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Lucio Cornelio Cinna

suegro de Julio César y cuatro veces


cónsul del Estado romano

Lucio Cornelio Cinna (en latín, Lucius


Cornelius Cinna;[1] ​c. 130 a. C. - Ancona,
84 a. C.) fue un destacado político romano
del siglo I a. C. Aunque de familia patricia,
perteneció a la facción de los populares,
siendo aliado de Cayo Mario y enemigo de
Lucio Cornelio Sila. Pretor en la guerra
Social, tras la marcha de Sila sobre Roma
dio un cruento golpe de Estado junto con
Mario, y tras la muerte de este se convirtió
en líder de los populares. Desempeñó el
consulado cuatro veces consecutivas,
desde 87 a 84 a. C., en lo que las fuentes
clásicas consideraron una tiranía. Murió
como consecuencia de un motín militar
cuando preparaba una expedición para
acabar con Sila.
Lucio Cornelio Cinna

Cónsul de la República romana


87 a. C.-87 a. C.
Junto con Cneo Octavio
Predecesor Lucio Cornelio Sila
Quinto Pompeyo
Rufo
Sucesor Cneo Octavio
Lucio Cornelio
Mérula (cónsul
sufecto)

86 a. C.-86 a. C.
Junto con Cayo Mario
Lucio Valerio Flaco
(cónsul sufecto)
Predecesor Cneo Octavio
Lucio Cornelio
Mérula (cónsul
sufecto)
Sucesor Lucio Cornelio Cinna
Cneo Papirio Carbón

85 a. C.-85 a. C.
Junto con Cneo Papirio Carbón
Predecesor Cayo Mario
Lucio Cornelio Cinna
Lucio Valerio Flaco
(cónsul sufecto)
Sucesor Lucio Cornelio Cinna
Cneo Papirio Carbón

84 a. C.-84 a. C.
Junto con Cneo Papirio Carbón
Predecesor Lucio Cornelio Cinna
Cneo Papirio Carbón
Sucesor Lucio Cornelio
Escipión Asiático
Cayo Norbano

Información personal
Nombre en latín Lucius Cornelius
Cinna
Nacimiento c. 132 a. C.
República romana
Fallecimiento 84 a. C.
Ancona
Causa de muerte Herida por arma
blanca
Religión Politeísta
Familia
Padres Lucio Cornelio Cinna
Cónyuge Annia
Hijos Cornelia
Información profesional
Ocupación Político de la Antigua
Roma y militar de la
Antigua Roma
Partido político Populares

Vida

Populares y optimates

Hijo de Lucio Cornelio Cinna (cónsul 127


a. C.), su carrera política nos es conocida
sólo a partir de su pretura (en el año
90 a. C.). Durante la guerra social fue
legado (en 89 a. C. y 88 a. C.) luchando
junto a Quinto Cecilio Metelo Pío contra
los marsos.[2] ​Cinna se distinguió en sus
intentos de despojar a Sila del mando de
la expedición a Grecia contra Mitrídates VI
del Ponto. Tras marchar sobre Roma y
acabar con la oposición popular, Sila
abandonó la Urbe para ir a luchar en la
primera guerra mitridática, no sin antes
recibir de Cinna la promesa de mantener
sus reformas.[3] ​De tal modo, en el año 87
a. C. fue nombrado cónsul en compañía de
su enemigo el optimate Cneo Octavio,
magistratura que ejercería casi
ininterrumpidamente hasta su muerte en
el año 84 a. C..
Sin embargo, el primer acto de Cinna
como cónsul fue destituir a Sila,[4] ​y tan
pronto como él hubo salido de Italia (87 a.
C.), comenzó su tarea de doblegar al
Senado, mediante la acción de resucitar la
propuesta de suffragium para incorporar
nuevos ciudadanos itálicos resultantes de
la guerra social a las 35 tribus,[5] ​la
restauración de los poderes de la
Asamblea de la Plebe y la concesión de la
amnistía a sus amigos populares exiliados,
en especial a Cayo Mario.

Se desencadenó un tumulto violento en el


Foro, y su colega consular Octavio, con
ayuda de la mayoría conservadora del
Senado, expulsó a Cinna de Roma junto a
seis tribunos de la plebe,
desposeyéndolos de su magistratura y
privándolos de sus derechos
ciudadanos.[6] ​

Cinna fue ilegalmente destituido del cargo


y esto le dio argumentos para iniciar la
lucha armada. De esta forma huyó a Nola
donde llamó a Mario para que retornara de
África y reclutó con sobornos a soldados
romanos e italianos en el sur de Italia, la
mayoría de los cuales pertenecían a Apio
Claudio. Pronto se le unieron Sertorio y
otros, que ayudaron al reclutamiento de
los italianos que aspiraban a la ciudadanía
romana y también prometieron la libertad
a los esclavos que se alistaran en su
bando.

Apoyados por las ciudades italianas, el


mismo año 87 a. C. Mario desde el Norte y
el mismo Cinna desde el Sur marcharon
sobre Roma al frente de dos ejércitos. La
defensa de ciudad, dirigida por el cónsul
Octavio y Pompeyo Estrabón, se vio
obstaculizada por la ambigua actitud
política de Estrabón y una epidemia que
azotó la ciudad durante un par de meses.
Todo ello facilitó la caída de la ciudad
después de que Mario interceptara el
suministro de trigo y saqueara Ostia, el
puerto de Roma, matando a buena parte
de sus habitantes, y cortando a sus
enemigos la posibilidad de proveerse por
mar. Cinna y Mario entraron en Roma con
cuatro ejércitos, dos de los cuales
comandaban Quinto Sertorio y Cneo
Papirio Carbón y se declararon cónsules a
sí mismos.

Su primera acción fue la persecución y el


asesinato sistemático de los seguidores
de Sila, ensañándose con sus familiares
directos y sus amigos y robándoles sus
propiedades, en un verdadero baño de
sangre. Octavio fue el primero de una
larga serie de asesinados y masacrados,
entre los que destacaron Quinto Lutacio
Catulo, Publio Licinio Craso (padre de
Marco Licinio) y uno de sus hijos; Marco
Antonio el Orador, abuelo del Triunviro, el
flamen dialis (principal sacerdote de
Júpiter) Lucio Cornelio Mérula, Lucio Julio
César, su hermano Cayo Julio César
Estrabón, Publio Cornelio Léntulo, Cayo
Atilio Serrano, Marco Bebio, Cayo
Nemetorio, Marco Cecilio Cornudo y
Quinto Ancario. El joven Craso huyó a
Hispania, y Quinto Cecilio Metelo Pío, el
fiel legado de Sila, a África. Italia quedó así
en manos de Cinna y Mario. Sila fue
declarado hostis rei publicae (enemigo del
Estado), sus pertenencias confiscadas y
su casa demolida. Cinna nombró al joven
Julio César nuevo flamen dialis por orden
de Mario, quien, saciada su sed de
venganza, murió a los pocos días de
iniciar su séptimo consulado (13 de enero
de 86 a. C.), quedando Roma bajo el
dominio de Cinna, ahora con Lucio Valerio
Flaco como colega consular.

El gobierno de Cinna

Se inició así lo que las fuentes


denominaron Cinnae dominatio o
Cinnanum Tempus, un período de tres años
(87-84 a. C.) en el que Cinna dirigió el
Estado en calidad de cónsul, magistratura
que no lo abandonó hasta su muerte en la
primavera de 84 a.c.. Compartió el
consulado con Lucio Valerio Flaco, consul
suffectus, de quien se deshizo
nombrándolo para el comando contra
Mitrídates, con la esperanza de
proporcionarle a Sila un nuevo enemigo.
Pero Flaco fue asesinado en Asia por su
legado Cayo Flavio Fimbria.[7] ​Fimbria,
una criatura de Cinna, asumió el mando y
logró algunos éxitos, pero se condujo con
gran crueldad y se ganó el odio de la
población local. Cuando Sila salió a su
encuentro, sus soldados lo abandonaron y
se suicidó.
En el año 85 a. C., Cinna entró en su tercer
consulado con Cneo Papirio Carbón como
colega. Papirio Carbón, un hombre capaz,
había sido de gran utilidad para el partido
anteriormente. Sila amenazaba con volver
y vengarse de sus enemigos, y al año
siguiente (84 a. C.), cuando Cinna y
Carbón volvieron a ser cónsules, cumplió
su amenaza.

Como Mario a finales del siglo II a. C.,


Cinna ocupó el consulado
consecutivamente con objeto de llevar a
cabo una serie de reformas que
consideraba indispensables para la
supervivencia del Estado. En este sentido,
su gobierno fue una autocracia
revolucionaria (Salustio le llamó tyrannus)
que al decir de los autores antiguos
interrumpió la continuidad legítima en el
ejercicio del poder. Según el optimate
Cicerón, durante el período, la República
"careció de leyes y de dignidad".[8] ​

Sin embargo, su gobierno también tuvo


algunos rasgos positivos. Una vez
instalado a la cabeza del Estado, hizo
intentos de reconciliar a las partes
enfrentadas. Cinna hizo gala de una
política moderada tratando incluso de
atraerse al Senado o al menos de no
enemistarse con él. No rompió con el mos
maiorum ni se condujo como un popularis
radical. No promulgó leyes agrarias, ni
cambios en los mecanismos de las
asambleas, ni nuevas leges frumentariae,
ni prácticamente nada de lo que se suele
considerar popularis. Ni siquiera se
planteó devolver los tribunales a los
equites, aunque con su dominio de los
mecanismos del Estado, y del propio
Senado, purgado de optimates, tampoco le
hacía falta.

Concedió la plena ciudadanía a los itálicos


emancipados, y los distribuyó entre las 35
tribus. Se nombró a dos censores, Lucio
Marcio Filipo (el mismo que se había
opuesto a la propuesta de Marco Livio
Druso de conceder la ciudadanía a los
itálicos) y Marco Perpena, que se
encargaron de distribuir a los nuevos
ciudadanos en el censo, que albergaba
ahora a 436.000 ciudadanos romanos.

También conocemos alguna de las


medidas de Cinna en materia económica,
tendientes en general a satisfacer las
corruptelas de senadores y caballeros: en
el año 86 a. C. Valerio Flaco, su colega
consular, logró convencer a Cinna para
aprobar una ley que revitalizara el
movimiento de numerario y el tráfico
comercial a través de la condonación de
las 3/4 partes de las deudas. Por otro
lado, para evitar la falsificación y asegurar
la estabilidad de la moneda se
establecieron medidas de control, al
tiempo que se fijó la tasa de cambio entre
el as y el denario.

Esta aparente tranquilidad del gobierno


presidido por Cinna se vio en peligro por
dos hechos: en el exterior, la falta de un
acuerdo con Sila que obligaba a preparar
la defensa de Italia ante su inminente
retorno de Oriente; en el orden interno, la
elección (para 85 y 84 a. C.) de Cneo
Papirio Carbón como cónsul, quien
imprimiría un mayor radicalismo al
gobierno. Las provincias de Hispania
Citerior, Hispania Ulterior, Galia
Transalpina, Galia Cisalpina, Sicilia y
Sardinia-Corsica, eran favorables a Cinna.
África, que primero se decantó por los
optimates, acabó pasando también al
bando de Cinna. Sila y los optimates
dominaban Macedonia, mientras el resto
de Asia estaba en poder, directamente o
indirectamente, de Mitridates VI Eupator.

Cinna y Carbón se prepararon para atacar


a Sila en Grecia antes de que este
invadiera Italia, realizando un
reclutamiento forzoso que precipitó el
reparto igualitario de los ciudadanos en
las tribus; el ejército, concentrado en
Ancona, recibió la orden de trasladarse a
la costa liburnina, lo que desató un motín
militar. Cinna, que se encontraba en
Brindisi para embarcar sus tropas rumbo a
Tesalia y enfrentarse a Sila, se trasladó
para intentar reprimirlo, siendo muerto por
los soldados.[9] ​De tal modo, Papirio
Carbón se convirtió en el líder de los
populares y el único cónsul. Con la muerte
de Cinna se inició el final del régimen
popular, y salieron a la luz pública los
errores, la corrupción y la incompetencia
de los Cinnani, que empezaron a perder
apoyos en favor de Sila.
Familia
La hija de Cinna, Cornelia fue la primera
esposa de Julio César, con el que se casó
en 83 a. C. El hijo de Cinna, también
llamado Lucio Cornelio Cinna, fallecido en
44 a. C., fue un pretor que se alineó con
los asesinos de César y expresó
públicamente su aprobación por el
asesinato.

Notas
1. Epigráficamente,
L·CORNELIVS·L·F·L·N·CINNA.
2. Cicerón, pro Font. 15.
3. Plutarco, Sula 10; Dion Casio, Frag.
117
4. Cicerón; Catilinarias libro iii. 10, Brutus
47, Tusc. Disp. libro v. 19
5. Apiano, De bellis civilibus libro i. 55,
56, Cicerón Filípicas libro viii. 2, Veleyo
Patérculo Historia Romana libro ii. 20
6. Plutarco Mario 41, 42, Sertorio 4.
7. Veleyo Patérculo, Historia Romana,
libro ii. 23; Apiano, De bellis civilibus
libro i. 75
8. De clar. orat., 62.
9. Apiano, Bel. Civ., 1, 77-78.
Bibliografía

Fuentes

Apiano de Alejandría, Bellum civile, 1, 64


y 74 seqq..
Plutarco de Queronea, Vida de Sila, 22.
Tito Livio, Epitome, 42.
Veleyo Patérculo, Historia romana, 2, 43
seqq.

Obras modernas

Arbizu Orcoyen, José María (2000): Res


publica oppressa. Política popular en la
crisis de la República (133-44 a. C.).
Madrid, UCM. ISBN 84-7491-574-0
Grimal, Pierre (199'): El mundo
mediterráneo en la edad antigua III. La
formación del Imperio Romano. Madrid,
Siglo XXI. ISBN 84-323-0168-X
Roldán Hervás, José Manuel (1987):
Historia de Roma I: la República Romana.
Madird, Cátedra. ISBN 84-376-0307-2
La crisis de la República: de los Gracos a
Sila. Liceus, Servicios de Gestión y
Comunicación, S.L. ISBN 84-96359-29-8
Sucesor:
Predecesor: Cónsul de la República Romana
Gneo Octavio
Lucio Cornelio Sila junto con Cneo Octavio
Lucio Cornelio Mérula
Quinto Pompeyo Rufo 87 a. C.
(sufecto)

Predecesor: Cónsul de la República Romana


Sucesor:
Cneo Octavio junto con Cayo Mario
Lucio Cornelio Cinna
Lucio Cornelio Mérula (sufecto: Lucio Valerio Flaco)
Cneo Papirio Carbón
(sufecto) 86 a. C.

Predecesor:
Lucio Cornelio Cinna Cónsul de la República Romana Sucesor:
Cayo Mario junto con Cneo Papirio Carbón Lucio Cornelio Cinna
(sufecto: Lucio Valerio 85 a. C. Cneo Papirio Carbón
Flaco)

Sucesor:
Predecesor: Cónsul de la República Romana
Lucio Cornelio Escipión
Lucio Cornelio Cinna junto con Cneo Papirio Carbón
Asiático
Cneo Papirio Carbón 84 a. C.
Cayo Norbano Balbo

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