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EL LUGAR DE LAS HUMANIDADES El asunto que deseo plantear ahora es la relevan- cia o la isrelevancia de las humanidades en a ense~ fianza media y en los estudios superiores y, por con siguiente, el significado o 1a insignificancia que esas humanidades puedan representar para jévenes que desean abrirse camino en Ia vida a través de un conocimiento ejemplar de la realidad en la que viven. Por consiguiente, como profesores, nuestra primera tarea es tratar de definir a estas lamadas “humanidades”. Sin embargo, la primera definicion que ustedes seguramente se hacen de ellas es la de un conjunto de saberes especulativos y sublimes que no sirven para nada, 2 les, ya sean cientifico-técnicos, juridicos o financieros. Esta definicién negativa de las humanidades como saber que no da frutos econémicos no es irreverente, ni tampoco es provocadora. Es precisamente la definicién canénica que dio Francis Bacon, el padre de la tecnocien- cia moderna, a comienzos del siglo xvi. Este fildsofo declaré lo que lamamos “humanidades” ~él menciona las tradiciones metafisicas, religiosas y literarias de los hindies y también las filosofias de la Grecia antigua como saberes epistemoldgicamente limitados de caricter estrictamente local en el tiempo y el espacio, frente a la universalidad 0 globalidad de la tecnociencia. Ademas, los saberes de lo que hoy lamamos “humanidades” care- cian, segtin Bacon, de las dos dimensiones sagradas de la ciencia empirico-critica: no son productivas en un sentido econdmico-capitalista y tampoco sirven a la dominacién diferencia de los saberes instrumenta: LECCION be FtosoFiA de la naturaleza. Y la productividad capitalista y el poder sobre la naturaleza eran las categorias que distinguian (y distinguen) el carécter apodictico y universal de la verdad cientifica seguin el Novum Organum de Bacon. Productioy ‘potentia son las palabras magicas que invocaba. Desde esta Instauratio Magna de Bacon asumimos una abrupta divisidn entre saberes literarios, artisticos y filos6ficos improductivos, como pueden ser los estudios literarios, las artes, la historia, la ciencia de las religiones y Ia filosofia, y los saberes productivos ligados a la industria, el comercio, las administraciones juridicas y, no en iiltimo lugar, la guerra. Por consiguiente, ya sabemos que las humanidades tienen un punto negativo: son saberes locales, improduc- tivos y superfluos porque no producen interés econémico, ni confieren poder politico alguno. Esta definicién nega tiva ofrece una sélida legitimacién para que de cultura y educacién, asf como las agencias financ’ mundiales, reduzcan su campo de estudio ¢ incluso las eli- minen por entero con la mayor tranquilidad de conciencia. {Qué define a las humanidades desde un punto de vista afirmativo? En primer lugar, es preciso recordar que humani- dades no significa lo mismo que Humanismo, pero que existe una relacién histérica y un vinculo intelectual pro- fundo entre ambos. Humanismo es una palabra que se utiliza para definir a una tradicin de filésofos, poctas y artistas del Renacimiento europeo con los que se abre el periodo histérico-universal que Ilamamos modernidad. Escritores y filésofos como Francesco Petrarca 0 Giordano Bruno, artistas como Leonardo, Alberti y Diirer, reforma- dores religiosos como Erasmo, escritores como Cervantes © Goethe, criticos del colonialismo cristiano como el Inca s secretarias Garcilaso. ELLUGAR DE LAS HUMANIDADES La gran revolucién de estos intelectuales consistié en abrir Jos horizontes lingiifsticos de su tiempo mas alld del latin y del griego, asi como de las culturas grecolatinas. Las filosofias arabes, el misticismo islémico y la cabala, las tradiciones espirituales del Egipto y Ia Mesopotamia an- tiguos, y los filésofos y misticos de Persia y la India, 0 los saberes cosmoldgicos de los incas se convirtieron en el fundamento de lo que el antihumanismo y antiint. tualismo dominante en las universidades de hoy se sue menospreciar bajo el slogan propagandistico de “univer- salismo humanista”, Incluyo en esta pequefia muestra de fil6sofos, artistas y escritores al Inca Garcilaso, cosa infrecuente en las humanidades como hoy en dia se conciben. Pretendo ampliar expresamente este espectro intelectual y lingiistico a las lenguas y culturas clésicas del continente americano que el contempordneo racismo académico excluye del mainstream. En fin, podemos decir que, desde un punto de vista histérico, las humanidades son la expresin de una apertura humanista al conjunto y ala diversidad de las expresiones culturales, religiosas y filosoficas de la humanidad. Sobre el Humanismo Sin embargo, como educadores tenemos que hacernos una pregunta importante con respecto a estos humanis- tas: Por qué fueron tan importantes si no produjeron co- nocimientos econémicamente rentables y si todos estaban ligados a las realidades culturales enteramente locales y en muchos casos completamente aisladas de las ciudades curopeas? Quizas algunos ejemplos puedan aproximar- nos a una respuesta, Petrarca es conocido por un poema que eleva la dignidad humana a la altura de los dioses. Leone Ebreo, Bruno y, mis tarde, Spinoza expusieron la visién flos6fica LECCION be FtosoFiA de un cosmos infinito, creador ¢ increado, y en si mismo perfecto y divino, También el Inca Garcilaso construyé una vision arménica del mundo a partir de la cosmologia y Ia religion de los incas. Por si solo eso no les parece- 14 relevante, Cualquiera puede decir que la humanidad y el universo son tan grandes y sublimes como los mismos dioses. Tal vez sea preciso puntualizar por eso que lo dife rente y relevante en estos casos residia en una celebracién de la perfeccién del ser opuesta a una tradicién cristiana que habia rebajado lo humano y la naturaleza a los niveles mas sombrios de angustia y nihilismo, y para el cual lo importante no era el conocimiento y la belleza de los seres, ni tampoco la felicidad humana en la Tierra, sino el poder escolistico y eclesidstico, la opresidn militar y moral, y la salvacién y liberacién de las almas en un indefinido més alla. Leone Ebreo definié un cosmos infinito y arménico en cuyo centro el existente humano resplandecfa como ex- presin maravillosa. Todo en la vida, desde el deseo erdtico hasta el amor al conocimiento, servia a esta unidad armé- nica de un universo plenamente espiritualizado. También esta concepcidn se oponia al antihumanismo cristiano que postulaba una desarmonia fundamental entre la natura~ leza y nuestra existencia, a partir del mito nihilista y el dogma autécrata de un pecado originario y absoluto. Giordano Bruno fue cl filésofo que Ilevé la supera~ cidn del geocentrismo por Copérnico a sus extremos més revolucionarios. Concibié un universo infinite y dinami co, inereado y creador en el que el existente humano era el verdadero centro espiritual llamado a glorificarlo con las expresiones divinas de su conocimiento y de sus artes. Leonardo da Vinci, por citar a un nuevo, pero no iiltimo testigo, revelé a lo largo de sus investigaciones otros se~ ELLUGAR DE LAS HUMANIDADES cretos de esta misma centralidad espiritual del humano en un cosmos divino. La Gioconda es una expresién de esta perfeccién a la vez. cosmolégica, espiritual y fisica. He aqui algunos trazos esenciales del Humanismo: la centralidad del humano en un sentido césmico y, en ; el reconocimiento de la plu- ralidad de religiones y expresiones espirituales humanas como igualmente sublimes e igualmente vilidas; y la cele bracién del cardcter divino y perfecto del religioso, metafisico y artistico. El significado histérico de este Humanismo fue el de un despertar del conocimiento a los secretos del cosmos, Jo humano y lo divino. Humanismo signifies también una apertura a todas las culturas hist6ricas, a todas las tradi- ciones filoséficas y a las diferentes religiones de la huma- nidad, sin distineién de lo verdadero y lo falso, de lo jerdr quicamente superior c inferior. Leone Ebreo incorporaba a su filosofia las tradiciones racionalistas de la filosofia isla- mica. Giordano Bruno hacia lo propio con los saberes es- pirituales de la Mesopotamia y el Egipto antiguos. El Inca Garcilaso traz6 una sintesis del Humanismo lingiiistico italiano, la filosofia cabalista hebrea y la cosmologia inca. Diirer llam6 la atencién sobre 1a complejidad y perfeccién de las expresiones artisticas de mayas y aztecas que el im perialismo cristiano habia destruido. Estos son también algunos de Ios rasgos de las humanidades en un sentido moderno. La riqueza de las humanidades no residia en los poderes técnicos y econémicos que garantizaba, sino en el reconocimiento de la diversidad de las culturas, y de la dignidad y singularidad del humano. No quiere esto decir gue la ciencia humanista descartase la utilidad practica del conocimiento. Copérnico justi astronémicos que cucstionaban cl monopolio eclesi consecuencia, también s sr en.un sentido LECCION be FtosoFiA del conocimiento con el argumento de que permitiria per- feccionar los calendarios de la misma Iglesia que le conde- naba. Leonardo se ganaba la vida como ingeniero militar y organizador de fiestas para la nobleza florentina, En otros casos, sin embargo, la nueva ciencia humanista era censu- rada y perseguida por cuestionar la legitimidad de poderes opresivos y dogmas fals su vida en el exilio, Luis de Leén fue condenado por la Inquisicién a varios afios de earcel por el delito de tradu- cir y comentar a partir de su original hebreo el Cantar de Jos Cantares, y de disentir de la falsificada version oficial cristiana, Después de encontrar todas las puertas de las universidades europeas cerradas a su espiritu renovador, Giordano Bruno fue quemado vivo en la plaza publica s. El Inca Garcilaso vivi toda Pero estamos en México y hablamos la lengua de Castilla. Y en cl México novohispano y en el ambito de la lengua castellana no hubo espacios en los que pudiera desarrollarse el espiritu del Humanismo. Hubo humanistas importantes en la Peninsula Ibérica y en América, como Cervantes, el Inca Garcilaso 0 los hermanos Valdés. Pero los que no vivieron una suerte de exilio, murieron en las mazmorras © en las hogueras de la Inquisicién. Otro tanto sucede con la reforma intelectual del esclarecimiento, la tltima consecuencia de este Humanismo europeo. La reforma esclarecida del pensamiento fue asimismo brutalmente decapitada en el mundo hispanico y las consecuencias de su eliminacién son visibles todavia hoy en los gestos de arrogante indiferencia que las naciones hispanicas exhiben sin excepcién hacia las instituciones educativas de las hu- manidad ‘Tres intelectuales hispinicos modernos pueden citarse como testigos de estas mutiladas reformas huma- ELLUGAR DE LAS HUMANIDADES nistas en este menguado universo: el venezolano Simén Rodriguez, el peruano Pablo de Olavide y el espafiol José Maria Blanco White. El primero murié en el destierro y bajo el signo del fracaso. El segundo fue sometido a un auto inquisitorial y obligado bajo coercién a escribir un libro contra sus propios ideales reformistas. En cuanto a Blanco White, fue obligado a un exilio sin retorno y su obra madura ha permanecido absolutamente censurada en el mundo hispinico hasta el dia de hoy. En la historia moderna de nuestras naciones his- pinicas ha existido, sin embargo, algo que se ha llamado y sigue Iaméndose Humanismo, pero que responde a un modelo completamente diferente de conocimien- to del que representaba un cientifico como Copérnico, un filésofo como Spinoza o un artista como Dies. Y es diferente este Humanismo hispinico porque no tiene que ver con el rigor hermentutico o cientifico, ni con el principio de la critica. Se trata de un Humanismo con- cebido como representacién filoséfica, literaria o artistica de valores trascendentes. Y se trata de un Humanismo filos6fico vinculado al Humanismo sacrificial cristia~ no, es decis, al ideario de Ia salvacién de la humanidad global en la cruz como simbolo de esa trascendencia. El cjemplo mis notable lo constituye la Escuela de Salaman ca, cuyos humanistas eristalizaron los valores éticos de la Contrarreforma, por ejemplo, la dignidad divina del hhumano y su derecho a la salvacién eterna, en las leyes que regularon el proceso de dominacién colonial amei cana, En el mundo moderno esta concepeién de las hu- manidades como representacién general y abstracta de los valores trascendentes de la persona, el Estado y la nacién la encarnan celebrados escritores: José Enrique Rodé en América, asi como José Ortega y Gasset en la Peninsula Ibérica. LECCION be FtosoFiA Repito que este Humanismo hispanico no ha sido, ni es, tun método de conocimiento, ni de critica, ni tampoco ha significado una apertura intelectual a las libertades politi- cas 0 a un pluralismo cultural, ni mucho menos ha contri- buido en alguna medida a dignificar la condicién humana, al contrario de las humanidades del Renacimiento y el Es- clarecimiento europeos. Es un Humanismo fundamental mente ret6rico. Por eso ustedes, profesores, muchas v sienten desosiego cuando oyen hablar de humanidad Humanismo, y lo asocian con homilias académicas tedio- sas. Y por eso la mayoria de sus alumnos prefiere dedi- carse a la ingenierfa o la teorfa econémica, que parecen menos excelsas, pero les permite confrontarse con una realidad y una responsabilidad tangibles, ya que esos oficios les proporcionan la satisfaccién transparente de levantar una empresa 0 construir un puente. Equilibrio entre desarrollo cconémico y soberania politica Pero después de escuchar mis lamentos ustedes quizé sientan haber llegado a un camino sin salida, una aporia. Y seguramente se preguntarin: si las humanidades han sido prohibidas y perseguidas cuando eran independientes y tenjan un sentido eritico, y si se han consentido cuando se han rebajado a una charlatanerfa falsa e indtil, gpara qué entonces tenemos que estudiar esas humanidades que de todos modos no aportan ni oficio ni beneficio? Intentaré salir al paso lo més alegremente posible de este dificil dilema recordando la figura y las funciones de un equilibrista de circo. Lo que quiero recordarles, son aquellos momentos felices en la historia de las ciudades y Jas culturas en los que se ha permitido un equilibrio entre un desarrollo econémico y la soberania politica junto al florecimiento de conocimientos ¢ ideas con entera inde~ ELLUGAR DE LAS HUMANIDADES pendencia de sus provechos econémicos o desprovechos politicos. El Califato de Cordoba en el siglo xm, el floreci- miento de las ciudades sagradas de Cusco y Tenochtitlan en los siglos que precedieron a su destruccién colonial, la Florencia del Renacimiento la ciudad de Jaipur en la India del siglo xvi han constituido grandes momentos en la historia de las culturas y deben considerarse como hitos de un concepto reflexivo y contemporineo de las huma nidades. La reforma humanista de la universidad dirigida por Wilhelm von Humboldt en Alemania constituye un valioso ejemplo historico de plena actualidad frente a la devastacién antihumanista de la educacién que presencia- mos por todas partes. Pero a ustedes este argumento no les convencerd enteramente porque expresa una nostalgia por mejores tiempos pasados. Y les preocupa més bien su presente y su futuro, Por eso trataré de resumirles lo que personalmente pienso sobre el papel de las humanidades como medio de educacién y reflexién sobre el presente y el futuro que real- mente queremos. Papel de las humanidades como medio de educacién y reflexion Con respecto a nuestra condicién histérica presente quicro sefialar, aunque sea muy brevemente, cuatro cate gorias clementales: + Primero. Vivimos una edad tecnocientifica y tecnocén- trica. Sin embargo, nuestra perspectiva histérica ya no contempla aquellos ideales humanizadores y liberadores que distingufan a la ciencia clasica en la edad de Galileo 0 Edison. Ya no asociamos la libertad, la felicidad ni el pro: greso con el desarrollo de las ciencias instrumentales, como Jo hacian Kant 0 Condorcet. Por el contrario, desde LECCION be FtosoFiA tein y Heisenberg, la ciencia moderna contempla su radical distanciamiento y alienacién de aquellos fines humanos del conocimiento que habian inspirado los momentos es- telares del Humanismo moderno. La guerra nuclear, la accién ecocida y genocida de los transgénicos 0 el calenta- miento global derivado del desarrollo tecnoindustrial son los testimonios tangibles del fracaso de la ciencia moderna desde un punto de vista humanista y humano, ‘egundo. Nos confrontamos hoy con grandes amenazas ligadas a la expansién tecnoindustrial, La destruccién pro- gresiva del ecosistema planetario ya permite comprender, desde las ciipulas militares globales, un progresivo desastre biolégico y humano de envergadura planetaria y propor- ciones incontrolables en las préximas décadas, + Tercero, El aumento de los controles sobre la inteligen- cia humana en un sentido artistico, filosdfico e intelectual, a través de sistemas progresivamente eficaces de modifi- Ja alimentacién y la medicina. Eso permite vislumbrar un futuro, mil veces anunciado por socislogos, fildsofos y poetas, de culturas globalmente uniformadas, una hu- manidad reducida a la comunicacién electrénica, la exi tencia humana configurada como un aparato de consumo destructivo, la fragmentacién y disolucién de las memo: rias culturales y los vinculos humanos que sustentan, y el fracaso terminal del ser humano por toda conclusién + Cuarto. Todavia hay un dltimo aspecto que debe ser considerado: el desarrollo de Ia violencia que provocan el hambre, las guerras y la desintegracién social; pero que es una violencia con armas de destruccién masiva y cuyas victimas pueden volatilizarse a través de los mass media con mucha mayor facilidad que las vietimas de los campos cién de la conducta humana, desde la educacién hasta ELLUGAR DE LAS HUMANIDADES de concentracién y exterminio que se han expandido a lo ancho de los cuatro continentes desde el comienz0 de la era industrial. Lo que ensefian las “humanidades”

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