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Dindmica y evolucion de la vida en pareja ——___ Dr. MARIO SOUZA Y MACHORRO Licencintura en Medicina, Especialidad en Psiquiatria Division de Estudios de Posgrado, Facultad de Medicina Universidad Nacional Autonoma de México Especialidad en Psicoandlisis Division de Estudios de Posgrado, Facultad de Medicina Universidad Nacional Auténoma de México en coordinacién con el Instituto Mexicano de Psicoanilisis| Editor responsable: Lie. Ma, Eugenia Gomez Lopez Editorial El Manual Modemto @ Editorial &/ Manual Moderno, S.A.de C.V. México, D.F - Santafé de Bogoté Dinmiea y evolucién de la vida en pareja © 1996 ISBN 968-426-708-8 Editorial El Manual Modemo, S.A. de C.V., ‘Av. Sonora 206, Col. HipSdromo, Deleg. Cuauihtémoc, 06100 México, D.F. Miembro de la Camara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Reg, nium. 39 Impreso en México en los talleres de Programas Educativos, S.A. deC.V., Calz. Chabacano No. 65, Local A, Col. Asturias, 06850 México, D1 Todos los derechos reservados. Ninguuna parte de esta publicacién puede ser reproducida, almacenada en sistema alguno de tarjetas perforadas o transn ida por otro medio —electronico, mecénico, fotocopiador, Fegistrador, eteétera— sin penniso previo por escrito de la Editorial. All rights reserved. No part of this publication ay be reproduced, stored ina retrieval system, or vansmitted in any for or by any means, electronic, mechanical, photocopying, recording or otherwise, without the prior pennission in writing from the Publisher ovoret Ean! oare, 5.4 36.0" BY Advertencia ———— El contenido de este libro es resultado de la compilacién de distintos materiales que el autor produjo como parte de su trabajo educativo alo largo de los aos en diferentes instituciones, desde 1983 a la fecha, en forma de conferencias, talleres, seminarios, articulos de divulga- cién, trabajos presentados en congresos o comunicaciones psicoterapéuticas; pero, funda- mentalmente del deseo de aprender y comunicar. Parte de los materiales presentados aqui se reproducen modificados ex profeso, respecto de su publicacién en las revistas Salud Mental, Ginecologia y Obstetricia de México y Revista de la Facuiltad de Medicina, UNAM, entre otras, a las cuales se agradece cordialmente las facilidades otorgadas para su publicacion. Elautor Vi Prélogo i Este libro es parte de una obra mas amplia y ambiciosa en la que el Dr. Mario Souza y Machorro ha voleado, junto con su entusiasmo por transmitirinquietudes y conocimiento, larica experiencia que lo acompafia, a partir de su formacisn psiquidtrca-psicoterapéwtict, y desde la perspectiva del psicoandlisis humanista, enfoques aplicados al tratamiento de pacientes individuales y parejas con problemas en su selacion conga) ‘Eearibir este prologo ha sido una experiencia llena de agradables sorpresss y satisfac: ciones, sin que fallase tampoco, por supvesto, a ansiedad por encontrar el tiempo inlspen sable para revisar el amplio manuscrito, hacerle justcia a.sus indiscutibles méritos y Finalmente, estimulado por la lectura, abrir un venero para escribir estas Lineas y tratando de cceribir otras propias, consecutivas al despertar que Mario de alguna manera ha provo- cado. ‘Creoque el trabajodel Dr. Souza, entre muchas otras cosas, t de mostrar oSmo el pensamiento y Ia experiencia de los psicoterapeulas mexicanos en este campo empieza a dejar testimonio en la palabra escrita, hasta ahora casi ausente, de no ser por algunas contribuciones en uncs cuanto libros, si acaso un mayor numero de articulos, Que me temo, no tengan suficiente dfusién en el mundo de habla hispana, comparado con Ta profusa y abundante produccién de laliteratura estadounidense, alguna de dudosa calidad, sobre todo cuestionable su aplicacién acritica a una perspectiva ideolégiea y cultural diferente como la nuestra, Si tan sélo fuera por esto, la contribucion de Dindmica y evolucién de la vida en pareja tiene ya un gran mérito, Pero hay que afiadir que ademas hace una revision muy amplia y bien documentada de algunos temas de extraordinaria importancia por sus consecuencias tan trascendentales, como es el easo de los aspectos psicoldgicos de Ia eleecién, la dindmica inconsciente de la relacién entre los miembros de fe pareja y como a partir de algunos conceptos y elementos furxdamentales, podemos IX eel valor extraordinario X + Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Prologo) entender el desarrollo posterior de los matrimonios, tanto en su normalidad como en las distintas manifestaciones de su patologia; en las que trata con particular tino, la lucha por el poder y la agresién en la pareja. Nos describe, de manera aguda y penetrante, un esquema de cuatro patrones relacionales patolégicos del matrimonio y algunas de sus manifestaciones en la psicosexualidad conyugal, contrastando éstos con los perfiles que considerariamos podrian existir en un matrimonio sano. Resulta muy interesante para los que trabajamos en este campo de la problematica humana, identificar algunos de estos rasgos patolégicos entre nuestros pacientes y ver también qué escasos 0 poco frecuentes son los matrimonios que cumplen, de manera mas 0 menos plena, con los perfiles de lo sano. En los capitulos subsecuentes se aborda el tema de diversos conflictos'y distorsiones de la sexualidad, asi como el modo en que el problema del alcoholismo repercute en la misma. Vale la pena destacar Ia importancia que se le asigna a la funcién del terapeuta y el papel de grave responsabilidad que tiene en el diagnéstico y tratamiento adecuado de estos problemas; también se refiere al delicado tema del manejo inadecuado de la relacién terapeuta-paciente en esta area, especialmente cuando los problemas transferenciales ¥ contratransferenciales lo Uegan a desbordar, sobre todo si no se cuenta con una sélida formacién y un marco socioprofesional definido en un buen encuadre terapéutico. Los tiltimos capitulos de este libro estan dedicados a una problematica que vemos cada vez con mayor frecuencia en el mundo actual y en México. No podriamos sustraemnos a la crisis de la pareja conyugal, sus vicisitudes, el problema de los celos, Ia infidelidad y el abandono ni a los vinculos sadomasoquistas, la psicodinémica de la ruptura amorosa, con sus multiformes manifestaciones y consecuencias. Todos estos problemas tienen su arraigo en los patrones jes que arrastramos desde nvestras relaciones objetales y modelos parentales tempranos. ‘Si dispusiéramos de una mejor preparacién para el matrimonio y una mayor conciencia de las expectativas y necesidades neuréticas que se depositan en la prospectiva pareja, tal vez habria menos conflictos o éstos serian menos graves, y se evitarian muchos fracasos, pues en muchos casos, In simiente del problema se arraiga en la fantasia y ta irrealidad que rodean a la biisqueda y eleccién de una pareja “ideal”, en vez de una real. Finalmente, se reflexiona sobre el problema del divorcio, vinculindolo a los cambios que se han dado en nuestra sociedad a partir de la nueva posicién y papel que asume lamujer, superando el mito de su sumisién y abnegacién; cémo se maneja para que sea una solucién y no la perpetuacién de un problema de odio y resentimiento; asi como las distintas etapas por las que atraviesa In pareja en cl proceso y Ins perspectivas de nuevas vidas de familins uniparentales o reconstruidas. En todos estos temas es posible apreciar la sensibilidad, penetracién y experiencia erudita del autor, y en las citas de profundo sentido humanista que nos ofrece, cuyos autores destacan en el campo especializado de las ciencias de la conducta lomismo que de la cultura universal, donde podriamos nutrimos de una sabiduria mas profunda que si solamente nos dedicamos n considerar los aportes cientificos cn nuestra rama del saber y quehacer humanos. Asimismo, cabe destacar el énfasis asignado a su enfoque sobre la busqueda de aspectos mds positives para superar la problematica, y a través del reconocimiento de ella y el sufrimiento que conlleva buscar el cambio de nuestra conducta para ir al encuentro del “Hombre nuevo” de Fromm, que Mario nos recuerda para concluir. Yo afadiria, que mejor no incursione en estos campos del sufrir humano, crea que es posible el cambio, que el hombre es capaz aunque sea de manera limitada, Prélogo * Xt de superar las cadenas de la fantasia y las expectativas magicas y neuréticas que arrastramos de nuestro pasado, con Ia gran frustracién que todo ello, por naturaleza, trne consigo. Tal carga enorme de amargura, resentimiento y odio, aparece cuando deposito en ti el otro significativo; la culpa de mi fracaso, mi derrota y mi impotencia, y en vez de continuar en un circulo vicioso de mutua inculpacién, competitividad y conflicto, somos capaces de desprendemos de él, y asurniendo la posibilidad liberadora que nos ofrecen el verdadero perdén de uno mismo y del otro, producto de un amor genuino a la vida, para tomar la responsabilidad del camino que queremos seguir con la mirada hacia el frente, dejando el pasado a las espaldas en la bisqueda del cambio hacia el futuro, como la historia biblica de la familia de Lot. La lectura de este libro dejard, sin duda alguna, tanto al terapeuta experimentado como al joven, inquietudes y ensefianzas, lo mismo que a todo aquel que esté abierto a la vida y a sus miiltiples oportunidades de seguir enriqueciendo su espiritu. DR. RAYMUNDO MACIAS AVILES Instituto de la Familia, A.C. Del autor a Mario Souza y Machorro nacié en la Ciudad de México; estudié la Carrera de Medicina, el Cusso Universitario de Psiquiatria, la Maestria en Psicoterapia Médica y Ia Especialidad en Psicoanilisis, en la Divisién de Posgrado de la Facultad de Medicina, UNAM y esta tiltima en cootdinacién con el Instituto Mexicano de Psicoanilisis, A.C. Labora en el campo de la salud desde 1975; en el Centro Mexicano de Estudios en Farmacodependencia (CEMEF) y mis tarde en el Instituto Mexicano de Psiquiatria (IMP), ‘ocupé el cargo de Jefe de Departamento de Educacién y Promocién de la Salud Mental, posteriormente, el de Jefe del Departamento de Apoyo a la Ensefianza. Pasticipé como profesor en diversas actividades docentes de la ENEP Zaragoza, UNAM, desde su fundacion, en 1976 hasta 1992, en la propia Facultad de Medicina donde fue profesor de tiempo completo hasta 1991. Dedicado a labores educativas y de promocién de la salud, ha coordinado y participado en diversos cursos, talleres y conferencias sobre sexualidad y Dindmica y evolucién de la vida en pareja, asi como diferentes seminarios para miembros del equipo de salud y profesores de ensefsanaa bisica y otros niveles. Ha participado en mis de 100 programas televisivos y radiofénicos y confeccionado diferentes materiales educativos en peliculas y videos. Ha publicado 47 articulos sobre temas de salud mental y ha colaborado con diferentes poneneias y actividades de organizacién en congresos nacionales¢ intemacionales. Ha sido profesor invitado en diversas instituciones educativas y de salud del pris. Es coeditor de Ios libros: La familia ante el problema de las drogas y Problemas comunes de salud mental, Editor de El Maestro ante el problema de las drogas. Coautor de Memorias del ‘seminario aspectos psicosociales de la sexualidad humana, La salud en ¢l trabajo y “Atencién primaria a la salud, coordinado por la Organizacién Panamericana de la Salud XIII autor) XIV * Dindmica y evolucién de la vida en pareja (pel lism: Y autor de Aspectos sociomédicos y clinicoterapéuticos del alcoholismo. Aico nal Conceptos basicos, Educacién en salud mental para maestros y Psicosexualide dad y patologia, Miembro de las principales sociedades cientificas de su especialidad, ejerce consultor privado desde 1975. como Contenido ——— EE Primera Parte Caine 1, Eleccién de pareja .. jonales Rone nes . : se Aspectos pls sv dina inconsciente, Conceptos esenciales.. Bibliografia . Capitulo 2. Dinamica conyugal Estado amoroso. - Crisis de pareja Rechazo sexual selective Lucha por el poder en Ia pareja Bibliografia . Capitulo 3. Amor y agresion ala pareja Ni contigo nisin ti Papel de las discontinuidades . . XVII XVIII + Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Contenido) Triangulacién y agresin . Perversidad y limites de la pareja . Criterios de notmalidad y Pepto enla pareja. Pareja conyugal Bibliografia 2.2... 0ccecscseeees . 85 86 87 93 Capitulo 4. Eros, subjetividad y psicopatlogia Concepto “actual” del amor /. Caracteristicas del amor y conflicto neurdtico . Patologia y matrimonio ... Bibliografia 108 , Capitulo 5. Dinamica, patosexualidad y terapia conyugal - ud Enfoque diddico . anew marty Tres conceptos fundamentales oe M2 Perfiles del matrimonio sano . 14 Intimidad y amor . 1S Patrones maritales patologicas : 16 Posible correlacién caracterol6; lea-coridctbal: . 123 “Esposa enferma de amor y mari ido enfermo de frialdad” . 124 Terapia marital y sexual. Generalidades .. 130 Bibliografia . sowee . 138 Segunda Parte - 143 Capitulo 6. Psicosexualidad, relacién objetal y pareja .. e instintos “ oaen ny concepto - Sexualidad “normal” . Diferencias conceptuales Aspectos etiopatogénicos de las perversiones psicocexuales Bibliografia 143 = 145; 146 - 148 155 = 169 Capitulo 7. Fisiopatologia del adulterio . 173 Antecedentes .....0000cceeseee . 13 Breve bosquejo estadistico 15 Psicodinamia . . eer veecceeeteeeeeeee ATT Enfoques . bones ash Narcisismo ....2.000eeeeees ; beeteeee eee e sees es 183 Contenido * XIX Inseguridad, rutina marital y celos . 184 Bibliografin.... 2... e eee - 188 « Capitulo 8. Atipicidad sexual en la pareja 191 Introduceién +191 El problema de In definicién de homesexualidad = 192 Datos que apoyan la etiologia biolSgica de la homosexvalidad . = 194 Datos que apoyan la etiologia psicodinamica de la homosexualidad - 196 Mujer lesbiana - 203 Varén homosexual tee 205 Pareja homosextal ......0.000ccecerseeeeereeeecssseeeeeeees coves 207 Tratamiento y prevencién ut Responsabilidades de la procreacién 2217 218 Bi iografia ..... eee + Capitulo 9. Médico, sexualidad y pareja . Antecedentes situacionales .....-.... Sintomas que se asocian a a enferrnedad fisica Sintomas que se asocian a psicosis. . 2 Sintomas asociados a neurosis . Sintomas producidos por la relacién matrimonial neurstica Campo elinico y alianza de trabajo... Contratransferencia ... {Sexo en la relacién médico-paciente? Bibliografia .. Capitulo 10. Alcoholismo: Enfermedad familiar ~ 245 Introduccion = 245 248 Genética y comorbilidad alcohdlica El alcohol y la mujer £249 Hijos de alcohélicos : 252 Clasificacién del aleoholismo. Papel de la personalidad . 255 Pruebas diagnésticas y predictivas del alcoholismo 258 Tratamiento y prevencién . 239 264 Bibliografia .... Capitulo 11. Psique, pareja y prevencién anticonceptiva . Introduccién ... : Espectro anticonceptivo ‘Aspectos psiquicos de la anticoncepeién 280 Psicopatologia y descontinuacién anticonceptiva 287 293 Bibliografin XX * Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Contenido) Tercera Parte . 301 - 301 305 307 = 309 Capitulo 12. Ruptura: Muerte del amor .. Disolucién del vinculo Elaboracién del dvelo . Funcién de los mecanismos de defensa Deseo de muerte y temor a la pérdida de identidad . Manifestaciones oniricas y ruptura amorosa 2315 Evasién y nueva identidad 316 Condicién humana: Felicidad y resignacion 37 320 Bibliografia ......0000.0000eereee Capitulo 13. Divorcio: Dinamica y superacién Nuevo papel de la mujer y respuesta de la sociedad . ‘Sexualidad y divorcio en una estructura social de abit ‘Acerca de las causas de la infelicidad conyugal y el divorcio 326 330 Impacto de la ruptura . - 335 Divorcio y legislacién 2. 338 Correlato emotivo de las etapas del divorcio . 2.342 ‘Metas psicolégicas para los nifios 346 347 Interpretacién de la eal Bibliografia 350 Capitulo 14. Crisis y reestructuracion familiar... ..-.¢+seeeeserere+ 355 Divoreio como una realidad ......2020000000sserneee Ladi se. 385 n de las alternativas de divorcio . 357 individual y esferas de afectacién . 358 Explosiénemocional ... e 2. 361 En busca de un apoyo social sinmitos .......-++++++ , » 365 Nueva organizacién familiar . re 367 Funciones de la familia...... seeeee nee bene . . 369 Papel del matrimonio en la salud 370 Etapas del divorcio 12.375 Epocas y etapas del divorcio 383 ‘Amodo de conclusién: Requstos para el cambio segiin Erich Fromm . 386 Bibliogralia .........c0eeecreeeeereeeee . 387 Contenido * XXI Epilogo. Bibliografia Glosario .. Bibliografia .. Indice Primera Parte Eleccién de pareja — *.Y ni siquiera sabe el hombre si es objeto de amor o de odio. Todo esta encubierto ante é'". Ecuestastés (9,1) Aspectos situacionales Frente aos conflictos conyugales cada vez es mas comiin que las parejas demanden atencién, profesional, y cada vez mas se necesita un mayor niimero de especialistas de este campo, para atender los diversos problemas que tal tipo de convivencia suscita (Souza, 1989). Los conflictos maritales y el divorcio son prevalentes en nuestra sociedad; crece la cantidad de individuos que solicitan ayuda profesional como agente catalitico de la solucién de la problemtica relacional y los problemas de salud que derivan de ello. Con una adecuada ceapacitacién los profesionales afines, podrian colaborar en Ia solucién de los conflicts, conyugales via recomendacion de estrategias para aumentar la satisfaccién marital: al iden- tificar las parejas en crisis y al prover modelos preventivos y asistir_a las-parejas al reestablecimiento del equilibrio precrisis ¢ incluso a elevar los niveles de funcionamiento (Starling y Martin, 1992). ty una Ts Las tendencias demograficas han venido cambiando con los tiempos. Entre 1921 y 1990 en Canadi se sintié una variacién con respecto a la cifra de matrimonios ocurridos, mayor mimero de ellos en el decenio de 1960 y al inicio del de 1970 y menor en el de 1980 respectivamente; tendencia, por cierto, similar a la observada en tomo de la 4* Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Captnulo 1) segunda Guerra Mundial e inicio de la posguerra. Tales cambios son paralelos a los sucedidos en Estados Unidos y otros paises desarrollados del hemisferio occidental (Wadhera y Strachan, 1992). ‘Cuando el clinico investiga los motivos para elegir y formar una pareja, es habitual ofr que a respuesta sélo mencione una descripcién que alude al marco de circunstancias espacio-temporales que se asumen responsables de la condicién que levé a la unién; en otras ocasiones se describe de manera mis o menos amplia, ya el “fatalismo determinante, ya la fortuna de haberse encontrado”... El hecho es que muchos pacientes no son capaces de explicar congruentemente por qué se han casado, ni por qué lo han hecho en particular con In pargja del momento. Da Ia impresién de haberse llegatio a la eleccién mis por el camino de la exclusién que por la accién de una “acuciosa y pertinente deliberacién”, El sujeto se desposa, pero no con esta pareja ni con aquélla, sino con la que queda, con la que segiin creyé podia dar satisfaccién a sus deseos, aunque éstos no fueran necesariamente ni explicitos ni claros para si. Al parecer existe todo un culto desconocido por los participantes que les hace encubrir, distraer y explicar, In ignorancia de los factores inconscientes, que en ellos produce In atraccién suficiente y necesaria para reunirse en pareja. Elestudio cuidadoso del proceso de eleccién, cdmo se ha logrado la pareja, permite ver la mitologia propia de cada integrante y su actitud actual con respecto al método utilizado. No obstante, el asunto, es mis bien complicado, a juzgar por la aportacién de las investigaciones que recoge la literatura internacional, estudios cuyas conclusiones sefalan la participacién de distintas variables a la vez y con distinto peso. Por un lado se encuentran aquellos como los de la Universidad de Minnesota, segtin los cuales, en la eleccién predomina el azar. Sus hallazgos fueron obtenidos de la investigacién de 74 variables simultineas con las que exploraron a 738 parejas de gemelos y sus respectivas esposas. Sefiaan los investiga~ dores que unos y otros, electores y elegidos, lograron su objetivo sin estandarizacién guna, por lo que implicitamente se propone que la fuerza que determina dicha eleccién, repite simplemente el modelo animal, y que actia, aparentemente, de modo azaroso (Lykken y Tellegen, 1993). Acuciosos estudios socioldgicos actuales estiman que la velocidad, frecuencia, satisfaceién fisica y emocional de !a eleccién de pareja son determinados por el cardcter de la relacién y las redes sociales en las que la pareja est inmersa (Schumm y Laumann, 1995). La Universidad de Pensilvania estima que Ia inmigracién producida en los primeros decenios del presente siglo es aparentemente responsable de que 40% de la poblacién nortea- mericana sea o bien descienda de extranjeros, factor importante para hacer consideraciones respecto de las diferencias étnicas que pueden influiral fenémeno de eleccién de pareja, en elcual, ajuicio de los investigadores, las distintas oportunidades econdmicas fueron el factor decisive para marcar un patrén conductual particular en un segmento amplio de esa poblacién (Landale y Tolnay, 1993). 1déntico fendmeno demogrifico ocurrié en Moscti en decenios pasados (1955 a 1980), como en otras partes del mundo (Kurbatova y Pobedonos- tseva, 1991). Paralelamente, la Universidad de Michigan ha desarrollado una teoria contextual-evo- lutiva para explicar la eleccién de pareja en una concepcién predominantemente psiquica, que involucra distintos mecanismos conscientes ¢ inconscientes, mismos que subyacen en las estrategias realizadas a corto y largo plazo por sus gestores, las cuales ponen de manifiesto que varones y mujeres confrontan diferentes problemas adaptativos que en corto plazo son opuestos a los de largo plazo, Consecuentemente, sefialan los investiga- Eleccién de pareja * 5 dores, las preferencias de eleccién activan repertorios estratégicos diferentes que se eviden- cian al llevarse a cabo la evaluacién de: 1. Accesibilidad sexual 2. Fentilidad, 3. Buisqueda o evasién del compromiso. 4. Procuracién inmediata y la disposicién duradera de recursos. 5. Certeza, autenticidad y disposicién para la paternidad. 6. Valor real global de la pareja en relacién con el proyecto (Buss y Schmitt, 1993). La Universidad de California, Berkeley, sefialé una interesante y légica conclusién respecto de la vida en pareja que involucra, de algtin modo, una buena eleccién conyugal. Compara dos los matrimonios de mediana edad con los longevos, estos tiltimos muestran: 1. Unareduccién del potencial agresivo destinado a los conflictos y un mayor potencial para el placer en diferentes érens de Ia vida (ineluyendo lo relacionado con los hijos). 2. Niveles equivalentes de salud fisica y mental. 3. Menores diferencias de género con respecto a las fuentes de placer y gra La relacién entre satisfaccién marital y salud, resulté mds fuerte para las mujeres que para los varones; en las parejas satisfechas, ambos esposos tienen salud equiva- lente. Pero en las parejas insatisfechas las esposas presentan mayores y mas graves problemas de salud fisica y mental que sus esposos (Levenson, Carstensen y Gottman, 1993). Existen suficientes y conocidas razones psicodinamicas para que los distintos especialistas de la terapia familiar consideren que cuando una persona escoge a otra, busca, alin sin snberlo, protegerse de los efectos que en ella impele la fuerza de su psicodinamin inconsciente (Lamaire, 1990). Tal fuerza se ejerce en el interior de modo muy distinto de como acttia en el exterior de la pareja, y aunque mis tarde no encuentren en la relacién mutua las satisfacciones que originalmente buscaban, dichas fuerzas no obstante, dan fe de Ja existencia de procesos personales y conyugales que evolucionan con el andar del tiempo y se mantienena lo largo de toda la existencia. El noventa por ciento de la poblacién busca Vivir en pareja de una u otra manera, sélo una pequeiia parte de la poblacién nunca se casa ‘Al respecto un estudio reciente que llama la atencién dice que los varones que nunca han ‘casado tienen menor grado de educacién, han sido mas veces y por mas tiempo desemplea~ dos, mvestran relaciones emocionales de peor calidad y su salud es ligeramente peor que la de los casados, cohabitantes, viudos divoreiados (Janlert, Asplund y colaboradores, 1992). La caracterizacion de la gente joven dispuesta a crear una nueva familia debe tomar en cuenta Tos distiitas TacTores que evaliien su panorama socioecondmico, sus aspectos demo- $rilicos, psicosociales y médicosexuales, en la inteligencia de que cada factor puedé individuaimente y en conjunto afectar de manera importante la salud individual, de la pareja y lassociedad (Kamsiuk y Sheveleva, 1991). Tales aspectos van de la mano de las condiciones de Ia fertilidad; en Estados Unidos, por ejemplo, la densidad poblacional entre los grupos lances y de color fue distinta en diferentes segmentos poblacionales, ya que los factores de su convergencia tienden a ser hoy por hoy los mismos entre Ins generaciones mas jévenes. ‘Asi, entre las mujeres blancas las oportunidades de matrimonio se asocian inversamente con Ia tasa de fertilidad no marital, de igual manera que para las de color, particularmente cuando Jos esposos se encuentran desempleados (South y Lloyd, 1992). 6+ Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Capitulo 1) Ahora bien, regresando al punto inicial de la relacién, diferentes hechos clinicos confir~ man que en general, la falla marital tiene su origen en el momento mismo de la eleccin (Lemaire, 1966), aun cuando esto no debe enfenderse en su carte | inclodible y fatal, consecuencia mica de un determninismo inexorable, sino mas laxa y relativamente. De hecho, la evolucion de las fuerzas aludidas y la maduracién decisiva ave puede cocurrir después, dana la experiencia amorosa muchas posibilidades dinamicas yecambiantes Sager, 1976). Los conceptos acuerdo, consenso y comprensién conocidos de todos los clinicos, se refieren a situaciones importantes para a establecimiento de una relacién estable y duradera (Haber y Austin, 1992), donde la similitud entre Tos partici- P sefiala en la literatura especializada como un factor determinante para el sistems familiar a través de la cohesién que brinda (Deal y colaboradores, 1992; Relss, 1992; Fish y colaboradores, 1992), siempre que no produzca saturacién y a conseeuencia, se repela (Hesterbeck y Metz, 1993). La validez de la veracidad de los descubrimientos psicoanaliticos origitales, lo mismo que los provenientes del grupo de lo llamados posfreudianos, en relacién con a importancia y forma de la organizacién de las primeras relaciones afectives, siguen vigentes ¥ #0” Vilidas en el panorama cientifico actual; de este modo la eleccién de pareja puede cctudiarse desde diferentes enfoques, segin sea que se considere la forma principal de: 1. La problemitica de la relacign del Sujeto.con su Objeto de amor. 2. La internccién que ocurre en los p adia 3. Las inleracciones producidas.con. Aspectos sociales La siguiente consideracién se refiere a algunos aspectos relativos a los elementos que dererminan la eleccién de pareja y que se encuentran iniextricablemente ligados a las condiciones que viven las personas, como la distribucién cambiante de la poblacién, el cercimiento de las zonas urbanas y la movilidad geogrifica de las personas, due facilitansu aproximacién entre los j6venes de uno y otto $€x0 y propician, a la vez, un mayor mimero y libertad en las relaciones, lo que no permite av los individuos elijan a su pareja al azar, y idecir, sucede en alguna forma que las posiblidades para tal eleceién se ven parcial 0 totalmente restringidas a factores coneretos. Tre frecuente encontrar en los citerios populares con respecto a In lecek la opinion de que la gente se casa con quien lo desea; no obstante que la extensién de las posibili- Gades de las personas a elegir esté circunscrita, por ejemplo, a un espacio delimitado por el cinbiente donde el sujeto ha crecido y se desenvuelve. Otros factores que también permiten Tor relatives a ia educacién, la familia, el contexto sociocultural y diferenciacién son condiciones econémicas, geognificas y politicas. cones ogo tales fcloes per se no hacen qve Ia genie elj le que no quiere (en easo a) Muchas veces el individvo se siente aleniado o presionado ecu rellio pera de que lose ; : idad de homogeneidad la pareja que “necesita”, por tanto busca, legir con mayor posibi primordialmente, en un medio en particular \ Eleccién de pareja * 7 Las mas de las veces las personas dicen disfrutar de un sentimiento amplio de libertad para su eleccién, aunque éste no es tan amplio como los individuos creen, debido a que los condicionamientos a los que nos referimos, ejercen una accién determinada cuando han sido asimilados, de tal suerte que quien elige ya no se percata de su existencia y operacién, y pese a todo persiste una cierta espontaneidad para su eleccién, que se expresa en funcién de los deseos del Sujeto y lo llevan a In manifestacién afectiva particular Diversas opiniones sugieren la participacién de los aspectos sociales tales como la Homogamiia y otros aspectos culturales entre los jévenes, como factores determinantes de Ia eleccién (Rowssell, 1975), pero la tensién actual existente entre los valores culturales y sociales parece haber favorecido mis a la Heterogamia en los criterios efectivos de eleccién conyugal de In mayor parte de los casos. De hecho, el verdadero problema que tienen a vencer los futuros compafieros no es tanto el elegirse como el encontrarse, para lo cunl se requiere de la participacién y, en algiin grado, de la complicidad del mundo adulto. Y una vez que se han encontrado, tal eleccién no se produce de inmediato, pues tienen atin que aprender a conocerse y a descubrir qué tanto concuerdan (Girard, 1974), y en qué, para aleanzar su afinidad. ‘No resultard rara la afirmacién de que la eleceién en algunos casos puede resuiltar tan limitada que se reduce la eleccién a un matrimonio por conveniencia. Los casos de jévenes que han mantenido una estrecha dependencia afectiva y cultural favorecen una condicion que se asemeja im tanto a la de aquellos extranjeros 0 asilados, o quienes viven. en condiciones patégenas graves, de alguna manera semejantes a la de los menesterosos 0 simplemente a la de los que no disponen de mejores formas y medios de expresién emocional, y métodos de comunicacién (Blount y Curry, 1993). Tal circunstancia se apega més a las descripciones sociolégicas que insisten en el valor de la homogamia geogréfica y cultural, que restringen las oportunidades de salir a bailar, asistir a fiestas y a otros lugares de diversién, donde, por la convivencia, se puede adquirir el aprendizaje del amor y de Ia vida en comin, En tales casos las primeras relaciones sirven de iniciacién, aun cuando no sean lo suficientemente fuertes para soportar el valor de tun compromiso formal y duradero. De hecho en el mundo subdesarrollado se tiene noticin {de que las cifras para el matrimonio se han incrementado a Jo largo del presente siglo, como ‘consecuencia de los avances culturales y socioeconémicos de la mujer. En 1930, por ejemplo, en la India, el promedio de edad fue 12 y en 1988 ascendis a 19 afos (Singh, 1992). ‘No es raro encontrar en la clinica, personas que han sido obligadas bruscamente por su medio, a estructurar una pareja, debido por ejemplo, a la presencia circunstancial pero no deseada de un embarazo, producido por ignorancia, por torpeza en materia anticoneeptiva 6 por otros factores inconécientes que privan en la vida de las personas (Lemaire, 1974). En cualquier caso, la circunstancia del vivirno es despreciable en materia demogrifica y cuanto nds tardiamente se ingresa al matrimonio, en general, mas se disminuye la paridad de las parejas (Coale, 1992). El funcionamiento de los valores y normas morales de la sociedad limita de leno, por tuna parte, las posibilidades del encuentro de los participantes y por el otro los impulsa a tenet relaciones sexvales, habida cuenta de sus necesidades fisiolégicas, en funcisn de su dad, atraccién y apelitos naturales. En tales casos existe una interaccién estrecha entre la fstructura psicol6gica de los individuos mantenidos en la inmadurez afectiva y la presién propia que ejrce el grupo socil, onde la dependencia de los sujetos alas norma culturales ee vnantenida en esos medios, no tanto como una debilidad sino interpretada en términos de virtuosismo; ello se apareja a los aspectos sociopoliticos intrinsecos que modifican la estructuracién y rigen el funcionamiento conyugal. 8 + Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Capitulo 1) Alrrespecto, vednse por ejemplo las variaciones raciales y étnicas que afectan a la mujer Puertorriquefia de 1970. la fecha; se reflejan actualmente en ia existencia deun gran riimero de relaciones sexuales premaritales que no culminan en uniones estables. Asi la influencia del papel sociofamiliar y las actividades que se desarrollen en favor de la eleccién, influyen en el establecimiento de Ia eleccién ya sea transitoria, duradera o definitiva (Landale y Foster, 1991). De hecho, estudios longitudinales a lo largo de 20 aiios, realizados en Estados Unidos sefialan que las uniones legales resultan mas estables que las informales (Teachman y colaboradores, 1991). Una hipétesis relacionada con la raiz evolutiva del hombre a Jo largo de su historia, en relacién con las diferencias de género para Ja eleccién de pareja se asienta en el “modelo parental predominante”, Las mujeres en general, mas frecuentemente que los varones, desa- tienden a Ins caracteristicas fisicas en favor de aspectos reproductivos y de superviveneia. Al parecer las mujeres asignan mayor peso que los varones al estado socioeconémico, la ambicién, el cardcter y la inteligencia, y en general, dificren de ellos en su enfoque hacia las fuentes de adquisicién y estatus en busca de seguridad (Feingold 1992). Tales hallazgos permanecen sin variabiblidad a lo largo de las civilizaciones y culturas del hombre: sera paradigmitica tal postura...? Las diferencias de género respecto de la cleccién conyugal se han puesto de manifiesto endistintos estudios (Feingold, 1992). Los efectos psiquicos de la estratificacién de género afectan a varones y mujeres de manera diferente. La inequidad respecto del poder y las demandas asociadas al género, provocan consecuencias en el bienestar personal y la autoestima, factores que influyen en la toma de decisiones (Rosenfield, 1992). Hasta aqui se sefiala que en la génesis de las dificultades relativas a la diada se encuentran facilmente los factores psicolégicos y sociolégicos que convergen en tal estruc- ura (Kemberg, 1993), por lo cual es facil comprender que su reforzamiento modifique el pronéstico de la adaptacion de la vida afectiva a la vida de pareja, generando una circuns- tancia negativa, que de modo independiente como se sabe, respecto del pronéstico, éste parece depender mis de las capacidades adaptativas individuales que de otros factores. Pero lamentablemente tales capacidades con frecuencia se ven sometidas a diferentes aspects psicopatolégices importantes; de hecho los componentes depresivos relacionados con los aspectos més primitivos 0 arcaicos de la personalidad, se asocian con alguna frecuencia a ciertas condiciones sociolégicas desfavorables, que pueden estar ligadas al aislamiento, ala exclusién o segregacién, como las que padecen por ejemplo los extranjeros cexpatriados o cualquiera otra condicién particular como en el caso de las parejas transcul- turales de patente similaridad (Caspi y colaboradores, 1992). Cabe sefialar que algunos rasgos de la personalidad son predictores de cot parejas, tanto en relacién con la forma utilizada en el enojo como en el mecanismo que establecen para solucionar sus diferencias (Buss, 1991; Haber y Austin, 1992). Aspectos psicologicos y su dindmica inconsciente. Conceptos esenciales En relacién con la importancia de los procesos incbnscientes en la estructuracién, reorga- nizacidn e incluso en Ia desestructuracién de la vida de pareja, dada su profundidad, nos Eleccién de pareja * 9 beneficiamos al utilizar el marco referencial que brinda la teoria psicodinimica (Lemaire, 1974; Kemberg, 1993). Iniciaremos por destacar el descubrimiento de Freud acerca de la accién del conjunto de las pulsiones sexuales que para él, no se reducen solamente a Ia Kenitalidad adulta, sino que se expresan desde muy temprano -en In infancin-, en muy diversas formas, posteriormente, puso el acento en Ia evolucién progresiva y aleatoria de Ia historia de la sexualidad del sujeto, considerando que las hvellas de tal evolucién, (que son claramente perceptibles en todos los adultos), desempefian un papel fundamental en los diferentes procesos de la vida amorosa tanto como en las formas sentimentales y genitales, pero mAs particularmente atin, cuando se trata de la eleccién de Objeto amoroso (Wicks, 1963). No trataremos en este capitulo la eleccién de pareja homosexual y su vinculo ‘matrimonial (Van der Geest, 1993), ni las vicisitudes propias de ello (Buntzly, 1993) a pesar de su semejanza con la pareja heterosexual. El tema se desarrolla con més propiedad en el Capitulo 7, Es bien sabido en los ambientes profesionales que Freud se refirié sucesivamente al Objeto, como Objeto de Ia pulsién, es decir, de In energla psiquica y luego como Objeto del amor y del odio. Se entiende por Objeto aquello donde o por lo cual la pulsién Psiquica puede aleanzar su finalidad, es decir, el medio de obtener su satisfaccién, pero ¢1 Objeto es el elemento mas variable de Ia pulsién y su cardcter contingente debe ser considerado cuidadosamente (Freud, 1981). Si nos basamos en esta consideracién diremos que: La eleccién de Objeto no puede ser cualquiera ni es indiferente, todo lo contrario, se encuentra intimamente ligada a la historia personal del Sujeto (Capitulo 4). La experiencia acumulada del trabajo psicoanalitico (Etchegoyen, 1988), tanto como la psicoterapia de pareja y de familia (Satir, 1964; 1967; Ackerman, 1966; Minuchin y Fishman, 1987; Kemberg, 1993), confirman la razén de este anilisis al poner en evidencia que los diferentes earacteres de los Objetos estin mareados por Ia historia individual. Tal tesis no ha logrado modificarse, a pesar del agudo cuestionamiento dirigido por Marcuse en su momento ala Teoria Freudiana (Marcuse, 1975), que fue refutado posteriormente por varios. autores entre ellos E. Fromm, quien sefialé: La filosofia del psicoanilisis que hace caso omiso de su base empirica, lleva necesaria- mente a serios errores en la comprensién de la teoria (Fromm, 1986). Objeto La problemitica de la eleccién del Objeto total por Ia persona total, fue un esquema producido por Freud en 1905, segtin el cual la eleccién se realiza hacia Ia persona que alimenta (la mujer), 0 la que protege (al varsn), y posteriormente las lineas sustitutivas que descienden. de elas, A este primer tipo de eleccién, por apuntalamiento, opuso mas tarde la eleccidn de Objeto narcisista, la cual se leva a cabo en funcién de la relacién del Sujeto consigo mismo. Seguin esta forma, se ama: 1. A lo que es si mismo. 2, Aloque ha sido. 3. Alo que se querria que fuese. 10* Dindmica y evolucién de ta vida en pareja (Capinulo 1) 4. A lo que fue una parte de la propia persona, y mas tarde agrega Freud. 5. La cualidad que se querria tener. Nos referimos aqui a la imagen que se denomina el Ideal del Yo. Esta dimension imaginaria aparece con caracter fundamental en la organizacién de la eleccién amorosa y abnye su lazo con la historia propia del sujeto y con las vicisitudes intrinsecas correspon- jientes. Las consideraciones clasicas describen de manera general la mayoria de los procesos que: determinan el deseo, tal como se expresa en las diferentes situaciones de la vida amorosa, sin embargo, y esto es algo muy importante: No existe en las elecciones amorosas (contrario a lo que pudiera y desea creerse), Ja presencia de elementos que favorezcan la especificidad de tipo conyugal. Relaci6n de objeto El esquema psicoanalitico remite dicha eleccién a la dé un Sujeto sometido a sus propios deseos que busca un Objeto capaz de satisfacerlos. Por otro lado, la dimensién conyugal observa caracteristicas propias que gencran las modalidades particulares de la organiza‘ para tal cleccién, porque supone reciprocidad evaluable (Fincham y Bradbury, 1992), y por consiguiente, que el presunto Objeto sea a su vez Sujeto y que encuentre en la bissqueda del otro, las satisfacciones simétricas correspondientes y complementarias de las primeras (Dicks, 1963; 1967; Lemaire 1974; 1990). Para que se establezca la pareja, es preciso que sus dos componentes encuentren cada uno, alguna ventaja psicolégica en la relacidn que constituyen, por consiguiente no basta que uno de ellos encuentre en el otro su ideal del Yo, también es preciso que este otro encuentre la representacién ideal que busca. Véase en el siguiente parrafo un pensamiento escrito en el siglo I antes de Cristo por Cayo Valerio Citulo, dirigido a la argumentacién amorosa que habla en si mismo de un tipo de eleccién: Ninguna mujer puede decir que amada {vo tanto, on verdad, cuanto por mi fue mi lesbia amada, Ninguna fe en ningtin pacto fue nunca tanta, cuanta de mi parte {ue en tu amor hallada (Catulo, 1976). Lacleccién de Objeto en la relacién amorosa, deja de Indo el hecho de que lo que se espera del Objeto del amor, dfiera segiin sea lo que se eopere de la nueva relacién, como una satisfaccién a corto plazo o una contribucisn al equilibrio personal y a la organizacién defensiva del Yo, frente a su conjunto pulsional original, con vicisitudes proplas, que nunca ha sido controlado por completo (Kemberg, 1993). Asi, la eleccién del Objeto de amor debera responder a estos dos criterios a la vez: 1. Debe ser el origen de las satisfacciones de la mayor parte de los deseos conscien- tes (Io que no hace al problema de la eleccién de Objeto un asunto consciente). 2. Simultineamente habré de contribuir al reforzamiento del Yoyy a la seguridad propia frente al conjunto pulsional, que en todos ls adultos conserva una huella de los cambios de la evolucién histérica del Sujeto. Eleccién de pareja * 11 Se puede hacer una cleccién de Objeto convenientemente, aun cuando sea fundamen- tada de alguna manera o relacionada las figuras parentales de origen, situacién que de hecho es muy frecuente. Este asunto sera tratado con mas detenimiento, parrafos adelante. La actividad clinica con parejas permite mostrar In gran frecuencia con la que existen elecciones referidas al padre del sexo opuesto, ya sea motivada por sus aspectos positivos 0 bien como una referencia negativa, ~cuando se elige con propésito a'quien no se parece aly representa supuestamente una postura contraria, en tal caso no obstante, la figura del padre en cuestidn continiia siendo la referencia de tal eleccién. La situacién puede hacerse atin mis compleja cuando la eleccién de Objeto se hace a través de una referencia negativa consciente pero positiva en el plano inconsciente (Fairbaim, 1954; Dicks, 1967; Bronstein, 1992). Deesta manera, un varén puede ser conducidoa elegirsu pareja en funcién de las caracteristicas parentales protectoras que la mujer simbolice para él y que en su inconsciente estén referidas a la imagen de un padre. Por ejemplo wn vardn relativamente in- maduro podria esperar que su mujer cumpla las funciones de gestidn, interdiccién y proteccién que él no esta en condiciones de asumir por si mismo. Existe un paralelismo entre la eleccién del compaiero de pareja y la relacién del Sujeto con las imagenes parentales; alli es donde se encuentra claramente la huella de los deseos incestuosos reprimidos hacia cada uno de los padres. Es asi que el complejo edipico en sus variedades positiva y negativa deja una marca: 1, En la eleceién de Objeto por sustitucién referida directamente a una de las figuras parentales. 2. De manera indirecta defensiva en donde el Sujeto busca utilizar a un futuro compariero de pareja para protegerse mejor de sus deseos edipicos demasiado Tados atin, por tanto el sujeto ulilizara la relacién con su futuro cényuge como un, medio para protegerse de las diversas expresiones de sus pulsiones parciales, como las amaba Freud (1981). Tales pulsiones son de origen pregenital y tienden a someterse a la supremacia de lo genital. En las vicisitudes de Ia evolucién de Ia libido, segiin el esquema psicodinamico, pueden haberse quedado de lado las pulsiones que se han reprimido por ser demasiado excitantes. Enel conjunto de las posibilidades de expresidn de la vida amorosa, la eleccion de una forma de vida conyugal presenta caracteristicas muy especificas. ‘A un lado de las consideraciones socioeconémicas y culturales a las que ya nos referimos anteriormente y que son obvias enmateria de busqueda de pareja, hay que subrayar en el marco de la organizacién conyugal, el destacadisimo papel que desempeiia en Ia eleccién de Objeto, la organizacién defensiva, especialmente por el conjunto de mecanis- mos que se organizan contra aquellas pulsiones que se encuentran mis insuficientemente integradas en el conjunto pulsional del individuo (Kemberg, 1993). Por ejemplo, en el tipo de eleccién de pareja que corresponde a una intencién de larga duracién, ya sea ésta confesada o no, la eleccién del compaiiero se vincula estrechamente a la organizacién defensiva y es asi que la caracterizacién de la persona elegida se hace con base en reforzar os mecanismos defensivos destinados en primera instancia, a cerrar el paso a las pulsiones parciales, mis frecuentemente a aquellas que son extrafias al conjunto pulsional, por esta 12 * Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Capitulo 1) razén: en la eleccién de pareja el elemento mis importante corresponde a la defersa contra la pulsién parcial aislada, como si de manera inconsciente el individuo percibiese un peligro mis vivo o grave en este plano. Se buscara una pareja cuyos rasgos caracteristicos no despierten la pulsin & incluso contribuyan a reprimirla mejor (Bergler, 1987). Claro esta que la caracteristica que se destaca en el plano de los procesos inconscientes establece una distincién clara entre la eleceién de Objeto en Ia relacién de tipo conyugal de las otras formas de la vida amorosa -mas superficiales, pero no menos intensas ¥ significativas para el propésito de la eleccién-, como lo son la aventura amorosa y el coqueteo que aparece en las primeras etapas de la relacién o bien en los primeros afios de la adolescencia, ¢ incluso en ciertos tipos de vinculo de corta duracién. En estos dos tltimos ‘easos, el aspecto dedicado al placer y Ia biisqueda de satisfacciones parece exclusiva 0 por lo menos prioritaria, ya que lo que se le pide al Objeto fundamentalmente es que represente el medio para una satisfaccién inmediata, y en el caso que no responda a ello la relacién se detiene de inmediato. Pero en la relacién supuestamente duradera, el aspecto hedonista y la busqueda de satisfaccién que siguen siendo importantes, no son ni con mucho los tinicos factores que motivan tal cleccién, siendo su carncteristica mas notoria el que el compaiiero sea elegido aunque Ia pareja de modo pasajero o duradero no brinde satisfaccién en los planos elementales tal como aparece en muchos de los casos que el ejercicio clinico ilustra. Resulta relevante entonces que el elegido deba poder contribuir con el Sujeto a mantener una cierta seguridad interior y colaborar asi a su organizacién defen- siva; de otra manera planteado, lo que el Sujeto selecciona en las caracteristicas del futuro cényuge, ademés de las posibilidades comunes de satisfaccién (que siempre resultarin obvias), es su capacidad de participar en una organizacién que le brinde seguridad y defensa, en los sectores donde presenta, precisamente, cierta mayor debilidad. {No es éste un efecto ficilmente observable en muchas parejas? Al respecto, la ambivalencia flagrantemente planteada nos la muestra de nuevo el antiguo poeta romano, cuando dice: Uevada hasta aqui fue la mente por culpa tuya, mi lesbia, y tanto por su afecto se aniquilé ella misma, que ya no podria estimarte aunque te hicioras la dptima; nl (podria) desistir do amar, aunque lo hicieras todo (Catulo. 1976). Los aspectos destacados hasta este punto, bien pueden ser considerados de valor universal ya que la excepcién confirma la regla de unas cuantas raras excepciones-, por ello resulta relevante poder descubrir tales particularidades, dada su significacién en la eleccién, a pesar de que esta opinién técnica contrapone de fondo y ampliamente el criterio social y popular al respecto, Indudablemente, creceria el grupo social si se percatara de que la eleccién del compa- fiero, después de todo no es un acto que deba restringirse en su anilisis: al estudio de las caracteristicas individuales de tipo personal, Existe al respecto una expresin psicoana- Utica eldsica segtin la cual encontrar al Objeto es en realidad reencontrarlo (Freud, 1981). Eleccién de pareja * 13 n El complemento necesario del concepto de contingencia o azar con la singularidad storicamente especificada, nos lleva ripidamente a superar la caracterizacin individual del Objeto, para caer en el terreno denominado téenicamente de las Relaciones Objetales. Seguin observa la prictica clinica de los profesionales de pareja. La oloccién del compafiero se hace en razén dol conjunto de la relacién de objeto, mas que do las caracteristicas personales del objeto mismo (Kemberg, 1993). ‘Ambas clinicas, la psicoanalitica y la familiar y de pareja, muestran los mecanismos de repeticién, mediante los cuales el Sujeto tiende a reproducir un cert tipo de relacién, como luna manera de relacionarse con los Objetos y de la que conserva en lo inconsciente un modelo imborrable. Pero adernds se agrega otro elemento a las caracteristicas personales sefialadas: el tipo deinterselacign Sujeto-Objeto esta referide aun tipo de relacién de la pareja parental, Juego no sélamente el Objeto es elegido en funcién del Objeto primario (Ia madre), sino que también el estilo de Ia relacién Sujeto-Objeto se establece a partir del modelo de las siigciones padre-madre (Fairbaim, 1954), referencia que puede ser también postive © ‘efalado Lineas arriba, aunque generalmente se caracteriza por su anos y negativa en otros, pero negativa, como fue s ambivalencia, ésto es, una referencia positiva en unos pl de ocurrencia simultanea. Escision y mecanismos defensivos Es por demis conocido que algunos aspectos de lavida amorost tienen relacién o parentesco carsho con las modalidades de vinculo mas primitivas (arenicas), de la personalidad. Para insistir en el carieter de posicién y no de estado, M- Klein, muestra cémo lo que denomina posiciones esquizoparancides Y depresivas conservan Ia virtualidad poten- at en el nifo y el adulto como constelacion de afectos reacciones emocionales y el Gesarrollo psiquico representa la capacidad para tolerar Jos sentimientos. El conflicto bisico ‘Jes vida mental, se encuentra ere el amor y el odio Y Jos sentimientos asociados (Klein, 1952; Stein, 1990). Tales earacteristicas reaparecen especialmente cuando en el clima emocional intenso que hace patente el vinculo amoroso, se establecen elaciones de gran densidad, ligadas a las pulsiones de vida y ala defensa contra las pulsiones de muerte (ambos conceptos psicoane= Iiticos desarrollados en la actualidad), Aunque Pare Klein, desde el comienzo de aexistencia Ia interaecién de los mecanismos de proyeccisn ¢ introyeccién contribuyen modeler «Yo infantil, desempefian al mismo tiempo nel establecimiento de Ja primera relacién que él nifio desarrolla con sumadr afecta fla vez al Yo y al Objeto parcial, le permite al nifio libra : que esta expuesto, como consecuencia de su débil desarrollo y de la potene!s de las pulsiones destructivas. Mediante est tscisign que se describe, es posible distinguir en Freonjunto de las pereepciones infantiles To que le parece como perteneciente al Obje%9 Gueno con el cual se intentara identificar Y To que le pertenece al Objeto Malo viv Mo como una amenaza constante para su S furidad y como Objeto a emular (Sega ). ‘un papel esencial ¢1 dre. Es asi que la escision, que ‘se de Ia angustia intensa a 14 © Dinémica y evolucién de la vida en pareja (Capitulo 1) El concepto de escisién permite comprender que en todo caso existen beneficios que S* derivan de la idealizacién del Objeto buens, si las defensas del nifio no lo levana Procesos proyectivos o de introyeccién, es porque de alguna manera tiene la posibilidad w opeién de separar los objetos buenos de los malos, para evitar que los primeros sean alcanzados por los segundos. La explicacién psicodinimica de la idealizacién del Objeto bueno es desde el punto de vista de M. Klein, contemponinea de Ins primeras experiencias infantiles asi como de sus primeras fantasias, en el muy amplio sentido como se ‘entiende este término. Es asi que Ia idealizacién en esta época -dice Segal-, corresponde por lo tanto a los temores persecutorios del niio puesto que hay que asegurar sin cesar, la presencia de un “seguro” protector que le permita ante cualquier caso, neutralizar tales amenazas de destruccion (Segal, 1989). En el momento de establecer un vinculo amoroso este proceso de idealizacién tan fundamental, encuentra su fuente originaria en los primeros momentos de la existencia psiquica del infante, que corresponde a una actividad imaginaria ligada al proceso de escisién, Obsérvese como la busqueda amorosa de la adolescencia o de la edad adulta repite dicho proceso (Seldemberg, 1970). Los cambios de la evolucién no impiden que persista la nostalgia del Objeto Bueno y el establecimiento de la relacién amorosa convoca de nuevo a una escisién y a la idealizacién para encontrar ‘el Objeto Bueno gratificador. Para el momento en el que ocurre la liga amorosa_ y durante la luna de: miel, en términos psicodindmicos, se podria decir que el Sujeto busca suprimir radicalmente, mediante los efec- tos de la negacion, todas aquellas situaciones de disgusto asi como los aspectos insatisfac- torios del Objeto elegido. Tales procesos parecen ser patrimonio de la especie humana en toda esta primera fase, pero el conocimiento clinico nos muestra que se mantienen de manera prolongada en ciertos individuos, mis especialmente en aquéllos que por razones de patologia psiquica, no los pueden soportar sin “desintegrarse”; la angustia persecutoria intensa seguiré rechazando la realidad interna mas o menos penosa mediante la negacién, mecanismo un tanto “magico” de evasion, que resulta ineficaz si se observa desde el enfoque de la salud mental. Dicho sea de paso, |. Cuanto mas efectivo resulte el proceso inconsciente de defensa que opere en el sujeto ~que funciona al servicio de la neurosis-, mas dificil sera para él (y para el proceso psicoterapéutico), alcanzar el plano de la salud (Wolberg, 1977; Etchegoyen, 1988). En este punto debemos sefilar que la interpretacién Kleiniana nos ayuda a percibir los procesos especificos en el origen de la construccién de todas las parejas, pero su aplicacién mas importante sirve fundamentalmente para los individuos con cierto grado de inmadurez, yyase tate de parejas muy jévenes (adolescentes), 0 bien en personas cuya inmadurez emocional forma parte de su cuadro clinico Vale Ia pena recordar Legado este punto, que de acverdo con el planteamiento de la citada interpretacién, existe una incapacidad para establecer una relacién ambivalente con respecto al Objeto, al tiempo de un rechazo total de toda relacién con quien, después de haber sido idealizado, muestra alguna falla en la percepcién de Ia imagen que el Sujeto se habla formado de él, es decir un homélogo de funcionamiento todo o nada; estos individvos se muestran “fijados” a los primeros periodos de su existencia. Dicho de otra manera, no podra discernir en su apreciacién del Objeto de Amor y lo considerara Eleccién de pareja * 15 totalmente bueno o totalmente malo. Son por tanto, individuos frigiles ¢ incapaces de soportar los procesos normales de relacién. De acuerdo con la nocién descrita, El reconocimiento de la imperteccién del Objeto es una condicién obligada para el desarrollo yla salud personal; el aceptar el caracter no totalmente satisfactorio de ello seria en otro sentido, aceptar el teconocimiento de los sontimiontos ambivalentes que él inspira y, por tanto, es acoptar, también que nacen sentimientos hostilos on el seno mismo de un apego verdadero por él, tal objeto es vivido como una amenaza constante a su seguridad y la vez como Objeto a emular (Segal, 1989). La teoria de J. Bowlby sobre el apego materno, describe la relacion entre madre ¢ hijo como una liga bipersonal que inicia durante los primeros meses de Ja vida, en In que el busca la estimulacién sexual de las zonas erégenas sino las respuestas tictiles, actisticas y visuales asi como el contacto fisico y Ia tranquilidad relacionadas con una persona conocida y de confianza. Pero tal unién es totalmente diferente de la relacién sexual que ocurre posteriormente a partir de la adolescencia, en la cual el vinculo tiene lugar entre personas de la misma especie con quienes no existia relacién en la infancia temprana ni tardia. Porlo tanto, es importante distinguir entre ser el objetivo central del deseo infantil con quien desarrolla su apego o de los deseos sexuales del adulto (Brautigam, 1991). Cabe destacar que el Instituto de Psiquiatria de Londres ha realizado estudios que corroboran la hipotesis de J. Bowlby, relativa a que los individuos que han experimentado pobres relaciones afectivas en la infancia se predisponen a una deficiente calidad afectiva en sus relaciones en Ia vida adulta y evertualmente “Iabran” su divoreio (Birtehnell, 1993) ‘Asi, en la psicodinamia afectiva de la relacién de pareja, los reportes de investigaciones que estudian el proceso de apego afectivo de los adultos corroboran que las caracteristicas de personalidad individual determinan el curso de la relacién ya que: 1. Las personas que gozan de seguridad ponen mas énfasis en la intimidad que las personas evasivas y ambivalentes, logrando relactones de alia intimidad y congraen- ‘cla con su objeto ideal que se taduce por amor a simismo y a su pareja. a ‘En ielacign tomintion Se Tes peSORES aBTVATERTS $e CaRSCTTER por fallar al teal su deseo de 10} “un amor calido y seguro. Tw an nth Pero mayor grado de compromiso en sus relaciones que las personas ambivaler te seta or 5 BERET Seren oe ror menos Wee pe Eee ee en ieee ae rt. Por otro lado, el sujeto tiene necesidad de percibir en si mismo un aspecto de odio con respecto a un Objeto reconocido, lo bastante satisfactorio para no rechazarlo. En la teoria Kleiniana el hecho de renunciar a esta primera escisin en el interior del Yo y el reintroyectar los Objetos malos y las malas cualidades, es por definicién el proceso que conduce a la posicién depresiva, Por lo tanto aquellas personas, cuyas dificultades de la vida amorosa no les permitieron la ocasin de atravesar por esta fase dolorosa, ni desarrollar as defensas caracteristicas de esta posicién, estarian inhabilitadas para hacer un verda- 16 * Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Capinulo 1) dero duelo por el Objeto (desarrollo hacia la salud), aceptando de él especialmente los aspectos insatisfactorios y al mismo tiempo el duelo por una representacién totalmente “buena” de si mismo. Ello puede llevar a la relacién por diferentes caminos, pare mantener la idealizacién del Objeto bueno. Véanse por ejemplo a aquellos individuos ave intentan sistematicamente limitar su vida amorosa a un solo aspecto del vinculo como s! tendieran ante todo a idealizar y mantener as{ su relacién con el Objeto de su eleccién. De esta manera piensan que no se arriesgan a encontrarlo en otras circunstancias, en OWS lugares o tiempos, porque ello supondria “tomar riesgos” de perder una imagen idealizada. Tales sujetos se comportan tratando de mantener a cualquier precio esta circunstancia, aunque tengan que reducir a un solo aspecto menor su relacién, delimitando muy restringidamente hasta empobrecer, con Ia pareializacién, su vineulo (Kernbers, 1980). Esta manera de reaccionar es comtin entre algunas personas, que por razones éstructy- rales presentan debilidad psiquica -de origen no siempre determinable-, que puede estar relacionado a {actores psfcolégicos, cuya historia personal muestra diferentes grados de carencias, experiencias de abandono a corta edad, pérdida precoz o insuficiencia afectiva de In madre o bien el haber sido cuidado por sustitutos maternos insuficientes o crueles, Gurante la fase depresiva del infante, entre otras posibles explicaciones recogidas de I experiencia clinica (Gelder y colaboradores, 1983). So trata do sujetos que no han podido establecer una relacién ‘ambivalonte suficientemente sdlida con un objeto, relacién en la que el afocto y la constancia permitan corragir el dolor de estas percep ciones ambivalentes. Pero tales defensas mediante la idealizacion ya delimitacién restrictiva de la relacién alo que es Idealizable, son también muy exigentes; sl por un lado permiten hacer frente a las tendencias depresivas, por el otro causan sutrimientos importantes ‘que obstaculizan, a la vez, la adaptacién social, material 0 moral (Lemaire, 1990). El trabajo clinico confirma que a memndo en esta categoria, se encuentran aquellas personas que experimentan dificultades para establecer una relacién amorosa satisfacoriay estable. ‘Ahora bien, conviene sefialar a este punto que: Practicamente no existe vinculo sentimental capaz de prohijar rela~ cién estrecha, que Impida la sobrevaloracién del compafiero a titulo de idealizacién, sin euforia destinada a anular la ansiedad que acompafia el proyecto inicial de la pareja, misma que tiende a borrar todo espiritu de hetero y autocritica en los participantos: +E] amor ciego” como lo refiere Shakespeare ola “infatuacién” del “Estado maciente” como lo describe Alberoni (1990). ‘Ahora, situindonos en el otro lado de un continuo teérico imaginario, existen casos en Jos que Ia negacién de las dificultades de los fracasos y dela agresividad se prolongan muy ampliamente en una verdadera negacién de la realidad, capaz de obstruir la conciencia y la percepcicn global del Sujeto. Esta, dice Klein: Eleccién de pareja * 17 Es una defensa de cardcter maniaco que invierte la depresién, es docir produce eutoria, entusiasmo, desborde de actividades y pro- yoctos, dinamismo inagotable, Improsién de translormacién de si mismo y del mundo, de omnipotencia por la posesién del objeto lodopoderoso, gratificador y protector a la vez (Klein, 1978). La pérdida de contacto con la realidad del mundo social y material puede ser tal, que ningtin signo contradictorio puede moderar tal crisis hipomaniaca o poner en duda su aparente certidumbre. En lo relativo a la reflexién factible acerca de la eleccién del Objeto, enfocames la intensidad de los procesos identificatorios proyectivos que, paradéjicamente, pueden conducir a Ia eleccién de un Objeto “equivocado”, es decir a aquel privado de cualidades especificas propias sobre las que el Sujeto se podria apoyar después de nuevas proyecciones favorables; una vez que termina In reaccién maninea y reaparece In ambivalencia, el Objeto corre el riesgo de mostrarse en su realidad, (lo que se interpreta como pobreza desu parte), y al aparecer como algo insuficientemente bueno ser rechazado de manera radical por ser completamente malo. De tal suerte que no se alcanza a realizar un trabajo efectivo y decisivo de duelo, propio de la esencia de una eleccién de larga duracién para la vida amorosa. El otro aspecto de la idealizacién del Objeto Bueno es su aislamiento de la perspectiva en el tiempo. Cuando se trata de impedir el retomo de lo reprimido, se busca anular la perspectiva de la temporalidad, asi el Objeto sera elegido y la relacién definida en funcién de Ia exclusién del carécter duradero de ésta. Tal unién amorosa seri deseada sistematicamente tanefimera y pasajera como sea posible (anulable en cualquier momento), de comiin acuerdo e incluso aparentemente no conflictiva en un principio. De este modo la exclusién a priori de todo conflicto permite mantener al compafiero elegido temporalmente en el marco de referencia de los Objetos Buenos. Se deduce consecuen- temente, que aquellos individuos que no se comprometen en relaciones amorosas profundas y prolongadas buscan protegerse de los riesgos depresivos-que amenazan con cuestionar su vida y asi movilizar sus sentimientos. La cobardia en este enso ~entendida ésta desde los enfoques sociales convencionales-, habla de la presencia de conflictos psicologicos, en alguna forma equivalentes a lo que sefiala K, Horney como “Ia huida de la femineidad”, a propésito del psiquismo femenino (Homey, 1989). Existen mecanismos de racionalizacién que justifican la idealizacién. Estos aparecen cen personas de cierta estructura psiquica en la que se considera presente Ia existencia de cierto grado de afectacién de su capacidad para vivir intensamente una relacién de caricter global, unitario y total; al punto que legan a desconocer su incapacidad parcial, al utilizar racionalizaciones tomadas de los érdenes socioculturales, segiin sean éstos los que preva- lezcan en su medio. Desde luego son muchas las posibilidades que puede tener una persona para caricatu- rizar Ia institucin matrimonial, es asi que algunos estan convencidos de que: *Sélo rechazan al matrimonio como institucién’, en nombre de una Iidealizacién de la vida amorosa, de la que “el matrimonio es sola- mente y en alguna manera su antitesis”. 18+ Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Capitulo 1) Pero tal aversién, que se ha convertido ya en clisica en algunos medios, no carece de argumentos y no obstante su “justificacién” més parece una coartada, que aun de modo racionalizado tae aparejados ciertos “beneficios” defensivos, especialmente en aquellos hijos de matrimonios, cuyo ejemplo de relacién ha sido tan sofocante que parece haberlos marcado para siempre; no ocurre as{ en otros individuos que vivieron mas aceptablemente la versin vivencial parental de la relacién diddica. ___ Tal justificacién defensiva permite que algunos individuos frigiles desconozean su imposibilidad para vivir al margen de la idealizacién, que en ellos se refiere sobre todo a la vida amorosa, de modo que “en nombre de una vida ideal de amor” rechazan los obsticulos del matrimonio esperando conservar asi, en el plano imaginativo, los supuestos benefi- cios de la vida conyugal libre de conflictos. Esta condicién puede llevar a las personas mas fragiles a creer muy aferradamente, que su mejor defensa consiste en otro compromiso Precipitado y en una relacién que serd nuevamente idealizada al estilo de la anterior, lo cual desarrolla un circulo vicioso descendente en sus aspiraciones y alcances. Existe un tipo de relacién denominado de lucha contra la depresién, que se describe como el que permite In incorporacién sucesiva de Objetos buenos para consolidar un Yo inicialmente débil y fragil, dada su defensividad contra la posicién depresiva, de acuerdo con la consideracién Kleiniana (1952), que les permite hacer frente poco a poco a sus tendencias depresivas sin tener necesidad de sus ideales. Entre tales individuos cuyas disposiciones depresivas permanecen activas, hay quienes cuentan para su estrategia defensiva contr las pulsiones destrictivas (de muerte), cont el apoyo que les brinda la incorporacién de un Objeto Bueno, poderoso y gratificador, que no se permiten perder sino a riesgo del peligro de sucumbir fatalmente. En otras palabras: La idealizacién del objeto limita la relacién via la parcializacién y delimitacién restrictiva de sus limites, actividad que se busca utilizar frente a la posible pérdida de ellos, debido a la amenaza quo representa para el Sujeto. Tal estrategia se podria comparar con la expresién popular de “no poner toda la care al asador”..., aunque por otra parte, el compromiso y la dispersién de sus empefios en que todo Io quéllo supone, le confiere de hecho, menores beneficios tanto a corto como a largo plazo, por la falta de vinculacién a fondo con sus Objetos elegidos. ‘Cuando se habla de parcializacién de la relacién con el compafiero de pareja, como tuna forma de idealizacién del vinculo, se describe !a actitud equivalente a: La eleccién por parte de una persona insegura de un compafiero poco conocido, con preferencia sobre olfos, cuyas cualidades y defectos ya han sido conocidos o establecidos. De ahi que se establezca la eleccién preferentemente de aquellos individuos que presentan ‘caracteristicas de nebulosidad misteriosa. De esta manera, el inseguro encuentra en él tuna pareja cuyos defectos espera que estén y permanezean muy ocultos por tiempo indefinido. Durante el tratamiento de las parejas con conflictos conyugales es muy comin encontrar que cuando se refieren al proceso de eleccién de su compaiiero(a), comenten “que éste(a) dejé ver sélo una parte de si", la parte buena que puede ser idealizada y Eleccién de pareja * 19 valorada por los demas y que tranquiliza a quien elige, muy a pesar de que se haya intuido la presencia de la otra parte complementaria y opuesta (Dicks, 1967; Sager, 1974). Por ello es comprensible que la atraccién que ejerce como Objeto, un futuro compaitero de pareja que se presente y se sienta constantemente como victima, le permite al Sujeto elegirlo bajo Ia mira de una especie de “beneficio” aparente, que luego se tornara contra € como una especie de saturacién alcanzada (Hesterbeek y Metz, 1993), e independiente de que los complementos sadicos se aseguren a lo largo del proceso vincular. Cuando el Sujeto es y desea ser el protector y salvador, asume que le sera mas facil sentir y ser sentido como Objeto de su compaiiero(a) de pareja, particularmente si éste sélo tiene asualrededor terceros perseguidores, lo que autométicamente le convierte en una persona mis importante ante los ojos de su Objeto; ello ocurre de modo independiente del curso que tomen las cosas una Vez estabilizada la estructura dinémica de la pareja. Por lo que corresponde a lacleccién misma, le permite al Sujeto “lubricar” sunarcisismo al sentirse como salvador de una vietima de otros, Otro elemento diferente que participa en el proceso de eleccién es el protegerse de un amor intenso. En los ejemplos anteriores se ha intentado mostrar cémo la escision y la idealizacién en términos kleinianos, se hacen posibles y cémo se mantienen éstos, enna relativa parcializacién o limitacién de la relacién con el objeto elegido, limitan- dola en tiempo, en profundidad y en aspectos exclusives, como desconocer o negar otros modos de relacién posibles; o bien hacer eleccién de compaiiero que hasta ese momento haya sido una especie de victima Todas estas son maneras distintas de conservar una imagen idealizada de si mismo en su relacién con el otto, lo cual hace que la escisién esencial para la relacién amorosa inicial, funcione de modo que la eleccién inconsciente resulte posible y satisfactoria, por lo menos para el primer periodo, porque una vez desarolladas las relaciones se disparan de modo ineludible los cuestionamientos sobre las tesis de Ia eleceién y en muchos casos se echarin por tierra las ideas referentes al sobrevalorado acierto en ella. Otra interpretacién para comprender los procesos psicolégicos de las parejas que se presenta a continuacién, es a través del estudio de los individuos designados fragiles, ‘como se les lama en Ia literatura psicoanalitica clasica, aunque de hecho casi todas las personas podrian mostrar de modo inconsciente semejantes caracteristicas. Si un ser humano limita estrechamente su relacién con ciertos aspectos parciales inientras que experimenta simulténeamente los deseos intensos, sélidos, ividos y totales de su persona, busca segiin se ha planteado, la manera de conservar el caracter bueno de su relacién; paralelamente la paz interior del Sujeto le induciré a asegurarse de que él mismo es bueno, puesto que es amado por su Objeto bueno. Pero he aqui que el ser humano, en tanto ser social, no lega a establecer una independencia completa y total puesto que ésta no le permitiria sobrevivir, por tanto no llega a sentirse seguro de su valor sin el reconocimiento de otro ser humano igualmente valioso, La debilidad y fragilidad en los términos descritos anteriormente, y la carencia humana en todos los érdenes, indudablemente son mayores de lo que suponemos, ello nos obliga a mirar con mas cuidado las dificultades de las organizaciones emocionales como lo es el reconocimiento existencial necesario para la supervivencia, que imprescindiblemente ha de manifestarse en términos afectivos; puede considerarse como ima especie de biisqueda de aprecio de si mismo, por otro capaz de apreciar y ser apreciado a la vez, pero el caracter afectivo de este reconocimiento ~y esto es muy importante-, no significa exactamente una busqueda de amor. 20 + Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Captaulo 1) El narcisismo es do hecho el tinico adversario frontal del amor (Fromm, 1980). Falso st mismo Hace algunos decenios Winnicott postulé “La sumisién precoz a las exigencias externas (que denomina compliance), conduce a la constitucién de un falso Si mismo que se acompaiia de un sentimiento de futilidad, y en tltimo grado al sentimiento de no existenci: (Winnicott, 1958). Cuando la adaptacién se construye a partir de un falso Si mismo bien corganizado, quedando limitada la maduracién de los aspectos afectivos del Si auténtico, los individvos (cuyo éxito social suele ser manifiesto), reservan para su vida intima (su familia), los aspectos més arcaicos de su manera de ser secreta, lo que traduce una dependencia con respecto a sus préximos, especialmente a su compafiero de pare} La intensidad de los sentimientos amorosos que siente el Sujeto provenientes del Objeto, puede experimentarse por cllos como capaces de cuestionar su equilibrio aparentemente bien adaptado. A pesar de las gratificaciones que reciben (e incluso por causa de ellas), se sienten amenazados y algunos llegan a protegerse de un amor que sienten intenso, valiéndose de diferentes procedimientos dilatorios, cuya forma se descubre cuando se examina una pareja en su funcionamiento y muy particularmente en tomo de la eleccién definitive. Puede ser que el Sujeto sienta que ser el Objeto de un amor demasiado denso le resulte angustioso y ello lo obligue a tomar medidas de proteccién, como la via para repartir entre varias personas los lazos de indole afectivos, morales, laborales, fisicos 0 sexvales, para excluir asf, de alguna manera, la profundidad de la relacién y mandarla aun plano intelectual y més superficial, como parte del intento por manejar la circunstancia “més facilmente”. En Virtud de que el Sujeto lo siente amenazador, pese a que no le resulte consciente, desplegaré medidas de proteccién y multiplicacién con justificaciones racionalizadas, compatibles con sus convicciones y el enfoque ideologico propio, social © ambos que en él prevalezea. La cohabitacién premarital puede ser elegida por personas que no desean ligarse al matrimonio y aprueban implicitamente la posibilidad del divorcio(Axinn y Thornton, 1992). Casos mis dristicos ilustran el riesgo frente al compromiso amoroso intenso, por la no consumacién del matrimonio (término médicolegal que alude a la relacién sexual coital; se usa para significar que la mujer no ha sido desflorada, y se asume que si han existido acercamientos sexuales, no ha habido penetracién). Este sindrome no infrecuente, puede entenderse y tratarse sobre bases individuales y complementarias (Money, 1980). No se trata entonces sdlo de impotencia o frigidez aisladas, ya que los dos componentes de Ia pareja se eligen en funcién de una problematica comiin y en tomo de una misma y comiin dificultad que estructura su relacién y le da a menudo la fuerza y estabilidad necesarias para subsistir; de ahi que aparezcan con fuertes resistencias al manejo terapéutico de los pacientes portadores de tales dificultades. En razon de quese trata de unsindrome disdico, las tentativas de correccién terapéutica aplicadas a uno solo de los integrantes de la pare, frecuentemente condveen al fracaso. Obviamente este sindrome no se relaciona con el aspecto estrictamente institucional del matrimonio, aunque en ese plano pueda verse el desempefio de un papel en las organizacio- hes, de la racionalizacién, que intenta justficar la condicién (Rubinstein, 1978). Eleccién de pareja * 21 Pero en el caso de parejas no casadas atin, puede verse el mismo fenémeno en la medida ‘en que se asocian dos sujelos que presentan perturbaciones complementarias (de naturaleza semejante), que pueden expresarse en el miedo a abandonarse por completo al otro en In relacin afectiva y sexual o el simple abandono a las sensaciones erdticas (Kaplan, 1974), ya que el terror a la actividad sexual responde en algunos casos como un temor al compromiso total y definitivo, sobre todos la relacién sexual entrafia, ademds, laposibilidad de la fertilizacién y concepeién de un nuevo ser. El riesgo de un amor intenso ha sido sentido como una causa de peligro por un gran nimero de sujetos en la historia y la actualidad. Para algunos de ellos dicha percepcién de sensacién de peligro se acompaiia de sintomas de orden psiquico como son ansiedad, inseguridad afectiva, manifestaciones neursticas multiples, exhibicién de escripulos y algunas diversas formas de pedanteria reflejadas en su vastedad conductual, o bien de orden somitico como la impotencia y la frigidez, dolores intensos diversos del tipo -pero no de indole reumntica-, y otros. En otras personas tal percepcidn de riesgo en el compromiso amoreso dado inconscientemente es inminente y se traduce en un comportamiento paraddjico y casi preventivo, como el ponerse a distancia del Objeto elegido, mantener un gran nimero de actividades o de participaciones emocionales (en particular de tipo afectivo), aparte del compafero principal ¢ incluso la “donjuanesca multiplicacion preventivo-defensiva” de las relaciones. Todos éstos son, sin duda, mecanismos de dilacién y evasién que deben ser seftalados por el profesional a sus pacientes, en su debida oportunidad, o bien tal cual es la intencién de este texto, comunicarse a la sociedad de manera informativa con fines educativos y preventivos. Por otra parte, en aquellos casos donde se enfrenta el peligro de un amor intenso, la estrategia defensiva que se despliega puede levar a la persona a elegir un Objeto, cuando éste presenta, sin saberlo, sentimientos anilogos; en este plano Ia eleccién de Ia pareja puede entenderse no sélo en la linea histériea de su desarrollo individual, a la que ya'alu- dimos, sino también en el marco de una interpretacién sistémica, como se conoce en la actualidad, que concibe a la pareja como un conjunto denominado sistema. Uno de los. factores que se debe conocer indefectiblemente, para entender la dindmica conyugal, es la proporcién entre lo conocido y lo que queda oculto en la vida de los eényuges, ya que esta proporcién varia considerablemente debido a ta propia dinimica existente, establecida ahora entre ambos y de manera independiente de las condiciones culturales y sociales que dan contexto a cada relacién. En las personas que tienen una estructuracién psiquica defensiva, predomina una necesidad personal proporcional tan fuerte que inhibe la comunicacién o la maneja bajo distorsién, de tal manera que nunca se dan a conocer realmente y permanecen a distancia, en razon de basar en ello su seguridad personal (Bergler, 1987). Lo curioso del caso es que suracionalizaciénse da de tal manera y resulta tan convincentemente planteada que pueden hacer que el eényuge acepte que ha llegado a saber mucho desu pareja, cuando en realidad no sabe casi nada, o bien, conoce tan sélo lo que su cényuge ha querido que sepa y no Jo que propiamente cualquier pareja pudiera y debiera conocer. Entre los ejemplos clinicos citables al respecto, se encuentra el miedo a ser devorado, pues éste asume la vivencia existencial de muchos sujetos frégiles; es la actitud que se asume frente a la eleccién amorosa que se presenta como una defensa contra el temoral afecto y a Jo que representa el vinculo, Basta pasar revista al enorme niimero de matrimonios formados por parejas, cuyos componentes mantienen entre si lazos tan superficiales que de ninguna manera los constrifien e impulsan en lo absoluto a casarse por consideraciones sociales 0 22 * Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Capitulo 1) , Hone jones culturales como en otro tiempo, cuando los matrimonios eran arreglados bajo presio! Particulares y sin la voluntad de los contrayentes. Inseguridad ontoldgica Uno de los aspectos fundamentales para entender el sentimiento de inseguridad que padecen los individuos es el concepto de inseguridad ontolégica, segiin el cual: Es necosario el sontimionto sélido de su existencia, de su realidad y do su identidad para que el ser humano sea capaz de establecer una verdadera relacién con otro sin sentirse amenazado (Laing, 1976). Un sujeto que padezca esta clase de inseguridad se sentira constantemente amenazado y obligndo a conservarse en suficicie identidad y n su vida mal diferenciadn, frecuentemente le afectarin toda clase de acontecimientos, y mas que buscar salisfaccién en su relacién con el otro se sentira impulsado bisicamente a conservarse. Intrusién Muchos de estos sujetos tienen miedo a ser devorados, captados 0 comprendidos; el ser amado puede traducirse para ellos en un deseo de daiiarlos, por lo cual buscan su preser- vacién constantemente, al grado de manifestarse incluso en el temor de sélo ser vistos. Ellos ven en la relacién del amor algo temible; en tanto que una relacién ambivalente © pobre, quiz hasta mezclada con un poco de odio, les resulte mas manejable segin su punto de vista; tal sensacién psicolégica consigo mismos hace que la eleccidn de pareja se oriente hacia el hecho de evitar ser absorbidos. El concepto de intrusion, definida ésta en el marco de las primeras relaciones amorosas enel mundo, nos es itil para comprender més facilmente la defensividad que presentan tales personas (Winnicott, 1958). La principal reaccién defensiva de los que temen esta intrusién o invasion defensiva del otro es una reaccién de aislamiento, la maniobra defensiva consiste entonees en elegit tun compafiero de pareja sélo para compartir algunos aspectos de su vida y asi la preservacion de la seguridad y de su existencia predomina sobre su bitsqueda del placer. Demanera que laestrategia defensiva del Sujeto puede llevarlo.a buscar, preventivamente, tun Objeto menos satisfactorio, y menos poderoso que otro pero menos mis féeil, de asimilar. El entendimiento global didico de los procesos psiquicos del funcionamiento de la pareja noes incompatible conel enfoque psicoanalitico. De acuerdocon Wynne, el intereambio de las disociaciones es un concepto segiin el cual se observa: I, es decir Que cada integrante de la paroja tiende a mantonor alejadas do su conciencia algunas de las caractoristicas que le parecon dosagra- dables, temiblos 0 culpables de si mismo y, para logratlo, el sujeto utiliza como modo de defensa una forma de disoctacién, para la cual ~de manera inconsciente en cada uno de ellos-, localiza los aspec tos rechazados y los proyecta sobre su compatiero (Wynno, 1958). Eleccién de pareja * 23 Ahora bien, lo que resulta didactico y por tanto importante de sefalarse aqui, es que tal Proceso reciproco subyace a la organizacién sistémica. Asie advierte que la eleccién mutua se efectia no sélo en funcién de la estructura anterior de la personalidad de cada uno de los. que panticipan y su conveniencia (Caspi y colaboradores, 1992), sino en funcién de una estructura organizada que permite hacer corresponder las tendencias de un sujeto a las caracteristicas latentes 0 tnanifiestas y patentes compatibles de su compaiero de pareja, en el marco de un verdaderé intercambio de las disociaciones. De ahi que la elegibilidad del compafiero de cierta forma sea comprensible y esperable. Témese como ejemplo el estudio de los rasgos de personalidad mediante el cual se establecen signos predictores de conflicto conyugal con base en las conductas de aquellos que tratan a su pareja como inferior, demandan demasiado tiempo y atencién innecesarias para lo que piden, golpean con su trato a los demas, son infieles sexualmente, desconsiderados, abusan del alcohol y/o drogas, son inestables y Horan en exceso frente a pequefuas dificul- tades 0 se constrifien a sus emociones de manera siempre subjetiva y centrada en su persona sinconsiderara su pareja (Buss, 1991), y en especial los recientemente unidos en matrimonio yen lena fase de adaptacién (Agarkov, 1991). Enrelacién con eljuego de poder que se establece en la estructuracién de la pareja, se manifiesta por el,establecimiento de un sintoma X 0 una complementariedad como un verdadero poder sobre el otro. La organizacién de pareja mas facil de comprender es aquella en la cual funciona el proceso clisico de la relacién amorosa basado ena proyeccién del ideal del Yo del Sujeto sobre el Objeto del amor. Tal es el caso de un sujeto a quien le ha faltado Ia realizacién de una cierta forma de su ideal y elige al compaiiero “adecuado” para que encame tal ideal. La consecuencia factible sera Jo que inducira y mantendra tal configuracién y el compafiero se convertiré en una especie de sustituto de su ideal del Yo (del sujeto), quien padece por no haber podido realizar este aspecto preciso de su propio ideal en él mismo. En la observacién clinica de las parejas se aprecia, con frecuencia, una organizacién sistémica donde los integrantes se organizan para repartirse rigurosamente los papeles, un elemento inductor es el que el Sujeto que tiene algunas dificultades consigo mismo y tendencias que reprueba en él, que llega a controlarlas en parte, aunque no sin dificultad, casdndose con una persona a la que elige por presentar las mismas disposiciones latentes pero mis dificilmente controlables, ésta sera conducida a poner en prictica los impulsos que el inductor combate en si mismo y que desaprucba y reprime. Porotra parte, el hecho de que Hevea la practica sus tendencias prohibidas procura una posicién que le da satisfacciones a los integrantes, a si mismo por cuanto a que realiza su deseo (aunque éste sea desaprobado), y al inductor bajo la forma de satisfacciones imagina- rias (Buddeberg, 1992). En algunas parejas en las que uno de los integrantes parece tener todas las cualidades y el otro parece ser timido e inhibido, se puede observar que cuando falta el primero, -merced ‘a condiciones reconocidas como circunstanciales-, el segundo que parecia aletargado, vo. omovido sélo por ser llevado, pasa ahora a desarrollar cualidades que no habia ste depres mostrado hasta entonces y que parecian (an solo posibles en su pareja. ‘Cuando tales parejas rompen y viven sus vidas separados, no es raro observar que el primero ahora no puede reaccionar como siempre lo fue y resulta ser débil e incapaz; en tanto que el segundo que habia tenido este papel pasa a ser el motor y guia de la relacién, desplegando conductas que hasta entonces parecia no disponer. 24 * Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Capitulo 1) Colusién Bajo el punto de vista del anilisis sistémico-el tema de la eleccién de pareja invita a reflexionar sobre el proceso intenso de alyaccién reciproca apoyada en bases pulsionales, pero éste no puede realizarse si no es sostenido por una distribucién de los papeles incons- cientes y su correspondiente entrecruzamiento interaccional. ‘Como heros hecho notar, esto se traduce en actitudes diferentes en torno a un problema comtin que se refiere al hecho de coludirse un cényuge con el otro para compartir una problematica, De hecho, lo que crea la fuerza de la atraccién mutua especifica’ es la percepcién inconsciente de una problematica comtin, de acuerdo con lo que establece J. Willi: La colusién corresponde al juego inconsciente de dos participants de la pareja, cuya evolucién afectiva esté marcada por caracteres comunes, ligados en cada uno a una problematica individual no resuelta, problematica reprimida que éscapa a la conciencia tanto del uno como del otro, Este conflicto interior comin no resuelto, se taduce en papeles diferentes que cada patticipante adopta y esa unién en tomo de este mismo conflicto fundamental favorece la divergencia de los comportamientos, el estilo personal y la manipulacién de Ia relacién. (Buss, 1992), donde uno asume caracteres agresivos acentuados mientras que el otro se Ve Uevado a una actitud mucho mis progresista (Willi, 1975). Segiin este autor, Ia pareja puede coludirse de cuatro maneras diferentes, que son: 1. Colusién narcisista. 2. Colusién oral. 3. Colusién sadico-anal, que consta de varias subdivisiones clinicas. 4. Colusisn filica y edipica. El concepto de colusién de Jurg Willi representa a la vez una tentativa de caricter defensivo para cada individuo y un esbozo de estructuracién para la pareja. Sin embargo, sean cual sean las variaciones individuales: La colusién debe considerarse como un proceso psicodi- namico y no necesariamente psicopatolégico, aunque es evidente que bien puede serlo también. Tal como es entendido este concepto por su autor se refiere a la condicién de: Como si el inconsciente de cada individuo percibiera en el incons- cionte del otro una serie de confictos interiores; si tales confliclos son andlogos a los suyos, él siente en el otro una manera diferente de reaccionar ante ellos, asi el sujelo se sentird poderosamento alraldo a ese olfo con una fuerte posibilldad de que la atraccién resulte reciproca (Will, 1975). Dicha manera diferente de reaccionar constituye la base de la estructura de pareja y hace posible su comprensién bajo el enfoque diddico de dos procesos inconscientes que tejen ‘entre si un derrotero, que actiia en diversos escenarios y comparte un Superyé comin (Kemberg, 1993). Eleccién de pareja * 25 Un interesante enfoque sociolégico presentado en la 161ava. Reunién Anual de la American Association for the Avancement of Science, AAAS, sefala que casi 90% de todas las relaciones ocurren entre personas del mismo grupo étnico, 85% comparten simili- tud educacional, 80% tienen edad parecida (con diferencia menor a cinco afios) y mas del 60% comparten religién. Dichos porcentajes incluyen matrimonios, cohabitacién, relaciones a corto y largo plazo (Schumm y Laumann, 1995). Tal similitud dada por la homogeneidad a Ia que nos hemos referido anteriormente, incluye la intervenciénen la mayorla de ellas, de un familiar o amigo comiin, Rara vez.el encuentro ocurre en un bar, de vacaciones © por medio de un anuncio de revista o periddico: 4% de los matrimonios, 7% de los que cohabitan y 8% de los que mantienen relaciones estables de mas de 2 aitos y 13% de los que sostienen relacién a corto plazo. Ademas ¢1 26% de las parejas se trataron por lo menos durante un afio antes de tener relacion sexual; sélo el 14% de las relaciones a corto plazo, tuvo sexo en los dos primeros dias de la relacién y en aquellas que finalmente casaron, 90% no tuvo relacin sexual antes del primer mes, lo que es de enorme importancia entre otras cosas, por el peligro de dispersién de enfermedades infectocontagiosas. Las parejas que durante el afio anterior al estudio mantuvieron relacién sexval con mds de una pareja lo hicieron con personas de su mismo sexo 81% y sdlo 2% lo hicieron en forma bisexval (Schumm y Laumann, 1995). ‘A modo de corolario, se presenta un esquema del Diario de un Hombre que en El Derecho de Sofiar, refiere Gastén Bachelar: Dos almas solitarias se encuentran en el mundo. Una de elias ‘so lamenta @ implora consuelo a la desconocida. Y la desconocida se inclina hacia ella y le murmura dulcemente: para mi también es de noche... (Bachelar, 1985). Hil Bibliografia Ackerman Nathan, Diagndstico-tratamiento de las relaciones familiares. Buenos Aires, 1974 ‘Agarkov ST. The problems of the sexual adaptation of young newlyweds. Feldsher. Akush. 1991 Jul; 567): 39-46, Alberoni Francesco, Enamoramiento y amor. Ed. Gedisa; séptima reimpresién. Barcelona, 1990. Axinn WG, Thornton A. The relationship between cohabitation and divorce: selectivity or causal influence? 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La forma de compromiso amoroso es relativamente reducido en estos casos y la elec pareja asociada al temor de un amor demasiado intenso puede reducir la de la maduracién. Dice Citulo, el inspirado poeta latino: Que este amor nuestro habra de ser jocundo y eterno entre noso- tros, me ofrece, vida mia. Dioses magnos, haced que pueda prome- terlo do veras y sinceramente lo diga, y desde el alma, Para que nos, sea licito llevar por toda la vida de santa amistad este perpetuo pacto. (Catulo, 1976.) 29 30 * Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Capitulo 2) En efecto, puede considerarse que ¢lingreso al estado amoroso se acompafia de una evolucién tnaduracional; se wala dela tiica experiencia que tiene valor sui generis y no se acompaiin de sensacién de frustracién. No obstante lo anterior, también hay que sefialar que existen muchas personas qv° £* sienten inelinadns a esperarlo todo de sus parejas y amienazan la relacién con tna saturacion innecesaria y tormentosa (Heesterbeck y Metz, 1993), porque una tensién social extrema oh tau vidas no les permite encontrar en su actividad socioprofesional, un minimo de satisfac~ ciones o de remansos necesarios para su jibilo y supervivencia existencial. Es de suponerse Gque no precisa aclarar, que se hace referencia a la “vacuidad de su vida”, mas no al hecho Jeaque hublerm de lenarla solamente con los aspectos madurativesy fecundos de la prodvcti- vidad laboral.. En este sentido la vida amorosa no puede verse reducida en su conjunto, a un aspecio regresivo, puesto que después de la na de miel vendrin fases mas critias, donde cada ser se vera obligado a utilizar todas sus capacidades tanto progresivas como regresivas, Pere en cualquier caso conviene reconocer que ¢l establecimiento del Iazo amoroso en su fase inicinl, comprende un aspecto regresivo notable que hace posible esta re-creacién del Sujeto y In posibilidad de enriquecimiento para su Yo. Por estudios basados en anilisis multivariados sabemos que el género, edad, edvcacién, ingresos y vivir en residencia de area urbana, son factores predictivos importantes Par al sae lect niente de un matrimonio romantico, que podré crecer o no posteriormente, cuando Se desarrollen los factores bilaterales para ello (Tucker y colaboradores, 1993). Luna de miel En la fase llamada de Luna de miel, como se conoce pricticamente en el mundo entero, lo deetacade es Ta exclusién en cada una de las partes de todo elemento agresivo w hostil respecto del otro (Souza, 1989). Es asi que se dice que los enamorados no se ertican nada ¥ no sélo se lo perdonan todo, sino que ademas ignoran el defecto y debilidad del elegido. En esta fase no se es capaz.de soportar la menor visién desfavorable del elegido y hasta ge rechaza la percepeién propia cuando no aparece congruente con Ja visién idealizada Gque se tiene del ot Tal iealizacién, durante la fase de luna de miel puede Iegar incluso a negar la realidad y a generar una verdadera transfiguracin subjetiva del elegido. Tndependientemente de que la exclusion de los factores agresivos se tmduce propia: mente en la idealizacién de oto, lo hace también enla vida amorosa, que se considera desde sae momento como nultritiva, ya que aportara toda clase de satisfacciones y sélo satistac- Jones, De esta manera la expectativa aumentaré la idealizacion mediante una retroalimen tucign positiva. Ambos participantes se sienten parte del otro, como formando parte de fl fundidos en wna fusién que es mas que Ia posesién misma, una especte de grado mas cvanvado en Ia desaparicion de Ios limites del Yo y de la desaparicién de los limites entre el uno y el otro. En torno de la fusién que existe en la relacién vincular dada la compenetracion del otro en Ia existencia propia, se comenta en ambientes especializados que algunos rasgos de oo dueta, actitudes, gests y hibitos posturaes, que muestran los eényuges de parejas con cone Siveneia larga, hacen suponer que un cdnyuge puede parecerse mis a su pareja que a si wtjama, es decir asimilar una forma de ser ajera aunque complementaria, que se asume al inilo y se estima como propia después, al como sucede en los hijos de esas uniones. Sin Dindmica conyugal * 31 embargo la investigacién sobre las semejanzas y diferencias encontradas y presentadas en Ja literatura no se estiman significativas, y tal parecido se ermascara como resultado del desarrollo de las caracteristicas de ambos a la vez, a un punto que ya no puede distinguirse ‘cual es el origen de los rasgos primarios (Sutton, 1993). Otro aspecto de esta situacién es que los fendmenos psicolégics del estado amoroso contribuyen a la defensa contra la pulsién de muerte en cada individuo, aspecto definitiva- mente muy benéfico para cualquiera que se encuentre en el trance. El Yoal verse forzado por los fenémenos regresivos de la vida amorosa se defiende con una especie de re-creacién, modelacién estructural que extrae su energia de a aproximacién del Yo a las otras instancias intrapsiquicas (Ello y Superyé) y la introyeccién de un Objeto enel Sujeto, mientras tal Objeto sea ideal del Yo del Sujeto (Lacan, 1971; Girard, 1972). Asi el esfuerzo del Eros manifestado en las pulsiones de vida, le permitiré al Sujeto metabolizar mejor sus energias agresivas asi como las que naturalmente surgen de las pulsiones de muerte (Shor, 1992). Crisis de pareja Dada la problemitica seiialada, Ins consecuencias entre fusién-delimitacién que se refieren a muchos aspectos de la vida conyugal; independientemente del plano sexual en el que suelen. repercutir por razones obvias de su dindmica, se ubican ademas en el plano de comunica~ cién donde la masculinidad y feminidad de los cényuges (cada uno tiene algo de ambas) jucga un papel importante en la génesis de conflictos (Sayers y colaboradores, 1991), en su lucha por el poder (Babcock y colaboradores, 1993). Las relaciones de poder se encuentran por una parte ligadas en la pareja a las relaciones de dependencia entre sus integrantes, en particular a la inequidad de la relacién de dependencia que no puede desconocer los aspectos inconscientes que se ligan las pulsiones pregenitales; a relaciones de incorporacién, de apropiacién de nivel oral y a las tentativas de dominio del Objeto en sus diversas modalidades. En toda relacién amorosa existe un movimiento dialéctico generador de tensiones en las que se oponen Ins corrientes pulsionales y las defensas individuales o diddicas, organizadas para limitar las primeras y defender la existencia y la autonomia de las personas (Souza, 1989). En ocasiones, los rasgos de personalidad Uevan a los patticipantes a vivir relaciones de manipulacién en cualquier direccién y sentido; coloquialmente se acepta que ésta pueda ser voluntaria e involuntari positiva y negativa, segiin el caso (Buss, 1992). Los aspecios regresivos de In relacién amorosa retrotraen a los protagonistas en su interaccién, a las etapas de su desarrollo libidinal, especialmente a una experiencia donde no existe para el sujeto ninguna distincién entre él y el Objeto de amor. Es facil comprender después de todo, larelacién existente entre la autoestima personal y una buena relacién afectiva (Schaffer y Keith, 1992). Sin embargo, —se sefiala con intencién descrip- tiva y no de justificacién—, resulta imposible separar radicalmente Ia relacién amorosa de algunos modos de dependencia 0 de apropiacién. Por tanto, cieta parte de la autonomia y de l libertad del sujeto la interpretaré como reducida precisamente a causa de su relacién amorosa. ero tal planteamiento en términos del pensamiento frommiano, seria simplemente con- fundir el amor, cuando sus premisas han sido discemidas y divulgadas apropiadamente y se 32+ Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Captnulo 2) cconocen en la literatura cientifica mundial (Fromm, 1980). En la terapia psicoanalitica por janplo, se sefiala la tentativa de ayudar al paciente a ganar o a recuperar su capacidad de amar, Yeneste escenario, tanto para el pensamiento religioso humanista como para el psicoanilisis: La capacidad del hombre de buscar la verdad est inseparablomente unida al logro de la libertad y do la independencia (Fromm, 1987). Un factor determinante para entender los conflictos conyugales, es captar la significacién que tiene el proceso de crisis de Ia pareja que se introduce a través de In decepcién experimentada en el sujeto frente a una falla atribuida al Objeto, ello debe verse como un fenémeno subjetivo intraindividual. De manera consecuente la decepcién aparece cuando supuestamente el Objeto no responde a los deseos del sujeto. El Objeto en tales términos falla cuando menos en un aspecto, ya que defraudé la expectativa que se tenia sobre él, aun cuando el integrante de tal pareja no haya cambiado de actitud objetivamente, en términos objetales —es decir de la relacién de Objeto—, su imagen interiotizada en el sujeto parece fallar y es sentida de modo insatisfactorio y decepcionante con respecto a la expectativa que el sujeto abrigaba (recordar que algunas veces las expectativas son tan grandiosas y elevadas que por si mismas son imposibles de satisfacer). Se comprende que el sujeto se defienda contra esta alteracién, tratando de mantener y prolongar los procesos de idealizacién a riesgo de recurrir a una negacién de la realidad, Vale la pena enfatizar que dicha decepcién representa un papel muy relevante ain cuando sea parcial, porque vista en el plano psicodinimico sirve de introduceién a los procesos de crisis, a la ruptura de la idealizacién y de la escisién, a los que aludimos anteriormente y ademds sirve de retorno de las pulsiones agresivas hetero y autoagre- sivas respectivamente, asi como a la reorganizacién de una verdadera ambivalencia natural, necesaria para el funcionamiento de la relacién con el Objeto. Esta nueva realidad psiquica vivida por el sujeto tiene un carcter doloroso, aunque no carece de aspectos maduracionales importantes. En otras palabras, la realidad psicolégica del Sujeto es la que se modifica, no asi la realidad objetiva del Objeto de amor elegido. Por ejemplo, cuando un compafiero(s) fue buscado por la capacidad de otorgar proteccién a un Sujeto que se siente demasiado fragil, se viviré como una falla de aquel({la) el que las circunstancias no le den mayor posibilidad de brindar esta proteccién requerida (aunque no se haya determinado qué tan importante resulte el que sea deseable su otorgamiento). ‘A menudo es la comparacién con un tercero lo que motiva al sujeto a la comprensién de una presunta falla, ya que el compafero resultarfa en un plano de inferioridad cuando fuera comparado con otro individuo en mejores circunstancias, o viceversa, situacién analogable tanto a condiciones materiales como a otros aspectos de la relacién. Pero la atribucién de los valores al Objeto depende fundamentalmente de las condiciones sociales y culturales, ya que éstas generan interpretaciones diferentes respecto de la cuantia del “valor” y el “valor atribuible” a las personas, como en el controvertido caso de Ia virginidad femenina. La calidad de la relacién marital influye determinantemente en el ambiente afectivo y cemocional y éste participa en la génesis de la salud fisica y en la produccién de enfermedades somotomeérficas como el asma (Klinnert y colaboradores 1992) y las disfunciones sexuales. Asi, la depresién, baja autoestima e insatisfaccién marital se asocian irremisiblemente a la Dindmica conyugal + 33 dindmica de pareja (Fincham y Bradbury, 1993), que por otro lado produce, ademas, consecuencias en los eényuges de los afectados (Tyra, 1992). Precisa aclarar ahora, que el proceso de crisis como proceso dindmico, resulta necesario y fundamental para el crecimiento de cualquier relacién, en particular para el desarrollo de la tarea de redefinicién operacional de metas y objetivos que no debe verse sélo como el punto decisive para una ruptura. A menudo sirve de mecanismo con y Por el cual, la pareja se re-estructura frente a dificultades especificas, ya que se favorece la revaloracién cuando esta posibilidad se aleanza con el deseo de los participantes. Al despertarse las pulsiones agresivas respecto del Objeto, se instaura un proceso que Gevalia Ia idealizacién inicial e incluso provoca su desaparicién; pero si el trabajo psiquico del duclo se tleva a eabo en condiciones favorables se organiza progresiva- mente Ia des-idealizacién, se efectia de manera lenta y en general parcialmente, lo que le permite al Sujeto recuperar su juicio y sus capacidades eriticas y le propicia por otro lado, la aproximacién entre 1a imagen interiorizada del compaficro y la realidad que éste le presenta. La menor distancia que aparece entre lo real y lo imaginario creada por tales Proyecciones puede verse como un medio de adaptacién y como tal apunta al progreso. Es de relevancia sefialar la importancia del establecimiento de mecanismos que Ieven a la conciliacién conyugal cuando surjan las inevitables discrepancias (Haber y Austin, 1992). En tales condiciones la relacién incursiona por el terreno del sadomasoquismo, consi- derado como un ingrediente primario remanente de la sexualidad infantil, el representante esencial del funcionamiento normal de las relaciones erético-sexuales y centro mismo de la excitacién sexual (Kemberg, 1991). Tal forma de vinculacién puede asumir cualquier variante en las relaciones interpersonales, pero se evidencia mas claramente en el despliegue mismo de la agresividad, A efecto de reducir la agresividad ligada a conductas sexuales, que en Ia actualidad representa un problema social en aumento en el mundo entero, distintos investigadores han dirigido esfuerzos teéricos sobre sus causas y su manejo (Hall y colaboradores 1991). La unificacién de tales conocimientos ha Ilevado, entre otras acciones, a la teor{n cundripartita que consta de los siguientes elementos cognitivo-conductuales: 1. Deseo y biisqueda del climax psicosexual. 2. Presencia de una serie de cogniciones que tienden a justificar la agresién sexual. 3. Descontrol afectivo necesario para su comisién, habitualmente en forma de delito, 4, Problema basico de personalidad (Hall y Hisrchman, 1991). Los conflictos de Ia fase edipica no resueltos en el sujeto, se consideran la causa mas relevante de la ruptura de los limites sexuales en la pareja y son a la vez el vehiculo ideal para la expresién de una agresién disociada de sus distintas fuentes de origen. Entendida asi la perversin como reclutamiento del amor al servicio de la agresién, manifestada en desviaciones, amenaza palmo a palmo a la relacién amorosa. Las funciones protectoras de a interaccién erético-sexual, sélo se alcanzan cuando se logra, por via de la elaboracién psiquica respectiva, Ia integracién de Ia agresién y el amor como elementos naturales de la relacién normal, Ello ocurre como resultado de un tratamiento psicoterapéutico exitoso (Kemberg, 1991). En la actualidad distintos grupos estudian en fenémeno. Los investigadores de la Universidad Loyola, de Chicago, exploran Ia agresividad sexual en a pareja y los estilos amorosos de vinculacién mediante modelos de medicién so- fisticados en forma de escalas, para delerminar desde la presencia de amenazas de coercién 34 * Dindmica y evolucién de la vida en pareja (Capitulo 2) sexual hasta francas conductas psicopiticas. Usando la regresisn logistica, se ha descubierto que entre los estilos manipuladores de orientacién ligada al juego, se distinguen seis subtipos de relacién, que con distinto peso especifico guardan relacién con la disposicién personal a la agresividad sexual (Sarwer y colaboradores, 1993). Por tiltimo, en relacién con las crisis que ocurren en la pareja y Ia psicodinamia entre sujeto-Objeto, dadas las fantasias posibles de eleccién planteadas sobre la figura materna, dice E. Fromm sefialando el proceso simbiosis-individuacién: El vinculo incestuoso no es, sin embargo, Unicamente anhelo de amor y proteccién, sino también, pero sobre todo, miedo y terror, sentimientos consecuentes més que nada con la dependencia personal vivida que debilita -en si misma-, el sentido de fuerza propia ¢ individuacién (Fromm, 1972). Es entonces que recomienda discriminar entre los diversos tipos de apego a la madre: los enignos como cierta fijacién a ella y la simbiosis incestuosa como forma maligna, el nivel mis profundo de fijacién. Asi, las tendencias como: la necro! el narcisismo maligno y la fijacién incestuo- sa, las reconoce como el sindrome de deterioro o decadencia; mientras que las orienta- ciones contrarias como Ia biofilia, Ia objetividad y el amor y Ia independencia y In libertad constituyen lo que denomina el sindrome de crecimiento (Milliny Gojman, 1981). Proceso conyugal de calificacién-descalificacién El que ocurran crisis en la pareja se considera normal, pero las consecuencias de éstas pueden ser diversas (Hardy, 1991). La observacién evolutiva de las parejas a través del trabajo clinico, permite detectar el fenémeno de la desconfirmacién o descalificacién que aparece con motivo del conflicto conyugal, en contraste con el proceso de confirmacién inhe- rente a la instauracién del proceso amoroso (Ackerman, 1970). Tal descalificacién eritica ccurre habitualmente y es moderada en ocasiones; con mas frecuencia se enmascara por las racionalizaciones que provocan los diferentes aspectos cotidianos concretos 0 bien por ciertas deformaciones culturales. Tales racionalizaciones debidoasutraslape, originan procesos de doble mensaje que impiden a los involucrados comprender su interaccién (O'Leary y ‘Smith, 1991) y su participacin especifica en los conflictos, e incluso también la posibilidad de salir de ellos al estimularse una lesién afectiva (Schafer y Keith, 1992). ‘Ahora, este proceso dinimico permite que los eényuges se enreden en transacciones patogenas y que sdlo sean capaces de salir de ellas a costa de un rompimiento definitive de su relacién, las més de las veces de corte traumatico y por tanto mis costoso en todos los aspectos. La dinimica patolégica lleva a una ruptura lenta y progresiva entre ellos, toda vez que reduce la comunicacién y facta el acorazamiento de uno contra otro. El intercambio afectivo una vez alterado hace que se dirijan los esfuerzos de ambos a la meta de mantener cl equilibrio psicolégico individual, pagando por ello el elevado precio de Ia indiferencia hacia el otro. En tales circunstancias se consume poco a poco la relacién y se trasluce el desagradode convivir juntos por la neurotizacién del vinculo que puede cobrar proporciones superlativas (Erenwald, 1967). La desealificacién es una de las mas importantes lesiones que pueden suftirse en el jonio, aunque depend en parte de In interpretacién que se hnga de ello, su motivacién

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