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Tema 9 - Ideas Claves - PachecoBook
Tema 9 - Ideas Claves - PachecoBook
Autores: Pacheco, J. A.
2009, Bubok Publishing, págs. 15-20 y 75-84.
ISBN: 978-84-9916-434-2.
Esta obra está protegida por el derecho de autor y su reproducción y comunicación pública, en la
modalidad puesta a disposición, se ha realizado en virtud del artículo 32.4 de la Ley de
Propiedad Intelectual. Queda prohibida su posterior reproducción, distribución, transformación
y comunicación pública en cualquier medio y de cualquier forma.
José Ángel Pacheco Marco
György Ligeti:
Micropolifonía
ISBN:m978-84-9916-434-2
D. L.:mM-52313-2009
© José Ángel Pacheco, Murcia 2009.
Edita: Bubok publishing, S. L.
1.2.3. Viena.
“A esa altura era demasiado viejo para ser un estudiante, y era muy
difícil conseguir una beca con treinta y tres años. Todavía era
desconocido como compositor así que tuve que trabajar mi lanzamiento
gratis. Tenía una beca para cuatro meses, y luego viví de una subvención
muy pequeña en Viena durante varios meses. Tuve que encontrar alguna
manera de componer así que conseguí algunos alojamientos miserables
con el servicio en el jardín trasero y sin agua corriente, así es cómo
vivía. No quiero hacer una historia romántica, pero así fue. Viví durante
diez años así, desde aproximadamente 1957 hasta el mediados de los
sesenta. No sé cómo vino desde aquí el dinero y allí, escribí algunos
textos, por ejemplo, totalmente gratis. [12]
1.3.1. Obra.
Su primera obra orquestal, Apariciones, escrita entre 1958 y 1959, fue premiada
por la Sociedad Internacional para el Festival de Música Contemporánea de Colonia en
1960, bajo la dirección de Ernest Bour. La interpretación de este trabajo puso a Ligeti
sobre el escenario internacional como una nueva figura importante en la música de
vanguardia. En particular, los asistentes fueron capturados por un novedoso y original
mundo sonoro, totalmente diferente al Serialismo Integral prevaleciente en la época.
Su siguiente trabajo para gran orquesta fue Atmósferas, obra escrita entre febrero
y junio de 1961 y estrenada el 22 de octubre siguiente en el Festival Donaueschingen
bajo la dirección de Hans Rosbaud. Como sucedió con Apariciones tuvo un éxito
enorme, el público exigió una repetición del trabajo entero.
Ligeti usó estas texturas sonoras en su siguiente trabajo para órgano sólo
Volumina escrito en 1961/62. A diferencia del trabajo micropolifónico de atmósferas,
Volumina usa notación gráfica dejando a cierta grado de libertad al organista respecto al
contenido de las masas de sonido.
"La idea del Juicio Final fue una obsesión constante para mí por
años, sin referencia a religión". [15]
En 1966 Ligeti siguió al Réquiem con Lux Aeterna, que usa texto también del
rito de réquiem. Además de Lux Aeterna, Ligeti también escribió un Concierto para
Violonchelo en 1966 seguido por Lontano para gran orquesta escrito en 1967. Ligeti ha
descrito este trabajo [Lontano] como una “parodia de Lux Aeterna” del mismo modo
que las misas renacentistas parodiaban anteriores trabajos polifónicos.
En 1968, Ligeti escribió Continuum para clavicordio. El trabajo es clasificado
como parte de su estilo de “mecánico”. No se diferencia de Atmósferas o Lontano en lo
que respecta a las corcheas rápidas, creando una similar “textura impenetrable” que
lentamente se transforma en varias masas sonoras.
Además de Continuum, 1968 fue el año que Ligeti escribió su Segundo Cuarteto
de cuerda. Ligeti ha citado este trabajo como una recapitulación de toda su técnica
compositiva hasta ese punto. Las Diez piezas para quinteto de viento fueron también
escritas en 1968.
Las dos últimas obras escritas bajo la tutela de la micropolifonía fueron
Ramificaciones, escrita entre 1966 y 1969, y el Concierto de Cámara (1969/70).
Poco después, el desahogo llegó a la familia Ligeti cuando éste recibió una
oferta de la Academia de Música de Estocolmo, trabajaría como profesor en encuentros
cuatrimestrales, que le reportaron el caudal monetario que tanto ansiaban.
“Fui invitado como profesor en Estocolmo, pero nunca vivía allí, sólo
iba tres veces aproximadamente en un año, durante dos semanas
seguidas. En aquellos días había tal diferencia en tipos de cambio entre
la corona sueca y el chelín austríaco que podía vivir seis meses con el
dinero de enseñar dos semanas en Suecia. Mi esposa estaba estudiando
en la universidad, y tenía un puesto modesto como psicóloga, nos las
arreglamos para sobrevivir de algún modo”. [17]
1.4.1. Obra.
En 1971, diez años después del estreno de Atmósferas, Ligeti estaba solicitado
por el mundo entero, este mismo año es nombrado miembro de la “Freie Akademie der
Künste” de Hamburgo, pasados dos años recibiría una oferta de la “Hamburg
Hochschule für Musik und Theater” para ejercer como profesor, Ligeti la aceptaría y
cambiaría su residencia Alemana a Hamburgo, compartiéndola con su casa de Viena.
Las universidades estadounidenses también entraron en la puja por los servicios
del compositor austro-húngaro, en 1972 viajó a California, a la Universidad de Stanford,
para empezar un seminario de composición que posteriormente se convertiría en
encuentros periódicos, al igual que hiciera en Estocolmo hasta 1971. También viajó en
1973 a Massachusetts a impartir un curso de composición en el Berkshire Music Center
y en 1975 a San Francisco para asistir al estreno de su obra orquestal San Francisco
Polyphony, por la orquesta sinfónica de la ciudad y la dirección de Seiji Ozawa.
El movimiento hacia tierras americanas no impidió a György Ligeti seguir
realizando cursos en Europa, en 1974 acude a la Accademia Chigiana de Siena.
Los siguientes cuatro años los pasará entre Hamburgo, California y Viena, hasta
que en 1978 es nombrado miembro de la Bayerische Akademie der Schönen Künste de
Munich.
En esta década de los setenta György Ligeti se consolidó como uno de los
mayores representantes de la vanguardia musical, admirado en todo el mundo e imitado
por muchas corrientes compositivas, aunque él no imaginaba que los años siguientes
serían decadentes para su salud y le apartarían temporalmente de la paleta creadora del
momento.
2.10.1. Introducción.
• Instrumentación:
Coro mixto a “capella”.
• Número de voces reales:
Dieciséis, 4 sopranos, 4 contraltos, 4 tenores y 4 bajos.
• Compáses y Tiempo:
Compás único (4/4) y “tempo” único (q = 56, Sostenuto, Molto calmo, “desde
lejos”), sin acentuar barras de compás.
• Textura acórdica:
Clusters diatónicos.
• Textura rítmica:
Polirrítmia saturada, cánones rítmicos variados.
• Tratamiento dinámico:
Homogéneo y evolutivo.
• Técnica compositiva:
Micropolifonía diatónica.
Sin embargo, Lux aetema es una obra con un tratamiento formal marcadamente
supeditado al estudio espacial de sus timbres. Existen en ella dos momentos muy
destacables en donde se conjugan las categorías de espacio y de timbre desde ángulos
opuestos, es decir: espacio agudo ocupado por un timbre naturalmente grave y espacio
relativamente grave, ocupado por un timbre proporcionalmente más agudo. El primer
caso lo tenemos en el primer Domine (compás 37), donde los bajos ocupan una tesitura
relativamente aguda para ellos; el segundo, en el inicio y seguimiento de la fase tercera
en las contraltos (compás 90 y siguientes), que ocupan una región muy grave para la
extensión de su voz.
Ese discurso de micropolifonía saturada, controlado en sus elementos más
simples, se hace presente en la forma global de la obra, marcada no solamente por la
trayectoria del desarrollo textual, sino por los puntos álgidos destacados musicalmente
en relieve. La palabra latina Domine (¡Señor!), que aparece dos veces en el texto, marca
el punto de inflexión de una forma que se articula en tres fases:
En la PRIMERA FASE (compases 1 - 37) comienza con la intervención de las
cuatro sopranos y cuatro contraltos en pp sempre. Es la secuencia de algo “que viene
sonando de lejos”. Las ocho voces recorren un canon de siete fragmentos de cuatro
notas correspondientes a las cuatro sílabas de Lux ae-ter-na. Una mirada sobre el canon
nos habla al mismo tiempo de su riqueza interválica y de su transparencia interpretativa.
Con la ausencia de las notas Re y Si, cada grupeto de cuatro notas sostiene un perfil
melódico de fácil asimilación para la parte vocal.
Canon 1ª FASE
1 2 3 4 5 6 7
Lux ae - ter - na, lux ae - ter - na, lux ae - ter - na, lux ae - ter - na, lux ae - ter - na, lux ae - ter - na, lux ae - ter - na, lu - ce - at e - is.
Estos valores van unidos a otros, formando unidades separadas en cada voz por
silencios y haciendo que el tejido global entre las ocho voces resulte continuo y sin
interrupción.
En el aspecto de la verticalidad, su preocupación reside también en escoger un
material melódico-armónico que responda a la idea de luz que quiere reflejar en esta
partitura. Para ello, pretende construir unos núcleos armónicos que huyendo de fórmulas
Canon sopranos
Entre estas dos capas de sonidos de los dos cánones se interpone una especie de
“carillón” en las contraltos, por la repetitividad de su “ostinato”. Se trata de un nuevo
núcleo armónico sobre los sonido 6, 7 Y 8 de la escala de armónicos de Do (Sol, Sib,
Do). Ligeti califica este pasaje como una cristalización de un sonido metálico, similar al
de las campanas.
Suprimidas las voces blancas (compás 79), las voces masculinas resuelven su
parte canónica en un unísono de Mi natural. A continuación, en la letra G (compás 87),
se reproduce un nuevo campo armónico, de nexo entre las fases central y final (2a y 3a).
Sobre el texto cantado homofónicamente por los bajos, el núcleo Mi, Sol, La se desliza
hacia un acorde perfecto menor de Re#, que sirve de conexión a las contraltos. Se podrá
apreciar que este campo es de nexo como lo es el de Fa# y que prepara en su inversión
el campo final de la obra, Re, Fa, Sol.
Nuevamente los bajos (Domine), ahora en zona grave, reconducen el discurso
hacia las contraltos (letra H - compás 90).
La construcción vertical y horizontal está estrechamente ligada en las entradas
canónicas tanto de la segunda y tercera fase. Ligeti vuelve a hacer uso del “cuadrado
mágico” ya aparecido en el Réquiem, pero esta vez lo aplica en todas las entradas.
La TERCERA FASE (compases 90 - 216) se apoya sobre el acorde de Re#
menor en los bajos. Las contraltos inician un canon de 26 sonidos, desplegándose de
forma similar a los tenores del compás 40 o a las sopranos del compás 61. Esta forma
consiste (como lo hemos apuntado antes) en un canon único para cuatro voces que se
despliega gradualmente, tratando de no coincidir en sus movimientos. Para ello, se
intenta que la andadura de duraciones de cada voz sea diferente a las otras tres, haciendo
que el discurso no simultanee verticalmente y sea lo más asimétrico y aperiódico
posible, para que la resultante de la percepción global nos ofrezca, en cada momento,
una sonoridad nueva. En este caso comprobamos que la contralto número 1 fluye de
forma más ligera mediante duraciones más breves, seguida, en orden de valores más
largos, por las contraltos números 2, 3 y 4. Esta fórmula de expansión del tejido sonoro
es la aplicada por el autor en éste y en otros casos similares. Es curiosa también la
aplicación del texto en cada una de las voces: las contraltos 1 y 2 cantan et lux perpetua,
lux perpetua luceat eis, luceat eis, luceat, luce; sin embargo, las contraltos 3 y 4 cantan
et lux perpetua, lux perpetua luceat eis, luceat eis, lucea(t), con la consonante final no
articulada. Según el autor, las contraltos pueden realizar un «crescendo» hacia el fuerte,
lo suficientemente perceptible como para no ser envueltas y cubiertas por las sopranos y
tenores. Una vez desaparecidos los tenores y las sopranos, las contraltos retornan a su
dinámica de “pianissimo” habitual en “diminuendo”. Es éste el momento en el que
entran los bajos arropando a las contraltos para finalizar en un nuevo núcleo armónico:
Núcleo armónico final
Como resumen al amplio análisis armónico desplegado para Lux aeterna hay
que resaltar que desde el inicio de la obra, la armonía está enfocada hacia un clima de
subdominante. Mediante un nexo armónico, se desliza en un mundo de carácter
dominante (Sol); otro enlace conduce hacia una sonoridad que contiene ambos factores,
tomando como base un segundo grado, que, elimina la atracción jerárquica de
reminiscencias tonales.
Lontano, obra para gran orquesta sin teclados, arpa ni percusión, compuesta a
comienzos de 1967 y estrenada el 22 de octubre del mismo año en el Festival de
Donaueschingen bajo la dirección de Ernest Bour, fue calificada por György Ligeti
como una “parodia de Lux aeterna”.
Elimina todos los instrumentos percusivos y percutidos pues la única técnica
instrumental empleada es el ligado en los aproximadamente once minutos de duración
de la obra.
Tiene el mismo carácter vocal y solemne que su predecesora, construida a partir
de cánones difusores de un sonido, donde vuelven a jugar un papel y de nuevo se
perciben intervalos y armonías, por la emergencia de pilares, de puntos de apoyo hechos
de armonías, de intervalos o de sonidos precisos.
Comienza, por ejemplo, con un la bemol que se prolonga durante seis compáses
y durante este tiempo es la única que se oye, pero variando de timbre e intensidad.
Sonidos vecinos, parasitarios (Ligeti) y al principio sol y si bemol se comienzan a oír
progresivamente y el “pilar” que sucede a ese primer la bemol se fija sobre la nota do.
Un juego muy diferenciado de crescendos y decrescendos define en Lontano
perspectivas espaciales y zonas de luz y sombras.