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Cronología

Siglo XIX Siglo XX

ROMANTICISMO REALISMO MODERNISMO GENERACIÓN DEL 98


¿Qué es el Modernismo?
Es un movimiento artístico que ocupa los últimos quince
años del siglo XIX y los quince primeros del siglo XX. Está
liderado por autores muy jóvenes los cuales se apartan de la
realidad inmediata, que consideran limitada e insatisfactoria,
y buscan refugio en la belleza.
Características
• Rechazo de la sociedad industrial burguesa.

• Búsqueda del sentido oculto y misterioso de la vida.

• Búsqueda de la belleza, la sensualidad y el exotismo.

• Evasión a épocas pasadas y culturas lejanas.


Fascinación por el Oriente, la Edad Media y la mitología
griega y romana.

• Fantasía y mundos fantásticos como contestación al


realismo. Evasión de la realidad.

• Preferencia por la poesía y el cuento.

•Lenguaje culto y elaborado.


Rubén Darío Tres etapas:
1867-1917
• Es el padre del Modernismo. 1. Azul: Evocación de América
Nació en Nicaragua. Recorrió antes del descubrimiento y el
varios países de América, unas culto al poeta como un artista
dotado de sensibilidad especial
veces como periodista, otras para descubrir la verdad.
como diplomático de su país.
Finalmente da el salto a París, 2. Prosas profanas: Ambientes de
ciudad de la que se enamora, y a cuento, culto a la belleza, al
España, donde impulsa una amor y al erotismo.
renovación poética sin
3. Cantos de vida y esperanza:
precedentes. Temas políticos (reivindica la
identidad hispánica de América,
• Su primera obra, Azul (1888), es amenazada por la presión de
la que inicia el movimiento Estados Unidos) y existenciales
modernista literario. (ante el terror de la muerte,
surge una religiosidad llena de
dudas).
París es teatro divertido y terrible. Entre los concurrentes al café Plombier –pintores,
El pájaro azul escultores, poetas–, ninguno más querido que aquel pobre Garcín, triste casi siempre,
soñador y bohemio: el pájaro azul. ¿No sabéis por qué se llamaba así? Nosotros le
bautizamos con ese nombre. Cuando le preguntábamos por qué arrugaba el ceño cuando
todos reíamos como insensatos o como chicuelos, él nos respondía con cierta amargura…
–Camaradas: habéis de saber que tengo un pájaro azul en el cerebro… Sí, dentro de la jaula
de mi cerebro está preso un pájaro azul que quiere su libertad…
Entonces Garcín comenzó un poema en tercetos titulados: El pájaro azul. Cada noche se leía
en nuestra tertulia algo nuevo de la obra. Aquello era excelente, sublime, disparatado: un
cielo muy hermoso, una campiña muy fresca, países brotados como por la magia del pincel
de Corot, rostros de niños asomados entre flores; los ojos de Nini húmedos y grandes; y por
añadidura, el buen Dios que envía volando, volando, sobre todo aquello, un pájaro azul que
sin saber cómo ni cuándo anida dentro del cerebro del poeta, en donde queda aprisionado.
Una noche llegó Garcín riendo mucho y, sin embargo, muy triste.
–¡Una noticia! ¡Una noticia! Canto último de mi poema. Nini ha muerto. Viene la primavera y
Nini se va. Ahora falta el epílogo del poema. Los editores no se dignan siquiera leer mis
versos. Vosotros muy pronto tendréis que dispersaros. Ley del tiempo. El epílogo debe
titularse así: «De cómo el pájaro azul alza el vuelo al cielo azul». ¡Amigos míos, un abrazo!
Abrazadme todos, así, fuerte; decidme adiós con todo el corazón, con toda el alma… El
pájaro azul vuela.
Y el pobre Garcín lloró, nos estrechó, nos apretó las manos con todas sus fuerzas y se fue.
Pálidos, asustados, entristecidos, al día siguiente, todos los parroquianos del Café Plombier
que metíamos tanta bulla en aquel cuartucho destartalado, nos hallábamos en la habitación
de Garcín. Él estaba en su lecho, sobre las sábanas ensangrentadas, con el cráneo roto de un
balazo.
¡Qué horrible! Cuando, repuestos de la primera impresión, pudimos llorar el cadáver de
nuestro amigo, encontramos el famoso poema. En la última página había escritas estas
L'Intérieur de chez Bruant: Le Mirliton palabras: «Hoy, en plena primavera, dejó abierta la puerta de la jaula al pobre pájaro azul».
Louis Anquetin, 1887
VENUS

En la tranquila noche, mis nostalgias amargas sufría.


En busca de quietud bajé al fresco y callado jardín.
En el obscuro cielo Venus bella temblando lucía,
como incrustado en ébano un dorado y divino jazmín.

A mi alma enamorada, una reina oriental parecía,


que esperaba a su amante bajo el techo de su camarín,
o que, llevada en hombros, la profunda extensión recorría,
triunfante y luminosa, recostada sobre un palanquín.

“¡Oh, reina rubia! -díjele, mi alma quiere dejar su crisálida


y volar hacia a ti, y tus labios de fuego besar;
y flotar en el nimbo que derrama en tu frente luz pálida,

y en siderales éxtasis no dejarte un momento de amar”.


El aire de la noche refrescaba la atmósfera cálida.
Venus, desde el abismo, me miraba con triste mirar
El nacimiento de Venus
William-Adolphe Bouguereau, 1879
Delmira Agustini Amor, la noche estaba trágica y sollozante…
1886-1914
Amor, la noche estaba trágica y sollozante
cuando tu llave de oro cantó en mi cerradura;
luego, la puerta abierta sobre la sombra helante,
tu forma fue una mancha de luz y de blancura.

Todo aquí lo alumbraron tus ojos de diamante;


bebieron en mi copa tus labios de frescura;
y descansó en mi almohada tu cabeza fragante;
me encantó tu descaro y adoré tu locura.

¡Y hoy río si tú ríes, y canto si tú cantas;


y si duermes, duermo como un perro a tus plantas!
¡Hoy llevo hasta en mi sombra tu olor de primavera;

y tiemblo si tu mano toca la cerradura;


y bendigo la noche sollozante y oscura
que floreció en mi vida tu boca tempranera!

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