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Historia de la danza

Los orígenes
La danza podemos encontrarla en el mismo origen del ser humano, pues ya el
hombre primitivo la utilizó, muy tempranamente,  como forma de expresión y
de comunicación, tanto con los demás seres humanos, como con las fuerzas
de la naturaleza que no dominaba y que consideraba divinidades. Entre los
hombres primitivos la danza tenía un sentido mágico animista, pero también valor de
cohesión social. La danza sirve para infundir ánimo a los guerreros, para el cortejo
amoroso, para ejercitarse físicamente, etc.

Tenemos que considerar que el elemento fundamental de la danza está en la propia


naturaleza humana: el ritmo, que le viene dado por su propio funcionamiento orgánico,
con la respiración y los latidos del corazón. El mismo principio que hace nacer la música
en los orígenes de la humanidad, hace también nacer la danza, que están unidas
indisolublemente.

En próximas entregas continuaremos con el desarrollo y la evolución de este arte a través


de los tiempos, como así también su nacimiento y expansión en Córdoba.

La danza en el Antiguo Egipto


En las ceremonias religiosas, funerales y fiestas populares, los antiguos egipcios bailaban
al compás que marcaba la música para transmitir de esta forma sus sentimientos. Así, la
danza ha sido una de las manifestaciones artísticas más comunes entre los egipcios
desde el inicio de su dilatada historia. En diversos objetos de las culturas del Predinástico
(finales del V milenio-3200) se han hallado varias referencias a la danza, sobre todo en
figuras femeninas con los brazos alzados, en pintura sobre cerámica e incluso en un tejido
de lino descubierto en Guebelein.

Estela conocida como “Los músicos de Akhenaton”, muestra a músicos tocando un


oud(especie de laúd) de cuello largo y tres liras horizontales. Pertenece al periodo del
reino de Amenhotep IV/Akehanaton (1351-1348 a.C.) y se encuentra en el Museo de
Luxor.
En general las danzas eran ejecutadas por bailarinas profesionales jóvenes que habían
recibido su formación en los templos de la diosa Hathor,donde también se ensayaba
música, canto y otras muchas artes; los hombres se dedicaban al acompañamiento
musical. Las bailarinas llevaban ropas con transparencias o desnudas, con cinturones
metálicos.

Los movimientos eran acrobáticos, con mucha gestualidad, es decir, ponían los brazos en
oposición, rodillas flexionadas, inversión del cuerpo y cabeza. 

Se ejecutaban varios tipos de danzas: imitativas de los movimientos vegetales: arboles o


cañas sometidos a los fenómenos naturales; de fertilidad en corros en honor de dioses
como Osiris o Hathor, ejecutadas en las ceremonias de culto; rituales funerarias:
caracterizadas por palmear rítmicamente las manos y a través de la mímica
representaban escenas del difunto,y danzas profanas realizadas en banquetes, teatrales
dramáticas o líricas.

La Danza en la Antigua Grecia


Los orígenes de la danza y el arte lírico de la Grecia clásica se remontan muchos años
antes de su aparición y tienen lugar en Creta, partir del segundo milenio antes de Cristo.
Según Homero fue en Creta donde los dioses enseñaron la danza a los mortales. Los
cretenses suponen una excepción en todo el período que va del Paleolítico hasta el
comienzo del clasicismo griego; la diferencia radica, en parte, en el papel relativamente
subordinado que la religión y el culto desempeñaban en la vida pública. Al depender
mucho menos de los cánones religiosos, la fantasía creada podía manifestarse con mayor
libertad que en Egipto o Mesopotamia.

Creta nos muestra un cuadro lleno de vida colorista y alegre y el arte expresa alegría de
vivir, buena vida y el lujo de los autócratas y pequeña aristocracia. El arte representativo
era para adornar viviendas y objetos de uno doméstico, representaban escenas de la vida
cotidiana y ceremonias del culto, distinguiéndose por la vivacidad y virtuosismo técnico,
extraordinario para su tiempo.
Cuenta Homero que en los atardeceres, jóvenes de ambos sexos bailaban en círculo
sujetándose por los puños. Las ceremonias religiosas eran muy diversas y consistían en
danzas, canciones y procesiones solemnes en las que el papel dominante lo sustentaba
la mujer que se ocupaba de los diferentes roles: eran bailarinas, cantaoras,
procesionistas, amén de sacerdotisas. Cuando la danza era individual, las bailarinas
evolucionaban girando sobre ellas mismas, doblando a veces las rodillas. Un mural de
tierra cocida representa a tres mujeres bailando en círculo mientras otra toca la lira. En un
segundo mural, tres mujeres cubiertas bailan alrededor de un árbol con las manos
cogidas entre sí. Cuando no bailan sujetándose las manos o los puños, las bailarinas
levantan un brazo y dirigen la palma hacia el cielo, mientras el otro permanece bajo con la
palma hacia la tierra; esta posición ya se encontraba en Egipto y se verá de nuevo en las
danzas dionisíacas y en Etruria.

Los antiguos griegos creían que la danza fue inventada por los Dioses y por tanto
asociada con las ceremonias religiosas. Creían que los dioses ofrecieron este regalo solo
a unos mortales elegidos, quienes enseñaron a bailar al resto.
Hay evidencias en los textos antiguos que indican que la danza fue tenida en gran
consideración, en particular por sus cualidades educacionales. el baile, junto con la
escritura, la música y los ejercicios físicos, era fundamental para el sistema educativo y
muchos autores clásicos ensalzan sus virtudes como medio de cultivar el cuerpo y el
alma. El arte griego puede caracterizarse someramente por la búsqueda la belleza, el
equilibrio y la armonía.

Es de todos conocida la perfección y hermosura plástica de sus templos y estatuas y no


menos apreciado el colorido y finura de sus cerámicas. La danza, aunque su legado nos
ha sido trasmitido indirectamente a través de textos y pinturas o relieves, tuvo también
una considerable importancia, ya que se bailaba en ritos religiosos (pan-helénicos o
locales), ceremonias cívicas, fiestas, vida cotidiana, educación de los niños, etc.

Los griegos fueron los primeros en reconocer la danza como un arte, y le dedicaron en su
mitología una musa: Terpsícore. Su práctica estaba ligada al culto del dios Dionisos y,
junto con la poesía y la música, era el elemento indispensable de la tragedia griega,
donde la catarsis ponía al individuo en relación con los dioses, aunque también entre los
griegos cumplía la danza una función de comunicación y cohesión social.

La música acompañaba a las danzas, y algunos de los instrumentos usuales eran la


cítara, aulos (especie de oboe doble), hydraulis (predecesor del órgano), flauta de pan,
týmpanon (semejante al actual pandero)
En Atenas los chicos y chicas se educaban por separado, mientras que en Esparta la
educación  era igual para ambos sexos. Eran famosas las danzas de armas (la pírrica).
Cada Dios tenía su propia danza y esta se realizaban en el exterior de los templos. Los
bailes en parejas son extraños y tienen gran libertad interpretativa. Los aspectos comunes
en las danzas eran: utilización de la posición natural, pie detrás de los gemelos de la otra
pierna, elevación del arco plantar y empleo de las manos en diferentes posiciones. Los
modelos más utilizados de danzas fueron: danzas de movimientos circulares alrededor de
un altar o danzas de movimientos procesionales dirigidas por el músico o el exarchôn.

Bailes festivos y privados en la antigua Roma


En la antigua Roma la danza perdió importancia y valor social y religioso, bailar podía ser
algo considerado inconveniente en los hombres, lo que demuestran las críticas dirigidas a
Escipión el Africano que tuvo el atrevimiento de danzar ante sus hombres, seguramente
una danza guerrera.

En los primeros tiempos de la antigua Roma los ciudadanos romanos solo podían
participar en danzas dentro de un contexto militar, cívico o religioso. En una sociedad
donde la decencia era la norma de comportamiento en la vida, la intervención en actos
festivos donde primaba el entretenimiento no era bien vista e impedía a los ciudadanos
más notables tomar parte en los bailes de forma espontánea por su falta de seriedad y
utilidad, las cuales eran características del pragmatismo del pueblo romano. Sin embargo,
contemplar a los bailarines y bailarinas que ejecutaban sus danzas en diversos festejos
era algo habitualmente aceptado.

Se cuenta que Rómulo inventó la primera danza guerrera y Numa fundó el colegio de
salianos (de salire, bailar) que ejecutaban una especie de danza pírrica, con armas, en
torno del altar de Marte.
Existían escuelas de baile donde los bailarines profesionales adquirían habilidades con
respecto a la expresión corporal, el sentido del ritmo o la capacidad de improvisación,
cualidades que no se adquieren de forma espontánea habitualmente. Algunos ciudadanos
particulares asistirían también con el fin de tener algunas nociones de danza que les
permitieran demostrar su conocimiento artístico en rituales religiosos o privados.
Durante la República aprender a bailar dejó de considerarse algo indecoroso, entre las
mujeres llegó a verse como una muestra de su buena educación, siempre que se
practicara según las normas sociales. Durante el Imperio cada vez fueron más las
mujeres que se consideraban buenas bailarinas y llegaban a presumir de ello.

Más tarde el baile pasó a formar un género especial de declamación, la pantomima,


espectáculo desconocido a los griegos y consistente en piezas cómicas o heroicas
expresadas por gestos y bailes; este género se denominaba danza itálica. En esas
comedias solía mostrarse como actor el pueblo mismo.

Por el año 360 los ludioni o histriones ejecutaron una danza para conjurar una peste que
afligía a Roma.
Tales costumbres, aparte de la ya citada de los festines, se conservaron después de la
caída del Imperio romano. Los galos conservaron el teatro. Los godos y los francos
consintieron a los vencidos la práctica de sus juegos, añadiendo además sus danzas
guerreras, circulares y con armas, practicadas por suevos, alanos, vándalos y germanos.

LA CONCLUSION DE LA HISTORIA DE LA
DANZA:

La historia de la danza es larga y compleja, y abarca una amplia variedad de culturas y estilos. A lo
largo de los siglos, la danza ha sido utilizada para expresar emociones, contar historias, celebrar
festividades y rituales religiosos, y como forma de entretenimiento.

En la actualidad, la danza es una forma de arte ampliamente reconocida y apreciada en todo el


mundo. Los bailarines profesionales han llevado la danza a nuevos niveles de expresión y técnica,
y los estilos de danza han evolucionado y se han fusionado para crear nuevas formas de arte.

Sin embargo, a pesar de su evolución a lo largo de los siglos, la danza sigue siendo una forma de
arte que conecta a las personas de todas las culturas y edades. Ya sea en una escuela de ballet,
en un club de salsa o en una pista de baile en una boda, la danza es una forma universal de
expresión y comunicación.

En conclusión, la historia de la danza es una historia de creatividad, expresión y conexión humana


que ha evolucionado a lo largo de los siglos, y seguirá evolucionando en el futuro.

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