordenanza de la Cena del Señor; en una
palabra, ya que no está Respondiendo a los grandes fines de nuestro
Señor Jesús en el Establecimiento de una Iglesia aquí en la tierra, sólo
podemos concluir que el estado de la iglesia de ellas es que está
disuelta…[212]
Desde su punto de vista, la ausencia de oficiales, disciplina de la iglesia y
administración de la Cena significaba en realidad que su relación eclesial
había terminado; así que estas mujeres podían ser recibidas en la membresía
sin una ruptura de las relaciones intereclesiales. Lo que una vez fue una
iglesia ya no lo era. La ausencia de estas cosas servía como evidencia de su
desaparición.
En todos estos casos, la iglesia fue definida en cuanto a sus miembros, los
compromisos que hacían, su gobierno y sus funciones. Las asambleas
cristianas eran organizaciones religiosas, creadas por la presencia activa de
Jesucristo. Tomaban forma visible a través de acuerdos mutuos, y se
comprometían a ciertas actividades delineadas en las Escrituras.
Los bautistas particulares no consideraron que sus iglesias fueran las
únicas iglesias verdaderas. Las asambleas paidobautistas eran genuinas a
pesar de ser defectuosas. Benjamin Keach trató este tema dos veces. En su
{trad. no oficial} Exposición de las Parábolas. Segunda Serie, declaró que un
buen ministro...
debe saber cuántas cosas esenciales, o principios fundamentales, están
contenidos en la constitución de una verdadera iglesia del evangelio
que sea regular,[213] y también saber cómo y cuándo colocarlos en
orden; pues si una iglesia carece de un solo principio esencial, es
defectuosa, y no es una congregación completa, conforme a la
constitución primitiva. Si tiene seis {principios}, y al parecer los tiene,
pero carece de uno solo, es imperfecta. Estos son los seis, a saber:
“Arrepentimiento, fe, bautismo, imposición de manos, creer en la
resurrección de los muertos, y el juicio eterno”, Heb. 6:1‑2; Heb. 5:12;
Hechos 8:12,17; Hechos 19:6. Estos son los llamados principios
fundamentales o fundacionales. Pero, ciertamente “el bautismo y la
imposición de manos” no son principios fundamentales de la
salvación, pues ¿ninguno puede ser salvo excepto aquellos que son
bautizados, etc.?; evidente es que el ladrón penitente fue salvo, pero él
no había sido bautizado. Por lo tanto, estos seis principios, como se
establecen allí, son fundamentales para una iglesia del evangelio; y
como algunas lo son, entonces todos estos {principios} son para bebés
en Cristo, o son el ABC de un hombre cristiano, para su admisión
regular en la iglesia. Es cierto que una iglesia puede ser materialmente
una iglesia verdadera, y formalmente verdadera también (o sea, ellos
pueden entregarse al Señor, y mutuamente, como congregación, para
andar juntos en el compañerismo del evangelio), quienes puede que no
estén bautizados ni reconozcan la imposición de manos; pero entonces
no deben ser considerados una iglesia del evangelio completa, sino una
que en algunas cosas es defectuosa, con respecto a su constitución y
{la} forma regular del evangelio, o como una que le falta un pilar, etc.
Una casa puede ser una casa en verdad, aunque pueda carecer de una
columna principal sobre la que descansa; puede ser bastante firme, y
puede permanecer en pie, aunque falte una {de las columnas}; sin
embargo, no es tan segura como para carecer de un solo principio de la
doctrina de Cristo.[214]
Según este estándar, las iglesias que están completas descansan sobre cada
uno de los seis pilares de Hebreos 6:1‑2, aunque la ausencia de uno o dos
pilares no deja sin efecto el estatus de la congregación como auténtica
asamblea. De especial interés resulta su insistencia en la imposición de
manos.[215] Esta era una ceremonia relacionada con la recepción de miembros
en la iglesia de Keach, donde el anciano colocaba físicamente las manos
sobre la cabeza de todos y cada uno de los nuevos miembros, y oraba por él o
ella individualmente en el momento de la recepción. La inclusión de esta
práctica en la lista de Keach da señas de un desacuerdo con muchas de las
iglesias que la iglesia de Horselydown reconoció en la asociación formal.
Esto no fue afirmado universalmente entre los bautistas particulares en el
siglo XVII; de hecho, fue probablemente un informe minoritario entre ellos.
Aun así, Keach lo incorpora como uno de los pilares de la iglesia. Él no
dejaba de reconocer como parte de la Iglesia a aquellos con quienes
compartió un compromiso Confesional, ni dejaba de reconocer como parte de
la Iglesia a sus amigos paidobautistas. Él explícitamente declaró que una
iglesia paidobautista era una iglesia verdadera, aunque defectuosa en un tema
básico.
En {trad. no oficial} Un Contraantídoto para purgar los Efectos Malignos
de una Falsificación Tardía, Preparada por el Sr. Gyles Shute... (1694),
Keach respondió a un paidobautista, Gyles Shute, quien atacó a los bautistas
en una variedad de temas. Entre otras cosas, Shute —al parecer— trató de
llevar su percepción de la doctrina de los bautistas hasta su conclusión lógica:
o las iglesias independientes eran iglesias verdaderas, o las iglesias bautistas
eran iglesias verdaderas, pero ambas no podían ser genuinas. Keach
respondió:
En la página 191 de este último libro, él dice que ellos (o sea las
Congregaciones Independientes) no son Iglesias verdaderas, o de lo
contrario no lo somos nosotros. No conozco razón alguna para {decir}
esto, puesto que no dudo que esas sean iglesias verdaderas, como
también nosotros, siendo ellos cristianos piadosos, aunque yo sí creo
que pueden ser Iglesias menos completas Que aquellas que son de
bautizados por profesión de Fe, o {puede que} no {sean} tan
ordenadas en su constitución.[216]
Él no estuvo dispuesto a conceder el punto y a aceptar el razonamiento de
Shute. El bautismo no era parte constituyente de la esencia de una iglesia. Las
congregaciones independientes eran expresiones visibles legítimas de la
Iglesia universal.
Hanserd Knollys aconsejó a sus lectores ser cautelosos con las tendencias
perfeccionistas en su evaluación de las iglesias. Apoyándose en —y
ampliando— el lenguaje Confesional, dijo: “Las Iglesias más puras de Santos
en la Tierra, están sujetas a la impureza”; él instó a sus lectores a permanecer
en sus iglesias defectuosas hasta que hubieran “dado su testimonio fiel y
ordenadamente en contra” de los desórdenes o falsas doctrinas, hubieran
“rogado humildemente” a la iglesia y los ministros que se reformaran, y
estuvieran convencidos de que no había evidencia alguna de que el cambio
estuviera en proceso.[217] Cada iglesia tiene defectos, muchos de los cuales no
obstaculizan la validez fundamental de su reclamo de ser iglesias.
La catolicidad que había entre los bautistas particulares es evidente por la
presencia de iglesias con membresía abierta en las Asambleas Generales de
Londres.[218] El Apéndice de la Segunda Confesión de Londres expresa este
tema en los términos siguientes:
No somos insensibles a que{,} en cuanto al orden de la casa de Dios y
la plena comunión{,} hay algunas cosas en las que nosotros (así como
otros) no estamos completamente de acuerdo entre nosotros; como por
ejemplo: el conocido principio y el estado de las conciencias de varios
de nosotros, que han estado de acuerdo con esta Confesión{,} es tal,
que no podemos tener comunión Eclesial con ningún otro, sino {solo}
con creyentes Bautizados, e Iglesias que de los tales estén constituidas.
Sin embargo, algunos otros entre nosotros tenemos una mayor
autorización y libertad en nuestros espíritus en ese sentido; y, por lo
tanto, hemos omitido a propósito la mención de cosas de esa
naturaleza, para que al dar esta evidencia de nuestro acuerdo,
pudiéramos convenir —tanto entre nosotros como con otros buenos
cristianos— en aquellos importantes artículos de la Religión Cristiana,
en los que principalmente insistimos.[219]
Una lectura cuidadosa de la Confesión demostrará que el bautismo nunca está
explícitamente ligado a la membresía de la iglesia. Esto fue hecho a propósito
a fin de abarcar iglesias de ambos tipos. En las Asambleas de Londres, la
mayoría de las iglesias habrían sido de membresía cerrada, pero las de
membresía abierta estaban presentes también.[220] Las iglesias más estrictas
estaban dispuestas a unirse con otras cuyos puntos de vista eran ligeramente
diferentes a los suyos.
De estas maneras, los bautistas particulares trataron de definir
cuidadosamente su entendimiento de la naturaleza de la iglesia. Mientras que,
por una parte, su práctica era —según su propio entendimiento— la plenitud
de la expresión de los principios del Nuevo Testamento, ellos no excluyeron
a otros del reconocimiento como asambleas auténticas. Hércules Collins
podía usar la definición de John Owen, y los editores de la Confesión podían
usar el lenguaje explícito de los saboyanos porque, en la raíz del asunto,
había un reconocimiento y compañerismo mutuos. La Iglesia universal no era
un cuerpo bautista, sino un cuerpo cristiano, que incluía asambleas de varios
tipos, incluso individuos dentro de los límites de las comuniones apóstatas.
Congregaciones que eran diferentes, cualesquiera que sus principios
constitutivos puedan haber sido, eran iglesias verdaderas cuando los santos
visibles eran llamados del mundo, y eran unidos en obediencia a Cristo.
LA MEMBRESÍA
Las iglesias están hechas de miembros, y el procedimiento para recibir a
nuevos miembros fue definido muy cuidadosamente en las congregaciones
bautistas particulares. A la luz de la declaración Confesional, “los miembros
de estas iglesias son santos por su llamamiento” que muestran evidencia de
su profesión de fe en sus vidas, las iglesias adoptaron medios cuidadosos para
controlar la admisión de posibles miembros.
Por lo general, los solicitantes que no eran miembros de ninguna otra
iglesia eran “presentados” o propuestos a la iglesia en pleno.[237] Se les pedía
que dieran testimonio de su experiencia cristiana, usualmente frente a toda la
iglesia,[238] pero en circunstancias inusuales, frente a una selección
representativa de la iglesia.[239] En algunos casos, se enviaban mensajeros a
los hogares, vecindarios y/o empleadores de los solicitantes, inquiriendo
sobre la validez de su profesión de fe.[240] Quienes ya eran miembros podían
levantar objeciones en contra de los candidatos.[241] Si todo estaba en orden, el
individuo era recibido.[242] Si se hacía alguna objeción o se descubrían
impedimentos, la membresía de la persona podía ser aplazada o rechazada.
[243]
CONCLUSIÓN
En la eclesiología bautista particular, la iglesia era fundamentalmente el
resultado de la actividad personal y soberana de Cristo llamando a pecadores
del mundo para salvación. Desde sus raíces en el Nuevo Testamento, fue
creada para ser una comunidad santa, separada del mundo y enfocada en el
Cielo. Era invisible en el sentido de que los corazones renovados de sus
miembros constituyentes no se podían ver a simple vista, pero tenían una
visibilidad real en la formación de iglesias locales.
La iglesia universal era entendida como el número completo de las iglesias
verdaderas que existían en el mundo. No tenía autoridad humana ni centro de
poder, no podía ser nacional ni incluir a los súbditos políticos de un imperio,
sino que se reunía a los pies de su “cabeza” actual, Jesucristo. Ninguna de las
asambleas de cristianos era perfecta, pero mostraban las características de la
obra de Dios, y así demostraban la realidad y validez de su reclamo de ser
iglesias a quienes los notaban. Realistamente hablando, las iglesias tenían
problemas, y algunas se desviaban tanto de los estándares de la ortodoxia y la
ortopráxis que perdían el derecho de portar el título de “iglesia de Cristo”.
Hay un tema central y recurrente de “una sola” y “muchas” que está
presente en el pensamiento de ellos. La iglesia que es una sola es la Iglesia
universal que tiene a Cristo como su cabeza. Las muchas son las iglesias
locales diseminadas por todo el mundo, compuestas por mujeres y hombres
verdaderamente regenerados, dedicados al servicio de Dios. Mantenían la
catolicidad en el sentido de que no se veían a sí mismas como las únicas
iglesias verdaderas. Aunque las iglesias paidobautistas eran “defectuosas” en
su doctrina del bautismo, eran aun así iglesias verdaderas.
Ya sea que se formaran por un pacto o simplemente por acuerdo mutuo, el
acto de convertirse en una iglesia era un asunto serio. La membresía tenía un
exaltado privilegio con grandes responsabilidades. Se hacía una investigación
cuidadosa de la experiencia de conversión de cada solicitante, y todos estaban
sujetos al escrutinio y a la disciplina correctiva si caían en pecado. Algunas
transgresiones requerían una reprensión verbal; un patrón habitual de pecado
demandaba un retiro de los privilegios y una separación del compañerismo,
mientras que la indulgencia y permanencia en pecados graves tendría como
resultado la excomunión, expulsando a la parte culpable de la congregación y
de vuelta al mundo como una persona inconversa.
Tan importante era la existencia de la iglesia local, que los programas se
establecían para promover la organización de más iglesias. Se recaudaban
fondos, hombres eran ordenados y enviados, en un intento por reproducir el
patrón que existía entre ellos mismos.
En todo esto, la eclesiología bautista particular puede verse como una
parte fundamental de la identidad propia de sus iglesias. Eran calvinistas
como los presbiterianos e independientes a su alrededor, y su rechazo de
cualquier noción de una iglesia nacional se parecía a los patrones generales
de la eclesiología independiente. Pero desde sus raíces, su identidad bautista
se desarrollaba a partir de su propio entendimiento de la naturaleza de la
iglesia.
CAPÍTULO 3
“A CADA UNA DE ESTAS IGLESIAS [...]
ÉL HA DADO [...] PODER Y AUTORIDAD”:
EL GOBIERNO DE LA IGLESIA
Hay cierto desacuerdo sobre la naturaleza del gobierno de la iglesia como fue
practicado entre los bautistas particulares. Michael A. G. Haykin argumenta
que estas iglesias eran, desde el inicio, congregacionalistas en su forma de
gobierno.[299] Hywel Jones, en una reseña del libro del Dr. Haykin, pregunta si
“eran ‘congregacionalistas’ verdaderamente, con la autoridad investida en la
congregación reunida, o si eran más afines al punto de vista de John Owen
acerca de la ‘Independencia’”.[300] Poh Boon Sing ha aseverado recientemente
que las asambleas bautistas particulares no debían ser consideradas
congregacionalistas, sino que de hecho eran independientes de la línea de
John Owen.[301]
El Dr. Poh argumenta que es necesario hacer una distinción entre el
“congregacionalismo” y la “Independencia”. Según él, los
congregacionalistas —como resultado de los escritos de Robert Browne—
“comenzaron a dar a entender que la congregación tiene poder para gobernar
la iglesia, o —dicho de otra manera— el poder de autogobierno”. La
Independencia, aunque reconoce que cada asamblea es autónoma, no implica
democracia popular, sino más bien un gobierno de ancianos.[302] Resulta
confuso por el hecho de que los términos se usaban indistintamente en
muchos escritos.[303]
¿Cuáles eran los puntos de vista de los bautistas particulares acerca del
gobierno de la iglesia? ¿Cómo deberían ser categorizados en este análisis?
Los bautistas particulares expresaron sus puntos de vista eclesiológicos en
sus Confesiones, en escritos teológicos diversos, y en varios documentos
manuscritos, especialmente los libros de las iglesias. Cada uno de estos
contribuye al entendimiento de su eclesiología práctica.
EL GOBIERNO DE LA IGLESIA EN
LA CONFESIÓN DE FE
EL GOBIERNO DE LA IGLESIA EN
LOS REGISTROS DE ACTAS DE LAS IGLESIAS
CONCLUSIÓN
Las aseveraciones hechas por Poh Boon Sing no encajan con el peso de la
evidencia aquí presentada. El Gobierno de la Iglesia en el sistema
eclesiológico independiente era una interacción cuidadosamente balanceada
entre el gobierno de ancianos y la democracia congregacionalista. Una lectura
atenta a la declaración Confesional lo confirmará:
7. A cada una de estas Iglesias así reunidas, conforme a Su voluntad
declarada en Su Palabra, Él ha dado todo el poder y autoridad en
cualquier sentido necesario para continuar implementando ese orden en
la adoración y en la disciplina, que Él ha instituido para que lo
guarden; con mandatos y reglas, para el ejercicio debido y correcto, y
la ejecución del mencionado poder.
8. Una iglesia local, reunida y completamente Organizada, conforme a
la voluntad de Cristo, está compuesta por Oficiales y Miembros. Y los
Oficiales designados por Cristo para ser elegidos y apartados por la
Iglesia (así llamada y reunida), para la peculiar Administración de las
Ordenanzas y el ejercicio del Poder o el Deber, que Él les confía, o a
los que los llama, para que estos continúen hasta el fin del Mundo, son
los Obispos o Ancianos y los Diáconos.[388]
En el párrafo 7 se dice que Cristo ha dado, a las iglesias, poder y autoridad
para la adoración y la disciplina, y las instrucciones por las cuales este poder
puede ser ejercido. El párrafo 8 continúa entonces, explicando cómo este
poder es ejercido. Una iglesia “completamente organizada” tiene oficiales y
también miembros, y estos oficiales han sido designados para tareas
específicas, a saber: la administración de las ordenanzas, y el ejercicio del
poder o el deber. Como hemos visto, este poder o deber no era universal, sino
que estaba circunscrito estrictamente por las Escrituras. En la práctica, esto
significaba que los ancianos “oficiaban” cuando la expresión del poder o del
deber era necesaria, pero no significaba que ellos ejercieran un gobierno
universal en la iglesia. En palabras de Nehemías Coxe, ellos no eran
“legisladores” en la iglesia, sino mayordomos de tareas específicas por
designación divina. La iglesia completamente organizada tenía todo lo
necesario, dentro de sí misma, para cumplir con sus tareas en el mundo.
La Independencia, al menos como la practicaban las iglesias bautistas
particulares, no era tanto un sistema que enfatizaba los derechos de los
ancianos, sino más bien era un intento por salvaguardar los derechos de las
personas mientras los primeros llevaban a cabo las tareas designadas del
ancianato. Las personas (o en la mayoría de los casos, los hombres) de la
iglesia eran participantes activos en las decisiones regulares de la iglesia. Los
ancianos administraban las ordenanzas y actuaban en representación de la
iglesia cuando el poder o el deber era ejercido.
CAPÍTULO 4
“LOS OFICIALES DESIGNADOS POR CRISTO [...]SON LOS
OBISPOS O ANCIANOS
Y LOS DIÁCONOS”:
LOS OFICIALES DE LA IGLESIA
EL OFICIO DE ENSEÑANZA/GOBIERNO
El oficio de Enseñanza/Gobierno se centraba en los ancianos, aunque había
otros maestros reconocidos, específicamente los Hermanos Dotados.
LOS ANCIANOS
El oficio ordinario más significativo de la iglesia era el de pastor o anciano.
La relación entre este oficio y la iglesia local estaba bien definida en la forma
de gobierno bautista particular.
El peso de la cuenta que debe darse por las almas de los hombres debe ser
suficiente para condenar la práctica de relaciones eclesiales múltiples.
Otro escritor importante es Thomas Goodwin. En su extenso tratado {trad.
no oficial} De la Constitución, el Orden Correcto y el Gobierno de las
Iglesias de Cristo,[407] al parecer escrito mientras la Asamblea de Westminster
estaba sesionando,[408] Goodwin habla del tema de la comunión intereclesial.
Los debates eclesiológicos de la Asamblea son bien conocidos, ya que
Goodwin y los demás “Hermanos Disidentes” (Burroughs, Nye, Simpson y
Bridge) trataron de argumentar en contra del presbiterianismo prevaleciente
en el resto de la Asamblea. El tratado de Goodwin acerca del gobierno de la
iglesia es una presentación cuidadosamente matizada de los principios de la
Independencia, según se estaban desarrollando en las iglesias
congregacionalistas en ciernes. En los capítulos 9 y 10 del libro 5, él trata el
tema de los ancianos y sus relaciones con una iglesia o iglesias. ¿Tienen los
ancianos como ancianos el derecho a ejercer su oficio más allá de la esfera de
sus propias iglesias locales? Para la parte presbiteriana, la respuesta era
claramente que “sí”. Semejante noción es inherente al sistema presbiteriano.
Pero para Goodwin, el asunto es más complejo. Él argumenta que los
ancianos deben ser vistos en función de dos tipos básicos de poder. El
primero es el poder del orden, que se deriva de la relación que tienen los
ancianos consagrados con Dios y con Cristo; se expresa en actividades, como
la predicación, y lo lleva consigo a dondequiera que va. El segundo es el
poder de jurisdicción, que es ejercido junto con otros ancianos, “y con otros
ancianos no considerados materialmente, sino como formando una relación
de presbiterio, con una iglesia que ha de ser su sede”. El primer poder puede
recibir la bendición de Dios dondequiera que se exprese, pero el segundo “no
ha de extenderse más allá de la sede, la iglesia, con la que el anciano tiene
relación”. Con esta distinción, Goodwin se interesa por circunscribir la
expresión apropiada del poder de un anciano. Por una parte, ellos tienen que
ser “reverenciados” por quienes están en otras iglesias porque son ancianos;
pero, por otra parte, “será difícil demostrar dónde los ministros tienen poder
de jurisdicción sobre personas que no pertenecen a sus propias iglesias”. En
sus propias palabras: “una iglesia particular puede recibir ancianos de otras
iglesias, y recibirlos como ancianos con respecto a algunas acciones, como la
predicación y cosas similares, pero no con respecto a acciones de
jurisdicción”.[409]
Se debe declarar que Goodwin sí dejó un margen para que los ancianos
ejercieran acciones de jurisdicción en iglesias que no fueran las suyas
propias, pero esto ha de ser solo ocasionalmente, y a petición específica de la
segunda iglesia:
Pero si los ancianos de otras iglesias pudieran ejercer acciones de
jurisdicción ocasionalmente, en algunos casos, sobre iglesias con las
que ellos no tienen una constante relación de ancianato, en virtud de la
comunión católica de las iglesias, aun así, la sede en la cual —y los
límites de extensión sobre los que— esta jurisdicción ha de ejercerse,
tienen que ser todavía una congregación local. Y el llamado por el cual
esta jurisdicción ha de ejercerse, debería venir ocasionalmente de esa
congregación, en caso de escasez o necesidad; llamado que —por lo
tanto— en tales casos, debería ser diferenciado de una relación fija y
constante de los ancianos con esa iglesia, siendo que este llamado es
ocasional y de aquellos mismos, en caso de necesidad, ya que la
jurisdicción que {los ancianos visitantes} ejercen es solo meramente
ocasional, y por ese tiempo. Y así, por este medio, aún dentro de los
límites correctos que Cristo ha instituido para la sede de la jurisdicción,
se ajusta a estos y no se excede, para que el poder de la congregación
misma sea por ello preservado también.[410]
Goodwin describe entonces los tipos de acciones que tenía en mente: “una
congregación particular puede hacer uso de los ancianos de otra congregación
para ordenar, ayudarles en la excomunión, etc.”, aunque de inmediato fue
cuidadoso al negar que estas acciones transmitieran poder a los ancianos
visitantes en la iglesia visitada.[411]
La postura adoptada allí por Thomas Goodwin tiene similitudes con la de
John Owen. Para cada uno de estos hombres, la iglesia local como cuerpo
tiene primacía en las relaciones y la autoridad pastorales. Según Owen, la
relación formal que se establece entre una iglesia y su(s) anciano(s) impide
una relación formal semejante con otras iglesias. En Goodwin, el énfasis está
en la distinción entre las acciones ministeriales y el poder de jurisdicción. Si
surgiera una circunstancia especial, en la cual una iglesia necesitara llamar a
los ancianos de otra por ayuda, dicha iglesia era libre para hacerlo, pero sólo
por una razón específica y claramente delimitada. La noción de que los
ancianos podían desempeñar sus funciones en relaciones pastorales formales
con dos o más iglesias es infundada. Sus actividades ministeriales estaban en
gran medida limitadas a las iglesias en las cuales ellos ejercían el oficio.
Es muy probable que esta fuera la opinión prevaleciente entre los
independientes y los bautistas particulares. W. T. Whitley registra las actas de
una reunión de asociación celebrada del 21 al 23 de septiembre de 1695, en
Barnoldswick, al norte de Inglaterra. Las iglesias presentes eran
independientes en su forma de gobierno, y estaban a punto de adoptar una
eclesiología bautista particular en toda su extensión, la cual claramente estaba
presente para 1696, aunque no es seguro que hubieran dado este paso
definitivamente en 1695. En aquella reunión, se propuso la siguiente
pregunta, y se respondió como sigue:
Si un pastor y Anciano de una Congregación puede Regularmente
ejercer acciones pastorales en otra Congregación con la que él ni tiene
Relación, ni oficio, ni membresía, ¿sí o no?
Respuesta en sentido negativo, pero aun así juzgamos que puede
hacerse consoladora y provechosamente en algunos casos de absoluta
necesidad, con tal que no se prolongue más que lo que estos casos
persistan así; añadimos además que nadie puede ejercer tales acciones
en virtud de membresía, o relación; sólo si es llamado al oficio.[412]
Estas iglesias reflejan las preocupaciones de Owen y de Goodwin. El oficio
pastoral está circunscrito por la membresía en una iglesia local específica,
aunque en casos inusuales los ancianos pueden ayudar a otras asambleas.
Los teólogos independientes no fueron los únicos que trataron el asunto de
veras, los bautistas también lo hicieron así. Ellos reflejan las mismas
preocupaciones y convicciones que se encuentran en Owen y Goodwin. El
marco teórico erigido por los teólogos independientes proveyó la estructura
necesaria para las prácticas bautistas.
En la década de 1640, y especialmente en la de 1650, varias asociaciones
formales de iglesias brotaron en Londres y en los condados. En la reunión de
la Asociación de Bautistas Particulares de las Regiones Centrales,[413] del 4
al 6 de junio de 1656, se hizo y se contestó la siguiente pregunta:
¿Si un ministro del evangelio aprobado, que haya reunido a muchas
iglesias que no tienen a otro administrador de las ordenanzas que no
sea él mismo, puede ser escogido para el oficio por alguna de las
iglesias mencionadas sin el consentimiento pleno de las otras?
Respuesta: tal ministro del evangelio no puede ser ordenadamente
escogido como oficial por ninguna iglesia a menos que sea
ordenadamente un miembro de la misma, Hechos 6:3; 14:23. Y tal
iglesia de la cual él es un miembro ordenado debe hacer en esta causa
aquello y sólo aquello que sea mejor para el bien de las iglesias y para
la gloria de Dios, 1 Cor. 10:31.[414]
Esta respuesta es significativa. Para los bautistas, la membresía en una iglesia
local era un prerrequisito para el servicio ministerial en esa iglesia. Un
hombre no puede ser llamado al oficio en una iglesia a menos que él sea
primero un miembro en esa iglesia. Cualquier cosa menos que eso es
desorden. Esta respuesta, aunque fue dada antes que el escrito publicado de
John Owen acerca de este tema, comparte la misma perspectiva. Estos
bautistas consideraban que la membresía de la iglesia tenía prioridad sobre el
oficio, y no podían imaginar a un oficial teniendo relaciones formales con
más de una iglesia porque él no podría tener una membresía ordenada en más
de una iglesia al mismo tiempo.
Veintiséis años más tarde, Hercules Collins escribió una obra titulada
{trad. no oficial} Algunas Razones a favor de la Separación de la Comunión
de la Iglesia de Inglaterra. Este tratado es una especie de diálogo imaginario
entre un miembro de la Iglesia de Inglaterra (conformista) y un bautista (no–
conformista). En un momento del debate, el bautista le pregunta al
conformista:
¿Si las Escrituras Autorizan a algún Ministro, Pastor, Anciano u
Obispo a asumir el cuidado y la carga de más de una Iglesia o
Congregación al mismo tiempo?; y ¿si cada una de las siete Iglesias en
Asia no tenía un Ángel y Pastor local?; y ¿si no leemos en Hechos 20
—Que había Ancianos en la Iglesia de Éfeso, Así también en
Santiago 5 —Llame a los Ancianos de la Iglesia?; y ¿si estos Cánones
de las Escrituras no están en contra de tu [canon] 41 que sí permite más
de un lugar {iglesia local} para un Ministro, con tal que [él sea] un
Predicador público y suficiente, y tenga el título de Máster en [Letras]?
Te ruego que veas la breve instrucción del Dr. Owen acerca de la
Adoración a Dios.[415]
Es evidente que Collins estaba escribiendo en contra del pluralismo como era
practicado en la Iglesia de Inglaterra, pero sus palabras son de peso para este
tema. Su apoyo en John Owen es de especial importancia en este momento.
Él quería remitir a su amigo conformista a los escritos del gran teólogo
independiente a fin de demostrar la validez de la postura que él mismo
sostenía. En este caso al menos, puede aseverarse con justicia que los puntos
de vista de Owen reflejaban las convicciones de este pastor bautista de
Londres.
Otro líder de la causa bautista particular en Londres, Benjamin Keach,
trató el asunto en su obra de 1697, {trad. no oficial} La Gloria de una Iglesia
Verdadera, y su Disciplina Exhibida. Este libro es esencialmente un manual
de la iglesia, escrito para proveer a los miembros de su asamblea y a los de
las demás “iglesias de bautizados” de un entendimiento sumario de la forma
de gobierno que debía caracterizar a una iglesia bien ordenada. En la
página 16, Keach hizo esta pregunta y también la respondió:
¿Puede un Anciano de una Iglesia administrar justificadamente todas
las Ordenanzas de otra, si es llamado?
Resp. De seguro que no; pues no encontramos ninguna justificación
para cualquier Práctica de estas, siendo él ordenado Pastor o Anciano
solamente de esa Iglesia local que lo escogió, etc. y no tiene derecho
de Autoridad alguno para administrar como Anciano en ninguna otra
donde él ni siquiera es un Miembro.[416]
La preocupación de Keach es muy similar tanto a la de Owen como a la de
Goodwin. Es necesario notar sus palabras cuidadosamente. A primera vista,
podría parecer ser una prohibición absoluta de cualquier tipo de actividad
ministerial fuera de la propia iglesia del anciano, pero es probable que ese no
sea el caso. La pregunta está enmarcada en términos de ministrar “todas las
ordenanzas” de otra iglesia. Esto presumiblemente debería entenderse como
oficiar en todas las funciones formales de la iglesia, como si él fuera anciano
de esa iglesia. En la Asamblea General de 1689, reunión en la cual Keach
estuvo presente y de la cual él era parte integral, se aprobó la siguiente
resolución:
P. ¿Si un Anciano de una Iglesia puede administrar la Ordenanza en
otras Iglesias de la misma Fe?
R. Un Anciano de una Iglesia puede administrar la Ordenanza de la
Cena del Señor en otra de la misma Fe, siendo llamado a hacerlo por
la mencionada Iglesia; aunque no como Pastor, sino como Ministro,
considerando solamente la necesidad en ese Caso.[417]
Aunque esta pregunta parece ser muy similar a la de Keach, es probable que
deban ser vistas como preguntas que tratan asuntos diferentes. La Asamblea
General resolvió acerca de un tema específico de la administración de la Cena
del Señor en caso de necesidad, y decidió a favor de la participación de un
anciano externo, ejerciendo sus funciones no como anciano en la iglesia, sino
como ministro. Esto es similar a la postura de Goodwin.
Keach trató un conjunto de temas mucho más amplio, ya que usó el
término “ordenanzas” en plural, y lo modificó con la palabra “todas”. Puede
que hubiera estado respondiendo a la idea de que los ancianos de una iglesia
podían ejercer sus funciones como ancianos en otra iglesia, cumpliendo en
dos lugares todas las funciones necesarias del ministerio. Keach se ahuyentó
ante esta perspectiva. Probablemente esta también hubiera sido la reacción de
Goodwin. Aunque la Asamblea resolvió que, en un caso específico de
necesidad en la Cena del Señor, un anciano podía ministrar —aunque no
como anciano—, no fueron más allá. Puede que Keach hubiera estado
tratando el asunto más amplio de ancianos asumiendo roles ministeriales
formales en otras iglesias además de las suyas propias. Dos ejemplos más
pueden ayudar a remarcar el punto; ambos involucran a Keach. El Informe
Narrativo de la Asamblea General de 1690 registra las siguientes
resoluciones:
Que esta Asamblea desea que los Ancianos y Hermanos en Londres,
envíen a un Anciano o dos para asistir a nuestro Hermano
Henry Austin, en la Ordenación del Hermano Henry Brett de Pulham;
Que deseamos que nuestro Hermano Benj. Keach, y otro Hermano
más, visiten a nuestros Amigos en Colchester, Suffolk y Norfolk, etc.
para predicar el Evangelio, y para asistirles en todas aquellas cosas que
ellos necesiten, para el establecimiento en la Fe y el Orden del
Evangelio, según el Señor abra una Puerta de oportunidad para ellos.
[418]
LA ORDENACIÓN AL OFICIO
La ordenación, o la separación formal de hombres llamados y escogidos a su
oficio, era de gran importancia para los bautistas particulares.
Hercules Collins lo consideró la sine qua non {latín: condición
imprescindible} del ministerio. Era el patrón de instalación en el oficio a lo
largo de ambos Testamentos, y no pudo haber sido una imposición de los
Apóstoles, porque entonces hubiera sido culto voluntario. Debió haber tenido
la aprobación divina, y así continuó por su importancia para las iglesias.[439]
Collins describió la “importancia” de la ceremonia:
1. Una Dedicación y consagración de la Persona al Oficio de Pastor y
sagrado Empleo. 2. Para hacerles saber que la Mano de Dios está con
ellos en todo lo que ellos hagan en Su Nombre, y por Su Autoridad,
para guiar, fortalecer y protegerlos. 3. Y para implorar los Dones,
Bendición, Protección y Custodia del Espíritu Santo sobre ellos de una
plenísima manera, ya que están para encargarse de las Almas de otros.
[440]
CONCLUSIÓN
La importancia del oficio de anciano en la eclesiología bautista particular es
evidente. El bienestar de la iglesia dependía de un ministerio completamente
funcional. Estaba sujeto a la iglesia, circunscrito por la membresía y enfocado
en el servicio a Dios y a Su pueblo. La entrada al oficio se hacía con gran
cuidado, y se hicieron intentos por recuperar la dignidad que acompaña al
oficio al abogar por un sustento ministerial que les permitiera ocuparse a
tiempo completo. Para que una iglesia viviera bien, debía haber tenido
ancianos residentes.
EL OFICIO DE SERVICIO
Además del oficio de Anciano, los bautistas particulares reconocían que la
Escritura abogaba por un segundo oficio, el de Diácono. Este era distinto al
de anciano o pastor, y fue cuidadosamente designado entre ellos.
LOS DIÁCONOS
En la Confesión, los Diáconos son mencionados sólo dos veces; al final
del 26:8, cuando se listan los oficiales, y nuevamente en 26:9 donde se
declara que deberían ser ordenados al oficio de una manera similar a la de los
ancianos. Este oficio de servicio no recibía la prominencia dada al oficio de
enseñanza/gobierno. Servir como diácono era noble, pero el oficio nunca fue
confundido con el ancianato.
Según Nehemías Coxe, los diáconos tenían una responsabilidad primaria:
la ayuda al pobre.[495] Benjamin Keach lo detalló muy claramente al declarar
que “El Trabajo de los Diáconos es servir a las Mesas; a saber, Ocuparse de
proveer para la Mesa {Cena} del Señor, la Mesa del Ministro, y la Mesa del
Pobre”. Ellos proporcionan los elementos para la observancia de la Cena del
Señor, sondean a la membresía para asegurarse de que todos los miembros
contribuyan con el sustento financiero del ministerio, y “que cada Miembro
dé semanalmente al Pobre, según Dios le haya bendecido”, y visiten al Pobre,
“especialmente a las Viudas ancianas”, para que nadie sea desatendido.[496] En
Broadmead (en Bristol) estaban encargados de llevar los fondos de la iglesia,
distribuirlos a los pobres y usarlos “para cualquier otro Uso para el Bien de la
Congregación”, con tal que primero buscaran la aprobación de la iglesia.[497]
Bagnio/Cripplegate también requería que los Diáconos consultaran a la
iglesia antes de gastar de los fondos.[498]
La benevolencia era una parte importante del ministerio de estas iglesias.
Devonshire Square (en Londres) llevaba un libro de contabilidad detallado
del dinero recaudado y distribuido a los pobres. Esta preocupación era muy
práctica. Los fondos eran recaudados semanalmente, generalmente un
promedio de £1.10.00, con un desembolso de £1.09.00.[499] Sumando los
gastos para el pan y el vino, estaban a menudo ligeramente por debajo del
presupuesto. El libro de contabilidad registra que ellos regularmente recibían
y desembolsaban dinero para proveer de carbón para calentar los hogares de
los pobres. El 23 de agosto de 1695, se distribuyó £8.02.06 a los necesitados
para que compraran carbón. Los nombres de los beneficiados son listados,
todos ellos con el calificativo de “hermano” o “hermana”. Esto pareciera
indicar que este desembolso estaba pensado para los miembros de la iglesia
más que para los pobres en general. La iglesia de Broughton regularmente
sustentaba a varias viudas calificadas con el término de “hermana”, pero
también anota que dieron un chelín a “un hombre a la puerta”.[500] En 1689,
justo antes de la muerte de Nehemías Coxe, la iglesia de Petty France celebró
una reunión “donde se acordó que algunas veces [sic.] debía recaudarse por
suscripción para la manutención del hijo del Hno. Cox y que la congregación
debía ser movida a ello”.[501] Esto habría sido una responsabilidad diaconal.
El número de diáconos en una iglesia no era fijo. Nehemías Coxe
argumentó que los siete diáconos originales en Hechos 6 fueron “para
satisfacer la Necesidad presente y la conveniencia de aquella numerosa
Congregación”, y que, por ende, no podía ser “hecha una regla” para otras
asambleas.[502] Su propia iglesia eligió y estableció a cuatro hombres en
noviembre de 1688.[503]
Los diáconos, así como los ancianos, eran objeto de un escrutinio para
asegurar que cumplieran con las cualificaciones de la Escritura.
Nehemías Coxe argumentó que cualquier exigencia de un período de prueba
para el oficio de Diácono era un malentendido de 1 Timoteo 3:10, texto que
sólo requería que los candidatos fueran examinados por sus cualificaciones
morales, no por su habilidad para servir.[504] En varios casos, los hombres eran
instalados en el oficio casi inmediatamente después de su elección.[505] Las
propuestas para el oficio eran hechas por los ancianos,[506] y por la iglesia.[507]
Probablemente, cada iglesia tenía su propio método de procedimiento. En
ocasiones, los diáconos avanzaban al oficio de anciano, pero esto
probablemente es más bien un ejemplo del reconocimiento de los dones para
el ministerio público que un indicio de que el oficio de servicio era un
escalón para llegar al oficio de enseñanza/gobierno.[508]
El culto de ordenación de los diáconos era tan solemne como el de los
ancianos. En Bampton (en Devon), la ordenación de un pastor fue abierta a
todos, pero en el mismo culto la “asamblea pública” fue despedida antes de la
ordenación de los diáconos.[509] Esto puede haber sido un intento por
mantener la obra de benevolencia de la iglesia en secreto y fuera de la vista
del público en general. Ya que las Escrituras requieren que las obras de
beneficencia se hagan en secreto (Mat. 6:1‑4), uno esperaría que el impulso
primitivista activo en estas iglesias se evidenciara de esta manera. En
Bampton y en Bagnio/Cripplegate se impusieron las manos a los diáconos
elegidos, mientras que en Broadmead (en Bristol) “el Pastor escrupulizó un
tanto al respecto”, así que se omitió en el culto.[510]
En resumen, el oficio de diácono era considerado una parte importante de
la vida de la iglesia. Aunque había sido establecido primariamente para la
benevolencia, ocasionalmente conllevaba responsabilidades similares
relacionadas con la teneduría de fondos. Los diáconos eran elegidos por la
iglesia, y ordenados al oficio por los ancianos.
LAS DIACONISAS
En un solo caso, se reconocieron diaconisas en una iglesia. En 1679, los
registros de la iglesia de Broadmead declaran:
Y ese mismo día la Iglesia eligió a 4 hermanas de la Iglesia que eran
viudas, Cada una de ellas de más de 60 años de edad, para que fueran
Diaconisas para la Congregación, para cuidar de las Hermanas
Enfermas; a saber, la Hna. Smith, la anciana; la Hna. Spurgeon; la
Hna. Webb, la anciana; la Hna. Walton. Diaconisas.[511]
Tres de las mujeres estaban presentes, y se les preguntó si estaban dispuestas
a servir. Aceptaron, y la iglesia procedió a instalarlas. Se les preguntó si se
comprometían a no casarse, y todas consintieron. Entonces, el anciano
gobernante que presidía las declaró diaconisas, delineando sus
responsabilidades: (1) visitar a las “hermanas” enfermas; (2) visitar a los
hermanos enfermos también; (3) informar a los ancianos{, a los} diáconos, y
a la congregación de las necesidades de los enfermos, para que así la iglesia
pueda suplirles; (4) dar una palabra de “apoyo o consuelo” a las almas de
aquellos que visitaran, y (5) atender a los enfermos. Entonces “aquellas 3
hermanas fueron apartadas como Diaconisas de esta Congregación, mediante
ayuno y oración, en el día mencionado”.[512]
Esta acción en la iglesia de Broadmead fue a las claras un intento por
implementar la enseñanza de Pablo en 1 Timoteo 5:9‑10. Las estipulaciones
de Pablo fueron seguidas escrupulosamente, incluso hasta el punto de
requerir de las mujeres elegidas que prometieran no volverse a casar. Dicha
acción fue circunscrita y limitada específicamente por la iglesia. No se
consideró que estas mujeres estaban en un oficio equivalente al de los
diáconos, ni que se les había dado el estatus de oficiales en la iglesia; eran
sirvientas especiales para los enfermos.
CONCLUSIÓN
En su implementación de la enseñanza de la Confesión, los bautistas
particulares estaban decididos a seguir la regla de la Escritura. Este principio
es demostrado regularmente en su práctica concerniente a los oficiales de la
iglesia.
La iglesia, aunque existía y podía desempeñar sus funciones, estaba
incompleta sin ellos. Eran esenciales para el bienestar de la congregación.
Tanto miembros como oficiales tenían que estar presentes, y cuando lo
estaban, la iglesia estaba “completamente organizada”.[513] La iglesia tenía
prioridad sobre el ministerio, y circunscribía la esfera de los deberes para
cada oficial. Los ancianos estaban generalmente limitados a servir en sus
propias congregaciones, aunque las circunstancias especiales podían permitir
su participación en otros lugares. Aunque, para tener poder jurisdiccional, la
membresía era una prioridad. En la mayoría de los lugares solo se reconocían
dos oficiales: anciano y diácono. Sin embargo, hubo unas pocas iglesias que
hicieron distinción entre los ancianos gobernantes y los docentes. Además, al
menos una iglesia reconoció diaconisas como una posición (si no un oficio)
en la iglesia.
El mayor reto para el ministerio según lo percibían los ministros en las
Asambleas Generales era el sustento financiero inadecuado que recibían
tantos de los pastores de las iglesias. Se dieron pasos específicos para intentar
rectificar y aminorar la deficiencia.
Las iglesias se preocupaban también por la obra de benevolencia, y
ordenaban el oficio de diácono para que asumiera la responsabilidad primaria
por los necesitados. Muchas de las iglesias recibían recaudaciones regulares
destinadas a los pobres, y distribuían los fondos recibidos como correspondía.
Además, recibían ofrendas para satisfacer necesidades específicas,
administrando los fondos por mano de los diáconos.
Tanto en el caso de los ancianos como en el de los diáconos, la iglesia
tenía prioridad sobre el oficio. Como en la Confesión, la iglesia llama a los
hombres a servir, y ellos cumplen con sus roles en respuesta al llamado de la
asamblea. Los oficiales cumplían con sus responsabilidades para el beneficio
de la congregación.
CAPÍTULO 5
“LA DEBIDA OBSERVANCIA DE LA ADORACIÓN PÚBLICA,
QUE ÉL REQUIERE DE ELLOS EN EL MUNDO”:
LA IGLESIA EN ADORACIÓN
LA PRÁCTICA DE LA ADORACIÓN
EN LAS IGLESIAS
La influencia dominante del Principio Regulador puede notarse en los
diversos factores que contribuyeron a la práctica de la adoración en las
iglesias.
EL DÍA DE ADORACIÓN
El puritanismo inglés es notable por su énfasis estricto en la observancia del
Reposo,[525] tendencia que es evidente en varios escritores bautistas
particulares de la década de 1640 en adelante. En esencia, el Reposo del Día
del Señor debía ser apartado para la adoración pública y privada. Estos dos
conceptos estaban tan estrechamente unidos que la Segunda Confesión de
Londres los integra en un solo capítulo titulado “De la Adoración Religiosa y
del Día de Reposo”.[526] El Día del Señor era el día preeminente en el cual
debía ofrecerse adoración a Dios. Había poca diferencia entre los bautistas y
la más amplia cultura religiosa puritana/independiente/separatista sobre este
asunto.
En el desarrollo de su doctrina del bautismo, los bautistas insistían en que
sólo el Nuevo Testamento era la base final para su práctica. Creían que el
bautismo de infantes era un vestigio del romanismo, injustificado por las
enseñanzas claras de Jesús y los Apóstoles. No se podía trazar ninguna línea
desde la práctica de la circuncisión bajo el Antiguo Pacto para incluir a los
hijos de los creyentes en el rito de iniciación del Nuevo Pacto.[527] Este tipo de
razonamiento causó una crítica inmediata por parte de Stephen Marshall,
miembro prominente de la Asamblea de Westminster.[528] Él aseveró que el
rechazo bautista del bautismo de infantes con la insistencia en “una
institución u orden expresa en el Nuevo Testamento” debilitaba de manera
similar la base teológica que justificaba una observancia continua del Reposo
(Día del Señor).[529] En la mente de Marshall, tanto el paidobautismo como la
observancia del Reposo dependían de la continuidad teológica entre los
pactos. Rechazar uno eliminaría el otro ipso facto. John Tombes respondió
con efectividad a esta objeción al señalar que los dos eran fundamentalmente
diferentes. La observancia del Reposo es moral, y por ende es una obligación
universal para la humanidad. El bautismo es una institución positiva, y no
sería conocido sin la directriz Apostólica. Lo que es moral es un deber común
para todos, mientras que lo que es meramente positivo es ceremonial. De esta
manera, los bautistas en los primeros años de su historia sostenían la validez
del Reposo del Día del Señor a la vez que rechazaban el paidobautismo.[530]
De modo similar, Hanserd Knollys argumentó a favor de la perpetuidad de
la observancia del Reposo. En 1646, tres de sus sermones fueron publicados
bajo el título de {trad. no oficial} Cristo Exaltado; Un Pecador Perdido
Buscado y Salvado por Cristo; El Pueblo de Dios es un Pueblo Santo.[531]
Aunque rechazaba la noción de que las instituciones positivas del Antiguo
Pacto estuvieran aún en vigor, sostenía que Cristo el legislador “ordena a sus
discípulos ser hacedores de los mismos deberes morales” que se encuentran
en la Ley de Moisés.[532] Fue explícito cuando lo aplicó al Reposo. Knollys
argumentó que algunos “Profesores carnales” hacían ruidosas profesiones de
fe mientras aún eran “siervos de la corrupción”, y los describió con estas
palabras:
Están tan apartados de la Fe, aquella que alguna vez profesaron y
parecían tener, 1 Tim. 4:1, que cuestionan si las Escrituras de la verdad
son la Palabra de Dios, si Cristo es el Hijo de Dios, si el primer día de
la Semana es el Reposo de Dios.[533]
A Knollys le parecía que el tema de la continuidad de la validez y necesidad
de la observancia del Reposo estaba tan claro que podía colocar el rechazo de
tal noción al mismo nivel que dudar de la naturaleza divina de la Escritura o
de la esencia de la Cristología. En 1688, Knollys certificó su {trad. no
oficial} Exposición de Todo el Libro de Apocalipsis.[534] Sus comentarios
acerca del décimo versículo del capítulo 1 expresan la misma doctrina por la
que abogaba más de cuarenta años antes. El principio de la observancia del
Reposo continuaba, aunque el día había sido cambiado por la resurrección de
Cristo, quien pasó el último Reposo de la era antigua en la tumba, y resucitó
en el primer Reposo de la nueva:
El Día del Señor, propiamente así llamado aquí, era el Primer Día de la
Semana, según Mat. 28:1 [...] El Lector puede observar que en donde
nuestra Traducción al Inglés el día Del SEÑOR es llamado el Primer
Día de la Semana, en el Texto Griego se le llama el Primero de los
Reposos. Este es el Reposo del Evangelio que permanece para el
pueblo de Dios, desde el Día de la Resurrección de Cristo hasta Su
segunda venida.[535]
El primer día de la semana era el Reposo divinamente establecido para los
cristianos del Nuevo Testamento.
Una ilustración de la importancia de esta doctrina se encuentra en los
registros de la iglesia de Hexham (en el Condado Durham). Un tal
Thomas Rewcastle, basado en Romanos 14:5, llegó a la conclusión de “que
su deber no estaba atado a ningún mandamiento o práctica de dar una séptima
parte del tiempo para la adoración y el servicio a Dios, juzgándolo como una
doctrina que no es según la piedad”. La iglesia, “después de muchas
amonestaciones tiernas”, retiró {lit. separó} su compañerismo de él.[536]
Rechazar la continua exigencia de la observancia del Reposo no era algo
pequeño.
Una amenaza a la observancia del Primer Día fue percibida por los
representantes de la Asamblea General de 1689. En la serie de preguntas
planteadas en la reunión, la que recibió la respuesta más larga en el Informe
Narrativo fue:
¿Si {acaso} no es el Deber de Todos los cristianos e Iglesias de Cristo
observar religiosamente el Día del Señor, o el primer Día de la
Semana, en la Adoración y el Servicio a Dios tanto en público como en
privado?[537]
La respuesta fue afirmativa, basada en ocho razones que fueron extraídas del
Nuevo Testamento. He aquí un resumen de la misma: Cristo tiene autoridad,
como Señor del Reposo, para cambiar el día de observancia, y lo hizo al
resucitar el primer día de la semana. La iglesia en sus primeras décadas
parece haber establecido un patrón de reunión en este día; y los expositores
más capaces entienden que Apocalipsis 1:10 se refiere a este día.
Esta pregunta fue traída ante la Asamblea no porque algunos estuvieran
abandonando la necesidad de la observancia del Reposo, sino más bien por la
presencia en Londres de iglesias que guardaban el Reposo el séptimo día.[538]
Si se toma literalmente la declaración —“habiendo escasamente un solo
hermano que disintió de la Asamblea en las Opiniones de su Mente”—[539]
durante la semana de reuniones, {entonces} la postura acerca del Reposo del
Día del Señor que es defendida en la Confesión y reiterada específicamente
por la Asamblea, reflejaba las convicciones comunes de las iglesias. El
primer día de la semana era el Reposo cristiano, el día de adoración.[540]
LA PREDICACIÓN:
LA PALABRA DE DIOS ES CENTRAL
En un ambiente religioso primitivista, la Escritura tiene que estar en el mismo
centro de la vida de los participantes; y así ocurre especialmente con la
predicación. Era el gran medio por el cual Cristo ejercía Su oficio profético
en la Iglesia. Benjamin Keach dijo que “puede decirse que [Cristo mismo]
predica [...] cuando sus ministros lo hacen en Su nombre, en Su lugar, o por
Su autoridad”.[557] Nehemías Coxe consideraba que la obra de la predicación
era eminentemente el “Trabajo y Negocio de un Pastor”, porque “él debe ser
la Boca de Dios para el Pueblo, debe entregar su Mensaje de parte de Dios, y
debe hablarles en Su Nombre”.[558] Para los bautistas particulares, predicar la
Palabra de Dios era una ceremonia de importancia fundamental.
La centralidad de la predicación en la Adoración puede ser demostrada
con otra cita de Keach:
La ordenanza de la Predicación, o Administración del Evangelio, es un
rico Pasto, especialmente cuando se predica poderosamente por la
Influencia y Manifestación del Espíritu [...] la Obra del Ministerio es
abrir la Escritura [...] La Predicación del Evangelio es la alimentación
del Alma.[559]
Los miembros de la iglesia crecen por medio de la predicación de las
Escrituras. El ministro diligente estudia con empeño, habla clara y
llanamente, es celoso por la Gloria de Dios, por el beneficio de las almas de
sus oyentes, y puede hablar acerca de las experiencias del corazón,[560] pero
preeminentemente, él predica la Palabra de Dios.[561]
Hercules Collins abogaba por un tipo de predicación que se basaba en la
recopilación de observaciones o doctrinas provenientes del texto de la
Escritura. Ilustró su método al bosquejar ocho puntos doctrinales diferentes
tomados de Colosenses 1:12.[562] En un sentido ligeramente diferente, Keach
argumentó que no había “Precepto o Ejemplo” alguno en las Escrituras que
requiriera tal fórmula, así que los predicadores “somos libres para usar el
método que pensemos que pueda ser [...] más útil para la Edificación del
Pueblo”.[563]
La distinción que hacía Knollys entre la enseñanza y la predicación es
interesante. La lectura, exposición e interpretación de la Escritura se entendía
como la instrucción o enseñanza “para conocer la Voluntad y la Mente de
Dios [...] reveladas para [...] el Aprendizaje y la Edificación”. Se basaba en el
ejemplo de Cristo y los Apóstoles, y se le prometía una bendición de Dios.[564]
La predicación era un acto aparte, e involucraba exhortaciones a creer,
arrepentirse, vivir vidas santas y crecer en la fe. Knollys se apoyaba en
Romanos 12:6‑8, donde parece hacerse una distinción entre “profetizar”,
“enseñar” y “exhortar”. La enseñanza era esencialmente noética, estaba
dirigida a la mente. La predicación, al menos en su entendimiento, parece
haber sido casuística: enfocada en la conciencia y la voluntad. Esto
ciertamente no quiere decir que la predicación esquivaba la mente. Tal vez
sea mejor decir que trataba de llevar la instrucción más allá de la información
hacia un cambio profundo del carácter personal. El maestro trataba de
informar las mentes de sus oyentes, el predicador trataba de cambiar sus
vidas. El método de predicación de Hercules Collins no era esencialmente
distinto. Aunque se coloca un gran énfasis en el método apropiado para
interpretar la Escritura, “deben hacerse los Usos apropiados de cada
Doctrina”.[565] El “uso” era la aplicación práctica que se hacía orientada a la
conciencia.[566] La meta era vidas transformadas, y esto debía lograrse
mediante exhortaciones cuidadosas y contundentes extraídas de las doctrinas
de la Escritura.
Así que el acto de la predicación era el momento supremo de la adoración
pública. Si Cristo mismo habla a través de la boca del predicador, el adorador
tiene que prestar debida y cuidadosa atención.[567] La iglesia no era
meramente una organización religiosa reunida con el propósito de promulgar
rituales de veneración. Era la casa del Dios viviente, y por tanto implicaba
una genuina confrontación entre Dios y cada participante.
LAS ORDENANZAS:
EL BAUTISMO Y LA CENA DEL SEÑOR
Hanserd Knollys colocó el bautismo y la Cena del Señor entre los elementos
de la adoración.[575] Así es como la Segunda Confesión de Londres también
los trata, declarando en el capítulo 22:5 que:
La (q) lectura de las Escrituras, la Predicación y (r) escuchar la palabra
de Dios, la enseñanza y la amonestación de unos a otros por medio de
Salmos, Himnos y cantos Espirituales, el cantar con gracia en nuestros
Corazones (s) al Señor, como también la Administración (t) del
Bautismo y (u) la Cena del Señor, son todos partes de la adoración
Religiosa a Dios, que ha de realizarse en obediencia a Él, con
entendimiento, fe, reverencia y temor piadoso...
(q) 1 Tim. 4:13.
(r) 2 Tim. 4:2. Luc. 8:18.
(s) Col. 3:16. Efe. 5:19.
(t) Mat. 28:19,20.
(u) 1 Cor. 11:26.
y también en el capítulo 28:1 {de la Segunda Confesión de Londres}
El Bautismo y la Cena del Señor son ordenanzas que han sido positiva
y soberanamente instituidas, designadas por el Señor Jesús, el único
Legislador, para que continúen en Su Iglesia (a) hasta el fin del mundo.
(a) Mat. 28:19,20; 1 Cor. 11:26.[576]
Estas eran las dos ceremonias positivas que habían sido instituidas bajo el
Nuevo Pacto, y por tanto fueron consideradas parte de la adoración de la
iglesia local.
EL BAUTISMO
La declaración Confesional acerca del bautismo en el capítulo 29 es muy
sencilla y directa. Presenta la doctrina de estas iglesias en un sentido positivo,
sin comentarios polémicos:
Del Bautismo
1. El bautismo es una ordenanza del Nuevo Testamento, instituida por
Jesucristo, con el fin de ser para la persona Bautizada una señal de su
comunión con Él en Su muerte (c) y resurrección, de estar injertado en
Él, de (d) la remisión de pecados, y de su (e) entrega a Dios por medio
de Jesucristo, para vivir y andar en novedad de Vida.
(c) Rom. 6:3,4,5; Col. 2:12; Gál. 3:27.
(d) Mar. 1:4; Hch. 26:16.[577]
(e) Rom. 6:2,4.
2. Los que realmente profesan (f) arrepentimiento para con Dios, fe en
nuestro Señor Jesús, y obediencia a Él, son los únicos adecuados para
recibir esta ordenanza.
(f) Mar. 16:16; Hch. 8:36,37.
3. El elemento exterior que debe usarse en esta ordenanza (g) es el
agua, en la cual ha de ser bautizada la persona, en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo.
(g) Mat. 28:19,20; con Hch. 8:38.
4. La inmersión o sumergimiento de la persona (h) en el agua es
necesaria para la correcta administración de esta ordenanza.
(h) Mat. 3:16; Jua. 3:23.[578]
El primer párrafo asevera que el bautismo es una “señal” para quienes son
objeto de las bendiciones de la salvación. A esto le sigue la declaración de
que solo los creyentes profesantes, aquellos que han experimentado las
bendiciones que se dan a entender, son los “adecuados para recibir esta
ordenanza”. El tercer párrafo afirma que el agua es necesaria para la
administración de la ordenanza en el trino nombre de Dios,[579] y el capítulo
concluye con la aseveración de que la inmersión es el modo necesario de la
ordenanza.
Esta sencilla declaración no da indicio alguno de controversia inherente en
la adopción de esta enseñanza. El bautismo era la doctrina principal que
distinguía a los bautistas calvinistas de los independientes a su alrededor. [580]
Desde la primera obra bautista particular publicada en defensa de la nueva
práctica del Bautismo de Creyentes por inmersión en 1643, hasta el fin de ese
siglo, libros y folletos iban de un lado al otro en todas direcciones.[581] Uno[582]
de los más influyentes —y controversiales— fue publicado en 1673 por el
Coronel Henry Danvers,[583] titulado {trad. no oficial} Un Tratado acerca del
Bautismo, Donde el de los Creyentes y el de los Infantes son examinados por
las Escrituras, seguido de una segunda edición corregida y ampliada en 1674.
[584]
Esta notable obra de casi 450 páginas era una especie de hazaña para su
época, y ha sido considerada como tal desde entonces. William Cathcart
escribió acerca de este Tratado: “era el más competente que había sido
publicado por cualquier bautista hasta ese tiempo en cuanto al tema”;
mientras que J. M. Cramp dijo que el libro de Danvers fue “considerado la
obra más docta y completa que se había publicado en aquel tiempo acerca del
tema”.[585] Richard Greaves declara que “hizo estallar una extensa y acalorada
controversia sobre la naturaleza del bautismo...”, en contra del cual “los
paidobautistas lanzaron un asalto feroz”.[586] Al menos 23 libros de 12 autores
diferentes trataron el asunto en menos de tres años.[587]
En el libro, Danvers trató de delinear en detalle su propio entendimiento
de la historia de la Iglesia, y el lugar que los bautistas ocupaban en esta.
Además, se propuso demostrar la validez de la postura bautista particular por
medio de la exégesis y la teología. La historiografía y teología de Danvers es
representativa de los puntos de vista de sus contemporáneos.[588]
El esquema de Un Tratado acerca del Bautismo... da indicios de la
metodología del autor. La página donde aparece la Tabla de Contenido
declara: “El libro consta de Dos Partes, la primera aprobando a los Creyentes;
La segunda desaprobando el Bautismo de Infantes”.[589] Sin embargo, antes
del inicio del cuerpo de la obra en sí, hay varios materiales suplementarios
importantes. Uno de ellos es un índice, pero aún más interesante es {trad. no
oficial} “Un Resumen de la Historia del Bautismo a lo largo de todas las
Edades desde Cristo”.[590] En este resumen, Danvers presenta tres columnas,
tituladas (1) “El Bautismo de Creyentes Instituido y Aseverado”; (2) “El
Bautismo Infantil Instituido, Afirmado e Impuesto”; y (3) “Oposición y
Testimonio en Contra del Bautismo Infantil”. Él entonces comienza por el
primer siglo y hace un recorrido hasta el siglo XVI, insertando en la columna
correspondiente los diversos testigos de acuerdo con las diferentes posturas.
En todo el libro se hace referencia al lugar donde estos escritores diversos son
analizados. De esta manera, el lector, con una breve mirada, tiene una
referencia de las clasificaciones que Danvers usa a lo largo de su obra.
La primera parte del libro, que consta de 7 capítulos, es la más corta de las
dos secciones, abarcando sólo 88 páginas. Danvers presenta una defensa
positiva a favor del Bautismo de Creyentes por medio de la exégesis, la
teología y la historia. Argumenta que Cristo instituyó el bautismo como una
ordenanza para los creyentes, con el propósito de testificar varios fines
espirituales; es decir:
Ser una señal de los misterios del Evangelio; Testificar
arrepentimiento; Evidenciar la regeneración presente; Representar el
Pacto de parte del hombre; Ser una señal del pacto de parte de Dios;
Representar la unión entre Cristo y el Creyente; [y como medio de]
entrada a la iglesia visible.[591]
El capítulo siete de la primera parte es un estudio histórico, recorriendo siglo
por siglo a través de la era cristiana, con el propósito de demostrar que el
bautismo de creyentes tiene una historia eminente en la Iglesia. La acusación
de novedad histórica había sido presentada en contra de los bautistas ingleses
desde temprano,[592] y el escrito de Danvers fue hecho para oponerse a esa
acusación. El título de ese capítulo, aunque es extenso, da algún indicio de
sus propósitos:
Testimonio del Bautismo de Creyentes en una breve Historia del
mismo; no solo a partir de los escritos del primer Siglo, sino de los
Autores Humanos también, confirmando la necesidad de Instrucción y
Profesión de Fe antes del Bautismo, en todos los Siglos. Y que los
Hijos de los cristianos, así como los Paganos, no eran de lo contrario
bautizados, de lo cual usted tiene varios Ejemplos famosos,
especialmente en el Cuarto Siglo, de varios cristianos eminentes que
aplazaron el Bautizo de sus Hijos hasta que estos últimos no pudieran
dar un Testimonio de su Fe. Recopilado a partir de varios Autores,
especialmente de la famosa Historia Magdeburgés.[593]
En este capítulo, Danvers se propuso demostrar que había habido un
testimonio positivo del Bautismo de Creyentes a lo largo de los siglos. Él
reconoció que el argumento histórico no tenía el mismo peso que los
materiales bíblicos, pero apela al primero...
a modo de ilustración solamente porque podría ser de peso para
algunos, y en donde puede ser manifiesto que [...] la Antigüedad
misma (de la que se ha presumido mucho) está enteramente a favor de
los Creyentes, y no a favor del Bautismo de Infantes.[594]
Esta declaración daba un claro indicio del interés del autor. A su juicio, el
argumento de la antigüedad, que al parecer había sido usado por los
paidobautistas con buen éxito, era engañoso y necesitaba corrección. Para
Danvers, la antigüedad permanecía como un testimonio que confirmaba sus
propios puntos de vista. Apoyándose en gran medida en las {título oficial}
Centurias de Magdeburgo, construyó —o quizá reconstruyó— una
interpretación bautista de la historia de la Iglesia en sus primeros siglos con
respecto a los receptores, los administradores, el lugar, el tiempo, la manera y
las ceremonias del bautismo. A esto le seguían citas de Clemente, Ignacio y
otros escritores. Él incluso declaró que: “Los britanos Antiguos, quienes
practicaron el Bautismo de Creyentes, lo hicieron por medio de Evangelistas
enviados por los Apóstoles mismos, recibieron el Evangelio estando bajo el
Emperador Tiberius, como dice Gildas en su libro titulado De Victoria
Aurelli Ambrosii”.[595] Para el segundo siglo, Justino Mártir, Clemente de
Alejandría y Walafrid Strabo son citados como autoridades que testificaron
que el bautismo debía venir sólo después de la fe y el arrepentimiento, o de
un entendimiento del Evangelio. Tertuliano, Orígenes, Eusebio y Cirilo
apoyaban el argumento en el tercer siglo, mientras que Atanasio, Hilario,
Basilio, Gregorio Nacianceno, Ambrosio, Arnobio, Jerónimo y otros se
anotaban como defensores en el cuarto siglo. Esta metodología llegaba hasta
el siglo XVI.
Hay que declarar que Danvers no necesariamente citaba a estos autores
como si ellos hubieran sido partidarios de su propia postura. Él sabía que
algunos de ellos no lo habían sido. Más bien, su interés es demostrar que
ellos tenían un entendimiento del hecho de que el bautismo debía seguir a la
conversión. Por supuesto, la respuesta paidobautista era que algunas o
muchas de las citas de Danvers habían sido en vano, ya que nadie disputaría
que los paganos convertidos debían ser bautizados al hacer profesión de fe.
[596]
Sin embargo, el asunto se centraba más bien en los hijos de los creyentes.
Danvers argumentaba que estos tipos de declaraciones, cuando se
encontraban en escritos paidobautistas, apuntaban a su inconsistencia
teológica. Este es un argumento que ha sido usado frecuentemente por
autores bautistas desde el tiempo de Danvers. El argumento asevera que la
postura paidobautista tiene que proponer dos cualificaciones diferentes para
el bautismo, una que se basa en la profesión de fe, y la otra en la herencia que
la persona recibe de sus padres. Él argumentaba que se había llegado a esta
conclusión solo como una imposición tardía a la vida de la Iglesia, y que era
desconocida para los primeros cristianos: “La Verdad es que ciertamente creo
que el Paidobautismo —cómo o por medio de quién, no lo sé— se introdujo
en el mundo en el segundo Siglo; y que en el tercero y el cuarto, comenzó a
ser practicado”.[597] Cualquiera que haya sido el caso, para Danvers, los
registros más tempranos testificaban a favor del Bautismo de Creyentes.
Mientras avanzaba por los siglos de la era cristiana, Danvers trataba de
incluir testimonios a favor del Bautismo de Creyentes, no solo de quienes
estaban en la corriente católico-romana, sino también de otros que estaban
fuera de ella. Por ejemplo, comenzando en el siglo XII, fijó su atención en
aquellos a los que llama los “antiguos Valdenses”.[598] Según Danvers, estos
seguidores de Peter Bruis y Henricus crecieron en número rápidamente al sur
de Francia y al norte de Italia. Fueron perseguidos por el pontífice romano,
pero crecieron tan dramáticamente “que sus Predicadores Itinerantes (de los
que tenían muchos, a quienes enviaron a la mayoría de los Países) podían, en
sus Viajes de Francia a Milán, alojarse cada noche en alguna de las casas de
sus Amigos”.[599] Este grupo dio un testimonio significativo a favor del
bautismo de creyentes, hasta tal punto que él incluso los llama “Bautistas”.
[600]
La segunda sección del libro, que comienza en la página 89, tal vez
debería subdividirse más bien en dos secciones, en correspondencia con las
tres columnas del “Resumen” de Danvers. Los primeros seis capítulos de la
segunda parte tenían como objetivo demostrar que la práctica del bautismo de
infantes no tenía justificación bíblica alguna, y que era una imposición a las
ordenanzas puras del evangelio. Estos capítulos abarcan un poco más de 130
páginas. Sin embargo, el capítulo siete de la segunda parte, titulado
“Testimonio de algunos testigos eminentes que ha sido dado de principio a
fin en contra del Bautismo de Infantes”,[601] abarca por sí solo más de 135
páginas. Fácilmente pudo haber sido la tercera parte de la obra.
Los primeros seis capítulos de esta sección tratan un tema similar al de la
primera parte, pero desde una perspectiva ligeramente diferente. Al apelar
frecuentemente a los mismos autores, Danvers trataba de dejar sentado que
muchos habían sido sumamente inconsistentes en su práctica del bautismo de
infantes. Da evidencia de las inusuales ceremonias que parecían haber
acompañado la introducción del bautismo de infantes, como son: el bautismo
de campanas, la dedicación de iglesias, el uso de leche y miel, y muchas
otras.[602] Apuntaba también a los informes, calumniosos a veces, que se
hacían acerca de quienes practicaban el bautismo de creyentes, redactados
incluso por hombres tales como el conocido Richard Baxter, quien había
relatado que en algunos casos los bautistas contemporáneos suyos en
Inglaterra habían practicado el bautismo desnudos.[603] Para Danvers, tal
calumnia venía bien a un propósito polémico importante. Esto evidencia que,
a veces, hasta los mejores oponentes del Bautismo de Creyentes han caído
presa de la difamación y las insinuaciones en sus informes acerca de la vida y
las prácticas de los bautistas. En un sentido estricto, puede ser que algunos de
los informes presentados con respecto a los anabaptistas continentales fueran
igualmente calumniosos y falsos, acusaciones injustas y apartadas de la
verdad con la intención de desacreditar su práctica. Esto ciertamente plantea
un problema serio. ¿Es posible que algunos grupos, acerca de los cuales se
conoce poco a no ser por los informes de sus adversarios, puedan haber sido
distorsionados en la historia de la Iglesia y merezcan un mejor tratamiento?
Danvers parece señalar que es así, de hecho. Él no tenía temor de
identificarse con grupos menos conocidos porque creía que bien podían haber
sido abusados en los informes recibidos acerca de sus doctrinas y prácticas.
El material presentado en esos capítulos resaltaba un tema importante que
se encontraba en los escritos de muchos autores paidobautistas, concilios y
sínodos eclesiales citados por Danvers. Él demostró que muchos defensores
del bautismo de infantes habían admitido que había poca o ninguna
justificación bíblica para la postura que sostenían, y que esta se basaba más
bien en argumentos teológicos, o incluso tradicionales. La gama de citas que
reconocían este hecho era impresionante,[604] y venía bien a los propósitos de
Danvers. Un conocedor de los detalles de la historia de la Iglesia ha provisto
para el autor muchas declaraciones —potencialmente embarazosas— hechas
por aquellos que sostenían una postura opuesta a la suya.
Como se observó anteriormente, el capítulo siete {de la obra de Danvers}
es virtualmente otra sección, ya que por sí solo es más largo que cualquiera
de las otras dos secciones del libro. En este capítulo, Danvers presentó su
argumento histórico más sutil, dejando mucho espacio para una variedad de
testigos importantes que estaban a favor de la práctica del bautismo de
creyentes, comenzando por Tertuliano, prosiguiendo con los donatistas y
novacianos, los britanos antiguos, los valdenses, John Wickliffe y los
lolardos, y también respondiendo a las objeciones hechas en contra de su uso
de algunos de estos testigos.
Tertuliano —argumenta Danvers brevemente— fue el primero que
testificó en contra de la práctica del bautismo de infantes en el tercer siglo,
dando indicios de que fue entonces cuando probablemente comenzó a ser
introducido. Los segundos testigos en importancia en contra de la práctica del
bautismo de infantes fueron los donatistas y novacianos. Citando varias
fuentes diferentes, Danvers juntó estos dos grupos geográficamente distintos,
y presentó el testimonio de ellos a favor de la práctica del Bautismo de
Creyentes. Sabiendo que algunos responderían que estos grupos estaban
declarados como heréticos, se ocupó de esta objeción al ofrecer una respuesta
importante y sustancial. En primer lugar, la etiqueta de herético en sí misma
no reflejaba necesariamente el verdadero estatus de un grupo en particular.
En segundo lugar, argumentó que un error en un tema u otro no debería, por
tanto, tildar a nadie de herético. Presentó “varios Errores y Equivocaciones
garrafales del mismo Agustín” como un ejemplo de este hecho. En tercer
lugar, declaró que —a su juicio—, especialmente en cuanto a los novacianos,
“solo puedo hallar que eran un Pueblo muy Santo”.[605] Por estas razones,
juzgó que el testimonio de estos dos grupos era importante. Hay cierto peso
en el razonamiento de Danvers. Como se observó anteriormente, es posible
que quienes se oponen a un grupo puedan ser culpables de la distorsión del
mismo en algún grado, y así matizar los juicios de los historiadores que no
tienen acceso a otra fuente primaria. Además, es cierto que algunos de los
mejores teólogos de la Iglesia han sostenido ellos mismos puntos de vista que
luego han sido considerados erróneos. Podría decirse que la única razón por
la que unos son más estimados que otros depende de la historia escrita, o tal
vez controlada, por quienes sostienen una postura similar. Entonces, el tercer
punto de Danvers presenta un modelo para lo anterior. Si en verdad su
investigación ha sido sana, entonces puede ser que estos grupos fueran mejor
que como a veces han sido juzgados. En realidad, solo un estudio detallado
de las fuentes primarias de la época puede conducir a algún tipo de opinión
concluyente. No obstante, es un punto aceptable, y sirve de precaución para
el estudio de la historia de la Iglesia. Sin embargo, debe decirse que también
es posible ser culpable de revisionismo simplemente para propósitos
polémicos. En el método de argumentación de Danvers, una apelación a los
antiguos es de gran valor. Mientras más sustancial sea la apelación, y más
numerosos los testigos, y más capaz sea de rastrear a estos grupos hasta la
corriente principal de la historia de la Iglesia, más exitosa es su defensa. A
estas alturas, su obra misma es difícil de juzgar. Pero, para los propósitos de
Danvers, al menos a juzgar por las respuestas a su obra,[606] fue una táctica
muy útil en verdad.
La polémica doble, basada en la Escritura y la antigüedad, caracterizó el
procedimiento apologético de los bautistas. Tanto Hercules Collins como
Benjamin Keach siguieron el ejemplo de Danvers al publicar libros usando el
mismo método.[607] Este enfoque satisfizo tanto la necesidad de
fundamentación de la práctica en la Escritura (el principio regulador) como la
necesidad de responder a la acusación de que su práctica era una novedad
histórica.
El bautismo era sólo para los creyentes, pero no había edad establecida
alguna a la cual una persona podía estar cualificada para este. Keach afirmó:
Reconozco que esos Niños pequeños que sí creen en Cristo, tienen un
derecho indudable al Bautismo y a la Cena del Señor también, tan
pronto como sean Bautizados; pero los Infantes no...
Soy dado a pensar que [Timoteo] era muy joven cuando creyó
verdaderamente por primera vez y fue Bautizado, quizá era un Niño;
pero pruebe que él fue Bautizado cuando era un Infante y me
convertiré en Paido Bautista.[608]
Basado en este lenguaje, Keach habría permitido a los niños creyentes en la
membresía porque sólo los miembros de las iglesias podían participar de la
Cena del Señor. La iglesia de Petty France (en Londres) recibió a
Thomas Harrison en la membresía en 1679 cuando este último tenía doce
años de edad.[609] El bautismo de creyentes no significaba precisamente
bautismo de adultos solamente.
La práctica misma del bautismo era sencilla, aunque es necesario
mencionar dos asuntos. El primero tiene que ver con el escenario del
bautismo. W. T. Whitley declara que se construyó un bautisterio en
Horselydown (Southwark), tal vez en fecha tan temprana como 1657.[610] Da a
entender que fue usado por varias iglesias, pero no provee detalles.
Probablemente, las iglesias usaban más comúnmente diversos sitios naturales
con abundante agua. La iglesia de Petty France (en Londres) parece haber
usado un afluente del río Támesis, y bautizaba durante todo el año. Se hizo
una anotación especial en el libro de la iglesia correspondiente al 24 de
diciembre de 1676:
Las Sras. Hart y Hannah que han sido últimamente sirvientas del
Hno. Collins se propusieron para Bautismo, y fueron aceptadas; sólo
que la administración de la ordenanza para ellas fue aplazada un poco,
Porque, por causa de lo extremo de la presente helada, no pudimos
ahora ir al agua.[611]
En 1701, la Asociación de Southampton debatió la pregunta: “¿Si hay algún
fundamento para que alguien dude de la validez de su bautismo porque se
ejecutó en un estanque y no en un río...?” Concluyeron que un bautismo en
tales condiciones era válido.[612] La presencia de la pregunta indica la
preocupación que tenían algunos por la precisión, pensando que los ejemplos
de bautismos en ríos que aparecen en la Escritura eran vinculantes aún hasta
en ese detalle.
El segundo punto de la nota tiene que ver con los administradores del
bautismo (y de la Cena del Señor). La Primera Confesión de Londres
declaraba con respecto al bautismo que...
Las personas designadas por Cristo para administrar esta Ordenanza,
como las (1) Escrituras sostienen, son los Discípulos que predican. Al
no estar atada en ninguna parte a una Iglesia local, un Oficial, o
persona extraordinariamente enviada, la Comisión que impone la
administración {de esta ordenanza} es dada a ellos solo tomando en
consideración que sean tenidos como Discípulos.
1. Isa. 8:16; Mat. 28:16,17,18,19; Juan 4:1,2; Hechos 20:7; Mat. 26:26.
[613]
LA IMPOSICIÓN DE MANOS
Algunos bautistas argumentaban a favor de una tercera ordenanza, basados en
Hebreos 6:2 —la imposición de manos. Aunque era más característico de los
bautistas generales, varios bautistas particulares también abogaban por la
práctica.[645] Esta suponía que...
Los Ministros de Cristo imponiendo sus manos solemnemente sobre la
Cabeza del Bautizado, con Oración al Dios Todopoderoso para un
aumento de las Virtudes y Dones del Espíritu Santo, para que nos
capacite para retener firmemente la Fe que ahora visiblemente
tenemos, habiendo entrado a la Iglesia mediante el Santo Bautismo, y
también para ser ayudados por ello a librar una Guerra constante
contra el Mundo, la Carne y el Diablo.[646]
Según Collins, este acto era una parte esencial de la vida de la iglesia, y un
requisito para cada miembro de cada iglesia. Al tratar el tema en su {título
oficial} Un Catecismo Ortodoxo, coloca una serie de preguntas en la sección
de las ordenanzas, después de la doctrina del bautismo e inmediatamente
antes del análisis de la Cena del Señor. Para Collins, esta era una ordenanza
de la iglesia.[647] Él argumentaba que las iglesias practicaban todos los otros
“principios” u “oráculos” de Hebreos 6:1‑2 (el arrepentimiento, la fe, el
bautismo, creer en la resurrección y en el juicio), y que no podía entender por
qué eliminaban el cuarto principio: la imposición de manos.[648]
Benjamin Keach escribió igual de fuerte acerca del tema, declarando:
Si una iglesia carece de un solo principio esencial, es defectuosa, y no
es una congregación completa, conforme a la constitución primitiva: si
tiene seis {principios}, y al parecer los tiene, y carece de uno solo, es
imperfecta [...] Estos seis principios [...] son fundamentales para una
iglesia del evangelio [...] Es cierto que una iglesia puede ser
materialmente una iglesia verdadera, y formalmente verdadera
también, (o sea, ellos pueden entregarse al Señor, y mutuamente, como
congregación, para andar juntos en el compañerismo del evangelio),
quienes puede que no estén bautizados ni reconozcan la imposición de
manos; pero entonces no deben ser considerados una iglesia del
evangelio completa, sino una que en algunas cosas es defectuosa, con
respecto a su constitución y {la} forma regular del evangelio, o como
una que le falta un pilar, etc. Una casa puede ser una casa en verdad,
aunque pueda carecer de una columna principal sobre la que descansa;
puede ser bastante firme, y puede permanecer en pie aunque falte una
{de las columnas}; sin embargo, no es tan segura como para carecer de
un solo principio de la doctrina de Cristo.[649]
A pesar de estas fuertes palabras, la mayoría de las iglesias opusieron
resistencia a la adopción de esta “ordenanza”. Fue rechazada tanto por la
Asociación Occidental como por la de Abingdon, argumentando que era un
acto apostólico relacionado con la concesión de dones extraordinarios, y que
Hebreos 6:2 no podía usarse para apoyar la noción de que cada miembro de
cada iglesia debía sujetarse a ello.[650] No era parte de la Confesión, y no tuvo
parte en las Asambleas Generales. Obviamente, Keach y Collins pudieron
tener compañerismo, en este caso, con iglesias que practicaban un orden
diferente.
En ocasiones el tema sí causó fricción entre las iglesias. En 1693, una
miembro de la iglesia de Petty France se separó de la iglesia “por motivo del
canto y la imposición de manos, y fue al Sr. Keach”. Ella fue “declarada no–
miembro” hasta tanto hiciera las cosas correctamente.[651]
CONCLUSIÓN
Las ordenanzas estaban en el centro mismo de la adoración de la iglesia. Eran
consideradas pilares de la iglesia, parte del fundamento de su ser. Siendo
reguladas cuidadosamente por la Escritura, estas expresiones prácticas de
adoración contribuían fundamentalmente a la naturaleza de la devoción. El
bautismo definía la identidad de la iglesia; la Cena del Señor expresaba la
intimidad del compañerismo con Dios; y para algunos, la Imposición de
Manos completaba el orden apropiado de la iglesia.
LA GRAN CONTROVERSIA:
EL CANTO DE HIMNOS
En la última década del siglo XVII, una controversia estalló entre los
bautistas particulares de Londres, la cual se centró en la aplicación del
principio regulador a un aspecto específico de la adoración. El tema principal
se enfocaba en la licitud del canto de himnos en la adoración pública de la
iglesia. Algunos abogaban por esta práctica, defendiendo su justificación a
partir de las Escrituras. Otros se oponían a esto como una invención humana,
y alegaban que degradaba la adoración y deshonraba a Dios. El principal
defensor de la práctica era Benjamin Keach, autor prolífico y pastor de la
iglesia de Horselydown (en Southwark). Su mayor oponente era
Isaac Marlow, un rico joyero de Londres y laico. Tan divisiva era la
controversia que desintegró las Asambleas Generales que al principio
parecían ofrecer tantas promesas para el bien entre las iglesias.[652]
Aunque los bautistas generales en su conjunto rechazaron el canto en la
adoración,[653] algunos bautistas particulares abogaron por el canto de himnos
en varias ocasiones en el siglo XVII. La Asociación del Suroeste[654] analizó
el tema y lo aprobó en 1655,[655] Hanserd Knollys[656] y Hercules Collins[657] lo
refrendaron firmando las obras publicadas, e iglesias como Broadmead (en
Bristol)[658] y Wantage[659] lo incorporaron a su adoración pública. No
obstante, el hombre más responsable por la defensa de esta práctica fue
Benjamin Keach. Él había incluido himnos en algunas de sus obras
publicadas en fecha tan temprana como a mediados de la década de 1660, y
para 1673 había introducido la práctica del canto de himnos en su iglesia.[660]
Bogue y Bennett resumen el procedimiento usado por Keach:
El método empleado por el Sr. Keach para introducir salmodia en su
congregación es digno de registrarse, ya que marca con los colores más
fuertes lo inveterado de la oposición de algunos en el rebaño, y la
paciencia y moderación del pastor de ellos. Estando convencido que
era una ordenanza de Cristo para la edificación de su iglesia, él publicó
un tratado acerca del tema, y también puso mucho empeño en iluminar
sus mentes mediante la conversación en privado. El primer paso hacia
el éxito fue obtener el permiso de la iglesia para cantar un himno al
final del culto, en la celebración de la cena del Señor. Después de
permanecer haciéndolo por seis años, se obtuvo la venia para extender
la salmodia a los días de acción de gracia. Al fin, después de catorce
años de perseverancia en este método, por un acto regular de la iglesia
se acordó en una manera solemne cantar las alabanzas a Dios en su
alabanza ordinaria, cada Día del Señor; solo cinco o seis miembros
expresaron su disentimiento. “Si no estoy equivocado —dice el
historiador— esta fue la primera iglesia bautista que practicó esta santa
ordenanza”.[661]
Keach escribió {trad. no oficial} La Brecha Reparada en la Adoración a
Dios en defensa de que el canto estaba autorizado por la Escritura. En esa
obra él describe la historia de la práctica en su asamblea:
¿No ha cantado la Iglesia en el partimiento del Pan siempre por los
últimos 16 o 18 Años, y no lo podía omitir —ni lo omitía— en tiempo
de persecución? […] Y ¿no hemos cantado por estos 12 o 14 Años en
Asambleas mixtas, en Días de Acción de Gracias…?
Y en aquel Día Solemne, cuando la Iglesia lo había propuesto, para ver
cómo los miembros eran afectados por el Canto, la Mano de casi todos
fue levantada a su favor, o para dar Libertad a la Iglesia en tales
tiempos para cantar. Además, ¿no acordó la Iglesia cantar solo después
del Sermón, y cuando la Oración había terminado?[662]
Al principio, el canto fue introducido después de la observancia de la Cena
del Señor, imitando Mateo 26:30. Esto se extendió, seis años después, a los
días de Acción de Gracias; y finalmente en 1690 o 1691, la práctica fue
aprobada por la congregación para su inclusión al final de la adoración cada
Día del Señor.
La paciente metodología de Keach no eliminó toda controversia. Al
parecer, aunque la iglesia había acordado cantar al final del culto para que
aquellos que no estuvieran convencidos en sus conciencias pudieran irse, aun
así, hubo algunos que se tornaron desafectos. Con respecto al día en que la
reunión aprobó que se cantara, él declaró:
¿Dijo alguno de ustedes, en aquel momento, que si procedíamos a
cantar en tales ocasiones no podrían tener Comunión con nosotros?
Que, de haberlo hecho, percibo que la Iglesia, cada uno de nosotros
que ha llevado nuestras Cargas por muchos Años, ¿no las hubiera
llevado un poco más?[663]
Evidentemente, había algunos que aún no estaban satisfechos con las
concesiones hechas por la iglesia, y estaban amenazando con irse, o ya se
habían ido, de la iglesia en desafección. Él describe el asunto en cuestión:
El tema de la Divergencia que está presente entre la Iglesia y algunos
pocos de nuestros queridos y amados Hermanos y Hermanas, no es
acerca del canto en sí, ni de cantar con otros, pues esa ha sido todo el
tiempo la práctica de la Iglesia por muchos Años […] sino sólo acerca
de cantar en el Día del Señor.[664]
La situación empeoró por los escritos de algunos fuera de la comunión de
Horselydown, Isaac Marlow en especial. Él publicó varios folletos acerca del
canto, especialmente con el objetivo de oponerse a las opiniones de Keach.
La Brecha Reparada en la Adoración a Dios fue una respuesta a Marlow y
sus escritos publicados. Keach creía que Marlow estaba tratando de fomentar
la división en la iglesia de Horselydown intencionalmente. En {trad. no
oficial} Respuesta al Apéndice del Sr. Marlow dice:
Aunque el Sr. Marlow afirma, como si yo hubiera traído el canto a
nuestra Congregación para dolor y molestia de muchos de nuestros
miembros, es falso [...] Y aunque al presente algunos de nuestros
dignos Hermanos y Hermanas están algo insatisfechos, no dudo que en
poco tiempo vean sus Errores, si es que Hombres tan ocupados como
él no avivan Carbones de Contienda entre nosotros de una manera
indebida.
¿Puede algún cristiano sobrio pensar que ha hecho bien al publicar los
Asuntos Privados de una Iglesia local a todo el Mundo? Parece a
algunos que es como si él tuviera esperanzas de que haya una Brecha
en la Iglesia, por Cuenta de nuestro Canto de Alabanzas a Dios; pero
espero que encuentre que nuestros dignos Hermanos entiendan ellos
mismos antes que anden de un sitio para otro para imponerse a la
Iglesia o las Conciencias de sus Hermanos, o para luchar para echar
abajo aquello que la Iglesia y ellos mismos también han estado
edificando por tantos Años. ¿Puede haber algún hombre que Dios haya
dejado así para aprobar —y Personas para crear— un Cisma en una
Congregación porque estos no pueden renunciar a un Deber con cuya
práctica han estado satisfechos hasta ahora, y así someter a todo el
Cuerpo a las opiniones de algunas Personas, como si tuvieran Poder
sobre nuestra Fe?[665]
Es probable que Marlow también escribiera porque le pareciera que las
iglesias bautistas particulares iban en pos de adoptar el canto de himnos de
forma masiva. Para 1691, Keach declaró que “más de veinte Congregaciones
de Bautizados” en Inglaterra además de la suya habían adoptado la práctica.
[666]
Obviamente, Marlow estaba descontento con esta nueva acción y publicó
folletos llenos de vituperios buscando su discontinuidad. Según Keach,
Marlow usó términos tan “abusivos” como: “Error, Apostasía, Tradición
Humana, Formas prelimitadas, Error malicioso, Formas Carnales,
Adoración Carnal, etc.”.[667] Algunos hombres más entraron en la
controversia,[668] y el asunto estalló y trascendió a la escena nacional.
El intercambio de folletos se convirtió en una guerra, y el asunto fue
llevado ante la Asamblea General de Bautistas Particulares en 1692. El
último día de la Asamblea, una comisión de siete pastores que habían sido
designados para examinar la literatura, pronunciaron un veredicto señalando
que varios de los tratados habían llegado al uso de insultos, insinuaciones y
censuras. Además, pidieron la publicación de retractaciones por parte de
varios de los hombres involucrados; e identificaron cuatro libros, respecto a
los cuales solicitaron “que ninguno de los Miembros de las Iglesias compre,
dé, o distribuya ninguno de estos Libros [...] y que ninguna Persona los
venda, o los dé a otras”.[669] Keach publicó una retractación y disculpa por sus
declaraciones,[670] como también lo hicieron Kiffin, Barrett, Steed y Man,[671]
aunque no quedaron satisfechos con los esfuerzos de Keach.[672]
Aunque la controversia puede parecer arcaica y curiosa para los estándares
modernos, fue tomada muy en serio por sus participantes. Keach defendía el
canto de himnos como un deber tanto moral como positivo. Estos dos tipos
de deberes deben distinguirse cuidadosamente. Un deber moral es algo que se
requiere de todos los hombres, aparte de la revelación especial. Keach
ilustraba su punto al aseverar que “temer a Dios, amar a Dios, orar a Dios, y
otros diversos Preceptos de la misma Naturaleza” eran deberes morales que
los hombres debían a Dios su creador, basados solamente en “la Ley o Luz de
Dios en la Conciencia de los Hombres”.[673] Alabar a Dios a través del canto
era uno de estos deberes morales. Un deber positivo es algo específicamente
impuesto en la Escritura y —para los bautistas— especialmente en el Nuevo
Testamento. Keach creía que la actividad de cantar en la adoración se basaba
tanto en la obligación moral que todos debían a Dios, como en las
imposiciones positivas de la Escritura.
El deber positivo recibe un tratamiento más largo y detallado, ya que
descansa sobre el Principio Regulador de la Adoración. Keach argumentaba
que el patrón de adoración nuevotestamentario dependía de los mandatos de
Dios que estaban registrados en la Escritura, por tanto, declaró su primera
prueba de esta manera: “Puesto que el Señor (quien es el único que designa
Su propia Adoración) lo ha ordenado y exigido de nuestras Manos; y Su
Mandato y Precepto es la Regla de nuestra Obediencia”.[674] Desplegó
entonces una selección de textos de la Escritura que prescribían el canto. Para
Keach, el testimonio de Dios en la Escritura era la demostración positiva más
fundamental del deber. Como Dios mismo era el único que podía prescribir
los elementos de la adoración divina, y porque Él sí la prescribía en muchos
lugares, el canto tenía que ser una forma {o un modo} de adoración
verdadera.
Isaac Marlow veía el asunto de una manera bastante diferente. En su libro
de 1694, titulado {trad. no oficial} La Pureza de la Comunión del Evangelio,
Marlow resume sus tres mayores objeciones a esta práctica:
Que no tenemos Mandato ni Ejemplo alguno, ni bajo la Ley ni bajo el
Evangelio, para que los Ministros y todo el Pueblo canten juntos a una
Voz en la adoración a Dios que ha sido establecida en Su Iglesia. Y
que su [refiriéndose a Keach] manera común de Cantar no es aquel
Modo de canto espiritual que fue usado en el tiempo de los Apóstoles,
ni es el natural, sino un Modo de Adoración Artificial. Y además que
no tenemos el menor fundamento para concluir que Cristo y sus
Discípulos en o después de la Cena del Señor cantaron el Himno o
Alabanza que dieron a Dios; pues aquellos Textos (Mat. 26:30;
Marcos 14:26; y Hechos 16:25) no están correctamente traducidos en
nuestras Biblias actuales, contra las cuales testifican muchas de
nuestras antiguas Biblias inglesas, y muchos Autores doctos.[675]
La primera de sus objeciones se basaba en el hecho de que a la adoración
pública casi siempre asistía una mezcla de creyentes (o miembros de la
iglesia) y aquellos que no hacían ninguna profesión de fe. Permitir a los
inconversos participar en el canto a Dios en efecto profanaba la adoración, ya
que en algunos casos no procedía de un corazón purificado por la fe. Si había
habido algún canto verbal en la adoración apostólica, debió haber sido hecho
en forma de solo, y probablemente había sido carismático, es decir,
directamente inspirado por el Espíritu. De forma similar, Marlow
argumentaba que ciertos textos de las Escrituras prohibían a las mujeres
hablar,[676] así que no pudo haber una práctica indiscriminada permitida en el
Nuevo Testamento. Keach respondió argumentando que Marlow en efecto
redefinía el canto, haciendo que no tuviera semejanza alguna a la práctica de
la Escritura. Mientras que el canto congregacional tenía un sólido testimonio
en el Nuevo Testamento, el canto de solos no tenía justificación alguna de
este tipo. En lo que concernía a las mujeres, la prohibición de hablar no era
absoluta, ya que había varios casos en los cuales era necesario que una mujer
hablara en la iglesia.[677]
La segunda objeción iba a la par de esta. Marlow no podía ignorar la
existencia de pasajes que parecían permitir el canto, por tanto, interpretaba
que se referían a una actividad espiritual, no a una literal. Cuando acusó a
Keach de {sostener} un “Modo Artificial de Adoración”, estaba dando a
entender que el canto verbal introducía un elemento de invención humana en
la adoración, y esto no podía agradar a Dios. La adoración verdadera siempre
era espiritual, así que el canto mencionado en las epístolas del Nuevo
Testamento era “cantar y alabar en el corazón” {Efe. 5:19}, pero no con la
boca. Keach respondió a Marlow señalando que semejante línea de
argumentación estaba peligrosamente cerca de la que usaban los cuáqueros.
[678]
CONCLUSIÓN
El peso de esta evidencia provee un fuerte indicio de que los párrafos finales
del capítulo 26 de la Segunda Confesión de Londres abogan por el
asociacionalismo formal en su uso de la palabra “comunión”. Desde el inicio
del movimiento en la década de 1640, el patrón establecido en las relaciones
intereclesiales apunta a este hecho. Entre los bautistas, e incluso a veces entre
los independientes, la palabra era usada en un sentido técnico para referirse a
las asociaciones formales.
Un examen de estos dos párrafos confirma esta interpretación. Lo que se
presenta como la práctica que se espera de las iglesias (estas “deben tener
comunión entre sí”) en el párrafo 14, se presupone en la solución de
dificultades o diferencias en el párrafo 15. En este último párrafo, esta frase
emplea un gerundio (“muchas Iglesias que estén teniendo comunión entre
sí”); lo cual probablemente implica una relación establecida en lugar de una
convocación ocasional de mensajeros.
Los bautistas modificaron la declaración de la Plataforma de Saboya en el
sentido de que descartaron la frase “en un Sínodo o Concilio”.[738] Esta
modificación puede parecer pequeña al principio, pero de hecho cobra
significación. Como en algunos casos el método independiente de tener
comunión incluía la convocación ocasional de sínodos o concilios, y esto no
formaba parte de la práctica bautista, la eliminación de esta frase apoya un
entendimiento peculiarmente bautista de las palabras “teniendo comunión”.
En su recensión del material de Saboya, ellos reformularon la declaración
para que reflejara la forma de gobierno ya existente y bien establecida. Al
adoptar este lenguaje, confiesan su compromiso con el patrón existente entre
sus iglesias. La parte final del capítulo 26 y párrafo 15 debe leerse
cuidadosamente. La forma de gobierno bautista, expresada en organizaciones
formales, es la base para la solución de diferencias y dar consejo. El gerundio
“teniendo comunión” implica un estatus de comunión presente y establecido,
y este estatus establecido provee el foro en el que estos temas pueden
encontrar solución. No necesitaban celebrar “sínodos o concilios” ocasionales
porque ya habían puesto en práctica los medios para solucionar los asuntos:
las reuniones de la asociación. Las iglesias asociadas se reunían por un
programa regular de acuerdo con sus costumbres, y manejaban estos asuntos
en sus reuniones de asociación. Un vistazo a los registros publicados de estas
asociaciones demostrará precisamente que las asociaciones eran muy
adecuadas para la implementación de la forma de gobierno que fue confesada
en este párrafo.[739] Cualquier otra cosa menos formal sencillamente no podía
ajustarse a la doctrina o práctica de los confesantes del siglo XVII.
Este estatus establecido, “teniendo comunión entre sí”, es la base para la
solución de diferencias o dificultades. Así fue como las asociaciones bautistas
particulares funcionaron por casi cincuenta años. Una abundancia de material
en los escritos eclesiológicos, registros asociativos, documentos relacionados
con las Asambleas Generales y varios libros de las iglesias, apoyan la noción
de que estas entendían su comunión eclesial como una que era formal en su
naturaleza. Cuando las circunstancias teológicas eran las correctas,
concertaban alegremente arreglos estrictos y solemnes. Cuando no lo eran,
venían las divisiones y las iglesias se separaban. Ambos casos ilustran la
profunda importancia de las asociaciones estructuradas y ordenadas en la
eclesiología bautista particular del siglo XVII.
EL FUNCIONAMIENTO DE
LAS ASOCIACIONES BAUTISTAS PARTICULARES
La doctrina de la interdependencia que estaba arraigada en estas
declaraciones confesionales funcionaba de varias maneras en las
Asociaciones bautistas particulares. En muchas de estas, los propósitos de la
Asociación se movían en varias direcciones. Primariamente, fueron
ordenadas para el beneficio de las iglesias miembros, así que tenían un
alcance regional. Pero, había también una mutualidad asociativa, en la que los
mensajeros eran enviados de una Reunión General a otra.[740] Aunque estos
bautistas desacreditaron la estructura episcopal de la Iglesia Nacional, sí
practicaron la catolicidad nacional entre ellos; y, en un grado mucho menor,
entre las demás iglesias disidentes.
¿Cómo funcionaban estas asociaciones? La formalidad de su mutuo
reconocimiento provee la base sobre la cual sus acciones pueden ser
observadas. Había estructura, expectativas y responsabilidad mutuas, y
cooperación y actividad para sostener los ministerios de varias iglesias
locales.
Las estructuras erigidas proveen una mejor comprensión de sus
convicciones. Varios ejemplos son dignos de notar. El primero proviene de
los registros de la reunión de la Asociación Occidental en mayo de 1654. En
aquella reunión se sostuvo un largo debate sobre la licitud de ordenar a
Thomas Collier para la obra en la que él ya había estado involucrado por casi
una década; a saber, la plantación de iglesias en los condados del suroeste de
Inglaterra. Los registros declaran que:
Después de haber pasado algún tiempo en modo de espera en el Señor,
fuimos entonces ejercitados a modo de debate en lo concerniente al fin
principal de nuestra reunión; a saber, la más ordenada ordenación del
hermano Thomas Collyer para la ejecución de aquella obra en la que él
había sido ejercitado por largo tiempo; a saber, en la reunión y
confirmación de la iglesia [...] Brevemente y en su totalidad, uno por
uno, con mucha fe, concluyeron su deber de proceder en una
ordenación y designación aún más ordenada de nuestro querido y
amado hermano Thomas Collier, en el nombre de nuestro Señor Jesús
y de Sus iglesias, las cuales eran una sola en esto, a la obra del
ministerio al mundo y en las iglesias, lo cual fue ejecutado por dos
hermanos...[741]
Es difícil saber exactamente qué decir de este acto. Joseph Ivimey lo
interpretó así: “El oficio al que el Sr. Collier [...] había sido ordenado era el
de mensajero de las iglesias, ejerciendo un tipo de superintendencia general
sobre todas las iglesias asociadas”.[742] Es probable que él vea demasiado en
estas palabras.[743] En cualquier caso, Collier era el líder reconocido de la
Asociación Occidental, y fue ordenado por la asociación. Un examen de las
cartas circulares enviadas por la asociación muestra que Collier era el
miembro más prominente, incluso en ocasiones firmaba las cartas: “En
nombre y por designación de todos, Thomas Collier”. En una carta personal
escrita en 1657 y dirigida a “las iglesias de Cristo en el condado de Somerset
y los condados adyacentes cercanos”, él dice: “He hallado mi corazón algo
así como ensanchado en ese cuidado que Dios y Su pueblo han depositado
sobre mí, y que descansa en mí, aunque no soy apto para una obra como
esta”; y, al final de la misma misiva, suena apostólico:
puedo decir que de entre el resto de los hijos de Sion, confío por gracia
que ustedes están en mi corazón para vivir y morir con ustedes y, si se
mantienen firmes, yo vivo. Estas cosas os he escrito a vosotros, no
como quien se enseñorea de vuestra fe, sino como un pobre
colaborador de vuestro gozo, por si en alguna manera pueda cumplir
mi ministerio y dar cuenta con gozo en fidelidad al Señor y a vuestras
almas es que lo he escrito.[744]
Lo que sea que él fuera, no era simplemente un pastor de una iglesia local
específica. Él era en cierto sentido parte de una estructura asociativa aprobada
e incluso ordenada por la Asociación.
Treinta años después, la Asamblea General empleó un tipo de estructura
diferente. Después del período de persecución, se reconoció de manera
general que existían serias diferencias en muchas de las iglesias. La primera
generación de ministros casi se había ido de la escena (sólo William Kiffin,
Hanserd Knollys y Henry Forty quedaban de los suscriptores de la Primera
Confesión), varios otros líderes importantes habían muerto durante los años
de persecución, y en algunas iglesias, se había afianzado una resistencia a dar
sustento financiero a sus pastores. Fueron estos problemas, entre otros, los
que condujeron a la convocación de una Asamblea General anunciada en
julio de 1689. En la carta enviada para convocar la Asamblea, los pastores de
Londres declaran:
el gran descuido del presente ministerio es una cosa, junto con esa
indiferencia generalizada —que por lo general parece haber— para dar
correspondiente y apropiado estímulo para el levantamiento de un
ministerio honorable y capaz para lo porvenir; con muchas otras cosas
sobre las cuales esperamos que no seamos dejados completamente en
oscuridad, las cuales encontramos que no estamos en capacidad de
prevenir y curar (como instrumentos en la mano de Dios, y Su
bendición asistiendo nuestros esfuerzos cristianos), a menos que
podamos tener una reunión general aquí en Londres...[745]
Esta carta argumenta que había varios temas apremiantes, especialmente la
falta de sustento para los pastores y la necesidad de capacitación pastoral, que
sólo podían remediarse con una “reunión general”. Cuando se reunió, la
Asamblea dio varios pasos concretos para tratar los problemas e implementar
soluciones. Respaldaron la publicación anónima de {trad. no oficial} La
Manutención del Ministro del Evangelio Vindicada (escrito por Benjamin
Keach), un extenso llamado a las iglesias a asumir su responsabilidad de
proveer para el sostén financiero de sus pastores.[746]
Además, erigieron un medio para intentar lidiar con este problema, al
igual que con el de la provisión para la educación ministerial. Crearon un
fondo que debía ser administrado por una comisión de 9 hombres de
diferentes iglesias de Londres. Estos últimos fueron autorizados para
solicitar, recibir y distribuir contribuciones financieras de las iglesias
miembros para el sostenimiento de pastores y hombres jóvenes pobres que
anhelaran capacitarse para el ministerio. Las iglesias eran instadas
encarecidamente para que participaran en este fondo.[747] En los Informes
Narrativos uno nota que buena parte de los debates en las Asambleas estaban
relacionados con la organización y promoción del fondo. En la Asamblea
General de 1690, modificaron el funcionamiento del fondo, y expandieron la
junta de tesoreros a 12 (aunque 5 formaban quórum).[748] El Informe
Narrativo de ese año declaró que los predicadores habían sido enviados a
expensas del fondo, y que habían sido bien recibidos en Essex y Suffolk,
tanto fue así que “varios fueron bautizados, y es posible que se formen dos
Iglesias”.[749] El Informe Narrativo de 1691 se ocupó en su mayor parte de los
asuntos relacionados con el fondo, especialmente de las exhortaciones a las
iglesias a dar liberalmente;[750] y el Informe Narrativo de 1692 continuó
enfatizando de forma similar la importancia del fondo.[751] El esfuerzo
cooperativo era considerado una función primaria de las Asambleas
Generales.
Esta es la expresión lógica de su doctrina de la comunión entre las iglesias.
Para usar las palabras del párrafo 15 del capítulo 26 en la Confesión, este era
un caso de “dificultad” en “el gobierno {lit. la administración}” en que “las
iglesias en general [estaban] preocupadas”; y, como estaban teniendo
comunión entre sí, se decidieron por un curso de acción, y lo informaron a las
iglesias. El bienestar futuro de su causa estaba en riesgo, y desarrollaron
medios de gran envergadura en un intento por resolver la dificultad.
Los registros existentes rara vez declaran explícitamente los detalles de los
procedimientos de las reuniones mismas. Se reunían por medio de los
mensajeros designados por las iglesias para las reuniones específicas.[752]
Cuando los ancianos de Londres convocaron la primera Asamblea General,
pidieron “que sea de su agrado designar a dos de sus hermanos como sus
mensajeros: uno del ministerio y un hermano principal de vuestra
congregación con él”.[753] El Informe Narrativo de 1689 registra los nombres
de 155 individuos en su informe de las iglesias que asistieron o se
comunicaron con la Asamblea. De esos 155, se listan 46 con el título de
“pastor”, 28 como “ministro”, 5 como “predicador”, 4 como “mensajero”,
y 72 están en blanco.[754] “Ministro” es equivalente a “pastor” en algunos
casos,[755] aunque en otros parece ser más afín a “hermano dotado”.[756] Como
“pastor”, “ministro” y “predicador” se refieren todos a hombres autorizados
para el ministerio público, al menos 79 de los hombres presentes habían sido
“aprobados y llamados”[757] por las iglesias para predicar y enseñar. La
mayoría de los otros 76 asistentes eran probablemente hombres laicos.[758]
Esto significa que la mezcla en la Asamblea General inicial era casi
exactamente lo que los Ancianos de Londres habían pedido en su carta.[759]
Se conducían los negocios según las prioridades de cada reunión de la
asociación. Los registros de la Asociación de Hampshire[760] declaran que se
escogió un “moderador” o “boca de la asamblea” para que presidiera en sus
reuniones.[761] Es de suponer que así ocurrió en las demás reuniones también.
La reunión de la Asociación de Bristol o Asociación Occidental, en 1694,
incluyó un “sermón apropiado para la ocasión”.[762] Esto puede haberse
convertido en una parte regular de los procedimientos de la Asociación de
Bristol, ya que varias de las reuniones siguientes incorporaron sermones.[763]
Las reuniones de las Asociaciones locales parecen haber durado de uno a
tres días.[764] Los recintos utilizados incluían áreas de una hacienda,[765]
granjas[766] y una cafetería.[767] Con toda probabilidad también se reunían en el
lugar donde la iglesia anfitriona adoraba. La Asociación de Abingdon se
reunió en Tetsworth desde 1652 hasta por lo menos 1661. Según B. R. White,
no había iglesia alguna en los alrededores. Este lugar fue escogido
probablemente por su céntrica posición, cerca de Oxford, en el camino a
Londres. Puede ser que la asociación se hubiera reunido en un hostal.[768] Las
Asambleas nacionales en Londres hallaron su sede en la congregación de
Hanserd Knollys en Broken Wharf.[769]
Las Asambleas Generales se reunían por ocho días. En el Informe
Narrativo de 1689 se acordaron siete reglas para los procedimientos.
Rechazaban cualquier tipo de “superioridad”, “superintendencia”,
“autoridad”, o “poder” sobre cualesquiera de las iglesias,[770] y se negaban a
permitir que las diferencias acerca de la membresía abierta o cerrada los
dividiera. En caso de ofensas entre iglesias o individuos, no permitían debates
hasta que “la regla que Cristo ha dado”[771] fuera aplicada, y ambas partes
consintieran en que el tema se debatiera. Ninguna decisión era vinculante
para ninguna iglesia hasta que estas mismas dieran su consentimiento de que
todas las decisiones eran apoyadas por la Escritura, de que el informe de la
reunión fuera publicado, de que los únicos mensajeros que tendrían permitido
sentarse en la asamblea fueran los “recomendados por una Carta de la
Iglesia”, y de que los oradores recibieran permiso solo por consenso general.
[772]
No se hace mención alguna de moderadores específicos, o de ningún
sermón predicado durante la semana:
Pasamos el primer día de la Asamblea humillándonos ante el Señor, y
buscando de Él una manera correcta de dirigirnos al mejor Medio y
Método para reparar nuestras Brechas y para recuperarnos en pos de
nuestro anterior Orden, Belleza y Gloria.[773]
El segundo día lo pasaron organizando y determinando el reglamento de la
Asamblea, y leyendo cartas de las iglesias. Al comienzo del tercer día se
empezaron a hacer propuestas y recomendaciones. Se anunció un día de
ayuno en todas las iglesias, el cual debía ser guardado el 10 de octubre.
Adoptaron unánimemente la Confesión de Fe de 1677, e instaron a todos los
miembros de cada iglesia a familiarizarse con su contenido. De forma similar,
declararon su “Aprobación” del libro publicado anónimamente {trad. no
oficial} La Manutención del Ministro del Evangelio Vindicada, e instaron a
que cada iglesia obtuviera una copia.[774]
Se propuso y se aprobó el fondo, y se designó una comisión permanente
de nueve tesoreros provenientes de las iglesias de Londres, la cual estaba
encargada de solicitar y distribuir los ingresos. La Asamblea debatió una serie
de preguntas teológicas, todos los negocios habían sido concluidos, y dieron
por terminado, con la intención de reunirse el siguiente junio.[775] Las
reuniones de 1690, 1691 y 1692 parecen haber seguido el mismo patrón. Sus
Informes Narrativos son menos detallados, pero no dan indicio de ningún
cambio en el procedimiento.
La prioridad en la agenda de negocios en las asociaciones locales la tenía
el análisis de las preguntas propuestas por los mensajeros de las iglesias
miembros.[776] De naturaleza tanto doctrinal como práctica, estas abarcaban
todo el espectro de la teología y la práctica. Entre los temas teológicos
analizados estaban asuntos como la existencia de reglas bíblicas para el
ordenamiento apropiado de una iglesia,[777] la relativa cercanía de la venida de
Cristo,[778] la validez de un bautismo “ejecutado en un estanque y no en un
río”,[779] la naturaleza del pacto de Dios,[780] la santificación y las buenas
obras,[781] la justificación eterna,[782] y la validez permanente del Reposo del
Día del Señor.[783]
Más comúnmente, las preguntas propuestas y respondidas eran de
naturaleza práctica. Trataban los asuntos relacionados con la membresía de la
iglesia,[784] las ordenanzas,[785] la disciplina,[786] el matrimonio,[787] las
relaciones intereclesiales,[788] la actividad ministerial,[789] las relaciones con
iglesias y ministros paidobautistas,[790] y un montón de otros temas.[791] Las
respuestas a estas preguntas eran ofrecidas como “consejos”[792] a las iglesias,
y no eran consideradas vinculantes hasta que las iglesias hubieran dado su
consentimiento. La Confesión declara explícitamente que los mensajeros,
cuando estaban reunidos en asamblea:
no se les confía ningún poder Eclesiástico propiamente dicho ni
jurisdicción alguna sobre las Iglesias mismas para ejercer disciplina
sobre cualquiera de las Iglesias o Personas, ni para imponer su
determinación sobre las Iglesias u Oficiales.[793]
Una vigorosa doctrina y práctica de interdependencia no socavó una doctrina
de independencia igual de vigorosa. Las conclusiones de los mensajeros no
podían tener autoridad vinculante sobre las iglesias locales. Solamente estas
podían determinar para sí mismas qué curso de acción debían seguir.
En la declaración confesional, haber estado teniendo comunión proveía el
medio para dar consejos en “asunto[s] en disputa” en las iglesias. Existen
varios ejemplos. En 1696, surgió una disputa en la iglesia de Bromsgrove (en
Worcestershire) entre el pastor John Eckells y la mayoría de la iglesia. Esta
consistía en acusaciones de desorden en contra de Eckells y su familia.[794] La
controversia se alargó por 4 años. En 1697, la iglesia buscó la ayuda de la
asociación, y enviaron una extensa carta explicando las circunstancias. La
asociación respondió con una carta igual de extensa y detallada tratando
específicamente con los problemas y aclarando los pecados de los diferentes
individuos implicados. Llamaron al arrepentimiento y pidieron a todas las
iglesias en la asociación que guardaran un día de oración y ayuno. Eckells y
un grupo de defensores denunciaron a la mayoría y reclamaron ser la iglesia
en Bromsgrove. Se apeló a la asociación una segunda vez, la cual reglamentó
que la iglesia original continuaba siendo la iglesia. En 1699 se hizo una
tercera apelación a la asociación porque Eckells se había negado a prestar
atención al consejo dado anteriormente, y había buscado ayuda de una “corte
superior”:[795] los ancianos en Londres. Todo parece indicar que los ancianos
de Londres hicieron un juicio basados solamente en el testimonio de Eckells
y aseveraron que los miembros de la iglesia habían agraviado severamente a
su pastor. Benjamin Keach escribió una carta vindicando a Eckells y
acusando a la iglesia de cisma.[796] La asociación respondió en términos nada
ambiguos:
Nuestra opinión es que el Sr. Eckells y quienes salieron con él se
apartaron de la Iglesia de Cristo, y están bajo la acusación de cisma.
Independientemente de lo que nuestros Ancianos de Londres puedan
juzgar, nosotros humildemente consideramos que tuvimos un llamado
apropiado para examinar este asunto, recibiendo apelaciones de la
Iglesia con respecto a esa diferencia, con los casos y circunstancias con
evidencias. Tenemos en ello mayor ventaja para descubrir la brecha
que la que nuestros Hermanos de Londres hayan tenido, o
posiblemente puedan tener, habiendo oído ellos sólo a una parte.[797]
En 1700, el asunto se resolvió finalmente cuando ambas partes reconocieron
el agravio y decidieron existir como dos iglesias distintas “sin más disputa de
cada lado”.[798]
En este caso, la asociación local reclamó el derecho a reglamentar en el
asunto del cisma después de que la apelación de la iglesia agraviada había
sido recibida. Trataron los temas específicos involucrados, instaron a tomar
un curso de acción, y protestaron cuando otros se inmiscuyeron.
Otro intento por zanjar una división eclesial fue registrado en las actas de
la Asociación de Hampshire. En 1701, tomó lugar una separación en la
iglesia de Broughton. Ambas partes estaban presentes en la reunión de la
asociación del 22 de abril, en cuyo momento cada cual tuvo la oportunidad de
expresar sus preocupaciones, y fueron “examinados cara a cara” con una
“indagación completa acerca de todo lo que se podía sacar de cada lado”.[799]
Las partes contendientes abandonaron la habitación, y la asamblea limitó los
temas a los puntos principales, determinó un curso de acción, y llamó de
nuevo a las partes discrepantes a fin de darles consejos. Reglamentaron que la
iglesia debía esforzarse por mostrar “mansedumbre, dignidad y amor” a la
parte disidente, que quienes se separaron debían “desconfiar de su propio
juicio, y poner tanto empeño como haya en ellos después de una reunión”, y
que ambas partes debían reunirse para ayunar, orar y humillarse, procurando
“vivir juntos en amor como Xnos. {cristianos}”.[800]
El intento más famoso por resolver dificultades fue en la Asamblea
General de 1692. La introducción por parte de Benjamin Keach del canto de
himnos en la adoración en su iglesia de Horsely–down precipitó una guerra
de folletos sobre la licitud del asunto. El debate en papel era enconado, y la
controversia fue llevada ante la Asamblea General. Siete hombres fueron
elegidos para “examinar y determinar” el asunto, y las partes a ambos lados
del debate acordaron someterse a sus sentencias. Se concluyó que tres libros
contenían comentarios ofensivos, errores y “censuras poco fraternas”; y
cuatro libros fueron condenados con el pronunciamiento: “que ninguno de los
Miembros de las Iglesias compre, dé, o distribuya ninguno de estos Libros
[...] y que ninguna Persona los venda, o los dé a otras”. Richard Adams fue
designado para recolectar copias de los libros ofensivos y deshacerse de ellos.
[801]
Después de la Asamblea, Keach publicó una retractación, como también
lo hicieron William Kiffin, George Barrett, Robert Steed y Edward Man.[802]
El intento no produjo el resultado deseado, y el trabajo de la Asamblea de
Londres fue en efecto destruido.[803] No podía existir comunión en una
atmósfera de desconfianza y recriminación.
La Asamblea de 1692 había determinado que existían inconveniencias
ligadas a la reunión anual en Londres, así que estipularon tener dos reuniones
en los años subsiguientes, una en la metrópolis y la otra en Bristol. Aunque la
Asamblea de Londres llegó a su fin después de una pobre reunión en 1693, la
Asociación de Bristol siguió adelante a lo largo del siglo XVIII.
CONCLUSIÓN
El asociacionalismo era un elemento vital en la eclesiología bautista
particular. La independencia no implicaba aislamiento, antes bien demandaba
aliento, edificación y cooperación mutuos. Ya fuera local, regional, o
nacional, las iglesias que suscribían la Confesión concertaban relaciones
asociativas con iglesias hermanas. Estas uniones siempre tuvieron el cuidado
de preservar y respetar los derechos de sus iglesias locales, pero no veían la
autonomía y la independencia como antagónicas de la cooperación a lo largo
de una amplia gama de actividades. Se designaban hombres para visitar las
iglesias a fin de ayudarlas a establecer un ministerio asentado; otros eran
designados para solicitar, recibir y distribuir fondos en nombre de la
Asamblea General; y otros para salir a lugares oscuros y plantar iglesias.
Procuraban trabajar juntos para la educación ministerial e incrementaron el
sostenimiento de pastores que no recibían lo suficiente. Daban consejos sobre
un amplio espectro de cuestiones e intentaban resolver las disputas. Estas
asociaciones estaban activas y vivas de tantas maneras. El compañerismo en
sí mismo era algo bueno, pero la oración y la amistad no satisfacían el nivel
de “comunión” requerido por el cuerpo de Cristo. El reconocimiento mutuo,
la cooperación basada en principios y el apoyo financiero eran componentes
importantes de la verdadera comunión. Estos bautistas eran “una unión
orgánica de personas unidas por fe y ritos religiosos comunes; [...] el cuerpo
organizado que profesa una misma fe”.[804]
BIBLIOGRAFÍA
FUENTES PRIMARIAS
Ames, William. The Marrow of Theology. Translated by John Dykstra
Eusden. Durham, N.C.: The Labyrinth Press, 1983.
The Anabaptists Catechisme: With All their Practices, Meetings and
Exercises. London: Printed for R. A., 1645.
An Apologeticall Narration, Humbly Submitted to the Honourable Houses of
Parliament. London: Robert Dawlman, 1643.
Bagnio/Cripplegate Church Minute Book 1695-1723. The Angus Library,
Regent’s Park College, Oxford.
Bampton Church Book 1690-1825. The Angus Library, Regent’s Park
College, Oxford.
Barebone, P[raise God]. A Discourse Tending to Prove that the Baptisme In,
or Under the Defection of Antichrist to be the Ordinance of Jesus Christ.
London: R. Oulton and G. Dexter, 1642.
[—] A Reply to the Frivolous and Impertinent Answer of R. B. to the
Discourse of P. B. London: n.p., 1643.
Barrow, R[obert]. A Briefe Answer to A Discourse Lately Written by one P. B.
to Prove Baptisme under the Defection of AntiChrist, to be the Ordinance
of Jesus Christ. London: n.p., 1642.
— A Briefe Answer to R. H. His Booke, Entitled, The True Guide &c. London:
Printed for Giles Calvert, 1646.
Bastwick, John. Independency Not God’s Ordinance. London: John Macock,
1645.
Baxter, Richard. Richard Baxter’s Review of the State of Christian Infants.
London: Nevil Simons, 1674.
Baylie, Robert. A Dissuasive from the Errors of the Time. London: Samuel
Gellibrand, 1645.
Bourton on the Water, Accounts of Building First Church with List of
Subscribers 1701. The Angus Library, Regent’s Park College, Oxford.
Bridlington Church Book. Public Record Office Microfilm R64‑3019, Public
Record Office, London.
A Brief Instruction in the Principles of Christian Religion. The Fifth Edition.
London: n.p., 1695.
Bromsgrove Baptist Church, Church Record Book Volume One 1670-1715.
Peter Wortley, Transcriber. Typescript. London: The Baptist Historical
Society, 1974.
Broughton Baptist Church Manuscript Collection. The Angus Library,
Regent’s Park College, Oxford.
Broughton Church Book 1 1657-1684. The Angus Library, Regent’s Park
College, Oxford.
Broughton Church Book 2 1699-1730. The Angus Library, Regent’s Park
College, Oxford.
Bunyan, John. The Works of the Eminent Servant of Christ, John Bunyan. 2
vols. Philadelphia: J. W. Bradley, 1860.
Cary, Philip. A Solemn Call Unto all that would be owned as Christ’s Faithful
Witnesses, speedily, and seriously, to attend unto the Primitive Purity of
the Gospel Doctrine and Worship: Or, a Discourse concerning Baptism.
London: John Harris, 1690.
Chandler, Samuel, and William Leigh. A Dialogue Between a Paedo-Baptist,
and an Anti-Paedo-Baptist. London: A. Chandler, 1699.
The Church Book of Bunyan Meeting 1650-1821. London: J. M. Dent and
Sons, 1928 facsimile reprint.
Clark, John. Ill Newes from New-England: or A Narrative of New-Englands
Persecution. London: Henry Hills, 1652.
Coleman, Henry. Actual Justification Rightly Stated. Containing A True
Narrative of A Sad Schism made in a Church of Christ, at Kilby in
Leicester-Shire. London: B. Harris, 1696.
Colyer [Collier], Thomas. A brief Discovery of the Corruption of the Ministrie
of the Church of England. London: Giles Calvert, n.d.
— The Body of Divinity, Or, a Confession of Faith, being the substance of
Christianity. London: Nath. Crouch, 1674.
— A Confession of Faith, Published on Special Occasion. London: Francis
Smith, 1678.
— A Compendious Discourse. London: Tho. Fabian, 1682.
Collins, Hercules. An Orthodox Catechism: Being the Sum of Christian
Religion, Contained in the Law and Gospel. London: n.p., 1680.
— Some Reasons for Separation From the Communion of the Church of
England. London: John How, 1682.
— Counsel for the Living, Occasioned from the Dead. London: George
Larkin, 1684.
— Voice from the Prison, or, Meditations on Revelations 3.11. London:
George Larkin, 1684.
— Mountains of Brass: Or, A Discourse upon the Decrees of God. London:
John Harris, 1690.
— Believers Baptism From Heaven, and of Divine Institution. Infants Baptism
from Earth, and Human Invention. London: J. Hancock, 1691.
— The Sandy Foundation of Infant Baptism Shaken. London: Printed for the
Author, 1695.
— The Scribe Instructed unto the Kingdom of Heaven. London: By the author,
1696.
— The Temple Repair’d. London: William and Joseph Marshall, 1702.
A Confession of Faith of Seven Congregations or Churches of Christ in
London, Which Are Commonly (But Unjustly) Called Anabaptists. The
Second Edition Corrected and Enlarged. London: Matth. Simmons, 1646;
Rochester, N.Y.: Backus Book Publishers, 1981 reprint.
A Confession of Faith. Put Forth by the Elders and Brethren Of many
Congregations of Christians (Baptized upon Profession of their Faith) in
London and the Country. London: n.p., 1677.
The Confession of Faith, of those Churches which are commonly (though
falsly) called Anabaptists. London: Matthew Simmons, 1644; in William
Lumpkin, Baptist Confessions of Faith, rev. ed. Valley Forge: Judson
Press, 1969.
Copson, Stephen, ed. Association Life of the Particular Baptists of Northern
England, 1699‑1732. London: The Baptist Historical Society, 1991.
Cox, Marion, transcriber. A Collection of Manuscript Letters Relating to the
Calvinistic Baptist Church at Whitchurch. The Angus Library, Regent’s
Park College, Oxford.
Coxe, Benjamin, Hanserd Knollys, and William Kiffin. A Declaration
Concerning the Publike Dispute Which Should have been in the Publicke
Meeting-House of Aldermanbury, the 3d, of this instant Moneth of
December; Concerning Infants-Baptism. London: n.p., 1645.
Coxe, Nehemiah. Vindiciae Veritatis, or A Confutation of the Heresies and
Gross Errours Asserted by Thomas Collier. London: Nath. Ponder, 1677.
— A Discourse of the Covenants That God made with Men before the Law.
London: J. D., 1681.
— A Sermon Preached at the Ordination of an Elder and Deacons in a
Baptized Congregation in London. London: Tho. Fabian, 1681.
Danvers, Henry. A Treatise of Baptism: Wherein, That of Believers, and that
of Infants, is examined by the Scriptures. London: Fran. Smith, 1674.
— Innocency and Truth Vindicated: Or A Short Reply to Mr. Will’s Answer
to a Late treatise of Baptisme. London: Francis Smith, 1675.
— A Rejoynder to Mr. Wills his Vindiciae. London: Francis Smith, 1675.
— A Second Reply in Defence of the Treatise of Baptism. London: Frances
Smith, 1675.
— A Third Reply; Or a Short return to Mr. Baxter’s brief Answer to my
Second Reply. N.p.: n.p., 1676.
“Debate on Infant Baptism, 1643.” Transactions of the Baptist Historical
Society 1 (1908-1909): 237-245.
D[e Laune], T[homas]. The Image of the Beast. N.p.: n.p., 1684.
Devonshire Square Church Book 1664-1727. The Guildhall Library, London.
Devonshire Square Ledger Book. The Guildhall Library, London.
Devonshire Square Members Book. The Guildhall Library, London.
[Doe, Charles]. The Reason Why, Not Infant Sprinkling, But Believers
Baptism. London: n.p., 1694.
Du Veil, C. M. A Commentary on the Acts of the Apostles. London: The
Hanserd Knollys Society, 1851 reprint.
Erbery, William. The Testimony of William Erbery, Left upon Record for the
Saints of the Succeeding Ages. London: Calvert, 1658.
Featley, Daniel. The Dippers dipt, or, The Anabaptists Duck’d and Plung’d
over Head and Eares, at a Disputation in Southwark. 6th ed. London:
Richard Cotes, 1651.
Flavel, John. Vindiciae Legis et Foederis: or, A Reply to Mr. Philip Cary’s
Solemn Call. In The Works of John Flavel, vol. 6. Edinburgh: The Banner
of Truth Trust, 1982.
Freeman, C. E. “A Luton Baptist Minute Book, 1707-1806,” Publications of
the Bedfordshire Historical Record Society 25 (1947): 138-159.
George, Timothy and Denise, ed. Baptist Confessions, Covenants and
Catechisms. Nashville: Broadman Press, 1996.
Goodwin, Thomas. The Works of Thomas Goodwin, D.D. Edited by Thomas
Smith. 12 Vols. Edinburgh, James Nichol, 1866; reprint, Eureka, Calif.:
Tanski Publications, 1996.
Gosnold, John. Of the Doctrine of Baptisms, or, A Discourse of the Baptism of
Water and of the Spirit. London: J. S., 1657.
Hayden, Roger, ed. The Records of a Church of Christ in Bristol, 1640-1687.
Bristol: The Bristol Record Society, 1974.
Henley in Arden Church Book Minutes 1803-1885, Warwickshire County
Record Office Microfilm MI197. The Warwickshire County Record
Office, Warwick.
Howard, K. W. H., ed. The Axminster Ecclesiastica 1660-1698. Ossett, West
Yorkshire: Gospel Tidings Publications, 1976.
Ivimey, Joseph, ed. The Life of Mr. William Kiffin. London: For the Author,
1833.
Jacob, Henry. An Attestation of Many Divines. Norwood, N.J.: Walter J.
Johnson, 1975 facsimile reprint.
Jessey, H[enry]. A Catechism for Babes, or, Little Ones. London: Henry Hills,
1652.
Keach, Benjamin. Gold Refin’d; or, Baptism in its Primitive Purity. London:
Nathaniel Crouch, 1689.
[—] The Gospel Minister’s Maintenance Vindicated. London: John Harris,
1689.
— An Answer to Mr. Marlow’s Appendix. London: John Hancock, 1691.
— The Breach Repaired in God’s Worship: or, Singing of Psalms, Hymns,
and Spiritual Songs, proved to be an Holy Ordinance of jesus Christ. With
an Answer to all Objections. As Also An Examination of Mr. Isaac
Marlow’s two Papers, one called A Discourse Against Singing, &c. the
other An Appendix. Wherein his Arguments and Cavils are detected and
refuted. London: For the author, 1691.
[—] Pedo-Baptism disproved; being an Answer to two printed Papers sent
forth by some gentlemen Called The Athenian Mercury. London: John
Harris, 1691.
— To all the Baptized Churches and faithful Brethren in England and Wales,
Christian Salutations. London: n.p., 1692.
— A Counter Antidote to Purge out the Malignant Effects of a late
Counterfeit, Prepared by Mr. Gyles Shute, An Unskilful Person in
Polemical Cures. London: H. Bernard, 1694.
— The Glory of a True Church, And its Discipline display’d. London: n.p.,
1697.
— The Display of Glorious Grace: Or, The Covenant of Peace Opened.
London: S. Bridge, 1698.
— Spiritual Songs: Being the Marrow of Scripture in Songs of Praise to
Almighty God. London: John Marshall, 1700.
— The Travels of True Godliness. 4th ed. London: E. Tracy, 1700.
— Preaching from the Types and Metaphors of the Bible. (Reprint of the 1855
edition of the original 1683 edition entitled Troposchematologia). Grand
Rapids: Kregel, 1972.
— An Exposition of the Parables: Series One. (Reprint of the 1861 edition of
the original 1701 edition entitled Gospel Mysteries Unveil’d, or Exposition
of all the Parables). Grand Rapids: Kregel, 1991.
— An Exposition of the Parables: Series Two. (Reprint of the 1861 edition of
the original 1701 edition entitled Gospel Mysteries Unveil’d, or Exposition
of all the Parables). Grand Rapids: Kregel, 1991.
Kiffin, William. Certaine Observations upon Hosea the Second the 7 & 8
Verses. London: William Larner, 1642.
— A Sober Discourse of Right to Church-Communion. London: Geo. Larkin,
1681.
Kiffin, William, George Barrett, Robert Steed and Edward Man. A Serious
Answer to a Late Book, Stiled, A Reply to Mr. Robert Stedd’s Epistle
concerning Singing. London: n.p., 1692.
Kiffin, William, George Barrett, Robert Steed and Edward Man. To the
Baptized Churches, Their Elders, Ministers, and Members. London: n.p.,
n.d.
Knollys, Hanserd. A Moderate Answer unto Dr. Bastwicks Book, Called,
Independency not God’s Ordinance. London: Jane Coe, 1645.
— Christ Exalted: A Lost Sinner Sought, and Saved by Christ: God’s People
are an Holy people. London: Jane Coe, 1646.
— The Shining of a Flaming fire in Zion. Or, A clear Answer unto 13
Exceptions against the Grounds of New Baptism. London: Jane Coe, 1646.
— An Exposition of the first Chapter of the Song of Solomon. London: W.
Godeid, 1656.
— Apocalyptical Mysteries, Touching the Two Witnesses, the Seven Vials, and
the Two Kingdoms, to wit, of Christ, and of Antichrist, Expounded.
London: n.p., 1667.
— The Parable of the Kingdom of Heaven Expounded. London: Benjamin
Harris, 1674.
— Mystical Babylon Unvailed. N.p.: n.p., 1679.
— The World that Now is; and the World that is to Come: Or the First and
Second Coming of Jesus Christ. London: Tho. Snowden, 1681.
— An Exposition of the Whole Book of the Revelation. Wherein the Visions
and Prophecies of Christ are opened and Expounded. London: William
Marshall, 1688.
— The Life and Death of That Old Disciple of Jesus Christ, and Eminent
Minister of the Gospel, Mr. Hanserd Knollys, Who Dyed in the Ninety
Third year of his Age. Written with his own Hand to the year 1672 and
continued in general, in an epistle by Mr. William Kiffin. London: John
Harris, 1692.
Knollys, Hanserd, William Kiffin, Daniel Dyke, John Gosnold, Henry Forty
and Thomas De Laune. The Baptists Answer to Mr. Obed. Wills, His
Appeal against Mr. Danvers. London: Francis Smith, 1675.
Lumpkin, William. Baptist Confessions of Faith. Rev. ed. Valley Forge,
Penn.: Judson Press, 1969.
Mabbatt, John. A Briefe or Generall reply unto Mr. Knuttons Answers unto
the VII Questions, About the Controversie betwen [sic] the Church of
England, and The Separatist and Anabaptist Briefly discussed. N.p.: n.p.,
1645.
Marlow, Isaac. The Purity of Gospel Communion, or, Grounds and Reasons
for Separation from Persons of Corrupt Manners, or that hold Erroneous
Doctrine in Matters of Faith essential to Salvation; or that are guilty of
False Worship, or irregular Administration of Gospel Ordinances.
London: J. Astwood, 1694.
Maze Pond Church Book 1691-1708. The Angus Library, Regent’s Park
College, Oxford.
Mitchel, William. “Jachin and Boaz,” Transactions of the Baptist Historical
Society 3 (1912-1913): 66-88, 154-175.
A Narrative of the Proceedings of the General Assembly of Divers Pastors,
Messengers and Ministring-Brethren of the Baptized Churches, met
together in London, from Septemb. 3. To 12. 1689, from divers parts of
England and Wales: Owning the Doctrine of Personal Election, and Final
Perseverance. London: n.p., 1689.
A Narrative of the Proceedings of the General Assembly of the Elders and
Messengers of the Baptized Churches sent from divers parts of England
and Wales, which began in London the 9th of June, and ended the 16th of
the same, 1690. London: n.p., 1690.
A Narrative of the Proceedings of the General Assembly of the Elders and
Messengers of the Baptized Churches sent from divers parts of England
and Wales, which began in London the 2d of June, and ended the 8th of the
same, 1691. London: n.p., 1691.
A Narrative of the Proceedings of the General Assembly, Consisting of Elders,
Ministers and Messengers, met together in London, from several Parts of
England and Wales, on the 17th Day of the 3d Month, 1692, and continued
unto the 24th of the same. London: n.p., 1692.
Orme, William, ed. Remarkable Passages in the Life of William Kiffin.
London: Burton and Smith, 1823.
Owen, John. The Works of John Owen. Edited by William H. Gould. 16 Vols.
Edinburgh: The Banner of Truth Trust, 1965.
Patient, Thomas. The Doctrine of Baptisms, and the Distinction of the
Covenants. London: Henry Hills, 1654.
[Paul, Thomas.] Some Serious Reflections on that Part of Mr. Bunion’s
Confession of Faith Touching Church Communion with Unbaptized
Persons. London: Francis Smith, 1673.
Perkins, William. The Art of Prophesying. Edinburgh: The Banner of Truth
Trust, 1996.
Petty France Church Book 1675-1727. The Guildhall Library, London.
Piggott, John. Eleven Sermons Preach’d upon Special Occasions, by the Late
Reverend Mr. John Piggott, Minister of the Gospel. London: John Darby,
1714.
Plymouth (George St.). Church Manuscript Copy Extracts from Church Book
1648-1776. The Angus Library, Regent’s Park College, Oxford.
Poole, Matthew. A Commentary on the Holy Bible. 3 vols. McLean, Va.:
MacDonald, n.d.
A Proposall Humbly Offered, For the Farming of Liberty of Conscience. N.p.,
1662.
Records & Letters Relative to the Baptist Church at Hexham From Oct 1651
to July 1680. Followed by records of the Church at Hamsterly in the
County of Durham (rebound in One Volume at the Request and Expense of
Richd. Pengilly, Newcastle, 1832). The Angus Library, Regent’s Park
College, Oxford.
Records of the Jacob-Lathorp-Jessey Church 1616-1641. Transactions of the
Baptist Historical Society 1 (1908-1909): 203-45.
Robinson, H. Wheeler. “Baptist Church Discipline 1689-1699.” The Baptist
Quarterly 1 (1922): 112-128; 179-185.
Saltmarsh, John. The Smoke in the Temple. London: Ruth Raworth, 1642.
Sibbes, Richard. The Works of Richard Sibbes. Edited by A. B. Grossart. Vol.
7, Divine Meditations and Holy Contemplations. Edinburgh: The Banner of
Truth Trust, 1982.
Spilsberie, John. A Treatise Concerning the Lawfull Subject of Baptisme.
London: Printed in the Yeare, 1643.
— God’s Ordinance, the Saints Priviledge. London: M. Simmons, 1646.
— A Treatise Concerning the Lawfull Subject of Baptism. 2d ed., corrected
and enlarged. London: Henry Hills, 1652.
Tibbutt, H. G., ed. Some Early Nonconformist Church Books. Bedford: The
Bedfordshire Historical Record Society, 1972.
Tombes, John. Fermentum Pharisaeorum, or, The Leaven of Pharisaicall Wil-
Worship. London: Richard Cotes, 1643.
— Two Treatises and an Appendix to them Concerning Infant-Baptisme.
London: George Whittington, 1645.
— An Addition to the Apology for the Two Treatises concerning Infant-
Baptisme Published December 15, 1645. London: Hen. Hills, 1652.
— Praecursor: or A Forerunner To a large Review of the Dispute concerning
Infant Baptism. London: H. Hills, 1652.
— Felo de Se. or, Mr. Richard Baxters Self-destroying. London: Henry Hills,
1659.
Tottlebank Church Book 1669-1854. The Angus Library, Regent’s Park
College, Oxford.
Underhill, E. B., ed. The Records of a Church of Christ, Meeting in
Broadmead, Bristol. 1640-1687. London: The Hanserd Knollys Society,
1847.
— Records of the Churches of Christ, Gathered at Fenstanton, Warboys, and
Hexham, 1644-1720. London: The Hanserd Knollys Society, 1854.
Walker, Williston, ed. The Creeds and Platforms of Congregationalism. New
York: The Pilgrim Press, 1991.
Wantage Baptist Church, Church Book 1760-1824. Wantage Baptist Church,
Wantage, Oxfordshire.
Warwick Baptist Church, Church Book 1698-1760. The Warwickshire County
Record Office, Warwick.
White, B. R., ed. Association Records of the Particular Baptists of England,
Wales and Ireland to 1660. 3 vols. Consecutive pagination. London: The
Baptist Historical Society, 1971-74.
Whitley, W. T., ed. The Church Books of Ford or Cuddington and Amersham
in the County of Bucks. London: The Kingsgate Press, 1912.
Willcox, Thomas. Honey out of the Rock. Pensacola, Fla.: Chapel Library, n.d.
Wills, Obed. Infant-baptism Asserted and Vindicated by Scripture and
Antiquity. London: Jonathan Robinson, 1674.
— Vindiciae Vindiciarum; or, A Vindication of a late Treatise, entitled,
Infant-Baptism Asserted and Vindicated by Scripture and Antiquity.
London: Jonathan Robinson, 1675.
Ziff, Larzer, ed. John Cotton on the Churches of New England. Cambridge,
Mass.: Belknap Press, 1968.
FUENTES SECUNDARIAS
Arber, Edward. The Term Catalogues, 1668-1709 A.D. 3 Vols. London: By
the author, 73 Shepherd’s Bush Road, West Kensington, 1903.
Armitage, Thomas. A History of the Baptists. 2 vols. New York: Bryan,
Taylor & Co., 1890; reprint, Watertown, Wis.: Baptist Heritage Press,
1988.
Bassett, William. History of the Baptist Church assembling at Arnsby, in the
County of Leicester. London: B. L. Green, 1856.
Belcher, Richard, and Anthony Mattia. A Discussion of the Seventeenth
Century Particular Baptist Confessions of Faith. Southbridge, Mass.:
Crown Publications, 1990.
Bogue, David, and James Bennett. History of the Dissenters, from the
Revolution in 1688, to the Year 1808. 4 vols. London: Printed for the
Authors, 1810.
Brachlow, Stephen. The Communion of the Saints: Radical Puritan and
Separatist Ecclesiology, 1570-1625. Oxford: Oxford University Press,
1988.
Brockett, Allan. Nonconformity in Exeter 1650-1875. Manchester:
Manchester University Press, 1962.
Brown, Raymond. The English Baptists of the 18th Century. London: The
Baptist Historical Society, 1986.
Buffard, Frank. Kent and Sussex Baptist Associations. Rushden,
Northamptonshire: Stanley L. Hunt, n.d. [1963].
Burrage, Champlin. Early English Dissenters in the Light of Recent Research.
2 Vols. New York: Russell & Russell, 1967.
Bush, L. Russ, and Tom J. Nettles. Baptists and the Bible. Chicago: Moody
Press, 1980.
Caffyn, John. Sussex Believers: Baptist Marriage in the 17th and 18th
Centuries. Worthing, West Sussex: Churchman Publishing, 1988.
Cathcart, William. The Baptist Encyclopedia. Philadelphia: Louis Everts,
1881; reprint, Paris, Ark.: The Baptist Standard Bearer, 1988.
Champion, L. G. “The Social Status of some Eighteenth Century Baptist
Ministers.” The Baptist Quarterly 25 (Jan. 1973): 10-14.
Cramp, J. M. Baptist History: From the Foundation of the Christian Church
to the Present Time. London: Elliot Stock, 1871; reprint, Watertown, Wis.:
Baptist Heritage Press, 1987.
Crosby, Thomas. The History of the English Baptists, From the Reformation
to the Beginning of the Reign of King George I. 4 vols. London: For the
Editor, 1738; reprint in 2 vols., Lafayette, Tenn.: Church History Research
& Archives, 1979.
Culross, James. Hanserd Knollys. London: Alexander and Shepeard, 1895.
Cunningham, William. “The Reformers and the Regulative Principle.” Chap.
in The Reformation of the Church. Edited by Iain Murray. London: The
Banner of Truth Trust, 1965.
Davies, Horton. The Worship of the English Puritans. Westminster: Dacre
Press, 1948.
— Worship and Theology in England: From Cranmer to Baxter and Fox,
1534-1690. Grand Rapids: Eerdmans, 1996.
— Worship and Theology in England: From Watts and Wesley to Martineau,
1690-1900. Grand Rapids: Eerdmans, 1996.
Dexter, H. M. The Congregationalism of the Last Three Hundred Years. New
York: Harper & Brothers, 1880.
Dickson, Donald R. “The Complexities of Biblical Typology in the
Seventeenth Century.” Renaissance and Reformation n.s. 3 (1987): 253-
272.
Dix, Kenneth. Baptists in Fellowship, 1630-1660. Dunstable, Bedfordshire:
The Strict Baptist Historical Society Bulletin No. 16, 1989.
Douglas, David. History of the Baptist Churches in the North of England,
from 1648 to 1845. London: Houlston and Stoneman, 1846.
Dowley, T. E. “Baptists and Discipline in the 17th Century.” The Baptist
Quarterly 24, no. 4 (Oct. 1971): 157-166.
— “A London Congregation during the Great Persecution: Petty France
particular Baptist Church, 1641-1688.” The Baptist Quarterly 27, no. 5,
(Jan. 1978): 233-239.
Duncan, Pope A. Hanserd Knollys: Seventeenth Century Baptist. Nashville:
Broadman Press, 1965.
Engehausen, Frank. “Luther und die Wunderzeichen: Eine englische
Übersetzung der Adventspostille im Jahr 1661.” Archive für
Reformationsgeschichte 84 (1993): 276-288.
Estep, William R. “Anabaptists and the Rise of the English Baptists,” The
Quarterly Review 28, no. 4 (Oct. 1968): 43-53; 29, no. 1 (Jan. 1969): 50-
62.
— The Anabaptist Story. Rev. ed. Grand Rapids: Eerdmans, 1975.
Farrer, A. J. D. “The Relation between English Baptists and the Anabaptists
of the Continent.” The Baptist Quarterly 2 (1924): 30-36
Foreman, H. “Baptist Provision for Ministerial Education in the 18th
Century.” The Baptist Quarterly 27 (Oct. 1978): 358-369.
Fuller, J. G. A Brief History of the Western Association. Bristol: I. Hemmons,
1843.
Garrett, Jr., James Leo. “Restitution and Dissent Among Early English
Baptists: Part 1.” Baptist History and Heritage 12 (Oct. 1977): 198-210.
Goadby, J. J. Bye-Paths in Baptist History. London: Elliot Stock, 1871;
reprint, Watertown, Wis.: Baptist Heritage Publications, 1987.
George, Timothy, and David S. Dockery, ed. Baptist Theologians. Nashville:
Broadman Press, 1990.
Greaves, Richard L. “The Ordination Controversy and the Spirit of Reform in
Puritan England.” Journal of Ecclesiastical History 21, no. 3 (July 1970):
225-241.
— “The Tangled Careers of Two Stuart Radicals: Henry and Robert
Danvers,” The Baptist Quarterly 29 (January 1981): 32-43.
— Saints and Rebels: Seven Nonconformists in Stuart England. Macon, Ga.:
Mercer University Press, 1985.
Greaves, Richard L., and Robert Zaller, Biographical Dictionary of British
Radicals in the Seventeenth Century. Brighton, Sussex: The Harvester
Press, 1982.
Gritz, Paul. “Samuel Richardson and the Religious and Political Controversies
Confronting the London Particular Baptists, 1643-1658.” Ph.D. diss.,
Southwestern Baptist Theological Seminary, 1987.
Goodwin, W. T. “Warwick Baptist Church.” The Baptist Quarterly 16, no. 2
(April 1955): 58-66.
Haller, William. The Rise of Puritanism. New York: Columbia University
Press, 1938.
Hayden, Roger. English Baptist History and Heritage. Didcot, Oxon.: The
Baptist Union of Great Britain, 1990.
Haykin, Michael A. G. “Hanserd Knollys (ca. 1599-1691) on the Gifts of the
Spirit.” Westminster Theological Journal 54 (1992): 99-113.
— Kiffin, Knollys and Keach: Rediscovering our English Baptist Heritage.
Leeds: Reformation Today Trust, 1996.
Hetherington, William M. History of the Westminster Assembly of Divines.
Edmonton: Still Waters Revival Books, 1993.
Hill, Christopher. The Experience of Defeat: Milton and Some
Contemporaries. New York: Elisabeth Sifton Books—Viking, 1984.
— A Turbulent, Seditious and Factious People: John Bunyan and His
Church. Oxford: Oxford University Press, 1988.
— Change and Continuity in 17th-Century England. Rev. ed. New Haven:
Yale University Press, 1991.
A Historical Survey of the Baptist Church in Wantage. Newbury: G. W.
Simpson & Son, 1949.
Holifield, E. Brooks. The Covenant Sealed: The Development of Puritan
Sacramental Theology in Old and New England, 1570-1720. New Haven:
Yale University Press, 1974.
Hudson, Winthrop. “Baptists were not Anabaptists.” The Chronicle 16
(1953): 171-179.
— “Who were the Baptists?” The Baptist Quarterly 16 (July, 1956): 303-312.
Ivimey, Joseph. A History of the English Baptists. 4 vols. London: B. J.
Holdsworth, 1811-1830.
Jewson, C. B. The Baptists in Norfolk. London: The Carey Kingsgate Press,
1957.
John, Mansell, ed. Welsh Baptist Studies. Llandysul: The South Wales Baptist
College, 1976.
Jones, Hywel. Review of Kiffin, Knollys and Keach: Rediscovering our
English Baptist Heritage, by Michael A. G. Haykin. In The Banner of
Truth 401 (Feb. 1997): 32.
Kendall, R. T. “Preaching in Early Puritanism with special reference to
William Perkin’s The Arte of Prophesying.” In Preaching and Revival.
London: The Westminster Conference, 1984.
Kevan, Ernest F. London’s Oldest Baptist Church. London: The Kingsgate
Press, n.d. [1933].
King, Henry Melville. Rev. John Myles and the Founding of the First Baptist
Church in Massachusetts. Providence: Preston & Rounds, 1905.
Knappen, M. M. Tudor Puritanism. Chicago: The University of Chicago
Press, 1939.
Leonard, Bill J. Dictionary of Baptists in America. Downers Gorve, Ill.:
InterVarsity Press, 1994.
Lewendon, W. J. Notes on Newbury Baptists. Newbury: G. W. Simpson &
Son, 1940.
Lewis, Evan R. History of the Bethesda Baptist Church, Barnoldswick.
Cwmavon: Ll. Griffiths, 1893.
Lloyd-Jones, D. M. The Puritans: Their Origins and Successors. Edinburgh:
The Banner of Truth Trust, 1987.
MacDonald, Murdina. “London Calvinistic Baptists 1689-1727: Tensions
Within a Dissenting Community Under Toleration.” D.Phil. Thesis,
Regent’s Park College, Oxford University, 1982.
Mallard, Ian. “The Hymns of Katherine Sutton.” The Baptist Quarterly 20,
no. 1 (January 1963): 22-33.
Martin, Hugh. “The Baptist Contribution to Early English Hymnody.” The
Baptist Quarterly 19, no. 5 (Jan. 1962): 195-208.
Matthews, A. G. Calamy Revised. Oxford: The Clarendon Press, 1934.
McBeth, H. Leon. The Baptist Heritage. Nashville: Broadman Press, 1987.
— A Sourcebook for Baptist Heritage. Nashville: Broadman Press, 1990.
McGlothlin, W. J. “The Sources of the First Calvinistic Baptist Confession of
Faith.” Review and Expositor 13, no. 4, (Oct. 1916): 502-505.
McGoldrick, James Edward. Baptist Successionism: A Crucial Question in
Baptist History. ATLA Monograph Series, No. 32. Metuchen, N.J.: The
American Theological Library Association and The Scarecrow Press,
1994.
McGregor, J. F., and Barry Reay. Radical Religion in the English Revolution.
Oxford: Oxford University Press, 1984.
McKibbins, Thomas. R. “Our Baptist Heritage in Worship.” Review and
Expositor 80 (1983): 53-69.
The Mennonite Encyclopedia. Hillsboro, Kan.: Mennonite Brethren
Publishing House, 1955. S.v. “Collegiants,” by N. van der Zijpp.
Mosteller, James D. “Baptists and Anabaptists.” The Chronicle 20 (1957): 3-
27.
Muller, Richard A. Dictionary of Latin and Greek Theological Terms. Grand
Rapids: Baker Book House, 1985.
Murray, Iain. The Puritan Hope. Edinburgh: The Banner of Truth Trust, 1971.
Music, David W. “The Hymns of Benjamin Keach: An Introductory Study.”
The Hymn 34 (July 1983): 147-154.
Naylor, Peter. Picking up a Pin for the Lord: English Particular Baptists from
1688 to the Early Nineteenth Century. London: Grace Publications Trust,
1992.
Neal, Daniel. The History of the Puritans. 3 Vols. Minneapolis, Minn.: Klock
& Klock Christian Publishers, 1979.
Nelson, Stanley A. “Reflecting on Baptist Origins: The London Confession of
Faith of 1644.” Baptist Heritage and History 29 (April 1994): 33-46.
Nettles, Thomas J. By His Grace and For His Glory. Grand Rapids: Baker
Book House, 1986.
Nicholson, Henry M., compiler. Authentic Records Relating to the Christian
Church, now meeting in George Street and Mutley Chaples, Plymouth.
1640 to 1870. London: Elliot Stock, n.d.
Nicholson, J. F. V. “The Office of ‘Messenger’ amongst the British Baptists
in the Seventeenth and Eighteenth Centuries.” The Baptist Quarterly 17
(1957-1958): 206-225.
Nuttall, Geoffrey F. Visible Saints: The Congregational Way 1640-1660.
Oxford: Basil Blackwell, 1957.
— “The Baptist Western Association 1653-1658.” Journal of Ecclesiastical
History 11 (1960): 213-218.
— “Henry Danvers, His Wife and the ‘Heavenly Line’,” The Baptist
Quarterly 29 (January 1982): 217-219.
— The Holy Spirit in Puritan Faith and Experience. Chicago: The University
of Chicago Press, 1992.
Oliver, Robert. From John Spilsbury to Ernest Kevan: The Literary
Contribution of London’s Oldest Baptist Church. London: Grace
Publications Trust, 1985.
— “Baptist Confession Making, 1644 and 1689.” Unpublished paper
delivered to the Strict Baptist Historical Society, March, 1989.
Overend, Frederick. History of the Ebenezer Baptist Church, Bacup. London:
The Kingsgate Press, 1912.
The Oxford English Dictionary. Second Edition, Oxford: Oxford University
Press.
Packer, James I. A Quest for Godliness. Wheaton, Ill.: Crossway Books, 1990.
Parkes, Joan. Travel in England in the Seventeenth Century. Westport, Conn.:
Greenwood Press, 1970.
Patterson, W. Morgan. “The Development of the Baptist Successionist
Formula.” Foundations 5 (Oct. 1962): 331-345.
Payne, Ernest A. The Baptists of Berkshire Through Three Centuries. London:
The Carey Kingsgate Press, 1951.
— “Baptists and the Laying on of Hands.” The Baptist Quarterly 15, no. 5
(January 1954): 203-215.
— “Who were the Baptists?” The Baptist Quarterly 16 (Oct. 1956): 339-342.
— “Thomas Tillam.” The Baptist Quarterly 17, no. 2, (April 1957): 61-66.
Poe, Harry. John Bunyan’s Controversy with the Baptists.” Baptist History
and Heritage 23, no. 2 (April 1988): 25-35.
Poh Boon Sing. The Keys of the Kingdom: A Study on the Biblical Form of
Church Government. Kuala Lumpur, Malaysia: Good News Enterprises,
1995.
Pollard, A. W., and G. R. Redgrave. A Short-Title Catalogue of Books Printed
in England, Scotland, & Ireland and of English Books Printed Abroad
1475-1640. 2d ed., revised and enlarged. 2 vols. London: The Biographical
Society, 1986.
Porter, Roy. English Society in the Eighteenth Century. Rev. ed. New York:
Penguin Books, 1990.
Ramsey, Carroll C., and Willard A., ed. The American Baptist Heritage in
Wales. Gallatin, Tenn.: Church History Research and Archives, 1976.
Rawlinson, Leslie. “Worship in Liturgy and Form.” Chap. in Anglican and
Puritan Thinking. London: The Westminster Conference, 1977.
Renihan, James M. “An Examination of the Possible Influence of Menno
Simons’ Foundation Book upon the Particular Baptist Confession of
1644.” American Baptist Quarterly 15, no. 3 (Sept. 1996): 190-207.
— “Henry Danvers’ A Treatise of Baptism: A Study in Seventeenth Century
Baptist Historiography.” The Baptist Review of Theology, 7, no. 1 (Spring
1997): 27-47.
— A Reformed Baptist Perspective on Associations of Churches. La Mirada,
Calif.: Reformed Baptist Publications, 1997.
Richardson, Paul A. “Baptist Contributions to Hymnody and Hymnology.”
Review and Expositor 87 (1990): 59-72.
Ryken, Leland. Worldly Saints: The Puritans as They Really Were. Grand
Rapids: Academie Books, 1986.
Sellers, Ian. “Edwardians, Anabaptists and the Problems of Origins.” The
Baptist Quarterly 29 (July 1981): 97-112.
Shakespeare, J. H. Baptist and Congregational Pioneers. London: National
Council of Evangelical Free Churches, 1906.
Sparkes, I. G. Introducing Faringdon Baptist Church: 1657-1957. London:
Advance Publicity Service, 1957.
Spufford, Margaret. Contrasting Communities: English Villagers in the
Sixteenth and Seventeenth Centuries. Cambridge: Cambridge University
Press, 1974.
Spurr, John. The Restoration Church of England. New Haven: Yale
University Press, 1991.
Starr, Edward C. A Baptist Bibliography. 25 Vols. Rochester: American
Baptist Historical Society, 1952-76.
Stassen, Glen H. “Anabaptist Influence in the Origin of the Particular
Baptists.” The Mennonite Quarterly Review 36, no. 4, (Oct. 1962): 322-
348.
Stephen, Leslie, ed. Dictionary of National Biography. New York: MacMillan
and Co., 1888.
[Stevenson, G.] Baptist Church, Wantage. Its Rise and Progress 1649-1899.
Oxford: Stead & Brayne, 1899.
Stone, Lawrence. “Social Mobility in England, 1500-1700.” In 17th Century
England: A Changing Culture vol. 2, Modern Studies. Totowa, N.J.:
Barnes and Noble, 1980.
Stuart, James. Beechen Grove Baptist Church, Watford. Memorials of Two
Hundred Yeares and More. London: The Kingsgate Press, 1907.
Thompson, Roger. Women in Stuart England and America. London:
Routledge & Kegan Paul, 1974.
Tolmie, Murray. The Triumph of the Saints: The Separate Churches of
London 1616-1649. Cambridge: Cambridge University Press, 1977.
Torbet, Robert G. A History of the Baptists. 3rd ed. Valley Forge, Penn.:
Judson Press, 1982.
Tucker, Arthur. “Porton Baptist Church, 1655-85.” Transactions of the
Baptist Historical Society 1 (1908-1909): 56-61.
Underwood, A. C. A History of the English Baptists. London: The Baptist
Union Publication Dept. (Kingsgate Press), 1947
Underwood, T. L. Primitivism, Radicalism, and the Lamb’s War: The Baptist-
Quaker Conflict in Seventeenth-Century England. Oxford Studies in
Historical Theology. New York: Oxford University Press, 1997.
Vaughn, J. Barry. “Benjamin Keach’s The Gospel Minister’s Maintenance
Vindicated and the Status of Ministers among Seventeenth-Century
Baptists.” The Baptist Review of Theology 3, no. 1 (Spring 1993): 53-60.
Waldron, Samuel E. A Modern Exposition of the 1689 Baptist Confession of
Faith. Darlington, County Durham: Evangelical Press, 1989.
Walker, Michael J. “The Doctrines of Church and Baptism, with Special
Reference to the Status of Infants, in Baptist Theology of the Seventeenth
Century.” M.Th. Thesis, King’s College, University of London, 1963.
— “The Relation to Church, Baptism and Gospel in Seventeenth Century
Baptist Theology.” The Baptist Quarterly 21 (1966): 242-262.
Watts, Michael. The Dissenters: From the Reformation to the French
Revolution. Oxford: Clarendon Press, 1978.
Westin, Gunnar. “Who were the Baptists?” The Baptist Quarterly 17 (Sept.
1957): 55-60.
White, B. R. “The Organization of the Particular Baptists, 1644-1660.”
Journal of Ecclesiastical History 17, no. 2, (Oct. 1966): 209-226.
— “Who Really Wrote the Kiffin Manuscript?” Baptist History and Heritage
1 (Oct. 1966): 3-10, 14.
— “Baptist Beginnings and the Kiffin Manuscript,” Baptist History and
Heritage 2 (Jan. 1967): 29-34.
— “William Kiffin—Baptist Pioneer and Citizen of London.” Baptist History
and Heritage 2 (July 1967): 91-103, 126.
— “The Baptists of Reading 1652-1715.” The Baptist Quarterly 22, no. 5
(Jan. 1968): 249-270.
— “The Doctrine of the Church in the Particular Baptist Confession of 1644.”
Journal of Theological Studies n.s., 19, no. 2, (Oct. 1968): 570-590.
— The English Separatist Tradition: From the Marian Martyrs to the Pilgrim
Fathers. Oxford: Oxford University Press, 1971.
— “Thomas Collier and Gangraena Edwards.” The Baptist Quarterly 24, no.
3 (July 1971): 99-110.
— “Open and Closed membership among the English and Welsh Baptists.”
The Baptist Quarterly 24, no. 7 (July 1972): 330-34, 341.
— “Baptists in Barnstaple, Devon 1650-1652.” The Baptist Quarterly 24, no.
8 (Oct. 1972): 385-388.
— “Baptist Beginnings in Watford.” The Baptist Quarterly 26, no. 5 (Jan.
1976): 205-208.
— Hanserd Knollys and Radical Dissent in the 17th Century. London: Dr.
William’s Trust, 1977.
— The English Baptists of the 17th Century. London: The Baptist Historical
Society, 1983.
— “The Origins and Convictions of the First Calvinistic Baptists.” Baptist
History and Heritage 25, no. 4 (Oct. 1990): 39-47.
Whitley, W. T. “The Baptist Interest under George I.” Transactions of the
Baptist Historical Society 2 (1910-1911): 95-109.
— Baptists of Northwest England, 1649-1913. London: The Kingsgate Press,
1913.
— “Paul’s Alley, Barbican, 1695-1768.” Transactions of the Baptist
Historical Society 4 (1914-1915): 46-54.
— “Loughwood and Honiton, 1650-1800.” Transactions of the Baptist
Historical Society 4 (1914-1915): 129-144.
— “Benjamin Cox.” Transactions of the Baptist Historical Society 6 (1918-
1919): 50-59.
— A Baptist Bibliography. 2 Vols. London: 1916-1922.
— “London Churches in 1682.” The Baptist Quarterly 1 (1922): 82‑87.
— “London Preaching about 1674.” The Baptist Quarterly 1 (1922): 233-235.
— “Continental Anabaptists and Early English Baptists.” The Baptist
Quarterly 2 (1924): 24-30.
— The Baptists of London 1612-1928. London: The Kingsgate Press, n.d.
— A History of British Baptists. Rev. ed. London: n.p., 1932.
— “Charles-Marie de Veil.” The Baptist Quarterly 8, no. 8 (Oct. 1937): 444-
446.
Whitsitt, William H. A Question in Baptist History. Louisville, Ken.: Charles
Dearing, 1896.
Wilson, John F. “A Glimpse of Syon’s Glory.” Church History 31, no. 1
(March 1962): 66-73.
Wilson, Walter. The History and Antiquities of Dissenting Churches and
Meeting Houses, in London, Westminster, and Southwark. 4 vols. London:
For the Author, 1808-1814.
Wing, Donald. Short-Title Catalogue of Books Printed in England, Scotland,
Ireland, Wales, and British America and of English Books Printed in Other
Countries 1641-1700. 2d ed., revised and enlarged. 3 Vols. New York: The
Index Committee of the Modern Language Association of America, 1972.
Winnard, E. The History of the Baptist Church, Barnoldswick, 1500-1916, in
the Light of Passing Events of that Period. N.p.: n.p., n.d.
Winter, E. P. “Calvinist and Zwinglian Views of the Lord’s Supper among the
Baptists of the Seventeenth Century.” The Baptist Quarterly 15, no. 7 (July
1954): 323-329.
— “The Lord’s Supper: Admission and Exclusion among the Baptists of the
Seventeenth Century.” The Baptist Quarterly 17, no. 6 (April 1958): 267-
281.
— “The Administration of the Lord’s Supper among Baptists of the
Seventeenth Century.” The Baptist Quarterly 18, no. 5 (January 1960):
196-204.
Wrigley, E. A. and R. S. Schofield, The Population History of England, 1541-
1871. Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1981.
Yarborough, Slayden A. “The Origin of Baptist Associations Among the
English Particular Baptists.” Baptist History and Heritage 23, no. 2 (April
1988): 14-24.
Yeovil Baptist Church. Celebration of the 250th Anniversary. Yeovil: Yeovil
Baptist Church., 1938.
[1]
Nota de los traductores: Trinity Evangelical Divinity School.
[2]
Nota de los traductores: College of the Holy Cross.
[3]
Nota de los traductores: Bodleian Library.
[4]
Nota de los traductores: American Baptist Historical Society.
[5]
Nota de los traductores: The Public Record Office.
[6]
Nota de los traductores: Warwickshire County Record Office.
[7]
Nota de los traductores: Senior Common Room.
[8]
Nota de los traductores: Grace Reformed Baptist Church.
[9]
Nota de los traductores: Trinity Evangelical Divinity School.
[10]
Nota de los traductores: Los textos y/o caracteres {entre llaves} son
traducciones o aclaraciones para preservar la fidelidad al significado del texto
original. La etiqueta {trad. no oficial} indica que la traducción que sigue a
continuación pertenece a una fuente que aún no está disponible en español;
por tanto, puede aparecer oficialmente con otro título o como parte de otras
obras en el futuro. En cambio, si el material citado ya ha sido publicado en
español en el momento en que se hace esta traducción, se usará el título
oficial precedido de la etiqueta {título oficial}; y {nombre oficial} si se trata
de una entidad. Por lo general, la traducción del título de una fuente
bibliográfica aparecerá solo la primera vez que el autor la cite.
[11]
B. R. White, “The Baptists of Reading 1652‑1715” {trad. no oficial:
“Los Bautistas de Reading 1652‑1715”}, The Baptist Quarterly {trad. no
oficial: El Bautista Trimestral} 22, no. 5 (Jan. {enero} 1968): 263.
[12]
J. F. McGregor y Barry Reay hablan de los bautistas del siglo XVII
como “un grupo curiosamente olvidado por los historiadores”. La razón
puede ser que “siempre hubo una tensión al interior del movimiento bautista
entre el deseo por involucrarse en la confusión de aquel período y la obsesión
bautista con las nimiedades del orden. Al final, la obsesión ganó”.
J. F. McGregor y Barry Reay, Radical Religion in the English Revolution
{trad. no oficial: La Religión Radical en la Revolución Inglesa} (Oxford:
Oxford University Press, 1984), vii.
[13]
Un estudio efectivo de algunos de estos asuntos ha sido recientemente
publicado por James McGoldrick bajo el título Baptist Successionism: A
Crucial Question in Baptist History {trad. no oficial: El Sucesionismo
Bautista: Una Pregunta Crucial en la Historia Bautista}, ATLA Monograph
Series, No. 32 (Metuchen, N.J.: The American Theological Library
Association and the Scarecrow Press, 1994).
[14]
Notabilísima es la obra de H. Leon McBeth, The Baptist Heritage:
Four Centuries of Baptist Witness {trad. no oficial: La Herencia Bautista:
Cuatro Siglos de Testimonio Bautista} (Nashville: Broadman Press, 1987).
Esta enorme obra (822 páginas de texto) es una extensa polémica a favor de
la libertad del alma en las vidas de los bautistas. El autor intenta demostrar
que la libertad está en el mismo centro de la fe y práctica bautistas. Para
hacerlo, apoya la noción de que los bautistas han sido renuentes a definirse a
sí mismos con términos teológicos precisos; que más bien han considerado la
libertad para disentir, aún dentro de la comunidad de la fe, como un valor
fundamental. Este tema recurrente se convierte en la base de la resistencia
moderna a la autoridad teológica. Apelaciones a una autoridad externa,
incluso a la Escritura, se convierten —según esta historiografía— en
intrusiones en el tema central de la herencia de los bautistas.
[15]
Nota de los traductores: En la obra original, escrita en inglés, el autor
cita las fuentes primarias textualmente, dejando la grafía y los signos de
puntuación como aparecen en sus originales. En esta traducción, siempre que
se citan fuentes primarias, no solo procuramos ser fieles al significado
original del texto, sino también a su estilo original.
[16]
White argumenta que, en los primeros años de la década de 1650, los
asuntos que se debatieron en las reuniones de la Asociación fueron intentos
por “considerar cuidadosamente de nuevo todas las preguntas antiguas a la
luz de su entendimiento de la Biblia y en un intento por proveer virtualmente
un nuevo marco de referencia de la teología casuística bautista. Mediante
ensayo y error fueron tratando de edificar un patrón de relaciones
intereclesiales, de los deberes de los miembros entre sí y para con sus
iglesias”. White, “The Baptists of Reading”, 256, énfasis en el original. Para
la década de 1670, muchas de las preguntas habían sido contestadas, con una
eclesiología {ya} establecida en términos generales como resultado. La
inherente progresión de principios es evidente en las fuentes primarias.
[17]
T. L. Underwood, Primitivism, Radicalism and the Lamb’s War: The
Baptist–Quaker Conflict in Seventeenth–Century England {trad. no oficial:
Primitivismo, Radicalismo y la Guerra del Cordero: El Conflicto entre
Bautistas y Cuáqueros en la Inglaterra del Siglo XVII}, Oxford Studies in
Historical Theology {trad. no oficial: Estudios de Oxford acerca de la
Teología Histórica} (New York: Oxford University Press, 1997), 4.
Underwood provee un trasfondo útil de la presencia del primitivismo en el
puritanismo en general, y más específicamente entre los bautistas y los
cuáqueros.
[18]
Nota de los traductores: relaciones intereclesiales —relaciones entre
las iglesias.
[19]
Citado en Underwood, Primitivism, 6. Nota de los traductores: La frase
en latín puede traducirse como “lo primero es mejor”.
[20]
N[ehemiah] C[oxe], A Sermon Preached at the Ordination of an Elder
and Deacons in a Baptized Congregation in London {trad. no oficial: Un
Sermón Predicado en la Ordenación de un Anciano y Diáconos en una
Congregación de Bautizados en Londres} (London: Tho. Fabian, 1681), 5.
[21]
Algunas porciones de este capítulo han sido publicadas bajo el título
“An Examination of the Possible Influence of Menno Simons’ Foundation
Book upon the Particular Baptist Confession of 1644” {trad. no oficial: “Un
Examen de la Posible Influencia del Libro de Fundamentos escrito por
Menno Simons en la Confesión Bautista Particular de 1644”}, American
Baptist Quarterly {trad. no oficial: El Bautista Estadounidense Trimestral}
15, no. 3 (Sept. 1966): 191‑95.
[22]
Para encontrar ejemplos de este tipo de historiografía, véase: Thomas
Armitage, A History of the Baptists {trad. no oficial: Historia de los
Bautistas} (New York: Bryan, Taylor and Co., 1890; Watertown, Wis.:
Baptist Heritage Press, 1988 reprint); William Cathcart, The Baptist
Encyclopedia {trad. no oficial: La Enciclopedia Bautista} (Philadelphia:
Louis Everts, 1881; Paris, Ark.: The Baptist Standard Bearer, 1988 reprint); y
J. M. Cramp, Baptist History: From the Foundation of the Christian Church
to the Present Time {trad. no oficial: Historia Bautista: Desde la Fundación
de la Iglesia Cristiana hasta el Tiempo Presente} (London: Elliot Stock,
1871; Watertown, Wis.: Baptist Heritage Press, 1987 reprint).
[23]
William H. Whitsitt, A Question in Baptist History, (Louisville, Ken.:
Charles Dearing, 1896). Él argumenta que el bautismo por inmersión no fue
practicado antes de 1641, y que por tanto la historia bautista —hablando con
propiedad— debe fecharse a partir de ese año, haciendo que sea imposible
demostrar cualquier tipo de sucesión lineal. Su obra causó tal agitación que
fue forzado a renunciar a su posición como profesor en el Seminario
Teológico Bautista del Sur en Louisville, Ky. {EE. UU.}. Véase: Ian Sellers,
“Edwardians, Anabaptists and the Problem of Origins” {trad. no oficial:
“Eduardianos, Anabaptistas y el Problema de los Orígenes”}, The Baptist
Quarterly 29 (July {julio}1981): 97‑112. La lista de artículos que siguieron
durante los setenta y cinco años siguientes es muy extensa. Algunos están de
acuerdo con Whitsitt, otros aceptan partes de su teoría, otros la rechazan
rotundamente. Una muestra de esta literatura incluiría los siguientes, en orden
alfabético (la inclusión en esta lista no implica que traten directamente los
asuntos presentados por Whitsitt): William R. Estep, “Anabaptists and the
Rise of the English Baptists” {trad. no oficial: “Los Anabaptistas y el
Surgimiento de los Bautistas Ingleses”}, The Quarterly Review {trad. no
oficial: La Revista Trimestral} 28, no. 4 (Oct. 1968): 43‑53; ídem., 29, no. 1
(Jan. {enero} 1969): 50‑62; A. J. D. Farrer, “The Relation between English
Baptists and the Anabaptists of the Continent” {trad. no oficial: “La Relación
entre los Bautistas Ingleses y los Anabaptistas del Continente”}, BQ 2
(1924): 30‑36; James Leo Garrett, Jr., “Restitution and Dissent Among Early
English Baptists: Part 1” {trad. no oficial: “Restitución y Disensión Entre los
Primeros Bautistas Ingleses: Parte 1”}, Baptist History and Heritage {trad.
no oficial: Historia y Herencia Bautistas} 12 (Oct. 1977): 198‑210; Winthrop
Hudson, “Who Were the Baptists?” {trad. no oficial: “¿Quiénes Eran los
Bautistas?”} BQ 16 (July 1956): 303‑312; Hudson, “Baptists were not
Anabaptists” {trad. no oficial: “Los Bautistas no eran Anabaptistas”},
The Chronicle {trad. no oficial: La Crónica} 16 (1953): 171‑179,
(El contenido de estos dos artículos es casi idéntico); James D. Mosteller,
“Baptists and Anabaptists” {trad. no oficial: “Los Bautistas y los
Anabaptistas”}, The Chronicle 20 (1957): 3‑27; Ernest A. Payne, “Who were
the Baptists?” BQ 16 (Oct. 1956): 339‑342; W. Morgan Patterson, “The
Development of the Baptist Successionist Formula” {trad. no oficial: “El
Desarrollo de la Fórmula Sucesionista Bautista”}, Foundations {trad. no
oficial: Fundamentos} 5 (Oct. 1962): 331‑345; Gunnar Westin, “Who were
the Baptists?” BQ 17 (Sept. 1957): 55‑60; W. T. Whitley, “Continental
Anabaptists and Early English Baptists” {trad. no oficial: “Los Anabaptistas
Continentales y los Primeros Bautistas Ingleses”}, BQ 2 (1924): 24‑30.
[24]
El Manuscrito Kiffin puede encontrarse transcrito en Barrie R. White,
“Baptist Beginnings and the Kiffin Manuscript” {trad. no oficial: “Los
Comienzos de los Bautistas y el Manuscrito Kiffin”}, BHH 2 (Jan. {enero}
1967): 29‑34; y en Champlin Burrage, Early English Dissenters in the Light
of Recent Research {trad. no oficial: Los Primeros Disidentes Ingleses a la
Luz de la Investigación Reciente} (1550‑1641) 2 Vols. (New York: Russell &
Russell, 1967 reprint), 2:292‑305.
[25]
Los detalles de la historia del Manuscrito Kiffin pueden encontrarse en
Barrie R. White, “Who Really Wrote the Kiffin Manuscript?” {trad. no
oficial: “¿Quién Escribió Realmente el Manuscrito Kiffin?”} BHH 1 (Oct.
1966): 3‑10, 14. White concluye que Kiffin puede haber sido el autor del
original.
[26]
Véase White, “Baptist Beginnings”, 31‑32.
[27]
White, “Baptist Beginnings”, 31‑32.
[28]
White, “Baptist Beginnings”, 31‑32. {Nota de los traductores:
Tho. significa Tomás}.
[29]
Los anabaptistas holandeses con quienes Blunt parece haber hecho
contacto fueron los Collegiants {colegiantes} o Rijnsburgers {rijnsburgeses}.
Al parecer eran un movimiento laico, formado para promover las causas
espirituales sin ninguna organización formal, edificios u oficiales, aunque sus
sociedades (colegias) se reunían en muchos lugares a lo largo de los Países
Bajos. Practicaban el bautismo por inmersión, no como una ordenanza de la
Iglesia, sino a fin de que fuera provisto para quienes lo desearan. Se
establecieron vínculos estrechos con los menonitas holandeses, así como con
los Hermanos (Socinianos) Polacos. Véase N. van der Zijpp, “Collegiants”
{trad. no oficial: “Los Colegiantes”}, en The Mennonite Encyclopedia {trad.
no oficial: La Enciclopedia Menonita} (Hillsboro, Kan.: Mennonite Brethren
Publishing House, 1955), 1:639‑40.
[30]
Praisegod Barbone, A Discourse Tending to Prove the Baptisme in, or
under the Defection of Antichrist to be the Ordinance of Jesus Christ
(London: R. Oulson & G. Dexter, 1642). (El nombre del autor aparece escrito
al menos de cuatro formas diferentes: Barbone, Barebone, Barebones y
Barbon).
[31]
Barebone, Discourse, p. 2 no numerada de la “Epistle” {trad. no
oficial: “Epístola”}.
[32]
Barebone, Discourse, 4, 6, 8, 12.
[33]
J[ohn] S[pilsbery], A Treatise Concerning the Lawful Subject of
Baptisme {trad. no oficial: Un Tratado Concerniente al Tema Lícito del
Bautismo} (London: n.p. {sin editorial}, 1643), 38.
[34]
John Spilsbery, A Treatise Concerning the Lawfull Subject of Baptism,
segunda edición corregida y ampliada por el autor (London: Henry Hills,
1652), 63.
[35]
John Gosnold, Of the Doctrine of Baptisms, or, A Discourse of the
Baptism of Water and of the Spirit (London: Printed by J. S. for the Author,
1657), 7.
[36]
Hércules Collins, Believers Baptism from Heaven, and of Divine
Institution. Infants–Baptism from Earth, and Human Invention (London: J.
Hancock, 1691), 115. Benjamin Keach también argumenta que la
recuperación del bautismo por inmersión es análoga a la reinstitución de la
Fiesta de los Tabernáculos entre los judíos antiguotestamentarios. Benjamin
Keach, Gold Refin’d; or Baptism in its Primitive Purity {trad. no oficial: Oro
Refinado; o El Bautismo en su Pureza Primitiva} (London: Nathaniel
Crouch, 1689), 23‑24.
[37]
William L. Lumpkin, Baptist Confessions of Faith {trad. no oficial: Las
Confesiones Bautistas de Fe}, rev. ed. {ed. rev.} (Valley Forge: Judson
Press, 1969), 153. Nota de los traductores: La portada original dice “The
Confession of Faith, of those Churches which are commonly (though falsly)
called Anabaptists”.
[38]
Lumpkin, BCF, 154‑55. Nota de los traductores: Cursivas añadidas en
la traducción.
[39]
Lumpkin menciona dos libros que pudieron haber sido muy
aborrecibles en cuanto a sus acusaciones en contra de los bautistas: A Short
History of the Anabaptists of High and Low Germany {trad. no oficial: Breve
Historia de los Anabaptistas de Alta y Baja Alemania} (1642), y A Warning
for England especially for London {trad. no oficial: Una Advertencia a
Inglaterra, especialmente a Londres} (1642), BCF, 145.
[40]
Los detalles de las relaciones comerciales de Kiffin pueden encontrarse
en Barrie R. White, “William Kiffin —Baptist Pioneer and Citizen of
London” {trad. no oficial: “William Kiffin —Pionero Bautista y Ciudadano
de Londres”}, BHH 2 (July 1967): 91‑103, 126.
[41]
Paul Gritz, “Samuel Richardson and the Religious and Political
Controversies Confronting the London Particular Baptists, 1643 to 1658”
{trad. no oficial: “Samuel Richardson y las Controversias Religiosas y
Políticas que Enfrentaban los Bautistas Particulares de Londres, de
1643 a 1658”} (Ph.D. diss., Southwestern Baptist Theological Seminary,
1987 {Disertación doctoral, Seminario Teológico Bautista del Sur}), 118‑21.
[42]
Me refiero al linaje de Westminster/ la Declaración de Saboya/ la
Segunda Confesión de Londres. El material encontrado en la Plataforma de
Gobierno de Saboya es especialmente pertinente, del cual fue tomado mucho
directamente e insertado al cuerpo del capítulo 26 de la Segunda Confesión
de Londres. Véase más adelante.
[43]
Es imposible hacer una lista exhaustiva incluso de las fuentes citadas.
Entre los mencionados en varias obras están John Owen, Thomas Goodwin,
John Cotton, Jeremiah Burroughs, William Ames e Isaac Chauncy.
[44]
Barbone, A Discourse. Para encontrar un análisis de la relación entre
esta obra y la Confesión de 1644, véase Renihan, “An Examination”,
200‑203.
[45]
Véase su obra The Dippers dipt. Or, The Anabaptists Duck’d and
Plung’d over Head and Eares, at a Disputation in Southwark {trad. no
oficial: Los Sumergidores sumergidos. O, Los Anabaptistas Zambullidos y
con la Cabeza y las Orejas Sumergidas, en un Debate en Southwark}, 6th ed.
(London: Printed by Richard Cotes for N. B., 1651), especialmente las
páginas 177‑186.
[46]
Robert Baylie, A Dissuasive from the Errours of the Time {trad. no
oficial: Una Disuasión de los Errores de este Tiempo} (London: Printed for
Samuel Gillibrand, 1646). Los ataques de Baylie son primariamente en contra
de los independientes, o brownistas {Brownists}, pero él ve a los
“anabaptistas” como la extensión lógica de los principios de la
independencia. Baylie era el comisionado escocés enviado a la Asamblea de
Westminster, y escribió en medio de los debates eclesiológicos que se
hicieron famosos allí. Deja clara su percepción de una línea de descenso {o
decadencia} cuando afirma: “Las principales desviaciones, en las que
ciertamente anda la mayoría entre nosotros en este día, quienes se desvían del
camino elevado, abierto y recto de las iglesias reformadas, pueden reducirse a
diez Cabezas generales: Los brownistas, o separatistas rígidos, son los
primeros en hacerse a un lado; los independientes, sus hijos, continúan con
ellos por un tiempo; pero, cansados de la extensión de las andanzas de sus
Padres, profesan entrar de nuevo al sendero, pero no tan de cerca, sino que
todavía mantienen un camino propio. Cuanto más cerca que sus Padres estos
hombres profesan venir en pos de nosotros, tanto más el padre {y} sus otros
Hermanos huyen de nosotros; pues los anabaptistas van más allá de los
brownistas en andanzas, los antinomianos están más allá de los anabaptistas,
y los buscadores los sobrepasan a todos”, 6.
[47]
John Bastwick, Independency Not God’s Ordinance {trad. no oficial:
La Independencia No es la Ordenanza de Dios} (London: John Macock,
1645). Hanserd Knollys respondió a esta obra con A Moderate Answer unto
Dr. Bastwick’s Book Called, Independency not God’s Ordinance {trad. no
oficial: Una Respuesta Moderada al Libro del Dr. Bastwick Titulado: La
Independencia No es la Ordenanza de Dios} (London: Jane Coe, 1645).
[48]
William Erbery, The Testimony of William Erbery, Left upon Record
for the Saints of the Succeeding Ages {trad. no oficial: El Testimonio de
William Erbery, Registrado para los Santos de las Edades Futuras}
(London: Calvert, 1658). Por esta información acerca de Erbery, estoy en
deuda con Michael A. G. Haykin, “Hanserd Knollys (ca. 1599‑1691) on the
Gifts of the Spirit” {trad. no oficial: “Hanserd Knollys (aprox. 1599‑1691)
sobre los Dones del Espíritu}, Westminster Theological Journal {trad. no
oficial: Revista Teológica de Westminster} 54 (1992): 107.
[49]
John Saltmarsh, The Smoke in the Temple {trad. no oficial: El Humo en
el Templo} (London: Ruth Raworth, 1642). Knollys respondió a esto con The
Shining of a Flaming fire in Zion {trad. no oficial: El Resplandor de una
Llama de fuego en Sion} (London: Jane Coe, 1646).
[50]
Antes de la Act of Uniformity {Ley de Uniformidad} en 1662, hubo una
clara distinción entre los separatistas y los independientes. Los separatistas no
estaban dispuestos a tener relaciones formales con la Iglesia Nacional,
mientras que los independientes sí. Después de agosto de 1662, la distinción
es debatible, puesto que todos los que estaban fuera de la iglesia nacional
eran considerados no–conformistas.
[51]
Nota de los traductores: Se conoce en inglés como True Confession
(1596).
[52]
La historia del debate ha sido relatada en muchos lugares. Para
encontrar una interpretación presbiteriana de estos sucesos, véase
William M. Heatherington, History of the Westminster Assembly of Divines
{trad. no oficial: Historia de la Asamblea de Teólogos de Wesminster}
(Edmonton: Still Waters Revival Books, 1993 reprint of 1856 edition
{reimpresión en 1993 de la ed. de 1856}), 157‑226. Un punto de vista
diferente se presenta en Daniel Neal, The History of the Puritans {trad. no
oficial: La Historia de los Puritanos} (Minneapolis, Minn.: Klock & Klock
Christian Publishers, 1979 reprint of 1837 ed. {reimpresión en 1979 de la ed.
de 1837}), 2:264‑277. Véase además Wiliston Walker, The Creeds and
Platforms of Congregationalism {trad. no oficial: Los Credos y Plataformas
del Congregacionalismo} (New York: Pilgrim Press, 1991 reprint
{reimpresión de 1991}), 341‑345.
[53]
An Apologeticall Narration, Humbly Submitted to the Honourable
Houses of Parliament {trad. no oficial: Una Narración Apologética,
Humildemente Presentada a las Honorables Cámaras del Parlamento}
(London: Robert Dawlman, 1643).
[54]
Este texto puede encontrarse en Larzer Ziff, ed. John Cotton on the
Churches of New England {trad. no oficial: John Cotton acerca de las
Iglesias de Nueva Inglaterra} (Cambridge, Mass.: The Belknap Press, 1968),
69‑164.
[55]
Ziff, John Cotton, 77.
[56]
Los detalles de estas relaciones están bien declarados en Murray
Tolmie, The Triumph of the Saints {trad. no oficial: El Triunfo de los Santos}
(Cambridge: Cambridge University Press, 1977), 42‑45.
[57]
Hay un largo debate acerca de la identidad del autor del sermón en sí.
Al parecer, una copia fue publicada con las iniciales “T. G.” anexadas,
conduciendo así a algunos intérpretes a asegurar que Thomas Goodwin fue el
autor. El sermón está publicado en el vol. 12 de Works of Goodwin {trad. no
oficial: Las Obras de Goodwin}, con esta nota del editor: “No puede haber
duda alguna de que este Sermón es una auténtica producción del
Dr. Goodwin”. The Works of Thomas Goodwin, D.D. {trad. no oficial: Las
Obras de Thomas Goodwin, Dr. en Teología}, ed. Thomas Smith, vol. 12, A
Glimpse of Zion’s Glory {trad. no oficial: Un Destello de la Gloria de Sion}
(Edinburgh: James Nichol, 1866), 61. William Haller argumenta en contra de
la autoría de Goodwin y atribuye el sermón a Hanserd Knollys, cf. William
Haller, The Rise of Puritanism {trad. no oficial: El Surgimiento del
Puritanismo} (New York: Columbia University Press, 1938) 270, 396. Estoy
en deuda con Iain Murray, The Puritan Hope {título oficial: La Esperanza
Puritana} (Edinburgh: The Banner of Truth Trust {nombre oficial: El
Estandarte de la Verdad}, 1971), 272, por esta información. Murray de igual
manera considera que la sugerencia de la autoría de Goodwin es improbable.
John F. Wilson, “A Glimpse of Syon’s Glory” {trad. no oficial: “Un Destello
de la Gloria de Sion”} Church History {trad. no oficial: Historia de la
Iglesia} 31, no. 1 (March {marzo} 1962): 66‑73, argumenta a favor de la
autoría de Goodwin, y es apoyado por Tolmie, Triumph, 45. Pope A. Duncan,
en su monografía Hanserd Knollys: Seventeenth Century Baptist {trad. no
oficial: Hanserd Knollys: Bautista del Siglo XVII} (Nashville: Broadman
Press, 1965), 53‑4, argumenta en contra de la autoría tanto de Goodwin como
de Knollys. Apoyándose primariamente en H. M. Dexter, The
Congregationalism of the Last Three Hundred Years {trad. no oficial: El
Congregacionalismo de los Últimos Trecientos Años} (New York: Harper &
Brothers, 1880), 40, él sugiere a Jeremiah Burroughs como el candidato más
probable para su autoría. En cualquier caso, todos los autores propuestos
pueden encontrarse en el mismo círculo de independientes que se conocían en
las décadas de 1630 y 1640.
[58]
Nota de los traductores: El título original es A Glimpse of Sion’s Glory.
[59]
Geoffrey Nuttall, Visible Saints {trad. no oficial: Santos Visibles}
(Oxford: Basil Blackwell, 1957), 8. Tolmie, Triumph, 45, acepta asimismo
esta identificación.
[60]
Goodwin, Works, 12:63, el énfasis es suyo.
[61]
Nuttall, Saints, 8.
[62]
William Orme, ed. Remarkable Passages in the Life of William Kiffin
{trad. no oficial: Pasajes Memorables en la Vida de William Kiffin} (London:
Burton and Smith, 1823), 14; Joseph Ivimey, ed. The Life of
Mr. William Kiffin {trad. no oficial: La Vida del Sr. William Kiffin} (London:
Printed for the Author, 1833), 15.
[63]
James Culross, Hanserd Knollys (London: Alexander and Shepheard,
1895), 13.
[64]
Duncan, Knollys, 10.
[65]
El material de fuentes primarias para este incidente ha sido reimpreso
como “Debate on Infant Baptism, 1643” {trad. no oficial: “Debate acerca del
Bautismo de Infantes, 1643”} Transactions of the Baptist Historical Society
{trad. no oficial: Transacciones de la Sociedad Histórica Bautista} 1
(1908‑09): 237‑245.
[66]
Tolmie, Triumph, 56.
[67]
E. B. Underhill, ed., Confessions of Faith, and Other Public
Documents, Illustrative of the Baptist Churches of England in the
17th Century {trad. no oficial: Confesiones de Fe y Otros Documentos
Públicos, Ilustrativos de las Iglesias Bautistas de Inglaterra en el Siglo XVII}
(London: The Hanserd Knollys Society, 1854), “A Declaration by
Congregationall Societes in, and about the City of LONDON; as well of those
commonly called Anabaptists, as others. In way of Vindication of themselves.
Touching, 1. Liberty. 2. Magistracy. 3. Propriety. 4. Polygamie. Wherein
their Judgments, concerning the particulars mentioned are tendred to
consideration, to prevent mis–understanding” {trad. no oficial: “Una
Declaración de las Sociedades Congregacionalistas en y alrededor de la
Ciudad de LONDRES, así como de aquellos comúnmente llamados
Anabaptistas, como otros. A manera de Vindicación de sí mismos. En lo
tocante a: (1) La Libertad. (2) El Magistrado. (3) Licitud. (4) La Poligamia.
En el cual sus Juicios, concernientes a los particulares mencionados, son
tomados en consideración para evitar malentendido”} (London: M.
Simmons, 1647), 273‑287.
[68]
Underhill, Confessions, 287.
[69]
Michael Watts, The Dissenters: From the Reformation to the French
Revolution {trad. no oficial: Los Disidentes: Desde la Reforma hasta la
Revolución Francesa} (Oxford: The Clarendon Press, 1978), 97‑98. La
inclusión de antinomianos y buscadores en la lista de Winthrop debería dar
una nota de cautela. Estos grupos que estaban más al extremo del ala
izquierda de la religión radical del siglo XVII no habrían sido reconocidos
como iglesias por los congregacionalistas y los bautistas particulares. Puede
que ellos mismos hayan reclamado ser iglesias, pero no es tan seguro que
otros que los aceptaron como iglesias hubieran estado dispuestos a compartir
con ellos en esos términos.
[70]
Nuttall, Visible Saints, 120. El material procedente de Baxter se
encuentra “en cartas del 7 de mayo al 20 de noviembre de 1652 a John Durie,
en la Biblioteca del Dr. William, MSS. 59.6.90 y 88”.
[71]
B. R. White, “The Doctrine of the Church in the Particular Baptist
Confession of 1644” {trad. no oficial: “La Doctrina de la Iglesia en la
Confesión Bautista Particular de 1644”}, Journal of Theological Studies
{trad. no oficial: Revista de Estudios Teológicos}, n.s. {nueva serie}, 19,
pt. 2, (October {octubre} 1968): 586.
[72]
Watts, Dissenters, 50‑53 describe estas relaciones eclesiológicas en
detalle. Watts prefiere no usar el término “semiseparatista” ya que argumenta
que no habría sido reconocido por aquellos a los cuales tiene la intención de
describir, e insta al uso de “jacobita” en su lugar. Para los propósitos del
presente estudio, “semiseparatista” es más descriptivo de la naturaleza de las
prácticas de la Iglesia que “jacobita”.
[73]
B. R. White, “The Origins and Convictions of the First Calvinistic
Baptists” {trad. no oficial: “Los Orígenes y Convicciones de los Primeros
Bautistas Calvinistas”}, BHH 25, no. 4, (October, 1990): 41‑42.
[74]
Véase el extenso análisis acerca de la licitud de pagar diezmos a los
ministros de la Iglesia Establecida en B. R. White, ed. Association Records of
the Particular Baptists of England, Wales and Ireland to 1660 {trad. no
oficial: Registros de las Asociaciones de los Bautistas Particulares de
Inglaterra, Gales e Irlanda hasta 1660} (ARPB, por sus siglas en inglés)
(London: The Baptist Historical Society, 1974), 151‑52. Los registros dicen:
“el pago de diezmos al ministerio nacional es de igual forma un
reconocimiento y apoyo a este, y a su servicio y adoración nacional, lo cual
—no obstante— sabemos que es babilónico y anticristiano”. De manera
similar, Edward Terrill, el autor de los registros de Broadmead (Bristol)
concluye su descripción de doce etapas de cómo las doctrinas y prácticas
reformadas llegaron a Bristol declarando: “Fueron ayudados por el Señor a
desprenderse de esto también, y a llevarlo aún más lejos en su Reforma, Que
por fin no escuchaban a aquellos hombres que leían la oración Común,
quienes así declaraban reconocer o tomar parte con Consentimiento en
cualquier parte de la Adoración de la Bestia”. Roger Hayden, ed., The
Records of a Church of Christ in Bristol, 1640‑1687 {trad. no oficial: Los
Registros de una Iglesia de Cristo en Bristol, 1640‑1687} (Bristol: The
Bristol Record Society, 1974), 95‑96.
[75]
Lumpkin, BCF, 155.
[76]
A Confession of Faith {título oficial: Confesión de Fe}, páginas no
numeradas 4‑5 de “To the Judicious and Impartial Reader” {título oficial:
“Para el Lector Juicioso e Imparcial”}.
[77]
Featley, The Dippers Dip’t, 177‑78. Los bautistas alegaron ser
ortodoxos, pero él no lo aceptó.
[78]
John Tombes, Two Treatises and an Appendix to them Concerning
Infant–Baptisme {trad. no oficial: Dos Tratados y un Apéndice a ellos
Concernientes al Bautismo de Infantes} (London: George Whittington,
1645), 31, 34. Las declaraciones están en el segundo tratado, titulado “An
Examen of the Sermon of Mr. Stephen Marshal, about Infant Baptism, in a
Letter sent to him” {trad. no oficial: “Un Examen del Sermón del
Sr. Stephen Marshal, acerca del Bautismo de Infantes, en una Carta enviada a
él”}.
[79]
Hayden, Broadmead Records, 93.
[80]
Hayden, Broadmead Records, 96. Más de tres décadas después,
Isaac Marlow también habló de las iglesias bautistas como “Iglesias
Reformadas”. Véase Isaac Marlow, The Purity of Gospel–Communion, or;
Grounds and reasons for Separation from Persons of Corrupt Manners, or
that hold Erroneous Doctrine in Matters of Faith essential to Salvation; or
that are guilty of False Worship, or irregular Administration of Gospel
Ordinances {trad. no oficial: La Pureza de la Comunión del Evangelio o
Fundamentos y razones para Separarse de Personas de Hábitos Corruptos, o
que Sostengan Doctrina Errónea en Asuntos de Fe esenciales a la Salvación;
o que sean culpables de Adoración Falsa, o Administración irregular de las
Ordenanzas del Evangelio} (London: J. Astwood, 1694), 39.
[81]
L. Russ Bush y Tom J. Nettles, Baptists and the Bible {trad. no oficial:
Los Bautistas y la Biblia} (Chicago: Moody Press, 1980), 47‑99.
[82]
Hanserd Knollys, The Parable of the Kingdom of Heaven Expounded
{trad. no oficial: Exposición de la Parábola del Reino de los Cielos}
(London: Benjamin Harris, 1674), 13.
[83]
Keach, Gold Refin’d, página 5 no numerada de la “Epistle”
{“Epístola”}.
[84]
“To the Reader” {“Para el Lector”}, en Philip Cary, A Solemn Call
Unto all that would be owned as Christ’s Faithful Witnesses, speedily, and
seriously, to attend unto the Primitive Purity of the Gospel Doctrine and
Worship: Or, a Discourse concerning Baptism {trad. no oficial: Un Solemne
Llamado a todos los que sean tenidos por Testigos Fieles de Cristo, urgente,
y seriamente, a atender a la Pureza Primitiva de la Doctrina y la Adoración
del Evangelio: O, un Tratado concerniente al Bautismo} (London: John
Harris, 1690), página 1, no enumerada. Los cinco ancianos fueron
William Kiffin, John Harris, Richard Adams, Robert Steed y
Benjamin Keach.
[85]
Lumpkin, BCF, 239.
[86]
Cuando la Confesión de 1677 fue publicada, los editores rindieron
tributo a la primera Confesión en su epístola “Para el Lector Juicioso e
Imparcial”. Ellos afirman que la nueva Confesión contiene la misma doctrina
que la anterior, la cual “no se tiene comúnmente ahora”. A Confession of
Faith put Forth by the Elders and Brethren of Many Congregations of
Christians (baptized upon Profession of their Faith) in London and the
Country {título oficial: Confesión de Fe Presentada por los Ancianos y
Hermanos de Muchas Congregaciones de Cristianos (bautizados por
Profesión de su Fe) en Londres y el Resto del País} (London: n.p. {sin
editorial}, 1677), página 2, no numerada de “To the Reader” {“Para el
Lector…”}. Esta escasez de copias fue confirmada varios años después por
un desafortunado incidente en la controversia acerca del canto de himnos.
Benjamin Keach, en uno de sus escritos impresos acerca del tema (al parecer
A Reply to Mr. Steed’s Epistle Concerning Singing {trad. no oficial: Una
Respuesta a la Epístola del Sr. Steed Concerniente al Canto}) declaró que las
primeras iglesias bautistas particulares no “concluyen y declaran
unánimemente” que los ministros debían recibir apoyo financiero de sus
iglesias (citado en William Kiffin, Robert Steed, George Barrett y
Edward Man, A Serious Answer to a Late Book, Stiled, A Reply to
Mr. Robert Steed’s Epistle Concerning Singing {trad. no oficial: Una Seria
Respuesta a un Libro Reciente, Titulado: Una Respuesta a la Epístola del
Sr. Steed Concerniente al Canto} [London: n.p. {sin editorial}, 1696], 18).
Inmediatamente criticaron a Keach por este error garrafal, demostrando que
la Confesión de 1644 abogaba explícitamente por dicha “manutención”
ministerial. Keach publicó una retractación declarando: “No pienso que me
sea gravoso retractarme de cualquier Falta a manera de Error por este medio;
por el contrario, ya que he visto una Confesión de Fe, presentada por muchos
Hermanos a Nombre propio y de siete de las primeras Iglesias de bautizados
en Londres, publicada en el Año 1644, con gusto tengo esto que decir para la
satisfacción de dichas Iglesias de bautizados en este gran Caso; de cierto les
declaro que no sabía nada de aquella Confesión hasta que fui informado de la
misma por los Hermanos ofendidos…”. Benjamin Keach, To all the Baptized
Churches and faithful Brethren in England and Wales, Christian Salutations
{trad. no oficial: A todas las Iglesias de Bautizados y Hermanos fieles en
Inglaterra y Gales, Salutaciones Cristianas} (London: n.p. {sin editorial},
1692), 4.
[87]
La literatura concerniente a las fuentes de la Confesión de 1644 va en
aumento. B. R. White declara que fue William Whitley, en su A History of
British Baptists {trad. no oficial: Historia de los Bautistas Británicos}
Rev. Ed. {ed. rev.} (London: n.p. {sin editorial}, 1932), 94, quien primero
identificó la conexión entre la Primera Confesión de Londres y la Confesión
Verdadera. Véase White, “The Doctrine of the Church in the Particular
Baptist Confession of 1644”, Journal of Theological Studies n.s. {nueva
serie}, 19, no. 2 (Oct., 1968): 575‑582. Una segunda fuente ha sido
identificada por Glen H. Stassen en su artículo “Anabaptist Influence in the
Origin of the Particular Baptists” {trad. no oficial: “La Influencia Anabaptista
en el Origen de los Bautistas Particulares”}, The Mennonite Quarterly
Review {trad. no oficial: La Revista Trimestral Menonita} 36, no. 4 (Oct.
1962): 322‑348. Él demuestra que los bautistas particulares tomaron prestado
de The Marrow of Theology {trad. no oficial: La Médula de la Teología}
escrito por William Ames para algunas partes de su material. La sugerencia
de Stassen del uso de la obra de Ames ha sido suplementada por
Stanley A. Nelson, “Reflecting on Baptist Origins: The London Confession
of Faith of 1644” {trad. no oficial: “Reflexionando sobre los Orígenes
Bautistas: La Confesión de Fe de Londres de 1644”}, BHH 29 (April {abril}
1994): 33‑46. W. J. McGlothlin apunta a una tercera fuente en “Points of
Difference” {trad. no oficial: “Puntos de Diferencias”} de 1603, una breve
declaración de catorce puntos de diferencias entre los Separatistas de
Ámsterdam y el rey James {Jacobo}; véase W. J. McGlothlin, “The Sources
of the First Calvinistic Baptist Confession of Faith” {trad. no oficial: “Las
Fuentes de la Primera Confesión Bautista Calvinista de Fe”}, Review and
Expositor {trad. no oficial: La Reseña y el Expositor} 13, no. 4 (Oct. 1916):
502‑505, citado en Richard Belcher y Anthony Mattia, A Discussion of the
Seventeenth Century Particular Baptist Confessions of Faith {trad. no oficial:
Análisis de las Confesiones Bautistas Particulares de Fe del Siglo XVII},
(Southbridge, Mass.: Crown Publications, 1990), 2. El texto de “Points of
Difference” puede consultarse en Walker, The Creeds & Platforms of
Congregationalism, 77‑80. Se ha sugerido una cuarta fuente en Renihan, “An
Examination”, 200‑202. En esa obra, se rechaza la posible influencia de
Menno Simons, al tiempo que se analizan los escritos de Praise God Barbone
como una fuente potencial o paradigma para algunas de las expresiones de
los bautistas.
[88]
Samuel Waldron, A Modern Exposition of the 1689 Baptist Confession
of Faith {título oficial: Exposición de la Confesión Bautista de Fe de 1689}
(Darlington: Evangelical Press, 1989), 425‑432. Waldron demuestra que los
Documentos de Saboya proveen la vasta mayoría de los materiales para la
Segunda Confesión de Londres, ocasionalmente suplementados por la
Primera {Confesión} de Londres y por otros que aún son fuentes no
identificadas. Robert Oliver, el historiador bautista inglés, corrobora los
puntos de vista de Waldron. El Dr. Oliver dice: “La Segunda Confesión de
Londres tiende a seguir la Declaración de Saboya donde esta difiere de
Westminster”, Robert Oliver, “Baptist Confession Making 1644 and 1689”
{trad. no oficial: “Composición de la Confesión Bautista de 1644 y 1689”},
escrito no publicado entregado a la Strict Baptist Historical Society {trad. no
oficial: Sociedad Histórica de Bautistas Estrictos}, marzo de 1989, 20.
[89]
A Confession of Faith, páginas 2‑5, no numeradas, de “To the Judicious
and Impartial Reader”.
[90]
Nota de los traductores: El título original es Of the Institution of
Churches, and the Order Appointed in them by Jesus Christ.
[91]
Tomado del Prefacio a la Declaración de Saboya, Walker, The Creeds
and Platforms of Congregationalism, 363.
[92]
Petty France Church Minute Book 1675‑1727 {trad. no oficial:
Registro de Actas de la Iglesia de Petty France}, The Guildhall Library,
London, 5.
[93]
Joseph Ivimey, A History of the English Baptists (HEB) {trad. no
oficial: Historia de los Bautistas Ingleses (HEB, por sus siglas en inglés)}
(London: B. J. Holdsworth, 1823), 3:332. Ivimey escribe: “Debió parecer [...]
que esta Confesión había sido preparada con el propósito de expresar la fe de
aquella iglesia en particular, pero fue adoptada por más de cien iglesias en la
Asamblea General en 1689”.
[94]
Nota de los traductores: El título original es Confessions of Faith and
Other Public Documents Illustrative of the Baptist Churches of England in
the 17th Century.
[95]
E. B. Underhill, Confessions of Faith and Other Public Documents
Illustrative of the Baptist Churches of England in the 17th Century (London:
The Hanserd Knollys Society, 1854), 172.
[96]
Petty France CMB, 1; John Piggott, “A Funeral Sermon Occasioned by
the Death of the reverend Mr. William Collins, Late Minister of the Gospel in
London, Who died the 30th of October, 1702” {trad. no oficial: “Un Sermón
de Funeral en Ocasión de la Muerte del reverendo Sr. William Collins,
Fallecido Ministro del Evangelio en Londres, Quien murió el 30 de octubre
de 1702}, en Eleven Sermons Preach’d upon Several Occasions, by the Late
Reverend Mr. John Piggott, Minister of the Gospel {trad. no oficial:
Once Sermones Predicados en varias Ocasiones por el Fallecido Reverendo
Sr. John Piggott, Ministro del Evangelio} (London: John Darby, 1714),
241‑286.
[97]
Thomas Crosby, The History of the English Baptists, from the
Reformation to the Beginning of the Reign of King George I (CHEB) {trad.
no oficial: La Historia de los Bautistas Ingleses, desde la Reforma hasta el
Comienzo del Reinado del Rey George I (CHEB, por sus siglas en inglés)}
(London: Printed for the author, 1740) 4:272. El texto de Crosby dice “1688”,
pero esto evidentemente es un error de imprenta; debe de ser “1668”, ya que
él inmediatamente afirma que Keach tenía 28 años de edad cuando fue
ordenado en esta iglesia. Keach nació en 1640.
[98]
Benjamin Keach, To all the Baptized Churches, 4.
[99]
Se conoce popularmente como “Keach’s Catechism” {“El Catecismo
de Keach”}, y ha sido publicado en una edición moderna {en inglés} bajo ese
título. Véase The Philadelphia Confession of Faith being the London
Confession of Faith Adopted by the Baptist Association 1742, with Scripture
References and Keach’s Catechism {trad. no oficial: La Confesión de Fe de
Filadelfia que es la Confesión de Fe de Londres Adoptada por la Asociación
Bautista de 1742, con Referencias de la Escritura, y el Catecismo de Keach}
(Sterling, Va.: Grace Abounding Ministries, 1977). Véase más adelante un
análisis de la relación de Collins con el Catecismo.
[100]
Petty France CMB, 1, anotación “del 21er {día} del 7mo Mes” (Aug.
{agosto} 21, 1675).
[101]
W. T. Whitley, “Benjamin Cox” TBHS 6 (1918‑19): 58.
[102]
The Church Book of Bunyan Meeting 1650‑1821 {trad. no oficial: El
Libro de la Iglesia de la Congregación de Bunyan, 1650‑1821} (London:
J. M. Dent & Sons, 1928 facsimile reprint {reimpresión facsimilar de 1928}),
27, 54.
[103]
Estoy en deuda por esta sugerencia con T. E. Dowley, “A London
Congregation during the Great Persecution: Petty France Particular Baptist
Church, 1641‑1688” {trad. no oficial: “Una Congregación de Londres
durante la Gran Persecución: La Iglesia Bautista Particular de Petty France,
1641‑1688”}, BQ 27, no. 5 (Jan. {enero} 1978): 238. Dowley dice que “Se
ha sugerido que su error radicaba en su defensa de la membresía cerrada,
principio que era rechazado tanto por Hitchin como por Bedford”. Él no
identifica la fuente de esta sugerencia.
[104]
Benjamin Cox, “An Appendix to a Confession of Faith” {trad. no
oficial: “Apéndice a una Confesión de Fe”} reimpreso con A Confession of
Faith of Seven Congregations of Churches in London, Which are Commonly
(But Unjustly) Called Anabaptists {trad. no oficial: Confesión de Fe de Siete
Congregaciones de Iglesias en Londres, las Cuales son Llamadas
Comúnmente (Aunque Injustamente) Anabaptistas} (Rochester, New York:
Backus Book Publishers, 1981), 32‑33.
[105]
John Bunyan, “A Confession of My Faith, and a Reason of My
Practice” {trad. no oficial: “Una Confesión de Mi Fe y una Razón para Mi
Práctica”} en The Works of the Eminent Servant of Christ, John Bunyan
{trad. no oficial: Las Obras de John Bunyan, el Eminente Siervo de Cristo}
(Philadelphia: J. W. Bradley, 1860), 2:203.
[106]
Dowley, “A London Congregation”, 234.
[107]
Ivimey, HEB, 2:404.
[108]
Nota de los traductores: El título original es Vindiciae Veritatis, or a
Confutation of the Heresies and Gross Errours Asserted by Thomas Collier
in his Additional Word to his Body of Divinity.
[109]
Nehemiah {Nehemías} Coxe, Vindiciae Veritatis, or a Confutation of
the Heresies and Gross Errours asserted By Thomas Collier in his Additional
Word to his Body of Divinity (London: Nath. Ponder: 1677), páginas 1 y 2, no
numeradas. La carta está firmada por William Kiffin, Daniel Dyke,
Joseph Maisters, James Fitton, Henry Forty y William Collins.
[110]
Michael Haykin habla de la deserción de Collier como “tal vez la
razón más apremiante para una nueva Confesión”. Michael Haykin, Kiffin,
Knollys and Keach: Rediscovering Our English Baptist Heritage {trad. no
oficial: Kiffin, Knollys y Keach: Redescubriendo Nuestra Herencia Bautista
Inglesa} (Leeds: Reformation Today Trust, 1996), 68.
[111]
C. M. du Veil, A Commentary on the Acts of the Apostles {trad. no
oficial: Comentario acerca de los Hechos de los Apóstoles} (London: The
Hanserd Knollys Society, 1851 reprint {reimpresión de 1851}), 70.
[112]
Piggott, “Funeral Sermon”, 279.
[113]
Piggott, “Funeral Sermon”, 280‑81.
[114]
Ivimey, HEB, 1:533.
[115]
Ivimey, HEB, 2:397.
[116]
Ivimey, HEB, 2:414. La carta está fechada al 5 de julio de 1698.
[117]
A Brief Instruction in Principles of Christian Religion {título oficial:
Una Breve Instrucción en los Principios de la Religión Cristiana} 5th ed.
(London, 1695), usa el mismo principio metodológico que la edición de la
Segunda Confesión de Londres. El Catecismo Menor de Westminster es la
base para el catecismo bautista.
[118]
¿Qué hay entonces con la participación de Benjamin Keach? La
identificación tradicional de Keach como el autor es firme, y la presencia del
anuncio vinculando su nombre con Collins es de peso. Puede ser que Collins
y Keach hayan trabajado juntos en el Catecismo. Hay razón para creer que a
Collins le tomaba tiempo producir un catecismo, ya que la Asociación de
Bristol escribió a Kiffin y a Collins en 1694, apremiándoles a que, entre otras
cosas, llevaran a término el Catecismo. Véase Ivimey, HEB, 1:534‑35.
[119]
A Confession of Faith, portada.
[120]
Waldron, Modern Exposition, 428; Oliver, “Baptist Confession
Making”, 15.
[121]
Hanserd Knollys, The World that Now is; and the World that is to
Come (London: Tho. Snowden, 1681), 96, 99.
[122]
Nehemiah {Nehemías} Coxe, A Sermon Preached at the Ordination of
an Elder and Deacons in a Baptized Congregation in London (London:
Tho. Fabian, 1681), 15, 36‑38.
[123]
Hayden, The Records of A Church of Christ, 241. Los registros en
realidad afirman que él “profesó creer en los principios contenidos en la
Confesión Bautista de Fe, 1667”. El editor que publicó esta obra en tiempos
modernos afirma: “No se conoce ninguna Confesión de Fe por esa fecha. Es
probable que Terril [el autor de The Records] se estuviera refiriendo a la
Confesión Bautista Particular de Fe de 1677, que era un estándar {una
norma} para probar la ortodoxia entre las iglesias bautistas particulares de la
época”.
[124]
Benjamin Keach, A Counter Antidote to purge out the Malignant
Effects of a Late Counterfiet, Prepared by Mr. Gyles Shute, an Unskilful
Person in Polemical Cures {trad. no oficial: Un Contraantídoto para purgar
los Efectos Malignos de una Falsificación Tardía, Preparada por el
Sr. Gyles Shute, Persona Poco Hábil en Curas Polémicas} (London: H.
Bernard, 1694), 12. La “fe habitual” es “la capacidad espiritual, dada por
Dios, que tienen los seres humanos caídos de tener fe”. Véase
Richard A. Muller, Dictionary of Latin and Greek Theological Terms {trad.
no oficial: Diccionario de Términos Teológicos en Latín y Griego} (Grand
Rapids: Baker Book House, 1985), 134. Parece que Shute había argumentado
que este hábito de la fe {fe habitual}, aparte del acto real de la fe, era
suficiente para salvar a los infantes; y que era, por tanto, una base para su
bautismo.
[125]
A Narrative of the Proceedings of the General Assembly Of divers
Pastors, Messengers and Ministring Brethren of the Baptized Churches, met
together in London, from Septemb. 3. to 12. 1689, from divers parts of
England and Wales: Owning the Doctrine of Personal Election, and final
Perseverance {trad. no oficial: Informe Narrativo de los Procedimientos de
la Asamblea General De distintos Pastores, Mensajeros y Hermanos que
Ministran, procedentes de las Iglesias de Bautizados, reunidos en Londres,
del 3º al 12º de septiemb. 1689, de diversas partes de Inglaterra y Gales:
Reconociendo (lit. Haciendo Nuestra) la Doctrina de la Elección Personal, y
la Perseverancia final} (London: Printed in the Year, 1689) 18. Es curioso
que, aunque este documento es conocido comúnmente como la Confesión de
1689, no encuentro evidencia bibliográfica alguna de que haya sido impresa
en ese año. Fue publicada en 1677, 1688, y 1699. Véase Donald Wing,
Short–Title Catalogue of Books Printed in England, Scotland, Ireland, Wales,
and British America and of English Books Printed in Other Countries
1641‑1700 {trad. no oficial: Catálogo con Títulos Abreviados de Libros
Impresos en Inglaterra, Escocia, Irlanda, Gales y América Británica, y de
Libros Ingleses Impresos en Otros Países 1641‑1700}, 2d ed., (New York:
The Index Committee of the Modern Language Association of America,
1972), 1:369.
[126]
Nota de los traductores: El nombre original es London Association.
[127]
Bagnio/Cripplegate Church Minute Book 1695‑1723 {trad. no oficial:
Registro de Actas de la Iglesia de Bagnio/Cripplegate 1695‑1723}, Angus
Library, Regent’s Park College, Oxford, página no numerada frente a la
página 27.
[128]
Bagnio/Cripplegate CMB, 26. Broken Wharf era la ubicación de esta
misma iglesia cuando Knollys era pastor.
[129]
Cuando la iglesia de Maze Pond fue constituida en febrero de 1694,
adoptó explícitamente la Confesión en el primer artículo del Pacto de la
Iglesia. Maze Pond Church Book 1691‑1708 {trad. no oficial: Libro de la
Iglesia de Maze Pond 1691‑1708}, The Angus Library, Regent’s Park
College, Oxford, 1.
[130]
William Kiffin, Robert Steed, George Barrett y Edward Man, A
Serious Answer to a Late Book, Stiled, A Reply to Mr. Robert Steed’s Epistle
concerning Singing (London: Printed in the Year, 1692), 18.
[131]
White, ARPB, 42, 210.
[132]
Así ocurrió tanto en las primeras asociaciones como en las posteriores.
Véase White, ARPB, 106‑107; Copson, Northern England, 9.
[133]
W. T. Whitley, The Baptists of London 1612‑1928 {trad. no oficial:
Los Bautistas de Londres, 1612‑1928} (London: The Kingsgate Press, n.d.
{sin fecha}). Este libro tiene gran valor para rastrear la historia de las iglesias
de Londres. Whitley señala que para 1699, se había tenido conocimiento de
41 iglesias bautistas (tanto particulares como generales) en Londres
solamente, 126.
[134]
B. R. White, “Open and Closed Membership among the English and
Welsh Baptists” {trad. no oficial: “La Membresía Abierta y Cerrada entre los
Bautistas Ingleses y Galeses”}, BQ 24, no. 7 (July {julio} 1972): 330‑334,
341. White trata con las tres primeras categorías.
[135]
Las iglesias con membresía abierta pueden ser subcategorizadas según
sea su relación con las iglesias de membresía cerrada. Algunas, como la de
Broadmead en Bristol, mantenían relaciones muy estrechas con las iglesias de
membresía cerrada, hasta el punto de participar incluso en las Asambleas
Generales. Otras, como la iglesia de John Bunyan en Bedford, estaban más
estrechamente relacionadas con las iglesias independientes paidobautistas, y
mantenían relaciones distantes y a veces antagónicas con los bautistas
particulares de membresía cerrada. Véase Harry Poe, “John Bunyan’s
Controversy with the Baptists” {trad. no oficial: “La Controversia de
John Bunyan con los Bautistas”}, BHH 23, no. 2 (April 1988): 25‑26.
[136]
La iglesia de Barbican, en Paul’s Alley, trató de mantener una postura
teológica apartada de ambos puntos de vista de la soberanía y la
responsabilidad. Véase W. T. Whitley, “Paul’s Alley, Barbican, 1695‑1768”,
TBHS 4 (1914‑15): 50‑51; Whitley, The Baptists of London, 112.
[137]
La iglesia de Bedfordshire (en Stevington) soportó una división
cuando se movió de una postura de membresía abierta a una de membresía
cerrada en 1691. Véase H. G. Tibbutt, ed., Some Early Nonconformist
Church Books {trad. no oficial: Algunos Libros de las Primeras Iglesias No–
conformistas} (Bedford: The Bedfordshire Historical Record Society, 1972),
37, 39, 47, 59. El grupo que se separó formó la Iglesia Independiente de
Beds., en Carlton.
[138]
W. T. Whitley, “The Baptist Interest under George I” {trad. no oficial:
“El Capital Bautista durante el Reinado de George I”}, TBHS 2 (1910‑1911):
95‑109. Whitley suplementa el “Evans Manuscript” {“Manuscrito Evans”}
en varios puntos. El Manuscrito Evans está guardado en la
Dr. William’s Library {Biblioteca del Dr. William}, en Londres. Fue un
intento por hacer una lista de “cada congregación presbiteriana,
independiente y bautista en Inglaterra y Gales”, en el período de 1715‑1718.
Un análisis detallado de sus estadísticas se encuentra en Michael Watts,
The Dissenters (Oxford: The Clarendon Press, 1978), 267‑89; y en el
Apéndice, 491‑510. La cita es de Watts, 268.
[139]
Whitley, “Baptist Interest”, 108.
[140]
Watts, Dissenters, 504.
[141]
Watts, Dissenters, 509‑10.
[142]
Watts, Dissenters, 282, 509‑10. J. F. McGregor afirma: “No hay
explicación general de la distribución relativa de las dos alas de los bautistas,
o de la fuerza particular del movimiento en algunas partes, pero no en otras.
Dependía mucho de las buenas cualidades de los evangelistas locales”.
J. F. McGregor, “The Baptists: Fount of All Heresy” {trad. no oficial: “Los
Bautistas: Fuente de Toda Herejía”}, en Radical Religion in the English
Revolution, ed. J. F. McGregor y Barry Reay (Oxford: Oxford University
Press, 1984), 35. La sugerencia de Watts suplementa la de McGregor.
[143]
Watts, Dissenters, 285‑86.
[144]
Véase más adelante.
[145]
1689 Narrative, 19.
[146]
Murdina MacDonald, “London Calvinistic Baptists 1689‑1727:
Tensions Within a Dissenting Community Under Toleration” {trad. no
oficial: “Los Bautistas Calvinistas de Londres, 1689‑1727: Tensiones Dentro
de una Comunidad Disidente Bajo Tolerancia”}, (D.Phil. Thesis {Tesis
Doctoral}, Regent’s Park College, Oxford, 1982), 35.
[147]
Se encuentra una discrepancia entre las listas bajo el encabezado de
“Surry”. En la lista de 1689, el nombre de “Southwark” aparece como la
primera iglesia en ese listado, y está configurada del mismo modo que otras
iglesias que no enviaron un representante, pero no se da un número {de
miembros}. En la lista de 1692, la anotación es la misma, excepto por la
adición del número “88”. Esto parecería indicar que en realidad había
108 iglesias comunicándose con la Asamblea de 1689.
[148]
Joan Parkes, Travel in England in the Seventeenth Century {trad. no
oficial: Viajar en Inglaterra en el Siglo XVII} (Oxford: Oxford University
Press, 1925, reprint {reimpresión}, Westport, Conn.: Greenwood Press,
1970), 185‑224.
[149]
Copson, Northern England, 7.
[150]
Nota de los traductores: El nombre original es Northern Association.
[151]
1689 Narrative, 20; 1692 Narrative, 15. Los Informes Narrativos
de 1690 y 1691 presentan una lista de cinco iglesias de la Asociación del
Norte, en el orden sugerido por estas.
[152]
Petty France Church Minute Book 1675‑1727, The Guildhall Library,
London, 1‑23 del “Catalogue” {“Catálogo”} al inicio del libro. El catálogo
presenta una lista de algunos “fallecidos”, pero ni Nehemías Coxe ni
William Collins figuran bajo esa categoría. Algunos están clasificados como
“expulsados” o “cortados” {de la membresía}. Otros aparecen registrados
con nombres de lugares, al parecer recibidos de —o en camino a— estos,
tales como: Irlanda, Bristol, Theobalds, Porton, Steventon, y
Morton Hinmarsh; todos son lugares con conocidas iglesias bautistas
particulares. Algunas de las mujeres aparecen registradas con cambios de
apellido, evidentemente indicando matrimonio. La gran mayoría de los
nombres fueron manuscritos por la misma persona, coincidiendo con el texto
del libro de la iglesia hasta la página 23, del 20 de enero de 1688. Este es
aproximadamente el tiempo en que murió Nehemías Coxe, y me lleva a
suponer que fue escrito por él hasta este punto. Los nombres mencionados en
el Libro de la Iglesia correspondiente dejaron de ser añadidos a la lista de la
membresía alrededor del mismo tiempo. La lista es probablemente un reflejo
de quienes estaban en la membresía entre 1675‑1688/89, con muchas
entradas y salidas.
[153]
Petty France CMB, 30‑42 (la paginación en el manuscrito es confusa.
La página 30 está marcada como 28, y muchas de las páginas subsiguientes
no están numeradas).
[154]
W. T. Whitley, “London Churches in 1682” {trad. no oficial: “Las
Iglesias de Londres en 1682”}, BQ 1 (1922): 82‑87. El original fue transcrito
a partir del Calendar of State Papers Domestic {trad. no oficial: Archivo de
Documentos Internos del Estado}, Volume 419, Document 55.
[155]
Devonshire Square Church Members Book {trad. no oficial: Libro de
los Miembros de la Iglesia de Devonshire Square}, The Guildhall Library,
London {Londres}. La primera lista tiene una fecha indeterminada, alrededor
de 1660. Por lo menos una, y probablemente más, de las primeras páginas
han sido arrancadas. La segunda lista está fechada al 3 de agosto de 1670. La
tercera fue hecha el 6 de octubre de 1690. Las páginas tienen cuatro
columnas: (1) “Los Nombres de los Hermanos y Hermanas”; (2) “Su lugar de
residencia”; (3) “Sus Llamados y Relaciones”; (4) “Su Condición, si están en
Comunión o no”. El primer par de nombres en esta lista es “Hno. Wm Kiffin
Hna. Sarah su esposa”; y más adelante se anota con respecto a ella: “excluida
de la comunión”. La lista ha recibido adiciones y enmiendas obvias, y es
probable que sea imposible determinar el número exacto de miembros que
había en 1690. Sin embargo, hay un cambio de letra {escritura a mano} en un
momento dado. He considerado esto como el fin de la lista original.
[156]
Devonshire Square Church Members Book, pássim.
[157]
Thomas Crosby, CHEB, 3:4.
[158]
Nota de los traductores: La palabra inglesa que fue traducida como
“alrededor de” aparece escrita con letra inicial minúscula después del punto
en la fuente primaria.
[159]
Nota de los traductores: La expresión original que aquí se traduce
como “nos separamos de ellos” era una medida disciplinaria eclesial que
precedía a la excomunión; la parte que estaba siendo disciplinada todavía
podía retener la membresía. Por tanto, la expresión “nos separamos de ellos y
fueron excomulgados” no debe ser interpretada como un solo evento, sino
como un proceso. El autor trata estos términos más adelante con mayor
especificidad.
[160]
Ernest F. Kevan, London’s Oldest Baptist Church {trad. no oficial: La
Iglesia Bautista Más Antigua de Londres} (London: The Kingsgate
Press,1933), 38‑39.
[161]
Nota de los traductores: La palabra “iglesias” en esta oración debe ser
entendida como locales o edificios de reunión.
[162]
Kevan, Church, 46‑47.
[163]
H. Wheeler Robinson, “Baptist Church Discipline 1689‑1699” {trad.
no oficial: “La Disciplina de la Iglesia Bautista, 1689‑1699”}, BQ 1 (1922):
113‑16.
[164]
Whitley, “London Churches in 1682”, 82.
[165]
Hanserd Knollys, The Life and Death of that Old Disciple of Jesus
Christ, and Eminent Minister of the Gospel, Mr. Hanserd Knollys, who Dyed
in the Ninety Third Year of his Age {trad. no oficial: Vida y Muerte de ese
Viejo Discípulo de Jesucristo, y Eminente Ministro del Evangelio, el
Sr. Hanserd Knollys, quien Murió en el Nonagésimo Tercer Año de su Edad}
(London: John Harris, 1692), página 3 no numerada de “To the Reader”
{“Para el Lector”}. Esta autobiografía fue publicada póstumamente y
completada por William Kiffin.
[166]
Tibbutt, Some Early Nonconformist Church Books, 10‑14. No debe
pensarse que esta cifra refleja la membresía en algún momento específico.
Este es el {promedio} total registrado para ambas décadas. Hubo muchas
entradas y salidas durante esos años. No obstante, esta era una iglesia grande.
[167]
Tibbutt, Nonconformist Church Books, 23‑26. Dos de los nombres
estaban oscuros en el original y no fueron reproducidos en la transcripción,
imposibilitando la determinación del sexo de estas personas.
[168]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 273‑75. Otros
15 miembros fueron “quitados por la lejanía de su residencia” o estaban bajo
disciplina, E. B. Underhill, ed., The Records of A Church of Christ, meeting
in Broadmead, Bristol. 1640‑1687 {trad. no oficial: Los Registros de Una
Iglesia de Cristo, reunida en Broadmead (en Bristol), 1640‑1687} (London:
The Hanserd Knollys Society, 1847), 419.
[169]
Broughton Church Book 1, 1657‑1684 {trad. no oficial: Libro de la
Iglesia de Broughton 1, 1657‑1684}, The Angus Library, Regent’s Park
College, Oxford, 108‑111.
[170]
Bromsgrove Baptist Church, Church Record Book Volume One
1670‑1715 {trad. no oficial: Libro de Registros de la Iglesia Bautista de
Bromsgrove, Volumen Uno, 1670‑1715}, Peter Wortley, Transcriber
{transcriptor}, (Bromsgrove, Worcs.: Bromsgrove Baptist Church and the
Baptist Historical Society {trad. no oficial: Iglesia Bautista de Bromsgrove y
la Sociedad Histórica Bautista}, 1974), 13 (86), 25 (98), 31 (104), 49 (121),
51 (122). El texto mecanografiado no tiene paginación. Los números se
refieren a las páginas del libro original según quedó registrado en el texto
mecanografiado.
[171]
Plymouth (George St.) Church, Manuscript Copy Extracts from
Church Book 1648‑1776 {trad. no oficial: Fragmentos de Copias Manuscritas
del Libro de la Iglesia de Plymouth (en la calle George), 1648‑1776}, The
Angus Library, Regent’s Park College, Oxford, 26.
[172]
Warwick Baptist Church Book 1698‑1760 {trad. no oficial: Libro de
la Iglesia Bautista de Warwick, 1698‑1760}, Warwickshire County Record
Office, 22b. No se hace mención alguna del número de féminas en la
membresía.
[173]
C. B. Jewson, The Baptists in Norfolk {trad. no oficial: Los Bautistas
en Norfolk} (London: The Carey Kingsgate Press, 1957), 38‑39.
[174]
Bridlington Church Book {trad. no oficial: Libro de la Iglesia de
Bridlington}, Public Record Office Microfilm R64‑3019, London, 1.
[175]
Copson, Northern England, 21.
[176]
Watts, The Dissenters, 82.
[177]
J. Barry Vaughn, “Benjamin Keach’s The Gospel Minister’s
Maintenance Vindicated and the Status of Minister’s among Seventeenth
Century Baptists” {trad. no oficial: “La Manutención del Ministro del
Evangelio Vindicada, escrito por Benjamin Keach, y el Estatus de los
Ministros entre los Bautistas del Siglo XVII”}, The Baptist Review of
Theology {trad. no oficial: La Revista Bautista de Teología} 3, no. 1 (Spring
{primavera} 1993): 53‑60. Vaughn da detalles acerca de las ocupaciones de
Keach en la página 56.
[178]
Plymouth Manuscript, 17.
[179]
H. Foreman, “Baptist Provision for Ministerial Education in the
18th Century” {trad. no oficial: “La Provisión Bautista para la Educación
Ministerial en el Siglo XVIII”}, BQ 27 (Oct. 1978): 359. Él extrae esta
información de Hayden, Records of A Church of Christ, 134‑6, 204‑5.
[180]
Raymond Brown, The English Baptists of the 18th Century {trad. no
oficial: Los Bautistas Ingleses del Siglo XVIII} (London: The Baptist
Historical Society, 1986), 10. Kiffin, el mercader, e Isaac Marlow, el joyero
(este último era miembro de la iglesia de Mile End Green [en Londres] y
mensajero a la Asamblea General) ejemplifican las excepciones.
Lawrence Stone ha identificado seis grupos de “estatus” social diferentes en
la Inglaterra del siglo XVII: (1) quienes dependían de la caridad
{beneficencia}, aprendices y criados [15‑20% de la población]; (2) obreros
[agrícolas y urbanos]; (3) granjeros y pequeños agricultores [arrendatarios,
titulares, artesanos, tenderos y pequeños comerciantes]; (4) la pequeña
burguesía [del distrito]; (5) la élite del país [señores, hidalgos, baronetes];
(6) pares del reino. Debería notarse también cuatro “jerarquías ocupacionales
semindependientes”: (A) mercaderes, exportadores a gran escala y
vendedores mayoristas; (B) abogados; (C) el clero [de la iglesia establecida];
y (D) administradores [funcionarios del estado, oficiales del ejército y la
marina, y funcionarios en la casa real]. Lawrence Stone, “Social Mobility in
England, 1500‑1700” {trad. no oficial: “La Movilidad Social en Inglaterra,
1500‑1700”}, en 17th Century England: A Changing Culture {trad. no
oficial: La Inglaterra del Siglo XVII: Una Cultura Cambiante}, vol. 2,
Modern Studies, ed. W. R. Owens (Totowa, N.J.: Barnes & Noble Books,
1980), 8‑9. La mayoría de los miembros de las iglesias bautistas habrían
pertenecido a los tres primeros grupos de estatus social. Las dificultades de
“aquellos que dependían por completo del trabajo asalariado” han sido
descritas por Christopher Hill, “Pottage for Freeborn Englishmen: Attitudes
to Wage Labour” {trad. no oficial: “Potaje para Ingleses Nacidos Libres:
Actitudes hacia el Trabajo Asalariado”} en Change and Continuity in
17th Century England {trad. no oficial: Cambio y Continuidad en la
Inglaterra del Siglo XVII}, revised edition {edición revisada} (New Haven:
Yale University Press, 1991), 223‑231.
[181]
Raymond Brown, English Baptists, 10, sugiere que “el tamaño normal
promedio de las congregaciones bautistas puede no haber excedido los
cincuenta, aunque hubo excepciones impresionantes”. Él no provee
documentación alguna para esta sugerencia.
[182]
Las proporciones de los sexos para la población general en 1696 ha
sido estimada en 77 hombres por cada 100 mujeres en Londres, 88 hombres
por cada 100 mujeres en otras ciudades y pueblos, y 101 hombres por cada
100 mujeres en aldeas y caseríos. Véase John Caffyn, Sussex Believers:
Baptist Marriage in the 17th and 18th Centuries {trad. no oficial: Los
Creyentes de Sussex: El Matrimonio Bautista en los Siglos XVII y XVIII}
(Worthing, West Sussex: Churchman Publishing, 1988), 167. Caffyn depende
del uso que hace Roger Thompson de las estadísticas de finales del
siglo XVII, dadas a conocer por Gregory King. Roger Thompson, Women in
Stuart England and America: A Comparative Study {trad. no oficial: Las
Mujeres en la Inglaterra de Stuart y en Norteamérica: Un Estudio
Comparativo} (London: Routledge & Kegan Paul, 1974), 31. Roy Porter,
English Society in the Eighteenth Century {trad. no oficial: La Sociedad
Inglesa en el Siglo XVIII}, rev. ed. {ed. rev.}, (New York: Penguin Books,
1990), 48, 71, considera que algunas estadísticas referidas por King se
quedan muy por debajo de la realidad.
[183]
B. R. White, “The Doctrine of the Church in the Particular Baptist
Confession of 1644”, Journal of Theological Studies, n.s. {nueva serie}, 19,
pt. 2 (Oct. 1968): 581.
[184]
White, “Doctrine”, 572.
[185]
A nivel Confesional, las declaraciones eclesiológicas tienen una
similitud intencional. A nivel práctico, había semejanzas significativas
también, al menos entre los bautistas particulares y los congregacionalistas.
Un escritor ha identificado cuatro características de las iglesias
congregacionales en su período de formación: separación del mundo,
compañerismo entre los creyentes, libertad de la coacción externa, y aptitud
{ser apto} para la membresía mediante la santidad. Todos estos rasgos
pueden encontrarse activos en las iglesias bautistas particulares. Véase
Nuttall, Visible Saints.
[186]
Waldron, Modern Exposition, 312‑330.
[187]
A Confession of Faith, 85‑87.
[188]
Waldron, Modern Exposition, 313‑14.
[189]
Para encontrar un examen de la relación que existe entre la escatología
de Lutero y la de algunos bautistas particulares, véase Frank Engehausen,
“Luther und die Wunderzeichen: Eine englische Übersetzung der
Adventspostille im Jahr 1661” {trad. no oficial: “Lutero y las Señales
Milagrosas: Una Traducción inglesa de la Postila de Adviento del Año
1661”}, Archive für Reformationsgeschicte {trad. no oficial: Archivo de
Historia de la Reforma} 84 (1993): 276‑288.
[190]
Benjamin Keach, Preaching from the Types and Metaphors of the
Bible {trad. no oficial: La Predicación sobre los Tipos y las Metáforas de la
Biblia} (Grand Rapids: Kregel Publications, 1972), 687.
[191]
Hanserd Knollys, An Exposition of the first Chapter of the Song of
Solomon {trad. no oficial: Exposición del primer Capítulo del Cantar de los
Cantares de Salomón} (London: W. Godeid, 1656), 20‑21.
[192]
La premisa de algunos de sus escritos polémicos en contra de las
iglesias anglicanas y romanas era que había verdaderos cristianos allí que
necesitaban ver el error de sus caminos y salir de las iglesias falsas para
unirse a las auténticas. Hanserd Knollys escribió “al Pueblo de Dios a salir de
la Babilonia Mística, y a Separarse de la Iglesia de Roma”, Mystical Babylon
Unvailed {trad. no oficial: La Babilonia Mística Develada} (n.p. {sin
editorial}, 1679), 27 (véase 25‑30), el énfasis es suyo; Hércules Collins,
Some Reasons for Separation from the Communion of the Church of England
{trad. no oficial: Algunas Razones a favor de la Separación de la Comunión
de la Iglesia de Inglaterra} (London: John How, 1682), 24.
[193]
Ejemplos notables son: Collins, Some Reasons for Separation;
Knollys, Mystical Babylon Unvailed; y T[homas] D[eLaune], The Image of
the Beast, Shewing, by a Parallel Scheme, what a Conformist the Church of
Rome is to the Pagan, and what a Nonconformist to the Christian Church, in
I’ts [sic.] Rites, Service and Ceremonys, the better to Exemplify the True and
False Church {trad. no oficial: La Imagen de la Bestia, Mostrando, mediante
un Esquema Paralelo, cuán Conformista es la Iglesia de Roma con lo
Pagano, y cuán No–conformista es con la Iglesia Cristiana, en Sus Ritos,
Culto y Ceremonias, para Ejemplificar mejor la Iglesia Verdadera y la
Falsa} (n.p. {sin editorial}, 1684).
[194]
DeLaune, Image, 1; Knollys, Mystical Babylon Unvailed, 5.
[195]
Knollys, Mystical Babylon Unvailed, 13.
[196]
Knollys, Mystical Babylon Unvailed, 22.
[197]
Knollys, Song of Solomon, 15‑16.
[198]
D[eLaune], The Image of the Beast, 1‑6.
[199]
Para encontrar un ejemplo de la importancia de la justificación por la
fe en la teología bautista particular, véase Henry Coleman, Actual
Justification Rightly Stated {trad. no oficial: La Justificación Real
Correctamente Afirmada} (London: B. Harris, 1696). Al parecer, el extenso
prefacio del libro fue escrito por Benjamin Keach, Crosby, CHEB, 4:314.
Allí, Keach afirma la importancia de la doctrina ortodoxa y puritana de la
justificación sostenida por “el Dr. Owen, el Dr. Goodwin y muchos otros
Reverendos y Teólogos Ortodoxos, que dicen lo mismo que nosotros”,
Coleman, Actual Justification, 11. Él, además, recuerda a sus lectores que los
bautistas suscribieron una posición ortodoxa acerca de la justificación cuando
el asunto fue analizado en la Asamblea General de 1689. Véase
1689 Narrative, 14.
[200]
Collins, Some Reasons for Separation, 3‑24.
[201]
Nota de los traductores: El nombre original es Western Association,
también conocida como Bristol Association {Asociación de Bristol}.
[202]
White, ARPB, 61-62.
[203]
Nota de los traductores: El nombre original es Abingdon Association.
[204]
White, ARPB, 169.
[205]
A Confession of Faith, 89.
[206]
A Confession of Faith, 87-88.
[207]
Collins, Some Reasons for Separation, 4. Cf. William H. Gould, ed.,
The Works of John Owen {trad. no oficial: Las Obras de John Owen}
(Edinburgh: The Banner of Truth Trust, 1965), 15:479. La edición de El
Estandarte de la Verdad dice: “Holy Band” en lugar de “Holy Bond”
{“Vínculo Santo”}. La última frase parece encajar con mejor precisión en el
contexto de la declaración.
[208]
Nota de los traductores: conforme a la Institución del Evangelio —
también puede traducirse: conforme a lo Establecido o Instituido en el
Evangelio, o conforme al Estatuto del Evangelio. Lo mismo puede aplicarse
frases como conforme a la Institución de Cristo, etc.
[209]
Benjamin Keach, The Glory of a True Church, and its Discipline
display’d {trad. no oficial: La Gloria de una Iglesia Verdadera, y su
Disciplina Exhibida} (London: n.p. {sin editorial}, 1697), 5‑6.
[210]
Véase más adelante.
[211]
Hanserd Knollys, The Parable of the Kingdom of Heaven Expounded
(London: Benjamin Harris, 1674), 5‑6.
[212]
Devonshire Square CMB, 59.
[213]
Nota de los traductores: regular —en este contexto significa ajustado
y conforme a regla.
[214]
Benjamin Keach, Exposition of the Parables: Series Two (Grand
Rapids: Kregel, 1991), 32.
[215]
Véase el capítulo 5, más adelante, para encontrar un breve examen de
esta práctica.
[216]
Benjamin Keach, A Counter–Antidote to purge out the Malignant
Effects of a Late Counterfeit prepared by Mr. Gyles Shute (London: H.
Bernard, 1694), 53‑54.
[217]
Knollys, The World that Now is, 96‑97.
[218]
B. R. White, “Open and Closed Membership among English and
Welsh Baptists”, BQ 24, no. 7 (July {julio} 1972): 330‑334, 341.
[219]
A Confession of Faith, 137-38.
[220]
Broadmead (en Bristol) era indiscutiblemente una iglesia con
membresía abierta. Lo más probable es que Plymouth y Stevington también
lo fueran. La iglesia de Plymouth unánimemente llamó a un paidobautista,
Robert Brown, al ministerio en 1687. Esto no podía ocurrir en una iglesia de
membresía cerrada. Además, la presencia de Samuel Buttall, antiguo
miembro de la iglesia de membresía abierta en Londres que anteriormente
estaba bajo el ministerio de Henry Jessey, sugiere que practicaban la
membresía abierta. Véase Plymouth (George St.) Church, Manuscript Copy
Extracts from Church Book 1648‑1776 {trad. no oficial: Fragmentos de
Copias Manuscritas del Libro de la Iglesia de Plymouth (en la calle George),
1648‑1776}, The Angus Library, Regent’s Park College, Oxford, 13, 26. La
iglesia de Stevington resistió una división cuando “cambiaron sus juicios {su
parecer} acerca de la práctica del bautismo”, al parecer en los primeros años
de la década de 1690 (aunque pudo haber sido tan temprano como 1688).
Ellos adoptaron una postura de membresía cerrada. Véase Tibbutt, Some
Early Nonconformist Church Books, 36, 37, 59.
[221]
Se puede encontrar muestras de varios pactos de iglesias bautistas del
siglo XVII en Timothy y Denise George, ed., Baptist Confessions, Covenants
and Catechisms {trad. no oficial: Confesiones, Pactos y Catecismos
Bautistas} (Nashville: Broadman & Holman, 1996), 173‑183.
[222]
Nota de los traductores: El título original es A Treatise Concerning the
Lawful Subject of Baptisme.
[223]
J[ohn] S[pilsbery], A Treatise Concerning the Lawful Subject of
Baptisme (London: n.p. {sin editorial}, 1643), 41.
[224]
Keach, The Glory of a True Church, 7.
[225]
Keach, The Glory of a True Church, 71‑74. La iglesia de White Street
fue constituida con este pacto el 5 de junio de 1696. Había sido “adoptada”
por Keach, y su primer pastor fue Richard Robbins. Véase W. T. Whitley,
The Baptists of London 1612‑1928 (London: The Kingsgate Press, n.d. {sin
fecha}), 124. La Iglesia de Bromsgrove (en Worcs.) también usó un pacto
para los miembros. Bromsgrove Baptist Church, Church Record Book
Volume One 1670-1715, Peter Wortley, transcriber {transcriptor},
(Bromsgrove: Bromsgrove Baptist Church and the Baptist Historical Society,
1974), 5‑10.
[226]
Hanserd Knollys, A Moderate Answer unto Dr. Bastwicks Book, 20.
[227]
Esta frase se usó en la portada como un resumen de uno de los
“pormenores” tratados en el libro. Véase Spilsbery, A Treatise Concerning
the Lawful Subjects, 40‑43.
[228]
Knollys defendió la nueva práctica del bautismo al argumentar que el
mandamiento de Cristo en la Escritura, especialmente Mateo 28:18‑20,
proveía justificación suficiente para que oficiales de la iglesia debidamente
ordenados y/o hermanos dotados reconocidos sirvieran como administradores
del bautismo. Véase Hanserd Knollys, The Shining of a Flaming fire in Zion
(London: Jane Coe, 1646), 12‑14. Knollys no consideraba que el bautismo
formara parte de la esencia de la iglesia. Véase Hanserd Knollys, The World
that Now is, 96‑97.
[229]
Knollys, The World that Now is, 48‑50.
[230]
Aproximadamente 7 millas {alrededor de 11 kilómetros}.
[231]
Bampton Church Book 1690‑1825 {trad. no oficial: Libro de la Iglesia
de Bampton, 1690‑1825}, The Angus Library, Regent’s Park College,
Oxford, 2. De los hombres listados, todos excepto Stone y Dunsford habían
estado presentes en la Asamblea General de 1689. John Ball, uno de los
miembros fundadores de Bampton, representó a Tiverton en aquella reunión,
1689 Narrative, 19, 20, 24. El nombre de Ball es el primero entre los
miembros masculinos listados en el libro de la iglesia, y fue nominado para
servir como anciano gobernante el día 23 del mismo mes, Bampton CB, 3, 5.
[232]
Bampton CB, 1. El prefacio es una sola oración excepcionalmente
larga.
[233]
Bridlington Church Book, Public Record Office Microfilm R64‑3019,
The Public Record Office, London, 1.
[234]
Los ancianos y observadores fueron Edward Man, John Scott,
Richard Baxter, George Barrett, y el principal némesis de Keach: Isaac
Marlow. Todos habían formado parte de las Asambleas Generales. Maze
Pond Church Book 1691‑1708, The Angus Library, Regent’s Park College,
Oxford, 3, 91‑92; 1689 Narrative, 22, 24; 1692 Narrative, 18. Este
Richard Baxter no debe ser confundido con el famoso paidobautista con el
mismo nombre.
[235]
Maze Pond CMB, 9.
[236]
Broughton Baptist Church Collection Manuscript B 5/2 {trad. no
oficial: Manuscrito B 5/2 de la Colección de la Iglesia Bautista de
Broughton}, The Angus Library, Regent’s Park College, Oxford. Puede
encontrarse una breve mención de este manuscrito y del acto que describe en
Arthur Tucker, “Porton Baptist Church, 1655‑85” {trad. no oficial: “Iglesia
Bautista de Porton, 1655‑1685”}, TBHS 1 (1908‑1909): 60. “Sarum” era el
nombre Romano de Salisbury.
[237]
Petty France CMB, 3, 4 y pássim.; Devonshire Square CMB, 69;
Tibbutt, Some Early Nonconformist Church Books, 29.
[238]
Devonshire Square CMB, 26; Broughton CB1, 21; White ARPB, 185;
Benjamin Keach, An Answer to Mr. Marlow’s Appendix {trad. no oficial:
Respuesta al Apéndice del Sr. Marlow} (London: John Hancock, 1691), 33.
[239]
Tibbutt, Some Early Nonconformist Church Books, 27, 29, 33-34;
Keach, The Glory of a True Church, 6, 16‑17.
[240]
Petty France CMB, 6; Hayden, The Records of a Church of Christ,
216; Keach, The Glory of a True Church, 6, 17.
[241]
Knollys, A Moderate Answer, 16; Hayden, The Records of a Church of
Christ, 139; Warwick Baptist Church Book 1698‑1760, Warwickshire
County Record Office, Warwick, 4.
[242]
Devonshire Square CMB, 51, 63; Hayden, The Records of a Church of
Christ, 216.
[243]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 139; Tibbutt, Some Early
Nonconformist Church Books, 39; Keach, The Glory of a True Church, 18.
[244]
Petty France CMB, 7, y pássim.; Tibbutt, Some Early Nonconformist
Church Books, 15, 26.
[245]
Petty France CMB, 32 (paginada por error como 30).
[246]
Petty France CMB, página 42, no numerada.
[247]
Petty France CMB, 3, 4, 30 (paginada por error como 28);
Devonshire Square CMB, 69.
[248]
Petty France CMB, 10, 27 (paginada por error como 24);
Bagnio/Cripplegate CMB, página no numerada frente a la página 13;
Devonshire Square CMB, 26, 49, 59.
[249]
Devonshire Square CMB, 29.
[250]
Petty France CMB, 1. Acerca de Palmer y la de iglesia de
Pinners’ Hall, véase Walter Wilson, The History and Antiquities of
Dissenting Churches and Meeting Houses, in London, Westminster and
Southwark {trad. no oficial: La Historia y las Antigüedades de las Iglesias
Disidentes y las Casas de Reunión, en Londres, Westminster y Southwark}
(London: For the Author, 1808), 2:256‑258.
[251]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 186. El pastor de la
iglesia de Londres era Thomas Vincent. La carta sugiere que la iglesia
“presbiteriana” admitía miembros “1. Tras indagar sobre el Conocimiento de
Dios y la Doctrina de la Salvación que tenían las partes {interesadas}. 2. Tras
indagar sobre la Obra de la Gracia en sus Corazones. 3. Tras indagar sobre
una Conducta Buena e intachable”. Quien escribió la carta dice que esto era
“como nosotros hacemos”, énfasis en el original.
[252]
Tibbutt, Some Early Nonconformist Church Books, 26.
[253]
Petty France CMB, página 40, no marcada; véase también Keach, The
Glory of a True Church, 18; Tibbutt, Some Early Nonconformist Church
Books, 17; Maze Pond CMB, 152.
[254]
Tibbutt, Some Early Nonconformist Church Books, 26. Buttall
representó a Plymouth en la Asamblea de 1689, y luego se convirtió en su
pastor; y Hardcastle llegó a ser el pastor de Broadmead (en Bristol).
[255]
Keach, The Glory of a True Church, 11‑15.
[256]
Keach, Preaching from the Types and Metaphors of the Bible (Grand
Rapids: Kregel, 1972), 712‑714.
[257] A Confession of Faith, 91‑92, énfasis en el original. El
procedimiento formal para invocar la disciplina de la iglesia es analizado en
el capítulo 3, que trata el Gobierno de la Iglesia.
[258]
Knollys, The World That Now is, 98‑99. Él argumentó primariamente
partiendo de los casos de las siete iglesias de Asia Menor en Apocalipsis 2
y 3.
[259]
Keach, The Glory of a True Church, 21‑25.
[260]
Tibbutt, Some Early Nonconformist Church Books, 15; Bampton
CMB, 6.
[261]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 188, 191, 226; Tibbutt,
Some Early Nonconformist Church Books, 29, 33; Warwick CMB, 1.
[262]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 217‑18; Tibbutt, Some
Early Nonconformist Church Books, 16, 28; Petty France CMB, 8.
[263]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 214, 217; Tibbutt, Some
Early Nonconformist Church Books, 15; Devonshire Square CMB, 22; Petty
France CMB, 9.
[264]
Devonshire Square CMB, 21; Petty France CMB, 1; Broughton
CB1, 52.
[265]
Devonshire Square CMB, 22, 35; Bagnio/Cripplegate CMB, 4, 6, 11;
Hayden, The Records of a Church of Christ, 190‑91.
[266]
Petty France CMB, 22, 28 (paginada por error como 26); Warwick
CMB, 4‑5; Maze Pond CMB, 116.
[267]
Devonshire Square CMB, 29; Tibbutt, Some Early Nonconformist
Church Books, 16, 28; Hayden, The Records of a Church of Christ, 226.
[268]
Tibbutt, Some Early Nonconformist Church Books, 14.
[269]
Devonshire Square CMB, 29.
[270]
Petty France CMB, 3, 8‑9, 16‑17, 20; Bagnio/Cripplegate CMB, 11.
[271]
Devonshire Square CMB, 23; Petty France CMB, 9; Broughton
CB1, 23; Bagnio/Cripplegate CMB, 2, 7; Tibbutt, Some Early Nonconformist
Church Books, 35.
[272]
Petty France CMB, 12; Hayden, The Records of a Church of
Christ, 129, 187, 192, 194, 196‑97, 201; Tibbutt, Some Early Nonconformist
Church Books, 15.
[273]
Devonshire Square CMB, 19; Petty France CMB, 1;
Bagnio/Cripplegate CMB, 3.
[274]
Petty France CMB, 2; Broughton CB1, 55, 62; Tibbutt, Some Early
Nonconformist Church Books, 16; Maze Pond CMB, 112, donde una mujer
fue amonestada por “estar en la Aspersión de un Niño(a) como Madrina”.
[275]
Devonshire Square CMB, 57; Petty France CMB, 2, 11; Tibbutt, Some
Early Nonconformist Church Books, 25; Hayden, The Records of a Church of
Christ, 112‑13.
[276]
Bagnio/Cripplegate CMB, 8, donde un miembro fue expulsado por
sostener puntos de vista arrianos de la persona de Cristo.
[277]
Petty France CMB, 1; Broughton CB1, 44; Tibbutt, Some Early
Nonconformist Church Books, 36.
[278]
Petty France CMB, 18; E. B. Underhill, Records of the Churches of
Christ, Gathered at Fenstanton, Warboys, and Hexham. 1644‑1720 {trad. no
oficial: Registros de las Iglesias de Cristo, Reunidas en Fenstanton, Warboys
y Hexham. 1644‑1720} (London: The Hanserd Knollys Society, 1854), 297;
Hayden, Records of A Church of Christ, 193.
[279]
Petty France CMB, 4; Tibbutt, Some Early Nonconformist Church
Books, 30; Bampton CMB, 6.
[280]
Petty France CMB, 2, 4, 5, 12, página 23, no numerada.
[281]
H. Wheeler Robinson, “Baptist Church Discipline 1689‑1699”, BQ 1
(1922): 112.
[282]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 56.
[283]
Cf. Christopher Hill, “Puritans and ‘the Dark Corners of the Land’”
{trad. no oficial: “Los Puritanos y ‘Los Rincones Oscuros de la Tierra’”}, en
Change and Continuity in 17th–Century England, rev. ed. {ed. rev.} (New
Haven: Yale University Press, 1991), 3‑47. Hill demuestra que la
propagación del Evangelio (y sus influencias acompañantes) era un interés
significativo entre los líderes puritanos en la primera mitad del siglo XVII.
[284]
Tomado de Ilston Church Book {trad. no oficial: Libro de la Iglesia de
Ilston} por B. R. White, “John Miles and the Structures of the Calvinistic
Baptist Mission to South Wales, 1649‑1660” {trad. no oficial: “John Miles y
las Estructuras de la Misión Bautista Calvinista a Gales de Sur, 1649‑1660”},
en Mansel John, ed., Welsh Baptist Studies {trad. no oficial: Estudios
Bautistas Galeses} (Llandysul: The South Wales Baptist College, 1976), 36;
véase también Henry Melville King, Rev. John Myles and the Founding of
the First Baptist Church in Massachusetts {trad. no oficial: El Rev. John
Myles y la Fundación de la Primera Iglesia Bautista en Massachusetts}
(Providence, R.I.: Preston & Rounds, Co. 1905); Joshua Thomas, “The
Histories of Four Welsh Baptist Churches c. 1633‑1770” {trad. no oficial:
“Las Historias de Cuatro Iglesias Bautistas Galesas, aprox. 1633‑1770”}, en
Carroll C. y Willard A. Ramsey, The American Baptist Heritage in Wales
{trad. no oficial: La Herencia Bautista Estadounidense en Gales} (Gallatin,
Tenn.: Church History Research and Archives, 1976), 40‑66.
[285]
White, “John Miles”, 37.
[286]
O sea, asociación.
[287]
White, “John Miles”, 40; White, ARPB, 3-4.
[288]
White, “John Miles”, 36.
[289]
Ernest A. Payne, “Thomas Tillam”, BQ 17:2, (April {abril} 1957):
61‑66; David Douglas, History of the Baptist Churches in the North of
England, from 1648 to 1845 {trad. no oficial: Historia de las Iglesias
Bautistas del Norte de Inglaterra, desde 1648 hasta 1845} (London:
Houlston and Stoneman, 1846), 8‑69; Underhill, Hexham Records, 289‑96.
Tillam usó la frase “rincón oscuro” en la primera entrada de los registros de
Hexam; y la iglesia, en una carta enviada a la asamblea de Knollys en
Londres, usó la frase completa cinco meses más tarde, 289, 304.
[290]
Underhill, Hexham Records, 304; Payne, “Thomas Tillam”, 61. De la
“Comisión”, véase Hill, “Puritans and the Dark Corners”, 32-44.
[291]
Underhill, Hexham Records, 289.
[292]
[Benjamin Keach], The Gospel Minister’s Maintenance Vindicated
{trad. no oficial: La Manutención del Ministro del Evangelio Vindicada}
(London: John Harris, 1689), 92‑96; cf. Keach, Parables: Series Two,
362‑63, donde él asemejó los ministros a “los plantadores”, cuyo fruto ha de
ser “plantado en una iglesia visible de Cristo”.
[293]
Bromsgrove CB, 51.
[294]
W. T. Whitley, Baptists of North–West England, 1649‑1913 {trad. no
oficial: Los Bautistas del Noroeste de Inglaterra, 1649‑1913} (London: The
Kingsgate Press, 1913). 76. Véase también Frederick Overend, History of the
Ebenezer Baptist Church, Bacup {trad. no oficial: Historia de la Iglesia
Bautista Ebenezer en Bacup} (London: The Kingsgate Press, 1912), 71.
[295]
1689 Narrative, 12.
[296]
1690 Narrative, 4‑5, énfasis en el original.
[297]
MacDonald, “London Calvinistic Baptists 1689‑1727”, 42.
[298]
En la 1689 Narrative, este punto es explícito. Ellos lloraron el
descuido financiero de los ministros, quienes debían estar “tan incumbidos de
los Afanes Mundanales, que no pueden cumplir con los Deberes de su Santo
Llamado, de predicar el Evangelio...”. 1689 Narrative, 5.
[299]
Haykin, Kiffin, Knollys and Keach, 38.
[300]
Hywel Jones, reseña de Kiffin, Knollys and Keach—Rediscovering
Our English Baptist Heritage por Michael A. G. Haykin, en The Banner of
Truth 401 (February {febrero} 1997): 32.
[301]
Poh Boon Sing, The Keys of the Kingdom: A Study of the Biblical
Form of Church Government {trad. no oficial: Las Llaves del Reino: Un
Estudio de la Forma Bíblica de Gobierno de la Iglesia} (Kuala Lumpur:
Good News Enterprises, 1995), 16‑29.
[302]
Poh, Keys, 22-26.
[303]
Poh, Keys, para encontrar otros ejemplos, véase: Collins, Some
Reasons for Separation, 4; Benjamin Keach, A Counter Antidote to Purge out
the Malignant Effects of a Late Counterfeit, Prepared by Mr. Gyles Shute
(London: Printed for H. Bernard, at the Bible in the Poultry, 1694), 16, 18,
53; Nuttall, Visible Saints, 42, citando a Matthias Maurice.
[304]
El texto erróneamente dice “r” en lugar de “p”.
[305]
A Confession of Faith, 87-89.
[306]
Poh, Keys, 89.
[307]
Waldron, Modern Exposition, 319‑326.
[308]
Poh, Keys, 89, énfasis suyo.
[309]
Poh, Keys, 26.
[310]
Poh, Keys, 256.
[311]
Poh, Keys, 25, 151, 257.
[312]
Poh, Keys, 25.
[313]
Véase el capítulo 1, anteriormente.
[314]
Poh, Keys, 239; The Works of John Owen, 16:40.
[315]
Poh, Keys, 253-54.
[316]
Poh, Keys, 239.
[317]
Poh, Keys, 264.
[318]
Poh, Keys, 240, énfasis suyo.
[319]
Poh, Keys, énfasis suyo.
[320]
A Confession of Faith, 89. Este párrafo es idéntico al artículo IX de la
Plataforma de Gobierno de Saboya, excepto por los oficiales que se nombran
justo al final.
[321]
Knollys, Moderate Answer, 1.
[322]
Cotton, The Keys of the Kingdom of Heaven {trad. no oficial: Las
Llaves del Reino de los Cielos}, había sido publicado en Londres en 1644,
con un prefacio recomendatorio escrito por Thomas Goodwin y Philip Nye.
Cf. Larzer Ziff, ed., John Cotton on the Churches of New England
(Cambridge, Mass.: The Belknap Press, 1968), 27. La obra de Cotton fue tan
persuasiva que convenció a John Owen a adoptar la forma de gobierno
independiente. Owen escribió: “Profesé ser del juicio presbiteriano, contrario
a la confusión democrática; y, de hecho, aún lo hago, y también lo hacen
todos los hombres congregacionalistas en Inglaterra que conozco [...] Me
dediqué a inquirir seriamente en las controversias calurosamente agitadas por
ese entonces en estas naciones [...] Me fijé en una [...] el libro del Sr. Cotton
de las Llaves [...] Se me impuso en cuanto a recibir ese y aquellos principios
a los cuales yo había pensado estar completamente opuesto”. Owen, A
Review of the True Nature of Schism, with a Vindication of the
Congregational Churches in England from the Imputation Thereof {trad. no
oficial: Una Revisión de la Verdadera Naturaleza del Cisma, con una
Vindicación de las Iglesias Congregacionalistas en Inglaterra de Dicha
Imputación}, en Works, 13:223.
[323]
Knollys, Moderate Answer, (no numerada) 2.
[324]
Knollys, Moderate Answer, 11.
[325]
Knollys, Moderate Answer, 11.
[326]
Knollys, Moderate Answer, 7, 13, 16. Bastwick había argumentado
que “los Presbíteros solos, sin el consentimiento de los Hermanos, podían
admitir miembros y expulsar miembros, y que los Hermanos o la
congregación no tenía nada que hacer para impedir cualquiera de estas
cosas”, según Knollys lo cita, 17.
[327]
Hanserd Knollys, The World that Now is; And The World that is to
Come (London: Tho. Snowden, 1681).
[328]
Knollys, The World that Now is, 44‑45, 50‑51. Véase el análisis más
adelante.
[329]
Nota de los traductores: “Las Iglesias [...] no son Nacionales, sino
Políticas” —Más adelante, una cita de Benjamin Keach aclara este lenguaje.
[330]
Knollys, The World that Now is, 45.
[331]
Knollys, The World that Now is, 50‑54.
[332]
Knollys, The World that Now is, 56‑7. Más adelante en el libro, él
presta especial atención a su convicción de que la iglesia en cada ciudad
debía escoger a uno de los ancianos de las iglesias para que tuviera
“Prioridad, Presidencia y Preeminencia”, ¡sobre los demás ancianos!, cuando
escribió: “Quiero decir y tengo en mente a cualquiera de los Obispos,
Pastores, Maestros, Presbíteros, o Ancianos, que son o serán designados,
ordenados, y puestos sobre ellos como Obispo Principal o Presbítero de la
Iglesia en cualquier Ciudad y Aldeas adyacentes por el Consenso,
Aprobación y Elección del resto, quien para bien del Orden en el Gobierno
del Evangelio, tiene Prioridad, Preeminencia y Autoridad sobre el resto de los
Presbíteros u Obispos de la misma Iglesia; no solo, ni sin ellos, sino cuando
esté Reunido con ellos, para Actuar, Regir, Guiar, Ordenar y Gobernar con el
Consentimiento, Sufragio y Ayuda de ellos, conforme a las Leyes del Señor
Jesucristo, las Constituciones y Mandamientos, la Práctica y Ejemplo de sus
Santos Apóstoles: Hch. 15:2, 6, 19, 22”, 68‑69 (véase 55‑69). No puedo
encontrar indicio alguno de que tal punto de vista haya sido puesto en
práctica alguna vez.
[333]
Nehemiah {Nehemías} Coxe, A Sermon Preached at the Ordination of
an Elder and Deacons in a Baptized Congregation in London (London:
Tho. Fabian, 1681), 27.
[334]
Cox, Sermon, 33‑4.
[335]
Keach, Parables: Series Two, 196. El material de Goodwin en el que
Keach se basa puede encontrarse en The Works of Thomas Goodwin, vol. 11,
The Government and Discipline of the Churches of Christ {trad. no oficial: El
Gobierno y la Disciplina de las Iglesias de Cristo} (Eureka, Calif.: Tanski
Publications, 1996 reprint {reimpresión de 1996}), 495.
[336]
Brown, English Baptists, 46 7. Marlow era un mordaz y abierto
oponente de Keach en la controversia del canto de himnos, y probablemente
escribió más que nadie, aparte de Keach, acerca de ese tema.
[337]
Crosby, CHEB, 4:203, énfasis suyo.
[338]
Crosby, CHEB, 4:203-04.
[339]
Véase el capítulo 4, Los Oficiales de la Iglesia, más adelante.
[340]
Benjamin Keach, The Glory of a True Church, And its Discipline
display’d (London: n.p. {sin editorial}, 1697), 19‑21.
[341]
Keach, Glory, 27-28, énfasis suyo. La solemnidad del acto es evidente
por las palabras pronunciadas.
[342]
Keach, Glory, 38, énfasis suyo. Keach está citando a un autor
anónimo.
[343]
Keach, Glory, 21.
[344]
A Confession of Faith, 86-89.
[345]
Owen, Works, 15:500‑‑501, énfasis suyo.
[346]
Owen, Works, 16:36, 37, 39, 131, 138, énfasis suyo.
[347]
Owen, Works, 16:136‑37.
[348]
La trayectoria de Eckells está resumida en Ivimey, HEB, II:594‑96.
Para Tombes, véase BDBR, s.v. {bajo la entrada que corresponde a}
“Tombes, John”, por T. L. Underwood.
[349]
Nota de los traductores: Léase “En el vigésimo primer día del séptimo
mes”. En la grafía original no hay espacio entre “21er.” y “día”, ni entre
“7mo.” y “mes”.
[350]
Bromsgrove CB, 17. Las páginas mecanografiadas no están
numeradas, y frecuentemente incluyen más de una página del libro original.
La página 17 se refiere a la paginación original.
[351]
Bromsgrove CB. Según el texto mecanografiado, la paginación
original se reinicia en este punto, comenzando por el número 1 (en realidad
es la página 74).
[352]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 121.
[353]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 128, 126, 130, 173,
134‑36.
[354]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 128, énfasis suyo.
[355]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 128‑29. En 1679, justo
antes de la llegada de su nuevo pastor, los ancianos gobernantes oficiaron en
varios casos de disciplina, y dieron la bienvenida a un nuevo miembro,
cf. 213‑218.
[356]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 188, 192, 196, 201, 226.
En una reunión celebrada en febrero de 1677/78, el pastor dictó una sentencia
de separación {distanciamiento del ofensor}, mientras que, en un caso
diferente en la misma reunión, un anciano gobernante dictó la sentencia,
196‑97.
[357]
Bagnio/Cripplegate CMB, página no numerada frente a la página 2.
Las actas de 1689‑1699 han sido reimpresas en H. Wheeler Robinson, ed.
“Baptist Church Discipline 1689‑1699!”, BQ 1 (1922): 112‑28; 179‑85. El
Libro de la Iglesia manuscrito está mal titulado porque las anotaciones están
cronológicamente mezcladas, la primera anotación fechada comienza
en 1695.
[358]
No hay indicio alguno en el Registro de Actas de la Iglesia de que la
iglesia haya reconocido ancianos gobernantes.
[359]
Bagnio/Cripplegate CMB, 12.
[360]
Bagnio/Cripplegate CMB, página no numerada frente a la página 13.
En casos de emergencia, los diáconos eran libres para actuar, “aunque sea
viable, los Diáconos deberían informar y aconsejarse con los Hermanos en su
próxima reunión acerca de los asuntos de la iglesia”.
[361]
En 1680, la Iglesia de Broadmead (en Bristol) designó a dos diáconos
para recibir colectas “no solo para los Pobres, sino para cualquier otro Uso
para el Bien de la Congregación”, estipulando que “ellos no deben
desembolsarlo sin el Consentimiento de la Iglesia, al menos de los
Ancianos”. Hayden, The Records of A Church of Christ, 225.
[362]
Maze Pond CMB, 91. El libro de la iglesia realmente comienza con los
sucesos que condujeron a la separación de Keach en 1691.
[363]
Maze Pond CMB, 115.
[364]
Bagnio/Cripplegate CMB, 22.
[365]
Bagnio/Cripplegate CMB, 25.
[366]
Devonshire Square CMB, 159.
[367]
Bampton CMB, 36.
[368]
Stephen L. Copson, Association Life of the Particular Baptists of
Northern England 1699‑1732 {trad. no oficial: La Vida Asociativa de los
Bautistas Particulares en Inglaterra del Norte 1699‑1732} (London: The
Baptist Historical Society, 1991), 84. I Cor. 3 solo tiene 23 versículos.
[369]
Las iglesias de Broadmead (en Bristol), Bromsgrove (en Worcs.),
Bagnio/Cripplegate (en Londres), han sido todas mencionadas anteriormente.
Keach abogó por “que un día mensual sea designado para la Disciplina [...]
aunque en las Congregaciones pequeñas tal vez un día cada dos o tres Meses
puede ser suficiente”. Keach, The Glory of a True Church, 19‑20. Por lo
general, Devonshire Square (en Londres) siguió un patrón de una reunión
cada cuatro semanas, de 1701‑1705. Devonshire Square CMB, 25‑131. Le
llaman “reunión mensual” aunque algunos meses tuvieron dos reuniones (una
en los primeros días y la otra en los últimos días del calendario), mientras que
en otros meses (por haber tenido dos el mes anterior) no tenían ninguna, 55.
[370]
Petty France CMB, pássim. Por ejemplo, el Libro de la Iglesia registra
que en 1679 (de enero a enero, por el calendario moderno), en un año típico,
la iglesia se reunió el: 26 de enero; el 9 de febrero; el 2 y el 23 de marzo;
el 13, 20 y 27 de abril; el 4, 11 y 25 de mayo; el 15 y el 22 de junio; el 6 y
el 27 de julio; el 3, 10 y 31 de agosto; el 7, 21, y 28 de septiembre; el 12 y
el 19 de octubre; el 9 y el 30 de noviembre; y el 28 de diciembre. Son
veinticinco reuniones en menos de cincuenta y dos semanas.
[371]
Maze Pond CMB, 91-105. El período abarcado es del 9 de febrero
al 31 de octubre de 1694. En cuatro ocasiones, se reunieron tres veces en una
misma semana para tratar los negocios {asuntos} de la iglesia (el 21, 25 y 18
de marzo; el 2, 6 y 9 de mayo; el 20, 23 y 27 de mayo; el 22, 25 y 29 de
julio); y una vez se reunieron tres veces en el espacio de 5 días (el 9, 10 y 14
de octubre). Muchas de estas reuniones concernían a nuevos miembros.
[372]
Bampton CMB, 2-5, 19-58.
[373]
Bampton CMB.
[374]
Petty France, CMB, 1 y pássim.; Maze Pond CMB, 92‑120. Desde
el 18 de febrero de 1694 hasta el 18 de agosto de 1695, esta iglesia admitió
a 78 mujeres y 28 hombres por profesión de fe y bautismo; Broughton
(Porton) Church Book 1 1657-1684, The Angus Library, Regent’s Park
College, Oxford, 21.
[375]
Petty France, CMB, 1 y pássim.; Bagnio/Cripplegate CMB, pássim.,
véase también la transcripción de la parte inicial de este manuscrito en
Robinson, “Baptist Church Discipline”, 116‑28, 179‑185.
[376]
Maze Pond CMB, 96, 143; Bourton on the Water, “Accounts of
Building First Church with List of Subscribers, 1701” {trad. no oficial:
“Informes de la Construcción de la Primera Iglesia, con la Lista de
Suscriptores, 1701”}, The Angus Library, Regent’s Park College, Oxford;
“Records and Letters Relative to the Baptist Church at Hexham from
Oct 1651 to July 1680. Followed by Records of the Church at Hamsterley in
the County of Durham. Rebound in One Volume at the request and Expense
of Richard Pengilly, Newcastle 1832” {trad. no oficial: “Registros y Cartas
Referentes a la Iglesia Bautista de Hexham, desde octubre de 1651 hasta julio
de 1680. Seguido por los Registros de la Iglesia en Hamsterley en el Condado
de Durham. Reencuadernados en Un Solo Volumen, a petición y a Expensas
de Richard Pengilly, Newcastle, 1832”}, The Angus Library, Regent’s Park
College, Oxford, 7 (de la sección de Hamsterley); Ernest Kevan, London’s
Oldest Baptist Church (London: The Kingsgate Press, 1933), 46‑49.
[377]
Warwick Baptist Church Book 1698‑1760, Warwickshire County
Record Office, Warwick, 2; Maze Pond CMB, 114; Broughton CB1, 23.
[378]
Petty France CMB, 1, 4, 23 (no aparece ningún número de página en el
manuscrito); Devonshire Square CMB, 21, 131; Henley in Arden Church
Book Minutes 1803‑1885 {trad. no oficial: Actas del Libro de la Iglesia de
“Henley in Arden”, 1803‑1885}, Warwickshire County Record Office,
Warwick, Microfilm MI 197 (este es el informe del llamado de
John Beddome en 1697); Tottlebank Church Book 1669‑1854 {trad. no
oficial: Libro de la Iglesia de Tottlebank 1669‑1854}, The Angus Library,
Regent’s Park College, Oxford, 5.
[379]
Tibbutt, Some Early Nonconformist Church Books, 33; Petty France
CMB, 41 (las páginas no están numeradas en el original); Maze Pond CMB,
92, 102‑104.
[380]
Petty France CMB, 12, 13, 17, 21, 27 (paginada por error como 24), 28
(paginada por error como 26); Devonshire Square CMB, 39, 73; Maze Pond
CMB, 98; Bagnio/Cripplegate CMB, 26‑28.
[381]
Tibbutt, Some Early Nonconformist Church Books, 32, 34.
[382]
Maze Pond CMB, 95. El predicador de visita era el alto–calvinista
independiente Richard Davis.
[383]
Maze Pond CMB, 112.
[384]
Maze Pond CMB, 114‑15.
[385]
Wantage Baptist Church Book 1760‑1824 {trad. no oficial: Libro de la
Iglesia Bautista de Wantage, 1760-1824}, Wantage Baptist Church, Wantage,
Oxfordshire, página no numerada al final del libro titulada “An Abstract of ye
Writings of ye Barn now ye Meeting house near Grove Street Wantage”
{trad. no oficial: “Un Resumen de las Escrituras del Granero, actualmente la
casa de Reunión, cerca de la Calle Grove, en Wantage”}. El contrato de
arrendamiento comenzó “desde el 16to año {del reinado} de Charles II, rey
etc., que ocurrió en el año de nuestro Señor mil seiscientos setenta y siete”.
Su precio de venta fue £40.
[386]
Bampton CMB, 18-19.
[387]
Poh, Keys, 264.
[388]
A Confession of Faith, 88-89.
[389]
A Confession of Faith, 89.
[390]
Entre los bautistas generales se reconocía un tercer oficio: mensajero.
Era una especie de supervisor u obispo de un número de iglesias en un área
geográfica. El Orthodox Creed {trad. no oficial: El Credo Ortodoxo} de 1679
declaró explícitamente que había tres oficios en la iglesia, a saber: “Obispos o
Mensajeros; y Ancianos o Pastores; y Diáconos o Supervisores de los
pobres”. Estos obispos o mensajeros “tienen el gobierno de aquellas iglesias
que habían votado por su elección”. Lumpkin, BCF, 319‑320. Cf.
J. F. V. Nicholson, “The Office of ‘Messenger’ amongst British Baptists in
the Seventeenth and Eighteenth Centuries” {trad. no oficial: “El Oficio de
‘Mensajero’ entre los Bautistas Británicos en los Siglos XVII y XVIII”},
BQ 17 (1957‑1958): 211‑213. Los bautistas particulares también tenían
mensajeros, pero eran simplemente representantes que las iglesias enviaban a
las reuniones de las Asociaciones y a las Asambleas Generales. Nicholson,
“Office of Messenger”, 213.
[391]
A Confession of Faith, 89-91.
[392]
Hanserd Knollys, The World that Now is, 56, énfasis suyo.
[393]
Coxe, Ordination Sermon, 8.
[394]
Coxe, Ordination Sermon, 6-7. Véase más adelante en “Los Ancianos
y la Iglesia Local” para encontrar un análisis más detallado de este asunto.
[395]
Coxe, Ordination Sermon, 6.
[396]
Keach, The Glory of a True Church, 7-8.
[397]
Coxe, Ordination Sermon, 10.
[398]
Owen, Works, 15:445-530. Nota de los traductores: El título original
es A Brief Instruction in the Worship of God and Discipline of the Churches
of the New Testament.
[399]
Owen, Works, 15:492, énfasis añadido.
[400]
Owen, Works, 15:496-97.
[401]
Owen, Works, 15:197-98.
[402]
Pluralismo —tener dos o más sustentos al mismo tiempo, era
practicado hasta en un tercio de las parroquias en algunos condados.
John Spurr, The Restoration Church of England, 1646‑1689 {trad. no oficial:
La Restauración de la Iglesia de Inglaterra, 1646‑1689} (New Haven: Yale
University Press, 1991), 175.
[403]
Owen, Works, 15:498.
[404]
Cf. Keach, Parables: Series Two, 193: ‘Un verdadero llamado regular
al ministerio yace en una verdadera iglesia de Cristo’.
[405]
Nota de los traductores: El título original es The True Nature of a
Gospel Church and Its Government.
[406]
Owen, Works, 16:90.
[407]
Nota de los traductores: El título original es Of the Constitution, Right
Order, and Government of the Churches of Christ.
[408]
Goodwin, Works, 11:3-484. Él menciona “la asamblea que ahora
sesiona” en la página 274.
[409]
Goodwin, Works, 11:270-71.
[410]
Goodwin, Works, 11:272.
[411]
Goodwin, Works.
[412]
W. T. Whitley, Baptists of North–West England, 1649‑1913 (London:
The Kingsgate Press, 1913), 79.
[413]
Nota de los traductores: El nombre original es Midlands Association.
[414]
White, ARPB, 26.
[415]
Collins, Some Reasons for Separation from the Communion of the
Church of England, 14.
[416]
Keach, The Glory of a True Church, 16.
[417]
1689 Narrative, 18.
[418]
1690 Narrative, 7.
[419]
Nota de los traductores: El nombre original es Southampton
Association.
[420]
Esta cita fue tomada de una transcripción de cartas y documentos
conocida como “A Collection of Manuscript Letters Relating to the
Calvinistic Baptist Church at Whitchurch” {trad. no oficial: “Colección de
Cartas Manuscritas Relacionadas con la Iglesia Bautista Calvinista de
Whitchurch”} depositada en la Angus Library of Regent’s Park College,
Oxford. Véase la página 14, Número A3, titulada “Letters from the London
Association sent to the Association at Southampton A Copy of which was
sent to Whitchurch by John Sibley of Southampton Feb. 18th 1691” {trad. no
oficial: “Cartas de la Asociación de Londres enviadas a la Asociación en
Southampton, Una copia de las cuales fue enviada a Whitchurch por
John Sibley de Southampton, Feb. 18vo, 1691”}. En el calendario moderno,
el 18 de febrero de 1691 sería realmente el 18 de febrero de 1692, ya que se
consideraba que el año nuevo no comenzaba sino hasta el 25 de marzo.
[421]
Waldron, Modern Exposition, 321.
[422]
Poh Boon Sing, The Keys of the Kingdom, 129‑30, 145, 159.
[423]
White, ARPB, 135, 138, 145. La Asociación Occidental había llegado
a la misma conclusión un año antes. Véase ARPB, 60‑61.
[424]
Coxe, Ordination Sermon, 18.
[425]
Petty France CMB, 1. Véase el capítulo 1, anteriormente, para
encontrar un análisis de la posible autoría de Coxe del Libro de la Iglesia.
[426]
Devonshire Square CMB, 21.
[427]
Devonshire Square CB, 159.
[428]
Tibbutt, Some Early Nonconformist Church Books, 16.
[429]
Keach, The Glory of a True Church, 15‑16, énfasis suyo.
[430]
Bampton CMB, 46.
[431]
Nota de los traductores: El nombre original es South Wales
Association.
[432]
White, ARPB, 11.
[433]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 193, 195.
[434]
Sin embargo, Andrew Gifford era pastor de la otra iglesia bautista
particular en Bristol, que se reunía en Pithay, y Sampson era pastor en Exeter
(en Devon), ambas también en el occidente.
[435]
Knollys, The World that Now is, 57, 58, 63.
[436]
Véase el capítulo 3, anteriormente.
[437]
Knollys, The World that Now is, 69.
[438]
1689 Narrative, 5.
[439]
Hercules Collins, The Temple Repair’d. or, An Essay to revive the
long neglected Ordinances, of exercising the spiritual Gift of Prophecy for
the Edification of the Churches; and of ordaining Ministers duly qualified
{trad. no oficial: El Templo Reparado o Un Ensayo para avivar las
Ordenanzas, por largo tiempo descuidadas, de ejercer el Don espiritual de
Profecía para la Edificación de las Iglesias, y de ordenar Ministros
debidamente cualificados} (London: William and Joseph Marshall, 1702),
58‑61.
[440]
Collins, Temple, 61.
[441]
Collins, Temple, 53-56; Coxe, Ordination Sermon, 19‑21; [Benjamin
Keach] The Gospel Minister’s Maintenance Vindicated (London: John
Harris, 1689), 7‑8; ídem., The Display of Glorious Grace: or, The Covenant
of Peace, Opened {trad. no oficial: El Despliegue de la Gloriosa Gracia o El
Pacto de Paz Explicado} (London: S. Bridge, 1698), 147‑48.
[442]
Devonshire Square CMB, 21.
[443]
Tibbutt, Some Early Nonconformist Church Books, 35.
[444]
Copson, Northern England, 85.
[445]
Bagnio/Cripplegate CMB, 22; Bampton CMB, 46; Devonshire Square
CMB, 139, 157, 159.
[446]
A Confession of Faith, 89.
[447]
Coxe, Ordination Sermon, 22-29.
[448]
Knollys, The World that Now is, 52.
[449]
Knollys, The World that Now is, 58-59.
[450]
Keach, Parables: Series Two, 195. Él también analizó el asunto
extensamente en una sección de The Gospel Minister’s Maintenance
Vindicated titulada “The Great and Weighty Work of a True Gospel Minister
Opened” {trad. no oficial: “La Gran y Pesada Labor de un Ministro del
Verdadero Evangelio Explicada”}. [Keach], The Gospel Minister’s
Maintenance, 113‑132.
[451]
El libro fue publicado originalmente en anonimato, con un prefacio
recomendatorio firmado por 11 pastores de Londres. Thomas Crosby asevera
que fue escrito por Keach. Véase Crosby, CHEB, 4:292‑98, 311; Vaughn,
“Benjamin Keach’s The Gospel Minister’s Maintenance Vindicated”, 53‑60.
[452]
1689 Narrative, 18.
[453]
Lumpkin, BCF, 166. El párrafo XXXVIII declara: “Que la debida
manutención de los Oficiales antes mencionados, debería ser el libre y
voluntario compartir de la Iglesia, para que conforme a la Ordenanza de
Cristo, quienes predican el Evangelio, vivan del Evangelio y no por fuerza
que tenga que compeler a las personas mediante una Ley forzada”. La “fuerza
[...] mediante una Ley forzada” evidentemente se refiere al sistema de diezmo
estatal.
[454]
A Confession of Faith, 90-91.
[455]
Keach, Parables: Series Two, 194.
[456]
Foreman, “Baptist Provision for Ministerial Education”, 359. Él extrae
esta información de Hayden, Records of A Church of Christ, 134‑6, 204‑5.
[457]
A Historical Survey of the Baptist Church in Wantage {trad. no oficial:
Un Recorrido por la Historia de la Iglesia Bautista de Wantage} (Newbury:
G. W. Simpson & Son, Ltd., 1949), 13.
[458]
Plymouth Manuscript, 17.
[459]
Porter, English Society in the Eighteenth Century, xv.
[460]
Véase el capítulo 1, anteriormente, para encontrar detalles al respecto.
[461]
[Keach], The Gospel Minister’s Maintenance, 105‑106.
[462]
A Confession of Faith, 91.
[463]
Walker, The Creeds and Platforms of Congregationalism, 405.
[464]
Geoffrey Nuttall, The Holy Spirit in Puritan Faith and Experience
{trad. no oficial: El Espíritu Santo en la Fe y Experiencia Puritanas}
(Chicago: University of Chicago Press, 1992 reprint {reimpresión de 1992}),
75‑85; Nuttall, Visible Saints, 87; Richard L. Greaves, “The Ordination
Controversy and the Spirit of Reform in Puritan England” {trad. no oficial:
“La Controversia de la Ordenación y el Espíritu de la Reforma en la
Inglaterra Puritana”}, Journal of Ecclesiastical History {trad. no oficial:
Revista de Historia Eclesiástica} 21, no. 3 (July 1970): 225‑241.
[465]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 114.
[466]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 149. Estoy en deuda por
esta cita con Nuttall, Holy Spirit, 78 (aunque él cita la edición de 1865 que la
Bunyan Library {Biblioteca de Bunyan} hizo de los Registros de
Broadmead).
[467]
Samuel Petto, John Martin y Frederick Woodal, The Preacher Sent:
or, A Vindication of the liberty of Publick Preaching, by some men not
Ordained (1658), citado en Nuttall, Holy Spirit, 79.
[468]
De la primera generación de pastores bautistas particulares, varios sí
tenían capacitación universitaria. Entre ellos estaban Benjamin Coxe,
Daniel Dyke de Devonshire Square (en Londres), George Fownes de
Broadmead (en Bristol [1679‑1683]), y Hanserd Knollys. A medida que el
siglo iba avanzando, cada vez menos pastores podían cumplir con los
requisitos de los presbiterianos estrictos. Para Coxe, véase BDBR, y
W. T. Whitley, “Benjamin Cox”, 50‑59; para Dyke y Fownes, véase
A. G. Matthews, Calamy Revised {trad. no oficial: Revisión de la Obra de
Calamy}, (Oxford: The Clarendon Press, 1934), 176, 210.
[469]
Lumpkin, BCF, 168.
[470]
Nota de los traductores: El título original es The Preacher Sent: or, A
Vindication of the liberty of Publick Preaching, by some men not Ordained.
[471]
Collins, The Temple Repair’d, 9-12. Su iglesia regularmente puso a
prueba a hombres para ser reconocidos como Hermanos Dotados. Véase
Kevan, London’s Oldest Baptist Church, 39‑40.
[472]
Keach, Parables: Series Two, 191-95. Estos maestros son, a las claras,
equivalentes a los Hermanos Dotados.
[473]
Keach, Parables: Series Two, 193.
[474]
Petty France CMB, 10.
[475]
Keach declara que la prueba debe de ser en privado en respuesta a la
objeción: ‘Aquellos que son llamados pueden ser débiles al principio, y de
ese modo puede no ser honorable emplearlos’. Parables: Series Two, 193.
[476]
The Church Book of Bunyan Meeting, 27, 44, 46, 49, 50, 51.
[477]
The Church Book of Bunyan Meeting, 51. Estos hombres son llamados
explícitamente “hermanos dotados” en la anotación del 25 de junio de 1672,
véase p. 52.
[478]
Devonshire Square CMB, 41.
[479]
Devonshire Square CB, 43, 45, 51, 57.
[480]
Devonshire Square CB, 75.
[481]
Devonshire Square CB, 129.
[482]
Devonshire Square CB, 73.
[483]
Devonshire Square CB, 87, 89.
[484]
Devonshire Square CB, 93.
[485]
Devonshire Square CB, 95.
[486]
Devonshire Square CB, 111.
[487]
Ivimey, HEB, 1:527-28.
[488]
Bagnio/Cripplegate CMB, 9; Robinson, “Baptist Church Discipline”,
125‑26.
[489]
1689 Narrative, 13.
[490]
[Keach], Maintenance, 1-13.
[491]
Nota de los traductores: Aquí el verbo que se traduce como “depende”
aparece en singular en el original.
[492]
[Keach], Maintenance, 9-10.
[493]
[Keach], Maintenance, 12-13.
[494]
En Plymouth, el hermano dotado Samuel Buttall fue elegido como
pastor en 1690; y en 1693, otro hermano dotado de la misma asamblea,
James Murch, fue llamado a ser pastor en Dalwood. Véase Plymouth Church
Book, 26, 28; véase también acerca de Nehemías Coxe anteriormente.
[495]
Coxe, Ordination Sermon, 10; Petty France CMB, 4.
[496]
Keach, The Glory of a True Church, 10-11.
[497]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 224-25.
[498]
Bagnio/Cripplegate CMB, página no numerada frente a la página 13.
[499]
O sea, £1.09.00 era 1 libra esterlina con 09 chelines y 00 peniques.
[500]
Broughton CMB1, 92-106; Broughton CMB2, página 7 no numerada.
[501]
Petty France CMB, 26 (paginada por error como “24”).
[502]
Coxe, Ordination Sermon, 10.
[503]
Petty France CMB, página 23 no numerada.
[504]
Coxe, Ordination Sermon, 11.
[505]
Petty France CMB, página 23 no numerada; Devonshire Square
CMB, 31, 33 34; Hayden, The Records of a Church of Christ, 224.
[506]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 224.
[507]
Devonshire Square CMB, 31, 33.
[508]
Tibbutt, Some Early Nonconformist Church Books, 29, 30, 35.
[509]
Bampton CMB, 46.
[510]
Bampton CB; Bagnio/Cripplegate CB, página no numerada frente a la
página 25; Hayden, The Records of a Church of Christ, 224.
[511]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 208. Cf. también 117,
142. En las actas de la Asociación de Gales del Sur, correspondientes a 1654,
se hace mención también, aunque brevemente, de “viudas” que servían como
asistentes de los diáconos “más probablemente para ocuparse de los pobres y
enfermos”. La estructura gramatical parece implicar que el reconocimiento de
esta posición era teórico y no práctico. Véase White, ARPB, 11.
Leon McBeth dice que “en ambos grupos de bautistas, las mujeres servían
comúnmente como diaconisas”. Leon McBeth, A Sourcebook for Baptist
Heritage {trad. no oficial: Libro de Consulta para la Herencia Bautista}
(Nashville: Broadman Press, 1990), 54. Él no provee prueba alguna para
corroborarlo, y mi propia investigación no ha descubierto nada más por parte
de los bautistas particulares.
[512]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 208-209.
[513]
Nota de los traductores: El autor está citando el párrafo 8 del capítulo
26 de la Confesión Bautista de Fe de Londres de 1689.
[514]
Hay varios tratamientos de la Adoración Puritana en general, pero no
hay investigaciones exhaustivas de las prácticas específicas de los bautistas
particulares. De muchísimas formas, su adoración parece reflejar la del
movimiento puritano más amplio. Véase por ejemplo, Horton Davies, The
Worship of the English Puritans {trad. no oficial: La Adoración de los
Puritanos Ingleses} (Westminster: Dacre Press, 1948); J. I. Packer, A Quest
for Godliness {trad. no oficial: Búsqueda de la Piedad} (Wheaton, Ill.:
Crossway Books, 1990), 245‑257; Leland Ryken, Worldly Saints: The
Puritans as They Really Were {trad. no oficial: Santos en el Mundo: Los
Puritanos como Realmente Eran} (Grand Rapids: Acadamie Books, 1986),
91‑134; Leslie A. Rawlinson, “Worship in Liturgy and Form” {trad. no
oficial: “Adoración en Liturgia y Forma”} en Anglican and Puritan Thinking
{trad. no oficial: El Pensamiento Anglicano y Puritano} (London: The
Westminster Conference, 1977), 71‑88. Un tratamiento exhaustivo de la
adoración entre las iglesias inglesas del siglo XVII puede encontrarse en
Davies, Worship and Theology in England: II. From Andrewes to Baxter and
Fox, 1603‑1690 {trad. no oficial: La Adoración y la Teología en Inglaterra:
II. De Andrewes a Baxter y Fox, 1603‑1690} (Grand Rapids: Eerdmans,
1996, reprint of 1975 edition {reimpresión de la edición de 1975}). Davies
mismo provee sólo un breve tratamiento de la adoración de los bautistas
particulares, pero defiende su método al declarar que: “De hecho, a parte del
bautismo, sería difícil distinguir su adoración de la de los independientes,
pues estos últimos eran calvinistas en doctrina, demandaban justificación
bíblica para todas sus ordenanzas, creían en la oración extemporánea, e
insistían en la autonomía local de cada iglesia reunida”. Worship and
Theology II, 507. Un breve tratamiento de la adoración bautista en sus
primeros años puede ser hallado en Thomas R. McKibbens, “Our Baptist
Heritage in Worship” {trad. no oficial: “Nuestra Herencia Bautista en la
Adoración”} Review and Expositor 80 (1983): 53‑69.
[515]
Especialmente interesante a este respecto es la descripción en doce
pasos dada por Edward Terrill del origen de su propia iglesia en los Registros
de Broadmead. Comenzando con el advenimiento de la Reforma en el siglo
XVI, avanza a través de doce etapas a lo largo de las cuales el pueblo {de
Dios} desechó la “Adoración Anticristiana” y adoptó una práctica
completamente bíblica. Terrill avanza desde la reforma global en Inglaterra
hasta la implementación específica de dicha Reforma en la iglesia de
Broadmead. Es claro que él consideraba su propia asamblea como el fruto
lógico del movimiento que había comenzado un siglo antes: “Así he
enumerado brevemente Doce pasos que ciertamente completan una
demostración de que ellos, esta Iglesia, en sus comienzos, eran
verdaderamente reformados en gran medida, al apartarse de la Adoración del
Anticristo”. Véase Hayden, The Records of a Church of Christ, 93‑96.
[516]
William Cunningham, “The Reformers and the Regulative Principle”
{trad. no oficial: “Los Reformadores y el Principio Regulador”} en The
Reformation of the Church {trad. no oficial: La Reforma de la Iglesia}, ed.
Iain Murray (London: Banner of Truth, 1965), 38.
[517]
A Confession of Faith, 6, 73‑74. La declaración de Westminster puede
encontrarse en The Westminster Confession of Faith {título oficial: La
Confesión de Fe de Westminster} (Edinburgh: Publications Committee of the
Free Presbyterian Church of Scotland, 1976 re–issue {reimpresión de 1976}),
22, 90‑91; la declaración de Saboya puede encontrarse en Walker, The
Creeds and Platforms of Congregationalism, 368‑69, 390.
[518]
Benjamin Keach, Preaching from the Types and Metaphors, 637. Esta
obra fue titulada originalmente Troplologia: A Key to Open Scripture
Metaphors, Together with Types of the Old Testament {trad. no oficial:
Tropología: Una Clave para Entender las Metáforas de la Escritura, Junto
con Tipos del Antiguo Testamento} (1702). El comentario de Keach aquí
citado relaciona el principio general específicamente con la observancia de la
Cena del Señor.
[519]
William Kiffin, Robert Steed, George Barrett y Edward Man, A
Serious Answer to A Late Book, Stiled, A Reply to Mr. Robert Steed’s Epistle
Concerning Singing (London, Printed in the Year, 1692), 3.
[520]
Nota de los traductores: coram Deo —latín: en la presencia de Dios.
[521]
Hanserd Knollys, An Exposition of the first Chapter of the Song of
Solomon (London: W. Godeid, 1656), 16.
[522]
Hanserd Knollys, The Parable of the Kingdom of Heaven Expounded
(London: Benjamin Harris, 1674), 43.
[523]
Knollys, Parable, 44.
[524]
El Principio Regulador estaba en el corazón de la mayor controversia
que estalló entre ellos, a saber, la licitud del canto de himnos. Véase el
análisis más adelante.
[525]
M. M. Knappen, Tudor Puritanism {trad. no oficial: El Puritanismo
Durante la Dinastía de los Tudor} (Chicago: University of Chicago Press,
1939), 442‑50; Packer, Quest, 233‑243; Davies, Worship and Theology II,
240‑45.
[526]
A Confession of Faith, 73. El capítulo que lleva ese título es el
Capítulo 22.
[527]
Un ejemplo proveniente de los primeros años de este tipo de
razonamiento puede encontrarse en J[ohn] S[pilsbery], A Treatise
Concerning the Lawful Subject of Baptisme.
[528]
Para Marshall, véase BDBR, 2:217-19.
[529]
Stephen Marshall, A Sermon of the Baptizing of Infants, Preached in
the Abbey–Church at Westminster, at the Morning Lecture, appointed by the
Honorable House of Commons {trad. no oficial: Un Sermón acerca del
Bautismo de Infantes, Predicado en la Abadía de Westminster, en la
Conferencia de la Mañana, fijado por la Honorable Cámara de los
Comunes} (London: Richard Cotes, 1645), 6. Marshall lo llama un “gran
daño” por la implicación del razonamiento teológico bautista.
[530]
John Tombes, Two Treatises and an Appendix to them Concerning
Infant–Baptisme (London: George Whittington, 1645), 27‑31. Este material
se encuentra en el segundo “Treatise” {“Tratado”}, titulado “An Examen of
the Sermon of Mr. Stephen Marshall, About Infant–Baptisme, in a Letter sent
to him”. Aunque Tombes mismo no formaba parte de las iglesias bautistas
separadas, sí habló de la postura de estas: “Pues lo que es natural o moral en
la adoración, ellos [o sea, los bautistas particulares] aceptan una institución o
mandato en el Antiguo Testamento como obligatoria para los cristianos, y así
conciben un Reposo, como de la Ley de la naturaleza, {como} aquella
adoración externa que se debe a Dios, días que se deben a Dios para ese fin, y
por tanto incluso en el Paraíso, designado desde la creación; y que es
observado en todas las naciones, en todas las edades, lo suficiente como para
probar incluso que es de la Ley de la naturaleza, y por tanto el cuarto
Mandamiento está justamente incluido en las {Leyes} Morales”, 28, énfasis
suyo. Técnicamente hablando, Tombes debería ser catalogado como
antipaidobautista. Aunque fue el principal polemista del siglo XVII a favor
del Bautismo de Creyentes, él también creía en una iglesia nacional y nunca
cortó sus relaciones con ella. Véase BDBR, 3:245‑46.
[531]
Nota de los traductores: El título original es Christ Exalted: A Lost
Sinner Sought, and Saved by Christ: Gods People are an Holy People.
[532]
Hanserd Knollys, Christ Exalted: A Lost Sinner Sought, and Saved by
Christ: Gods People are an Holy People {trad. no oficial: Cristo Exaltado; Un
Pecador Perdido Buscado y Salvado por Cristo; El Pueblo de Dios es un
Pueblo Santo}. (London: Jane Coe, 1646), 23‑24.
[533]
Knollys, Christ Exalted, 34.
[534]
Hanserd Knollys, An Exposition of the Whole Book of the Revelation
{trad. no oficial: Exposición de Todo el Libro de Apocalipsis} (London:
William Marshall, 1689). La licencia o certificación fue concedida el 12 de
septiembre de 1688.
[535]
Knollys, Exposition of Revelation, 7, énfasis suyo. Benjamin Keach,
The Breach Repaired in God’s Worship: or, Singing Psalms, Hymns, and
Spiritual Songs proved to be an Holy Ordinance of Jesus Christ {trad. no
oficial: La Brecha Reparada en la Adoración a Dios o Prueba de que el
Canto de Salmos, Himnos y Cánticos Espirituales es una Santa Ordenanza
de Jesucristo}, (London: John Hancock, 1691), 168, expresa el mismo tipo
de argumentación: Lo que es moral continúa, lo que es meramente
ceremonial y externo puede ser modificado. La obligación moral de guardar
un día de cada siete permanece, aunque el día ha sido cambiado por designio
divino.
[536]
Underhill, Hexham Records, 297. La Iglesia de Broadmead (en
Bristol) también promulgó la disciplina por la violación del Reposo. Uno de
sus miembros, Henry Fieldhurst, fue amonestado cuando, entre otras cosas,
“en el día del Señor, violó tan públicamente el Reposo”. Hayden, Records of
A Church of Christ, 193. Cuando la iglesia de Maze Pond (en Londres) se
constituyó en febrero de 1694, añadieron esta declaración al pacto de su
iglesia: “Creemos que el Primer día de la Semana es el Reposo cristiano y
debe guardarse con toda Adoración y Servicio religioso para el Señor”.
Maze Pond CMB, 3.
[537]
1689 Narrative, 16-17.
[538]
MacDonald, “London Calvinistic Baptists 1689‑1727”, 34‑35.
[539]
1689 Narrative, 4.
[540]
Soy consciente de un solo caso entre los bautistas particulares, en la
Asociación de Abingdon, donde se abogó en 1657 por una defensa del Día
del Señor, pero desde una perspectiva de no guardarlo como Reposo. Véase
White, ARPB, 176.
[541]
Packer, Quest, 249-51.
[542]
Benjamin Keach, citando a un “teólogo digno” que no menciona por
nombre dijo que “la Iglesia en su Adoración pública es lo más parecido al
Cielo”. Keach, The Glory of a True Church, 67.
[543]
Isaac Marlow, The Purity of Gospel–Communion, or; Grounds and
reasons for Separation from Persons of Corrupt Manners, or that hold
Erroneous Doctrine in Matters of Faith essential to Salvation; or that are
guilty of False Worship, or irregular Administration of Gospel Ordinances
(London: Printed by J. Astwood for the Author, 1694), 15.
[544]
C. B. Jewson, The Baptists in Norfolk (London: The Carey Kingsgate
Press, 1957), 42‑44.
[545]
Esta iglesia se desarrolló bajo el ministerio de John Gosnold y
Thomas Plant, calvinistas ambos, pero se mantuvo distante de otras iglesias
calvinistas en Londres. Véase W. T. Whitley, “Paul’s Alley (en Barbican),
1695‑1768”, Transactions of the Baptist Historical Society 4 (1914‑15):
47‑48.
[546]
Whitley, “Paul’s Alley, Barbican, 1695‑1768”, 47.
[547]
Hanserd Knollys, The World that Now is, 70-80.
[548]
Horton Davies cita las objeciones presentadas por Vavsor Powell,
bautista de membresía abierta, a las oraciones escritas: “Ya sea que tales
Liturgias u Oraciones Comunes sean indiferentes o no; si son indiferentes,
entonces no han de ser impuestas a los cristianos, sino que deben dejarse a la
libertad de ellos, así como los cristianos fueron dejados por los Apóstoles;
pero si no son indiferentes, entonces a menos que un Precepto de parte de
Dios pueda ser mostrado (uno relacionado con Su Adoración), estas no son
nada menos que Culto Voluntario, lo cual está prohibido Col. 2:23”. Davies,
Worship, 109, énfasis suyo. Isaac Marlow condenó muy claramente “las
oraciones con formato fijo y restringidas de antemano”. Marlow, The Purity
of Gospel Communion, 46‑47.
[549]
Knollys, The World that Now is, 70‑71. Él dice en otra parte que se
requería el velo de la mujer por la presencia de ángeles en las asambleas
cristianas (1 Cor. 11:10). Cf. Knollys, The Parable of the Kingdom of
Heaven, 8. Véase también Works of Goodwin, 1:162. Se puede encontrar un
punto de vista discrepante en The Works of Richard Sibbes {trad. no oficial:
Las Obras de Richard Sibbes}, ed. A. B. Grosart, vol. 7, Divine Meditations
and Holy Contemplations {trad. no oficial: Divinas Meditaciones y Santas
Contemplaciones} (Edinburgh: Banner of Truth, 1982), 191. Todos estos
autores estaban asociados con la iglesia en Katherine Hall (en Cambridge) a
principios del siglo XVII.
[550]
Knollys, The World that Now is, 71. Lo más probable es que el
“maestro” sea un hermano dotado. Véase Benjamin Keach, Parables: Series
Two, 192.
[551]
Knollys, The World that Now is, 71-72.
[552]
Knollys, The World that Now is, 76-80.
[553]
Knollys, The World that Now is, 72-74. Véase más adelante para
encontrar un análisis más detallado del bautismo.
[554]
Knollys, The World that Now is, 74-76. Nota de los traductores: Más
adelante, en la nota al pie 117 en este mismo capítulo, el autor remitirá al
lector a este párrafo nuevamente.
[555]
Knollys, The World that Now is, 77-78.
[556]
Keach, The Breach Repaired, 75, 145. Sus palabras son inequívocas:
Si alguien cantaba un solo en la adoración, Keach lo “acusaba de introducir
una Práctica que no estaba justificada en ninguna parte de la Escritura, y que
por tanto no {mostraba} señal de la Presencia de Dios en lo absoluto, sino
que era una mera Innovación en la Adoración a Dios que no tenía Precepto ni
Ejemplo”, 145.
[557]
Keach, An Exposition of the Parables: Series One {trad. no oficial:
Exposición de las Parábolas: Primera Serie}, 122.
[558]
Coxe, Ordination Sermon, 23.
[559]
Citado en Vaughn, “Benjamin Keach’s The Gospel Minister’s
Maintenance Vindicated”, 60. Él señala que la cita fue tomada del libro de
Keach de 1694, titulado A Golden Mine {trad. no oficial: Una Mina de Oro},
131.
[560]
Hercules Collins, The Temple Repair’d: or, An Essay to revive the
long–neglected Ordinances of exercising the Spiritual Gift of Prophecy for
the Edification of the Churches; and of Ordaining Ministers duly qualified
(London: William and Joseph Marshal, 1702), 23, 28‑29, 52‑53.
[561]
Collins, Temple, 26-27.
[562]
Collins, Temple, 47-49. Este libro se parece al famoso The Art of
Prohesying {trad. no oficial: El Arte de Profetizar} de William Perkins
(Edinburgh: Banner of Truth, 1996). Collins hace referencia a Perkins en
varias partes (véanse las pp. 32, 37). Al igual que la obra de Perkins, el libro
de Collins está de muchas maneras “más interesado en la hermenéutica que
en la homilética”. R. T. Kendall, “Preaching in Early Puritanism with special
reference to William Perkins’s The Arte of Prophesying” {trad. no oficial:
“La Predicación en la Primera Etapa del Puritanismo con referencia especial
a El Arte de Profetizar de William Perkins”}, en Preaching and Revival
(London: Westminster Conference, 1984), 23.
[563]
Keach, The Breach Repaired, 178-79.
[564]
Knollys, The World that Now is, 71.
[565]
Collins, Temple Repair’d, 49.
[566]
El Dr. M. Lloyd–Jones dice que: “Los puritanos estaban interesados en
enfatizar que es solo mediante la predicación que la santidad puede
promoverse entre el pueblo. Cuando usted predica, está llevándoles la
Palabra, y aplicándosela...”. Dr. M. Lloyd–Jones, The Puritans: Their Origins
and Successors {título oficial: Los Puritanos: Sus Orígenes y Sucesores}
(Edinburgh: Banner of Truth, 1987), 381. Esta cita fue tomada de la
conferencia impartida por el autor a la Conferencia de Westminster en 1977,
titulada “La Predicación”.
[567]
Keach dice: “Es la Palabra de Cristo la que deberíamos y debemos
siempre predicar, y escuchar [...] en la Predicación no estamos atados por el
Señor a no hacer más que leer la Escritura explícitamente, o a citar un Pasaje
tras otro (lo cual sería más bien Leer que Predicar), sino que podemos usar
otras Palabras para edificar a la Iglesia, con tal que estén de acuerdo o sean
congruentes con la Palabra de Cristo, o la Sagrada Escritura, (sin embargo, a
eso le decimos: la Palabra de Dios predicada; y así es en verdad)”. Keach,
The Breach Repaired, 93‑94. Este es un elevado concepto de la predicación,
e ilustra bien la prominencia dada a esta en la adoración.
[568]
White, ARPB, 55, 184-85.
[569]
White, ARPB, 185.
[570]
Maze Pond CMB, 109. Esta era una iglesia que se oponía al canto,
cuyo núcleo se había separado de la asamblea de Keach cuando él introdujo
el canto en la adoración.
[571]
Keach, The Breach Repaired, 140-41.
[572]
Benjamin Keach, An Answer to Mr. Marlow’s Appendix (London:
John Hancock, 1691), 33.
[573]
Keach, Answer to Marlow, 34. Esto incluso no es una prohibición
absoluta. Keach cita a “nuestros Comentaristas ya fallecidos” hablando de
1 Corintios 14:34, quienes habían declarado que “esta Regla debía limitarse
al profetizar ordinario, pues ciertamente, si el Espíritu de profecía venía sobre
una mujer en la iglesia, ella podría hablar”, 36; Cf. Matthew Poole, A
Commentary on the Holy Bible {trad. no oficial: Comentario de la Santa
Biblia}, vol. 3 (McLean, Va.: MacDonald Publishing, n.d. {sin fecha}), 591.
Ni Keach ni Poole abogan por una continuación de la revelación. Ellos
simplemente usan la presencia de tales actividades, en la era apostólica,
como ejemplos para demostrar que las prohibiciones no eran absolutas.
[574]
Leon McBeth, en su libro A Sourcebook for Baptist Heritage
(Nashville: Broadman Press, 1990), 55‑56, asevera que algunas mujeres sí
tenían un ministerio verbal, pero tergiversa los hechos seriamente. Basado en
un fragmento de los Registros de Broadmead (en Bristol), argumenta que “las
diaconisas bautistas ejercían a veces una función verbal/de enseñanza, así
como de curación/alimentación”. En el contexto de los Records {Registros},
la función “verbal/de enseñanza” era ejercida en visitas privadas a los
enfermos, y no incluía enseñar per se, sino más bien palabras de “apoyo o
consolación, para edificarlos en una fe viva y espiritual en Jesucristo”.
Cf. Hayden, Records of a Church of Christ, 209. Esto no era un ministerio de
“enseñanza”; y tampoco era público.
[575]
Knollys, The World that Now is, 72-76.
[576]
A Confession of Faith, 75, 96, énfasis en el original.
[577]
Este texto de prueba debe de ser probablemente Hechos 22:16.
[578]
A Confession of Faith, 97-98, énfasis en el original.
[579]
Aunque esto puede parecer increíblemente obvio, fue una aseveración
necesaria a la luz de la doctrina cuáquera de que el bautismo bíblico no
suponía ceremonias externas. Véase Watts, The Dissenters, 205‑206; Haykin,
Kiffin, Knollys and Keach, 67‑68; Nuttall, The Holy Spirit, 100.
[580]
Un resumen útil de las diversas posturas en cuanto al bautismo en el
siglo XVII puede encontrarse en E. Brooks Holifield, The Covenant Sealed:
The Development of Puritan Sacramental Theology in Old and New England,
1570‑1720 {trad. no oficial: El Pacto Sellado: El Desarrollo de la Teología
Sacramental Puritana en la Antigua y Nueva Inglaterra, 1570‑1720} (New
Haven: Yale University Press, 1974), 75‑108.
[581]
La primera obra bautista particular publicada fue J[ohn] S[pilsbery], A
Treatise Concerning the Lawfull Subject of Baptisme en 1643.
[582]
Algunos fragmentos de esta sección han sido publicados como:
James M. Renihan, “Henry Danvers’ A Treatise of Baptism: A Study in
Seventeenth Century Baptist Historiography” {trad. no oficial: “Un Tratado
acerca del Bautismo por Henry Danvers: Un Estudio de la Historiografía
Bautista del Siglo XVII”}, The Baptist Review of Theology, 7, no. 1‑2
(Spring/Fall {primavera/otoño} 1997): 27‑47.
[583]
Danvers fue pastor de la iglesia de Houndsditch (en Londres) hasta
que huyó a Europa continental en 1685. Su sucesor, Edward Man, representó
a la iglesia en la Asamblea General de 1689. Richard L. Greaves, Saints and
Rebels: Seven Nonconformists in Stuart England {trad. no oficial: Santos y
Rebeldes: Siete No–conformistas en la Inglaterra Estuarda} (Macon, Ga.:
Mercer University Press, 1985), 175; 1689 Narrative, 22. Danvers y Man son
mencionados juntos en el Petty France CMB, 25 (la paginación escrita está
incorrectamente marcada como 23).
[584]
Henry Danvers, A Treatise of Baptism: Wherein, that of Believers, and
that of Infants, is examined by the Scriptures, 2d ed., (London: Fran. Smith,
1674).
[585]
William Cathcart, The Baptist Encyclopedia (Paris, Ark.: Baptist
Standard Bearer, 1988; reprint of 1881 edition {reimpresión de la edición
de 1881}), s.v. {bajo la entrada que corresponde a} “D’Anvers, Gov. Henry”;
J. M. Cramp, Baptist History (Watertown, Wis.: Baptist Heritage
Publications, 1987; reprint of 1871 edition {reimpresión de la edición de
1871}), 373.
[586]
Greaves, Saints and Rebels, 169-70.
[587]
Greaves, Saints and Rebels, 170-71. Greaves provee los títulos de los
libros y los nombres de los autores.
[588]
Su obra recibió la aprobación de los bautistas contemporáneos con él,
pues algunos de los líderes bautistas más prestigiosos de Londres (entre ellos
Hanserd Knollys, William Kiffin, John Gosnold y Thomas De Laune)
salieron en defensa de Danvers cuando estalló la controversia sobre su obra y
fue acusado de falsedad. Véase, por ejemplo, el folleto The Baptists Answer,
to Mr. Obed. Wills, His Appeal against Mr. H. Danvers {trad. no oficial: La
Respuesta de los Bautistas al Sr. Obed. Wills, y a Su Apelación en contra del
Sr. H. Danvers} (London: Francis Smith, 1675), firmado por estos cuatro
hombres junto con David Dyke y Henry Forty.
[589]
Danvers, Treatise, página no numerada.
[590]
Danvers, Treatise. Este material abarca 5 páginas no numeradas, se
encuentra después del índice y antes de una publicidad de otro de los libros
de Danvers. Nota de los traductores: El título original de este “Resumen” es
“An Abstract of the History of Baptism throughout all Ages since Christ”.
[591]
Danvers, Treatise, 11-25.
[592]
Barbone, Discourse, 6.
[593]
Barbone, Discourse, 40. Nota de los traductores: “Historia
Magdeburgués” —título original (en inglés): Magdiburgensian History, título
oficial (en español): Centurias de Magdeburgo.
[594]
Barbone, Discourse, 45, énfasis suyo.
[595]
Barbone, Discourse, 48, énfasis suyo.
[596]
Danvers se anticipa a esta objeción y responde declarando que “para
los Bautistas, las Palabras y Razones de ellos parecen ser Argumentos
sustanciales, […] pues la Comisión misma no es plenamente reconocida, su
Orden y su Práctica; a saber: Que las personas primero deben ser enseñadas
acerca de la Fe antes de ser bautizadas en la misma...”. A juicio de Danvers,
el reconocimiento de estos hechos exige la consistencia de aceptar la postura
bautista y abandonar la práctica no atestiguada del bautismo de infantes.
Barbone, Discourse, 86.
[597]
Barbone, Discourse, 64, énfasis suyo.
[598]
Barbone, Discourse, 75.
[599]
Barbone, Discourse.
[600]
Barbone, Discourse, 79.
[601]
Barbone, Discourse, 221.
[602]
Barbone, Discourse, 118.
[603]
Barbone, Discourse, 119.
[604]
Entre otros citados están Agustín, Crisóstomo, Belarmino, los
Concilios de Trento y Basilea, Eck, los Teólogos de Oxford de 1647 y
Richard Baxter; una interesante colección proveniente de todo un amplio
espectro. Barbone, Discourse, 132‑150.
[605]
Barbone, Discourse, 225.
[606]
Véase anteriormente, en especial las notas al pie 73, 74, 75 {de este
capítulo}.
[607]
Hercules Collins, Believers Baptism from Heaven, and of Divine
Institution. Infants–Baptism from Earth, and Human Invention (London: For
the author, 1691); Benjamin Keach, Gold Refin’d; or, Baptism in its
Primitive Purity (London: Printed for the author, 1689); ídem., Believers
Baptism, or Love to the antient Britains displayed {trad. no oficial: El
Bautismo de Creyentes o El Amor por los antiguos Britanos demostrado}
(London, n.p. {sin editorial}, 1705).
[608]
Benjamin Keach, A Counter Antidote to purge out the Malignant
Effects of a Late Counterfeit, Prepared by Mr. Gyles Shute, An Unskilful
Person in Polemical Cures (London: H. Bernard, 1694), 16.
[609]
Wilson, The History and Antiquities of Dissenting Churches and
Meeting Houses, 2:187.
[610]
W. T. Whitley, The Baptists of London, 16. Él dice que fue
burlonamente llamado “la bañera de la salvación, al final del pasillo de la
Inmersión”. La Iglesia de Stevington (en Bedfordshire) usó una especie de
lugar “cercado” para el bautismo en 1693. Véase Tibbutt, Some Early
Nonconformist Church Books, 37.
[611]
Petty France CMB, 3. La iglesia de Maze Pond también usó el río
Támesis, véase Maze Pond CMB, 139; y Broadmead (en Bristol) usó el río
Froome, véase Hayden, The Records of a Church of Christ, 142, 184, 185,
212, 270.
[612]
Whitchurch Manuscript, 23, número A6. En sus comienzos, la iglesia
de Broadmead aseveró que “la Ordenanza del Bautismo siempre tiene que ser
administrada o hecha así, como al principio se hizo por los Apóstoles [...] en
lo que se refiere a [...] la Manera como ellos lo hicieron, que fue
Sumergiéndolos en Ríos, no rociándolos”. Hayden, The Records of a Church
of Christ, 112, énfasis en el original.
[613]
Lumpkin, BCF, 167.
[614]
Featly, The Dippers dipt, 183. Lumpkin hace esta misma observación,
BCF, 167. Featly no fue el único que malinterpretó la intención de este
artículo. John Saltmarsh pensó igualmente que este afirmaba que cualquier
discípulo podía bautizar. Véase Knollys, The Shining of a Flaming fire in
Zion, 9.
[615]
Knollys, The Shining of a Flaming Fire in Zion, 9.
[616]
The First London Confession of Faith, 1646 Edition {trad. no oficial:
La Primera Confesión de Fe de Londres, Edición de 1646}, (Rochester,
N.Y.: Backus Books, 1981), 15.
[617]
White, ARPB, 158. Se les preguntó si una iglesia podía elegir a
cualquiera de sus miembros varones para administrar el bautismo. Como
respuesta dijeron que no, e instaron a que alguien viniera de “la iglesia
aledaña siguiente” para ejecutar el bautismo.
[618]
A Confession of Faith, 96, (28:2) “Estas santas instituciones han de ser
administradas solamente por aquellos que estén cualificados y llamados para
ello, conforme a la comisión de Cristo”.
[619]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 219.
[620]
Benjamin Keach, Gold Refin’d, 22.
[621]
Whitchurch Manuscript, 16, número A4. Esta pregunta estaba
específicamente relacionada con la Cena del Señor. La respuesta fue la
misma que se dio en la Asociación de Abingdon 35 años antes.
[622]
Ivimey, HEB, 1:527.
[623]
Copson, Association Life, 89.
[624]
Keach, Gold Refin’d, 22.
[625]
La iglesia de Broadmead (en Bristol) permitía que solo los hombres
“apartados para la obra del Ministerio” bautizaran. Los hermanos dotados que
no tenían esta otra cualificación no eran administradores adecuados. Hayden,
The Records of a Church of Christ, 219. Hercules Collins tenía un criterio
más elevado de las cualificaciones necesarias para administrar la Cena del
Señor. Al ser encarcelado en los primeros años de la década de 1680, su
iglesia determinó tomar la Cena en su ausencia, administrada por un hermano
dotado. Collins se opuso, pero la iglesia procedió. Después de su
excarcelación, la iglesia reafirmó esta decisión. Véase MacDonald,
“Tensions”, 317.
[626]
Featley, The Dippers dipt, frontispicio. Uno no puede apoyarse
demasiado en este grabado ya que representa hombres bautizando mujeres
desnudas. Estaba diseñado para impactar mediante la insinuación pictórica.
[627]
Keach, The Breach Repaired, 182. No está claro si Keach está
hablando hipotéticamente o si está dando opiniones acerca de casos reales.
[628]
Keach, The Breach Repaired, 182, 185.
[629]
E. P. Winter, “Calvinist and Zwinglian Views of the Lord’s Supper
among the Baptists of the Seventeenth Century” {trad. no oficial: “El Punto
de Vista Calvinista y el Zuingliano acerca de la Cena del Señor entre los
Bautistas del Siglo XVII”}, BQ 15, no. 7 (July 1954): 325.
[630]
Horton Davies dice refiriéndose a los bautistas: “es probable que su
servicio {o culto} se pareciera al de los demás separatistas en cuanto a su
simplicidad, su fidelidad al relato de la institución dominical en I Cor. xi 23
{1 Cor. 11:23} y sigs., repitiendo no sólo las palabras de entrega, sino
también las acciones manuales”. Davies, Worship, 91. Esta descripción se
ajusta exactamente al procedimiento delineado por Knollys, y anotado
anteriormente (véase el párrafo correspondiente a la nota al pie 41 de este
mismo capítulo). Los tratamientos de la postura bautista pueden encontrarse
en Winter, “Calvinist and Zwinglian Views”, 323‑329; ídem., “The Lord’s
Supper: Admission and Exclusion among the Baptists of the Seventeenth
Century” {trad. no oficial: “La Cena del Señor: La Admisión y la Exclusión
entre los Bautistas del Siglo XVII”}, BQ 17, no. 6 (April {abril} 1958):
267‑281; ídem., “The Administration of the Lord’s Supper among Baptists of
the Seventeenth Century” {trad. no oficial: “La Administración de la Cena
del Señor entre los Bautistas del Siglo XVII”}, BQ 18, no. 5 (January {enero}
1960): 196‑204; Haykin, Kiffin, Knollys and Keach, 77‑81. El concepto
puritano más amplio de la Cena es descrito en Holifield, The Covenant
Sealed, 109‑138.
[631]
A Confession of Faith, 99-102.
[632]
A Brief Instruction in the Principles of Christian Religion, 5th ed.
(London: Printed in the Year 1695), 19‑21. Esta copia, en poder del Museo
Británico, es la edición más antigua que se conoce del Catecismo. Al parecer,
Murdina MacDonald desconocía su existencia cuando escribió “No hay
ninguna evidencia para poyar el reclamo de McGlothlin de que la asamblea
de Londres publicó ‘El Catecismo Bautista’ alrededor de 1694”. MacDonald,
“London Calvinistic Baptists”, 68. “McGlothlin” es William McGlothlin,
editor del libro de 1910 que fue titulado Baptist Confessions of Faith {trad.
no oficial: Las Confesiones Bautistas de Fe}. Brief Instruction {El Catecismo
Bautista} sigue intencionalmente el patrón del Catecismo Menor de
Westminster. Cf. The Confession of Faith; The Larger and Shorter
Catechisms, 313‑15.
[633]
A Brief Instruction, 19. Esta respuesta es la misma que la de la
Pregunta 91 del Catecismo Menor de Westminster, excepto que
“sacramentos” es sustituido por “el bautismo y la Cena del Señor”.
[634]
Una vez más los bautistas cambian “Sacramento” por la frase
“Ordenanza del Nuevo Testamento Instituida por Cristo”. A Brief Instruction,
20. Michael Haykin está probablemente en lo correcto al declarar que este
cambio en la Confesión (y aquí, por implicación) fue “adoptado para resaltar
[...] la Institución Divina”. Haykin, Kiffin, Knollys and Keach, 78. Esto
encajaba con la insistencia bautista en el Principio Regulador.
[635]
A Brief Instruction, 21.
[636]
Es posible que esta pregunta y su respuesta hayan sido una
interpolación en el documento original. En todo el catecismo, las pruebas
bíblicas están uniformemente señalizadas por letras del alfabeto en orden
consecutivo. Las pruebas para la pregunta 102 están señalizadas por la “e”, y
las pruebas para la pregunta 104 continúan con la “f”. Pero, las pruebas para
la pregunta 103 están señalizadas con un “*”. Esto podría apuntar a una
adición insertada en una edición anterior. Otras preguntas con señalizadores
de pruebas bíblicas similares son: 42, 43, 97, y 106. En el caso de las
preguntas 42, 43 y 97, los señalizadores suceden a la “z” y preceden a la “a”.
¿Podría ser que alguien como Benjamin Keach, quien ha sido frecuentemente
identificado con el Catecismo y quien sostenía un punto de vista estricto de la
membresía cerrada de la iglesia, interpolara esta declaración en el
documento? En ausencia de ediciones anteriores, es imposible decirlo con
certeza, pero una acción así encajaba con las circunstancias.
[637]
Winter, “Admission and Exclusion”, 272‑72. Un ejemplo de la crítica
en contra de las iglesias de “comunión abierta” puede ser hallado en Marlow,
Purity, 37‑38.
[638]
A Brief Instruction, 21.
[639]
Davies, Worship, 205; Hayden, The Records of a Church of Christ,
114, 189; Devonshire Square CMB, 34. La iglesia de Broadmead también
tenía un día de oración al mes, junto con —y justo antes de— la Cena.
[640]
Petty France CMB, 21.
[641]
Broughton CB1, 47, 49, 76, 99. En el Informe Narrativo de 1689, esta
iglesia fue enlistada con el nombre de Porton.
[642]
Knollys, World, 75; Hayden, The Records of a Church of Christ, 189.
Davies, Worship, 205 cita el “Pacto de la Reunión de la Iglesia Bautista en
Horsleydown” en el 1700, el cual impone explícitamente la observancia
nocturna de la Cena. Hercules Collins criticó a las parroquias de la Iglesia de
Inglaterra por observar la ordenanza al mediodía, cuando “Cristo ciertamente
administró esa Ordenanza en la Noche”. Some Reasons for Separation, 13.
[643]
Hayden, The Records of a Church of Christ, 240. El pastor,
George Fownes, argumentó que la observancia “en la Escritura no estaba
atada a ningún Día, y fue instituida y administrada por primera vez por
nuestro Señor un viernes”. La iglesia fue persuadida por su razonamiento.
[644]
Keach, The Breach Repaired, 181.
[645]
Ernest R. Payne, “Baptists and the Laying on of Hands” {trad. no
oficial: “Los Bautistas y la Imposición de Manos”}, BQ 15, no. 5 (January
{enero} 1954): 203‑215; Greaves, Saints and Rebels, 172; Watts,
The Dissenters, 206.
[646]
Collins, Orthodox Catechism {título oficial: Un Catecismo Ortodoxo},
34.
[647]
Collins, Orthodox Catechism, 32-38.
[648]
Collins, Orthodox Catechism, 36, 38.
[649]
Keach, Parables: Series Two, 32.
[650]
White, ARPB, 54, 70-71, 175-76.
[651]
Petty France CMB, página 33 no numerada.
[652]
Véase MacDonald, “London Calvinistic Baptists”, 32‑82.
[653]
Nuttall, The Holy Spirit, 73. Nuttall anota que, en 1689, la Asamblea
General de los Bautistas Generales condenó el canto como una “formalidad
carnal”.
[654]
Nota de los traductores: El nombre original es West Country
Association.
[655]
White, ARPB, 58.
[656]
Knollys, The World that Now is, 76-80. Él dice que: “El Canto es una
Ordenanza del Evangelio”. Véase también Ian N. Mallard, “The Hymns of
Katherine Sutton” {trad. no oficial: “Los Himnos de Katherine Sutton”}
BQ 20, no. 1 (January {enero} 1963): 22‑33.
[657]
Hercules Collins, Orthodox Catechism, 75‑86 (paginada por error
como “66”). Se titula “An Appendix concerning the Ordinance of Singing”
{trad. no oficial: “Un Apéndice concerniente a la Ordenanza del Canto”}.
[658]
Hayden, Records of a Church of Christ, 133-34, 149, 151, etc.
[659]
Stevenson, Baptist Church, Wantage, 17; A Historical Survey of the
Baptist Church in Wantage, 12.
[660]
Los himnos de Keach son descritos en David W. Music, “The Hymns
of Benjamin Keach: An Introductory Study” {trad. no oficial: “Los Himnos
de Benjamin Keach: Un Estudio Introductorio’}, The Hymn {trad. no oficial:
El Himno} 34 (July 1983): 147‑154.
[661]
David Bogue y James Bennett, History of the Dissenters, from the
Revolution in 1688, to the year 1808 {trad. no oficial: Historia de los
Disidentes, desde la Revolución en 1688 hasta el año 1808} (London: Printed
for the Authors, 1810), 3:341. Al parecer, el historiador cuyo nombre no es
mencionado es Thomas Crosby, y él estaba equivocado en su conclusión.
Presumiblemente, algunas de las iglesias de la Asociación del Suroeste
estaban cantando en 1655, la iglesia de Wantage estaba cantando en 1667, y
Broadmead para 1671. Estrictamente hablando, Keach no introdujo “la
Salmodia” en la adoración en su iglesia, sino más bien el canto de himnos
basados en partes de la Escritura además de los Salmos.
[662]
Keach, The Breach Repaired, viii-ix, énfasis suyo.
[663]
Keach, The Breach Repaired. “Comunión” aquí se refiere a la
membresía.
[664]
Keach, The Breach Repaired, ix-x.
[665]
Keach, Answer, 8-9.
[666]
Keach, Answer, 4.
[667]
Keach, Answer, 5, énfasis suyo.
[668]
De lo más notable fue la entrada de William Kiffin, quien se puso al
lado de los oponentes al canto de himnos. Véase Kiffin, Barrett, Steed y Man,
A Serious Answer.
[669]
1692 Narrative, 9-13. Los siete hombres designados para examinar la
literatura fueron Andrew Gifford (de Fryars [en Bristol]), Henry Austine (de
Norwich), Edmund White (de Evershall), John Scott (de Richmond),
John Willis (de Alcester) y Samuel Buttall (de Plymouth).
[670]
Benjamin Keach, To all the Baptized Churches and Faithful Brethren
in England and Wales (folleto impreso privadamente, con fecha del 27 de
junio de 1692).
[671]
William Kiffin, George Barrette [sic.], Robert Steed y Edward Man,
To the Baptized Churches, their Elders Ministers and Members {trad. no
oficial: A las Iglesias de Bautizados, sus Ancianos, Ministros y Miembros}
(folleto impreso privadamente, s.f.).
[672]
Kiffin et. al., To the Baptized Churches, 1-4.
[673]
Keach, The Breach Repaired, 22.
[674]
Keach, The Breach Repaired, 45-46.
[675]
Marlow, Purity, 54-55. Los textos de los Evangelios se refieren al
episodio ocurrido en la conclusión de la Última Cena, mientras que el texto
en Hechos se refiere a Pablo y Silas en la cárcel filipense.
[676]
Keach cita a Marlow: “Las mujeres no deben cantar en la Iglesia
porque no pueden hablar en la Iglesia, y además porque cantar es enseñar”,
The Breach Repaired, 139.
[677]
Keach, The Breach Repaired, 122, 145, 139‑41. Los casos en los
cuales una mujer podía hablar incluían dar testimonio de su conversión
durante el proceso de adquisición de la membresía, dar testimonio en algún
caso de disciplina de la iglesia, y cantar. Véase anteriormente.
[678]
Keach, The Breach Repaired, 137.
[679]
C. M. Du Veil, A Commentary on the Acts of the Apostles (London:
Hanserd Knollys Society, 1851 reprint {reimpresión de 1851}), 362. Du Veil
era un judío que había sido convertido sucesivamente, primero al catolicismo,
luego al anglicanismo, y después se volvió bautista. Cf. W. T. Whitley,
“Charles–Marie de Veil” BQ 8, no. 8 (October 1937): 444‑46; Ivimey, HEB,
2:471‑475.
[680]
Keach, The Breach Repaired, 150-51. Él dice que: “esta es la manera
antigua de aquellos que alguna vez se opusieron a la Verdad, cuando estaban
en aprietos, enseguida arremetían contra los Traductores: esto ha de leerse así
en el griego, etc.; mientras que todo el Mundo sabe que, así como nuestros
traductores eran Eruditos capaces, también eran Hombres muy santos y
rectos. Además, nuestros Comentaristas y todos los Expositores,
generalmente dicen que está fielmente traducido”, 151, énfasis suyo. En
efecto, el argumento de Marlow es simplemente argucias.
[681]
Crosby, CHEB, 3:270-71.
[682]
Algunos fragmentos de este capítulo han sido publicados como
James M. Renihan, A Reformed Baptist Perspective on Associations of
Churches {trad. no oficial: Una Perspectiva Bautista Reformada de las
Asociaciones de Iglesias} (La Mirada, Calif.: Reformed Baptist Publications,
1997).
[683]
Los tratamientos académicos de la historia de las Asociaciones
Bautistas son muchos. Véase, por ejemplo, Slayden A. Yarborough, “The
Origin of Baptist Associations Among the English Particular Baptists” {trad.
no oficial: “El Origen de las Asociaciones Bautistas Entre los Bautistas
Particulares Ingleses”}, BHH 23, no. 2 (April 1988): 14‑24; White, “The
Doctrine of the Church”, 583 y sigs.; White, “The Organization of the
Particular Baptists” {trad. no oficial: “La Organización de los Bautistas
Particulares”}, 216 y sigs.; Geoffrey F. Nuttall, “The Baptist Western
Association 1653‑1658” {trad. no oficial: “La Asociación Bautista
Occidental, 1653‑1658”}, Journal of Ecclesiastical History 11 (1960):
213‑218.
[684]
White, “Doctrine of the Church”, 585.
[685]
El texto de la Confesión de 1644 puede encontrarse en Lumpkin, BCF,
153‑171; las actas de varias asociaciones regionales han sido transcritas en
White, ARPB.
[686]
No obstante, hay ejemplos de la continua actividad de las
Asociaciones, aún en los días más oscuros de la persecución. Por ejemplo, la
iglesia de Petty France (en Londres) registra lo siguiente en su libro de la
iglesia manuscrito: “marz 24 [1677] el Hno. Coxe fue designado para ir como
mensajero de esta iglesia a la reunión de los mensajeros de las iglesias
asociadas, a celebrarse en Hempstead el 2do día del 2do m:1678. Abr: 7mo,
el Hno. Coxe dio un informe del confortable asunto de la reunión de los
mensajeros de las Iglesias Asociadas, y del deseo de ellos que en el futuro
algunos hermanos en representación de esta y otras congregaciones en la
ciudad puedan ser designados cuando se dé la ocasión para ayudarles en sus
reuniones”. El 22 de septiembre, Coxe fue designado nuevamente para asistir
a una reunión de la asociación, a celebrarse en Abingdon el 24 de septiembre;
y el 20 de abril de 1679, Coxe y su coanciano, William Collins, fueron
designados para asistir a una reunión de la asociación, a celebrarse esa
semana en Londres. La asistencia a tales reuniones se anotaba regularmente
en el manuscrito. Petty France CMB, 7‑10. Debería recordarse que, según el
calendario antiguo que estaba vigente en aquella época, el 24 de marzo era el
último día de 1677 (aunque marzo era considerado el primer mes del nuevo
año), por tanto “el 2do día del 2do m:1678” habría sido el 2 de abril. Véase
también Dowley, “A London Congregation during the Great Persecution”,
233‑239.
[687]
A Confession of Faith, 92‑94. Énfasis en el original.
[688]
The Oxford English Dictionary 2nd ed., s.v. {bajo la entrada que
corresponde a} “communion”. Los números entre paréntesis se refieren a las
fechas más antiguas en las que estos significados del término han sido
constatados.
[689]
Benjamin Keach analizó ampliamente este tema en Parables: Series
One, 420‑428, diciendo que “el verdadero compañerismo consiste en
comunidad o comunión”, p. 422.
[690]
La Confesión Bautista inesperadamente sigue la formulación de la
Confesión de Westminster en este punto. La Declaración de Saboya dice:
“Todos los Santos están obligados...”. Puede que este sea el único lugar en el
texto donde los bautistas prefieren la formulación de Westminster a la de
Saboya. Cf. Waldron, Modern Exposition, 428.
[691]
Como Hechos 12 solo tiene 25 versículos, esto probablemente debería
ser corregido como Hechos 11:29,30. Estos versículos se ajustan al contexto
de la declaración de la Confesión.
[692]
A Confession of Faith, 94-95.
[693]
A Confession of Faith, 99, 102.
[694]
The Oxford English Dictionary, s.v. {bajo la entrada que corresponde
a} “communion”. Según la evidencia diacrónica, esta acepción está bien
atestiguada en la literatura eclesiológica por lo menos desde 1565.
[695]
Knollys, The World that Now is, 98.
[696]
Hay otro asunto intrigante en el libro de Knollys que puede tener
alguna relación con este tema. En varias partes asevera que debería haber una
sola iglesia en cada ciudad o localidad, aunque pudiera haber varias
congregaciones o iglesias que compusieran esta única iglesia: “La Iglesia en
Jerusalén fue la primera de todas aquellas Iglesias del Evangelio [...] La Cual
fue en su primera Constitución una Congregación local de Creyentes
santificados bautizados con Agua [...] Y aunque el número de los Discípulos
fue multiplicado de ciento veinte [...] a tres mil [...] es más, a cinco mil [...]
De tal manera que los Apóstoles tenían sus propias {y} distintas Compañías,
Sociedades, o Congregaciones en Jerusalén [Hch. 4:13, 19, 23...] Aun así,
siendo todas de un solo corazón, y de una sola alma, eran una sola iglesia
[…] Y así eran denominadas y llamadas todas las Congregaciones locales en
cada Ciudad [...] La Unidad del Evangelio que hace muchísimo por el
Bienestar de una Iglesia local es triple: Primero, Que haya UNA sola Iglesia
en cada Ciudad, y que todas las Congregaciones de Santos en esa Ciudad
(llamadas Iglesias) tengan un solo Nombre, a saber, La Iglesia de Dios en tal
Ciudad, como en los días de los Apóstoles, Hch. 15:4,22; 1 Cor. 1:2. Para que
así no pueda haber Cisma, Divisiones, ni Separaciones pecaminosas de la
Iglesia de Dios; sino que toda la iglesia pueda estar perfectamente unida en
UNA sola, Como una Ciudad que está bien unida entre sí, Sal. 122:3; como
una Casa o Edificio bien coordinado, Efe. 2:21,22; y como un Cuerpo bien
concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan
mutuamente, Efe. 4:16”. The World that Now is, 44‑45, 50‑51. Prosiguió
argumentando que la unidad también consistía en ser de un solo corazón y
una sola alma, procurando amarse mutuamente; y, en tercer lugar, que todos
los santos tenían que andar por la misma regla, sometiéndose a los obispos,
pastores, maestros, presbíteros, o ancianos puestos sobre ellos. Más adelante
en el libro, presta especial atención a su convicción de que la iglesia en cada
ciudad debía escoger a uno de los ancianos de las iglesias para que tuviera
“Prioridad, Presidencia y Preeminencia”, ¡sobre los demás ancianos!, cuando
escribió: “Quiero decir y tengo en mente a cualquiera de los Obispos,
Pastores, Maestros, Presbíteros, o Ancianos, que son o serán designados,
ordenados, y puestos sobre ellos como Obispo Principal o Presbítero de la
Iglesia en cualquier Ciudad y Aldeas adyacentes por el Consenso,
Aprobación y Elección del resto, quien para bien del Orden en el Gobierno
del Evangelio, tiene Prioridad, Preeminencia y Autoridad sobre el resto de los
Presbíteros u Obispos de la misma Iglesia; no solo, ni sin ellos, sino cuando
esté Reunido con ellos, para Actuar, Regir, Guiar, Ordenar y Gobernar con el
Consentimiento, Sufragio y Ayuda de ellos, conforme a las Leyes del Señor
Jesucristo, las Constituciones y Mandamientos, la Práctica y Ejemplo de sus
Santos Apóstoles: Hch. 15:2, 6, 19, 22”. The World that Now is, 68‑69 (véase
55‑69). ¡Esto es un elevado concepto de la comunión intereclesial!
[697]
William Kiffin, A Sober Discourse of Right to Church–Communion
(London: Geo. Larkin, 1681).
[698]
Las obras de Bunyan acerca del tema fueron: “A Confession of My
Faith, and Reason of My Practice; or, with whom I can hold Church
Fellowship” {trad. no oficial: “Una Confesión de Mi Fe y una Razón para Mi
Práctica o con quién puedo tener Compañerismo Eclesial”}; “Difference in
Judgment about Water–Baptism no bar to Communion” {trad. no oficial: “La
Diferencia de Criterio acerca del Bautismo con Agua no obstaculiza la
Comunión”}; y “Peaceful Principles and True; or, a Brief answer to Mr. D.
and Mr. P. about Water–Baptism” {trad. no oficial: “Principios Pacíficos y
Verdaderos o una Breve respuesta al Sr. D. y al Sr. P. acerca del Bautismo
con Agua”}. The Complete Works of John Bunyan {trad. no oficial: Las
Obras Completas de John Bunyan}, 2:203 259. El “Sr. D.” es
Henry Danvers, y el “Sr. P.” es Thomas Paul. Es importante notar el uso que
hace Bunyan de “comunión”. No se refiere primariamente a la participación
en la Cena del Señor, sino al “Compañerismo Eclesial o la Comunión de los
Santos”. Esto llegó a identificarse con la observancia de la Cena del Señor
porque, como dijo William Kiffin: “esa Ordenanza de Cristo es en la que
consiste principal y verdaderamente la Comunión de la Iglesia”, Sober
Discourse, 22. Cf. White, “Open and Closed Membership”, 330‑334, 341;
Harry Poe, “John Bunyan’s Controversy with the Baptists” BHH 23, no. 2,
(April, 1988): 25‑35; Christopher Hill, A Turbulent, Seditious, and Factious
People: John Bunyan and His Church {trad. no oficial: Un Pueblo
Turbulento, Sedicioso y Faccioso: John Bunyan y Su Iglesia} (Oxford:
Oxford University Press, 1988) 292‑95.
[699]
Kiffin Sober Discourse, 2. Véase también las páginas 16‑17, 29.
[700]
Collins, Some Reasons for Separation, 4. Esta es una cita directa de
“A Brief Instruction in the Worship of God”, de John Owen. Cf. Works of
Owen, 15:479. La edición de El Estandarte de la Verdad dice: “Holy Band”
en lugar de “Holy Bond” {“Vínculo Santo”}. La última frase parece encajar
con mejor precisión en el contexto de la declaración.
[701]
The Oxford English Dictionary, s.v. {bajo la entrada que corresponde
a} ‘communion’.
[702]
The Oxford English Dictionary, s.v. {bajo la entrada que corresponde
a} ‘communion’.
[703]
TBHS 1 (1908-1909): 235-36. La anotación prosigue con los nombres
de los hombres que suscribieron la Confesión, entre los cuales están
William Kiffin y John Spilsbury. Está notablemente ausente de esta lista el
nombre de Samuel Richardson.
[704]
Lumpkin, BCF, 168‑69.
[705]
En 1653, la Asociación de Abingdon envió una carta con esta
inscripción: “A la iglesia de Cristo de la cual nuestros hermanos
John Spilsberie y William Kiffin son miembros, y al resto de las iglesias en y
cerca de Londres, coincidiendo con dicha iglesia en principios y
constituciones, y en consecuencia teniendo comunión con la misma, las
iglesias de Abington, Reading, Henlie, Kensworth y Eversholt envían
saludos”. White, ARPB, 131.
[706]
B. R. White, “The Origins and Convictions of the First Calvinistic
Baptists”, BHH 25, no. 4 (Oct. 1990): 46‑47.
[707]
White, “Origins”, 20.
[708]
White, “Origins”, 20‑21.
[709]
White, “Origins”, 33, 37.
[710]
White, ARPB, 126; véase también la página 127. La primera
justificación bíblica para su práctica resulta de interés. Argumentaron que las
relaciones entre cada una de las iglesias en el cuerpo de Cristo son análogas a
las de cada cristiano en las distintas iglesias locales. De la misma manera que
todo creyente debe ser miembro del cuerpo de Cristo (es decir, de la iglesia
local), así también las iglesias locales deben ser miembros del cuerpo visible
de Cristo: “con respecto a la unión en Cristo hay una relación similar entre
cada iglesia local y las demás, como la que existe entre cada uno de los
miembros de una sola iglesia, pues todas las iglesias de Cristo componen un
solo cuerpo o Iglesia en general, bajo Cristo su cabeza, según Efe. 1:22 y sig.,
Col. 1:24, Efe. 5:23 y sigs., 1 Cor. 12:13 y sigs.”, White, ARPB, 126, 128.
[711]
De estas iglesias fundadoras, solo Henley no fue representada en la
Asamblea de 1689.
[712]
White, ARPB, 129.
[713]
White, ARPB, 131. Las palabras entre corchetes son conjeturas hechas
por el editor.
[714]
White, ARPB, 139.
[715]
De estas iglesias, Wantage, Hadnam (Haddenham), Oxford y
Hempsteed (Hemel Hempstead) enviaron mensajeros a la Asamblea General
de 1689.
[716]
White, ARPB, 140, 145, 162.
[717]
White, ARPB, 181-82.
[718]
Los bautistas no estaban solos en cuanto al uso del término en este
sentido. Los independientes lo usaron de forma similar. Philip Nye y
Thomas Goodwin hablaron de “una asociación o comunión de iglesias” en su
prefacio a The Keys of the Kingdom de John Cotton, y Cotton mismo habla de
un “pacto o comunión santo” entre las iglesias. Véase Larzer Ziff, ed.,
John Cotton on the Churches of New England (Cambridge, Mass.: The
Belknap Press, 1968), 75, 158. En los condados del noroeste, “El Acuerdo de
los Ministros e Iglesias de los Condados de Cumberland y Westmoreland que
estaban Asociados” hablaba de su deseo “de que varias iglesias deberían
tener comunión y mantener correspondencia entre sí; y con ese fin resolvimos
asociarnos”, Walker, The Creeds and Platforms of Congregationalism, 454.
Walker provee evidencia sustancial de la voluntad de los independientes para
concertar uniones eclesiales formales, ídem., Creeds, 442. Véase también
Allan Brockett, Nonconformity in Exeter {trad. no oficial: El No–
conformismo en Exeter} (Manchester: University Press, 1962), 8‑10; y
Yarborough, “The Origin of Baptist Associations”, 18‑22.
[719]
The Oxford English Dictionary, s.v. {bajo la entrada que corresponde
a} “communion”.
[720]
1689 Narrative, 10.
[721]
La vasta mayoría de las iglesias era de membresía cerrada. Broadmead
(en Bristol) es un ejemplo de una iglesia de membresía abierta.
[722]
1689 Narrative, 14.
[723]
1690 Narrative, 7-9.
[724]
1691 Narrative, 11; véase también la p. 6.
[725]
1691 Narrative, 11-12.
[726]
The Oxford English Dictionary, s.v. {bajo la entrada que corresponde
a} “communion”.
[727]
Petty France CB, 7, 9, 12, 13, 14, 16, 17, 21, etc.
[728]
Petty France CB, 12.
[729]
Petty France CB, 14. El “Hno. Collins” es Hercules Collins, al parecer
no tenía una relación de parentesco con William Collins, sino que era otro
líder entre los bautistas particulares de Londres.
[730]
Véase el capítulo 5 acerca de la Adoración.
[731]
Maze Pond CMB, 98.
[732]
En 1692, la Asamblea General decidió dividirse en dos reuniones
regionales durante el año siguiente, una a celebrarse en Londres y la otra en
Bristol. Aunque la Asamblea de Bristol continuó por muchos años, la
Asamblea de Londres murió rápidamente. Las cicatrices como resultado de la
controversia por el canto fueron tan profundas que no se hizo intento alguno
para resucitar el compañerismo entre las iglesias de Londres hasta que la
mayoría de los protagonistas murieron o se fueron de Londres. Este registro
proveniente del Libro de la Iglesia de Maze Pond da algún indicio de la
profundidad de cómo se sentía el asunto. Véase MacDonald, “London
Calvinistic Baptists”, 32‑83.
[733]
Pastoreada anteriormente por Hanserd Knollys y Robert Steed
sucesivamente.
[734]
Bagnio/Cripplegate CMB, 26. Broken Wharf era el lugar donde se
reunía esta misma iglesia cuando Knollys era pastor. Así que fueron la iglesia
anfitriona de la Asamblea General de 1689.
[735]
Bagnio/Cripplegate CMB, página no numerada frente a la página 27.
[736]
Nota de los traductores: El nombre original es Bridgenorth
Association.
[737]
Bagnio/Cripplegate CMB, página no numerada frente a la página 28.
[738]
Walker, The Creeds and Platforms of Congregationalism, 407; cf. A
Confession of Faith, 93.
[739]
Véase, por ejemplo, White, ARPB; Copson, Northern England.
[740]
Benjamin Coxe sirvió como enlace entre la Asociación de las
Regiones Centrales y la Asociación de Abingdon en la década de 1650, su
hijo Nehemías parece haber hecho lo mismo para las Asociaciones de
Londres y Hertfordshire en 1678, y las Asociaciones de Southampton y
Londres cooperaron juntas en 1690‑1691. Véase White, ARPB, 33, 41;
White, “The Organization of the Particular Baptists”, 218; Dowley, “London
Congregation”, 235, 239; “Whitchurch Manuscript”, 12, Número A2, y
14‑15, Número A3, titulada “Letter from the Association Meeting in
Southampton the 10th Day of the Seventh Month 1690” {trad. no oficial:
“Carta de la Reunión de la Asociación en Southampton, en el 10mo Día del
Séptimo Mes, 1690”} y “Letters from the London Association sent to the
Association at Southampton A Copy of which was sent to Whitchurch by
John Sibley of Southampton Feb. 18th 1691” {trad. no oficial: “Cartas de la
Asociación de Londres enviadas a la Asociación en Southampton, Una copia
de las cuales fue enviada a Whitchurch por John Sibley de Southampton,
Feb. 18vo, 1691”}.
[741]
White, ARPB, 103.
[742]
Ivimey, HEB, 4:292.
[743]
Véase White, ARPB, 109, nota 51.
[744]
White, ARPB, 88, 92.
[745]
Ivimey, HEB, 1:478-480.
[746]
1689 Narrative, 18.
[747]
1689 Narrative, 10-12.
[748]
1690 Narrative, 7.
[749]
1690 Narrative, 5. Véase también MacDonald, “London Calvinistic
Baptists”, 42.
[750]
1691 Narrative, 4-11.
[751]
1692 Narrative, 4-5, 7-8.
[752]
Véase anteriormente la información acerca de los mensajeros que
fueron enviados a las reuniones de la Asociación por la iglesia de
Petty France. Para encontrar un análisis de los diversos usos de la palabra
“mensajero” entre los bautistas, tanto generales como particulares, véase
J. F. V. Nicholson, “The Office of ‘Messenger’ amongst the British Baptists
in the Seventeenth and Eighteenth Centuries”, BQ 17, no. 5 (1957‑58):
206‑225.
[753]
Ivimey, HEB 1:479.
[754]
1689 Narrative, 19-25.
[755]
Por ejemplo, Robert Keate de la iglesia de Wantage aparece en la lista
como ministro, pero es claro que él era pastor de esta iglesia en aquel
momento. El Libro de la Iglesia de Wantage señala que él fue instalado como
“Ministro y Pastor” al parecer en 1648. Él continuó en esta posición hasta por
lo menos 1696, cuando John Tull fue llamado a ser su asistente. Tull lo
sucedió en el pastorado. Wantage Baptist Church Minute Book, 1760‑1824,
Wantage Baptist Church, 1. La primera sección del libro es un resumen de la
historia de la iglesia antes de la fecha de inicio de su redacción.
[756]
Por la iglesia de Plymouth, Samuel Buttall es listado como “ministro”,
mientras que Robert Holdenby es listado como “pastor”. Holdenby fue
llamado como pastor en agosto de 1688, pero se descontentó rápidamente y
pidió la dimisión de su oficio. La iglesia se negó al principio, para luego
conceder su segunda petición el 4 de junio de 1690. Tres meses más tarde,
Samuel Buttall fue llamado como pastor de la iglesia. Por tanto, en 1689, su
título de “ministro” no se refería al oficio pastoral. Henry M. Nicholson,
compiler {compilador}, Authentic Records Relating to the Christian Church,
now meeting in George Street and Mutley Chapels, Plymouth, 1640 to 1870
{trad. no oficial: Registros Auténticos Relacionados con la Iglesia Cristiana
que ahora se reúne en la Calle George y Mutley Chapels, Plymouth, de 1640
a 1870} (London: Elliot Stock, n.d. {sin fecha}) 56; Plymouth (George St.)
CMB, 25‑26.
[757]
Esta es la frase del capítulo 26:11 de la Confesión que se refiere a los
“Hermanos Dotados”.
[758]
Crosby dice: “No puedo dejar de observar [...] la conducta prudente de
los ministros de los bautistas ingleses, quienes, en todas sus administraciones
públicas —ya sea en asambleas generales o asociaciones locales— siempre
han requerido que dos o más caballeros juiciosos del laicado de cada iglesia,
elegidos por la congregación, se reúnan en asamblea con ellos, para ayudarles
y asistirles en todos sus debates y determinaciones”. Crosby, CHEB,
3:295‑96. Aunque él sobreestimó el número de hombres laicos requeridos, el
punto es aceptable.
[759]
Esto no significa que cada iglesia envió un ministro y un “hermano
principal”. Muchas enviaron a un solo representante, mientras que algunas
iglesias de Londres enviaron hasta cuatro.
[760]
Nota de los traductores: El nombre original es Hampshire Association.
[761]
Whitchurch Manuscript, 19, número A5; 23 número A6.
[762]
J. G. Fuller, A Brief History of the Western Association {trad. no
oficial: Una Breve Historia de la Asociación Occidental} (Bristol:
I. Hemmons, 1843) 22. Según Fuller, este es “el primer ejemplo registrado de
una predicación teniendo algún lugar en los servicios de la Asociación”. Las
actas de la Asociación de Bristol de 1693 solicitan que uno de los mensajeros
de Londres predicara en la reunión de Bristol en 1694, pero no hubo ningún
representante de Londres en esa reunión. Ivimey, HEB I:529, 534‑35. Uno
podría esperar que la predicación fuera común en estas reuniones, pero las
actas en existencia no lo mencionan. El Manuscrito Whitchurch anota que
Richard Chalk fue elegido para predicar en la reunión de la Asociación de
Hampshire de octubre de 1701. Whitchurch Manuscript, 26, número A6.
[763]
Fuller, Western Association, 23.
[764]
White, ARPB, pássim.; Whitchurch Papers, pássim.; Copson, Northern
England, pássim.
[765]
Ernest Payne, The Baptists of Berkshire Through Three Centuries
{trad. no oficial: Los Bautistas de Berkshire A lo Largo de Tres Siglos}
(London: The Carey Kingsgate Press, 1951) 150‑52.
[766]
Copson, Northern England, 33.
[767]
Whitchurch Manuscript, 86, número C17.
[768]
White, ARPB, 207.
[769]
Véase anteriormente la nota al pie 53 {en este mismo capítulo}.
[770]
Esto contrasta con los bautistas generales, quienes practicaban una
estructura más fuertemente centralizada. Véase Nicholson, “The Office of
Messenger”, 212‑13.
[771]
Presumiblemente, esto se refiere al proceso de resolución de ofensas
que se encuentra en Mateo 18:15‑17.
[772]
1689 Narrative, 10.
[773]
1689 Narrative, 9.
[774]
1689 Narrative, 7, 18.
[775]
1689 Narrative, 10-18.
[776]
Las Asambleas Generales también incorporaron preguntas y
respuestas a sus deliberaciones.
[777]
Copson, Northern England, 82.
[778]
Copson, Northern England, 86.
[779]
Whitchurch Manuscript, 23, número A6. Dicho bautismo fue
considerado válido.
[780]
Copson, Northern England, 94.
[781]
Copson, Northern England, 93-94.
[782]
1689 Narrative, 14; Copson, Northern England, 91.
[783]
1689 Narrative, 16.
[784]
Whitchurch Manuscript, 19, número A5, 24‑25, número A6; Copson,
Northern England, 82‑83 y pássim.; 1689 Narrative, 14.
[785]
Copson, Northern England, 89; Whitchurch Manuscript, 20,
número A5; 1689 Narrative, 18.
[786]
Copson, Northern England, 88; Whitchurch Manuscript, 19‑20,
número A5; Whitley, Baptists of Northwest England {trad. no oficial: Los
Bautistas del Noroeste de Inglaterra}, 77‑78.
[787]
Copson, Northern England, 93; 1689 Narrative, 13.
[788]
Copson, Northern England, 83; 1691 Narrative, 11‑12; Whitchurch
Manuscript, 21, número A5.
[789]
Copson, Northern England, 84, 89; Whitchurch Manuscript, 14,
número A3; Ivimey, HEB, 1:527.
[790]
Copson, Northern England, 86, 93; 1689 Narrative, 13.
[791]
Los registros en existencia de la Asociación están repletos de análisis
de una gran variedad de temas.
[792]
1689 Narrative, 10; 1690 Narrative, 7; Whitchurch Manuscript, 11,
número A2.
[793]
A Confession of Faith, 93-94.
[794]
Bromsgrove CB, 69-107 (134-170). La paginación doble está en el
original. Es difícil determinar la naturaleza exacta de los incidentes que
precipitaron la disputa. Cuando finalmente se resolvió, se decidió que “todos
los documentos debían ser reducidos a cenizas o destruidos”, 106 (169), y
esto parece haberse aplicado al libro de la Iglesia, ya que hay muchas lagunas
en la transcripción.
[795]
Bromsgrove CB, 99 (160).
[796]
Bromsgrove CB, 100 (161).
[797]
Bromsgrove CB, 103 (166).
[798]
Bromsgrove CB, 106 (169).
[799]
Whitchurch Manuscript, 24, número A6.
[800]
Whitchurch Manuscript, 24-25.
[801]
1692 Narrative, 9-13.
[802]
Benjamin Keach, To all the Baptized Churches; William Kiffin,
George Barrette, Robert Steed y Edward Man, To The Baptized Churches,
Their Elders, Ministers and Members. Aunque ambos folletos reconocen las
faltas, aun así, se empeñan en la autojustificación.
[803]
MacDonald, “London Calvinistic Baptists”, 69.
[804]
The Oxford English Dictionary, s.v. {bajo la entrada que corresponde
a} “communion”.