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Medicina Del Comportamiento Felino
Medicina Del Comportamiento Felino
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1. Introducción
De acuerdo con las investigaciones más recientes, la domesticación del gato tuvo lugar
hace al menos 9500 años, probablemente en la región conocida como creciente fértil, entre
el delta del Nilo y Mesopotamia. El ancestro salvaje del gato doméstico es el gato salvaje
africano Felis lybica. Se trata de un felino de pequeño tamaño, de tendencia solitaria y
territorial, que se encuentra adaptado a un clima árido y semiárido.
De acuerdo con la teoría más aceptada por los científicos, los ejemplares más tolerantes
desde un punto de vista social se acercaron a los asentamientos humanos para explotar un
nuevo nicho ecológico que ofrecía una fuente de alimento abundante y localizada. Con el
tiempo esa subpoblación daría lugar a la aparición de una nueva especie: el gato
doméstico. El comportamiento social del gato actual debe entenderse como el producto de
la tendencia heredada de su antepasado salvaje y de los cambios introducidos por el
proceso de domesticación. La mayoría de gatos muestran una tolerancia más o menos
marcada a la convivencia con las personas o con otros gatos.
• Comunicación
• La comunicación visual
En el contexto de los encuentros entre dos gatos, o de un gato con una persona, el
lenguaje corporal del animal transmite dos mensajes fundamentales: el deseo o no de
establecer un contacto y la naturaleza o color emocional del mismo, es decir, si es amistoso
o no.
La comunicación visual es la más accesible para las personas y, por tanto, es la principal
fuente de información sobre el estado de motivación del gato a que tienen acceso tanto
propietarios como veterinarios y etólogos. Es importante por ello invertir tiempo en educar a
nuestros clientes en el reconocimiento de los principales patrones de comunicación visual
felina.
Postura de acercamiento amistoso
El gato se aproxima a otro gato o a una persona e indica su ánimo amistoso con una
cola perpendicular al suelo. Esta señal visual, la cola levantada como señal
amistosa, sólo se observa entre los felinos en el gato doméstico y en el león
(Panthera leo), curiosamente dos de las únicas tres especies de esta familia de
carnívoros que muestran una tendencia gregaria (Fig. 1).
Postura defensiva
Las señales indicativas de miedo son diversas (Fig. 2; Fig. 3). En su presentación
más nítida, el gato con miedo arquea el lomo y se coloca de lado, perpendicular a
aquella persona o gato con que quiere evitar el contacto. Las orejas permanecen
agachadas en dirección caudal, los labios están retraídos y las pupilas dilatadas. La
postura defensiva expresa el deseo del gato de evitar aquel contacto social. Nunca,
por tanto, debe forzarse la interacción con un gato que muestra señales defensivas.
El acercamiento excesivo a un gato que muestra una actitud defensiva, sobre todo si
el animal tiene la percepción de que no puede escapar, puede desencadenar con
facilidad un ataque.
En una interacción directa entre dos gatos, la postura corporal interviene en primer lugar,
antes de la mímica facial, para indicar el estado de motivación del animal. En el gráfico
pueden observarse las principales posturas corporales que el gato adopta para indicar
relajación, y a partir de ésta niveles crecientes de agresividad (de izquierda a derecha) o
miedo (de arriba abajo).
(Modificado a partir de: Bowen J, Heath S (2005) An overview of feline social behaviour and
communication. En: Bowen, J & Heath, S (eds.) Behaviour Problems in Small Animals: Practical
Advice for the Veterinary Team. Elsevier-Saunders, pp 29-36).
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(Modificado a partir de: Bowen J, Heath S (2005) An overview of feline social behaviour and
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Postura de apaciguamiento
• La comunicación táctil
- Allorubbing (del Griego, allo = otro y del Inglés rub = restregar o frotar).
Al parecer esta forma de estimulación táctil mutua ayuda a reforzar los vínculos
afectivos entre los animales que la muestran. En diversas especies se ha comprobado
que el contacto mutuo favorece la liberación de diversos neurotransmisores y
neurohormonas, como la dopamina, las endorfinas o la oxitocina, implicados en la
formación y el mantenimiento de los lazos sociales. Además, este comportamiento
ayuda a mezclar olores para construir, por así decirlo, un olor de grupo que reduciría
posibles tensiones entre individuos que comparten un mismo territorio. En las especies
de felinos de pequeño tamaño no se observa conducta de allorubbing en libertad. En el
león africano sí aparece durante la reunión de dos individuos tras una separación y
después de un conflicto, tal vez como parte de una conducta de reconciliación. En
definitiva, la conducta de allorubbing se interpreta como una forma del gato de indicar la
aceptación del gato o la persona a que va dirigida y, de acuerdo con algunos autores,
podría interpretarse como una señal de reconocimiento de estatus social.
Hace referencia a la conducta de lamido que un gato dirige al cuerpo de otro durante un
encuentro. Si bien el allogrooming es normalmente entendido como una forma de
reforzar los vínculos de unión entre dos gatos, en ocasiones podría ser sugestivo de
todo lo contrario, es decir, de un conflicto. De acuerdo con diversas observaciones en
Las señales visuales y, en general, la postura corporal observadas durante las interacciones
entre dos gatos son muy útiles para evaluar el grado de tolerancia social mutua. En
ocasiones, un conflicto social entre dos gatos puede pasar inadvertido para muchos
propietarios. El análisis sistemático y objetivo de los indicadores visuales y táctiles positivos
o negativos de tolerancia social proporcionará al clínico una información que puede resultar
fundamental para establecer un diagnóstico adecuado. En este sentido es importante
recordar que además de las consultas por problemas de agresividad, que confirman
directamente la presencia de un conflicto, algunos problemas de conducta como la no
utilización de la bandeja de arena o el marcaje con orina se relacionan con frecuencia con
un conflicto social subyacente.
Entendemos por indicadores positivos aquellos cuya presencia indica una buena tolerancia
social, mientras que su ausencia sugiere todo lo contrario. Los indicadores negativos
apuntan con su aparición a la existencia de un conflicto, mientras su ausencia sugiere una
buena tolerancia social, sobre todo si aparecen al mismo tiempo indicadores positivos.
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Los mensajes sonoros transmiten información muy genérica sobre el estado emocional o de
motivación del gato en cuatro contextos principales: conflictos sociales, conducta sexual,
relaciones materno-filiales e interacciones con las personas.
Los problemas de vocalización excesiva, sobre todo de maullido, aparecen de forma típica
durante el período de celo, pero no son exclusivos de ese contexto. Muchos gatos
presentan vocalización excesiva tras el traslado a un nuevo territorio y en general en
escenarios de frustración, por ejemplo, al verse reducida o eliminada la posibilidad de
acceder al exterior de la vivienda.
El maullido
El ronroneo
El gruñido
• La comunicación olfativa
El lenguaje olfativo permite a dos o más animales intercambiar información sin la necesidad
de coincidir en un determinado momento, en un mismo lugar. Así, las marcas olfativas
poseen un gran valor para regular las interacciones sociales de una especie como el gato
doméstico, descendiente como ya se ha dicho de un felino solitario y territorial. Las señales
olfativas proporcionan información sobre la identidad y estado fisiológico del emisor, e
intervienen de forma decisiva en la gestión del territorio y en la regulación de la
reproducción.
Los gatos depositan marcas en el entorno por tres vías distintas: el marcaje facial y
corporal, el rascado con las garras y el marcaje con orina.
Además de la ya citada conducta de allogrooming, los gatos suelen frotar aquellas partes
de su cuerpo ricas en glándulas sebáceas, bien contra una persona o un gato, bien contra
diversos objetos de su territorio. La densidad de glándulas sebáceas, productoras de
feromonas, es particularmente alta en la cabeza, sobre todo desde la comisura de los labios
hasta la base de la oreja, en la zona perineal y en la base de la cola.
De las 4 funciones biológicas atribuidas a la conducta de rascado, dos tienen que ver con la
comunicación.
- Estirar y tonificar la musculatura. De hecho, los gatos suelen arañar objetos tras un
período de descanso.
Se trata de una conducta normal, más frecuentes en los machos que en las hembras,
relacionada con la gestión del territorio y la reproducción. Los gatos en libertad suelen
Las marcas de orina suelen ser depositadas mediante la postura típica de spraying, o
rociado. El gato se coloca de espaldas al objeto que desea marcar, eleva la cola y lanza un
pequeño chorro de orina, que podría contener también secreción de las glándulas anales y
del prepucio. Algunos gatos marcan con orina superficies horizontales tras asumir la
postura de vaciado. Así, aunque la observación de spraying confirma una conducta de
marcaje, la deposición de orina en posición horizontal no permite descartar una función
comunicativa.
El mensaje contenido en una marca de orina será distinto en función no sólo de la identidad
del emisor, sino también del receptor. Así, la orina de una hembra en celo podría constituir
una advertencia para otra hembra merodeando por esa zona, mientras que para un macho
supondría un reclamo sexual. Una maca de orina podría contener información no sólo
acerca de la identidad de su emisor, sino también sobre su estado reproductor y
emocional.
Además de por una motivación sexual, el marcaje con orina puede ser también una
manifestación de estrés. Ambas formas de marcaje no sólo son distintas en relación con su
etiología, sino también por lo que respecta a los mecanismos neurofisiológicos y, por
supuesto, a su tratamiento. Se ha sugerido que el marcaje con orina aparece en situaciones
de elevada activación emocional, ya se positiva, como en el comportamiento reproductor,
ya sea negativa, como en un cuadro de estrés.
Los problemas de micción por marcaje tienen una presentación clínica distinta a los
relacionados con una aversión a la bandeja de arena. En un cuadro de marcaje el gato
deposita marcas de orina en lugares de la casa que guardan relación con el origen del
problema. Por ejemplo, la deposición de marcas en puntos de acceso a la vivienda puede
sugerir la existencia de un estímulo externo frente al cual el gato se siente amenazado,
como podría ser la presencia de otro gato. En un problema de marcaje la frecuencia de
deposición de orina es elevada y muy a menudo el gato sigue utilizando la bandeja de arena
para la defecación o la micción sin finalidad comunicativa.
Entre los diversos factores ambientales responsables de una reacción de estrés en un gato
pueden destacarse los siguientes:
o Existencia de un conflicto con uno o más de los gatos que están en la misma
vivienda o en el vecindario.
§ Exceso de manipulación.
Además de las características del entorno, existen diferencias individuales en relación con
la sensibilidad al estrés y la forma en que éste se manifiesta. Estas diferencias individuales
pueden deberse a factores genéticos, pero también ambientales y en particular al entorno y
manejo durante las primeras semanas de vida y a la experiencia previa del animal.
El estrés, aunque responda a una misma causa ambiental, puede manifestarse de forma
muy diversa. En general podemos hablar, por un lado, de cambios en el comportamiento
del animal y, por otro, de efectos en los parámetros fisiológicos y en el estado de salud.
Cambios de comportamiento:
Es una técnica que tiene por objeto mejorar el bienestar del animal, al proporcionar
un ambiente rico en estímulos, que permita la expresión de las pautas de conducta
propias de la especie. La existencia de un entorno empobrecido, que supere el
margen de adaptabilidad del animal, provocará la aparición de una reacción de
estrés crónico, y por tanto una pérdida de bienestar. Así, el enriquecimiento
ambiental puede ser empleado de forma inespecífica en cualquier caso de estrés
felino, hayamos identificado o no su causa.
A los gatos les gusta descansar y moverse por zonas elevadas dentro de su
territorio. Por ello, resulta aconsejable disponer en la vivienda obstáculos y
plataformas a las que el gato tenga permitido trepar.
Una parte del alimento, a ser posible húmedo, puede ser escondido en
determinados puntos de la casa, para estimular la conducta de rastreo. Los
lugares donde son colocadas estas porciones de comida deben variarse de
forma alternativa.
Las bandejas anchas y de borde bajo parecen ser las más adecuadas.
9. Evitar la manipulación excesiva del gato. En general, dejar que el animal sea
quien decide el grado de contacto que desea tener con sus propietarios.
Se utilizan de forma muy limitada en etología felina por dos razones de tipo práctico. En
primer lugar, la implementación de un programa de manejo ambiental y la aplicación de
feromonas sintéticas ofrecen resultados satisfactorios en la mayoría de casos. En
segundo lugar, la administración de fármacos por vía oral durante períodos
prolongados de tiempo, habitual en etología, es complicada en el gato, especialmente
en pacientes estresados. De hecho, la administración del fármaco podría convertirse en
sí misma en un factor estresante, que podría así empeorar todavía más el cuadro
clínico.
Hasta hace muy poco los cambios de comportamiento relacionados con una enfermedad
eran claramente diferenciados de los observados en pacientes sanos. Sin embargo, la cada
vez mejor comprensión de los mecanismos de control del comportamiento hacen que esta
frontera sea cada vez más y más difusa.
Los problemas de micción inadecuada se han atribuido a tres grandes causas: la existencia
de una patología orgánica, un comportamiento de marcaje o un problema relacionado con
la utilización de la bandeja.
El marcaje con orina es, como ya se ha dicho, una forma de comunicación natural del gato.
El patrón clásico de marcaje incluye la deposición de pequeñas marcas de orina, en
diversos lugares de la casa y normalmente sobre superficies verticales. Si bien lo anterior
sugiere una micción con finalidad de marcaje, en ocasiones la deposición de cantidades
mayores de orina en superficies horizontales puede tener también una finalidad
comunicativa.
El marcaje con orina es un problema de comportamiento que parece estar controlado por
dos sistemas de motivación distintos: uno relacionado con las hormonas sexuales y otro
con el mecanismo fisiológico del estrés. El primero de ellos explica la elevada frecuencia de
marcaje en machos no castrados, a partir de la pubertad. El segundo, justifica la aparición
de problemas de micción inadecuada en situaciones de estrés. Por ello, además de la
castración, el tratamiento del marcaje con orina incluye distintas medidas para reducir el
estrés, desde la manipulación del entorno, a la administración de feromonas sintéticas o
fármacos ansiolíticos, como la amitriptilina o la fluoxetina.
En relación con los problemas de utilización de la bandeja, que suelen implicar tanto
micción como defecación inadecuadas, la modificación del entorno del gato, en especial de
las características y localización de la bandeja y de la arena, constituye la principal
estrategia de tratamiento.
El FLUTD (Feline Low Urologic Tract Disease) se utilizan para describir una constelación
variable de síntomas relacionados con la micción, entre los que se incluyen la hematuria, la
polaquiuria y la periuria (deposición de orina en lugares no habituales). Una importante
proporción de estos casos (64.3%) parece ser de origen idiopático, posible combinación de
diversos factores, y es denominada por muchos autores Cistitis Idiopática Felina. Sin
embargo, en los últimos años ha cobrado fuerza la hipótesis de que el estrés podría ser el
principal elemento que provocaría la aparición del problema. Esta idea podría ser el
resultado de tres evidencias distintas. En primer lugar, las lesiones que se observan en los
casos de Cistitis Idiopática Felina se observan también en la cistitis intersticial de la mujer;
una patología cuya relación con el estrés ha podido ser muy bien establecida. En segundo
lugar, la respuesta de muchos pacientes a medidas de tratamiento para reducir el estrés
parece demostrar de forma empírica la relación entre ambos fenómenos. En tercer lugar, la
4. Problemas de agresividad
Los problemas de agresividad del gato pueden dividirse en aquellos que se dirigen hacia
las personas y aquellos que ocurren entre gatos que comparten un mismo territorio.
• Caracterización clínica:
- Agresividad defensiva:
Puede dirigirse hacia las personas o hacia otros gatos. Su caracterización se basa
fundamentalmente en el lenguaje corporal del animal, de acuerdo con los criterios
descritos en el apartado de comunicación. Suele ser un problema de curso agudo.
- Agresividad ofensiva:
Puede dirigirse hacia las personas o hacia otros gatos. Su caracterización se basa
fundamentalmente en el lenguaje corporal del animal, de acuerdo con los criterios
descritos en el apartado de comunicación. Sin embargo, es importante destacar que las
señales propias de la postura ofensiva suelen ser menos evidentes para el propietario
que las de la postura defensiva. Suele tratarse de un problema de origen insidioso.
Desde un punto de vista del riesgo que supone para las personas, es una forma de
agresividad más peligrosa que la motivada por miedo.
- Agresividad redirigida:
Se caracteriza por un ataque dirigido hacia un estímulo distinto al responsable de la
agresividad. De acuerdo con algunos autores, la agresividad redirigida puede
- Déficits de socialización:
El período de socialización del gato se extiende aproximadamente desde la segunda
hasta la octava semanas de vida. La falta de contacto con las personas o con otros
gatos durante esta fase del desarrollo puede resultar en una actitud de rechazo en el
futuro, muy difícil de corregir. Por tanto, es importante que el gatito tenga contacto con
personas y con otros gatos, para favorecer una buena tolerancia social en el futuro.
- Experiencias traumáticas:
Una experiencia negativa resultado de una interacción con una persona o con otro gato
puede inducir miedo y como consecuencia una actitud posterior de evitación. En
ocasiones, las personas mantenemos interacciones de duración e intensidad excesivas
para la tolerancia natural del gato, que pueden generar aversión en el futuro. En este
sentido, es importante dejar que sea el gato quien decide el momento y duración de sus
contactos con las personas.
El castigo, tanto físico como verbal, es una experiencia negativa que puede provocar un
problema de agresividad defensiva hacia las personas. Por ello se trata de una medida
para modificar el comportamiento totalmente contraindicada en medicina del
comportamiento felino.
- Problemas de comunicación:
Muchas personas no saben reconocer el lenguaje corporal relacionado con la
agresividad y el deseo del gato de no mantener un determinado contacto social. Un
ejemplo de ello se encuentra en la ya citada agresividad por intolerancia a las caricias.
Con frecuencia, un análisis detallado de los episodios de agresividad revela señales
indicativas de tensión, como por ejemplo una cola en movimiento o sacudidas en la piel
de la grupa.
Entre los fármacos indicados para el tratamiento de la agresividad del gato destaca
la Fluoxetina, siempre que la propia naturaleza del problema no impida su
administración.
o Bowen, J & Heath, S (2005) Behaviour Problems in Small Animals: Practical Advice
for the Veterinary Team. Elsevier-Saunders.
o Horwitz DF, Mills DS (2009) BSAVA Manual of Canine and Feline Behavioural
Medicine (2nd ed.) British Small Animal Veterinary Association.
o Pryor PA, Hart BL, Bain MJ, Cliff KD (2001) Causes of urine marking in cats and the
effects of environmental management on the frequency of marking. Journal of the
American Veterinary Medical Association 219, 1709-1713.
o Turner DC & Bateson P (eds) (2000) The Domestic Cat: The biology of its behaviour
(2nd ed) Cambridge University Press, Cambridge.
o Westrop JL, Buffington T, Chew D (2005) Feline Lower Urinary Tract Diseases. In:
Ettinger & Feldman (Ed) Textbook of Veterinary Internal Medicine (6th Ed.) WB
Saunders, Philadelphia, pp 1828-1850.