284 PAL IOs TRING
Respvusta, Segin hemos dicho, Dios con un solo y simplicisimo acto
lo entiende todo, y de la misma manera lo ama todo. Por consiguiente, en
El no es posible que de un verbo proceda otro verbo y de un amor otro
amor. Un solo verbo perfecto hay en El y un solo amor perfecto, y en esto
‘se maniliesta su perfecta fecundidad (ad 3)
sea, que el Verbo agota de manera total y exhaustiva la in-
finita potencia intelectual de Dios, y el Espiritu Santo la infinita
potencia amorosa del Padre y del Hijo. Por eso es imposible que
el Verbo produzca otto Verbo, o el Espiritu Santo otro Espiritu
Santo.
Capituto 2
LAS RELACIONES DIVINAS
Abordamos ahora una de las cuestiones del tratado de Dios
trino mas dificiles de dar a entender a los no acostumbrados a las
altas especulaciones filoséficas. Haremos, sin embargo, un esfuerz0
de claridad y de sintesis.
Empecemos con unas nociones previas.
268. 1. Concepto de relacién. En las cosas existentes po-
demos distinguir dos categorias de seres: absolutos y_relativos.
Absolutos son aquellos que tienen el ser en orden a si mismos, como
las substancias de las cosas; relatives son aquellos que tienen el ser
en orden a otro, como la paternidad de un padre con relacién a su
hijo. La paternidad—en efecto—nada es desvinculada de la rela-
cién al hijo: sin el hijo, no existe ni puede existir.
Segtin esto, la telacién, en general, puede definirse: El orden
que una cosa dice con respecto a otra.
269, 2. Sus elementos. Tres son los elementos que incluye
necesariamente toda relacién: sujeto, término y fundamento de la
misma. En la relacién de paternidad el sujeto es el padve; el térmi-
no, el hijo, y el fundamento de la relacién, la genevacién, en virtud
dela cual el sujeto es padre y el término hijo,
EI sujeto y el término se Haman extremos de la relacién, y el
fundamento recibe el nombre de medio. Toda la raz6n de los extre-
mos en cuanto tales consiste en su relacién u ordenacién al otro
extremo (en el esse ad aliud de los escolisticos).
270. 3, Clases. Aunque hay muchas clases de relacioner,
aqui nos interesa destacar principalmente las siguientes
a) RetactOw reat. es el orden de una cosa a otra causado por
a misma naturaleza de las cosas, independientemente de cualquier
operacién de nuestro entendimiento. Por ejemalo, existe una rela~
cién real entre el padre y su hijo aun antes de que nosotros la rala-
cionemos con nuestra mente 0 nos demos cuenta de ella.
b) ReLactOn De RAz6N—Ilamada también légica—es el orden
que el entendimiento establece entre dos cosas sin que estén rela-
82.2. 1AS RELACIONES DIVINAS 285
cionadas por si mismas o por la propia naturaleza de las cosas. Por
ejemplo, la relacién que establecemos entre el ramo colocado a la
puerta de una tienda con el vino que en ella se vende.
c) Retactéw saxra es aquella en la que uno de los dos extre-
mos se ordena 0 refiere al otro por su propia naturaleza, 0 sea, in-
dependientemente de cualquier consideracién de nuestro entendi-
miento; pero este otto extremo no dice orden al primero sino en
virtud de la consideracién de nuestro entendimiento. Tal es, por
ejemplo, la relacién que existe entre Dios y las cosas creadas, que
es real por parte de la criaturas, que fueron creadas por Dios y de-
penden realmente de El; pero es solo de razén por parte de Dios
creador, pues la creacién de las cosas no establecié en Dios el mas
minimo cambio o inmutacién. Dios creador es un ser absoluto, no
un ser relativo ordenado a las criaturas 1,
d) Retactéx swrea y No MUTUA. Cuando la relacion es real
por parte de los dos extremos—como la del padre con respecto al
hijo—se llama mutua, y los extremos se dicen correlativos. Cuando
8 real sélo por uno de los dos extremos—o sea, en las relaciones
mixtas, como la de las criaturas a Dios—recibe el nombre de no
rmutua.
Para que la relacién sea mutua se requieren tres cosas:
1.8 Que el sujeto y el término sean seres reales
2% Que el sujeto y el término se distingan realmente entre sf
3% Que el fundamento de la relacién sea también real
4. Doctrina catdlica. ‘Teniendo en cuenta estas nociones
vamos a establecer la doctrina catélica sobre las relaciones inter-
nas en Dios.
Conclusion en en Dios relaciones reales internas, 0 sea,
‘entre las divinas personas. (Cierta semi la fe.)
271. He aguf las pruebas:
a). La Sacrapa Escrrrura. La doctrina de las relaciones di-
vinas intratrinitarias esta implicitamente contenida en los nombres
personales de Padre, Hijo y Espiritu Santo. Porque el Padre lo es
por su paternidad y el Flijo por su filiacién; por consiguiente, si la
paternidad y la filiacién no fueran reales en Dios, se seguirla que
Dios no serla realmente Padre o Hijo, sino tnicamente sexin la
consideracién de nuestra mente, lo que constituye la herejia sabelia-
na. Luego para evitar esta herejia hay que confesar que la paterni-
dad y la filiacién son en Dios relaciones reales. Y lo mismo hay que
decir, como veremos, de la espiracién del Espiritu Santo.
b) Los Santos Papres. La doctrina cientifica de las relacio-
nes divinas internas fue elaborindose poco a poco por los Santos
Padres de los siglos rv y v; en la Iglesia oriental, por los capadocios
(Gan Basilio, Sn Gregorio Nacianceno y San Gregorio Niseno) y
Vc taba ada286 Pat, D108 TAINO
por San Cirilo de Alejandrla, y en la Iglesia occidental, principal-
mente por San Agustin. Hay textos abundantes.
o) Ex sactstento pe ta Iotesta, La Iglesia ha enseftado
oficialmente la doctrina de las relaciones en distintas ocasiones.
He aqui algunas declaraciones:
StumoLo pet XI sftopo ve Touene. «Ea los nombres de relacidn de las
personas, el Padre se refiere al Hijo,el Hijo, al Padre, el Espfritu Santo a
tuno y otto; y diciéndose por relacién tres personas, s¢ cree, sin embargo,
una sola naturaleza o sustancia... Porque lo que el Padre es, no lo es con
relacién a s{, sino al Hijo: y lo que el Hijo es, no Io es con relacién a sf,
sino al Padre; y de modo semejante, el Esplrita Santo, no a sf mismo, sino
al Padre y al Hijo se refiere en su telacién en que se predica Esptritu del
Padre y del Hijor (D 278).
Concitio FioxeNrino. ¢Estas tres personas son un solo Dios, y no
tres dioses; porque las tres tienen una sola sustancia, una sola exenci
tuna sola naturaleza, una sola divinidad, una sola inmensidad, una eterni-
dad, y todo es uno donde no obsta la opasicién de relacién» (D 703).
d) La raz6n TEoLdatca. Escuchemos al Doctor Angélico 2:
*Cuando algo procede de un principio de su misma naturaleza, es nece-
sario que ambos—el que procede y el principio de donde procede~con-
‘vengan en e] mismo orden, y, por tanto, es indispensable que tengan entre
si relaciones reales. Por consiguiente, como las procesiones en Dios existen
fen identidad de naturaleza, sein hemos visto, es necesario que las rela~
ciones que se siguen de estas procesiones sean relaciones reales.
Hay que tener muy en cuenta que las relaciones existentes en
Dios son predicamentales, es decir, verdaderas relaciones cuyo set
consiste, todo él, en la referencia a otro. En las criaturas estas rela~
ciones son algo accidental, o sea, algo puramente telativo que no
tiene existencia en s{ mismo, sino por razén del sujeto, en cuanto
accidente del mismo. Pero en Dios, en el que no cabe accidente
alguno, la relacién predicamental es substancial y subsistente. Por
eso, al atribuir a Dios relaciones.predicamentales, es necesario
considerarlas previamente despojadas de toda la composicién y
materialidad que tienen en las criaturas, no quedandonos mas que
con la forma pura de relacién, proyectada en la eminencia del ser
divino. En consecuencia, la relacién en Dios se identifica con su
esencia, y existe no con’una existencia propia y distinta de la de
ésta, sino con la misma existencia de la esencia divina 3. Vamos
a precisarlo en una nueva conclusién.
Conclusién
‘realmente con la esen¢
‘con distineién de razén,
Las relaciones divinas intratrinitarias se identifican
fa divina, distinguiéndose de ella tan sélo
272. La primera parte (identidad real) es de Je; la segunda
(distincion de razén) es teologicamente cierta.
3.
P Como, Le, p8485.
BL
3G
2 C2. LAS RELACIONES DIvaNAs 287
‘He aquf las pruebas:
a) Ex mactsrento pe ta Ierssta. Ha declarado expresamen-
te, repetidas veces, la identidad real entre la divina esencia y las
relaciones:
Coxcrio pe Rens.