You are on page 1of 11

CORRECTA ESCRITURA DE INTERVALOS – LISTA DE INTERVALOS OBJETO DE

ESTUDIO DE ESTE CURSO

Nuestro trabajo para la presente semana consistirá en aprender a escribir correctamente


los intervalos que trabajaremos durante el curso. Uno de los detalles más importantes a
tener en cuenta es que, en virtud de la enarmonía, un resultado sonoro puede recibir
diversos nombres o ser anotado de diversas formas, pero solo un@ de ell@s responde
acertadamente a un determinado requerimiento.

Como primer acercamiento a la solución de este problema, es necesario conocer que el


nombre de un intervalo posee dos componentes, que podemos asociar con un nombre y
un apellido. El nombre corresponde simplemente a un número ordinal. Hablamos
entonces, por ejemplo, de un intervalo de segunda, de cuarta o de séptima. Tal número
hace referencia al número de grados que separa a un sonido de otro dentro de la escala
natural de sonidos (A la que a partir de ahora llamaremos “diatónica” para diferenciarla de
la escala cromática).

El “apellido” corresponde al tipo de intervalo en que se encuentra ese ordinal que ya


hemos asignado, y este hace referencia al número de semitonos que separa un sonido de
otro. Diríamos a manera de analogía que si el “nombre” de un intervalo funciona como el
control de sintonización de un radio, el “apellido” funciona como un control de “sintonía
fina”. De acuerdo a su tipo, los intervalos pueden ser clasificados como mayores,
menores, justos, aumentados o disminuidos.

En principio, podemos decir que los diferentes “apellidos” apuntan al carácter del
intervalo. Se trata básicamente de que algunos intervalos pueden ser mayores o menores
de acuerdo con su sonoridad, pero otros solamente pueden ser justos. Ahora bien, las
denominaciones de “aumentado” y disminuido” hacen referencia al hecho de que un
intervalo que naturalmente es mayor, menor o justo ha sido “aumentado” (En el caso de
los mayores y justos) o “disminuido” (En el caso de los menores y justos) en un semitono.

Los intervalos que pueden ser catalogados como “mayores” o “menores” son las
segundas, terceras, sextas y séptimas. Hablamos entonces de “tercera menor” o “sexta
mayor”, por ejemplo.

Los intervalos que pueden ser catalogados como “justos” son las cuartas, quintas y
octavas. Hablamos entonces de “cuarta justa”, “quinta justa” y “octava justa”.

Ahora bien, cualquiera de los anteriores intervalos puede ser “aumentado” o “disminuido”
si el tipo al que corresponde naturalmente ha sido alterado. Podemos hablar entonces de
una “cuarta aumentada”, por ejemplo.

Es importante saber, adicionalmente, que los intervalos se pueden también clasificar de


acuerdo a la forma en que se ejecuten. De acuerdo con este criterio, los intervalos pueden
ser melódicos y armónicos.
La denominación de “melódico” apunta al hecho de cantar o tocar los dos sonidos que
conforman el intervalo por separado, uno detrás del otro. La escritura de los intervalos
ejecutados de esta forma es horizontal:

Mientras que el término “intervalo armónico” se refiere al hecho de ejecutar los dos
sonidos simultáneamente. La escritura es entonces vertical:

Y, desde luego, no se puede hablar aquí de cantar o tocar los sonidos “hacia arriba” o
“hacia abajo” por cuanto las dos notas están sonando simultáneamente.

Dada la naturaleza introductoria de este curso, nuestro trabajo se realizará


exclusivamente sobre intervalos melódicos.

Material de trabajo.

En este curso de carácter introductorio al desarrollo auditivo nos ocuparemos de cinco


intervalos, a saber:

- Segunda mayor: Equivalente a dos semitonos.

- Tercera menor: Equivalente a tres semitonos.

- Tercera mayor: Equivalente a cuatro semitonos.


- Cuarta justa: Equivalente a cinco semitonos.

- Quinta justa: Equivalente a siete semitonos.

Cuyo correcto manejo y entendimiento constituye la base necesaria para, en un curso


posterior, enfrentarse a intervalos de mayor complejidad. Contrario a lo que se pudiese
pensar, el intervalo correspondiente a un semitono (llamado “segunda menor”) resulta
muy difícil de cantar con precisión para un principiante, por lo que se requiere primero
adquirir comodidad en el manejo de otros intervalos de más sencilla ejecución.

Pero en el papel no existen intervalos más “difíciles” que otros, ya que el tratamiento que
se les da para escribirlos correctamente es el mismo. Y es aquí donde vienen en nuestro
auxilio las asociaciones con “nombres” y “apellidos”. Dentro de nuestra lista, los nombres
son “segunda”, “tercera”, “cuarta” y “quinta”. Los apellidos son “mayor”, “menor” y “justa”.
Lo primero, entonces, es aprender a reconocer y anotar el “nombre” en el pentagrama.

Anotación de los “nombres”.

Nuestro trabajo consiste en que, a partir de una nota dada como referencia, debemos
anotar otra cuya distancia acústica con la original corresponda al intervalo que se nos
pregunta. El intervalo que forma una nota consigo misma se llama “prima” o “unísono” y
es el resultado de escribir una nota sobre la misma línea o espacio en que se encuentra la
nota original. Ejemplos:
Nótese que las notas están escritas indistintamente sobre líneas o espacios. Ahora bien,
cada línea o espacio consecutivo contado a partir de la nota original (Tanto hacia arriba
como hacia abajo) representa un ordinal más. Así pues, una segunda se encuentra a
distancia de una línea o espacio de la nota original (dependiendo de su ubicación). He
aquí algunos ejemplos:

Las terceras se encuentran a distancia de una línea más un espacio o de un espacio más
una línea (También dependiendo de la ubicación de la nota original):
Las cuartas se encuentran a distancia de línea + espacio + línea o de espacio + línea +
espacio:
Y las quintas están a distancia de línea + espacio + línea + espacio o de espacio + línea +
espacio + línea (Las diferencias siempre están basadas en la ubicación de la nota
original):

Si observamos con atención todos los ejemplos anteriores, notaremos una particularidad
que, con práctica, agilizará el proceso de escritura: Los intervalos impares siempre están
sobre la misma ubicación relativa de la nota original. Quiere esto decir que si la nota base
está sobre una línea, las terceras, quintas, séptimas… estarán también sobre una línea.
Si, por el contrario, la nota base está sobre un espacio, las terceras, quintas, séptimas…
estarán de igual forma sobre un espacio.

Tal particularidad de escritura trae entonces como consecuencia que los intervalos pares
estarán siempre sobre una ubicación contraria a la de la nota original: Si la nota base está
sobre una línea, las segundas, cuartas, sextas, octavas… estarán sobre un espacio. Si la
nota base está sobre un espacio, las segundas, cuartas, sextas, octavas… estarán sobre
una línea.

Anotación de los “apellidos”.

Muy bien, ya conocemos la información necesaria para anotar la ubicación relativa de una
nota con respecto a otra dentro del pentagrama. La idea hasta el momento ha sido
desarrollar una destreza puramente visual, la cual permitirá escribir casi automáticamente
una segunda, una tercera, una cuarta o una quinta.

Pero si revisamos el contenido del apartado anterior, notaremos la ausencia de dos


componentes mencionados en las semanas anteriores que revisten gran importancia: Los
semitonos y las claves. La palabra “semitono” no se mencionó para nada y las
ilustraciones no muestran clave alguna. Esto se debe a que hasta el momento el hecho de
que el intervalo sea mayor, menor o justo no ha sido objeto de preocupación.

Y es a tal aspecto al que apunta la escritura del “apellido” de un intervalo: Representar


con precisión el número de semitonos que abarca. Para ello, dos ítems de información
son imprescindibles:

- La equivalencia en semitonos de cada intervalo.

- El nombre de la nota de base, para lo cual es necesaria una clave que nos ubique
dentro del área sonora en la que nos encontramos.

Quiere decir esto entonces que si deseamos, por ejemplo, anotar una cuarta justa hacia
arriba a partir de aquí:

Podemos empezar por aquí:


Y hasta el momento podemos decir que eso es simplemente una cuarta. Sea cual sea el
nombre de la nota de base, ahí está anotada una cuarta: Hay una separación de línea +
espacio + línea entre las dos figuras y además, al ser un intervalo par, las dos notas caen
en ubicaciones relativas contrarias (La primera sobre un espacio y la segunda sobre una
línea).

Pero la información escrita hasta el momento no nos permite saber si esa cuarta es justa,
aumentada o disminuida (Recordemos que las cuartas no son mayores ni menores). Para
solucionar ese problema necesitamos ante todo saber el nombre de la nota de base.
Pongamos para ello una clave:

Y ya sabemos entonces que la nota que sirve como punto de partida se llama Fa (F). De
paso sabemos también que el destino se llama Si (B).

La cuarta justa equivale a cinco semitonos. Dediquemos un momento a revisar nuestro


teclado virtual:

Si cada tecla adyacente equivale a un semitono, podemos entonces contar: De F a F# hay


un semitono, a G hay 2, a G# hay 3, a A hay 4, a A# hay 5… ¿Dijimos que la cuarta justa
tiene cinco semitonos? ¡Pero ya tengo 5 semitonos entre F y A#! ¿No se supone, según lo
que tengo anotado hasta el momento, que una cuarta a partir de F nos da un B?
Claro, pero es aquí donde la enarmonía acude en nuestra ayuda. Como ya sabemos, A# y
Bb son exactamente el mismo sonido de acuerdo con el sistema temperado. La respuesta
correcta a nuestro ejemplo es entonces:

¿Y si el resultado inicial luego de contar semitonos era A#, por qué no es correcto esto?

Porque entre F y A hay una tercera. No importa si es mayor, menor, aumentada o


disminuida, es de cualquier forma una tercera. Nuestro recorrido al contar semitonos nos
mostró que entre F y A hay una distancia de 4 semitonos, lo que equivale a una tercera
mayor, pero aquí hemos aumentado tal intervalo en un semitono. Por consiguiente, el
nombre que recibe ese intervalo es el de tercera aumentada.

Efectivamente, una tercera aumentada y una cuarta justa suenan exactamente igual en
virtud del sistema temperado, pero nuestro trabajo consiste precisamente en respetar no
solamente el sonido de un intervalo, sino también su escritura. En otras palabras, dos o
más intervalos pueden ser iguales al oído pero diferentes en el papel, y tales diferencias
deben ser respetadas sin importar que el oído nos diga otra cosa. Muchas veces surge la
inquietud de por qué no simplemente contar semitonos “de una vez” y anotar ese
resultado en el pentagrama. Tal práctica conduce frecuentemente a errores como el que
acabamos de descubrir. Para evitarlos, hay que asegurarse primero de anotar
correctamente el “nombre” del intervalo (Segunda, tercera, cuarta, quinta…), el cual nos
sirve como “red de seguridad” o “garantía” de que ya tenemos buena parte del trabajo
bien hecho, y luego sí anotar el “apellido” (Mayor, menor, justa, aumentada, disminuida…)
contando semitonos y haciendo las correcciones enarmónicas necesarias.
Bien, ya podemos entonces pensar en llevar a cabo un trabajo como este:

La nota de base es un Do sostenido (C#) y la forma de entender el ejercicio es la


siguiente: A partir de la nota C# apunte una tercera menor hacia arriba. A partir de esa
nota resultante apunte ahora una segunda mayor hacia arriba. Desde ese resultado
obtenido escriba una quinta justa hacia abajo. Seguidamente una tercera mayor hacia
arriba desde la última nota escrita y finalmente una cuarta justa hacia abajo desde la nota
inmediatamente anterior. Es lo que se conoce como una “cadena de intervalos”.

El primer paso es anotar solamente los “nombres”:

Hasta ahí podemos asegurar que tenemos buena parte del trabajo bien hecho: Ya
tenemos anotada una tercera, una segunda, una quinta, una tercera y una cuarta. Ahora
nos falta anotar los “apellidos”, es decir, poner las alteraciones respectivas luego de
verificar el número de semitonos que separa a un sonido del siguiente (La visualización
del teclado es una excelente ayuda para ello, aunque la idea es que la práctica nos debe
liberar de ese recurso). Tal verificación nos da los siguientes resultados:

- Entre C# y E hay tres semitonos, lo cual equivale a una tercera menor, que es lo
que pide el ejercicio. No hay que hacer ajuste alguno.

- Entre E y F hay un semitono, pero el ejercicio pide un intervalo de segunda mayor,


equivalente a dos semitonos. Por consiguiente hay que alterar el Fa hacia arriba
utilizando un sostenido para alcanzar tal distancia. La respuesta es entonces F#.

- Entre F# y B (Hacia abajo) hay siete semitonos, lo cual equivale a una quinta justa,
que es lo que pide el ejercicio. Queda igual.

- Entre B y D hay tres semitonos, lo cual equivale a una tercera menor, pero el
ejercicio pide una tercera mayor. Hay entonces que alterar el Re hacia arriba. La
respuesta es D#.

- Finalmente, entre D# y A hay seis semitonos, pero la cuarta justa equivale a cinco,
por lo tanto es necesario recortar la distancia existente en un semitono. Para ello
subimos el La, que está por debajo, lo cual acortará el intervalo entre las dos notas
para que sea de cinco semitonos en vez de seis. La respuesta es entonces A#.
Y el panorama definitivo queda entonces así:

La práctica sobre el desarrollo de ejercicios similares debe conducir al logro de agilidad en


el trabajo, de forma que la correcta escritura de un intervalo utilizando el procedimiento
adecuado se convierta en una labor automática. Es este el fin que se persigue en lo
referente a la parte teórica (Escritura) de los intervalos. La parte práctica (Canto) es otro
trabajo diferente, al cual daremos inicio la próxima semana.

You might also like