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El 2020 ha sido un año con bastantes retos en cuanto a la gestión y buen manejo del

presupuesto público debido a los constantes cambios en el plano político y a la


urgente necesidad de reactivación económica que vivimos. La actual crisis sanitaria
viene generando pérdidas incalculables en la economía y el empleo a nivel mundial.

Ante esta situación, es bien sabido que los gobiernos locales tienen una enorme
responsabilidad en la gestión de los presupuestos públicos. Sin embargo, en los
últimos años ha habido problemas con el gasto a nivel regional y local, lo que ha
impedido la entrega completa de los servicios que necesitan los ciudadanos. 

Diversos estudios han demostrado que los gobiernos subnacionales no


necesariamente se alinean con las demandas de la población, por ese motivo en
muchas ocasiones las entidades públicas no están alineadas conforme a sus metas
trazadas debido a que, la estructura y funciones de las instituciones muchas veces son
ineficientes a raíz que no existe transparencia en el desarrollo que desempeñan a fin
de otorgar bienes y servicios de forma pertinente y consciente. Asimismo, la mayoría
de las instituciones públicas no tienen los medios ni la capacidad para mejorar sus
operaciones. 

El crecimiento continuo del presupuesto estatal requiere mejoras continuas en los


servicios públicos (salud, educación, seguridad, residuos sólidos, transporte, etc.). Sin
embargo, los servicios públicos no tienen estándares de calidad y un nivel de
servicio limitado, lo que crea indicadores negativos de los resultados esperados. Es
responsabilidad del Estado (autoridades estatales, regionales y locales) crear un
mecanismo para la mejora continua de la gestión presupuestaria. Como parte del
desarrollo de los lineamientos necesarios, se logran resultados basados en la
provisión de bienes y servicios públicos por parte de las
entidades estatales que mejoran los estándares de calidad, características
y volumen de acuerdo con las necesidades de los ciudadanos.

Considerando que los presupuestos públicos son el principal medio para que los


gobiernos logren buenos resultados de intervención en términos de calidad, costo,
eficiencia, eficacia, equidad y oportunidad; los sistemas presupuestarios necesitan una
estructura fiscal coherente que los haga viables y que promueva el uso eficiente,
productivo y eficaz de los recursos públicos y un plan de gestión. Sin embargo, en el
caso de Perú, existe una amplia brecha entre la formulación, diseño e implementación
de políticas y los resultados obtenidos de la misma.
Por esta razón, la eficiencia del gasto público es vital en el crecimiento económico de
los países que pretenden maximizar sus resultados, es por ello que es de suma
importancia que las instituciones públicas utilicen con eficiencia y eficacia el
presupuesto asignado para realizar los proyectos en las diferentes regiones del país.
Asimismo, la eficiencia del gasto público se relaciona directamente con el manejo
idóneo del presupuesto, por tanto, las entidades del Estado deben evitar incurrir en
gastos innecesarios o malgastar los recursos otorgados, con la finalidad de no
perjudicar los resultados. La efectividad del gasto público depende, entre otras cosas,
de la capacidad de las entidades públicas para ejecutar los presupuestos asignados
en sus diferentes niveles de gobierno. 

Por consiguiente, es importante reflejar que la eficiencia en el gasto público en estos


tiempos no es la mejor pues los ingresos que el gobierno va a recibir por el impuesto a
la renta disminuirán debido a esta coyuntura avanzando a déficits fiscales de mayor
cuantía y mayor nivel de endeudamiento que antes de la crisis sanitaria. De ahí que,
se plantean las siguientes interrogantes:

¿Cuál es el nivel de eficiencia presupuestal de las inversiones en los gobiernos


subnacionales de la Región Lambayeque 2020-2021?

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