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cAPITULO I BIENESTAR Y CALIDAD DE VIDA Ferran Casas ee 1.DE LOS PROBLEMAS SOCIALES AL CAMBIO SOCIAL POSITIVO ‘Tamo en el contexto més académico como en Ia prictica profesional de ‘campo, los psieélogos y psicélogas comprometidos con el cambio social mediante la intervencién psicosocial nos hemos concentrado, duranie la mayor parte de ‘nuestra historia, en el estudio y afrontamiento de los problemas sociales. Para ello hhemos utilizado un amplio abenico de conceptualizaciones: marginacién, inadap- tacidn, alienacién, exclusion social, malos tratos, estigmatizacién, violencia, pre- juicios, necesidades sociales. etc. Podriamos decir que la identficacién de algo Hace sélo poco més de cuatro décadas que empezaron a discutirse otras justificaciones de la intervencién social més cargadas de connotaciones positivas. ‘Algunas aparecieron agrupadas alrededor de la psicologia comunitaria y de Ia psi- ‘cologia ambiental, y otras muchas se desprendieron de los Ainbit@siyBeHSPCtNESS De hecho, fue el particularmente la propuesta de GSpLRRCLDEsobre prevencién primaria lo que puso sobre el tapete la necesidad de jsticar incre send as cuss. pero pucden it seal ta emesipuliacir ou a amen Lntervercin socal y comanitaria Camente el nuevo planteamiento: SUR robabilidad de que les coses vayan mal ello justifica que se intervenga antes de que" ast Sucka, pare evi hisiey Fete angumentaciGn puso en bandsja el dar otro paso adelante: JPOP) Sspenit “aunque las cosas no vayan ml” i ‘engan a probabitidad de ir mat” aoa ucten tr mejor si intervenes, y te ‘costes de dicha imer. spires aleanzados? Es bajo eleigulagy ecient Uel Bienes de la calidad de a potadas con ia intervencién psicosocial fenciacién de Ia comu- AY ecosistémica del cambio. Satemando cuerpo Ia idea de quelle. Fos # tn sstema deben st “minima Y Tespetuosas cna CHORD AS nacerin For una part, la idea dela mediacion, Hnumanas y Sociales cogeré fuera la idee principio ee tanPlicados en elcambio social deseable insepara- "ie desde ta perspectiva de la calidad de des ant importanca al punto de vista y ls valoraciones de todos los aneniee moni implicados, hasta el punto de hares “Por defniién”, Eomponentes de lnnorees de calidad, De hecho, lo que acabo de llamar l6sica”, vincutada al Ribose Posi- fos os 28 aingsin momento excluye ef i afrontando lo negativo, os 4 Aistintos elementos emengentes, ‘Ruevas formas de entend,. |a psicologta positive > Stlzman, 2000; Sigman y Calzone ¥ Lez, 2002; Casas, 2004) como é Blonesar catia de vida cc Fe ete Hone, ©) ftalecimiento de I comunidad (0) calidad de vide y @ paradig de'Tos derechos en la intervencisn social 2 DE LA PREVENCION A LA RESILIENCIA ‘ative CS PEI ORaa COT ONUSy. ConeeIgaR leradasnegativament, sobre las que se sabe Vio se iene Spears ‘acerca de Sapa NneaS:b) Gonos fictores que eonnibijen ap robabilidad StesbarsiGn@)GOmSUMOMESeAbilidad Social, que apela a ur sentimiento de qocen tase ct e eso aparece pari dolecruce, ee Bo tee catia pablesitn Po: jomplo, duane doce eee we nde et un hogar hay un progeiter stake, Is conden Rican eet & menudo aededorde un 25%, de jos hic ene te de Sa, 198) Por una pas, te poco eg aes Igor 6 Tonnes Blo el conju ea poblecon, propre ae, ices a nl de exten que tustarin a pesenia de un fio ee A ir factores de “contra-riesgo”, que dis- mine autores irén denominand “de’proteecion” "de ‘Sompensacion”, “artorti- ‘Guadores” y, mas recientemente, “de resiliencla Cuando se habla de prevencisn resulta inexcusable citar la clisica clasifica- ion de Caplan (1964), segin el eual se pude diferencine primaria, secundaria y @ invercenciin socal» commitaria reencontrarse con las distintas elaboraciones acerea de Ia prevencién que se han desarrollado independientemente en el ambito de la intervencién social. Por esta razén las propuestas de definiciones presentadas a continuacién intentan ser inte- erativas. _PRVERIGRI PMA) originalmente, segin el propio Caplan, es un con- cepto.inplicativo de actuaciones comunitarias. Otros autores han destacado su caracteristica “impersonalizada’, es decir, que se plantea intervenir sin necesidad de disponer de ninguna lista nominal de destinatarios de Ia actuacién social (ver Casas, 1996), i Siendo el campo mas vasto para 1 €$ esta modalidad la que ha concentrado ‘mayor interés de los expertos y sobre la que mas se ha debatido y teorizado. Hoy en dia se cuenta con un amplio consenso sobre algunas de sus earacte- risticas basicas: debe tener un enfoque comunitario, ser interdiseiplinaria, ser pro- activa, interconectar los diferentes aspectos de la vida de las personas (orientacién. biosicosocel), ulzar a eduacion y las tenicas sociales indvidualzads, se orientar a ont MEE ~ En ciengias de la salud a menudo sc considera en desuso el concepto de revencién terciaria, que Caplan identificaba con el de “rehabilitacién”, pot lo ‘que fue muy polemizado como concepto preventivo (Femdndez-Rios, 1994). Pero en el campo de las ciencias sociales Jue eS una idea bien diferente. Le lamemos como le llamemos, el seguimiento posterior o la interven ¢ién noes solo trascendente pare un trabajo preventivo riguroso; es tambien ent- cial para una correcta evaluacién a medio y largo plazo de las consecuencias de tiuestro trabajo interventivo. No sélo esta relacionado con el bienestar a posteriori las personas que han recibido ayuda; tambien lo esté con nuestra eapacidad de aprender y nuestros métodos de aprendizaje para mejorar nuestrasintervenciones 4 arts la prctca misma. Si no se hace seguimiento, nuesto proceso de cons- uecién de conocimiento no dejard de ser débil, porque Seguiremos ignoranda los efectos profundos de mist tabsj y su permanencia aves del comes Bienestory calidad de vida 31 jr entre Jas imagenes que tenemos los profesionales e inves: tizadores sobre Ta prevencién, y las que tienen Jo ciudadanos en general La “Ii “ca” del experT00 es Ta Unica con que funcionan las interacciones sociales. Ya hace afos que diferentes autores estudian lo que se viene denominando el “conocimiento de sentido comin”, una forma de conocimiento socialmente elaborado y construido, anclado en lo que algunos denominan una “psicologis ingenua”. Lejos de desest- ‘marla, como habjan hecho tantos autores, cada vez se ha hecho més obvio que se train de una forma de pensamiento que esté en Ia base de las Creencias compartidas, por parte de los miembros de cualquier sociedad y que sustenta un fordo cultural ‘comtin sobre cualquier aspecto de la vida cotidiana. Es neceserio tener en cuenta las ‘reencias, imagenes y representaciones de los ciudadanos en relacién a cualquier fenémeno social para el que estemos planificando alguna intervencién, ya que pue- den determinar su colaboracién o resistencia al logro de los objetivos perseguidos, Considerindolo con detenimiento, no siempre es tan obvio que se necesite intervenir sobre algo que “aimn” no existe, especialmente si no se tiene una experien- cia anterior directa. La motivacién se movitiza més ficiImente cuando construimos aspiraciones compartidas, colectivas; cuando todos queremos que las cosas vayan a mejor. Lea catsaraleniterten nese Los profesionales dela salud, por ejemplo, han compro ‘ado repetidamente como, a pesar de parecer profundamenteilégico, muchos hums- nos mantenemos tendencias persistentes a repetir comportamientos insalubres (p. ej: fumar). Muchas personas quieren reaidades concreta “aqui y ahora” y pueden ser bastantes perezosas a la hora de planificarracionalmente ei futuro a medio y largo plaao, sobre todo para evitar no algo “real”, sino “solo una probabilidad” (p. ej: contraercéncer de pulmén).. {Pueden las aspiraciones llegar también a ser “legitimadas”, lo que equival- dria a decir “compartidas® ampliamente por los colectivos ciudadanos? Parece que Jarespuesta debiera ser“s"; la evolucion historic de as vicisitudes que ha compot- tado y sigue comportando el reconocimiento de los derechos humanos es un buen ejemplo de emo, a pesar de grandes dudas, contradicciones y pasos atris, parece claro que globalmente se ha avanzado; incluso reconociendo que el ritmo medio de lamarcha puede resultar exasperantemente lento, Es necesaria una construcciGn ©o- lectiva para legar a consensuar que una aspiracién colecive, para su logro, equiere una intervencién social apoyada desde instancias representatvas de la colectvided. Cuando los profesionales ¢ investigadores hablamas de la necesidad de pre- venir algo, lo acostumbramos a hacer a partir del rigor de la recopilacin sistemé- tica de datos que nos apuntan Ia existencia de factores de riesgo. 2 Intervencién social y comuniaria ez 6 mas evidente que porque se van encontrando en los antecedentes de problemit SREP oo caccmine denen infractores, como en nos oniias abandonados, o con fracaso escolar o malirata. dos). Las dos iimas décadas se han desarollado raichos estudio sobre lei) es decir, sobre los factores que serefieren a Ia eapacidad de esstr acon tecimientos adversos en la experiencia vital, sin consecucncias negativas o pert badora a largo plazo para el desarrollo osocializacion (Rutter, 1990), ‘A pesar de que los planteamientos teéricos mas consensuads son cada vez sis los interactivos individuo-modio (modelos sistémicos, ecosistémicos, etc) arrastramos un lasire de fuertes condicionamientos terminolégicos focalizades mis en la atencién al individvo que en su entomo social. Quiz hay un trasfondo hhumano muy pesitivo en pensar ante todo y sobre todo en ayudar a Ta persone individual: pero esto no significa ni puede significa en absoluto que nuestra inten- idm de eambiar algo, mesiro programa de intervencin, se concente en cambiar Sélo algo referido a la persona (por ejemplo, su conducta osu vulnerabilidad o su resiliencia individual); a memudo quizas dcberiamos centrarnos més en cambiar algo referido al entorno (por ejemplo, a conducta de otos,particulermente sus actitudes y representaciones sociales) ola interacién entre ambos Puede ser mucho més trascendentalidentficar contextos de riesgo que ind Viduos en riesgo; en cambio, estamos poco habinidos e pensar asi porgue los coneeptos que uilzamos nos limitan tal visi, Hablamos por ejemplo de “in. adaptacién” y pensamnios que la persona “no se adapta"; cn vez de pensar en “des: adaptacion” como un sistema de relacionsindividuo-medio con dificultades re Procas de adapiaciin (Casas, 1989), En relacin a todo esto cabe apuntar que encontramos una gran diferencia de planteamiento entre las intervenciones judiciales (centradas en hechos, que impican personas indivicuales; slo se juagan hechos y la responsabilidad perso. al que comporean)y las sociales (centradas en sistemas hurnanos yen las interac. clones qu en ellos se dan). La evaluacin de los respectivos procesos de interven. cin puede no coincidr en absolute, cosa a menudo evidente en el campo de la justia de menores: a pesar de que wn chico haya cumplido una medida, es posfble 4ue cl entormo socal en que esta sumergido no se haya modificado en nada para contener o modlfcar un comportamiento socalmente confitivo, La identificacién de personas en situaciones de riesgo ha llevado ya a en- cendidas polémicas en algunos paises, prticularmente en relacién con fos factores sociales asociados (incluido el propio comportamicnto social de los afectados); 19 hnemos visto claramente los tltimos afios en relacién con el SIDA, aunque la polé- rica empez6 antes. Las teorias del etiquetaje social hace aflos que nos demostra- ron como la propia definicién de una persona como portadora de un problema, aumente las posbitidades de que lo padezca. Asi los etiquetados como pre-delin- ‘cuentes, tienen mas posibilidades de devenir delincuentes que los no etiquetados. Igual que cuando un maestro tiene expectativas negativas sobre el rendimiento de un alumno, esté demostrado que aumenta la probabilided de que dicho alumno tenga rendimiento negativo (profecias autocumplidoras). Castel (1981; 1983), por otra parte, seialéinsistentemente las nuevas formas de control social ilegitimo a que puede Hevar la prevencién personalizada. Por qué, por ejemplo, en vez de crearse registros de nifios maltratados, como algunos proponen, no se crean regis- tros de adultos maltratedores? En tltima instancia, ,se puede obligar(abiertao sutilmente) 2 las personas a * prevenitse” obligatoriamente de alin problema, contra su voluntad? La volunta- riedad se ha defendido a menudo como uno de los principios y de las caractersti- cas de toda intervencidn social, por contraposicion a las intervenciones policiales 0 juiciales. Pero tampoco es tan sencillo establecer limites: en el ambito de la infancia, por ejemplo, el tema de la voluntariedad es bien borroso, porque jdeja- ramos de proteger a un nino abandonado que no quisiera ser protegido? La prevencién personalizada, dirigida especificamente a los individuos identficados como vulnerables, que tiene pleno sentido, pongamos por caso, en el campo de las enfermedades infecciosas, llega a plantear problemas éticos muy delicados en el campo social Es por esto que se han intentado acotar cada vez més una serie de conceptos termedios: grupos de riesgo, situaciones de riesgo, poblaciones en riesgo. Se trata de conceptos que permiten medidas impersonales del riesgo, y eluden, en ‘onsecuencia, un etiqueiajc individual (Casas, 1989). Ya el estudio de los factores de proteccién (Rutter, 1990), y posteriormente ¢l de los de resiliencia (Werner y Smith, 1982), nos mosteé la importancia para la prevencién de aspectos psicolégicos y psicosociales tradicionalmente desestima- os u olvidados, como por ejemplo, el optimismo vital, 0 la conviction de ser capaces de superar las adversidades, Veamos una de las listas de factores potencia~ ores de la resiliencia que estos iltimos autores desprendieron de su famoso estu~ dio longitudinal: — Estructura y reglas adecuadas en el hogar a ~ Pasar tiempo con adultos de fuera de la familia, que sean “cuidadores" ‘Tener aficiones que resulten graificantes Participar en actividades de cooperacién (p.e.: voluntariado). Incrvenctn social y comunitaria ~ Tener responsabilidades en alguna actividad que requiera habilidades (p.¢j-: cuidar un hermano menor; proteger a otra persona de experiencias desagradables; etc). ~ Tener al menos a una persona que se considera que le acepta incondicio- nalmente (relacién intima que refuerza el autoconcepto; sentirse “espe- cial” para esa persona). ~ Tener confianza en algin valor o val tral valores centrales que se considere que ddan significado a la vida (p.¢j.: fe en una religién, sin importar eual; mili- tancia convencida en un partido), ~ Tener confianza en que las adversidades pueden ser superadas (p.¢j.: op timismo vital) ___ Entomo al coneepto de resiliencia los iltimos aos destacan las grandes polémicas sobre su consideracién de capacidad individual de los sujetos versus su consideracién como capacidad que emerge de las relaciones e interacciones socia- Jes de los sujetos con su entomo. 3. EL FORTALECIMIENTO O POTENCIACION DE LA COMUNIDAD Bt neologismo ya primera definicién de “empowerment” el arbuyen& Rappapor (1991), quien presets exteconcepto coma cl ono mediante sal personas, orgnicacioneso comunidades aden © potecian la eapacdad de contolarodominarlas popes vides, ol manejo deanuntorotemasde nae para locale iecesario crear ls conicones qu felts dicho foalecinients Con os afos este concep rads po feralecimientoopotencicin el ba, barismo “empoderamiono™ que algunos autres utlizan rena inesreans in aceplableen castellano) sha id consderando comm ino de los de orociles para el campo psicosocial comunitario (Montero, 2004). Curiosament, la pactica de dicho principio ee ansrior en la pscologia comunitaria latinoamericana a la propia definicién en la psicologia comunitaria nortcameriana, gue a menudo han segudo deers dite (Monro 1984), spo in ate (208 yours nemo eno poya en la presencia de los sigutentesprocesoscomuntros. ) la prtcipcion B) toma de conics: 6) cl eerie del ome! porpane de iecomaniey a) Poder, que acompafia el control; e) Ia politizacién, en el sentido de ocupacién de Circ pia tna eosin de deacons ree che dans) sopesino ivan dea a stad en su process naforacie:g) el eompromio; i) la evolulonyersiminto indir i) Ia identidad comunitari a 2 a entidad comunitaria también denominada por muchos autores sentido de Para otros autores es de det realidad, Ast, Hombrados y Gémez (2001) destacan su capacidad de articular ana- Iiticamente un nivel psicoldgico intrapersonal, con niveles organizacionales y co- ‘munitarios, tomando formas diversas en diferentes contextos, de forma dinamica c interactive Estos autores distinguen entre componentes intrapersonales, interactivos y ‘comportamentales. Los inirapersonales estan relacionados con la propia percep- cién de control y autoeficacia. El componente mas interactivo de la potenciacién se refiere a la idea que Ia personas tienen de su comunidad y a la capacidad de poder ejercer control sobre su ambiente; ello implica compartir normas y valores fn un contexto determinado, desarrollar una conciencia eritica de su propio am- biente, movilizar recursos y tomar decisiones para solucfonar problemas. Mientras «que los componentes més comportamentales estén relacionados com las estrategias de afrontamiento y con las habilidades para adaptarse a los cambios (Hombrados y ‘Gomez, 2001). Un ejemplo, también tomado de estos autores, de cémo pueden aparecer 1. tos tres componentes en un contexto determinado, se puede ver en la estructura desarrollo de los grupos de ayuda mutua. Bl componente intrapersonal se en- éuentra en la percepcién de control y de competencia para aftontar los problemas {que tiene cada miembro del grupo. El componente interactivo esta cn la compren- sin y aceptacién de las normas del grupo, la colaboracién entre los miembros y Ia ‘ayuda reciproca. El componente comportamental guarda relacin con el disefio de ‘estrategias de affontamiento y con la toma de decisiones concretas respecto a la ‘marcha del grupo, definicién de roles, nivel de participacién, ete. (Hombrados y Gémez, 2001), Rappaport (1987) distingve entre los conceptos de prevencién y potencia- cidn, pero Tos considera interrelacionados y complementarios. Este autor conside- ra que la prevencién se centra estratégicamente en Ja solucién de problemas con- cretos, mientras que la potenciacién se centra en intereses compartidos. Para Hom- brados y Gémez (2001) la definicién de potenciaci6n amplia el tipo de interven- cin al que puede optar el trabajador comunitario, para situar el objetivo éltimo en Ja promocién de las posibilidedes para que las personas, organizaciones y comuni dades ganen en control y dominio sobre sus propias vidas. Afiadiendo, al final de su atticulo, que parejo a este objetivo esta el de mejorar Jos ambientes y recursos sociales, asi como el mejorar la competencias personales para fortalecer la ealidad ée vida Desde el punto de vista de la potenciacin, el rol del profesional es clave, y es muy distinto del planteado en los enfoques tradicionales. Para Rappaport (1987) el objetivo del interventor comunitario es hacer posible que Ia propia co- munidad descubra que posee recursos para ser su propio agente de cambio. No se x Lntervorién social y comunitarig colaborador para cl cambio (Rappaport, 1987), aunque a ‘menudo podriamos defi- Feary bien como promotor de cambios. Pero ne poder, olvidar que se trata Seu promotor que no pertenece al sistema que preorie ‘cambiar 5 un agente extemo, siguientes: ': Dsparidades producidas entre los agentes externos '¥ los agentes internos en el trabajo comunitario, ida, Siocs de los agentes extemes Bede cusses roe de intercon

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