You are on page 1of 65
eis he CONFESION |B) ANY. Ese AGUSTIN La confesion de San Agustin En memoria del maestro Guy Lardreau (1947-2008) ‘Mongin, Jean Paul La confesién de San Agustin / Jean Paul Mongin ; llustradora ‘Marion Jeannerot ; traductora Cristina Ramos. - Editor César A. |Cardozo Tovar. -- Bogotd : Panamericana Editorial, 2013. 4p. cil ;2tcm. ‘Titulo original. : La confession de Saint Augustin. ISBN 978-958-30-4078-8 Agustin, Santo, Obispo de Hipona, 354-430 - Cuentos juveniles 2. Cuentos juveniles franceses 3. Santos ~ Cuentos juveniles |. Jeannerot, Marion, il Ul. Ramos, Cristina, tr Ml, Cardozo Tovar, César A., ed. IV. Tit. 843.91 cd 21 ed. 1384474 3 ‘CEP-Banco de la Repiiblica-Biblioteca Luis Angel Arango Lada, abil de 2013 Panamericana Editorial Lada ‘© 2010 Les petits Piatons = Pubisado originaimente con e! tui: Edicion a confession de Stet Agartin César A. Cardozo Tovar © 2013 Panamericana Editorial Ltda ‘Traduccién Calle 12 No. 34-30, Tek: (37 1) 3649000 Fax (57 1) 2373805 Gane ee ‘www.panamericanaeditorial.com Concepcion grafica Roget D.C, Colombia ‘Yohanna Nguyen ISBN 978-958-30-4078-8 Prohibida su reproduccién total o parcial Por cualquier medio sin permiso del Editor. Impreso por Panamericana Formas € impresos S. A. Calle 65 No. 95-28, Tels: (57 1) 4302110-4300355 Ea (57 1) 2763008 Bogotd D. C., Colombia Quien solo actia como impresor. lmmpeso en Colombia Printed in Colombla La confesién de San Agustin Adaptado de las Confesiones de San Agustin por Jean Paul Mongin Iustrado por Marion Jeannerot iDios mio, eres tan grande! ¢Qué alabanza es digna de ti? Sin embargo, oso nombrarte porque tt me has creado, me has creado para ti y mi corazon no encuentra reposo si no reposa en ti. Oh, Dios, mi Sefior, ti eres muy dulce y muy justo, muy poderoso, oculto y presente en todas partes. No eres ni joven ni viejo. Siempre eres el mismo y renuevas todas las cosas. (Qué decir, mi santo deleite, cuando hablo de ti? Yo, Agustin, no soy mds que un mintsculo fragmento de tu creacién. Pero tt viniste a buscarme, Sefior, aunque a ti nada te falta. ¢No te sientes limitado en mi corazén de hombre? El cielo y la tierra, que ti también creaste, pueden contenerte? Desde el seno de mi madre, tti velaste por mi. También cuando era un recién nacido, tu eras toda mi vida y yo no lo sabia: solo sabia lactar, disfrutar de la paz del placer, llorar y nada mas. Pero la célera y los celos ya me alejaban de ti. Pronuncié mis primeras palabras en la casa de mi padre, en Tagaste, al norte de Africa, junto a mis nodrizas. Recuerdo nuestros juegos y sus caricias constantes. Me enviaron a la escuela para que aprendiera a leer, pero yo era perezoso. Preferia jugar a las palmas y a menudo mi maestro me pegaba. En secreto, Sefior, tt: me escuchabas y me protegias. Cuando todavia era un nifio comencé a rezar. Te pedia, con gran fervor, que no me pegaran mas en la escuela. Cuando, por mi propio bien no satisfacias mis plegarias, mis padres se divertian viéndome aterrado. ¢Cémo sufrir sin miedo, Dios mio, si no es por tu amor? A veces robaba comida para convencer a mis compafieros que jugaran conmigo. Con frecuencia hacia trampas y, cuando me cogian en la mentira, me enojaba. iLos nifios no son inocentes! 10 Pero desde esa edad vivia plenamente, amaba la verdad, hufa de la vergiienza, del dolor, de la ignorancia. iQué admirable maravilla! Todo eso era bueno, y todo eso estaba en mi, porque tu que me creaste, Dios mio, tti eres la bondad misma. Mi error era buscar la felicidad en tus criaturas en vez de buscarla en ti. FF SZ AU AD i< A |e oO aS a jy wes like De adolescente, ardia en terribles deseos. Mi mirada estaba fija en deseos impuros y no habia nadie que pudiera apagarlos. Mi padre se dio cuenta en los bafios de que estaba comenzando mi pubertad y fue a contérselo feliz a mi madre. Ella me recomendé paciencia y pudor. Yo solo vefa en sus palabras consejos de mujer, sin darme cuenta de que eras tu quien me hablaba a través de su boca. GMb Un peral cargado de frutas se erguia en los alrededores de nuestra vifia. En plena noche, con un grupo de jovenes malos, fuimos a sacudir y a hacernos con todas las frutas del arbol, pero no para deleitarnos con ellas, sino para lanzarselas a los cerdos 1" infame, me ominacién. 10 que mi se funda como la nieve y también me has servado de todo el mal que no he cometido. tpi te ts 2 7 itaba Parti después a estudiar a Cartago. El caldero de deseos impuros ardia a mi alrededor. Me gustaba amar, sin conocer el amor verdadero. Privado de ti, mi corazon tenia hambre, ioh, Dios mio! Errante y llena de pena moral, mi alma se lanzaba fuera de si misma, avida de caricias. Conoci el amor humano: los nervios de la pasién y de las angustias, el latigo ardiente de los celos, las peleas y las sospechas. Me apasionaba el teatro porque representaba mis propias miserias. El espectador se apiada asi de las aventuras lamentables y tragicas de los personajes, pues los hombres sienten amistad unos por otros. Cuanto mas me hacia llorar la actuacién por desgracias imaginarias, mas me gustaba la obra. Me fascinaban los amores adtilteros y, cuando los amantes se separaban, me sentia triste como ellos. Igual que cuando uno se hurga en la herida hasta hacerse sangrar, yo irritaba mi alma enferma con esas imagenes. Asi era mi vida. ¢Era acaso una vida, Dios mio? Mi padre murié cuando yo tenfa 16 afios. Yo continué mis estudios, supuestamente honorables, que me darian la profesién de orador, fabricante de discursos en los que cuanto mas se miente, mas se complace. Pasaron dos afios: descubri un libro de Cicerén, Hortensius, que invitaba al amor por la sabiduria, aquello que los griegos llaman filosofia. Esa lectura cambié mis esperanzas y mis deseos, Sefior, y cambié mis oraciones. Todo aquello que yo esperaba antes perdié valor ante mis ojos. No aspiraba mas que a la sabiduria inmortal. iCémo me quemaba, Dios mio! iC6mo me quemaba de ganas de volar hacia ti! Y todavia no sabia que habias tocado mi alma. a En aquella época conoci a los compafieros del falso profeta Mani, bellos habladores llenos de delirios magnificos. Fingian ser discfpulos de Jesucristo, nuestro Salvador, pero sus palabras no eran mas que una trampa diabdlica. Su corazén estaba vacio de verdad. En Cartago, mantenian discursos extravagantes sobre la Luna, el Sol y los astros. Se preguntaban si Dios tenia cabellos o ufias, si es justo tener varias esposas, comer hombres, sacrificar animales... Contaban que los higos recogidos en la higuera lloraban lagrimas de leche y que si un hombre santo se los comia y suspiraba durante sus oraciones, liberaba angeles en su aliento. Pero ti, Dios mio, vida de mi alma, en quien habito para ser fuerte, itti no estabas en todas esas locuras! ¢Dénde estabas entonces? ¢Cémo habia yo caido al fondo de este abismo? Oh, Dios, hoy te confieso mi error y tt tuviste piedad de mi cuando yo no te lo habia confesado atin. Yo te buscaba fuera de mi, pero tui estabas en mi, mas intimo que lo mas profundo de mi alma, mas elevado que mis pensamientos mas elevados. C a Me perdi con estos discipulos de Mani y la verdadera fe parecia muerta en mi. Mi madre, tu fiel servidora, lloraba mas de lo que habria podido llorar sobre mi cadaver. E] torrente de sus lagrimas regaba la tierra donde ella te rezaba, Sefior. En suefios, mi madre se vio sollozar sobre un libro de madera, mientras venia hacia ella un joven feliz y resplandeciente de luz. Ella le dijo que lloraba mi pérdida, pero él la invitd a no dejarse llevar por la tristeza. Le recordé que alla donde se encontraba también habitaba yo. Ella gird la cabeza y me vio a su lado, sentado sobre el mismo libro. & Wr i as's ea Preocupado por conocer el futuro, yo consultaba a los astrélogos, pero por suerte, un médico muy sabio me hizo abandonar esas tonterfas. Si ciertas predicciones se cumplian, me explico, era un efecto de la suerte: a fuerza de hablar mucho, uno termina diciendo alguna cosa cierta. De la misma manera, al leer el libro de algtin poeta, a veces nos encontramos con un verso que concuerda maravillosamente con nuestros pensamientos. Durante su juventud, este médico habia sentido curiosidad por la astrologia. Un dia, con su mujer esperando a su hijo, se dieron cuenta de que su sirvienta también estaba embarazada. Observando la posicién del cielo, el médico calcula el dia, la hora y el minuto del parto y las dos mujeres dieron a luz juntas de forma que su hijo y su esclavo tuvieron el mismo horéscopo. Y, sin embargo, mientras que su hijo tuvo una vida brillante, el esclavo estuvo sometido a una vida de servidumbre. Después de escuchar esta historia, dejé de creer que nuestra vida esta escrita en los astros. 2 Cuando terminé mis estudios volvi a Tagaste, mi ciudad natal, para convertirme yo mismo en profesor del arte de hablar bien. Vencido por mis pasiones, les vendia el arte de vencer con mentiras a los vanidosos, yo, su semejante, su hermano. Tenia un amigo muy querido. De nifios, habiamos ido a la misma escuela y habiamos jugado juntos. Nos habiamos vuelto tan cercanos que mi alma y Ja suya formaban una sola dentro de dos cuerpos. Yo habia logrado desviarlo de la verdadera fe para arrastrarlo hacia esas supersticiones de Mani, que causaban tanta tristeza a mi madre. Pero tui, Sefior, Dios de venganza y misericordia, ti nos vuelves a llevar hacia ti por caminos admirables. Mi amigo se enfermé. Devorado por la fiebre, yacia desvanecido por unos sudores mortales. Su familia estaba desesperada por salvarlo, por tanto lo bautiz6 sin que él lo supiera. Y se fue recuperando. Cuando ya era capaz de hablar, quise reirme con él de ese bautismo recibido a sus espaldas. Pero me miré con horror y me ordeno que no hablara asf si queria seguir siendo su amigo. Unos dias mas tarde, la fiebre volvié y ti te lo evaste a tu lado. El dolor por perderlo oscurecié mi corazon de tinieblas. No vefa mas que muerte. Alla donde fuera, mis ojos la buscaban. Amputado de la mitad de mi mismo, ya no queria seguir viviendo. Solo llorar me consolaba. éPuedo, Sefior, acercar a tu boca el ofdo de mi corazén? ¢Me explicarias por qué las lagrimas son dulces para los infelices? 7 De Tagaste me fui a Cartago. Me consolaba con otros, continuando con las mentiras de Mani que corrompian nuestras almas. Me unia mas a tus criaturas que a ti. Amaba la belleza de los cuerpos en si misma, y no por ti Dios mio, tinico autor de tantas maravillas. Les decia a mis amigos: “Qué amamos que no sea bello? ¢Queé es la belleza?

You might also like