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Los desórdenes emocionales en Atención


Primaria

Article in Ansiedad y Estres · October 2011

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1 author:

Antonio Cano-Vindel
Complutense University of Madrid
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A randomized controlled trial (RCT) to compare transdiagnostic cognitive behavioral therapy (CBT) to
treatment as usual in adult patients with emotional disorders in the primary care (PC) setting. The
PsicAP trial View project

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Ansiedad y LOS DESÓRDENES EMOCIONALES EN ATENCIÓN PRIMARIA

Estrés Antonio Cano-Vindel

ISSN: 1134-7937 Universidad Complutense de Madrid


2011, 17(1), 75-97

Resumen: La revisión sistemática y el análisis de Abstract: The analysis and systematic review of the
Introducción
la literatura científica sobre los desórdenes emo- scientific literature on emotional disorders, ED
cionales, DE (trastornos de ansiedad, del estado de (anxiety disorders, mood disorders - major depres-
ánimo –trastorno depresivo mayor y distimia-, tras- sive disorder and dysthymia -, adjustment disorder
torno adaptativo de tipo ansioso, depresivo, o mix- with anxiety and/or depressed mood) reveals that:
to), revela que: (1) existe una asociación entre altos (1) there is an association between high levels of
niveles de estrés y emocionalidad negativa (ansie- stress and negative emotionality (especially anxiety
dad y tristeza, especialmente) en estos desórdenes; and depression) in these disorders; (2) two thirds of
(2) dos tercios de los pacientes con trastornos men- patients with mental disorders are attended in Pri-
tales son atendidos en Atención Primaria (AP); (3) mary Care (PC); (3) in this setting, patients with ED
en este ámbito, el tratamiento farmacológico es el traditionally receive pharmacological treatment (only
que tradicionalmente reciben los pacientes con DE, one third of the mental health treatment in Spain met
el cual no está bien ajustado a la evidencia científi- minimal adequacy criteria); in spite of constituting
ca en la mayoría de los casos (sólo un tercio cum- the treatment of choice for ED, in the minority of
ple los criterios de mínima adecuación), y es mino- cases are empirically validated psychological treat-
ritario el tratamiento psicológico empíricamente ments put into practice; (4) patients with ED who re-
validado, que precisamente está considerado el tra- ceive treatment as usual show elevated attrition and
tamiento de elección para estos trastornos; (4) los relapse rates, a high risk of chronification and co-
DE con el tratamiento convencional presentan una morbidity with other mental disorders and/or chronic
alta tasa de abandono y de recaídas, tienden a cro- physical conditions, a more frequent use of PC ser-
nificarse, dando lugar a una elevada comorbilidad vices, and greater disability than patients with physi-
con otras enfermedades mentales y/o condiciones cal disorders, imposing high economic, social and
físicas crónicas, suelen hiperfrecuentar las consul- psychological costs; (5) however, both the efficacy
tas de AP, producen mayor discapacidad que las and efficiency increase when ED are treated in PC
enfermedades físicas, y generan altos costes with psychological techniques that are based on sci-
económicos, sociales y psicológicos; (5) en cam- entific evidence; (6) Spain’s public healthcare sys-
bio, los DE tratados con técnicas psicológicas ba- tem is characterized by a sparse number of psy-
sadas en la evidencia científica, aplicadas en AP, chologists and excessive pharmaceutical costs. In
aumentan la eficacia y la eficiencia; (6) el sistema addition to this, EDs are generating a continuous in-
sanitario público español adolece de una serie de crease in psychoactive substance abuse (especially
problemas, como es la escasez de psicólogos y el benzodiazepines), frequent attenders in PC settings,
exceso de gasto farmacéutico, que en relación con high economic costs, elevated healthcare workers’
los DE, están generando un aumento continuo del overload, reduction in the doctor/patient time, in-
abuso de psicofármacos (especialmente benzodia- creasing as a result the risk of chronification of these
zepinas), hiperfrecuentación de las consultas de AP disorders, when in fact there are highly efficacious
por parte de estos pacientes, aumento de costes, and low cost treatment interventions.
sobrecarga en el personal sanitario, duración exce- To help improve this situation, the Spanish Foun-
sivamente corta de las consultas y la cronificación dation for the Promotion and Development of Pro-
de estos trastornos, para los que existen técnicas de fessional and Scientific Psychology (Psychofounda-
tratamiento altamente eficaces y de menor coste. tion) will conduct a pilot study in order to offer evi-
Con el fin de ayudar a mejorar esta situación, la dence-based psychological treatment to those pa-
Fundación Española para la Promoción y el Desa- tients presenting to PC with EDs. Psychofoundation
rrollo Científico y Profesional de la Psicología will ensure the provision of necessary means and
(Psicofundación) pondrá en marcha un proyecto pi- pertinent permits to enable the presence of two psy-
loto que llevará el tratamiento psicológico basado chologists in each centre, in various PC centres, in
en la evidencia científica a los pacientes con DE different autonomous communities. These healthcare
que acuden a AP. Para ello, Psicofundación apor- workers will be especially trained to apply effica-
tará los medios necesarios y pedirá los permisos cious psychological techniques in PC and carry out
pertinentes para que haya dos psicólogos sanitarios this work during 6 consecutive months. The selected
por centro, en varios centros de AP, en diferentes PC centres will randomly assign both types of treat-
comunidades autónomas. Este personal sanitario ment (psychological and traditional), offering pa-
estará especialmente formado en la aplicación de tients with ED in the experimental group the po-
técnicas psicológicas eficaces en AP y desarrollará ssibility of receiving psychological treatment, as an
76 Antonio Cano-Vindel

su labor durante seis meses continuados. Los cen- alternative or complement to the pharmacological
tros de AP seleccionados asignarán aleatoriamente treatment. The psychological intervention will be
ambos tipos de tratamiento (psicológico y tradicio- protocolized and described in a document to be
nal), ofertando a los pacientes con DE del grupo handed out to the patient. The project’s scientific as-
experimental la posibilidad de recibir tratamiento pects of efficacy, duration, chronification and costs
psicológico, como alternativa o complemento al will be assessed and results will be published in sci-
farmacológico. La intervención psicológica oferta- entific journals with high impact factor.
da estará protocolizada y descrita en un documento
dirigido al paciente. Se evaluarán los aspectos Key words: anxiety, stress, anxiety disorders, mood
científicos de eficacia, duración, cronificación y disorders, Primary Care.
económicos del proyecto, publicando los resulta-
Title: Emotional disorders in Primary
dos en revistas científicas de impacto.
Care
Palabras clave: ansiedad, estrés, trastornos de an-
siedad, trastornos del estado del ánimo, Atención
Primaria.

Antecedentes generales
Los trastornos de ansiedad y los trastor- como la ansiedad, las cuáles junto con el
nos del estado de ánimo (depresiones) son estrés, activan al individuo para afrontar los
los dos tipos de trastornos mentales más problemas. Cuando persisten las condicio-
frecuentes (Alonso et al., 2004b; Demytte- nes negativas, se puede iniciar un proceso
naere et al., 2004). Los trastornos adaptati- que podría llegar a generar una disfunción
vos, tanto de tipo ansioso, depresivo o mix- e incluso diversas patologías a lo largo del
to, están peor definidos, pero su prevalen- tiempo (Cano Vindel, 2003; Cano-Vindel
cia se considera alta, especialmente en & Miguel-Tobal, 2001). Si estos factores
Atención Primaria (AP) (Casey, 2009). El psicosociales y su interpretación psicológi-
tratamiento de estos desordenes emociona- ca (Márquez, Montorio, Izal, & Losada,
les (DE) en el Sistema Nacional de Salud 2006) no son atendidos y siguen actuando,
(SNS) se lleva a cabo mayoritariamente es muy probable que los mismos sigan pro-
desde AP y está enfocado principalmente duciendo sintomatología durante mucho
desde una perspectiva farmacológica (Ko- tiempo, a pesar del tratamiento farmacoló-
vess-Masfety et al., 2007). En su origen, gico, y una cronificación de los problemas
muchos de estos trastornos están íntima- (Kessler, 2007; Kessler et al., 2011; Martín
mente relacionados con factores psicoso- et al., 2009); mientras que una intervención
ciales, como por ejemplo, condiciones la- temprana de tipo psicológico, con técnicas
borales adversas (estrés laboral), desem- basadas en la evidencia científica, una in-
pleo, divorcio, o falta de apoyo social que tervención preventiva de tipo psicoeducati-
provocan reacciones emocionales negativas va, o incluso una intervención psicológica
tras años de consumo de psicofármacos, en
las que se enseña a las personas a manejar
*Dirigir la correspondencia a: sus emociones, pueden ser más eficaces y
Facultad de Psicología eficientes (Bortolotti, Menchetti, Bellini,
Universidad Complutense de Madrid
Campus de Somosaguas
Montaguti, & Berardi, 2008; Cape, Whit-
28223 Madrid tington, Buszewicz, Wallace, & Underwo-
E.Mail: canovindel@psi.ucm.es od, 2010; Martín et al., 2009; Richards &
© Copyright 2011: de los Editores de Ansiedad y Estrés
Los desórdenes emocionales en Atención Primaria 77

Suckling, 2009) que el tratamiento tradi- min, 2010), sexuales (Dunn, Croft, & Hac-
cional. kett, 1999), o de la alimentación (Swin-
Emocionalidad negativa y salud mental bourne & Touyz, 2007).
Las reacciones emocionales negativas o Aunque no es bien conocido el desarro-
desagradables, como la ansiedad, constitu- llo de estos trastornos, veamos un ejemplo
yen respuestas adaptativas ante situaciones documentado con el trastorno de ansiedad
relevantes y con posibles consecuencias por fobia social. La interacción de factores
adversas para el individuo (i.e., una posible genéticos, de personalidad y ambientales
amenaza para sus intereses, como la inse- puede hacer que algunas personas sean más
guridad en el empleo, que genera ansie- proclives, desde la infancia, a desarrollar
dad). Estas respuestas de ansiedad están inhibición conductual y reacciones emo-
mediadas por procesos cognitivos (Eysenck cionales negativas más intensas y frecuen-
& Eysenck, 2007; Márquez et al., 2006), tes, como la ansiedad ante situaciones so-
forman parte de nuestra vida cotidiana y ciales, lo que les puede aumentar la vulne-
por lo general nos ayudan a adaptarnos; sin rabilidad a sufrir trastornos emocionales,
embargo, también están presentes en el de- como la fobia social (Essex, Klein, Slatte-
sarrollo de diferentes desórdenes mentales ry, Goldsmith, & Kalin, 2010). Sin embar-
o condiciones físicas (Bethencourt, Peñate, go, está demostrado que la intervención
Fumero, & González, 1997; D'Souza, psicológica temprana, basada en el apren-
Strazdins, Lim, Broom, & Rodgers, 2003; dizaje emocional y el procesamiento de in-
Eysenck & Derakshan, 1997; Peri & To- formación de emociones, puede ayudar a
rres, 1999; Rodríguez López et al., 2005; estas personas a disminuir su vulnerabili-
Scott et al., 2007). dad y a prevenir el desarrollo de trastornos
Entre los trastornos mentales que están mentales como la fobia social (Rapee,
asociados con emocionalidad negativa, es- 2002).
pecialmente ansiedad y tristeza-depresión, Por el contrario, las personas que no
están bien documentados los trastornos han recibido este tipo de tratamiento y que
adaptativos de tipo ansioso, depresivo, o acumulan un trastorno de fobia social du-
mixtos (Hyodo et al., 1999; Illescas-Rico, rante tiempo tienen un mayor riesgo de
Amaya-Ayala, Jiménez-López, Caballero- desarrollar otros trastornos mentales, como
Méndez, & González-Llaven, 2002), la la depresión (Beesdo et al., 2007), y a largo
mayoría de los trastornos de ansiedad, co- plazo las personas con trastornos emocio-
mo el trastorno de pánico, trastorno de nales no resueltos tienden a presentar una
estrés agudo, trastorno de estrés postraumá- probabilidad incrementada de sufrir otros
tico o fobia social (Beesdo, Knappe, & Pi- trastornos mentales, como los trastornos
ne, 2009; Clark, Rodgers, Caldwell, Power, por abuso de sustancias (Kessler, 2004;
& Stansfeld, 2007), algunos trastornos del Kessler et al., 2011), así como trastornos
estado de ánimo, sobre todo trastorno de- físicos crónicos (Scott et al., 2007), cuya
presivo mayor o distimia (Wittchen, Bees- comorbilidad debería ser tenida en cuenta
do, Bittner, & Goodwin, 2003), trastornos al planificar el tratamiento y normalmente
por consumo de sustancias, como el abuso, no se atiende. La gran mayoría de los tras-
dependencia, síndrome de abstinencia y tornos mentales se inician antes de la edad
otros trastornos mentales derivados del adulta, mientras que el inicio del trastorno
consumo (Wood, Cano-Vindel, Iruarrizaga, adictivo secundario se produce, como pro-
Dongil, & Salguero, 2010), así como algu- medio, una década después (Kessler,
nas disfunciones del sueño (Magee & Car- 2004). A su vez, las enfermedades físicas
crónicas que son comórbidas con los tras-
78 Antonio Cano-Vindel

torno emocionales (obesidad, diabetes, as- ga multiplica (la evidencia en este sentido
ma, artritis, úlcera, hipertensión, otros tras- es más clara) el riesgo de sufrir trastorno de
tornos cardiovasculares, dolor crónico de pánico (Wood et al., 2010). Toda una serie
cuello y espalda, dolor crónico de cabeza, o de variables individuales, relacionadas con
múltiples dolores) son mucho más frecuen- el aprendizaje o de tipo cognitivo, pueden
tes a una edad avanzada (Scott et al., 2007). mediar en este proceso en el que la emo-
No existen muchos datos sobre diferen- cionalidad negativa puede llegar a ser la
cias interculturales en emocionalidad nega- base de un DE (Longley, Calamari, Wu, &
tiva y su relación con trastornos emociona- Wade, 2010).
les. En España, la experiencia de emocio- Una larga tradición en la investigación
nes negativas, concretamente de tensión experimental, desde Watson y Rayner,
(11%), agotamiento (7%) y cansancio (1920) se ha centrado en el estudio del
(15%), es similar o ligeramente inferior a la aprendizaje emocional, especialmente de
media europea (15%, 13% y 20%, respec- respuestas observables, y el condiciona-
tivamente) según el Eurobarómetro sobre la miento por asociación de respuestas fi-
Salud Mental y el Bienestar (Unión Euro- siológicas emocionales reguladas por el sis-
pea, 2010). A su vez, la prevalencia de tras- tema nervioso autónomo, fundamentalmen-
tornos de ansiedad es también similar o li- te en la fobia específica. Tras casi un siglo
geramente inferior en nuestro país (Haro et de investigación sobre el aprendizaje emo-
al., 2006): la prevalencia en los últimos 12 cional, la ansiedad y el tratamiento de las
meses en Europa es de 6,4% para los tras- fobias, las técnicas basadas en la exposi-
tornos de ansiedad (5,9% para España). ción son, hoy en día, el tratamiento de elec-
España presenta una menor emocionalidad ción para este trastorno de ansiedad (Wo-
negativa que Francia (el 65% de los espa- litzky-Taylor, Horowitz, Powers, & Telch,
ñoles se siente agotado “nunca” o “rara- 2008; Wolitzky-Taylor, Horowitz, Powers,
mente”, frente al 48% de los galos) y una & Telch, 2010).
prevalencia de trastornos de ansiedad en los A partir de los años 80, el enfoque cog-
últimos 12 meses que es la mitad que en nitivo ha complementado al enfoque del
nuestro país vecino (12%). aprendizaje y ha ido progresando en la in-
Las emociones dependen de algunas ca- vestigación de los factores de vulnerabili-
racterísticas del individuo (e.g., rasgo de dad cognitiva que pueden llevar a un pro-
ansiedad) y del ambiente (e.g., padres ex- cesamiento de la información emocional
cesivamente exigentes), y es el repertorio que sea sesgado, aumentando de este modo
emocional del individuo el que determina el nivel de respuesta emocional y la proba-
de manera importante la naturaleza de su bilidad de desarrollar un trastorno emocio-
conducta. Así, los estímulos emocionales nal. Así, por ejemplo, Michael Eysenck ha
positivos provocarán conductas de aproxi- ido elaborando desde los años 90 la teoría
mación, mientras que los estímulos emo- de los cuatro factores (Eysenck & Eysenck,
cionales negativos provocarán conductas de 2007), basándose en estudios de laboratorio
escape, evitación y otras conductas negati- sobre el procesamiento de la información,
vas. Cuando el individuo experimenta así como en estudios clínicos. Esta teoría
múltiples fuentes de estimulación emocio- señala que las reacciones de ansiedad y los
nal, las emociones se suman (Carrillo, Co- principales trastornos de ansiedad pueden
llado, Rojo, & Staats, 2006). Existe evi- ser explicados por la acción de dos tipos de
dencia sobre la relación existente entre ele- sesgos cognitivos, atencional e interpretati-
vados niveles de estrés y el inicio o aumen- vo. En el trastorno de fobia social los ses-
to en el consumo de tabaco, lo que a la lar- gos cognitivos estarían centrados en la pro-
Los desórdenes emocionales en Atención Primaria 79

pia conducta. La persona con fobia social trastorno obsesivo-compulsivo (Leal Car-
centra su atención en su comportamiento cedo & Cano-Vindel, 2008); (4) trastorno
ante situaciones sociales y considera que no de estrés postraumático (Dongil Collado,
sólo dicho comportamiento es inapropiado, 2008; Ehlers & Clark, 2000; Ehlers, Clark,
sino que recibirá una evaluación negativa Hackmann, McManus, & Fennell, 2005;
por ello y sufrirá el rechazo de los demás. Elwood, Hahn, Olatunji, & Williams,
Dichos sesgos se activan ante situaciones 2009); (5) trastorno de ansiedad generali-
sociales, pero el individuo pasa mucho zada (Behar, DiMarco, Hekler, Mohlman,
tiempo también anticipando o procesando & Staples, 2009; Ramos-Cejudo & Salgue-
información del pasado, lo que provoca un ro, 2010; Schmidt, Richey, Buckner, &
aumento de ansiedad casi todo el tiempo, Timpano, 2009);
que está centrada en su conducta social. En A pesar de que estos tratamientos psi-
cambio, en el trastorno de pánico, estos cológicos, basados en el aprendizaje de la
sesgos cognitivos estarían centrados en la respuesta emocional y en los sesgos cogni-
activación fisiológica y las sensaciones tivos cometidos en el procesamiento de in-
físicas; mientras que las personas con tras- formación, están empíricamente validados
torno obsesivo-compulsivo sesgarían la in- y han demostrado ser más eficaces para re-
formación sobre las consecuencias que ducir o eliminar DE que el tratamiento
pueden tener sus pensamientos, por el convencional, existe una brecha importante
hecho de pensar y no poder controlar cier- entre la investigación y la práctica clínica,
tos pensamientos no deseados o intrusos; y especialmente en los servicios públicos de
por último, en el trastorno de estrés pos- salud en AP (Shafran et al., 2009), que se
traumático, al menos en su inicio, los ses- está intentando reducir en el Reino Unido
gos cognitivos girarían en torno al cuarto desde el año 2007 (Richards & Suckling,
factor implicado en la reacción de ansie- 2009). En todos los países del mundo exis-
dad: la situación, traumática en este caso. te un enorme hueco entre el número de ca-
Una línea de investigación actual se sos con trastorno mental y el número de es-
centra en el desarrollo de modelos de vul- tos casos que es atendido o solicita algún
nerabilidad cognitiva en los DE, su contras- tipo de tratamiento; esta distancia es aún
tación empírica, el desarrollo de una terapia mayor si nos centramos en el tratamiento
de reestructuración cognitiva basada en di- psicológico.
chos modelos, y la demostración de la efi- Estrés y salud mental
cacia de esta técnica de tratamiento, que se El estrés, al igual que las emociones, es
va enriqueciendo progresivamente y pro- también un proceso adaptativo que genera
mete mejorar el tamaño del efecto hasta una respuesta más rápida, enérgica o ágil a
ahora conseguido con las técnicas cogniti- las demandas de la situación en la que se
vo-conductuales, ya de por sí elevado (Bu- genera dicho proceso, aumentando la acti-
tler, Chapman, Forman, & Beck, 2006). vación a nivel cognitivo, fisiológico y con-
Como muestra, véanse por ejemplo algunos ductual, pero frecuentemente puede provo-
trabajos recientes en esta línea sobre algu- car reacciones emocionales negativas y ma-
nos DE: (1) fobia social (Clark et al., 2006; lestar psicológico. El 84% de los españoles
Cox, Fleet, & Stein, 2004; Schultz & se ha sentido verdaderamente estresado en
Heimberg, 2008; Vidal Fernández, Ramos- algún momento de su vida, mientras que el
Cejudo, & Cano-Vindel, 2008); (2) trastor- 28% de los hombres y el 39% de las muje-
no de pánico (Hoffart, Sexton, Hedley, & res se ha sentido estresado muchas veces
Martinsen, 2008; Wood, 2008; Zvolensky, (O.C.U., 2005). Las causas del estrés más
Schmidt, Bernstein, & Keough, 2006); (3)
80 Antonio Cano-Vindel

frecuentes en los últimos doce meses fue- res de cabeza y DE (Lee et al., 2009). En
ron: en un 66%, los problemas laborales; España (Codony, Alonso, Almansa, Vila-
seguidos de los problemas familiares, con gut, Domingo, Pinto-Meza, Fernández et
un 50%; los problemas de salud, con un al., 2007; Haro et al., 2006), el grupo de
31%; importantes acontecimientos vitales, personas previamente casadas y ahora se-
con un 29 %; problemas financieros, con paradas presenta una mayor probabilidad
un 27%; presión por el rendimiento escolar, de sufrir un trastorno de ansiedad en el
19%; y el tráfico, con un 12%. último año (7,1%) que las personas que
El estrés laboral elevado (Paoli, 1997) continúa con su pareja (5%). A su vez, el
además de producir síntomas iniciales (co- primer grupo consume más fármacos psi-
mo dolores de espalda, 30%; estrés, 28%; cotrópicos, 28,5% en los últimos 12 meses,
fatiga general, 20%; dolores musculares, que el de casadas en la actualidad (16,1%).
17%; dolores de cabeza, 13%; irritabilidad, Por otro lado, el porcentaje de cuidadoras
11%; problemas de visión, 9%; insomnio, de familiares con dependencia que consu-
7%; ansiedad, 7%; así como otros síntomas men fármacos psicoactivos asciende al
menos frecuentes), multiplica por dos la 37,1% (Pérez Peñaranda et al., 2009).
probabilidad de desarrollar trastornos de El desempleo es también un estresor
ansiedad y trastornos del estado de ánimo importante que constituye un factor de
en jóvenes que no padecían previamente riesgo para sufrir problemas de salud (Jin,
estos desórdenes (Melchior et al., 2007), y Shah, & Svoboda, 1995). En España, los
aumenta la probabilidad de consumir desempleados tienen una probabilidad ma-
fármacos psicoactivos. Así, en algunos es- yor (Haro et al., 2006) de tener algún tras-
tudios, la tensión laboral está asociada con torno de ansiedad (Odds Ratio OR=2,2), un
estos trastornos de salud mental y predice trastorno depresivo (OR=2,2), o un trastor-
el uso de medicación antidepresiva (Virta- no por consumo de sustancias (OR=1,8), en
nen et al., 2007). En general, condiciones los últimos 12 meses.
laborales adversas y la falta de apoyo social El estrés crónico tiende a favorecer la
predicen el inicio de sintomatología sub- aparición de reacciones de ansiedad cada
clínica ansiosa y depresiva (Andrea, Bult- vez más intensas y frecuentes, que pueden
mann, van Amelsvoort, & Kant, 2009), pe- llegar a constituir reacciones de pánico
or salud autoinformada, tanto física como subclínico e incluso ataques de pánico, que
mental (trastornos de ansiedad y depre- están en la base de varios trastornos de an-
sión), y un mayor riesgo para desarrollar un siedad, especialmente el trastorno de páni-
diagnóstico de estos trastornos (D'Souza et co. Si no se trata a tiempo y de manera efi-
al., 2003; Strazdins et al., 2010), que se va caz este desorden, el individuo suele co-
sustanciando a lo largo del tiempo (Sa- menzar a evitar aquellas situaciones que
muelsson, McCamish-Svensson, Hagberg, teme le pongan ansioso y puedan desenca-
Sundstrom, & Dehlin, 2005). denar nuevos ataques de pánico, lo que
Además del estrés en el trabajo, otros viene a desencadenar un nuevo trastorno, la
factores como el estrés familiar (adversida- agorafobia. Las personas con este cuadro
des) y la falta de apoyo social, guardan clínico consumen en su mayoría psicofár-
también una estrecha relación con los pro- macos, desde hace años, sin que remita el
blemas emocionales, como el dolor de ca- problema; en cambio, las técnicas psicoló-
beza, el inicio de DE y el consumo de psi- gicas basadas en la evidencia científica son
cofármacos, de manera que en los países capaces de revertir este proceso (Martín et
con menor número de adversidades fami- al., 2009; Richards & Suckling, 2009; Wo-
liares hay una menor prevalencia de dolo- od, 2008). El tratamiento del trastorno de
Los desórdenes emocionales en Atención Primaria 81

pánico con y sin agorafobia debe comenzar y OR=1,6 para mujeres), frente a los traba-
por dar información, que puede ser apoya- jadores que sufren menor estrés (Pelfrene
da con biblioterapia, sobre el papel de las et al., 2004).
emociones, la función que cumplen la an- Sin embargo, como es lógico, el con-
siedad y el estrés, así como sobre el papel sumo de psicofármacos depende de otros
de los procesos cognitivos y el aprendizaje muchos factores, como por ejemplo el país,
emocional, tanto en el origen y desarrollo pues Bélgica presenta un consumo de psi-
del desorden como en su eliminación. La cofármacos en el último año 4,2 veces me-
guía NICE recomienda entre 7 y 14 horas nor que en España (3,8% vs. 16,0%), pero
de técnicas de tratamiento cognitivo- los trabajadores belgas presentan unos ni-
conductual, que podrían distribuirse en se- veles similares o sólo ligeramente inferio-
siones semanales de 1-2 horas, con una du- res de estrés laboral (21,0% vs. 21,4%) y
ración de hasta 4 meses de tratamiento de ansiedad en el trabajo (6,6% vs. 8,4%)
(NICE, 2011). que los trabajadores españoles, según la IV
Las situaciones traumáticas, en las que Encuesta Europea de Condiciones del Tra-
está en juego la vida propia o de otras per- bajo (European Foundation for the Impro-
sonas (estrés traumático), también pueden vement of Living and Working Conditions,
producir trastornos mentales, especialmente 2006).
el trastorno por estrés agudo y el trastorno Estas diferencias entre países en el con-
por estrés prostraumático. Si bien existen sumo de psicofármacos quizás se puedan
diferencias en la probabilidad de desarro- explicar por algunos parámetros básicos
llar estos trastornos según el tipo de evento (como gasto, recursos, etc.) del sistema
estresante, o el número de traumas sufridos público de AP que guardan relación con la
(Darves-Bornoz et al., 2008), sin embargo eficacia y calidad del servicio prestado
dicha probabilidad también depende de las (Banco Mundial, 2011; Kovess-Masfety et
diferencias individuales en la forma de pro- al., 2007; WHO, 2005). Así, por ejemplo,
cesar el suceso traumático (Ehlers & Clark, la duración de las consultas de AP es el do-
2000). Si no se atiende adecuadamente a ble en Bélgica que en España (Deveugele,
las personas que sufren estos trastornos con Derese, van den BrinkMuinen, Bensing, &
técnicas eficaces de tratamiento (Ehlers et Maeseneer, 2002), el gasto sanitario por
al., 2005; O'Donnell, Bryant, Creamer, & habitante en 2005 según el Banco Mundial
Carty, 2008) hay una tendencia a la cronifi- (2011) fue un 38,2% superior en Bélgica
cación y al desarrollo de nuevos desórdenes (3.135 $USA vs. 2.268), según otra fuente
comórbidos, como la depresión y trastornos (la OMS) un 55,8% superior (2.441 $USA
por consumo de sustancias. vs. 1.567) (Kovess-Masfety et al., 2007), el
Estrés y consumo de psicofármacos número de psiquiatras por 100.000 habitan-
Muchas personas que sufren estrés y tes es 2,8 veces superior en Bélgica (18 vs.
van desarrollando progresivamente mayo- 6,5) (WHO, 2005), el número de psicólo-
res niveles de ansiedad, malestar psicológi- gos por 100.000 habitantes en la sanidad
co, insomnio, o somatizaciones y proble- pública española es 16,8 veces superior en
mas de salud, terminan recibiendo un tra- Bélgica (32 vs. 1,9) (Kovess-Masfety et al.,
tamiento de tipo farmacológico cuando 2007), o un 76,1% inferior a la media eu-
acuden a AP. Así, los trabajadores belgas ropea (4,2 veces inferior a la media UE-
con niveles mayores de estrés laboral tie- 15), y por último, la demanda de asistencia
nen una probabilidad incrementada de con- sanitaria no para de crecer en España, sien-
sumir tranquilizantes (OR=1,9 para varones do ya casi cuatro veces mayor en nuestro
país (9,5 visitas al año por habitante) que
82 Antonio Cano-Vindel

en Suecia (2,8), sin embargo, Suecia desti- los gastos el SNS, del nivel cultural, o de la
na un 34,7% más de recursos por habitante mayor o menor actitud para tomar psi-
(2.828 $USA) a la sanidad que España cofármacos (Dezetter et al., 2011). En Es-
(2.099 $USA). En resumen, pensamos que paña, el bajo número de psicólogos del
una menor inversión en nuestro sistema sa- SNS conlleva retrasos considerables en la
nitario y especialmente en el número de atención especializada si se quiere trata-
psicólogos, podría estar favoreciendo una miento psicológico, que a la larga condu-
mayor hiperfrecuentación por parte de los cen al abandono del tratamiento (Pinto-
pacientes con DE, que no se curan, ni si- Meza et al., 2010). Sólo el 0,9% de los pa-
quiera reciben una mínima información cientes con un trastorno de ansiedad recibe
adecuada sobre sus problemas en los esca- tratamiento psicológico, un 27,1% trata-
sos minutos que dura la consulta. Esta falta, miento psicológico y farmacológico, mien-
presumiblemente, estaría siendo “subsana- tras que un 33% recibe tratamiento exclusi-
da” con un mayor gasto en psicofármacos, vamente farmacológico y el 39% no recibe
para aliviar los síntomas. España es el cuar- ningún tratamiento (Codony, Alonso, Al-
to país de la OCDE en consumo farmacéu- mansa, Vilagut, Domingo, Pinto-Meza,
tico (Casajuana Brunet & Romea Lecum- Fernandez et al., 2007). Sólo el 30,7% de
berri, 2009). Es el país de Europa (del en- los españoles que tienen un trastorno de an-
torno ESEMeD, European Study of the siedad solicita atención sanitaria y el 57,0%
Epidemiology of Mental Disorders, reali- de los que tienen un trastorno del estado de
zado en Italia, Alemania, Holanda, Bélgica, ánimo, pero el 30,8% de quienes tienen un
Francia y España) con menos psiquiatras trastorno mental y consultan, no reciben
por 100.000 habitantes, pero con mayor tratamiento (Codony, Alonso, Almansa,
demanda de consultas a psiquiatría por DE Vilagut, Domingo, Pinto-Meza, Fernandez
(43,8%); además, es el penúltimo país en et al., 2007).
número de médicos de AP (Kovess- Los tranquilizantes son el tipo de psi-
Masfety et al., 2007). Asimismo, el consu- cofármaco más consumido (11,4% de la
mo de psicofármacos ha crecido un 6% población española, en el último año), al-
anual en los últimos 5 años, periodo 2004- canzando niveles muy altos en algunos
2009 (Ministerio de Sanidad y Consumo, trastornos de ansiedad, como el trastorno
2010). Pero todo este gasto acaba supo- de pánico (52%) o el trastorno de ansiedad
niendo en parte un despilfarro económico, generalizada (49%), a pesar de la evidencia
por el alto abandono de tratamiento en al- en contra y las recomendaciones de la guía
gunos casos, la automedicación que se pro- NICE. Pero el consumo de estos fármacos
longa durante años en otros y, sobre todo, no sólo se da en personas con trastornos
por la cronificación de problemas (el 60- mentales, sino también en personas que su-
70% de las personas que tienen un dia- fren estrés y no han desarrollado un tras-
gnóstico de trastorno de ansiedad a lo largo torno mental. Así, el 10,1% de los ciudada-
de la vida, lo ha tenido activo en el último nos españoles consume tranquilizantes, sin
año) (Kessler, 2007), para los que existe tener síntomas suficientes para un dia-
solución basada en la evidencia científica gnóstico de trastorno mental; a su vez, el
(Richards & Suckling, 2009). 8,1% de los europeos (estudio ESEMeD)
Es sabido que al final, la elección de consume psicofármacos, a pesar de no
tratamiento psicológico o psiquiátrico en cumplir los criterios de trastorno mental al-
los países del estudio ESEMeD depende de guno (Alonso et al., 2004c; Codony, Alon-
factores económicos y educativos: de la so, Almansa, Vilagut, Domingo, Pinto-
disponibilidad de recursos del país, si cubre Meza, Fernández et al., 2007).
Los desórdenes emocionales en Atención Primaria 83

Las personas que no tienen un dia- 69,11% del consumo), un 29,4% más que
gnóstico de trastorno mental, pero sufren en el año 2004.
estrés comienzan por sufrir problemas de El consumo de psicofármacos en pa-
malestar psicológico, insomnio y somatiza- cientes que acuden a un centro de AP es al-
ciones, lo que puede conducir al consumo to, pudiendo alcanzar una prevalencia del
de psicofármacos, con el fin de aliviar los 37,9% e incluso niveles de dependencia en
síntomas, pero no resuelve los problemas un alto porcentaje de pacientes (28%) (Se-
psicosociales que están asociados con el cades et al., 2003). Este consumo está rela-
estrés, los cuales seguirían actuando sobre cionado con factores psicosociales, puesto
el individuo para producir más síntomas, lo que es mayor en mujeres, en separados y en
que a su vez haría aumentar el consumo de desempleados (Linden et al., 1999; Mateo
psicofármacos. Estos primeros síntomas de Fernández, Rupérez Cordero, Hernando
estrés están aumentando en nuestra socie- Blázquez, Delgado Nicolás, & Sánchez
dad. Así se desprende de la comparación de González, 1997), perfil que está asociado
los datos de la V Encuesta Nacional de con mayores niveles de estrés. Otros facto-
Condiciones de Vida en el Trabajo de res que definen este perfil de pacientes de
2.003 (Almodóvar Molina et al., 2004) con AP que consumen psicofármacos son: per-
los datos de la encuesta anterior, a las mis- sonas de mayor edad y con nivel educativo
mas cuestiones, en 1.999, cuatro años antes más bajo. En un estudio realizado en Cata-
(Maqueda Blasco et al., 1999), con un au- luña el 13,8% de los pacientes de AP con-
mento de todos los síntomas evaluados que sumía tranquilizantes, siendo el cuarto tipo
están asociados con el estrés, o un incre- de fármaco más consumido; además se ob-
mento en el número de visitas al médico servó que la mujer, a partir de los 55 años,
por problemas relacionados con el trabajo. mostraba un elevado consumo de tranquili-
A su vez, el consumo de tranquilizantes ha zantes (una de cada tres pacientes de AP) y
venido aumentando a razón de un 7% anual de antidepresivos (una de cada cinco) (Fer-
en dosis definidas diarias por mil habitantes nandez-Liz et al., 2008). Estos perfiles de
entre los años 1995-2002 (García del Pozo pacientes suelen tener menos años de edu-
et al., 2004). cación, así como un concepto del proceso
Además, los programas de contención salud-enfermedad muy medicalizado, que
del gasto farmacéutico del SNS en los no se corresponde con la realidad; sino que
últimos años no han conseguido reducir el por el contrario el estilo de vida está muy
consumo de psicofármacos, pues si se revi- relacionado con la salud.
san las series publicadas por la Dirección En este sentido, la OMS aboga porque
General de Farmacia (Información Terap- los trastornos mentales sean atendidos ini-
éutica del Sistema Nacional de Salud), se cialmente en AP (WHO, 2008), pero marca
verá que en el año 2009 se consumieron ca- directrices a los gobiernos para que aumen-
si 47 millones de envases de tranquilizantes ten la información, la educación para la sa-
tipo benzodiazepina, sólo con receta médi- lud, el ejercicio físico y el cambio de estilo
ca oficial (el 69,11% del consumo), exac- de vida, especialmente en tiempos de crisis
tamente 46.883.120 (Ministerio de Sanidad económica, o en el caso de la mujer que se
y Consumo, 2005), un 21,5% más que en el ve más afectada por los DE (son más vul-
2004 (Ministerio de Sanidad y Consumo, nerables y están aumentando los problemas
2005). En 2.009 el consumo de envases de psicológicos y enfermedades laborales en-
tranquilizantes (benzodiazepinas) y antide- tre las mujeres con su incorporación al
presivos superó los 74 millones mundo laboral), como estrategia de preven-
(74.122.080), con receta médica oficial (el ción de trastornos físicos y mentales que
84 Antonio Cano-Vindel

están muy relacionados con factores psico- sólo el 32,6% de los españoles con un dia-
sociales y económicos, con el fin de evitar gnóstico de trastorno mental en los últimos
una excesiva medicalización de la salud. 12 meses consume psicofármacos (Alonso
Sin embargo, España sólo invierte un 5% et al., 2004c), mientras que la gran mayoría
en prevención y son escasas las interven- no recibe tratamiento. La adherencia en el
ciones psicoeducativas, por ejemplo en po- caso de los antidepresivos es baja (el 56%
blación de riesgo como las cuidadoras de abandona el tratamiento en los 4 primeros
enfermos con demencia (Losada Baltar, meses) y un buen cumplimiento se da sólo
Izal Fernández de Tróconiz, Montorio Ce- en el 22% de los casos (Serna, Cruz, Real,
rrato, Márquez González, & Pérez Rojo, Gasco, & Galvan, 2010). La gran mayoría
2004), a pesar de ser eficaces. de los pacientes españoles con DE no reci-
El tratamiento tradicional de los DE no ben un tratamiento farmacológico míni-
es inocuo, pues el consumo de fármacos mamente basado en la evidencia científica,
psicoactivos puede producir efectos negati- especialmente si el tratamiento se sigue en
vos en el neurodesarrollo de los bebés ex- AP (Fernandez et al., 2006). Así, entre los
puestos a este tipo de fármacos al tomarlos individuos con un diagnóstico de trastorno
la madre durante el embarazo (Gentile, depresivo mayor puro en los últimos 12
2010), e incluso una pérdida de esperanza meses, solamente el 29,1% había consumi-
de vida, que es independiente de otros fac- do antidepresivos en el mismo periodo,
tores de riesgo (Belleville, 2010). En espe- mientras que más de la mitad (51,1%) hab-
cial, el consumo de benzodiazepinas tiende ía tomado tranquilizantes de tipo benzodia-
a cronificarse, a veces durante décadas pese zepina Un porcentaje importante de pacien-
a que se recomienda que no se prolongue el tes europeos (ESEMeD) procura evitar este
consumo más de 4 semanas, ya que pasado tratamiento imperante (un 14% de los pa-
ese tiempo son mayores los efectos secun- cientes con DE) (Pinto-Meza et al., 2010).
darios que terapéuticos (Ashton, 1994; Ru- Otro porcentaje significativo busca trata-
bio & López-Ibor, 2007a, 2007b), pudien- miento fuera del sistema público (Sevilla-
do producir accidentes (Dubois, Bedard, & Dedieu et al., 2010), con desigual acierto
Weaver, 2008), o caídas con rotura de ca- debido a la falta de información sobre tra-
dera y la consiguiente pérdida de esperanza tamientos eficaces basados en la evidencia
de vida (Allain, Bentue-Ferrer, Polard, científica. Por último, para los DE, la tasa
Akwa, & Patat, 2005; Cumming & Le Cou- de abandono del tratamiento en AP es muy
teur, 2003; Nurmi-Luthje et al., 2006; alta después de las tres primeras visitas
Wang, Bohn, Glynn, Mogun, & Avorn, (Pinto-Meza et al., 2010).
2001). Trastornos mentales y discapacidad
Sin embargo, pese a las advertencias Estos trastornos mentales producen más
contra este tipo de fármacos, las benzodia- discapacidad que los trastornos físicos
zepinas continúan siendo con diferencia el crónicos y tienen un efecto de sinergia
tipo de psicofármaco más consumido en cuando se combinan con enfermedades
España, con un 11,4% de prevalencia año, físicas crónicas para producir discapacidad
y en Europa, 9,8% (Codony, Alonso, Al- (Scott et al., 2009). El trastorno depresivo
mansa, Vilagut, Domingo, Pinto-Meza, empeora más la salud incluso que las en-
Fernández et al., 2007). fermedades físicas crónicas (diabetes, as-
A pesar de que los fármacos son el tra- ma, angina y artritis), tal y como se com-
tamiento habitual universal y gratuito tanto probó en un estudio llevado a cabo con casi
de los DE como demás trastornos mentales, 250.000 pacientes de 60 países (Moussavi
et al., 2007), en el que se encontró también
Los desórdenes emocionales en Atención Primaria 85

que entre un 9,3 y un 23% de pacientes con Centre for Economic Performance's Mental
enfermedad física crónica presenta un tras- Health Policy Group, 2006) señala que el
torno depresivo. A su vez, los pacientes 40% de las discapacidades (físicas y menta-
con trastornos de ansiedad presentan un les) tiene su origen en algún trastorno men-
mayor riesgo, que los pacientes que no tie- tal (en su mayoría trastornos de ansiedad y
nen trastornos de ansiedad, de padecer tras- del estado de ánimo). Así mismo, refleja
tornos físicos (Pascual et al., 2008), como que el 40% de las personas que perciben
cefalea (OR=4,2), cardiopatía (OR=3,9), algún tipo de ayuda económica por disca-
problemas músculo-esqueléticos (OR=3,8) pacidad, lo hacen por la presencia de algún
o trastornos digestivos (OR= 2). En Espa- trastorno mental, que es, además, un factor
ña, un 11,5% de los pacientes de AP pre- secundario en al menos el 10% de discapa-
senta comorbilidad entre los principales DE cidades de otro tipo.
(trastornos del estado de ánimo y trastornos Trastornos mentales en AP
de ansiedad) con trastornos somatoformes Como es lógico la prevalencia de tras-
o somatomorfos, que se caracterizan por tornos mentales en la población es más baja
una sintomatología física a la que se atri- que la prevalencia en AP, donde puede lle-
buye un origen emocional o psicológico gar a triplicarse. Los trastornos de ansiedad
(Roca et al., 2009). son el tipo de trastorno más frecuente y tie-
En el estudio ESEMeD-España también nen una prevalencia en la población espa-
se encontraron datos similares: los trastor- ñola en los últimos 12 meses del 5,9%,
nos mentales, y entre ellos los trastornos frente al 6,4% de los 6 países ESEMeD
del estado de ánimo (TDM y distimia), (rango: 12% en Francia y 5,8% en Italia) y
mostraron el mayor impacto negativo sobre el 18,2% de USA. El trastorno mental es-
la calidad de vida relacionada con la salud pecífico más prevalente es el trastorno de-
(CVRS) y la discapacidad funcional (más presivo mayor, que alcanza una prevalencia
días de trabajo perdidos), superando el im- año del 3,9% en España y el mismo valor
pacto de enfermedades físicas crónicas. La en Europa (Alonso et al., 2004b). Hay una
comorbilidad entre los trastornos del estado alta comorbilidad entre estos trastornos: el
de ánimo y los de ansiedad fue la que ge- 41,7% de los pacientes con un trastorno del
neró la mayor afectación negativa de la estado de ánimo tenía un trastorno de an-
CVRS. En general, la calidad de vida men- siedad o un trastorno por consumo de alco-
tal resultó más afectada que la calidad de hol; mientras que el 28,3% que tenía un
vida física (Pinto-Meza et al., 2007). Entre trastorno de ansiedad, además tenía alguno
los trastornos mentales más frecuentes (an- de los otros dos (Alonso et al., 2004a). En
siedad, depresión, sustancias y control de España, un 9,2% de la población tiene un
impulsos), en los casos graves, para la gran diagnóstico de alguno de los cuatro grupos
mayoría (81,2%) hay un elevado número de trastornos más frecuentes (ansiedad, es-
de días de baja (por término medio unos 30 tado de ánimo, sustancias y control de im-
días) en los que no pueden cumplir con sus pulsos) en los últimos 12 meses, frente al
obligaciones cotidianas; mientras que entre 12,0% de Bélgica, 18,4% de Francia, o el
los casos moderados hay un 13,4% que ha 26,4% de USA (Demyttenaere et al., 2004).
perdido algún día (entre 1 y 4) en el último Hay un acuerdo generalizado al afirmar
año (Codony, Alonso, Almansa, Vilagut, que los trastornos mentales son frecuentes
Domingo, Pinto-Meza, Fernandez et al., en AP, están mal detectados por el médico
2007). y mantienen un patrón de hiperfrecuenta-
En el Reino Unido, el documento cono- ción en las consultas. En Europa, la fre-
cido como “informe sobre depresión” (The
86 Antonio Cano-Vindel

cuentación de la población general en las algún trastorno depresivo, que con frecuen-
consultas de AP de los 6 países del estudio cia presenta una alta comorbilidad con tras-
ESEMeD fue de un 7,4% al año, y del tornos de ansiedad y trastornos somatofor-
2,7% para aquellos ciudadanos que no tie- mes (OR = 6,25). En USA, el 19,5% de los
nen un trastorno mental, ni sintomatología pacientes de AP presentaron al menos un
emocional subclínica, por debajo del um- trastorno de ansiedad y el 6,8% tenía páni-
bral del diagnóstico (esto es, sin patología y co (Kroenke, Spitzer, Williams, Monahan,
sin síntomas); sin embargo, para el grupo & Lowe, 2007), mostrando comorbilidad
de pacientes con diagnóstico de algún tras- con otros trastornos de ansiedad en un 33%
torno mental en los últimos 12 meses que de los casos. El 40% no recibía ningún tra-
ha solicitado tratamiento se observó una ta- tamiento y de los que sí lo recibían casi to-
sa de hiperfrecuentación del 51,7%, con dos tomaban medicación.
una media de 11,7 visitas. Estos pacientes En nuestro país, como en Europa, los
tienen una tasa de frecuentación en AP 19,1 trastornos mentales están muy vinculados
veces superior a los ciudadanos sin trastor- con AP. Por un lado, el 64,2% de los pa-
nos y sin síntomas; pero además de asistir a cientes europeos con trastornos mentales
AP, los pacientes con trastornos mentales (estudio ESEMeD) es atendido por un
registraron en un 25,1% visitas a los servi- médico de AP (Kovess-Masfety et al.,
cios especializados de Salud Mental, con 2007). Por otro lado, según numerosos es-
una media de 17,2 visitas (Alonso et al., tudios publicados se estima que en nuestro
2007). país (Díaz González, 2008) entre un 20 y
En el mismo estudio se encontró que los un 40% de los pacientes que acuden a AP
pacientes españoles con trastorno mental en tienen trastornos de salud mental y están
los últimos 12 meses que solicitan asisten- tomando psicofármacos. Según el Colegio
cia tenían una probabilidad un 42,9% ma- Oficial de Psicólogos (COP), el 25% de las
yor (OR=1,43) de acudir a las consultas de consultas de AP de Galicia (C.O.P., 2006)
AP y un 100% superior (OR=2,0) de solici- y el 30% en Cataluña (C.O.P., 2008) se de-
tar la atención especializada de Salud Men- ben a casos de personas con problemas de
tal (Alonso et al., 2007). Así pues, en Es- salud mental, especialmente trastornos de
paña tenemos una prevalencia más baja de ansiedad, depresión y adicciones.
trastornos mentales que en otros países y En un estudio reciente, el más amplio
un porcentaje mayor de atención por el realizado en nuestro país, con 7.936 pacien-
SNS, pero también tenemos una tasa mayor tes de AP, se encontró con una prueba de
de hiperfrecuentación. cribado (Primary Care Evaluation of Men-
En un estudio promovido por la OMS tal Disorders, PRIME-MD) una prevalencia
en 14 países de todo el mundo hace ya casi aún más alta, pues el 53,6% presentaba uno
dos décadas se encontró que un 21,1% de o más trastornos mentales (Roca et al.,
los pacientes de AP tenía al menos un dia- 2009). Los más frecuentes fueron los tras-
gnóstico de trastorno mental ICD-10 (Or- tornos del estado de ánimo (35,8%), los
mel et al., 1994), siendo los más frecuentes trastornos de ansiedad (25,6%) y los tras-
el trastorno depresivo y el trastorno de an- tornos somatoformes (28,8%). El 11,5%
siedad generalizada. Con datos más recien- presentaba comorbilidad en estos tres tipos
tes, en un meta-análisis se encontró que el de trastornos, todos ellos muy relacionados
19,5% de los pacientes de AP de 10 países con ansiedad, estrés y otras emociones ne-
tenían depresión (Mitchell, Vaze, & Rao, gativas. En general, la comorbilidad entre
2009). En Alemania (Mergl et al., 2007) el trastornos mentales y enfermedad física
22,8% de los pacientes de AP presentan crónica fue muy alta (56,8%), siendo ma-
Los desórdenes emocionales en Atención Primaria 87

yor que la prevalencia de trastornos menta- tariamente farmacológico; así, se vio que
les en personas sin enfermedad física los pacientes que presentaban algún tras-
crónica (48,9%), OR=1,37 (Gili et al., torno del estado de ánimo en los últimos 12
2010). Esta prevalencia de trastornos men- meses habían recibido “Sólo tratamiento
tales en las consultas de AP españolas psicológico” en apenas un 5,8% de los ca-
(53,6%) es más alta que en Bélgica sos, mientras que “Sólo tratamiento farma-
(42,5%), utilizando el mismo instrumento cológico” lo había recibido un 37,3%, y
PRIME-MD (Ansseau et al., 2004), y muy ambos tipos de tratamiento el 32,2%. En
similar a la ya obtenida hace diez años en cuanto a la escasez de medios, en el año
nuestro país con la misma prueba de criba- 2004 nuestro sistema público de salud
do (53,5%), que mostró una sensibilidad gastó sólo el 67% de la media de la UE-15
del 81,4% y una especificidad del 66.1% en los servicios de AP, con un PIB del 90%
(Baca Baldomero et al., 1999). En este es- de la media (Navarro López, Martín-Zurro,
tudio se obtuvo una prevalencia del 41,3% & Violán Fors, 2009), ocupando el ante-
mediante entrevista diagnóstica (SCAN) penúltimo puesto de la UE-15 en gasto sa-
realizada por psiquiatra, mientras que el nitario dedicado a AP. España tiene un
médico de AP sólo detectó un 18,5%. Es número muy reducido de profesionales sa-
decir, que el PRIME-MD sobreestima lige- nitarios por mil habitantes, escasez de re-
ramente la prevalencia (53,5 vs. 41,3), pero cursos dedicados a la educación para la sa-
podría ser muy útil para los médicos en sus lud de la población general (se invierte sólo
dificultades de infradiagnóstico (18,5 vs. un 5% en prevención), consultas masifica-
41,3) a la hora de detectar los trastornos das en AP, una duración de las consultas
mentales (44,8% de detección, una cifra demasiado corta (Deveugele et al., 2002),
similar a la de otros estudios). problemas de formación a nivel de salud
La prevalencia de trastornos mentales mental en el personal sanitario (Latorre,
en las consultas de AP en España son algo López-Torres, Montañés, & Parra, 2005;
más bajas cuando se utilizan entrevistas es- Latorre et al., 2007), infradiagnóstico y
tructuradas diagnósticas: 45,1% de preva- errores diagnósticos de los trastornos men-
lencia vida y 30,2% de prevalencia en los tales en AP, tratamientos farmacológicos
últimos 12 meses en un estudio llevado a inadecuados o no basados en la evidencia
cabo en Cataluña. El 18,5% presentó un científica, descoordinación entre los distin-
diagnóstico de trastorno de ansiedad en los tos niveles de salud, primaria y especiali-
últimos 12 meses y el 13,4% un trastorno zada, hiperfrecuentación de los pacientes
del estado de ánimo (Serrano-Blanco et al., con trastornos mentales, etc. Quizás por to-
2010). Los trastornos mentales concretos do ello, nuestro país es el cuarto de la
más frecuentes fueron el trastorno depresi- OCDE que más gasto farmacéutico tiene,
vo mayor (9,6%) y el trastorno de pánico con 517 $ USA (422 €) en el año 2005,
(7%). sólo superado por USA, Canadá y Francia
El tratamiento de los trastornos menta- (Casajuana Brunet & Romea Lecumberri,
les en AP en nuestro país está condicionado 2009). El consumo de psicofármacos de ti-
por el enfoque biológico de los trastornos po tranquilizante, hipnótico y antidepresivo
mentales y probablemente por la escasez de (los que se prescriben para los DE) no ha
medios. En el estudio ESEMeD-España se parado de aumentar durante muchos años,
encontró (Codony, Alonso, Almansa, Vila- despilfarrando así mucho dinero y otros
gut, Domingo, Pinto-Meza, Fernandez et costes sanitarios, o sociales, en un trata-
al., 2007) que el tipo de tratamiento que se miento que no es eficaz. Por el contrario,
usa para los trastornos mentales es mayori- son escasísimos en nuestro país los estudios
88 Antonio Cano-Vindel

de ensayo clínico controlado que intentan (56% del gasto, ó 170,41 euros del año
llevar a cabo un tratamiento psicológico en 2000, por episodio) como el resto (perso-
AP (Guerrero Caballero et al., 2008; nal, mantenimiento instalaciones, pruebas
Rodríguez-Sánchez et al., 2010). diagnósticas, etc.). Como se ha comentado,
Es decir, en España se sigue apostando la depresión fue el cuarto tipo de enferme-
por el tratamiento farmacológico, a pesar dad que más gasto generó en este centro
de que otros países como el Reino Unido, AP, con un 4,5% del gasto total.
basándose en la evidencia científica, han En un estudio más reciente, sobre base
cambiado ya claramente este modelo pu- de datos poblacional, los costes anuales sa-
ramente biológico hacia un enfoque más nitarios y por pérdida de productividad la-
psicológico y social, con un mayor peso de boral para la depresión fueron (Sicras-
lo cognitivo y lo conductual (Calvo & Ca- Mainar, Blanca-Tamayo, Gutierrez-
no-Vindel, 1997), y en el que las técnicas Nicuesa, Salvatella-Pasant, & Navarro-
cognitivo-conductuales han demostrado ser Artieda, 2010) de 706,0€ para los pacientes
no sólo eficaces sino también eficientes en remisión (se estimó que un 54,6%),
(Butler et al., 2006; Hofmann & Smits, frente a 1.108,3€ en aquellos sin remisión
2008; Pérez Álvarez & Fernández Hermi- (p<0,001), y las pérdidas de productividad
da, 2001; Richards & Suckling, 2009; Task fueron de 1.631,5€ y 2.024,2€, respectiva-
Force on Promotion and Dissemination of mente (p<0,001). Se consideraron en remi-
Psychological Procedures, 1993). sión los pacientes que no requirieron nue-
Carga y costes de los trastornos mentales vas prescripciones de antidepresivos duran-
En España, una sola enfermedad men- te al menos 6 meses tras la retirada del tra-
tal, el trastorno depresivo mayor, estaba ya tamiento del primer episodio; los pacientes
hace diez años en el cuarto puesto de la lis- que sólo pudieron interrumpir el tratamien-
ta de trastornos que más gasto sanitario ge- to por un período < 6 meses se consideró
neran en AP, con un 4,5% del gasto total. que no mantuvieron la remisión. La valida-
La OMS ha pronosticado que para el año ción de este criterio obtuvo una sensibili-
2020 la depresión será la segunda causa de dad de 0,906 y una especificidad de 0,925.
discapacidad en el mundo. En este listado El coste sanitario entra dentro de los
sobre los costes sanitarios de AP según en- costes directos, que sólo representan el
fermedades, la hipertensión esencial, que 29% de los costes totales de la depresión,
está asociada también a un alto nivel de pues el 71% se debe a costes indirectos
emocionalidad negativa (ansiedad, ira y (discapacidad, pérdida de productividad,
tristeza-depresión), ocupaba el primer etc.). Así, a pesar del alto coste farmacéuti-
puesto con un 9,3% del gasto total de AP y co en antidepresivos, que aumenta incesan-
los problemas de ansiedad en el décimo temente, sabemos que éste supone sólo el
noveno con el 0,8% (Sicras-Mainar, 2002). 9% del total del coste de la depresión en
No hay muchos estudios sobre el impacto España hoy en día, que asciende a 5.005
económico de las diferentes enfermedades millones de euros al año (Valladares, Dilla,
atendidas en AP. En este trabajo realizado & Sacristán, 2008). Según este estudio, el
sobre los datos de un centro de AP de Ba- coste total de la depresión en Europa se ha
dalona se obtuvo un coste sanitario, referi- estimado en 118 billones de euros, y la ma-
do al año 2000, de 304,3 euros por episodio yor parte de esta cifra (61%) se debe a los
de depresión y/o ansiedad (226,5 para de- costes indirectos referidos a bajas por en-
presión y 77,8 para ansiedad). En este coste fermedad y pérdidas de productividad. Si el
se incluyen tanto los costes farmacéuticos coste de la depresión en España cuesta
5.005€, esto supondría unos 3.030 € al año
Los desórdenes emocionales en Atención Primaria 89

por paciente, si se atendiera a todos los es- nes a especialistas, pruebas complementa-
pañoles que pueden tener depresión en los rias y gasto de farmacia). Los costes sanita-
últimos 12 meses (el 4,37% de la población rios ambulatorios totales por año y pacien-
española adulta, que según el INE fue de te, sin corregir, fueron mayores en el grupo
37.804.175 personas adultas, en 2009), o con algún problema mental, de 851,5 frente
bien unos 5.315 € al año, por paciente a 576,9 euros, con una diferencia media
atendido, si se tiene en cuenta que sólo el ajustada por edad, sexo y comorbilidades
57% de los pacientes con algún trastorno de 72,6 euros (IC del 95%, 59,2-85,9; p <
depresivo demanda tratamiento en nuestro 0,0001). Los costes ambulatorios anuales
país (Codony, Alonso, Almansa, Vilagut, por paciente, desagregados en sus compo-
Domingo, Pinto-Meza, Fernandez et al., nentes (visitas médicas, derivaciones al es-
2007). pecialista, pruebas complementarias y
Por lo que respecta a los costes sanita- prescripción farmacéutica) fueron mayores
rios de la ansiedad, en otro estudio con más en todos los casos en el grupo con proble-
de 63.000 pacientes de AP se encontró que mas mentales. Las mayores diferencias co-
el 5,3% presentaban un trastorno de ansie- rregidas se encontraron en los costes far-
dad generalizado, TAG (Sicras-Mainar, macéuticos (29,3 euros; IC del 95%, 17,4-
Blanca-Tamayo, Navarro-Artieda, & Re- 41,2).
jas-Gutiérrez, 2009). Los pacientes con Con datos administrativos del SNS y
TAG a lo largo del año 2006 tuvieron 7,2 otras fuentes, un estudio (Oliva-Moreno,
episodios/año frente a 4,6 del grupo de pa- Lopez-Bastida, Montejo-Gonzalez, Osuna-
cientes sin este desorden; así como 12,1 Guerrero, & Duque-Gonzalez, 2009) de-
frente a 7,4 visitas/año; p<0,001). El TAG terminó que, en conjunto, los trastornos
guardó relación con la edad (OR=1,1), ser mentales generaron un coste económico de
mujer (OR=2,2), hipertensión arterial 7.019 millones de euros, de los cuales los
(OR=1,3), dislipemia (OR=1,2), ser fuma- costes médicos directos supusieron el
dor (OR=1,4), síndrome depresivo 36,9% (con 2.777 millones de euros), los
(OR=1,2) y evento cardiovascular costes asociados a cuidados informales el
(OR=1,3) (p<0,02). El coste directo me- 17,7% (con 1.245 millones de euros) y los
dio/anual corregido por edad, sexo y co- costes por baja laboral el 42,7% (con 2.997
morbilidades fue de 555,58 euros en el millones de euros). En conjunto, los costes
grupo de referencia (sin TAG) y 817,37 eu- totales representaron cerca del 1% del Pro-
ros en el grupo de TAG (p<0,001), un ducto Interior Bruto (PIB) del país. En
47,12% más elevado para este trastorno de USA, sólo los trastornos de ansiedad supo-
ansiedad. nen el 30% del gasto económico del presu-
En otro estudio más general, sobre pro- puesto dedicado a salud mental y la mitad
blemas mentales en AP, del mismo grupo de ese gasto se contabiliza en AP (Barlow,
de investigación (Sicras-Mainar et al., 2003).
2007), se incluyeron pacientes mayores de No siempre son comparables los dife-
15 años, con al menos una demanda de rentes estudios sobre costes y coste-
atención por problemas mentales, atendidos eficacia. A veces, la principal conclusión
por 5 equipos de atención primaria durante de una revisión sistemática es que en el fu-
el año 2004. Se encontró que la utilización turo se deberían hacer estudios más riguro-
de recursos sanitarios fue significativamen- sos y que permitan la comparación entre
te mayor en el grupo que demanda atención ellos. No obstante, nos parece que los datos
por problemas mentales en todos los nive- aquí presentados avalan nuestras tesis: po-
les analizados (visitas médicas, derivacio- demos mejorar la situación actual.
90 Antonio Cano-Vindel

Implantación de un programa Pubmed, utilizando los términos Mesh pro-


Con el fin de ayudar a mejorar esta si- pios de cada apartado de este trabajo.
tuación, la Fundación Española para la Hemos intentado avalar nuestras tesis, en
Promoción y el Desarrollo Científico y cada tema, con diferentes datos de investi-
Profesional de la Psicología (Psicofunda- gación. Nos han sido muy útiles los estu-
ción) pondrá en marcha un proyecto piloto, dios que han sido publicados por la inicia-
“Psicología en Atención Primaria” (Psi- tiva WHO WMHS (World Health Organi-
cAP), que llevará el tratamiento psicológi- zation, World Mental Health Surveys), es-
co basado en la evidencia científica a los pecialmente los de nuestra zona (estudio
pacientes con DE que acuden a AP. Para ESEMeD). Ha sido una tarea ardua de
ello, Psicofundación aportará los medios búsqueda y análisis de información, pero
necesarios y pedirá los permisos pertinen- pensamos que ha merecido la pena y que
tes para que haya dos psicólogos sanitarios las líneas que hemos dibujado están bastan-
en varios centros de AP en diferentes co- te claras. Sin embargo, se han usado tam-
munidades autónomas. Este personal sani- bién otras fuentes de calidad menos con-
tario estará especialmente formado en la trastada, porque la revisión ha sido bastante
aplicación de técnicas psicológicas eficaces exhaustiva y algunos datos no están publi-
en AP y desarrollará su labor durante seis cados en revistas científicas, sino que se
meses continuados. Los centros de AP se- trata de datos administrativos, por ejemplo,
leccionados ofertarán a los pacientes con o de encuestas de organismos públicos, que
DE la posibilidad de recibir tratamiento sólo se han divulgado en Internet o en las
psicológico, como alternativa o comple- memorias de las instituciones. Esto puede
mento al farmacológico. La intervención restar algo de calidad en alguna de las ar-
psicológica ofertada estará protocolizada y gumentaciones que hemos realizado a lo
descrita en un documento dirigido al pa- largo de este extenso trabajo, pero en pocas
ciente. Se evaluarán los aspectos científicos ocasiones. Además, por supuesto, estas
y económicos del proyecto, publicando los conclusiones son la visión de un psicólogo
resultados en revistas científicas de impac- clínico, y otros profesionales sanitarios
to. Se trata de una apuesta por mejorar la pueden tener otros puntos de vista, absolu-
atención de los DE en AP. Para comenzar tamente respetables, como es lógico.
este proyecto hemos llevado a cabo el pre-
sente estudio de revisión de la literatura Agradecimientos
científica.
El autor de este artículo dirige el pro-
En esta revisión hemos intentado dibu- yecto de investigación "“Crisis de ansie-
jar el panorama actual de los DE en AP, dad: prevalencia y factores de vulnerabili-
señalando las debilidades del sistema y dad en población trabajadora”, que ha sido
proponiendo alternativas. Hemos intentado financiado por el Ministerio de Ciencia e
hacer en cada apartado una revisión riguro- Innovación, MICINN (ref. PSI 2008-
sa y sistemática de la evidencia científica, 05332).
basándonos sobre todo en la base de datos

Artículo recibido: 12-09-2010


aceptado: 18-03-2011
Los desórdenes emocionales en Atención Primaria 91

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