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by
Department of Spanish
University of Toronto
Department of Spanish
University of Toronto
ABSTRACT
earthquake that hit Mexico City in 1985 as a historical event that contributed to forging
new ways of interaction among the people itself, as well as between the community as a
whole and its government. By examining the representations of this historically important
episode in the life of the city, this project compensates for a significant omission of
literary criticism, that has relegated the substantial corpus of texts about this catastrophe
music videos, poetry, drama, and narratives, this dissertation investigates the process
between Mexican society and its government. The following pages give an account of the
debate to shape the historical interpretation of the catastrophe: some texts challenged the
others supported the structures in place even though they acknowledged the need for a
nimbler bureaucracy. Therefore, this study is focused on texts that incorporate previous
discursive traditions to propose new symbolic ways to understand the nation after the
ii
perspectives—such as Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco,
Carlos Olmos, Enrique Serna, and Rodrigo Fresán, among others—to offer a panorama
on the arguments presented on the cultural field. This dissertation considers four specific
moments in the construction of the new national narrative: (1) the call for solidarity with
the victims of the disaster; (2) the redefinition of the idea of civil society; (3) the debate
within mass media to impose a particular meaning to both solidarity and civil society; and
(4) the questioning of the main discourses related to the earthquake. This study
illuminates the ways that the earthquake narratives have been deployed to challenge
political inequities and injustices and to attempt political change towards a modern
Mexican State.
iii
DE L A UT OP ÍA DE L A S OL ID ARIDAD AL DOL OR DE L CAM B IO :
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................1
iv
INTRODUCCIÓN
de 90 segundos y que alcanzó 7.8 grados en la escala de Richter, provocó una de las
Federal. La región más dañada, por la naturaleza de su subsuelo, fue la más densamente
una zona altamente sísmica, hay registros de temblores desde la época prehispánica.
la palabra náhuatl tlalollin, que significa terremoto. La palabra se compone de dos partes:
ollin, que se refiere al movimiento de las estrellas y tlal, perteneciente a la tierra. Sin
Remensis—que, según García Acosta, es una relación histórica de las catástrofes naturales
sufridas por el imperio azteca, aunque compilada por eclesiásticos españoles—indica que
1
Según el Instituto de Geofísica de la UNAM, este movimiento telúrico generó un tsunami con olas de hasta
dos metros que dañó parte de las costas de Guerrero y Oaxaca. La réplica más importante ocurrió al día
siguiente, a las 19:38 horas, con una intensidad de 7.3 grados en la escala de Richter. Ésta también ocasionó
un tsunami en la zona de Ixtapa Zihuatanejo, Guerrero con olas de un metro y medio. (s/n) Dada la
intensidad y destrucción que provocó esta réplica—asociada a las construcciones debilitadas por el sismo
del 19—algunos analistas se refieren a estos fenómenos como “los terremotos de 1985”. Sin embargo, dado
que después de cualquier temblor ocurren réplicas que varían en intensidad y pueden ser perceptibles aún
meses después del terremoto inicial, yo me referiré principalmente al terremoto del 19 de septiembre.
2
de cambios políticos importantes para ellos. Una de las entradas del códice apunta:
Axayácatl [1469], sexto rey de México, dice que temblaron tres cerros en
los hechos de su antecesor) [a] asolar la tierra, por tener ya sujetas las
respuesta a los desastres naturales: “There does seem to be a pattern that more complex
explosive volcanism that were the simpler societies in Middle America” (53). También
señala que “a political landscape of hostility with adjoining or nearby societies can
competition for arable land and resources” (55). De esta manera, si se trasladan las
mencionados en el ejemplo anterior pudieron intuir que el terremoto los colocaba en una
situación vulnerable, pero la ambición de Axayácatl por sus tierras y mano de obra añadió
presión a su habilidad para sobreponerse a la catástrofe. Así, el desastre natural fue una
3
predicción de los cambios por venir; sin embargo, más que por una razón mítica, por una
sacerdotes católicos aleccionaron a los habitantes del continente para entender los
Causó, con justo motivo, consternación todo aquello tanto entre los
los que torpes marchaban por el sendero del error y de los vicios; lo cual
(I, 79).
Sin embargo, esta interpretación no fue única a las tierras americanas, sino que
tenía su origen “in the medieval period [when] nature was commonly conceived as in
partnership with humanity. Human beings were seen as part of nature, part of God’s
Poco a poco, la idea del origen divino de los desastres naturales—así como su
hacia los terremotos. Hacia finales del siglo XVIII, la interpretación religiosa aún era
popular con el grueso de la población mexicana, pero una nueva manera de explicar los
fenómenos naturales mediante el uso de evidencia empírica fue ganando adeptos. Sin
fue la extensión del paradigma ilustrado entre la población, sino la ratificación de las
leyes de Reforma. Estas leyes no sólo establecieron una marcada división entre la Iglesia
las casas y los templos (II, 155). En otras palabras, una vez que el Estado se reservó la
función de controlar la vida pública y eliminó el carácter masivo de los rituales católicos
Ciudad de México inmediatamente después del terremoto de 1985 y durante las siguientes
publicados respecto a esta catástrofe, se observan variaciones sobre la idea de que esta
tragedia dio origen a una sociedad civil que recuperó el espacio público gracias a una
sobre desastres de esta naturaleza, adelanto que el terremoto de 1985 fue entendido por
varios autores como una especie de castigo por la pasividad ciudadana ante la corrupción
civil en las decisiones fundamentales para el desarrollo del país. Este razonamiento
3
La recuperación del espacio público de la calle por parte de la sociedad civil organizada, mediante
marchas y manifestaciones que aumentaron considerablemente después del terremoto de 1985, fue una de
las actitudes que más asombró a la misma población, a los intelectuales y al gobierno. El segundo capítulo
abunda sobre este tema.
5
derechos humanos y la soberanía de los pueblos. Pero sin duda la visión que predomina
cambios políticos. Por ejemplo, la aparición del cometa Halley en 1910 ó el terremoto de
popular ante cambios drásticos en nuestro país que nos pudiesen llevar a la
desintegración” (60).
terremoto que azotó a la Ciudad de México en 1985.4 Tiene como propósito principal
formaron después del evento. Esta investigación tiene su origen en la ausencia de una
mirada historiográfica organizada en torno al papel del terremoto como punto de partida
que existe un abundante corpus literario sobre el terremoto (con nuevos títulos editados
constantemente por casi 25 años) que señala la vigencia del tema en la imaginación
pública, hasta ahora los pocos estudios académicos que se ocupan de esos textos dejan a
4
A pesar de los daños considerables que el terremoto provocó en el interior del país, éstos no han sido tan
ampliamente documentados como aquellos en la capital. Porque los textos que interesan a este trabajo se
concentran en la ciudad de México, me veo—de manera involuntaria—reproduciendo la poco honrosa
tradición del centralismo mexicano.
6
asombroso que la historiografía literaria ignorase el asunto, así que esta investigación es
Entrada libre de Carlos Monsiváis, así como otros textos que no gozan de la misma
difusión entre el público, pero tienen igual importancia para comprender las
ecología hablan del impacto del hombre en el medio ambiente y las consecuencias de esa
comparte algunas de estas preocupaciones pero es, antes que nada, un análisis del
que el escritor latinoamericano, en múltiples ocasiones, asume un rol público. Por esta
mexicana nació del terremoto. Ambas propuestas se repiten en los medios masivos de
sus textos. Con auténtica curiosidad, emprendo la búsqueda de las técnicas literarias que
Poniatowska. Reviso la estructura posmoderna del texto, el manejo del cuerpo para
segundo capítulo comprende el estudio de cuatro textos escritos por Monsiváis sobre el
desastre. En este análisis, descubro la evolución del concepto de sociedad civil según lo
otros campos culturales del país. El tercer capítulo está dedicado a analizar la manera en
de Gortari.
A pesar de que la palabra solidaridad se volvió un término tabú al final del salinato
significado de la expresión para describir el esfuerzo comunitario durante los días del
terremoto. El cuarto capítulo se ocupa de textos que no tienen una influencia inmediata de
Poniatowska o Monsiváis. Entre textos poéticos, dramáticos y narrativos que repiten las
8
descripciones de los rescates o las movilizaciones sociales, destacan finalmente tres obras
que cuestionan por medio del humor y la ironía las tres principales interpretaciones
históricas de esta tragedia: “El desvalido Roger,” un cuento de Enrique Serna, discute la
idea de la solidaridad; “Bajo los escombros,” una pieza dramática de Carlos Olmos,
argumenta sobre la capacidad de cambio de la sociedad; y por último, Mantra, una novela
México.
ellos entraron a la escena pública al mismo tiempo, otros fueron el resultado del diálogo
posterior con discursos que ya especulaban sobre la relevancia del terremoto. En esta
investigación, describo cuatro momentos clave para el desarrollo de esa red: primero, el
de un nuevo concepto de sociedad civil; tercero, el debate para definir cómo se deben
nociones discursivas alrededor del terremoto. Así pues, ofrezco al lector una lectura
La historia de México durante el siglo veinte puede interpretarse como una lucha
constante por definir un proyecto para un país moderno y democrático. Los gobiernos
servicios, pero sin ocuparse de promover una sociedad civil involucrada en la esfera
vida política ocurrió principalmente durante la segunda mitad del siglo, e incluso
identifica como uno de los eventos que catalizaron el florecimiento de tal colectividad en
desastre afectó a una gran parte de la población urbana en la ciudad de México y sus
secuelas se dejaron sentir con especial crueldad entre las clases bajas trabajadoras, que
después engrosaron las filas de los ciudadanos descontentos con el rumbo marcado por las
experiencias de los protagonistas en su libro Nada, nadie: las voces del temblor. El texto
5
Otro evento que sentó bases para la democratización fue el Movimiento Estudiantil de 1968, que terminó
con la matanza de estudiantes en Tlatelolco en octubre de ese año. Este movimiento apeló a la clase
intelectual del país, que—no obstante las grandes diferencias ideológicas entre los grupos que lo
conformaron—se unió en contra de disposiciones gubernamentales que afectaban al goce de la libertad de
expresión. A pesar de la gran influencia ideológica que el movimiento ejerció en su tiempo, su campo de
acción se vio limitado a centros académicos (en su mayoría, universitarios), organizaciones estudiantiles, y
algunos sindicatos de trabajadores calificados (maestros, médicos, ferrocarrileros). Otro año importante
para entender al México contemporáneo es, sin duda, 1994. La entrada en vigor del Tratado de Libre
Comercio para América del Norte, la rebelión neozapatista en el estado de Chiapas y el asesinato del
candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, fueron eventos que consolidaron en la
imaginación popular la necesidad de la alternancia en el poder. Sin embargo, no me detendré a analizar este
año porque estos acontecimientos tuvieron su reacción popular manifiesta hasta seis años después, cuando
Vicente Fox Quesada llegó a la presidencia de México siendo candidato del PAN.
10
publicados por la autora como reportajes para los periódicos Novedades y La Jornada. A
pesar de que Poniatowska no hace mención específica de ello en el paratexto del libro,
este origen se conoce por dos fuentes: por un lado, hay referencias a testimonios
con Elena Poniatowska. Sus palabras las transcribe esta gran señora de la
esposa, a su hija y a dos nietos suyos, también fue escuchado por Elena.
(Prieto 14)
Poniatowska, encontramos un reflejo cercano que indica que—al menos estos dos
texto de la autora mexicana. Por otro lado, también sabemos del origen del texto por la
6
En palabras de su autor, este título fue una respuesta a “la ineptitud, la corrupción y la crueldad oficiales
[que causaron] el mayor número de desgracias” (5) y coincide en espíritu con lo narrado por Poniatowska.
Sin embargo, a diferencia de ésta, Prieto sufrió marginación y censura por las críticas que publicó respecto
al terremoto. Como señala un artículo en el periódico La Jornada, “Según la Asociación de Profesionales
de la Edición, organizadora del homenaje [por el primer aniversario luctuoso de Prieto], la secretaria de
Cultura del DF, Raquel Sosa, se negó a incluir el libro Museo Nacional de Horrores en la lista de los
volúmenes a reeditar en ocasión del 20 aniversario del terromoto [sic] de 1985”. (Masiosare 402 s/n) Una
de las razones por las que quizás no se incluyó su texto en las reediciones conmemorativas es que sus
crónicas identifican a funcionarios corruptos por su nombre y apellido, lo cual causa incomodidad entre la
burocracia gubernamental. Además, su visión del futuro de la ciudad es indudablemente pesimista y no
celebra—a diferencia de Poniatowska—la solidaridad entre la población.
11
voz de Poniatowska misma; ella narra el motivo de su escritura sobre los días posteriores
hablar con (Carlos) Monsiváis y dice que ¿qué está haciendo la mejor
casa pero no puedo escribir. De qué sirve escribir; hay que ayudar con las
manos.” Entonces me dijo, “Tienes que hacer lo que tú sabes hacer, Elena,
diario, diario, diario, durante casi tres meses. Y me acuerdo que a los tres
Navidad” (102).7
de su elección de los géneros testimonial y periodístico para la redacción del texto. Para
ello, en primer lugar deseo estudiar las técnicas narrativas de su texto. Además, me
de las fuentes de información. También examinaré cuál es la agenda política que anima a
Nada, nadie: las voces del temblor no posee una estructura señalada tan
claramente como otros libros de Poniatowska—La noche de Tlatelolco, por ejemplo. Sin
7
Eliza Tanner analiza las entrevistas hechas a Elena Poniatowska en su ponencia “Angel’s Wings and a
Smile” para explorar la casi involuntaria construcción de una extensa obra literaria como mandas.
12
los títulos de cada segmento) es posible identificar tres grandes secciones. La primera se
mismo del terremoto y las primeras horas de las labores de rescate. El siguiente apartado
lleva por nombre “A cada quien su sismo. 20 de septiembre”, y se ocupa de mencionar las
desastre. La última sección, “El temblor visto por la provincia”, reproduce los
aquellos que durante meses lucharon en un laberinto burocrático por recuperar sus bienes
No obstante, por su forma, hay que notar que difiere de la descripción comúnmente
relatos en los que el protagonista considera que presenta no sólo una experiencia personal,
testimonio de Rigoberta Menchú, que reza “Mi situación personal engloba toda la
porque no existe una figura central que clame agencia o representatividad, sino que se
8
Considero la definición de testimonio propuesta por George Yúdice:
Testimonial writing may be defined as an authentic narrative, told by a witness who is moved to
narrate by the urgency of a situation (e.g., war, oppression, revolution, etc.). Emphasizing
popular, oral discourse, the witness portrays his or her own experience as an agent (rather than a
representative) of a collective memory and identity. Truth is summoned in the cause of
denouncing a present situation of exploitation and oppression or in exorcising and setting aright
official history (44).
13
abre la puerta para una multitud de experiencias. En páginas posteriores, estudiaré con
veracidad del relato, un elemento tan fundamental de esta forma que “lo apócrifo supone
conforme a la definición presentada por Yúdice, Poniatowska utiliza como parte de sus
diálogos oídos al pasar. El subtítulo de la obra, Las voces del temblor, pone énfasis en la
vale también del discurso escrito para invocar la verdad. Lo escrito tiene igual
importancia que el discurso oral en la composición del texto: entre las páginas de Nada,
nadie se encuentran artículos de periódico y mantas de protesta. Cabe mencionar que esta
credibilidad del texto, pero no se detiene ahí: el libro incluye fotografías dispersas entre
las páginas que ilustran los eventos narrados, acompañadas de frases seleccionadas de los
testimonios como notas al pie. De esta manera apela, por un lado, a la importancia casi
9
Para Achugar, la función de denuncia que cumple el testimonio exige como convención del género una
“natural confianza” del receptor en el discurso presentado, y no permite la desconfianza ni el descreimiento.
Por esa razón, reitera la cuestión:
es impensable el “testimonio apócrifo” a no ser como un discurso ficcional. Lo apócrifo supone
la desnaturalización del testimonio. [...] La autorización que supone el testimonio impide su
carácter apócrifo. [...] No quiero decir que no pueda ocurrir casos individuales de testimonios
apócrifos pero cuando el carácter apócrifo es descubierto, el testimonio es desautorizado y pierde
su condición de tal. En cambio una novela puede ser apócrifa pero no por ello pierde su
condición de novela” (64).
14
Una vez analizada la forma como Poniatowska establece esa “natural confianza”
de la que habla Achugar con esta doble validación en el texto, me interesa señalar una
última característica del testimonio según lo entiende John Beverly: “Su punto de vista
[del testimonio] es desde abajo. A veces su producción obedece a fines políticos muy
precisos. Pero aún cuando no tiene una intención política explícita, siempre implica un
reto al status quo de una sociedad dada” (157). A mi parecer, el libro cumple con esta
expectativa al integrar una agenda política muy específica. Nada, nadie es la descripción
del maltrato que sufrieron miles de damnificados en manos del régimen del presidente
Miguel de la Madrid Hurtado:10 el texto lleva entre líneas una larga imprecación a la
terremoto, así como de los abusos cometidos por burócratas en los meses siguientes.
writing shares several features with what is currently called postmodernity: the rejection
increasing importance of the marginal” (49). Estas líneas aluden a la caracterización que
la desconfianza en las autoridades no disminuye. Para ilustrar el estado del campo político
10
Su mandato presidencial abarcó de 1982 a 1988.
15
A key turning point in the PRI’s relationship with its citizenry took place
in October of 1968 with the massacre of students and workers in the Plaza
de Tlatelolco. After that act, truth was no longer a viable possibility for a
generation of Mexicans. After the devaluations of 1976 and the 1980s, the
aparecieron desde el inicio de los años 70, como el grupo de música tropical Chico Che y
la Crisis;11 otras fueron tardías, como el semanario político La Crisis12 fundado en 1994.
Las narraciones contenidas en Nada, nadie dan cuenta de la profunda crisis experimentada
por la sociedad mexicana. Este problema fue en particular evidente durante el sexenio de
posesión como presidente, al señalar: “Gobernaré contra la crisis” (Sáenz 4). En este
Planeación Democrática” (4). Sin duda, una de las tesis más notables fue la concerniente
11
Este grupo, originalmente del estado de Tabasco, obtuvó su mayor éxito en la capital del país con la
canción “¿Dónde te agarró el temblor?”, un relato humorístico sobre la experiencia del terremoto del
narrador. El tema musical está incluido en el disco “El mundial de Chico Ché”, publicado en 1986.
12
Este semanario cambió su formato a un diario vespertino de distribución en el Valle de México en 2003.
Cabe mencionar que adoptaron, a partir de entonces, el nombre “Transición”.
16
a la Renovación Moral – una idea que introdujo en su discurso público desde su campaña
presidencial13 y que fue fundamental porque acepta que la crisis no es sólo de naturaleza
económica, sino que se extiende a la percepción del Estado que tienen los gobernados. De
aspecto de la primera, fue uno de los temas que cobró fuerza y relevancia
que la moralidad debe presidir los actos públicos y sociales del país,
corrupción encarnada en funcionarios que robaron los víveres destinados a las víctimas
del terremoto, que obstaculizaron los rescates, que ordenaron la desaparición de los
evento deportivo internacional en el país: la Copa Mundial de Fútbol en México ’86. Así
como en 1968 las noticias de la matanza de estudiantes fueron silenciadas para dar paso a
suceso y se procuró desviar la atención pública hacia las cercanas competencias atléticas
al grado que, como afirma Carlos Monsiváis, “de la publicidad y del fútbol nació la
catarsis” (Entrada 203). El texto de Poniatowska condena, entonces, la distancia que hay
13
Elena Poniatowska acompañó a De la Madrid a dos viajes de campaña y le cuestionó la posibilidad de
una renovación moral. La entrevista está incluida en Domingo 7, un libro que reúne diálogos de la autora
con los siete candidatos en las elecciones presidenciales de México de julio de 1982. El texto fue publicado
por primera vez en forma de libro en diciembre de 1982.
17
distanciarse, es necesario que su texto se adscriba a una noción del lenguaje como medio
otros mecanismos propios del testimonio que he mencionado en líneas anteriores. Aníbal
transcription of the human voice, particularly the voices of those who have
una entrevista con Guadalupe Loaeza las dificultades que atravesó para publicar los
reportajes sobre los afectados del terremoto, puesto que el discurso oficial prefería
Los primeros textos los publiqué en Novedades, pero estaba muy apegado
normalidad a como diera lugar, así que rechazaban los artículos; decían
bueno y lo malo, critiqué lo que había que criticar […] Cuando me percaté
(134-135)
presentar al mundo una imagen de México como país con capacidad de renovación desde
No sólo hay una representación de las experiencias de los damnificados que al Estado le
importa ocultar, sino que el hecho de que sean las mismas víctimas quienes narran sus
discurso burocrático demagógico. Hablaré posteriormente sobre el papel del autor, pero
deseo adelantar que Poniatowska insiste que no tuvo ingerencia en el texto como editora
Trabajé bien las primeras páginas, y después puse todas las entrevistas
material. Claro, en frío lo habría podido manejar quizá, tomar unos buenos
tres o cuatro meses para rehacer el libro. Pero ya no pude, no tuve fuerzas.
¿Para qué estoy dale y dale con eso? Estaba muy cansada, muy exacerbada.
Era como decirle a México, “Ya, tomen su libro, ahí está, yo ya no puedo,
narrativas para generar una respuesta emotiva al contenido del testimonio. Por ahora, me
distinta a la oficial descubre dos extremos del espectro político: por un lado, el Estado que
busca eliminar narrativas que pongan en entredicho sus objetivos de desarrollo; por el
que el título contradice discursos estatales, y en este sentido están emparentados con un
naturalize some of the dominant features of our way of life; to point out
‘cultural’; made by us, not given to us. [...] Postmodern art cannot be but
to be. (2-3)
Bajo esta definición, me parece que uno de los conceptos que Poniatowska desea
eliminar es la idea de que el gobierno está constituido sólo por la burocracia y una
pequeña elite de ciudadanos, a quienes se debe cortejar para obtener favores. Más
ahora, cabe mencionar que en 1985 el partido en el poder legitima sus gobiernos trazando
sus orígenes al apoyo popular a la Revolución Mexicana. Sin embargo, el PRI manipuló
tres grandes sectores de la población durante casi 60 años para otorgarle un derecho casi
pesar de las mejores intenciones de sus dirigentes (el Presidente de México era también el
14
Williams afirma: “The Latin American testimonio is a genre generally distant from the innovative and
experimental fictional [postmodern] production discussed in [...] this book” (122).
20
presidente del partido), pero su dominio no es algo natural e inevitable. Es una estructura
promovida por la elite y permitida por los demás habitantes del país. Así, el texto llama a
del voto: es un cambio a una cultura más democrática, que eventualmente ocupe el lugar
que la tradición política del sistema mexicano considera natural en ese momento.
escrito y fotográfico que sirvió para establecer la credibilidad de los textos como
testimonio, al mismo tiempo abre la posibilidad de cuestionar la forma en que las grandes
narrativas utilizan la “evidencia” para crear un discurso totalizador. Para comprender esta
idea, es esencial aclarar primero que el relato general en Nada, nadie tiene una estructura
cronológica lineal y las narraciones ofrecidas por una misma persona presentan una
temáticas que mencioné en las primeras páginas de este ensayo.15 Formalmente, en este
grandes rasgos, estos módulos pueden identificarse como: la presentación del narrador y
económica del gobierno, lo que inicia otro ciclo narrativo de su aprendizaje entre la
testimonio de Elia Palacios Cano: (1) “Está temblando”, dije en voz alta; (2) Ay, mamita,
15
Éstas son: “Jueves 19 de septiembre, 1985”, “A cada quien su sismo. 20 de septiembre” y “El temblor
visto por la provincia”. Asimismo deseo indicar que, en la tercera parte del libro, los testimonios se
subdividen en su contenido según la integración del testigo a uno de los movimientos sociales surgidos a
partir del terremoto: por ejemplo, residentes en la colonia popular de Tepito o costureras que trabajaron en
talleres clandestinos del centro de la ciudad.
16
Es indispensable anotar que, en el texto, los títulos no están numerados. Decidí agregarlos por cuestión de
legibilidad.
21
me apachurras, me lastimas; (3) Ayúdenme, ayúdenme; (4) Gritaba: “Estamos aquí” (71-
76).
Tanto el orden impuesto al relato general como las divisiones de las narrativas
falta de correspondencia entre los eventos extraordinarios y sus crónicas, controladas por
el gobierno para otorgarles un significado propicio a sus intereses, a través de los medios
de Tlatelolco, el título es sumamente exitoso en ese aspecto: “El hecho de que los
atrae la atención del lector sobre la escritura en cuanto elaboración estética y producción
del significado” (159). No obstante, por otro lado se ven obligados a recurrir a estrategias
Este supuesto contrasentido es algo que Linda Hutcheon considera inherente a la escritura
postmoderna: “there is a contradictory turning to the archive and yet a contesting of its
authority” (81).
al discurso oral como una manera de transmitir el conocimiento cultural y del pasado. Sin
Nada, nadie intenta resolver esta encrucijada utilizando varias técnicas que reproducen las
de los textos, pero hay otras marcas más sutiles. Una de ellas consiste en las alusiones
22
“usted” salpicados en las páginas. A pesar del uso de estos mecanismos de referencia
que para conservar esas voces del pasado se debe recurrir a la letra impresa, y las palabras
Una discordancia similar al discurso oral ocurre con las fotografías incluidas en
los textos, que Hutcheon expone así: “Both forms of recording or representing in a way
mark only the absence of the recorded. Both do record yet in a very real sense they also
falsify the real they represent. This is the paradox of the postmodern” (91). En este
sentido, la fotografía revela un momento del pasado histórico real expuesto al lente de una
cámara, pero por su naturaleza única ese instante sólo será repetido en papel.
Yúdice descalifica estos gestos cuando insinúa cierta superioridad del testimonio: “Even
though one of the projects of certain postmodern texts is to dismantle the classics of
Western tradition, their purview remains, unsurprisingly, Western” (49). Esta observación
whose mode is resolutely contradictory” (1) porque al mismo tiempo que mina la
autoridad de las grandes narrativas no puede evitar cierta complicidad con ellas. Al final
representación para que el lector las reconozca, y también abusa de ellas para que el lector
paratextuales; entre ellos, Hutcheon menciona las notas a pie de página, epígrafes,
normal, dice Elia Palacios Cano” (71). Generalmente, sólo se menciona el nombre de la
que, por el contrario, sirve para anclarla como referencia paratextual. Sin embargo, hay
tres elementos que cumplen una función semejante a la que Hutcheon establece: (a) los
largos agradecimientos incluidos en las primeras hojas de Nada, nadie; (b) la lista de
autores de los “Textos escritos especialmente para este libro” (9); y (c) los continuos
cambio de la voz narrativa y el lector debe esforzarse para reconocer al informador. Esta
yacen con los pisos colapsados, en ruinas. Además, se observa escombro de casas vecinas
en el suelo, y sería imposible identificar qué ladrillo o qué barra de metal pertenece a cuál
constante de los relatos muestra su fragmentación – como los edificios desplomados. Para
entender la comparación es imprescindible apuntar que los títulos que señalan cada
fragmento de relato (y, en consecuencia, éstos mismos) son hermanados gracias a una
tipografía que es idéntica siempre, que nunca indica un cambio de narrador. Los títulos
dividen a los relatos en unidades significativas, como mencioné antes, y su tipografía las
por una supuesta posibilidad de reemplazo, sino que señala el sacudimiento de las
24
que el texto de Poniatowska se propone transformar: la idea del autor. Ella rechaza, en el
responsable del texto ni existe un narrador único que imponga su visión a los
acontecimientos. El esfuerzo colectivo que dio origen a los volúmenes se plantea desde
las páginas inaugurales en que agradece a las personas que colaboraron con “Textos
escritos especialmente para este libro” (9). Con el mismo celo que emplea para establecer
la autoría colectiva, el texto se preocupa por establecer una diferencia frente al discurso
unívoco del Estado. En su afán por evitar una voz narrativa unificadora o unitaria,
testimonio sirve para reforzar la intención de crear una voz múltiple, ya que se niega a
fundir todos los testimonios en una masa amorfa y unificada – a diferencia del discurso
estatal. A pesar de que la masacre fue un evento colectivo, éste afectó de manera diferente
a cada persona y cada una de estas voces es apreciada por Poniatowska que, además, cede
la autoría del libro a todos aquellos que expresaron su opinión: “Este relato les pertenece.
Está hecho con sus palabras, sus luchas, sus errores, su dolor y su asombro” (164).
Como segunda estrategia para minar la figura del autor, se nota que la presencia
este texto, cuando considera que estas contadas líneas “imply that she is absent from the
great majority of the document, that she didn’t intervene in a hundred other places”
(Framing 84). En Nada, nadie desaparece su participación hasta como testigo del evento.
25
controla las voces que testifican. Sin embargo, como responsable de la trascripción de las
como figura editorial. Jörgensen apunta: “She [Poniatowska] cannot wholly abdicate her
mediating authority as the editor. The editorial figure is at once accesory and essential to
the voices she records, and at once marginal and central to their story” (82), y me parece
que su observación puede utilizarse de nuevo para entender Nada, nadie. Como editora,
Poniatowska es accesoria en la medida que deja el paso libre a los protagonistas del
evento histórico, pero al mismo tiempo es esencial porque ella los reúne, elige y ordena
discursos nace desde: “one of the sites of the conjunction of interest of both
postmodernism and feminisms as they both zero in on the representation of and reference
to that body and its subject positions” (142). La colaboración del feminismo y
espacio público y privado, y el tema se enriquece aún más al considerar lo que Monique
17
No obstante esta valiosa coincidencia, hay diferencias que—en palabras de Hutcheon—no se pueden
pasar de largo: “postmodernism is politically ambivalent for it is doubly coded – both complicitous with
and contesting the cultural dominants within which it operates; but on the other side, feminisms have
distinct, unambiguous political agendas of resistance” (142). Es precisamente esta agenda política la que me
interesa destacar en las siguientes páginas.
26
Con la exhibición del cuerpo mutilado, Nada, nadie adquiere una agenda política
que va más allá de la denuncia de la corrupción gubernamental. Al mostrar las heridas, las
“Mis hijos muertos se llamaban Rodrigo, Álvaro Darío y América. Mi esposo muerto
Luciano Vega Calderón. Yo me llamaba Judith García de Vega” (90). Siendo la única
sobreviviente de su familia, en esta última frase el uso del verbo en pretérito imperfecto
enfatiza las relaciones y la vida que perdió. Consumar el duelo quizás no representaría tal
carácter selectivo del relato nacional, en una evidente postura política que resiste la
18
Como ejemplo, transcribo unas líneas del testimonio sobre el rescate de la Dra. Marta Torres, aplastada
bajo las ruinas del Hospital General, porque conjuga estos elementos:
Los doctores deciden amputar la pierna aplastada porque está gangrenada. La doctora Torres los
anima: “Doctor, ustedes saben cuáles son sus obligaciones”. Las siguientes horas ellos luchan por
salvar su rodilla. Técnicos en salvamento trabajan duro para salvarle la vida, parados en las ruinas
que están encima de ella, mientras los doctores hacían la operación acostados con los brazos
estirados. El olor de los cuerpos descompuestos los envolvía a todos ellos (245).
27
exclusión. Parafraseando las ideas de David Eng y David Kazanjian, argumento que
dentro del texto de Poniatowska el hecho de presentar los recuerdos propios adquiere una
que hace posible un mundo de nuevos objetos, lugares e ideales sino también cuáles son
los mecanismos que permiten la reinversión de la libido en ese nuevo mundo (cfr. 4). Así,
No podemos permitir en ninguna forma que nuestro dolor sea burlado. [...]
Invito a los que tengan un dolor tan fuerte como el que tengo en este
libro Loss, en la que afirman: “This attention to remains generates a politics of mourning
that might be active rather than reactive, prescient rather than nostalgic, abundant rather
than lacking, social rather than solipsistic, militant rather than reactionary” (2). El
reclamo de Judith García ilustra lo que muchos sobrevivientes del terremoto expresan en
peregrina y estúpida de que cada damnificado absorba no sólo su tragedia sino todos sus
problemas” (293). Por otro lado, me parece que el texto también responde a las
reflexiones nacionalistas de Paz sobre la actitud mexicana ante la muerte, según las
dejado de ser tránsito, acceso a otra vida más vida que la nuestra. Pero la
publicación del libro en 1950, fue postulada en un momento en que la identidad nacional
original”; es decir, como parte de una corriente nacionalista que intentó unir a los
en el otro mundo que Paz propone, la “singular” relación con la muerte que hace “únicos”
a los mexicanos, es una idea que por demás el libro de Poniatowska desea resquebrajar al
aún, Paz afirma que “La muerte mexicana es estéril, no engendra como la de aztecas y
cristianos” (65); mientras, el texto de Poniatowska propone que los sobrevivientes del
sismo—a través del duelo productivo por la muerte de sus familiares y amigos—sean los
iniciadores de un esfuerzo democratizador. En otras palabras, que esas pérdidas sean una
especie de sacrificio inicial que funde una nueva relación de la ciudadanía con su
29
gobierno. Si por un lado Paz sostiene que “La soledad es el fondo último de la condición
“Nadie se puede salvar o condenar por su cuenta sin que su acto afecte a toda la
muestra asombro por el redescubrimiento de: “Un pueblo paciente, pobre, solidario,
antigua y tradicional [... con] confianza en este mundo y en el otro” (Escombros 8). Esta
sabiduría popular es, en palabras de Paz, la que da ánimo a la población para ver de frente
y con entereza los terremotos u otras catástrofes naturales. La misma sabiduría popular
pero Paz desestima el poder de la sociedad a favor de un liderazgo flexible del gobierno
actual para reconstruir al país. En otras palabras, más que alentar a la comunidad para
mostrarse más abierto y flexible” (9). Me parece que el texto de Poniatowska establece un
diálogo indirecto con esas afirmaciones, para que la población retome su papel en la
19
Claire Brewster se equivoca cuando señala en su libro Responding to Crisis in Contemporary México
que: “Although horrified and saddened by the tragedy, neither Paz nor Fuentes addressed it in their articles”
(103). En lo que respecta a Paz, porque el poeta sí comentó sobre el terremoto. Quizás podría juzgarse una
respuesta tardía, aunque en la edición de octubre de 1985 de Vuelta ya se menciona el terremoto y se
anuncia una reflexión rezagada por razones de tiempos de imprenta. Por otro lado, Brewster basa en una
entrevista publicada en La Jornada su afirmación de que “As in 1968, the historical perspective of [Paz’s]
analysis deflected any blame from the current government” (103). Esta declaración me parece poco
rigurosa: si bien Paz no condena específicamente al gobierno de Miguel de la Madrid, sí hace una fuerte
crítica a los gobiernos posrevolucionarios que han permitido que el centralismo político y la corrupción
magnifiquen la tragedia. Respecto a Fuentes, a Brewster se le olvidan las menciones al terremoto que
pueblan Cristóbal Nonato y que analizo en el último capítulo de este trabajo.
30
Para Poniatowska, sin embargo, es fundamental que esta vez la población no acepte las
etiquetas de “paciente”, “pobre”, “con confianza en este mundo y en el otro” y por esa
razón insiste en presentar el dolor o la furia: para no aplazar más la reacción necesaria
teorías feministas. Nada, nadie utiliza técnicas que acentúan la fragmentación del discurso
para crear “bloques” narrativos de igual importancia, frente a un discurso estatal que
pretende igualar a lo mexicano y aislarlo del exterior. Este ejercicio democratizador de las
tragedia del terremoto en 1985 tenga un significado: la construcción de una sociedad civil
caso, es difícil que el lector permanezca indiferente a las exigencias planteadas por el
With the best intentions, documentary texts often manipulate their reader´s
upon the reader the burden of making a moral choice, partly because they
Ahora bien, esta intención política tuvo consecuencias importantes para el resto de
la literatura escrita alrededor del terremoto de 1985. Por un lado, como ya se demostró en
31
las páginas anteriores, en Nada, nadie Poniatowska polarizó de manera definitiva a los
del espectro político. Por otro lado, el texto reduce las reacciones de los testimoniantes al
solidario, se benefició de la solidaridad o sufrió su falta. Cada uno de los testimonios del
libro puede clasificarse en una de estas categorías, y las razones que justifican cada
reacción son las que dan las variaciones y detalles del caso.
denuncias muy específicas, como la de Raúl Pérez Pereyra: “Tengo nombres de personas
del ejército que se robaron vilmente y delante de nuestros ojos, joyas y pertenencias de
todos los condominios” (120-121). Sin embargo, la mayoría de los testimonios reconoce
que las denuncias ante las autoridades son inútiles, porque en ocasiones la corrupción
viene de los mismos encargados de perseguirla: “No me hago ilusiones, sé que en muchos
implícito el clamor por un castigo: por ejemplo, varias descripciones de los encuentros
entre los damnificados del desastre y los burócratas encargados de atenderlos narran las
increpaciones de las víctimas, que piden justicia por lo que ellos entienden como el
asesinato de familiares o seres queridos (cfr. 264-266). No obstante, la única justicia que
culpables del asesinato del 19 de septiembre” (130). Porque la mayoría de las denuncias
en el texto se presentan contra las autoridades, sería fácil inferir que la intención de
Poniatowska es arremeter contra el gobierno por su uso deshonesto del poder. Sin
embargo, en las últimas páginas del texto responde a las críticas de un lector que resiente
he afirmado que todos los soldados, funcionarios políticos y autoridades son ladrones, me
social o profesión, sino que se define según la respuesta solidaria con los damnificados.
El texto menciona, por ejemplo, a “un soldado que olvidó que era soldado porque se puso
el fusil en la espalda y con una barrena empezó a quitar los escombros” (134); también
una maravilla, es una persona lindísima” (231). De esta manera, la mayor falta del
gobierno no consiste en el abuso de poder constante que la población del país ha sufrido.
damnificados del terremoto que, desde la óptica presentada por Poniatowska, merece un
testimonio, sino que también alcanza a los lectores. La apelación se distribuye a lo largo
del texto, pero es inequívoca en la última línea, escrita por Anne Marie Mergier: “Y me
pregunto: si el temblor marcó tanto a los mexicanos, si invadió tanto sus vidas, sus
recuerdos, sus mentes, si los sacudió tanto y si a cada rato de una forma u otra resurge,
¿cuál será la marca que deje?” (310) La pregunta final del texto de Poniatowska no sólo
exige una respuesta moral a favor de los desamparados por el terremoto y un castigo a
quienes mostraron falta de solidaridad, sino que hace una pregunta por la experiencia
personal del terremoto y la reacción subsecuente. De esta manera, la disyuntiva moral que
presenta a los lectores implica que la única declaración posible ante el terremoto sea: soy
o no solidario.
33
Para entender el concepto de solidaridad que plantea el texto, será útil acercarnos
a la descripción que hace Richard Rorty de la noción: “La manera filosófica tradicional de
expresar lo que queremos significar con «solidaridad humana» consiste en decir que hay
presencia de eso mismo en otros seres humanos” (207). Este valor está estrechamente
ligado a lo que Rorty entiende por liberalismo usando la definición de Judith Shklar,
donde los liberales son “personas que a nada temen más que a la posibilidad de ser cruel”
México lo que Rorty sugiere años más tarde como una utopía liberal:
nosotros» o «Siempre tendrá que haber sufrimiento, de modo que ¿por qué
y uno de los géneros ideales para llevar a cabo esta tarea es el informe periodístico. Nada,
nadie cubre los requerimientos: no sólo es una colección de reportajes periodísticos, sino
sobre su posición ética ante los eventos catastróficos, al mismo tiempo que intenta
34
fomentar algún tipo de acción política. Es posible considerar incluso que el texto sigue el
método marcado por Rorty para avanzar en la política utópica, que consiste en “volver a
describir muchas cosas de una manera nueva hasta que se logra crear una pauta de
así buscar nuevas formas de conducta no lingüística” (29). Nada, nadie intenta engendrar
hegemónica del Estado con el afán de provocar una salida a la recuperación popular del
espacio público.
advierte que para alcanzar la utopía liberal hay que ser conciente de la contingencia e
historicidad del lenguaje (es decir, la imposibilidad de que tenga una correspondencia
directa con “la realidad”) y por lo tanto, no se debe confiar ciegamente en los léxicos
utilizados. A quienes reconocen esta característica, los llama ironistas. Pues bien, por las
características del género testimonial de sus textos, Poniatowska debe asumir que el
lenguaje es un medio transparente para comunicar una realidad – en otras palabras, no hay
lugar para la ironía cuando se trata de denunciar condiciones de subalteridad. Y si bien los
textos ponen en duda el discurso estatal demagógico, no caben las dudas sobre el lenguaje
que se emplea para cuestionar al otro. Es interesante anotar que ni siquiera con la
lingüística o sobre su construcción de los eventos. Por el contrario, en 2006 aún sostiene
solidaridad” (Loaeza 133), que fueron “una lección de conciencia y de amor y felicidad al
país” (136).
35
una carga ética tal que es posible entender a partir de él el resto de la literatura escrita
alrededor del terremoto de 1985. Muchos autores se integran de una u otra forma a este
programa, lo que lo convierte en el primero de los dos grandes ejes en torno al cual gira la
mayoría de la literatura sobre el tema, como se verá en los capítulos siguientes. Por ahora
baste adelantar que a partir de las cuatro variantes mencionadas con anterioridad en
quebrada que recupera las cifras silenciadas por la censura. No debemos olvidar que la
mayor parte de los textos presenta influencias de corte testimonial o periodístico que por
urgencia que los anima, así como a la necesidad percibida de informar al público y dejar
antecedente literario obligado en un relato breve que también habla sobre una catástrofe:
El día del derrumbe, de Juan Rulfo. A pesar de que este cuento fue publicado
retrato de las acciones de los pobladores de la ranchería y las autoridades con las actitudes
reproducidas en las páginas escritas sobre la tragedia de treinta años después. Mi primer
interés en el texto de Rulfo nace del título, porque a pesar de que en el cuento se
20
En el suplemento México en la Cultura, y fue incorporado a la colección de cuentos de El llano en llamas
hasta 1970.
36
visita del gobernador a Tuzcacuexco y la fiesta que los habitantes del lugar organizaron
para darle la bienvenida. Este sutil cambio en el enfoque de los sucesos narrados me hace
las figuras de autoridad del grupo. En este paréntesis, analizaré cuál es el papel de los
por último, cuál es la relación entre ellos. Las respuestas a estos planteamientos, así como
la exploración de algunas técnicas narrativas y de la estructura del texto son los objetivos
narrador.21 El texto comparte la forma dialógica con otros dos cuentos de Rulfo: Paso del
Norte y No oyes ladrar los perros. A diferencia de Paso del Norte, que se compone
persona en medio de la conversación entre padre e hijo. El día del derrumbe comparte la
exclusividad del diálogo con el primero, pero también acepta la voz de una tercera
conversación en El día del derrumbe tiene, además, un público que los relatos anteriores
distribuidas por el cuento: “Todos ustedes saben”, “como les estaba diciendo”, “estos
señores se pierden de algo bueno” (passim). Pero el auditorio para quien se recrea la visita
Estructuralmente, el cuento puede dividirse en tres partes: una breve crónica del
terremoto que azotó la región, una descripción de la fiesta en honor del mandatario, y la
reproducción del discurso del gobernante al finalizar la comida. Estas secciones han sido
21
Como se desconoce el nombre de este segundo personaje, he optado por llamarlo “narrador”. Sin
embargo, esta elección es por completo arbitraria porque, si bien él inicia el cuento y anima constantemente
a su compañero para que participe, Melitón también narra y comparte igual crédito con él.
37
atinadamente establecidas por críticos como Gordon, Macías y Hee. Para los efectos de la
lugar de abundar en ella, propongo hacia el final del ensayo una división estructural
cíclica. Por el momento, deseo comenzar el análisis de los personajes del relato.
niveles del relato, que abarcan desde la compilación de eventos hasta la posesión de la
memoria oficial de una comunidad. En el nivel más inmediato, el narrador reconoce que
Melitón sería un mejor cronista de los sucesos porque tiene la ventaja de una memoria
más clara. Esta admisión no es directa sino que se manifiesta en tres acciones específicas:
por un lado, el narrador acepta las correcciones que Melitón hace a su relato con frases
como “Tienes razón” y “Dices bien”; por el otro, lo consulta con frecuencia para que
recordar: “Eres bueno para eso de la memoria, Melitón, no cabe duda” (Rulfo 119).
comunidad. Deseo abrir un paréntesis para mencionar que no concuerdo con la idea
esbozada por Claudia Macías y Seo Eun Hee de que este personaje representa una
autoridad local enfrentada a una autoridad superior y foránea (en la figura del
influencia por motivos que comento en líneas más adelante. A lo largo del relato, esta
oficial; segundo, en una repetición de las prácticas comunes del poder. Para abundar en la
primera etapa del desarrollo de la autoridad, es preciso notar que las intervenciones más
largas y significativas de Melitón son aquellas que reproducen el discurso del gobernador.
38
grandilocuente del mandatario y prefiere evitar las referencias a los subalternos, porque le
interesa apropiarse del discurso más cercano a la cima del poder. La segunda prueba de la
asimilación de este hombre a los círculos de poder radica en ciertas decisiones financieras
del personaje pero que no son ajenas a la burocracia del país. Octavio Paz abunda en la
En este orden de ideas, la decisión de gastar “Algo así como cuatro mil pesos”
del sistema político mexicano. Así, Melitón exclama “Que se chorrié el ponche, una visita
de éstas no se desmerece” (121) porque puede disponer del presupuesto estatal como si
fuera su propia hacienda para obtener un favor personal de los poderosos. En otras
39
palabras, Melitón expone su pertenencia al círculo del poder de dos maneras: mientras
gran fiesta en la que espera granjearse la voluntad del gobernador; una vez que el festejo
difícil compartir con Macías y Hee la noción de que “aunque en un tiempo fue miembro
Gordon respecto a que “La actitud de Melitón es ahora despreciativa hacia el gobernador
y su pandilla” (140). Podemos ver un ejemplo de posturas similares en los visitantes: por
desvivía por tenerle la mesa tan llena que hasta ya no cabía ni el salero que él tenía en la
mano” (121). Por otro lado, el gobernador mismo traza su parentesco político al
Presidencia” (121); todas las alabanzas que dirige al presidente ausente reflejan hacia la
mismo mecanismo, mientras Melitón repita el discurso del gobernador, el poder y las
Macías y Hee afirman que Melitón altera el discurso del gobernador, que lo
esa idea. Por el contrario, Melitón ha dado muestras de una excelente memoria e insiste
en que recuerda “muy bien” las palabras del gobernador y el “fulano” que lo acompaña.
Sólo reconoce que no es dueño de una parte del discurso por un motivo involuntario: “Lo
que dijo después no me lo aprendí porque la bulla que se soltó en las mesas de atrás
40
creció y se volvió rete difícil conseguir lo que él siguió diciendo” (Rulfo 123).
retórica oficial, no se justifica la idea de que, una vez restaurado el silencio entre la
multitud gracias al “catrincito que había hablado en un principio” (124) y recuperada una
situación óptima para este personaje, en las últimas líneas del relato distorsione este
fundamental para comprender los disparates puestos en boca del gobernador parece mejor
justificada en la primera edición del relato, en donde Sergio López Mena—en su Nota
en la boca de los poderosos visitantes. Sin embargo, lo que López Mena califica de
confusión al catrincito, se insinúa la posibilidad de que los gobernantes sean los poco
ilustrados, pero no creo que sea una sugerencia consciente del narrador con tintes de
ironía porque, de la misma manera que las virtudes del presidente se transfieren al
41
político mexicano como su habilidad para recordar datos constituyen, pues, fuentes de la
preguntas para que responda, confirme o complete la narración del segundo personaje. El
enumerativo, sino que aunado a los dos elementos anteriores le otorgan un carácter
historia no es, sin embargo, una narración épica de la fundación de su grupo social o el
relato mítico de las costumbres del pueblo. Es la historia oficial nacida a partir de la
Uno de los errores más notables del ensayo de Macías y Hee es, en mi opinión, la
primeras páginas del cuento, se sitúa a sí mismo en una posición subordinada a Melitón
confiable del todo, por su incapacidad para establecer con precisión el tiempo y lugar en
que ocurren los hechos. Además, la constante necesidad de recurrir a Melitón para que
ésta no es absoluta: si bien necesita de Melitón para completar aquellos datos que podrían
encontrarse en los anales de historia del pueblo, él es dueño de una memoria más cercana
42
recuerda detalles más sencillos que llenan la vida cotidiana, como cuando el gobernador
se muestra: “tan tranquilo, tan serio, limpiándose las manos en los calcetines para no
ensuciar la servilleta” o cuando “pidió saber dónde estaba el cuarto de baño” (119). Sus
observaciones no se limitan a mostrar una cara más amable del gobernador—por decirlo
de alguna manera, su lado más humano en contraste con su faceta de estadista—sino que,
además, el narrador consigna con nitidez la reacción de la multitud. Este registro asume
una panorámica general, “la gente estaba que se le reventaba el pescuezo [...] en todo se
fijaron” (119), pero si esta perspectiva se mantuviera a lo largo del relato produciría un
apuntalando paredes [...] apenas les servíamos un plato” (118, 120) y, como testigo
consiste en que, mientras Melitón recuerda las grandes palabras de la retórica oficial, el
otro narrador registra los detalles más pedestres de la visita del gobernador; la
polarización del cuento reside, a mi parecer, entre la historia oficial representada por
Melitón y la historia desde la comunidad que representa el segundo interlocutor del relato
Macías y Hee. Como afirmé líneas arriba, ambas cometen un error al identificar a los
narradores en la misma jerarquía ya que, después de una lectura atenta del texto, podemos
ver que Melitón y el otro personaje no tienen la misma autoridad (e incluso este último lo
insinúa indirectamente). Más aún, las autoras plantean que “De esta manera, [Melitón]
43
juntamente con el otro narrador, denuncian que la visita del gobernador, «en lugar de ser
una visita a los dolientes y a los que habían perdido sus casas, se convirtió en una
perspectivas, los personajes no pueden criticar las mismas cosas y menos aún
como entre amigos o entre un texto y el lector” (s/n), me parecen una multiplicidad de
elementos que ilustran las diferencias casi insalvables entre la autoridad estatal
gobernador utiliza palabras que no son parte del vocabulario común de una población
cercana a la poesía barroca que al habla cotidiana del mexicano. Ésta es sólo una de las
pantallas que sirven para dividirlos más. La escisión también fue señalada por Carlos
Monsiváis:
olvidada por las autoridades ya que sólo se menciona una visita del candidato a la
lugar que yo visité hace años” (Rulfo 122). En este texto se confirma lo señalado por
Monsiváis, ya que las cortes de funcionarios sólo se desviaron a este pueblo en época de
después de una catástrofe natural, para evitar una revuelta social. Otra indicación
significativa de que la región se encuentra fuera del proyecto modernizador del país se
entonces supimos que era la estatua de Juárez, pues nunca nadie nos había
formal de la mayoría de la población; en un contexto amplio, acusa que este pueblo está
fuera de la Historia.
22
Daniel Cosío Villegas agrega al tema de la modernización y el olvido programado que, a pesar del
progreso de la economía mexicana a partir de los años 40, con los gobiernos de Manuel Ávila Camacho y
Miguel Alemán:
[...] el desequilibrio del desarrollo económico no era sólo vertical, o sea según las diferentes capas de
la pirámide social, sino que lo era también horizontalmente, es decir, por regiones. Existían estados
de la República, como Jalisco, Nuevo León y Puebla, que prosperaban; pero al lado de ellos había
otros cuyo desarrollo se hallaba estancado y la mayoría empeoraba su situación económica. A este
infortunio se agregaba otro, el de vivir en los estados estacionarios y en los retrasados mayor número
de habitantes que en los estados prósperos. Además, aun dentro de estos últimos no deja de haber
zonas que guardan una situación inferior al promedio de esos mismos estados (163-164).
45
sucesos. Carlos Blanco Aguiñaga identifica algunas técnicas narrativas que “detienen el
primera vista, El día del derrumbe no comparte este mecanismo porque se nombran
varios lugares; sin embargo, la confusa geografía que presentan los narradores en sus
cada cierto número de frases, la frase inicial de su charla para hacer así que
diferencia de otros textos recogidos en El llano en llamas. Una de esas divergencias radica
responde con una visita preventiva para asegurar la paz social, según las nociones que
sugiere Monsiváis. La gente recibe con entusiasmo este encuentro porque anticipa la
23
Esta circunstancia no es de extrañar, ya que Blanco escribió su artículo el mismo año que Rulfo decidió
publicar El día del derrumbe. El ensayo crítico vio la luz con algunos meses de anticipación, y por lo tanto
le fue imposible incluir este relato en sus consideraciones.
46
empíricas que ofrecen los ojos. El gobernador ve los destrozos, y la multitud regresa la
mirada. Los narradores enfatizan la importancia del escrutinio visual como punto de
partida de las soluciones: “Todos ustedes saben que nomás con que se presente el
gobernador, con tal de que la gente lo mire, todo se queda arreglado. La cuestión está en
que al menos venga a ver lo que sucede, y que no esté allá metido en su casa, nomás
dando órdenes” (Rulfo 119). La satisfacción aumentará una vez de que las autoridades
que el monumento de la plaza representa a Benito Juárez. Una vez cumplido este breve
ritual de adopción en la vida del país con un llamado a la unidad en torno a un símbolo
patrio, la autoridad ofrece una respuesta a las urgencias de la región. Sin embargo esta
oferta no sólo es inútil, sino paradójica: “en lugar de ser una visita a los dolientes y a los
que habían perdido sus casas, se convirtió en una borrachera de las buenas” (120). Así, el
municipalidad y acaparó los pocos recursos externos que de otra manera se podrían dirigir
o procurar consuelo de una manera que sea significativa para los habitantes del pueblo.
Este ciclo se repite hacia el final del relato, con mayor precipitación. El problema
inicial nace de la comitiva del gobernador, cuando uno de sus acompañantes comienza a
disparar al aire. Al igual que la gente salía corriendo de sus casas aterrorizada al sentir el
“Hubieran visto al gobernador allí de pie, muy serio, con la cara fruncida, mirando hacia
donde estaba el tumulto como queriendo calmarlo con la mirada” (123). Para completar la
47
estrategia, pide que se toque el Himno Nacional y repite el llamado a la unidad alrededor
Vital: “puede leerse como la inadecuación esencial del poder público ante los ritmos y las
intensidades de un país de facto” (40). Hasta que el barullo terminó por sí mismo, el
“borrachito del ‘exacto’ [...] queda desautorizado a portar armas” (Rulfo 124).
una comunidad, una gran fiesta, largos discursos, algunos golpes y un muerto. Sin
final, se encuentran más necesitados de ayuda económica o consuelo que al inicio del
relato; saben que de nuevo serán ellos quienes apuntalen más paredes, sin apoyo de las
autoridades – han regresado al olvido de la historia nacional. Pero entre esa miseria,
Roland Forgues se muestra optimista cuando entiende “el nacimiento del hijo, símbolo de
una nueva vida que empieza, quién, haciéndole recuperar la memoria al protagonista,
vista, Melitón y el narrador son los partes de una misma conciencia que se debate entre el
En mi opinión, no obstante, una lectura cuidadosa del texto indica que las últimas líneas
del narrador corroboran un dato ofrecido por Melitón desde el inicio del relato, a partir de
una experiencia personal. Con ello se cierra un círculo narrativo y se abre uno temático de
desamparo, que además se extiende a otras generaciones: así como los gobernantes
48
abandonan estas comunidades, uno de los narradores descuida a su esposa próxima a dar a
luz. Esta transferencia vaticina que los círculos de marginalidad y miseria continuarán.
Hasta cierto punto, coincido con el juicio de Yvette Jiménez de Báez cuando
afirma que “El foco de atención [del cuento] es la denuncia del orden político. La
Pero el texto no presenta una denuncia abierta, sino que sutilmente expresa “el resultado
de una época en que los intereses personales fueron más fuertes que todos los ideales y
su lugar, El día del derrumbe ha sido calificado por muchos críticos como uno de los
cuentos más humorísticos de Rulfo, plagado de ironía. Esta ironía no radica únicamente
lado, como ya mencioné en líneas anteriores, Melitón actúa conforme a las expectativas
de los círculos de poder; por el otro, la comunidad pone sus esperanzas de integración a la
suficiente para dotar de una mirada crítica, porque Melitón aún tiene ciertos intereses y
Coincido con Silvia Lorente cuando afirma que en este relato “todo está tratado
con una fuerte ironía, de la que el narrador no parece estar consciente, tratándose así de
un juego entre el autor y el lector” (36). La ironía también nace del encuentro entre un
49
de una retórica ampulosa y vacía frente a una crónica de los detalles mínimos cotidianos;
por último, del reconocimiento de una estructura circular que perpetúa la marginalización
primero, de un terremoto donde las casas que se derrumbaban “como si estuvieran hechas
político.
Considerando el análisis anterior sobre Nada, nadie, es fácil apuntar las múltiples
coincidencias temáticas del relato de Rulfo con el texto de Poniatowska. Quizás la más
los escombros. Sin embargo, una de las principales diferencias reside de nueva cuenta en
el uso de la ironía: mientras Rulfo la utiliza para ridiculizar las estructuras políticas y su
texto de Rulfo no exige una decisión moral respecto al tema que trata, ni pretende que el
muerto de la trifulca o el niño que nace sean considerados símbolos de una nueva relación
las fracturas del sistema; por otro lado, el texto de Poniatowska es una militante llamada a
terremoto establece una división entre la sociedad y su gobierno, que opera en cuanto se
población en general. Así, el texto de Nada, nadie funciona bajo el eje solidaridad / falta
de solidaridad y apela con energía al lector para que tome una postura ética respecto a los
50
libre: crónicas de una sociedad que se organiza, Carlos Monsiváis reflexiona sobre las
concepto de sociedad civil en los textos de Monsiváis, como el segundo eje en torno al
trabajos abarcan, entre otros temas, la literatura, el cine, la cultura popular y los
género literario.24 Sus trabajos sobre la cultura popular apuntan cuáles son los nuevos
géneros mediáticos en torno a los cuales se crea una identidad nacional moderna. En lo
que concierne a sus observaciones sobre los cambios sociopolíticos, el tema del terremoto
de 1985 guarda un lugar especial entre su obra porque es un asunto que ha tocado en
varias ocasiones. Sus reflexiones sobre este tema específico se encuentran recopiladas
principalmente en cuatro textos: primero, Entrada libre: crónicas de una sociedad que se
civil) (2000) y por último, No sin nosotros: los días del terremoto 1985-2005 (2005).
al terremoto como el punto culminante del autoritarismo del Estado y el punto de partida
manifestaciones políticas eran producto de “el éxtasis de los pocos que se creen
muchedumbre” (Entrada 114), ahora observa que la política está al alcance de todos:
24
Linda Egan dedica su extenso estudio Carlos Monsiváis: Culture and Chronicle in Contemporary Mexico
a discutir el rol de este autor en la introducción de nuevos paradigmas para el estudio de la cultura popular
mexicana, en especial, la crónica.
52
compacto de amas de casa, padres de familia, jóvenes obreros y estudiantes, niños que se
politizan sin escuelas activas de por medio” (114). A pesar de la conciencia de Monsiváis
maduración de las ideas y el paso del tiempo. El objetivo primordial del presente capítulo
es examinar la noción de sociedad civil que adelanta en sus textos, porque la redefinición
del término implica una forma de entender la política nacional. Para ello, analizaré el
desarrollo del arco narrativo sobre el terremoto en los diferentes títulos de Monsiváis
sobre el tema. Después, compararé las nociones de sociedad civil expuesta por el autor y
Comenzaré por explorar Entrada libre, porque en él se reproducen las primeras reacciones
el prólogo: “Sólo uno de los textos, el artículo sobre el terremoto del 19 de septiembre de
más extensa, es la dedicada a “Los días del terremoto”. Las secciones dos a cuatro narran
del sector magisterial por mejores condiciones de trabajo en el sur del país. Los tres
Fútbol México 86, las movilizaciones sociales en las colonias populares no regularizadas
estructura del texto, no es desatinado afirmar que el eje del libro es el sismo de 1985 y los
¿Por qué elegir este momento como el eje central del libro? Porque si el texto de
histórica que presenta el terremoto para que la gente recupere el gobierno. Mientras que
marcada diferencia entre la población y su gobierno. Con esto no intento decir que no
una respuesta inmediata al terremoto. Sin embargo, una de las más notables diferencias
entre los textos es que, mientras Poniatowska se centra en los llamados a la solidaridad
lectura del cambio operado en la sociedad. Incluso, en el texto advierte sobre los peligros
partida de una actitud que, así sea efímera ahora y por fuerza, pretende
corresponde. (20)
Aunque afirma que “Democracia puede ser también la importancia súbita de cada
persona, sino que observa los movimientos en su carácter masivo y desde una perspectiva
anécdota en anécdota; revisa el conjunto y verás una enorme rebeldía civil en nombre de
los derechos humanos y del respeto a la vida” (50). Encuentra, entonces, una batalla por
54
la soberanía que comienza con el vacío de poder que deja el Estado. Precisamente, el
Las distinciones entre los dos grupos se edifican de varias maneras en el texto de
cuando se le compara con otros capítulos de Entrada libre, es que la narración de las
experiencias populares tiene prioridad sobre las declaraciones oficiales. Además del
Monsiváis por situar “lo marginal en el centro” – frase que da título al prólogo de Entrada
libre.25 El texto, pues, no otorga el mismo espacio discursivo a ambos grupos. Por un lado,
terremoto, maestros que sufren provocaciones, campesinos encarcelados. Por el otro, las
difiere del texto de Poniatowska que sí incluye documentos oficiales para que la voz
estatal revele por sí misma al lector lo absurdo, rígido e inadecuado de su discurso.) Así,
capturar mediante la ficción lo que él construye como el espíritu del gobierno en su trato
pertinente sobre el ánimo que el cronista desea reproducir. El relato se presenta desde el
Ecología. Pero es necesario señalar que sólo siete frases de toda la sección fueron
25
Es pertinente anotar que también es el subtítulo de su ensayo sobre Salvador Novo.
55
autor. Esta técnica narrativa es indispensable para crear una de las divisiones entre el
voz del funcionario; es decir, no está presentando un testimonio. Sin embargo, al situarse
como narrador omnisciente puede ofrecer al lector una idea de lo que se supone pasa por
que quisieran no ser tan poquitos, de los periodistas que nomás le chupan
indignación por los manejos burocráticos. Una multitud de secciones semejantes ilustran
la corrupción dominante en el campo político mexicano que, como afirma Enrique Dussel
en su texto 20 tesis de política, se debe al fetichismo del poder. Dussel lo define así: “El
fetichismo del poder consiste en que el actor político cree poder afirmar a su propia
Si los miembros del gobierno, por ejemplo, creen que ejercen el poder
interesa auxiliar a quienes son la fuente del ejercicio del poder. Así como Carrillo, en el
texto hay un largo desfile de gobernantes parte de esta corrupción y por lo tanto culpables
también de perpetuar el patrimonialismo del que hablé en mi análisis del relato de Rulfo.
Pero no sólo los servidores públicos son ajenos a las preocupaciones de la gente: los
Tlatelolco “No quieren nada con los partidos. Ni siquiera los convence Martínez
Verdugo, el del PSUM, que vivía aquí y es damnificado” (59). Monsiváis insiste en que
“Al identificarse la política con «lo naturalmente sucio», se ve en los políticos (del partido
se plantea como una lucha de clases entre la clase política y la popular. Por clase política
me refiero en este momento a los profesionales del servicio público burocrático, pero esta
definición del gobierno como corrupción cambiará según avanza el argumento del texto.
corrupto es que puede provocar la extinción de una comunidad política. Pero a Monsiváis
le interesa demostrar que si bien los funcionarios han dado la espalda a la comunidad que
57
la experiencia del terremoto. El fracaso mayor del gobierno y los partidos políticos
consiste en que no cumplieron con la encomienda indispensable que origina lo que Dussel
llama el mandato elemental del ejercicio delegado del poder, es decir, la manutención
material de la vida.26
este impulso material de sobrevivencia elemental, y la manera en que éste une a los
miembros de la comunidad en lo más primitivo. Una voz anónima declara: “[… en] todos
nosotros, no necesito jurárselo, había una ansiedad de salvar vidas, de excavar y excavar
vida, Monsiváis afirma: “La primera y más decisiva respuesta al terremoto es de índole
Una gran parte del texto que presenta Monsiváis es la narración de cómo los
necesidades vitales. A los ojos del autor, la organización popular que siguió al sismo fue
tan exitosa en proporcionar alivio que llegó incluso a reemplazar al gobierno: “El 19, y en
respuesta ante las víctimas, la ciudad de México conoció una toma de poderes, de las más
26
Dussel afirma que un gobierno nace para representar los intereses de los ciudadanos en la búsqueda de
mediaciones técnico-instrumentales o estratégicas que permitan “organizar y promover la producción,
reproducción y aumento de la vida de sus miembros” (24). Cuando el gobierno se olvida de que cumple el
mandato de sus representados y ejerce el poder en beneficio de su grupo, se corrompe.
27
No concuerdo con Linda Egan cuando afirma que “throughout Entrada libre, the struggle is not between
“good” and “bad” actor but among a plurality of interests which, one by one, elect to join the debate” (204).
A mi parecer, Monsiváis establece una dicotomía sobre la que abundaré más adelante.
58
poderes que menciona Monsiváis puede explicarse en cuanto los gobernantes son sólo
representantes de la comunidad y por lo tanto depositarios del poder soberano del pueblo.
Sin embargo, cuando el gobierno no consigue asegurar las condiciones necesarias para la
puede lograrse en los lugares de reunión ya que, como afirma Hannah Arendt, “el poder
surge entre los seres humanos cuando actúan juntos y desaparece en el momento en que
aproximación problemática por tres razones. En primer lugar, porque se propone la idea
de que los movimientos sociales como éste pueden ser autónomos, entendidos como
los grupos reunidos en el auditorio está relacionado con el estado. Y no obstante, esa
misma Asamblea debe aprender como conjunto las directivas del gobierno si han de ser
sí mismos el ejercicio delegado del poder, es necesario que se muevan y negocien con el
59
social.
texto es porque se enfatiza la idea de que esta sociedad surgió espontáneamente. Por
parecido a aquel de Carrillo Olea, que comienza: “—¿De qué sociedad civil hablan? Por
más de medio siglo, nosotros los empresarios hemos sido toda la sociedad disponible,
civil o como quieran llamarlo, hemos sabido cómo tratar con el Estado, de igual a igual o
con el respeto debido al proveedor” (87). Se descarta con ironía esta pretensión porque
Monsiváis afirma que el empresario sólo tiene en mente sus propios intereses a pesar de
que el patrón intente identificarlos con aquellos del país entero: “Insisto. No protegemos
[…] en México el verdadero interés social está ligado al desarrollo de la empresa” (87).
humana. La imposibilidad de que la elite propietaria sea venerada como la sociedad civil
se refuerza a lo largo del texto con la crónica de las interacciones entre dueños de fábricas
de ropa y las costureras que trabajan en ellas. En este orden de ideas, la clase empresarial
comparte la corrupción con el gobierno y por lo tanto no puede ser ni siquiera precursora
identificado el rol indispensable que tuvieron las organizaciones maoístas (entre ellas la
Unión de Vecinos de la Colonia Guerrero, una organización que luchaba contra los
As Paco Saucedo recalled, “we had an evictions manual that was totally
an eviction was about to take place, someone would set off a little rocket
were able to stop the eviction. Acording to Saucedo, between 1979 and
between 450 and 500 evictions. […] In the words of a member of the
UVCG: “When the earthquales struck it was easy for us to face the
en la periferia de la ciudad, así como las CEB en el centro de la misma, aseguró que las
zonas más afectadas por el terremoto tuvieran una red comunitaria que ya se encontraba
unió a la mayoría de la población que se vio sorprendida por el alcance del desastre, la
espontaneidad de la sociedad civil que propone Monsiváis necesita ser moderada por el
investigación.
sociedad civil que presenta Monsiváis es que sólo ofrece una visión unívoca y romántica
campesinos indígenas. Por un lado, la ecuación que el autor hace entre sociedad civil y
movimientos sociales parecería justificada considerando, con Tavera, que “although civil
other organizations have been banned or coopted, movements are seen as recovering
society from the authoritarian/totalitarian state and therefore symbolize the rebirth of civil
confronting political vice: the realm of participation versus hierarchy, spontaneity versus
aprovecharon el estado del campo político mexicano después del desastre para avanzar
Sin embargo, la pregunta más importante que el texto plantea es: ¿sobrevivirá esta
sociedad civil y logrará los avances democratizadores a los que aspira Monsiváis? En el
texto de Entrada libre, el autor expresa preocupación por esta figura recién aparecida: “los
recursos del Estado y la clase empresarial son lo suficientemente vastos como para
espacios de autonomía” (13). Además de los intereses del gobierno y la elite empresarial,
uno de los peligros más inmediatos que el autor identifica es la banalización del apoyo de
la comunidad en general a las luchas sociales de los damnificados, promovida por los
propone Guy Debord, es útil para profundizar en este asunto. Antes de discutir la noción,
no obstante, es útil recordar que Max Weber identifica como una característica de la
vida. Ahora bien, la burocracia fomenta la alienación para conservar el dominio de la vida
28
Es decir, “sin ‘amor’ y sin ‘entusiasmo’, sometida tan sólo a la presión del deber estricto; ‘sin acepción de
personas’, formalmente igual para todos” (Weber 179-180. Bastardilla en el original).
63
pública; especialmente, aquella de los miembros de la comunidad entre sí. Para lograrlo
expropiación del tiempo total de vida […] del proletariado convertido en masa
en el original)
Desde esta noción, Entrada libre incluye un aviso sobre la creciente colaboración
de las nuevas identidades sociales forjadas en la convivencia de los días después del
terremoto. El texto advierte del proyecto para reemplazar a una incipiente sociedad
Monsiváis describe un concierto para recaudar fondos para ayudar a los damnificados. A
primera vista, la multitud que asiste parece mostrar solidaridad con las víctimas del
es, antes que suceda, un éxito: el acto se comercializó, y ya se han ganado 100 millones
unificación – para usar una definición de Debord. Además de la buscada solidaridad con
los afectados por el sismo manifestada en el éxito comercial del evento, Monsiváis
anuncio, un grito festivo que dure exactamente medio segundo” (116). Sin embargo,
como señala Debord, “la unificación que [el espectáculo] realiza no es más que el
a su público la ilusión de que mediante el consumo del discurso mediático pueden lograr
la colaboración con los damnificados. Monsiváis insiste: “Un público tan exacto en sus
alborozos se formó de seguro en los grandes estudios de Televisa, regido por las
indicaciones del floor manager, habituado a ver en la ovación el preámbulo del comercial.
/ ¿Ya ven? La industria del espectáculo es generosa con los damnificados” (117). El texto
aventura una crítica a los medios de comunicación en cuanto creadores de un fetiche del
sociales necesarias. En realidad, el espectáculo de la tragedia abre aún más la brecha entre
quieren hacer comunidad con las víctimas de la tragedia, la manera más efectiva de
contraste entre dos grupos de jóvenes según las actitudes que observa Monsiváis: primero,
65
hacia el inicio del texto alaba a jóvenes que, a pesar de haber “crecido encajonados por el
rescate. Luego, hacia el final del mismo se asombra ante la actitud de:
Monsiváis identifica los días del terremoto como un momento decisivo frente a un
camino bifurcado que, por un lado se dirige a la formación de la ciudadanía y por el otro
enfila a la creación de un público consumidor. Pero Entrada libre tiene otro propósito que
mitos para abolirlos, sino que crea otros que los reemplacen. Identifico cuatro etapas en el
miedo.
punto de llegada. La primera línea de la crónica dice: “Día 19. Hora: 7:19. El miedo”
(17). Es significativo que comience con este tema porque, a pesar de que muchos
para alarmarse, la experiencia del miedo es común a todas las personas. Al igual que el
creyeron que era un terremoto más, hasta que intuyeron algo distinto. Sin embargo, en
66
los sobrevivientes y sí resume muchas de las experiencias en un fragmento que opera una
estetización del miedo: “El miedo, la fascinación inevitable del abismo contenida y
Los segundos premiosos, plenos de una energía que azora, corroe, intimida, se convierte
en la debilidad de quien la sufre” (17). Estas líneas, al inicio del texto, establecen una
relación entre la belleza y lo terrible,29 en cuanto sólo aquellos que hemos escapado al
terremoto podemos asomarnos al miedo como emoción estética y encontrar, como hace
edificio con vida propia” pero me cae que el efecto era hipnótico. […]
(ahora móvil) y el silencio crean imágenes líricas. La personificación del edificio obliga a
olvidar por un momento que hay personas adentro, intentando escapar a una muerte
29
Semejante a la que R.M. Rilke presenta entre los versos iniciales de Las elegías del Duino, en la primera
elegía: […] “Pues la belleza no es nada / sino el principio de lo terrible, lo que somos apenas capaces / de
soportar, lo que sólo admiramos porque serenamente / desdeña destrozarnos” (Versión de José Joaquín
Blanco).
67
inscribiéndolo en un campo estético. Así, se refuerza la división entre los vivos y quienes
han perecido al terremoto: unos podemos meditar sobre el significado que las muertes de
tragedia. Pero la diferencia entre el espectáculo que creó Televisa y el que ofrece
que debe sustituir a esa burocracia: la sociedad civil. Como mencioné en líneas anteriores,
Monsiváis señala que hay interesados en aplastar esta colectividad; por lo tanto, para que
la sociedad civil sobreviva debe ser virtuosa: solidaria, fraterna, compartir un lenguaje. Su
de la psicología colectiva y de las estructuras de poder” (13). Lo sustituye con una nueva
campo político, donde no dejarán el gobierno a los burócratas. El nuevo mito es que, a
partir del terremoto, “se origina una nueva conciencia, cuya esencia es la relación distinta
con el gobierno, ya no desde las posiciones del mendicante y el «menor de edad» civil
lugar en el gobierno es tan atractivo que se convirtió en uno de los ejes en torno a los
cuales se concentra una gran parte de la literatura del terremoto del 85. La proclama es
las vidas humanas perdidas, se manifiestan a través de los sobrevivientes para exhortar a
que su sacrificio no sea en vano, que sirva para crear un nuevo país.
La sección final de Los días del terremoto es una última reflexión sobre el miedo
El texto deja ver cierto pesimismo ante el futuro de esta sociedad civil recién
inaugurada, que no se ha sacudido del todo el lastre de las tradiciones del poder. A pesar
considera que no son suficientes para inspirar la racionalización del miedo que es
sociedad y el temblor. En resumen, estas páginas son una refutación pública a los críticos
[…] dejó traslucir su desencanto ante las esperanzas de que después del
de la mínima y desentrenada sociedad civil” que alegan que “todo se disipó, el destino de
México es el eterno retorno del fracaso, estas ruinas que ves son la conciencia nacional,
165-166). Claire Brewster analiza el artículo de Proceso en el que se basa este ensayo, y
Monsiváis: “Had Monsiváis misread the situation after the earthquake? Did his own
ambitions for political change distort his sense of perspective concerning Mexican
solidarity? Did he misjudge unity at a time of tragedy for something more profound?”
(107). Pero Monsiváis nunca cuestiona la certeza del proceso social que está
presenciando, sólo teme por su sobrevivencia. Sin embargo, la cita que presenta Brewster
prescinde de las frases del artículo que contradicen su interpretación porque son, en
pasó con la “generación del terremoto”, con los chavos insomnes del
rescate de hormiga, con las amas de casa que guisaban infatigables para los
el destino de México es el eterno retorno del fracaso, estas ruinas que ves
Las frases que Brewster desecha utilizan la ironía para denunciar la incredulidad
que ella le atribuye a Monsiváis y éste a los críticos del movimiento social. Pero, además,
artículo, puedo coincidir con Brewster en que el texto intenta “rally further support for the
casualties” (107) pero no de la manera en que ella lo describe. Por último, deseo señalar
dos elementos adicionales que son problemáticos en la siguiente cita: “Whatever his
reason, the pasaje quoted here is not included in Entrada libre; instead, Monsiváis takes a
72
softer tone in the book” (107). En primer lugar, la cita no aparece en Entrada libre pero
Brewster: si bien en el prólogo del Entrada libre Monsiváis señala que la sección sobre el
terremoto aparece tal como se publicó en Proceso, el texto sobre el sismo se detiene el 12
pretendido estado general de desánimo, y una breve sección titulada en Proceso “El re-
sobre la sustitución de las líneas que juzga combativas por un párrafo de tono moderado
De forma que Monsiváis en este ensayo defiende la comunidad que se creó en los
esfuerzos de rescate. Por un lado, responde a quienes auguran una muerte prematura de la
sociedad civil repitiendo las acusaciones de los críticos en un tono irónico que disminuye
vivir, pero en este ensayo Monsiváis la bautiza como “la sociedad de los escombros […]
nuevo en su interpretación del nacimiento de la sociedad civil, que le sirve para explicar
etapas del desarrollo de la comunidad. Además, esta técnica matiza su postura anterior
poderes” (166).
contribución a la polémica para definir lo que constituye a la sociedad civil. Parte del
debate ya había sido abordado en Entrada libre, cuando los empresarios intentaban
apoderarse del término y la crónica de Monsiváis descartó esas pretensiones. Por un lado,
conceptuales (Ni Hegel ni Gramsci aprobarían el uso de sociedad civil)” (166); sin
embargo, por el otro lado alude a que la noción ha brindado un centro unificador a la
[El] terremoto diseminó la idea de una sociedad civil. Ante esto las
empresarial (168).
aprendieron a partir del terremoto. La lista de doce consecuencias que presenta son un
obstante, que ha desaparecido del ensayo en Historias para temblar es el miedo sobre la
comunitario en los lugares de reunión después del terremoto, que Monsiváis resume de la
siguiente manera:
autoengaño. (180)
El pesimismo y las dudas del final del primer texto sobre el terremoto ceden el
La esperanza del autor en el futuro del país apuesta al largo plazo: “Se ignoran, por
adolescentes y jóvenes que salieron a las calles en esas semanas. ¿Cómo elaboran su
mundo?” (180).
Monsiváis afirma con mayor claridad algunas ideas ensayadas en el primer libro sobre el
terremoto. Entre ellas, el papel preponderante del sismo sobre la masacre de 1968:
Así, Monsiváis insiste en que el sismo es el punto medular a partir del cual cambia
la relación entre la burocracia y la ciudadanía. Sin embargo, lo que en Entrada libre fue
de la población” (19). Lo interesante de este prólogo es que agrega una reflexión sobre el
responde con un recorrido por la historia política del siglo XX como un afán
gubernamental por impedir “la solidaridad como impulso popular” (19). En este trayecto,
visión del Estado como filántropo y los ciudadanos como creyentes solidarios en el
proyecto de nación que se les presenta unilateralmente cada sexenio; por el otro, el
propósito de sociedad civil definido como una utopía donde “los distintos procesos
el terremoto con las elecciones que se celebraron tres años después: “Mucho de lo que
vendrá después (la votación el 6 de julio de 1988, el comportamiento soberano ante las
se origina en esas semanas sin que hagan falta las recapitulaciones a cargo de grupos o
76
ciudadana para las elecciones de 1988, porque la política se entendía como un dominio
exclusivo de los burócratas profesionales. Pero en sus reflexiones sobre la vida política
del país—en especial las relacionadas con el sismo—Monsiváis sostiene que no debe
existir gobierno sin sociedad civil y celebra que poco a poco esa visión de la política vaya
esa memoria? En su opinión, las organizaciones de damnificados que son “la punta de
El último texto que Monsiváis dedica al terremoto es No sin nosotros: los días del
terremoto 1985-2005 y es un libro en conmemoración de los veinte años del sismo que
azotó a la ciudad. El texto está dividido en dos grandes apartados: (1) Después del
terremoto: de algunas transformaciones de la vida nacional, y (2) Los días del terremoto,
una reproducción exacta de la misma sección en Entrada libre. Con dos décadas de
distancia entre sus primeras páginas dedicadas al desastre, Monsiváis revisita en el nuevo
31
No me parece casualidad que esta opinión se imprima el mismo año que Vicente Fox Quesada llegó a la
presidencia de México después de una de las elecciones con mayor participación ciudadana en la historia
del país.
32
Imágenes y testimonios del 85 es un libro de fotografías y testimonios publicado por la cooperación entre
varias organizaciones populares, entre ellas la Unidad Obrera y Socialista, el Frente del Pueblo y la Unión
de Vecinos y Damnificados “19 de septiembre”. Sin embargo, este libro es más una conmemoración de
quince años del nacimiento de la sociedad civil que una elaboración de la memoria en el instante del
terremoto. En el tercer capítulo de esta investigación, sin embargo, estudio el papel de otros autores que sí
publicaron antes de las elecciones de 1988. Los mismos Poniatowska y Monsiváis dieron a conocer sus
libros sobre el terremoto antes de ese evento. La pregunta que queda, entonces, es: ¿está Monsiváis
aplaudiendo sus propios esfuerzos, y los de aquellos que respondieron rápidamente al desastre
documentando los sucesos?
77
texto temas anteriores. Por ejemplo, regresa al debate teórico sobre el uso del término
sociedad civil para finalmente descartarlo: “El debate es primordial, pero carece de
público” (No 11). Uno de los aspectos relativamente novedosos del texto es la
del temblor sobre 1968, en No sin nosotros Monsiváis propone una historia continua de
los movimientos civiles del siglo XX. Navegando contra la corriente de interpretación de
estos momentos en la historia política del país, el texto amplía el marco de los
impulso que creó estos movimientos de aquellos líderes que después fueron cooptados
conjunto. Este mecanismo contraria la invitación en Entrada libre para que la sociedad
El recorrido del texto por los siguientes veinte años es una serie de altibajos para
público, pero la televisión se empeña en crear el único espacio social para controlarlo a su
política) en las elecciones de 1988, contra el arrebato de todos los espacios e iniciativas
propone el diálogo con la sociedad civil, que, por inferencia, es la comunidad de hombres
En franco optimismo, Monsiváis afirma que “el afianzamiento, entre críticas y choteos,
del concepto de sociedad civil” (45) ha sido un componente vital de la nueva tolerancia
del espíritu ciudadano. Tomando ejemplos de los últimos diez años, enfatiza la conciencia
que tiene la sociedad civil de lo histórico de sus posturas solidarias contra la clase
política:
retractación de Vicente Fox del proceso de desafuero a Andrés Manuel López Obrador
como uno de los triunfos más recientes de esa sociedad civil frente al gobierno. Al final,
terremoto se refrenda en este texto: la sociedad civil se reconoció como una entidad
Pero, ¿qué es lo que formula Monsiváis cuando usa el término sociedad civil? En
el estado mexicano aún prevalecía la noción medieval de lo público como un atributo del
gobernante (“L’Etat, c’est moi”) que se revela en el patrimonialismo del que he hablado
ejemplo, elimina las fronteras entre ambos terrenos gracias a su discusión del
aboga por una ética discursiva à la Habermas; es decir, que parte de ese poder
comunicativo esté en manos de una esfera pública formada por la población. Si hasta ese
Para lograr su objetivo, Monsiváis sigue dos veredas. Primero reconoce, con
Habermas, que “The public sphere, like civil society in general, could only be
conceptualized in this full sense once the state was constituted as an impersonal locus of
authority” (Calhoun 8). Monsiváis alega que desde antes del terremoto ya se registraba el
apetito por la llegada de esta esfera pública: “La sociedad civil existe como una gran
capital un nuevo espacio ético y civil, en franca oposición a las creencias del Estado
a democratic polity depends upon both quality of discourse and quantity of participation”
(Calhoun 2). En ese sentido, dedica una gran parte de Entrada libre a comentar sobre el
benéfico para ambos, en el que Monsiváis transfiere parte de su propio capital cultural a
ese mismo capital). De esta manera, su preocupación por el desarrollo de una esfera
proceso que enfrenta varios retos. Según los textos de Monsiváis, la burocracia resiste las
uso de la fuerza. “Los días del terremoto” es la crónica de la lucha entre la población y su
Los cuatro textos de Monsiváis sobre el sismo presentan una visión optimista
sobre las posibilidades de recuperar la esfera pública para la ciudadanía. Una parte
indispensable de ese objetivo es el segundo camino que el autor recorre cuando registra
un nuevo vocabulario para hablar del movimiento social. La visión más pragmática y
81
obligado a acercarse al Estado con las reglas que él mismo establece (recordar el campo
político en el que han de moverse si quieren obtener sus reivindicaciones sociales), una
burocracia ha tenido un dominio tan fuerte del discurso público y político, que sólo será
posible inaugurar una nueva esfera pública si se escapa de ese ámbito a través de un
vocabulario nuevo.
Monsiváis, sin embargo, elige una noción que ya contaba con una larga serie de
acercamientos para anclar la nueva forma de articular estas relaciones: la sociedad civil.
lado explícitamente el concepto de sociedad civil hegeliano, que equivale a una societas
naturalis: un orden de corrupción física y moral humana que debe ser reducido por el
La idea que Monsiváis adelanta coincide en mayor medida con lo que Habermas
identifica como el núcleo institucional de la sociedad civil: “voluntary unions outside the
realm of the state and the economy and ranging from churches, cultural associations, and
academies to independent media, sport and leisure clubs, debating societies, groups of
concerned citizens, and grass-roots petitioning drives all the way to occupational
Si el término sociedad civil ya contaba con una larga historia en la teoría de las
ciencias políticas, ¿por qué lo retoma Monsiváis e intenta asignarle un significado que
82
vocabulario nuevo porque, como apunta Rorty e intenta lograr Poniatowska, se requieren
palabras diferentes para imaginar nuevas relaciones entre la ciudadanía y su gobierno, así
como entre los ciudadanos mismos. Su noción de sociedad civil está en franca oposición
Institucional.
1985. Agamben afirma que: “Un mismo término designa, pues, tanto al sujeto político
(31). De manera similar a la que usa Monsiváis para definir poco a poco quiénes forman
durante sus primeras décadas el cuerpo político del que emanaría la soberanía nacional.
Los clientes originales de su programa político fueron los militares, los campesinos y los
Así, el sector popular “se halla compuesto por la abnegada clase media, los
artesanos, los pequeños agricultores, los comerciantes en pequeño, los profesionistas, los
núcleos juveniles, el elemento femenil hasta la fecha privado de derechos políticos, etc”
(468). A estos se añaden “los maestros, los pequeños industriales, los transportistas y los
servidores públicos” además de los miembros del antiguo sector militar (Historia s/n). Es
interesante anotar que la integración del sector popular en el PRI fue también producto de
De manera que ante la amenaza del fascismo nazi, las reivindicaciones sociales de
aquellos sectores “olvidados por la Revolución” tuvieron que pasar a segundo término
para fortalecer la política de Unidad Nacional impulsada por Ávila Camacho. Sin
embargo, una vez que el PRI obtuvo el monopolio de la representación discursiva del
sector popular (en las actas constitutivas de la CNOP se aboga porque “no haya duplicado
33
El «Potrero del Llano», un buque petrolero mexicano, fue hundido por un submarino alemán el 13 de
mayo de 1942 mientras navegaba por aguas internacionales cerca de las costas de Florida. El ataque dejó un
saldo de catorce víctimas. Este incidente obligó a México a abandonar su neutralidad en el conflicto
mundial y declarar la guerra a las potencias del Eje. (cfr. www.sedena.gob.mx)
84
sus demandas: la rígida estructura jerárquica del partido no permitía las muestras de
conflictos y asegurar el control político del país. Las palabras de Alfonso Martínez
jerarquía política del país describen las estructuras más allá de 1985: “El orden social
creado por la Revolución se apoya en los tres grandes sectores del pueblo […] y es
logros que van alcanzando los regímenes revolucionarios” (VIII, 214. Bastardilla en el
original). El dominio del PRI sobre el sector popular se entiende, además, porque “los
auténtica de los intereses de la comunidad. El papel más común del sector popular en la
la fundación del sector popular, afirma que la condición indispensable para la creación de
despolitización de la sociedad. Por esa razón, insiste en presentar en sus textos tanto las
otras reivindicaciones sociales: los maestros rurales, las clases bajas urbanas, las mujeres,
los gays y las lesbianas, entre otros. Mientras exista una mayor participación ciudadana,
una mejor esfera pública. Para lograr más y mejores aportaciones, es necesario abrir el
concepto de sociedad civil para que abarque la mayor cantidad de grupos de interés
posible.
“la confusión teórica y las esperanzas excesivas” (237) provocadas por lo que él llama la
explosión de la sociedad civil para las izquierdas latinoamericanas. Por lo menos en los
la parte del gobierno que a los ciudadanos legítimamente les corresponde” (Entrada 20),
otras palabras, la sociedad civil propuesta por los textos no aspira a “la gran toma del
Poder, con Bastillas y todo, sino de otra toma, la apropiación de deberes y derechos
básicos que describe Nora Rabotnikof: (a) lo que es de interés o utilidad común /
excluyente (cfr. 28-30). Insisto, para construir el nuevo espacio público común,
desarrollo a través de los años fue crucial para mantener presente en la discusión pública
influencia que descubro en los textos escritos por el Subcomandante Insurgente Marcos.
Por un lado la nación de ellos […] El proyecto de país que el poder enarbola
política sin aspirar a cargos públicos, de que se puede estar organizado políticamente sin
87
que esto implique estar en un partido político” (s/n). Pero, ¿quiénes formar parte de la
incluyente de Monsiváis:
[…] gente como esa de septiembre de 1985. Gente, hombres y mujeres, niños
y ancianos. Gente con cualquier rostro, es decir, sin rostro alguno. Gente con
Las nociones anteriores desarrolladas por Monsiváis son de gran importancia para
después de este comunicado—a la sociedad civil para que les ayude a resistir los embates
envía telegramas para pedirle un baile,35 y le pide protección para la gesta neozapatista.
34
Revisar “Tres flores a la Señora sociedad civil”, comunicado del 18 de mayo de 1996.
35
Ver “Telegrama Urgente”, publicado el 8 de diciembre de 1996.
88
una sociedad civil mexicana que nace a partir de la destrucción provocada por la
encontraron útil para argumentar a favor del desarrollo de la vida pública. Esto constituye
el segundo eje en torno al cual gira la mayor parte de la literatura escrita sobre el
Poniatowska. En el siguiente capítulo analizo textos que debaten ambas ideas a favor de
36
Jorge Volpi, en La guerra y las palabras, hace un detallado análisis del papel de la sociedad civil en el
discurso político de Marcos. También explora la relación personal, intelectual y discursiva entre Monsiváis
y el Subcomandante.
89
damnificados. En Entrada libre, distingue las reacciones de los tres principales medios de
comunicación: la radio fue útil en un principio porque “hizo posible una visión de
conjunto, que la experiencia personal complementó” (18), pero más adelante se unió a la
televisión merece sus condenas más severas: Televisa e Imevisión convierten al terremoto
cumple con sus funciones de comunicación es la prensa: “La prensa sí cubre por un
tiempo funciones indispensables. De hecho los primeros días los reporteros son también
inesperada”. (89) Durante los días inmediatos a la tragedia, los periódicos reproducían
historias sobre las labores de rescate, la vida en los albergues temporales para los
(de manera directa o indirecta) la transferencia del significado de la solidaridad desde los
movimientos sociales hacia la figura presidencial. Para alcanzar este objetivo, investigo el
papel de esos textos en la aceptación del término solidaridad para referirse a los
movimientos sociales después del terremoto, y describo cómo su sometimiento final a las
presiones del Estado fue fundamental para la apropiación de la palabra por la burocracia
gubernamental.
Como primer ejemplo de las tensiones contenidas en esta clase de textos, deseo
comentar uno de los pocos libros publicados en 1985 sobre el terremoto: Terremoto en
se incluye un breve intercambio de cartas entre el autor, editor y uno de los colaboradores
del libro, que explica el origen del mismo. En una carta fechada Septiembre 30 de 1985,
Con motivo de los lamentables sucesos que aquejan la gran Ciudad que
Solidaridad” y se planea una obra para dejar constancia de éste. El libro, en sí, es una
afectados por la catástrofe, con breves pies de página que identifican la dirección del
país; y por último, reflexiones generales del autor sobre las reacciones populares al
mensaje positivo:
pensamientos inquisitivos sobre los seres queridos que alejados por una
sociedad civil supo encontrar un alto espíritu ciudadano y junto con las
Como éste, hay varios momentos dentro del libro en los que se atisba un tímido
intento por relatar las angustias de una comunidad. Sin embargo, apenas se vislumbra una
una observación general, desapegada, de la sociedad, que recuerda más a los exhortos
propios de fiestas cívicas que a la tradición del testimonio del que este libro se dice
experiencia personal y otorgarle una dimensión comunitaria, este libro nunca presenta un
aspecto o vivencia particular así como tampoco logra cuestionar la respuesta oficial a la
gubernamentales que incluso se contradicen con algunas de las caricaturas que el mismo
libro reproduce. Por ejemplo, para refutar la cita que transcribí líneas arriba, sólo basta
mirar el cartón de Tony titulado “La Movida” (74) donde un ladrón, un soldado y un
al lado de un hombre que retira escombros de otro inmueble, y dice: “Los diputados
mexicanos nos sentimos verdaderamente orgullosos de representar este pueblo” (62). Una
muestra aún más clara de estas contradicciones reside en el tratamiento de la figura del
Regente capitalino durante ese periodo, Ramón Aguirre. El texto de Gómez Coronel
señala que:
nuestro es de los que caen para levantarse más alto, más grande, más
primer plano del Sr. Aguirre. No obstante, al dar vuelta a la página, el lector se encuentra
93
con una caricatura de Helioflores titulada “Agua”. El cartón es una referencia al desabasto
de agua que sufrió la ciudad de México después del terremoto, y la respuesta del Regente
al problema: la imagen muestra al Regente parado sobre un banco, con una regadera de
donde salen grandes gotas de agua que dicen “bla, bla, bla”. En una actitud de orgullo, el
personaje dice “Ahí repártansela”, mientras se ven cuatro recipientes esperando el líquido.
Una crítica tan abierta a la ineficiencia del responsable del gobierno de la capital contrasta
de halagos y lisonjas con las imágenes de los caricaturistas como mecanismo irónico para
prensa mexicana durante las décadas de 1970 y 1980, que encontró su punto más álgido
en el asesinato de Manuel Buendía —uno de los columnistas más leídos del periódico
periódico Jus Semper de la Barra Nacional de Abogados, debía estar muy consciente de
los peligros que corría si publicaba una crítica frontal a la administración pública. Es
posible que hubiera decidido imitar el discurso oficialista para no herir susceptibilidades
para evitar un peligro muy real, haya optado por reproducir imágenes que ya habían
Sin embargo, al analizar con detenimiento las palabras que dedica a la “sociedad civil” y
37
Según los cálculos de la organización Artículo 19, en la década de los 70 diez periodistas o editores
fueron ejecutados. Durante la administración del presidente Miguel de la Madrid, la situación empeoró
considerablemente para aquellos dedicados a informar al público: casi cincuenta periodistas fueron
asesinados en el sexenio 1982-1988. (6-7)
94
innegable que cualquier intención irónica (si acaso ésta existió) queda ahogada por un
¡Héroes surgieron por millares! Unos ofrendando su vida en auxilio del ser
los días en espera de ayuda externa bajo las ruinas, y otros más,
del tema del desastre, su cercanía en el tiempo, la intención declarada del autor y editor
del libro, así como las características del género testimonial en sí. Sin temor a
equivocarme, puedo afirmar que Terremoto en México es un vehículo del discurso oficial
resignación de los damnificados, e hizo un llamado a valores cívicos que sólo deberían
existir mientras el gobierno los pueda controlar. Esto se refuerza en el hecho de que, para
aunque afirma en la introducción al libro que desea “analizar en forma objetiva lo que le
sucedió a una gran ciudad” (35), nunca contrapuntea los informes gubernamentales con la
nacionales. Las únicas críticas que formula hacia la autoridad se relacionan con temas en
los que el mismo presidente reconoció carencias y equivocaciones. El entusiasmo con que
el libro aplaude la respuesta estatal es evidente tanto en la formalidad con la que se refiere
a los representantes públicos como en la selección de adjetivos para calificar sus acciones.
95
de lo anterior:
Incluso, si se analiza con cuidado este discurso del presidente y el libro mismo, es
fácil descubrir que comparten una gran cantidad de temas: los efectos del terremoto en las
como los “verdaderos héroes”, la solidaridad del pueblo y la “justa dimensión del
desastre”. El libro de Gómez Coronel añade a esos asuntos algunas conjeturas sobre las
causas de los derrumbes,38 varias afirmaciones para reforzar que “en todo momento se
mantuvo la certidumbre jurídica” (185) porque el gobierno nunca perdió control del país
y, finalmente, una fuerte crítica a quienes el autor llama “los zopilotes del desastre” (219),
necesidad, por razones humanitarias; sin embargo, los motivos del autor son también
realización del mismo en sus manos será por demás el éxito Editorial que se pretende”
38
Digo conjeturas porque no menciona a quién pertenecen las “Diversas opiniones sobre las causas de los
derrumbes”. Para presentarlas, utiliza frases como: “Hay quien opina...”, “Otros más dicen...”, “Otro punto
de vista que sustentan destacados urbanistas...” (95-97)
96
(7). Dada la agenda política que comparte con la burocracia gubernamental, tampoco
caricatura de Rossas, reproducida en la página 124 del libro. En la imagen, dos mujeres
creo que no nos han dado d’esas casas de lona que mandaron di’ayuda del extranjero
porque a lo mejor las va a manejar el INFONAVÍ!” (sic). Lo que Gómez Coronel critica de
otros partidos políticos fue práctica generalizada por la burocracia gubernamental priísta:
la ayuda del exterior se retuvo para más tarde emplearla como medio para obtener el voto
Esa no es, sin embargo, la finalidad según declara el libro. Su objetivo es presentar
“un punto de vista crítico y real de lo acontecido, durante y después de los terremotos”
(35) y lo que decide proclamar es la solidaridad. Por eso en las escasas treinta y cinco
páginas de texto, repite veinte veces el término; además, usa en multitud de ocasiones
En resumen, hay pocas páginas del libro donde no aparece impresa la palabra
Pero, al contrario de Poniatowska que apela al lector por una respuesta solidaria con las
oficial al negar la extensión del desastre, reducir su importancia histórica a una mera
Otro libro que agrega sus esfuerzos casi inmediatos al terremoto para exaltar la
gubernamental desde la dedicatoria, que dice: “[Estas páginas] quieren hacer un llamado a
la continuación de la solidaridad del pueblo y de éste, con sus gobernantes” (5). Por el
otro lado, las primeras páginas del texto no son tan reverentes a las autoridades como el
libro de Gómez Coronel. Incluso, Samayoa toma la actitud opuesta: reconoce la labor de
ilustra:
98
dramas. (14)
Así pues, afirma que en sus páginas “se rompe un silencio y no se fomenta
ninguna complicidad porque de tanto luto, sangre y dolor deben surgir las medidas que
ayuden a quienes hoy sufren pérdidas de todos los tipos [...] No, no se debe callar” (15).
Esta actitud más combativa puede explicarse en parte a que Samayoa es periodista de
artículos críticos del gobierno mexicano. En su libro, Samayoa plantea que el sexenio de
autor, por ser un cataclismo económico: la riqueza generada por la venta de petróleo
incapacidad administrativa del nuevo régimen alcanzó grados increíbles y sin precedentes
libro traza las acciones gubernamentales en los meses posteriores al terremoto hasta
agrupaciones civiles e individuos.39 En otras palabras, este libro presenta una narrativa de
cómo:
asustados por la forma tan definitiva como fueron superados por una
de urgencia. (52)
39
Además de un prólogo por Roberto Blanco Moheno y una introducción del autor titulada “No se debe
callar”, el libro está dividido en nueve secciones: I. México: crisis y sismos; II. Destrucción, dolor, muerte;
III. Solidaridad, información; IV. Daños en cinco estados; V. Características de los sismos; VI. Ayuda y
visitantes extranjeros; VII. Actividades y comisiones oficiales; VIII. Se agrava la crisis económica; IX.
Repercusiones políticas de los sismos.
100
figura del presidente De la Madrid. Hacia el final del texto, el autor afirma: “El Presidente
mandatario cuando casi parece disculpar las duras decisiones económicas que
popular pero que, sin embargo, no es suficientemente fuerte para movilizar a un sistema
político abúlico y corrupto. Samayoa, mediante preguntas retóricas, dirige sus últimas
páginas del libro a ese sistema político para que reflexione sobre su actuación en las
tragedias que acaban con México: “¿No tiene razón el pueblo? (...) ¿Hasta qué grado de
complacencia y martirio quieren que llegue el pueblo? (...) ¿Tiene el pueblo por
obligación que perdonar a los torpes y malos gobernantes y, además aplaudirlos?” (124-
125) .Así mismo, llama al sistema político a recuperar sus raíces revolucionarias : “la
auténtica Revolución debe seguir funcionando, pero sin demagogia, sin populismos, sin
grandes masas” (124). Este exhorto a la introspección del régimen es un eco de lo que De
40
Una vez en la Primera Magistratura, Miguel de la Madrid presentó una iniciativa de reformas y adiciones
a ciertos artículos constitucionales, que delimitaba tres niveles de responsabilidad para los funcionarios
públicos:
la responsabilidad política, cuando incurran en actos u omisiones que redunden en perjuicio de
los intereses públicos fundamentales o de su buen despacho, que se aplica mediante el juicio
político; la responsabilidad penal ordinaria, para cuya aplicación se requiere el juicio de
procedencia o desafuero; y la responsabilidad administrativa por los actos u omisiones que
afecten la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deben observar en el
desempeño de sus funciones (Sáenz 86)
101
intento por llevar a juicio político ante la opinión pública a esos funcionarios. En otras
palabras, el libro se dirige a dos audiencias distintas: por un lado, señala a la ciudadanía la
hacia objetivos en común si hay una verdadera reestructuración del sistema. Ambos
mensajes son, en el fondo, similares: alguien debe hacer algo para frenar el deterioro de
las relaciones entre el Estado y sus gobernados, ya sea que la ciudadanía lo exija, o el
riesgo.
identifican a la solidaridad como la solución a varios problemas del país. Si bien Gómez
ciudadanos, y Samayoa insiste en que ésta no existió, ambos reconocen que será un valor
necesario para el futuro del país. Considero que el papel de la solidaridad es aún más
(125) es la única cualidad que puede redimir a la situación política del momento. Es decir,
gobernantes dar los pasos necesarios para lograr el bien común, son ellos quienes deben
unirse al sentimiento solidario. Pero, insisto, en esa óptica la viabilidad de las soluciones
rumbo de la nación. Ciertos aspectos de su respuesta los hace coincidir con las
provocar la transformación del sistema político los hermana con las declaraciones de
Monsiváis y Poniatowska.
Sin embargo, las circunstancias en que unos y otros escriben son distintas, y
celestial concierto hay más periódicos que vuelan alto en los estados que
en la Capital. Hay más libertad para publicar artículos en un libro que para
Las tensiones entre las dos posturas—una que alaba al régimen y otra que lo
critica en cierta medida—, representadas por los textos de Gómez Coronel y Samayoa,
mediante dos instrumentos: uno, el control del suministro de papel a través de la empresa
vía las Secretarías de Prensa de cada cartera ministerial – una fuente de ingresos tan
importante para los periódicos que constituía dos terceras partes de las ganancias de
publicidad (cfr. Article 19, 47). Pero además de estas tácticas de presión indirectas, se
introdujeron modificaciones a los artículos 1916 y 2116 del Código Civil Federal para
establecer sanciones de tipo económico contra quienes produjeran daño moral.41 Esta
nueva ley, bautizada popularmente como “Ley Mordaza” despertó de inmediato las
reformas al Código Civil se vio limitado más adelante por la inclusión de un apartado que
protegía esa libertad,43 sin duda, las posibilidades reales de represalias por parte del
Por ejemplo, el mismo Samayoa se vio afectado como periodista por los distintos
41
El artículo 1916 define daño moral como “la afectación que una persona sufre en sus sentimientos,
afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y aspectos físicos, o bien en la
consideración que de sí misma tienen los demás. Se presumirá que hubo daño moral cuando se vulnere o
menoscabe ilegítimamente la libertad o la integridad física o psíquica de las personas”. Las conductas que el
Código marca como ilícitas incluyen aquellas que “ofenda[n] el honor, ataque la vida privada o la imagen
propia de una persona”. (1931)
42
El caricaturista Paco Calderón dice al respecto:
Recuerdo que la protesta más fuerte contra este proyecto vino de los caricaturistas. Un buen día,
todos los colegas, en todos los periódicos, publicaron el mismo cartón: un espacio en blanco, con
la leyenda “CONTRA LA MORDAZA” y la firma del autor abajo. Algunos editores medrosos se
negaron a participar y sacaron en sus editoriales cartones extranjeros, que sólo pusieron de
relieve la estridencia de la protesta. (Arredondo 209)
43
El artículo 1916 Bis establece que: “No estará obligado a la reparación del daño moral quien ejerza sus
derechos de opinión, crítica, expresión e información, en los términos y con las limitaciones de los artículos
6º y 7º de la Constitución General de la República” (1932).
104
ejercieron de manera directa hacia su libro México mártir sino a través la revista
amarillista Alarma! que Samayoa fundó en abril de 1963 y se vio obligado a suspender
desde 1986 hasta 1991. José Agustín describe las operaciones de la Secretaría de
Cabe señalar que no todos aquellos que señalaron las fallas del sistema evidentes
fundaron como sociedades anónimas de capital variable. Esta estructura legal aseguraba
la atomización del capital social de las empresas entre los colaboradores de las
significó para ellos una medida de protección contra la censura en los medios de
ofrecerles.
Monsiváis escriben para asegurarle a una nueva sociedad civil su momento clave en la
gubernamental para que sea responsable del primer impulso hacia el cambio, como dueña
de la solución a los problemas. En otras palabras, existen dos propuestas distintas que
población politizada que existe fuera del oficialismo; otros, al líder de la burocracia
gran mayoría de la prensa fue por agradar a quienes controlaban el destino de las
en los días inmediatos al terremoto. Sin embargo, una gran parte de la prensa se vio
obligada a suspender el reportaje de estas notas por las condiciones de censura a los
desentendió de los pasos que los movimientos de damnificados daban para construirla en
los años que siguieron al terremoto. Esto facilitó que la palabra solidaridad terminara
solidaridad volvió a ocupar la primera plana en los principales diarios del país fue con
memoria del terremoto, como el momento en que Lourdes Guerrero anuncia en vivo
durante el programa Hoy mismo que está temblando.47 Ya Monsiváis criticó en Entrada
libre la respuesta de las dos televisoras de alcance nacional, en lo general porque evitaron
una sociedad que actúa por cuenta propia. […] La noticia no tiene ángulos
46
En el Discurso en la firma del Pacto de Solidaridad, el presidente De la Madrid señaló:
El movimiento obrero ha moderado sus demandas de incremento salarial […] Los
campesinos también hacen un esfuerzo porque aceptan que los precios de garantía
simplemente se mantengan a su valor real del año de 1987. […] Los empresarios aceptan
una política de apertura comercial que va a implicar un enorme esfuerzo de productividad
y eficiencia para competir en el mercado mundial; los empresarios también aceptan
moderar precios y utilidades. […] El Gobierno acepta restringir todavía más el gasto
público; acepta seguir racionalizando el tamaño del sector público y continuar la política
de liquidaciones, quiebras o fusiones o ventas de empresas no estratégicas ni prioritarias.
(1987 Discurso s/p)
47
— No se asusten, vamos a enterarnos. Les doy la hora: siete de la mañana (¡ah, Chihuahua!) Siete de la
mañana, diecinueve minutos, cuarenta y dos segundos. Tiempo del centro de México. Sigue temblando un
poquitito, pero pues vamos a tomarlo con una gran tranquilidad. Vamos a esperar un segundo para poder
hablar…
107
clave en ese proceso en canciones interpretadas por artistas contratados por Televisa y
cuyos videos tuvieron rotación continua en sus canales de televisión: “Cuenta conmigo” y
interpretación visual de la letra de las canciones ofrece material que puede incluso
estéticos que se emplean en el formato bien delimitado del video musical. Will Straw
afirma:
(14)
Al considerar esta idea, es posible hablar de una retórica del video musical. Si
bien el video no altera el sonido o la estructura de una canción, sí “draws our attention
108
simultaneously to the song and away from it, positing itself in the place of what it
represents” (Berland 25). La naturaleza paradójica del video musical como género reside
Norteamérica por el control casi absoluto que el conglomerado de Televisa tuvo sobre los
exclusividad49 bajo el cual trabajó la mayoría de sus artistas aseguró que el control
sus artistas más rentables. Sin embargo, en el momento hay pocas novedades en la
ejecución narrativa visual: dominan las convenciones cinematográficas que utilizan las
imágenes para reforzar la música. De hecho, una de las estructuras más comunes para los
video-clips producidos en México en esos años coincide con la Mark Fenster identificó
One of the most successful frames developed in early country videos was
48
A mediados de la década de los 80, el Grupo Televisa reunía entre otros: (1) las compañías discográficas
Fonovisa y Melody, así como un acuerdo con EMI Latin para la promoción de sus artistas en el resto de
América Latina; (2) el Sistema Radiópolis, que agrupaba alrededor de 40 estaciones de las emisoras de la
XEW, XEQ y XEX; (3) la editorial Televisa, responsable de la publicación de revistas de espectáculos
influyentes como Tele Guía, Tú, TV y Novelas, y Eres; (4) la distribuidora de publicaciones Intermex; (5)
cinco canales de televisión de transmisión nacional. (cfr. www.televisa.com)
49
La compañía ofrece este tipo de contrato a sus artistas destacados para asegurar su participación en
proyectos de la empresa. Los contratos suelen tener una duración variable que depende—entre otras
cosas—del éxito previo del artista, con la posibilidad de renovación una vez que termine el plazo. Durante
este tiempo, los intérpretes reciben un sueldo mensual estipulado previamente, sin importar que estén o no
activos dentro de la compañía.
50
Telehit fue el primer canal de televisión mexicano dedicado exclusivamente a los video-clips. Parte de
Televisa Networks, comenzó sus transmisiones por televisión de paga el 27 de agosto de 1993—doce años
después del estreno de MTV en Estados Unidos.
109
the plot of the lyrics. This structure is particularly suited for country videos
the performance format, the performer seems to be singing ‘to’ the viewer,
(116)
country puede ser aprovechada también por el video-clip de baladas pop—en cuanto
explora las relaciones personales y pretende la identificación del público con el artista. La
estructura de interpretación / concepto es aún más útil cuando el video pertenece a una
canción que ambiciona tocar un tema de interés social, como las que interesan a este
capítulo.
Flans—un grupo compuesto por tres mujeres jóvenes que debutó dos semanas después
del terremoto y que durante su carrera interpretó baladas pop.51 La letra, música y arreglos
son de Amparo Rubín; el productor y realizador del video fue Emilio Larrosa:
51
Es necesario recordar lo que señala Lisa A. Lewis respecto a las mujeres en el mundo del espectáculo:
Entering the world of professional musicianship is not necessarily an invitation to create
the music of one’s choice. Musicians who work within the record industry must constantly
negotiate contradictory roles as self-expressing artists and paid workers in an industrial
mode of production. Female rock musicians additionally contend with their subordinate
position as female social subjects whose mode of promotion is highly tied to sexist
standards of representation and musical niches. (131)
110
muy bien pudimos comprobar que estás tú, que estoy yo,
interpretación del video, las jóvenes protagonistas tienen como fondo la Plaza de las Tres
Culturas en Tlatelolco, visten ropa casual y bailan sonriendo a las cámaras. La elección
terremoto, fue una de las zonas de la ciudad que más atención recibió de los medios de
comunicación porque el tenor Plácido Domingo colaboró con los esfuerzos de rescate en
la unidad habitacional. Pero una vez agotado el interés de los principales medios, las
respuesta de las autoridades a las necesidades del área. Cuando la Asamblea de Barrios y
culminaron en una marcha multitudinaria (diversas fuentes cuentan entre 90 y 120 mil
personas) que conmemoró el segundo aniversario del terremoto—es prueba de que era
un encuadre fijo de medio plano sobre las protagonistas que es suficientemente abierto
para distinguir la locación del video, pero tan cerrado que no pueden verse los edificios
transcurre en un tiempo intradiegético de varios días con sus respectivas noches. Por
último: los únicos personajes de la sección interpretativa del video son las integrantes de
una tarjeta postal, donde el tiempo deja de ser relevante y no hay habitantes que negocien
espiritual de la nación. Por este motivo, no es de extrañar que las protagonistas tengan
como escenario la obra negra de un edificio en la secuencia que presenta el concepto del
video. A primera vista, el espacio en blanco producido por la interpretación del video
presenta un lienzo nuevo para que durante el concepto las mujeres jóvenes—por
público, donde las jóvenes pueden cantar o bailar con la misma seguridad que lo hacen
construcción de un edificio es notable. Varios proyectos nacionales han propuesto para las
requieren esfuerzo físico fuera del hogar. Así, el hecho de que las integrantes de Flans
una carretilla parece coincidir con los testimonios de los días posteriores al terremoto, que
desarmado de la contestación que le confiere poder a las jóvenes para apropiarse del
espacio cuando las protagonistas muestran a la cámara algunas herramientas y juegan con
ellas mientras bailan. Si bien la dimensión lúdica puede ser un poderoso instrumento de
desafío al territorio masculino de actividad y significación, una mirada atenta revela que
papel relevante en el sistema simbólico del espacio público. La negación de ese rol nace
de las contradicciones entre el tema de la canción que habla sobre trabajar por un país
políticas—sólo hay que recordar las luchas laborales de las costureras que trabajaron en el
el video parece una instancia de empoderamiento a las mujeres por su incursión al espacio
113
masculino, termina por contradecir esa intención al subvertir la lucha propia de las
mujeres cuando asume una actitud desenfadada que contradice el compromiso solidario
de concepto del video-clip pueden encontrarse tensiones de clase social. Éstas se hacen
evidentes en la indumentaria de las protagonistas del video: las tres visten un uniforme
compuesto por casco, guantes y ropa de trabajo. Las prendas contrastan de forma
acentuada con la ropa que viste el único obrero que se cruza en su camino: pantalones,
sencilla del trabajador, proyecta una imagen idealizada del peón que por otro lado
establece diferencias con los obreros reales. Al mismo tiempo, es un llamado para que el
país.
cambio. Pero sin lugar a dudas, la noción de solidaridad propuesta por Poniatowska y
Monsiváis fue la que sufrió el ataque más contundente. El mecanismo para socavar la idea
de solidaridad es sencillo y eficaz: no hay más personas que las tres jóvenes en el video
con quien las protagonistas no interactúan). Esta ausencia de personas opone la letra de la
114
canción como exhorto al trabajo organizado colectivo con las escenas de espacios
víctimas con quienes simpatizar, damnificados a quienes ayudar ni activistas con quienes
por el estribillo “Cuentas conmigo, ¡sí! Cuento contigo, ¡sí!”—, que piden del público el
elemento que liquida las ilusorias reivindicaciones de los jóvenes, las mujeres y los
trabajadores contenidas en el video: tanto la Plaza de las Tres Culturas como el edificio en
Hay que mencionar, sin embargo, que este video-clip no es el único que utiliza
noviembre de 1984 con la grabación del sencillo “Do They Know It’s Christmas?” por un
Band Aid, con el fin de recaudar ayuda para los habitantes de Etiopía que sufrieron una
terrible hambruna ese año. Tres meses después, el grupo USA for Africa bajo la dirección
de Michael Jackson y Stevie Wonder grabó el sencillo “We Are The World” con un
propósito idéntico, al igual que el esfuerzo canadiense de Northern Lights integrado por
Gordon Lightfoot y Bryan Adams (entre otros) con la canción “Tears Are Not Enough”.
cantarás” y se enfiló hacia programas para la niñez de UNICEF. Cabe destacar que si bien
“Cuenta conmigo” comparte con estas canciones y sus video-clips algunas características
que alega. El segundo video-clip que motiva este capítulo posee una estructura muy
similar a estos videos de caridad aunque tampoco tuvo como objetivo la recaudación de
gubernamental fue, sin duda alguna, Carlos Salinas de Gortari. Como Secretario de
la historia reciente del país), uno de sus primeros actos de gobierno fue la creación del
sobre cómo debe ser nuestra sociedad. […] Hay un nuevo México político,
una nueva ciudadanía con una nueva cultura política. Su expresión reclama
Sin embargo, asume como labor del Estado la necesidad de dar una avenida a las
tiempo que responde a posturas más oficialistas como la de Paz o Samayoa que llamaban
por la solidaridad del gobierno con la población. Salinas tergiversa los llamados de
52
Salinas describió el alcance del Programa así: “Se incluirán acciones de alimentación, de vivienda popular
con crédito ágil, de procuración de justicia, de apertura y mejoramiento de espacios educativos, de
electrificación de las comunidades, de agua potable, de infraestructura agropecuaria y de salud, de
reforestación y programas de inversión recuperable” (27).
116
sociedad civil y ofrece un único camino hacia la solidaridad que atraviesa forzosamente
por su gobierno: “Al participar en este programa, los mexicanos podrán convertir en
permanente la solidaridad mostrada ante los terremotos de 1985” (27). Por último, Salinas
necesidades del 48% de la población mexicana cuyo nivel de vida estaban por debajo de
del programa de desarrollo social es una tarea que no compete a esta investigación,53 pero
programa para dar respuesta a varias reivindicaciones sociales. Algunos de los segmentos
incluso Solidaridad Forestal. Los Comités de Solidaridad hacían las gestiones necesarias
finales de 1993, este programa cubría más del 95% del territorio nacional (cfr. DeLeon
53
Para un resumen de las críticas más frecuentes a PRONASOL, ver DeLeon y Hernández Quezada.
117
con los pobres y destacaba los logros conseguidos por aquél. Como
varios aspectos. En primer lugar, al igual que aquella interpretada por Flans, no se editó
escuchar esta canción era mediante su video-clip, que tuvo una rotación insistente en los
concepto; si bien lleva aún más lejos la interpretación que es propia de los video-clips de
“Solidaridad” recibieron el crédito debido. Sin embargo, una extensa investigación parece
indicar que el responsable de la letra y música de la canción fue Marco Antonio Flores y
la compañía editora del sencillo fue Discos Melody. La canción dice lo siguiente:
118
Solidaridad, ¡venceremos!,
Solidaridad, ¡venceremos!,
En la parte de interpretación del video, aparecen varios artistas que toman turnos
para cantar versos de la canción. Entre ellos se encuentran actores de los programas
cómicos más populares de esa época, así como cantantes de diversos géneros
intérprete; es decir, los grupos de música juvenil visten la moda del momento y los
cantantes de música ranchera lucen trajes regionales. Algunos de los actores usan el
vestuario que pertenece a sus personajes más conocidos: por ejemplo, Juan Verduzco
lleva como disfraz la sotana del Padre Camilo, su personaje en la serie “Dr. Cándido
Pérez”.
provoca que el sencillo tenga una duración cercana a los ocho minutos. Me parece
interesante el orden en que los artistas aparecen en el video: las dos estrofas iniciales son
voz de artistas con una larga trayectoria: Lucía Méndez, Angélica María, Verónica
Castro, Daniela Romo, Marco Antonio Muñiz, entre otros. En estas imágenes, los
intérpretes no comparten la pantalla con otros colegas y se les encuadra en una toma de
medio cuerpo. La repetición de las dos primeras estrofas corre a cargo de intérpretes ya
reconocidos, pero que entonces iniciaban sus carreras artísticas: Jorge Muñiz, el grupo
Pandora, Chantal Andere, Francisco Xavier (hoy político mexicano), Sasha Sokol y
varios más. A diferencia de las primeras tomas, en la segunda vuelta a la canción los
al mismo tiempo. Los encuadres varían desde tomas de medio plano en pantallas
divididas verticalmente en dos hasta planos medios cortos. El estribillo, que alude
entonación del estribillo, dominan las tomas aéreas panorámicas y los paneos de medio
Microchips. Por último, las dos estrofas finales fueron interpretadas en ambas ocasiones
bravía—de larga trayectoria, como Vicente Fernández, Lola Beltrán, Aída Cuevas y
Lucha Villa, por mencionar algunos. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las
escenas filmadas con estos artistas fueron encuadradas en planos de tres cuartos, lo que
la unión de artistas con distintas líneas de trabajo y trayectorias diferentes pretende ser
una metonimia del país respecto a sus gustos musicales o programas favoritos de
televisión: si el artista preferido del público se encuentra entre los participantes del video,
entonces por extensión el público es parte de él. Por el otro lado, en la integración de
anteriores sean referencias vagas a momentos históricos, que permiten que un espectador
las identifique con episodios que le sean más cercanos. Por ejemplo, “aquellos tiempos
cuando la plata era un peso” puede aludir a la época colonial—cuando las monedas
de 1934). El segundo verso, “la lucha contra aquellos que dudaron de lo nuestro”, quizás
apunta a las guerras contra Estados Unidos o Francia del siglo XIX, o a las “fuerzas
rompecabezas nacional” (Volpi 33) que tanto preocuparon al presidente Díaz Ordaz. En
mexicano, se entiende que aquellos son los extranjeros. En este orden de ideas nace una
fuerte tensión entre el texto del segundo y tercer verso de la estrofa: la hospitalidad es la
en estos versos es por demás forzada, ya que no se marca el paso del tiempo entre la
consumo turístico.
Por lo que se refiere a la sección del concepto del video, las primeras escenas
trabajando. La melodía introductoria trae consigo imágenes que tienen como tema común
la luz del sol obscurecida por algún objeto: nubes, edificios, el Ángel de la Independencia,
palomas en vuelo o la barca de unos pescadores. Una vez que comienza la canción,
mientras el primer plano muestra a los intérpretes, el segundo plano presenta imágenes
tomas de distintas regiones del país: ruinas arqueológicas, playas, ciudades coloniales,
panoramas fueron colocados al azar sería ingenuo: algunas imágenes comentan de manera
indirecta el verso que les precede. Por ejemplo: la primera vez que se escucha la segunda
parte del verso “Nuestro enemigo, la pobreza; hay que acabarla con destreza” se observa
además la fabricación de una jarra de vidrio soplado, objeto que requiere gran habilidad
segunda sección del verso “La solidaridad es nuestra, con desarrollo se demuestra” la
cámara de video muestra un ángulo bajo de la Torre Mexicana de Aviación. Este edificio
completado en 1984, fue el tercero más alto en la Ciudad de México hasta la década de
modelo de seguridad sísmica. La imagen cobra mayor fuerza aún si se recuerda que el
obras que buscaban proyectar la modernidad del país: el Estadio Azteca, la Basílica de
123
Nacional de Antropología y el Museo de Arte Moderno, entre otras (cfr. Ramírez s/n). A
esto se añade el conocimiento de que la compañía que construyó la Torre Mexicana fue el
oficinas como el modelo al que debe aspirar la vivienda moderna. Como último ejemplo
de este estilo de comentario, mencionaré que mientras Vicente Fernández entona los
versos “Al amparo de nuestra bandera no es difícil la manera / de construir entre nosotros
Durante la sección que encierra el concepto de video hay pocas escenas que
de las actividades en las que se desempeñan están, al igual que las escenas de los paisajes
del país, relacionadas con el turismo. Por ejemplo: una anciana que transporta flores en
una canoa en Xochimilco, artistas callejeros, una mujer indígena vendiendo muñecas de
incluso un botones de hotel. Otras tomas que semejan escenas de la vida cotidiana
indígenas, un hombre campesino, otra niña que conversa con un anciano (quizás su
abuelo), como ejemplo. Es posible argumentar que la atención especial de las cámaras de
lógica se comprende por qué las escenas que muestran a la multitud urbana, profesionista,
de clase media son tomas breves y abiertas, de manera que no se distingue con claridad la
cara de las personas o ésta es obstruida por el marco intercalado en que aparecen los
específicas de los damnificados del terremoto ni alude a los retos del país en su camino a
comunitaria para el rescate de las víctimas del desastre—de la cual Salinas de Gortari dijo
haber tomado inspiración para el programa—, así como tampoco describe la marginación
que los indígenas, campesinos, niños y ancianos encuentran de manera constante en sus
interacciones. Por el contrario, los muestra sonrientes y ajenos a la segregación que han
De forma similar a “Cuenta conmigo”, este video limita su acción para ser un
llamado a la unidad. Pero si la canción de Flans pedía la identificación del público con las
unidos por naturaleza: ¡qué viva México y florezca!” Pero, ¿de qué naturaleza se habla?
125
¿Cómo resuelve ésta la contienda de intereses entre diversos sectores? En diez breves
sometidos por la mano del hombre. La dominación se ejerce de dos maneras distintas: por
los campos de cultivo o una presa; por otro lado, la conservación del paisaje para el
video es una “tierra buena”, que sigue con docilidad los designios de la mano que la
que los mexicanos son “hijos de una misma madre […la] tierra buena”. Así, al extender la
la tierra “revive con los más altos honores”, la gente debe animarse con las palabras de
reconocimiento que sus gobernantes les regalan. En otras palabras, lo que el video y su
últimas imágenes del video: la pantalla muestra un corte horizontal. En la mitad superior,
canción, los artistas corean la palabra México y aplauden rítmicamente . Después de unos
126
el ritmo hacia un crescendo. Todo culmina con el sonido de los fuegos artificiales y el
aplauso libre de los cantantes. En este orden de ideas, la contemplación de este video es
de nación salinista.
México e hizo de Salinas un mandatario muy popular. Sin embargo, esa personalización
terminó siendo una gran desventaja tanto para el programa como para el término
solidaridad una vez que el capital político de Salinas se evaporó con la devaluación del
peso en 1994 y el levantamiento armado del EZLN en Chiapas, entre otros eventos que
deslindarse del legado del sexenio anterior. Todavía la palabra solidaridad conjura en la
mente de una gran parte de la población mexicana las estrategias salinistas, así que el
término cayó en desuso como parte del vocabulario político del país.
54
Puesto en marcha el 8 de agosto de 1997, PROGRESA se concentró en cubrir las necesidades básicas de
educación, atención médica y alimentación para familias que vivían en condiciones de pobreza extrema en
zonas rurales y/o indígenas. Este programa requería el involucramiento sostenido de las familias que
recibían los beneficios en los esfuerzos de educación de los hijos. Hay que notar que PROGRESA nunca tuvo
la publicidad que disfrutó PRONASOL y no despertó los debates o críticas que su antecesor.
127
embargo, esta vez es diferente: en el texto sobre el terremoto, la solidaridad existió pero la
autora advierte que es necesario fortalecerla por ser un elemento indispensable para la
se encarnó y vive entre quienes apoyan a López Obrador: “La solidaridad abraza, hace
después del sismo según abundan las referencias a una y otra en Amanecer en el Zócalo:
con mi pala voy a escarbar.” Fue la gente de la calle la que sacó de los
menciona la solidaridad sirve como estrategia discursiva para que la autora recupere el
55
Publicado en 2007, es un diario de los cincuenta días del plantón. Al igual que otras crónicas de
Poniatowska, el texto comenzó como artículos en el periódico La Jornada. De la misma manera, recoge las
voces de personas que participaron activamente en la resistencia. Sin embargo, a diferencia de sus otras
crónicas testimoniales, en Amanecer en el Zócalo la autora complementa la narrativa integrada por las
voces populares con sus propias experiencias, miedos, dudas y acciones—lo que distingue a este texto, por
ser la primera vez en que explícitamente Poniatowska se incluye como personaje de sus testimonios.
56
Nacido en 1953, López Obrador tiene una larga trayectoria política en México. Después de su salida del
PRI en 1988 en apoyo a Cuauhtémoc Cardenas, fue candidato al gobierno del estado de Tabasco (1994),
presidente del Partido de la Revolución Democrática (1996-1999), Jefe de Gobierno de la Ciudad de
México (2000-2005) y candidato a la presidencia del país por la Coalición por el Bien de Todos. López
Obrador y sus seguidores se declararon inconformes con el resultado de las elecciones de julio del 2006,
que otorgaron el triunfo al candidato del PAN Felipe Calderón Hinojosa, alegando un fraude electoral. Una
vez agotados los recursos judiciales para la defensa de su causa, López Obrador optó por la resistencia
pacífica civil y la creación de un gobierno alternativo que llaman “legítimo”.
128
terremoto. Insiste en ello hacia el final de Amanecer en el Zócalo cuando afirma que:
llamada Trilogía Trágica (La noche de Tlatelolco, Nada, nadie y Fuerte es el silencio)
significado simbólico que la palabra solidaridad había adquirido en las plumas de Elena
la figura presidencial. Sin embargo, los esfuerzos recientes de Poniatowska por recuperar
el sentido simbólico del término para apoyar su proyecto literario han reintroducido la
realidad, las propuestas de ambos autores encontraron eco en un sector amplio del campo
cultural mexicano: las próximas páginas incluyen un recuento de los textos más
57
En esta novela publicada en 2006, Poniatowska combina elementos del testimonio, la narrativa histórica
y la biografía novelada para recrear—con gran fidelidad a los hechos históricos—el movimiento de
ferrocarrileros de finales de la década de 1950.
129
representativos que apoyan las nociones de solidaridad y sociedad civil planteadas desde
política del país sino también el centro de la actividad cultural mexicana. Así, se explica
que la extendida destrucción provocada por el terremoto y los movimientos sociales que
crónicas periodísticas y testimonios a los que atendí en los capítulos anteriores. En estas
páginas, trazaré las coordenadas de otras representaciones literarias del desastre para
ubicarlas en relación al debate que los distintos campos culturales sostenían por los
conceptos de solidaridad y sociedad civil. Adelanto, sin embargo, que la mayoría de estas
miradas son complementarias a las propuestas de Poniatowska por una solidaridad que
del nacimiento de una sociedad civil que se enfrenta a un gobierno corrupto para
Entre textos poéticos, dramáticos y narrativos que repiten las descripciones de los rescates
o las movilizaciones sociales, destacan finalmente tres obras que cuestionan por medio
del humor y la ironía las tres principales interpretaciones históricas de esta tragedia: “El
desvalido Roger”, un cuento de Enrique Serna, discute la idea de la solidaridad; “Bajo los
cambio de la sociedad; y por último, Mantra, una novela de Rodrigo Fresán, reimagina la
El único poema de importancia sobre el terremoto, tanto por su longitud como por
su factura, es “Las ruinas de México (Elegía del retorno)” de José Emilio Pacheco (JEP).
Este poema está incluido en el libro Miro la tierra [Poemas 1983-1986] y comparte
paginación con “Lamentaciones y alabanzas”, “Los nombres del mal”, así como con
131
“Aproximaciones.” “Las ruinas de México” está dividido a su vez en cinco partes, que
Para acercarse al poema de JEP vale la pena visitar primero brevemente su ars
poética que, a pesar de haberse refinado a lo largo de varias décadas y poemarios58, puede
Así pues, Pacheco descarta la poesía como un medio hacia la forma estética
fugacidad del tiempo. No es de extrañar, entonces, que constantemente revise sus poemas.
las últimas dos secciones del poema, así como en la eliminación de las “Aproximaciones”
en la última edición. Para efectos del análisis, utilizaré principalmente la versión de 1986
porque recoge la reacción más inmediata del poeta frente a la destrucción de la ciudad.
58
Para un análisis de la evolución de su pensamiento poético, ver “Ars Poética de José Emilio Pacheco” de
Mario J. Valdés San Martín en José Emilio Pacheco: Perspectivas críticas. Pol Popovic Karic y Fidel
Chávez Pérez (coord.) México: Siglo XXI – ITESM, 2006.
59
Publicado en la colección Irás y no volverás [1969-1972]. Cito de la versión incluida en Tarde o temprano
[Poemas 1958-2000].
132
En este sentido, “Las ruinas de México (Elegía del retorno)” es un poema que
puede catalogarse como testimonial. En la dedicatoria del poemario, JEP advierte: “Este
pasar aquí la primera semana posterior al terremoto. Las ruinas de México intenta
Como recuento poético de un evento, comparte varios temas con otros textos de
el terremoto: “Absurda es la materia que se desploma” (11); la sorpresa del evento: “Así
desastre: “Llega el sismo y ante él no valen / las oraciones ni las súplicas” (14); la culpa
quienes mostraron su solidaridad con las víctimas del desastre: “Para los que ayudaron,
gratitud eterna, homenaje. […] Para todos ustedes acción de gracias perenne” (20). Es
interesante anotar que la noción de solidaridad que JEP profesa en el poema corresponde
con la certeza
JEP también reconoce la solidaridad que nace ante la presencia del dolor en los
demás e identifica en el otro la esencia humana que se comparte. De la misma manera que
mostraron solidaridad. Pero a diferencia de lo que plantea Nada, nadie para los
cuentas, la voz lírica de “Las ruinas de México” los castiga en la única forma que el poeta
Ahora bien, ambos autores comparten algo más que los temas relacionados
directamente con la tragedia: en sus textos se observan intentos por eliminar referencias a
su voz. En el primer capítulo de este trabajo he analizado los mecanismos por los cuales
acercamiento. Aunque Miro la tierra aparenta alcanzar una destrucción de la voz del autor
paralela a la de Nada, nadie, el texto de JEP opera con una técnica diferente y tiene
cuestiones de género literario. JEP invoca la voz de otros poetas a través de los epígrafes
que incluye al inicio de cada sección de “Las ruinas de México”. El uso de citas no es un
mecanismo exclusivo del texto que ocupa a esta sección y, por el contrario, el uso de
Pero los epígrafes de Miro la tierra aún no han sido considerados por la crítica con
detenimiento. Son dignos de análisis porque coincido con Carmen Dolores Carrillo
cuando afirma que la apropiación de textos en JEP “va más allá de una repetición simple
manera no tanto con el autor como con una tradición en la que se escribe ese texto” (193).
pertenece al libro bíblico de los Hechos de los Apóstoles. La referencia parece a primera
vista una alusión que sólo es relevante al poema porque menciona un terremoto. Sin
embargo, si se lee con detenimiento el capítulo al que pertenece la cita puede observarse
de catástrofe: el sismo abre las puertas de la cárcel donde se encontraban dos apóstoles y
rompe las cadenas que sujetaban a los presos.60 La visión de JEP rechaza una lectura
cristiana en la que los desastres naturales son parte de un plan divino de salvación al
60
El episodio relata: “Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los
oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se
sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron” (Hechos 16: 25-26)
135
implicar que, si acaso la destrucción fue provocada por un ser superior—el niño y las
hormigas en I, 12—no tiene mayor propósito que su entretenimiento: “El niño, concluida
JEP toma el segundo epígrafe de un poema de Luis G. Urbina que, además, sirve
de subtítulo al texto: “Elegía del retorno” Los textos convienen en la lamentación de una
ciudad perdida. Sin embargo, hay una diferencia notable en el objeto de la nostalgia.
Urbina añora el tiempo pasado en las calles de la ciudad, al regreso de un amargo exilio,
plazuela” (1). Por otro lado, JEP deplora la destrucción o transformación de los espacios
en sí:
donde nací.
me enseñó a caminar.
Jugué en el parque
Hacia el final del poema, Urbina encuentra cierta restitución por el tiempo que ha
final: “Entonces, pensaré con alegría / en que me ha de cubrir, pesada y fría, / tierra sin
flores, pero tierra mía” (2). Por otro lado, a JEP no le queda un consuelo similar porque la
original. El fragmento inicial refiere las acciones de los hombres para buscar metales
valiosos en minas, por ejemplo: “El hierro se saca del polvo, / y de la piedra se funde el
cobre” (Job 28: 2).61 Al cambiar puntos y comas, JEP transfiere la acción a las piedras. El
cambio de sujeto no sólo afirma que los esfuerzos del hombre son vanos, sino que
refuerza la imagen de los escombros como invasores del espacio humano. En otras
pasaje bíblico: si el hombre invade espacios habitados por las piedras para obtener sus
riquezas, durante el terremoto son las piedras quienes invaden los espacios humanos para
cobrar vidas. La ilustración se repite en el poema de JEP: “seres humanos / que si salieran
vivos del tormento entre escombros / habrán dejado en el montón de ruinas / sus brazos y
El epígrafe que acompaña la tercera sección del poema consiste en los versos 49 y
un comentario sobre las recompensas que recibían los héroes militares por sus trabajos a
nombre de los reyes. El fragmento de Terrazas que JEP escoge para encabezar la sección
61
El resto del pasaje dice: “A las tinieblas ponen término, / y examinan todo a la perfección, / las piedras
que hay en oscuridad y en sombra de muerte. / Abren minas lejos de lo habitado, / en lugares ignotos, donde
el pie no pasa. / Son suspendidos y balanceados, lejos de los demás hombres” (Job 28: 3-4)
137
lamenta que las prebendas otorgadas a los conquistadores estén acabando con los recursos
de la Nueva España:
Para comprender mejor el diálogo entre Terrazas y JEP hay que recordar que el
ciudad “tiene rostros más descarnados y concretos [… como] los acarreados del PRI, el
caos ecológico o la indigencia infantil” (Karam 8). Es decir, a lo largo de sus poemarios
descontrolado de la mancha urbana. Por eso, el poema de JEP que nos ocupa afirma que:
“La ciudad ya estaba herida de muerte. / El terremoto vino a consumar / cuatro siglos de
poesía. Pero me parece que el diálogo consiste en algo más que el aviso de la decadencia.
reiteración del trueque del sujeto de la acción similar a la que opera el epígrafe de la
segunda parte: el terremoto ha invertido los papeles, porque ahora es la naturaleza quien
no muestra compasión:
Sólo quiere
prevalecer transformándose.
JEP establece entre la piedad de los habitantes hacia la Nueva España y viceversa , sin
embargo, sí hay una recriminación a los humanos porque permanecieron mudos, sordos y
Guillermo Prieto y, sin embargo, no señala en el texto de dónde extrajo la cita. Me parece
que la mención es apócrifa, por varias razones: en primer lugar, porque después de una
exhaustiva búsqueda entre las obras de Guillermo Prieto no pude localizar la frase con
que JEP inaugura esta sección. Por otro lado, Lilvia Soto observa—en su análisis de los
introduzca en sus obras citas que pueden provenir de textos “reales, apócrifos o
conjeturales” (114); como por ejemplo, las voces de dos poetas apócrifos, Julián
Hernández y Fernando Tejada, sus heterónimos. Por último, si las demás frases que JEP
utiliza como epígrafes en el resto del libro están bien identificadas, llama la atención que
Aunque la cita sea una frase apócrifa, es necesario comentar brevemente porqué la
elección del espíritu de Guillermo Prieto como guía de la cuarta sección no es arbitraria.
Durante su participación en los gobiernos liberales de México durante el siglo XIX, Prieto
fue testigo de la guerra entre México y los Estados de la Unión Americana, la guerra de
esfuerzos por edificar la nación mexicana se filtra a su obra poética que, en palabras de
Ignacio M. Altamirano, “ha llenado un vacío que existía en la poesía patria […] y ha
creado la Epopeya Nacional en una de sus varias formas” (iii). Más aún: “Prieto, creando
la poesía heroica, revivirá en el alma del pueblo la fe en sus destinos, contribuirá a formar
la verdadera nacionalidad por la fusión de los recuerdos gloriosos, y a dar a las masas el
lo general, el poema de JEP es una refutación del sentimiento heroico que se destila en la
poesía de Prieto: aunque aplaude a los que socorrieron a las víctimas del terremoto, el
tono general del poema es el propio a una elegía, esto es, una lamentación. En la cuarta
está de fiesta” (138), la de JEP es una “ciudad manchada por el desastre, / capital del
historia nacional en los versos de Prieto, el poema de JEP pregunta si “El polvo y las
140
moscas / ¿serán los amos de la Nueva España?” (30). En otras palabras, más que un
apetito por la construcción de una nacionalidad como es frecuente en los textos de Prieto,
el poema de JEP se ocupa de la descripción de las ruinas. Por estos motivos, es adecuado
el epígrafe apócrifo que reza “Patria, patria de lágrimas, mi patria” en cuanto expresa un
Es una parte del diálogo de la sibila de Cumas con Eneas cuando éste quiere descender al
la frase advierte que es fácil descender al infierno pero que la verdadera dificultad reside
en salir de él.62 La última sección del poema de JEP muestra inquietud ante el recorrido
para salir del infierno que ha significado el terremoto para la ciudad. Reconoce que el
evento la ha marcado definitivamente: “Hoy una cicatriz parte su cuerpo. / Jamás podrá
borrarse. Siempre estará / dividiéndolo todo, el terremoto” (36). Contempla además, cómo
la ciudad ha cambiado de dueños: los humanos, las ratas, los gorriones y las palomas, las
moscas azules y, por último, las hormigas.63 No obstante el tono desolado y la insistencia
62
“Tros Anchisiade, facilis descensus Averno: / noctes atque dues patet atri ianua Ditis; / sed recovare
gradum supersaque evadere ad auras, / hoc opus, hic labor est” (Eneida, Libro VI, 126-129)
63
Para una interpretación de la presencia de animales en la poesía de JEP, ver “The Culture of Using
Animals in Literature and the Case of José Emilio Pacheco”. Randy Malamud. CLCWeb 2.2 (2000) Article
5. «http://docs.lib.purdue.edu/clcweb/vol2/iss2»
141
Estas líneas son una invitación a dotar de sentido aquella “absurda materia […]
que se desploma / la penetrada de vacío, la hueca” (11) de los primeros versos del poema.
aprenderemos a vivir / en la epopeya del estrago. / […] Nadie se traga estas cuentas
alegres” (40-41). De la misma manera que algunos testimonios del texto de Poniatowska,
hace una promesa colectiva y personal de oponerse activamente al olvido planteado por el
Estado:
Los muertos
momentos relacionados con el epígrafe: primero, el epígrafe ubica al lector en las puertas
queda registrado durante la sección en las imágenes de “la ciudad de los muertos” (39) y
los versos expresan desasosiego por las dificultades para regresar del abismo al mismo
distintas para crear la fuerza contundente de su texto. Cada voz es aceptada por el texto
142
discurso homogeneizador adelantado por la burocracia gubernamental. JEP, por otro lado,
establece un diálogo con las citas que usa como epígrafes para cada sección de su poema.
“Las ruinas de México,” contradice o replantea los proyectos originales: el desastre como
parte del plan divino, el nacionalismo heroico, la naturaleza al servicio ilimitado del
imágenes poéticas; para alcanzar este propósito, es necesario que “destruya” las citas y las
Otra diferencia digna de tomarse en cuenta es el hecho de que JEP procura incluir
el terremoto en un marco más universal que recuerda otras catástrofes: se refiere, por
ejemplo, a que “El Vesubio estalla por dentro” (12) y también al Titanic:
tiene una vocación más universal tanto por la descripción del aspecto geológico de un
terremoto en la sección I, como por su constante interrogación sobre el lugar del hombre
en la totalidad:
o no alcanzamos a entenderlo.
143
el universo se cayó,
se derrumbaron planetas.
Una tercera distinción importantísima es que en “Las ruinas de México” hay una
breve reflexión sobre la representación del terremoto contenida en el texto mismo que no
A pesar de estas diferencias con Nada, nadie y Entrada libre, gracias al llamado
final del poema para “forjar otra ciudad, otro país, otra vida” (41), el texto comparte un
eventos. En otras palabras, “Las ruinas de México” se reparte por igual entre los ejes de
144
solidaridad y del llamado a una nueva sociedad civil que Poniatowska y Monsiváis
Las contribuciones del teatro a la literatura del terremoto son más recientes. En mi
conocimiento, existen hasta el momento seis obras dramáticas que tocan el tema de esta
“La tarántula art nouveau de la calle de El Oro”, de Hugo Argüelles; “Después del
Emilio Carballido ofrece una perspectiva sobre los días posteriores al sismo, en su
obra dramática “85. Una crónica”. Esta pieza fue escrita en el 2001 y publicada en la
compilación D.F. 52 obras en un acto. Al igual que las demás obras que integran el
volumen, “85. Una crónica” fue pensada “desde un principio para estudiantes de teatro y
Sin embargo, la relativa sencillez de la estructura también sirve al efecto de denuncia que
comunica la obra. Las primeras tres escenas remiten al lector a Pedro Páramo, de Juan
Rulfo, porque los personajes que interactúan (El Furioso, Chamaca, Tramoyista 1 y
Tramoyista 2) han sucumbido a la catástrofe, pero aún no se dan cuenta de que están
muertos y permanecen entre los escombros del terremoto por diversos motivos. La tercera
escena en particular utiliza la ironía como mecanismo para criticar a empleadores que
prefirieron rescatar herramientas de trabajo que a sus obreros, en este caso, Televisa:
64
Por razones de disponibilidad, no incluyo en esta investigación las obras de Pérez Quitt ni de Rascón
Banda. La pieza de Pérez Quitt sí está publicada, pero es de muy difícil acceso. No me fue posible ubicar
una edición impresa de la obra de Rascón Banda, así que queda como asignatura pendiente el análisis de
esta pieza y su contribución a la literatura del terremoto hasta el momento en que se editen las obras
teatrales completas de maestro de Chihuahua (fallecido en julio de 2008).
145
rescatistas voluntarios entre los mismos escombros que sepultaron a los personajes de las
de las ruinas, no reciben ninguna ayuda para continuar con las labores de salvamento. No
obtienen reconocimiento oficial por su labor, e incluso los brigadistas Polanco se llevan al
señor que han rescatado para que le tomen una fotografía con el presidente. En este
sentido, la pieza da testimonio de la solidaridad de las clases populares hacia todos los
embargo, critica con severidad la respuesta de las clases altas mediante el humor:
tiradero!” (574)
Polanco—y, por extensión, a las clases altas. Por ejemplo, cuando recién llegan al espacio
destruido, se horrorizan porque dos ancianos que han sobrevivido al terremoto “están
llenos de tierra y en ropa de dormir” (574). Pero más adelante, cuando proponen reunirlos
con el presidente, deciden echarles más tierra para crear una impresión más dramática:
tierra. (574)
146
Las últimas escenas son las más frontales en su denuncia contra la corrupción
entre los escombros. Mientras sus compañeros deciden la mejor manera de salvarlo,
entran soldados armados a sacarlos del lugar y no les dan la oportunidad de intentar un
El proceder autoritario de los soldados en la pieza hace eco de las denuncias que
los sobrevivientes del terremoto presentaron sobre la actitud del ejército en las zonas de
desastre, que se ven repetidas en Nada, nadie y en otros testimonios. Además, en la obra
los soldados entran a la casa de El Furioso para robar de entre los escombros “Chingo de
joyas y de dinero y de todo” (578) reflejando la corrupción también hecha pública por las
víctimas. Así, “85. Una crónica” coincide con el texto de Poniatowska en la presentación
de varios temas: la solidaridad de los jóvenes y las clases bajas después de la tragedia, así
como la denuncia contra los empresarios más preocupados por su equipo de producción
que por sus trabajadores y contra el ejército en su falta de consideración por las víctimas
apunte a la discriminación que sufren los jóvenes humildes que contrasta con el
optimismo de Nada, nadie cuando presenta la solidaridad como una causa que atraviesa
niveles sociales. No obstante, el texto de Carballido siembra cierta esperanza para los
autor que no se ha montado en escena; sin embargo, es posible acercarse a ella gracias a
una pieza en tres actos y un epílogo que presenta escenas de la vida cotidiana de algunos
de edificios, pero cada acto representa un momento distinto: el primer acto abarca los
festejos de las fiestas patrias cuatro días antes del terremoto; el segundo y tercero
comprenden las labores de rescate del 19 de septiembre mismo; el epílogo refiere un acto
prólogo afirma que ésta es una “Obra de lenguaje cotidiano y personajes simples, más
cinematográfica que teatral, por el espacio y situaciones propuestas” (14). Los personajes
rayan en lo estereotípico: por ejemplo, Don Justo trabaja como conserje del edificio
porque es un hombre sin educación formal que llegó a la ciudad de México desde
hambre y nada más. El campo no producía, no había fábricas, no había nada” (273). La
gran mayoría de las situaciones son bastante predecibles por su tono melodramático: para
ilustrar este punto, basta mencionar la difícil relación entre Gabriela y su esposo Enrique,
un alcohólico. La pareja tiene una acalorada y amarga discusión en la mañana del sismo,
minutos antes de que él acompañe al hijo de ambos a la escuela. Luego, ella muere
maltratado tanto tiempo: “Si se murió es por mi culpa, por mis borracheras. […] Ella está
tercer acto de la pieza, los protagonistas muestran la manera en que poco a poco fueron
148
creando la solidaridad entre ellos y cómo fueron aceptando la ayuda de los demás. Por
ejemplo, Marco y Naty se extrañan al principio de que Enrique les pida apoyo para salvar
socorrerlo. En este sentido, hay un eco de la descripción que hace Monsiváis acerca del
nueva sociedad civil, “Tlatelolco” propone a los jóvenes. En la escena inicial del tercer
acto, hay un diálogo entre varios jóvenes y algunos adultos. De manera similar que en
“85. Una crónica”, los jóvenes personifican la acción y se enfrentan a la reticencia de los
adultos:
final logran varios rescates gracias a los esfuerzos coordinados. Las barreras del lugar de
cierre del tercer acto anuncia más lugar para la esperanza cuando una voz proclama fuera
de escena: “¡Aquí hay otro vivo. Vengan pronto!” (310). El epílogo confirma el ánimo
entusiasmado cuando señala nuevos caminos para los protagonistas, ya que todos han
logrado cierto nivel de comodidad después de haber perdido la mayoría de sus bienes.
nuevo. La reflexión final corre a cargo del mismo personaje que al inicio de la obra
nombra las razones por las que la ciudad de México ha sido para él un buen lugar para
vivir: Don Justo. Y, al igual que en otros textos que ocupan a este ensayo, se hace un
llamado a la solidaridad para que se mantenga después de los esfuerzos más inmediatos
de rescate:
JUAN: Eso sí. Lástima que duró tan poco tiempo. Ya ve ahora…
desgracia. (314-315)
alegre de mariachi que se escucha mientras baja el telón final. Las indicaciones del
dramaturgo piden que sea la misma canción de la primera escena, cuando es inequívoca
para señalar la algarabía provocada por las fiestas patrias. De esta manera, el conflicto
150
mayor para los habitantes de esta obra es el momento del terremoto en sí—una vez que el
politización posterior de los vecinos de Tlatelolco, (que fue sin duda uno de los
pide que se represente “acentuando lo abusivo y cruel de la acción del ejército” (286). No
civil.
La tercera obra que interesa a esta sección es “La tarántula art nouveau de la calle
Luis Francisco Escobedo en 1994. A diferencia de las piezas dramáticas que analicé en
páginas anteriores, la crítica se ha ocupado con entusiasmo de esta obra. Los temas que
más se repiten entre los estudiosos son: la sexualidad de los personajes principales, las
con la comedia del arte y la saturnalia romana, así como la inclusión de esta obra
dramática en una trilogía argüellana sobre la destrucción de la familia de clase media alta
urbana.65 Sin embargo, más allá de una mención casual, la crítica no ha puesto atención al
hecho de que la acción ocurre nueve meses después del terremoto. La elección de ese
momento histórico para plantear la obra requiere un análisis más detallado porque el
señala que “el atardecer tiñe los vitrales de la sala, a través de los cuales se advierten
65
Edgar Ceballos ha reunido un conjunto notable de estudios sobre la obra del escritor veracruzano en dos
volúmenes. Hugo Argüelles: estilo y dramaturgia. México: INBA - Gaceta - Escenología, 1994-1997.
151
algunas ruinas; consecuencias del terremoto del 85” (23). Además, el temblor afecta la
vida de los personajes en maneras definitivas. Ubaldo del Toro, padre de familia y
neurólogo reconocido, cae en una terrible depresión luego de ser testigo del derrumbe del
Centro Médico donde trabajaba. El profundo desaliento que lo invade le cuesta su trabajo,
así que al inicio de la pieza se encuentra considerando el suicidio o el asesinato del resto
depositado cerca de ella dos peligros: por un lado, edificios en ruinas que amenazan su
integridad física al caminar por la calle; por el otro, a un grupo de prostitutas y travestis
Aparte de los edificios que siguen tirando con puros dinamitazos, es otro
precisamente se les ocurrió invadir nuestra calle? ¡Tan decente que era! ¡Y
Hacia el final, con ayuda de los personajes que resistía al inicio, Artemisa examina lo que
ha significado la integridad moral para ella.66 La protagonista expresa dudas por el cambio
66
La reflexión de Mara sobre la moralidad es fundamental para que Artemisa ajuste sus valores:
MARA.—Por lo demás, algo típico de la educación de la mujer mexicana y más, clasemediera: hacer que
se doblen a base de disimulos para obtener lo que quieren, porque las enseñaron a no hablar de frente…
y entonces autodevaluarse y manipular melodramáticamente, chantajeando con el sentimentalismo, en
vez de encarar la realidad y defender lo suyo sin tener que andar con fingimientos. ¿Hasta dónde le
torcieron su fuerza natural haciéndola sólo una astuta más, pero doblegada y frustrada? (47)
152
hacia una nueva escala de valores, pero es interesante anotar que el evento del terremoto
ARTEMISA.— ¿Y cree que yo… con esa formación que me dieron… o que
como para irse de ella sin haber conocido mucho de lo que la hace más
importante: el placer.
cambia… o se queda sepultado entre las ruinas. Y peor si son las propias.
(48)
circunstancia. Artemisa emplea la misma metáfora para explicar, más adelante por
ejemplo, el deterioro de su relación con su esposo: “No, Ubaldo, por donde le busques, lo
nuestro ya tronó hasta los cimientos—por usar una metáfora estilo terremoto—, y como
terremoto para jugarle una broma cruel a su marido y echar a rodar los eventos que ella
Baja de la mesa, rápido. Todos gritan y van hacia la salida. Artemisa los
ese momento, piensa que el plan que ha urdido con Mara para asesinar a su marido se
llevará a cabo. El terremoto fingido comienza la farsa que, en ojos de Artemisa, la libraría
para siempre de la persona que encarna la represión que ha sufrido. En la elección de esta
aún más. La diferencia radica en que, en esta ocasión, ella siente control sobre los
eventos: mueve la lámpara, da el aviso del engaño y se ríe de la credulidad de los demás;
de la misma manera, piensa que engaña a los travestis, forja un plan conjunto (que
permite a Mara avisar a Ubaldo y Zoé las intenciones de Artemisa) y se prepara para
la protagonista hace añicos su primera moralidad, que obedece a los modelos de género
mencionan, sin embargo, que si bien es cierto que el placer sexual es la puerta por la que
una nueva integridad moral basada en el interés por la persona sin importar su clase
encuentro con cinco hombres a la vez que no sabe si calificar de trance o agasajo.
154
Reconoce que “todo está cambiando en mi vida de un modo tan caótico… como lo fue el
terremoto” (66). Sin embargo, cuando sale a recorrer los albergues de damnificados, su
vida recupera una rutina que la llena de gozo. En su alegría, Artemisa declara que “ahora
sí estoy viviendo sin mentiras” y humilde admite que “para las verdades que [los
entusiasmo, decide donar todas sus posesiones a las víctimas de la tragedia: “Mi casa será
para los damnificados, mis rentas, para sus hijos más chicos” (69). Este conocimiento de
“el pueblo,” “el peladaje” y “los del gremio” la llevan incluso a convertirse en una líder
social que organiza una procesión del silencio para conmemorar a las víctimas del
terremoto.
anuencia de la protagonista porque simboliza la vida que dejó atrás: “y [deseo] acabar,
¡pero de veras!, con lo último que me faltaba para tronar mi pasado y sus mentiras” (75).
Así, las dos amenazas que presentó el terremoto al inicio de la pieza a Artemisa se
terribles. En este sentido, “La tarántula art nouveau de la calle de El Oro” es una obra
superar las barreras impuestas por el rol de género y clase social para alcanzar una
solidaridad que permita reconocerse a sí mismo en el otro. La reflexión final corre a cargo
FEDORA.—Y, sobre todo, ése que ha ido formando una nueva actitud.
TÁBANO.—Y como que, cada vez, esto fue más y más claro.
TÁBANO.—Queremos a Artemisa.
La solidaridad que propone esta pieza teatral coincide en numerosos aspectos con
Deseo insistir en la fuerte convicción que “La tarántula” propone en la capacidad del
cambio porque la siguiente obra que analizaré presenta una perspectiva opuesta por
completo.
premisa: “Un violento sismo ha sacudido la gran ciudad. La muerte y el terror desatan
todos los hilos del drama y convierten la vida de los sobrevivientes en un ajuste de
cuentas consigo mismos y con las circunstancias que marcaron sus existencias” (593).
Así, el público de ambas obras conoce a los personajes cuando éstos se ven forzados a
escrutar sus vidas hasta el momento anterior a la catástrofe y decidir acciones para el
sexual, en los que abundaré más adelante. Sin embargo, sus acercamientos obedecen a
La “farsa en un acto” escrita por Olmos es, de todas las obras sobre el terremoto,
la que exige una escenografía más impactante porque sitúa al espectador en el lugar
[…]
escombros.
En ella asoman manos, brazos, pies y hasta inmóviles cabezas que parecen
La interpretación de Olmos contrasta por su crudeza con las otras dos piezas
“Tlatelolco” como en “85. Una crónica,” el público sabe que hay personas bajo los
escombros porque se escuchan sus gritos o los demás personajes lo señalan. Las
ambos señalan escombros y polvo. Por ejemplo, Carballido apunta como escenografía:
“Ruinas, escombros. Paredes levantadas, sin remate, techos sin soporte preciso,
todo” (568). En ambas obras, además, los personajes son rescatados casi inmediatamente
por otros que entran a las ruinas; es decir, el público es testigo de una visión estilizada de
Los protagonistas de “Después del terremoto” están atrapados entre los escombros
años esconder su homosexualidad. Vive con su tía Lupe, una mujer de 60 años, que en su
juventud fue cantante pero decidió abandonar su carrera artística para cuidar de José. La
obra consiste en el diálogo que sostienen mientras esperan a que alguien los rescate.
tomado. Lupe comenta de manera frecuente las maneras en que su sobrino ha traicionado
las expectativas que había depositado en él. Por ejemplo, Lupe le reclama que sea
modisto para cabareteras porque “Tu madre y yo soñábamos con hacer de ti un médico
titulado o un abogado fregón” (600). También desaprueba que José no hubiera tenido una
familia propia al decirle: “Si hubieras tenido uno… [un hijo…] Si hubieras pensado con
también es motivo de protesta: “¡Los ligas y los metes a la casa como si esto fuera un
burdel! […] ¡Y sólo a ti se te ocurre traer extraños para tomarles fotos desnudos, beber y
bailar con ellos!” (620). José, por su parte, se burla de la preocupación de su pariente por
158
las habladurías de los vecinos. Tampoco comprende por qué ella tomó el lugar de su
madre, al tiempo que le reprocha su falta de amor hacia él mismo y su mamá: “¿Está
segura? Porque siempre que habla del bien de los demás sólo piensa en su propio
beneficio...” (605).
comunicación significativa. José recrea su angustia por el padre muerto que no conoció y
la madre asesinada que aún vive en sus recuerdos. Lupe narra escenas de su infancia en
embargo, cada vez que tocan un tema que puede acercarlos en el reconocimiento mutuo
nombre entre los escombros. Las múltiples digresiones para hablar a los demás atrapados
(que no responden más que con sollozos o quejidos) entorpecen la solidaridad naciente
fondo” (606) porque cada vez que regresan a la conversación que tenían, el tema y el tono
cambian.
Si los personajes sufren dificultades para crear un diálogo entre sí, ambos logran
como una joven de 23 años, ataviada con las prendas que la recuerda cada protagonista.
Para José, que a lo largo de la obra se pregunta por la existencia de Dios y su propio
potencial para ser la felicidad de los demás, Mayra encarna la compañía amorosa que
siempre deseó. Reunirse con Mayra es el premio por sobrellevar una vida de orfandad, así
que los momentos que permanece bajo los escombros son la metáfora de su búsqueda
final por el amor idealizado de su madre. En otras palabras, Mayra ha guiado a José por
sus trajines cotidianos (su vestuario como cantante es la inspiración para diseñar nuevos
modelos a sus clientas, cfr. 607) y el horror de la sepultura traída por el terremoto. Ella le
159
advierte, pues, que sus trabajos llegarán a buen término si persevera en los momentos de
desesperanza:
MAYRA: Pero recuerda que ese siempre es este ahora… y si caíste aquí es
Hacia el final, José triunfa porque está dispuesto a romper la cadena de soledad
JOSÉ: Él debe ser diferente a mí, vivir otra vida, tener otros sueños…
MAYRA: No es fácil dejar de ser lo que uno es, lo que uno ha sido…
destino… (628)
Cuando por fin los rescatan de “esta noche de confusión, de desamor” (630),
Mayra le revela que en realidad han estado muertos desde un principio y le señala el
estas escenas recrea un parto simbólico: el túnel luminoso por el que José finalmente
saldrá se amplía poco a poco, imitando la dilatación del cuello uterino; la presencia de las
palas mecánicas impulsa que José comience su camino hacia la luz a la manera de
fórceps. Para José, pues, ésta es la segunda vez que nace de Mayra.
cosas que ella deseaba para sí: la habilidad de cantar y bailar, un grupo amplio de
Aunque el dueto de las hermanas Meneses gozó de relativa notoriedad, Lupe sacrificó su
vida artística después del nacimiento de José porque Mayra tenía más talento y—en sus
palabras—“Alguien tenía que afrontar la realidad. Y esa fui yo” (616). Así, Mayra
personifica los recuerdos de las ilusiones perdidas de Lupe. En los diálogos con el
sino que lo abandonó. En las últimas escenas de la pieza dramática, Mayra obliga a Lupe
a reconocer que José es su hijo, que estuvo a punto de provocarse un aborto y que cubrió
a todos sus seres queridos de mentiras sólo para cuidar su reputación. Lupe se condena
LUPE: ¿Tú crees que saldremos adelante con lo que te pagan tus
que representa el bebé en los escombros. Con el ánimo renovado y por la insistencia de
Mayra, se dispone a confiarle a José que en realidad ella es su madre, así como las
pertenecen desde el inicio hasta el final a grupos que tradicionalmente han sufrido
marginación sexual: José, por su preferencia; Lupe por ser la víctima muda de una
que uno de los grandes méritos de la pieza consiste en la restitución a José. Jiménez lo
describe de esta manera: “José es homosexual y, como tal, pertenece a una clase social
fractura está expuesta. Es una obra muy clara de alguien que vindica su sexualidad, sea la
que sea, casi a golpes” (26). Esta lectura encuentra sustento en el rescate final del bebé y
un gato, mascota de José. A primera vista, la reflexión final de la obra dramática presenta
una mirada optimista al futuro, puesto que los depositarios del amor de José (dos seres
inocentes) tendrán la oportunidad de una nueva vida al salir de los escombros. Jiménez
confirma esta interpretación con el relato de un diálogo que sostuvo con Olmos respecto a
La discusión más fuerte que tuve con él fue sobre la supervivencia del bebé
vida, pero él siempre tenía esperanza. Cuando le sugerí que quería matar al
niño se opuso con energía y me dijo: “Yo no soy Beckett sino Olmos.”
(26)
Lupe, es difícil mantener la postura optimista presentada por Jiménez. Una vez que ella
impide cumplir su propósito, al igual que en otras ocasiones en la obra. En este punto, la
162
Ya que Lupe no logra su confesión, tampoco encuentra alivio. A pesar de que José la
invita al túnel luminoso, ella decepcionada le dice: “No, vete solo. Yo debo cuidar las
ruinas de lo que fue mi casa…” (631). La negativa del personaje para adoptar el cambio
que José asume con alegría, se traduce en sus parlamentos finales: a pesar de estar
abandonarlo.
Del techo descienden dos palas mecánicas que semejan dos largos brazos
Lupe gira el tronco y descubre con tristeza las piernas colgantes que
La perspectiva está llena de angustia: Lupe queda atrapada entre los escombros
la oportunidad del reconocimiento, Olmos cierra la puerta a la solidaridad entre ellos. Por
último, si el bebé y el gato sobreviven se debe a que son hojas en blanco para el amor de
él puede proyectan en ellos sus fantasías. Éste es un signo desolador del fracaso de las
relaciones humanas. Los protagonistas de esta pieza dramática no se solidarizan uno con
de Lupe, no cambia. Así, “Después del terremoto” ofrece un panorama que contrasta de
otras personas, en una visión que excluye el cambio colectivo y sólo reconoce la opción
del cambio para el crecimiento personal. Encima de eso, su texto aventura que el cambio
la narración previa de la vida. José rebasa su sufrimiento y acepta el cambio que provoca
del cambio termina por atarla a las ruinas de su casa. Al señalar la problemática psíquica
que se genera por el cambio de las condiciones del individuo, el texto cuestiona la
examinar con detenimiento cada mención emprendo un breve recuento de los textos que
aluden en mayor o menor medida al sismo. La crónica fue, sin duda, el género más
favorecido para hablar del temblor. Tan es así, que ante la pregunta por la gran novela del
terremoto, el narrador y cronista Emiliano Pérez Cruz responde que “en los periódicos
mexicanos es donde es posible encontrar la gran novela de los sismos. La suma de las
crónicas que se escribieron durante esa época nos permite conocer lo que ahí sucedió. Ahí
están los hechos” (Espinosa s/n). Las crónicas son, en su mayoría, de corte testimonial y
más notables.
Cristina Pacheco dedica las crónicas de Zona de desastre (1986) a “recoger la voz
de quienes más sufrieron con el desastre y siguen padeciendo sus consecuencias” (11). De
esta manera, los protagonistas de su texto son costureras, sirvientas y vigilantes; personas
del terremoto silenciada porque pertenece al punto de vista de los pobres, comparte con
164
Poniatowska recrea una comunidad en donde las personas se muestran solidarias con los
vecinos sin importar su nivel socioeconómico, Pacheco establece una marcada división de
dicotomía en Pacheco es tajante: “Los pobres murieron o lo perdieron todo; los ricos
quedaron ilesos y a salvo” (13) y obstaculiza la solidaridad del lector con los personajes al
may also betray the narrator’s ambivalent relationship to the victims of this
esta crónica a la memoria del terremoto consiste en la recuperación del testimonio del
movimiento de costureras.
los primeros momentos durante e inmediatamente después del temblor para una familia
durante el primer fin de semana posterior al terremoto. El grueso del texto es una
semanas. El autor aclara que “por razones editoriales la narración llega hasta el 11 de
165
octubre, fecha en que apareció la lista de 7,000 inmuebles expropiados en lo que sería la
medida más audaz y radical de aquellos días y de todo el sexenio de Miguel de la Madrid”
(9). A pesar de que Musacchio sólo se ocupa de capturar pocos días, el valor de este título
de Poniatowska y Monsiváis.
Este título se divide en dos partes: la primera, es una colección de las crónicas que la
ciudad? El problema no era técnico, sino ontológico” (13). El libro concluye que no será
que los habitantes establezcan una nueva relación con su ciudad—que sólo se logrará con
el trabajo solidario.
un entrevistador u editor. El texto de Díaz narra la participación del autor en los esfuerzos
cobertura que los medios masivos de comunicación hicieron de los primeros veinte días
las circunstancias en la que se libró de ser víctima del terremoto, hace una descripción
las noticias hacia el melodrama. Sin embargo, no todas las crónicas apoyan las premisas
corrupción. Algunos textos, como el de Nini Trevit de Álvarez Urquiza titulado Yo viví
un Terremoto (1985), poseen una visión tan llena de ingenuidad que es difícil de
entender. Por ejemplo, Trevit afirma que “Por un momento se tomaron de la mano Pueblo
y Gobierno, esto es positivo y nos debe llenar de OPTIMISMO” (29) y este señalamiento
contradice lo que tantos autores de crónicas reportaron en sus textos. En otras palabras, la
perspectiva simplista que presenta aboga por un regreso a la normalidad inmediata que
coincide más con el objetivo de la burocracia gubernamental que con el afán de dar
entusiasmo de la crónica ante el tema del terremoto: “los sismos marcaron nuevos rumbos
del país, como el surgimiento de la sociedad civil y el inicio de la debacle del Partido
quedado muda” (Espinosa s/n). Bajo este criterio, quizás la novela del terremoto por
considera que Ángel define un aspecto importante de su vida a partir de “el día terrible y
heroico de sus dieciséis años: el terremoto del 19 de septiembre” (157). Aunque el texto
explora el devenir de México en 1992, la idea de la ciudad que domina la narración parte
del sismo:
la ciudad que el terremoto trajo a la luz pública. Por otra parte, el clima político de la
novela de Fuentes puede interpretarse como una advertencia sobre el futuro del país si la
sofisticados sobre Pique y la Copa Mundial de Fútbol en 1986 para distraer al público de
sismo es pequeño. Una objeción más substancial es que la representación del pueblo en
Cristóbal Nonato como una masa crédula, fácilmente manipulada por sus gobernantes
advertencia del texto pasa, pues, desapercibida porque no adopta un tono aleccionador tan
explorar a profundidad hasta qué punto el terremoto constituye los cimientos de esta
novela.
Otras novelas hablan en mayor o menor medida del temblor. Hemos perdido el
reino (1987), de Marco Antonio Campos, guarda muchos parecidos con Nada, nadie de
sobre los días posteriores al terremoto.67 Además, los protagonistas de las narraciones son,
aspectos que separan a los textos son más sutiles. Por ejemplo: el texto de Campos
67
En la introducción a Esos fueron los días (1999), una compilación parcial de su obra narrativa que incluye
Hemos perdido el reino, Campos aclara que este texto abarca los hechos ocurridos en la semana del 19 al 26
de septiembre de 1985. (cfr. 10)
168
activos (Emmanuel Carballo, José Emilio Pachecho, Eraclio Zepeda, entre otros). Este
ese año en el campo cultural del país. Otro elemento digno de ser anotado es el personaje
colapsado en la colonia Roma. Uno de los dos sobrevivientes en ese lugar fue un padre de
familia que continúa con vida porque salió a comprar el periódico. El texto dice: “Y M
imaginó el regreso del padre” (139). Las pausas de M para reflexionar en lo individual de
bien M es, en definitiva, un mecanismo para despertar la solidaridad del lector como la
entiende Poniatowska, Hemos perdido el reino no es una novela con marcada vocación
política como sí lo es el texto de esta autora. Una de las aportaciones del texto a la
literatura del tema radica en las contadas ocasiones que se anima a hacer comentarios
humorísticos sobre las condiciones en que algunas personas escaparon al desastre (cfr. la
anécdota de “el bueno, el malo y el feo”, 72 §31) porque le añade una nueva dimensión
discursiva.
María Luisa Puga, en La forma del silencio (1987), explora en una narrativa
fragmentaria el rol del silencio como eje de la sociedad mexicana que vive en constante
crisis. El texto afirma: “Se desestructuran las cosas: la pareja, la familia, la sociedad, el
país. Se viene abajo todo en un torrente de palabras inútiles, cada vez más especializadas;
crisis que define a la vida nacional. Su breve relato del desastre coincide en varios temas
169
la autoridad y la angustia de los sobrevivientes por encontrar a sus seres queridos, por
ejemplo. Al igual que Monsiváis, Puga establece una diferencia entre la sociedad y sus
burocracia:
que tenemos para ayudarnos unos a otros e impidamos que cada individuo
La visión del texto sobre la imperiosa necesidad de una sociedad organizada para
exigir un gobierno que atienda a los intereses de la ciudadanía apoya las ideas propuestas
El cuento también se ha ocupado del tema del terremoto. Entre las narrativas
breves más notables se cuentan las siguientes: “En la madre, está temblando” de José
minutos antes del sismo y durante el temblor. Severino Salazar narra en “Los guajolotes
en la que trabajan. El terremoto destruye su minúscula granja, y siendo ellos los únicos
170
sobrevivientes, regresan junto con sus animales a provincia. “El año de los gatos
sobrevivientes del terremoto que se refugian en una estación del metro. “Oficio de
discurso nacionalista que se propone con la lectura del terremoto como la cuna de la
solidaridad y la sociedad civil—según se observará más adelante. Este relato está incluido
en su libro de cuentos Amores de segunda mano, publicado por primera vez en 1991 por
años después.
Deseo hablar sobre tres temas prominentes del relato y que están ligados de
manera lineal, ocho días en la vida de Eleanore Wharton en septiembre de 1985: el día 20,
de septiembre. A pesar de que no hay una división explícita en el cuento, por su temática
capital por su cuenta. En las primeras páginas del relato, se describe el estado anímico de
171
la protagonista como una “buena crisis existencial” por su edad y el retraimiento social en
imágenes del terremoto en México. Entre ellas se ve a un niño semidesnudo de dos o tres
años, que llora junto a las ruinas de una vecindad, mientras que un locutor habla de los
con el amor propio revitalizado. Eso era lo que necesitaba para sentirse
del reportaje, a quien bautizó como Roger. La segunda parte de la historia es su recorrido
estadounidense, continúa por las calles capitalinas a bordo de un taxi y sigue por la
en una clínica del Seguro Social donde creyó haber encontrado a su huérfano. Luego de
un altercado con la verdadera madre del niño y otro con su intérprete, Eleanore se queda
sola en la ciudad. Las últimas páginas de la historia son las reflexiones de la protagonista
Roger, hasta que al final atropella a un niño que—se lamenta—no es el que ella busca.
Las primeras imágenes de la ciudad son una hipérbole del estado anímico de
cuerpo decrépito que incluso considera ruinas, a la dificultad de seguir la rutina cotidiana
172
ruinas, de los obstáculos (como la falta de agua corriente) para que los habitantes
recuperen su rutina y de los llamados para que la divinidad alivie las penas. En otras
Eleanore: son ruinas en el sentido material: una por la edad, la otra por los derrumbes;
tienen molestias para desempeñarse en las labores cotidianas: una por depresión, la otra
La identificación se completa con las imágenes del niño huérfano. Para Eleanore
el impacto reside no en que el chico sea un representante de la ciudad herida, sino en que
es una metáfora perfecta para la situación en que ella se encuentra. Ambos están solos y
“mundo de machos donde las mujeres de su clase no podían sobresalir” (22). Al compartir
porque, entre otras cosas, dará a la protagonista un objeto de deseo para depositar su
neurosis. En otras palabras, las imágenes de la televisión proveen en Roger una forma de
palomitas y escucha El himno a la alegría mientras se sienta bajo una manta eléctrica
frente a su grabación del noticiero, ahora sin volumen. Este momento es casi una
protagonista. Esta escena es importante para el texto en relación con la mayor parte de la
literatura del terremoto, porque si muchas de esas obras obligan al lector a formarse un
juicio moral a favor de aquellos que sufren (o, como dice Aníbal González, sufrir ellos
opciones. Por medio del humor, se expone esa obligación patente sobre todo en los textos
a México: “el país de los mariachis que cantaban tango” (24). Esta caracterización
40, que se centran alrededor de un aspecto considerado pintoresco y apto para el consumo
turístico, como la música o el baile. De esta manera, su ignorancia también está plagada
y la religión.
Una vez en la ciudad, hay ciertos espacios que son fáciles de franquear para ella
de su hotel. Sin embargo, una vez que comienza el tránsito por el espacio urbano en sí,
sus dificultades aumentan porque no está preparada para navegar el caos que implica la
convencerla de la necesidad de hacer ese viaje, una vez en el centro de producción de las
chacales” (26). En esa opinión intervienen dos factores: por un lado, los prejuicios
raciales de la protagonista: lamenta profundamente “tener que hablar con un judío” (26);
por el otro, la manera en que son accesorios a sus deseos. A lo largo del relato, Eleanore
debe ejecutar una representación de su búsqueda como motivada por la solidaridad para
conseguir la ayuda de los demás personajes, con éxito variado. Por ejemplo, la misma
persona que no muestra interés por sus averiguaciones la maltrata al punto que a ella “le
sobraban ganas de hacerlo jabón” (27). El distanciamiento que Eleanore opera es por
virtud de que somete a los periodistas al mismo juicio que en una escena anterior (de las
transferido su neurosis a Roger, puede juzgar la negativa para ayudar (/la) a ese niño que
sufre como una acción éticamente reprobable. Piensa: “Como ellos ganaban buenos
dólares con el espectáculo del terremoto, no comprendían que alguien perdiera tiempo y
dinero por una causa noble” (26-27). La indignación moral de la protagonista es irónica,
del terremoto genera ganancias económicas para los periodistas, su propia representación
colabora con sus deseos y le ofrece información útil. Es decir: ella aprueba de nuevo el
especular y nos sugiere que los periodistas no son tan distintos a ella, aunque tienen otra
intención: el narrador da a entender que los reporteros le ofrecieron datos falsos con el
doble propósito de acelerar su salida del edificio y jugarle una broma. Es decir, no
Su viaje es, de alguna manera, un descenso a los infiernos. La ciudad ofende todos sus
sentidos: no sólo “el agua de México era veneno puro” (27), por las calles la
asaltada por “un lúgubre olor a carne descompuesta” (28) y “un olorcillo a excremento”
(35), además del “plomo suspendido en el aire [que] le produjo escozor en los ojos” (35).
A su juicio, los personajes que se encargan de su tránsito por la ciudad atentan contra su
integridad tanto física, en el caso del taxista que “tenía cara de asesino” (26), como moral,
en el caso de Efraín que la empuja a corruptelas económicas con los soldados y a quien
Conforme pasan los días y no encuentra al niño que ella desea, empieza a dudar de la
veracidad de las imágenes que dispararon su viaje. La protagonista reflexiona: “[…] había
venido a México sin tomar en cuenta que la NBC pudo mentir acerca de su orfandad, o
Al mismo tiempo que reconoce la posibilidad de que el día a día de los medios de
razones: “Lo suyo era vil y sórdido. Roger no le importaba, eso tenía que admitirlo.
su empresa es producto del engaño propio, o vislumbra la redención de sus motivos por
176
unos de generosidad auténtica. Sin embargo, Eleanore no toma ninguno de estos caminos
soportara un minuto más en México, seguiría buscando a Roger. Era una cuestión de
lo más noble y los más tierno de su neurosis” (33-34). De esta manera, su búsqueda se
vuelve una defensa de sus principios morales frente a la sociedad mexicana que la
país de borregos” (34); su afecto unipersonal y exclusivo para Roger vs. la repetida
sugerencia de adoptar a otro niño.68 Una vez que la protagonista afirma su propia escala
mejor la ciudad bajo la premisa de que “de nada servía la lógica en un país irracional”
(34).
efecto cómico del texto, ahora se cuestiona la idea de la solidaridad internacional porque,
si bien ella sigue buscando a Roger, sus motivos no presentan ahora ni siquiera el disfraz
aislamiento social – y eso despierta cierta solidaridad con el chico, a pesar de las
México que visita no coincide con las imágenes de la televisión, llenas de angustia y
sufrimiento. En medio de “personas que sólo eran felices en grupo” y que reían “en vez
68
[Los mexicanos] “No eran personas: eran partículas de un pestilente ser colectivo. Si algo la motivaba a
llegar hasta el final en su misión filantrópica era demostrarle a ese país de borregos, a esa colmena sin
individuos, que Eleanore Wharton tenía ideas propias, que sus extravagancias eran muy suyas, y que si
jamás había renunciado a su independencia de criterio mucho menos cambiaría a Roger por un huerfanito
cualquiera” (34).
177
de lanzar maldiciones” (34), ella insiste en ubicar las tragedias que tengan eco en su
alegra porque “había una atmósfera de dolor humano como la del noticiero [… y ahí]
descartó a los que sonreían: forzosamente Roger tenía que llorar, pues las lágrimas eran la
mitad de su encanto” (31). El niño debe sufrir para que se mantenga la identificación y el
deseo de solidaridad. Así que, cuando las personas se muestran unidas y sonrientes en
medio de las circunstancias adversas que los rodean (por ejemplo, agua insalubre o tráfico
filantrópica.
De esta manera, más que encontrar en sí aquello que la une a los mexicanos en
cuanto seres humanos para hacer propias sus dificultades y actuar en consecuencia, la
protagonista establece una diferencia que los hace incompatibles. Eleanore, decepcionada,
bajo estas circunstancias. A partir de ese momento, las barreras culturales y lingüísticas
las atribuye todas a un problema racial. Por su raza, Roger se transforma de un pequeño
Ahora bien, bajo la lógica de los ejes establecidos por los libros dominantes en el
solidaridad. Por ejemplo, el libro de Poniatowska sobre el tema clama por un castigo a
lincharla. Sin embargo, este texto escapa al esquema imperante porque ella pisa el
acelerador a fondo para perderlos de vista, escapando a la sentencia de manos del gentío.
No sólo eso: el final anti-climático se refuerza en la ironía porque de lo único que ella se
En resumen, este texto difiere del eje dominante en el discurso sobre el terremoto
de la Ciudad de México en 1985 por varias razones: en primer lugar, porque trata el tema
desde una vena humorística. También porque, gracias al humor, expone la obligación
patente en los textos de corte testimonial de hacer un juicio moral a favor de los
la identificación básica de las personas, una condición indispensable para que ésta surja.
terremoto. Los tres respondieron que no, y Mejía Madrid ofreció esta razón:
Si no se ha escrito una novela sobre los sismos es, quizá, porque fue una
tragedia espantosa. Con este rostro terrible que aún tiene el terremoto, es
difícil ponerse a escribir una novela y que resulte buena. Tendríamos que
tener una mayor distancia para hacerlo. Vamos a cumplir 20 años, pero
En el momento en que esta entrevista se publica han pasado dos décadas del
terremoto, y la crítica aún desea una mayor distancia temporal para obtener una mejor
perspectiva de la catástrofe. Sin embargo, la gran novela del terremoto ya existe: se titula
mexicanos por sorpresa: Mantra no recibió mucha atención en el país cuando se publicó.
179
Sólo se imprimieron tres reseñas sobre la novela en los medios especializados mexicanos:
una de Roberto Bolaño, otra de Pedro Ángel Palou, la última de Christopher Domínguez
Michael. Cabe anotar que pasaron varios meses entre la publicación de los textos: mayo,
tan apasionantes he leído en los últimos años. Con Mantra es con la que más me he reído,
la que me ha parecido más virtuosa y al mismo tiempo más gamberra” (s/n). Palou
considera que es una de las mejores novelas escritas sobre México en la época reciente y
la juzga “una bocanada de aire puro en la novela urbana sobre la ciudad de México, un
género con una ya muy particular genealogía y con una tradición nada despreciable” (85).
Sin embargo, la última reseña afirma que es “una mala página de la red donde aparecen
todos los tópicos que pueden pensarse sobre México” (s/n). Esta novela es sospechosa a
los ojos de Domínguez—y con él, un gran segmento de la crítica literaria del país—por
dos razones: primero, el autor es un argentino radicado en Barcelona que escribe sobre
Mantra para abordar el tema nacional: “Inclusive, en tanto mexicano, estoy dispuesto a
declarar ante quien quiera oírme, que me conmueve el conocimiento que Fresán tiene de
México y que lo considero el escritor vivo que más superficialidades conoce sobre
México” (s/n). El segundo motivo de sus sospechas es el proyecto que dio origen al libro:
Fresán quiso quedar bien con Dios y con el diablo, justificar el anticipo
pues hasta el pobre Proust sale manchado de este pantano. Pocas veces
180
chapucería y que para ser una excéntrica guía turística, le faltaron fotos de
Mantra son derivados de una postura afín al nacionalismo cultural. En el tono de la reseña
se trasluce que el crítico se siente ofendido por las alusiones a la influencia del arte
Para Domínguez, el único espacio aceptable para que Fresán explore es el de la nostalgia
escarnecedor, notable, imaginativo y simpático, conmovedor por sucinto (cfr. s/n). Pero la
ciudad y su terremoto. Por otro lado, la acusación de que Fresán cede con este texto a los
caprichos del mercado editorial es un signo de pereza intelectual por parte de Domínguez,
que ataca el origen fortuito de la novela en lugar de sopesar sus resultados. La virulencia
literaria en el país y cerró la posibilidad de entender Mantra como la gran novela del
terremoto—hasta ahora. Por otro lado, la crítica académica apenas comienza a descubrir
esta novela, aunque por lo general se examina un breve fragmento o un tema muy
reducido a la vez.
Sin embargo, ¿por qué considerar esta obra como la gran novela del terremoto? En
primer lugar, las referencias a los terremotos (de 1985 y en general) invaden todo el texto.
También es necesario anotar que la novela reconoce la importancia del evento en la vida
de la ciudad, pero no ejerce una crítica de ninguno de los discursos socio-políticos que lo
del mismo.
Mantra es una novela dividida claramente en tres secciones: (1) Antes: El amigo
mexicano; (2) Durante: El muerto de los días; (3) Después: El temblor. Los títulos se
relacionan con un epígrafe de la novela que hace referencia a una página de la guía
telefónica del Distrito Federal: “Qué hacer antes, durante y después de un sismo” (13),
introduciendo desde la estructura alusiones a los terremotos.70 Cada apartado del texto
cuenta con un narrador distinto, aunque sus voces van disolviéndose una en otra en los
extremos de la narración.
69
La cartelera cultural del periódico El Universal de México registra, en la sección de literatura del
miércoles 18 de septiembre de 2002, lo siguiente: “Se presenta la colección Año Cero de los autores
Rodrigo Fresán y José Manuel Prieto, con los comentarios de Christopher Domínguez Michael y Mauricio
Montiel Figueiras, a las 19 horas en la Casa Universitaria del Libro, Orizaba 24, Roma” (Tentación s/n)
70
Después del terremoto de septiembre de 1985, el discurso de protección civil—que hasta entonces había
sido desdeñado por las autoridades—cobró un auge inmediato. El Sistema Nacional de Protección Civil fue
creado por decreto presidencial el 6 de mayo de 1986, y una de sus tareas fue coordinar una campaña
extensiva para educar a la ciudadanía sobre cómo actuar en situaciones de emergencia. Parte de esa cruzada
informativa fue la publicación y distribución masiva de folletos con instrucciones sobre “qué hacer antes,
durante y después de un sismo”. Más adelante, los consejos se extendieron a eventos como incendios o
inundaciones.
182
una parte de su universo familiar cuando le muestra una película ideada por él mismo: El
cumpleaños de Martín Mantra / Nueve años. A pesar de que los niños sólo convivieron
por unos meses, el narrador queda fascinado por lo que ha visto. Años más tarde, se
inspira en su encuentro con Mantra para crear un cómic titulado “Guadalajara Smith” y
que firma con el seudónimo Letra X. También sufre de un tumor cerebral inoperable que
le provoca una amnesia selectiva llamada “Memoria Mínima Absoluta” (102), y sólo
conserva los recuerdos asociados con Mantra. Hacia el final de esta sección, el narrador
viaja a la Ciudad de México en su obsesión por encontrar a su viejo amigo pero se dispara
México por motivos de trabajo y una vez ahí, se convierte en un luchador conocido como
Hole / Mano Muerta, linchado por un público rabioso que busca vengar la muerte de uno
de los ídolos de la lucha libre. El lugar de la enunciación de este glosario es una sección
del Mictlán reservada a los extranjeros que fallecen en México (Joan Vollmer es vecina
del narrador), donde están obligados a contemplar todos los recuerdos de su vida por
en París: María-Marie, la prima francesa de Martín Mantra. Esta parte es la más extendida
de la novela y vale la pena anotar que en el diccionario faltan las palabras que empiezan
71
La traducción al francés de esta novela, sin embargo, incluye una palabra con R: R.F.R. (Lettre). Esta
entrada, que comienza señalando: “Mystère: je crois, je suis quasiement sûr qu’aucun dieu aztèque n’a un
nom qui commence par «R», María-Marie” (395), es un inventario de vocablos que comienzan con esa letra
y una breve definición de los mismos.
183
Rayuela de Cortázar porque cada definición es como una pieza de rompecabezas que se
ofrece al lector para que articule, por caminos que pueden ser distintos cada vez, la
mitad momia y mitad robot construido varios años después de la muerte del primer
narrador. Este robot viaja a la ciudad antes conocida como el D.F. en búsqueda de su
muerte. La influencia de Pedro Páramo en este texto será analizada más adelante.
haya múltiples referencias a los terremotos a lo largo del texto. Por ejemplo, según Martín
Mantra, los sismos son provocados por la enorme fe religiosa mexicana (85). Además, se
piensa que toda su familia murió atrapada entre las ruinas de la mansión Mantra cuando
terremoto es una metáfora del caos que provoca una enfermedad en el cuerpo (475), que
el sismo de 1957 es el primer recuerdo de M.M. (156), y que aún no se sabe el número de
muertes derivadas del temblor de 1985 (220, 237). Asimismo, hay cuatro entradas
dedicadas específicamente al tema: antes, durante y después, así como el gran terremoto
constituye una forma de representación ideal para expresar lo que sucede durante un
terremoto: la tensión entre el caos que significa el reacomodo de los recuerdos de una
para registrar el desorden impuesto a las víctimas y sobrevivientes del terremoto por el
evento cobra mayor importancia: la acción del relato transcurre en la Nueva Tenochtitlan
como Tenochtitlan, México D.F., Ciudad de México, Distrito Federal y D.F. El giro más
184
reciente de la urbe es un espacio apocalíptico que se define por un terremoto que no cesa.
aquí tienen memoria […] y eso los ha obligado a desarrollar una cultura
casi plana. Nadie se atreve a poner de pie por miedo a caerse. […]
Aquí todos tiemblan desde que tienen memoria y los que dicen recordar un
tiempo en que la tierra estaba fija son muy viejos o están locos o nadie los
escucha. (518-519)
del terremoto para la vida de los habitantes de esta urbe. Sin embargo, este registro no
encuentra en otros textos. Hay una referencia breve al aspecto político, pero inscrita en la
historia de la ciudad a través de los siglos que en realidad es una mención poco
comentario sobre la forma que adoptan varios discursos alrededor del terremoto.
las muertes provocadas por la catástrofe: los textos proponen la pérdida de vidas como la
A nadie que esté vivo […] le interesa invertir en algo que está muerto y de
propietario. (165)
En otras palabras, los mecanismos que intentan atribuir una narrativa a la muerte
son poco satisfactorios porque ésta es una experiencia individual, propiedad únicamente
del difunto. Asignarle un significado desde afuera puede traicionar el entendimiento que
novela.
los momentos en peligro de muerte. Mantra señala: “No es cierto, María-Marie, eso de
que en el último segundo de tu vida pase frente a tus ojos la vida entera como si se tratase
personaje que sirve como guía para el moribundo y le explica el proceso de ultratumba:
“en el momento del final del principio y del principio del final aparece Rod Serling […] y
muerte terrenal: en vez del cielo en el que muchos sobrevivientes del desastre confían (de
acuerdo a sus relatos testimoniales), todas las personas que han muerto en México habitan
el inframundo de la cosmogonía azteca. “No te hablo ahora desde una nube dorada sino
desde las profundidades de esta tierra negra propiedad de Mictlantecuhtli, Señor de las
El segundo discurso que Fresán examina se refiere al medio más apropiado para
contar un relato. En este momento es necesario mencionar que uno de los ejes en torno al
186
cual gira la novela es la ambición del protagonista Martín Mantra (hijo de dos
entretenimiento más grande del país) por crear un Film Total. Al igual que las discretas
intervenciones del autor sobre los aspectos sociopolíticos del desastre, sus comentarios
sobre la forma que adoptan los discursos están implícitos en la forma de la novela misma.
por la capacidad de englobar la realidad expresada, por ejemplo, en la ciudad: “¿Se puede
contar la historia de una ciudad, María-Marie, como se cuenta un cuento? No estoy del
todo seguro. En especial si esa ciudad es una ciudad desarticulada y sin mapa, una novela
y picos a medida que nacían nuevos Mantras” (366). Para Martín Mantra, la única manera
medios hacia el día en que “la Historia habrá adquirido la textura de un Film Total” (67).
todos los demás materiales de la cultura de masas y las nuevas tecnologías” (98). Su
atinado comentario propone que Mantra “nos cuenta una historia acerca de los intentos de
abarcar esa totalidad a través de otro medio, el televisivo” (101). En este orden de ideas y
tema. Y coincido con Paz Soldán en que se propone a la televisión como el medio capaz
propuesta para considerar a la telenovela como el género que dictará el rumbo de las
la vea y se la lea con los mismos ojos de un adicto a una de esas alucinógenas telenovelas
este género de programas de televisión demuestra que son una forma eficaz de narrativa
popular, según también sostiene el texto: “Las telenovelas de cada país son un fiel
ser nacional o como quieran llamarlo” (463). Cuando en la tercera sección del texto, los
como el códice bajo el cual rigen sus vidas, Mantra afirma la telenovela como género
narrativo del futuro, a lo que agrega: “Las telenovelas mexicanas […] acabarán
sustituyendo a la historia” (464). Esta postura implica el reconocimiento del fracaso del
lenguaje de la novela en su intento por dar sentido a una ciudad, y con ella, a un evento
fundamental en su historia.72
esta novela, que se refleja de dos maneras. Por un lado, la influencia más evidente se
observa en la tercera sección del libro (“Después: El temblor”) porque la introducción del
robot narrador reproduce, con las variaciones pertinentes, las primeras páginas de Pedro
como la Nueva Tenochtitlán del Temblor, al narrador con Juan Preciado, a una
personalidad de Martín Mantra con Pedro Páramo, a una computadora con la madre del
narrador, y al interlocutor que lo acerca a su destino con una partición del disco duro del
72
Como dato curioso cabe mencionar que en septiembre de 2005, TV Azteca proyecto por el canal Azteca
13 una miniserie sobre los días posteriores al terremoto de 1985 titulada “De nuevo en pie”. La producción
fue de Genoveva Martínez, y la actuación de Héctor Bonilla, José Alonso, Julieta Egurrola y Kenia Gascón,
entre otros. El análisis de ese documento queda como asignatura pendiente.
188
narrador llamada P.P.Mac@rio. Coincido con Palou cuando sugiere que este capítulo es
“una parodia no siempre bien lograda pero sí de humor negro […] que, además, necesita
segundo elemento inspirado también por Pedro Páramo: la narrativa desde el punto de
coincide con las obras dramáticas de Olmos y Carballido que incluyen en su elenco
personajes que también han fallecido. La principal diferencia entre los protagonistas
mientras que el narrador en Mantra está conciente de su condición desde el inicio. Otra
forma en que se manifiesta el narrador rulfiano de ultratumba en Fresán es que los tres
relatos en Mantra suceden en una fiesta popular mexicana dedicada a los muertos: el
primer narrador relata su historia momentos antes de suicidarse un Día de los Muertos, el
segundo habita el tiempo de los muertos en el Mictlán, el tercero llega a N.T.T. donde
todos los días son el Día de los Muertos. El tiempo de la enunciación narrativa le otorga
Recapitulando, considero que Mantra es la gran novela del terremoto por varias
razones. En primer lugar, porque es una novela que—sin tintes testimoniales como, por
de sus habitantes. Sin embargo, cuestiona el discurso político que emanó de este momento
cuando reimagina con humor y parodia la vida urbana a partir del terremoto. Comparte
Fresán empuja las fronteras al proponer un medio alternativo y un género popular para
189
muerte. El robot, en las últimas líneas de la novela, dice: “Decidí que iba a seguir
cantando […] hasta que terminara el terremoto y por fin amaneciera, después de tantos
Me parece notable que Bajo los escombros y Mantra aparecieran en el año 2001,
poco tiempo después de que el PRI perdiera las elecciones presidenciales en México por
primera vez en más de 70 años. Más que una coincidencia, me parece que ambos textos se
un cambio que por momentos se antojaba imposible en la vida pública nacional. Sin
embargo, su contribución al debate puede interpretarse de dos maneras. Por un lado, hay
que ponderar si los discursos iniciados por Poniatowska y Monsiváis influyeron de tal
manera en la vida política que sus esfuerzos contribuyeron a la salida del PRI. Luego, es
relación diferente de la población y su gobierno ahora que hay un cambio en el poder. Por
otro lado, el cuestionamiento nace de las dudas sobre la nueva administración del PAN:
¿habrá, por fin, llegado el cambio que se anuncia desde 1985? ¿O es ésta una cara
reflexión del quehacer crítico, necesaria para una comunidad más abierta, más solidaria,
más comprometida.
190
A MANERA DE CONCLUSIONES…
Esta disertación sostiene que los dos razonamientos más importantes del terremoto
que golpeó a la Ciudad de México en 1985 anuncian que (1) en los días posteriores al
los más afligidos por la catástrofe y (2) gracias a esta solidaridad fue posible el
nacimiento de una sociedad civil en el país. Este trabajo describe la formación de ambas
En el primer capítulo, concentro mi atención en Nada, nadie: las voces del temblor
(1988) de Elena Poniatowska. Argumento que la estructura posmoderna del texto sirve
concepto de solidaridad propuesto por Richard Rorty, sugiero que Poniatowska divide a la
población según su respuesta al terremoto: la gente mostró solidaridad con las víctimas
advierto que la literatura del terremoto de 1985 tiene un antecedente en El día del
que Poniatowska influyó el resto de la literatura sobre este desastre: creando un eje
sociedad civil según lo plantea el autor. Primero, identifico la importancia del tema del
Poniatowska para concluir que, mientras ella concibe la solidaridad como un medio en sí,
Discutiendo la noción de poder obedencial formulada por Enrique Dussel, sostengo que
en Entrada libre (1987) Monsiváis divide al país en dos frentes opuestos: la población y
su gobierno. Señalo los mecanismos que emplea para crear un segundo eje temático para
la literatura del temblor: el del nacimiento de la sociedad civil. Argumento que su idea de
por los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional. También comento de forma
breve la influencia del concepto en los textos del Subcomandante Insurgente Marcos.
Monsiváis, para luego resignificarla. Para ello considero el antecedente del fuerte
textos escritos por periodistas, como Terremoto en México (1985) y México mártir, crisis
y sismos (1986), adelanto que a primera vista parecen una crítica severa de la parálisis
Demuestro que estos textos, junto con dos videos musicales presentados en la televisión
que la mayoría de los textos apoyan las ideas presentadas en los primeros dos capítulos de
nuevo acercamiento al tema del terremoto en tres narraciones: “El desvalido Roger”
(1991) de Enrique Serna, “Bajo los escombros” de Carlos Olmos, y Mantra (2001) de
Rodrigo Fresán. En mi análisis de estos relatos, señalo el uso del humor como una
herramienta para cuestionar los discursos dominantes sobre el terremoto, entre ellos: el
juicio moral a favor de los damnificados del desastre, el uso de la tragedia como
establecimiento del discurso de protección civil en México. A partir del año 2000, desde
disertación incluí algunos ejemplos de este tipo de textos, hay un amplio corpus que falta
por revisar. A pesar de que la factura de esas narrativas es muy desigual, su importancia
radica en que hacen apuntes de la resistencia de la clase media urbana ante la amenaza de
perder su lugar en la vida nacional. Para acercarse a los textos, se debe considerar que la
difícil situación económica por la que atravesaba México se vio agravada por el desastre.
civil.
trauma provocado por la catástrofe—relegado por completo de los estudios culturales del
para ello, será útil comparar las contribuciones de la fotografía, la música y el cine a la
católica (según el Censo de Población y Vivienda de ese año). Es verdad que entre ciertos
grupos de la feligresía se arraigó la visión del terremoto como castigo divino, pero hay
194
que contrastar la influencia de esta lectura con aquella que integra postulados de la
de análisis.
Estos son los comienzos de un modelo para la crítica de los discursos alrededor
del terremoto de 1985 que, si bien tiene su punto de partida en lecturas detenidas de los
textos que aborda, reconoce la necesidad de vincularse a otras disciplinas para mejor
describir los desarrollos que le atañen. La naturaleza inconclusa del proyecto es evidente:
este trabajo comparte mi lectura del terremoto con la firme creencia de que toda
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