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vce Mm Nicholas Cook Oe E EK: | gregorian a rdimentos téenicos para los no iniciados, NICHOLAS cién a la musica COOK aborda su libro desde la perspectiva de los dis- tintos valores ~personales, culturales, sociales~ que ha encarnado y que encarna la maisica, no sdlo la conoci- da tratcionalmente como «clsien sno también la que responde a otros lenguajes y estilos nds miodernos, y sin duda mas presentes en nuestras vidas, como el jazz, el pop 0 el rock. En DE MADONNA AL CANTO GREGORIANO, una exposicién clara y brillante en la due tienen cabida desde la misica tradicional china ala ‘Novena Sinfonia de Beethoven o las Spice Girls, Cooke reflexiona en voz alta sobre los significados que tienen’ y han tenido a lo largo de la historia, y sobre todo hoy, tino y oto tipo de misia,indagando en sus porgués Cada uno de'los capitulos se convierte, asi, en una invi- tacién constante ala reflexién sobre temas que a todos ees 5 Nicholas Cook TSBN 86-206-/ UM Musica CUrAm secret) “Trruo onGmNat: Music. Very Shor Introduction “Trapucror Luis Gago a traducci6n de esa Jlicada originalnente en inglés 6: public lunente 6 i 3 en «on 1998, se publica pr acuerdo con Osond University Pres ede cit Mane al i Pan ae Wi Hampi, chive ANAYA ts proeido pl scm dal de, Fseniede eta che rope [eyo pens pny mts lensed ems pcm en pan ie shares enon tera cui aaa hdr en coir up de soporte o commana ets de cis elepreceptee sino Nicholas Cook, 199% Alianza Editorial S.A., Maid, 2001 © Gall Juan Ignacio Luca de Tena, 13: 28027 Madrid teléfono 91393 8888 ISBN: 84.206-7207-6 Dep Ma 0852001 Jimpreso en Fetnndee Ciudad, SL, Printed in Spain #131 de agosto de 1997 la televisin transmitis la final det Mercury Music Prize, Entre los nominados se encontraban Suede, Matk Anthony Tutnage, los Chemical Brothers y John ‘Twvener. ZY qué hay de extraordinario en ello? Simplemente ue hace unos affos hubiera resultado insdlito que composi. ‘ores «lisicos» como Turnage o Tavener aparecieren sobre el ‘mismo escenario que grupos pop como Suede ylos Chemical Brothers, e inconcebibie para ellos que se estableciera un io comparativo entze unos y otros. (Los ganadores, sin em. bargo, fueron Roni Size y el Reprazent Collective, bien como. idos en el mundo jungle” de Bristol.) Pero més tarde, sdlo tuna semana después, la wSong for Athene» de Tavener fue una ‘de las pievas inclnidas en el funeral de la Princesa Diana je {0 con ainterpretacin de «Candlein the Winds por parte de Elton (ahora Sir Flton} John. ¥ el mes siguiente se estrené en ¢l Royal Albert Hall de Londies la composicion coral y or ‘questal Standing Stone, de (Sit) Paul McCartney. Entzetanto, * Eljungl sun tipo de misice pop clectsnica, con bj y persion ‘uy prominentes. que goa de gran popalaridad en itl graras none, sicos como Roni Siey Tricky (N. del) 7 8 De MADER AL CAO EREGORIANO alotzo lado del Atintico, los estudiantes de doctorado estén ya escribiendo tesi sobre la obra de Frank Zappa, que abarco desde el acid rock hasta a misica de concierto clsica, Las ba- ‘eras que en otto tiempo mantenian firmemente separados Jos diferentes estilos y tradiciones musicales estén desmoro- nndose en todas partes. : Resultaevidente que el mundo esta repleto de diferentes ti- pos de musica: tradicional, folk, clisica, jazz, rock, pop @ ‘world, por citar slo unos pocos. Asfha sido siempre, pero las modernas comunicaciones la tecnologia dela reproduccin sonora han hecho del pluralismo musical parte del vida ¢o- tidiana, (Esto es algo que puede oirse con s6lo pasear por un centro comercial) Sin embargo, los mods en los que pensa- ‘mos en la miisica no reflejan esta situaci6n. Cada tipo de mi- sica llega con su propio modo de pensar enla musica, como si fuera el rnico modo de pensar en la miisica {yl tinica mis ‘caen la que pensar). En concreto, el modo de pensar en la ‘misica caracteristico de escuelas y universidaes ~y, en reali- dad, de la mayoz parte de los libros que tratan de musica~re~ fleja mas emo era la miisica en la Europa del siglo xix que c6mo es en la actualidad, en cualquier parte. Hl resultado es tina especie de brecha de credibilidad entre la misica y el ‘modo en que pensanos en ela En esta breve introduccion quiero dar notoriedad a todo tipo de misica. O, mejor dado que se trata de wna muy bree introduce quer raza panorama el qb, eh ncipio, todo tipo de misica podria tener cabida, en cas0 equ hbraepaco paral sto tend ua clara e- percasisn en cuanto a aqullo que el libro ro es, Lo que no es sun ABC dela misica, de esos que ofrecen un breve resumen de los lamados radimentos (pentagramas, claves, escala, acordes y dems), seguido de un ripido repaso de todo el r= pertorio. La raz6n porla que no puede ser un ABC dela msi- aes que habra de er no sélo un ABC, sino también un ABT, un ABP yun pornohablar deun & » %, En caso de que ae : puede able senstamente de msc como de algo gue Posee un alfabeto, entonces todas: 'y cada una de las ae tienen su propio alfabeto, Visto de este modo, todas y cada wo deliv sas aessaran so propia bee fay Cat sire ean cnt ut Inia es mask, Exstun nel en lane toed pode blar de samiisica» (y yo puedo. sci eta ny bee ce duccisn), pero no se trata del nivel del ABC, Habiar de mt. sicaen general es hablar deo que la misia significa y fan. damenalment, de cimo ops Ia mass ae an Incero)en into que get sgifctvn Na ae hance ‘no es simplemente algo bonito para escuchar. Por el contra Fo, seeneunta prafindamente aioe ‘mana (dl mismo modo que no hay aingtee ea carezca de wn lenguaje, tampoco hay ninguna que earerca'de miisica), De algdn modo, la muisica parece ser natural, exis. tir como algo apartey, sin embargo, esté impregnada de va- lores humans, de neste onsen te Opes malo, acertado 0 equivocado. La miisica no surge porque si, somos nosors gules laacemon Fes lone na tos pce Ls prs pa oreo ds a lecien guises son a avs decline eapecee tonnes deella. 4 spree por meal orto ste libo sborda en gal mdi hms y lexin sobre a misca.¥ tambien aburdalascsteceoen cals insttuconals qu endian a ecnon ets mitsica. El libro comienza con una respuesta individual, do- ‘méstica, ante el hecho musical —con un anuncio de television, Yas cfrenesaxocadonesycomnaicone oa hanno ‘elo conciyeconana nsantinerecone ee Aexinanda yextbendsobrelamiskcecinenne dec acra (Con de Genge les mieten es ford University Press, aqui es donde hace: ‘su entrada una pan- dilla de musicdlogos que toman el relevo.) Al centrarme en el 0 De Manoa aL exTO oRLGOREANS ukimo capitulo en cuestiones de mnsicay género, no quiero ar la impresin de que los musicslogos tienen sexo en el com- binaba claramente dos cosas. Por un lado el argumento era {que la interpretacién con tos instrumentos de época adc. dos, basada en las pricticas interpretativas recogidas en los ttatadoshistéricos, era «auténticay en el sentido de ser hist6- ricamente correcta, Por otra, el término «autenticidads intro- aia todas esas connotaciones positivas de las que hablé en dl primer capitulo de ese libro: la idea de er sincero, genui- ho, fel a uno mismo, De este modo, si se tocaba Bach al pias ‘no sila interpretacién no era wanténtica»,— entonces no sein cursia simplemente en tun error en el sentido intelectual: se incueria también en un error en un sentido moral, A uno le atribufan los mismos defectos que alos Monkees*, Tin muchos sentidos, la batalla entre los intézpretes «autén- ticos» y a oligarquia musical recuerda 2 la Campata a favor dela Cerveza de Elaboracién Tradicional (CAMRA) que tuvo ugar en Gran Bretaia mds o menos en la misma época, CAMRA se opuso a los productos estandarizadas de las srandes cerveceras y perseguia recuperar la fabricacién de cerveza a la antigua usanza, regional, con toda su deliciosa * Grupo extadonnidense que nacié por casualidad a partic de una senie ddetelevision en 1966. Los actors encarnaban an grupo pop yl éxito de 1s serie fe ton grande que los castro actoresacabaron pot format The ‘Monkees un autétco grupo musical que reais frecuentes gas y gue aro discon que se stuaron en el numero I de las listas de vetas los Stios sesena, Las erica derivan de au eondicién de endmea met no sblo se ha aceptado en el seno dela academia, sino que también ha ampliado progresi- ‘yamente su alcance hasta Ia actualidad. Enel momento de es- cri ests paginas, la primera linea se sia ya en ls inicales| ‘écadas del siglo xx, como queda ejemplificado en las inter- pretaciones «auténticas» de las sinfonias de Elgar realizadas por la New Queen’ Hall Orchestra, una recreacién de la or- questa de preguerra con laquelas grabs el propio Elgar. Cada ‘vez mds, por tanto, winterpretacién ist6ricay hace referencia ro tanto a la miisica que se toca como al enfoque utiizado para hacerlo, 2Yen qué consiste este enfoguc? La mayoria de las veces los defensores de la interpretacién hist6rica (lo que equivale por regla general alos propios intérpretes histricos, ya que mu- chos saben expresarse a las mil maravillas) lo han definido «como tocar la mtsica tal y como quiso el compositor. Bl pro- blema de esta formulacién es, por supuesto, que generalmen: tenohay modo alguno de descubrir lo que quiso el composi- tor aparte de lo que pueda deducirse de lo que escribi6. Asi «que una formulacin alternativa es la siguiente: tocar la mis «ca como podrfa haberse tocado en una buena interpretacién dela época. Fl problema con esta formulacién esa que yaex- puse en el capitulo 4 en relacién con Alessandro Moreschi. La notaci6n apenas captuira nada en relacién con el estilo in- terpretativos no es ésa su funcién, Cuando se le afaden pala- bras, como en los tratados de época, el resultado es general- ‘mente una serie de pistas tentadoramente inconexas que hay ‘que unir por medio del ejerccio del discernimiento a imag naciGn, la conjetura y Ia intuicién musical, Pero todo esto, por supuesto, es un reflejo de nuestra propia formacién y ex- ‘periencia como misicos ya instalados en el siglo x. No po- demos escapar a nuestro propio tiempo. ¥, visto de este modo, todo el proyecto de la antenticidad, tal y como lo pre- ee sca ¥ na scan war sentan sus defensores, se parece mucho al proyecto delas edi ciones autorizadas: no es ya dificil, sino imposible. Richard Taruskin, otro catedritico de Berkeley, que combi- ‘nana enorme experiencia en Ia interpretacién histériea con sus diversas actividades académicas, ha formulado wna cr ca convincente dl proyecto dela autenticidad, cuyo punto de partida es su aparente imposibilidad, el hecho de que simple- ‘mente no podemos saber cémo se interpretaba la musica an- tes del sigho 2. Acepta la naturaleza especulativa de la inter pretaci6n de las pruebas documentales realizadas por Jos in- téepretes historicos, Pero lo que resalta es el modo en que los intérpreteshistoricos han aprendido a reflexionat ya interro- gar sus propias précticasalla hz de estas pruebas. Pensan so- bre la interpretacién de un modo que ls intéxpretes que ta- bajan en una tradicién ininterrumpid no tienen ocasion de hnacero.¥ el hecho de que las pruebas sean siempre fragmen- tarias y generalmente contradictorias le otorga realmente & los intérpreteshistoricos una gran libertad de interpretacin. ‘Taruskin resalta incluso el modo en el que fa conocida como interpretacin hist6rice encarna de hecho muchas de ls ca- racteristicas de la composicién del siglo x: as texturas fun- cionales y el impulso motérico de la rmisica de Stravinsky, por ejemplo. Visto de este modo, concluye la interpretacién ‘auténtica» es auténtica porque expresa la musicalidad del si- ‘glo xx y no debido a sus pretensiones probablemente espu- Fias (y con seguridad indeterminables) de exactitud histrica (Otra prucha de que Taruskin tiene razén la encontramos. en el modo en el que los intérpretes tratan las grabaciones historias, Desde aproximadamente 1900 podemos ofr rel- ‘mente interpretaciones de época, en muchos casos con el propio compositor (Elgar dirigiendo sus sinfontas, Debussy y Bart6k tocando su miisica para piano, etc). Los intérpretes smodernos escuchan estas grabaciones, Pero no las imitan del ‘modo en que los sosias de grupos pop © los imitadores de El- vis remedan a sus modelos, aunque ésta seria la eleccién ob- ae via si quisieran tocar realmente la misica tal y como queria el compositor. Optan, en cambio, por extrapolar los principios estilisticos encarnados en las interpretaciones recogidas en tos discos y a continnacién recrear la miisica a partir de esa base. (Esto es, por ejemplo, lo que ha afirmado John Boyden, dl director artistico de la New Queen's Hall Orchestra.) Pero «estamos ante un argumento enrevesado, Resulta dificil evitar la conclusidn de que su objetivo fundamental es salvaguardar 1 libertad interpretativa la creatividad, que tanto los intér- ‘pretes como las audiencias valoran, pero que nuestro lengua- je para la interpretacidn, porfiadamente discrepante, no nos permite articular abiertamente; de ah el manto de eradicién encel que se encuentra envuelta la interpretacién hist, ‘Al desmitificar a retdrica erudita de la (conocida como) interpretacién histérica, Taruskin ba situado el estilo inter- pretativo en el centro de la historia de la maisicas ya nunca is seré posible, quid, publicar una shistoria de la miisica del siglo xx» que se ocupe tnicamente de composiciin del siglo Xx, ignorando la interpretacion del siglo xx Y otras ini- CGativas recientes en el estudio dea interpretacion estan enca- rindndose en la misma direcci6n: téenicas que se han toma- do prestadas de a psicologia experimental estén permitiendo alos musicdlogos y a los tebricos estudiar interpretaciones grabadas en un sentido muy semejante al que ban estadiado hhasta ahora partituras, ayudando asia rectificar ese enfoque esequilibrado del que me he venido lamentando une y otra vez en este libro, Este es un modo en el que puede aontarse cl desajuste entre musica y musicologia diagnosticado por Kerman, Pero cuando éste le pediaa los musicdlogos que su peraran su positivismo y entablaran una relacién critica con amiisica~cuando reclamaba, como él deci, una emusicolo~ gia orientada hacia la critica era otra cost la que tenfa en mente Laverda es probablemente que los mejores ejemplos deo que tenia en mente eran sus propios libros sobre una serie de can wea Y 18 scan 129 temas an diversos como la musica de siglo xvi los cuartetos de cuerda de Beethoven y la 6pera. En cada uno de estos li- ‘bros se daban cita diversos enfoques contextuales y analii 0s, pero lo que los distinguta era el modo en el que estos en- foques afectaban a la msica misma. Lo que quiero decir con esto es que aspiraban a ofrecer al lector una valoracién mejor fundada y mas sensible dela mtsica de la que habrian tenido de otro modo. Aspiraban, como el anzlisis hermenéutico (pero con todas las ventajas de la eruicién hist6rica y anal tica),acontribuir ala experiencia dela miisice, En este senti- do, eran «criticos»en el mismo sentido que la critica literaria tradicional (y uno de los objetivos de Kerman era claramente cotorgara la musicologia parte de laestatura intelectual de dis- ciplinas hamanisticas tan consolidadas como el estudio dela Iiteratura y lahistria). come he dicho, en la década poste- tora la publicacién de Contemplating Music los musicélogos respondieron alla llamada de Kerman en favor de una orien- {acion critica, EI modo en que lo hicieron, sin embargo, 8 mostré menos deudor de la propia formula de Kerman que de los avances vividos por la terceray ttima de las grandes ssubdisciplinas musicoldgicas la etnomusicologéa ‘Los musie6logos y ls te6ricos musicales ven la etnomtsi cologia como el estudio ce la mtsica que ellos no estudians Jos etnomusicélogosla ven como ctestudio de toda miisica en tézminos de su contexto social y cultural, abarcando la pro- ducci6n, recepcidn y significaciin. (No resulta sorprendente, por tanto, que el estudio de la miisica popular entrara a for- te de laemomusicologia mucho antes de que llegara a icologia oa la teoria de la mtsica.) Debido asus estre- cas vinculaciones con otras ciencias humanisticas,especia- ‘mente la antropologi, la etomnsicologia tiende a ser mas receptiva que la musicologiao la teoria de la mtisicaatenden-

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