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Capitulo Cinco
Capitulo Cinco
RESUMEN 5
RAMÓN ARIAS ESPINOSA
Se espera, por fin, que salga a la luz un ulterior material de archivo, sobre todo
romano, que hasta ahora ha quedado oculto, que aclare algunos pliegues de las
fuentes de información y de las intervenciones del cardenal De Lai sobre Parma,
en el tiempo de la lucha antimodernista,
CAPÍTULO SIETE
RESUMEN 7
RAMÓN ARIAS ESPINOSA
Así como se dijo anteriormente, también la UMC, además del camino espiritual
personal y de la experiencia concreta de vida y de gobierno, le ofrecen a Mons.
Conforti elementos valiosos para la consolidación plena de su madurez
vocacional. Más tarde, con el mundo chino propiciaría un ulterior salto de calidad
de parte de Mons. Conforti en su personalidad misionera. En este período, gracias
a sus propias lecturas y reflexiones, al diálogo con el pe padre Manna, a su misma
interpretación de la situación del clero del pueblo católico, integra conscientemente
sus dos roles: obispo fundador-formador de misioneros.
En el momento en que se abren las condiciones mínimas para retomar los hilos de
su trabajo que habían sido trabados por la guerra, Mons. Conforti se dedica a
iniciativas de cierto respiro: la revisión de las reglas de su congregación y la
Acción Católica, en particular la juvenil. Algunas de estas iniciativas son intentos
por encontrar una solución a los problemas: la UMC, para recoger fondos y apoyar
las vocaciones misioneras; la escuela apostólica, para mejorar el redutamiento de
las mismas; la petición a Milán de un rector y de un padre espiritual para el
seminario que vuelve a abrirse; la iniciativa, luego no lograda, de los sacerdotes
oblatos en vista del crecimiento cuantitativo y de la mejoría cualitativa del clero
diocesano.
Frente a las tensiones y a los fermentos del contexto italiano, Mons. Conforti
confirma su opción pastoral por mantenerse a distancia de un compromiso político
directo, que en cambio sería el del padre Del Monte, su antiguo alumno en Campo
de Marte, y de muchos otros319
Así escribía Mons. Conforti desde Pekín (comunidad de la Casa Madre). Los
discursos pronunciados re fundador del 28 de diciembre en adelante, confirman
este hablaremos más sobre esto. Se podría decir, en cierto periodo que va entre el
21 de septiembre y el 28 de diciembre de1928, el largo viaje hacia China y su
regreso, asumió el signífera d de amplio Nunc dimitís. Una trama de planes,
convicciones cado seos y relaciones fue el motivo y motor del viaje. Mons.
Había salido para encontrar a sus misioneros, para intervenir penalmente en los
problemas de la misión, pero también para conocer mejor la propia misión y a los
cristianos chinos. Acerca de ellos, de China, de Asia y de la misión, tenía una serie
de certezas, de ideal y de noticias. Por debajo de todos estos hilos que lo jalaban
h es China, estaba su vocación. Estaban las imágenes de la biografía del siglo WII
de San Francisco Xavier, que había leído cuando adolescente, estaban las
narraciones de los periódicos misioneros, las tas y las fotos de los primeros
Xaverianos.
En China, Mons. Conforti había llegado a partir del deber canónico de la visita a la
misión y a sus religiosos, después de que la congregación había asumido su
forma jurídica estable y aprobada; pero también a partir del afecto que le ligaba a
los Xaverianos. En los años entre el final de la guerra y su viaje a China, muchos
problemas de la congregación habían salido a relucir: la situación económica, la
extensión del distrito misionero, los seminaristas y los novicios chinos, y el
superior religioso en territorio de misión. Todo esto creaba tensión, en el momento
en que en Italia el futuro de los Xaverianos era asegurado por tres casas de
formación a distintos niveles y por una afluencia de vocaciones decididamente
alentadora.
Era, como ya se dijo, una fase de transición, que requería decisiones complejas,
sea por el lado personal como por el de los recursos económicos, para no
perjudicar los desarrollos futuros de la congregación. Sin embargo, los misioneros
que estaban en el frente veían sobre todo las urgencias inmediatas: la carestía, la
situación de guerra, la necesidad de dinero para socorrer la pobreza difusa, y las
relaciones dificultosas entre misioneros desplazados a tan grande distancia y en
situaciones diferentes. Mons. Conforti sentía la necesidad de entender la situación
en Oriente, y esperaba poder ser comprendido por sus misioneros, de poder
comunicar unas decisiones de expansión en Italia y en Europa, todavía
incipientes, pero con miras a asegurar el futuro de la pía unión.