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Historia de La Danza
Historia de La Danza
Los orígenes
La danza podemos encontrarla en el mismo origen del ser humano, pues ya el
hombre primitivo la utilizó, muy tempranamente, como forma de expresión y
de comunicación, tanto con los demás seres humanos, como con las fuerzas
de la naturaleza que no dominaba y que consideraba divinidades. Entre los
hombres primitivos la danza tenía un sentido mágico animista, pero también valor de
cohesión social. La danza sirve para infundir ánimo a los guerreros, para el cortejo
amoroso, para ejercitarse físicamente, etc.
Los movimientos eran acrobáticos, con mucha gestualidad, es decir, ponían los brazos en
oposición, rodillas flexionadas, inversión del cuerpo y cabeza.
Creta nos muestra un cuadro lleno de vida colorista y alegre y el arte expresa alegría de
vivir, buena vida y el lujo de los autócratas y pequeña aristocracia. El arte representativo
era para adornar viviendas y objetos de uno doméstico, representaban escenas de la vida
cotidiana y ceremonias del culto, distinguiéndose por la vivacidad y virtuosismo técnico,
extraordinario para su tiempo.
Cuenta Homero que en los atardeceres, jóvenes de ambos sexos bailaban en círculo
sujetándose por los puños. Las ceremonias religiosas eran muy diversas y consistían en
danzas, canciones y procesiones solemnes en las que el papel dominante lo sustentaba
la mujer que se ocupaba de los diferentes roles: eran bailarinas, cantaoras,
procesionistas, amén de sacerdotisas. Cuando la danza era individual, las bailarinas
evolucionaban girando sobre ellas mismas, doblando a veces las rodillas. Un mural de
tierra cocida representa a tres mujeres bailando en círculo mientras otra toca la lira. En un
segundo mural, tres mujeres cubiertas bailan alrededor de un árbol con las manos
cogidas entre sí. Cuando no bailan sujetándose las manos o los puños, las bailarinas
levantan un brazo y dirigen la palma hacia el cielo, mientras el otro permanece bajo con la
palma hacia la tierra; esta posición ya se encontraba en Egipto y se verá de nuevo en las
danzas dionisíacas y en Etruria.
Los antiguos griegos creían que la danza fue inventada por los Dioses y por tanto
asociada con las ceremonias religiosas. Creían que los dioses ofrecieron este regalo solo
a unos mortales elegidos, quienes enseñaron a bailar al resto.
Hay evidencias en los textos antiguos que indican que la danza fue tenida en gran
consideración, en particular por sus cualidades educacionales. el baile, junto con la
escritura, la música y los ejercicios físicos, era fundamental para el sistema educativo y
muchos autores clásicos ensalzan sus virtudes como medio de cultivar el cuerpo y el
alma. El arte griego puede caracterizarse someramente por la búsqueda la belleza, el
equilibrio y la armonía.
Los griegos fueron los primeros en reconocer la danza como un arte, y le dedicaron en su
mitología una musa: Terpsícore. Su práctica estaba ligada al culto del dios Dionisos y,
junto con la poesía y la música, era el elemento indispensable de la tragedia griega,
donde la catarsis ponía al individuo en relación con los dioses, aunque también entre los
griegos cumplía la danza una función de comunicación y cohesión social.
En los primeros tiempos de la antigua Roma los ciudadanos romanos solo podían
participar en danzas dentro de un contexto militar, cívico o religioso. En una sociedad
donde la decencia era la norma de comportamiento en la vida, la intervención en actos
festivos donde primaba el entretenimiento no era bien vista e impedía a los ciudadanos
más notables tomar parte en los bailes de forma espontánea por su falta de seriedad y
utilidad, las cuales eran características del pragmatismo del pueblo romano. Sin embargo,
contemplar a los bailarines y bailarinas que ejecutaban sus danzas en diversos festejos
era algo habitualmente aceptado.
Se cuenta que Rómulo inventó la primera danza guerrera y Numa fundó el colegio de
salianos (de salire, bailar) que ejecutaban una especie de danza pírrica, con armas, en
torno del altar de Marte.
Existían escuelas de baile donde los bailarines profesionales adquirían habilidades con
respecto a la expresión corporal, el sentido del ritmo o la capacidad de improvisación,
cualidades que no se adquieren de forma espontánea habitualmente. Algunos ciudadanos
particulares asistirían también con el fin de tener algunas nociones de danza que les
permitieran demostrar su conocimiento artístico en rituales religiosos o privados.
Durante la República aprender a bailar dejó de considerarse algo indecoroso, entre las
mujeres llegó a verse como una muestra de su buena educación, siempre que se
practicara según las normas sociales. Durante el Imperio cada vez fueron más las
mujeres que se consideraban buenas bailarinas y llegaban a presumir de ello.
Por el año 360 los ludioni o histriones ejecutaron una danza para conjurar una peste que
afligía a Roma.
Tales costumbres, aparte de la ya citada de los festines, se conservaron después de la
caída del Imperio romano. Los galos conservaron el teatro. Los godos y los francos
consintieron a los vencidos la práctica de sus juegos, añadiendo además sus danzas
guerreras, circulares y con armas, practicadas por suevos, alanos, vándalos y germanos.
LA CONCLUSION DE LA HISTORIA DE LA
DANZA:
La historia de la danza es larga y compleja, y abarca una amplia variedad de culturas y estilos. A lo
largo de los siglos, la danza ha sido utilizada para expresar emociones, contar historias, celebrar
festividades y rituales religiosos, y como forma de entretenimiento.
Sin embargo, a pesar de su evolución a lo largo de los siglos, la danza sigue siendo una forma de
arte que conecta a las personas de todas las culturas y edades. Ya sea en una escuela de ballet,
en un club de salsa o en una pista de baile en una boda, la danza es una forma universal de
expresión y comunicación.