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3. Del simbolo psicoanalitico en la neurosis, la cripta y el fantasma Ensayo de sintesis clinica y metapsicoligica a partir de los descubrimientos de Nicolas Abraham y Maria Torok Claude Nachin ‘Ala memoria de Jean Pierre Duthoit En una serie de artiulo —uego retomads juntos en escort any (1978, 1857) 3 «propio dl ome dates Later, en Le verdad Fomine cu nie O79 donde enunciron entre 19681975, las neiones de cripea ‘¢dafantasna Voniima) Maria Took y Nias Abraham Kin prepuce na reaberacin de In Soncepbaaidd ps Sta. tt noc, on er a ‘Seta dee elias del yor del ebay dl fants @alinconclete, poe eelarscorla vida pea de die. SEaESaapiis de pecenten,Despuas do'una breve eve- cacién de la simbolizacién tal como opera en la neurosis co- tri, trataremoe mis particularmente sobre el simbolo FFacirado nla ciptaoriaysobrelasolzain en rela incom ote en a fatarmologia. I. Clinica psicoanalitica y simbolo ‘Mientras qela clinica peiquldtrea ha sido en primer lu gar deseriptiva de un pacients considerado eomo un objeto, {luego ha tmedo en consbderacion la rlacionintersutet ‘yaa partir del psicoanliss y de la fenomenologia husser- Tiana, aclinieapicoanalitesinfierea partir dela intersub. jetivdad la intervencén de procesospsiquics inconcientea ‘nel marco de una toria dela simbolizaeién que omens om el esti de la histeria por parte do Fredy Brewer Del simbolo psicoanalitico en la neurosis comin En la histeria de conversién, la palabra prohibidora de Jaimago parental se cumple en el cuerpo del sujeto en el mo- mento del surgimiento del deseo (Abraham, 1978, pag. 130). La parilisis de un pie remite a un discurso imagénico del tipo: «Has dado un mal paso, que tu pie sea castigado». El andllisis de la envidia del pene en la mujer (Torok, 1963, 1978, pag. 132) puede organizarse en torno del simbolo ma- nifiesto «envidia del pene» y de su co-simbolo inconciente, el deseo de la joven de realizar las posibilidades de su sexuali- dad femenina que ella siente prohibida por la imagen ma- terna (Nachin, 19894). En la fobia a la serpiente, el deseo femenino de recibir el pene de un hombre prohibido por la madre es remplazado por un discurso que, al expresar si- multdneamente algo del deseo bajo la forma invertida del temor, satisface a la imago (N. Abraham, 1978, pag. 28). La complementacién del simbolo-sintoma conciente por la in- terpretacién requiere, por lo tanto, resituarlo en la dindmi- ca de la vida psiquica del sujeto en relacién con sus objetos internos y relacionales. Del simbolo fracturado en la criptoforia El psicoanalista que escucha (o que pereibe un sintoma corporal como en la histeria de conversién) recoge simbolos que va a arrancar de su parcial indeterminacién buscando y -apa a toda tent entacion s 18 reglas del andlisis clésico (Abraham y Torok, 1976). Este es particularmente el caso de pacientes portadores de cripta. Es indispensable indicar sus grandes rasgos antes de abordar los fantasmas, puesto que encontramos mas facilmente casos donde, a partir de un padre portador de cripta, se elabora un fantasma, En la criptoforia, la experiencia mds importante para la vida de tna persona débe ser conservada —puesto que el deseo de la persona esta ligado a ella—y debe ser ocultada a causa de la vergiienza de un padre o de un ancestes qiia ti " Cuando sendin dos fechas a primera sefala la primera publicacién. Lr ne valor de ideal del yo para la persona y que ha sido prota- sonista de a experiencia de que se Wits: Dewsta'caigehen contradictoria resultard en particular ain discurso donde la proliferacién de signos —a través de la cual la persona int tenta hacerse reconocer— se acompaiiara del riguroso ocul. ‘tamiento de un sentido particulars (Rand, 1985), de un in. decible; de esta manera se preservari al (0 alos) progeni- tor(es) de que se trata y la esperanza aleatoria de que lat cosa pueda ser rejuzgada, y el deseo del sujeto, liberado. Falta la huella de una catdstrofe que ademés contiene un tesoro psiquico. El origen dela patologia mental del crptforo noes la perturb: iscurso, Lo que lleva al sujetoa la rencga- cign de su pmpio dolores la violenci sus mo de una escena de goce y/o de sufrimiento indecibles de | aquellos donde sélo ha sido un festigo &l que los otros han prescrito al silencio, lo que entrakits trabajo del lenguete \ mucho méarcompiejp en torno del testimonioculto. Los pt Jas palabras que ocultan, que estin , presente erl discurso, los episodios de vida y los suefios del paciente— no son ni la «palabra magica» que habita la cripta ni las otras significaciones de esta palabra en el dic- cionario (los alosema), sino sinénimos de alasema que ha: bitualmente ya no tienen relacion fonética ni semintica di- recta con la palabra original (Abraham yTorek-1076). Micaso de cla dama del Rquiems (Nachin, 1969) ex el de una mu- Jerde entre cuarentaycineuenta aoe que prsenta severe pero- doe de depresin, deste un primer priodo que se nstalé un aio desu del den de urna nye prune tv gentales. El seereta de la familia recn sobre un iafantiiio co {etido por sia HeFinana sobre un primer hijo que baba tenido fuera del matrimonio. Mi paciente bebia sido indirectamente tex tigodoclloysele habia exigido cl secret, Nia timida, la pacente smi esta bermana major, edutoray ater, ix ‘mo tiempo, la detestaba tanta como a su madre or tod do que le hablan hecho vern sai aac \intomatologia ext xtmada por la conmemoracones an eran i tos lan muerterobrevenias enamide! Infante muerte de un egunde hijo desu herman oer de su pedre, del maride de su hermanayfnalmente does Despite del duslo impos pore nie sacicad, los otros due tes fueron maNCHENE an En sun pion tasks ey paciente presenta toda una serie de fantasias de incorporaicn tas al destino doa padre (ene vensaciones corpo. rales extrafan on lneabeza como este limo al final de su ender. ‘edad, l destino del nfo sacrifcnd (a deci donar su cur. oa Iamedicina porque an quiere dejar vatre desu paso por la tierra») y al destino de su hermana (habla por teléfono de darse muerte y declare a au hermano que habri ui heredere menos paral futura sucenin de ou madre. Ella tiene on efoto dos joa {que heredarian de au parte y me doy cienta en ese momento de bbrazo atrapado en la boca de un tibursn y que ella trata de salvar sin éxito. En un primer momento, destaco solamente, en el con- ‘tenido manifiesto, el esfuerze que hace pars salvar al nifo, pero el ‘erequins («tiburéns} suseita en mi el «chiens (qperros], «quiens en tun dialecto regional, que jugaba un importante papel en su vida y ‘al diccionario me proporcionard la antigua homonimia entre «re: quins y eréquiems, o misa de muertos. En este contexto, acabaré por pedirle que haga el esfuerzo de contarme todo lo que recuerda en cuanto al infanticidio de su her- ‘mana, del queno se habia hablado més desde su mencién durante Ja primera entrevista. La hermana habia ocultado a todos su em- barazo. Un domingo en que guardaba came, su amigo que estaba ‘asu cabecera le habia venido a pedir a nuestra futura paciente un cuchillo para pelar una manzana. Luego las jévenes habian re- currido a la madre y le habrian confesado los hechos. El bebs ha- bria sido arrojado al rio envuelto en un viejo vestido dela paciente. ‘Desde ese momento, el simbolo del tiburdns erequins se deja leer en toda eu operacién. El brazo del nifio en Ia boca del tiburén ce la conmocidn de Ia enferma cuando nifa, afectada por el drama y mordida por el remordimients. Pero sobre todo es la hermana. ‘odsospecivamente, comprendoos la inportancia que Here en fu divuro dela terecion dla sabe sui: no sl lohan Gules ain el emarroquinoro omaroquinir cepa como Mio tn marroquiner, cuando no queria casrae,Snalment, “hachim, elon convutaregslarments cada qin cenme cuando Schaub ats los medicos La sabe crv o necesita ura re Proventacdn particular eta presents en la innumerable rep Tciones que marcn las sesiones Ta cura cule un gi Guatole digo que ella grit secetamen- te qedebe doce ura mia de moe parsel ni scrifeadey alo ee preci le muertos padrn repoar en pazy ella mi Sha y toda su fama podréneosontrar el repso. Por lo demi, ‘muchos otros elementos remiten no sélo a fragmentos del drama. encriptado sino también a palabras del Réquiem: asi, la paciente Ihabia robado un dia dos pequefies objetos cuya marca content la palabra dx, y wt lux perpetua» es wn pasaje muy conocido dela ‘isa de muertos. Es un rébue cuyoa elementos conviene reunir antes de disponer de un simbolo metaforizable. El tesbsjo dal enguale ex a aiptooria no pune dejar de eyoca a obra de Lacan. Sin embmngo, en conepcion de N. Abraham (1978, pag. 424) existe una diferencia esen- cll cl signifeado noon scaugdaro De lg resulta ol rearan up ayaa eae at ae SE Sade date al Rguses taregeioseiaa viral de Ja misma palabra que designaba antiguamente ala misa de saciaaypendchor dos saz dines wun, Femite ai problema daloreso del infanticdi, «Raquleme es tn esta historia singular un punto de legada que no podein ser objeto de ulteriores trasformaciones a lo largo de una ‘eventual cadena significante. La cadena significante encon- ward su fope en ul pera sala cipro ‘Pero para que la cura progrese, es necesario en todos los ca- foe desembnear en una sguicacton ula, Aa la palabra. Iigien sequin = requiem no ea la palabra del diccionario ni la dela lingiistica, Es una palabra-objeto de esa eripta- ahi, y su alosema cosificado que retorna de lo inconciente bajo a forma de a imagen visual del suet —el pez omino- so—es también actuado éh Ios robos de objetos de la pacien- te. El simbolofracturado de les pacientes eriptsfores, una vez descifrado, aclara particularmente la vida del simbolo alcomnalitic tal como funciona en la crip. La criptoforia juega un importante papel en la génesis de variados trastornos mentales: depresiones, (hipo)mania, ‘melancolia, sensaciones corporales extrafias, conductas | ‘meéticas con un difunto, leptomania, fetichismo, aleoholis- mo y enfermedades orgénicas lamadas «psicosomaticas» FFuera de los periodos turbulentos, los clivajes del yo pueden ser mudos, pero los pacientes suiren habitualmente de falt de ganas de vivir y de amar asi como de variaciones de sul creatividad. Qeetiee en Os 02 calene an 2) evocan Lt De la simbolizacicn en la ; cre al fantom arent D Fantasma en primera padre es 4 *opard, en los periodes donde chaiaje dager ee ee de la cripta esté muda, con. unfallencto selectivosobre todo To que toca de alguna manera el secretn enaripinio domme Micnesas Gost ane sated meas por una fall ob. ‘Mientras que el padre se ha visto llevado ala renegacion de ‘una experiencia fundamental de su ‘propia vida, su hijo ser. victima de una forelusién parcial? en la medida en que un elemento esencial desu KIStria familiar no puede sere ido a tiempo y en una forma asimilable; En los perio. ulentos el padre portador de cripta se des- compensa, lo que afecta al nifio es la violencia de los afectos parentales en forma de angustia, de edlera o de depresi Elmino va a operar todo un trabajo psgulcs pers entar exiranos y Tos restos de palabras que va a reunir en nam mis & mas. ‘cripténimos del padre podran ser remplazados por palabras que no tengan con ellos més que una vaga semejanza fonética, lo que hace dificil su eventual desciframiento. Lo que era indecible para el padre se vuelve. innombrabla- ol sentiee ste ese aS tido de To Sa ee damonte nombrado— para sThip. ~ TOTS i 100) ba formulado la hipéess i ‘un portador de fantasma en dete Lena los mim relacién con su madre. pags. 53-61) se encontr: su padre. . atormentada y atormentadora dest ater civ an meta devin llogaos pot nice ony Hove una vid etravagana, Un Cees ene aprensién de venir a verme poraue oa ia me dice ave et finebres (corbillards] con Tos que = fini al ver Io Se trata de una ‘entorno por un mal sarin a ertin inet nil et ae | = ue scsi: ecm J eer ‘entra frecuentemente porque mi casa esté rodeada por una igle- siay por una clinica oncoligica. Hice entonces una hipstesis que le ‘comuniqué en a forma del condiciona: «No podria tratarse de wn ‘cuerpo sobre el billard?s." A partir de alli, en pocas semanas, la ‘extrema condensacién ideo-afectiva centrada en la vsiSno la ovo ‘acién de un ecche finobre se descondensari, Enel registro nets tio, el billar(illar] le eveea en primer lugar la alforbra verde en café, propiedad de un viejo tio que una vez se exhibis ante ella siendo nia, sin que esto la perturbara demasiado. En el re- {stro traumtico, es su padre quien, antes de sufrir una eirugia (Gasser sur le bila} para una intervencién benigna, es presa de Pénico por el temor a morir. En exe momento ella esté embara- 2aday tan perturbada que siento un fuerte dolor abdominal, luego -yano siente los movimientos del fto y més tarde dard a luz un fe- ‘to macerado. Cuando llerue luego a tener una baba, experimen tard el temor obsesivo do lastimarla, En el registro del fantasma, sabré que la perturbacicn dol padre frente ala anestesia puede i- ‘garso al hecho de que, siendo nif, perdié a una madre piadosa a conseouencia de un aborto «criminals, ome se deeia en esa época. Este secreto vergonzos, indeciblo para el padre, habia sido rem- plazado por la nocién de una muerte por edneer. La paciente lo ‘sabe por una tia y por luego evecarlo con wx padre Este tltimo, ‘ue tiene todo un pasado de depresiones y de sintomas de duelo patoligico, se verd algo apaciguado,y las conductas locas dela ps ciente van adisminuir. Antes, la paciente, que no habia tenido un ‘nombre conveniente para ponerle a la enfermedad de su padre, la habia pensado sin embargo al modo sensorio-afective-metor: era necesario desconiar da las cosas y de Is palabras concernientes las enfermedades y a la muerte, lo que ella resolviaimaginar ‘mente por sus rtos de descontaminacin. Parte de los hijos de un padre portador de cripta serén, Hevados a una actividad fantasmica [fantomatique] que pprocura reencarnar un objeto de amor perdido para un pa “(La palabra francesa bilard, edema dedesignaro juego de billaryla mesa doe ere se practic, ol san donde veo uega, utiliza dente el lengua familiar con otros sentido: ) dosgna la mesa de operaciones (uirirgiea,y poser aur le illrd deneta, as, sufi ana cirapa ®) e 1 fill de reaisr oo dice, Qgurativamenta, crt ds ilar tal comme en ‘aselane también en lenguaj flr, pede decree de una career (que fil ransitare) la expresisn divisve on ilar denata sacri, Pesto quel condensacin aprovech ustament a palismia da pal ra, hemes prferideconzervar en ests cas ol oeablo orginal francis, ¥ sufalaro luogo entre corchetes eada vex que enume un ute parsculan, Gide la) re que ha seguido enlutado por él. Un nifio dela familia de 1a dama del Réquiem, nacido después del drama, va, a los diez afios, a nadar en el rio donde fue arrojadoel bebé, que él no habia conocido; llega al fondo del agua y permancce alli hasta el limite maximo de sus posibilidades. Sélo décadas después, cuando mi paciente le revele el antiguo drama, él comprenderd ese comportamiento en el cual se ponia en pe- ligro. Era un nitio que se hacia el muerto en el fondo del rio, pero que volvia a salir, vivo, Otros hijos de un padre portador de cripta, sobre todo afectados de fobia severa, organizardn su vida en el sentido de la inbibicién de cualquier deseo personal cuya realiza- sea eventualmente susceptible de ocasionar una repe- ticidn del drama originarioyy de reactivar el dolor del padre. Tal es el caso de mi paciente Clarisse (Nachin, 1995, pags. 145- 66), que presentaba una grave fobia alas calles. De entrada, des- pués de las entrevistas preliminares, la paciente sdlo pudo venir ' verme en coche con la condicién de hacer siempre el mismo tra- yyecto. Después de tres o cuatro afios de analisis, todavia serdn Fuente de panico unas reparaciones que la obligan a hacer un ro- deo, Este es un caso complejo donde en primer lugar se analizan las particularidades del Edipo, entre una madre temerosa y un padre colérico y autoritario que declara a quien quiera oirlo que “Aodas las mujeres son putas», a excepeién de la suya, y que «la violacién no existe porque las mujeres sélo esperan eso», El de- sarrollo del anslisis mostraré que la madre, bajo sus apariencias temerosas, incluso ante su marido, ha dirigido la barea familiar mientras nuestro «gendarme de marioneta» aparece coino un hhuérfano que tenia miedo, sobre todo de las mujeres. La intensa ccuriosidad sexual infantil de la paciente siendo nifa fue satisfe- cha por un adultojoven y la emocién experimentada fue traumatiea para ella porque entrs en resonancia con las frases de su padre so- bbre la sexualidad femenina. Supo que el joven habia hablado de quello con un eamarada y temié que «todo el mundo lo supiera>, [por eso decidi no seguir adelanta, permitiéndose por lo tanto sslo mores homosexuales platnicos. El trabajo sobre todos su: ‘mentos ocasiona un apaciguamiento parcial y, en todo caso, el de- se0 de proseguir Ia cura. Entonces surge que la abuela materna es el personaje central de la familia y también el polo de afecto principal de a paciente. Cuando, después de cuatro aioe de cura, formulo la hipstesis de que el padre —que perdié a su madre a corta edad y cuyo padre hhabria desaparecido poco después de la muerte de su mujer— po- dria ser un bastardo, la paciente me responde: «De mi padre, no sé, pero demi madre, estoy sogura». Su madre habia acabado por decirle que el abuelo materno no era el verdadero abuelo, pero ella ‘misma habia reparado mucho tiempo antes en el gran desajuste entre el nacimiento de su mace y el easamiento de sus abuelos. {La abuela murié sin baber revelado el secreto de su nacimiento a su hija. Se creia que guardaba en su armario una eaja con docu- rmentos secretas para abrir slo después de su muerte. Pero cuan- do muri, su hija no encontrs la caja, que habia desaparecido. Una ‘amiga de la dfunta sbuela pudo doczlea la paciente el apellido y lnombre Jean) desu abuelo, militar de la guerra de 1914, muer~ toal volver al frente después de haber sido curado de une primera herida en la espalda y de haber concebido a la futura madre de 1a paciente. Considerando las excepeionales eireunstancias do la azuerra de 1914-1918, esta historia no justfieaba el secreto guar- _dado, por el que la abuela decia a su hija y a eu nicta, aun el ao ‘anterior a su muerte: iSi supiesen todo, ya no me querrian!». Hi- cieron falta todavia muchos afios de andlisis para que fuera cons- tru yaeptadalahipstesis de que ajoven sola, embararad Ingo cargada cn un bebé, habia dcbide de eer en la protitucion, cen sustirgenes, cuando otremilitarse habia enamorado de ella yla hia dxpeseda, Pare la pacienta, como para ou hermano, ol amino de la hetreserulided se habla vate cbstruido comme se tratase de gus nlngin nacimlentoinoportuno legara a evecar et Grama original, Desde ls cine hasta pasades lev uarenta aos se habia setio responsable de la mist de velar por su familie, ‘Specalnnta por eas frig precaday madroy sbvela,no eile reocupandose por ela ncando a comstrui una vide ‘sexual y sentimental e inhibiendo en ella una fuerte witalidad.que_ ‘una considerable timider “En este caso de efantasma» fobigeno, la fobia a las calles en. ‘una mujer aparece de entrada sigdiendo Ia tradicién como fobia laa relacionos sexualos y a la prostitueién. Proyeccisn del deseo ‘sexual dela paciente trasformado en temor por la represicn, y ala ‘yezindieacién de que es conveniente cuidarse de las scalless. Todo ‘esto noes infundado contiene una parte de verdad general. Pero ‘noes utilizable mientras la paciente no haya vuelto a tomar con. tacto con sus deseos inhibidos hasta el punta de parecerle inexis- tentes. La crisis que la trajo a mi nos levé a trabajar su angustia de seperacién, cuyas luctuaciones siguieron el compas de las nu. ‘merosas temporadas en el extranjero de su familia, que, entre los cuatro y los disciocho afos, la separaban de sus padres o de sus ‘abuelos maternos, con la multiplicacién de los lugares de vida. El ‘complejo de Edipo y Ia envidia del pene —notoria en esta mujer— también fueron objeto de muchas sesiones. De nifa, su fantasia Shans dosopende age Den Jaan (cuando el nombre dol ‘todas las mujeres lo cual ealanverscn deseo eiday a gozar con todos los hombres y, on todecy nacida don padrosoldadocuyonombroc hein hope tiene scrote, lo quohaco da dun padre deremrenda eee, ‘un trabajo psiquico orientado en la direccién de las ititute Guarda legitimo rencor a su mac he eure Guard Fe, quo noha sabide ayudar at fan erecor y quo parcca olla misma toner peobicne eres tome ala enfermedad, al incor ya lamuertoen Ia medida en que ella ha sentido e intentado ‘comprender y tratar ol duelo no hecho de su padre en re cidn con Ia abuela paterna que se El nifiode la familia de Ia «das ena, al permancecr cn ol fondo del rio, un fragmento del drama oculto del que habia debido recoger frases suoltas, cuando —es verosimil pensarlo— log adultos de la fami habian hablado sin preocuparse por él cuando joven. Mi paciente, que tenfa miedo a tas c riencia de una escena sexual imaginaria, ponia en escena cn relacién con las calles una metonimia de la formula ver- bal «mujer de la calle», que remitia a la desdicha afectiva de Ja juventud de su abuela, El fantasma en segunda generacién Cuando el portador de fantasma es el descendiente de un poriador de fantasma active el trabajo del fantasma inter.” viene on Semin raciSn, la sitiacidn of Aas Compleja— idro es imporsable~ para ou descendiente. Nos topamos con angustias sin nom. broyconsintomas corporates bizarro, Los trastornos men- les encontrados por S. Tisseron (1990, pigs. 168-71) y por D. Dumas (1985, pag. 52) son frecuentemente severos. Pero Ja gravedad de los trastornos es tanto mayor euando existe ‘un fantasma en las dos descendencias de las que ha nacido un sujeto, El fantasma en las alianzas La posibilidad, verificada en algunos casos, de que se produzea un efecto fantasma entre dos adultos unidos por el, amor, entre un paciente y su terapeuta, incluso entre un te- rapeuta y su paciente, es una coyuntura especial. Mientras, que entre un padre y su hijo el secreto patégeno que podré suscitar un trabajo del fantasma en el hijo esta lo mas a me- nudo presente antes de la concepcién del nifio y marcaré susello desde las primeras relaciones padre: adultos que son portadores de dos historias diferentes y eu- yos psiquismos estén constituidos desde hace tiempo, el efecto fantasma sera habitualmente menos mareado y slo, _extraerd su fuerza de la intensidad del amor ode la relacién £ trasfero-contratrasferencial. Sin embargo, podemos pensar | queun adultoheredard mucho mas fécilmente un fantasma ten dos coyunturas: si es ya portador de una cripta ode otro © fantasma o si pertenece a las personalidades, de tépica ina- ~ cabada por alguna razén, que viven aferradas a sus parejas en.un estado de conilicto entre el deseo de fusidn y la neco- | sidad de separacién. El psicoanalista esta expuesto a ello, no sélo a causa de sus fragilidades personales, como lo has lado D. Dumas (1989, pag. 17), sino también porque el ejer- que registra el paciente seria la trasposicidn de placeres anales, seria un grave contrasentido en el momento en que el suje~ to se ooupa de reencarnar para su madre ela porqueria de amantes por el que ella ha permanecido enlutada. ‘A partir de la ambigtiedad que marea el origen del psi quismo —descubierta por J. Bleger (1981), la evolucién edipica, la eventualidad de traumas no superados y la exis- tencia de uno o varios fantasmas procedentes de una 0 de Jas dos descendencias de las que ha nacido un paciente nos dan una idea de la infinita complejidad de los casos. La dis- tincidn entre el clivaje del yo ligado a un trauma personal no superado y el trabajo del fantasma puede ser oscurecida por la posible coexistencia de dos problemaiticas. P. Hachet lo se- Bala en esta obra a propésito de los casos de toxicomanias. En el curso del trabajo analitico con el tipo més habitual de paciente portador de fantasma, el que ha nacido de un ‘progenitor portador de eripta, nos vemos Ilevados a des- Cubriry a dilucidar la cripta del progenitor. Pero en ese caso ‘Lricago os confundir en ciertos momentos [a problemtica, del descendiente y la del progenitor segin la econstrui Tas fuTades que acabamos de enmerar yas ques guramente se nos escapan no deben desalentarnos en cuan- ta profundizar el problema de modo de abordar nuestro trabajo con las herramientas conceptuales mas finas y mas Variadas posibles, conservando al mismo tiempo nuestra ca pacidad de dejamos sorprender por lo desconocido. ‘La complejidad de los casos cinicos no impide distribuir- Jos en algunas grandes categorias patogénicas. Estimo pru- Gente conservar en el estudio de los fenémenos intergenera ‘Sonales la distincisn entre tres coyunturas (Nachin, 1985): 2) losclivajes del yo que remiten a una experiencia traums- y ‘tica vivida personalmente por el paciente; las perturbaciones de la unidad dual madre-hijo (o pa- Je jo) que pueden afectar en una familia a un hijo que nace en la proximidad de un duelo: familiar, donde el mas pnazado es el «hijo de remplazos de un hijo muerto, si ‘foctivamente es investido como tal; 12) Jos fantasmas psiquicos construidos a través de las gene- ? ‘raciones, que siempre acarrean perturbaciones en las re- Jaciones padres-hijos y que constituyen. especificamente los problemas transgeneracionales. 79 ‘Cada uno, al haber naci , cido eventualmento ser: portadat a diferentes 0. complementarias, ma no excluye la de una eripta independiente de é, dos, descendencias, Puedo dos coyunturas fantasmicas ¥'la presencia d'un fantas ‘Articulada con el fantasma TI. Metapsicolo, Appace tratamiento de los pasion ae eel30y Jos pacientes que los portan }}__ PuraAbraham y Torok, lam | psiniica so undin onc presage como «el trabajo de la adquisicién, que permanentemer amplia huestras posibil Mem rpraliepar sentimientos y descos incipientes, asi como los aconteci- : Mientos y las influencias del mundo externo» (Rand, 1993, _-Pag. 148). El psicoandilisis se vuelve necesario cuando el Proceso de introyeccién se encuentra lentificado, bloqueado © aniquilado bajo el peso de traumatismos que el paciente nologra superar por si mismo, ni con la ayuda de su entorno ‘habitual, a causa de un exceso de sufrimiento psiquico. Es el punto de vista econémico de Freud, Este es el caso cuando, al menos provisionalmente, y a veces muy duraderamente, no se puede tolerar un duelo, Este sufrimiento depende de Jas condiciones familiares y sociales del momento de la pér- dida y posteriores. Depende de las circunstancias de la pér- dida. Depende de las caracteristicas psiquicas del que sufre el duelo, del objeto perdido y de la cualidad de sus relaciones. ‘Desde el punto de vista dindmico, el problema es la inca- pacidad de aceptar en la mente, de interiorizar, de introyec- tar, Jos deseos y las relaciones intercambiados con el objeto de amor perdido. ‘Desde el punto de vista tépico, frente 2 continuidad psiquica, en sujetos cuyo psiquism ba ya completamente constituide, se va ¢ operar un civaje ely El duelo normal: una puesta en latencia que noes sino una realidad asin- duelo normal, Ee is logrado, se opera una puesta en tética como el psicoanslis latoncia. Por un tiempo, el que sufre un ducto retoma on 2 yo el conjunto de los clementos que conciernen al difunto y sus elaciones mutuas y debe hacer Is paces con todo lo que ha sucedido y renuneiar a lo quo ya nunca podra suceder. Este trabajo, que Freud ha descrto ampliamento, 3 un pro- luntad, pero en gran Inclusiones en el seno del yo Entre la puesta en latencia funcional de algunos aspec- tos del yo y las eriptas, existen muchos casos intermedios donde las inclusiones duradoras en el seno del yo resultan de duelos dificiles ya veces persistentemente imposibles sin que haya habido seeroto vergonzoso compartido entre el su- jeto y su objeto de amor perdido, y sin que los acontecimi tos, como los de la Segunda Guerra Mundial, sean de nin- sin modo secrotos. Pero muchos elementos pueden inter- venir para complicar el trabajo del duclo. Los testimonios sobre Ja guerra nos ensefian hasta qué punto son tmportan: tes para el desenvolvimiento del duclo la actitud del entorno, yee conjunto de las circunstancias familiares y sociales. Sin uda, es deseable que el conjunto de las cosas pueda, a lar- sg0plazo, ser puesto en palabras, de modo que esto pueda ser inscrito en la memoria de la humanidad y ante todo en la de las personas directamente implicadas, de su familia y de sus descendientes, Pero hay horrores y terrores que no tie- ae emas dificilmente.en= Stain largo perfodo, varios afis, r trabajo psiquico silencioso, No es eastil que, aparte de documentos en bruto del comienzo, producidos enseguida dela guerra, entre treinta y cuarenta afios después aparez~ can textos y filmes importantes correspondientes a la com: prensién psiquica, interpsiquica y colectiva de la Shoa. Er necesario un tiempo de latencia particularmente largo. Aun en situacioiies menos graves, existen ciertamente muchos casos en Jos que por un extenso periodo la conducta menos perjudicial es un acompafiamiento silencioso. No se trata de forzar.a las personas dhablar ni de forzarlas acallarse. > Las inclusiones persistentes en el seno del yo se constitu- yen ante todo en Tuncién de la edad del sujeto, En los es- ~ tudios anglosajones sobre los duelos de la infancia, se ha observado que es comtin que un nifio no pueda hacer ade- cuadamente el duelo por su padre o por su madre, aunque algunos especialistas dicen que un niffo seria capaz de ha- cer un trabajo de duelo desde el final de su segundo aio. Para el nifio existen dos problemas: es deseable que pueda hacer su propio duelo, lo que supone que esté ampliamente sostenido por su familia. Ahora bien, cuando la madre de un, nitio muere, lo que es el duelo més dificil para cualquier pe- quel, siel padre es incapaz de hacer el duelo por su mujer, no podrd ayudar a sus hijos a hacer su propio duelo. Asi, en- contraremos en la consulta a nifios que tendran no sdlo su propio problema, sino que compartir ademés en forma muda las dificultades de su padre supérstite, Existen cir- ‘cunstancias familiares y sociales que pueden entorpecer el comienzo ola prosecucisn del trabajo del duelo. Paro la crip- ta presenta una particularidad de la inclusin: el sujeto_ puede mostrar que.es incgnsolable, Shora bien, a diferenci del duelo normal, lo que se valoriza es el periodo que pre- cede a la desaparicién del objeto y el momento de su desa- pariciSn, en detrimento de los buenos recuerdos de todo lo que se ha vivido con él durante la vida comin. Por largo tiempo, la atencién ests focalizada en el periodo de la pér- ida, y los que padecen el duelo tienden a revivirlo incon- cientemente, reviviendo ademds en lugar de sus objetos de amor perdidos lo que imaginan que pudieron vivir en esos ‘momentos. Hay, pues, una mezcla de fantasias enfermizas de incorporacién con elementos de duelo normal. Cripta: la renegacién Aqui, el duelo es de entrada imposible. Es una variedad de clivaje del yo impermeable, completamente hermético, capaz de comprometer toda una vida. Los secretos encripta- dos pueden corresponder a un placer sexual clandestino, pe- ro también a un sufrimiento indecible ligado a un delito 0 @ un erimen, ya sea que el sujeto haya sido participante o sélo testigé directo o indirecto de las escenas de que se trata. Es- we pre las propias mociones libidi to, asi como su narcisismo, en la jeto —progenitor 0 antepasado— tuvie- ra valor de ideal del yo para dl. En e508 casos, ni aun el rebusamiento del duelo puede ser expresado. La pérdida es objeto de una renegacin radi- cal. La renegacidn recae sobre el conjunto del problema psi- quico en cuestin y, secundariamente, sobre todo elemento de Ia realidad externa que pudiera conducir a su evocacicn. Abraham y Torok (1978, pag. 264) sefialan que las palabras ‘que no pudieron ser dichas, las escenas que no pudieron ser rememoradas, las ligrimae-que-no.pudieron ser vertidas son conservadas en l{zona clivada del yo.Esta necesidad de secreto no proviene directamente de la vergiienza del su- jeto, proviene de la vergtienza del objeto de amor, padre 0 antepasado, qué |e hizo vivir la experiencia libidinal o ai Siva, seereta y vergonzosa, En la cripta, la persona perdida de a>, reconstitwida a partir de palabras, de ima- afectos, con su propia tdpiea tal como el sujeto pido representarsola, y se acompaia del sujeto nifio (aun adolescenté 0 adulto inmaduro) tal como se representaba a si mismo en los momentos traumticos de su relacién. La cripta entrafia un mundo fantasmtico particular ‘que lleva tna vida separada y oculta; son fantasias de incor- pporacisn que se manifiestan clinicamente en los periodos de escompensacin de los pacientes. Las fantasias de incorporacion en la cripta a ublizacion de ls fantsias-de incorporacicn 2 una, magia oculta para recuperar al objeto-placer perdido y jnstalandolo en el interior de si mismo en compensa: ibid en compensa: ign del placer perdido y de la introyeccign fallida. Puede operar en la modalidad de la representacion, del afecto, de algxin estado del cuerpo o del comportamiento o utilizando dos, tres o cuatro modes simultiineamente. 1. La incorporacién en la modalidad de la representacién puede manifestarse por Ia ausencia de representaciones normales (una paciente que perdié accidentalmente a su marido dies iow antes, nosy eaivoren a tuitido pe {nsiltas. oelasofraneamenta talon aoe Pentido a un pacts por un einent haesame ee ae ccubre una apariene niscannarae ite Sees ei + seacens om hs lege 2 La incorpomn fiesta en sonsneione rma instancia, en un ‘pevsenntaba le prvsonead Ta prwionein do ropresintie! i sinie Ne ft modalidad del afseto 90 manic avosione y sentient vem nuitico gratvo, a un moribund o a un muertonl queso ntee ‘buya sentie atin lo que so imutgina quel morules Podido sentir, quo a la persona con buena salud fisen, eon frecuencia todavia joven, que k sorprendida y dees peruda por lo quo Te ha stceido. El into dolor oral exacerbado por la vergiienza do no tener ya recursos ae ves disponibles para sus allegaces 3. La incorporacisn en Ia modalidd del omportamiento semanifiesta en conduetas incongruentes para el sujeto, tal como el joven tratado por N. Abraham (1978, pig. 26) que comienza a robar ropa intinia femenint en las tiendas patra su hermana muerta incorporada en él 4. La incorporaeisn en In modalidad de un estado corpo ral puede manifestarse en enfermedades fiseas, sobre todo trastornes hepatodigestives. Se tiendo a intorpretarlas den tro dela temitica dela oralidad. Pero estas dificultades son cen realidad un lenguaje no verbal que habla de a dificultad Se tomar algo en la mente, de introyectar un desco que con- ‘Gieme al objeto de amor perdido que muy bien puedo ser un eseo gonital y, en todo caso, un deseo cuya expresisn oral do incorporacién n0 nos informa sobre wi nabiralssn, Loe Getados corporales pueden ser sumamente bizarros: una de Jcpacientes tonia la sensacion de que sw mandibula infe- ares Poficuaba, lo que remitia a una delaslesiones del cuerpo Towa padre muerto aceidentalmente veinteafos antes. 1s las manifestaciones de estas fantasfas de incor es ae man pa al jt. umn esa Popartantes duelos, los pacientes no ligan en absolute sus imPrarnos con sus duelos a veces muy antiguos, que se re trastian a aos y hasta a décadas anteriores. Las fantasios Te ineorporaein ora tienden a mantener Ia vida del objeto tin entadla do enuerto-vivor en ol int low dol nujola especialmente en el eno de lox teusitornees doleomportamlento—, ors correnponden al objet en entatla lo moribund o de muerte, mientens que lo {qo hn vivide antorinenenta eon él no eatin disponibles el aujoto no pions en el, Ba necesario yopere len tenbajndo, ol preiente le responder cen absiolulor, Revive sin saberlo, y podlemon decir que en el ordon da In reminiseen Aispo momenta, not e:bans, in fanbesins de ineorporacidn incon Jentes no pueden fancionar de modo de mantener kt pe turbaciones dentra de Li exfora paiquiea y pricomoteiz, Ine cluso vivencins truumviticns euyo recuerdo esti disponible, pero de las que el sujeto no se siente autorizado 1 hablar ‘a allegados que manifiestan que no quieren saber nada de 30, vin a aearreae trastornos Hamados psicosomiticos», Los traumatismos quo no pueden ser traseritos en una fian- tasmiitica suficiento en un momento dado retornan en la catistrofe Gisioldica (Abraham y Torok, 1978, paig. 918). lo nor perdido, ys nelivaments qo euyos: recuerdos no estiin blest on es Lacura La cura se apoya ante todo en la escucha del dolor del duelo (Torok, 1968, 1978, pig. 245). Es posible despejar ol duelo central no elaborado en relacién con las pérdidas que ‘marean cualquier vida. Podemos apoyarnos en dos ejes de ‘trabojo: el andlisis de las fantasias de incorporacién cuyas manifestaciones indican los lugares y las cireunstancigs de 1a pérdida; el andlisis de las conmemoraciones, puesto que Jos trastornos evidentes se manifiestan en fechas o en perio- dos aniversarios de la pérdida o de momentos relacionales importantes con el objeto de amor perdido, ‘Seda un paso hacia adelante cuando se reconoce la fan tasia de incorporacién como un modo de lenguaje que habla del deseo de introyectar, cuando la introyeccién no pudo lle- varse a cabo. Trascurre bastante tiempo antes de que se or- dene todo un material en torno de un deceso (u otra varie dad de pérdida definitiva). A continua minar si se trata de una inclusién, sobrevenida en particu: farted na ind, beni em putin vias de desarrollo, o bien de una cripta, En los casos de inclusién, el trabajo es ya dificil, puesto que para el sujeto se trata de conseguir retomar su reali- zacién psiquica personal a partir del bloqueo que ha. ‘uch tempo antes. Debedarse cuenta de que no Gene pa, ra perder nada mas que lo efectivamente perdido por él des- de hace mucho, sin haber podido tolerar psiquicamente la pérdida a causa de la edad, de las circunstancias o de las in- suficiencias de su entorno. Por el contrario, tiene para re- cuperar el conjunto de los recuerdos de una de las experien- cias mas importantes de su vida asi como la parte de sus capacidades libidinales que se han visto enterradas al mis: mo tiempo, La parte de inevitable tristeza esta ligada al he- cho de que al abandonar la temporalidad ficticia de la vida de ultratumba del objeto perdido, el sujeto reencuentra su temporalidad personal sin poder recuperar los afios trascu- rridos ni borrar los avatares desdichados de las relaciones interpersonales obstaculizadas por su clivaje. Les casos de criptas se presentan de modo diferente se- ‘gtin se tenga répidamente la nocién de una realidad trau- matica (violacién, incesto, infanticidio. ..) (Nachin, 1989) ‘que ser necesario mantener en espera para descubrir poco a poco cémo ha actuado y sigue actuante en el psiquismo del paciente, o segiin suceda que el descubrimiento de un duelo gravemente patolégico deje un misterio dificil de disipar en Jo que concierne al vinculo secreto entre el sujeto y su objeto de amor perdido. El analista es solicitado como un detective que debe remontar la Ti niento y el lugar donde, en otro tiempo, se vivié una expe- riencia de gran importancia a causa del objeto de amor per- dido, y esto en condiciones que obligaron a su encriptamien- to. El analista se ve llevado a intervenir activamente sobre Jos puntos que desconciertan su escucha. ‘Abraham y Torok (1978, pags. 274-5 y 312-7) sentaron las bases de la cura de los pacientes criptéforos. Al comienzo del tratamiento, el paciente va a poner a prueba los prejui- cios del analista. Va a descorporar secretamente sobre el analista al acompafiante nifio de la eripta con sus diversos sufrimientos. En un segundo momento, va.a descorporar se cretamente sobre el analista al objeto perdido eneriptado. Durante mucho tiempo, su «yo» [xe] debe ser escuchado como la expresién del yo [moi] fantaseado del objeto per- dido. La interpretacién que revela la identificacién endo- criptica se hard significando al paciente que es posible evo- car el amor del objeto, sus ideales como sus insuficiencias, sin hacerlo caer en la vergtienza ni perderlo moralmente, y que se trata de comprenderlo juntos. En el momento de la apertura de la cripta, el peligro es {que el objeto sea implicita o explicitamente condenado por el analista, Toda intervencién que refiera la realidad trau- matica vivida a una fantasia, minimizandola, o haciendo referencia a la agresividad del sujeto como lo indiqué mas arriba, es peligrosa. Bl psicoterapeuta debe tener una escu- cha sostenida para discernir el doble funcionamiento ligado al clivaje del yoy se ve llevado a preguntar sobre los puntos. {que desconciertan su escucha. Es deseable que, segtin la frase de Abraham (1978, pag. 274) y Torok, sepa ante todo «eeconocer el placer de uno por ver al otro enlutado por él; reconocer no el odio sino el amor del objeto por el sujeto; re- conocer finalmente la exaltacién nareisista de haber recibido al precio de peligrosas trasgresiones—el amor del objeto». Esto no quiere decir que la ambivalencia y la agresividad no cexistan, sino que conviene dejar al paciente la preocupacién de abordarlas por si mismo después de que la parte de amor ‘mutuo entre el sujetoy su objeto perdido haya sido valorizada, TV. Metapsicologia de los pacientes portadores de fantasma y su cura Precedentemente hemos visto el enlace del fantasma con Jos elivajes del yo desde el punto de vista de su génesis. La historia y la literatura muestran como la clinica sus seme- janzas y la difcultad de su distincidn. En la historia, los fan- tasmas y los aparecidos de las tradiciones populares se ma- niffestan como la objetivacién tanto de criptas como de fan- tasmas, En la literatura fantéstica, el cuento «Maud-Eve- lym» de Henry James nos muestra a unos padres queno han, podido hacer el duelo por su tinica hija y organizan su vida bn torno de su imaginaria supervivencia. Cuando ella ha- bia sido adolescente, ellos le buscan y le encuentran un no- di cién inic ‘madre que da al bebé la posibi- lidad de diferenciarse de ella, de actuar por si misms selns simismo y, sobre todo, de disponer de los fonemas dela dlens gua matemna» apropiada como lengua filial. El problema del anilisis consiste en pasar plenamente de la lengua mal Hobifiat a Ta Tengua soclal. El tesoro dela lengua radica en el prévonciente. Pero podemos considerar que tiene dos caras, luna vuelta hacia el inconciente y la otra vuelta hacia la con. ciencia, que se reencuentran en la doble polaridad de las palabras: 1) una polaridad conciente regulada segin el sis- tema de la lengua; 2) una polaridad inconciente donde las palabras tienen una presencia fonétiea, auditiva y kines- ‘ésiea, por la cual forman parte de las «representaciones de cosa» (son en cierto modo «palabras-cosas») y estan ligadas ‘\los afectos en el contexto del que han surgido. Esta doble polaridad permite la doble funcién del len- ‘guaje humano: por su cara inconciente, es el mensajero de las pulsiones reprimidas, y por su cara conciente es simultd- neamente el instrumento de su represién. En el caso favorable de una madre y de un hijo normal- ‘mente neursticos, labipolaridad de las palabras remite, por tun lado, al inconciente de la madre y al deseo de aferra- miento del nifio relegado en el ello, y, por otro lado, al mane- jo objetivo, intersubjetivo, de las palabras (por consiguiente, fla funcidn de desmaternizacién del lenguaje). Es distinto Jo que ocurre cuando la madre es una portadora de cripta con un indecible (las palabras han tenido que ser enterra- {das con los actos, las imagenes y os afectos traumiticos) en ella, o una portadora de un fantasma activo con un innom- | | brable (en el sentido de que ha sido imposible poner un nom- bre sobre ciertas experiencias) en ella. Cuando se trata dela

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