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Hesnor Rivera - en La Red de Los Exodos - 19632
Hesnor Rivera - en La Red de Los Exodos - 19632
EN LA RED DE
LOS EXODOS
Poemas
UNIVERSIDAD DEL ZULIA
CONSEJO UNIVERSITARIO
Ignacio de la Cruz.
Realidad
No siempre suele empezar el tiempo
por unas hojas húmedas y unas palabras
recogidas en la soledad de un río inconstante.
15
no cesan de existir naufragios
oue reparten espectros de ademanes turbios
en torno del fuego y de la rosa mas honda
por donde ansia respirar la memoria.
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Ciudad
Un lago en cuya superficie roja
bailan las cabezas reblandecidas de las
[naranjas
abandonadas por los navegantes borrachos.
19
en las plazas donde el hombre es ahora
el árbol de las orejas veraniegas.
Allí cae desnuda la virgen fugitiva.
El sol viene y se instala bajo el techo.
Una isla llameante para cada casa.
El barco en la ventana se esponja ante la tarde
y hay sombras suficientes
para huir hacia el convento subterráneo.
Cuando se sale a olfatear el horror.
Cuando se va a poner la mano sobre aquellos
[ senos
hermosamente escritos con valiosos
[ cortaplumas.
20
Pórticos de orinar para el secreto del suicida.
Falta un perro.
El gendarme ha mirado hacia la luna.
No importa ya. La loca enamorada de la
[frente de coral
murió ayer adornada de legumbres.
Maracaibo, 1953.
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Las mujeres que me amaron
de seguro han muerto.
Ellas pertenecían a una raza distinta.
La atmósfera de llama necesaria a sus cuerpos
desapareció una noche con los astros.
Y sólo pueden ahora reposar sus cabelleras
sobre la ilusión de resplandor sagrado
que es la lejanía.
Y eras tú Silvia
—nada más que tu mirada mágica
quien lograba abrillantar la arena
25
rlnnde me tendía para huir de la noche.
Ems tú quien ai pasar hacia
recobrar su juventud llameante a cada
i u • i i tParque.
Y al abandonarnos al embrujo de las calles
[ tnas altas
frente a las ventanas oscuras
eras tú quien invocaba y ponía a nuestros
j i u tpies
los habitantes de la sombra.
Bogotá, 1953.
28
En lo sucesivo
nos sería imposible olvidar los golpes
las palmadas y el fulgor sanguíneo
con que parten los trenes.
Nosotros partiríamos bien pronto.
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Una vez que llegamos a las nieves
y vimos a los niños recojer ardillas
[ moribundas
para revivirlas en el calor de sus vestidos.
Que oí otra vez la carcajada
de la muchacha extraña que no pudo llorar.
Una vez que todo comenzó de nuevo
supe que los espectros éramos nosotros.
Las sombras dolorosas que danzan
en torno de la llama que tú eres.
Los fantasmas hambrientos que persiguen
[tu vida
—única a lo largo de la inmensa soledad del
[ mundo.
Bogotá, 1953.
33
s timón 10
Teníamos un dios.
Un jefe de la guerra y del alcohol
en las fiestas cuyo nombre olvidamos.
Estaba sobre el sitio del carbón y los leños
—alimentaban a la hoguera en las piedras
los días de escuchar los sollozos
y la tos siempre antigua del fantasma.
Caracas, 1954.
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Transeúntes del fuego
Tengo todos tus terribles nombres.
Gira todavía la fiera como eclipse sin freno.
No es el bosque tu sexo. No es el mundo
tu pecho de manzano brillante como las islas.
Oh! tú que has sido por ti sola la ciudad de
[la noche.
Tomo el pan bajo el amparo fantasmal de
[tus ojos
y entonces la oscuridad devora las grandes
[ antorchas.
Tomo el sueño por tu cuerpo que de
[inmediato crece
como un lago de rostros habituados al caos.
Porque no acercas tus muslos de serpiente
[ acuática
y tus hombros han perdido su hermandad
[estelar
creo en la espantosa soledad de la tierra.
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Creo en el sueño que me insulta como un
[águila roja.
Caracas, 1955.
Reportaje de la zona de los espantapájaros
La serpiente se desenvuelve como el grito de
•. [un río
devorado por el ojo de las momias errantes.
La serpiente saca un ala de sus fauces de
[helécho.
Y es entonces cuando la tierra describe lentas
JL , [ órbitas
como un pájaro profundamente herido en la
[piedra del canto.
Maracaibo, 1957.
49
Maniobras del odio
Cierta vez el corazón
—siempre me obsesiona este comienzo
| trágico—
solicitó las tempestades tórridas del combate
para vencer la multiplicación milagrosa
de su bondad antigua como el cielo del reino.
Maracaibo, 1957.
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Poema de la amiga.
Mi amiga está enferma a mi lado
Por la ventana puede adivinarse
que la luna seguramente brilla
porque comienza la primavera ahora.
60
Mi amiga está enferma a mi lado
cuando comienza la primavera para que la
[luna brille.
Respira fuerte por los labios ardientes
para abrirse paso en el silencio que me
[mortifica
—en el silencio contra cuyas dimensiones
enormes como el destino que nos hemos
[ propuesto
no pueden nada las campanas de La
[ Sorbonne.
No pueden nada esos ríos estrepitosamente
[ humanos
que arrastran su continuidad de amantes
f [ solitarios
y todas las seducciones y los vestigios de razas
a lo largo de Saint-Michel hacia el Sena
más que nunca tranquilo alrededor
del acuarium santísimo de Notre-Oame.
París, 1959.
Texto integral de las desapariciones
Un campo brilla frente a los ojos
como una lámpara derramada sobre la sed
[del césped.
Un bosque pone en marcha el misterio
de su velocidad perfumada.
Los campanarios del océano en llamas
desencadenan por orden de elegancia
las tempestades y los mediodías.
Más objetivamente:
—tú me amabas cuando la desolación
multiplicaba en mi rostro
la furiosa necesidad de permanecer para
[ siempre
—yo te amaba cuando todo tu cuerpo
se cubría con el resplandor sagrado
de la necesidad de ternura.
Más objetivamente: L
—tú no has muerto ni morirás de nuevo
por más que mi desaparición progresiva
pretenda lo contrario.
París, 1959.
66
En la red de los éxodos
—“Has crecido como un gato salvaje”
70
Texto integral de las desapariciones
Un campo brilla frente a los ojos
como una lámpara derramada sobre la sed
[del césped.
Un bosque pone en marcha el misterio
de su velocidad perfumada.
Los campanarios del océano en llamas
desencadenan por orden de elegancia
las tempestades y los mediodías.
Más objetivamente: J
—tú me amabas cuando la desolación
multiplicaba en mi rostro
la furiosa necesidad de permanecer para
l siempre
—yo te amaba cuando todo tu cuerpo
se cubría con el resplandor sagrado
de la necesidad de ternura.
Más objetivamente: I
—tú no has muerto ni morirás de nuevo
por más que mi desaparición progresiva
pretenda lo contrario.
París, 1959.
66
En la red de los éxodos
—“Has crecido como un gato salvaje”
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¿De dónde aquellas tazas y esos trastos
oliendo todavía a tentaciones íntimas
a pesar de tanta travesía en el tiempo?
¿De dónde estos trofeos y esos ramos
de novia nacida por lo visto extinta
sobre un paisaje que desconozco
y que descubro sin embargo a diario?
70
Puedo verte en las sombras
casi convertidas en antorchas húmedas
por el giro contradictorio
de la soledad y el deseo.
71
Ahora de seguro saltas
en el mar hasta donde
te persigue la noche.
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Amanece ahora esta vez por el vientre
sideral del fogón. Lo recuerdo.
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Paseos mutuos
El lago recién descubierto engordaba.
El lago extrañamente ordinario
como la geografía de una guitarra hombruna
o la de un navio de caderas anchas.
Maracaibo, 1961.
ÍNDICE
Realidad ............................................................................................................. 13
Ciudad .................................................................................................................. j7
Silvia ...................................................................................................................... 23
Paisaje................................................................................................................... 29
Testimonio ......................................................................................................... 35
Poema de la amiga...................................................................................... 57
Delegados estudiantiles'.
Br. Francisco Zavala
Br. Jesús Ma. Morales.
COMISIÓN DE PUBLICACIONES
Agustín Millares Cario
Sergio Antillano
José Pascual Buxó
Secretario
Universidad del Zulia
Facultad de Humanidades