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4. INTRODUCCION La entrevista, entendida como procedimiento de obtencidn de informacién mediante la conversacién con una o varias personas en la que se indaga me- diante preguntas orientadas, contintia siendo el ins- trumento mas uilizado en la evaluacién psicolégica en general y en la evaluacién conductual en parti- cular. Asi lo vienen poniendo de relieve histériea mente los sucesivos estudios que se publican. Los datos ofrecidos por Norcross, Prochaska y Gallag- her (1989), que reflejaban que el 96 por 100 de los psieslogos clinicos utilizaban Ia entrevista y que en. ella consumfan el 39 por 100 del tiempo total que dedicaban a la evaluacién, no difieren de los que se encuentran en las encuestas realizadas a los terapeu- tas de conducta respecto a su préctica, tanto en los comienzos del desarrollo de la evaluacién condue- tual (Swan y McDonald, 1978; Wade, Baker y Har- tmann, 1979) como veinte aflos después (Elliot, Miltenberger, Kaster-Bundgaard y Lumley, 1996) mds del 90 por 100 de los terapeutas de conducta Utlizan la entrevista en la evaluaciGn de sus pacien- tes y mas del 90 por 100 de tos pacientes que de- mandan ayuda la han recibido. No es extrafio que aparezca como el instrumento més utilizado, y casi indispensable (Gross, 1984), Porque Ja realizacién de una entrevista suele ser el ‘modo inicial de proceder en el proceso de evalua- cidn psicolégica (Ey y Hersen, 2004). Mediante la entrevista, el evaluador realiza la primera explora- Cién del paciente que le ha de permitir obtener una © icine Prise Entrevista LUIS MARIA LLAVONA URIBELARREA informacién global sobre él, su problemética y sus circunstancias. Esta sealidad de set un primer méto- do general de obtencidn de informacién probable- mente se derive, aunque parezca paraddjico, de su cualidad de ser un instrumento econdmico, si se atiende a su relacién coste/beneficio ante la primera evaluaci6n de pacientes de los que no se tiene infor- macién previa. En efecto, debido al feedback inme- diato que se produce respecto a las preguntas que se plantean, y a la realimentacién que permite este feedback (la respuesta a una pregunta determinara la pregunta siguiente), se puede agilizar el proceso de conocimiento. Ademds, posibilita que exista una gran flexibilidad en el proceso de indagacién, tanto en la distribucién del tiempo que se dedicaré a cada elemento del que se recaba informacién como res- pecto a la diversidad de temas que se pueden abor- dar y a la profundidad con que se incida en cada una de ellos. Asf, se puede distribuir el tiempo que se dedica a cada aspecto de la entrevista segtin las ne- cesidades que se vayan evidenciando en su transcur- so, pudiendo, por ejemplo, consumir poco tiempo y esfuerzo en la realizacién de un descarte de areas problema y dedicar més tiempo a profundizar en de- terminadas dreas, situaciones 0 conductas problema especificas que hayan resultado ser de interés. A todo lo anteriormente expuesto debe aftadirse también que la entrevista puede considerarse como un auténtico elemento vertebrador del proceso de evaluacidn, en cuanto que, como instrumento gene- ral indirecto de obtencién de informacién, puede desempefiar un doble papel en un proceso de evalua 104 / Técnicas de modificacién de conducta cién multimétodo y multiinstrumentos como es el proceso de evaluacién conductual (Heiby y Haynes, 2004). Por una parte, a partir de los datos que en ella se obtienen, podré orientar sobre qué instrumentos especificos (entrevistas a otras personas, determina- dos autoinformes o cuestionarios, autoobservaci6n, observacién, registros psicofisiolgicos) seran los més adecuados para confirmar/cuantificar la exis- tencia de determinadas conductas problemas, a qué personas se deberdn aplicar, en qué situaciones y en qué momentos. Pero, ademas, permitird, a su vez, clarificar con los pacientes los datos que se van evi- denciando a partir de esos otros instrumentos aplica- dos y determinar el curso futuro de la entrevista, 2. MARCO TEORICO DE LA ENTREVISTA CONDUCTUAL La primera cuestién que conviene tener presente cuando se abordan las bases te6ricas de la entrevista conductual es que no existe un tnico tipo de entre- vista clinica, Como bien seftalan Davison y Neale, «la entrevista clinica no sigue un curso prescrito, sino que varia con el paradigma adoptado por el en- irevistador... El paradigma dentro del que un entre- vistador opera determina el tipo de informacién buscada, como es obtenida y como es interpretada» en y Neale, 2001, p. 79; cursiva en el origi nal. Citado por Barbour y Davison, 2004, p. 181). En el caso de la entrevista conductual, el paradigma de referencia serd el enfoque conductual, que resal- ta la importancia de tomar las conductas como el elemento fundamental de andlisis del funcionamien- to humano y sefiala a las condiciones situacionales actuales (tanto ambientales como orgénicas) como Jas responsables (controladoras) de los procesos que regulan esos comportamientos. Ademés resalta el papel especial que en la adquisicidn-regulacién de los comportamientos desempefian los procesos de aprendizaje-condicionamiento, sin excluir otros procesos que hayan demostrado su relevancia a tra- vés de las investigaciones desarrolladas por la psi- cologia cientifica-experimental. Por tanto, el tipo de informacién que la entrevis- ta conductual ha de buscar serd la especificacién de las conductas en situaciones, tanto las conductas que suponen un problema actualmente para un in- dividuo y las situaciones en las cuales se evidencia ese problema como las conductas que se desea que ocurran en determinadas situaciones. En cuanto a cémo es obtenida la informacién, el desarrollo de la entrevista se produciré mediante un proceso di- rectivo semiestructurado en el que se demandarén descripciones de secuencias de funcionamiento a través de las cuales se puedan apreciar los compor- tamientos objeto de andlisis/intervencién y los su- cesos (condiciones) anteriores y posteriores (Bar- bour y Davison, 2004). Esta informacién podré referirse tanto al momento presente como a perfo- dos anteriores o al futuro. Respecto a la interpreta cidn de la informacién, se realiza desde los mode los te6ricos conductuales propuestos para la explicacién del funcionamiento humano general (por ejemplo, las leyes del aprendizaje) y desde modelos espeefficos que muestran los procesos res- ponsables de conductas problema concretas (por ejemplo, los diversos modelos conductuales de la conducta anormal o los modelos de los que se deri- van las intervenciones que han demostrado efica- cia) (O’Donohue y Ferguson, 2004), Debe remar- carse que el conocimiento de modelos explicativos de diversos problemas seré de gran utilidad para el entrevistador porque orientard tanto hacia la inda- gacidn de determinadas conductas problema como objeto principal de andlisis como en ia busqueda de situaciones que hagan més probable las relaciones funcionales entre la conducta y las condiciones es- timulares qe postula ese modelo, y permitira inte- grar més facilmente los datos obtenidos en relacién con ese problema Por otra parte, al realizarse la entrevista conduc- tual integrada en un proceso de evaluacién conduc- tual (Llavona, 1984; Silva, 1993; Fernandez Balles- teros, 1994), su finalidad seré contribuir a lograr los fines de este proceso. Por tanto, el objetivo de la entrevista conductual sera proporcionar informaciéa que posibilite: — Identificar las conductas problema. — Definir las conductas problema (anidlisis t0- pogréfico y funcional). © Biciones Psi _- Establecer los abjetivos de la intervencién (eliminacién de conductas inadecuadas y de- sarrollo de conductas adecuadas). Seleccionar una estrategia de intervencién Evaluar los resultados de la estrategia de in- tervencién. En cualquier caso, no debe olvidarse que la sefial distintiva del proceso de evaluacién conductual si gue siendo el andlisis funcional de conducta (Mash, y Hunsley, 2004), y tal vez en la contribucién a este andlisis sea donde radica el punto fuerte de la entre- vista conductual, ‘A la luz de lo expuesto hasta aqui, resulta evi- dente, para los elinicos que quieren llevar a cabo una evaluaci6n conductual, la necesidad de realizar una entrevista. conductual. Sin embargo, su utilidad se ha visto cuestionada en la gitima década con la aparicién de publicaciones que listan «tratarmientos empiricamente validados» en relacién con proble- mas psicol6gicos definidos sobre criterios diagnds ticos psiquidtricos (DSM), y con la consiguiente aparicion de entrevistas diagnésticas estructuradas generales y especificas para diversos problemas. La argumentacién fundamental es que, si se dispone ya de tratamientos empiticamente validados (en buena medida tratamientos conductuales) para determina- dos problemas psicol6gicos (patologias), la «entre- vista diagndstica> seré el elemento clave para iden- tificar e! tipo de problema que presenta un paciente. al que se le habré de aplicar el tratamiento corres- pondiente disponible. Sin embargo, reconociendo el gran avance que ha supuesto para la psicologta cli- nica el que se disponga de determinadas técnicas/ procedimientos que hayan probado su eficacia para tratar cierto tipo de problemas, debe tenerse presen- te que el abordaje de la realidad clinica es bastante més complejo de lo que podria deducirse del plan- teamiento diagnéstico-tratamiento empiricamente validado. En primer lugar, no todos los pacientes que solici- tan ayuda psicolégica y presentan problemas que les Suponen suftimiento y deterioro en el desarrollo de su Vida cotidiana pueden clasificarse en las distintas ca- legorfas diagnésticas: los «problemas del vivir» no se agotan en las categorias diagndsticas DSM. © EsicionesPckide Entrevista / 105 Por otra parte, e! DSM presenta deficiencias im- portantes en su funcién descriptiva-clasificatoria que pueden poner en cuestién su validez para enca- jar la realidad del paciente en sus categorias diag- ndsticas (Widiger, 1997). Asi, por ejemplo, cuando se utiliza en una investigacién la categoria no espe- cificado, respecto a una clase diagnéstica, es a me- nudo el diagnéstico més frecuente. Ademés, los problemas que presentan los pacientes con frecuen- cia no pueden ser delimitados por una sola catego- ria, apareciendo un alto porcentaje de casos en los que se diagnostican varios trastornos. El fenémeno de la «comorbilidad> aparece en una magnitud del 56 al 60 por 100 de pacientes, tanto en muestras de la comunidad como en muestras clinicas (Nelson- Gray y Paulson, 2004), dejando una puerta abierta al interrogante sobre la concurrencia de trastornos mentales miltiples 0 la existencia de un tinico pro- blema al que se le estén dando varios diagnésticos (Widiger, 1997) Ademiés, la entrevista diagnéstica se centra més en detectar los funcionamientos inadecuados 0 patolo- _gfas que han de ser eliminados (objetivos de interven- cién de la categoria), mientras que la entrevista con- ductual resaltaré también los funcionamientos positivos deseados por el paciente (objetivos de inter- vencién individuales) y los «activos» o recursos con que cuenta para lograr un funcionamiento adecuado. En relacién con 1a aplicacién de un tratamiento una vez obtenido un diagnéstico, nos encontramos con el dilema de que para un mismo tipo de trastor- no se dispone de varios tratamientos empiricamente validados (derivados de orientaciones teéricas dis- tintas, e incluso intervenciones diversas dentro de un mismo enfoque teérico), cuya seleccién e idonei- dad para cada caso concreto se remiten a la valora- cin del clinico, valoracién que ha de hacerse con otra informacién «complementaria» al diagndstico. (Puede consultarse el excelente trabajo de Vazquez, Nieto, Hernangomez y Hervas [2005]: en su aparta- do 9.1, Aspectos clinicos y epidemioldgicos de la depresién, apatecen reflejados los problemas que estamos poniendo de relieve referidos especifica- mente a la «clinica de la depresién».) Por tiltimo, debe considerarse que, desde la eva- luacién conductual, la «entrevista diagndstica» pue- Dr 106 / Técnicas de modificacién de conducts de desempefiar el papel de ser uno de los «multi- instrumentos» a utilizar, igual que lo puede ser un cuestionario especifico, para sugerir diversos patro- nes de respuesta entre los que se ha encontrado co- variacién y para ayudar en la clasificacién/comuni- cacién del tipo de problema que presenta el paciente, pero no reemplazar a la entrevista conduc- tual (puede encontrarse una bueng referencia de la entrevista diagndstica er Vazquez y Mufioz, 2002, y en Barbour y Davison, 2004), 3. PROCEDIMIENTO 3.1. Estructuracién del rol de entrevistador y entrevistado Una de las primeras tareas que resulta adecuado realizar cuando se comienza una entrevista es la es- tructuracién del rol del entrevistador y del entrevis- tado: la aclaracién de lo que el entrevistador va a hacer, y en qué condiciones, y del funcionamiento que se espera del entrevistado (Edelstein y Yoman, 1991), Para lograr este propésito, se debe dar una pe- quefia explicacién de la necesidad y utilidad de la entrevista, Se te expondra que, para poder compren- der fo que ocurre (el problema) y poder ayudarle, se necesita conocer con profundidad y de una manera exhaustiva lo que est sucediendo ahora y todo el proceso por el que se ha llegado hasta aqui. Por esto, se le van a realizar preguntas concretas de muy dis- tinto tipo sobre aspectos muy diversos del proble- ma, de su vida y de su entorno, de modo que el psicdlogo pueda tener la informacion necesaria, En relacién con la necesidad de que el cliente nos proporcione la informacién suficiente, se le ex- plicitara la necesidad de colaboracién: el entrevis- tado es el principal proveedor de la informacion que se necesita para comprender el problema, y en mu- chas ocasiones el nico. Por tanto, su colaboracién resulta imprescindible para proporcionar la infor- macién adecuada, En ese sentido, se espera de él que intente recordar los sucesos sobre los que se le pregunta con la mayor precisién que sea posible y que informe de ellos con exactitud. Dentro de esta necesidad de colaboracién, ba de entrar el compromiso de veracidad: compromiso ex. plicito de que la informacién que se proporciona es veraz. Se puede complementar con la indicacién de que si hay algtin tema del cual no quiera hablar, al menos por el momento, lo manifieste, o bien al ini. cio de la entrevista 0 cuando se le pregunte ese tema. Complementario con la demanda del compromi- so de veracidad es asegurar al entrevistado el res. guard de su intimidad, es decir, que el entrevistador indagaré en cualquier rineén de su vida pero s6lo en la medida en que sea necesario para la evaluacion del caso, sin investigar en parcela alguna que no re- sulte estrictamente relevante para este propésito; y la confidencialidad: proteger la informacién que pro- porcione, en lo que se refiere a la no divulgacién, custodia y buen uso que se ha de hacer de ella, Una cuestién que pocas veces se hace explicita al entrevistado es que la entrevista es semiestructura da; por tanto, hay unos contenidos determinados por Jos que se le va a preguntar y que deben ser completados. El que el sujeto tenga presente este hecho, que se puede favorecer incluso con la pre- sencia fisica de las hojas que contienen la pauta de entrevista, dard idea de que en la entrevista se esté llevando a cabo una tarea concreta (la de obtener una informacién determinada en un tiempo determi- nado), pudiendo ayudar a que sea menos probable que el paciente se eternice en divagaciones 0 en na- sraciones interminables. Por tiltimo, parece también adecuado resaltar la directividad de la entrevista: las preguntas que se le van a hacer tienen como finalidad que el psicélogo pueda comprender lo que ocurre; por tanto, é! debe determinar qué cosas quiere saber, Ia profundidad y en qué momento. Por esto el entrevistador ha de conducir la entrevista y llevar el peso respecto a los temas a preguntar, el orden a seguir en la recogida de informacién y la amplitud de ésta. Asi, conviene dejar claro que en el entrevistador recae la responsabilidad de la entrevista y que el en- trevistado no debe estar con miedos respecto a silo esté haciendo bien, porque corresponderé al psiov- logo decidir cudndo debe profundizar en un tema, repreguntar para precisar 0 aclarar una cuestién, (© Beiciones Pirie cambiar de tema, etc, y,en definitiva, cusndo tiene fa informacién suficiente. No debe olvidarse que la entrevista es un instrumento que se emplea por «de- isin» del profesional para obtener una informa ign muy determinada que necesita conocer, y no tina ocasiGn para la comunicaci6n libre-ilimitada del cliente El lograr una estructuracién con la utilizaci6n de esta estrategia ha de ayudar en la entrevista a que se tatablezca mayor colaboracién, a facilitar que el su- jeto proporcione una informacion mas fable y Gti, a que se encuentre més orientado sobre lo que se espera de él, a que la informacién requerida se ob- tenga con menor coste y a que el proceso sea més fluido. 3.2. Pasos en la realizacién de la entrevista La realizaci6n de una entrevista puede concebir- se como un proceso de descubrimiento en el que el entrevistador tiene el apasionante reto de descubrir qué tipo de problema/s tiene el paciente, cémo se concretan esos problemas, por qué le ocurren y cémo llegé hasta esa situacién, A modo de un rom- pecaberas, el psicélogo debe ir uniendo todos los elementos de informacién hasta lograr formar una unidad con sentido. Para la realizacién de esta indagaci6n es conve- niente, ademas de no perder de referencia los obje- tivos de la entrevista conductual, contar con alguna guia 0 pauta de entrevista que nos oriente en el pro- ceso de recoger, de un modo organizado, los aspec- tos relevantes que debe conocer un evaluador con- ductual para cumplir su cometido respecto al problema que se presenta, Existen multitud de guias, muy similares, que orientan sobre los contenidos que deben indagarse, explicitando en mayor o menor medida las pregun- tas coneretas que se debe hacer a los pacientes. Aqui se va_a tomar como modelo la pauta de entrevista general (Llavona, Carrasco y Carrasco, 1977) (véa- se la tabla 3.1), que no s6lo servird como orienta- cién para el tipo de preguntas a efectuar y el curso que se puede seguir en el proceso de indagacién Para obtener una informacién ordenada, sino que © Bicones Pictide Entrevista / 107 también ha de utilizarse como criterio para decidir si se ha obtenido suficiente informacién. La pauta esté dividida en seis apartados: Delimitaci6n de la conducta problema, Importancia del problema, Pardmetros de la conducta problema. Determinantes de la conducta problema. Evolucién y desarrollo. Expectativas y objetivos. DvaeRe El primer paso que se da esté destinado a la identificacién de la conducta problema, porque se asume que es més eficiente, para reunir informa- cién produetiva en menor tiempo, centrarse en fun- cionamientos inadecuados concretos (saber qué comportamientos problema presenta), para pasar posteriormente a conocer aspectos mas generales: ir de lo concreto a lo general. En lugar de emplear un tiempo en diversas disquisiciones sobre «el su- frimiento» que un paciente esté atravesando en este momento, la angustia que le invade y le imposibili- ta disfrutar de la vida o el perfodo de rebeldfa en que se encuentra el hijo adolescente, sera més itil conocer que el paciente sufre al no poder enfrentar- se adecuadamente a la relacién cotidiana con sus compafieros, que cree que no va a poder hacerse con el nuevo cargo al que le han ascendido y por lo que se encuentra agobiado, o que el hijo adolescen- te descuida los estudios y presenta un «look» que disgusta al padre. Conocer los funcionamientos es- pecificos que suponen un problema para el pacien- te dard sentido y seré el referente de toda la infor- ‘macién que proporcione la entrevista. A continuacién se aconseja indagar en la impor- tancia que tiene este problema para el sujeto, cémo afecta a su vida, en lugar de proceder inmediata- mente a la especificacién técnica de esos comporta- mientos. El motivo de esta decisi6n es doble. Por una parte, permitiré valorar la gravedad del proble- ‘ma por su implicacién personal y social en un mo- ‘mento temprano de la entrevista, lo que puede resul- tar Gtil para poder tomar diversas decisiones como Ja exploracién de algtin otro problema, la derivacién a otro profesional o a otra institucién, etc. Por otra parte, para el paciente puede suponer cerrar un es- 108 / Técnicas de moditicacién de conducta TABLA 3.1 Pauta de entrevista general Delimitacién de la conducta problema 1.1. Describa el problema por el que ha venido. 1.2. Explique con exactitud que es lo que le pasa o siente 13, Describa detalladamente la tiltima vez que le ocurri esto. 2. Importancia del problema 2.1, {Cémo afecta el problema a su vida (en el trabajo, en su casa, en relacién con otras personas? 2.2. {Como afecta el probiema a las personas que se relacionan con usted? 2.3, {Bn qué medida esta interesado en solucionar este problema? 3. Pardmetros de la conducta problema 3.1. ;Cudntas veces le ocurre al dia, semana...” 3.2. Describa con el méximo detalle la vez que el problema tuvo més intensidad, ta que fue més fuerte, ta que se sintié peor. 3.3. Recuerde ahora, también con los maximos detalles que pueda, la vez. que el problema tavo menor inten- sidad, 3.4. {Cémo sitia lo que le ocurre ahora en relacién con los dos episodios anteriores? 3.5. {Cusinto tiempo dura la conducta problema cada vez que aparece? 4, Determinantes de la conducta problema 4.1. (En qué situaciones aparece (en qué lugares, con qué personas, a qué horas, qué dias)? 4.2. {Qué estd haciendo usted cuando aparece el problema? 43. {Qué hace usted u otros después, o qué cosas suceden posteriormente? 44. {Qué se dice usted cuando ocurre el problema (antes, mientras, después)? 5. Bvolucién y desarrollo 5.1. {Cuando esto que le sucede empez6 a ser para usted un problema? 5.2. {Qué pasé entoaces? 5.3. ZEt problema ha permanecido igual desde entonces, ha mejorado, ha empeorado? (buscar algin punto de referencia para concretar fechas aproximadas). {Qué cosas pasaron entonices? 5.4, {Qué circunstancias hacen que el problema se agrave, disminuya o desaparezca? ,A qué cree que es debido? 5.5. A qué «causas» atribuye usted la apariciGn det problema? 6. Expectativas y objesivos 6.2. {Qué ha hecho usted hasta ahora para solucionar su problema (por sf{ mismo, médicos u otros profesiona- les que ha visitado, tratamientos que ha seguido, si toma medicacidn actualmente)? 6.2. {Qué resultados le ha dado? 6.3. {Qué espera conseguir al finalizar este tratamiento? Fuexre: Llavona, Carrasco y Carrasco (1977). (© Beiciones Piss quema lgico dela informacién que tiene que sumi- iMtqar al psicélogo: qué le pasa y cémo le afecta iénsese que a indagacién de los parmetros y de- tenminantes del comportamiento es un tema de gran interés para el evaluador, pero no supone una tema- tiea de especial interés para el entrevistado, que no siempre alcanza a comprender la importancia de la espevificacisn de esos elementos, y tampoco le su- pone una funci6n catértica, a diferencia de los apar- {ados anteriores. ‘Una vez terminada esta fase de recogida de la in- formaci6n que el paciente considera fundamental so- bre su problema, se estaré en disposicién de centrarse en datos concretos que ayuden a definir la conducta en relaci6n con sus parémetros y determinantes. Después, y s6lo después de conocer la conducta problema y sus posibles determinantes, se pasaré a preguntar por su origen y evoluci6n. El conocimi to del proceso que dio inicio a un problema s6 podeé lograr cuando tengamos un problema bien de- limitado. Al abordar la evolucién de un problema éeterminado, los datos relevantes que se obtengan serdn de utilidad para confirmacién 0 contraste con Jos que se poseen respecto a la situacién actual. Ex- plorar el desarrollo y evolucidn de un «problema», sin especificar comportamientos, arrojard informa cién general no operativa ni para determinar proce- sos responsables ni para servir de comparacién con la situacién actual. Por otra parte, el conocer por qué se originé un comportamiento problema, y cual y cémo fue su evolucién, si no siempre es util para el evaluador (en el sentido de orientar sobre el proceso de man- tenimiento actual), si ser4 de utilidad para que el paciente pueda tener una mayor comprensién-expli- cavién cacional sobre lo que le ha estado pasando; y en el caso de comenzar una terapia, para que el te- ‘apeuta utilice esa informacién como referencia real de procesos de funcionamiento inadecuados. Finalmente, el tltimo apartado esta destinado a lograr que el entrevistado indique los objetivos fina- les que desearfa lograr en un tratamiento, los cam- bios que considera necesario realizar en su funcio- hamiento. Ademas, se pretende conocer por qué hasta ese momento no ha podido realizar los cam- bios que quiere conseguir. El saber este aspecto © Ediciones Pictmie Entrevista / 109 también sera importante en el caso de iniciar una terapia porque servird como punto de partida y, como contraste, para explicar al sujeto por qué est en esa situacién (qué cosas no se han hecho o se han hecho inadecuadamente) y por qué puede cambiar (qué cosas distintas se van a hacer, o de distinta ma- nera), 3.2.1. Delimitacién de la conducta problema La primera cuestién que debe resolver todo en- trevistador, y quiz4 la més importante, es descubrir qué le ocurre al paciente para que pida ayuda, u otros le hayan remitido a un psicdlogo. Debido a su relevancia, no importa emplear tiempo en este apar- tado porque de su aclaracién depende el resto de la entrevista. Para facilitar este logro se propone un proceso de tres pasos que ird levando répidamente al sujeto de lo general a lo concreto, haciendo pasar el caudal de la informacién como por un «cuello de botella» (Kerlinger, 1973). EI primer paso tiene como objetivo conocer el «tipo de problema» que presenta el cliente de entre todos los «problemas psicolgicos» posibles: es un problema que tiene que ver con el suefio, con mie- dos, con la sexualidad, con la bebida, con la rela- cidn de pareja, etc., esta informacién se puede gene- rar haciendo preguntas del tipo: «Describa el problema por el que ha venido.» «Cuénteme qué es lo que le ocurre.» «Qué sucede...» «Usted me dird...» Ha de tenerse presente que, al ser ésta la primera vez. que el paciente le da al psicslogo informacién sobre su problema, es muy probable que conteste con el contenido de un «guién», mas o menos es- tructurado, que lleve preparado y que responda a la pregunta «{Qué le voy a contar al psicélogo cuando me pregunte qué me pasa». Este guidn suele ser un resumen de los aspectos que él considera més rele- vantes del problema y de su evolucién, Es conve- niente, si no se alarga en exceso (unos 10-15 minu- tos), permitir que «suelte de un tirdn» esa informacion sin hacer especiales comentarios, ni pedirle preci- 110 / Técnicas de modificacién de conducts siones. Asf, eit primer lugar, es probable que haya- ios satisfecho sus objetivos (poder contarle al psi- célogo lo principal de lo que considera que debe saber sobre su problema), y, en segundo lugar, al haberse «vaciado» momentdneamente (haber termi- nado de contar lo que tenfa que contar), facilitar el que sea el entrevistador el que tome las riendas de la entrevista a partir de ese momento y la dirija ha- cia los puntos que considere pertinentes. Por lo general, en esa narracién suele quedar pa- tente de qué «tipo de problema» se trata. En caso de que se evidencien varios problemas, se deberi elegir el que a juicio del entrevistador parezca més rele- vante y avanzar en su indagacién hasta completar el apartado «importancia del problema», y posterior- mente realizar la misma operacién con los demas problemas. Una vez que nos hayamos «situado» en un area problema (incluso si todavia existe cierta confusién), el segundo paso ser especificar las conductas con- cretas que suponen problema. Se debe saber qué comportamientos especificos son un problema: por- que ocurre algo que no deberfa ocurrir (exceso) 0 porque no ocurre algo que deberia ocurrir (déficit). Ha de tenerse presente que suele plantear mayor di- ficultad detectar déficit de conducta, al tener que buscar la conducta cuya funcionalidad restableceria Ja adecuacién de esa situacién problema, que no los excesos, que resultan mas evidentes. Para rastrear esos comportamientos se ha de atender a los tres sistemas de respuesta (motor-cog- nitivo-psicofisiolégico) a través de ios cuales se des- pliega el comportamiento humano: qué acciones realiza ef sujeto, qué respuestas fisiolégicas estén presentes, qué respuestas cognitivas emite que re- presentan un problema. {Fis un nifio que golpea y muerde a los otros nifios? (conducta problema mo- tora); {es una persona a quien «se Je agarran los nervios al estémago»? (conducta problema psicofi- iolégica), o presenta unos pensamientos obsesi- vos? (conducta problema cognitiva). A estas descripciones de comportamientos se puede llegar a través de preguntas como: «Eexpliqueme con exactitud qué es lo que le pasa o siente...». , en relacién con Ia informacién general sum. nistrada anteriormente.. «. Con ello no obtenemos una informacidn general «promedia- day de lo que «suele ocurrir» («me angustio»), sino que podremos conocer «cémo se angustié ese diay (qué reacciones fisiolégicas concretas experimen. 16). Ademds, nos permitird abordar la situacién en que se produjo y, por tanto, saber que en ella se han de encontrar sus elementos determinantes. Por esto, debemos preguntar exhaustivamente por las posi- bles condiciones que pudieran ser determinantes antecedentes y/o consecuentes. Para que el entre- vistado nos pueda suministrar esta informacién es ‘muy vitil que narre toda la «secuencia del funciona- miento», de un modo natural, desde «antes de que ocurrié» hasta «después de que ocurrié». Otra ven- taja de rastrear secuencias coneretas de funciona: :miento es que el sujeto Va aprendiendo qué elemen- tos de informacién le interesan al psicélogo y necesita conocer. Narrar sucesos que probablemente son cercazos generalmente de la propia semana o de la semana anterior, hace més prabable el recuerdo preciso de los datos que se proporcionan, Es aconsejable soli- citar una narraci6n similar también de la pemtiltima vez, salvo que la obtencién de la descripeién de la situacién anterior haya resultado muy costosa en tiempo y esfuerzo, BI tener dos secuencias del fun= cionamiento reciente no supondra necesariamente contar con una muestra significativa de lo que ocu- fe, pero sera muy «til como referencia en la inda- gacién posterior sobre la conducta y sus determi- nantes, ya sean estas dos ocasiones situaciones sitmi- lates o muy diferentes. © Eiiciones Pride estas secuencias se obtendrdn directamente al preguntar al paciente: «{Cuindo fue la iltima vez que le ocurrié esto? {Me lo puede describir detalladamente como si fuera una escena de una pelicula?» 3.2.2. Importancia del problema Bajo este epigrafe el entrevistador ha de obtener informacién que le permita conocer cémo estd afec- tando este problema a su vida y a su entorno, qué importancia le da el paciente y qué gravedad le atorga él (e| psicélogo). En relacién a cémo afecta a su vida, se propone la indagaci6n en tres esferas en las que se desen- vuelve primordialmente el ser humano y que supo- nen una base de apoyo muy importante: el émbito familiar, el laboral y el de las relaciones sociales. En esta ocasién, las preguntas pertinentes dirigi- as a estos Ambitos pueden ser: «{C6mo afecta este problema a su vida (en relaci6n con su trabajo, con su casa, con su fa- miflia, con sus amistades)?> © cuando se quiere conocer cémo afecta a las relaciones personales concre «¢Cémo afecta este problema a las personas que se relacionan con usted (en el trabajo, fami- lia, amistades)?». Una manera indirecta, pero efectiva, de conocer qué importancia le concede el paciente al problema es preguntandole: {En qué medida esta usted interesado en solucionar este problema?» «{Qué cree usted que ocurrirfa con su vida si todo continuase igual que hasta ahora?». Alla luz de cémo se vea afectado el propio sujeto on su funcionamiento (el daiio o sufrimiento que experimente), la incapacitacién que suponga en su funcionamiento en los Ambitos familiar, laboral y © Ediciones Piimide Entrevista / 114 social, y/o el dafio que suponga para otras personas, © para los desempefios en los diferentes ambitos, asf establecerd el psicélogo la gravedad del problema. 3.2.3. Parémetros de la conducta problema Cuando ya se tiene acotado el comportamiento problema, y una estimacién de su gravedad, podre- mos bajar a concretar los parametros de frecuencia, intensidad y duracién, que terminarén de perfilar empiricamente la magnitud de ese problema. En relacién a la frecuencia (niimero de veces que Ja conducta sucede en un perfodo de tiempo deter- minado), es suficiente conocer de un modo aproxi- mado si la conducta problema tiene una ocurrencia diaria, sucede varias veces a la semana o entre epi- sodio y episodio trascurre més tiempo (quince dias, un mes o més). Si la frecuencia es diaria, puede pa- sarse a delimitar un nimero promedio de veces al dia, No es aconsejable someter al cliente a un ago- biante proceso de cuantificacién para lograr obtener mayor precisiGn, pues ha de tenerse presente que la entrevista es un instrumento «indirecto» y por tanto no ofrece completa garantia sobre la precisién de la informacién que se obtiene. Preguntas adecuadas en esta ocasién pueden ser: 4«jEsto le ocurre a diario?»... «,Cudntas ve~ ces le ocurre al dia... a la semana... al mes?>. Por lo que alafie a la duracién (tiempo que tras- curre entre el comienzo de la emisi6n y la finaliza- cién del comportamiento), es conveniente intentar obtener, igualmente, una estimaci6n aproximada. Para ello, en lugar de quedarnos en una informacién general sobre cuanto suele durar la conducta, que muy probablemente resulte en una estimacién de una duracién «media», se puede partir del episodio © episodios iltimos ya conocidos y tomarlos como referencia en la duraci6n. Se podrd preguntar: «En Ia ltima ocasién, el episodio duré... gsuele ocurrir siempre asi, 0 es diferente otras veces?» 112 / Técnicas de modificacién de conducta En algunos casos el paciente no discrimina entre diversos episodios y los toma como una unidad, por ejemplo cuando la frecuencia por dfa es muy alta 0 a duracién muy larga. Asf, el sujeto informa que «siempre» tiene esos pensamientos que no puede apartar de su mente, que siempre le duele la cabeza, que est permanentemente angustiado, etc. En estas ocasiones, como punto de partida para ayudar al en- trevistado a realizar la discriminacién, resulta de utilidad preguntarle: «En el momento en que se despierta, ;ya le estd ocurriendo esto?». «No hay ningin momento en el dia en que no esté presente este problema?» Intentar establecer la infensidad de un comporta- miento, sin contar con instrumentos especificos, es una tarea que puede parecer vana. Sin embargo, puede lograrse una aproximacién adecuada si se uti- lizan dos estrategias complementarias: 1. Emplear una escala de estimacién subjetiva, 2. Fijar el comportamiento més intenso que conozca el cliente (0 el que en él se haya producido) y el de menor intensidad, y com- pararlo con la intensidad de su comporta- miento actual De este modo, se podré preguntar: «jCémo gradiia en intensidad, de 0 a 100, el comportamiento que usted esté teniendo?» «Describa la vez en que el problema tuvo ms intensidad, la que fue més fuerte, la que le hizo sentirse peor». «Recuerde también la vez en que el proble- ma tuvo menor intensidad». «{Cémo sitia lo que le ocurre ahora en rela- cién con los dos episodios anteriores?». 3.2.4. Determinantes de la conducta problema La indagacién por los determinantes de la con- ducta que se esté analizando guarda una fatima rela- cién con los principios teéricos que se utilizan parg explicar el funcionamiento humano. Asi, al basarse el enfoque conductual, fundamentalmente, en los procesos de aprendizaje, la bisqueda de los deter nantes se convertira en una busqueda de los diversos elementos que desde los distintos procesos de apren. dizaje puedan ser los responsables del mantenimien. to de la conducta especifica que nos ocupa, Por tanto, se puede rastrear en primer lugar la posible estimulacién previa a la conducta, tanto Ja externa (lugar donde se encontraba, condiciones fi. sicas del lugar, personas presentes, hora del dia, dia de la semana, motivo por el que se encontraba all. como la del propio sujeto (pensamientos, acciones, respuestas fisiol6gicas). Se puede partir de las tilt. mas ocasiones, ya conocidas, para dar entrada a este tipo de preguntas, Si en los dos casos las situaciones eran similares, se puede preguntai «Siempre ocurre lo mismo o hay veces en que el problema se produce de distinta ma- nera?». Cuando en los dos episodios se dan distintas si- tuaciones, se podré plantear: «Ast como en las dos ocasiones tiltimas ocurrian las cosas de diferente manera, ;hay més situaciones en las que puede aparecer el problema?». Otras preguntas pertinentes para este momento también pueden ser: {En qué otras situaciones aparece... es siempre en los mismos lugares... con las mis- mas personas... a esas mismnas horas... los mis- mos dias...» «Le molestaba algo de esa situacién inme- diatamente antes de que “eso” (lo que le ocu- rid) sucediese?». «Qué estaban haciendo o diciendo las per- sonas que se encontraban con usted en ese mo- mento?» «<{Qué le pasaba, cémo se sentia, que pense- ba, qué hacfa (rastrear los tres sistemas de res- puesta) inmediatamente antes?». © Esiciones Pirie Bota parte, respecto a los posibles cambios oF rilares posteriores ala conducta problema, sera estar conocer los cambios ocurridos después fel fyncionamiento problema, vanto extermos al su- jean (onsas que suceden después en el medio, lo que igen o hacen otras personas) como en el propio su- vp (cosas que hace, dice o piensa, 0 sensaciones Gueexperimenta), Si unos w otros Te resultan pos- jivoso negativos. Fstos datos se pueden obtener por medio de pre- guiilas como: ««{Qué hicieron o dijeron después las perso- nas que se encontraban con usted’, «{Qué le ocurrié a usted inmediatamente después? {Le pas6 algo?>. «qCémo se sintid, qué pens6, qué hizo in- mediatamente después?» «(Qué otras cosas sucedieron después?». «De todo lo que ocurri6, ;qué cosas le resul- taron agradables y cules desagradables?». En caso de tratarse de un «déficit» de comporta- mmiento por haber dejado de emitir una conducta que antes si realizaba, habria que considerar qué ocurria antes cuando estaba presente ese funcionamiento: «4, Qué cosas (internas y externas) ocurrian antes cuando sf tenia ese funcionamiento?». Cuando se esté ante un «déficit» por ser una con- ducta que nunca se emiti6, se podria indagar: ««{Qué “cosas positivas” sucederfan si se pu- diera comportar de esa manera». Una vez obtenida la narracién de estos datos, se pueden plantear diversas hipdtesis sobre el manteni- mienta de la conducta problema a través de la res- uesta del psicslogo a las siguientes cuestiones: 1 4Se puede analizar la conducta problema como una respuesta incondicionada, condi- cionada 0 wna operante? {Se est4 manteniendo esa conducta por un condicionamiento clasico? ;Se puede deter- © Ediciones Pirémide Entrevista / 113 minar la presencia de algtin estimulo incon- dicionado, o de un estimule condicionado? 3. Estamos ante un posible proceso de escape (por afrontamiento o alejamiento) ante esti- mulaci6n aversiva que desaparece tras la emision de esa conducta problema? 4, {Se puede justificar la ocurreneia de un pro- ceso de reforzamiento positivo (aparicién de estimulacién positiva, externa o interna, tras ta emisién de esa conducta)? Se puede acreditar la existencia de un pro- ceso de reforzamiento negativo (desapati- cin de estimulacién aversiva tras la emisign de esa conducta)? {Nos encontramos con un proceso de evita- cién (emisi6n de una conducta que evita la apaticién de una estimulacién aversiva)? Hay condiciones previas, estimulacién dis- criminativa, que indican ab sujeto que si emite esa conducta tendré alta probabilidad de obtener estimulacién positiva (consecten- cias positivas)? Si estamos ante comportamientos que antes rea- lizaba el sujeto y que ahora suponen un «déficit» de condueta: 8. (Ha estado sometida esa conducta a un pro- ceso de extincidn (han dejado de ocurrir las consecuencias positivas que antes sucedfan tras la emisién de esa conducta)? 9, (Ha estado sometida la conducta a un proce- So de castigo (aparicién de estimulacién aversiva, 0 desaparicién de estimulacién po- sitiva tras la emisién en ocasiones anteriores de ese comportamiento)? Puede consultarse a O'Donohue y Ferguson (2004) para completarse la indagacién sobre otras hi- potesis relacionadas con procesos mas especificos, Finalmente, el entrevistador ha de estar atento, a lo largo de todo el proceso de la entrevista, para de- tectar algunas variables del organismo que estén afectando claramente a los funcionamientos que se estén analizando: ;Puede haber indicios de lesiones organicas? ,Hay ingestién de aleohol 0 drogas? 114 / Técnicas de modificacién de conducta {Toma medicamentos que puedan afectar al sistema nervioso? ;Atraviesa perfodos de gran activacién cortical o autonémica? 3.2.5. Evolucién y desarrollo Después de tener definida la conducta problema, conocidos sus pardmetros y los posibles procesos que la determinan, puede ser buen momento para indagar sobre su origen: ;Cwindo comenz6 ese fun- cionamiento a ser un problema? Ha de tenerse en cuenta que la aparicién del problema no necesai mente tiene que coincidir con el primer momento en el que el sujeto emitis ese tipo de comportamientos (cuando se trata de un «exceso> de conduicta), 0 con a no emisi6n anterior de esos comportamientos que son ahora necesarios (si se trata de un «déficit») Asi, por ejemplo, en un déficit de funcionamiento de interrelaci6n en un adolescente, el comporta- miento puede seguir siendo el mismo que tenfa cuando era nifio, pero la falta de adecuacién se evi- dencia en algdn momento en el que las exigencias familiares-sociales cambian. Del mismo modo, en el caso de las parejas con un comportamiento ruti- nario que produce insatisfaccién, Jo relevante no es conocer cudndo comenzaron los comportamientos, sino cuando la rutina dejé de ser satisfactoria. Por esto, es importante fijar el primer momento en que se evidencié el problema y saber las condiciones que estaban presentes. Preguntas adecuadas para este propdsito pue- den ser: «{Cudndo se dio cuenta por primera vez de que esto que sucede suponia un problema para usted, o para otros? {Qué cosas ocurrieron en- tonces? Describame la situacién>. También es de utilidad conocer fa evolucién que ha seguido el problema, su historia, para extraer la informacién sobre los posibles determinantes que a lo largo del tiempo provocaron su mayor 0 menor incidencia, «Desde que se presenté este problema, gha habido perfodos en los que las cosas fueron peor, 0 mejor? Intente concretar diversas oca- siones» {Qué circunstancias llevan a que este pro blema se agrave, disminuya 0 desaparezca?» Asimismo, es necesario saber cdmo se explica el paciente lo que le esté sucediendo, no para tomatlo como la explicacién real del problema sino para co. nocer las «claves» con las cuales el paciente ests intentando ¢ intentara manejar el problema, Es im- portante conocer no tanto si tiende a realizar atribu. ciones a causas intemas o externas («locus de con- trol»), sino si esas atribuciones se corresponden, 0 no, con los determinantes reales. A través de sus respuestas podremos contar también con datos acer. ca de sus posibles creencias erréneas, conductas su- petsticiosas, etc. Esta informacisn se puede obtener con una pre- gunta directa: «iA qué causas atribuye ta aparicién del problema y sus oscilaciones?>. 3.2.6. Expectativas y objetivos En este tiltimo apartado se intentard descubrir cémo ha ido haciendo frente el paciente al proble- ma a lo largo de todo el proceso, qué comport mientos concretos desea tener en lugar de lo que estd ocurriendo en la actualidad y qué expectativas tiene sobre su futuco a partir del contacto con el psicélogo. Respecto a cémo se enfrenté al problema, si hubo pasividad, resignacién 0 tuvo un comporta- miento activo de enfrentamiento al problema, 0 de biisqueda de ayuda, puede indagarse: <«{ Qué cosas ha hecho usted hasta ahora para intentar solucionar su problema (por sf mismo, profesionales a los que ha acudido, tratamien- tos que ha seguido)? {Qué resultados le han dado?» En cuanto a los comportamientos que el paciente desee poner como objetivo de cambio («variables de © Biiciones Pisin ado iltimo»; véase Nezu, Nezu, Peacock y Girdwood, 2004), no ha de considerarse que es una mera eleccion implicita en fa delimitacién de la con- docta problema: la desaparicidn de la conducta pro- pleina. Asf, incluso en un problema simple como el que un sujeto tenga miedo a los perros, el compor- Fimiento objetivo que desea lograr no necesaria- mente ha de ser S610 que no experimente miedo en presencia de perros, sino que puede desear, si esté fn casa de unos amigos que tienen perro, que lo pueda acariciar, acompafiar a su duefio a sacarle a pasear, etc. Con mayor motivo, cuando estamos frente a un «déficit» de conducta, ha de especificar- seclaramente qué comportamientos y en qué situa ciones han de aparecer. Unas preguntas adecuadas para este momento pueden ser: result «Me gustaria que me describiera con todo detalle cémo le gustarfa a usted comportarse en esas situaciones que ahora le resultan un pro- blema» «,Cémo tendrfa que ser su funcionamiento concreto para que usted considerase que ya no existiria problema?» Finalmente, en relacién con las expectativas res- pecto 4 la intervencién psicoldgica, ya sea en un proceso de evaluacién 0 como paso previo a una ierapia, es importante conocer qué espera el cliente desu contacto con el psicélogo, porque puede supo- ner implicaciones personales muy distintas. Obvia- mente, no es igual que el paciente tenga una expec- tativa positiva que una expectativa negativa respecto ala probable «adherencia al tratamiento», si bien solamente resultarén significativos los valores ex- tremos. Sin embargo, aunque pueda parecer parad6- Jico, debe prestarse especial atencién a los sujetos con una expectativa positiva muy elevada, pues no 8 infrecuente que presenten problemas por una frustracién rapida de sus expectativas al estar basa- das en varias premisas irreales: que «el psicdlogo le va a resolver-quitar e! problema», mediante unas enicas que posee, de modo inmediato, de una ma- neta fécil (con poco coste), sin que él tenga que ha- er gran cosa (salvo acudir a la consulta). © Ediciones Pirie Entrevista / 195 Esta informacién se podré obtener preguntando directamente: «Qué espera usted conseguir al finalizar esta intervenci6n?... ,Cémo cree que le ira con esta intervencién, qué expectativas tiene? 3.3. Finalizacién de la entrevista Las preguntas cruciales que se hace el entrevista~ dor cuando se esta formando en este procedimiento es cuando terminar la entrevista? y ge6mo terminar la entrevista? La respuesta que se le puede dar al cudndo terminar la entrevista es muy simple: cuan- do se tenga suficiente informacién sobre el compor- tamiento del sujeto para poder determinar, en rela- cién con la importancia del problema, si se estd ante un problema psicolégico o no; y en el primer caso, cuando se pueda establecer una hipétesis sobre cual es la conducta problema, sus determinantes, el proceso que la mantiene (hipétesis funcional) y los objetivos finales de cambio. En la toma de esta de- cision, se puede servir de la guia de entrevista utili zada y considerar que se ha obtenido suficiente in- ‘formacién cuando el entrevistador puede contestar claramente a las preguntas que figuran en la pauta, Si no es asi, el entrevistador deberd plantearse vol- ver a preguntar por los aspectos que le faltan. Si por diversas razones le fuera sumamente dificultoso ob- tener esos datos, el evaluador siempre podré imple- mentar otro procedimiento de obtencién de infor- ‘maci6n para conocer ese punto. Con el fin de no ir dejando temas sin cerrar, cuestidn que se evidenciard cuando se Hega al dlti- mo apartado de la entrevista y no se posee sufi- iente informacién, es aconsejable no progresar a través de los sucesivos ftems de la pauta hasta que no se tenga suficiente informacién. Parece més ra- zonable emplear algo més de tiempo en un ftem y no pasar por un tema de modo superficial, al que habré que volver en otro momento. En estos casos, el paciente, que desconoce el motivo, puede sentir- se incémodo y no entender por qué se insiste en algtin aspecto sobre el que crefa que ya hab formado, 416 / Técnicas de modificacién de conducta Respecto al cdma terminar la entrevista, después de realizar la dtima pregunta, se puede informar al sujeto que con ella ya se ha terminade 2 fase que se le habia indicado de preguntas exhaustivas sobre el problema y sobre su vida (se puede hacer alguna referencia a haber completado !a pauta de entrevis- ta). Asimismo, se le puede indicar qué otra informa- cidn sera necesaria recabar y qué procedimientos se van a emplear: cuestionarios, autorregistros, siste- mas de observacién de conductas, registros psicofi- siolgicos, ete. No es conveniente informar al paciente sobre el resultado de la entrevista (hacer la devoluci6n de ta entrevista) hasta que no se haya terminado de reali- zat todo e) proceso de evaluacién. La informacion proporeionada por la entrevista tendré que integrat- se y precisarse con los datos obtenidos por el resto de procedimientos que se han de emplear en la eva- Iuacién. $6lo entonces podré facilitarse al cliente una informacién elaborada sobre su problema, las causas, st atigen y evolucién, y sobre las posibili- dades de lograr sus objetivos de cambio EJEMPLO DE UTILIZACION DEL MODELO DE ENTREVISTA CONDUCTUAL 4.1. Sujeto La paciente, Elena, es una chica de 22 afios que est cursando 4,° de Farmacia en una universidad privada de Madrid. Su familia vive en una ciudad del norte de Espafia. Comparte piso con una amiga que estudia psicologfa. Acude a consulta instigada por su compafiera de piso. €structuraci6n del rol de entrevistador y entrevistado Se le informa sobre la necesidad y utilidad de la entrevista, la necesidad de colaboracién, el resguar: do de su intimidad, la confidencialidad y la direct vidad en el proceso que se va a seguir. 4.3. Pasos en la realizacién de la entrevista 4.3.1, Delimitacién de la conducta problema 1.1. Informa que no sabe lo que le pasa con su vida, que se encuentra desorientada porque le parece gue no est teniendo control sobre su Vida, que ha Ilegado a un punto en el que se siente sobrepasada y a punto de tirar la toalla. Esto Ia tiene muy asustada. 1.2. Cree que no puede con los estudios, acaba de terminar los exdmenes de febrero y piensa que uo le han salido muy bien, Espera suspender alguna asignatura. Dice que se encuentra metida en un pro- eso en el que entre las clases, los laboratorios y los trabajos, no le da tiempo para estudiar. Y entonces se agobia mucho y se paraliza. 1.3. La diltima vez fue hace unos quince dias Era un sébado por la tarde. Estaba en casa estudian- do para un examen, pensaba que no le daba tiempo a prepararlo bien, estaba angustiada («se le agarran los nervios al estémago»), y se fue a la cocina a prepararse un té, Se puso a tomar el té con unas pastas, luego pasd a comerse unas magdalenas y terminé con un trozo grande de tocinillo de cielo. hasta que no podia més. Se fue al baiio que esta al lado de la cocina, se metié los dedos en la boca y se provacs los vémitos. Como qued6 extenuada, se fue a la cama y estuvo varias horas durmiiendo y «des- conectada» de todo. Cuando se levant6, se toms un yogur y se puso a ver la televisi6n un rato. La vez anterior pas6 précticamente lo mismo, s6lo que como no tenia tocinillo de cielo se comié un paquete y medio de magdalenas, hasta que se le terminaron. 4.3.2. Importancia del problema 2.1.y2.2. En relacién con los estudios, le afec- ta porque pierde parte del poco tiempo que tiene para estudiar, y ademés piensa que si no puede con- trolar los atracones c6mo va a poder sacar la carrer. Respecto a su casa, hasta que se enterd su compai ra hace poco tiempo, no le afectaba porque siempre © Biiciones Pirie ue ocurre estd sola y nadie més lo sabe. En cuanto a rrelacidn con sus padres, hace que se sienta culpa- ble porque les oculta su situaci6n y siempre les dice vrcrodo le Va bien, 10 que le aumenta la responsa- filidad y hace que se sienta atin peor. Amigos, no tiene muchos, ni propios (suele salir con el grupo de Sp compafera de piso), y le afecta porque, cuando fal, leva con ella la situacién en que esté metida y no le deja divertirse del todo. Con los compafieros dd facultad la relacién es muy superficial. 2.3, Estaria muy interesada en cambiar todo esto si pensara que pudiera cambiarse. Para ella lo mejor que podria ocurri es que todo hubiera sido un imal sueffo, que no se bloqueara al ponerse a estu- dar, que no se diera los atracones y que pudiera sa car los estudios sin dificultad. Si no cambiara nada, cada ver suspenderfa mds asignaturas, se bloqueari mis, se descontrolaria no sabe de qué otra manera y cree que terminarfa volviéndose loca. 4.3.3. Pardmetros de la conducta problema 3.1. Le sucede siempre los fines de semana. Una sola vez. Si le ha ocurrido el sabado no vuelve a pasar el domingo. En el tiltimo mes le pasé todos los fines de semana, menos uno que salié con los amigos. 3.2. La ver sobre la que tiene peor recuerdo fue el mes pasado. Estaba en plenos exdmenes. Era un domingo por la tarde, habia estado estudiando todo el fin de semana y notaba que no avanzaba, y ra una lucha entre «tengo que seguir estudiando» y «no va a servir para nada, no voy a llegar». «Como siempre», fue notando cémo se le haefa un nudo en elestémago. Quiso hacer un descanso, aunque sabja lo que iba a pasar. Se hizo un té. Empez6 a comer Pastas surtidas hasta que termin6 la caja. Luego pas6 alas magdalenas y se comid media docena, «como siempre» hasta que no pudo més. Paso al servicio, se forz6 los vémitos, y cuando estaba en el proceso "legs su compafiera de piso. El que la descubriera le hizo sentirse «como una piltrafa humana» y terrible- mente avergonzada. Aunque al principio le negé que © Ediciones Pirémide Entrevista / 117 Jo hiciera con frecuencia, no le quedé mas remedio que confesarlo todo. 3.3. La vez que fue mas leve ocurrié en el ve- rano, en agosto. Estaba en casa de sus padres estu- diando porque le habjan quedado dos asignaturas. Estaba sola, tenfa casi toda la tarde por delante, es- taba aburrida, y pens6 en hacerse un té, Mientras se hacia el té, empez6 a comer galletas y luego se hizo un «surtido» con todo lo que encontré en la cocina: magdalenas, chocolate y un tarro de arroz con le- cche (en su casa siempre hay cosas dulces porque a todos les gustan los dulces, como a ella). Después de devolver, en lugar de acostarse, se qued6 en Ia sala para que no se dieran cuenta sus padres. 3.4, Ahora estd en la época peor. 3.5. El tiempo que dura todo el proceso viene a ser de unas cinco horas y media: desde las cuatro, en que se pone a estudiar y ya empieza a tener un «cos- quilleo» en el estémago, hasta aproximadamente las nueve y media, que es cuando se levanta de la cama. Hacia las seis y media-siete esta con el «nudo en el estémago» y se vaa la cocina a hacer el té. Dice que se pasar comiendo una media hora (no sabe a ciencia cierta cunto tiempo pasa porque pierde la nocién del tiempo y esté «como en una nube»). Empieza sabo- reando lo primero que come y poco a poco va co- miendo como un autémata: una pasta detrés de otra, una magdalena detras de otra... Devolviendo estar mds de cinco minutos, porque tiene dificultad y por- que se provoca por lo menos tres vémitos. Después estd en la cama unas dos horas aproximadamente. 4.4. Determinantes de la conducta problema 4.1. Aparece siempre de la misma manera: en casa, sola, por la tarde, durante el curso los fines de semana, durante el verano en cualquier dia, 4.2. Siempre esta estudiando. La mayoria de las veces tiene en el estémago una sensacién mez- clade «malestar-dolor-hambre>. Alguna vez le pasa cuando est4 aburrida, hastiada. 118 / Técnicas de modificacién de conducta 4.3. Cuando come va experimentado una sen- sacién de placer que se va trasformando en malestar hasta que devuelve. Después se encuentra cansade fisicamente, En la cama «encuentra su refugio», se duerme y desconecta de todo. Cuando se levanta, ve la televisi6n y puede estu- diar alguna hora, No le agobia porque no tiene por delante mucho tiempo, incluso le cunde més, 4.4. Antes siempre esté pensando todo lo que tiene por delante que estudiar, o que no le va a me- recer la pena el esfuerzo, que no se lo va a poder aprender... Mientras esta comiendo piensa que esta «como poseida»: sabe que esta haciendo mal, pero se regodea en una especie de «placer malsano». Cuando est devolviendo, y después, piensa que es una persona que no esté equilibrada, que no tiene control sobre si misma y que cémo va a poder sacar Ja carrera y ser una persona normal. 4.5. Evolucién y desarrollo 5.1, Desde la primera vez que te oeurti6: en mayo del curso pasado, 5.2, Estaba en plena época de entrega de traba- jos y preparacidn de examenes. 5.3.y 5.4. El problema ha ido empeorando. En el verano s6lo le pasé un par de veces en casa de sus padres. No le volvié a ocurrir hasta noviembre y diciembre, cuando tuvo algtin episodio. Bl problema volvié con fuerza en enero, después de las navida. des. Lo relaciona claramente con tener que estudiar ent momentos cercanos a exémenes. 5.5. No sabe a qué puede ser debido. Siempre ha tenido que estudiar mucho y antes no le pasaba, En primer y segundo cursos, cuando estaba en un colegio mayor, se podia pasar todos los fines de se. mana estudiando y no le angustiaba, Cuando questa descansar, siempre encontraba alguna compatiera por las habitaciones de al lado, «echaba un rato con ellas» y luego segufa. Siempre habia aprobado todo en junio, El aflo pasado, sin embargo, se fue defen diendo s6lo hasta los examenes de junio. 4.6. Expectativas y objetivos 6.1.y 6.2. Nohahecho nada especial para solu- cionarlo, Solo hacerse el propésito de que no vuelva a pasar, pero siempre vuelve a ocurrir. Y sabe que va a volver a suceder, porque esa situacidn ejerce sobre ella una especie de «atraccién rara» 6.3. Le gustarfa que las cosas volvieran a ser como antes: que pudiera estudiar un fin de semana entero (sdbado y domingo) sin angustia especial y que cuando se pusiera a tomar una infusi6n 0 un té pudiera comerse s6lo wn platito de pastas o algin dulce, como ha hecho siempre. Aunque su compa- fiera le ha insistido para que acuda al psicdlogo, ella no sabe qué se puede hacer para ayudarla, REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS COMENTADAS. Haynes, S. (1978). Principles of Behavioral Assessment ‘Nueva York (capitulo 8: «The Behavioral Interview). Supone un referente clasico de la entrevista con- ductual. Continia atin vigente por la amplitud de su informacin respecta las caracteristicas, funciones y estructura de la entrevista. Ofrece también sugeren- cias précticas respecto a las técticas a seguir para ob- tener la informacién adecuada. Liavona, L. (1993). La entrevista conductual, En F. J. La brador, J. A. Cruzado y M. Mufioz (eds.), Manual de técnicas de modificacién y terapia de conducta. Ma- rid: Piramide. Capitulo amplio que aborda tanto aspectos concep: tuales de le entrevista conductual como cuestiones técnicas para su implementacin. Pasa revista a les diversas fases de la entrevista, ofreciendo orientacio- © Biiciones Peémise nes te6ricas y précticas para poder desarrollarls paso 3 paso, 4, F (1992) La entrevista, Bn R, Fernénde2-Balleste- a voduecién a la evaluacién psicolégica I ros (ed.). In Madrid Pirdmide ‘Trabajo sobre la entrevista que puede utilizarse como un enmarque te6rico complementario sobre el procedimiento general, Oftece amplia informacién fobre los aspectos conceptuales, clasificaciones, su desarrollo y sobre aspectos de fiabilidad y validez, Wilson, P. H., Spenc Entrevista | 119 S.H. y Kavanagh, D. J. (1995). Técnicas de entrevista. Barcelona: Martinez Roca. Obra que asesora sobre emo llevar a cabo una «en- trevista cognitivo-conductual> (en sus propios téri nos). Ofrece orientaciones muy précticas que pueden servir de ayuda en entrevistas sobre problemas como miedo y ansiedad, depresidn, obesidad, problemas in terpersonales, disfuuncidn sexual, insomnio, dolor de cabeza y abuso de sustancis. PREGUNTAS DE AUTOEVALUACION 1. Uno de los puntos fuertes de la entrevista con- ductual es: a) Ser un instrumento «directo» de obten- cién de informacién b). Ser utilizado por el 75 por 100 de los te- rapeutas de conducta. ©) Obtener un feedback inmediato de las preguntas que se realizan, 2. En le entrevista conductual, la estructuracién del rol de entrevistador y entrevistado se lo- grard mediante: 4) Explicacién de la necesidad y utilidad de la entrevista, la necesidad de colabo- raci6n, el compromiso de veracidad, el resguardo de la intimidad y la confiden- cialidad, las indicaciones sobre su se- miestructuracion y resaltando la no di- rectividad. ) Explicacién de la necesidad y utilidad de laentrevista, la necesidad de colaboracién, el compromiso de veracidad, el resguardo de la intimidad y la confidencialidad, las indicaciones sobre su semiestructuracién y tesaltando la directividad, ©) Explicacién de la necesidad y utilidad de la entrevista, la necesidad de colabora- © Eicones Pie 4. 4, cién, el compromiso de veracidad, el res- ‘guardo de la intimidad y la confidenciali- dad, sefialando las ventajas de ser una entrevista estructurada y resaltando la di- rectividad, Segtin Davison y Neale (2001), el paradigma dentro del que un entrevistador opera deter- mina: a) El tiempo que emplea en la entrevista, la directividad requerida y ia complemen- tariedad necesaria de otros instrumen- tos. 5) El tipo de informacién que busca, el modo de obtenerla y cémo debe interpre- tarla ©) El tipo de informacién que busca, el tiempo que emplea en la entrevista y cémo debe interpretar la informacién ob- tenida. Objetivos de la entrevista conductual son pro- porcionar informacién para: 4) Establecer un diagnéstico, seleccionar una estrategia de intervencién y evaluar los resultados de la estrategia de inter- vencién. RO 120 / Técnicas de modificacién de conducta 5 6. db) ° Identificar las conductas problema, defi- nir las conduetas problema y establecer objetivos de intervencién. Conocer las variables de personalidad, realizar un anilisis funcional y establecer objetivos de intervencién. Cuando un paciente se queja porque soio es capaz de dormir cuatro horas, estamos ante una condueta problema: a) b) ° Motora. Cognitiva. Psicofisioldgica Los pardmetros habituales que se utilizan para definir cualquier conducta son: a) ° Latencia, frecuencia, intensidad y dura- cién. Frecuencia, gravedad y duracién, Frecuencia, intensidad y duracién. En la bisqueda de determinantes de una con- ducta problema operante, debe indagarse: a) db) ° S6lo posible estimulacién previa a esa conducta. Solo posibles cambios estimulares poste- riores a esa conducta. ‘Tanto posible estimulacién previa como posibles cambios estimulares posteriores esa conducta, Ww. Se entiende por inicio del problema: a) La primera vez que ocurrié la conducta ue se esté ahordando como problema. b) La primera vez. que el paciente asumié que tenia un problema ©) Laprimera vez que supuso un problema (para el paciente 0 para otros) la con- ducta que se esté abordando como pro- blema, aungue ya estuviera ocurriendo antes. La terminacién de la entrevista debe tener lugar: a) Cuando se haya terminado de preguntar Jos items de la pauta correspondiente. 4) Cuando se haya agotado el tiempo des- tinado en la evaluaci6n para dedicarlo a la entrevista, ©) Cuando se haya obtenido informacién suficiente que permita cealizar una hip6- tesis sobre el andlisis funcional de\ pro- blema y los objetivos de cambio. En el problema de Elena, respecto a los catracones», hay datos para establecer la hi- potesis de que el proceso fundamental que Jos mantiene es un a) Condicionamiento clisico. 6) Reforzamiento positivo c)_ Reforzamiento negativo. Clave de respuesta 1 2 3-| 4 5 6 ce | bf] bj be c © iiciones Pirie,

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