You are on page 1of 8
Las constituciones imperiales en la jurisprudencia. las reglas sucesorias generales Rosario de Castro-Camero Hay trabajos con los que se pretende profundizar en un argumento y, sino agotarlo, al menos abordarlo de la manera mas completa en aras a obtener, en la medida de lo posible, conclusiones definitivas. Otros, sin embargo, nacen para ser el instrumento que permita a otros, en el futuro, alcanzar estos objetivos. Es, precisamente, una obra de estas caracteristi- cas ante la que nos encontramos. Con ella sus autores persiguen dar im- pulso a una linea de investigacién iniciada afos atrés por el prof. Gua- landi con su obra Legislazione imperiale e giurisprudenza’, a la par que proponer a la comunidad romanistica, a través de trabajos de colabora- cién, la continuacién y desarrollo de los planteamientos aqui exbozados. Se trata, en esencia, de un repertorio de fragmentos de jurispruden- cia clasica que recogen constituciones imperiales sobre la materia heredi- taria; en concreto, los aspectos generales de la misma (capacidad, adquisi- cién y efectos). Estamos, en realidad, ante la segunda parte de un trabajo levado a cabo por uno de los autores, la profesora Zoz, hace unos afios” Esta obra, que sigue la estela de la de Gualandi, presenta como caracte- ristica distintiva el haber recopilado los fragmentos jurisprudenciales or- denandolos segtin su materia y acompaiindolos de una breve descripcién de su contenido. Este enfoque de la cuestién resulta novedoso y de gran utilidad, ya que faciita al lector una primera aproximacisn a la tematica en examen, De esa manera, puede disponer facilmente de las principales fuentes sobre la cuestién para realizar a partir de ellas una ulterior y mas profunda investigacién, Sobre la necesidad de realizar una palingenesia de constituciones im- periales se manifestaron ya, a principios del siglo XX, insignes romanistas como P. De Francisci’ 0 B. Biondi‘. Los trabajos de Gualandi y de Zoz no son, por tanto, ni los primeros ni los tiltimos que se han elaborado acerca de las referencias de la jurisprudencia a la legislaci6n imperial. Entre las p. 22.24 de la obra que aqui examinamos, se citan las principales contribu- ciones realizadas por la romanistica al respecto’ * A proposito di Maria Gabriella Zoz, Paolo Ferretti, Le costiluzioni imperial nella giurisprudenza Ml. Regole generali in tema di sucessioni (Trieste, Edizioni Univer- sita di Trieste, 2013) p. x, 238 Vol. LI (Milano 1963). ? Le costituzioni imperiali nella giurisprudenza, Fonti giuridiche e diritto (Trieste 2007). > P. De Francisci, Un'opera italiana intorno allatt: vita legislativa imperiale, en Atti del I Congresso nationale di studi romant 1 (Roma 1929). ‘B. Biondi, Interpretatio prudentium e legislazione, en BIDR. 43 (1935) 139 ss. > Solo como ejemplo, cabe citar los estudios de R. Bonini, I libri ‘de cognitionsbus’ di ‘allistrato. Ricerche sullelaborazione giurisprudenziale della ‘cognitio extra ordinemt’ (Milano 1964); A. Dell'Oro, Le costituzioni in greco nei frammenti dei ‘Digesta’, en Studi in onore di G. Scherillo II (Milano 1972) 749 ss.; JP. Coriat, Le Prince législateur. 86 ROSARIO DE CASTRO-CAMERO. [2] Para llevar a cabo esta ingente labor de recreacién de la actividad le. gislativa imperial, es necesario tener en cuenta no sélo las fuentes juridi- cas, sino también las literarias, epigrdficas y papirolégicas. Los autores dan detalle entre las paginas 15 y 24 de los esfuerzos que, hasta ahora, se han realizado en cada uno de estos ambitos, imprescindibles por el hecho de encontrarse las constituciones recogidas no sélo en cédigos. En efecto, aunque en su mayor parte es en estos tiltimos donde se localizan (en el Cédigo de Justiniano, por ejemplo, un total de cuatro mil seiscientos cin- cuenta y dos), también las hallamos en citas de la jurisprudencia (mil tres- ntas cincuenta referencias), en los escritos de los historiadores, ret6ri- cos y autores cristianos, asi como en aproximadamente seiscientos docu mentos epigraficos y papirologicos. En las paginas indicadas se hace una detallada presentacidn de los trabajos que, desde el siglo XVI, se han ve- nido desarrollando con la finalidad de ordenar este ingente volumen de fuentes, cuyo principal problema de estudio radica en su dispersion’, Des- racan entre ellos: el De nominibus propriis’ de A. Agustin; el Corpus legum ab imperatoribus Romanis ante lustinianum latarum, quae extra constitu tionum Codices supersunt de G. Hiincl; el De epistulis (aliisque titulis) im peratorum magistratuumque Romanorum quas ab actate Augusti usque ad Constantinum graece scriptas lapides papyrive servaverunt® de L.. Lafoscade; el Imp. Caesaris Flavii Claudii Iuliani. Epistulae leges poematia fragmenta varia de I. Bidez y F. Cumont; el Indice dei richiamsi al diritto nei testi ex- tragiuridici latini det secoli IV-VII d.C." de G. Rotondi; los estudios leva- La technique législaive des Séveres et les méthodes de création du droit impérial a la fin du Principat (Rome 1997); M. Rizzi, Imperator cognoscens decrevit. Profili e contenuti dell attivita giudiziaria imperiale in eta classica (Milano 2012) *L. Capogrossi Colognesi, Storia di Roma tra dirtto e potere. La formazione di un ordinamento giuridico (Bologna 2014) 317, subtaya el hecho de que los juristas del Principado conocfan y referian en sus obras las constituciones imperiales acumuladas en los archivos de la cancillerfa imperial, pero no las tenian recopiladas y ordenadas de ‘una manera clara y evidense. Sin embargo, a partir de Diocleciano, como bien pone de relieve L. De Giovanni, Dai Severi a Giustiniano. Lince di storia giuridica tardoantica (Napoli 2004) 54.57, la jurisprudencia centrara su actividad en recopilar las constitu ciones de los emperadores, sobre todo de los tiltimos, y en realizar ediciones actual zadas de los escritos de juristas clisicos. Manifestaciones de este trabajo seriin los Cé. digos Gregoriano y Hermogeniano, de un lado, y las Paull Sententiae, la Collatio legum Mosaicarure et Romanarum, la Consultatio veteris cuiusdam iurisconsulti o Fragmenta Vaticana, de otro. A juicio de este autor, la jurisprudencia participa en el proceso de acercamiento del derecho a la realidad social del momento y al pueblo, que tiene mas posibilidades de conocerlo gracias a las mencionadas obras. Por su parte, F. Galgano, Diritto greco-romano bizantino (Citta del Vaticano 2011) 77, destaca como una de las principales caracteristicas de estos escritos, que por lo demés favorecié el éxito de su difusin, fue el hecho de estar ordenados de acuerdo a un criterio cronolégico-siste matico, que permitia con facilidad localizar constituciones imperiales de dificil acceso, asi como proporcionar a estudiantes, abogados y jueces las nociones fundamentales del derecho que necesitaban conocer.’ (Tarragona 1579). * (Leipzig 1857). ? (In sulis 1902). (Paris 1922). "' Publicado en Seritti Giuridici. Studii sulla storia delle fonti e sul diritio pubblico romano, a cura di V, Atangio-Ruiz (Pavia 1922) 490 ss. Bl AS CONSTITUCIONES IMPERIALES EN LA JURISPRUDENCIA 87 dos a cabo a iniciativa de la Accademia Nazionale dei Lincei, en los aos veinte del pasado siglo, y retomados con posterioridad por la Accademia Romanistica Costantiniana; los trabajos de Taubesnschlag, a mediados de los afios cincuenta, sobre fuentes epigraficas y papirolégicas; o los de Sher- win-White, Dupont, Gaudemet y Bauman, sobre fuentes literarias Asi, pues, el volumen elaborado por Zoz y Ferretti se coloca como una pieza mas de un proyecto palingenésico mas amplio, ambicioso y ne- cesario, imprescindible para conocer mejor la actividad legislativa que los emperadores romanos mantuvieron y su relacién con la jurisprudencia, Bien entendido que algunos periodos, como el comprendido ente Au- gusto y Alejandro el Severo aparecen insuficientemente reflejados en el Cédigo de Justiniano y, sin embargo, las referencias jurisprudenciales a di cha actividad son mucho mas frecuentes”. Asi, por ejemplo, de las cuatro mil seiscientas cincuenta y dos constituciones del Cédigo, sélo ochocien tas seis corresponden a esta etapa; mientras que las citas de los juristas al- canzan la cifra de mil trescientos cincuenta. Por todo ello, la obra de Zoz y Ferretti se revela como absolutamente conveniente en el momento ac- tual de la investigacién. El volumen cuenta con un total de doscientas treinta y acho paginas y se estructura en dos partes, una dedicada a la jurisprudencia clasica (1 «La giusprudenza classica», p. 71-91) y otra a las constituciones imperia- les (II. «Le costituzioni imperialin, p. 93-207). En la primera, se recogen los fragmentos jurisprudenciales que refieren constituciones imperiales y, en la segunda, se realiza una aproximacién al contenido de dichos textos través de una breve exégesis de los mismos. Estos dos grandes apartados, que dan forma a la obra y que se dividen a su vez en tres capitulos cada uno de ellos, van acompafiados de unas paginas en las que los autores ha- cen una serie de consideraciones introductorias (p. 11-30), que ayudan a comprender mejor el objetivo de su estudio, y de otras, finales, en las que se recogen sus principales conclusiones (p. 209-225). Ademés, el libro ® Hasta ese momento los juristas habrian estado desarrollando su actividad cientifica sin demasiadas interferencias. L.. Capogrossi Colognesi, Storia di Roma cit. 314.316, pone de relieve cémo, a partir de Diocleciano, se convierten en meros ins trumentos del poder imperial. Se acaba asf con el debate intelectual jurisprudencial, que tan fructifero fue durante siglos. Los juristas, que habian sido los depositarios y transmisores de una tradicién juridica que pasaba de macsttos a discipulos, se trans- forman en burécratas y cambian la forma en la que tradicionalmente habian realizado su labor de énterpretatio. La reactivacién de la vida juridica que tiene lugar con Dio- cleciano y Constantino se desarrolla ya de una manera diferente. En este sentido L. De Giovanni, Dai Severi a Giustiniano cit. 53, destaca cémo en el Digesto de Justi niano sélo se recogen fragmentos de dos juristas bajo el gobiemo de dichos empera. dores: Hermogeniano y Aurelio Arcadio Carisio. A propésito de la actividad legislativa de Diocleciano, P. Voci, Il dirito ereditario romano nell'etd del tardo impero ITTV se- colo, Seconda parte, en Studi in onore di C. Sanfippo Il (Milano 1982) 671, destaca ccdmo ésta se caracteri26 por ser muy conservadora en el ambito del derecho privado. Sus rescriptos normalmente confirmaban o interpretaban el derecho ya vigente. Las, novedades juridicas que introdujo, en las que se ponia de manifiesto su potestad, tu- vieron forma de edictumr 0 epistula 88 ROSARIO DE CASTRO-CAMERO [4] cuenta con un indice de fuentes (p. 227-238) y una nota final en la que se indica, de manera muy precisa, la autoria de cada uno de sus epigrates. Cabe sefialar que la sistematica del trabajo no se adapta a la trad cional, basada en la que los compiladores emplearon en el Cédigo justi- nianeo, ya que el contenido de las constituciones tratadas en una determi- nada ribrica no responde, en ocasiones, a la tematica de la misma o bien son referidas por el jurista, de manera incidental, a propésito de otra cues- tidn, Por ello se ha optado por una sistematica modema, que facilite al lector de la obra su lectura y, en definitiva, permita comprender mejor el tratamiento que los emperadores romanos dieron a los aspectos generales de la materia sucesoria y cémo la jurisprudencia la interpret6. En este sen- tido, cada parte se ha dividido en tres capitulos, dedicados al andlisis de unas mismas cuestiones, cada uno en su respectivo ambito (la jurispru- dencia clisica o la legislacién imperial): Capitulo I, sujetos de la herencia («Soggetti dell’eredita»); Capitulo II, llamamiento y adquisicién o renun- cia de la herencia («Delazione, acquisto e rinuncia»); Capitulo II, efectos de la adquisicién de la herencia y supuestos de pluralidad de herederos («Effetti dell’acquisto dell’eredita-Coerediti»). Los capitulos, a su vez, ¢s- tin divididos en epigrafes, que contienen los textos jurisprudenciales (parte primera) y su descripcién y comentario (parte segunda). Los frag- mentos recogidos dentro de cada epigrafe han sido ordenados cronolégi- camente, por emperadores. En la primera parte de la obra, se hace refe- rencia a sus nombres en el margen izquierdo del parrafo en el que se transcribe el texto, que, por otra parte, procede de una de estas tres fuen- tes, principalmente: Digesto (D.), Instituciones de Justiniano (L) o Ins tuciones de Gayo (Gai). Cuando el emperador no se conoce, se recurre a la expresin Imperatore incerto. En la segunda parte, los epigrafes de cada capitulo contienen, en su margen izquierdo, una referencia a la fuente donde se localiza el fragmento, al jurista que lo escribi6 y al emperador que dio la constitucién; a la derecha, nos encontramos con el comentario del texto y, en nota a pie de pagina, su transcripcién, asi como otras ob- servaciones y remisiones bibliograficas que, como resultado de su critica textual, los autores tienen a bien realizar. ‘Veamos a continuacién, con un poco de més detalle, el contenido de estos capitulos y sus epigrafes correspondientes: Parte Primera, Capitulo I «Soggetti dell’eredita» (p. 31-71): se inicia con un sumatio del mismo y una premisa («Premessa», p. 32) en la que se indica el ntimero de textos que componen el capitulo, los nombres de los juristas que tratan la cuestién y el ntimero de fragmentos que corresponde acada uno de ellos, Seguidamente, en los siguientes doce epigrafes que in- tegran el capitulo se recogen, de manera organizada, los distintos textos jurisprudenciales en los que se aborda la cuestién de la festamenti factio 0 capacidad hereditaria, tanto activa (p. 32-53) como pasiva (p. 53-71). Par- ticular atencién se presta a los supuestos de incapacidad y de indignidad para heredar, que se subdividen a su vez en diez y ocho epigrafes, respec- tivamente, 65] AS CONSTITUCIONES IMPERIALES EN LA JURISPRUDENCIA 89 Parte Primera, Capitulo II «Delazione, acquisto ¢ rinuncia del dita» (p. 73-79): es el capitulo menos extenso de los tres, ya que las fuen- tes conservadas al respecto son escasas, slo doce, tal y como se pone de relieve en el apartado con el que, al igual que el anterior capitulo, co- mienza. A continuacién, en los ocho epigrafes restantes, se exponen los textos jurisprudenciales que refieren constituciones sobre la problemética cuestion de la transmisibilidad de la delacién, la adquisicién de la heren- cia, su renuncia y la posibilidad, por parte de los herederos suyos y nece- sarios, de abstenerse. Parte Primera, Capitulo III «Effetti dell’acquisto dell’eredita-Coere- dita» (p, 81-91): El sumario, con el que se inicia, recoge un total de nueve epigrafes. En el primero («Premessa») se hace referencia a la autoria de los veintitin textos recopilados y, a continuacién, en los ocho siguientes, se tratan los supuestos de restitutio in integrum, las cargas hereditarias y los impuestos que debian pagarse, la colacién de la dote y la clausula Iuliani. Asimismo se incluye un epfgrafe, el rihimo, sobre ef derecho de acteci miento. Parte Segunda, Capitulo I «Soggetti dell’eredit» (p. 93-169): su es- tructura es la misma que la del capitulo uno de la primera parte. Ahora bien, aqui se leva a cabo la descripcién de la problemitica recogida en cada uno de los fragmentos alli citados y se procede a su exégesis. La cla- ridad expositiva, que es nota caracteristica de la obra en su conjunto, se hace particularmente evidente en este apartado, el mas extenso de todos. Los datos que se ofrecen y la manera en la que han sido ordenados per- miten una cémoda lectura de los textos comentados y facilitan el andlisis de la problematica en ellos desarrollada. Parte Segunda, Capitulo IT «Delazione, acquisto ¢ rinuncia dellere dita» (p. 171-184): se sigue el mismo esquema que en el anterior capitulo y se observa cémo sucede, con cierta frecuencia, que una misma constitu- ‘cién aparece referida por juristas distintos que la valoran de forma dife- rente, lo que sugiere la existencia de un debate intelectual al respecto. Este es el caso, por ejemplo, de una norma dada por Antonino Pio (p. 172-174), a propésito de la transmissio delationis, que es tenida en consi- deracién tanto por Ulpiano (D. 29.2.30 pr. (Ulp. 8 ad Sab.]) como por Pa- piniano (D. 29.2.86 pr. [Pap. 6 resp.]). Parte Segunda, Capftulo III «Effetti dell’ acquisto dell’eredita~Coere- dita» (p, 185-207): el comentario de los profesores Zoz y Ferretti a pro- pésito de los textos incluidos en este capitulo sitve, al igual que sucedia en el que realizan sobre los dos anteriores, para poner de manifiesto que en- tre la jurisprudencia y la actividad normativa de los principes hubo una relacién de influencia, gracias a la cual a medida que ésta tltima se iba desarrollando, la primera se enriquecia”. Un claro ejemplo lo tenemos en » Por su parte, P. Voci, I! dritto ereditario cit. 657-673, 686-692, pone de relieve cémo, durante el Principado, sélo los rescriptos sobre cuestiones relevantes pasaban por el consilium, formado por juristas cultos y de alto nivel cientifico; més tarde, en el 90 ROSARIO DE CASTRO-CAMERO. [6] D. 37.817 (Tiyph. 16 disput), donde el jrista coments la solucion prevista hasta entonces por el edicto del pretor y valora la repercusién que sobre Ja misma tuvieron las novedades introducidas en una constitucién de An- tonino Pio (p. 195-198). Se cierra la obra con unas paginas en las que los autores plasman las conclusiones més significativas de su trabajo. Entre las que mencionan, queremos destacar las siguientes: la coherencia y unidad, asi como el di- namismo y la flexibilidad que el pensamiento jurisprudencial proporciona a la normativa que se desarrolla durante la etapa imperial (p. 209-211)"; la importante labor de anélisis que los juristas realizaron sobre las consti- tuciones distinguiendo, segiin su naturaleza y contenido, entre las que no podian ser extendidas a otros casos y las que, por su caraecter general, sf eran susceptible de serlo y que son kis que normalmente aparecen citadas, en sus escritos (p. 211-213)”; la preeminencia de la voluntad del principe, Bajo Imperio, este érgano se transformard en consistorium y en él se verén también ‘otros rescriptos, referidos a cuestiones procesales y de gracia, que eran expresién de la soberania imperial y que, durante el Principado, no debfan pasar por el consilium. Asi mismo, advierte cémo la importancia de los rescripta va disminuyendo, a medida que avanza el Principado, en favor de las epistulae. Estas Gltimas, ditigidas a los funciona rios se convierten en el modo de innovacién del derecho, dando respuesta a las nece sidades derivadas de la praxis juridica, expuestas por los jucces en sus relationes: A propésito de los cambios que, en el panorama juridico romano, trajo con sigo la constitucién Antoniniana, en virtud de la cual todos los habitantes del imperio recibieron la ciudadanfa y quedaron sometidos a un mismo derecho, eff. F Galgano, Diritto greco-romano cit. 75 s. Entre los obstéculos que dificultaron la unidad juridica del imperio destacan la diversidad cultural y lingiistica, su amplia extensi6n y la falta de un texto ‘inico que recogiera todo el Derecho y pudiera ser difundido por todos sus confines. Diocleciano, consciente de la importancia de difundir los valores de la Ro- ‘manitas, trabajé a favor de la uniformidad juridica de todos los territorios valiéndose fundamentalmente de sus rescriptos sobre materia de derecho privado. Su sentir co- nectaba con el de la sociedad que demandaba més claridad en relacién con el derecho aplicable. En este contexto surgen las dos primeras codificaciones de constituciones imperiales, realizadas por iniciativa privada: los cédigos Gregoriano y Hermogeniano. Estos libros suponen una novedad editorial muy importante, ya que eran més ficiles de manejar que los rollos de papiro, més faciles de conservar en armares y podian re coger un nimero més elevado de escritos (en un solo cédigo se podia transcribir el equivalente a seis volumina). Sobre el codex como soporte escrituario cfr. P. Kriiger, Uber die Verwendung von Papyrus und Pergament fiir die juristische Literatur der RO- mer, en ZSS. 8 (1887) 76-85; L. Wenger, Die Quellen des rimeschen Rechts (Wien 1953) 88 ss. F Wieacker, Texistufen Alassischer Juristen (Géttingen 1975, Neudruck der Ausgabe Géttingen 1959) y E. Ruiz, Manual de Codicologia (Madrid 1988). P. Voci, Il dirtto ereditario cit. 659-663, 691, considera que, frecuentemente, los empera dores formulaban una lex generalis partiendo de un caso concreto sometido a su con sideracién, Las constituciones imperiales tenfan un valor similar al de la ley y, por tanto, podian interpretar, confirmar o modificar el derecho vigente. Los rescriptos da dos en virtud de unas circunstancias particulares, tenfan fuerza de precedente, Ahora bien, Voci sefiala eémo su carécter vinculante provenia de la potestad del emperador y c6mo la extensién a otros casos era consecuencia de la interpretatio. Gracias a ésta cera posible identificar el fundamento de la solucién recogida en el rescripto y aplicarla cn similares supuestos. Junto a este tipo de rescripta existian otros, de caricter general, 7) AS CONSTITUCIONES IMPERIALES EN LA JURISPRUDENCIA a1 sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo tercero, mas preocupada por las necesidades sociales del momento que por la l6gica juridica de la solucién defendida por los juristas (p. 213-216)'*, Ciertamente, a través de las fuentes estudiadas, puede observarse cémo no siempre la posicién de jurista y principe coinciden y cémo en esta tensién prevalece la voluntad imperial’’; sin embargo, el que existiera es ya en si mismo algo positivo porque revela cémo, pese a las muchas limitaciones existentes, la ciencia juridica siguié viva durante el Principado. En resumen, a nuestro modo de ver, Le costituzioni imperiali nella giurispradenza. Regole generali in tema di successioni es un magnifico libro que cumple con creces el objetivo buscado de proporcionar a la comuni- dad cientifica un instrumento de trabajo que facilite futuras investigacio nes sobre el tratamiento que la materia sucesoria recibié en época impe- rial, especialmente durante el periodo anterior a Adriano). Al tratarse de un work in progress, como sus autores lo califican, debera ser completado mis adelante con otros trabajos que aborden el resto de aspectos del de- recho sucesorio. Es més, la propuesta de Zoz y Ferretti es que se lleve a cabo una labor similar sobre otras areas del derecho romano, tales como derechos reales, obligaciones y derecho piblico. La sugerencia planteada es, no cabe duda, todo un desafio cientifico, que por su envergadura re- quiere el compromiso de mas de uno o dos estudiosos dispuestos a afron- tarlo, Confiamos plenamente en que la respuesta a esta sugerente inicia- que junto a la respuesta del caso inclufan una norma imperial nueva, esto es, formu- Jada por primera vez y de validez universal. EM, De Roberts, Sulla efficacia normativa delle costitwzioni imperiali Bari 1942) 176, 180-194, considera un error contraponer la eficacia normativa de las constituciones lamadas generalis con la de las denominadas, como personalis. El término generalis se utiliza no en este sentido, sino referido al al cance universal o territorial de la constitucién emanada. De tal forma que hace refe- rencia al fs commune aplicable en todo el imperio, frente a las constituciones que t cogian un derecho especial, un ius singulare s6lo pata un territorio, Tanto unas como otras, generales o especiales eran expresién de la actividad legislativa imperial porque tenian caracter abstracto y general, rasgos principales de una norma juridica. Sin em- Dargo, las constituciones personales, que recogian la respuesta del emperador a una cuestién concreta planteada por un particular, eran manifestacién de su actividad de gobierno o administracién y carecian de valor normativo, precisamente por la falta de las caracterfsticas antes aludidas bre el papel de las constituciones imperiales como instrumento para hacer desaparecer los usos locales que todavia pervivian y dificultaban el objetivo de la uni- formidad juridica, eft. L. De Giovanni, Dai Severi a Giustiniano cit, 52. E. Galgano, Di- ritto greco-romano cit. 75 pone de relieve cdmo la pervivencia de tales costumbres fue especialmente significativa en la parte oriental. Otro hecho de enorme trascendencia cn la actividad legislativa imperial fue la divisién del imperio, cfr. L. Capogrossi Co- lognesi, Storia di Roma cit. 315. Sobre la eficacia territorial de las constituciones im- petiales, cfr. P. Voci, Il dirtto ereditario cit. 692-701." FM, De Roberts, Sulla eff- cacia normativa cit, 152-195, destaca cémo en ningiin momento la expresién de un cri- terio distinto por parte de la jurisprudencia se hizo negando la autoridad y eficacia de la constitucién imperial. Sélo otra norma de las mismas caracteristicas, esto es, tam- bién emanada de la voluntad del principe, podia dejarla sin eficacia; nunca la opinién mis reciente 0 mas autorizada de un jutista 92 ROSARIO DE CASTRO-CAMERO [8] tiva sea afirmativa, porque nuestro siglo requicre la realizacién de proyee tos en esta linea, realizados por equipos de trabajo interdisciplinarios que, con rigor y especializacién, se ocupen de una cuestién, sin miedo a su complejidad o posibles implicaciones Sevilla, Rosario DE

You might also like