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Reseña - El Patriarcado Al Desnudo - Sagal Sendic
Reseña - El Patriarcado Al Desnudo - Sagal Sendic
Colette Guillaumin, Paola Tabet, Nicole Claude Mathieu, 2005, El patriarcado al desnudo. Tres
feministas materialistas, Ochy Curiel y Jules Falquet (compiladoras), Buenos Aires, Brecha
Lésbica.
El objetivo de esta compilación es realizar una historización del movimiento feminista y dar cuenta de
una postura radical que se convertirá en la base del feminismo materialista francés –en adelante FMF-
: darle la espalda al esencialismo que naturaliza las relaciones entre los sexos bajo el discurso de la
complementariedad, para hacer surgir el sexo analizado como fenómeno de clase en sus concreciones
históricas singulares (Curiel y Falquet, 2005). A partir de esta propuesta de análisis entenderemos que
basadas en un acceso diferenciado a los procesos técnicos y cognoscitivos (Curiel y Falquet, 2005).
de evidencia documental que sustenta el guion argumentativo de la crítica teórica desarrollada por
colonizadoras, esta en la base del giro materialista de la crítica feminista francesa y de sus importantes
aportaciones a la discusión teórica en torno al género, sexo, sexualidad, trabajo, relaciones de poder
y lucha de clases. La recuperación etnográfica realizada por Paola Tabet en su texto es nodal.
Paola Tabet es italiana y filóloga de formación; reconocida como una de las antropólogas centrales en
la teorización del feminismo materialista. Hacia 1978, Paola Tabet estableció relaciones con quienes
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Christine Delphy, Colette Guillaumin y Monique Wittig –en el contexto de producción de la revista
“Questions féministes”- (Wikipédia, 2021, Cánepa 2021). La crítica a la teoría de la diferencia sexual
construcción sociocultural e histórica; el giro radical estriba en problematizar el sexo como categoría
en el desdoblamiento de la desigualdad que establece a los hombres como clase dominante; esta es
Colette Joséphine Raymonde Guillaumin fue etnóloga, psicóloga y socióloga (1934-2017). Su teoría y
discurso crítico fueron soterrados por el constructo estadounidense de “French Feminism” que entronó
Guillaumin denuncia que para el caso de las mujeres no hay una disociación contractual entre cuerpo
y trabajo, sino que son constituidas como “máquina de fuerza de trabajo”: relación de clase basada en
Nicole-Claude Mathieu (1937-2014) fue antropóloga y socióloga, interpeló a autores como Bernard
Saladin –en torno a la teorización de un “tercer sexo” en los Inuit-, Maurice Godelier –sobre el
consentimiento de las mujeres en la relación de dominación-, Pierre Bourdieu –en relación con la
dominación masculina y la violencia simbólica- y Claude Lévi-Strauss –en torno al carácter cultural de
A manera de introducción
Más allá de ser un trabajo académico, es un corpus de análisis que sirve concretamente para luchar
Brecha Lésbica se suma al esfuerzo para crear otro mundo (no para caber mejor en él, sino para
habitarlo radicalmente): “No sabemos qué cara tendrá […] pero sabemos que el camino, que incluye
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el arte, la creatividad, la libertad, el juego y el placer, pasa también por la acción, la lucha, el debate y
El nodo reflexivo central del FMF es que hombre y mujer no son grupos biológicos y no poseen una
identidad cultural especifica, sino que están definidos por una relación social, material, concreta e
histórica: surge entonces el género como problemática de clase y a la par la sexualidad como un
conjunto de coacciones políticas fundamentales para la opresión de la mujer en tanto clase social
clase de hombres sobre la clase de mujeres, se hace institución a través de su concreción efectiva, es
decir, mediante el acaparamiento de los instrumentos y las actividades “masculinizadas” a raíz de este
mismo monopolio. Si no son las limitantes biológicas las que sostienen materialmente está asignación
que han sostenido históricamente este constructo ideológico en las distintas sociedades?
El argumento medular de Guillaumin es que las mujeres en tanto clase social son apropiadas por una
relación de dominación y explotación por la clase de los hombres mediante: a) la restricción y/o
la obligación sexual y e) un arsenal jurídico y un derecho consuetudinario que hablan desde y para la
Esta apropiación contiene dentro de sí una contradicción que, lejos de debilitarla, la refuerza: es,
simultáneamente colectiva e individual. Tiene una expresión individual –a través del contrato
institucionalizado del matrimonio que implica la apropiación del tiempo, de los productos del cuerpo, la
obligación sexual y la carga del cuidado material y afectivo de quienes integran el entorno doméstico-
y una colectiva –expresada en las relaciones corporales, las costumbres verbales, el sentido común,
la explotación del cuerpo y la fuerza de trabajo, así como en otras instituciones no contractualizadas:
ideológicamente bajo el discurso de naturaleza –que es en realidad la forma mental que asumen las
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relaciones sociales concretas-. Esta función ideológica no solo está en el discurso naturalista, sino que
encuentra en el arte hegemónico un aliado que le permite producir un grupo sociosexual de “mujeres”
/ bien material, sujeto de ser poseído y mirado, desprovisto de autorización discursiva e incapaz de
“[…] estos bienes en particular, por más materiales que sean, se mueven y hablan, lo que complica
considerablemente las cosas. Es a esto que los artistas intentan poner orden: privándonos frecuentemente de la
cabeza, de los brazos, de las piernas. La Venus de Cnide (la que se encuentra en el Museo de Louvre), decapitada,
sin piernas y manca, sigue siendo un ideal femenino de referencia. Y mejor aún, una mujer “muerta y aún caliente”,
como lo deja percibir la cultura viril de las bromas y de los espectadores de westerns” (Guillaumin en Curiel y
apropiación material del cuerpo mismo, transformado en instrumento de trabajo. Guillaumin realiza una
fuerza de trabajo, es decir, el cuerpo de la mujer en la economía doméstica –relación de sexaje cuyo
epítome son la carga física del cuidado de la comunidad, no evaluada ni temporal ni económicamente,
y la obligación sexual-: la mujer pasa a ser apropiada en su materialidad corporal, y por supuesto,
El objetivo de Paola Tabet (Curiel y Falquet, 2005) es realizar un análisis crítico del trabajo de las
mujeres y las formas en las que este se expresa en concordancia con la dominación masculina sobre
ellas. En el caso de Sky Woman, Tabet demuestra cómo las oportunidades de acceso a los
instrumentos y técnicas de caza se ven anuladas en la relación contractual del matrimonio: solo cuando
esta mujer enviuda y accede nuevamente a los instrumentos y técnicas de caza, puede incursionar en
la esfera del poder en su dimensión ritual y volverse chamán –el matrimonio como relación contractual
de subordinación individual de las mujeres se devela como un proceso de objetivación del cuerpo y la
potencia de la fuerza de trabajo a través de lo que Guillaumin propone como relación de sexaje-. El
carácter excepcional de este ejemplo etnográfico a la vez confirma el carácter cultural y político de la
división sexual del trabajo y muestra que las condiciones de equipamiento a las que pueden acceder
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“[…] se puede avanzar la hipótesis que la ruptura de la división sexual del trabajo, en el sentido de ruptura de la
prohibición para las mujeres de hacer los trabajos masculinos y la posibilidad de hacerlos con los instrumentos
pertinentes, o sea, en condiciones de equipamiento no inferior al masculino para el mismo trabajo, es incompatible
con la vida conyugal: puede existir sólo cuando no hay pareja hombre-mujer.” (Tabet en Curiel y Falquet, 2005:
84)
La división sexual del trabajo no es neutra, es construida con base en la generación de identidades
sociológicas femeninas y masculinas, cada una acotada a un espacio (privado y público) y expresada
con privilegio a ciertas actividades que tiene por finalidad la mayor explotación de la naturaleza y de
Este análisis crítico abre las puertas para nombrar un subequipamiento técnico de las mujeres y un
control masculino de los instrumentos de producción como origen de la división sexual del trabajo en
y otras –fenómeno simultaneo que expresa una relación social entre los sexos, no solo de carácter
Otro ejemplo de subversión de la norma, que hace por confirmarla es Woman Chief, quién al tener
acceso a los instrumentos, armas y técnicas de caza, sus capacidades son moldeadas en
consecuencia: “[…] A la muerte del padre adoptivo emprende acciones de guerra y pronto se convierte
en una guerrera famosa. Así entra en el consejo de los guerreros y de los jefes con una posición de
prestigio.” (Tabet en Curiel y Falquet, 2005: 83). La inserción de Woman Chief al espacio de poder
masculino implicó que para producir y comerciar las pieles de los animales que cazaba se apropiara
del cuerpo, trabajo y tiempo de otra mujer a la que toma por esposa; para obtener prestigio y consolidar
su estatus como jefa-guerrera posteriormente toma otras tres esposas más –reafirmando así el doble
rol en el monopolio masculino de los instrumentos: técnico y político, uso de los instrumentos y de los
cuerpos femeninos en los procesos de trabajo y la acción de poder a través del uso de las armas para
la guerra-.
1 A lo largo del recorrido etnográfico, podemos darnos cuenta de la inserción limítrofe de las mujeres en las
actividades productivas de carácter masculino, es decir, altas en la gama jerárquica de actividades. Pero esta
participación soporta una prohibición especial, sustentada en discursos ceremoniosos del orden social: las mujeres
no han de hacer uso de los instrumentos complejos, mucho menos de los más emblemáticos de cada actividad
de subsistencia. Al contrario, podrán y deberán participar cuando así son llamadas a hacerlo, poniendo en juego
y a trabajar, el único instrumento realmente suyo: su cuerpo, que, al extremo, pasa este mismo a convertirse en
instrumento, en uso, por un miembro o la totalidad del grupo de hombres.
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¿Identidad sexual/sexuada/ de sexo? Tres modos de conceptualización de la relación entre sexo y
Nicole-Claude Mathieu desarrolla tres formas para conceptualizar las relaciones entre los sexos y el
género. El primer modo partiría de la búsqueda del sexo en la conciencia individual, como elemento
bipartita de socialización que homologa sexo y género, lo natural es traducido por lo social y el sexo
construcción identitaria, del orden social y del orden simbólico del modelo heterosexual dominante-
(Mathieu en Curiel y Falquet, 2005). La identidad transexual transgrede lo social –el género- a través
del atributo biológico –el sexo-, por lo que se verifica como un cierto acomodo diferencial que concuerda
por lo que las formas a través de las cuales el individuo se percibe estarían marcadas por el todo social
y su diferenciación complementaria entre los sexos. En este nivel existe conciencia política respecto
de los rasgos socializados culturalmente y que componen el esquema bipartito del sexo, en este hay
un predominio del género sobre el sexo y un proceso de integración de la diversidad sexual, pautado
para su adecuación a las formas jerárquicas del género –como traducción constructora de asimetrías
En el tercer modo, la identidad de sexo se vincula con una conciencia de clase, la bipartición
sociocultural del género se plantea como ajena a la realidad biológica del sexo. El género construye al
sexo. Devela la naturalización ideológica de la apropiación de los cuerpos, y opone a esta una
politización en la anatomía con consciencia de clase de sexo. Para la construcción del género, el tabú
de la diferencia sexual exacerba las diferencias entre los atributos biológicos para establecer así la
En este nivel, la homosexualidad puede analizarse como una actitud política de lucha contra el género
política de lesbiana desborda la bicategorización del género y del sexo, yendo más allá de la bipartición
de los roles:
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“La conciencia de clase de sexo no parece limitarse a los países occidentales. Ciertamente, en la mayoría de las
sociedades tradicionales (pero también en las nuestras), es la conciencia de grupo sexuado que preside las
rebeliones de mujeres en contra de su condición (rebeliones la mayoría de las veces individuales) -y los etnólogos
tienen muy a menudo la ligereza de ignorar esta conciencia dolorosa de las mujeres porque no la encuentran
Los mecanismos materiales y subjetivos que han sostenido históricamente en diversas sociedades la
dominación de clase, por parte de los grupos de hombres sobre los grupos de mujeres, son tanto de
disciplinamiento social como de coerción institucional contractual. Las relaciones de poder dominantes
ejercen una fuerza social, material e ideológica, que disciplina a los cuerpos-mujeres mediante el
control y acceso diferenciados a los instrumentos, en especial a las armas y su uso en la guerra –la
violencia bélica como potestad del poder dominante de la clase hombres-. La relación institucional de
coerción contractual, el matrimonio, ejerce formas de violencia concretas y subjetivas que despojan a
Bibliografía
Curiel, Ochy y Jules Falquet –coompiladoras- (2005). El patriarcado al desnudo. Tres feministas
materialistas: Colette Guillaumin – Paola Tabet – Nicole Claude Mathieu. Buenos Aires, Brecha
Lésbica.
Falquet, Jules (2018). “Nicole-Claude Mathieu: hacia una anatomía de las clases de sexo”. En revista
Andaluza de Antropología, Número 14: Irrupciones feministas. Problemáticas epistemológicas y
Políticas, pp. 178 – 199.
Femenías, María Luisa y Luisina Bolla (2019). “Narrativas invisibles: lecturas situadas del feminismo
materialista francés”. En La Aljaba, Segunda Época, Volumen XXIII, pp. 91 – 105.
Medios electrónicos
Cánepa, Natalia (2021). “Paola Tabet. Feminismo Materialista Frances”. En Youtube. Tomado de
https://www.youtube.com/watch?v=r6xdXaZJqRc
Wikipédia (2021). Paola Tabet. Tomado de https://fr.wikipedia.org/wiki/Paola_Tabet#cite_note-:1-1
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