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ENRIQUE BANCHS OBRA POETICA (1907-19 ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS BUENOS AIRES 1973 Existes © no existes, joh, padre que eseribiste! Pero el sacro minuto que te ofa: “estoy triste”, en la medida humana te hari inmortal, Las voces ven tanto como los mismos dioses, Oye, vivié en tus tiempos Ia humbrera judi —tal vez Ja eonociste: Don Sem Tob— y deci “Non ay Tanga que pase todas las armaduras, cecerita nin que tanto traspase como las escrituras”. ‘Tu libro te repite mas que un hijo. $i acaso tiene como los mismos universos stt ocaso, entonces otro hombre diri lo que dijiste nuevamente y en una lengua que aiin no existe: igual, antes y ahora, Ia misma alma ce agi EI corazén en cuatro cavidades palpita. Lo que predijo Calchas junto a las negras naves, hoy en Jos parlamentos lo dicen hombres graves. «-¥ también hago el libro con mano temblorosa; soy el rosal que echa Ia vida en una rosa. Alguien tendré algiin dia ese libro e1 y si ella es de hombre que ha trabajado en vano, que en vano ha perseguido su ideal, que ha tenido en vano muchas lagrimas y que al fin se ha rendido al destino... emtonees puede ser que reviva todo mi ser y eante como una lira viva en otras carnes, Cante mi tristeza que pasa, mi alegria que vuelve, mi tristeza que pasa, mii alegria que vuelve... y mi duda que queda, TG mismo, hombre que lees, jno sientes la vox queda que te esta preguntando: ;Tendra los brazos frios? 2Ya cantaran los grillos en sus ojos vacios? 306 LA URNA cou) I Entra Ia aurora en el jardin; despierta los célices rosados; pasa el viento y aviva en el hogar Ja Hama muerta, cae una estrella y raya el firmamento: canta el grillo en el quicio de una puerta y el que pasa detiénese un momento, suena un clamor en Ja mansién desierta y Ie responde el eco sofoliento: y sien el césped ha dormido un hombre Ja huella de su cuerpo se adivina; hasta un armol que tenga escrito un nombre bre él se inelina... I y escondide ni hacer ruido. Hama al Recuerdo que « Sélo mi amor vive sin hacer « 1 ‘También el subterréneo manantial en su lecho de jaspe prisionero, sufre, pero después rompe el venero gorjeando ante la Iumbre celestial 309 i recata un terciopelo funeral el rostro rosa de Ia aurora, pero también Ja aurora al fin rasga el severo Tuto nocturno y rie en el zorzal; mucho tiempo en el surco esté dormido en Iaborioso sueiio el itil grano, y engarza al fin la espiga en el ver también mi amor estéril y excondido, se Ievanta en su noble estampa humana de pie sobre Ia estrofa castellana. * a Hermosa es la sidérea compaiiia de siete estrellas en la oscura frente del universo... Pero esta vacia Ja sombra por la octava hermana ausente, 4Qué ignoto espacio su fulgor rocia desde una eternidad, sola y silente?, qué destino, a ella sola desprendia como una flor del grupo refulgente? q El aderezo de las siete estrellas bello y como ligrimas son ellas pero pienso en la otra: jen la que falta! Veré mas rostros y pasién més alta, pero con fiel angustia, solamente pensaré en esa que perdi, ;la ausente! 310 Por la bella sonrisa de alegria que sin ser para mi, Ia hice mia, por la bella sonrisa mi verso ilusionado se desliza, Por la bella mirada que vagaba en lo vago... y erei que me miraba, por la bella mirada nace y nace mi estrofa enamorada, Pupila indiferente, boca roja que mirando y conriendo dais consuelo, ique me disteis tesoro si quererlo lusién sin saberlo! fuisteis como Ja flor que se deshoja, que se deshoja y engalana al suelo. * Como es de amantes necesaria huir la compaiiia y el ruido, vagaba en sitio solo y escondido como en floresta umbria im ciervo herido, Y¥ a fe que aunque cansado de esperanza, pedia al bosquecillo remembranza y en cada cosa suya semejanza con el ser que me olvida y que no olvido. Cantar a alegres pijaros ofa y en el canto su vox no conocias miré al cielo de un suave azul y perla But ¥ no encontré la triste y doble estrella de sus ojos... y entonces para verla, cerré los mios y me hallé con ella. aiios evo con Ia misma suerte. Quiero salvarme del doliente estado: mando a mis ojos que no quieran verte: ios ojos suaves porque te han mirado! La vida en vano me ha labrado fuerte para dejarme a mi memoria atado. ‘No mis por ti la voz se me despiertes jla vor que es suave porque te ha nombrado! Nada me dice que Hegé el momento, (en que me mires con piedad amante) que en tanto tiempo he imaginado tanto. 2Y qué havé entonces con mi gran tormento? Pensar que Mega mi postrero instante que en tanto tiempo he imaginado tanto, Mientras Ia tarde ponga la diadema de su fulgor letargico y tranquilo, moribunda gloriola, en Ia suprema fronda del tilo; 32 ‘mientras mi sentimiento tenga asilo en la palabra hispana y por emblema lagrimas; mientras trace el noble estilo Ja razn de mis horas: el poema, Ja olvidaré... Mas hoy, hoy otra ver, Memoria, lamentemos lo perdido. Oh, Sombra, no te vayas! Dolorida habla otro instante y otro mis después; porque si éste es el tiempo del olvido, ioh, Sombra! no es el de la despedida, Si como sombra fue mi pensamiento, sombra eterna abrazada a tu figura, fe tan largo sufrimiento, suftimiemto y dulzura. Y sien mi breve juventad fulgura Ia tuya, como en mudo firmamento el brillo de Ia Tuna; y si perdura con seereto lamento Ja angustia que me viste en Ia mirada y que en otra pupila repetida yo no sé si fue cita o despedida, por qué pasamos sin decimnos nada?, apor qué dejar que se marchite en vano Ja rosa blanca del amor humano? 313 En Ia fosea y solemne cumbre crece el leucersn’ la nieve es su sustentos y en el hospitalario valle el viento Jas campanitas del muguete mece. La flor que en el radioso encumbramiento solitaria y sufrida languidece no se puede juntar con la que oftece al Tano azul su perfumado aliento. Y sin embargo, al fin, Jas dos cortadas, en una misma copa se marchitan en sombrias aleobas, olvidadas.... Iniitil nos separa opuesta suerte, ¥ en vano os orgullos nos evitan: nos hallaremos juntos en Ia muerte. I Nunea como esta noche de verano de gran silencio, melodiosa y pura he sentido Ja linguida dulzura, Ia irrealidad, de mi pasién que en vano confieso al alma de la noche oseura. Bien sé que espero en algo muy lejano, algo que no se toca con Ia mano, que no se puede ver ni se figura; algo como plegaria de intangible boca, pero plegaria imperceptible; tun suspiro del viento, acazo una 314 mnisiea de violines escondidos; tuna vaga mujer cuyos vestidos ondulan en el claro de Ja luna. u ZEntonces sigue mi infeliz suspiro superviviente Iuz de estrella ausente, © los mi s de mi propia frente viajero del desierto miro? s una de esas formas que un abrazo ilusorio nos dan s6lo en el suefio, sombra que nunca me tendré por ducio, serd Ia gloria acazo? iNunea! Mi corazén inconsolado bien sabe que ha pasado por su lado, Su presencia lo Hen i somo a copa €1 éptimo elemento, Esté en mi boca su nombre que jamis se parte de ella.. iTa no eres irveal, aunque eres bella! I Cubra tu forma de anfora un sudario, Neva en la mano el arlequin de paja del deseo difunto y desencaja de ti misma el impulo pasionario. 315 Y anima en tu atavio funerario un pie de sombra, un paso, asi, en voz baja Vayamos al pais de la mortaj y al sitio finalmente hospitalario. Vamos a ver Ja dama que con metro igual nos mide a todos. Cuyo cetro ce Ja amapola erecta y asfixiante, Cuyos son el palacio y Ios salones con la base en Ia tierra devorante y con techumbre en las constelaciones. u Surge una hoz en Ja marmérea entrada, blanca como el silencio... 0 voi che entrate... vosotros, marmol en que nada late, columna en tierra, espiga cosechada.. En vex del huésped de la rama, el trino, grandes ligrimas vierten Ios cipreses ‘Alma, enmudece, que no sirven preces, i vale el oro donde esta el Destino. Mira cl rebafio blanco de las piedras tumbales, y pastores, a las hiedras quietas en Ia pradera taciturna, .. —jJuventud!—joh, qué cosa Hamas, alma!, jeon gloria y tempestad nombras 1a calma?.. Y en eso soné un canto en una urna. 316 a En una antigua urna canté un grillo, Decia: “en Ia cabeza de tu hermano levanto un canto ripido y lozano, y me sirve de atril erinco amarillo, Por furtiva rendija entré en a fria caja; y entre los palidos despojos, (jmaravilla de ofdos y de ojos!) venciendo al Tiempo su ilusién vi jAlegria fugaz de haber vivido, alegria fugaz, Ia he recogido como Ia abeja de Ia flor el polen, para que mis sonidos la enarbolen; y de ensuefios del muerto se hace el canto ‘que como musical pendén Ievanto!” v Cantaba: “Salud, dia del verano didfano, salud mies erguida y rio Meno de cisnes, y salud, hermano euyo Iabio es corola con rocio; dlamo ceniciento en el camino, novia en cuyo mirar tan dulee y vago copiado parecia mi destino, como refleja blanca vela el lago” 37 Dijo asi la ilusién sobre aquel muerto, Y alma, ti suspiraste: “el Hado quiera que se alee un canto en mi «i y se prolongue mi poema y yerto Jo que amé rememore, en Ia can del Grillo, lira de resurreccié Hijo blanco y moreno de las mieses, pan nutritor, mi sangre te incorpora. Seriis quizés al cabo de los meses a viva Iuz que mis pupilas dora, © en el cerebro el nervio de la oda, ‘en la garganta el halito vocal, ya que ley renovante cambia toda ‘materia en expresién espiritual. .. Hijo triste y fatal de los sentidos, ioh, amor! on esto acabas: en cancidn. Nada es estéril, no, ni la ilusién, ni el sueiio, ni los pétalos caid ‘Aun del mismo dolor de haber amado se hace el Arte un trofeo conquistado, Si fuera tiempo de empezar Ja vida En decisivo instante asi pensaba cuando de iluso olvido sélo escla mi alma parecia redimida, 38 rad postrera, iMisera libertad!: Me acordaba por q yué me dejaba? en tengo perdida Ia Ieve edad que al porvenir convida y el antiguo vigor que levantaba mi nombre entre los seres argentinos. Después decia, como quien del ama s6lo a los pijaros divinos, a la divina soledad aspira yaa azulada sombra de Tos pin ¥ la Hamaba, como quien det * Un principe va en selva de laurel: capa de seda, rosa en el sombrero, cineelado el arnés de su corcel Cual de leyenda fue mi amor primero. Como Ia madre pobre que sostiene con el valor de su virtud Ia casa, Ja misma noble fortaleza tiene este ignorado amor que imitil pasa, Y es como alguna pilida colina que en Ia armoniosa calma parece hacerse toda pens que se repliega si la tocan, guarde cerrindose, este amor para més tarde 319 {Donde esta aquella audacia blanea y fuerte que imperativa, tiraba un guamte y este nombre te iérgica y audaz I rostro de la Muerte iSiempre Ma La que de pie, la mano en Ia cadera y envuelta en el pendén de su entusiasmo, lumbre Mevaba en Ia mirada fiera y en el labio enigmitico sarcasmo. -Mal tiempo es éste para el porte altivo. EI espiritu, vuelto pensativo, sélo quiere w cosa: que lo olviden. Como de lejos sus palabras piden: jdéjame solo, déjame sofar! i déjame solo, déjame olvidar! Hay quien pide razén porque no Hevo el diapasén del general clamor, ¥ porque no resumo en verso nuevo no mi vario dolor, sino el Dolor. ito como a torrente la coneiencia miiltiple; siento a todos que soportan, ica de plomo, la existencia. Pero las multitudes zqué me importan? 2Qué me importan las negras muchedumbres, 1 tropel de las leyes y costumbres y el gran rumor de mar de todo el mundo? 320 ENRIQUE BANCHS LA URNA Fesinil de PRIMERA EDICION BUENOS AIRES roi nda de ta prime edicin de La roa Pues mi motivo eterno soy yo mi ¥ ciego y hoseo, escucha mi egoismo Ia sola vox de un pecho gemebundo. La inspiracién del silencioso gui que anima soledad con su presencia y es en Ja ausencia firme compaitia, sino me da consuelo, me da ¢ Décil alumno en Ia amorosa via aprendo cual se cela su violenci por él sonrie Ia tristeza mia sonrie, mas decid 10 es apariencia? Amor me e fia el principal sentido de Tas horas que pasan; y si sw el alma jno es porque el amor Ia ensefia? Sutil maestro, su doctrina ha sido tan elocuente que doquicra ereo sentir la voz que sigue mi deseo, I Cuando comtemplo mi presente estado ¥ aquello que tenia y lo que haci Tamo al buen tiempo de vivir, pasado, pues todo lo de ahora es cobardia 321 a Pero a veces no sé qué cosa hermosa E Recuerdo un viejo verso: la que cose viene amante del fondo del Pasado a a Ta Tux de Ta limpara serena, y me arroja a los pies, triste, Ia rosa : Cuando yo lo escribia era mas buena seca de haber amado. Ia vida, era més buena... {Que repose Me vuelvo a ver en un jardin lejano en su intitil bondad como una muerta! como hace tanto tiempo; pero todo : Vuelvo a ver aquel ser y el claro tul me dice que no existe... a ondulando en la mano dél cubierta Que no existe el jardin, que voy en vano 7 y la luz suave cual de estrella azul. riendo despertar lo que en tal modo : 7 de Pee tea Hoy estoy solo, solo, y estoy lejos sélo en piadoso recordar persiste, : de todo Io que amé. Nacen mis frases + y #e mueren en mi: soy mi atati 0 a 3 Nadie alza los ojos de reflejos Y pues que recordar es necesario qd vividos y fugaces, para sentir vivir, jay, recordem cuando mis labios Ientos dicen: ti. deshéjense marchitos crisantemos frente a mi hoy, espejo solitario. a : | Oh, jardin!... (que aquel tiempo era jardin), Cuando en las fiestas vago en el suburbio, | ssuftir a sol de encontrarla, ES desde las tierras altas Ja mirada f rubor de verla, miedo de mirarla, : de albatros tiendo a la ciudad cargada y munca hablar... Hasta perderla al fin. 3 de hombres, al Jado del Estuario turbio, jOh, flores que levaba!... y alegria 4 Como en una visién de grandes valles, del dia nuevo que como otro expira . veo, entrando en el cielo, humeantes barra, pero habiéndola visto: hoy no podria , bumeantes barras, las azoteas rojas, Jas pizarras Bs necesario que me engafie tanto?: E y €] tajo ceniciento de las calles, igual en Ia verdad 0 en la mentira a : : tengo este solo compaiiero, el Tanto. . ¥ veo el barrio donde esti tu casa, (lo veo y Ia tristeza me traspasa) He y 1a casa eseondida donde estriba 323 mi vida laboriosa y miserable... Y se me alza en el pecho, inolvidable, el gran amor de Ia ciudad nativa. Qué te importa, sefior, pues que eres sabio Ja sinrazén de mi afligido labio? ‘Tu maestro de vida fue la accién y compafiero ocioso el corazén. {Para el molino el ala activa al viento si la calandria vuela al firmamento? Sin embargo te eseribo porque... ;No! EI porqué Dios lo sabe, que no yo. Lloro el iris fugaz de aquel deseo mas que human que un tiempo me engafié. 'Y me inclino en el libro en que me veo, como arbol que en el rio se inch y el rio le refleja las dolientes vamas con las estrellas ascendentes. . Justo es tal vex que sufra ose destino de no desear, pues puse el alma ardiente en alto sitio y tan imitilmente que no espero ni en caso peregrine. 324 Si el corazén no tiene compai ni encuentra ca: \d donde apoyarse, sera porque no tiene de qué honrarse.... pero es0 el corazén no lo sabia, YY en esta condicién desamparada, quiere él mismo ofrecerse a cualquier cosa como en patena de oro una granada, jllusién desoida y a destiempo! Mas él de una esperanza tal rebosa, que, don esquileo, lo consagro al Ticmpo. I Carne mortal, sosiega. Came mortal, escucha Ia palabra de Ja traicién que aqui en ti misma, labra 1 término a que vas altiva y ciega Pues Ja tr jén es tu fugacided y tu ilusién engaiio de distancia, Detente, joh, carne! y descoyunta el ansia de esa tu fuerte alada vanidad, Mira ewimto amador yace en la y emo cruzan formidable guerra, fidelidad y olvido. Y pues que has de morir en plazo breve, quiera serte el amor copo de nieve en Tumbre de razén desvanceido, 325 u “BL término a que voy ciega y altiva no me sabe advertir, ni yo me advierto: sélo para morir Ta cosa viva halla elocuente la mudex del muerte. Y mi fugacidad el ansia aviva, como es mas hondo y grande el beso oferto ‘a punto de partir, asi despierto de sibito febril e imperativa. Mi ceguera alargaba mi paciencia, y hoy la vista del fin inflama urgencia: ya no espero en silencio: quiero verla, Y¥ pues que he de morir en plazo breve, Ja sola voluntad que me conmueve €s el ansia sin fin de poseerla”. * Cargado tengo de riqueza sorda el cerebro confuso y populoso, que de conocimiento se desborda, inconsciente en su impulso generoso, La mulitud de libros son el parque fastuoso y misterioso que fatiga mi ansia de conocer. ;Qué hay que no abarque tanta codicia que a ignorar obliga? 326 Giencia que no me vale para nada pues no se cambia en pan en buen consejo ni en Ia amistosa plitica retrato, Atin no sé comprender una mirada, ni 6 si la altiver de que me quejo mis que desdén es femenil recato. * Quien tenga algiin secreto engaiio pida la compasién de la escondida vida, quien ame de apacible amor Ja ¥ un austero retiro rememore. plore que a la fidelidad que no perece en su clara virtud, hogar ofrece iTranquila soledad, firme custodio de Ia paciencia de vivir sin odio! Imitil para el mundo en que se muestra ‘ el orgullo vital mira un destino quieto y oculto la esperanza nuestra, Y consagrado a prematura calma, como en suefios, amada, me encamino al silencio sereno de tu alma. Puesto el despecho a convener, desliza pérfida voz que expresa como un reto, Con ansia digna de mejor divi dice: —jno es nada mis que un esqueleto! 27 =Si... mas los ojos pardos que sumisa mirada envian Hena de secreto Jos labios que aperezan Ja sonrisa en desdencillo de perfil discreto... esqueleto nada mis! — Que Heva con juvenil delicadeza un paso que pasa y sin caer tiembla el rocio.. Donde tesoro (zquién que lo conmueva?) palpita un eorazén, — ;Qué es ex0?— Acaso tun corazén que siente como el mio. Sobre la dura hoja de un agave vi esta tarde enlazadas iniciales, dos letras — ;de qué mano? ;Dios lo sabe! — unidas como manos de mortales. Que ya han muerto talvez. O son felices. O no se han vuelto a ver; pero tampoco han vuelto para ahondar las cicatrices pilidas que se cierran poco a poco. Quien os contempla, pobres signos, prueba el pesar de un mejor tiempo perdido. .« Yo con trémula mano corté al fin en Ia borrosa letra, letra nueva para que aqueste amor desconocido, si no en Ia vida viva en ol jardi 328 I No el laborioso hierro que en el cipo Jabra inmortalizada despedida grabari el nombre oculto que eman« con vida oculta de postrera vida, Lépida sin leyenda me anticipo, cual conviene a quien sigue labor, pues Ia mejor Iabor di Morando una pasién inextingnida, ina _perdida Initil fui y al devorante abismo bajaré sin haber dejado nada: sombra de sombra me segui a mi mismo... Pero en mi tumba un eucalipto, alli majestuoso y sombrio, a Ia mirada del pasajero Ie hablara de mi, 1 Majestuosos, sombrios, colosales, eucaliptos vibrantes en el viento, protegiendo en las tardes otofiales Ja humildad del camino ceniciento por donde yo he pasado tantas vece: A vuestra sombra alzébanse los lirios como una pura elevacién de preces. iSombra que ha serenado mis delirios! 329 {Ob, cuantas veces como yo pasaba, piilido y solitario, y recordaba Jo que entonces podia Hamar mio! No os podria ver mis, sombras gigante ‘Aunque dentro de mi evo como antes majestuoso dolor, grande y sombrio, Espiritu gentil que de Valelusa las selvas de laurel paseaste tanto, razonando de amores con Ja musa que alargaba el honor de tu quebranto: como a time ha dejado una confusa esperanza materia para el Ianto, mas no me dio el ingenio asaz excusa para hacerla materia de mi canto. Maestro soy en el amar doliente, aunque no en Ia clegancia del e ni en Ia ilustre nobleza del dictados pero viendo el Iaurel que honra tu frente, pienso, grave y tranguilo, que un sentimiento igual nos ha acercado, * Arbol, por qué floreces pregunta y qué pregunta sin razén! Pero he dicho otras veces: juvenil corazén ;por qué Horas, corazén? 330 gArbol, por qué floreces?... jOh, qué ilusa pregunta y qué trivial curiosidad! Pero he dicho otras veces: ,por qué, musa, hablas dentro mi pecho en soledad? iLa bella inexplicable sinrazén que vive en todo, como en Ia dormida noche el fulgor de a constelacién ! AY wi, por qué has amado? ;por qué, di, tu blanca vida sin amor no es vida como aleli sin flor no es aleli? ‘Vuelan las frases de Ia amable pl en Ia Ianeza de la compaiiia y Ia trivialidad con acrobitica ‘gracia sus flechas de papel envia. Nada comturba a la palabra erritica revoloteando leve de alegria de tema en tema como en aromatica planta la mariposa se desvia... Pero si por ventura alguien te nombra, sibita gravedad mi rostro empaiia, rememorando pena y desencanto, Y me recojo a la doliente sombra de un pensamiento que me desengaiia, y sin hablar te nombro con el Tanto, * 331 Este que oprime el corazén sin ruido con Ia corona de sus dedos yertos, 4 espera todavia, Aqui dormido 3 reposa con los ojos entreabiertos. tun rostro que Ienase sus desiertos j ojos que por la culpa del olvido no tienen un tecoro entre los muertos. ‘ai, feliz pasajero, que has de hablarla, dile que venga y calme con mirarla Ja pena entre los pirpados helados. Acerque a la esperanza su clemenci cierre con Ia piedad de su presencia Jos ojos entornados. 4 * 4 Dime por qué estas palid 08 sueiios que son presentimiento de ausencia « Yo quisiera ofr tu acento siempre y que no te vayas de mi lado. Dime por qué estas pilida, zhas Horado? Es como tenue cera y desaliento de pétalos tu rostro sin contento. .. Tus ligrimas a quién han perdonado? Pilida que en las largas noches solas lejos de todos imploré y bendije 4 ¥ que envuelta en un leve azul de aureolas 4 332 finiendo adonde estoy tanto he previsto: jtal vez un ansia misma nos aflige, que en ti mi propia palidez he visto! Los iilamos estin como sofiando, quietos en Ia duleura vespertinas bajo la rutilancia mortecina del sol la fronda muda esta sofiando, Todo esta mudo como siempre cuando Ia ilusién de Tas formas se termina; y el aire, hecho silencio, disemina Ja pax Ietal de los que estan sofiando. {Otro dia que pasa y no la viste! Ayer tampoeo y asi siempre, El dia como una hoja seca cae del cielo. El dia pasa y caminante triste todo se Meva en triste compaiiia, que triste compaiiia es mi consuelo. La sirena fatal fuera piadosa para el ilusionado por su canto que @ punto de caer rompiera el Ianto y gemebundo le dijers ‘oh, diosa 333 del mar azul, perdéname! Tu encanto apaciguado, deje a pesarosa vejex que Hegue al Jado de la esposa ‘que en as ausencias he nombrado tanto. La sirena Je oyera... Pero es mia suerte mis despiadada: y el alma olvida lo que tanto ansia que es verse en ciogo olvido serenad: pues cuanto més Ia imploro mas me oprime y jams mi sollozo me redime. ‘También el vivir diario nos separa, tanto que fuera més feliz intento juntar al agua clara el éleo lento, que unir las manos que el ensuefio ampara, ‘Ta vas siempre eon un florecimiento de alegria alumbrindote la cara y amable compaiiia te depara diario olvido ante rapido contento. Pero yo, melancélico, suspiro y solitario por Ias noches vago ¥ te veo de lejos y te miro con ojos de vergiienza; y como en pago de haberte visto, digo con tristeza: = nos separa Ia naturaleza. * 334 Algunos dicen: ,cémo es eso: muda tu arrogancia de ayer paré en vacio?, ay es justo que el silencio preste a duda el buen Tinaje de tu antiguo brio? —La gallardia memorada tanto no esta, ;por Dios!, ni muerta ni enterrada, sélo que espero Ja estacién del canto: gno tiene invierno tanta especie alada? Seguramente la labor proscrita, bella durmiente, espera al que reseata de escarcha estéril love margarita, Pero aunque el triste estado de hoy me abata, saque Disculpa esta razén postrera: jsiempre espera que Hegue primavera! * EI aspera razén de abandonarte aunque tiempos mejores nos sonrian, no e de Jas que en epistola se envian ni de las que, sutil, decora el arte. Es razén de decir entre sollozos, porque es asi como uno Ia adivina, y valida de penas asesina firme esperar de justos alborozos, De una pobre apariencia, es, sin embargo. Ja imperiosa razén de tanto embate que a honrado corazén mucho combate. 335 Pues siempre hidalgo bueno bebi cuando frustrado su derecho habia el pan fundamental de cada dia. Perdéneme el amor cuando comprenda, mi vivir cotidiano reetifique y una facil razén fije y explique Jo que razén de arte desenmienda, Pues a veces siguiendo la ondulante senda imaginativa dejo un yerso 4 mi constante sentimiento adverso ¢ infiel por relucirse mas brillante. Asi a desdén que no me hiere imploro y tna ilusoria pena a ratos Horo, jtanto Ja mente en fantasear disperso! ¥ el ser que de amistad tan noble vive honor de mi labor jamés recibe... (iene mi vida que bien vale un verso). Entro a mi casa fatigado bajo Ja ley del diario y misero trabajo que seca Ia espontinea flor del poco de ensueio... | siempre asi... Y siempre invoco 336 Io més puro y libre de mi ser, a Io més permanente para hacer In ciudadela blanea en que me olvide Jo que fatal necesidad me pide... Blanca carilla frente a mi vacia como escenario abandonado espera Ja pequefia tragedia de mi dia, Pero fatiga estéril te lacera, joh, alma! y como un perro en el umbral, te duermes en Ia hoja virginal. Motivos de afliccién me han puesto cerco y a pesar de su rigida porfia, no es razén de tenerlo a insulto terco, sino cual preferencia y cortesia, Al cabo ésa su enérgiea ensefianza me da tan abundante diseiplina, que ni me hastia el bien ni el mal me cansa si asunto de aprender de ambos declina. La edad de més afin me yace muerta: Jo que sufri, pas; mas me avigora fuerza mayor y comprensién més cierta, Ain el largo dolor de haber amado de tanto me que estoy ahora para amar nuevamente preparado, | Cuando nuestro silencio se deshoje S como en ociosa mano un crisantemo, ya no seri mi vor esa que escoge _ ppara decir su angustia el bien supremo. . 4 Y si otra vez en esta vida blanea como un sudario, te volviere a ver, jtendran mis ojos Ia mirada franca que vio tu adolescencia florecer? ‘También si nuestras manos se aproximan. serin como palabras que no timan © como dos latidos siempre alternos. Pues un dia ha pasado sin sofiarte, dia que inexpiable y foseo parte Ja tacita unidad de parecernos, : * : Maltiple vex he visto en Ia novela que los del mal de todos guardan una prenda que en todo plazo les revela Ja pasada fortui De eahellera que no més es bruna Jes queda un bucle; o una antigua esquela, . 4 ‘en terso esmalte tersa frente, una frente que de impasible deseonsucla. i De condicién igual cierto no puede gloriarse mi afeceién que no me cede instante, cosa que sobreviva de est 338 : ¥ alguna vez en menester de aquella que es de tiempo mejor durable huella itendra donde posarse el beso errante? A Tos pies de los ilamos Ia brisa aqui y alli las hojas secas juntas claro el retofio en Ia corteza apunta como la dentadura en Ia sonrisa, En Ia paz de Ia hora meridiana suena el zumbido sordo del insecto ¥ casi embriaga su dspero y directo rumor, que ni esta corea ni es Iejano, Voy por Ja rumorosa vastedad de la floresta clara y retofiante, piadosa en su clocuente coledad; y en tan dulce vagar no sé qué quiero: soy feliz como nunca, estoy delante de Jo deseado... {Y sin embargo espero! Ciudad nativa, te conozco como libro que se ha leido. Eres como un desierto color plomo, color gris invariable y aburrido. 339 Cuando nuestro silencio se deshoje como en ociosa mano un erisantemo, ya no sera mi voz esa que escoge para decir su angustia el bien supremo. Y si otra ver en esta vida blanca como un sudario, te volviere a ver, jtendran mis ojos la mirada franca aque vio tu adolescencia florecer’? ‘También si nuestras manos se aproximan serén como palabras que no riman ‘© como dos Iatidos siempre alternos. Pues un dia ha pasado sin sof ia que inexpiable y fosco parte Ja técita unidad de parecernos. Miiltiple vez he visto en 1a novela {que los del mal de todos guardan una prenda que en todo plazo les revela Ja pasada fortun De cabellera que no mas es bruna Jes queda un bueles 0 una antigua esquela, ‘en terso esmalte tersa frente, una frente que de impasible desconsucla. De condicién igual cierto no puede gloriarse mi afeccién que no me eede cosa que sobreviva de este instante, 338 Y alguna ver en menester de aquella que es de tiempo mejor durable huella donde posarse el heso errante? A los pies de los dlamos la brisa aqui y alla las hojas secas junta; claro el retofio en Ia corteza apunta como Ia dentadura en Ja sonrisa, En la paz de Ia hora meridiana suena el zumbido sordo del insecto y casi embriaga su aspero y directo rumor, que ni esti cerca ni es lej Voy por la rumorosa vasted: de Ta floresta clara y retofiante, piadosa en su elocuente coledads y en tan dulce vagar no sé qué quiero: soy feliz como nunca, estoy delante de lo descado... ;¥ sin embargo espero! Ciudad nativa, te conozeo como libro que se ha leido. Eres como un desierto color plomo, color gris invariable y aburrido. 339 Y suefio con ciudades melancélicas, (canales, vieja: abadias, nieve...) con cindades al lado de buedlicas campifias de una gracia ingenua y Teve. Aqui ya nada espero, nada siento, nada tengo que amar, Oye: hasta el vi dice siempre un igual, viejo motivo. Y me iria muy lejos... Nos jamé Y tii Io sabes bien, ser por quien vivo: 4Cémo me alejaré de donde estis? * Si puesto a amar, indiferente y frio desdeiio el convivial Ingar y cesa de sonreir Ia gracia de la mesa que es regocijo de hombre sano, ansio olvidar este frivolo desvios si no alumbra en mis ojos la sorpresa que antes me dio Ja natural belleza (que me es ahora teatro del hastio), no me importa; si cl libro ya no tiene Ja maravilla antigua, no me importa: todo es como hoja seca que va y viene. Mas To que el pensamiento no soporta es que haya roto por Hamarme amante mi voluntad de hierro y de diamante, 340 Sé de una fuente mansa y silenciosa que sobre antiguo marmol se derrama lenta y constante. El agua que rebosa jamés refleja un rostro ni una rama, Vierta la noche azul Ja Tuna en ella, © abra su golfo de oro Ia mafiana donde naufraga Ta postrer estrella, Ja solitaria fuente siempre mana, iGeneroso dolor que siempre Hora, fuente que el agua da calladamente como el Tiempo su hora Conozeo una pasién que nadie mira, que nadie escucha y sin cesar suspira, perdiéndose como agua de Ja fuente, * La he buscado a mi lado, la he buscado como se busca a Ja felicidad. Aca y alli, més lejos y a mi Indo... Ojos, gde qué me sirven? {Ya no est! iQuién pudiera ser joven otra vez! tanto como To fui cuando Ia vi amorosa y jovial, buena tal vez. ‘como en mis pensamientos Ia sen iHa pasado! zy por endl jardin pass? adénde la huella de su pie qued6?, gen claro enero 0 indeciso abril? 341 Oh, pilida mujer, cual de marfil! te Hamo sin cesar, ti, zdénde est te busco, ,volveris? ‘A la materna Tierra que cintila en Ja informe tiniebla, cual pupila de leopardo, le pedi la fuerza panica de cantar su alma dispersa. Pues poeta cosmégrafo con sabia vor quise hablar de su incansable savia y descubrir sus alas misteriosas en Ia naturaleza de las cos jAlto designio que el amor destierra! que jay! en Ia cruz de mis humilde estado tan sélo hablé de mi pasién humana. Porque sélo una cosa vi en In Tierra, mi alma lena de si, que ciega y vana, ya como un serafin avergonzado. * Sera una tarde gris y suave como todas Ins otras tardes que se ven, con su poco de sombra, con su. asotno de tristeza... por quién? 342 ¥ nada bello habri de nuevo, nad como siempre en mi mesa un libro abierto, quizé una rosa ajada. jal, pero aquella tarde yo habré muerto. Y se desprendera en Ia suavidad de In tarde fugaz mi espectro palido, y se levantaré como joven mujer del lecho calido... y seguirin cayendo como antes igual que hojas marchitas, los instantes, * Si yo estuviera ciego todo ruido como eco de perdén y de clemencia, me haria murmurar: manda la ausencia Ja vor que ni una sola ver he ofdo, Y si arrastrara el aire confidencia de pétalos, diria: ha sonreido ¥ su sonrisa esté, como un vestido de comulgante, Hena de inovencia. .. Y si ala sombra de un rosal florido deseanso un dia, pensaré que ha sido esa sombra tranquila, su presencia que al fin se inclina sobre mi existencia. .. Sélo ciego veré en esa apariencia quieta por fin Ia sombra que he seguido. * B43 Yo sé bien que otra vez te quise mucho, pero hace tanto tiempo, jpero tanto! que del lejano tiempo sélo escucho dentro de mi, sin causa siempre, el Ianto. Es un sollozo como un ala viva y una espina en Ja sombra Ia apuiiala, tira torpe en la misera cautival y el ala en sangre y traspasada, el ala se agita siempre en sangre y traspasada, Ha existido ese tiempo? No tal vez... Pero una cosa es cierta: ana mirada vista en el fondo de una edad pasada, (sobre las tumbas, sobre mucha nada, entre las almas) por primera vez. * Hospitalario y fiel en su reflejo donde a ser apariencia se acostumbra el material vivir, esti el espejo como un claro de luna en la penumbra, Pompa Ie da en las noches Ta flotante claridad de la Timpara, y tristeza Ta rosa que en el vaso agonizante también en él inclina Ta cabeza. Si hace doble al dolor, también repite as cosas que me son jacdin del alma, Y acaso espera quo algiin dia habite 344 en Ia ilusign de su azulada calma el Huésped que le deje reflejadas frentes juntas y manos enlazadas, En Ia serenidad desoladora ‘que tiene un rostro indiferente y frio, muestra el orgullo el natural bravio que flaquezas con miscaras decora. Se rinde la mirada que es traidora de lo que tiene: el pasionado brio busca en el pecho su lugar somb: no en la fisonomia locutora. Y aunque impasible y calmo y sosegado figure el rostro como un agua muerta, adentro esti el despecho y el Hamado y el sollozo y Ia sangre de Ia herida.... Que aunque esté de la mano fiel cubierta, ya no es nuestra Ta ligrima vertida, Nadie interrumpa con la queja vana el gran io de la carne humana que en inconsciente nada se resuelve y al sitio de antes que naciera vuelve. 34d ‘Nadie se asome al sumidero lento de sangre, donde todo el elemento que amé fermenta en un montén sombrio destilando sin ruido en el vacio. Nadi renovar ese adiés que nos precede, ni haré que tome lo que fue mir se acome que cl Hamar no puede Que es Ia vida un bocado de alimento, (pero no eterno) que voltea un viento silenciozo en las fauces de la Nada. La muy pobre fortuna que deploro ‘es de un valiente contendor esclava: ‘una felicidad pasada clava cen Ia desdicha actual su lanza de oro. Me empafia con su gracia azul el Horo Ja sonrisa que antafio contemplaba. Poca es Ia safia de la suerte brava cuando el recuerdo es el mejor tesoro. jEngaiioso consuelo! porque en vano piensa en el dulce hogar el que lejano siente en comarca hostil, hostil el frio... Mas cuando no recuerdo todo pierdo. sy es el recuerdo ‘Yo coy lo que Jo tinico que puedo Hamar mio. 346 Antes, sin conocer Ia delicada felicidad de mi dolor, decia: 1Dios quiera que se acerque pronto el dia que esté de olvido el alma traspasada! Hoy, pensando en aquella fantasia, ‘me parece que fue una desdichada blasfemia, pues jamés, nunea, por nada, decir adiés a mi pasién querria, Porque ella fue mi juventud y siento que la vivi por ella, ila juventud que se ha Hevado el viento! Pero que yo recuerdo cada dia, ‘como quien por haber visto una estrella, recuerda al firmamento en que lucia. 1 Tornasolando el flanco a su sinuos pazo va el tigre suave como un verso y la ferocidad pule cual terso topacio el ojo seco y vigoroso. Y despereza el miisculo alevoso de los ijares, linguido y perverso y se recuesta lento en el disperso ‘otofio de las hojas. El repos0... EI reposo en Ia selva silencios La testa chata entre las garras finas y €l ojo fijo, impavido custodio, 347 Espia mientras bate con nerviosa cola el haz de las férulas vecinas, en reprimido acecho... asi es mi odio. 1 Odio era: no es. Que ya no existe esta otra fiebre de Ia carne viva, A tanto que se muere no resiste este otro orgullo de violencia altiv Antes era mi ser todo tormenta, todo contradiccién, lucha, mentiras tendia la mirada turbulenta el arco de Ja ira. Y en divergentes fuerzas me partia, y hoy soy hogar de slo una energia suprema, que alimenta un gesto eterno: tun amor pensativo y doloroso. Por él soy como un Iago silencioso, entre grandes montafias, en invierno.... Lejos brillan abiertas Jas venta ‘como eseudos de bronee que protegen al hogar, y solemnes entretejen Tejos, sus dos lamentos dos campanas... 348 aAqui, por qué aqui mismo, aqui, he venido? Vuelvo siempre Jo mismo que un Iucero, Donde me despedi yo siempre espero, y siempre espero donde la he perdido, Le nbran la regién serena como encendidas flores de verbena. astros sic Yo bebo de esta paz, bebo este olvido Y me recojo el ser en una suave resignacién, que esto seri quién sabe o que Dios ha querido... Sofié con un jardin noble y perfecto de color mortecide y atenuado, inmutable, severo, sosegado, antiguo y uniformemente recto. Dos paredes de evénimos oseuros cortados con paciente simetria y en el medio un estanque donde habia tomnasolados cardenos ¢ impuros. YY aqui un reloj de sol sobre una piedra ruinosa que abrazaba larga hiedra, uun pavén en el sendero, Jamas pasaba el viento. Y alli, en vano como una lenta somb de alguna lenta sombra carcelero.. iba un anciano iLa triste suerte mi divina suerte de no sentir la herida de la muerte! Siempre esperando lo que nunca Hega, siempre esperando pero siempre ciega. Hogaiio espera lo que ayer qu de nuevo dice To que ayer de cuando de todo me hace mi ejano Ja muerte que me eva de Ja mano. ‘Ta pasas, Tiempo, pero vas furtivo como un cristiano que a Ia catacumba Heva una rama de ciprés votivo, ti hieres, Sombra, pero no te veo, pues ya inclinado ante la hambrienta tumba me alza los ojos mi primer deseo. * Si cofiar es vivir, vivi Mi propi sangre gusté y en verso la celebro. Volqué como divina cornucopia ‘mi corazén colmado en el cerebro. Vivi sintiendo mi rumor, hablando conmigo nada més, con el empefio de ver sélo lo que iba imaginando. Y quizé de la vida me hice un sueio. Hoy siento despertar a mi memori Con la inutilidad de un ciego miro ¥ no comprendo nada mis que al cielo, 350 al cielo que ya no es cosa ilusoria, Y hoy que a vivir empiezo mis suspiro, porque lo que comprendo no es consuelo, Si yo naci para més alta empresa que arrojar el honor de mis deseos a Tos ligeros pies de una belleza, como se echaba el guante en los torneos, ‘me avergiienza mirarme en este instante aperezado en Ia amorosa idea, y mientras el espiritu oscilante, sin sufrir por los otros, nada crea. Pero si yo naci para ir siguiendo como en un valle de silencio y calma, el fuego fatuo que yo mismo enciendo, déjame con la frente pensativa contemplando en el prado de mi alma Ia estela de Ja Tama fugitiva. Muda esti Ia oracién, como suspensa de seeretos que munca tendrin vor. jLanguida y resignada tarde inmensa, prolongada de adids! 351 Y con una pereza dolorosa bambolea un ciprés su copa grave como negando sin cesar... ;Qué cosa vale la pena de algo en este suave momento disipado en seda y suefio?..- Muda esta Ja oracién y Ia mirada muda, Ia reconoce compatiera. Solo aqui dentro, solitario duefio, la Memoria de espinas coronada habla al Silencio y solitaria espera, —;Cuéndo te dije mi secreto alado?, jeudndo paseaste con tu buen amigo?, jeudndo, las frentes jumtas, he mnirado Ia guimalda de flor de estar contigo? —Cuando quedé tu ligrima conmigo, cuando sin verte te senti a mi lado, cuando un atardecer nos fue testigo un Iucero en el cielo abandonado —1Qué cosas tan Iejanas Ins que dices!: Tloré més... y més tiempo enamorado contigo fui... salieron més estrellas... —1Qué cosas tan Jejanas Tas felices! ~jSi parece que nunca te he encontrado! —Porque los sueiios no dejamos huellas. .. 352 Solitario y doliente en noche clara y misteriosa —tii también misterio—, paseaste en Ia actitud de quien soi las alamedas junto al cementerio, jRomintico a la antigua! que la moda trueca Ta gran corbata acresponada © el chaleco de pana y acomoda Ja melena de intento deseuidada: cambia la barba, pero el pecho, zeusndo?.... Aunque en fiinebre copa no bebiste, no por x0 te sientes menos triste ¥ atin piensas que es amar Hevar sangrando €l deseo de amar; y hosca la frente, vas solitario, pilido, doliente, * La estival sinfonista en Ia alameda muerde el pilido fresno y donde muerde tuna incipiente yema el érhol pierde y en su lugar légrima de ambar queda; el leve y devorante fuego deja aureolando en el cirio un lirio ardiente, pero quema la cera: arde el presente candido y opalino de la abeja. Pareciera que toda cosa bella, {no digéis de la estrella), vive sobre algiin loro y hace un mal. 353 Qué maravilla, pues, que, siendo hermosa Ja que en mis labios es refrin y glosa, me tenga herido el corazén tan mal? Soné una campanada lenta y honda en la tétriea noche, en el acecho del tiempo. La senti profunda y honda cual manos que golpeasen en mi pecho. Y asi deci Oh, alma mia, zqué has hecho, qué has perdido, qué has hecho, qué has perdido, el afio que en tiniebla se ha deshecho? jan afio se ha extinguido!... —Un amigo se ha muerto, un libro, acaso €l mis bello, no nace; y a tu paso Jas columnas de plata se han caido. iY tampoco este aiio has dicho nada! Lloremos, porque cada campanada con mis ligrimas, jotras!, ha venido. * Viene Ia aurora que las frondas verdes con pilido fulgor timida dora. Penumbra, el alba rosa te devora y como un largo tornasol te pierdes. 354 A esperar vuelven todos. No recuerdes mis, no reeuerdes mis. Esta es la hora de preparar tu dia, ;Esta es la aurora! iOlvida, té que el alma te remuerdes! Esta noche febril e interminable fen que tanto he nombrado un nombre amado, iay!, me ha dejado més inconsolable porque ninguno contests al Hamado.. 2Quién dice que ha venido un nuevo dia? La noche me acompaiia todav Cuando en la noche azul me quedo solo, miro a mi lado para ver si estas La noche es dulce y triste y yo estoy solo, Ja noche es silenciosa y nada mas, Entonces ereo natural, jy tanto! que ti estés a mi lado, aqui, a mi lado, —algo tan natural como mi Hanto— y que hablamos, habiéndonos callado. .. Siento que miran. Dice el pecho: es ella. Levanto Ia cortina: es una estrella; Pasa una mano por mi frente, y no es su mano, es Ta mi Y¥ quedo solo en la quictud sombria de la noche, sin pena y sin deseo, 355 Feliz vivir el del pastor que lejos de todos, en la pampa solitaria, contempla los inméviles cortejos de astros sobre Ta gran mudez agraria, Y¥ oye a la alondra y ve las cortaderas de empenachada espuma y junco airoso, y Ia mirada envia a las praderas donde albea el rebaiio silencioso. Y¥ olvidado y tranquilo, cuando Mena de oro y diamante se abre Ja mai un dia més no hace temblar su fe. Pues no le hicre una secreta pena, ni Ie cautiva una esperanza v que en nada espera porque a nadie ve, La longeva y oculta madreperla cuando se hiere el blanco seno, vuelve del suciio estéril y Ta herida envuclve con su irisada Ligrima, Ia perla, Hay quien de su dolor se hace una joyas y Jo 86, porque canto To que pierdo. Sobre la misma herida del recuerdo Ja mano del artifice se apoya. La madreperla, solitaria afina el oriente del nacar eseondido, como el amor en soledad sentido de mas clara pureza se ilumina, y el silencioso tiempo Io engrandece, como a Ia perla que en los afios crece. La misteriosa y mévil mar conmueve su torso de ira, relumbrante red, y rebramando el fondo sordo, al leve, pristino, ingenuo azul del cielo ve... Como imbrieado de guirmalda breve parece el mar lejano... Pero jqué! ino hay un ansia divina que le Heve donde una piedra esté? y en desesperado anhelo Hega y despedaza su cabeza ciega, rompe sus brazos de pasién perenne... Sé de otro anhelo asi desesperado, asi ciego, asi eterno y desgarrado, iContra inmutable piedra un mar solemne! * En verdad, senda suave, soy tw ho Y¥, mieses rumorosas, vuestro granos asno del lefiador, soy tu fatiga, y astro admirable, tu admirado hermano. 257 Inevitable Hora, soy camino de tu pie inevitable de fantasma, y para ti, Pasidn, soy polvo fino que trémula tu mano Toca plasma, De todo lo que amo soy un poco, y el espiritu en éxtasis eonfundo con todo Io que miro y lo que toco. Sélo de un ser estoy siempre lejano, inarmonioso... Y me pregunto en vano si en verdad ese ser es de este mundo. La firme juventud del verso mio, como hoy te habla te hablar m Pasa Ja bella edad, pero confio a Ta estrofa tu bella edad lejana. Y cuando la vejez tranquila y fria de color virginal te haga una aureola, no sabra tu vejez mi estrofa sola, y te hablaré cual pude hablarte un dia, ¥ cuando pierdas la belleza, aquella adolescente, el verso en que te Tamo, te seguira diciendo que eres bella, Cuando seas ceniza, amada mia, mi verso todavia, todavia te diré que te amo. * 258 Contempla, vida, el dafio que me has hecho, como mirara el viento, — +i pupilas brillaran en sus alas Ja terraza de flores que ha deshecho. tAcaso piensas que es hazaiia noble encorvar la altivez en carne humana? Es mis fuerte que yo la flor temprana, Firme monte no soy, ni viej Mi larga humillacién no me avergiienza, ya que es honor que a diario me Ievanta Juchar contigo, aunque jamas te venza; y tu rencor un verdadero signo de que algo so} saeta de oro en puesto que clavas tanta ste flanco indigno, Vuelve la vagabunda luna al cielo, vuelve a Ja rama la temprana flor, al dolorido ser vuelve el consuelo y del consuelo en pos vuelve el dolor. Vuelve la nave de latina vela al puerto en que dejé un mentido adids, vuelve el Recuerdo al cementerio y vela Jo que ha sido mirada, beso y vor. Pero no vuelve el dia en que te he visto por la primera vez, ni vuelve el dia en que te pude hablar y no te hablé; 359 pero no vuelve el pecho que contristo el mal que daba vida cuando heria, ni el tiempo de esperar lo que esperé, * Manos arbitradoras de destino, que ahora entrelacé sobre mi pecho como es de arrepentidos el derecho, sobre vorotras Ja mirada inclino, Nunca os habia visto, manos mias, con tanta senectud que me previene que es fuerza apresurar —Ia noche viene— Ja corona que hacéis todos los dias. Pocas cosas os quedan ya que hacer en Ia tierra alumbrada de Ja luna, pocas cosas os quedan ya que hacer... Quiz conduzean de otro ser Ia suerte de paso fragil a mejor fortuna; : y quién sabe sino me darn muerte, jCuanto eseribi!... Y sin embargo nada 4 hha dicho un poco, un poco de mi sers jeudnto he deseado! y vedme: qué deseada cosa Megué a tener? 360 iCuénto Horé! mas ,qué misterio es exe que yo he sentido y para qué no sé? Porque lo mismo estoy cual si no hubiese Morado nunca. ;Para qué oré? 10h, noche! apaga como a un citio mi alma, No me dejes pensar, sofiar, sentir, no me digas que quise. 10h, noche! envuelve con tu dulce calna nutilidad, tanto vivir fen vano, y Io que soy y lo que hice... Cuerpo, que vas hollando las violetas de las covas humildes y secretas y sintiendo como una despedida el perfume del arbol de la sereno vas con Ja ambicién quebrada, sereno vas... iy eudinta cosa ansiada que ya no ansias! y por eso amigo mio, me das consuelo y te bendigo. iOh, cuerpo io, easa silenciosa, donde la vida pasa, silenciosa como un leve suspiro; ioh, templo de penumbra y de plegaria noble mansién de un alma solitaria, como a un eastillo en el confin te miro! 1 Con el casco opulento alta Ia testa recta y firme, el mirar como sofiado, sobre extendida garra Ja otra puesta y ola de hierro el cuerpo recostado; por su actitud de contenido empuje ¢ inmévil en su estampa soberana, je6mo impone el leén!... Si a veces ruge como un metal resuena Ta maiiana, Oh, prisionero! ruges.-. Mas graciosa Tega la dama del yestido rosa, que atu cabeza que se humilla asusta bajo el pompén de seda de su fusta.. Pues tampoco tu fuerza es un amparo contra la dama del vestide claro. * De dénde vienen, de qué inaccesible templo, de qué pais maravilloso, Jas sombras que nos dan un imposible beso en el sueiio vago y silencioso? Las coronas que en suefios nos coronan, Tas flores que Hevamos, mas dormidos, y las mujeres blancas que abandonan imestros febriles brazos extendidos? {Quiénes estin sofiando con nosotros cuando sofamos? ;quiénes son los otros seres que no veremos ni hemos visto? 362 a¥ qué piedad desconocida quiere que me vengas a hablar y que te espere cuando apenas si existo? Busque el que pasa tanta noche clara fija en el cielo la mirada ardiente, Ja presentida huella de una rara estrella, acaso bella, pero ausente, Busque otro el éureo disco dirimente de toda unién, de todo orgullo, vara, aunque é1 Je obligue a recatar la frente y a ofrecer margaritas a Ia piara, Que yo tallado en cedro mas diverso, en cualquier est tante adverso, no busco nada més que una mirada. 4Que no Ia encuentro? Es esto poca cosa: feliz soy por estar como Ia rosa esperando, sin verla, a la alborada @Oiste alguna vez, desfalleciente en la oracién, un canto de pastores, ccuya alegria entristecié tu frente por recordar amores? {Volviste alguna ver por donde, nifio, Ja dicha te ha Hevado de Ia mano, y ciego de tu edad, con su carifio fuiste otra vez... sabiéndolo lejano? AY solo, en tu silencio, has repetido la frase que ella habria comprendido y que has callado en vano? recuerdo, mi memoria es és junta esté Ja belleza a Ja tristeza, ‘como dos rosa en la misma mano. Despedirse de tanta, tanta cosa ‘que me tuvo tan larga compaiiia y al fin y al cabo es lo que mis valia, viéndolo bien, ino es cosa dolorosa? Porque yo eseribo este soncto y siento que divido mi vida en dos mitades: tuna es de nube, se la Heva el viento, y otra es de tierra, toda realidades. Yo me pregunto si tendré Ia fuerza de olvidar tanto sin que al fin se tuerza la ilusién que es preciso me mantenga. Y de veras no sé, no sé qué hacer... ‘Acaso nada, no sentir, no ver, y dejarse Hevar por Io que venga. 364 Mas ya que despedirse es necesario ¥ puesto que éste es el deber de ahora, el alma, ;por qué Hora?: ano ve que despedirse es necesaris Y eso de estar viviendo en puro engaiio no abraza bien con tanta fuerza de alma... jBreve es Ia vida! Llegaré Ia calma. jDeje que pare un afio y otro afio! Y ya que despeidirse es necesario: tadids rostro de amor, mansién de gracia, que sin quererlo ha sido mi desgracia! i¥ ami mismo el adids! pues, solitario me alejo en Io que fui... ;Tanto que era!.. y es més, rayo de Tuna en Ia pradera, Tranquil y majestuoto rio h mi Silencio en que nace mi labor como un nemifar; y el mejor favor que me concedo es el pasar sin ruido, Y un igual sentimiento hay en mi amor, que por tranquilo nunca se ha sentido, que por callado todo lo ha perdido. .. Fui como en Ia tiniebla blanca flor: no alegra la mirada, ‘mas perfuma Ia sombra de su olvidos fai como el tiempo indnime y silente 365 que esta siempre con uno y no se sientes fui cual rayo de sol en su vestido: ja tibia y aurea cosa que no es nada! inmarcesible [para siempre solitario! se aclara en w Y aqui estoy Esto es Io inevitable? {No! Yo he visto que todos son felices... Yo Ia pierdo, EI tiempo es de callar, Sélo el recuerdo recordaré que existo. Porque al fi yo me quedo

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