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EL PRINCIPIO DE ADECUACION ETICA EN EL USO DE LOS MEDIOS DE CONSERVACION DE LA VIDA: ENTRE EL EXCESO ‘TERAPEUTICO ¥ EL ABANDONO DEL PACIENTE ‘Mauaizio Cauieant Introduecién, En nuestros dias, las noticias ponen continua, y a veces dramiticamente, = y controvertidas, pero la persona que sufte y que nece- Premisas antropologico-teologicas Al inicio de mi itinrario, me parece necesaro referrme a algunas premisas csenciales de tipo antropol6gico y teoldgico, aunque sin deteaerme en este ac- ticalo a justificalas. Dado el contexto global dela propuesa de este Congreso, «reo, en efecto, ue se pueda adoptar un enfoque antropolégico de tipo persona- “a ido de inexact nse econo bs amples expo amen cl po eer Sow MCs Te an pt ‘chic wpe inl Baten (San Bok, 200 fen eps CALM Ne Coy rs ‘te Bon hee EDUCA, 9, (enna 152 Maar Caliph lista (con fundamento ontolégico), del que derivan los eriterios axioldgicos de toda tie in avi fic inva enire os ens rlaivs de a peso- na (mo ao parla perso, represent in daa alga, gu que precede y food dpe deals Cheeta oe eh eens Comte de pce so abate dem dtl Tn l efoto por alors bondad dc el empleo de ls meds de con- secacon dela vid soba de poner deme como celeriac tied mconocineso dee talib ialed —o de ote do, wl — de ue todo ser humano posee desde epee ee = a cae en er ea ee manic sc eprert mcs qu aden ben fina evden, de alo eee ees come ee eee Sarees Se antdlemtoataoie Game sep gr ta a eh res eater er 5 GE Jus Pato Ug 38 El ricpe de adenine oo de ri de ona kid 153 de un determinado medio de conservacién de la vida, sino el de reconocer y res. dlignida actuales, tanto si tiene buena salud como si experinenta Ia fermedad 0 de la cercania de la muerte ‘Naturalmente, subrayar esta perspectiva de acereamiento ético no significa rnegar la justa exigencia relative al hecho de que la teflexién moral, para poder claborar concretamente un juicio de valor ico acerca del uso de tn determina: do procedimiento médico o, mis en genera, de un medio de conservacién de la vida, tenga la necesidad de individoar criterios que sean los mis objetivos y cla- 10s posibles. Un dinamismo valorativo en tres «fases» Al recotrer los varios textos de la Tradicién moral y del Magistrio relativos al ‘empleo de medios de conservacién de I vida 6, se puede poner de relieve el uso mayoritario de dos diadas terminoligicas que los connotan desde el punto de vista de la posible obligacién moral de rec la diada wordinasio/ex: °. Por ello, me pregan aclaracién conceptual que tenga en cuenta la espe una de estas expresiones, sin tener necesariamente que consideratlas. de simple eequivalenciay o ealternativan ‘Tras un largo estudio y reflexion reiterada, he madurado la firme conviecién de que la respuesta ha de ser afirmativa y voy a intentar dar una argumentacion cen favor de este punto de vista, + empha erp at ene cg ae tt erie ote Ba pe ng uae Leal ase PE wr 154 Masri Caliper le a formulacién de un juicio En este continuo didlogo, es necesatio que, por parte del médico, haya special Cuidado en evitar el riesgo de caer en formas de paternalismo médico, cexcesivo y ttzogante, que consideran al paciente como tin «menor» que hay que gestionar prescindiendo de su pasticipacién personal; en el lado opuesto, el pa ciente tiene el deber de huir de coda forma de un eautonomismo» mal compren- dido en relacién al médico, es decit, de un comportamiento que tienda a conside tar al médico comparindolo con un mero «instramenton que se puede utlzat, cen el nombre de la propia autonomia, para realizar los propios descos en orden al cuidado de la salud y de la vida. En cualquier caso, es necesario reconocer que la responsabilidad primera y lltima del juicio ético que hay que formulae pertenece, en éltimo término, al pa ciente (0 a quien Jo representa legitim: -n cuanto primer titular del bien ppetsonal dela vida, Naturalmente, ram de la propia conciencia moral y profe terapéutica establecida entre ls dos al inicio de la reacin de atencién més Volviendo a nuestro recorrdo, lo que en definiiva quiero propon procero dindmico de valoracién que puede ser escrito mediante una {ion en tres fases Segin Ia Iipies, deberé tener en cuenta. incilmente imentos de tipo médico-téenico 0, mas en general, todos aquellos Factores 1 oes de exer pro sk pin 20s Et princi demain ic ono lo medio de emer dl ide 155, prestan 2 una valoracién eminentemente objetiva (primera Sa okies ieclap: eres clas ms es eae iy Sone SEs ase ae eek ee Primera fas: valoraciin dels epoporionalidads ‘Mi propuesta es la de reservat la calficacin de «proporcionado» o wdespro- diagnéstico, terapéutico, palitvo, de asistencia, natural, mera fase de este dinamismo de valoracién, es deci, a analizatse principalmente los elementos de eardcter te prestan en mayor medida a una valoraciéa objetva, sustancialmente indepen- dicate de la subjetividad del paciente. En esta éptica, la proporcionalidad o desproporcionalidad de un medio de conservacidn de Is vida indicacé la adecuacién o inadecuaciéa etécaico-médice» de su uso, en relaci6n a la consecucién de un determinado objetivo de salud 0 de apoyo vital para el paciente Consideremos, lo,e1 uso de un medio natural de conservacion dela situacién clinica y para un determinado sujeto, re habri que considerarlo eproporcionado» en la medida (y hasta el mo- que conserva la capacidad aetual de aleanzar su finalidad especifica, es le autre al persona, proporciondndole las sustancias necesatas para st nimiento vital, El mismo razonamiento, un con una valoracién téenicamente més compleja, vale en el caso de una intervencién médica (diagadstica, terapéutica o de apoyo vital. Para bacer més clara la aplicacion del concepto de sproporcionalidad a los actos médicos en general, me parece itil evocat desde el inicio algunos principios de fondo, comunes a la moral y la deontologia mé Bn la elecci6n de los medios de intervencién, todo médico consecuente tie- ne el deber de seguir algunos criterios fundamen beri siempre emplear, 156 Messe Calipar y que tengan un menor mimero de efectos secundarios graves o es? (Cl médico) y de leptimas 7 razonables expects al valor qu exist reconoce alos benfcon propuesa, nese sentido, propongo uta el txminoeeficaia médias para indice = ae in de la eal reamntesignetvs para vide del pero {cicndo cn event content global des essen lesa olga adop ins por Bo a pectic inca pede dase I piecacne wagner seer aon era thine miticey ltareate haben Ba fet en ane a ji fe tists EL princi de adn ies eno de mode conser de aide 157 médica es un el eficacia global ppaciente. Dicho juicio deberi ser el resultado de una valoracién comparada de varios aspectos vinculados a la intervencién médica en cuestign; 8) Le disponbilidad concreta del medio 0 gue éte se pueda plausiblemente encontrar 1a primera y obvia condicin necesaria para que un medio diagnéstico, tera- péntico o de apoyo vital pueda resultar proporcionado, es que sea, ‘para el uso, 0 que «razonablemente» se ‘cado para afrontar una determinada condicin clinica, pod twacidn dada, desproporcionado en cuanto que no es dispor mente accesible. b) Les cxtalposbilidad tienen de msar ef medio adecuadament, Mas ali de la dis- pponibilidad concreta del medio, es necesario que haya también una persona que pueda utilizarlo con la suficiente pericia y competencia en el momento oportuno. Usar de manera inadecuada un remedio o un instrumento médico puede, en cfecto, ser causa de una significativa disminucién de su efcacia, pero sobre todo, den notable aumento del riesgo para el paciente, haciendo de este modo que el uso de tal medio sea desproporcionado. ©) Las reqnailes expctativas de real egfcaca mica del! medio. Ades de la ve- rificacin de los dos primeros elementos mencionados, que representan casi una condicion previa para el uso de un determinado medio de conservacin de la itores para determinar su proporcionalidad es la benéficos que puede procurar aun determina ituacién clinica y en relaciéa a un previo objetivo ‘constantemente durante todo el previsin rxzonable de lose do paciente en la expec smédico Dicha prevsin te , condiciones concretas del paciente pueden variar con el tiempo. Recordemos que el elemento de laeficacia médica tiene que ir acompatiado del de Ia eficaca global, que examinaremos més adelan- te, entre los factores de caricter «subjetivor Por ello, generalmente, en una de tal juicio moral deberia ser un ‘gradual que sea el resultado de Ia pro- ‘gtesiva y atenta evaluacién de numerosos elementos, en un clima de sincero y constante didlogo entre el paciente (0 sus legiimos representantes) y quienes lo asisten. Fn este continuo didlogo, es necesasio que, por parte del médico, haya ‘un especial euidado en evitar el riesgo de caer en formas de paternalismo médico ‘excesivo y arrogante, que consideran al paciente como un «menor» que hay que gestionar prescindiendo de su partcipaciéa personal; en el lado opuesto, el pa- ciente tiene el deber de huir de toda forma de un eautonomismo» mal compren- dido en zelacién al médico, es dect, de un comportamiento que tienda a conside- rac al médico comparindolo con tin mero «iastrumento» que se puede uatlizas, en el nombre de la propia auronomia, para realizar los propios descos en orden al cuidado de la salud y de la vida. En cualquier caso, es necesario reconocer que la responsabilidad primera y lltima del juicio ético que hay que formulae pertenece, en sltimo término, al pa ciente (0 a quien lo representa legitimamente), en cuanto primer titul per de la propia conciencia moral y profesional, sin violar jamais la del paciente. pues, en el caso de que surja un conflicto insoluble ei ciente y la del médico acerca de la 6n érca de una determinada int cién de apoyo vita, la mejor colucién es, sin duda, la interrupeién de la terapéutica establecida entre los dos al inicio de la relacién de atencién médica Volviendo a nuestro recorrdo, lo que en definitva quiero proponer es un proceso dindmico de valoracion que puede ser descrito mediante una artcul cién en tres fases. Segtin Ia ldgica, deberd tener en cuenta inicialmente los El prin de nano deo mi de comerac dled 155 de su uso, en relacin a la consccucién de un determinado objetivo de salud o de apoyo vital para el paciente. Consideremos, por ejemplo, el uso de un medio natural de conservacion de vida, como la asuncién (0 suministracidn) de alimento y de liquidos; pode afirmar que, en una determinada situacién clinica y paca un determinado siempre habri que consideraslo «proporcionado» en la medida (y hasta el mo- ‘mento) en que conserva la capacidad actual de alea decir, lade nutrir ala persona, propotcionsindole las ‘mantenimiento vital El mismo azonamiento, aun con una valoracién técnicamente més compleja, vale en el caso de una intervencién médica (diagnéstica, terapéutica o de apoyo. vital. Para hacer mas clara la aplicacidn del concepto de eproporcionalidad> a los actos médicos en general, me parece til evocar desde el inicio algunos principios de fondo, comunes a la moral y a “soos pence 6n de los medios de intervencidn, ne el deber de seguir algunos criterios fundam dentro de los limites de su disponibilidad actual culares fisio-patoldgicas del paciente en cuesti6n, con menos riesgo para 158 Masi Calor ) Las eventuahes efector secandarosperjudiiales qu el empleo del medio puede colle ar para o paciont. Casi todas las intervenciones médicas conllevan, junto a los ‘efectos benéficos que se busean, algunos efectos secundarios mis 0 menos ncg- tivos para el paciente. A veces, pueden ciusar dafios significativos para la salud dela persona, Por ello, en caso de igual eficacia médica, seri neces iderat ‘como mis proporcionado el uso del medio terapéutico que, en la situaciGn clini- ca en cucstion, conlleve para el paciente un menor niimero de efectos secunda- (©) Lasricgr previsble par ls ala sida del pecioty,eentualments plc en eb 100 del mea, Muchas de las intervenciones médicas conllevan un cierto porcenta- je de riesgo para la salud del paciente, Cuanto mayor es la entidad de tales riesgos (a términos de probabilidad y grave ayor ha de ser el indice de eficacia ‘médica esperado en el uso del medio en cuestién para que pueda ser considerado como proporcionado, La entidad de tales riesgos ha de ser relacionada también con el grado de severidad de la patologia que se ha de diagnosticar o curar, asi ‘como a la urgencia de Ja intervencidn que deriva de la simuacién clinica que se afronta: cuanto mayotes sean las condiciones erfticas del paciente, mas alto ser clumbral dl riesgo acepeable. En todo caso, la cuandficacin del umbral de ries- {g0 aceptable en el uso de un medio de conservacién de la vida en relacién a una determinada patologia, deberia set establecida segiin estindares clinicos amplia- ‘mente compactides por la comunidad médica. {) La poibilidad actual derecarir a abernatioasterapéticas de igual a mar facia. La posibilidad de poder recurrir a vélidas alterativas terapéuticas al medio su- ‘puesto para hacer frente a una cierta situacién clinica, constituye para el médico tun ulterior elemento de consideraciin en la valoraciéa de la proporcionalidad te- ‘qua mon para tal comparacién es que las al- una eficacia médica previsiblemente gual o mayor que el medio que Le ewanfeain de las recurs. empleo ded media Bste factor de valorecién de la proporcionalid de conservacin de la vida adquiere presentes en la mayoria de los paises Los costos, a menudo muy elevados, de la medicina moderna y de las sofisti- cadas tecnologias que la apoyan ponen, de hecho, el problema crucial de una co- rrecta gestién de los recursos sanitarios disponibles, que obviamente no son il Elprincpo de ada tie ne be ind esac de vide 159 cia el uso de aque] medio de conservaciéa de la vida que conlleve menores costos sociales, sobre la base de los principios de justcia dstributiva y de soli- ddaridad, Para evitar interpretaciones equivocas, es importante afirmar de nuevo con, fuerza que el bien fundamental dela vida humana no se puede cuanti ‘minos meramente econémicos, ni puede ser medido en relacién a por lo tanto, que en el caso de que el recurso el jinico modo de salvar una vida humana, y se verifi- de proporcionalidad precedentemente indi Segunda fase aloracin de ka eordinaredads mera fase de valoracida de un medio de conservacién de la vida, emi- te técnico-médica, y que produce un juicio de aldad sobre su uso en | i 160 Masri Calpart vida (ya sea diag nario fextraordinasiow al uso de un medio de co set, pues, los crterios objetivos que la persona interesada F lesson los elementos que hay te correcto la ordinariedad o ex ‘moral haya desarrollado un ah rencia imptescindible para toda teflexi6n poste- Tos autores clisicos algunos elementos sa, reelaborindolos —donde sea nece- saanto dig, lcacion de jetivo, prefiero concentsar la atencién sobre la indicaci6 “que pueden connota, pata el paciente, la wextraordinariedad ‘medio empleado pata el fin de salvaguardar la vida posible momento en el que su uso concreto en una que un medio de m ‘ordinario, a menos que su so en situscién no conlleve para el paciente, segtin su prudente juicio, al menos un elemento significativo que connote su extraor- dinariedad. , os factores que pueden hacer extraordinatio el uso de un tho de que el paciente experimente, subjetivamente y en la situacion cor ‘una cieta imposibilidad (quaedam impssiilita), fsica o moral, a su empleo. Ni ‘ment, ess imposiiad debe asumir par pacinte un grado gue tituya un empcoramiento excesivo de sus recursos humanos actuales. ¢ factores pueden causar una tal imposibilidad? Me parece que, en términos sus- tanciale, se puedan reducir a las siguientes categoria 1 prin dean tao 60 dor mis de cmon de ide arios para la fruicion del medio, Es ppara que pueda constituir un factor real de extraordinariedad, debe le - se sticulo particularmente gravoso para Ia persona, segin su valora- jetiva, Es razor sin embargo, a menudo rado aceptable y ps gestionada por cl sujeto interesado, representando en exe caso Snicamente un cempeoramiento ordinatio. bb) Experimenta, on relacin como emple del medic, um dolr fia ingent o insoprta- ‘bie que no puede ser sufionnts aliada. A pesat de los enormes progresos que la analgesia ha levado a cabo en los Gltimos decenios, es siempre posible que el empleo de un cierto medio de conservaci6n de la vida pueda, a veces, conllevat para el paciente un dolor fisico de alto grado, De todos es bral de soportabilidad del dotor es un el ‘gue a un grado tal que condicione gravemente su equlibtio personal global: faves el empleo de dicho medio separa con tod sid extor ©) Gastosecomionies, sinculados al uso del medio, que sean nay gravosss para el pene «pars ss paras. Ya hemos considerado, a propésito de los facrores de propor- clonalidad de un medio de conservacia de la vida, 6 - ‘némicos necesarios para la disposicién y el empleo de tl medio para una corree- ta gestidn delos recursos sunitaros en ua régimen de asistencia snitaria pablca, 2 Ku GT Day of Ua Ariel Ma f Pring Lf Tegel Sie 185,126, sen Ci ee prpr o e l ay ao a Masri Calipari 19 nos parece, sin embargo, moralmente 10 méximon de gasto (:Quién lo decidieia? ‘el uso de un ciesto medio de conservacion lquiee persona y sea cual sea el states econdmico de fen cualquier caso. aru treme med 0 wna furs repagnancia ew rela al emplen det medio. Aa de ‘de un tal caso pueden concurtir diversos factores sub- jetivos de tipo psicoldgico, emotivo, cultural, ambiental, etc Cuando los mecanismos de autodominio del sujeto mo son suficientes para ‘gestonae y compensa las emociones de miedo y/o de repugoancia suscitadas Eventualmente por el uso de un medio de congervaciGn de la vida, ésts pueden. Sleanzar un grado tal que leguen 2 causar una ciesta imposibilidad para la perso- nna de recutrie al uso de dicho medio que, para el sujto, resultaria por ello ex- traordinaxi. Junto a estos Factores potencialmente causantes de una ciesta imposbilidad subjetiva al uso de un cierto medio de conservacién de la vida, incluyo tambi (otros tres elementos importantes que pueden incidir sustancialmente sobre el inicio de eventual extraordinaticdad del medio, aun no representando necesaria- mente para el paciente una causa de guaedam imposiiites « sa empleo: (©) Una probabiidad razonablament alta de graves regs para la vidao la sala del pacet,snstados al empleo del medi, vloredes pr ef pacene misma en reli al gre “ded dso conden clinica tua, Tarnbign este elemento habia sido ya afrontado al tratar de los erterios de proporcionalidad. Aqui nos interesa considerar su di- ‘mensi6a puramente subjetiva, Existe, de hecho, una valoracion técnica, de tipo objetivo, de los tiesgos posiblemente vinculados a una intervencién médica, bar sada en ls estadisticas proporcionadas en la literatura médica, sobre los esténda- tes adoptados por la comunidad cientifica y verificada en la experiencia ‘Sin embargo, una vez que el médico haya valorado, desde el punto de vist ‘ca, la aceptabilidad de los riesgos rizonablemente previsibles que el uso de un ie én su condicidn clinica, queda ‘al porcentaje de riesgo previsto, en t sperados en la conereta situacin clinic rel de siesgo para In vida o la salud del paciente, razonablemente valorado por el mismo como ¢x- cesivo (ea tétminos de probabilidad y/o de entidad), convertiria en extraordina- fo el empleo de tal medio. 1) Una bj tase de eficacta fobs en relcin a os benefciosragonablementespera- es pordl paints, gin a ecalaaxioigia adeplada port Teas haber incluido la efica- EL princi anaconda mir de cmc vide 163, para el paciente una ventaja tal que sea capaz o, teniendo en cuenta también lo que dicho me- wen términos de agravamiento para él y/o para su fa- a pcente el emplmiento de deere: morales mas gravee indieribes. Este Gizno immpor- tae fictor depose extrardnaiolad en cl wo de un meio de conservacin dela vida, hace referencia & los casos en Jos que el mecanismo de accién o ls consecuencias del medio que se emplea ponen al pacieate en una eondiién eli ‘a que sea un obsticu morales (de caridad 0 negativa graves pata si o para los dems. En esta categoria de conta, en algunas circunstancias, tambiéa el hecho de poncs estado de incoasciencia toa o paeial por motivos médicos ( dlucido farmacoldgicamente, analgesia ec) Entre los factores que mayor incidencia tienen en la valorscin subjetiva de este clemento de extraordinariedad se cuenta sin duda alguna el de la eduraciSn en lsempon de condi cla desivonbl vine al empleo de edi puesta en relacin con a gravedad y la urgencia de los deheres que cumplic fal empleo impide. pecumeley ee Trea fase: cites elasfcatoria Una vez aclarados los principales puntos que caracterizan la segund 1 que caracrerizan Ia segunda fase del dinamismno valorativo que estamos proponiendo, cuyo fin es el de determinas la ordissedad/extaoedinaed del wo een cera tacdio de conserecisa de % CE De Luce f, Dpto Sen i: Vv Hs. sek ues aa Morb Puss: Vii. Nor, 16865 VE, De ati 164 Masri Calipari 4 su proporcionalidad/desproporcionalidad y a su otdinatie~ dad extraordinatiedad, tal como las hemos detinido y descrito. JJuntando estas variables descriptivas, podemos deducir la siguiente clasifica- «ida teérica de los medios de conservacin de la vida: ¢) medios proporcionados yy ordinarios; 6) medios proporcionados y extraordinarios, «) medios despropor- ‘Gonados y ordinarios; 4) medios desproporcionados y extraordinarios. ‘En cada situacin clinica, por tanto, mediante el dinamismo valorativo que he ‘Lempleo de un cierto uso de conservacion de la vida puede quisiera dedicar el proximo apartado. i ‘Antes de comenzar, me parece importante hacer una iltima observacién so- ‘bre las dos primeras fases del proceso valorativo apenas descrito. Para una mayor ia expositiva y clardad sistematica, he hablado de ellas como de dos fases jogo ent el paciente y el personal cla» de momentos valorativos, toralme Ja cualidad del proceso de juicio en su Jos criterios y Jas competencias propias examinadas mas arriba. Bl juicio de la «adecuacién ética» acerca del uso de un medio de conservacién de la vida Para completar mi propuesta de relectura de la doctrina moral sobre el uso de los medios de conservacidn de la vida, es necesario ahora concentra la atencin, sobre un aspecto especi hemos intentado ex lin de connorar de vista de su proporcionalidad y de su ordinariedad. Nos queds, por lo tanto, afrontar la cuestin crucial de los deberes éticos, en orden al actuar (emplear 0 El prin adenine em lc det mie comer dk its 165 zo el medio propuesto), correspondientes a cada una de ls eategortas d cacién indicadas, El deber moral del uso de cual Ante todo, examinemos cl caso del empleo de un medio de conservacién de Ja vida que, tas una valoracién operada en la primera fase del dinamismo que he- mos deserito, resulte ser eproporcionados, es decir, médicamente adecuado (se iin los ctiterios precedentemente indicados) a la situacién clinica que hay que afvontar para un determinado paciente. No cabe duda de que el uso de tal medlio 10 poded nunca ser considerado i ‘no es por razones extrinseess), puesto tun medio técnicamente adecuado para el ppara el paciente éticamente obligatorio 0 facultative. Lo que determinaré qué trate de un grado u otro de deber moral es, fundamentalmente, el juicio em gente de la segunda fase valoratva, es te mismo. En el caso de que el empleo de un cierto medio de lela vida, valorado como proporcionado, resute ademés wordina- cl paciente, hay que considerar el recurso a tal medio como obligatorio para; siel mismo medio resultara s camplir con deberes mis graves (de catia o de jusici, projimo), también el uso de un medio propotcionado y extraondinaco pudiera resultar obligatorio para el paciente. Qué hay que decs, en eambio, de un medio de conservacin de la vida que resultara edesproportionadon, es decir, no adecuado desde el punto de vista mé- dco (sempre serin los exitetios precedentemente indicados) en base al juicio surgido de le primera fase del dinamismo valorativo? Me parece tener que conchii que laeleccién de recute a uso de al medio deba ser Clee en linea de pris como un acto moralmente ilicito, ‘aya gaavedad asume un grado diferente segn ls efectos reales que el empleo det medio causa en el paces. Cand, enefeta,valeramos como eleapro. 166 Mais Calipari porcionadow (¢s decis, médicamente no adecuado) un medio de conservacién de ‘efectos que causa que procura un cierto do.n0 su como para set més importante que los posibles efectos secundatios nocivos vin- culados a dicho medio; 2) puede tatarse de un medio que no sea capaz de procu- rar ningiin beneficio al pacieate; 3) puede tratarse de un medio cuyo uso concre- to se demuestra sélo nocivo pata la salud del paciente. iad, a mi parecer, no cesaria de subsistir tam ia wordinatio» para el paciente (en referencia a sentido de no conllevar para él ningin particular elemento de extraor- dinasiedad, un ‘Sin embargo, creo que, al menos en cori, se puede prever una sola excep ida a esta valoracion: se trata del caso en el que el uso de un medio despropor- cionado del primer tipo (objetivamente benéfico, pero no en modo suficiente) represcnte, hi of ms a nica manera que el paciente tiene a su disposicién para poder cumplir con ol ss morales gravisimas (de caridad o justicia) e indi- feribles. Slo en este ex modo de ver, el recurso a un medio de conserva- cién de la vida valorado como «desproporcionadon (pero sél joralmente lieto para el pacient tipo) puede sex considerad bio, su uso comporsase elementos de extraondinariedad. Nan se de medios desproporcionados, hay que verificar con atenciés dos elementos: la previa condicién de su efectiva disponibilidad y de una razona- bile certeza de que su empleo no constituya, en én del principio de justicia dstrbutiva, quitando a otros tados, en términos de gravedad y de urgencia del tratamient los recursos sanitarios actualmente disponibles. buena parce de La obligacién ética por parte del médico a iva adoptada por los moralistas de la Tradicién al teatar la cues- tio mba Tel ro de meds de contervacon dea wd ha sid, pinpaent, tee lor dsbers por pare del pant; es ncetio espe a ace agin i aeeeneie EL princi anni is em do rir de somes el id 167 dis de algunos monies moder smpicin dels perpec,Hegando ha ores por pare del mica de mi propuest de rev seis a propdsio del ws de los iba dea vid, ye subrayado la importanc a especi medics y del pertonal tao en general en a aborcn se del dinamismo valorativo delineado, Queda ahora inar con coils sean los debetes morales correspondiente al meen y 2 die, evenrsiment,coabor con ws aborprofeional, en rela al empl de un deerminado medio de consermcion de la vid, en la shuacan ces dake La respuesta aparece como conscueacia dea premisas que he puesto hasta thors lmadico qu sept Hbremente hacer arg de ua pacienepaa su. dario con su profesional a sstener na vida y cua su aud intra at Jagquea mentdo es lama ei tem, tne el deber de cumple todo ln minmas blgnones morals gure paint en orden ala coneeracin desu vida yl cided des sald Eso sipnifea qo el médica tiene el debor code asec al pucient, ate todo, ln daporcdn de los medion wproporcionados y soninarom valtades ‘Ademés, el médico tiene la obligacién limites de lo posible, la disposicién de los medios eproporcionados» y «exttuordi- narioso alos que él, eventualmente, eligiese recurri, de manera licita y razonable. En base a la misma ldgica étca, el médico tiene el preciso deber de no recu- ‘rir al uso de medios de conservacién de la vide que resulten «desproporciona- dos» (excepto en el caso ya descrito acerca de los medios desproporcionados del |, ni siquiera con la explicita peticién por parte del paciente a conciencia moral de a persons euyo euidado le ha sido ldo anteriormente cémo en el easo de que se vetfique ea 0 y el paciente un desacuerdo de coacleneia sustancale insanable leecién de un detcominado medio, tal desacuerdo pueda consiuie 168 Menge Clipart ‘una rizén valida para interrurnpit a alianza terapéutica precedenteaente instau- sada entre ellos Conclusion Hemos llegado a Ia conchusiGn del recortide. Al introducie este trabajo, habia declarado el objetivo principal que se prefijaba: llegar a proponer una mucva sin tesis de la doctrina moral acerca del uso de los medios de conservacién de la de la Tradicin, pero también ‘puestas por el incesante desae vida, en contnuidad con ls ensefianzas secul poniendo atencién a las nuevas exigenci frollo de las ciencias médicas y de las tc Considerando que no se debia perder sora del pasado en la materia i as mis ‘moral estimuladas por el eontinuo progreso nuevo cuadro sstemético de valoracién que parejas conceptuales de sproporcioralidad/desproporcionaliad (cronol6gica- Trente mis reciente) y la de eordinariedad /extraordinatiedad» (ons tradicional) Sin por ello privates de sos diferencias y de su specifi. [K partir de este dinamismo valoraivo he intentado, finalmente, derivar un correspondiente esquema nocmativo que pueda representar una referencia prei- Sa para las eleciones concretas sobre el ecutso a varios medios de conservacién dela vida Er resultado de mi esfuerzo de nu ser denominado «principio de adecuacion ética acerea del uso de los medios de conservacién dela vidan. Soy bien constiente del hecho que la propuesta emergente de este estado, aunque me parece bien fundada y desarzollada coherentemente, representa slo tan» camino —ciertamente no el nico posible— para afrontar de manera sist- tmitie la cuestin moral del uso de los medios de conservacion de a vida. Ta misma constataccn vale para laterminologia que, convencionalmente, he eleg do adoptar en la presente propuesta, prestando atenciin a mantenerme total mente Fel als concepts y las perspectvas ya desarolladas por el camino seco- lar de la Tzadicién moral. ‘Gon todo, me parece importante subrayar que la perspecivaclegida para ela- bora a nueva propuesta ha sido de tipo eminentementete6rio. El «principio de sndecuacin étcascerea del uso de los mecios de conscrvacin de I vdeo que he disefado se limita a proporcionar normas generales que intencionalmente, en el recortido de estas piginas, no han fades de mancra sistemética a casos lino particulares. Este desarrollo wategoriab, por amarlo asi, representa la riqueza contenida en la reflexién jentes intuiciones del pensamiento dico, he intentado delinear un El ricpe de aac tie men de ot mir de cmd ia 169

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