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CARTA ENCICLICA

CARITAS IN VERITATE
SOBRE EL DESARROLLO
HUMANO INTEGRAL
EN LA CARIDAD Y EN LA VERDAD
(Comentario personal)

El haber leído esta carta encíclica del Papa Benedicto XVI me ha servido para darme
cuenta del gran compromiso que conlleva el amor al prójimo, que no se realiza solamente
de palabras si no que requiere de obras y más aún requiere de obras justas y encaminadas a
la paz.
El amor es una palabra que tiene fuerza y que compromete a todo aquel quien quiera vivirlo
de manera completa a defender la verdad con su testimonio de vida, con sus obras, con sus
palabras. La caridad es la mejor vía de la doctrina social de la Iglesia.
Al haber leído esta carta encíclica me doy cuenta del grande compromiso que tengo y del
gran compromiso que nos compete a todos los cristianos si en realidad queremos vivir de
manera completa y autentica la caridad como Iglesia, como prójimos, como hermanos. La
caridad se fundamenta necesariamente en la verdad: la verdad es lo que hace autentico y
seguro al amor. La verdad yo lo asimilo mucho con la persona de Jesús que es considerado
como la verdad revelada a los hombres, entonces la caridad debe estar cimentada en Jesús,
pues es el quien dirige y guía nuestros esfuerzos hacia el bien de toda la humanidad.
Me llama mucho la atención la sabia frase del Papa al decir que la verdad es el Logos y
todas las personas debemos de llegar al dialogo, por tanto nosotros estamos llamados como
Iglesia a despertar en nuestros hermanos en el mundo el deseo de conocer la verdad en
Cristo para así fomentar el amor y la caridad en el mundo actual.
Que realidad tan diferente en el mundo fuera si cada persona de los que habitan en todo el
planeta conociera y amara a Cristo el Logos, si así fuera la caridad se llevaría a cabo casi de
manera instantánea e inmediata la caridad, ya que el simple hecho de conocer a Cristo nos
crea un deseo grande de hacer el bien al prójimo. Mas sabemos en qué realidad vivimos,
una realidad en el cual muy pocos conocen a Cristo y aun conociéndolo nos hace falta
progresar en el amor al prójimo. Es que es tan difícil despertar en todos los cristianos el
deseo a trabajar por el bien del otro, a veces porque estamos encerrados en nuestras propias
necesidades sin pensar que a veces el más necesitado y no precisamente de dinero si no de
amor, de caridad, de justicia, puede ser mi hermano más cercano.
El papa menciona algo realmente asombroso: el amor brota de la Santísima Trinidad, ahí es
en donde brota, se cimienta y se fundamenta el amor verdadero que nos mueve a hacer el
bien por el prójimo.
La caridad es recibid y ofrecido, recibido porque todo absolutamente todo cuanto tenemos
es gracia, es decir es benevolencia de Dios, es porque él nos ha dado lo que tenemos como
persona, él nos ha dotado de los dones que tenemos no para autosatisfacernos ni mucho
menos para vanagloriarnos y terminar en la más alta soberbia. Si Dios nos ha dado algún
don, alguna gracia es para compartirlo con el otro que lo necesita, así de sencillo es la
caridad, es recibir alguna gracia de Dios para poder compartirlo con el otro. Me llama
mucho la atención aquella palabra dicha al recibir un favor “gracias” que es como si la
persona ayudada deseara que la persona recibiera más gracia de Dios para poder seguir
haciendo el bien con los demás. Que interesante es esta verdad, lo que recibimos de Dios es
lo que único bueno podemos dar.
La doctrina social de la Iglesia es anunciar la verdad del amor de Cristo en la sociedad. Y
como vamos a anunciar el amor en un mundo necesitado de solidaridad, de caridad, esto me
recuerda al apóstol Santiago cuando dice que la fe va acompañado de obras. De la misma
manera como podrá ver la sociedad que es real la muestra de caridad si no comenzamos con
lo más sencillo, desde el ayudar a alguien a acomodarle la silla, desde ofreciendo algo de
comer al que no lo tiene, allí está el anuncio del amor de Cristo en la sociedad. Para que la
sociedad crea en el amor de Dios debemos darlo a conocer nosotros mismos como Iglesia,
evangelizando desde el buen testimonio desde el recto obrar. A lo mejor para nosotros es
difícil ayudar a toda una nación si lo hacemos de manera aislada pero si como Iglesia
concientizáramos de la gran necesidad que tiene el mundo y más aun de la gran sed de que
tiene el mundo entero de conocer a Cristo a través de nuestras acciones ordinarias, entonces
sería otra cosa distinta ya que ya no sería un esfuerzo aislado sino un esfuerzo unido que
demostrara con un testimonio grande y firme que Jesús está vivo en su Iglesia ya que es una
Iglesia en donde se vive la verdadera caridad.
En esta carta encíclica el Papa quiere darnos a entender que el deseo de Cristo para con
nosotros su Iglesia es demostrar el amor verdadero a cada persona del mundo. Ya que
Cristo mismo ha depositado en el corazón del hombre el deseo de hacer el bien al prójimo,
resultara muy difícil creer esto y hasta podría resultar absurdo pero es la verdad, la
vocación de todos los hombres, lo que Dios ha depositado en el interior del hombre es el
deseo de hacer el bien a los demás. A te esta verdad surge todo lo demás, si al hombre
quiere hacer el bien a su prójimo lo hará tarde o temprano y que mejor es si se deja guiar
por el amor de Dios, entonces sus buenas acciones serán complementadas y enriquecidas
por la fuente de la caridad que es Dios.
Pido a Dios que nos ayude como Iglesia a dar testimonio de Dios con nuestras buenas
acciones y que tengamos el deseo inmenso de trabajar por el bien de nuestro prójimo.

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