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TIRADA ESPECIAL DE sENSAYOS Y ESTUDIOS¢ I1/5-6 (EDITORIAL: FERD. DUMMLERS VERLAG - BONN y BERLIN) PARA INTERPRETAR A ANGEL GANIVET por Francisco Elias de Tejada y Spinola 1. PARA ACERCARSE A GANIVET. Pocos hombres han bajado a la tumba dejando tras de sf el ctimulo de incégnitas que nos legara ANGEL GANIVET; de faz xomantica y acerados ojos, de altivos pensamientos y desengafiada vida, en él se cifra nada menos que todo el problema del acon- tecer espafiol a partir de los tristes dias del 1700. Por eso estu- diar a GANIVET y sentar los puntos cardinales de su pensa- miento, es estudiar la misma tragedia intima que en dos siglos y medio ha turbado el hondo coraz6n de las gentes de nuestra Espaiia; su valor supremo de sfmbolo se acrecienta a cada hora que pasa y bien podemos sefialar, a través de la evolucién ulterior de su memoria, el complejo inmenso de nuestro desen- gafio nacional. En consecuencia, lo primero es saber acercarse a él, topar intuitivamente con la palabra magica que, como en los cuentos orientales, nos abra Ja pefia cn cuyas entrafias se guardan los ocultos tesoros escondidos. Y esto, en hombres como ANGEL GANIVET, no es un problema de discurso, sino una cuestién de sentimiento; para comprenderle hay que comenzar por sentir con él ese temblor angustioso de una Espafia que a lo largo de mds de dos siglos no encontré la postura propia, su modo de ser tradicional. Buena escuela para ello fud nuestra guerra. Yo no comprend{ exactamente a GANIVET hasta los dias ardientes y misticos de aquel verano guerrero de 1936; mds que todas mis Jecturas anteriores, mds que el sesudo meditar de las obras del genial suicida, fué para mf leccién y clave el hallazgo de un ejemplar del /dearium a medio quemar por la horda roja en una casa saqueada del recién ocupado pueblo de Torrijos, a las puertas mismas de Toledo. Era yo soldado, en un equipaje de militar en campafia no hay mucho sitio para muchas cosas y asi quedé abandonado aquel libro rofdo de las Hamas; pero el efecto de aquella escena no ha pasado todavia y a lo largo de los tres afios en que vestf el uniforme de los soldados del Ejército ¢s- pafiol guardé siempre el propésito de hacer patente el sentido auténtico del granadino: su adscripcién a la Tradicién de Espaiia. 2 Ensayos y Estudios II/5-6 Y es que aquella escena en aquellos momentos calientes de mi vida era esa palabra misteriosa que me abria las puertas del alma de GANIVET. Desde la retaguardia no podia sentirse en aquellos dias primeros de la guerra el fervor de las gentes que no sabfamos si la vida de Espafia exigia el sacrificio de la nues- tra; o sea, los sentimientos mismos que siempre alenté el grana- dino misterioso. Porque, dig4moslo de una vez para siempre, si GANIVET hubiese alcanzado nuestros dias es seguro que hubiese vestido arrogante el uniforme de los soldados del Caudillo. De este hecho de ser alférez de ese Ejército y de aquel otro hecho de que él también lo hubiera ‘sido, nace la clave exacta para la comprensién de GANIVET a que més arriba aludiamos. De una comunidad de sentimientos se puede Hegar a una comu- nidad de ideas; y los sentimientos de GANIVET le Hevaron a ser también, a través de sus obras, un mértir de la barbarie Toja. (1) 2. ¢COMO PENSABA GANIVET? éCudl era la postura ideolégica de GANIVET? 2En qué puntos capitales apoyaba los muros cardinales de su pensamiento? éBebia las aguas salutiferas de la Tradicién o pertenecia a ese grupo que tiene, a lo largo de casi tres siglos, la triste misién de formar el cauce de la desnacionalizacién de nuestros Pueblos? Se ha dudado mucho y mucha tinta se ha vertido en el papel, sobre este punto. Agrupemos las diferentes opiniones: a) Aquellos que ven en GANIVET un politico liberal, anti- espafiol, «europeizante», del lado de los mitos extranjeros del momento, La representan fundamentalmente JOAQUIN GARRI- GUES, GREGORIO MARANON, LUIS JIMENEZ DE ASUA y BALDOMERO ARGENTE, en aquel meeting de izquierdas que, profanando el nombre y los restos mortales del inmortal andaluz, organizaron en la Universidad de Madrid el afio de 1925.(2) Aparte eso, también hubo en la lirica un momento de ésta que pudieramos amar exaltacién falsa del pensar ganive- tiano; y son aquellos versos de FERNANDEZ ARDAVIN en (1) Es sabido que el Gobierno rojo de Valencia ordené retirar de las Bibliotecas el Idearium espanol. (2) Discursos recogides ea la_pzensa de la €poca. Vr. gr. ABC de 29 marzo 1925, pags. 13a 19, y El Sol alio IX, nimero 2384, 29 marzo 1925, pagina 8. de Tejada y Spinola: Para interpretar a Angel Ganivet 3 que se le opone a toda la historia y la Tradicién de Espafia, elevdndole a la categoria de mito revolucionario. (3) b) Los que ven en él un antecedente de los Estados autori- tarios. Tal postulé el maestro EUGENIO D’ORS, aunque sola- mente de un modo indirecto;(4) porque suponerle partidario de las formas fuertes de gobierno no es hacerle precursor de los modernos sistemas, ya que también puede ser calificada de tal nuestra Monarqufa tradicional. c) Los que creen imposible catalogarle en grupo alguno, dada su variabilidad de ideas y poca concrecién de pensamientos. En este grupo ocupan puestos ciertos SANTIAGO VALENTI,(5) E.GOMEZ DE BAQUERO,(6) JOSE MARIA SALAVERRIA,(7) MANUEL LEON SANCHEZ(8) y MELCHOR FERNANDEZ ALMAGRO.(9) De lo que més adelante se dice puede deducirse lo erréneo de esta opinién. a) Los que le adscriben a la Tradicién espafiola. Son los mds y los que m4s profundamente le han estudiado, Aqui estan, junto a Jas autoridades indiscutibles de ADOLFO BONILLA Y (3) LUIS FERNANDEZ ARDAVIN: «GANIVET». Poesia lefda en el ‘Ateneo de Madrid cl 21 enero 192! e inserta en E Sol, aio V, mimero 1073, de 22 enero 1921. He aquf una muestra del tono de esos versos: «Como tenia a Espafia tan metida en su entrafia, no podia vivir en la caduca Espana del contenido medieval. iLa empafiaba ese viso que a los viejos espejos! Y por verla més joven, situd de mas lejos su proyeccién espiritual. iAy, Angel! Que tu nombre cristiano, apologético, refiado de promesas, celestial y profético, ué rayo tutelar. Por ti la nueva Espafia su espej y resurge apolinea frente a la v Gel romancero y del altar!». (4) Discurso en el homenaje celebrado en la Universidad Central cl 28 de marzo de 1925 y reeogide én El Sol del din 29, pagina 8, columna f. (5) SANTIAGO VALENTI CAMP: Idedlogos, teorisantes y widentas. Prélogo de JUAN BARCO. Barcelona, Editorial Minerva S.A. s. a. XVI desempaiia ja Espana + 442 Baas: ; (5) E. GOMEZ DE BAQUERO: La ouela de GANIVET. Despuds del homenaje. Tn EE Sai aio IX, ntimero 2385, de 31 marzo 1925. (7) JOSE MARIA SALAVERRIA; 47 redorno de ANGEL GANIVET. En ABC de 29 marzo 1925. Be: 1s, columna c. (8) MANUEL LEON SANCHEZ: Angel Ganivet, su vida y st obra. Conferencia sustentada en et anfiteatro de la Escuela nacional preprratorta, dea la ciudad de México, por el projesor ... del «Grupo Ariel», 21 noche det 19 de septiembre de 1925. Imp. Manuel Leéa Sanchez. México. D. F. 1927. 15 piginas. Cita a la pig. 0. . ce ” (9) MELCHOR FERNANDEZ ALMAGRO: Vida obra de ANGEL GANIVET, Editorial Sampere-Martf. S.A. Valencia, s. a. 319 pigs. Cita en pag. 8. 4 Ensayos y Estudios 11/5-6 SAN MARTIN(g9) y de QUINTILIANO SALDANA,(10) los nombres de SIRVENT,(11) CRISTOBAL DE CASTRO,(12) LUIS LOPEZ BALLESTEROS,(13) CESAR BARJA,(14) JOHN T. REID (15) y MANUEL AZANA.(16) Nos interesa recalcar sobre todo esta tiltima figura ya que, por su mal encaminada pero cierta inteligencia, es lo mds opuesto a la vulgar zafiedad de los pedantes de turno. «La afirmacién de que GANIVET es tradicionalista — hemos escrito en otra parte — puesta en boca de AZANA cobra casi el valor de prucba concluyente. Es evidente que el expresidente del Ateneo debié leer con detenimiento las obras del suicida de Riga, sin duda con el intento de beber en ellas argumentos para sus postulados de desespafiolizacién; y al hallarlas saturadas de ideales tradicionalistas, su posicién se torna en oposicién y ene- miga. Las pd4ginas ganivetianas habfan pasado a ser un obstd- culo, en lugar de una ayuda; por eso intenta refutarlas, cierta- mente sin conseguirlo, hasta el punto de que viendo perdida la partida, no halla otro recurso a mano que apelar al lenguaje de los finos insultos».(17) (10) ADOLFO BONILLA Y SAN MARTIN: ANGEL GANIVET En Revue Hispanique, aio LVI, niimero 130, diciembre de 1922, pags. 5308 540. Vide especialmente las 5 pagoas 530. 530 Y 53% QUINTILIANO SALDANA, catedratico GENE Universidad de. Madrid: ANGEL GANIVET. Primera edicién. Libreria y a editorial Hernando, S.A. fundada en 1828. 1930. 200 pigs. Cita a la pi El Libro de SALDANA es por todos conceptos “alogiable y superior, con mucho, a todo lo que sobre GANIVET se ha escrito; especialmente al libro de FERNANDEZ ALMAGRO, que no pasa de ser un ensayo mds o menos literario. (11) ANTONIO SIRVENT: GAN/VET politico. Conferencia en la casa de los Estudiantes Catélicos de Madrid, Mayor, 1, el 16 de marzo de 1925, recogida en ABC del 27, nimero Soars pig, 17; columna a. (12) CRISTOBAL DE CASTRO: «Prélogo» a la recopilacién que como «Ideario espaiols, hiciera JOSE GARCIA “MERCAD. AL, e impresa en Madrid, s.a. en la Biblioteca Nucva S.A. Cita en pag. 14. (13) LUIS LOPEZ BALLESTEROS: Cuestiones de actualidad. Fuerzas y reserves originales de Espana. IV. En ABC de Madrid, néimero 4431, correspondiente al 10 agosto 1917, pags. 3 a 5. Cita en pdg. 5, columna a. (14) CESAR Pe Literatura eseitile, Libros y autores contem- pordneos. Libreria General de Victoriano Sudrez. Madrid, 1935, 493 pags. Cita en (15) Bin T. REID: Modern Spain and Liberalism. A study in literary conérast. Stanford University Press. California, 1937. — 236 pags. Cita en pigs. 43 P Ge MANUEL AZASA: Plumas v polabras. C.1.A.P. 1930. — 341 gs. - Fe fee la parte consagrada a GANIVET y especialmente en las paginas 17, 28, ol y 110. (17) Vide mi libro: Ideas politicas de ANGEL GANIVET, Madrid, 1939. — 215 pigs. Pdgs. 68 y Gg. Las relaciones ideolégicas posit negativas cite GANIVET y AZAWA estin minvciosamesia analizadar eb las paginas 68 y siguientes y 120 y ss. de Tejada y Spinola: Para interpretar a Angel Ganivet s No es el momento de analizar cada una de estas tesis; pero esperamos que al final de este articulo quedard sentada la verdad y desvelado el misterio, Para ello hemos de plantear una cuestién preliminar, la de afirmar el valor del ideario carlista, el mAs antiguo de los mo- dernos idearios autoritarios(18) y a Ja par cefiido a las esencias mds puras del alma espaiiola. No hay que ver en el Carlismo meramente una gesta romantica de valientes caballeros, ni la poesia de unos hechos heroicos de leyenda y fidelidad emocio- nantes; el Carlismo no agota su contenido en la honrada des- pedida de Valcarlos, ni siquiera en la sangre de ese medio millén de muertos cafdos en tres guerras civiles, triste si gloriosa- mente perdidas. . Si el Carlismo fuera eso, no pasaria de ser una cosa mds entre Jas muchas pintorescas que Espafia puede ofrecer al turismo extranjero. El Carlismo es justamente el ultimo refugio organi- zado del alma espafiola, lo tinico abiertamente espafiol que existfa en los dias de ANGEL GANIVET. Propiamente no co- mienza en 1833, sino que es ya a lo largo del siglo XVIII toda esa corriente tradicional que lucha contra la invasi6n extranjera en todas sus formas y que ora aparece en el teatro con GARCIA DE LA HUERTA, en la disputa literaria con FORNER o en la contienda armada con los gestos tinicos de Zaragoza y de Gerona; esa ya es Espafia real que frente a la Espaiia oficial defiende palmo a palmo — jeterno triste sino tragico de Espafia!l —las esencias del alma de nuestras gentes. El valor histérico que algun dia, tal vez siglos después, ha de sernos reconocido a nosotros, los hombres de las carlistadas, es que en aquel entonces fuimos siempre lo unico espafiol frente a un Estado oficial extranjerizado que no podia ni queria ni sabia entendernos, porque no podfa ni sabfa ni querfa entender el alma de las Espafias. La tragedia intima de GANIVET es aquf Ia de Ia mayoria inmensa de nuestras grandes y pequefias almas; en cuanto es- pafiol auténtico él intufa el valor exacto de las ideas, y asf, como vamos a ver seguidamente, su ideario coincide con el del Car- lismo; el alma espafiola que en él late le Neva de un modo fatal e irremediable a propugnar los ideales de Espafia, esto es, a los (18) Su acta de nacimiento es el Mamado Mantfiesto de Abrantes, Fir- mado por CARLOS V el 4 de octubre de 1833. 6 Ensayos y Estudios 1I/3-6 de aquel grupo que representaba la esencia de lo espafiol en el siglo XIX: el Carlismo guerrero y militante. Pero, de otro lado, los prejuicios de su educacién y de su tiempo, y sobre todo el no haber alcanzado la precisa madurez de juicio que en los hombres es el eje de la vida intelectual, le impidieron llegar a la meta. Intuyé y no legé a obtener la ciencia justa; procuré la verdad sin tener fuerzas para llegar a ella; creyé y no pudo, sabiendo sin saberlas concretamente todas esas verdades que son el alma espafiola, En esa agonia trdgica, que es la agonia espafiola desde hace mds de dos siglos, se debate como fiera que no lograse romper Jos barrotes de la jaula por més zarpazos que descargue sobre ellos. Sofié infinitos y des- perté en querellas; rid de los amaneceres futuros y no vid los claros rayos del sol que de cerca le alumbrara; embebido en ilusiones cruzé cabe la verdad sin descubrirla, ignorando que esas ilusionadas ansias de verdad tenian cabal acomodo en aquella realidad préxima; y asi, angustiado y mistico, creyente y réprobo, sofiador y desengafiado, pudiera haber hecho suyo el lema del poeta: Video meliora; proboque, deteriora sequor. 3. EL ASPECTO RELIGIOSO: SU SENEQUISMO. Se ha insistido mucho sobre Ja falta de creencias religiosas de GANIVET, sin ver que su senequismo no es otra cosa que esa misma religién sin bases de creencia; no es sino el intento de creacién de una religién pagana que sustituyera en lo posible a Ja falta de creencias que por dentro le devoraba a la manera de un c4ncer monstruoso. No es que él intente separarse del cristianismo; es que, mediante los conceptos senequistas, aspira a él con mayor fuerza. As{, cuando al leerle por vez primera siente una luz vivisima que le hace recobrar la vista y el ofdo de una manera repen- tina,(19) lo que hace es sentir la luz de lo alto, el brillo de la religién que hasta entonces no habia conocido. «Se descubrié a s{ mismo», escribe MODESTO PEREZ.(20) No; descubrié la Nama oculta de su pueblo, decimos nosotros con mayor certi- dumbre. (19) Ast to cuenta, él mismo en el Zdearium expatol, Sexta cdicién, Vietoriano Suérce. Madrid. 1952, 185 pigs. Cita a In pig. 7. (20) MODESTO PEREZ: ANGEL GANIVET, universitario y consul. Paginas inéditas, recopiladas y comentadas. Fernanda, Madrid, “1920. — LXIII + 173 pags. — Cita en pag. 19. de Tejada y Spinola: Para intexpretar a Angel Ganivet 7 Desde entonces GANIVET es senequista, porque asf viene a ser cristiano a su manera. Que es ser espafiol, en definitiva. ANGEL GANIVET identifica los conceptos de espafiol y de cristiano, llegando a sostener que Espafia «fué cristiana antes de CRISTO»(21) y corroboréndolo con SENECA, que «no es un espaiiol hijo de Espaiia por azar: es espafiol por esencia».(22) No es cierto, por tanto, que GANIVET fuera acristiano, ni que prefiriera a SENECA sobre CRISTO; para él ambas cosas son una misma: lo espafiol, En consecuencia, ese que LEGENDRE llama el «cristianismo espafiol»y de ANGEL GANIVET (23) no es en Ultimo término otra casa que el substratum ideolégico co- min a las doctrinas de SENECA y de CRISTO, substratum que en él era una fe personal con que sustituir a aquella otra justa: y cierta que su educacién le habia impedido conocer. Buena prueba de ello la tenemos en que identifica Espafia y Catolicismo, llegando a afirmar que el Catolicismo es la fuerza creadora(24) de nuestro Pueblo y que «Espaiia se halla fundida con su ideal religioso, y por muchos que fueren los secretarios que se empefiasen en descatolizarla, no conseguirfan mds que arafiar en Ja corteza de la Nacién» (25) He aqui otra vez cl Wamado enigma ganivetiano. Su sentir espafiol auténtico le leva a identificar ambos términos Espatia y Catolicismo, a ver en él la fuerza potente de la gesta heroica, y a enlazar a CRISTO con nuestro papel en el mundo; pero los defectos aludidos le llevan a no creer en esa religidn que su espafiolismo ensalza y a buscar en el senequismo un sustitutivo a la fe que no tenfa. Pero hay mds todavfa y es su posicién respecto al futuro del Catolicismo en el mundo, expuesta en una carta de 22 de no- (at) ANGEL GANIVET: Granada Ja Bella. Precedida de wa estudio sobre GANIVET. por FRANCISCO SECO DE LUCENA y un prologo de RAPAEL GAGO PALOMO. Granada. Iinprenta de El Defensor de Gra- nada. 1913, — 135 pigs. — Cita a la pag. 82. (2 "P GANLVET: Idearium espenol, pag. 6. 23) MAURICIO LEGENDRE, secretario de la Revista Catdlica de las Iglesias: El cristianismo espanol segin ANGEL GANIVET. En La Espata Moderna, aio XXI, mimero 245, mayo 1909, pigs. 128 a. 194, y miimero 246, junio 1969, pags. 44 273. — ; (a4) Bs ae Sata GANIVET ésta es In categorfa funndamental de la vida. (25) A.GANIVET: Idearium, pigina 28. Es también interesant{sima a este respecto la justificacion de 1a Iglesia que hace on la Carta VI del Epistolario, fechada a 30 junio 1893, demestrando que la fe espafiola no es la causa de nuestra decadencia. 8 Ensayos y Estudios 11/5-6 viembre de 1894. Es imposible resumirla y por eso la citamos textualmente. «Ante tal estado de cosas hay dos caminos: uno, que trata de abarcar mucho, debilitando el valor de las ideas, otro que trata de reducirse ala mds pequena expresién,acentuando el valor de esas mismas ideas. Los unos sostendrén el tinglado un poco tiempo hasta que desaparezca del todo, los otros crearén una minoria resistente que durard uno o dos siglos después que el predominio de las ideas catéticas haya desaparecido. El fin de todos es dar en la nada, porque asi como no hay vida orga- nica permanente, no hay vida ideal permanente. La vida del catolicismo es ya milagrosa, y de aqui a dos o tres siglos (a diez si quieres), no quedardé de él mds que un recuerdo histérico. Y en ese recuerdo figurardn, en primera linea, los que dejendieron la idea con exageracién, pero con entusiasma, y en la cola los prudentes, los diplomdticos, los ulilitarios en una palabra. He agui porque yo, sin ser calélico y despreciando las pequefias pa- siones que hay en el fendo de muchas lineas de conducta, estoy con los més intransigentes.» (26) Lo hemos reproducido {ntegro porque posiblemente no existe otro texto que mejor recoja la angustia inmensa del alma de GANIVET; en él se mezclan la incertidumbre externa y el fana- tismo interior, el bafio extranjero y las ansias espafiolas que terminan por triunfar, la tristeza de la incredulidad y la alegria de la fe. Y en dl, finalmente, se pone de relieve como en este aspecto y pese a una carencia de sentimientos que le habfa de Hevar al suicidio, su postura tltima es la misma que la de los hombres de la boina roja.(27) 4. LA CUESTION POLITICA. En este sentido el ideario carlista puede ser reducido a los siguientes trazos: Espafia no es un solo Pueblo sino un conjunto de ellos, cada uno con propias lenguas, eyes y costumbres, y unides todes por dos lazos: uno interno, creencia en el mismo Dios, y otro externa, obediencia al mismo Rey. No es, pues, una simple unién de esas que los juristas tipifican como personales, (26) A.GANIVET: Epistodario, Madrid, Libreria nacional y extranjera de Leonardo Williams. 1904. — 292 pags. -- Carta XXTIX de 22 noviembre wos, pags. 273 y 274- 7) Abi est la razén de ser de ese «cristianismo original» de que el mismo GANIVET nos habla en Ia pagina gt de st Porsonir de Espaia. A.GANIVET: Hombres del norte y El porvenir de Espana, Madrid. Beltran 125 pags. de Tejada y Spinola: Para interpretar a Angel Ganivet 9 sino que la unién externa no es otra cosa que la proyeccién ex- terior de aquella unidad maravillosamente robusta que presta una misma fe coman. 2Qué piensa GANIVET a este respecto? La clave para la respuesta nos la va a dar esta teorfa de los espfritus territoriales que FIDELINO DE FIGUEIREDO llama con frase feliz «uma filosofia geografica da historia»;(28) y no ciertamente por lo que de esa misma idea cabe deducir, sino por las aplicaciones que de ella aparecen a lo largo de sus obras. En otro lugar hemos puesto en claro el sentido exacto de esta teorfa y creemos poder afirmar que no tiene otro valor que cl de considerar a la idea de la nacién como la faena que en el campo de lo universal tiene un conjunto de pueblos en una fase dada de la historia.(29) Para ver si su ideario coincide o no con el carlista ha de bus- carse su manera de pensar acerca de lo regional; si hallamos aqui que crefa en un regionalismo tipico, cultural y politico, podemos creer que se halla en las tiendas de la Tradicién ¢s- patiola. a) Regionalismo fipico. — Sirvan de ejemplo aquellos parrafos de Granada la Bella en que protesta enérgicamente contra los intentos de cosmopolitismo, pidiendo continéen los antiguos agua- dores, sin innovaciones de modernas tuberfas para la trafda de aguas;(30) quejdndose de Jas casas de pisos reftidas con el casti- cismo andaluz(31) y reclamando calles estrechas y sombreadas, en ningtin modo «anchas, porque asf las tienen los otros ».(32) b) Regéonalismo cultural. — Basta repasar la coleccién de La Alhambra o de cualquier otro petiédico granadino desde 1890 hasta Ja fecha, para ver Ja huella que dej6é entre sus pai- sanos y su modo de pensar en este asunto.(33) G8) FIDELINO DE FIGUEIREDO: As duas Rspaxhas. Ligaés feitas no Instituto de Altos Estudos nos dias 27, 27 @ 30 de janeiro de 1932. Im- prensa da Universidade. Coimbra, 1932. — 263 paginas. Cita en pag. 229. (29) La nacién no es més que la proyeccién hacia el futuro y durante una época histérica de esa Tradicién que distingue a los Pueblos de los Pueblos semejantes. (30) 4. GANIVE Granada la bella. pigs. 60 y 61. 31) AVGANIVET: Granada la bella, pig, 116. 32) A.GANIVET: Granada la bella, pag. 112. : (43) Conocidos son los versos con que el poeta FRANCISCO VILLA- ESPHSA puso de relieve este hondo significado que GANIVET tiene para Granada, efdes en la velada celebrada en el Centro Artistico Granadino el din 29 de noviembre de, cott, y tevogides en las peiginas 96 y 97 del libro Se J. DIAZ MARTIN DE CABRERA (PP. DI-MAR): El libro de Ga- NIVET. Granada, Tip. y ed. Paulino V- Traveset. 1920. — 217 pags. Hélos aqui: 10 Ensayos y Estudios I/5-6 c) Regionalismo politico. — No han de confundirse en este punto dos ideas: la de la unidad, concepto tradicional ligado al de variedad de un modo inseparable, y la revolucionaria de la uniformidad, con Ja que la de unidad se confunde desde la Revolucién francesa. ‘ GANIVET niega para Espafia ese concepto, revolucionario de Ja unidad uniforme; asi, por ejemplo, afirma que nuestra historia nos ensefia que, si bien la aspiracién ha de ser marchar con paso firme al logro de esa unidad,(34) no hay en nuestro pasado ningtin instante que presente esa unidad uniformada.(35) Es curioso ver como también aquf coincide literalmente con jos paladines del carlismo, situéndose tanto frente a los federalis- mos democréticos del tipo de los creados por la Constitucién espafiola de 1931, como al centralismo absolute que confunde a todos en un grupo amorfo y que Je leva a exclamar indignado: «| Abajo, pues, esa centralizacién que convierte en ridiculez’ el provincialismo!», (36) Frente a uno y otro, GANIVET levanta la bandera de la Tra- dicién. El cotejo de un texto suyo con otro del inmortal VAZ- QUEZ DE MELLA, creo que no dejard lugar a dudas. «Cuando en Espasa se hundid el poder absoluto, debid tenerse pre- sente que el poder real no se hizo absoluto por medio de un golpe de Estado, suprimiendo de una plumada una constituctén, sino que se hizo absoluto por la abo- lictén sucesiva del régimen foral. Y lo legitimo era volver a las lidertades munictpales, algo mas reales, tangibles y corpéreas que «Hay dos clases de federacién: una de ellas es la federacién re- volucionaria, nacida del pacto, que reconoce en et cowtrato la Unica fuente del derecho; pero équé tiene que ver esa federacton con aguella federacién historica que supone que el Estado, como resultado que es, y posterior por tanto, a las regiones que existia ye, que tentan una personalidad «iVuelvan tus restos a Ja tierra amada que perfumé de mirtos tus cantares! TAlhamar y ta, sois dos pilares ue sostierien las glorias de Granada! ‘i el hijo de Nazar Jabrando dura mérmol, le dié la Alhambra del pasado, ti tallando ideales, Je has legado Ja fabulosa Alhambra del futuro» . (34) ANGEL GANIVET: Cartas finlandesas, segunda edicién, Madrid, Sudrec. No2o, — 302 pigs, — Cita a In carta TH, pigs. 88 y 89. (35) A. GANIV. Tdearinm, pig. 63. (30) A.GANIVET: Epistofario, pag: 223. de Tejada y Spinola: Para interpretar a Angel Ganivet Ir las libertades consignadas en las histérica y jurtdica delermina- Constituctones. No se hizo ast, y da?»(38) al reaparecer después la idea, ya no fué libertad comunal, fud je- deralismo; ya no fué régimen va- rio, sino régimen simétrico, )Ru- nesta simetria que todo lo ha in- vadide, desde el trasado de las calles hasta el trasado de las leyes!( 37, ) Como puede verse, en el segundo punto del ideario carlista, el de la Patria como federacién orgdnica de Pueblos, ANGEL GANIVET est4 también bajo las banderas de la Tradicién de Jas Espafias. 5. LA FORMA DE GOBIERNO. Quédanos el tltimo postulado del Carlismo, el Rey en cuanto lazo externo de los Pueblos que integran la Hispanidad. Aqui GANIVET no formula ninguna declaracién explicita,(39) sino que hemos de deducir su ideario de un modo indirecto. En primer lugar, nos encontramos con que GANIVET no es demécrata,(4o) ni cree que el pueblo pueda ser elemento activo de gobierno.(41) Eliminada esta posibilidad ideolégica, caben tres soluciones: a) Dictadura provisional. — No cree en ella, segtin afirma con palabras terminantes cuando escribe que no es «de los que piden un genio, investido de la dictadura; un genio serfa una cabeza artificial que nos dejaria luego peor que est4bamos».(42) b) Monarquia liberal. — No cabe pensarlo una vez lefda La conguista del reina de Maya por el ultimo conquistedor espaol Pio Cid, toda vez que, segén hemos demostrado cumplidamente en otra parte,(q3) constituye la mds aguda critica de la Espafia (37) A-GANIVET: Granada la bella, pigs. 101 y 102. (38) JUAN VAZQUEZ DE MELLA: Del discurso pronunciado en el Congreso de los Disputados el 19 de agosto de 1896. En Obras Completas. F Seleccién de elocuencia ¢ historia. Faitorial Voluntad. Madrid-Barcelona. 1931. — LXIV + 347 pags. — Cita en la pag. 115. (39) Si la hubiera formulado habria sentado plaza en las filas de Car- lismo'‘militante y el presente estudio no tendria razén de ser. (qo) A. GANIVET: Epistolario, carta XXT, pags. 132 y 133- (41) A. GANIVET: Idearium, pig. 1. (42) A.GANIVET: Idearium. pig. 1 (43) Viede nuestras Ideas politicas de ANGEL GANIVET, paginas 183 ¥ sigs. 12 Ensayos y Estudios IL/3-6 de la Restauracién, tanto por las intenciones que abrigara al escribirla,(44) cuanto por la trama de la obra. Asf, por ejemplo, el régimen politico que Arimi crea en Maya es, como en la Espaiia de la segunda mitad del XIX, una monar- quia constitucional, en la que Mujanda, por ser «imbécil»,(45) «mentecato»,(46) no preocuparse en «lo més minimo por la suerte del reino»(47) y reducir sus funciones a conceder a Arimi Ja real confianza,(48) viene a ser el «modelo sin par de reyes consitucionales».(49) En Maya hay también un Parlamento,(49) compuesto por dos Cdmaras (50) y que celebra regularmente sus sesionés o yausis.(5t) Alli, como en la Espaia de ISABEL II, hay grupos reformistas y revolucionarios,(52) duchos en con: spiraciones(53) y situados al margen de los que forman el turno pacifico de los partidos que se suceden en el gobierno; estos grupos fueron desdefiados por el rey Quiganza de la misma manera que ISABEL II hiciera con los progresistas(54) y ha- biendo crecido en nimero, sobre todo por su irreligiosidad (55) y prometer el reparto de las tierras,(56) lograron triunfar en una revolucién andloga a la septembrina de 1868 y como ella deci- dida en una batalla semejante a la de Alcolea. Triunfante Viaco, el PRIM maya, se implanta un federalismo econémico y polf- tico,(57) correspondiente al cantonalismo de 1873; pero, fraca- sado éste,(58) a los diez meses es asesinado Viaco(59) y se restaura la antigua monarquia. De lo sangriento y duro de la critica puede concluirse con (44) Asi lo dice claramente en dos cartas del Epistolario fechadas a 4 y 16 de noviembre de 1893. — Véanse especialmente en dicho pistolario las paginas 142, 146 y 147. (45) ANGEL GANIVET: Le conguists ded roino de Maya por el iltimo conguistador espakol Pio Cid. Madrid, Beltran y Sudrez. 1928. — 383 pags. Cita a pag. 137. (46) ACGANIVET: Conguista, pig. 172. Conquista, pag. 130. Conquista, pag. 264. (47) A. GANIVE1 (48) A. GANIY! (49) A\GANIVET: Conguésta, pig. 131. ( #3 A.GANIVET: Conquista, psi a $4.0 61 y 183. (31) A. Conquista, pig. 178. (52) A. Conguista, pag. 101. (53) A. Conquista, pigs. 102 y 103. (54) A Conquista, pag. 113. (35) ASGANIVET: Conguésta, pig. 12- ¢ 3) Conguista, pag. "100. (57 Conquista, pag. Lge (38) AVGANIVET: Conquista, pig. 126. La cafda es provocada princi- palmente por la irreligiosidad del’ partido revolucionario. (50) A.GANIVET: Conquista, pigs. 117 y 118. de Tejada y Spinola: Para interpretar a Angel Ganivet 13 certeza que no era precisamente la monarqufa constitucional de Ja Restauracién canovista el ideal polftico de GANIVET. éCuél lo era, entonces? No queda mds que una solucién, ciertamente tan sélo intuida, pero a la que por eliminacién hemos legado; y es la de la c) Monarquia tradicional. — Por dos razones podemos llegar a semejante conclusién: primera, porque si no encuadra sus aspiraciones en los regimenes democrAtico, dictatorial ni consti- tucional, no queda otra solucién que la tradicional; segundo, porque quien ha sentado los cimientos y los muros del palacio ideal de Espafia utilizando los elementos de Dios, Patria y Fueros, es légico que concluya coronando la obra con el tltimo de ellos: el Rey. También puede, por tanto, concluirse que GANIVET intuta, al menos, y Ievaba en el corazén, el tercero de los postulados del Carlismo. 6. CONCLUSION. 2Por qué no legs ANGEL GANIVET a profesar esa verdad politica que hemos yisto intuyera tan exactamente? Por prejui- cios de educacién y ambiente, tan sélo. Si hubiera vivido mds afios, cuajando en sazén de maduras realidades todas las pro- mesas de su vida corta; si hubiese militado polfticamente, segain tenfa condiciones para ello, si hemos de creer a ALBERTO DE SEGOVIA, (60) a JOSE FRANCES(61) y a CESARE AR- MANNI,(62) en alguna agrupacién politica de su época, no cabe dudar que tal hubicra sido la de la sagrada Tradicién espafila. Toda la tragedia de su vida es esa ruptura entre la fuerza interior espafolfsima y la capa externa de prejuicios vanos; su vibrar recio de firme certidumbre choca una y otra vez con los obstdculos externos que le cerraban el paso. Intenta una y mil veces romper con su problema, con el problema hondo de su vida triste y amargada, sin conseguirlo nunca; y asi, de tumbo {60} ALBERTO DE SEGOVIA: De carnaval GANIVET en un baile de mascaras. En La Alhambra, ato XXUI, numero 524, 27 febrero 1920, pags- 9. Cita a la pag. 49. By ge JOSE FRANCES: Epistolerio de ANGEL GANIVET. En La Lectura, abo IV, tomo TIT. Madrid, 1905, pags. 448 y 451. — Cita a Ia fig. 431. ° PNG 62) CESARE ARMANNI: ANGELO GANIVET e ta rinascenza spagnola del 98. Napoli. Francesco Perrella, editore t934- — 94 pags. — Cita a Ja pag. 88. 4 Ensayos y Estudios I/3-6 en tumbo, con el alma mordida de prematuros desengafios, en- contré un dia en la visita de una mujer que antes amara el pretexto para romper con una vida cuajada de infinitos sinsa- bores; sobre todo, de ese sinsabor inmenso de no saber dénde podrfa estar una fuente de verdades en que saciar la interior fuerza creadora que le demanda imperiosamente su fe santa en Espaiia. Muere GANIVET un dia triste de un mes amargo, cuando Ja polftica de dos siglos de alejarse de lo espafiol culminaba en - la vergiienza de los Tratados de Parfs, lejos de esa Espafia que quisiera tanto sin saber quizd como habfa de quererla, en las aguas negras de un rfo frio, se hundia con él una promesa de futuros horizontes espafioles, Muere fuera de Espafia sin conocerla ciertamente; y esto nos eva a preguntarnos si dejé tal vez de conocerla por haber salido de ella sin la precisa madurez intelectual. Lo creemos firme- mente asi; salir de Espafia como él lo hizo, sin saber exacta- mente el valor de lo espafiol ni conocer todas las cosas nuestras, es peligroso incluso para almas tan raigadas como la suya. Su ausencia ayud6 a ese desconocimiento y ese desconocimiento le aparté de la verdad de Espafia. Por eso para conocerle a él hay primeramente que intuirle y luego analizarle por contraste. Es imposible descubrirle lejos de Espafia, creyendo que el secreto de su ser est& en esa amar- gura del apartamiento de la tierra nuestra. No; el alma de GA; NIVET estd en las piedras muertas de Toledo, en el susurro de las fuentes del Generalife y en las boinas rojas de Navarra. Era un hombre de la Tradicién de Espafia y solamente en Espafia puede ser sentida; sintiendo como é1 sentfa, amando como él amaba, creyendo como él crefa. Sintiendo, amando y creyendo por encima de todo esa verdad universa que es Espafia. El alma de GANIVET no esta en unas frases hueras sin sentido, sino en el estudio de su obra y en el palpitar al unfsono con Jas ambiciones de su corazén, creyendo que lo espafiol es cosa aparte y superior a las demds del mundo.(63) Asf, y sélo asf, se explica su adscripcidn intuitiva a la gloriosa Tradicién espafiola. Por eso sin ser catdélico, es intransigente (63) Concretamente nos advierte, en la pigina 156 del Idearium, que «ni las ideas francesas, ni las inglesas, ni las alemanas, ni las que pnedan mis tarde estar en boga, nos sirven». 2Puede exigirse una afirmacién mas rotunda de la sagrada ‘Tradicién espafiola? de Tejada y Spinola: Para interpretar a Angel Ganivet 15 fandtico; sin ser fuerista, pide un regionalismo a la usanza tradicional; y sin ser carlista militante, postula la monarquia federativa como el tinico ideal posible. Su gran significacién est4 en que es simbolo de las gentes espafiolas en mds de dos diglos de historia; su tragedia es poco mas o menos la angustia de los hombres de Espafia, campesinos y pescadores, artesanos y poetas, nobles y plebeyos, viejos y jé- venes, que buscan sin encontrarla esa verdad tinica que la Tra- dicién es para lo espafiol. Por ese buscar a ciegas a Espafia se nos fué Portugal en 1640; esa misma ceguera nos separé de los Pueblos espafioles de América y Oceanfa a lo largo del pasado siglo; y esa misma sinrazén en la incomprensién ha hecho de Espafia un campo perpetuo de batallas. No saber dénde est4 la ruta de la raza: esa es la tragedia de los Pueblos espafioles, esa es también la tragedia de ANGEL GANIVET. Su nombre evoca por eso todo el ejemplo de una leccién que todavia por desgracia no hemos aprendido: buscar la verdad en Espafia y en lo que podriamos llamar el clasicismo espafiol, De nada vale una fe y un amor ciegos, si erramas en el camino de Ja busca de lo hispano; no ha de bastar siquiera la intuicién maravillosa del gran suicida de Riga, si carecemos de esta pre- cisa orientacién. Tal es el ejemplo y la leccién de la vida y de la obra del mds tipico espafiol de todos los contempordneos. En esta su postura ideolégica se enmarca lo mds recio de Ja fibra de su alma; por- que, en definitiva, la verdadera problematica de GANIVET esta en que en él «amor a Espafia y amor a la verdad son términos equivalentes, equivalencia de la que brota como por ensalmo el amor a la Tradicién, nota distintiva de su pensamiento y llama luminosa de su espiritu. Carlista sin saberlo, quizds porque no supo a ciencia cierta lo que el Carlismo era, marcé todos sus actos con el sello santo de la Hispanidad auténtica, y supo le- garnos un camino y una guia, que son, para gloria imperecedera de su nombre y de su genio, el camino de la Tradicién espafiola y Ja guia luminosa de la raf intima de Espatia».(64) (64) Vide mis Ideas politicas de ANGEL GANIVET, pagina 208.

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