You are on page 1of 15
LA ILUMINACION Y LA TRADICION JUDEO-CRISTIANA JOHN Wire La busqueda a escala mundial de la trascendencia del », mismo ha llevado a muchos occidentales al Este, renunciang, a las raices de su religion en favor de esa cultura que acon, plicitamente el potencial humano como posibilidad para evoly. cionar hacia la divinidad. No obstante, sila iluminacion es la auténtica verdad de todas las tradiciones sagradas, como 4), dous Huxley senala, entonces, también debe estar Presente en Ja judeo-cristiana, incluso si los guardianes de esa tradicién no lo aceptan abiertamente. Y, si es ast, la tradicién judeo-crisig na brinda a los occidentales la oportunidad de «volver a casa, en busca de la iluminacion, sin renegar de su herencia religiosa En este articulo demuestro que, en realidad, las ensefianzas de Jestis se fundamentaban en la experiencia de la iluminacién. Esa, y solamente ésa, es la lave que abre el Reino de los Cielos Durante siglos, el dogma, la supersticion y el pensamiento mé- gico han distorsionado funestamente el mensaje, impidiendo que la gente tomara conciencia del mismo. Ademds, las pricti- cas establecidas para que los seguidores de Jestis experimenta- ran la iluminacién han sido tan distorsionadas, mal interpreta- das u olvidadas, que el formulismo oficial del cristianismo ha tenido que buscar en rituales sin contenido la razn de su exis tencia. Espero que esta aclaracién de las ensefanzas de Jestis —que pueden resumirse en la palabra griega Metanoia, que significa 190, La iluminacién y la tradicion judeo-cristiana 1 servird de ayuda a la cristiandad para que vea la dente de todas las tradiciones sagradas y la sabi- permanece en la esencia de la practica sacra- iluminacior unidad trascend duria perenne que mental. El resurgir de una humanidad mds elevada es un tema pe- renne en los asuntos del mundo. Las imagenes que este tema proporciona varfan en forma y pureza y abarcan desde las ins- piradas visiones de los misticos, como Sri Aurobindo, hasta las perturbadas fantasias demenciales, como las de Adolf Hit- ler. La doctrina de la supremacia racial del Tercer Reich fue una distorsin del Ubermensch de Nietzsche. Supermén fue también el héroe de un libro de dibujos infantiles. El fildsofo jesuita francés Teillhard de Chardin escribié acerca de este re- surgir en términos casi cientificos. El cientifico y filésofo yo- gui hindi Gopi Krishna lo describié de forma més rigurosa en su estudio sobre la préxima evolucién del hombre a través de la experiencia Kundalini; el psic6logo transpersonal Kenneth Ring encuentra una prueba de ello en el extendido fendmeno de experimentar la muerte cercana. Las tradiciones ocultas como la teosoffa, la antroposofia, el rosacrucianismo, la francmasoneria, la alquimia, la c4bala y las escuelas del miste- Ho genuino, también consideran la nocién relativa a la evolu- ci6n de la humanidad hacia estados mas elevados. El psiquia- ‘ra canadiense Richard M. Bucke hizo sobre el particular una de las declaraciones mas memorables en la ultima pagina de Sulibro Cosmic Consciousness (Conciencia césmica). ~ asi como, hace mucho tiempo, la conciencia del si-mis- Mo hizo su aparicién en los mejores individuos de nuestra raza ancestral en los principios de la vida y, poco a poco, lego a ser mas y mas universal y aparecié en el individuo a una edad cada vez mas temprana, hasta que, tal como aho- "a podemos ver, ha llegado a ser casi universal y aparece Por término medio a la edad de tres aftos, la Conciencia 191 John White Cosmica Hegard a ser cada vez mas universal y mas te prana en la vida del individuo, hasta que la raza en genera poseeri esta facultad; la misma raza, y no la misma, yn que la raza de la Conciencia Césmica no seré la misma que existe hoy, asi como la raza actual no es la misma que la que existié antes de la evolucién de la conciencia de| sie mismo. La verdad es que ha existido en la tierra, «apare. ciendo a intervalos» durante miles de afios entre la gente comin, el primer inicio de otra raza, que camina sobre |g tierra, que respira otro aire del cual sabemos poco o nada, pero que, de todas formas, es nuestra vida espiritual, asi como su ausencia seria nuestra muerte. Esta nueva raza, en el acto de ser, nacié de nosotros y en un préximo futuro ocupard y poseeré la tierra. Para la mayoria de occidentales, sin embargo, Jestis de Nazaret fue el que dio, hace dos mil afios, el término més fa- miliar a esta experiencia. Cuando Jestis hablaba de si mismo, por qué empleaba principalmente el término «Hijo del Hombre»? Otros le lla- maron el Hijo de Dios, pero Jess se referia a si mismo como el Hijo del Hombre, el fruto de la humanidad. Ademés, a los que le rodeaban les dijo que se elevarian ms alto que los 4n- geles y que esas cosas que éI hacia ellos también podian hacer- las y atin mas grandes (Juan 14:12), pues ése es el estado del Hombre. La raz6n de que Jestis hiciera esta declaracién es que se consideraba a si mismo el individuo perfecto de la nueva huma- nidad, proxima a venir, la nueva humanidad que heredaré la Tierra, establecerd el Reino y sera la guia de la Nueva Era. Su misiOn y sus ensefianzas estén intimamente ligadas a la evolu- cin de un estado de conciencia nuevo y mas elevado, a gran es- cala, y no en casos esporddicos e histéricos como Buda o Krish- na. El lugar singular que Jess ocupa en la historia se funda- menta en su comprensién, sin precedentes, de la inteligencia més elevada, la divinidad, y el Fundamento del Ser encarnado en él, el fundamento que es el origen de todo llegar a ser. 192 La iluminacion y la tradicién Judeo-cristiana ELtérmino arameo de la palabra griega «Cristo» es M’she- kha, del cual se deriva «Mesfas». Es un titulo, no un nombre y, aunque se traduce por «ungido», en realidad significa «per- feccionado», «iluminado» ° el «ideal de la humanidad», Asi pues, Jestis fue un personaje hi t6rico, un ser humano que vi- vid hace dos mil aftos; pero Cristo, el Cristo, el Mesi: eS una condicién de ser eterna y transpersonal a la que todos debe- mos llegar algun dia. Jestis no dijo que este estado de concien- cia elevado que en él se realiz6 fuera permanentemente suyo. Tampoco nos dijo que le adordramos. Dijo que le siguiéra- mos, que siguiéramos sus pasos, que aprendiéramos de é] yde su ejemplo, que viviéramos una vida concentrada en Dios, de desinterés y ayuda misericordiosa al mundo, como si fuéra- mos el mismo Jestis. Nos dijo que compartiéramos la nueva condicién, que entréramos en‘ un mundo nuevo, que fuéra- mos uno en la conciencia supermental, que es la tinica que di- sipa la oscuridad de nuestras mentes, y renovéramos nuestras vidas. No nos dijo que fuéramos cristianos; nos dijo que fuéra- mos cristizados. En resumen, aspiraba a duplicarse fomentan- do el desarrollo de muchos Jesuses. Aspiraba, segtin el Nuevo Testamento, a hacer el uno en Cristo. ;Y quién es Cristo? San Pablo nos dice que Cristo es el Segundo Adan, el fundador de una nueva raza. El Reino esta dentro de nosotros. La Divinidad es nuestro derecho a nacer, nuestra herencia, mas préxima a nosotros que la mano y el pie, pero el ojo no vera y el ofdo no oir. Je- stis dijo al pueblo que cambiara su forma de vida, que se arre- pintiera. Las primeras palabras que dijo a la humanidad en su aparicién publica fueron: «Se ha cumplido el tiempo, el Reino de Dios esté cerca, arrepentios y creed en el Evangelion (Mar- cos 1:14, Mateo 4:17). Fsta es su principal ensefianza y man- damiento: el kerygma Pero fijaos en la palabra «arrepentirse». A través de los si- glos ha sido mal interpretada y mal traducida, de forma que hoy en dia la gente cree que s6lo significa lamentar los peca- dos. Esta es una deplorable degradacién de las ensefianzas de Jestis. La palabra aramea que Jestis empleé fue fob, que signi- 193 John White fica evolver», «refluir a Dios». La mejor traduccién ue se ha hecho del sentido de este concepto es Lahee La palabra mera, noia, al igual que fob, significa algo mas grande QUE el mere lamento por un mal comportamiento. Metanoia, Climolégicg. mente, tiene dos rafces: meta, que significa ndo a nuestras facultades Propias de adulto, En lugar de ello, hacemos progresos trascendiendo la ilusidn del epo y ts dps sus falsos valores, actitudes y habitos. Alcanzamos la in: genuidad de la mente sin abandonar las cualidades POsitivas de la mayoria de edad. Volviéndonos nifios, no infantiles, ye mos Ta nifiez en su aSpecto mas favorable, en lugar de llevarla aun limite extremo. Se pierden las costumbres Superficiales y~ ‘caprichosas con un propdsito trascendental, ofreciendo a cada ipstante la obra de nuestra vida a ios, en lugar de ‘buscar ta autoglorificacién y la consoladora Tecompensa en este mundo ‘0 en el oiro. Descubrimos que el cielo y elinfierno no son tan remotos; son eStad6s de conciencia. ielo es Ta union con Dios, el infierno es la separacion de Dios y Ta diferencia no se mide por kilémetros de distancia, sino renunciando al ego yal. gocentrismo. eu hosmostr6 el camino del Reino, pero no podra —de hech0, no puede arnos alli | concepto del sf-mismo. Para gst caracteriza levarnos alli por arte de magia, El sacrifi- cio de nuestro falso si-mismo! depende de nuestro propio es- fuerzo y voluntad. Y, con todo, no sabemos si tendremos la oportunidad. Tenemos que contar con que la gracia de Dios, como factor final, cruce el nivel de conciencia. No obstante, se debe hacer el esfuerzo, es preciso hacerlo, As{ como el esca- lador sube al monte Everest, simplemente porque la cima est4 alli, ms pronto o més tarde el ser humano recibiré una Hamada del cosmos insténdole a ascender a la divinidad. Esta es nuestra historia de amor con lo divino. Como Jestis dijo: «si pides pan no recibirds piedras. Llama ala puerta y se abrira», 198 La iluminacién y la tradicién judeo-cristiana La tinica forma de entrar en el Reino de los Cielos es as. cender en conciench hacia el Padre, hacia ese amor incondi- serhal por toda Ta ercacidn, que Jestis nos ensefié. En eso se pasa la tradicion cristiana — de hecho, todas las verdaderas re- ligiones— en ensefianzas (tesrico practicas) para desarrollar una conciencia mas clevada. Pero para seguir a Jestis en ese camino es. imprescindible la responsabilidad. personal. Ia lave que abre el Reino de los Cielos. Para alcanzar la tras- cendencia de uno mismo se requiere honestidad, compromiso y una espigiualidad prictica para cultivar imignto. El resultado de esta disciplina es personal y hay que tener en r la conciencia puede conducir a cuenta que el hecho de alte ‘ina transformacion radical de la misma, tradicionalmente lla- mada iluminacion. Pero esto, por Io general, la cristiandad contemporanea no acaba de entenderlo. En su lugar, se idola- tra a Jestis y a la Biblia y se dice que el cielo est en algun lu- gar enel espacio interplanetario. El conocimiento del espacio terior —de la conciencia y la necesidad de cultivarla— ha ido en el olvido. ~ Por ejemplo, parece ser que la forma original del bautismo era una practica de iniciaci6n, por la cual la persona —el con- verso adulto, previamente preparado mediante el estudio de disciplinas espirituales— era inmersa en el agua hasta el punto de que casi se ahogaba. Esta experiencia de ver de cerca la muerte probablemente se llevaba a cabo para que la persona se proyectara fuera del cuerpo, segiin lo cuentan aquellos que han visto la muerte de cerca. De esta manera, el bautizado podia experimentar directamente la resurreccin, la trascen- dencia de la muerte, la realidad de los mundos metafisicos y la supremacia del Espfritu. Por lo tanto, recibfa una demostra- cion dramética e inequivoca de la realidad del cuerpo espi- nitual © del cuerpo celestial, del cual habla san Pablo en los Corintios 15:44 (refiriéndose probablemente a su propia ex- Periencia relativa a la proyeccién del cuerpo). Las distorsio- nadas formas de bautismo que hoy en dia se practican —inclu- 80 en las que se sumerge todo el cuerpo— son degeneraciones lastimosas de la idea y del significado originales de! bautismo 199 John White en la tradicién judeo-cristiana (De todas formas, ni implicitamente por esa practica, ya que hoy en dja otros métodos menos arriesgados para inducir a la on fuera del cuerpo. I bautismo simbvlico actual se justings complementa con la necesaria comprensién de sy URE tien, aunque esotérico, significado.) Mateo 11:29-30 sugiere otras practicas espirituales que Je. sais ensettd a sus discipulos y allegados: «Tomad mi yugs bre vosotros... mi yugo no es pesado». La palabra « entiende como «carga» o «trabajo». No obstante, se entiende mejor la palabra «yug» del sanscrito, que significa uncirs ¢ eunire. Esta es la rafz de la palabra «yoga», yel Yoga es ung practica espiritual destinada a acelerar, fisica, mental y twalmente, el desarrollo personal, a fin de que el Yogui logre la union con lo Divino, Esta unin con Dios es, preci ; el objetivo de las ensefanzas de Jestis. Asf, la CTistiandad eso. ténca interpreta los versiculos de la siguiente manera: «las practicas que Yo prescribo para evolucionar hacia la concien. cia de Cristo». Mientras la gente crea que existe un abismo infranqueable entre ellos y lo que Jess demostr6, la cristiandad no Hevard a cabo su misién. Mientras la imagen ingenua y romdntica del personaje histérico de Jess como el Rey de los Cielos —el Gran Padre en el Cielo— siga siendo el foco de atencién, en lugar de su demostracién cristica transpersonal sobre cémo franquear el abismo entre Dios y la humanidad, la cristiandad 80 habré cumplido con el propdsito fundamental. El principal objetivo de la cristiandad deberia ser el de «construir puen- tes». Es interesante apuntar que la tra mana acepta explicitamente esta condicién, puesto que tiene al Papa como autoridad Suprema, a quien técnicamente se le denomina Pontifex Maximus, que significa «el supremo cons- tructor del puente». (No obstante, una vez mas, los hes de esta tradicién no han mantenido el sentido de lo que guardan.) Actualmente, ¢! cristianismo exige una fe ciega a base de palabras rutinarias y comportamientos meeanizados, lo cual 2u0 D abrige, CXisten La theminacton y la tradicion judeo-cristiana deja a la gente vacta ¢ insatisfecha. Pero la llamada eésmica esta dentro de nosotros, a pesar de la ignorancia de las sastituciones religiosas, no nos serd denegada para siempre. El Espiritu Santo, la fuerza de la vida, entraré en accion para crear nuevas formas y dejar los fésiles atras. Pero si se entiende que el potencial humano que Jestis de- mostrd esté dentro de nosotros, si toda la cristiandad, consi- erada como la lave det Reino, evoluciona hacia una dimen- son divina, entonces la cristiandad cumpliria su propdsito, alentando a la gente para que evolucione, se transforme y as- cenda a un estado mas elevado, ya que no somos solamente seres humanos. También somos humanos que llegamos a ser y que estamos entre dos mundos, dos épocas. Lo mas maravillo- so que nos caracteriza como naturaleza-que llega a ser-cons- qente-de-si misma-como-Dios es que cada uno de nosotros tiene una capacidad latente para controlar conscientemente nuestra evolucién, para construir nuestro propio puente y, por lo tanto, convertirnos en miembros de la nueva época, de la aueva humanidad. He aqui las palabras de Jestis que san Juan transcribié durante su experiencia visionaria en Patmos: «Mi- rad, todo lo hago de nuevo» (Apocalipsis 21:5). A lo largo de esta transformaci6n, hay fases que se pueden formular de esta sencilla manera: del ortonoia al metanoia a wavés de la paranoia. Evolucionamos desde el ortgngia —es decir, del estado de ggo-cent er comun y co- mente— al mejggoia solo a través d je la paranoia, un estado en el que la mente esta perturbada (es decir, separada) y nue- vamente adaptada mediante la disciplina espiritual, de form: se pueda experimentar una clara percepcidn de lar - La psicologia occidental tradicional considera que la pa- ranoia es una depresién patologica. Desde luego, @ menudo lo €s, pero, considerdndola desde este punto de vista, no siem- pre es asi. Fs m4s como una ruptura, no final, por supuesto, que se considera necesaria para la evolucién en el camino ha- cia el Reino? la es una condicién que las tradicione 2s mistici SY sagradas entienden perfectamente. Las disciplin que la gen- 201 John White actica bajo la direccion de un guru, maestro o a te practica bajo la cun guru, m ; ep al, facilitan el pasaje por la paranoia, a fin de qu : nt ‘10 c pierda en el laberinto del espacio interi cante no s i SESOr eg Cel Pract). OF Y Se con. erta en victima vie magn vei que el metanoia, en general, no lo han ex i mentado los fundadores de la psicologta Y psicoterapig ci. dental, nuestra cultura no ha llegado 4 comprender |g Para. noia en su totalidad. Se la considera més como un aberran, ce ; te callejon sin salida que una condici6n necesaria Para alcanza, una conciencia mas elevada. No se comprende que la confy. sion, las molestias y los sufrimientos que se la paranoia se deben, en gran parte, a la d. ilusion, del ego. Cuanto menos dependam menos sufriremos. No obstante, los grandes sistemas es; entienden perfectamente la psicologia de desarrollado procedimientos Para curat gente se desprenda de su falsa imagen y No es una casualidad que la sociedad t ideal del ser humano a muchos santos Y Personajes sagrados, Esos individuos, que han trascendido el si-mismo y han com- prendido a Dios, han sido venerados por muchas Tazones: por su misericordia, devoci6n y serenidad, por sus nan xperimentan en estruccién de una 10s de esa ilusi6n Pirituales mundiales esta situaci6n, y han tla haciendo que la de su falsa identidad. €nga Como modelo o creto de los tiempos y la verdad de! ibé: y deja que Dios actie» Cuando el ego desaparece, cuando el in © reemplaza a nuestro co- fue Y estrecho egocentrismo, con todas sus pasajeras e in- fruct sas fantasias, ya nd existe ninguna base mental para el temor, eT odio, la ansiedad, | e ee Lansi¢dad, la irritaciGn, el apego o el deseo. su lugar, el funcionamiento Perfecto y armonioso del co: MOS Opera en nosotros, y el cosmos est siempre en equili- brio, esta siempre en paz consigo mismo. Esencialmente, el Mensaje cristiano contiene una llamada ala universalidad, una Hamada a la conversion césmicamente 202 La iluminacion y la tradicion judeo-cristiana consciente, No es una advertencia fundamentalista para tener Stidado con los falsos dioses, sino una exhortacién trascen- ental para fener cuidado con ta verdadera divinidad. Es u Hamada para colocar a Dios en el centro de nosotros mismos no por medio de la fe ciega, sino por la toma de conciencia, ni por la aceptacion incondicional del ritual y el dogma, sino por Ja expresidn lena de gracia de los principios césmicos. Es una llamada para «ser como dioses». Asi, Jesus pudo hablar acerca de lo que se llama «Segunda Liggada», como el fin del tiempo, el fin de la historia, el fin del mundo. En realidad, despertar de la ilusién del ego, del suefio de la vida mundana, para entrar en la realidad cons- ciente de Dios, es el fin del mundo. El fin del mundo no signi- fica la destruccién total, sino la trascendencia del espacio, del tiempo y la causalidad. Ya que, en realidad, no existe la Se- gunda Llegada. La Biblia nos habla de dos llegadas. El doc- tor Rocco Errico, experto en arameo, apunta que el verdade- ro significado de la frase mas arriba mencionada es «la llegada de Cristo». Lo cual Mateo confirma y dice que Cristo nunca abandond a la humanidad: «He aqui que estoy siempre con vosotros hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20). Asi pues, la ultima aparicion de Cristo sera una aparicion espiritual a escala mundial, libre de toda limitacién fisica. Errico escribe: «Para ese tiempo, la conciencia de la humani- dad se habré elevado a un nivel espiritual en el que cada ojo sélo verd la bondad. Los hombres se dardn cuenta de ta vida espiritual y del reino, y a la llegada de Cristo el mundo entero le reconocera. Su reino se establecera y el mundo estara dis- puesto a recibirle».’ Actualmente, el mundo se halla en una situacion cercana al holocausto total, Pero un problema no se resuelve al mismo nivel que se originé. El resurgimiento es la respuesta a esta emergencia. O sea, que la solucién al problema de la historia ho se encontrard dentro de la historia, es decir, dentro del es- tado de conciencia que genera tiempo, tentacion y conflicto: ego. El cambio de conciencia, la trascendencia del falso senti- do del si-mismo, del cual nace todo el comportamiento huma- 203 John White no destructivo, es el inico camino fuera d Reino de Dios, el inico camino fue, fuacién mundial hacia una nueva Er resurgir de Cristo en nosotros NOs puede medios para ver la realidad con clari " cultura global iluminada, Y e80 es Precisamente loqu del Hombre nos enseho, Qué es la espiritualidad? De nivel a nivel de la realidad, podemos defi tualidad de esta manera: ir ba espir. mas desinteresadamente, sin distincién de color, género, clase © nacionalidad. En términos cosmolégicos, con: Verso, en consonancia con el infinito, En términos teol6gicos, consiste en ver a Dios en todas las cosas, en todos los eventos Y €n todas las circunstancias como la luz infinita yelamor incondicional. JOHN WHITE 204

You might also like