TIRADA ESPECIAL DE sENSAYOS Y ESTUDIOS¢ I1/5-6
(EDITORIAL: FERD. DUMMLERS VERLAG - BONN y BERLIN)
PARA INTERPRETAR A ANGEL GANIVET
por Francisco Elias de Tejada y Spinola
1. PARA ACERCARSE A GANIVET.
Pocos hombres han bajado a la tumba dejando tras de sf el
ctimulo de incégnitas que nos legara ANGEL GANIVET; de faz
xomantica y acerados ojos, de altivos pensamientos y desengafiada
vida, en él se cifra nada menos que todo el problema del acon-
tecer espafiol a partir de los tristes dias del 1700. Por eso estu-
diar a GANIVET y sentar los puntos cardinales de su pensa-
miento, es estudiar la misma tragedia intima que en dos siglos
y medio ha turbado el hondo coraz6n de las gentes de nuestra
Espaiia; su valor supremo de sfmbolo se acrecienta a cada hora
que pasa y bien podemos sefialar, a través de la evolucién
ulterior de su memoria, el complejo inmenso de nuestro desen-
gafio nacional.
En consecuencia, lo primero es saber acercarse a él, topar
intuitivamente con la palabra magica que, como en los cuentos
orientales, nos abra Ja pefia cn cuyas entrafias se guardan los
ocultos tesoros escondidos. Y esto, en hombres como ANGEL
GANIVET, no es un problema de discurso, sino una cuestién
de sentimiento; para comprenderle hay que comenzar por sentir
con él ese temblor angustioso de una Espafia que a lo largo de
mds de dos siglos no encontré la postura propia, su modo de
ser tradicional.
Buena escuela para ello fud nuestra guerra. Yo no comprend{
exactamente a GANIVET hasta los dias ardientes y misticos de
aquel verano guerrero de 1936; mds que todas mis Jecturas
anteriores, mds que el sesudo meditar de las obras del genial
suicida, fué para mf leccién y clave el hallazgo de un ejemplar
del /dearium a medio quemar por la horda roja en una casa
saqueada del recién ocupado pueblo de Torrijos, a las puertas
mismas de Toledo. Era yo soldado, en un equipaje de militar
en campafia no hay mucho sitio para muchas cosas y asi quedé
abandonado aquel libro rofdo de las Hamas; pero el efecto de
aquella escena no ha pasado todavia y a lo largo de los tres
afios en que vestf el uniforme de los soldados del Ejército ¢s-
pafiol guardé siempre el propésito de hacer patente el sentido
auténtico del granadino: su adscripcién a la Tradicién de Espaiia.2 Ensayos y Estudios II/5-6
Y es que aquella escena en aquellos momentos calientes de
mi vida era esa palabra misteriosa que me abria las puertas del
alma de GANIVET. Desde la retaguardia no podia sentirse en
aquellos dias primeros de la guerra el fervor de las gentes que
no sabfamos si la vida de Espafia exigia el sacrificio de la nues-
tra; o sea, los sentimientos mismos que siempre alenté el grana-
dino misterioso. Porque, dig4moslo de una vez para siempre, si
GANIVET hubiese alcanzado nuestros dias es seguro que hubiese
vestido arrogante el uniforme de los soldados del Caudillo.
De este hecho de ser alférez de ese Ejército y de aquel otro
hecho de que él también lo hubiera ‘sido, nace la clave exacta
para la comprensién de GANIVET a que més arriba aludiamos.
De una comunidad de sentimientos se puede Hegar a una comu-
nidad de ideas; y los sentimientos de GANIVET le Hevaron a
ser también, a través de sus obras, un mértir de la barbarie
Toja. (1)
2. ¢COMO PENSABA GANIVET?
éCudl era la postura ideolégica de GANIVET? 2En qué
puntos capitales apoyaba los muros cardinales de su pensamiento?
éBebia las aguas salutiferas de la Tradicién o pertenecia a ese
grupo que tiene, a lo largo de casi tres siglos, la triste misién de
formar el cauce de la desnacionalizacién de nuestros Pueblos?
Se ha dudado mucho y mucha tinta se ha vertido en el papel,
sobre este punto. Agrupemos las diferentes opiniones:
a) Aquellos que ven en GANIVET un politico liberal, anti-
espafiol, «europeizante», del lado de los mitos extranjeros del
momento, La representan fundamentalmente JOAQUIN GARRI-
GUES, GREGORIO MARANON, LUIS JIMENEZ DE ASUA
y BALDOMERO ARGENTE, en aquel meeting de izquierdas
que, profanando el nombre y los restos mortales del inmortal
andaluz, organizaron en la Universidad de Madrid el afio de
1925.(2) Aparte eso, también hubo en la lirica un momento de
ésta que pudieramos amar exaltacién falsa del pensar ganive-
tiano; y son aquellos versos de FERNANDEZ ARDAVIN en
(1) Es sabido que el Gobierno rojo de Valencia ordené retirar de las
Bibliotecas el Idearium espanol.
(2) Discursos recogides ea la_pzensa de la €poca. Vr. gr. ABC de 29
marzo 1925, pags. 13a 19, y El Sol alio IX, nimero 2384, 29 marzo 1925,
pagina 8.de Tejada y Spinola: Para interpretar a Angel Ganivet 3
que se le opone a toda la historia y la Tradicién de Espafia,
elevdndole a la categoria de mito revolucionario. (3)
b) Los que ven en él un antecedente de los Estados autori-
tarios. Tal postulé el maestro EUGENIO D’ORS, aunque sola-
mente de un modo indirecto;(4) porque suponerle partidario de
las formas fuertes de gobierno no es hacerle precursor de los
modernos sistemas, ya que también puede ser calificada de tal
nuestra Monarqufa tradicional.
c) Los que creen imposible catalogarle en grupo alguno, dada
su variabilidad de ideas y poca concrecién de pensamientos.
En este grupo ocupan puestos ciertos SANTIAGO VALENTI,(5)
E.GOMEZ DE BAQUERO,(6) JOSE MARIA SALAVERRIA,(7)
MANUEL LEON SANCHEZ(8) y MELCHOR FERNANDEZ
ALMAGRO.(9) De lo que més adelante se dice puede deducirse
lo erréneo de esta opinién.
a) Los que le adscriben a la Tradicién espafiola. Son los mds
y los que m4s profundamente le han estudiado, Aqui estan,
junto a Jas autoridades indiscutibles de ADOLFO BONILLA Y
(3) LUIS FERNANDEZ ARDAVIN: «GANIVET». Poesia lefda en el
‘Ateneo de Madrid cl 21 enero 192! e inserta en E Sol, aio V, mimero 1073,
de 22 enero 1921. He aquf una muestra del tono de esos versos:
«Como tenia a Espafia tan metida en su entrafia,
no podia vivir en la caduca Espana
del contenido medieval.
iLa empafiaba ese viso que a los viejos espejos!
Y por verla més joven, situd de mas lejos
su proyeccién espiritual.
iAy, Angel! Que tu nombre cristiano, apologético,
refiado de promesas, celestial y profético,
ué rayo tutelar.
Por ti la nueva Espafia su espej
y resurge apolinea frente a la v
Gel romancero y del altar!».
(4) Discurso en el homenaje celebrado en la Universidad Central cl 28
de marzo de 1925 y reeogide én El Sol del din 29, pagina 8, columna f.
(5) SANTIAGO VALENTI CAMP: Idedlogos, teorisantes y widentas.
Prélogo de JUAN BARCO. Barcelona, Editorial Minerva S.A. s. a. XVI
desempaiia
ja Espana
+ 442 Baas: ;
(5) E. GOMEZ DE BAQUERO: La ouela de GANIVET. Despuds del
homenaje. Tn EE Sai aio IX, ntimero 2385, de 31 marzo 1925.
(7) JOSE MARIA SALAVERRIA; 47 redorno de ANGEL GANIVET.
En ABC de 29 marzo 1925. Be: 1s, columna c.
(8) MANUEL LEON SANCHEZ: Angel Ganivet, su vida y st obra.
Conferencia sustentada en et anfiteatro de la Escuela nacional preprratorta,
dea la ciudad de México, por el projesor ... del «Grupo Ariel», 21 noche det
19 de septiembre de 1925. Imp. Manuel Leéa Sanchez. México. D. F. 1927.
15 piginas. Cita a la pig. 0. . ce
” (9) MELCHOR FERNANDEZ ALMAGRO: Vida obra de ANGEL
GANIVET, Editorial Sampere-Martf. S.A. Valencia, s. a. 319 pigs. Cita
en pag. 8.4 Ensayos y Estudios 11/5-6
SAN MARTIN(g9) y de QUINTILIANO SALDANA,(10) los
nombres de SIRVENT,(11) CRISTOBAL DE CASTRO,(12)
LUIS LOPEZ BALLESTEROS,(13) CESAR BARJA,(14) JOHN
T. REID (15) y MANUEL AZANA.(16)
Nos interesa recalcar sobre todo esta tiltima figura ya que,
por su mal encaminada pero cierta inteligencia, es lo mds
opuesto a la vulgar zafiedad de los pedantes de turno. «La
afirmacién de que GANIVET es tradicionalista — hemos escrito
en otra parte — puesta en boca de AZANA cobra casi el valor
de prucba concluyente. Es evidente que el expresidente del
Ateneo debié leer con detenimiento las obras del suicida de Riga,
sin duda con el intento de beber en ellas argumentos para sus
postulados de desespafiolizacién; y al hallarlas saturadas de
ideales tradicionalistas, su posicién se torna en oposicién y ene-
miga. Las pd4ginas ganivetianas habfan pasado a ser un obstd-
culo, en lugar de una ayuda; por eso intenta refutarlas, cierta-
mente sin conseguirlo, hasta el punto de que viendo perdida la
partida, no halla otro recurso a mano que apelar al lenguaje de
los finos insultos».(17)
(10) ADOLFO BONILLA Y SAN MARTIN: ANGEL GANIVET En
Revue Hispanique, aio LVI, niimero 130, diciembre de 1922, pags. 5308
540. Vide especialmente las 5 pagoas 530. 530 Y 53%
QUINTILIANO SALDANA, catedratico GENE Universidad de. Madrid:
ANGEL GANIVET. Primera edicién. Libreria y a editorial Hernando,
S.A. fundada en 1828. 1930. 200 pigs. Cita a la pi
El Libro de SALDANA es por todos conceptos “alogiable y superior, con
mucho, a todo lo que sobre GANIVET se ha escrito; especialmente al
libro de FERNANDEZ ALMAGRO, que no pasa de ser un ensayo mds o
menos literario.
(11) ANTONIO SIRVENT: GAN/VET politico. Conferencia en la casa
de los Estudiantes Catélicos de Madrid, Mayor, 1, el 16 de marzo de 1925,
recogida en ABC del 27, nimero Soars pig, 17; columna a.
(12) CRISTOBAL DE CASTRO: «Prélogo» a la recopilacién que como
«Ideario espaiols, hiciera JOSE GARCIA “MERCAD. AL, e impresa en
Madrid, s.a. en la Biblioteca Nucva S.A. Cita en pag. 14.
(13) LUIS LOPEZ BALLESTEROS: Cuestiones de actualidad. Fuerzas
y reserves originales de Espana. IV. En ABC de Madrid, néimero 4431,
correspondiente al 10 agosto 1917, pags. 3 a 5. Cita en pdg. 5, columna a.
(14) CESAR Pe Literatura eseitile, Libros y autores contem-
pordneos. Libreria General de Victoriano Sudrez. Madrid, 1935, 493 pags.
Cita en
(15) Bin T. REID: Modern Spain and Liberalism. A study in literary
conérast. Stanford University Press. California, 1937. — 236 pags. Cita en
pigs. 43
P Ge MANUEL AZASA: Plumas v polabras. C.1.A.P. 1930. — 341 gs.
- Fe fee la parte consagrada a GANIVET y especialmente en las paginas
17, 28, ol y 110.
(17) Vide mi libro: Ideas politicas de ANGEL GANIVET, Madrid,
1939. — 215 pigs. Pdgs. 68 y Gg. Las relaciones ideolégicas posit
negativas cite GANIVET y AZAWA estin minvciosamesia analizadar eb
las paginas 68 y siguientes y 120 y ss.de Tejada y Spinola: Para interpretar a Angel Ganivet s
No es el momento de analizar cada una de estas tesis; pero
esperamos que al final de este articulo quedard sentada la verdad
y desvelado el misterio,
Para ello hemos de plantear una cuestién preliminar, la de
afirmar el valor del ideario carlista, el mAs antiguo de los mo-
dernos idearios autoritarios(18) y a Ja par cefiido a las esencias
mds puras del alma espaiiola. No hay que ver en el Carlismo
meramente una gesta romantica de valientes caballeros, ni la
poesia de unos hechos heroicos de leyenda y fidelidad emocio-
nantes; el Carlismo no agota su contenido en la honrada des-
pedida de Valcarlos, ni siquiera en la sangre de ese medio
millén de muertos cafdos en tres guerras civiles, triste si gloriosa-
mente perdidas. .
Si el Carlismo fuera eso, no pasaria de ser una cosa mds entre
Jas muchas pintorescas que Espafia puede ofrecer al turismo
extranjero. El Carlismo es justamente el ultimo refugio organi-
zado del alma espafiola, lo tinico abiertamente espafiol que
existfa en los dias de ANGEL GANIVET. Propiamente no co-
mienza en 1833, sino que es ya a lo largo del siglo XVIII toda
esa corriente tradicional que lucha contra la invasi6n extranjera
en todas sus formas y que ora aparece en el teatro con GARCIA
DE LA HUERTA, en la disputa literaria con FORNER o en la
contienda armada con los gestos tinicos de Zaragoza y de Gerona;
esa ya es Espafia real que frente a la Espaiia oficial defiende
palmo a palmo — jeterno triste sino tragico de Espafia!l —las
esencias del alma de nuestras gentes.
El valor histérico que algun dia, tal vez siglos después, ha de
sernos reconocido a nosotros, los hombres de las carlistadas, es
que en aquel entonces fuimos siempre lo unico espafiol frente a
un Estado oficial extranjerizado que no podia ni queria ni sabia
entendernos, porque no podfa ni sabfa ni querfa entender el alma
de las Espafias.
La tragedia intima de GANIVET es aquf Ia de Ia mayoria
inmensa de nuestras grandes y pequefias almas; en cuanto es-
pafiol auténtico él intufa el valor exacto de las ideas, y asf, como
vamos a ver seguidamente, su ideario coincide con el del Car-
lismo; el alma espafiola que en él late le Neva de un modo fatal
e irremediable a propugnar los ideales de Espafia, esto es, a los
(18) Su acta de nacimiento es el Mamado Mantfiesto de Abrantes, Fir-
mado por CARLOS V el 4 de octubre de 1833.6 Ensayos y Estudios 1I/3-6
de aquel grupo que representaba la esencia de lo espafiol en el
siglo XIX: el Carlismo guerrero y militante.
Pero, de otro lado, los prejuicios de su educacién y de su
tiempo, y sobre todo el no haber alcanzado la precisa madurez
de juicio que en los hombres es el eje de la vida intelectual, le
impidieron llegar a la meta. Intuyé y no legé a obtener la
ciencia justa; procuré la verdad sin tener fuerzas para llegar a
ella; creyé y no pudo, sabiendo sin saberlas concretamente todas
esas verdades que son el alma espafiola, En esa agonia trdgica,
que es la agonia espafiola desde hace mds de dos siglos, se debate
como fiera que no lograse romper Jos barrotes de la jaula por
més zarpazos que descargue sobre ellos. Sofié infinitos y des-
perté en querellas; rid de los amaneceres futuros y no vid los
claros rayos del sol que de cerca le alumbrara; embebido en
ilusiones cruzé cabe la verdad sin descubrirla, ignorando que
esas ilusionadas ansias de verdad tenian cabal acomodo en
aquella realidad préxima; y asi, angustiado y mistico, creyente
y réprobo, sofiador y desengafiado, pudiera haber hecho suyo el
lema del poeta: Video meliora; proboque, deteriora sequor.
3. EL ASPECTO RELIGIOSO: SU SENEQUISMO.
Se ha insistido mucho sobre Ja falta de creencias religiosas de
GANIVET, sin ver que su senequismo no es otra cosa que esa
misma religién sin bases de creencia; no es sino el intento de
creacién de una religién pagana que sustituyera en lo posible a
Ja falta de creencias que por dentro le devoraba a la manera
de un c4ncer monstruoso. No es que él intente separarse del
cristianismo; es que, mediante los conceptos senequistas, aspira
a él con mayor fuerza.
As{, cuando al leerle por vez primera siente una luz vivisima
que le hace recobrar la vista y el ofdo de una manera repen-
tina,(19) lo que hace es sentir la luz de lo alto, el brillo de la
religién que hasta entonces no habia conocido. «Se descubrié a
s{ mismo», escribe MODESTO PEREZ.(20) No; descubrié la
Nama oculta de su pueblo, decimos nosotros con mayor certi-
dumbre.
(19) Ast to cuenta, él mismo en el Zdearium expatol, Sexta cdicién,
Vietoriano Suérce. Madrid. 1952, 185 pigs. Cita a In pig. 7.
(20) MODESTO PEREZ: ANGEL GANIVET, universitario y consul.
Paginas inéditas, recopiladas y comentadas. Fernanda, Madrid, “1920. —
LXIII + 173 pags. — Cita en pag. 19.de Tejada y Spinola: Para intexpretar a Angel Ganivet 7
Desde entonces GANIVET es senequista, porque asf viene a
ser cristiano a su manera. Que es ser espafiol, en definitiva.
ANGEL GANIVET identifica los conceptos de espafiol y de
cristiano, llegando a sostener que Espafia «fué cristiana antes de
CRISTO»(21) y corroboréndolo con SENECA, que «no es un
espaiiol hijo de Espaiia por azar: es espafiol por esencia».(22)
No es cierto, por tanto, que GANIVET fuera acristiano, ni que
prefiriera a SENECA sobre CRISTO; para él ambas cosas son
una misma: lo espafiol, En consecuencia, ese que LEGENDRE
llama el «cristianismo espafiol»y de ANGEL GANIVET (23) no
es en Ultimo término otra casa que el substratum ideolégico co-
min a las doctrinas de SENECA y de CRISTO, substratum que
en él era una fe personal con que sustituir a aquella otra justa:
y cierta que su educacién le habia impedido conocer.
Buena prueba de ello la tenemos en que identifica Espafia
y Catolicismo, llegando a afirmar que el Catolicismo es la fuerza
creadora(24) de nuestro Pueblo y que «Espaiia se halla fundida
con su ideal religioso, y por muchos que fueren los secretarios
que se empefiasen en descatolizarla, no conseguirfan mds que
arafiar en Ja corteza de la Nacién» (25)
He aqui otra vez cl Wamado enigma ganivetiano. Su sentir
espafiol auténtico le leva a identificar ambos términos Espatia
y Catolicismo, a ver en él la fuerza potente de la gesta heroica,
y a enlazar a CRISTO con nuestro papel en el mundo; pero los
defectos aludidos le llevan a no creer en esa religidn que su
espafiolismo ensalza y a buscar en el senequismo un sustitutivo
a la fe que no tenfa.
Pero hay mds todavfa y es su posicién respecto al futuro del
Catolicismo en el mundo, expuesta en una carta de 22 de no-
(at) ANGEL GANIVET: Granada Ja Bella. Precedida de wa estudio
sobre GANIVET. por FRANCISCO SECO DE LUCENA y un prologo de
RAPAEL GAGO PALOMO. Granada. Iinprenta de El Defensor de Gra-
nada. 1913, — 135 pigs. — Cita a la pag. 82.
(2 "P GANLVET: Idearium espenol, pag. 6.
23) MAURICIO LEGENDRE, secretario de la Revista Catdlica de las
Iglesias: El cristianismo espanol segin ANGEL GANIVET. En La Espata
Moderna, aio XXI, mimero 245, mayo 1909, pigs. 128 a. 194, y miimero 246,
junio 1969, pags. 44 273. —
; (a4) Bs ae Sata GANIVET ésta es In categorfa funndamental
de la vida.
(25) A.GANIVET: Idearium, pigina 28. Es también interesant{sima
a este respecto la justificacion de 1a Iglesia que hace on la Carta VI del
Epistolario, fechada a 30 junio 1893, demestrando que la fe espafiola no es
la causa de nuestra decadencia.8 Ensayos y Estudios 11/5-6
viembre de 1894. Es imposible resumirla y por eso la citamos
textualmente. «Ante tal estado de cosas hay dos caminos: uno,
que trata de abarcar mucho, debilitando el valor de las ideas,
otro que trata de reducirse ala mds pequena expresién,acentuando
el valor de esas mismas ideas. Los unos sostendrén el tinglado
un poco tiempo hasta que desaparezca del todo, los otros crearén
una minoria resistente que durard uno o dos siglos después que
el predominio de las ideas catéticas haya desaparecido. El fin
de todos es dar en la nada, porque asi como no hay vida orga-
nica permanente, no hay vida ideal permanente. La vida del
catolicismo es ya milagrosa, y de aqui a dos o tres siglos (a diez
si quieres), no quedardé de él mds que un recuerdo histérico.
Y en ese recuerdo figurardn, en primera linea, los que dejendieron
la idea con exageracién, pero con entusiasma, y en la cola los
prudentes, los diplomdticos, los ulilitarios en una palabra. He
agui porque yo, sin ser calélico y despreciando las pequefias pa-
siones que hay en el fendo de muchas lineas de conducta, estoy
con los més intransigentes.» (26)
Lo hemos reproducido {ntegro porque posiblemente no existe
otro texto que mejor recoja la angustia inmensa del alma de
GANIVET; en él se mezclan la incertidumbre externa y el fana-
tismo interior, el bafio extranjero y las ansias espafiolas que
terminan por triunfar, la tristeza de la incredulidad y la alegria
de la fe. Y en dl, finalmente, se pone de relieve como en este
aspecto y pese a una carencia de sentimientos que le habfa de
Hevar al suicidio, su postura tltima es la misma que la de los
hombres de la boina roja.(27)
4. LA CUESTION POLITICA.
En este sentido el ideario carlista puede ser reducido a los
siguientes trazos: Espafia no es un solo Pueblo sino un conjunto
de ellos, cada uno con propias lenguas, eyes y costumbres, y
unides todes por dos lazos: uno interno, creencia en el mismo
Dios, y otro externa, obediencia al mismo Rey. No es, pues, una
simple unién de esas que los juristas tipifican como personales,
(26) A.GANIVET: Epistodario, Madrid, Libreria nacional y extranjera
de Leonardo Williams. 1904. — 292 pags. -- Carta XXTIX de 22 noviembre
wos, pags. 273 y 274-
7) Abi est la razén de ser de ese «cristianismo original» de que el
mismo GANIVET nos habla en Ia pagina gt de st Porsonir de Espaia.
A.GANIVET: Hombres del norte y El porvenir de Espana, Madrid. Beltran
125 pags.de Tejada y Spinola: Para interpretar a Angel Ganivet 9
sino que la unién externa no es otra cosa que la proyeccién ex-
terior de aquella unidad maravillosamente robusta que presta
una misma fe coman.
2Qué piensa GANIVET a este respecto? La clave para la
respuesta nos la va a dar esta teorfa de los espfritus territoriales
que FIDELINO DE FIGUEIREDO llama con frase feliz «uma
filosofia geografica da historia»;(28) y no ciertamente por lo que
de esa misma idea cabe deducir, sino por las aplicaciones que de
ella aparecen a lo largo de sus obras. En otro lugar hemos puesto
en claro el sentido exacto de esta teorfa y creemos poder afirmar
que no tiene otro valor que cl de considerar a la idea de la
nacién como la faena que en el campo de lo universal tiene un
conjunto de pueblos en una fase dada de la historia.(29)
Para ver si su ideario coincide o no con el carlista ha de bus-
carse su manera de pensar acerca de lo regional; si hallamos
aqui que crefa en un regionalismo tipico, cultural y politico,
podemos creer que se halla en las tiendas de la Tradicién ¢s-
patiola.
a) Regionalismo fipico. — Sirvan de ejemplo aquellos parrafos
de Granada la Bella en que protesta enérgicamente contra los
intentos de cosmopolitismo, pidiendo continéen los antiguos agua-
dores, sin innovaciones de modernas tuberfas para la trafda de
aguas;(30) quejdndose de Jas casas de pisos reftidas con el casti-
cismo andaluz(31) y reclamando calles estrechas y sombreadas,
en ningtin modo «anchas, porque asf las tienen los otros ».(32)
b) Regéonalismo cultural. — Basta repasar la coleccién de
La Alhambra o de cualquier otro petiédico granadino desde
1890 hasta Ja fecha, para ver Ja huella que dej6é entre sus pai-
sanos y su modo de pensar en este asunto.(33)
G8) FIDELINO DE FIGUEIREDO: As duas Rspaxhas. Ligaés feitas
no Instituto de Altos Estudos nos dias 27, 27 @ 30 de janeiro de 1932. Im-
prensa da Universidade. Coimbra, 1932. — 263 paginas. Cita en pag. 229.
(29) La nacién no es més que la proyeccién hacia el futuro y durante
una época histérica de esa Tradicién que distingue a los Pueblos de los
Pueblos semejantes.
(30) 4. GANIVE
Granada la bella. pigs. 60 y 61.
31) AVGANIVET: Granada la bella, pig, 116.
32) A.GANIVET: Granada la bella, pag. 112. :
(43) Conocidos son los versos con que el poeta FRANCISCO VILLA-
ESPHSA puso de relieve este hondo significado que GANIVET tiene para
Granada, efdes en la velada celebrada en el Centro Artistico Granadino el
din 29 de noviembre de, cott, y tevogides en las peiginas 96 y 97 del libro
Se J. DIAZ MARTIN DE CABRERA (PP. DI-MAR): El libro de Ga-
NIVET. Granada, Tip. y ed. Paulino V- Traveset. 1920. — 217 pags.
Hélos aqui:10 Ensayos y Estudios I/5-6
c) Regionalismo politico. — No han de confundirse en este
punto dos ideas: la de la unidad, concepto tradicional ligado al
de variedad de un modo inseparable, y la revolucionaria de la
uniformidad, con Ja que la de unidad se confunde desde la
Revolucién francesa. ‘
GANIVET niega para Espafia ese concepto, revolucionario de
Ja unidad uniforme; asi, por ejemplo, afirma que nuestra historia
nos ensefia que, si bien la aspiracién ha de ser marchar con paso
firme al logro de esa unidad,(34) no hay en nuestro pasado
ningtin instante que presente esa unidad uniformada.(35)
Es curioso ver como también aquf coincide literalmente con
jos paladines del carlismo, situéndose tanto frente a los federalis-
mos democréticos del tipo de los creados por la Constitucién
espafiola de 1931, como al centralismo absolute que confunde
a todos en un grupo amorfo y que Je leva a exclamar indignado:
«| Abajo, pues, esa centralizacién que convierte en ridiculez’ el
provincialismo!», (36)
Frente a uno y otro, GANIVET levanta la bandera de la Tra-
dicién. El cotejo de un texto suyo con otro del inmortal VAZ-
QUEZ DE MELLA, creo que no dejard lugar a dudas.
«Cuando en Espasa se hundid el
poder absoluto, debid tenerse pre-
sente que el poder real no se hizo
absoluto por medio de un golpe
de Estado, suprimiendo de una
plumada una constituctén, sino
que se hizo absoluto por la abo-
lictén sucesiva del régimen foral.
Y lo legitimo era volver a las
lidertades munictpales, algo mas
reales, tangibles y corpéreas que
«Hay dos clases de federacién:
una de ellas es la federacién re-
volucionaria, nacida del pacto,
que reconoce en et cowtrato la
Unica fuente del derecho; pero
équé tiene que ver esa federacton
con aguella federacién historica
que supone que el Estado, como
resultado que es, y posterior por
tanto, a las regiones que existia
ye, que tentan una personalidad
«iVuelvan tus restos a Ja tierra amada
que perfumé de mirtos tus cantares!
TAlhamar y ta, sois dos pilares
ue sostierien las glorias de Granada!
‘i el hijo de Nazar Jabrando dura
mérmol, le dié la Alhambra del pasado,
ti tallando ideales, Je has legado
Ja fabulosa Alhambra del futuro»
. (34) ANGEL GANIVET: Cartas finlandesas, segunda edicién, Madrid,
Sudrec. No2o, — 302 pigs, — Cita a In carta TH, pigs. 88 y 89.
(35) A. GANIV. Tdearinm, pig. 63.
(30) A.GANIVET: Epistofario, pag: 223.de Tejada y Spinola: Para interpretar a Angel Ganivet Ir
las libertades consignadas en las histérica y jurtdica delermina-
Constituctones. No se hizo ast, y da?»(38)
al reaparecer después la idea, ya
no fué libertad comunal, fud je-
deralismo; ya no fué régimen va-
rio, sino régimen simétrico, )Ru-
nesta simetria que todo lo ha in-
vadide, desde el trasado de las
calles hasta el trasado de las
leyes!( 37, )
Como puede verse, en el segundo punto del ideario carlista,
el de la Patria como federacién orgdnica de Pueblos, ANGEL
GANIVET est4 también bajo las banderas de la Tradicién de
Jas Espafias.
5. LA FORMA DE GOBIERNO.
Quédanos el tltimo postulado del Carlismo, el Rey en cuanto
lazo externo de los Pueblos que integran la Hispanidad. Aqui
GANIVET no formula ninguna declaracién explicita,(39) sino
que hemos de deducir su ideario de un modo indirecto.
En primer lugar, nos encontramos con que GANIVET no es
demécrata,(4o) ni cree que el pueblo pueda ser elemento activo
de gobierno.(41) Eliminada esta posibilidad ideolégica, caben
tres soluciones:
a) Dictadura provisional. — No cree en ella, segtin afirma con
palabras terminantes cuando escribe que no es «de los que piden
un genio, investido de la dictadura; un genio serfa una cabeza
artificial que nos dejaria luego peor que est4bamos».(42)
b) Monarquia liberal. — No cabe pensarlo una vez lefda La
conguista del reina de Maya por el ultimo conquistedor espaol
Pio Cid, toda vez que, segén hemos demostrado cumplidamente
en otra parte,(q3) constituye la mds aguda critica de la Espafia
(37) A-GANIVET: Granada la bella, pigs. 101 y 102.
(38) JUAN VAZQUEZ DE MELLA: Del discurso pronunciado en el
Congreso de los Disputados el 19 de agosto de 1896. En Obras Completas.
F Seleccién de elocuencia ¢ historia. Faitorial Voluntad. Madrid-Barcelona.
1931. — LXIV + 347 pags. — Cita en la pag. 115.
(39) Si la hubiera formulado habria sentado plaza en las filas de Car-
lismo'‘militante y el presente estudio no tendria razén de ser.
(qo) A. GANIVET: Epistolario, carta XXT, pags. 132 y 133-
(41) A. GANIVET: Idearium, pig. 1.
(42) A.GANIVET: Idearium. pig. 1
(43) Viede nuestras Ideas politicas de ANGEL GANIVET, paginas 183 ¥
sigs.12 Ensayos y Estudios IL/3-6
de la Restauracién, tanto por las intenciones que abrigara al
escribirla,(44) cuanto por la trama de la obra.
Asf, por ejemplo, el régimen politico que Arimi crea en Maya
es, como en la Espaiia de la segunda mitad del XIX, una monar-
quia constitucional, en la que Mujanda, por ser «imbécil»,(45)
«mentecato»,(46) no preocuparse en «lo més minimo por la
suerte del reino»(47) y reducir sus funciones a conceder a Arimi
Ja real confianza,(48) viene a ser el «modelo sin par de reyes
consitucionales».(49) En Maya hay también un Parlamento,(49)
compuesto por dos Cdmaras (50) y que celebra regularmente sus
sesionés o yausis.(5t) Alli, como en la Espaia de ISABEL II,
hay grupos reformistas y revolucionarios,(52) duchos en con:
spiraciones(53) y situados al margen de los que forman el
turno pacifico de los partidos que se suceden en el gobierno;
estos grupos fueron desdefiados por el rey Quiganza de la misma
manera que ISABEL II hiciera con los progresistas(54) y ha-
biendo crecido en nimero, sobre todo por su irreligiosidad (55)
y prometer el reparto de las tierras,(56) lograron triunfar en una
revolucién andloga a la septembrina de 1868 y como ella deci-
dida en una batalla semejante a la de Alcolea. Triunfante Viaco,
el PRIM maya, se implanta un federalismo econémico y polf-
tico,(57) correspondiente al cantonalismo de 1873; pero, fraca-
sado éste,(58) a los diez meses es asesinado Viaco(59) y se
restaura la antigua monarquia.
De lo sangriento y duro de la critica puede concluirse con
(44) Asi lo dice claramente en dos cartas del Epistolario fechadas a 4 y
16 de noviembre de 1893. — Véanse especialmente en dicho pistolario las
paginas 142, 146 y 147.
(45) ANGEL GANIVET: Le conguists ded roino de Maya por el iltimo
conguistador espakol Pio Cid. Madrid, Beltran y Sudrez. 1928. — 383 pags.
Cita a pag. 137.
(46) ACGANIVET: Conguista, pig. 172.
Conquista, pag. 130.
Conquista, pag. 264.
(47) A. GANIVE1
(48) A. GANIY!
(49) A\GANIVET: Conguésta, pig. 131.
( #3 A.GANIVET: Conquista, psi a $4.0 61 y 183.
(31) A. Conquista, pig. 178.
(52) A. Conguista, pag. 101.
(53) A. Conquista, pigs. 102 y 103.
(54) A Conquista, pag. 113.
(35) ASGANIVET: Conguésta, pig. 12-
¢ 3) Conguista, pag. "100.
(57 Conquista, pag. Lge
(38) AVGANIVET: Conquista, pig. 126. La cafda es provocada princi-
palmente por la irreligiosidad del’ partido revolucionario.
(50) A.GANIVET: Conquista, pigs. 117 y 118.de Tejada y Spinola: Para interpretar a Angel Ganivet 13
certeza que no era precisamente la monarqufa constitucional de
Ja Restauracién canovista el ideal polftico de GANIVET.
éCuél lo era, entonces? No queda mds que una solucién,
ciertamente tan sélo intuida, pero a la que por eliminacién hemos
legado; y es la de la
c) Monarquia tradicional. — Por dos razones podemos llegar
a semejante conclusién: primera, porque si no encuadra sus
aspiraciones en los regimenes democrAtico, dictatorial ni consti-
tucional, no queda otra solucién que la tradicional; segundo,
porque quien ha sentado los cimientos y los muros del palacio
ideal de Espafia utilizando los elementos de Dios, Patria y
Fueros, es légico que concluya coronando la obra con el tltimo
de ellos: el Rey.
También puede, por tanto, concluirse que GANIVET intuta,
al menos, y Ievaba en el corazén, el tercero de los postulados
del Carlismo.
6. CONCLUSION.
2Por qué no legs ANGEL GANIVET a profesar esa verdad
politica que hemos yisto intuyera tan exactamente? Por prejui-
cios de educacién y ambiente, tan sélo. Si hubiera vivido mds
afios, cuajando en sazén de maduras realidades todas las pro-
mesas de su vida corta; si hubiese militado polfticamente, segain
tenfa condiciones para ello, si hemos de creer a ALBERTO DE
SEGOVIA, (60) a JOSE FRANCES(61) y a CESARE AR-
MANNI,(62) en alguna agrupacién politica de su época, no cabe
dudar que tal hubicra sido la de la sagrada Tradicién espafila.
Toda la tragedia de su vida es esa ruptura entre la fuerza
interior espafolfsima y la capa externa de prejuicios vanos; su
vibrar recio de firme certidumbre choca una y otra vez con los
obstdculos externos que le cerraban el paso. Intenta una y mil
veces romper con su problema, con el problema hondo de su
vida triste y amargada, sin conseguirlo nunca; y asi, de tumbo
{60} ALBERTO DE SEGOVIA: De carnaval GANIVET en un baile de
mascaras. En La Alhambra, ato XXUI, numero 524, 27 febrero 1920, pags-
9. Cita a la pag. 49.
By ge JOSE FRANCES: Epistolerio de ANGEL GANIVET. En La
Lectura, abo IV, tomo TIT. Madrid, 1905, pags. 448 y 451. — Cita a Ia
fig. 431. °
PNG 62) CESARE ARMANNI: ANGELO GANIVET e ta rinascenza spagnola
del 98. Napoli. Francesco Perrella, editore t934- — 94 pags. — Cita a Ja
pag. 88.4 Ensayos y Estudios I/3-6
en tumbo, con el alma mordida de prematuros desengafios, en-
contré un dia en la visita de una mujer que antes amara el
pretexto para romper con una vida cuajada de infinitos sinsa-
bores; sobre todo, de ese sinsabor inmenso de no saber dénde
podrfa estar una fuente de verdades en que saciar la interior
fuerza creadora que le demanda imperiosamente su fe santa
en Espaiia.
Muere GANIVET un dia triste de un mes amargo, cuando
Ja polftica de dos siglos de alejarse de lo espafiol culminaba en -
la vergiienza de los Tratados de Parfs, lejos de esa Espafia que
quisiera tanto sin saber quizd como habfa de quererla, en las
aguas negras de un rfo frio, se hundia con él una promesa de
futuros horizontes espafioles,
Muere fuera de Espafia sin conocerla ciertamente; y esto nos
eva a preguntarnos si dejé tal vez de conocerla por haber salido
de ella sin la precisa madurez intelectual. Lo creemos firme-
mente asi; salir de Espafia como él lo hizo, sin saber exacta-
mente el valor de lo espafiol ni conocer todas las cosas nuestras,
es peligroso incluso para almas tan raigadas como la suya. Su
ausencia ayud6 a ese desconocimiento y ese desconocimiento le
aparté de la verdad de Espafia.
Por eso para conocerle a él hay primeramente que intuirle
y luego analizarle por contraste. Es imposible descubrirle lejos
de Espafia, creyendo que el secreto de su ser est& en esa amar-
gura del apartamiento de la tierra nuestra. No; el alma de GA;
NIVET estd en las piedras muertas de Toledo, en el susurro
de las fuentes del Generalife y en las boinas rojas de Navarra.
Era un hombre de la Tradicién de Espafia y solamente en Espafia
puede ser sentida; sintiendo como é1 sentfa, amando como él
amaba, creyendo como él crefa. Sintiendo, amando y creyendo
por encima de todo esa verdad universa que es Espafia.
El alma de GANIVET no esta en unas frases hueras sin
sentido, sino en el estudio de su obra y en el palpitar al unfsono
con Jas ambiciones de su corazén, creyendo que lo espafiol es
cosa aparte y superior a las demds del mundo.(63)
Asf, y sélo asf, se explica su adscripcidn intuitiva a la gloriosa
Tradicién espafiola. Por eso sin ser catdélico, es intransigente
(63) Concretamente nos advierte, en la pigina 156 del Idearium, que
«ni las ideas francesas, ni las inglesas, ni las alemanas, ni las que pnedan
mis tarde estar en boga, nos sirven». 2Puede exigirse una afirmacién mas
rotunda de la sagrada ‘Tradicién espafiola?de Tejada y Spinola: Para interpretar a Angel Ganivet 15
fandtico; sin ser fuerista, pide un regionalismo a la usanza
tradicional; y sin ser carlista militante, postula la monarquia
federativa como el tinico ideal posible.
Su gran significacién est4 en que es simbolo de las gentes
espafiolas en mds de dos diglos de historia; su tragedia es poco
mas o menos la angustia de los hombres de Espafia, campesinos
y pescadores, artesanos y poetas, nobles y plebeyos, viejos y jé-
venes, que buscan sin encontrarla esa verdad tinica que la Tra-
dicién es para lo espafiol. Por ese buscar a ciegas a Espafia se
nos fué Portugal en 1640; esa misma ceguera nos separé de los
Pueblos espafioles de América y Oceanfa a lo largo del pasado
siglo; y esa misma sinrazén en la incomprensién ha hecho de
Espafia un campo perpetuo de batallas. No saber dénde est4
la ruta de la raza: esa es la tragedia de los Pueblos espafioles,
esa es también la tragedia de ANGEL GANIVET.
Su nombre evoca por eso todo el ejemplo de una leccién que
todavia por desgracia no hemos aprendido: buscar la verdad en
Espafia y en lo que podriamos llamar el clasicismo espafiol, De
nada vale una fe y un amor ciegos, si erramas en el camino de
Ja busca de lo hispano; no ha de bastar siquiera la intuicién
maravillosa del gran suicida de Riga, si carecemos de esta pre-
cisa orientacién.
Tal es el ejemplo y la leccién de la vida y de la obra del mds
tipico espafiol de todos los contempordneos. En esta su postura
ideolégica se enmarca lo mds recio de Ja fibra de su alma; por-
que, en definitiva, la verdadera problematica de GANIVET esta
en que en él «amor a Espafia y amor a la verdad son términos
equivalentes, equivalencia de la que brota como por ensalmo
el amor a la Tradicién, nota distintiva de su pensamiento y llama
luminosa de su espiritu. Carlista sin saberlo, quizds porque no
supo a ciencia cierta lo que el Carlismo era, marcé todos sus
actos con el sello santo de la Hispanidad auténtica, y supo le-
garnos un camino y una guia, que son, para gloria imperecedera
de su nombre y de su genio, el camino de la Tradicién espafiola
y Ja guia luminosa de la raf intima de Espatia».(64)
(64) Vide mis Ideas politicas de ANGEL GANIVET, pagina 208.