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ARQUEOLOGIA PERUANA c Pe onda Las Culturas Pre-Hispanica we sete 6 Sy artameyte de Lima Dr. Pedro Eduardo Villar Cérdova Catedratico de Ia Facultad de Teologie de Ia Universidad Mayor de San Marcos de Lima. Profesor de Religiéa del Instituto Pedagégico Nacional. Capellan de la Aviacién Peruana. Miembro de la Sociedad Geogriifica y del Instituto Histérico Nacional. Gee sor As PRIMERA EDICION Auspiciado por Is H. Municipalidad de Lima. (Homenaje al IV Centenario de la Fundacién de Lima: o Antigua “Ciudad de los Reyes”). = Eg55 od Lima—Pera i Re ea CON APROBACION ECLESIASTICA, Es propicdad exclusiva, recenocida por Ia Ley. Se prohibe toda reimpresién tin com sentimiente del Avter Dedico este kbro a mis padres, Normaiistas Severino Villar Ruiton y Felicita Cordova de Vi- Uar, maestros de dos generaciones y que fueron, también, los mios, y a mis hermanos, Doctors Eugenio, Anibal y Mario,con todo ol amor filio raterno: cuya eolaboracion va en esta mode PEDRO EDUARDO VILL coRpova ARQUEOLOGIA DEL DEPARTAMENTO DE LIMA , Este libro fruto de largos:y pacientes estudios realiza- dos por el autor en el campo‘de la Prehistoria Perwans, re- presenta una wetable esxtribucién ul conocimiento de la Arqueologia del Departamento de Lima. Aparte de las informaciones obtenidas por el Dr. Pe- dro £. Villar Cordova mediante el estudio metédico de la vasta literatura histérica, geogréfica y arqueolégica del Pert, contiene muy valiosos datos sobre la localizacién de los principales monumentos arqueolé jicos; una deseripeién somera e interesante de ellos; apreciaciones acerca de su estila y edad aproximada; e imporlorciaslroxdas, mitos y tradiciones del saber popular indiano. 4 Considero muy laudable el esfuerzo del autor y digno de todo encomio. Sin apoyo econdémico oficial, venciendo néiaocas dificultades, ha eulminado una obra que serd. ya- ios: fuente de consulta para Tos * 1qee tnleresan par el es- tudio de la Historia Patria. “ Lima, 12 de setiembre de 1935. JULIO C. TELLO. oOo: INTRODUCCION Este Libro, escrito en homenaje al IY Centenario de la #undacién de Lima bajo los auspicios del H. Corcejo Municipal de esta Ciudad, aparece a la publicidad en estos dias clésicos en que el Peri celebra, también, el “Primer Congreso Eucaristico Nacional’, como una conjunciia fe- liz de la Cristian!ad y del Patriotismo. El objeto de este Obra es el ofrecer al lector el fruto modesto de las investigaciones arqueolégieas adquere estos tiltimos tiempos, las que han Suiinistredc. ~a: de conocimientos y materiales &e extraordinaria bepotian- cia para el estudio de las Culturas Pre-Hispénicas del De- partamento de Lima: estudio que serviré de introdgccién a la Historia’ Primitiva del Peri. Nuestres primeras. excursiones de cardeter escolar nos Uevaron al terreno vivo de la observacién, sirviéndonos d« teatro cientifico el suelo de la Sierra y de la Costa con sux maravillas del Arte Peruano. ;Cuci seria nuestra sorpresa al encontrarnos, en nuestras exploraciones, con la ¢. cia, ain, de eiudades cn ruinas, caminos y acuedustos anti- guos, andenes y parcelas gricolas, fortale> ‘c.: todo lo cual desyerté en nuestro interés el verde: Pasado, reengiendo en el ism terreno las mes de las “Ciudades Muertas”. De aqui: nuestros estudios arqueolégicos, tomando como punto de partida el suelo del Departamento ‘le Lima; porque, quere- mos seguir el mismo itinerario que nos trazara en su yran- diosa obra de civilizacién y covquista, en ja gviture fen qe fé cristiana, el inmortel don Francisco Pizarro 35: fle hijo de la hidalga Espafa: ;Madre dilecta del PERU! En este Primer Libro encontraremos el princimo del importante estudio de nuestra Historia Antigua: supli- cando a nuestros lectores que nos favorezcan con sus stbias sugerencias. sen EL AUTOR. INTRODUCCION Este Libro, escrito en homenaje al IV Centenario de la #undacién de Lima bajo los auspicios del H. Covcejo Municipal de esta Ciudad, aparece a la publicidad en estos dias cldsicos en que el Peri celebra, también, el “Primer Congreso Eucaristico Nacional”, como una conjuncioa fe- liz de la CristianJad y del Patriotismo. El objeto de esta Obra es el ofrecer al lector el ' modesto de las investigaciones arqueolégicas adgqué estos tltimos tiempos, las qui ian Suaxinistrad de conocimientos y materiales de extraordinaria bp cia para el estudio de las Culturas Pre-Hispdnicas «cl De- partamento de Lima: estudio que servird de introdgcctén a la Historia Primitiva del Pert. Nuestrxs primerae. excursiones de cardeter escolar nos Uevaron al terreno vivo de la observacién, sirviéndonos d= teatro cientifico el suelo de la Sierra y de la Costa cow sus maravillas del Arte Peruano. ;Cudl seria nuestra sorpresa al encontrarnos, en nuestras exploraciones, con la ten- cia, atin, de ciudades cn ruinas, caminos y acuedustos anti- yuos, andenes y parcelas «gricolas, fortalezas, etc.: todo lo cual desperté en nuestro interés el verd. Pasado, rcrogiendo en el sisnvo terreno las mes de las “Ciudades Muertas”. De aqui: «= ccl€a as nuestros estudios arqueolégicos, tomando como punto de partida el suelo del Departamento Je Lima; porque, quere- mos seguir el mismo itinerario que nos trazara en su jran- diosa obra de civilizacién y rerquista, en ia guiturs y en Te fé eristiana, el inmortal don Francisco Pigarr xstle kijo de la hidalga Espafta: ;Madre dilecta del PEXU! En este Primer Libro encontraremos el princimo del importante estudio de nuestra Historia Antigua: supli- cando a nuestros lectores que nos favorezcan con sus schias sugerencias. EL AUTOR. CAPITULO PRIMERO EL MEDIO GEOGRAFICO Situacién. —~ Extensién. — Poblacién. — Densidad. —Capital, — Guia turistica. — Divisién: Polfti Orografia. — Hidrografia. — Climatologia. SITUACION. Las ruinas de las poblaciones correspondientes a la époea Pre-hispanica que vamos a describir, pertenecen al Departamento de Lima y estén situadas en la regién andi- no-costefia de la parte central del Perd, en el ssctor geogré- fico comprendido por los siguientes departamentos: Ap- eashs, por el Norte; Junin y Huancavelica, por el Este; Tea, por el Sur; la Provincia Constitucional del Callao y el Océano Pacifico, por el Oeste. Este Departamento se halla comprendido entre los me- vidianos 76°-12’ y 78° de longitud occidental, segiin el Meri- x if diano de Greenwich, y los 10%-24" y 13"-22" de latitud meri dional. Sus limites naturales son: el rio “Huamanmayo”, 0 de Ja Fortaleza, por el N., que lo separa del departamento de Aneahs; el rio “Tupara”, por el S., que lo separa del depar- tamento de Ica; y la Gran Cordillera Occidental Maritima, por el E., que marea el limite entre los departamentos de Ju. nin y Huancavelica, EXTENSION, E] Depariamento de Lima tiene una extensién do 38,984 kilémetros cuadrados. POBLACION. Tiene una poblacién aproximada de 550.000 habitan- tes, segtin el censo efectuado el aio 1927, DENSIDAD. La densidad media de poblacién del Departamento de Lima es de 14,1 habitantes por kilémetro cuadrado. CAPITAL. La Capital del Departamento y, a la vez, de la Repi- blica del Peri es la ciudad de Lima, situada a los 770-3) de longitud 0. de Greenwich y 12:-4’-50” de latitud §. En Ia Spoca Colonial se llamaba: la “Tres veces coronada Ciudad de los Reyes”; y en ia Guerra de la Indeperidencia: 1a “Grande, esforzada y herdiea Ciudad de os libres de Li- ma” En el Boletin Demografieo de la Ciudad de Lima, edi- ‘tado por el Concejo Provincial de Lima, el sefior Victor M. pit =o Oyague manifiesta que la poblacién de la Ciudad de Lima al 81 de diciembre de 1933—xscendia a 278,439 habitan- tes GUIA TURISTICA, Para los viajes, paseos y excursiones de cardeter tu- istico y de exploracién arqueolégiea, damos el siguiente r sumen informativo: Kilometraje: — Ferroearriles: De Lima al Callao hay 12 km.; de Lima a la Oroya, 222km., de donde parte dos ra- males: uno al Cerro de Pasco y otro a Huancayo hasta Huancavelica (F.C. C.); de Lima a Ancén hay 38 km., a Huacho 198 km., y hasta Sayén, 225 km.. (Fe. C. NO.) ;de Lima a Lurin, 46 km.; de Cerro Azul a Cafete, 11 km. — Carreteras: Vias longitudinales—De Lima a Ancén mide 42 km. y hasta Pativilea, 228 km. (Norte) ; de Lima a Ca- fiete, 169 km. (Sur). Vias transversales—De Lima a Can- ta mide 105 km, y hasta Hudnuco hay 245 km., eon el pro- pésito de extenderla hasta el Oriente Peruano (Carrt. NE); de Lima a Chosiea, 40 km., a Matueana, 90 km., a la Oroya, 179 km., a Tarma, 231 km. y hasta San Ramén, 282 km. (Garrt. E. 0 Cent.) ; de Huaral 2 Acos mide 60 km. (Carrt. N. NE.) ; de Huacho hasta Ambar, 69 km. ; de Huacho, por Sayéin hasta Paccho-Tingo, en la ruta de Oyén (Cajatam- bo), 92 km. (Carrt, N. NE. Y, N.); de Cafiete a Catahuasi (en la ruta a Yauyos) 60 kms. en actual ‘trafico, pero es- tuvo expedita en 1938 hasta Calachota, faltando solamente 20 km. para legar a Yauyos. (Carrt. S.) DIVISION POLITICA. El departamento de Lima tiene 7 provincias. Tres en la Costa: CHANCAY, su capital Huacho; LIMA, su capital a; CANETE, su capital San Vi 7 ‘icente de Cahete.—<{ rns Sierra: CAJATAMBO, eu capital Cada: CANTA, ou capital Canta: HUAROCHIRI, su capital Ma- ; YAUYOS, su capital Yauyos.—Y la provincia constitueional del CALLA\ Calizo. 0, euya capital es el puerto del ‘OROGRAFIA, aa S Jamal occidental de la gran Cordillera de los And. — ane el departamento de Lima en todo su lary _ radi le Sattar ‘presenta en su vasta extensién i rie Sar rab Las aad que aleanzan de 4.000 a 5.00 me nivel de mar y toman los nora dk oe lugares por dn de pasa, o conserva jax ict Indigens con qu se ls consi desde une ea Ine we ae i de baad a Sur, son los siguientes: | a de Cajatambo tenem ‘ordi ‘i eepaal al pié de cuyo nevado se forma i. aa Huayhuash, de donde se origin el ggantesco 5 ti 5 el “paso de Carpacun: que se h le Rane halla 8 4.877 m. de ele. i a a ‘nudo de Oyén”, cuyos dos pivos eleva ae is a af ichu-Ghacua” a 4.7% ri “iatumiGhasas’” a 41900 80 m. de altura; ‘Hatum-Chacua” a a on, arasinela de Canta se encuentra la Cordillera de wae st sas este nombre en recuerdo de una leyen- oe Pashine lonce figura la diosa “Pacha-mama”, mu- isco cn que qued6 viuda a la muerte de éste, . ahaa = ii a wie Pachamama tenia un templo en do dela "Vind, en las altura de Cana, Br a coe quirca”, 4 4.800 m.; el paso de “Tamso” a 4.789 m # —1b— Jos nevados de “Puajanca” con sus 7 picachos; “Tuytin”, “Mariac”, que se elevan a més 4.000 m.; el paso de “Qui- sa” a 4.180 m.;'los picos de “Alay”, “Jagro”, “Karman” y el gran nevado de “Pillonén”, que Hega cerca de’ los 6.000 m.; el pico de la “Viuda"" a 4,700 m.; ei paso de “Chuchtin” a 4.655 m.; y los picos de “Ninarupa”, “Antacoto” y “An- tamantay”. (Figs. 1, 2 y 8). 4 En la Provineia de Huarochiri, figura la Cordillera de Antarangra, con los siguientes picos: “Tucto", “Turiyoc”, “Kolapp”, ‘“Koleaspite”, ““Laksahualla”, Korte”, “Yanaca- llapa”, “Huancosch”, el gran nevado de “Antacascha”, cu- ya efspide Nega a 5.000 m. de elevacién; el paso de “Anta rangra” a 4.714 metros y el gigantesco pieo de “Ticllo”, 2 5,490 m. de altura, que es el punto culminante mis elevado de Jos Andes limefios y en una de cuyas abras pasa él Ferro- cartil Central del Pera, que se dirije desde Lima, hasta ta Oroya, De alli se bifurca en dos ramales: uno al Cerro de Pasco y el otro a Huancayo. Este ferrocarri] atravieza mu chos tiineles, uno de éllos, el de “Galera”, tiene 8 km. de subterrdneo, a una altura de 4,768 m. En la seccién de Tiello y “Anticona” ge eleva el monte “Meiggs”, que revibe este mombre en recuerdo del,notable ingeniero que construyé dicho ferrocarril. * En la Provineia de Yauyos se encuentra la Cordillera de Pariacaca, famosa por las leyendas pre- incaieas donde ‘figuran los dioses “Pariacaca”, “Wallallo” y “Wampu”. ‘Aunque propiamente el nevado de Pariacaca, que se, en- cuentra en lo que fué la antigua ruta o camino de los Incas hhacia la eosta, pertenece actualmente a la provincia de Hua rochiri, sin embargo, por ser la montafia sagrada de Ia fribu de los Yauyos, ha dado su nombre a toda la Cordille- va, euyos puntos culminantes son: “Turpo”, Viniac”, “Achi, “Huafie”, “Huampuna”, “Tomas”, “Chumorarén”, “Uites”, “Carania”, y “Llongote”. Estos gigantescos, picos estén — 16 — separados por las siguientes abras naturales: “Piedra Pa- rada” a 5,019 m.;,“Huancachi” y el portachuelo de “Traga- dero” a 4,683 m.; “Tuctumacanea” y el paso de “Calanche” a 4,800 m, de elevacién. Esta cordillera se desvia hacia el EB. de Ica, y luego se une por las frigidas punas de Castro- Virreyna con los Andes maritimos de la seccién Memidio- nal. De la gran Cordillera Occidental maritima, que pasa por la cabecera del departamento de Lima, se desprenden hacia la Costa los ramales andinos y cisandinos que se diri- jen hasta las riberas del Océano Pacifico, formando que- bradas estrechas y profundas, cerros escarpados por su base y cubiertos de vegetacin por su cima, rocas salientes que parecen desplomarse, plataformas con terrenos aptos para el cultivo que van escalondndose en las vertientes an- dinas, valles estrechos donde estan situadas las pobiaciv- nes que fundaron los espafioles en la Colonia, asi como on Jas cumbres surgen, desafiando los siglos, las ciudades pre- histéricas. En esta extensién orogréfiea tenemos que considerar Jas dos regiones, de la Sierra y de la Costa. La Sierra, pro- piamente dicha, abarea una extensién de 200 km. de ancho, aproximadamente, y comienza a unos 85 km. del literal. Tiene una altura que fluctia.de los 1,900 metros a 3,500 m. sobre el nivel del mar, Desde esta altura hasta los 4,500 m. se halla la regién de la Puna. De esta altura. hasta los 5,000 m. se halla la zona de las nieves perpetuas, 0 sea, la cordillera que ya hemos deserito. La Costa esté caracterizada por una faja de tierra que se extiende desde Ia orilla del Océano Pacifico hasta las re- siones lamadas de Ceja de Costa, en una extensién que va- ria de 70 a 100 km. de ancho, segim las regiones, y lle- gando a una elevacién de 1,200 m. sin comprender la altu- ra intermedia de la Ceja de Costa, que fluetia en los 1,200 m, a los 1,900 m. de altura. ~ if — 1 relieve del suelo de la costa es un tanto accidentado y ofrece como en toda la costa del Pert, dos tipos de super- ficie: la de los térrenos anos y la de terrenos montafio- sos. Las eostas de Lima son, més bien, montafiosas, y esto se debe a que los contrafuertes de la Cordillera Occidental corren perpendicularmente hacia el litoral, uniéndose en su recorrido con una cadena de colinas o lomos. Los contra- fuertes de cerros altos y quebradas escarpadas las inte- rrumpen otros laterales, Aridos y profundos, encajonados, ue soeavaron las aguas que forman los rios Pativilea, Su- pe tuaura, Chaneay, Chillén, Rimae, Lurin, Lunahuané, que en su trabajo de erocién por aleanzar el mar han de- terminado los valles que reciben igual nombre. ‘Los valles de la Costa son amplios y, como estén rega~ dos constantmente por aquellos rios, tienen una excelente vegetacién. Las lanuras alejadas de estas zonas de vegeta- cién son aridas, eonstituyendo arenales, como los de “Sali- nas”, “Dofia Marfa”, “Ancén”, o tablazos como los de Lu- rin. El litoral maritimo presenta los siguientes aspectos. Algunas veces el terreno lege al mar en declive paulatino, como en las playas de Anc6n, la Herradura y Pucusana. Otras veces, el terreno es cortado en pendiente vertical, formando barrancos, como loa que se extienden desde la ‘Magdalena hasta Chorrillos, que son los balnearios de Lima. Casi todos Jos grandes valles de la costa de Lima, estan separados por los ramales cisandinos, algunos de los cuales Hegan hasta el mar, formando promontorios 0 morros, ¢o- mo los de Pasamayo y Morro Solar. Cuando estas masas de tierra, a manera de lengiietas avanzan hacia el mar y parece se desprendieran de la costa, pero permaneciendo adheridas por una faja estrecha.a élla, se Haman peninsu- Jas, como Ia de las “Salinas”, cerca de Huacho. En otros 1u- kures las masas de tierra que avenzan hacia el mar son po- co extensas y semejan espolones o playas terminadas en —8— punta, como por ejemplo, la llamada, “Punta de Chucuito” en el Callao. F Por ¢l contrario, cuando el mar avanza hacia Ja Costa y las riberas de tierra se abren en semicireulo, se forman Jas bahias y las ensenadas, como los de Supe, Carquin, Vé- gueta, las Salinas, Chaneay, Pasamayo, Ancén, la ensenada del Callao y la de Chorrillos, la bahia de Pucusana, Chilea, Cerro Azul, Otras veces, las poreiones de tirra se hallan separadas totalmente de la costa y sus contornos rodeados de agua por todas partes, forman las islas, entre las que se destacan las islas de San Lorenzo, Hamada antiguamente “Jsla de Sima”, la isla del Frontén, ambas frente al Callao; las de Hormigas de Tierra, frente a la Magdalena, la de Peseadores frente a Ancén, “Isla de las Almas” frente ‘Huacho; isla de Carquin e isla de la Viuda, frente a Pacha- camac, Jo mismo que la isla de Pachacamac; la Horadada, el arrecife de Coreobado, los islotes de San Francisco, Sauce, ete, y més al Sur Ia isla de Asia Bl relieve del suelo de Ja provincia de Lima, montafio- s0 por raz6n de los contrafuertes que la circundan, eonfor~ me lo manifiesta el ge6grafo nacional Sr. Carlos B. Cisne- ros, en su monografia referetite a la Provineia de Lima (Bol. de la Sociedad Geografiea de Lima, 1910, Cap. 1°.) que se refiere a la Fisiografia, presenta Jas siguientes ca- yacteristieas: “Esas montafias no tienen la magnitad ni el atrevimiento de las cimas andinas; son poco elevadas, des- Ge que apenas aleanzan 1,000 metros. Se presentan bajo la forma de numerosos y extensos maeisos que se elevan en- cima de las depresiones y planicies que las separan”. “Bl suelo de Lima o sea el que pertenece a la Capital de la Repiblica, tiene tres contrafuertes: el del Chillén, el del Rimac y el de Lurin. El contrafuerte que corre al Norte, o sea el del Chillén, termina en el promontorio de Pasamayo, el corte de Pan de Anicar y la quebrada de Ca- — i — narios, en la direceién de Anc6n, con una altitud de 1,010 m. sobre el jivel del mar. Ei contrafuerte del Centro muere ‘en el fundo Hamado de “San Agustin”, de la Provincia del Callao, y alcanza en el cerro de San Jerénimo Ja altura de 761 m, y frente a la ciudad de Lima ei cerro de San Cris: ‘bal a los 395 metros de elevacién”’. “Bl tereer contrafuerte del Sur, que separa el valle de Lurin, remata al borde del mar en el mogote conocido con el nombre de “Morro Solar”, a 266 m. de elevacién y que defiende Chorrillos” “Aquellos contrafuertes al unirse 0 alejarse de las co- linas, dice Cisneros, dan lugar a pequehas pampas areno- sas, de altura variable; hacia el N. existe 1a conocida con el nombre de Conchitas; al B. la de Canto Grande y Cas- cajal; al 8. E. la de Cieneguilla y al S. Ja llamada de la. Minas, de Lurin y del Jaguay. La de Lurin es la mas exten- sa de todas a 22 m. sobre el nivel del mar”. “Los eerros se componen de rocas cretéiceas @ igneas. Sea a causa del relieve, sea a causa de su naturaleza, todas estas montafias no se prestan a la vida de los hombres. No son sino extensiones mondtonas, desoladas, tristes, desnu- das de toda vegetacién, aridas, estériles quiza. Nadie que sepamos ha hecho ensayos de sembrio alguno, ni aim de plantas higroscépicas; sin embargo, ereemos que la aride no sea tanta que no pueda dar vida a algunas plantas”. i esos montes son secos y drridos, en eambio en Ids va- es donde quiera que el suelo no es demasiado pedregoso y no falta humedad necesaria, es feraz y se presta al cultivo de los productos més variados. Sin embargo, tan excep- cionales condiciones no son aprovechadas debidamente Sorprende ver como ee han aclimatado vegetales de la zona templada al lado de los de la t6rrida; asf junto a la cafia de aziicar dlzase Ia yuca o la papa como en la sierra.y entre matas de algodén se ostentan cabezas de repollo 0 col. Los an= rébanos, zanahorias, betarragas, aleachofas, crecen en la siembra del plétano; la vid se enreda con las ramas del pal- to, y magnificos naranjos e higueras, se yerguen junto a hermosas palmeras. Cada planta eultivada parece hallarse en su propio suelo y clima”. El mar Pacifico que bafia la provincia en la parte 0. ataca la margen del terreno y ha formado hacia el norte la punta roquefia, conocida con el nombre de “Toma y Calla”; Ja excelente babfa de Anc6n con fondo de arena en catorce metros de agua; las puntas Mulatas y Pancha Alta, con va- ios mogotes y cerros; la punta Bernal, que consiste en una lengua de tierra que se desprende del cerro blanco “Montén de Trigo”; a la extensa bahfa del Callao y la punta de Chu- cuito; la espaciosa ensenada de Chorrillos que empieza en la Punta del Callao y se extiende hasta el Morro Solar. Es- ta ensenada lo forman elevados y aeantilados barrancos de terrenos de aluvién con suave pendiente hacia el norte. Doblando la punta anterior se encuentran las caletitas de Conchitas y de la Herradura limitada por la punta Solar y dominadas por el Morro. Alli principia nuevamente uno playa baja conoeida co nel nombre de “Conchiin” que pro- sigue durante 11 y media millas con direccién al B. 8. E. hasta Lurin y siguiendo al Sur empieza la ensenada de igutl nombre que interrumpe la bahia de Curuyacu, terminando en Chilea, limite de la Provincia. “A lo largo de aquella playa corren dunas 0 médanos de regular altura. Todo el seno formado por la costa de la provincia ofrece fondeaderos poco profundos, mas aumen- ta la profundidad en las inmediaciones de las puntas con répida pendiente hacia el mar”. En conelusi6n: el relieve del departamento de Lima es un plano inclinado, con sus cumbres més altas de los An- des, por el Este, y cuyas planicies bajan per el Oeste hasta las riberas del Océano Pacifico. ae HE a HIDROGRAFIA. Los rfos de! departamento de Lima pertenecen al gru: po de los Rios de la Costa; corren de E. a 0. y son los si- guientes, comenzando de norte a sur: El Pativilea, e! Supe, el Huaura, que nacen en la pro- vineia de Cajatambo; el Chaneay 0 Pasamayo, el Chillén 0 Carabayllo, que nacen en Ia provincia de Canta: el Rimae, el Lurin 0 Pachacamae, que nacen en la provincia de Hua- rochiri; ol Mala, el Omas, el Lunahuand 0 Cafete, que na- cen en la provincia de Yauyos. Estos rios comienzan-a formarse de los 3,500 a 4,000 m. sobre el nivel del mar, en la zona del “divortium aqua- ram” de los Andes Occidentales, dentro de la regién de lluvias anuales regulares, en las seeeiones donde se alma- cenan las aguas de los dechielos, formando lagos pequefios, que se encuentran en gran niimero en las frigidas punas de dicha Cordillera Occidental Maritima, asi eomo de lor manantiales con corriente de agua subterrénea que aflo- ran a la superficie y se deslizan por las faldas de los cerros. Los rios de la costa, corren precipitadamente hacia el Oceidente y desemboean en el Océano Pacifico, en una di- reccién en plano inclinado, serpenteando por las quebra- das 0 precipiténdose a torrentes por los riscos o Jaderas an- Ginas, razén por la cual no son navegables. Si bien el curso de las aguas es regular durante el afio, sin embargo, el eau- dal aumenta en la époea de las lluvias de la Sierra, y por esta cireunstancia hay crecientes y desbordamientos en la zona de la Costa, que constituyen no poca amenaza a los pobladores que viven en sus orillas, tal como suele suceder con las inundaciones del rio Rimac. Otras veces, el caudal disminuye en-las épocas de sequia y hasta desaparece al Negar a los valles costefios, como acontece con los ros Chi- llén, Omas, Asia, — 22 Estos rios tienen poea longitud, porque lexan a te- ner a lo mis, como el Rimae, unos 160 kms. de largo, pero el area de irrigacién es mucho més vasta. Asi, por ejemplo: €l rio Chillén riega una érea de 9.500 km2.: de los cuales, 1,800 km2. corresponden a la zona de las lluvias, 0 sea, a le provincia de Canta, y el resto a la de Lima que es la que mAs aprovecha de sus aguas. Rio Pativiiea.—Nace en los nevados de Pumaringa, de diversos afluentes pequefios: el Huayllapa, Auquimarca, ete.; el Yanamarea se le une en la quebrada de Rapay, a donde abocan también el Copa, el Poquian; en el sitio dé Pamplona se une con el rio Gorgor, de bastante caudal, y al llegar a Cabua (ceja de costa) arrastra un importante eau- dal por la afluencia de algunos riachos, como el Huaylillas que baja de las alturas de Chiquian. En esta forma entra en el valle de Pativilea para irrigar los numerosos y exten- sos fundos de esta zona y desemboca en el mar a la altura del pueblo de Pativilea. F ? Rio Supe.—Nace en los nevados de Pirfuya, ramal oro- grafico que nace en el nudo de Oyén y se extiende desde Korpa por las alturas de Gorgor, en direccién a Mands Se forma por la reunién y afluencia de los rios Arinchay, Ambar, Huacén, Cochamarea, Sogua y Aymaca. Desde el sitio de Jaiba (ceja de costa) se dirije al mar para desem- bocar’en la bahia de Supe, pasando por los sitios de Agua- Jacacha, Las Minas, Chupacigarro, Alpacoto, Liamahuaca, Venturo, Océn, Liman, Huaralica, Bacoa, Colea, Encarna- . La Hda. de San Nicolis y por tltimo la Pampa de iri. Rio Huawra.—Este rio tiene tres ramales hidrograficos, El rio Oyén, que nace al pié de los nevados de Chacua Gran- de, en Ja laguna de Machacancha Y se reune con el rio Ga- wana en‘el sitio de Rancén. El rio Gazuna se origina en los nevados de Huayhuaschs. El rio Oyén desciende hacia el —2B— Oeste y recibe las aguas de los riachuelos de Tinta, Navin, Malla, Andajes y.Pachangara. En la confluencia de Pac- chotingo se reune con el rio Chécras que se forma en los ne- vados de Huaro y de Anco y tiene una infinidad de pea ios afluentes, como el Rapaz, el Parquin, e] Acain, el Jueul, el Mayubamba, el Kanin, el Pufiin, el Churin, ete. Desde Paccho-Tingo, el rio Huaura sigue su curso regular por los sitios de Huaramayo, Ayarranca, Picuehi, Chuleo, Huam- bay chico, Huambay grande, Tora, Vichu, Pedregal, Na~ ranjito, Quilea, Arenayo, Casa Blanca, Quintay, Sayan, Quipico; en el fundo Andahuasi recibe al pequefio rio Vis- ta Alegre, al rio Yguari, llamado ¢l rio chico, que baja des- de las alturas de Auguiparca, en las lagunas de Paedho, formandose a] pié de los nevados de Anco. En la confluen- cia de estos dos Gltimos rfos el caudal aumenta considers Llemente, regando el Huaura los fundos y haciendas que forman la hermosa eampifia de Huacha, tales como: San Mi- guel, Campana, Nimingo, Chambaca, San Isidro, Huaedn, San José, Chacarilla, Humaya, Vileahuaura, Acaray, Desa- gravio, Aleantarilla, Ingenio, Huaura, Chacaea, Santa Ma- ria, para desembocar finalmente en la bahia de Carquin Rio Ghaneay—Llamado también Pasamayo (Pasak- Mayu Rio de la Luna, en lengua aimaré). Este rio nace ¢n las alturas de la provineia de Canta, al pié de los nevados de Ja cordillera de la Viuda. Tiene dos afluentes: el rio Pa- caraos, que se forma en las lagunas de Chungar, Challgut cocha, Chaquicocha, Viehayeocha, Cochan, laguna: forma- das por las aguas del subsuelo y de los deshielos del nevado de Antaquirea y Huamayte. Este rio se dirije por la que- brada de Pacarsos hasta el sitio de Muyuhuasi, donde te retine eon-el rio Bafios, en el sitio de Tingo. El rfo Bafios se forma al pié de los nevados de Tuyiin, en Jas lagunas de Vileacocha, Kuntupagui, Aguachumén. Este rio se reune en el sitio de Espinal y Chuchura con el rfo Contadera que — 24 se forma en la gran laguna de Quisa y Lichicocha. El rio Chaneay, ean el caudal de los dos afluentes citados, aumen- ta sus aguas y sigue su curso regular hacia el Occidente, precipiténdose por una quebrada muy cerrada y recibe en su trayecto a los siguientes riachuelos: el Pirca, el Colpar, ‘el Raneatama, el Huampén, el Cormo, el Huascoy, el Pam- pas y en el sitio de Palcamayu confluye con el rio Cancha- pilea; contintia por el lado inferior del pueblo de Acos, lue- g0 recibe por la margen izquierda al rio Quinchiura o Afias- mayu que baja del nevado de Mango. El rio Chaneay se di- rije entonce: por uan quebrada ancha; en el sitio de Hua- taya se le une el riachuelo del mismo nombre y penetra en- tonces en el valle de San Miguel que tiene los siguientes fundos: San Miguel, Santo Domingo, Camaguas, Quijinbin, Lumbra, Hornillo, Huaylldn chico, Huayllin grande. Des- de aqui el valle se enzancha en dos seeciones: ef valle de Palpa y Kaqui, en la quebrada de Pesquillo, y el valle de Huaral que se inicia con las extensiones de terreno dondo se hallan las haciendas de Huando, Retes, Jestis del Valle, Es- quivel, Miraflores, Aucallama, San José, Buenavista, Boza, Chacarilla y Pasamayo, que es el sitio donde desemboea el rio Chaneay. Rio Chillén—Nace este rio en las alturas de la provin- cia de Canta en las yertientes occidentales de Ia Cordillera de ld Viuda. Sus principales fuentes de origen estdn en las Jagunas de Chuchuneocha, Rihuacocha y Hullucocha, y en los diversos riachuelos, producto de los deshielos y filtracio- nes de la meseta de Jacaibamba (alturas de Culluhuay) Con un curso rapido y bullicioso desciende por la quebrada que divide los terrenos de San Buenaventura y Canta, de donde recibe numerosos afluentes pequefios: riachuelos de Huaros, Potura, Tranca, Huaytara, Huamanmayo, Aya- sura, ete. que agrandan notablemente su caudal. Al pene- trar en los terrenos de ceja de Costa toma un curso mas la- ak no y recibe como afluentes a los riachuelos de Huarimayo por la margen derecha y Cucucha por la izquierda; al Ile- gar a Santa Rosa de Quivi, recibe un notable caudal del rio ‘Arahuay 0 Quivi que le aboca por la orifla izquierda. Ser- penteando todavia por el estrecho valle de Yangas y donde riega numerosos fundos, 1a intpetuosidad de su corriente se manifiesta hasta legar a la verdadera zona costanera, don- de penetra al llamado valle de Carabayllo para ir a desem- boear al mar, al norte del Callao, por la jurisdicein de lx hacienda Marquez. El rio Chillén tiene una extensién de més o menos 120 km. y corre por una quebrada que esté formada en un principio por contrafuertes empinados, cuyas ctispides = cubren de nieve en el invierno y de cuyos deshielos se for- ‘man pequefio: rios que se deslizan por laderas altes, escar- padas, que se estrechan en algunos sitios, formando gar- gantas, como las de Paerén y en otras la gran quebrada es interrumpida 2 trechos por quebradas Jaterales, peguefias, a veees cubjertas de espera vegetacién, como las de Hua- rimayo, Arahuay (en la regién de la Sierra), y en la Ceja de Costa dridas, como las de Rio Seco y Socos. Después el rfo Chillén, corre apacible, poco vizado por Jos vientos, por una quebrada regular como la de Yangas, hasta Huacoy; Juego describe hacia el Oeste une semicircunferencia, has- ta Tambo Inga, donde recobra su alineamiertto anterior hasta legar al mar. En esta seccién, el valle se extiende en toda su amplitud, leno de vegetacién y formando una anura muy pintoresca, donde se radican los fundos mas importantes de] distrito'de Carabayllo. Mientras dura en la sierra el periodo de Iuvias, durante los meses de diciem- bre, enero, febrero y marzo, se disfruta de gran abundancia de agua y se presenta el rio caudaloso y bullanguero; pero, en el estiaje, se tienen que almacenar las aguas en atar- eas 0 represas especiales. E] caudal del Chillén, sin embar- a 80, es constante, debido a su lecho de arena y caseajo, asi como las tierras de alnvién de la parte alta del valle, que favorecen la infiltracién de grandes cantidades de agua. En la capa de infiltracién, el agua corre a poca profundi- dad y debido a la existencia de capas inpermeables en el subsuelo, se produce el afloramiento natural de las aguas subterréneas, formando fuentes, “puquios” eiénagas que aparecen en la parte alta y estrecha del valle. En la mar- gen izquierda del rio Chillén hay dos manantiales que flu- yen de las rocas al pié de las laderas, y dos en Punchauca. En la margen derecha, al pié de los montfculos de las “lo- mas”, se encuentran los manantiales de agua dulee de Hua- tocay, Huarangal y Cuchicorral. En algunos sitios, se for- man a Ia orilla del rio, extensiones cenagosas, en Ja parte ancha del valle, y cubiertas de matorrales, como las de Ja hacienda Chillén, Durante el estio, el agua que abastece a los moradores y sirve para el regadio proviene tinicamente de los puquios y ciénegas. El drea de los terrenos cultivados en la regién de la Costa se divide en dos secciones: los terrenos de In guebrada propiamente dicha y los terrenos de los valles del litoral. En la quebrada se hallan los fundos de Huanchuy, Checta, Pucaré, Quivi, Yangas (pueblo), Hornillo, Media Luna, por a margen izquierda; Huaravi Alto y Bajo, Hua- tocay, Macas, Trapiche, en la margen derecha. El area de los valles aleanza mayor extensién que al anterior, por que tienen 12,000 hectéreas de terreno, cuyos fundos son los si- guientes: La Molina, Chaera Grande, Paseal, Pucblo Viejo, San Lorenzo, Chacarilla, Copacabana, Pancha Paula, San Juan de Dios, Tambo Inga, Pampa Libre, que se hallan si- tuados a la margen derecha; Buenavista, Chocas, Caballe- ro, Caudivilla, Collique, Chara Cerro, Konkén, Comas, In- fantes, Pro, Naranjal, Chuquitanta, Marquez, situados en Ja margen izquierda. a7 Rio Rimac. — Ei rio Rimac que se forma en la vertiente occidental de Amticona, a las alturas de Ca- sapalea en Huaroehiri y-a 4.500 m. elevation, atraviera el valle de su nombre, donde ésta -situada la ciudad de Lima, desemboca cerca del Callao, en el baie no Pacifico. La hoya de irrgacion es aproximadamente de 3.700 km2., correspondiendo 2.300-a las zonas de las ai vias anvales. Bn esa zona confiuyen: Bl Yuraemayo, el Rio Blaneo, el Chacala o Santa Eulalia, que a su ver reeiben tos afluentes, Arauri, Viso, Songos, Agua de Verrugas, San Bartolomé y Chicla, todos riachuclos en tiempo de sequia, pero. que en el invierno de la sierra legan @ ponerse inva- Ba de Li la que- fo Rimae desciende a los valle de Lima por Fata in Matec y confluye con el rio de mayor sau de aguas, el Santa Bulalia, en el sitio de San Pero de Mar ma, lugar de mportancia arqueot6giea; poraue, sant edific ron Jos Huanchos, el templo de Pachamame. Desie aque dirije, aprisionado por esearpadas gargantas, espumoso y rugiente, hasta dilatarse por una extensa Manura que se inicia en Chosica y va dercendiendo en plano inclinado por tuna may suave pendiente hasta el mar, atravezando males: tuoso la gran ciudad de Lima desemboca @ poca,distan- cia del Callao. Bn el decurso del rfo y con el objet de llevar sus aguas a gran distanc’ x penetpaae 8 lugares dridos, pero de tierra Taborable, Saba de Suree, Huatien y Magdalena, en la margen iaguierda del rio Rimaes Lurigancho, Piedra Lins y Bocanegra, en su margen derecha. Bl lecho del rfo es ds cascajo y arena suelta; las orillas tienen grandes capas de arcilla y eazeajo, de profundidad variable, que dan lugar & grandes filtraeiones de agua y produeen un terreno aller~ nativamente permeable ¢ impermeable, aue a yeees, evs ao hay una capa considerable de agua subterrénea, suele — 28 manifestarse por medio de alumbramientos naturales 0 “pu- auios”, como Tos de Miranaves y Chivato, en el sector de la Provineia del Callao; el de la Atarjea que se ha formado por efecto de la barrera subterranea-que existe en el rio, continuacién de un cerrito aislado existente cerca de la chacara de Vicentelo, que detiene las aguas de infiltracién, que no pudiendo seguir su eurso se acumulan formando un manantial. Son también dignos de considerarse los puquios ue alumbran en tierras de Surco y de Villa, hacia el 8. 0. de la provineia de Lima con cuyas aguas se pueden irrigar 8,000 fanegadas de tierra, aproximadamente. En la pequeiia laguna de Villa se crian patos silvestres, que propieian la ea. ceria, ,‘Gon el objeto de aprovechar la mayor cantidad posi- ble del agua del rio Rimac, dice el zebgrafo Cisneros, espo- ciaimente, en la época de estiaje, se ha hecho la medicién aproximada del eaudal de agua del rio, asf por ejemplo, més abajo de Chosica, es de & m3 al segundo, en el estio y de 286 en el de creciente. ¥ como esta cantidad no es suficion. fe para el regadio, se han represado desde 1875 las lagunas de Sacsa, Quisa, Carpa, Huasca, Misha, Pucro, Huachua, Pirhua y Manca, situadas en Ins alturas de ia provincia de Husrochirf, pudiendo suministrar por el rio Santa Eulalia, dedugidas pérdidas durante seis meses, 304.533 m3. por Gia. Esas obras ejecutadas en condiciones tan especiales Por la altura, pueden competir con las mejores del género. Se aprovecha también el agua de este importante rio, Para la producci6n de electricidad, habiéndose instalado en Yanncoto ¢ 5 km. més abajo det pueblo de Chosies, la més poderosa planta hidro-eléctrica de Sur América Los puquios de agua surgente de Miranaves y Chivato, Se aprovechan igualmente, y se han abierto pozos ordina. rios y tubulares para suministrar agua potable al Callao, que la recibe por pendiente, — 2 — En el puguio de la Atarjea se han instalado pozos de filtraciones, galerias y pozos tubulares, que rinden agua jurgente de 100 pies, para suministrar agua potable a la cludad de Lima, a donde fluye por pendiente natural. En tiempo de eseasez la dotacién de agua se aumienta con el a- ua de regadio del canal de Surco. Asi mismo, se aprovecha la capa de aguas subterré~ neas por medio de galerias filtrantes, con pozos de ay de pendiente natural, para suministrar agua potable a oblaciones de Miraflores, Barranco y Chorrillos. Bn la Magdalena se aprovechan Jos chorros o manantiales que fluyen a las orillas del mar, frente a la ensenada de Chorri- los”. Rio Lurin—El vio Luvin nace en las alturas de Ta- quia, a 4,781 m. sobre el nivel del mar, en la provineia de Hnarochiri. Recoge en Ia seeeién de San Lorenzo de Quin- ti, Ias aguas de numerosos riachuelos. Este rio es de curso a i a phe Tn corre por estrechas quebradas, laderas esearpadas, por don- de se deslizan algunos arroyos quie van a alimentarlo; Jue- go se ensancha la quebrada a la altura de Chontsy hasta Cleneguila, volviéadose w estrechar, para nego _abrirse frente a un extenso valle, por donde corre tranquilo el rfo Lurfn, en el antiguo valle de Irma, eélebre por que alli se sleet den nba le Popoodtial, We dong, dae quia, se seca completamente, pero debido a la naturaleza permeable del terreno que facilita la infiltracién de, las a- aguas en el subsuclo, sparecen Jos puquinles de Mamacona, Bellavista, Lurin, que, almacen&ndose, favorecen la agricul- tura en tiempos de escasez. Por diltimo, antes de desembo- car en el Océano Pacifico, corre por eatice poco. profundo, cerca de la Tablada y de las lomas de Atocongo, para fina lizar en las playas de Conchén. — 30 — Rio Mala.—Se forma en la cordillera de Pariacaca que pasa por las eabeceras de Huaroehiri, debido a los deshie- Jos de las nieves perpétuas y al desborde de las lagunas de Suriococha, el pequefio de Huascarcocha, Manguicuro y Vis- cas. Al entrar en la costa este rio forma la hermosa rinco- nada de Mala, en cuyas dehesas se erfa ganado de lidia de Ja famosa “Ganaderia de Asin”, del cruce espaiiol de Miura; Ja quebrada de Calango con sus grandes vifiedos; el valle de Mala, rico en rboles frutales, como el manzano que ri- valiza con las de California, los plitanos y los olivares. Es- te rio al desembocar en el Océano Pacifico, corre al pié de un contrafuerte cisandino que Hegs hasta la ribera del mar, formando una punta que se prolonga por la parte norte, formando la hermosa bahia de Mala, El contrafuerte que baja paralelamente y forma la loma de San Antonio, des- ciende muy suavemente a la costa, dando lugar a las pla- yas de Bujama. Este valle, también, es rico en toda clase do cultivos. Luego, siguen otros tres contrafuertes, de que- ‘bradas dridas en la parte inferior y de “lomas” plenamen- te verdes en las ciispides, hasta formar el hermoso valle de Asia: regién rica en manantiales, ciénegas y filtraciones de Pequefios riachuelos que se forman en la regién cisandina y dan lugar a una préspera vegetacién, consistente en el eultive del maiz, papas, hortilizas. Rio Camtete—Es el rio mas importante en el firea sur del departamento de Lima. La mayor parte de los afluentes de este rio se forman en la cordillera de Pariacaca y en los nevados de Liongote, de la provincia de Yauyos, cuyas la- gunas principales son: Balzacocha, Obispecocha, Huascar- cocha, Achicocha, Jilela-eocha, Carania, Huafec y Tupi. Los afiuentes principales en eu tramo andino 801 ) Huan- caya, el Tomas, el Huantan, el Quisque, el Yauyos, el Cusi, el Aucampi, el Pampas, ei Tupi, el Huayllampi y el Yan- gas-tampu, riachos que toman su nombre de los lugares en == que se originan (generalmente terrenos distritales que co- lindan con esta quebrada principal). El rio Huancaya na- ce en jas lagunas de Pacarcocha, Suya, Huallallo, Ticlla- cocha, Cotoni y Quipala. El rio Tomas nace en las lagunas de Cullacoeha y Cacha; se reune con el rio Alis y @ Su vez se Janta con el rio Yauyos, que nace de los nevados de Liongo- te y corren por la quebrada de Chasca. Este rio conflaye al pié de la ciudad de Yauyos con el rio llamado de Luna- huand, que nace en la laguna de Jiglacocha. Desde este si- tio el rio Cafete tiene un curso regular y se precipita por la gran quebrada de Quirman, Auco y Capillucas; en este sec- tor recibe a los riachuelos de Cota-huasi y al rfo Tupi, y sigue su eurso més uniforme con direccién a la Costa, antes, de entrar a la cual se estrecha la quebrada y el rio se desvia hacia e} oeste, por la llamada quebrada de Yangastambo. ‘Ya en Ia Costa, corre por las hermosas vegas de Zifiga, Pacardn y Lunahuané. ‘La quebrada de Lunahuand termina en el sitio donde se estrechan los contrafuertes laterales que terminan en grupos aislados en el valle de Cafiete, cuyas grandes forma- ciones orogriifieas son las de Quilman y Herbay Alto. El punto de partida donde el valle se ensancha forma un perfecto plano inclinado hasta las riberas del mar en Un- garé y hacienda Palo. Luego el rio Cafiete se dirige en linea horizontal, hasta desembocar en el mar a la altura de Her- bay-Bajo, en la seecién sur de la bahia de Cerro Azul De fa gran toma de Socsi, sale el famoso acueducto, ¢ acequia artificial, del Imperial; luego contindian otras ace- quias que riegan las grandes haciendas de Hualgaré, Aro- na, Montalvan, Unanue, Casa Blanca, tas ciudades de San Vicente y San Luis de Cafiete, Santa Barbara, Herbay, Ce- rro Azul. Dichas acequias son las de el Imperial, Maria Angola, San Miguel, Huanoa y Mamalé, — #2 — El rfo Cafete tiene una larga extensién, con un reco rrido de cerca de 200 km., alimentado en todo su trayec- to por una serie de afluentes, de los que hemos citado los principales, sobre todo en la vecina provincia de Yauyos. De caudal permanente, de curso irregular, erociona el sue- lo en la época de creeiente, con sus inundaciones que los na- turales del lugar denominan “ihuaneos”. Su anchura me- dia es de 80 metros, por 1,50m de profundidad. Este rio lleva la direccién E. aS. 0, Del paraje de “Socsi” a 25 km. de Cafiete, se desprende el “Canal de irri- gacién del Imperial”, obra de ingenierfa hidrdulica de pri- mera clase, que siguiendo una direccién divergente—oeste hacia el norte del valle de Caflete—recorre una semieireun- ferencia de 80 km. por 4 metros de ancho en su mayor parte, por ambos bordes de cemento, boca toma, desarens- dor, instalaciones de bombeo, vertederos y terraplenado de conereto en la base, para impedir las filtraciones y desper- Gicios de agua. Este canal ha, servido para irriger 7,000 hectareas de tierras atiécoas. Otros rios de menor, caudal, son el de Calango, que ne- ce en las vecindades de las provineias de Huarochiri y Yau- yos, de 180 km. de largo, equivaliendo en caudal de aguas 4 la tercera parte del rio anterior. Irriga las tierras del va- Ne de Mala, corre de E. a O., paralelo al rio Catiete y a 80 km, de éste. ; Enire estos dos rios, paralelo a éllos, y 2 una distan- cia media a ambos, esté el rio Coaillo 0, de Asia, de aguas temporales, pues la mayor parte del afio se encuentra seco. Tiene una extensién de 100 km. Trriga este riachuelo la ‘quebrada de Coaillo y valle de Asia, sustentando un sistema de aguas frifticas, que humedecen y saturan e] suelo y sub: suelo para constituir, en lo futuro del afio, grandes oasis, que aprovechan los campesinos, para el cultivo del matz y rboles frutales. ioe a » y Is laguna de ““Chuchin-Cocha”” en 3 | a i ‘ g i j 1a provin cknex op euMorg #1 Me STE-TH Edy, OP ATTPLED ETM eeLBO“D— —Fig Nevado de “Pillonam” (5.000 m. sm. me Fig, 2.—Pieo de “Kurman”, Fig. 3.—Glacinres de “La Viude’”, Fig. 4.—Laguna de “Chuchiin-Corhs”. Sssescd dapougy zmpyy je monante eemag Terueaten aa eonuyaypoomeg 9p -ouaQ-ueD,, wee) HAP MH ¢ ay En el pequeiio valle de Chilea, en las proximidades de Lima, no existen aguas corrientes, sino una verdadera red de aguas subterrimeas, Jas que aprovechan los campesinos de esa regién por el sistema de “pozos artesianos”. En esta costa arenosa del departamento de Lima, in- mensa regién solitaria, plana, lena de arenas, que dan la visién de un sector desierto africano, se destaean a mane- ra de grandes manchas de color esmeralda, Ios valles que forman los rfos que hemos citado... Desde el Pativilea, hasta el Cajiete, el viajero que emprendiera un recorrido norte & sury-encontraré sucesivamente suaves remansos de ver- dor, poblaciones que Iueran en esas vegas, en un sistema de civilizacién moderno, que asientan sus reales sobre lo que 0- trora fueron grandes micleos del Incanato: valle de Pati- vilea, Supe, campifia de Huacho, valle de Pasamayo, gran- des valle de Carabayllo y Rimac, y los pintorescos.valles de Ia provincia de Caiiete, en que estén ineluidos nueve de sus distritos; separados unos de otros por desiertos inmensos que forman linea de continuidad, hasta las protimidades de Lurin, perteneciente yé a la provincia de Lima. ‘CLIMATOLOGIA. El clima del departamento de Lima pertenece.al tipo continental. Semin es Ja topografia regional andina, asi son las variedades que se presentan. Los antiguos peruanos ya distinguieron estas zonas climdticas con nombres caracte- risticos: “Puna” o “Suni”, Ia regién drtica, monoforme, el highland, la tierra alta por excelencia, perennemente acre- cida con pajonales amarillentos ; extensién misera y aspera, como dijera Humbolt, con un paisaje desierto y bravio. Mas arriba, la regién inaccesible de los cerros y altos pi- cachos eubiertos de nieves perpetuas: los “Auquis”, “Apus” o “Antas”, com sus grandes ventisqueros; “Queshua”, la — sierra templada, regién fresca y saludable, de cielo purfsi- mo, con lluvias regulares, tempestades que atruenan en las lejanas cumbres severas, mAs-allé de las cuales se perfila Ia albura de los pieos nevados. Las terrazas geolégicas que ascienden por las mérgenes de los rios, cuyas aguas se pre- cipitan por los valles y quebradas muy cerradas, formando ondulaciones donde se extienden las “jalleas” o-campos de Jabranza: las “moyas” que son praderas inmensas, Hlenas de pastos naturales: y las “huaylas", vegas angostas, un tanto abrigadas, donde erece una vegetacién arbérea exhuberan- te: “Yunca”, la regién sub-tropical de la costa, en cuyos va- les por la accién del calor y la fertilidad de las tierras, sc produce una gran variedad de plantas. ‘La extraordinaria diferencia de alturas en sola esta ex- tensién del departamento de Lima, hace que se produzcan las mAs variadas producciones de todos los elimas, cuyos nombres indigenas hemos meneionado. ‘Ninguna cireunstancia habré tenido, en el desarréllo de las primitivas culturas de esta regién, tanta influencia como el factor clima. El clima de la Puna.—Refiriéndose al clima de la cor- dillera andina del Peri, dice Doering Jo siguiente: “A una altura de casi 4,000 metros sobre el nivel del mar, la puna esté’agitada violentamente por toda clase de manifestacio- nes atmosférieas, y su clima se semeja muy bien al de algu- nas regiones polares qué al de las fértiles regiones de bos- ques de la tierra baja, situada al este y cereana a tan aspera, altura. El paisaje de este “techo” del continente surame- rieano es grandioso en sus formas y contornos, pero no ca- rece de Ja melancolia casi asombrosa y la tristeza peculia- res de las apartadas y mon6tonas regiones de las altas mon- tafias”. Este clima entumecedor de las facultades mentales del hombre de la cordillera, tenfa que produeir sus efectos y ae desarreglos psicolégicos, aundndose a otros trastornos de indole fisiolégica: la “enfermedad de los Andes”, algunas veces Ia “anoxemia andina”, la “veta"” 0 el “soroche”. El clima de la Sierra—La Sierra, regi6n fragorosa a- travezada por esa “dorsal” de los Andes, donde se encuer- tran las “punas” y cuyos ramales erizados de altisimas mon- ‘taflas, se-conocen con los nombres de: “andinos” y “cisan- dinos”, y en cuyas hoyas corren torrentosas corrientes de agua por estrechas y profundas quebradas. A pesar de la notable sequia de la costa, no dejan de eorrer por las que- bradas de la sierra limefia, los rios que desaguan en su lito- ral, porque a pesar de alimentarse con el liquido que se al- macena en Jas lagunas de la cordillera, producidas por el deshielo, reciben-también el agua de las Iluvias, de la que los vientos del mar dejan en lo alto de aquella. Las nubes pasan sobre los Hanos sin descargar su agua y al chocar con Jas cumbres de los montes se condensan y deshacen; otras veces van cargadas de clectricidad contraria a la de otras nubes muy blancas que aparecen detras de las altas monta~ jias, empujadas quiz por los vientos alisios del Oriente pe- ruano. Al chocar estas nubes con las de la costa, se forman tespestades, cuya lluvia recibe el nombre de “‘mangada’’. Las avenidas de agua que se forman con esta Iuvia siguen un curso regular; limpian la atmésfera de microbios y la~ van los pueblos y campos, por asi decirlo. Entre los diversos tipos de luvias que se forman en la regién-de la sierra, se ofrece uno, que por largos perfodos de ausencia de 10 a 20 afios y a veces en plazo mas corto, se produce en la ceja de costa, y es de funestas consecuen- cias por las avalanchas que provoca. La repentina caida de estos chubaseos produce el desmoronamiento de grandes cantidades de tierra’y arcilla, a las que los agentes atmos. féricos hicieron porosas y quebradizas, y que eonvertidos en barro por su mezcla con el agua de la Huvia, bajan des- 288 — donde se desarrollan las culturas de los pueblos de los Ata- willos tiene como Metropoli la ciudad pre-colombina de “Chipprak”. (Véase Ruinas de Chipprak, Ruppak, ete. en Canta. Cap. V.) Los Atawilios se extendfan por Ia Que- brada del Alto-Chaneay, en los distritos andinos de Atavi- los Alto y Bajo, Pacaraos, Lampidn, disiritos de la Sierra de Chancay y de Cajatambo, donde tienen su iniciacién las Cordilleras Negra y Blanea, cuyo Callején interandino po- blaban los ““Huaylas”, dependientes directos de la “Cultura de Chavin’” en Ia hoya del Marafién. No solamente se ma- nifiesta la vecindad geogréfica de ias culturas de Atawillos y Chavin, sino, también, ciertos rasgos comunes en la Ar- uitectura y la Cerimiea: En la Arquitectura, manificst se la descendencia de las habitaciones-tumbas rectangul res del tipo kullpy: en el paramento de les construcciones, se usé en los cimientos, grandes piedras verticale: y dis buestas en hileras, alternando cada una de éllas con muro: de pequefias piedras apilonadas, tal como aparecen: on “AMarca-Huamachuco” del departamento de la Libertad; en “Yayno”, “Chavin” y “Katak” del departamento de An- cachs; “Chirau-Marca” en la provineia de Cajatambo; y ‘Chipprak”, en la provincia de Canta. Un lienzo de pic- dras en Ja parte superior del edificio se presenta en hile- ras de sillares. pulidos en la parte exterior y regularmente geométricos; y en el fondo de la pared se ve un relleno de barro compacto mezclado eon piedreeillas a granel. La te- chumbre esté formada por una corniza de grandes piedvas en forma de loza: el edificio subterrénco preenta una inf! nidad de galerias. Los templos funerarios de las grand: ciudades de la Cultura de Atawillos presentan, también, ia forma piramidal como en el Arte de Chavin; pero, el estilo de la arquitectura de Atawillos es genuine y, mas bién, pe- yece preenrsor de esa Alta Cultura, En la Gerdinica, poli- croma y escultural én las tumbas de “Huaseoy” en la pro- — 39 — vincia de Canta, se nota manifestaciones de contacto con la de “Recuay” de! Callején de Huaylas por guardar seme- janzas en calidad, forma y color, Jo mismo que Jos ceramios de “Nieveria” en el valle de Lima. CULTURAS COSTENAS DE LIMA Cultura de Aneén.—Los pescadores arcaicos del Lito- yal maritimo del Pacifico que babitaban en las bahias abri- galas de Supe, Carauin, Végueta, Las Salinas, Chances, ‘Ancén, La Horadada, Caseajal, Bocas del Rio Chillén, Ca- Tiao, Pachaeamac, Chillea, Asia, Cerro Azul y otras, ban de- Jado restos de una cultura primitiva, como ceriimica negra incidida, utensilios de Iueso, cesteria, redes primitivas ¥ un gruevo basural de conchas de mariseas ((llamados “con hates") y monticulos sepuleraes, como los ao se observ en Ancén. Siesta cultura ex costeha por excelenca,e8 muy probable que prtieipara de la “lengua Muehe” que, cone hemos dicho, tiene su centro de residencia en to vales de Lambayeave y Truilo,extendiéndase por los valles do Sar ta y Nopeia hasta Pavamonga en la Proviseia de Chaneay, tos alles de Carabayle, Sureo y, quiz Cafiete, Las ens tumbres primitivas el arte incipiente de una poblacion mac ina y pescadora yor exesleneia, informa los elementos culturales de esta reién: lo aus on adelante, ba el nombre de: “Cultura de Ancén”. we san el periodo de fa “Cultura de Nepete", los 2c recibieron influenias de las Tribus agveniasandinas dela Coiture de Chavin. Fue asi, que se formé una Cultora ss: dentaria en la Costa, que ae caracterizaba por sus temploe piramidales,semelantes a los cerros anginos,¥ por sus di Tinidades,cuyo emblama era el rostro o figura de un Fell zo, el murialarauiteténico de estos edifcin y de fs > puleros monumentales que semejan a grandes “habitacis 8 pefidndose como aludes al fondo de los barrancos. Aqui se encuentra con riachuelos, los rechaza y va corriendo a la deriva, derribando Arboles y cubriendo las casas y los carn- pos con el grueso sedimento de material sélido que arras- tran sus aguas. Los indigenas de la sierra Haman “Iloclla” a esta clase de avenidas; los de la costa de Lima, “huayco” ; Jos de Canete, “iguanco” y los de Chincha: “yapana”. Al seearse estos montecillos de cieno, que envuelven las peque- fias eolinas y gruesas pefias, se tornan de un color plomizo. ‘Al mayor 0 menor calor, la temperatura, etc., que da origen también a la diversidad de climas, se debe la gran influencia del medio sobre el hombre; el crecimiento y la produceién, fendmeno que se observa principaimente en las plantas. En el capitulo referente a “Fuentes Econémicas”, nos ocuparemos de las plantas silvestres y cultivadas con el nombre de formaciones botdnicas tanto en la regién “yun- gatde la.costa y “eollatt:de la sierra: E] calor disminuye segin se asciende a la Cordillera, un grado centigrado por cada 180 a 200 m. de elevaciéns pero en las laderas de los Andes es preciso, muchas veces, trepar 500 0 600 m. para que la columna termométriea ba- je dicho grado. Asi sucede que el clima limefio es puramen- te local, porque las Iineas térmicas que corren por las altu- ras equivalen al calor de las montafias o florestas pertianas. E] viento general o alisio, que en Ja zona t6rrida sopla co- munmente de Este a Oeste, no goza de libertad en el Peri, debido a las altas barreras de los Andes en sus diversos vamales, salvo en las anuras amazénicas, dando lugar, co- mo en el Africa, a una espesa vegetacién: Los tiltimos es- tudios sobre la Estratosfera de Lima, practicados por el Dr. Korff han demostrado que sobre la Sierra 0 Cordillera ve- cina a Lima hay dos clases de nubes: una, “Stratus” 0 “Nimbo-Stratus”, cuya altura es de 3 a 4.000 metros que forman una especie de techo sobre los puntos un tanto ele- oO eS vados de la Sierra y de las que provienen las Iuvias; las otras “Camulus” que se encuentran sobre las altas cimes de la Cordillera y se originan del Este y Sud-Este, 0 sea, del lado del Atlantico. El clima en medio de su gran frialdad, muestra, sin em- bargo, una gran sequedad. E] viento alisio del Atlantico, al encontrarse en su cauce, Ja Cordillera occidental, como he- mos dicho, sube a mucha altura y no vuelve a bajar a Ia su- perficie del Océano, que del otro lado se extiende, hasta una distancia de 200 a 1.000 km., segin las estaciones y los sitios, quedando sin vientos regulares todo el espacio asi salvado por la corriente aérea. En las vertientes occidenta- les soplan generalmente brisas del lado del mar, ya sea por el reflujo del “cierzo” de la cordillera o de las “auras” que existen sobre la superficie de la corriente océaniea, a ma- nera de una corriente aérea que sube de Sur a Norte, y que refrigeran en la drida estacién del verano los Tanos de la costa. Existen euatro corrientes o eapas de aire sobre Li- ama que soplan unas veces del Sur y otras del Norte con ve- locidades de 0 hasta 6 metros por segundo. Debido a estos fenémenos atmosféricos y a los accidentes teliricos de Ia gran cadena de los Andes occidentales, las luvias de la sie- rra generalmente se producen con toda regularidad.en el invierno, o sea, cuando baja la temperatura en dichas zonas. Las mafianas amanecen despejadas, el cielo se aclara y pre- senta una diafanidad azulina caracteristica; Ios perfiles de los altos cerros se aprecian nitidamente desde la lejania haciendo resaltar sobre aquel fondo impoluto, el gris verdozo de sus melladuras y el tono obseuro de sus barran- cos. Colores flameantes de sus crepiisculos, tonalidad cro- mética en la naturaleza y en. los trajes de los seres huma- nos que alberga esta regién de la sierra, contribuyen & formar una raza de hombres euféricos, como diria Doe- ying, en quienes, es robusta la alegria de la vida, bajo =e = un sol que bien merecia haber sido divinizado por su puri: sima luz y energia calériea. Pero, como hemos dicho, hay un momento durante ios dias de invierno, en que las eumbres, mediado el dia, se cu- bren y ocultan bajo un enjambre de nubes que probable- mente, el viento alisio del Atlntico echa hacia el Orien- te peruano, y esas nubes se resuelven en Iluvias copiosas, desde cerca de la una a cinco de la tarde, prolongandose en algunas ocasiones durante la noche. Después del chubasco, sobre la calma de los campos y ciudades y en la hora del véspero, con una atmésfera purificada por la lluvia y satu- rada de un olor a tierra himeda, brilla admirablemente en el firmamento la gama de un oro, pirpura, esmeralda, co- balto, amatista y amaranto, que ponen fin al dia, antes que se anuncien las sombras negras de la noche. Con este clima saludable, el hombre encontré su maxi- mo desarrollo, ya que la aecién climatérica de la sierra es considerada como terapéutica. La accién del elemento cli- matolégico debié ser decisiva en la fisiologia y psicologia del hombre andino de Lima y de sus congéneres—por en- de—toda la serrania del Peri. El clima de la Costa.—Pertenece al tipo de elima ma- ritimo. Al ocuparnos del clima de la costa limefia, citare- mos a Middendorf, quien al tratar del clima del Pera, dice lo siguiente: “En Ja Costa del Perd en realidad casi nunca Mueve propiamente hablando, salvo uno que otro caso ex- cepeional”. “Las particularidades del clima de la costa peruana se explican por accién de varias causas. En efecto, que temperatura sea mas baja que en otros paises entre los tré- ricos proviene en primer lugar de la existencia de una cor- dillera inmediata cubierta de nieves perpetuas. Ademés, ejerce gran influeneia una corriente océanica que viene de as altas latitudes australes del hemisferio sur y corre a lo #9 largo de la costa, Hegando tan solo a la linea ecuatorial, donde cesga al occidente”. Esta corriente recibe el nom- de Humbolt, del sabio alemén que la estudi6” “Rn el invierno hay, por una parte, menos evaporacién maritima y, por otra, las sierras de la costa reciben menos calor, asi es que, tanto el viento marino como la columns aseendente de los Ilanos son mucho menores. No se necesita insistir en Jo agradable que tiene que ser un elima de seme- jante constitueién metereolégica y por eso es, quizés, que los antiguos cronistas, lo mismo que los exagerados admi- radores de Lima, han considerado su clitma como paradisia- co. El frio intenso es desconocido y sélo se siente uno me- diano”. “B] calor tampoco aleanza las altas cifras que con fre- cuencia se presentan en las zonas templadas. Sin embar- go no se puede decir que tiene clima tropical. Hs mucho me- nos efiiide que en el de otras regiones de las mismas latitn- des, tanto en el hemisferio Sur como en el Norte. El ve~ rano, dura desde enero hasta abril, siendo los meses de mas calor marzo y abril; segin las observaciones metereolégi- cas, en un termémetro centfgrado, la temperatura extrema jams ega a 80°. En el verano de 1888, que fué muy fuer~ te, Megé solamente a 29 grados. La diferencia de tempers~ tura entre el invierno y el verano es, por lo comin, de 12 grados, y en casos extarordinarios llega a 15". El tiempo fresco dura de fines de junio hasta mediados de setiembre. Las plantas introducidas de la zona templada comienzan a brotar, como: la parra, la higuera, el naranjo, los‘perales; asi como las plantas indigenas comienzan a brotar o rever- decer, tales: el palto, el mango. Los meses de noviembre y diciembre son, quizd, los mas agradables, marcando el ter- mémetro de 18 a 21 grados. En diciembre principia el ca- Jor; pero, més que por el mayor calor o menor, se diferen- cian las estaciones por el cielo dgspejado en el verano y cu —40— bierto de densas nubes en el invierno con las descargas consiguientes de humedad. Influencia del Clima en el hombre.—La influencia del Clima del Perit es poderosa en la fisiologia y psicologia del hombre. El clima de la costa por su suavidad trae consigo, muchas veees, grandes perjuicios, sobre todo, en las fun- ciones respiratorias del pulmén; porque, si bien es cierto que la salud experimenta alli menos trastornos violentos, en cambio, una larga residencia en lugares de la costa del Peri, especialmente en Lima, trae una disminucién’ de las energias y una relajacién general del cuerpo y del egpfritu. Por lo tanto, se hace uno sumamente sensible a ligeros cam- bios de temperatura; siendo asf, que esos cambios son en- teramente corrientes en Europa; porque, como dice el D: Carlos Monge, el rendimiento respiratorio se mide igual mente en coeficientes mas altos on la Sierra, mis bajos en la Costa. En cuanto a la influencia del calor y de Ja luz, Mide dorf, con un eriterio de ge6grafo, ha investigado también este fenémeno; diciendo: “Otra partieularidad del Clima, aunque no produce directamente relajamienio del cuerpo ejerce, sin embargo, influencia deprimente en la disposicién del espiritu y se refleja de un modo inmedinto y nocivo en Ja actividad del cuerpo”. "Como la capacidad del trabajo disminuye notablemen- ‘te en el verano por la falta de descargas eléctricas, In ten- sién del espirita en el invierno es también afectada por le falta de luz. En efecto durante varios meses se vive bajo un cielo" plomizo, euyo aspecto sombrio en semanas ente ras apenas es interrumipdo por el brillo oeasional y pas Jere del sol. Esta falta de luz es otra particularidad del clima de Lima. Tenemos la conviecién de que el decaimfen- to moral, que con raz6n tarito se reprocha a los moradores de Lima, proviene principalmente de esta causa y no de las = “A esto se agrega que el invierno se prolonga durante 6 meses, singularizéndose por Ja acumulacién de nubes, sumamente bajas, que se ciernen sobre las campifias de la costa, como una béveda de plomo que rara.vez rompe un iilido sol. El sabio Raimondi, dice a este respecto lo siguiente: “Examinando con mas atencién este fenémeno, se ve gue la sensacién de frio se experimenta tan solo cuando el cielo esta eubierto y la atmésfera cargada de humedad, y como el termémetro marca 18" con ciiya temperatura no se puede tener frfo, es claro que la atmésfera cargada de hu- medad nos roba parte del calor de nuestro cuerpo”. “Resulta que cuando la atmésfera se halla cargada de més humedad y no puede ser ealentada por el sol, por estar cl ciclo cubierto, nuestro cuerpo pierde una gran eantidad de calor para calentar el aire saturado'de humedad que lo envuelve por todas partes; entonces, cuando el termémetro nos marea una temperatura baja, nuestro cuerpo experi- menta una sensacién de frio, por el calor que le roba la at= mésfera”. Es por esta razén, que Raimondi le da el nom- bre de: “Frio fisfolégico”, el que siente el cuerpo bajo la influencia del lima de Lima. La intensidad del frio se ha ‘hecho mucho més sensible en estos iltimos afios, a pesar de no marear el termémetro mayor deseenso en Ia temperatu- va. Posiblemente, dicha intensidad ha coincidido con e} ta- lado hecho en Ja escasa arboleda de la ciudad y campifas de Lima, porque se ha suprinido la barrera que atajaba a los vientos.—'ste medio, dice Cisneros, falto de hori- zonte, confinado entre eerros desnudos, con cielo bajo, fal- to de presién, escaso de electricidad, es natural que ejerza influeneia preponderante sobre los earacteres de los habi- tantes de Lima y sus alrededores”. En los valles de la Costa hay una ausencia completa de- lluyias; solamente, las Ioviznas 0 gariias se dejan sentir en as el Invierno. La influencia del ciima en el cardeter dié Iu- gar a que el Indio de la costa de Lima fuera de tempera- mento linfatico; atinque algunas veces, imaginativo, artis- ta, vehemente y de rapidas emociones Inflweneia climética dé la Sierra. — Influye, todavia, con més fuerza en la fisiologia y patologia de la respiracién, el clima de la Sierra. El Profesor peruano doctor Carlos Monge, en sus estudios de Biologia Andina y en un discur- 80 de recepcién del ilustre Profesor francés Policard en la Academia de Medicina de Lima, ha expuesto este interesan- te problema: “Advirtamos, dice Monge, que ha sido Lyon de donde ha partido un movimiento de avanzada—si se nos permite lamar asi a un retorno de las doctrinas hipocré- ticas de la enfermedad en funeién del Clima—cuestion a Ie que nuestra Geografia da su més valioso apoyo por el jue- go combinado de factores teliricos, metereolégicos, c6smi- cos que no tienen paralelo en ninguna parte del Mundo”. “Nuestra realidad biolégica es pertenecer a una raza de, hombres que vivian perennemente aclimatados a le hi poxemia.. Este enrarecimiento del oxigeno ambiental da un sentido y.una orientacién a la fisiologia climétiea de hom- bres que respiran diferente del resto de las razas humanas. De alli que el hombre andino haya adquirido en su esenciu un tipo megasphisico de Ja clasificacién de Banhiel, “el tipo de este clima se observa en la Montafia donde se desa- rrollan Jas razas més vigorosas del Mundo, donde ia enfer- medad es rara y la vida larga”. (Guiard) . ».“Efectivamente, el andino es el tipo del montafiés pe- rennemente en esfuerzo por la anoxemia y la montafia. De alli, que no por cierto ahora, sino atin en la época de los In- cas y seguramente en la Pre-historia, la Tradicién nos ha- bla de la cultura fisiea, de ja educacién al endurecimiente y alesfuerzo. En la sociedad incaica no solamente sus ins- titueiones cultivaban la marcha y la earrera (organizacio- —B8— nes de los chasquis), sino atin las fiestas, el matrimonio, culto y el emplazamiento de sus ciudades, revelan una pe- renne actividad biolégica de la funcién respiratoria”. En otro parrafo apunta el Dr. Monge lo siguiente: “Cuands las migraciones incaicas 0 pre-incaicas en su afan de ex- pansién se dejaron sentir a través de los Hanos y de las cordilleras, el determinismo biolégico, climatico, anoxémi- 0, dié a las soeiedades primitivas su norma de conducts, La organizacién de los mitimaes (colonizacién interna) no pudo sustraerse al fenémeno vital 1 tipo de hombre res piratorio. Y por ello, la legislacién incaiea aseguré la simi- Jitud elimética en la “eolonizacién”. En la Costa, quizd, se Ilevé a cabo, desde una época muy remota, el proceso de a- climatacién. Con la superposicién de las diferentes eultu- ras del Peri, la Arqueologia ha visto confundidos elemen- ‘tos de la Costa, de la Sierra y de la Montafia. “En suma: al fisiologismo anoxémico de este ho ‘inico de los Andes corresponde una Etnoclimatologia be constituye, mis tarde en el devenir evolutivo de Jas a el Altiplano, una Sociologia Climétiea”. El determinismo bio- gico ha impreso en el pulmén, de los sleseantiontes, le los primitivos Habitantes del Perd, aclimatados a su suelo, a difieaciones que se observan, sobre todo, en los habitant de la Cordillera Oceidental Maritima. ombre “S—Ls. Caverns. Sepulcral.—1—Corte de una Caverna Sepelcral. — 2.Corte de una Caverna-Adorato- rio. — 3.—Corte vertical de un Kullpi funerario. — 4.— Corte vertical dé una terreza funeraria.—5.—Cista vepulcral. PER Bfsta exterior dé nha caverna eepuicral CAPITULO SEGUNDO hi : a att a pe variada, pero interesante, en una y em otra re- gién- - AY ARQUITECTURA INCAICA. De la existencia del Imperio de tos Incas no cabe la me- tor duda. Este gran a¢ontecimiento histérico marca en el curso de los grandes acontecimientos de este Continente, una etapa cronoiégica que muy bien podrfa servir de base para formar una era, adaptada a Ia Cronologia Peruana Pre-Hispinica. La historia de los Incas es anterior a la do- minaci6n espafiola. En la época de la Conquista, don Fran- cizeo Pizarro tomé prisionero y condené a muerte al titimo Mouarea de este Imperio: el infortunado Atahualpa; de quien nos dan una semb!anza, casi completa, los Cronistas, tales como: Jerez, Pedro Pizarro y Diego de Trujillo. Es un caso tnico en la América Pre-Colombina, el conocerse por intermedio de los Croinstas que, a eu vez, afianzaron sus relatos en las descripeiones bastante fidedignas de la Nobleza indigena, la lista completa de los Antiguos Monar- cas: los Ineas. ‘ En la relacién sobre Conquistas y Gobierno de Ios In- cas, en este departamento de Lima, tenemos los datos im- portant{simos de Cronistas aereditados, como Pedro Cieza de Le6n y Garcilazo de la Vega, quines nos refieren nom- bres de generales ineaicos como Kapae Yupanqui, que some- tieron después de un duro empefio a las huestes aguerridas de otros sefiores costefios que mandaban pequefias reyecias y que gobernaban, a quieta y pacifica posesién, por muy largos afios; tal como: Chuquis-Manco. Conocemos, tam- bién, por éllos, los nombres de algunos “Tampus” prinei~ palmente y algunas poblaciones; por ejemplo: “Ineahuasi”, — 1 — que Yué considerado por Cieza, como un pequeiio Cuzvo, & Ja quebrada de Lunahuand de la provincia de Caiiete; Jo ‘eronistas citados nos afirman, también, que el famoso mc cnumento de “Herbay”, fué levantado por las orgullose huestes de Pachacutec, para perpetuar el triunfo aleanzac sobre Ins poblaciones aguerridas de Runahuanac, Huare “Mala y Chillea. Cuando esta fortaleza fué visitada por Cronista soldado Cieza, ya se hallaba en ruinas. Ahora, imposible ubiear el sitio del “Herbay ieaico”. El seit Eugenio Larrabure y Unanue afirmé con bastante asic to, que el antiguo Herbay, estuvo situado sobre un mor que en Ia actualidad, todavia, conserva algunos terraplen artifieales que bajan hasta el mar y que no es otro, siz aquel farollén hermoso que resguarda Cerro Azul. Gar lazo y el mismo Cieza nos describen el famoso templo + 'Sol ‘de Pachecamac, que los Incas, cuando conguistaron tos sefiorfos, mandaron construir contiguo al viejo Santi rio. Estudiadas ests pobliciones, fortalezas y templos eaicos, “in situ”, se confirma admirablemente los rela de los cronistas por el testimonio positive de Ia Arquec gia. Queda demostrado, por estas dos fuentes, Ia existen de una Arquitectura que no es de estilo puramente inca ‘sino de un Arte mestizo; mitad cuzquefio y mitad “Yun, 10 costefio. Cuando se observa, por ejemplo el famoso T: plo del Sol, construido por los Incas en Pachacamac, s¢) ta que el cimiento se compone de sillares de piedra bien talladas y casi cibicos, aunque no pulidos. Las F das siguen una Imea hotizontal casi perfecta. Este 2¢ ‘© pared de piedras, llega hasta la mitad de los muro: contensién de las grandes plataformas, Sobre este 26 se levanta otro muro, pero de grandes adobes wnidos ‘una gruesa argamasa (Véase Templo de Pachacamac, | TV), La arquitectura de adobes grandes, de estilo ine: vdomina en toda la poblacién de Pachacamac y otras ci — 104 — des levantadas por los Incas en la Costa, La ciudad incai- ca de Inethuasi difiere de la anterior, porque la? pare- des son integramente de piedra y barro; pero, los sillones son toseos e irregulares: denotan precipitacién en su edi- ficacién (Véase Ruinas de Caitete Cap. VII). La forma ge- neral de los palacio: y demés edificios es peralelepipeda Las puertas son trapezoidales, lo mismio que las ventanas y las hornacinas. La poblacién incaica costeila tiene un gran sentido de urbanizacién: ofrece plazas extensas, algu: nas.calles que dividen los barrios con una gran regularidad geométrica; algunos pérticos y pasadizos estratégicos co- mo en las ciudades militares, ete. B) ARQUITECTURA PRE-NCAICA. Habiendo declarado como auténticamente incaicos, a!- gunos monumentos importantes de Ia Costa, y establecido, ecmo tn hecho histérieo innegable la Conquista y Gobierno de los Incas en los pueblos de! litoral, es evidente deciarar que los primitivos habitantes de la Costa y de la Sierra del departamento de Lima, tuvieron una Cultura adelantada y en sus construceiones eampea un estilo geauino; y con res- peeto.a su antigiiedad, se remonta a una época anterior de Ix dominaeién de los Incas. Si estos pobladores no hubie- ran tenido una organizaci6n militar, civil o politica tan ax vanzada, no hubieran resistido por muchisimos afios a las huestes cuzquefias, ni hubjeran tenido que citar, los cronis- tas, las guerras que sostuvieron los Incas con los Reyes de la Costa y hasta el nombre de los principales caudillos. La descripeién arqueclégica de los monumentos pre-ineaicos de Lima ocupa los principales capitulos de este libro. Los estudiaremos por zonas geogrifieas, prineipalmente por quebradas. — 105 — IIL — DISTRIBUCION GEOGRA- FICA DE LA ARQUITECTU- RA PREANCAICA. Por razén de Ja distribucién geogrdfiea, los monumen- tos arquitect6nicos del departamento de Lima puede dis- tinguirse, por el material y formas que los caracterizan. A) EN LA REGION DE LA COSTA. Los monumentos pre-incaicos de In Costa, tales como: eiificios de las ciudades y aldeas, ttimulos »doratorios, for- talezas, que alora se hallan arruinados, se localican en las Provineias eostefias de Chancay, Lima y Cafiete. En la re- gién de Ia Costa, los restos arquitect6nicos no son unifor- mes, ni en el material de construceién, ni en la forma de e- dificios, ni en el tipo de arquitectura. Se notan diferencias. Quiz4, haya alguna evolucién o sucesién de culturas. Pue- de ser, también, que aparezean edificios con una finalidad y un material apropiado correspondientes a una misma épo- ‘a, por ejemplo: Casasthabitaciones de adobén, por ser mas resistente; templos piramidales con adobes pequefios © ladrillos que mejor se adaptan a la forma de talud o pi- rémide; fortalezas con cimientos de grandes piedras y mu- ros de adob6n; cementerios con cistas sepulerales de pie- dra en bruto 0 adobes, para resguardar los cadiveres mo- anificados, cuando la tierra es delesnable. En sitios donde el suelo es de caliche, o tierra bien comprimida, no se nece- sita, sino abrir una zanja, después cubrirle de _xama, troneos de pacae, cafia o totora y luego tierra. Sin deter- minar todavia una Cronologia fija, dividiremos los restos arquitecténicos conforme a los siguientes Sub-Tipos: Sub-Tipo 1.—Construcciones riisticas de cantos ro- dados, piedras cortadas en algunas canteras vecinas: ya sea

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