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Ey como TRABAJAR CON JOVENES APATICDS coMO TRABAJAR CON JOVENES APATICOS SOBREVIVIENDO A LOS INSOPORTABLES LES CHRISTIE vie 8 {Ta miion de Fatoril Vida es ser Ta compalia Ider en comunicacion eritiona que satsfaga Tos inecesidades de las personas, con recursos cuyo contenido glorifque @ Jesucristo y promueva rincioiosbibicos. ‘COMO TRABAIAR CON JOVENES APATICOS. Edicién en espaol publicada por Editorial Vida ~ 2010 ‘Mla, Florida (© 2010 por by Les Christie Originally published inthe USA under the title: ‘When church kids go bad © 2010 by Les Christie Published by permission of Zondervan, Grand Rapids, Michigan 49530, ‘Alleights reserved - Further repreduction or distribution is prolbited. Traduclén: Estebon Obando Edieién: Siva Hiration Disefo interior: Bose creative DDisefo eublerta Nataa Adami [RESERVADOS TODOS 105 DERECHOS. A MENOS QUE SE INDIQUE LO CONTRARIO, FL TEXTO' SE TOMO DE LA SANTA BIBLIA NUEVA VERSION INTERNACIONAL, (© 2099 POR BIBLICA INTERNACIONAL, 150m: 978-0-8297-5744-6 CATEGORIA: Estudios bblcos/ General IMPRESO EN ESTADOS UNIDOS DE AMERICA ‘PRINTED IN THE UNITED STATES OF AMERICA, 10122213 654321 Contenido Introduccién 9 1 gPor qué los chicos actitan de esa manera? B 2 Disciplina: El objetivo es la madurez 29 3 Tratar con los problemas de comportamiento 45 4 Infundirles a los chicos la confianza de que pueden ser todo lo que Dios quiere que sean 55 5 Alabanza: Atrdpalos cuando hacen algo bueno 7 6 Reglasy limites 89 7 Consecuencias: naturales y légicas 105 8 Laira:latuyay lade ellos ng 9 Atrapaa tus chicos y evita distracciones 331 10 Los desafios de la disciplina diaria 43 11 Cémo trabajar con «chicos céusticos» 161 12 Antidotos contra la apatia m 13 Ayudara chicos de alto riesgo 181 14 Los desafios de las deficiencias de aprendizaje y del trastorno de déficit de atencién e hiperactividad 19 Conclusién 209 Es tu turno: Respuesta a las preguntas de los lideres juveniles a3 Introduccion Nunq olvidaré la clase de Escuela Dominical de la que formaba parte cuando iba a cuarto grado. Yo concurri a esa iglesia tinicamente por seis meses, y no me converti hasta unos afios después; sin em- bargo, mi experiencia en ese lugar es una de las razones por las que escribi este libro. Mi breve estadia en esa iglesia me ensefié mucho acerca de los efectos de una disciplina inadecuada. La clase estaba compuesta por unos catorce chicos de cuarto a sexto grado, sobre los que la maestra no tenia ningtin control. Cada semana le presentébamos una forma diferente de caos. Nos lanzdba- mos las Biblias y cualquier otro material que ella se atreviera a dar- nos. Nos entretenfamos haciéndonos unos a otros sonidos y gestos obscenos. En realidad, nos divertiamos mucho, pero esa diversién uinicamente duraba unos minutos (hasta que uno de los chicos mas grandes lastimaba a alguno de los mas pequefios). Puedo imaginar lo frustrada que se sentiria la pobre maestra con nosotros. Ella no tenfa ni idea de qué hacer con un grupo violento y desinteresado como el nuestro, En su desesperacién por no saber cémo tratarnos, por lo general nos dejaba salir de la clase temprano. En realidad ella se preocupaba por nosotros (siempre nos mandaba tarjetas de cumpleafios); sin embargo nunca pudo recordar nuestros nombres durante la clase y a menudo parecfa no tener ninguna ca- pacidad para ensefiar, Eso solo hacia que la situacién se tornara més dificil y que controlar la clase resultara imposible. Sin embargo, tuve una experiencia positiva en esa iglesia, pero sucedié fuera del salén escolar. Durante los seis meses en que asist{, mis padres me dejaban y me recogian a la entrada de la iglesia cada domingo. All{ habfa una mujer que siempre saludaba a las personas a medida que llegaban. Ella siempre me llamaba por mi nombre y me decia lo contenta que estaba de que yo asistiera a la iglesia. Cada 9 domingo mientras yo me subja al auto de mis padres, se despedia de m{ y me invitaba a volver la semana siguiente. Siempre tenfa una in- crefble sonrisa en el rostro y me hacia sentir bienvenido. Un domingo en particular, yo estaba apoyado contra una de las paredes de la iglesia viendo al pastor de jévenes jugar a la pelota con algunos de los chicos de su grupo cuando esta amable sefiora se me acercé, Yo creo que ella percibié mi admiracién hacia el pastor por- que me pregunté, como al pasar, si yo consideraba que ser pastor de jévenes era una buena profesién. Debo admitir que al principio me dio un poco de vergitenza hablar con ella. Miré hacia el suelo, pateé el césped con mi zapato y con una voz apenas audible contesté: «Si». jo algo que nunca olvidaré: «Ti sabes Les, yo creo que algiin dia legards a ser un buen pastor de jévenes». Ese fue el fin de la conver- sacién. Mis padres llegaron, me subi al autoy volvia casa, pero nunca pude olvidar sus palabras. Una de las razones por las que hoy soy pastor de jévenes es por la declaracién de aquella mujer, que creyé que yo podia llegar a serlo. Ese incidente me enseiié acerca de la enorme influencia que los adul- tos pueden tener ena vida de las personas jévenes cuando establecen relaciones positivas con ellas. Hoy, cada vez que veo aun joven, siento la necesidad de decirle algo que lo anime, porque no se puede prede- cir el impacto que tendrén esas palabras, Es por eso que este libro en- fatiza la importancia de una disciplina positiva al trabajar con chicos rudos, molestos o apaticos. Hay miles de libros, panfletos y articulos sobre el tema de la dis- ciplina, La mayoria de ellos estén construidos alrededor de un solo método para disciplinar a los jévenes. Pero existe un gran problema con la manera en que ese tinico sistema aborda a la disciplina. Eli- zabeth Crisci, en su libro del afio 1981 What Do You Do with Joe? [,Qué hacemos con Joe?] describe que un grupo promedio de jévenes puede incluir chicos como el sabelotodo de Jonathan, la titubeante Daniela, Roberto el rebelde, Sara la loca, la pensativa Daisy, el problematico Tony, la nada amigable Fran, la poco amada Lindsay, el lento Steven, el resentido de Jorge y el stiper espiritual de Fernando. Yo le sumaria a esa lista algunos prototipos mas que han apare- cido en este siglo XI, como: Allison, la que se preocupa por su apa- riencia; Gerardo, el genio de la computadora; la parlanchina Isabella; 10 Ui/ Samantha, la que abusa de sustancias prohibidas; Andrea la reina del salén; la gética Gabriela; Sofia, la adicta a la cafeina; Marcos, el temperamental, Lauren, la artista; Gabriel, el miembro de la pandilla; Sara, la millonaria; y Connor, el payaso de la clase. No hay un solo enfoque capaz de abordar tal diversidad de jéve- nes, ya que cada persona es tinica. ¥ en lo que se refiere a los jévenes que causan problemas, algunos de ellos llorarian si simplemente te volvieras a mirarlos. Otros sospecharfan de tus intenciones, asi que no se abrirfan facilmente. Disciplinar a los chicos es un tema muy complicado para aque- los que trabajamos con jévenes. Las preocupaciones nos Ilegan de todas direcciones. Nuestros pastores nos dicen que algunos de nues- tros chicos estan provocando distraccién en los cultos de alabanza. Ciertos maestros y lideres renuncian a causa del comportamiento de ellos. Nos preocupamos y nos desanimamos cuando hacemos el ma- yor esfuerzo para que el programa resulte atractivo y creativo, para luego darnos cuenta de que al grupo no Ie causé la menor gracia. gCémo hacer para que ni los chicos que interrumpen y manipulan ni los problemas de disciplina dominen nuestros ministerios juveniles? Espero que ¢Cémo trabajar con jévenes apdticos? te ofrezca una gran cantidad de opciones practicas y titiles que ayuden a los chicos de tu grupo. Entre la variedad de estrategias dadas, confio que encuentres tu propio estilo para el ministerio de j6venes y para los chicos con los que te toca trabajar. Ten en cuenta que cualquier nuevo método de disciplina resulta un poco extrafio al principio. As{ que cuando intentes aplicar alguna de las técnicas mencionadas en este libro, asegiirate de hacerlo con sinceridad y de tomarte el tiempo como para entenderla y sentirte ¢émodo con ella. Si después de un genuino esfuerzo, sientes que alguno de los mé- todos recomendados sigue siendo «raro» 0 no es de «tu estilo», des- crtalo y utiliza algtin otro. Casi todos los libros que he leido sobre disciplina se enfocan en los preadolescentes. En ciertas ocasiones he encontrado algiin libro que destina unoodos capitulosa los adolecentes, perola mayoria presupo- ne que para esa época, ellos ya serdn inamovibles, imposibles de cam- biar y dificiles de controlar. Este libro esta dirigido especificamente wh a aquellos que trabajamos con chicos de trece o catorce a diecisiete 0 dieciocho afios. Creo firmemente que los adolescentes atin pueden ser moldeados en estas edades. A medida que pasa el tiempo, el com- portamiento se va afianzando; sin embargo, durante los afios de ado- lescencia todavia estamos trabajando con cemento fresco. El doctor Howard Hendricks traduce Efesios 6:4 de la siguiente manera: «Crien a sus hijos en disciplina e instruccién del Seftor». Hen- dricks dice que cualquier médico competente practica al menos dos formas de medicina: la correctiva (castigo) y la preventiva (instruc- tiva). De la misma forma, todo lider juvenil tiene que aplicar ambas formas de disciplina, la correctiva y Ia preventiva. Desafortuna- damente muchos conside- ramos la disciplina solo de una forma correctiva, asi que la intencién de este li- bro es no solo ayudarte con los problemas presentes de disciplina, sino darte una mano para prevenir los pro- blemas futuros. Recuerda que usar la palabra «disciplina» con los jévenes no significa que tengas que hacerlos pasar por un mal momento. Enfa- tizar la disciplina no es una ‘ie os san Bio Bip exeuga pens libata Java Lo bucaremas ewands cumple 18 aos» tracién que tenemos dentro por los malos ratos que nos han hecho pasar. En lugar de eso, la disciplina constituye una herramienta para prevenir muchas situaciones que desintegran al grupo juvenil y lo convierten en un caos que desmotiva tanto a los muchachos como a sus lideres. La disciplina positiva ayuda a proveer un ambiente de aprendi- zaje positivo y seguro (un lugar al que tus jévenes querran regresar). 12 éPor qué los chicos actuan de esa manera? No resulta facil ser lider de jvenes o padre en estos dias. Tal vez hayas escuchado esa expresién antes ino es cierto? Ambos constitu- yen trabajos duros (ha sido as{ por mucho tiempo), sin embargo por més dificil que sea la paternidad o el liderazgo de jévenes, formamos parte de una larga tradicién que ha pasado de un siglo a otro. Conside- ra los siguientes ejemplos, aunque no sean tan modernos: Ejemplo 1 Un padre enojado le pregunta a su hijo adolescente: «A dénde fuis- te? El chico, que trata de ocultar por qué llegé tan tarde la noche anterior, le contesta: «A ningun lado». El padre le responde: «Crece ya. Deja de andar por ahi. en correrias por las calles, ve a (a escuela. Dia y noche me torturas. Dia y noche desperdicias tu tiempo en pura diversidn». (Traducido de una tablilla de arcilla de cuatro mil ahos de antigiiedad), Ejemplo 2: No veo esperanza para el futuro en gente tan dependiente y frivo- la como los jévenes de hoy. Ciertamente todos los muchachos son descuidados més alld de las palabras. Cuando yo era chico se nos ensefaba a ser discretos y respetuosos con los adultos, pero en el presente los javenes son extremadamente hiperactivos e impacien- tes. (Hesiod, poeta de la antigua Grecia). Ejemplo 3: Alos jévenes de hoy les gusta el lujo. Son irrespetuosos, tienen ma- los modales, sienten desprecio por la autoridad, no respetan a los adultos, y hablan tonterias en lugar de trabajar. Los jévenes ya no se ponen de pie cuando un adulto entra al cuarto. Ellos contradicen a Sus padres, hablan demasiado cuando estan juntos, se rien y juegan con la comida, ponen sus piernas sobre la mesayy aun tiranizan a los adultos. (Sécrates). Ejemplo 4: El mundo esta pasando por tiempos dificiles. Los jévenes de hoy en dia no piensan mas que en si mismos. No tienen reverencia por los adultos ni por la gente de edad avanzada. Son impacientes hasta el cansancio. Hablan como si lo supieran todo, y to qu tendemos por sabiduria, ellos lo consideran una tonteria. 2¥ qué decir de las chicas? Son impidicas y atrevidas, poco femeninas en su hablar, en su comportamiento y en su forma de vestir. (Pedro, el ermitano, 1274). Ejemplo 5: Nuestra tierra esta en degeneracién, nuestros hijos ya no obedecen ‘a sus padres. (Palabras talladas en una piedra seis mil aos atras por un sacerdote egipcio). Ejempto 6: De Jericé, Eliseo se dirigié a Betel. Iba subiendo por el camino cuan- do unos muchachos salieron de la ciudad y empezaron a burlarse de 1, «jAnda, viejo calvo! —le gritaban—, (Anda. viejo calvol» (2 Reyes 2:23, escrito en el siglo noveno antes de Cristo). Desde el principio de los tiempos, cada generacién de adultos ha sostenido que la generacién de jévenes de ese momento era mucho peor que la de su propia generacién. Los adultos tenemos tendenciaa idealizar el pasado. Quizas pienses: «Bueno, tal vez aquellos adultos en et pasado re- moto hayan idealizado sus afios de adolescencia, pero yo realmente era un adolescente mucho mas amable, gentil, compasivo y de mejor 14 It El problema con wtedes chicos, e1 que ahora todo etd etre. Todo se ‘nt hecho my fl panned. En mis dia, Les cous eran mug das.» comportamiento que la mayoria de los chicos de hoy en dia». Conoz~ co esa sensacién. Me sentia de la misma manera hasta que un par de afios atras vi un viejo episodio de televisién de los afios sesenta (la época de mi adolescencia). El programa se llamaba Dragnet era una de las primeras series policiales de la television de aquel entonces. Enese episodio, titulado La granada, los protagonistas del programa, Jos oficiales Joe y Bill, hablaban en su automévil acerca de los adoles- centes de la generaciéna la que yo pertenecfa. Me rei al escuchar que hacfan la misma clase de comentarios que generalmente se esbozan sobre los jévenes de hoy en dia, solo que varias décadas atras: «Los chicos de hoy en dfa han perdido el concepto del respeto», «Por qué los chi- cos no pueden ser simplemente chicos», «Nunca fut de ese modo cuando era un jovencito». ‘Tengo un letrero en mi oficina que dice as{: Cuanto mds viejo me pongo, mejor he sido en el pasado». Como adultos, reprimimos los re- cuerdos acerca de cémo nos sentiamos y actudbamos en nuestra tem- prana adolescencia. Nos olvidamos lo que era tener catorce aiios. Creo que esa falta de memoria es, en cierto sentido, un regalo de Dios. El pone un programa en nuestros cerebros que se activa cuando cumpli- ‘mos veinte afios y empieza a borrar los recuerdos de todas las tonte- rias que hicimos, dijimos y pensamos durante nuestra adolescencia. Esto puede resultar un alivio para muchos de nosotros que sentimos que es preferible olvidar esas cosas; sin embargo como padres y como MEAS TH Iideres de jévenes es preciso entender y recordar aquellas cosas que hacfamos cuando éramos adolescentes. Solo asi nos constituiremos en buenos lideres y mejores padres. La lucha por encajar La proxima vez que te retinas con tus amigos mas cercanos a ce- nar intenten jugar el juego de «recuerda cuando...». Solicitale a tus amigos que recuerden su tiempo de adolescencia. Traigan a la me- moria la forma en que se sent{an por su apariencia fisica (tal vez la forma de su cabeza, el tamaiio de su nariz, su estatura). El modo en que les afectaban los comentarios que les hacian al respecto. Te ma- ravillards de los recuerdos vividos que los adultos conservan acerca de las criticas de los sentimientos de rechazo que experimentaron en su adolescencia. Es importante recordar lo sensibles que son los adolescentes a la critica y el rechazo. Ellos quieren ser aceptados y que la gente los quiera, tal como lo querias tit cuando tenias su edad. Hace no mucho tiempo, jugamos a «recuerda cuando...» con mis amigos. Sentada confortablemente en su silla, Sharon recordé un apodo que le habjan puesto cuando se encontraba en la secundaria. Ella tenfa una mancha roja en su labio superior y los chicos la llama- ban «cara de perro» e incluso le gritaban cosas como: «/Hey perrito!». Alla le habja costado muchisimo superar esa situacién y recuerda que incluso habia contemplado el suicidio como una opcién. Mark hablé acerca de su timidez cuando era adolescente y recordaba que su madre no le permitia contestar por s{ mismo, sino que ella daba las respuestas, Juan sacé a relucir el sentimiento de inseguridad que te- nfa acerca de su cuerpo y emo nunca queria ducharse en el vestuario junto a sus compafieros ni asistir a piscinas ptblicas. El se acordaba que muchos de los estudiantes corrfan a las regaderas con una toalla en la cintura para no exponerse frente a los demas. Yo no me olvido del miedo que sent{ durante una reunién de j6- venes en el pentiltimo afio de la secundaria, justo después de haber- me convertido. El grupo de jévenes de la iglesia tenfa un circulo de oracién en el que todos nos tomébamos de las manos y cada uno de- bfa orar en voz alta. Nunca habia orado en piiblico, y a medida que se acercaba mi turno, més nervioso me iba poniendo; hasta habia 16 UU) empezadoa transpirar y temblar. Cuando me tocé a mf, balbucee algo rapidamente (no tengo idea qué fue lo que oré) y entonces di paso al siguiente para que pudiera orar. Desde ese dia recuerdo el intenso miedo que senti de ser humillado en frente de mis compafieros. Es facil olvidar o minimizar la intensidad con la que los chicos pasan por las pruebas o las tribulaciones por el simple hecho de que ya somos adultos, Recientemente lef en un periddico la historia de un chico de una pequefia escuela al que otros compafieres le hacian burla porque tenia sobrepeso. Ellos lo amaban «gordo», «panzén» © «bola de grasa» y lo tomaban de punto constantemente. El era un chico simpatico que nunca les causaba problemas a sus maestros 0 padres pero un dia explotd, Trajo un arma a la escuela, le disparé a varios de sus compafieros, y luego se puso la pistola en la sien y activé el arma. Su suicidio explica claramente cémo llegé a un limite en el que no pudo tolerar mas el ser ridiculizado. La montana rusa fisica y emocional del adolescente En el érea emocional, los chicos viven en una montaiia rusa que Jos leva del valle de la muerte al monte Everest. Es probable que como Ifder juvenil te haya tocado experimentarlo. Una semana, la reunién del grupo resulta fantéstica, (los chicos se comportan bien, escuchan atentamente y hacen increfbles preguntas; uno sale del encuentro montado en una nube, la vida es perfecta, el ministerio €s exitoso y amamos a los chicos). Pero la semana siguiente la reu- nién resulta un desastre. Abandonamos el lugar pregunténdonos si alguno de ellos volver la préxima vez o si se llamarén unos a otros durante la semana con un mensaje de este tipo: «Oye, creo que fulmos demasiado buenos la otra noche, asegurémonos de causar algiin tipo de problema la semana que viene». En momentos asi, sentimos que toda Ja ensefianza les entré por un oido y les salié por el otro, y eso puede ser increfblemente frustrante. La adolescencia es un periodo de transicién, un periodo de cam- bio, y la caracteristica prevaleciente en todo cambio es la inestabi- lidad. Eso lo vemos en el répido, intenso y siempre variable mundo emocional de los adolescentes. Inclusive un estimulo relativamente pequefio, en algunas ocasiones puede disparar una reaccién muy mer intensa en ellos. El doctor Keith Olson describe la variedad de emo- ciones intensas que una chica adolescente puede experimentar en el breve perfodo de una mafiana: 6:30 a.m.; Jennifer se despierta a regafiadientes, jurandose a si misma que ese seré un dia desastroso. 6:50 a.m.: Jennifer esta eufdrica porque atin le sientan bien sus pan- talones favoritos. 7:00 a.m.: Esté disgustada porque su cabello no cae como ella quiere que lo haga. Sabe que se sentira humillada cuando otras chicas la vean. 7330 a.m.: Se siente emocionada y asustada a la vez porque Jeff la lla- ma y le oftece llevarla a la escuela esa mafiana. 7°50 a.m.: Jennifer tiene un sentimiento de orgullo, y hasta de arro- gancia porque sus amigas la ven en el auto de Jeff cuando buscan donde estacionar. 755 a.m.: Jennifer se siente indignada y enojada cuando una de sus amigas, en un tono burlén, hace un comentario sobre el transpor- te especial en el que ha llegado esa mafiana, En el transcurso de tan solo noventa minutos Jennifer ha expe- rimentado sentimientos intensos de apatia, pereza, emocién, humi- Iacién, emocién, orgullo, arrogancia, indignacién y enojo. ¥ aunque Ja influencia cultural y social pueda Hevar a que las chicas sean mas expresivas que los chicos en cuanto a sus sentimientos intensos, po- demos estar seguros de que los chicos sufren los mismos vaivenes. Los problemas romanticos constituyen, a menudo, un gran tre- cho de esa montafia rusa en la que los adolescentes estén montados. Las jovencitas a las que su novio ha dejado o los chicos que han sido rechazados varias veces por la chica de sus suefios estan deprimidos y mal humorados, no muestran interés en la iglesia ni e el grupo de jévenes y los obsesiona el pensamiento de las oportunidades de ro- mance que se estan perdiendo. Las diferencias que notamos semana a semana en el comporta- miento de nuestros chicos tienen mucho que ver con los cambios drasticos a nivel fisico que atraviesan los pliberes. Los adolescentes permanentemente estdn preocupados por algo: WL 18 Ul + Por su crecimiento: Se inquietan por estar creciendo dema- siado rapido, demasiado lento, o desparejo. + Por su desarrollo: Se afligen porque desarrollarse demasiado, ‘0 muy poco, o en los lugares equivocados. + Por su aspecto fisico: Se preocupan por su estatura, por su peso, por su condicién fisica o por sus problemas de piel. + Por cémo besar: Se inquietan por cémo respirar durante un beso prolongado y temen que eso los meta en una situacién embarazosa. + Por si saben besar: Quieren saber si existe una manera co- rrecta de besar y ellos la desconocen. + Por el rechazo: Los angustia que la persona con la que salen les diga que no saben besar. + Por su busto: Las chicas s se preguntan si sus pechos son sufi- cientemente redondos, si tienen la forma correcta, o si se en- cuentran en la posicién adecuada. + Los chicos adolescentes se preocupan de que ellas tengan unos senos muy grandes. + Por los bigotes: Los varones se preocupan si es que no les cre- cen los bigotes. + Las chicas se inquietan de que les puedan crecer, Los adolescentes algunas veces sienten que sus cuerpos conspi- ran contra ellos. Pero los grandes cambios fisicos que ocurren en la vida de los piiberes no son tinicamente los que tienen que ver con las hormonas, el cabello y los granos. En afios recientes, algunos neuro- cientfficos, como el doctor Jay Giedd, y los institutos nacionales de salud han descubierto que el cerebro del adolescente sufre una remo- delacién masiva en su estructura bésica en aéreas que afectan desde la légica hasta el lenguaje, desde los impulsos hasta la intuicién, se- gtin The Primal Teen, [El adolescente primario) Barbara Strauch, p4- gina 13. Ahora sabemos que el cerebro continua cambiando y que no est4 completamente formado hasta los veinticinco afios (mi esposa bromea en cuanto a que este proceso puede tomar veinte afios mas en lamayoria de los hombres). El punto es que Dios no ha terminado con lamente de los adolescentes. Todo eso sin contar con el gran sufrimiento por el que pasan los 9 chicos de entre doce y veinte afios por la desesperanza que les pro- voca el sentirse inferiores a los demas. Este es un sentimiento es- pantoso que a nadie le gusta: el complejo de creer que uno no es tan bueno como los demés, de considerarse un perdedor, de sentir que uno es feo, lento, o carente de habilidades. Se trata de ese depresi- ‘vo sentimiento de falta de dignidad. Los varones a menudo sacan a relucir su condicién fisica con respecto a otros menos desarrollados, demostréndoles su poder de muchas maneras. Por lo general este tipo de chicos carece de habilidades verbales, y cree en una versién dis- torsionada del modelo de vida que sostiene que las acciones hablan mas fuerte que las palabras. Comprender los cambios emocionales y fisicos por los que atraviesan los adolescentes ayuda a entender su comportamiento y sus cambios tan drasticos de humor. Como han cambiado las cosas ‘Tal como lo he sefialado, no creo que los chicos de hoy sean tan diferentes de los de nuestra generacin. Desde los principios de la ci- vilizacién, los jovencitos han tenido las mismas necesidades: sentirse amadbs, deseados, seguros, protegidos, cuidados. Los desafios que les presenta la adolescencia, los cambios en su cuerpo y en sus funciones cerebrales, la montafia rusa de sus emociones, el profundo deseo de encajar en su grupo, no son exclusivos de esta generacién de jévenes. Por otro lado, yo creo que el mundo en el que los chicos estan cre- ciendo es completamente diferente del que enfrentaron las genera- ciones previas. Uno de los mas grandes cambios es el modo en el que Ja violencia y la amenaza de violencia determinan la vida de muchos de los adolescentes de hoy. Una chica de tercer grado en el estado de Nueva Orleans, en los Estado Unidos, tomé una Magnum 357 y la Ilevé a su escuela para pro- tegerse de un chico que constantemente la molestaba. Michael, el hijo de diecisiete afios de Margaret Ensley, recibié una bala en el corredor de su escuela en California (su madre dice que el chico que le dispa- 16 pensé que Michael lo miraba de un modo burlén). En las calles de muchas ciudades las chicas llevan consigo pequefias armas en sus bolsos o navajas en sus bolsillos para usarlas como defensa personal si resultan victimas de un intento de violacién. Los responsables de | 20 hacer cumplir la ley y los oficiales de salud piiblica describen de esta manera la epidemia de violencia juvenil de los tiltimos aftos: «Estamos hablando de chicos cada vez mds jévenes que cometen crimenes cada vez és serios», sefiala el abogado de Indiandpolis Jeff Modsett. «La violen- cia se ha convertido en un estilo de vida», Entre los afios 1987 y 1994 el ntimero de adolescentes arrestados porasesinato en paises como Estados Unidos se incrementé en un 85%, de acuerdo con el Departamento de Justicia. La buena noticia es queen el aiio 2003 el porcentaje bajé de nivel. Sin embargo, los chicos de dieza diecisiete afios ahora son responsables del 17% de los casos de violencia que acaban en arresto. Los adolescentes no solo son los que perpetran estos crimenes, ademas resultan las victimas. Una encuesta llevada a cabo en el 2005 por Uhlich Children’s Advantage Network (UCAN), una agencia orientada hacia los nifios en riesgo y sus familias, ubicada en Chicago, concluyé que el 39% de los adolescentes tienen miedo de recibir un disparo en algiin momento de sus vidas. La National Edu- cation Association estima que unos cien mil estudiantes portan armas dentro de las escuelas. El Departamento de Justicia sostiene que cada afio cerca de un millén de jévenes de entre doce y diecinueve afios son violados, golpeados, o asaltados, generalmente por sus pares. John Taylor Gatto, declarado el Maestro del arto en la ciudad de New York en 1991, hizo este triste comentario acerca del mundo juvenil en el que intentaba introducirse: «Poco a poco me he ido dando cuenta de que M2 lo que yo ensefio es esto: Un curriculum de confusién, posicionamiento en la clase, Justicia arbitraria, vulgaridades, rudeza y una falta de respeto por la privacidad. Ensefiocémo encajar en un mundo en el que no quiero vivir». La era de la informacion Hace mucho tiempo, los jévenes aprendicrona vivir teniendoalos adultos como mentores. Puedo recordar historias de mi tatarabuelo en Inglaterra, que a la edad de catorce afios se fue a vivircon un tutor y su familia hasta cumplir los veintiuno. Durante esos afios aprendié eloficio de la carpinteria. ¥ esa era la tinica manera de aprenderlo. Los cambios debidos a la tecnologia han transformado drastica- mente la forma en que la informacién pasa de una generacién a otra. Esto comenzé con el descubrimiento y popularizacién de la impren- ta, lo que convirtié al libro y a la pagina impresa en la principal fuente de transferencia de conocimientos. Con la aparicién de la televisi6n, la tecnologia de la informacién sufrié més transformaciones aun, cuando la imagen televisada se convirtié en algo disponible para las masas y cambié los valores y el estilo de vida de los adolescentes alrededor del mundo. Los comer- ciales de televisién les ensefian a los chicos que los bienes materiales hacen que la vida valga la pena y que cada problema se puede resolver en treinta segundos. Ademés, la televisidn no siempre transmite un cuadro adecuado de la vida, en especial de los adultos, a los que pre- senta como idiotas que no tienen idea de cémo funciona el mundo. Como botén de muestra de la paternidad en las familias de la TV solo tenemos que mirar programas como Dos hombres y medio, Los Simpson © Matrimonio con hijos. Las computadoras personales e Internet han causado un cambio aun més radical en la forma de transmisién del conocimiento. Los adolescentes adquieren habilidades para operar la computadora con una facilidad increfble, lo que a muchos adultos les resulta bastante més complicado, En su libro Growing Up Digital [Crecer en la era digi- tal], el autor pregunta: {Qué es lo que hace que esta generacién sea diferente de otras ge- neraciones anteriores? Es la primera que esta creciendo rodeada 20H de los medios masivos digitales. Los chicos de hoy se han metide tanto en el mundo de ta computacién, los clics e Internet que creen que todo es parte de la naturaleza misma, Para ellos, la tecnolo- gia digital no resulta mas intimidante que una cafetera. Por primera vez en la historia, los nifios se sienten mas cémodos y tienen mas conocimientos e informacién que sus propios padres acerca de la sociedad, sus innovaciones y su tecnologia, Cuando los fundamentos empiezan a flaquear Para la juventud de hoy en dia no existen absolutos. Los adoles- centes son bombardeados por la idea de que nada es bueno ni malo. Eso genera confusién tras confusién, como si nada en la vida tuviera fundamento para ellos, La desaparicién del matrimonio como una institucién estable, se- gura y confiable, ha causado muchos cambios en las familias. Cientos de padres entran en la crisis de la mediana edad. Estn tan absortos en sus propios problemas (divorcios, trabajo, metas no alcanzadas) que no pueden proteger, guiar o apoyar a sus adolescentes. Las familias ademés son mas pequefias, y se trasladan de un lugar a otro (el 20 por ciento de los habitantes del pais se muda una vez al afio). Los chicos de las familias mas chicas tienden a ser mds egocén- tricos porque los padres no son capaces de satisfacer las necesidades individuales de sus hijos. Los chicos que crecen en familias en las que existe abuso infantil, maltrato, abuso entre los esposos y una historial de comportamiento violento, aprenden a una edad temprana a atacar fisicamente cuando se sienten desilusionados o frustrados. Para colmo de males, la po- breza exacerba la situacién. Aquellos padres que no han acabado la secundaria, que no tienen empleo o que estan en el programa de asis- tencia social, y que armaron su familia siendoadolescentes ellos mis- mos, tienen ms posibilidades de que sus hijos adolescentes entren enladelincuencia. Miles de chicos se sienten como si estuvieran constantementeden- trode una olla presién. ¥ a pesar de que la mayorfa de los adolescentes parece manejar la presién adecuadamente, resulta imprescindible que Jos Ifderes juveniles conozcan las causas del estrés y descubran cémo Te) ayudar a sus jovencitos a trabajarlas. El estrés de los adolescentes es muy parecido al que enfrentamos los adultos. Los chicos se preocupan por la escuela o por sus problemas de relacién con sus novios de la misma manera en que los adultos nos preocupamos por el trabajo 0 por las situaciones maritales. Ademas de todo eso, los chicos tienen que sobrellevar las separaciones de sus padres dentro de la propia fa- milia. Cierto periédico de gran renombre en los Estado Unidos realiz6 un estudio psicolégico acerca del crecimiento de los adolescentes y los nifios. El estudio sefialaba lo siguiente: «En los iltimos quince aftos, 15.6 millones de matrimonios han acabado en divorcio, destruyendo la vida de 16.3 millones de nifios de menos de dieciocho afios». El doctor Howard Hendricks, en su libro Heaven Help the Home [Cielo ayuda mi hogar], lo explica de esta manera: Estamos viviendo en una generacién en la que todo el fundamento que hemos puesto se esta aflojando. Las cosas que la gente alguna vez dijo que no pasarian jamés, estan sucediendo. El pensamiento que surge de la mente de los adultos es: «iA donde esta el adhesivo para volver @ ensamblar las partes desintegradas?» Dénde encajas ta? Estoy convencido de que los lideres juveniles pueden prover algo de ese «adhesivo» que hace falta en la vida de muchos j6venes de hoy en dia. Pero eso no va a suceder si nuestros grupos juveniles enfren- tan situaciones de desintegracién y desorden en sus propias vidas. Si queremos crear una base sobre la que nuestros adolescentes puedan crecer en madurez cristiana, creo que seria util empezar por considerar nuestras propias actitudes hacia la disciplina. De las siguientes actitudes con respecto a la disciplina, scudles te resultan mAs familiares? + Bernardo el permisivo: El acepta absolutamente todo y no les hace demandas a los chicos. Su filosofia es que los adolescentes son bé- sicamente buenos, y se rehuisaa ser negativo con ellos. A élle gusta que los chicos encuentren su propio camino y cree que su rol como Iider no es el de controlar o corregir sino el de apoyar y animar. 2% I) Betty la benévola: Betty demuestra un profundo respeto por la sensibilidad de cada individuo de su grupo. Ella cree que la dis: ciplina no es para ella sino para el bien de los estudiantes. Prefie: re resultados a largo plazo més que soluciones temporales, y est constantemente alerta ante su propia debilidad y pecaminosidad. Roberto el autoritario: El creé que debe tener Ia diltima palabra en todas las disputas, Su autoridad no puede ser cuestionada, Les demanda cosas poco realistas a los chicos, no hace excepciones y no permite absolutamente nada. Siente que su deber es contro: lar y no tiene problema en utilizar el sarcasmo y el desprecio. Ve el temor y la intimidacién como una buena forma para alcanzar buenos resultados en la disciplina. Marca con una cruz el punto en el que crees que te encuentras en este momento: Permisivo benevolente autoritario ERED QUE 108 ME Eth an LAMAN NMI "Fo SALVE ANALOANZAPDS SAN MART 25 Por su puesto que Betty la benévola parece la persona que maneja Ja disciplina en forma mds equilibrada y acorde con la conducta cris- tiana (asi que tal vez nos veamos tentados a suponer que somos como ella). Pero si somos sinceros, la mayorfa de nosotros admitird que se acerca mas a los otros dos extremos. Incluso a veces brincamos de un punto al otro. Piensa en qué lugar te gustaria estar en esta escala que acabamos de marcar. Las buena noticia es que ti eres capaz de desarrollar un eficiente estilo de disciplina que se convierta en una herramienta im- portante en el ministerio (un elemento que no solo te ayude a traba- jar con los chicos y preocuparte por ellos, sino también a mantenerte alejado de las frustraciones o deseos de renunciar). La capacidad de desarrollar ese estilo de disciplina eficiente es exactamente de lo que se trata este libro. Aca buscaremos soluciones para prevenir problemas de discipli- na, oal menos detenerlos antes de que entren en una escalada. Pensa- remos juntos a dénde queremos que nuestros chicos lleguen cuando ya no se encuentren bajo nuestro cuidado, y en cémo conducirlos hasta alli. Descubriremos algunas formas de mantener a los adoles- centes de nuestro lado aun cuando los disciplinemos. Ademas con- sideraremos métodos especificos con los que controlar a los chicos dificiles y enfrentaremos los problemas del dia a dia que surgen en el liderazgo juvenil. Inclusive consideraremos los desafios que implica trabajar con chicos de alto riesgo. Mi esperanza es que este libro te haga sentir mejor preparado, que te dé confianza y més amor por los chicos que Dios ha puesto bajo tu cuidado. Preguntas a responder: 1. Piensa en los problemas de disciplina que prevalecieron en tu adolescencia y compéralos o contrastalos con los problemas de disciplina que deben enfrentar los maestros y lideres de jévenes hoy en dia. 2. Qué tipo de problemas de disciplina enfrentas en tu ciudad, escuela o iglesia? 1 26 II 3. gQué estrategia utilizas en las tres Areas mencionadas para contrarrestar los problemas de conducta? 4: eQué sientes cuando lees acerca de las declaraciones de quien fuera declarado el maestro del afio de la ciudad de New York? dEstés de acuerdo con él? ¢Por qué? 5. 4Qué tipo de chicos encuentras mas dificiles de amar? (lee la siguiente lista y marca con un circulo tres o cuatro tipos de chicos que personalmente encuentres dificiles de amar). Los hijos det pastor Los que lo cuestionan todo Los chicos de entre 12y 13 afos Las chicas de entre 12y 13 afios Los de estado de nimo variable Los atletas Alos que les encanta las matematicas y los numeros Los géticos Los poco atractivos Los timidos Los nerds (tragas) Los artistas Las porristas Los nuevos Mis propios chicos Los de aéreas rurales Los citadinos Los de escuelas cristianas Los malcriados Los ruidosos Los heridos Los sabelotodo Los que andan siempre juntos Los adinerados Los atractivos Los que huelen mal Los modernos Weeds Los punk Los de 14 15 aos Los que se quejan por todo Los que no escuchan Los chismosos Los matones Los payasos de la clase Los que hablan sin cesar Los nerds en Biblia Los compumaniacos Los de 16y 17 anos Los de 18y 19 afios. Nos agradaria recibir noticias suyas. Por favor, envie sus comentarios sobre este libro a la direccién que aparece a continuacién. Muchas gracias. = a Editor Vida@zondervan.com www.editorialvida.com Este documento es una muestra gratuita Para adquirir una copia completa de este libro, pulse aqui

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