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VIGILIA DE PENTECOSTÉS

El encuentro comienza afuera de la iglesia (o del salón) preparado para la Vigilia.


Cuando todos se han saludado, etc. se los invita a pasar en perfecto silencio.
No se les explica lo que se va a hacer.
Se acomodan en el piso y, se pide silencio profundo.
En el medio está preparada la madera para un fogón pero tapado con una manta oscura.

BLOQUE I: “LA ESPERA”

Para este momento el templo deberá estar completamente a oscuras.

1. Iniciamos el bloque con la lectura de las Promesas de la venida del Espíritu, será
importante leer pausadamente; los comentarios, que están tomados de la encíclica
Dominum et Vivificantem de Juan Pablo II, deben ser leídos por otro lector:

- Jn 14, 16-17 y 26; 16, 12-15

Dijo Jesús en la Última Cena: 16 Yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que
esté siempre con ustedes:
17 el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no
lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con
ustedes y estará en ustedes.

El Espíritu Santo será el consolador de los apóstoles y de la Iglesia, siempre presente en medio
de ellos –aunque invisible- como maestro de la misma buena nueva que Cristo anunció.

26 El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi


Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.

Las palabras “enseñará y recordará” significan no sólo que el Espíritu seguirá inspirando la
predicación del evangelio, sino que también ayudará a comprender el justo significado del
contenido del mensaje de Cristo en medio de las condiciones y circunstancias que cambian.

12 Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden
comprender ahora.
13 Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la
verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les
anunciará lo que irá sucediendo.
14 El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a
ustedes.
15 Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: «Recibirá de lo mío
y se lo anunciará a ustedes».

Lo que Jesús dice a los apóstoles “ustedes no pueden comprender ahora” está relacionado con la
humillación de Cristo por medio de la pasión y muerte de cruz. Sin embargo “los intruducirá en
toda la verdad” se refiere, además del escándalo de la cruz, a todo lo que Cristo hizo y enseñó.
Entre el Espíritu Santo y Jesús existe una relación íntima. La autorrevelación de Dios sigue
manifestándose en la Iglesia mediante el Espíritu de la verdad. Jesús, para explicar la palabra
“recibirá de lo mío” añade “todo lo que tiene el Padre es mío”, poniendo en evidencia la unidad
de Dios.

Breve silencio

Se canta la antífona: Ven a nosotros

- Jn 16,5-7; 20, 19-22

5 Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: «¿A


dónde vas?».
6 Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido.
7 Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si
no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se lo enviaré.

La partida de Cristo a través de la cruz tiene la fuerza de la redención. A costa de la cruz


redentora y por la fuerza de todo el misterio pascual de Jesuscristo viene el Espíritu.

19 Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando


cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor
a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz
esté con ustedes!».
20 Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos
se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.
21 Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me
envió a mí, yo también los envío a ustedes»
22 Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu
Santo.

Cristo, que había entregado el espíritu en la cruz, una vez resucitado va donde los apóstoles
para soplar sobre ellos; como si preparara una nueva creación, trae el Espíritu Santo a los
apóstoles. Después del pecado original no hay envío del Espíritu Santo sin la cruz y la
resurrección.

Breve silencio

Se canta la antífona

- Jn 16, 8-11

8 Y cuando el Paráclito venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la
justicia y cuál es el juicio.
9 El pecado está en no haber creído en mí.
10 La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán.
11 Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado.

El día de Pentecostés encontraron su más exacta confirmación los anuncios de Cristo en el


discurso de despedida, y, en particular el anuncio de que el Paráclito convencerá al mundo en
lo referente al pecado. Pedro se presenta y habla. Proclama lo que ciertamente no habría tenido
el valor de decir anteriormente: “Israelitas, escuchen: A Jesús de Nazaret, que había sido
entregado conforme al plan de Dios, ustedes lo hicieron morir, clavándolo en la cruz. Pero
Dios lo resucitó”. Jesús había prometido: “Él dará testimonio de mí, pero también ustedes
darán testimonio”. En el discurso de Pedro, el Espíritu de la verdad por boca de Pedro
convence al mundo respecto del pecado que supone el rechazo de Cristo hasta la condena a
muerte. Pero es un convencimiento que no tiene como finalidad la mera acusación. Cuando los
oresentes preguntan a Pedro “¿Qué hemos de hacer?”, el responde “conviértanse y háganse
bautizar para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo.
Así, convencer en lo referente al pecado llega a ser a la vez un convencer sobre la remisión de
los pecados.

Breve silencio

Se canta el Veni Creator

2. Oración de los fieles: Dirijamos al Espíritu Santo, Señor y dador de vida y pidámosle
con confianza nuestras necesidades. A cada intención respondemos cantando “Espíritu
Santo, ven a nosotros, ven a nosotros”

- Ven Espíritu Santo y danos un corazón nuevo, siempre joven y alegre.

- Ven Espíritu Santo y danos un corazón puro, que solo conozca el mal para
denunciarlo y combatirlo.

- Ven Espíritu Santo y danos un corazón inocente, siempre pronto al entusiasmo y a la


emoción.

- Ven Espíritu Santo y danos un corazón sencillo, abierto a tu silenciosa y potente


palabra inspiradora.

- Ven Espíritu Santo y danos un corazón grande para amar a todos, para servir a
todos, para sufrir por todos.

- Ven Espíritu Santo y danos un corazón fuerte, capaz de superar cualquier tentación,
dificultad, aburrimiento, cansancio u ofensa.

- Ven Espíritu Santo y danos un corazón alegre, feliz solamente de palpitar con el
corazón de Cristo y de cumplir con humildad, fidelidad y valentía a la Voluntad
Divina.

Espíritu Santo que penetras nuestros corazones y conoces nuestras necesidades,


concédenos reflejar mas vivamente la imagen de Cristo que es nuestra vida.
BLOQUE II: “LA LLEGADA”

Para este momento les proponemos representar Hechos 2, 1-4, sin leer el texto.
Un coordinador explica cómo era el cenáculo (piso de piedra, paredes blanqueadas, el
lugar de la última cena, etc.). Cuenta que los apóstoles se reunían allí para esperar la
promesa de Jesús; solamente por esa promesa se quedaron en Jerusalén después de la
Ascención. Esperaban sin tener muy claro qué esperar, y rezaban.
Mientras el coordinador explica, 12 actores entran en silencio y se sientan alrededor del
“fogón”. Si bien están vestidos con túnicas blancas o de colores, están cubiertos con
mantos oscuros que hace difícil que los vean. En el movimiento de ingreso, destapan el
fogón.
Cuando el coordinador termina el relato, se escucha una grabación de viento que crece
acompañado de truenos y ruido de relámpagos; algunos tambores acompañan haciendo
un ritmo básico; se enciende el fuego y de allí ir encendiendo las velas, que se pasan a
todos los chicos hasta iluminar todo el lugar. Los apóstoles se paran y se sacan los
mantos y empiezan a saludarse con el saludo de la paz. El saludo se desparrama entre
los asistentes que se van parando también. La grabación termina con sonidos de aguas
que corren.
Se canta “El Espíritu es como el viento” con guitarras y algún instrumento de viento,
con mucha calidez.

Se enciende la luz y se les explica que luego de un recreo se va a reflexionar sobre lo


que se hizo.

Recreo
Los chicos salen un poco al atrio para cambiar de aire mientras se limpia el templo.
Se sirve un café.

BLOQUE III: “EL DON”


Durante todo este bloque y hasta la misa, si fuera posible, se ofrece a los chicos
reconciliarse sacramentalmente.

1. Reunión en grupos:
Objetivo: Descubrir la presencia y acción concreta del Espíritu Santo en tres momentos
fundamentales de la Historia de la salvación.
Dinámica:
Los chicos deberán separarse en tres grupos (o seis o nueve, etc.) y cada uno leerá un
pasaje del evangelio
Grupo 1: Evangelio según san Lucas 1, 26-38

El Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una
virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David,
llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor
está contigo.»
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar
ese saludo.
Pero el Angel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y
darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo
del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa
de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin.»
María dijo al Angel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún
hombre?»
El Angel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era
considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible
para Dios.»
María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has
dicho.» Y el Angel se alejó.
(En este pasaje, la idea es que los chicos descubran como el ES actúa en forma concreta
y visible en María, que queda embarazada. Jesús comienza a habitar en ella por medio
del Espíritu Santo La salvación de la humanidad comienza gracias a la acción del ES. El
Espíritu Santo es quien “trae” a Jesús a nuestro mundo, a nuestra vida y a nuestro
corazón).

Grupo 2: Evangelio según San Lucas 3, 21-22; 4, 1-2; 14-19


Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba
orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal,
como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en
quien tengo puesta toda mi predilección». Cuando comenzó su ministerio, Jesús tenía
unos treinta años.
Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el
Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días.

Jesús volvió a Galilea con el poder el Espíritu y su fama se extendió en toda la región.
Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la
sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y,
abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me
envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y
la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del
Señor".

(En este pasaje vemos cómo Jesús inagura su ministerio público movido por y lleno del
Espíritu Santo. La presencia del Espíritu Santo nos permite descubrir en Jesús al Hijo
de Dios y nos impulsa a escucharlo y comprender su mensaje. También el Espíritu
Santo nos hace posible descubrir el plan de Dios para nuestra vida, nos ayuda a asumir
nuestra vocación y nos protege de las tentaciones de abandonarla.)

Grupo 3: Hechos de los apóstoles 1, 4-8:


En una ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se alejaran
de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre: «La promesa, les dijo, que yo les he
anunciado. Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu
Santo, dentro de pocos días».
Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis
testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra».
Dicho esto, los Apóstoles lo vieron elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos.

(En este pasaje donde Jesús se despide de sus aóstoles y los envía a proclamar el reino
vemos que el Señor no nos abandona sino que nos deja el Espíritu Santo como aliento y
fuerza para anunciar la Buena Noticia. También el Espíritu Santo nos ayuda a descubrir
las mejores maneras de comunicar lo que hemos visto y conocido de Jesús, entendiendo
las preguntas e inquietudes de quien tenemos delante. Vamos a tener perseverancia para
superar la indiferencia y la incomprensión de la gente.)

Después de leer cada texto todos los grupos trabajarán las siguientes preguntas:
- ¿Qué es para ustedes el Espíritu Santo?
- ¿Cómo actúa?
- ¿Cómo lo reconocemos?

BLOQUE IV : “EL ENVÍO”

Objetivo: Descubrir que el Espíritu nos impulsa a compartir todo lo vivido

1. Dramatización

Pedro llega a Roma y va a visitar a Pablo en la cárcel. Los dos se confiesan mutuamente
sus miedos sobre si el imperio romano puede entender el mensaje cristiano. Pedro
recuerda cómo el Espíritu Santo, luego de Pentecostés, les permitió comunicarse con
gente de todo el mundo. Y no sólo en lo linguístico sino de corazón a corazón. Y sin anular
las identidades de cada uno. Reconfortados con este recuerdo, Pedro y Pablo se
emocionan imaginando cuando todo el mundo sea cristiano.

Para este momento pueden ambientar el lugar como una celda de la carcel, incluso
Pablo puede estar vestido de preso (traje a rayas negro y blanco)
Para armar los distintos diálogos les recomendamos tener en cuenta: Hech. 2,1-38;
9, 1-18; 10, 24-45; 13, 44-52

2. Reflexión grupal Cada uno, en ronda, responde a las preguntas:

¿Qué espero del Espíritu Santo? ¿Qué ayuda puede darme? ¿Qué necesito del Espíritu
Santo?

Según lo compartido, escriben una (o 2, según la cantidad de grupos) oración de los


fieles para ser leídas en la misa.
3. Misa de la Vigilia Se canta la Secuencia antes de la proclamación del Evangelio;
Las oraciones de los fieles son leídas por representantes de los grupos; al terminar
se reparten tarjetitas con forma de palomas con los 7 dones escritos en ellas.

Guión de la misa de la Vigilia

ENTRADA
G: Reunidos para celebrar la venida del Espíritu Santo, iniciemos esta Misa, cantando “Hoy tu
Espíritu Señor”
Nos ponemos de pie.
AMBIENTACIÓN (Luego del saludo del celebrante)
G: Hoy, solemnidad de Pentecostés, celebramos la culminación de la Pascua. El Señor Jesús
nos envía desde el Padre el don de su Espíritu. El Espíritu Santo que los profetas anuncia-
ron y Cristo nos prometió. El Espíritu Santo que dio a la Iglesia naciente su primer impulso
y constantemente actúa en ella. El Espíritu Santo que nos da el convencimiento de la fe y
nos congrega en la unidad; que llena el universo con su presencia y promueve la verdad, la
bondad y la belleza; que alienta en la humanidad la esperanza de una tierra nueva.
RITO PENITENCIAL
Cel: Dispongamos nuestro corazón para recibir la gracia del Espíritu, reconociendo nuestros
pecados y acudiendo a la misericordia del Padre, que nos reconcilia con la sangre de su
Hijo.

Porque necesitamos que tu Espíritu nos convierta, te pedimos:


Señor, ten piedad.

Porque necesitamos que tu Espíritu nos purifique, te pedimos:


Cristo, ten piedad.

Porque necesitamos que tu Espíritu nos renueve, te pedimos:


Señor, ten piedad.

LITURGIA DE LA PALABRA
G: 1º lectura: El relato de la torre de Babel nos enfrenta con las consecuencias de la
soberbia en el corazón del hombre.

Sal. Responsorial: Señor envía Tu Espíritu y renueva la superficie de la tierra.

2º lectura: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad.

Secuencia (cantada)

Evangelio: Cristo nos comunica al Espíritu Santo para que alcancemos la plenitud.

ORACIÓN DE LOS FIELES


Cel: Oremos a Dios Padre que por la muerte y la resurrección de Cristo nos ha dado el
Espíritu Santo.

G: A cada intención respondemos: Renuévanos con la fuerza de Tu Espíritu.

Cel: Señor, Dios Nuestro, en Ti confiamos: Atiende nuestras súplicas. PJNS.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS


G: Permanecemos de pie. Comienza, ahora el rito de la presentación de ofrendas. Con ellas,
presentamos a Dios toda nuestra vida; nuestros anhelos y nuestros sufrimientos.
Cantamos: ...

COMUNIÓN (Inmediatamente después del Señor, no soy digno)


G: Abramos nuestro corazón a la voz del Espíritu que actúa en nosotros. Él nos mueve a
recibir al Señor en la Comunión. Nos acercamos a comulgar cantando: “Envíanos, Padre”

SALIDA
G: Nos despedimos cantando: “El Dios de la Vida”

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