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concebido y realizado por Carl G.Jung Ss cer Pe a as =. A Paid6és Titulo original: Man and his simbols Publicado en inglés por Anchor Books, Doubleday, Nueva York Traduccién de Luis Escolar Barefio (reproducida con autorizacién de Aguilar, S.A. de Ediciones) 1. edicion, 1995 Quedan nigurosamente prohibidas, sin la autonzacién esorita de los titulares del «Copyright», bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccion total o parcial de esta obra por cualquier método o procedimento, Comprendidos la reprogratia y el tratamiento informatica, y la distnibucién de ejemplares de ella mediante alquiler 0 prestamo publicos © 1964 by J. G. Ferguson Publishing © de todas las ediciones en castellano, Ediciones Paidés Ibérica, S. A., Mariano Cubi, 92 - 08021 Barcelona y Editorial Paidés, SAICF, Defensa, 599 - Buenos Aires ISBN: 84-493-0161-0 Depésito legal: T0-964/1995 Impreso en Espajia - Printed in Spain EI anima: Ja mujer interior La aparicién de la sombra no acarrea inva- riablemente problemas éticos dificiles les. Con frecuencia emerge otra “figura inte- rior”. Si quien tiene el suefio es un hombre, descubriré una personificacién femenina de su inconsciente; y seré una figura masculina en el caso de una mujer. Muchas veces, esa segun- da figura simbélica surge tras de la sombra produciendo nuevos problemas diferentes. Jung lamé a esas figuras masculina y femenina “animus” y “dnima” respectivamente. El dnima es una personificacién de todas las tendencias psicolégicas femeninas en la psi- que de un hombre, tales como vagos senti- mientos y estados de humor, sospechas pro- féticas, captacién de lo irracional, capacidad para el amor personal, sensibilidad para la na- turaleza y—por tiltimo pero no en iltimo lu- gar—su relacién con el inconsciente, No es una pura casualidad el que en los tiempos an- tiguos se emplearan sacerdotisas (como la six bila griega) para interpretar la voluntad div Debajo expinnos haman de una tribu siberiene que es un hombre vestido de moter Porque se cree que las mujeres son mis na y para establecer comunicacién con los dioses. Un ejemplo especialmente claro de cémo el 4nima se experimenta como una figura interior en la psique del hombre se halla en los sana- dores y profetas (chamanes) entre los esquima- les y otras tribus drticas. Algunos de estos in- cluso Mevan ropas de mujer 0 Hevan pintados en su vestimenta pechos femeninos con el fin de manifestar su lado interno femenino, el lado que les capacita para ponerse en relacién con la tierra de tos fantasmas” (es decir, lo que nosotros Iamarfamos el inconsciente), EI informe sobre cierto caso, habla de un joven al que estaba iniciando un viejo chaman el cual le introdujo en un hoyo hecho en la nieve. Qued6 en un estado de ensojiacién y agotamiento. En ese estado de coma, vio de repente una mujer que emitfa luz, Ella le ins- truyé en todo lo que necesitaba saber y des- pués, como espfritu protector suyo, le ayudé a practicar su dificil profesin poniéndole en Tee Arriba myjer espinitista 0 médium (de la pelicula de 1951 The Medium, bosada en 13 Spere de Gian Carlo Menotti) La. mayor's, de los medium probeblemente son mule es, adn este muy extendia Ia creencia de fqve_ Taz mujeres son mas receptivas que los hombres para lo trracionl. 7 relacién con las potencias del més alld. Tal ex- periencia muestra el 4nima como la personi- ficacién del inconsciente de un hombre, En su manifestacién individual, el cardcter del dnima de un hombre, por regla general, adopta la forma de la madre. Si comprende que su madre tuvo una influencia negativa so bre él, su anima se expresaré con frecuencia en formas irritables, deprimidas, con incerti dumbre, inseguridad y susceptibilidad. (Sin embargo, si es capaz de vencer los asaltos ne- gativos, pueden servirle, incluso, para reforzar su masculinidad.) Dentro del alma de tal hom- bre la figura negativa del dnima-madre repe- tiré interminablemente este tema: “No soy nada. Nada tiene sentido. Para otros es dife- rente, pero para mf... No disfruto de nada. Estos “humores del énima” producen una es- pecie de embotamiento, miedo a la enferme- dad, a la impotencia, 0 a los accidentes, La totalidad de su vida toma un aspecto triste y opresivo, Tales estados de humor sombrio pi den, incluso, inducir a un hombre al suicidio y, en tal caso, el anima se convierte en un de- monio de la muerte. En tal papel aparece en la pelicula de Cocteau Orfeo. El francés lama a esa figura del énima una femme fatale. (Una versién mas moderada de esa 4nima sombria la personifica la Reina de la Noche en la Flauta mdgica de Mozart.) Las sirenas griegas 0 las lorelei getmanas .tam- bién personifican este aspecto peligroso del ni ma que, en esa forma, simboliza la ilusién destructiva, El siguiente cuento siberiano es un ejemplo de la conducta de esa dnima des- tructiva: Un dia, un cazador solitario vio una hermosa mu- jet saliendo de un profundo bosque, al otro lado del rio, Ella le saludé con la mano y cant6: 10h, ven, cazador solitario en la calma del anochecer! 1Ven, ven! Te echo de menos, te echo de menos. Ahora te besaré, te besaré. 1Ven, ven!, mi nido estd cerca, mi nido esté cerca. 1Ven, ven!, cazador solitario, ahora en la calma del [anochecer. El se quité la ropa y cruzé el rio a nado pero, de repente, ella volé en forma de biho riendo y mo- fandose de él. Cuando traté de cruzar otra vez el fo para recuperar su ropa, se hundié en el agua fri En este cuento, el 4nima simboliza un irreal suefio de amor, felicidad, y calor maternal (su El anima (como la sombra) tiene dos aspectos benevolo y maletico (0 ne fgetive) fzquierda "escene de Orfeo Gersion cinematografiea del mito. de Orfeo heche por Coctesu) Ia mujer puede ser vista como un anima. lea porque ha conducido a Orfeo (lleva do por figures tenebrosse del «mundo inferirs) a su perdicion. Tambien son malevolas las lorele del eto teutént 0 (2baj9, de un cibujo dal s XIX} fexpiritus de las aguas cuyor cantor atraen a los hombres hecia la muerte nido), un sueiio que atrae a los hombres aie- jdndoles de la realidad, El cazador se hunde porque corre tras una anhelada fantasia que no podia satisfacerse, Otra forma en que puede revelarse el Anima negativa en la personalidad de un hombre es en los comentarios irritados, venenosos, afe- minados con los que rebaja todo. Los comen- tarios de ese tipo siempre contienen una des- preciable tergiversacién de la verdad y son su- tilmente destructivos. Hay leyendas en todo el mundo en las que aparece “una damisela ve- nenosa” (como las llaman en Oriente), Es una hermosa criatura que esconde armas en su cuerpo o un veneno secreto con el que mata a sus amantes en la primera noche que pasan juntos. De ese modo, el anima es tan fria y desconsiderada como ciertos aspectos misterio- sos de la propia naturaleza, y en Europa se expresa con frecuencia, hasta hoy dia, en la creencia en las brujas. Si, por otra parte, la experiencia de un hom- bre acerca de su madre ha sido positiva, eso también puede afectar a su anima en formas tipicas, aunque diferentes, con el resultado de que, o bien resulta afeminado o es presa de las. mujeres y, por tanto, incapaz de luchar con las penalidades de la vida. Un nima de ese tipo puede volver sentimentales a los hombres © pueden convertirse en tan sensibleros como viejas solteronas o tan sensibles como la prin- cesa del cuento, la cual podia notar un cafia~ mén bajo treinta colchones. Una manifestacién atin més sutil del anima negativa aparece en ciertos cuentos de hadas en la forma de una princesa que dice a sus pretendientes que le respondan a una serie de acertijos 0, quizd, que se escondan delante de ella. Si no pueden responder 0 si ella los puede encontrar, ten- drén que morir, e, invariablemente, ella gana. El dnima en esa caracterizacién envuelve a Jos hombres en un destructivo juego intelec- tual. Podemos notar el efecto de esa afiagaza del 4nima en todos esos didlogos neurdticos seudointelectuales que inhiben al hombre de en contacto directo con la vida y sus jones reales. Reflexiona tanto sobre la vida que no puede vivirla y pierde toda su es- Pontaneidad y sus sentimientos resultantes. Las manifestaciones més frecuentes del ani- ma toman la forma de fantasias erdticas. Los hombres pueden ser Nevados a nutrir sus fan- lequierda un mito. eslavor tes Russtkas Se creia que estor sores eran espinitus de ‘muchachas shogadas que hechizaban y shor aban los hombres que pazaban. Arr: ‘cuatro escenas de la pelicula. slr 1930, El angel azul, que se reflere sionamnyento de cierto profesor seve luna cantante de cabaret, clara figura de nima negative. La joven utilize: su encen- to para degradar al profesor convitiendole fen un payaso en ol espectécvlo del caboret Derecha* dibujo. representando ® «Salomes on la cabeza’ de Juan al Bautista, al que ‘lla mat6 para demostrar su poder sobre el rey Herodes Arribe, lequerda _evadro del_pin 5. XV'Stefano dh Grovann’ repretent fonio ante une joven atractiva Pero sus alas dor tales indican que, en realidad, es un demeno, una dde las muchas tentaciones tenidas por San Antonio, Y otra encarnacién de la mortal figura del érima, tasfas viendo peliculas y espectéculos de strip- tease, 0 sofiando despiertos con materiales por- nograficos. Este es un aspecto crudo y primi- tivo del dnima que se convierte en’ forzoso solo cuando un hombre no cultiva suficiente- mente sus relaciones sentimentales, cuando su actitud sentimental hacia la vida ha perma- necido infantil. Todos estos aspectos del dnima tienen la misma tendencia que hemos observado en la sombra, es decir, pueden ser proyectados de modo que aparezcan ante el hombre como las cualidades de alguna mujer determinada. Es la presencia del dmma la que hace que un hombre se enamore de repente cuando ve a una mujer por primera vez y sabe inmediata- mente que es “ella”. En esa situacién, el hom- bre tiene la impresién de haber conocido intima- mente a esa mujer desde siempre; se enamora de ella tan perdidamente que al observador le parece completa locura, Las mujeres que son “como hadas” atraen especialmente tales. pro- yecciones del dnima porque los hombres pue~ den atribuir casi todo a una criatura que es tan fascinantemente indefinida y, por tanto, puede continuar fantaseando en torno a ella. La proyeccién del énima en esa forma tan repentina y apasionada como un asunto amo- roso puede alterar el matrimonio de un hom- bre y conducirle al llamado “triéngulo huma- no”, con sus dificultades correspondientes. 180 TODA Arriba, derecha> cartelera de un cine inglés anun- ‘ciondo la pelicula francese Eve (1962) La pallcula te eflore 9 los enredos do una femme fatale (inter pretade por lo actriz francesa Jeanne Moreau), de- ominacia muy extendida de ia mujer «peligrosas euyas relaciones con los hombres retratan clara mente la naturaleza del. anima negative Solo se puede encontrar una solucién soporta- ble a un drama semeyante si se reconoce que el anima es una fuerza interior. El objetivo se- ereto del inconsciente al acarrear tal compli- cacién es forzar al hombre a que desarrolle y Ueve a su propio ser a la madurez integrando més de su personalidad inconsciente e incor- pordndola a su verdadera vida, Pero ya hemos dicho bastante acerca del lado negativo del dnima. Hay también otros tantos aspectos positivos. El dnima es, por ejemplo, causante del hecho de que un hombre sea ca- paz de encontrar la cényuge adecuada, Otra funcién, por lo menos tan importante: siem- pre que la mente légica del hombre es incapaz de discernir hechos que estén escondidos en su inconsciente, el dnima le ayuda a desente- rrarlos. Atin més vital es el papel que desem- pefia el dnima al poner la mente del hombre a tono con los valores interiores buenos y, por tanto, abrirle el camino hacia profundidades interiores mas hondas. Es como si una “radio” interior quedara sintonizada con cierta lon- gitud de onda que excluyera todo lo que no hace al caso pero permitiera la audicién de Ja voz del Gran Hombre. Al establecer esta re- cepcidn de la “radio” interior, el énima adopta el papel de gufa, 0 mediadora, en el mundo interior y con el “si-mismo”, Ast es como apa- rece ella en los ejemplos de iniciacién de cha- manes que he descrito antes; ese es el papel La excesiva importaneie que un hombre dda al intelectuaismo puede deberse & tun dnima negative representada con fre- '}cuencia en leyerdas y mitos por la figura femenina ue. propane sceroe quel hombre tiene que conener 6 ment densa om pntor tancte dls 30K representa 3 Epo cntestand al en mma prooveto por a esinge bres en lar que cyen muchos de_ ellos mediante formas de pornografa Debs- yo. parte de una exhibieén de strip. ease on una moderna sala nocturna in lesa 181 En la pelicula Japonese de 1959 Ugetsw luce una destroctiva rolacién.fantéstcn, En Madame Bovary, ol noveliste fran: cts dels XIX Flaubert describe una los poemas que siempre habia leido 4! En los hombros de ella encontré el «fres- cor _amberinos de une ‘dalisca en bavo, tenia el sempre era un éngel».lzquierda Emma Bovary (en la pelicula de. 1949 sobre fs novela) con su marido (a la iz quierda) ys amante, -@ = wT de Beatrice en el Paraiso de Dante, y también el de Ia diosa Isis cuando se le aparece en un suefio a Apuleyo, el famoso autor de El asno de oro, con el fin de iniciarle en una forma de vida més elevada y més espiritual. El suefio de un psicoterapeuta de 45 afios de edad puede servir para aclarar cémo el Anima puede ser una guia’ interior. Cuando se iba a acostar la noche anterior a tener ese suefio, estuvo pensando que era duro pasarse Ja vida solo, si se carecia del apoyo de una Iglesia. Hallé que envidiaba a la gente que es- taba protegida por el abrazo maternal de una organizacién, (Habfa nacido en el seno de una familia protestante pero no volvié a tener nin- guna afiliacién religiosa) Su suefio fue el si guiente: Estoy en la nave Tateral de una antigua iglesia Mena de gente, Junto con mi madre y mi esposa, estoy sentado al final de la nave en la que parece haber asientos adicionales. Voy a celebrar la misa como sacerdote y tengo tun grueso misal en las manos o, més bien, un de- vocionario 0 una antologia de poesias. Este libro no me es conocido y no puedo encontrar el pasaje adecuado. Estoy muy excitado porque tengo que co- menzar iamediatamente y, para mayor complicacién, mi madre y mi esposa me molestan con su charla acerca de trivialidades sin importancia, Ahora cesa de sonar el érgano y todos me estin esperando, ast es que me levanto de forma resuelta y le pido a una de las monjas que estén arrodilladas detrés de mi que me dé su hbro de misa y me sefale el pasaje adecua~ do, lo cual hace ella en forma cortés, Ahora, esa misma monja, a modo de sacristin, me precede hacia el altar que esti en algin sitio tras de mi, hacia Ja izquierda, como si nos acercéramos a él desde un ala lateral. El libro de misa es como un pliego de pinturas, una especie de tablero, de unos noventa centimetros de largo y treinta de ancho, y en él esté €l texto con antiguas pinturas dispuestas en colum- pas, una junto a la otra, Primero la monja tiene que leer una parte de la Jiturgia antes que yo comience, y yo atin no he encontrado en el texto el pasaje correspondiente, Ella me dijo que era el imero 15, pero los niimeros nno estin claros y no puedo encontrarlo, No obstan- te, me vuelvo con resolucién hacia los files y, ahora, ya he encontrado el numero 15 (el pensiltimo en el tablero), aunque todavia no sé si podré descifrarlo, De todas maneras, tengo que intentarlo, Me des- pierto. Este sueiio expresaba de forma simbdlica una respuesta del inconsciente a los pensamien- tos que el sofiante habia tenido la noche an- terior. En efecto, el inconsciente le decia: “Ta mismo tienes que convertirte en sacerdote de tu iglesia interior, en la iglesia de tu alma.” Los hombres proyectan all énima sobre cosas, ademés de mujeres. Por ejemplo, los bareos siempre han sido consi dos como del género femenino [asl por lo menos en Inglés}; srribs: el mascarén de proa femenino del viejo velero Inglés Cutty Sark. El capitén de une nove es simbélicamente su marido, por lo cual segin la tradicién quizé tenga que irse ‘on calles 1 se hunde, Un coche es otra clase de poteslén que generalmente se feminiza, ex decir, que puede convertirse en et foco de muchas pproyecciones del énima masculine, A gual que los barcos, los coches s@ con sideran del género feranino [la aviora 2 refere al idioma inglés] y sus prov Pietarios fos acarician y miman (abajo) come a su amante fever 183 De este modo indica el suefio que el sofiante ha de tener el apoyo de una organizacién; esta dentro de una iglesia, no una iglesia externa sino una que existe dentro de su propia alma, La gente (todas sus propias cualidades psi- quicas) desea que él actiie como sacerdote y celebre la misa. Ahora bien, el suefio no puede referitse a la misa auténtica ya que su libro de misa es muy diferente al verdadero, Parece que la idea de la misa se utiliza como un sfm- bolo y, por tanto, significa un acto de sacrifi- cio en el que esta presente la Divinidad para que el hombre pueda comunicarse con ella. Esta soluctén simbélica, por supuesto, no es valida en general sino que solo se refiere a este sofiante determinado. Es una solucién ti pica para un protestante porque un hombre que mediante una fe verdadera atin se mantie- ne en la Iglesia catdhca, generalmente expe- rimenta su énima en la imagen de la propia Iglesia, y sus imagenes sagradas son para él los simbolos del inconsciente, Nuestro sofiante no tenfa esa exper mncia eclesidstica y por eso tenia que seguir un ca- 184 Dos etapas del desarrollo del dnima* pri- mere, mujer primitiva (arriba, de una ‘de Gauguin), segunds, belleza ‘como. en @l reteato imaging rzquierda) de une muchacha del Renacimiento italiane retratada como St fuera Cleopatra La segunda etapa es taba clésicamente incorporada en Helena de Trova (abajo, junto a Pans) mino interior. Ademas el suefio le decia lo que tenia que hacer, Le dijo: “Tus lazos ma- ternos y tu extraversién (representada por la esposa que es extravertida) te distrae y te hace sentirte inseguro y con una charla sin signifi- cado te impide celebrar 1a misa interior. Pero si sigues a la monja (el anima introvertida), ella te conduciré a la vez como sirviente y como sacerdote. Ella posee un extraio libro de misa que consta de 16 (cuatro por cuatro) antiguas pinturas, Tu misa consiste en tu con- templacién de esas imagenes psiquicas que tu Anima religiosa te revela.” En otras palabras, si el sofiante vence su incertidumbre interna, causada por su complejo materno, hallaré que la tarea de su vida tiene la naturaleza y la ca lidad de un servicio religioso y que si medita acerca del significado simbélico de las imdge- nes en su alma, le conducirdn a su realizacién. En este suefio, el dnima aparece en su pro- pio papel positivo, es decir, como mediadora entre el ego y el'si-mismo”. La disposicién de las pinturas, cuatro por cuatro, sefiala el hecho de que la celebracién de esa misa inte- rior se realiza en servicio de Ja totalidad. Como demostré Jung, el micleo de la psique (el “sf- mismo”) normalmente se expresa en alguna forma de estructura cuddruple. El mimero cua tro también esté relacionado con el anima por- que, como observé Jung, hay cuatro etapas en su desarrollo, La figura de Eva es la mejor simbolizacién de la primera etapa, la cual re- presenta relaciones puramente instintivas y bio- légicas La segunda puede verse en !a Helena de Fausto: ella personifica un nivel romanti- co y estético que, no obstante, aun estd carac- terizado por elementos sexuales. La tercera est4 representada, por ejemplo, por la Virgen Marfa, una figura que eleva el amor (eros) a alturas de devocién espiritual. El cuarto tipo lo simboliza la Sapiencia, sabidurfa que tras- ciende incluso lo mds santo y lo més puro. Otro simbolo de este tipo es la Sulamita del Cantar de los Cantares de Salomén, (En el des- arrollo psfquico del hombre moderno, rara- mente se alcanza esta etapa. Mena Lisa es la que mds se acerca a esa anima de sabiduria.) En esta etapa solo estoy sefialando que el concepto de cuadruplicidad se produce con fre- cuencia en ciertos tipos de material simbdlic Sus aspectos esenciales los estudiaremos des- pués. ‘Arriba: Ia tercera etapa del énima. se personifica en la Viegen Marfa (pintura e Van Eyck). El rojo de su manto es fl color simblico del sentimiento (0 fret); pero en ese etapa, el eros $e he fexpiritustizado Dabajo: dor ejemplos de Ia cvarta etapa: la diosa griega de la sebidurla.Atenea (iaquierda) y Mona iss, Pero gqué significa en la prictica el papel del énima como guia en el interior? Esta fun- cién positiva se produce cuando un hombre toma en serio los sentimentos, esperanzas y fantasfas enviadas por su dnima y cuando los fya de alguna forma; por ejemplo, por escrito, en pintura, escultura, composicién musical 0 danza, Cuando trabaja en eso paciente y len- tamente, va surgiendo otro material incons- ciente més profundo salido de las honduras y conectado con materiales anteriores. Después de que una fantasia ha sido plasmada de algu- na forma, debe examinarse intelectual y esté- ticamente con una reaccién valorizadora del sentimiento, Y es esencial mirarla como a un ser completamente real; no tiene que haber ninguna duda secreta de que eso es “solo una fantasfa”, Si esto se realiza con devota aten- cién durante un largo perfodo, el proceso de individuacién se va haciendo paulatinamente la tinica realidad y puede desplegarse en su forma verdadera. Muchos ejemplos extraidos de la literatura muestran al 4nima como gufa y mediadcra respecto al mundo inferior: la Hypnerotoma- chia, de Francesco Colonna; Ella, de Rider au Derecha el anima como mediadora (o fu) en un dibujo de William Blake {Que lustra una escena del Purgatorio de La Divina Comedia de Dante y re- presenta a Beatriz guiando # Dante por Un simbolico paso tortuoso de mon- tana Pagina opuesta, zquterda en una fescena de la 9 Ella, de Rider Haggard, una mujer rmisteriosa guia a unos exploradores or unas montanas Inquierda grabada del = XVII domina- do por ia figura simbolica del anima como mediadara entre este mundo (ol mono prabablemente representa lena furalezainstintiva del hombre) y alfa turo (la mano de Dios extendida desde las nulbes) La figuea del anime parece parangonar ala mujer del Apocalipsis fambien lleva una corone de doce ‘estrellas, ala diosa lunar de le Antigue- dad, alt Sapiencia del Antiguo Testa- ‘mento (cuarta etapa del anima, paging 189), ya diosa egipcia Irs (que tam bién tone cabellea otante, medialuna fen ol Utero y esta con un pie en la terra y otro en el agua) Haggard, 0 “el eterno femenino” en el Fausto, de Goethe. En un texto mistico medieval, una figura de dnima explica su propia naturaleza del modo siguiente: Soy la flor del campo y el lirio del valle. Soy la madre del buen amor y del miedo y del saber y de la santa esperanza .. Soy la mediadora de los ele ‘mentos, haciendo que unos y otros se pongan de acuerdo; convierto lo caliente en frio y viceversa, ¥ To que es dspero lo suavizo... Soy la ley en el sacer- dote y la palabra en el profeta y el conseo en el sabio. Mataré y daré vida y no hay nadie que pueda Iibrarse de mi mano, En la Edad Media se produjo una percepti- ble diferenciacién espiritual en materias reli- giosas, poéticas y de otra indole cultural;, y el mundo fantéstico del inconsciente era re- conocido con mayor claridad que antes. Du- rante ese perfodo, el culto caballeresco a la dama significé un intento para diferenciar el lado femenino de la naturaleza del hombre res- pecto a la mujer exterior asf como en relacién con el mundo interior. La dama a cuyo servicio se consagraba el caballero, y por quien levaba a cabo sus he- ula sobre la novela chos heroicos, era, naturalmente, una perso- nificaci6n del énima. El nombre del portador del Grial en la versién de la leyenda segin Wolfram von Eschenbach es especialmente sig- nificativo: Conduir-amour (‘guia en el amor”). Ensefia al héroe a diferenciar sus sentimientos y su comportamiento respecto a las mujeres. Sin embargo, posteriormente, este esfuerz0 in- dividual y personal por desarrollar las relacio- nes con el dnima se abandond cuando su as- pecto sublime se fundié con la figura de la Virgen que entonces se convirtié en el objeto de devocién y alabanza ilimitadas, Cuando al 4nima, como Virgen, se la concibié como ser totalmente positivo, sus aspectos negativos en- contraron expresién en la creencia en las brujas, En China, la figura paralela a la de Maria es la diosa Kwan-Yin, Una figura del énima més popular en China es la “Sefiora de la Luna”, que otorga el don poético o musical a sus favoritos e, incluso, puede concederles la inmortalidad. En la India, el mismo arquetipo estd representado por Shakti, Pavati, Rati y muchas otras; entre los musulmanes, ella es, principalmente, Fatima, la hija de Mahoma. Una relacién entre el moto de I druplieidad y el ima. se ve (arriba) fen ura pintura del artista suizo Peter Birkhauser Un énima_ de cuatro ojos ‘aparece como una visién abrumadore terronfica Los cuatro ojos tienen un sige nificado simbdlico analago a. las lect sis pinturas del suefo.citado. en la pagina 182 aluden al hecho de que el rma contiene Ia postbilidad de. llevar 2 cabo la totalided, Derecha* en la pintura del artista Slave Ker a estmismor esta separado del numa pero. ain fundido con la natu- raleza La pintura podria ttularse «pal faye animicos a la rzquierda std sen- tada una mujer de piel oscura y dese ruda el Srima A la. derecha hay un ‘0, al alma animal © instinto Corea dol Srima hay un érbol doble, simbolizando fel proceso de individvacién en el que © Unen los opuestos interiores Al fone do se ve primero un glaciar, pero. min rando més cerca se ve que tambiéo fe una cara Esta cara (dole que fluye el rio de fa vida) es el «si mismos Tiene cuatro ojos y parece algo andlogo ‘un animal, porque procede de le nati leza instintiva (Por tanto, net properciona un buen ejemplo de la forma en que un simbolo inconscente puede encontrar sin advertirlo su camino fen un al 188 La adoracién al anima como figura religiosa oficialmente reconocida acarrea el grave in- conveniente de que la hace perder sus aspec- tos individuales. Por otra parte, si se la con- sidera exclusivamente como a un ser personal, hay el peligro de que, si ella es proyectada en el mundo exterior, sea solo ahf donde se la pueda encontrar, Esta ultima situacién puede crear interminables molestias porque el hom- bre se convierte, a la vez, en victima de sus fantasfas eréticas y en un ser que depende for- zosamente de una mujer concreta. Solo la decisién penosa (pero esencialmente sencilla) de tomar en serio las fantasfas y sen- timientos propios puede evitar, en esa etapa, un estancamiento total del proceso de indi- viduacién interior, porque solo de esa forma puede un hombre descubrir qué significa esa figura como realidad interior. Asf el dnima vuelve a ser lo que fue originariamente: la “mujer interior” que transmite los mensajes vitales del “sf-mismo”. La idea que tenta 1a Europa medic val acerca del amor cortesanos es. {abe influida por Ts. adoracion 2 la Virgen Maria Tas damas © quienes los. eabaleros prometian su amor eran consideradas tan puras como la Virgen (de le cual, una tupica. ume gen medieval es. Io esculpida come ‘Ona mofecs, hacia 1400, ngulo so perior) Angulo inferior escudo de 5 XV con un caballero. errodilade ante une dama y la muerte tras Este concepto ideslizado. de Iam: jer prodojo un concopte epuerto la creencia en lat brojes Iequierda pintura del_s_ XIX representando un aquelarre de brujes Cuando el anima es proyecteds en tuna. personificacion saficals, iende 2. dividirse en un aspacto\ deble coma Marie y como bruja quer ds otra dualidad en oponicion (de ton manuserto del 2 XV) person ficacionet dela Iglesia (a la dere cha, identficeds con Maria) y de le Sinagogs (idantsficads equi con Ia pe ceadora Eva) El dnimus: el hombre interior La personificacién masculina en el incons- ciente de la mujer—el énimus—muestra aspec- tos buenos y aspectos malos, como le ocurre al nima en el hombre. Pero el Animus no apa~ rece con tanta frecuencia en forma de fantasfa © modalidad érética; es més apto para tomar la forma de conviccién “sagrada” oculta. Cuan- do tal conviecién es predicada con voz fuerte, insistente, masculina o impuesta a otros por medio de escenas de brutal emotividad, se reconoce fécilmente la masculinidad subyacen- te en una mujer. Sin embargo, aun en una mu- jer que exteriormente sea muy femenina, el 4nimus puede ser también una fuerza dura e inexorable, Podemos encontrarnos de repente en contra de algo en una mujer que es obstina- da, fria y completamente inaccesible. Uno de los temas favoritos que el énimus repite incesantemente en las meditaciones de ese tipo de mujeres viene a ser asf: “La vinica cosa que yo deseo en el mundo es amor... ¥ € no me ama”; 0 “En esta situacién solo hay dos posibilidades... y las dos son igualmente malas.” (El animus jamds cree en excepciones.) & Aenioa: Juana de Arco (incorporads por Ingrid) Bergman en una pelicula a 1948) cuyo. snimue—el lado. masculine de la psique femenine-—tomo Ia. forma de una xconwiectén sagrades Derecha: dos imagenes. del gnimus negative: und mujer bellando con la muorie. (evadro els XVI), y Hades con Persefone, 2 Ia que él rapt6 ¥y llevd al inferno (de tun manuserito, hacia 1500). Raramente se puede contradecit la opinién de un dnimus porque, por lo general, suele tener razén; sin embargo, pocas veces parece aj's- tarse a la situacién individual. Es apto para una opinién que parece razonable pero al mar- gen de la cuestién. Al igual que el cardcter del dnima de un hombre esté moldeado por su madre, el éni- mus esta bésicamente influido por el padre de la mujer. El padre dota al animus de su hija con el matiz especial de convicciones indiscu- tibles, irrecusablemente “verdaderas”, convi ciones que jamés incluyen la realidad personal de Ja propia mujer tal como es realmente. Esa es la causa de que, algunas veces, el 4nimus sea, como el dnima, un demonio de la muerte. Por ejemplo, en un cuento gitano, un apuesto extranjero es recibido por una mu- jer solitaria a pesar de que ella tuvo un suefio que le advertia que él era el rey de la muerte. Después de haber estado con ella algin tiem- po, ella le inst6 a que le dijera quién era real- mente. El, al principio, rehus6 diciendo que ella moritia si se lo decta. Sin embargo, la [a novela’ Com ‘de Ta autora anglesa mujer insiste y él le revela de repente que es la propia muerte. La mujer muere inmediata- mente de miedo. Considerado mitolégicamente, el apuesto ex- tranjero es probablemente una imagen pagana del padre 0 de un dios que aparece aqui como rey de la muerte (como el rapto de Persefone realizado por Hades), Pero psicolégicamente representa una forma particular del dnimus que atrae a las mujeres alejéndolas de todas las relaciones humanas y, en especial, de todos los contactos con hombres auténticos. Personifica al capullo de seda de los pensamientos sofia- dores, lenos de deseos y de juicios acerca de emo “debieran ser” las cosas, y que separan a la mujer de la realidad de la vida, El Animus negativo no aparece s6lo como un demonio de la muerte. En los mitos y en los cuentos de hadas desempefia el papel de la- drén y asesino. Un ejemplo es Barba Azul, que mataba secretamente a todas sus mujeres en una cémara oculta. En esta forma, el ni- mus personifica todas las reflexiones semicons- cientes, frfas y destructivas que invaden a una mujer en las horas de la madrugada cuando no ha conseguido realizar cierta obligacién sen- timental. Es entonces cuando comienza a pen- sar acerca de la herencia de la familia y asun- tos de esa indole, una especie de tejido de pensamientos calculadores, Menos de mahcia intriga, que la levan a un estado en que es ca- paz de desear la muerte a otros. (“Cuando uno de nosotros muera, me trasladaré a la Rivie- ra”, dice una mujer a su marido al contemplar Ja hermosa costa mediterranea; un pensamien- to que resultaba inofensivo por el hecho de haberlo dicho.) ‘Alimentando secretas intenciones destructi- vas, una mujer puede conducir a su marido, y una madre a sus hijos, a enfermedades, acci: dentes 0, incluso, la muerte, O puede decidir que sus hijos no leguen a casarse: una forma del mal, profundamente escondida, que rara- mente sube a la superficie de la mente cons- ciente de la madre. (Una anciana simple nos dijo una vez, mientras nos mostraba un re- trato de su hijo, ahogado a los veintisiete aiios: “Lo prefiero as{; es mejor que darselo a otra mujer.”) A veces una extrafia pasividad y la paraliza- cién de todo sentimiento, 0 una profunda in- seguridad que puede conducir casi a una sen- sacién de nulidad pueden ser el resultado de la opinién de un animus inconsciente. En las pro- fundidades del ser de la mujer, el dnimus le susurra: “No tienes esperanza. {De qué vale intentarlo? De nada sirve lo que hagas. La vida jamés cambiaré para mejorar.” El dnimus 20 pertonifica muchas. veces fen un grupo de hombres Un énimus reghtivo grupel puede sparecer como ‘one peligrova bands de criminales, come fos enaufragadoress, quianes, después de atreer a lor barcos hacia las roces me diante luces, mataban a lor supervvien- tes y se apoderaban de los naufragio (arriba, evadro fs Xvill). 191 Una personificacén frecuente del énimus grupal negative en los suefor femeni- ‘os es [a do bardoleros romanticos, nero peligrosos Arriba grupo siniestro de bandoleros de la pelicula brasilehe. de 1953 0 i Debajo ustracién de Fuseli para € sueio de una noche de verano, de. Sha- kespeare La reina de los cobligads (por arte de ma fenamore de un eampesino al que, tome bien por arte de magi, le ha salido cabezs de asno Esto es une tergwer- sacion comica de los “eventos en lot que el amor de una doncella bra a tun hombre de un hechizamiento Desgraciadamente, siempre que una de esas personificaciones del inconsciente se apodera de nuestra mente, parece como si tuvigramos tales pensamientos y sentimientos, El ego se identifica con ellos hasta el extremo de que resulta imposible separarlos y verlos tal como son, Se estd realmente “posejdo” por la figura desde el inconsciente, Solo después que ha cesado la posesién, se comprueba con horror que hemos dicho y hecho cosas diametralmen- te opuestas a nuestros verdaderos pensamien- tos y sentimientos, que hemos sido la presa de un factor psfquico ajeno, Al igual que el dnima, el dnimus no consta meramente de cualidades negativas tales como brutalidad, descuido, charla vacia, malas ideas silenciosas y obstinadas, También tiene un lado muy positivo y valioso; también puede construir un puente hacia el “si-mismo” me- diante su actividad creadora. El siguiente sue- fio de una mujer de 45 aos puede ayudar en la aclaracién de este punto: Dos figuras embozadas trepan hasta el balcén y entran en la casa, Van envueltas en un ropaje negro con capucha, y parece que quieren atormentarnos a mi hermana'y a mi, Ella se esconde bajo la cama, ppero ellos la sacan de alli cox una escoba y la tor- turan, Luego me toca a mi. El jefe de ellos me em- puja contra la pared, haciendo gestos magicos ance mi cara. Mientras tanto, su ayudante hace un boceto en la pared y, cuando lo miro, digo (con el fin de congraciarme): «;Pero si esté muy bien dibuiadol », Ahora, de repente, mi torturador tiene noble cabeza de artista y dice con orgullo: «Si, desde luego», y ‘comienza a limpiarse las gatas, bg. opuesta, derecha: el cantante Franz Grass en of papel principal de Ia dpera de Wagner El buque fantasma, boseda fen un cuanto sobre un cepitén cuyo. destino era navegar en un borco fantas- ma. hasta que el amor de una mujer estruyera la maldicién que pessbe so bre En muchos mites, el amante de una mujer es une figura misteriosa que ella unce debe ver. laquierda: ejemplo de xe mito en un grabado de finales del figlo XVIII: le doncella Psique era. ama de por Eros, pero tenia. prohibido que Inentara rirarlo. Cazvalmente lo hizo tina very 4 la abandons; lla pudo recuperar su amor solo despues de (0 busqueda y muchos sufrimientos, EI aspecto sidico de esas dos figuras era muy conocido por la sofiante ya que, en rea lidad, suftia con frecuencia de ataques agudos de ansiedad durante los cuales le asediaba el pensamiento de que la gente a la que ella que- Fia se encontraba en gran peligro 0, incluso, que habia muerto, Pero el hecho de que la figura del dnimus sea doble en el suefio su- giere que los salteadores personifican un factor psiquico que es dual en sus efectos y que po- dria ser algo completamente distinto a esos pensamientos atormentadores. La hermana de Ja sofiante, la cual huyd de los hombres, es cogida y torturada, En realidad, esa hermana habia muerto cuando era muy joven. Tenfa dotes artisticas, pero habia utilizado muy poco su talento, Después, el suefio revela que los sal- teadores embozados estin, en realidad, disfra- zados de artistas y que si la sofiante les reco- noce sus dotes (que son las de ella) prescindi- rin de sus malas intenciones. {Cudl es el significado profundo del suefio? Es que, tras los espasmos de ansiedad, hay un peligro auténtico y mortal; pero también hay una posibilidad creadora para la sofante. Ella, al igual que su hermana, tenfa cierto talento como pintora, pero dudaba si la pintura seria para ella una actividad con significado, Ahora bien: su sueiio le dice del modo mas firme que debe reavivar ese talento. Si obedece, el dni- mus destructivo y atormentador se transfor- mari en una actividad creadora y plena de significado, ‘AL igual que en este suefio, el énimus apare- ce con frecuencia como un grupo de hombres. De esa forma, el inconsciente simboliza el he- cho de que el animus representa una colecti- vidad mds que un elemento personal. A causa de esa inclinacién a lo colectivo, las mujeres habitualmente se refieren (cuando su énimus habla por medio de ellas) a “uno” 0 “ellos” odo el mundo”, y en tales circunstancias su conversacién, muchas veces contiene las palabras “siempre” y “debiera” y “tuviera”. ‘Muchisimos mitos y cuentos de hadas ha- blan de un principe convertido por hechice- rfa en un animal salvaje 0 en un monstruo, que es redimido por el amor de una doncella: tun proceso que simboliza la forma en que el 4nimus se hace consciente. (El Dr. Henderson ha comentado en el capitulo anterior el sig- nificado del motivo de La Bella y la Bestia.) 193, EE Muy frecuentemente, a la heroina no se le per- mite hacer preguntas acerca de su misterioso y desconocido enamorado y esposo; 0 se en- cuentra con él solo en la oscuridad y jamés debe mirarle. Esto implica que, por confian- za y amor ciegos hacia él, ella podré redimir a su marido, Pero eso jamés sucede. Ella siem- pre rompe su promesa y, al final, encuentra ‘a su amado otra vez después de una biisqueda Jarga y diffcil y de muchos sufrimientos, E| paralelo de eso en la vida es que la aten- cién consciente que una mujer tiene que con- ceder al problema de su animus probablemente requiere mucho tiempo y acarrea infinidad de suftimientos. Pero si ella se da cuenta de quién y qué es su dnimus y qué hace con ella, y si ella se enfrenta con esas realidades en vez de dejarse poseer, su animus puede convertirse en un compaiiero interior inapreciable que la dota con las cualidades masculinas de inicia- tiva, arrojo, objetividad y sabidurfa espiritual. El dnimus, exactamente igual que el dnima, muestra cuatro etapas de desarrollo. La pri- mera aparece como una personificacién de mero poder fisico, por ejemplo, como campeén atlético u “hombre musculoso”, En la segunda etapa, posee iniciativa y capacidad para pla- near la accién. En la tercera, el animus se transforma en Ja “palabra”, apareciendo con frecuencia como profesor o sacerdote. Final mente, en su cuarta manifestacién, el animus es la encarnacién del significado. En este ele- vado nivel, se convierte (como el énima) en mediador de la experiencia religiosa por la cual Ia vida adquiere nuevo significado. Da a la mu- jer firmeza espiritual, un invisible apoyo inte- rior que la compensa de su blandura exterior, En su forma més desarrollada, el 4nimus co- necta, a veces, la mente de la mujer con la evo- lucién espiritual de su tiempo y puede, por tan- Incorporaciones de las cuatro etapar del Pégina puesta, arriba: miniatura india inimus" primera, e| hombre de plenitud representando a una muchacha que mira fisicay Tarzén, el iterario héros de la con amor ef retrato de un hombre, Una selva _(arribs, interpertado por Johnny mujer que se enemora de un retrato (0 ‘Weismuller). ‘Segunda, el hombre «ro- de un actor de cine), claramente esté ménticow el poeta. Inglés dels, XIX proyectando au énimus_en un hombre Shelley (arriba, centro), © el xhombre EI actor Rodolfo Valentine (psy opuer de acciéns: el norteamericano Ernest He- 2, lqierde, en na pelievla de 1922) mingway, héroe de la guerra, caza- _llecd- 9. ter el contro de proyeccién del or, ete Tercera, el portador de la «pa. énimus de millares de mujeres, mientras labras: Lloyd George, el gran orador vivid. aun’ después de muerto Angulo Pothico. Cuarta, el gola ssbio hacio le inferior derecho! parte del inmento tel verdad espiritual, muchas veces proyecta- _buto floral enviado por mujeres de todo dda on Gandhi (izquierds ‘el -mundo 2 los funerales de Valentine on 1926. 194 to, hacerla atin mas receptiva que un hombre a Jas nuevas ideas creadoras, A causa de esto, en tiempos primitivos, muchos pueblos empleaban a las mujeres como adivinadoras y profetisas. La intrepidez creadora de su 4nimus positiv a veces expresa pensamientos e ideas que esti- mulan a los hombres a nuevas empresas. El “hombre interior” dentro de la psique de una mujer puede conducir a disturbios matri- moniales andlogos a los mencionados en la seccién referente al énima, Lo que complica especialmente las cosas es el hecho de que la posesin de uno de los cényuges por el ai mus (0 el anima) puede ejercer automética- mente tal efecto irritante en el otro que é1 (0 ella) quede también posefdo. Animus y énima tienden siempre a arrastrar la conversacién a un nivel mas bajo y a producir una atmésfe- ra emotiva irascible y desagradable, Como dije antes, el lado positivo del énimus puede personificar un espiritu emprendedor, atrevido, veraz, y en su forma més elevada, de profundidad espiritual. Por medio de él, una mujer puede experimentar el proceso subya- cente de su situacién objetiva personal y cul- tural, y puede encontrar el camino de una in- tensa actitud espiritual ante la vida. Esto, na- turalmente, presupone que su 4nimus deje de representar opiniones que estén por encima del criticismo, La mujer tiene que encontrar el atrevimiento y la interior amplitud mental para dudar de Ja santidad de sus convicciones. Solo entonces seré capaz de aceptar las suge- rencias del inconsciente, en especial cuando contradicen las opiniones de su animus. Solo entonces Iegardn hasta ella las manifestacio- nes de su “sf-misma” y podré entender cons- cientemente su significado.

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