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LA ACEPTACIÓN EN EL PROCESO NATURAL DEL DUELO

La aceptación, es considerada de las partes más complejas y tardadas para la


superación de una pérdida, pues requiere de un estado de completa conciencia y
reconocimiento de esta. La aceptación promueve al sano proceso de superación de la
muerte, pues busca que el afectado concluya su proceso de duelo con el atesoramiento de
memorias y recuerdos, mismos que le ayudarán a continuar su vida con la ausencia del
finado y un pleno reconocimiento de su realidad.

De acuerdo con la definición oficial de la RAE (Real Academia de la lengua


española), la palabra 'Duelo', proviene del latín tardío 'dolus' traducido al español como
Dolor. Siendo así, las “Demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se
tiene por la muerte de alguien". Así mismo, el duelo suele variar por las condiciones
personales del individuo, el entorno en el que se desarrolla, e incluso según sus
características demográficas; mismas que conllevan, a un proceso natural de duelo que
termina en la aceptación o por el contrario a un estancamiento o un salto de las otras etapas
que le anteponen (negación, ira, negociación, depresión).

Innegablemente aceptar la muerte de alguien cercano puede tomar desde meses


hasta años. No hay una duración “normal” de duelo; lo que sí es cierto, es que la mayoría
de los seres humanos pueden superar una pérdida y continuar, esto como resultado de
nuestra naturaleza resiliente que conforma un factor indispensable en la fase de aceptación.

En 1969, la psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross publicó su libro "Sobre la


muerte y el morir", en el que describió por primera vez las cinco etapas del duelo; su
descripción se basa en su trabajo con pacientes terminales en la Universidad de Chicago.
Ella habla de la aceptación como la última etapa del duelo y relaciona esta misma con la
inevitabilidad de la pérdida, y, por tanto, con el proceso del duelo.

Autores como J. Bolwby, en su libro “La pérdida afectiva: tristeza y depresión”


(1980), plantea algunas fases que incurren en el proceso del duelo, ligándolas a caracteres
comunes de la realidad, finalizando su enumeración con la que considera la última etapa del
duelo … “la fase de reorganización. Se van adaptando nuevos patrones de vida sin el
fallecido, y se van poniendo en funcionamiento todos los recursos de la persona. El deudo
comienza a establecer nuevos vínculos” …

Es bien sabido que muchas personas pueden no llegar a la aceptación de la pérdida,


controlando y reteniendo el dolor, lo que les permite continuar con su vida de una forma
aparentemente natural y común.

Más, sin embargo, las emociones reprimidas son estados que a largo plazo se
manifiestan, generando descontrol y desequilibro por el desarraigo de dicho sentir, es en
este momento donde se reinicia un proceso de duelo sin importar que ya haya pasado un
tiempo desde la pérdida, siendo la negación - fase 1 del duelo- quien en la mayoría de los
casos desencadena sentimientos de depresión y abandono, un proceso que regularmente
finaliza con la aceptación.

Por tal forma, recurrir al proceso natural del duelo, en el que se involucran sus 5
fases y que llevan a un sano proceso de superación, siempre será la mejor opción para el
deudo, pues le permitirá construir un día a día reconociendo la ausencia de lo perdido, pero
añorando experiencias y recuerdos que se convierten en herramientas para trabajar en el
futuro y transformar los obstáculos en oportunidades.

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