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CAPITULO V. LOS DESAFIOS DE LA TEORIA CRITICA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES José ANTONIO SANAHUIA* 3.2. Hacia resistencias y alternativas a la glo. litica y universalismo cosmopolita: CONCLUSIONES: LAS APORTACIONES DE LA TEORIA Critica De IAS RELACIONES INTERNACIONALES. 1. INTRODUCCION 158 ‘TEORIAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES ‘mirgenes o en abierta oposicién a las fainan' is feneral los orlgenss dela Teoria Celta atte tetemtrason al poses ginal ogres de Tr itn pin rato ei pensamiento y la accién humana, a través de la politica, como vi riod Fizacién ela liberia y 1a justicia Pero st cdg Hac dhtets oe cheno CA el proyecto emancipador de la modernidad, y en la tradicién intelectual gil Blas ee ME ed cltica;razin y emancipacién del ser humano, Ea de Kant y Hegel, continia con Marx y posteriormente se extiende alo | a Bieiscte sires Ge les dos grandes proyectos do recoastruccién del max ei comunistas en Occidente, més all de la «excepcién» . Biles tsa cats como dlarcarencas da is seis dcemceci: por ca cl que se origina en la Escuela de Fréncfort en los afios veinte del siglo xx, Eg proyecto abarca autores como Theodor W. Adorno, Walter Ben jamin 0 Mam Horkheimer —cuya obra de 1937 Teoria tradicional y teoria critica tiene cat flindasiGnal-’en una fradiotén infelecturl que loga hasta Firgen Haber PB: dita, cl penantciento de Anvtonio Gramsci y loa antoree nce -pramediill Estas dos grandes corrientes «neo» 0 «post» marxistas sbpontiffan om dedi ) tanto a la vision liberal de la modernidad como a un marxismo do} nat sae en perspectiva historia, han sido el fundamento y leitimacion de érdenes polf ticos que habrian negado la autonomia, la libertad, la justicia y la inclesuid las pe aniee ol cing emancipador. y "A { asta finales del siglo xx la Escuela de Fran i sedi ja as etuios internacionales, pero ha tendo tn papel fall ental en la renovacion de las ciencias soci i a filosofia politica del siglo xx. Su fofacacs eng baci Goer ie a a nacionales puede haber sido tangencial, pero sin ella no podria entenderse la epistemologia eritica y el horizonte normativo de la Teoria Critica de | — eiones internacionales a favor de una redefncion cosmopoita de ia come politica, siguiendo la estela de Jiirgen Hal i ‘sible gt autores como Andrew Linklater 0 Kimberly aches ne ao ee rama neo-gramsciana. ° onto sn En el ambito mais especifico de la teoria de la internaci See Ciel wea Yo autanira aha mat tarde, of ovat eon am conjunto de autores que, desde una epistemologia post-positivista y reflectivista rhea NEss Po simp, a compilacén de Eoxn, Jy VAUGHAN-WhL1ANs,N. (ls), Creal eee lations, Routledge, Londres, 2009. En la seleccién de ROACH, S. C. (eal They of Iteration Relations 4 Reade, Rowe Loni, 207 w apie a expresin,con una ampliaseleccion q seeaeeneeermuaeen pxcamape ete ina panorémica general de la Teoria Crit iencias Theory and Poiiea Posies: conceptions. epemeeory lait Wore oa ir, ars nd eared sang Wen 185 Hw, Ct fe Rowsledys, 8, 2003; Rust, F. (ed.), The Cambridge Companion to Critical Theory, Cambridee Univer Pres, Cambridge, 208; Mab, Sy WAKE, Be Roledge Compan one Theory, Route, Lone, 206; ROACH S.C Critical Theory of Intemationcl Rete ne plementarity, Justice, and Governance, Routledge, Londres, 2010, talons: Cale ———— CAP{TULO V: LOS DESAFIOS DE LA TEORIA CRITICA... oF enfrentado a las corrientes dominantes del neorrealismo y el neoinsti- Paw lismo, adoptando una posicion critica hacia el sistema de Estados y la + acion neoliberal. Serian, entre otros, Robert W. Cox, Mark Hoffman, ai Linklater Richard Ashley, si bien este titimo evolucionaré mas tarde sty el post-estructuralismo’. Existen los suficientes elementos en comin como Aci fuar a estos autores bajo la denominacién «Teoria Critica de las relacio- ar® jernacionales», pero cabe distinguir dos grandes tendencias, una fuerte. peste influida por Jiirgen Habermas y su teoria de la accion ‘comunicativa, con mentew Linklater y Kimberly Hutchings como autores destacados, y la otra de potter neo-gramsciano, en el Ambito de la economia politica global, iniciada are Robert Cox y Stephen Gill y, como referentes posteriores, Andreas Bieler, per tk Neufeld, Adam David Morton, Mark Rupert, William Robinson, A. Claire Cutler, y la denominada «Escuela de Amsterdam» de Kees van der Pijly Henk Overbeek, entre otros. Herp relaci6n a las teorias dominantes en las relaciones internacionales y el debate interparadigmatico» en el que éstas estuvieron encerradas hasta los fafos ochenta, la Teoria Critica expresaria, como afirma Celestino del Arenal tadical del orden»*, al suponer un triple desafio: epistemolégico, ‘desafio se ha enfrentado, por una parte, al Eicionalismo positivista de las teorfas dominantes, pero también ha tratado de efinir su propio espacio frente a otros enfoques post-positivistas y reflectivistas como el post-estructuralismo o el social-constructivismo, que no comparten ni fa agenda de investigacién ni el proyecto de transformacién social de la Teoria Crea En esa busqueda, la Teoria Critica ha tenido un papel destacado en lo que Ole Waver denominé el «cuarto debate» de las relaciones internacionales, aire racionalismo y reflectivismo, manteniendo cierta continuidad con los enfo- ‘ques marxistas del perfodo anterior’. {Cuil han sido esos desafios? En el mbito epistemol6gico, en primer lugar, la feoria Critica de las relaciones internacionales parte de una revision critica, de indole reflectivista, de la relacién entre el conocimiento y la vida social y ¢co- némica, Se asume todo conocimiento seria contingente, historico y se encuentra plenamente integrado en la vida social y econdmica, en la medida que la realidad Supuestamente «objetiva s6lo cobra sentido a través de las relaciones sociales Yen particular a través de los agentes, y sus intereses, valores, practicas presen: des oh ol orden social y en particular en el orden internacional. El papel de la ‘aun rechazo ontolégico y normativo. En ese 7 Véase Won Jones, R (d.), Critiea! Theory and World Politics, Lynne Riennes, Boulder, 200). So ee oar, Etnocentrismo y teorla de as relaclones internacionales und visi critica, Teenos, Madrid, 2014, p. 121. 3 Vines Horrman, M., «Critical Theory and the Inter-Paradigm Debate», Millen: Journal OF i ae Suales vol. 16, m2 2, 1981, pp. 231-250, De manera mas general, sobre chin oo) Coates endipndican ya redetnicién dela dsputa tori desde os afios noventa det iglo cease, pacataciones clisicas de KeoHaNs, R, «lnterationalastitulions: Two Approe ner Serene ae ee peately, vol, 32,0 4, PD, 379-296; LAPD, Yaseen Prope international Theory in a Post-Posiivst Era», International Studies Quarterly, vol. Pare oF 3s. y Waeven, O., «The rise and fal of the intex-paradigm baton ST § Boor K. y ZaLewski, M., International theory: positivism & Beyond, aaa Press, Cambridge, pp. 149-185. 160 ‘TEORIAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES raz6n no seria, por tanto, describir ¢ interpretar un mundo supuestamente « tivo», sino desvelar de manera critica la forma en la que los intereses, las practie y la naturaleza misma de los actores sociales y econémicos responderian a k condicionantes del orden social, siendo funcionales a su sostenimiento ©, por contrario, respondiendo a un proyecto emancipador y transformador del mism En el Ambito ontoldgico, la Teoria Critica «desnaturaliza» y redefine agentes y estructuras que conforman el sistema internacional, en parti los conceptos de comunidad politica, Estado, y orden internacional, asumien el origen y transformaciones histéricas de ese orden internacional en té de dominacién y subordinacién, y de inclusién y exclusién, Teconociendo sq posibilidades inmanentes de cambio y transformacion. Propone nuevas o} logias del poder que trascienden las aproximaciones tradicionales, centrad en su dimensién relacional y en las capacidades materiales. Y aborda desd una epistemologia refiectivista el tradicional problema agente-estructura de ciencias sociales, en su vertiente de las relaciones internacionales, Finalmente, en el ambito normativo, la principal aportacién de la Teorla CH tica es vincular esa epistemologia y ontologia criticas con un Proyecto de eman cipacién y cambio social a través de una teorizacién que, por un lado, desen mascara el papel que tienen las teorias tradicionales para sostener un of internacional que perpetia relaciones de dominacién y exclusidn y, por otf, configura como teoria para la transformacién social. Este planteamiento citamente emancipatorio es un importante rasgo diferenciador. Teoria Critieé social-constructivismo y post-estructuralismo post-modernismo compai una epistemologia esencialmente post-positivista y en particular la presuncién di queel orden social conforma las teorias y las ideas con las que se pretende expl dicho orden, y que éstas, a su vez, tienen un papel «constitutivon de los actores, visiones del mundo y sus pricticas sociales, Teoria Critica y post-estruct a su vez, parten dei fracaso del pensamiento progresista de los siglos XIX y 33 —liberalismo, marxismo, socialdemocracia—, que habria traicionado la Pro: de emancipacién de la ilustracién, pero mientras que la Teoria Critica pretend reconstruir ese proyecto y sus fundamentos racionales, el Ppost-estructuralismo el post-modernismo partiria de un cuestionamiento radical al racionalismo y a grandes «metanarrativas» totalizadoras, los relatos y teleologias de la mod. dad, y a la vez que proclama su fracaso, reclama su abandono. vi 2. LA POLITICA DEL CONOCIMIENTO, EL CONOCIMIENTO COMO POLITICA: EL DESAFIO EPISTEMOLOGICO DELA TEORIA CRITICA 2.1, REFLEXIVIDAD ¥ CONTEXTO SOCIAL EN LA TEORIA CRITICA Como se indicé, la Teoria Critica supone una ruptura epistemolégica con positivismo y abre un debate teérico con el racionalismo en dos aspectos pri pales: la consideracién del conocimiento como hecho social, y el caracter i CAPITULO V: LOS DESAFIOS DE LA TEOREA CRITICA... 161 ntemente reflexivo de toda teorizaci6n. En cuanto al primero de ellos, supone econocer que el poder, los intereses y los valores estan necesariamente presentes Ja formacién y verificacién de toda pretensién de conocimiento% y que dicho jcimiento, a Su vez, tiene una funcién constitutiva en la realidad social, a tra- vés de los actores, sus ideas y sus practicas sociales. La teoria no es la explicacién {ela realidad social —el explanans— sino un hecho que ha de ser explicado —un ssplanandum— en el contexto de una relaciones sociales de las que surge, y en las ye cumple unas determinadas funciones. El objeto de la Teorfa Critica es por lo anto revelar esos condicionamientos y analizar sus efectos. En un articulo clasico de 1981 Robert Cox lo resumia en una de sus mas citadas frases: «la teoria es siem= pre para alguien y para algin propésito»’. No existe, en consecuencia, una teorfa acttie como referencia o patron universal ante el cual establecer si una afir- cién es «verdadera» o no’. La cuestion no es si una observacién, descripeién, to, prediccién o teoria constituye o fundamenta un conocimiento verdadero, 10 qué actores, cmo y con qué propésitos se generan, y qué funcién cumplen cara al orden social y politico. De igual forma, la formulacién de juicios éticos politicos sobre el orden existente se basa en el principio de inmanencia; es decir, ct itica asume que la naturaleza y las posibilidades de transformaci6n social y de propuestas contra-hegeménicas serian las inmanentes en e! momento his- ico concreto. Esta posicién epistemolégica, que como se vera es eminentemente storicista ¢ interpretativa, situaria a la Teoria Critica en una vision claramente i-fundacionalista respecto a las premisas meta-tedricas y las supuestas certezas, le las teorias dominantes, incluyendo el Marxismo®. Sin embargo, como argu- menta Richard Devetak, en realidad la Teoria Critica apela a valores universales libertad y justicia en particular en la vertiente «chabermasiana» de Andrew inklater—, aunque sean reinterpretados en cada momento hist6rico, lo que en Tealidad la situaria en un «fundacionalismo minimo», basado en un universalismo Gauteloso, contingente y transitorio que se basa en el didlogo entre valores uni- Yersales de igualdad y justicia y las circunstancias locales e historicas especificas!, « Asuitey, R. K., «Political realism and human interests», International Studies Quarterly, Vol. 25,n.°2, 1981, p. 207. 17 Cox, R. W., eSocial Forces, States and World Orders: Beyond International Relations Beco, lennon: Journal of ternational Studies, vl. 1, n° 2 1981, 128. Exist una tae _fbcson al expat}, aunque defcente: «Fuerzas socials, Estados y drones mundial: més ali lateoria de las relaciones internacionales», Relaciones Internacionales, n.° 24, 2014. | Fria, J, «Gramsci, Epistemology and International Relations Theor en McNALLY, M. yScuwarzsanreL, J. (eds.), Gramsci and Global Politics. Hegemony and Resistance, Routledge, Londres, 2009, p. 33, éase SM i -oaches to international theory», en BAYLIS, 2 Véase SuttH, 8. y OwENS, P., «Alternative approaches to inte . p J, Sutra, 8. y Ovens, P. The Globalization of World Pole drained xerationd Relations, Oxford University Press, Oxford, 4 ed., 2008, p. AuDENETAK R. «Critical Theory, en BURCHTLL 8, DEvETAK, Re LIMRLATBR, A PATERSON, Mg REVSSMtr C.y TavE, J, Theories of Intemational Relations, Plgrave Macmillan, Basingsoks, 2001, p. 162. Una valoracién similar en NEUFELD, M., The restructuring em Theory, Cambridge University Press, Cambridge, 1995, p. 63- ee co [OS DE LA TEORIA CRITICA. 163, aod ‘TEORIAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES CAP{TULO-V:LOS DESAFI San i a ji C4 social en el que se La segunda ruptura o desafio epistemolégico, derivada de la anterior, ra sume que las teorias invariablementc reicjan o conten te que denen en el cardcter reflectivista de la Teoria Critica, que comparte con otras corti eran, y que por lo tanto fenaian eee propia teoriacisa, 7 post-positivistas como el constructivismo, la teoria feminista o el post-est "sus presunciones, categorias, val de forma que desafie un determinado orden turalismo. Elo sitda la Teoria Critica, junto a otros enfoques post-positivis {0br ls posibildades de teorizar deforma que desafe un determinado onden en el campo de las teorias denominadas «onstitutivas» frente a las «explieg social y se planteen ordenes alternativos'. vd, pero a través de esta consciencia. vas», en una dicotomia que representaria uno de los principales ejes del deb grtcaesconsciente desu propa relatvidad, per a través de esta consienia te6rico de las relaciones internacionales contemporaneas, muy cercano al puede lograr una perspectiva temporal mas amplia y positivismo-post-positivismo, y con importantes implicaciones tanto episten ‘ne la teoria para la solucién de problemas»'®. légicas como ontologicas, Las primeras ven en la teoria un factor coratiten i de la realidad social, a través de las instituciones, las practicas sociales, el ly / clon Buaje y los discursos y narrativas a las que la teoria da forma, mientras que 2.2, LAS DOS FUNCIONES DE LA TEORIA: CRITICA 0 DE RESOLU segundas se sitiian fuera de la realidad social y pretenden ser un mero r ee s DE PROBLEMAS «objetivo» de ésta"!, : sci ciesatnees La perspectiva reflexivista de la Teoria Critica se relaciona con el ai gumen La propia definicién de «Teoria Critica» parte de la distincién eta to kantiano de que la reflexién sobre los limites de lo que es posible cono cer Max Horkheimer: la teoria «tradicional», desde presunciones positivistas, debe ser un propésito esencial del propio conocimiento, y el aporte de Hegel iria la realidad social como hecho objetivo 0 «dado», por lo que seria Marx de que el conocimiento esta siempre e inevitablemente condicionado Per fonal al mantenimiento y legitimacién del orden social y politico y el statu elcontexto y las condiciones sociales, materiales e histéricas en el que se gene sane on tearia weritican, porelcontrario, asume el cardcter contingente,hist6- Responde tambign a la influencia del método hermenéutico en la Escuela eae veolimonte determinado del conocimiento y por ello permitiia el exa- Franefort, y de manera més cercana estd fuertemente influida por el tral a asec funcionalidad, fundamentando el eompromiso normativo sociol6gico de Pierre Bourdieu, Niklas Luhman o Ulrich Beck. Supone asumi men critico de Eck Jiirgen Habermas, en particular, el conocimiento que estudiar y teorizar la realidad social o las relaciones internacionales pue Bia emsncipacién's, Para Jirgen Habermas on rare conado con la set, debiera ser y necesariamente es un acto reflexivo", Esto significa, como humano se relaciona con tres tpos de «interesesv eno, rlacionade Con la se ha indicado, que las teorias sobre la realidad social pueden conformar comprensién contro de as fueras del nauralza; prctico, sabres ts misma realidad si las practicas de los actores sociales han sido moldeadas p fie y mantenimisnto del otden en la Coa ee edalen que afectan esas teorias. La Teoria Critica, a partir de ello, cuestiona las teorias tradicio- a identificar y eliminar las limitaciones y const ‘ocimiento, y ninguno de ellos nales y en particular el (neo)realismo sefialando que esa teoria termina sien a os seres manos". Los tres consituyen conocimiento, y ninguno de ofes luna «profecia auto-cumplida» en la medida que el analisis politico, la practi a rec bre phe Politica y diplomatica guiada por el realismo sea la causa misma de la actuacion sobre la sociedad estaria incompleto". . oon amoral, desconfiada y despiadada que esa teoria asume como «hecho objetivo, Lannaturalera contingenteehistricamentedeteminada de la jeenen bees El post-estructuralismo, incluso, afirma que la teorizacién misma debiera s gida y reinterpretada por el neo-gramsciano Robert Cox, ae tiempo y que considerada como una practic social mas y un acto por el que se interviene teri siempre est igada al historia yal eproblemitica» desu tempo y que {a realidad social, sea de manera consciente o inconsciente. Por todo lo anterior, frente a ella, la teoria puede cumplir dos funciones primordiales: crit se suele vincular la reffexividad al mas amplio debate sobre la relacion entre agente y estructura en las relaciones internacionales!?, Ademas, el refiectivismo Ja perspectiva neo-gramsciana, véase BIELER, A. y Morton, A. D., «The Gordian Knot of Agency- ternat ane in Journal of Interna- Structure in International Relations: A Neo-Gramscian Perspective», European Journal of Int. \ 1, 200La, pp. 5-35. Una amplia discusién de esta cuestién en WicHtr, C., «Philosophy of Social Science and tional Relations, vol. 7, n.° 1, 2001a, pp. as Wee International Relations, en Can.sNats, W., RISE.T. y SIMMONS, B.A. Handbook of nemational ' NupreLo, M. «Retetivity in Intemational Relations Theory Relations, SAGE, Londses, 2008, pp. 38-39. rug es al m1, 188 - © Leanper, A., «Do We Really Need Reflexivity in IPE? Bourdieu’s Two Reas Answer S Cox, R., 1981, op. cit., p. 135. aa Vol eeeeee, ring Affirmatively», Review of Inorntonal Potiea! Economy, vol. 8. 14, 002 p60 808 © HORKHEIMER, M., Traditionelle und Kritische Teorie, S. Fischer Verlag, sm: IRs “re HaMal ea i i ia eritiea, con introduccion de Jacobo Mufoz, FAGLETON-Pierce, M., «Advancing a Reflexive International Relations», Millennium «Journal Of 1937, Traduccién espaiiola: Teoria tradicional y teoria critica, con : International Studies, vo. 39, .° 3, 2011, pp. 805-823; y HAMATF-ATAYA, I, «Reflectivity, eleaviby, Paidés, Barcelona, 2009. Interests, Nueva York, 1972. Traduoci6n al espatiol: ned Oe LR flexi tum” —and beyond, European Journal of Inerationa Relations, vol. "His, 5, Kiowledge and Human Inerests, Nuva X see gent-Structure Prot 7 Conociniento enters, Universidad de Valencia, Valencia 1998, ee Wenbr, A., «The Agent-Structure Problem in International Relations Theory», International MLnasaren, A. ae achievements of eri theo, en Sir, S., Boon Za Organization, vol. 41, 1.2 3, 1987, Pp: 335-370; y CARLSNAES, W., «The Agency Streeters na, ng kineiate, A The asieements ofc he in Foreign Policy Analyst, Snternatonal Studies Quarters vol 36,n°% 199), eet Mts ie "oe TEOR cae 'FORIAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES ITULO V: LOS DESAFIOS DE LA TEORIA CRITICA... 165 pistoricos, no «dados», «naturales» u «objetivos», Ello exige un estudio detallae g.del proceso historic que les da origen, de la configuracién de las relaciones ales que expresa ese orden internacional, como desigual distribucién de la jueza y el poder, y de las posibilidades inmanentes de cambio que existen en devenir historico, partiendo de las contradicciones y la correlacién de fuerzas ales concretas en cada momento”. Por consiguiente, el conocimiento gene- por la teoria critica no es «neutral» —como tampoco lo es, pese a afirmar ocontrario, el de las teorias dominantes— estando ética y politicamente com. prometido con la transformacién social, »En segundo lugar, la teoria critica sitta las teorias dominantes en ese partic ‘cular contexto histérico y se pregunta por sus funciones en relacion a esa confi. guracion de fuerzas. No considera validas sus pretensiones de ser la explicacién xobjetiva» y las aborda, mas bien, como un factor més a explicar dentro de ese gontexto histdrico, desvelando los intereses y valores que la orientan, Ello comporta, en tercer lugar, cuestionar el orden social y el orden interna- jonal como «orden natural», mediante la critica de categorias como el Estado jones de poder que 3 ola anarquia, que en las teorias dominantes se asumen como «ontologias idea A pesar de sus diferencias, el (neo)real - les fijadas»™, La «desnaturalizacién» del orden social y de sus instituciones, y en comin esos elementos y serfan, amen en particular, desenmascarar el «fetichismo del Estado», mostrando sus raices forma de teorizacién. En particular, anciGn dit 7 Aistoricas y los intereses en juego, abre la puerta a formas alternativas de orden is z mundial y de organizacién de la vida social, econémica y politica. Ese ejercicio de «desnaturalizacién» de la realidad social también expresa el rechazo de la Teoria Critica al dogmatismo y el determinismo que caracteriza a las teorias _ tradicionales cuando asumen que un determinado orden social es «el» orden hatural objetivo. En particular, la Teoria Critica cuestiona la «tesis de la inmu- fabilidad» que a menudo subyace a las explicaciones convencionales sobre los Porqués de la accién humana, de sus instituciones, y del orden internacional. Frente al supuesto de que la accién humana es futil, voluntarista o utépica frente a los «hechos de la realidad», la Teoria Critica afirmard la capacidad de los agentes sociales y la accién colectiva para transformar y renegociar el orden Social frente a constricciones econémicas, sociales y politicas’, En la teoria de las relaciones internacionales, en particular, el reflejo de esa desis de inmutabilidad» puede verse en las premisas del institucionalismo neo- liberal y las teorias de la opcién o preferencia racional (rational choice) sobre la Togica maximizadora de interés de los actores individuales y colectivos, como los Estados; o los supuestos del realismo sobre el comportamiento hobbesiano del ser humano, y en particular en la conceptualizacién del neorrealismo de Kenneth Waltz sobre la conformacion y organizacién de la comunidad politica a través de los Estados-nacién y la afirmacién de la anarquia como institucién fundacional de dicho orden, a cuyas légicas —politica de poder y equilibrios, taz6n de Estado, conflicto y competencia, y comportamiento de valerse por uno 3 DEVETAK, R., op. cit, 2001, p. 160. > wee UANYL Ky The Great Transformation, ® Cox, R,, 1981, op. cit, p. 129, ‘spafil, La Gran Transformecton fice sis ‘ork, 1944, Edicion en ® NEUFELD, M., 1995, op. cit., P. 59. sei odo a a gy em sages “aA ime ee * Livecarer, A, 1996, op. cit. p. 283, ae TEORIAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES ara transformar lo que es una realidad ff in ional”*, Dado que lismo, las grandes potencias tienen oiled de inclined internacional —aunque sin escapar ellas r ellas mismas a los condicionantes d estructura—, la tesis de la inmutabilidad tiende histéricamente a leciee «caaturalizar» configuraciones especificas del poder y la hegemonta en el ay internacional. El neorrealismo plantea una relacin agente-estructura en le esta tiltima tiene un papel determinant i te en I; ere ene n la conformacién de los actores Dor con unas relaciones de causalidad esenci i esencialm te unidireccionales, frente a Ja que la Teoria Critica demanda un requ otorgando més peso ala accién colectva y la funcién de agencia, sin ignotay jones que impone la estructura del sistema i ional . constrict ac Ja 1a intern: indicard no se define en términos de anarquia. sent aa a on DESAFIO ONTOLOGICO Y NORMATIVO: HEGEMONIA, IRDENES MUNDIALES Y COMUNIDAD POLITICA ee EN LA TEORIA CRITICA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES 3.1, La Teoria Critica NEo-ci IRAMSCIANA: E pA Tents ‘A: EL METODO DE LAS ESTRUC El influyenté articulo de 1981 «Soci jocial Forces, States and World Ord an wy. Cox, y su obra de 1987 Production, Power and World Order? i : = i ea ibd anportante muptura tedrica en los estudios internacionales, Ce ser etiquetado como neo-gramsciano y segiin Let n ln , pero esos trabajos son consigeranadl ore ConTiente neo-gramsciana de la Teoria Critica™. Parte de sus aportes se sit Fae dar 2e OM ol6sico, al redefinir los conceptos de Estado, hegemonia, Of arugula estructura histérica®, mediante la reintroduceidn en los estudios i de una sociologia histérica orientada al estudio del cambio en el si ma internacional, como epistemologia, como o ia y como método basaé arate”, ogia, mmo \gia, como ontologii do bi Production, Power and World Order. z is Columbia Univeriy ea ere a World Order Social Forces in he Ataking of His 2 EBYBEN, A. 2008, of, ct, p. 137. in examen sistemitico de Moers gznmenssemiico de esas cat Gramscian persp Gan perspective in international relations», Capital @ Class, n.*28, n° 1, 2004, pp. 854 tegorias en el trabajo de los neo-gramscianos BIELER, “A critical theory route to hegemony, Word rand iestontateearos ie a Gen das oneal cin, cpl hin co ae ne ee de ret en EE mayor capacidad de incidir en el sister, CAPITULO V: LOS DESAFIOS DE LA TEORIA CRITICA.. 167 ‘De Antonio Gramsci, posiblemente el pensador marxista mas heterodoxo y yor influencia contempordnea", la vertiente neo-gramsciana de la Teo- Critica de las relaciones internacionales adopta y reinterpreta su teoria del do, del poder y la hegemonia, y el concepto de «bloque histérico»™, Esta Mgacion partio de un interrogante histérico: por qué la revolucién habia jo en Europa occidental, alli donde existian las circunstancias historicas s previstas por Marx y en particular un capitalismo industrial avanzado n proletariado amplio y bien organizado, y sin embargo triunfé en Rusia, “derada una periferia atrasada y con una clase obrera muy débil. Gramsci onde con una teoria del poder y del Estado en el que éste no se reduce a nero instrumento coercitivo de la clase dominante, Tomando la imagen de quiavelo, del poder como centauro, mitad humano, mitad bestia, afirma fl Estado es coercion pero también la capacidad de la clase dominante para rel consentimiento de los dominados, ejercer liderazgo intelectual y ¥y para convencerles que sus intereses son los mismos que los de la clase ‘minante. En la medida que el consentimiento prevalece sobre la coercién, de hablarse de «hegemonia». Este concepto de Estado va més alla de su 0 coercitivo y administrativo se refiere a la relacién de éste con la esfera fada de la sociedad civil y las instancias —educacién, religion, organizacio- s sociales, medios de comunicacién y cultura popular...— que producen y en su seno los consensos, el «sentido comin y la vision del mundo, | Cuando existe una particular constelacin de fuerzas capaces de hacerse el sentido comin de una época y generar hegemonia, puede hablarse de un oque histérico». De abi que la lucha politica que han de librar las fuerzas ra-hegeménicas —y en particular el Partido, en su doble papel de «intelec- stitucionalismo, en HoBDEN, S., «Historical Sociology: Back to the Future of International ns?», HOBDEN, S. y HOBSON, J. M. (eds.), Historical Sociology of International Relations, bridge University Press, Cambridge, 2002, pp. 42-59; LAWSON, G., «The Promise of Historical gy in International Relations», International Studies Review, vol. 8,1.° 3, 2006, pp. 397-424, HOBSON, J. M. y LAwsox, G., «What is History in International Relations?», Millennium: Journal uernational Studies, vol. 36, n.° 3, 2008, pp. 415-435. 1 A través de autores como Emesto Laclau o Chantal Mout. Véase, en particular, MOuFFE, th. Gramsci and Marxist Theory, Routledge & Kegan Paul, Londres, 1979, y LACLAU, E. y Mou- FFE, Ch., Hegemonia y estrategia socialsta, Siglo XX1, Madrid, 1987. El pensamiento de Antonio Gramsci sobre estas cuestiones aparece, de manera no sistemi- aye los vastos Quaderni di Carcere. Para una seleccién ya clisica de textos y su estudio, véase STAN, M. (ed.), Gramsci: Antologia, Siglo XI, México, 2007, Véase también ANDERSON, O., ‘antinomias de Antonio Gramsci. Estado y revoluetén en Occidente, Fontamara, Barcelona, 1981, Diaz-SaLazar, R., El proyecto de Gramsci, Anthtopos, Madrid, 1991. En el émbito de las rela- internacionales, Git, S. (ed.), Gramsci, Historical Materialism and International Relations, abridge University Press, Cambridge, 1993; BrELER y MORTON 200la y 2004, op. ci.; AYERS, (ed:), Gramsci, Political Econmy and International Relations Theory. Modern Princes and Naked rors, Palgrave Macmillan, Basingstoke, 2008; MCNALLY, My SCHWARZMANTEL, J., 2009, 0p. Rupert, M,, «Antonio Gramscir, en EDKINS, J. y VAUGHAN-WILLIAMS, N. (eds.), Critical ists and international Relations, Routledge, Oxon, 2009, pp. 176-187. La discusién de los con- €eptos gramscianos por parte del propio Cox se encuentra en Cox, R. W., «Gramsci, Hegemony d International Relations: An Essay on Method», Millennium: Journal of International Studies, Ol, 12, n° 2, 1983, pp. 162-175. ae 169 168 ‘TEORIAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES CAPITULO V: LOS DESAFIOS DE LA TEORIA CRITICA.. i ‘opuestas, y que entren en conflicto suele evi- eres er et Teo riaice > institucionales del cambio. Finglmeatagae insttusiones son bases gamas particulares de ideas y poder material» que a su vez influencian ilo de las ideas y capacidades materiales. La nstituejanalzaciéneg una Btn de estabilizar y perpetuar un orden cd y esc pee see i 6 a estructura hegemonic: i ave on soalzacion que genera legitimidady dota de universalidad a nas 2s eee é oes conforman un dispositivo heuristico que Ee aproximarse ala realidad social como una totalidad, y no resupee ra jerarqula predeterminada de relaciones, Pueden verse como variables i relaciones de causalidad muy diversas, ee es anqoe exista ningin carnal omnldireas on ies ly i sari fuerzas materiales, Fe emis ya tadcioal Scterminio favor deans i i las inst ; en el que se desarrolla la accién humana. Ese marco cambia a través del tiempo eeondmica respecto dela superestructura de i easy las institucional yla Teoria Critica debe entender estos cambios, no «desde arriban, centran situacién concreta esiableceré cull prevalcos coro sth ae £9.80 equilibrio o reproduccién —esto es lo que plantearia la teoria para la solu: mifiodo de las extructurashstrica permit el estudio de émbitos partcuares 0 cién de problemas—, sino «desde abajo» o «desde afueran, centrandose en los stotalidades imitadasy del actividad bumana en cal eae conflictos que surgen en su seno y que abren posibilidades de transformacion, la totalidad del mundo. Las estruc boricas son Panos ee a : utlizarse como moos decontrase, como rp i ji las tendencia D Daa rac Sree mid de crc t6ricas a tres mbitos, como marco analitico mas amplo: 2) eae zanna entendidas como relaciones sociales engendradas por la relaciones de producci¢n; 6) las formas de Estado, resultado de distintas onformaciones hstbricas de la Telacin entre la sociedad civil ye aparato adminstativo y coeretivo del Estado 0 scomplejos Estado-sociedad civil, y la reinterpretacion de cada momento his, " torico de la «razén de Estado»; y ¢) los érdenes mundial es, cus 9 dee a configuracionespartculares de as fueraas que de manera sucesiva definen Feses de estabildad — cuando existe un orden hegem6nico— o periodos cambio estructural que dan paso a 6rdenes mundiales alternativos rates Consideradas por separado, estas tres categorias pueden ser representadas como configuraciones particulars de capacidades materiales i eon cnate nes. Los tres émbitos estan interelacionados: los cambios en la organizacin de la produccign generan muevasfuerzas sociales que a su vez altra a stra de los Estados; y la generalizacién de los cambios en la es tual orgénico», y de «Principe modemo»=, sea sobre todo tuna «lucha por sentido» orientada a construir hegemonia a través de una «guerra de posici nes» de largo plazo, en contraste con la «guerra de movimientos» que supot de la esfera ideacional en el orden social, Gramsci evita el tosco determinia ceonsmico y las teleologias simplistas del marxismo tradicional, dando paso g visiones «nico» 0 «post» maraistas que permiten aprehender la compleia relacis entre la infraestructura econémica y las ideas e instituciones, y traslada la a del conflicto social al ambito de las ideas. Como se vera, ello sera incorpor al método de las «estructuras histéricas» de Robert Cox : A partir de las categorias gramscianas, y recogiendo aportaciones del enfoque historico-estructural de Fernando Braudel, Cox se pregunta cdmo emerge, mantiene y se transforma el orden social y los érdenes mundiales, cdmo devi gn ordenes hegeménicos, y qué fuerzas contra-hegeménicas tienen el potenci gmancipatorio para que estos cambien. Como se indic6, la Teoria Critica pa de la naturaleza esencialmente historica de la problemitica o marco de acci Cox propone el método de las estructuras histéricas. En su formulacion mae abstracta una estructura histérica representa una particular eombinacion de fuerzas, que se expresan como pautas de pensamiento, condiciones materiales instituciones humanas, con cierta coherencia entre si, que dan lugar a pricigas Sociales persistentes™., Esta configuracién de fuerzas no supone un condicivaas Mmiento mecénico pero, como una forma de «poder estructural», establece res: triceiones para la accién que los actores pueden tratar de establecer o modifcar, ue se verdn obligados a asumir o ante las que podrin resistirse, pero que ef ningtin caso pueden ignorar. Segtin Cox, en una estructura historica deben distinguirse tres categorias de fuerzas: capacidades materiales, ideas einstituciones. Las capacidades mate, kes son potenciales productivos y destructivos: pueden ser dindmicas —capaci- dades tecnolégicas y organizativas— o acumularse como recursos natwralee auipos y otras formas de riqueza. Las ideas pueden ser de dos tipos: el primero Sonsiste en significados intersubjetivos, o «nociones compartidas de la naturale, Zi ie Its telaciones sociales que tiende a perpetuar los habitos y las expectativas del comportamienton. El segundo tipo son las «imagenes colectives del aulen social» que mantienen los diferentes grupos sobre la naturaleza y la legitimidad ‘Relations: An Apprai- ® Cox, R,, 1981, op. cit, p. 136. BUDD, A., Class, States and International \dres, 2014, pp. 28-30. me ln a emi i enor ae ort § Globalisation: Towards a Poites vol. 15,n.° 1, 2001, Los significados intersubjetivos suelen sér comunes dentro de una estructura istori i order», en Cox, R. y SINCLAIR, T., Approaches to Wor historica particular y conforman el discurso social comtin, pero las imagenes bridge, 1, Vea tambien NcUFEL, M, «Theoring Globaliion: of Resitanee A Neo-Gramscian Response to Matias Alber, Global Soc a. a Cox, R., 1981, op. cit.sp. 153. ® Cox, R., 1981, op. cit. p. 135. » Cox, R., 1987, op. cit, p. 4. —eEEOO”.,mUmUmUmUmUmUl 170 ‘TEORIAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES modifica el orden mundial. Las fuerzas sociales son el punto de partida en marco de analisis, aunque ello no debe verse como un determinismo econé; 0 de clase. «Clase» es para Cox més una categoria heuristica que un cone analitico estético. No seria tanto un concepto objetivo, determinado por estructura socio-econémica concreta, sino dindmico y en gran medida s mente construido*. . La epistemologia y la ontologia esencialmente historicista que define a e nueva «triada» de categorias de andlisis y el papel central otorgado a laa humana consciente y la funcidn de agencia de los actores sociales situara lejos de otras versiones del marxismo vigentes en los afios ochenta —el est ralismo de Althusser y en particular su concepcién de la historia como «proo sin sujeto»—, y més cerca del empirismo asumido por la historiografia ma de autores como E. P. Thopmson o Eric J. Hobsbawn™. Las fuerzas socia afirma Cox, son conformadas también por las ideas y las instituciones en estructura histérica, ya que existe también «producciém» de conocimiento yd relaciones sociales. La relacién entre los tres no es unilineal, y se asume quel ideas y significados intersubjetivos pueden conformar la realidad social, y q las estructuras «estan socialmente construidas», aunque en primera insta Jos cambios en los modos de produccién los que explican el surgimiento de fuerzas sociales, que se convierten en el fundamento del poder dentro y a tra de los Estados, estableciendo, en su caso, un orden mundial hegeménico!l, epistemologia reflectivista y la relevancia otorgada a las ideas y los signifi intersubjetivos como factores «constitutivos» del orden social seria el elem {0 teorico que mis claramente diferencia a Robert Cox de la teoria del poder estructural de Susan Strange, que con Cox conformaron la «escuela inglesa» d Economia Politica Internacional, y con la que el propio Cox mantuvo un in intercambio intelectual, Un elemento central del aporte de Cox es la reelaboracién del concepto gramsciano de chegemonfan*, Cox usa explicitamente este término en su sentido i % Cox, R., 1987, op. cit, pp. 355-357. 1 4 -Bupp. A., op. cit. p. 21. Véase también RUPERT, M., «Marxism and Critical theory», en Cane x KURKI,M. y Sumy S. (eds), International Relations theories: discipline and dverdign, Oxford University Press, Oxford, 2007, pp. 148-165. 6 Cox R., «Towards a posthegemonic conceptualization of world order: reflections on the ‘elevancy of fbn Khaldun», en RosENAU, J. y CZEMPIEL, E. (eds), Governance without Goveroments Onder and Change in World Polites, Cambridge University Press, Cambridge, 1992, p. 136, rag oR Tevonoeié que esa argumentacin Ie sitia mais cerea del marxismo tradieional que del Pehunartismo, Vase Cox, R. W., «Postscript 1985», en KEonANE, R. O., Neorealin and ts Chities, Columbia University Press, Nueva York, 1986, pp. 239-249; y Cox, R. W., «Production, the Sake and Change in World Order», en Czemitt, E. y ROSENAU, J.N. (eds), Global Changes and Theere: ‘eal Challenges: Approaches to World Poltes for the 1990s, Lexington Books, Toronto, 1989, p39. soc Ok Ry Take six eggs: theory, finance and the real economy inthe work of Susan Strange, Saaou RY StNcLam, T, op cit 1996, pp. 174-188. Para una discusiOn de las teorias de Sane, [Ree ambien Sawatora, J. A, «Un mundo unipolar, multipolar o apolar? El poder estractaray ins transformaciones de la sociedad internacional contemporiinea», en VVAA, ‘Cursos de Davecho ‘Internacional de Vitoria-Gasteiz 2007, Universidad del Pais Vasco, Bilbao, pp. 297.38, ta OSB 1983p. lp 170: Vase también BURNAM, P, «Neo-Gramacian Hegemony and the International Order», Capital & Class, vol. 15, n° 3, 1991, pp. 73-93, —”)rt—“ i‘ CC CAP{TULO V: LOS DESAFIOS DE LA TEORIA CRITICA... 171 ciano, como conjunto de valores y entendimientos sobre la naturaleza del ren que permea al conjunto de una sociedad, en este caso la sociedad mundial mpuesta por Estados y entidades corporativas no estatales, En un sistema mmonico esos valores y entendimientos, basados en una estructura hist6rica wacente, son relativamente estables y no se cuestionan, y se presentan para vmayor parte de las cosas como el «orden natural de las cosas». Como se 6 anteriormente, la congruencia de capacidades materiales, instituciones sgeménico, y la ruptura de esa congruencia debido a procesos de cambio en varias de esas tres dimensiones daria paso a un periodo no-hegeménico cambio estructural. : ; Dada la centralidad que el neorrealismo otorga al concepto de hegemonia, ‘se encontraria uno de los principales desafios ontolégicos a Ja ae Critica de las relaciones internacionales. Las teorias convencionales = ae cee ‘internacionales —incluyendo la teoria neorrealista de la estabilidas re ‘flica— tienden a ver la hegemonia de manera unidimensional, como resul lo de la concentracién de capacidades econdmicas y militares de oe Exados Pero mds qe la fuerza brata de dominacim>, a hegemonia preva .] esté basada en una conjuncién coherente del poder material, las imagenes colectivas prevalecientes del orden mundial (incluyendo ciertas nots mas) y un conjunto de instituciones que administran ese orden con wa ce aparisnca de unveralidad> *. Por elo, el poder—entendo como conjunto de capacidades del Estado— no es el tinico factor explicativo, y se convic pes algo que debe ser explicado como resulted de cambios en las fuerzas sociales, s de Estado y los érdenes mundiales. i - poomateti etait en dos niveles: el nacional, yel intemacions ev Seria a expresin de un particular sbloque histéricoy que enraizadoen in pa Baticular, se proyectaglobalmente y seconecta con otras fuerzas sociales y Estados a través de las fronteras, en el plano global, en la medida que ellos funcional a determinadas relaciones sociales de produccit ns, Conlon a ue Aefnisin mis precisa del propio Cox. «En el plano internacional a hegemonia ‘No es meramente un orden entre Estados. Es un orden dentro de una soon n mundial on un modo de produccién dominant que penetra en todos los paises yse vincula con otros modos de produccién subordinados. Es también Un egeer Plejo de relaciones sociales internacionales que conectan a las clases soctnlende tos diferentes paises. La hegemonia mundial puede ser deserita como una estru- tura social, una estructura esonémica, y una estructura politica; y no pued set simplemente una de estas tres cosas, sino que ha de ser las tres a la vez»"". ~* Cox, R.W., «Multilateralism and World Order», Review of International Studies, vo. 18, 122, 1992, p.170. © Cox, R, 1981, 0p: tp. 139. 4 Cox, R 1987, op. eit. D189. © Cox, R. 1983, op. it, p. 172. 172 ‘TEORIAS DE LA‘ i 'S RELACIONES INTERNACIONALES CAPETULO V:LOS DESAFIOS DE LA TEORIA CRITICA... 173 Por otro lado, como i i : bsbemonia'de!n Eevee ts begen cals ge ERE eam sie internacional (EPI convencional— como expresion del proceso hist concepto de'bé gauidulsten lige’ pects eet SET tae ic i erantlzacion de la vida social y de ampliacion y profundizacion de edsaicidn antaternision sale veectd dyapscedieietiaaans ov ae slaciones capitalistas de produccién a escala global’!, En segundo lugar, la concepto en términos de fuerzas sociales transt ea earn definiendos vaturaleza y la formacion de la hegemonia y las estructuras hegeménicas globa- ‘de piobalizacién/y/A uci Bloque-histScioo global ener vinculadas al pr nats partir de inteTeses de clas, incluyendo Ia aparicién de una clase dominante clase capitalista transnacional, yno tanto alobal emergente dirisido por a 2 a or sea wansattantica 0 global, como ha estudiado Kees van der Pit feglonal qus dovata fatwa dooney aie eae ohana aera Robinson, Terex, el estudio de ls formas contempordncas del que como sujeto. més como vehiculo o inst william Ty ransformaciones en el contexto dela globalizacion, en panicles a isos deinternacionalizacién det Estado, un ambito quem desarrollado Ios, Gil, con otras aportacionesrelevantes como las de Kees van der Pijl Step ato, en particular, plantea wna distinciOn entre dos tipos idea Bet jos Estado-sociedad civil lockeanos» —abiertos ala liberalizacion y el que facilitan la expansién de los érde i * Cuarto xpansior nes hegeménicos; b Copal «hobbesianos>, que se ressten a ese proceso con una pers- del orden hegeménico vigente; c) legitiman ideol6; co Pl son aru ve a tae veipatoria, las posibilidades y procesos de articulacin de fuerzas mai coopen alas lte a ale poll ameeeeeapt ei Beta errs, qu se detallan en a siguiente seccion, yl posibilidad de | nicas®, Para expli rivvaaaetan c 8 3 ‘ cleonepi gramssnno de cransformiamon, que alude aaa prater de lo un orden internacional Pos Jgcambio ene orden muna fundamental pos dominantes para la asimilacién y cooptacién de los intelectuales, id articulo de 1981 Social forces... Cox ya esboz6 un andlisis ‘del paso de la Pax Semeniacionss de los grupos subalternos, desactivando la apericién ey ‘a Gritannica a la Pax Americana, pero es quizé en el volume. publicado en 1987 Site fa itassin nevesidadde-recurtit ala Viokencia o's is opera oa aentnation, Power and World Order en el que este autor aplica ese modelo teé- Prod erro Gel modemno sistema de Estados dentro de las constriceione® de la economia politica global, identificando tres grandes ciclos hhegemonicos: la 3.2 H. : ictaisrs : clos hegemonic [ACIA UNA SOCIOLOGIA HISTORICA DE LA GLOBALIZACION esonomia internacional liberal (1789-1873); la era de los jimperialismos rivales Apartir d es . : (1873-1943); y ol periodo de hegemonia de Estados Unidos (1945 en adelante) wRER De ee feseleo-metodolbais, Ja variante neo-gramsciana d pasado, hasta la crisis de los afios setenta, en el despliegue del modelo produc- anietiinie kistivios tramenact internacionales —en ocasiones denomi tivo fordista™. El extraordinario aumento de la productividad de este ultimo snacional»— se ha articulado en los afios ochenta permitié acomodar los intereses del trabajo y el capital a través de la produc- y noventa alr¢ ‘ . 4 oven elesdedgt el teabalo del props Cay de Sieefied Gi, salt aera consumo de masas, To que suponia incrementa Ia participacin delos ‘ex] wh Ins aypatinetiies da lx «Pacoala dle Achaea: la primera década del siglo trabajadores en la distribucion de la renta, por la via de 10s salarios y el Estado ‘ipivuaaiel de ont tied yd Daca pat Amaterdam, centrada on lt Vi dal bisnestar, y politicasestatales de gestiOn de la demanda de corte keynesiano, ‘Universidad de Sussex, con & para la Economia Politica Global de la Como ha destacado Mark Rupert, ese «corporativismo tripartito» se veia respal- Sees autores en su mayor europeos, como Kees van aa ‘Adam Morton y William Sohian an Spee ae Mark Rupert, Andreas Bieler, 3 Como la que plantea GILL, S. y LAW, D., The Global Political Economy, The Johns eee una amplia agenda de investigacion re otros. Estos autores han conformado University Press, Baltimore, 1988; OVERBEEE, H. (ed), Restructuring Hegemony in the Global Poli- annixtalrecatathialad igaciOn centrada en explicar el cambio en el orden Wa Renvonrs, The Rise of Transnational Neo-liberalism inthe 1980s, Rove lee, . io una amplia sociologia histérica de la globalizacién que RO aneon W.1.,A Theory of Global Capitalism. Production, Class, ans segtin Henk Overbeek ‘ World, Johns Hopkins University Press, Baltimore, 2004. se ha articulado en torno a varias grandes cuestiones™: oan bee Pil, K., The “Making ofthe Atlantic Ruling Class, Verso, Londres, aera x, J nova en primer lugar, la construccién de una te: one | oria de la economia politi autor, vivansnational dass formation and State forms», en GILLS. ¥ no «i it olitica ‘ransnational class formation 3s s “ ~¥ no «internacional, para evita el estatocentrismo varents In cooeccaeamn 3d Trnaformanion be Iteration ee Univers eI as a 3.9 Transnational Classes and International Relations, Routed . ROBSON, 2008, op. cit, pp. 1-16, y ROBINSON, W., «Global Capi ism Theory and the Emergence RON PE sical Sociology, vO. 3b, 1.3, 201, PP. 349-363- S''VAN DER PDL, 1998, op. cit., pp. 65-97 B 5 Cox, R., 1983, op. cit., p. 171, AUGELLL, E. y MURPHY, ., America’s Quest for Supremacy and the Third World: A Gramscian Analysis, Pinter, Londres, Tose. y Rureer, M., Producing Hege ‘mony: The Politics of Mass Production and American Global Powers ‘Cambridge University Press ‘Cambridge, 1995. : _ Rosinson, W., «Gramsci and Globalsat ANSON, Wes and Globalisation: From Nation-State to T mony», Critical Review of International Soc aeopiyiwal Bush ee Ps a ial and Political Philosophy, Vol. 8, 1.4, p. 6 © Ovenseek, H «Transnational Historical Materialism in Gl ti temporary Theories», on PALAN, R., Global Polit eee tory Com Londres, 2000, pp. 168-183, mo li alee a a eee Ct: < C;‘;7C7}7»F 174 ‘TEORIAS DELAS RELACIONES INTERNACIONALES dado, en el plano internacional, por un multilateralis eldenominado «compromiso de Bretton Wooden, Tras laces del capi de laissez faire de los afios treinta, seria necesario establecer normas ¢ instituy nes que garantizaran la estabilidad del capitalismo a escala internacional, que también otorgaran cierto margen de autonomia para las politicas ceo cas keynesianas y el desarrollo del Estado del bienestar en cada pais. Este ord hegemnico permitia, a su vez, integrar a los trabajadotes dentro del capital haciendo éste aractivo frente al allemnativa del «socaismo real i “on la crisis de los afios setenta se iniciaria una etapa izaci¢ neoliberal o, en palabras de Mark Neufeld, el pase de apwordee Tibet «shiperliberaly, caracterizado por un profundo proceso de restructuracion po fordista de la produccién y de transnacionalizacién de las finanzas, para anélisis los neo-gramscianos se remiten a menudo a los aportes de la denoy nada «Escuela de la Regulacién» y a autores como Michael Aglietta, Al Lipietz 0 Bob Jessop”. El despliegue del modelo post-fordista de acumlaei abarca cambios tecnolégicos y de la organizacién econémica y un nuevo de aumento de la productividad mediante amplios procesos de redespli del capital a través de la segmentaci6n, externalizacin y deslocalizacion de manufactura y los servicios. Todo ello comporta una vasta reorganizacion integracién a escala global de las finanzas, la produccién y el comercio y pro: Bie eeismnasones en las relaciones sociales. 7g in embargo, los cambios en las fuerzas materiales no explicari i el proceso de globalizacion y a aparicion de lo que en los ocerta fe dane n6 «el nuevo orden mundial», Este es impulsado también por una ideok econdmica neoliberal que aboga por la desregulacién y la liberalizacion enfrenta a las politicas keynesianas y los pactos sociales del periodo anterior Se establece ademas un marco institucional y normativo favorable a este proce de liberalizacién y transnacionalizacién. Este lo integran, por un lado, las replas del GATT/OMC y de los acuerdos regionales de comercio, y por otro lado, las politicas del «Consenso de Washington» —a menudo impuestas a través la condicionalidad de las instituciones de Bretton Woods—, que se convierten en la ® Cox, R,, 1987, op. cit. pp. 219-230. 2 Newret, M, 200, op ct. 99 © Entre ottos, AGUETTA, M., Regulacion y crisis del capitaliono: la experien Unidos: Silo XX, Masi, 1079; Laner, A Mages and Miracs. The Cos of lobe Fords 180, Londres, 1985; Jessor, B., «Regulation Theory, Post-Fordism, and the State ee , Post-Fordism, and the State: areply to Werner Bonsfelds, Cpital & Clas, vol. 12. 2° I, 198 pp 7-108: Bove, Re Te xesution School: Critical Inrodution, Columbia University Press, Nueva York, 1990 LIMET, » Towards a New Economic Order: Postfordism, Ecology and Democracy, Oxford University Press, Orford 1992; Anan A (e.), Pst-Fordom: A Reader, Oxford, Blackwell, 199, Jeon, by THe (Sian derek, Governed Pest frdum, Economy an Society, lake Pbtshing esi ovms Ry Saiano,Y (6), Repuaion Ther the Sate ofthe drt, Roulee, Low ; Jessor, B., The Future of the Capitalist State. Polity Press, Cambridge ic sea i ro oan Ge BY Sine N. Beyond th Reaation Approach Putting Capa Ezonomies in thet Pie, Epa * Ruport, M., Ideologies of Globalization ea rgies of i Contending Visions of a New World Order, Rout- " CAPITULO V: LOS DESAFIOS DE LA TEORIA CRITICA... 175 triz de politica econémica «ortodoxay, tanto en el mbito maeroeconémico ao en otras Areas de politica publica. A la postre, el proceso de transnacio- ‘on productiva supone un profundo reequilibrio de las relaciones entre ital, trabajo y Estado y el paso del «corporatismo tripartito» a un modelo aPordinado a las exigencias de flexibilidad y competitividad de las corpora- nes globales. En este modelo se reducen las capacidades del Estado para la facion y la proteccién de la poblacién y se achica su «espacio de politica, “ravor del poder de los mercados o de la toma de decisiones en el ambito trans- macional; y sittia a los trabajadores en un escenario en el que coexiste una mayor fntegracién productiva global, con mecanismos nacionales de segmentacién poral, lo que debilita su capacidad negociadora frente al Estado y la empresa nsnacional, Cox, en particular, plantea la tesis de la «internacionalizaci6n del stado» para explicar la aparicién de nuevas formas de Estado adaptadas al ‘oceso de globalizacién y las exigencias de la produccién transnacional, tanto “en su actuaci6n internacional, como en relaci6n a las politicas y las relaciones sociales nacionales. Lo que Cox denomina el «Estado neoliberal» deviene agente ya la vez objeto de ese proceso de globalizacién, como instrumento para rees- tructurar y adaptar las sociedades, las instituciones y las economias nacionales alas exigencias de la economia capitalista global, transformando los conceptos ‘westfalianos de soberania, comunidad politica o Estado®. Stephan Gill, un autor influido por Cox peto que tiene una lectura propia de as categorias gramscianas, arroja luz adicional en la comprensién de este pro- ‘¢eso. Frente a las hipotesis «declinistas» sobre la hegemonja de Estados Unidos, Gill afirma que ésta se ve transformada por la globalizacién, un proceso que supone el surgimiento de un «bloque historico» transnacional en cuya domi- nacién adquiere especial importancia la dimensidn ideoldgica y cultural y los procesos de formacién de consensos. A partir de la metéfora gramsciana, Gill identifica nuevos « mente formaciones de cl: lase asociadas cc it ; Reaiisdeacn ‘as con el capital transnacional (quizas inclu 3.3. CRISIS, RESISTENCIAS Y ALTERNATIVAS A LA GLOBALIZACION NEOLIBERAL La reflexién sociolégica y a la vez normativa de los autores neo-gramscianos en los afios noventa y al iniciarse el siglo x1 también se ha centrado en la exploracién de las fracturas y contradicciones de la globalizacién neoliberal, la posibilidad de que éstos indiquen una «crisis organica» del sistema capitalista, y la emergencia de fuerzas contra-hegeménicas y emancipatorias que pudieran dar forma a un nuevo orden mundial. En los primeros trabajos de Robert Cox + ya se apunta la posibilidad de que el orden neoliberal pudiera ser desafiado por coaliciones populistas y neo-corporativistas que involucraran a fracciones de base nacional del capital, a los trabajadores y al Estado, en particular en el mundo en desarrollo, y que ello pudiera dar lugar a una coalicién de Estados del Sur con capacidad de desarrollarse de manera auténoma®. En trabajos pos- teriores este autor destacé las contradicciones crecientes entre la retérica demo- cratizadora de los afios noventa y el vaciamiento de la soberania que comporta el proceso de internacionalizacién del Estado; entre las exigencias sociales de proteccién y las politicas de apertura; y entre la ret6rica inclusiva del mercado, comerciales y de integracid i comer acion regional de signo neoliberal, kit w: Comercio de América del Norte (NAFTA) o la RcoRICaIon ‘ooo adloptades rea as de soft law y directrices de potcas piblcas com Toll Foon cag 200 lt Organizacion para a Cooperacton vyel Besse ), 0 la condicionali as insti 2 Woods. Estas normas, sean adoptadas porlos Eocene Bretton , conforman una forma de i ste. Se tratari es normativo del aeoliberalisenn trataria, en suma, del armazén it © Git, 2008, op. cit, p. 138; GILL, S., «Constitutionalising Capital: EMU and Disciplinary Europea, Gill reconoce me ° ba fates Tegional o global. En el ca: Neoliberalism», en BIELER, A. y MORTON, A. D. (eds.), Social Forces in ie Making ofthe ‘New tambi sa gobernanza més alla Europe: The Reestructuring of European Social Relations in the Global Political Economy, Palgrave, {ambien contemplar normas de proteceion social antes ie Lends 0% on si Nousien P. OvensesK, Hy TSOLAKIS, A. (eds), Globalisation and polit antes ra European Integration: Critical Approaches to Regional Order and International Relations, Routledge, ica nacional, pero su alcance ha si & Guts, S., 2008, op. cit, p. 137, * Gir, S. «the Gio Dem sungiGttt Ss «The Giobti Panopticon? The Neotiberal rsilance, Alternatives, ol. 20m. 1, 1998, pp. 3Ickdd mom he and Democratic Londres, 2012; y GULL, S. y CUTLER, A. (eds), New Constinuionalism and World Order, Cambridge University Press, Cambridge, 2014. © GiLL, 2008, op. cit pp. 124, 149. © Bakken, L'y GULL, S. eds.), Power, Production and Social Reproduction: Human Inisecurity in the Global Political Economy, Macmillan-Palgrave, Londres, 2003. & Cox, R., 1981, p. 151 —— 178 ‘TEORIAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES y el aumento de la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, la mejor comp sién de los mecanismos hegeménicos ha llevado a los autores neo-gramsci una vision generalmente pesimista y circunspecta respecto a las posibilidad de cambio, incluso ante la crisis econémica iniciada en 2008, Ia mas grave cl seno del capitalismo desde la «Gran Depresién» de los aiios treinta®, Ty la crisis del fordismo, el redespliegue y recomposicién del capitalismo a ¢s transnacional en los afios ochenta y los noventa, junto con las derrotas de fuerzas de izquierda, el desmantelamiento del bloque del Este, y la afirmaei del discurso del «fin de la historia», supondrian la afirmacién de un «Nue Orden Mundial» de signo neoliberal y la reafirmacién o transformacién de hegemonia del capital transnacional, impulsado a través de Estados Unidos tuna coalicién de Estados centrales. Es un contexto de resistencia y luchas pa culares —desde los zapatistas en México, resistiendo el proyecto del Acuerdo Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), a las revueltas populares coy tra los programas de ajuste del Fondo Monetario Internacional (FMI)_, no impide que ese proyecto neoliberal se afiance. La expansidn de las fuerzae capitalismo desregulado y el proceso creciente de de la sociedad y la naturaleza generarian una p social —que supone dindmicas crecientes de exclusién y de riesgo e ins dad— y crecientes contradicciones dentro del sistema econémico y financi las que a la postre conducen a la crisis econémica global. Stephan Gill, en pa cular, disecciona los procesos que conducen a esa «crisis organica de la glob lizacién neoliberal”: una concentracién sin precedentes del poder econdmico y Politico en una plutocracia transnacional; una mayor subordinacién del Estado a las necesidades del capital, y una reconfiguracién de sus formas a favor de mercantilizacién y transnacionalizacién de la vida social, debilitando su pay el en Ia reproduccién social, atomizando la sociedad y generando mayor riesgo € inseguridad al amparo de una ideologia individualista; una intensificacion dé la explotaci6n laboral y de la naturaleza —a la manera del «molino atanicoy de Karl Polanyi—; una reafirmacién militarizada del poder hegemonico a tra vés de la «Guerra Global contra el Terror»; y como consecuencia, crecientes ponttadicciones entre la legalidad y la legitimidad en la gobernanza global y fa hegemonia occidental. i En este proceso, sin embargo, es posible ver un nuevo «doble movimiento», gnelsentido que da Karl Polanyi a esta expresidn. De esas contradicciones y dé ta «crisis orgdnica» del neoliberalismo surgirian fuerzas contra-hegemdnicas que tratarian de resistirse y revertir ese proceso y afirmar demandas relacionadas con la reproduccién social, la conservacién del medio ambiente, y la libertad y la jus lucia” Estas incluirfan, por un lado, a nuevos movimientos politicos y sociales 2” Buren, M., «Reading Gramsc in an age of globalizing capitalism», en Bieter, A. y MOR: Rencin, 64s.) dmages of Gramsci: Connections and Contentions in Political Theory and Intervational Relations’, Routledge, Londres, 2006, pp. 89-104, ® Git, S,, 2007, op. eit, p. 255; ™ Gtx, 8.2007, op. cit. p. 241. CAPITULO V: LOS DESAFIOS DE LA TEORIACRITICA... 179 tun «principe post-moderno», en la expresién de Gill”—con propuestas que lan entre la des-globalizacién y la reafirmacion de la soberania nacional, y jas demandas de una regulacién global alternativa o un. nuevo multilateralismo. Movimientos que actian en el ambito local Y que en ocasiones se articulan glo- fpalmente a través del movimiento anti-globalizacién y de su expresion organic el Foro Social Mundial”. Por otro lado, en esas fuerzas se incluiria también a Estados y grupos regionales que desplegarian estrategias defensivas y atono: mistas frente a las dindmicas de la globalizacién, como estaria Sone ‘América Latina desde principios del siglo xx1, con experiencias «post eras ‘0 «post-hegeménicas» como las de Brasil 0 Venezuela”; o bien que bette as instituciones y las reglas del sistema internacional, como ocurre oat fa fa India. No esté claro, sin embargo, si estos paises y sus elites actitan dentro de una I6gica contra-hegemonica, o estarian siendo cooptados por la globalizacion neoliberal, a través de una «revolucién pasivay protagonizada por sus ay dirigentes y sus estrategias de capitalismo de Estado”. Empero, de ese «doble movimiento» también formarian parte fuerzas abiertamente reaccionarias, con- - trarios a la globalizacién, como los movimientos de extrema derecha populista xendfoba europeos y estadounidenses, 0 los fundamentalismos religiosos en Bras latitudes qua ne oponen al proyecto aodémnizads de SAC é slobalizacién neoliberal’. . B para Overbeck Y Auppeidora”, ta crisis toon sll aa a fis a expreson de una crisis orginica de neolberalismo, y no en el esl falismo, en tanto crisis deacumulacion y de reproduocién social, que mostrara Suinvabildad”, Pero no parece que ste se encuentre en una fase terminal. E tasivo rescate financiero que se ha llevado a cabo en el seno del G20 revlara Ua resiencia del neoliberaismo y sus resorte de poder. Elaparents ertomno de Estado» en los paises de la OCDE, y los procesos de insercidn en la econo1 ® Git, S., «The post-modern prince», Millennium: Journal of International Relations, yol, 29, 7 ants de tos movies en preva neo grams, ete ts en sen Movements. The Plies of lobe! Reson, Reledge, 208, Vee tbe TEVA, Tr Movement»: The Politics of esistance, Be, ge un TER «Global democratization without hierarchy or leadership? The World Social an Eines cnc (€é.), Global crises and the crises of global leadership, Cambridge University ss, Cambridge, 2012, pp. 191-198. : ee EL al aa conan asad Bakimore, 2008 Véase también Riootnoz2P. y Tussi, D, (eds) (202), The rise of post hegemonic regionalism. The case of Latin America, Springer, Dordrecht; y SANAHUIA, 5A. ca ye rn Resionalom in South America, The Case of UNASUR, European University asus, ntre Studies (RSCAS) working paper, Florencia, 5. i set ein eae eh ec conomy, Pluto Press, Londres, 2007. a fe Sourn pres ‘eoliberalism: left versus right projects of leadership inthe global crisis», en Gut, S., 2012, op. eit, pp. 199-211. ee } ” OveRBEEK, H. y VAN ApPeLDoRN, B. (eds.), Neoliberalism in Crisis, Palgrave Macmillan, Londres, 2012. s . ™ ROBINSON, W-1L, Global Capitalism and the Crisis of Humanity, Cambridge University Press, Cambridge, 2014. TEORIAS DELAS RELACIONES INTERNACIONALES global del «capitalismo de Estado» vis tal al proceso, contradictorio y complej is”. An habria , més visi ¥ por los movimientos de resistencia sovial shes llevado a cabo al tiempo que se rescataba a le te tes ecoldgicos del modelo, una nueva configuracién tes, que modi aa mundial para los aiios venideros™, Y poles sus modes 3.4. ESTADO-NACION, COMUNID: HABERMAS Y LINKLATER AD POLITICA Y UNIVERSALISMO ‘COSMOPOI Fi Pensamiento de Jtirgen Habermas es el que vincula de manera mas dj y la Teoria Critica de las relaci Linkiater. Esta dltima, como se in, la comunidad politica y el Estado ético con un universalismo cosmo; Puede afirmarse que Jiirgen Hi dic, se ha centrado en el estudio ctitico d Y se caracteriza por un visible compromis polita que reconozca y valore la diversidad,. fabermas es uno de los pensadores més in craciz il in ia deliberativa. En su formulacién, Habermas ha incorporado ay ys Kani sistemas, la hermenéutica, la lingifstica y In ® VAN APPELDORN, B. DE Gra, A i, B., AF, N. ‘loa Sate Capa Nex, Glasto vol ne asp ree ReMANO he " OVERBEEK y APPELDORN, 2 , 2012, op. ci | snp alerting ei tai ampliamente el campo de las relacion 'portaciones, vans, ent tron Witt Ste yiersity Press, Cambridge, 1995; Egan, A, ea rk, 2006; SCHELERMAN, W., Frankfurt School a gt et Si iy, Cambridge University Press, Cambridge, 2a) 3 Perspectives on Globalizat lization, Dep M., Habermas: An Intellectual Biogr CAPITULO V:LOS DESAFIOS DE LA TEORIA CRITICA... 181 popolita son las aportaciones de Habermas que més influencia han ejer- ‘en Ia teoria de las relaciones internacionales y en particular en la Teoria a, en mayor medida que sus relativamente escasos escritos sobre cues- es internacionales, en muchos casos ligados a asuntos concretos como Guerra del Golfo, el conflicto en Kosovo 0, en un sentido mas amplio, construccién europea como posible fundamento de un futuro orden legal jopolita o post-nacional™. bermas pretende recuperar la racionalidad emancipatoria de la Escuela Frincfort, por considerar que habia sido abandonada por los tedricos de jmera generacion, y al tiempo liberar al Marxismo de su determinismo sonomico, asumiendo la visién universalista de Kant de una comunidad poli- ca fundamentada en una ética del discurso™. Esta asume que la deliberacién dadana de los asuntos publicos y las cuestiones morales pueden ser resueltas través de un didlogo o comunicacién en condiciones ideales, sin exclusiones privilegios de partida basados en criterios politicos o en diferencias de poder y riqueza, recuperando la nocién de la politica como actividad ética que fe desarrolla en el seno de comunidades inclusivas. Este es un punto de partida ela Teoria de la Accién Comunicativa, uno de los aportes mas relevantes a la teorizacién sobre la institucionalizacion de la sociedad internacional y la ética ‘cosmopolita'®. Ademas de la Teoria Critica, esa influencia es también visible en social-constructivismo o en las visiones liberales del cosmopolitismo™. La Teoria de la Accién Comunicativa afirma la capacidad de los individuos a alcanzar consensos a través de una interacci6n significativa basada en la deliberacidn, la argumentacidn y el debate racional; proporciona las bases de Ia ética del discurso, y a través de ello de un universalismo capaz de reconocer e incorporar las diferencias a través de una racionalidad comunicativa, y de un procedimiento y estandar basado en la inclusi6n y la argumentacién razonada para la justificacin publica y la legitimacién de los acuerdos y normas que constituyen y regulan la comunidad politica. La vision cosmopolita de Habermas es a la vez parte de la recuperacién del proyecto kantiano de modernidad y fundamento de su critica al Estado-naci6n, Parte de la distinciOn de dos esferas: por un lado, el mundo de la vida (Leben- swelt) y su racionalidad comunicativa, de indole intersubjetiva, orientada a la integracién social; y por otro lado, las estructuras formales del Estado, el poder © Diez, T. y STEANS, J., «A useful dialogue? Habermas and international relations», Review of International Studies, vol. 35, n° 1, 2008, pp. 127-140. © En particular HABERMAS, J., Mas alld del Estado Nacional, Fondo de Cultura Econémica, Madrid, 1999; La constelaciin posnacional, Paidés, Barcelona, 2000; El Occidente escindido, Trotta, Madrid, 2009; 4), Europal, Trotta, Madrid, 2009; La Consttwcin de Europa, Trotta, Madrid, 2012, ™ Sobre la vision habermasiana de la comunicacién como fuerza determinante de la evolucion social, respecto al tradicional énfasis de Marx en la produccién, véase ANIEVAS, A., On Habermas, Marx and the critical theory tradition», en Moore, C. y FARRANDS, C. (eds), International Relations Theory and Philosophy: Interpretive Dialogues, Routledge, Londres, 2010, pp. 80-144. 8" HapeMas, J., The Theory of Communicative Action, Beacon Press, Boston, vol. 1, 1984. Vol. 2, 1987. Edicion espatiola: Teorla de la Accién Comunicativa, Trotta, Madrid, 2010. if 1 Véase, por ejemplo, el clasico articulo de Risse, T., «Let's Arguel: Communicative Action in World Politics», International Organization, vol. 54, n.° 1, 2000, pp. 1-39. 182 ‘TEORIAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES y.el capital (el sistema) y su racionalidad estratégica basada en imperativos Cionales, cuya legitimidad depende de la anterior. Esos imperativos sistén sin embargo, han terminado «colonizando» el mundo de la vida, sea en f de las logicas econdmicas del capital —individualismo posesivo, constmi utilitarismo, competitividad, destruccién del medio ambiente... © de las, gencias burocraticas del poder —que inhibe o controla los procesos comune tivos de gestacion de consensos, desconecta las decisiones politicas y las in tuciones y normas de los espacios de deliberacién en los que se fundamenta legitimacién—, empujando a las sociedades contempordneas a la crisis", By Habermas la globalizacién ha ampliado las posibilidades de «dafios transs cionales» que los Estados se muestran incapaces de enfrentar, aseguraran las necesidades basicas de su ciudadanfa en cuanto a justicia s y seguridad fisica. De ahi la necesidad practica y la posibilidad inmanente: creacién de una comunidad politica post-nacional. Por ello, en la medida q integracién econémica transnacional avanza y se afirma una sociedad cival bal, la democracia deliberativa debiera extenderse més alla del Estado-na pero como el propio Habermas reconoce, ello se enfrenta a un multilateralism poco desarrollado, jerarquizado, y cuyos débiles y distorsionados procesos del berativos y decisorios no pueden proporcionar ni los acuerdos necesarios, legitimidad suficiente, ni la lealtad o el compromiso ciudadano requerido, que Habermas pretenderia es reconciliar los logros del moderno Estado con titucional con la critica marxista de las dinamicas socialmente destructivas) anti-democraticas de la globalizacién capitalista. Quizs por ello, no sin critica Ycierta ambivalencia, Habermas ha contemplado la Union Europea como ca Practico de gestacién y constitucionalizacién de normas de alcance trans nal, de soberania compartida, y de conformacién de un demos post-nacional qui podria indicar en qué direccién habria de avanzar una gobernanza democrati¢a Cosmopolita a escala global frente a las dindmicas de la globalizacién, Sei Deiniol Lloyd-Jones®, para Habermas esa gobernanza democratica cosmopolit Tequiere de instituciones y procesos y otros elementos sistémicos —un cosin Politismo «técnico»— para hacer posible el «cosmopolitismo normativos q se requiere para proteger todo aquello que conforma el mundo de la vida, y as gurar los espacios en los que el proceso deliberativo transnacional ha de lleva 8 cabo: los sistemas no son inherentemente opresivos —como sugiere parte d {a Teoria Critica—y pueden ser necesarios para los propésitos emancipatorio que ésta persigue. ¢s el mas notable ejemplo de una apro: cién a la Teoria Critica de las relaciones internacionales basada en la ética del discurso, a partir del cosmopolitismo kantiano de Habermas. Linklater se suma a la defensa del proyecto inacabado de la modernidad de Habermas, desde la Wy HELER, M., Jirgen Habermas y el proyecto modemo. Cuestiones de la perspectiva smiversalista, Biblos, Buenos Aires, 2007, pp. 93-105 ' LtoyD-Jones, D., «Technical Cosmopolitanism: Systems, Critical Theory and International Relations», POLIS Working Paper, n.°6, Universidad de Leeds, Leeds, 2004 i CAPITULO V:L0S DESAFIOS DEA TEORIA CRITICA... 183 on por los fundamentos de una «comunidad de habla universal (2 rsal eibich community) tolerante eon la diferencia y que amplie la diversidad nana®, Su reflexién se articula en tres grandes ejes: el filos6fico-normativo, guizas el mas relevante en su obra, en el que plantea un radical cuestionamiento Estado y la comunidad politica como ontologias de la modernidad, tratan- jo de recuperar el proyecto universalista de la ilustracién. En segundo lugar, je histérico-sociolégico, analizando el origen y evolucién del Estado y el ema interestatal, y las teorias politicas que lo fundamentan y legitiman. En tercer lugar, el eje praxeoldgico, tratando de identificar posibilidades practicas dereconstruccién de la comunidad politica y las eter internacionales con iva emancipadora, en un marco cosmopolita”. 5 * idee ante de vista filos6fico-normativo, el punto de partida de ae s la distincion clasica entre la universalidad ética ligada a la humanidad, basa , en la intuicién moral de que tenemos obligaciones con cada ser ini la ética particularista de la comunidad politica, la ciudadania y la identidad defini- por el Estado soberano, que nos separa del «otro», erosionan el componente “niversalista de la libertad y la justicia al someterlo a un poder soberano y kcomunidad ligada» (bounded community) que es resultado de un Bio: is térico, y por ello inherentemente contingente y arbitraria, que confina | ee tniversalista al ambito meramente discursivo. El principal objetivo de a later Sera recuperar y reafirmar la vertiente universalista de la teoria poles ae del proyecto emancipador de la modernidad, cuestionando la va nae do-nacién y el sistema interestatal como «ontologia idealizada y dae a aa el punto de vista normativo, como la forma deseable de organizaci6n politica de cara al reconocimiento de derechos universales. Se pretenderia, en oe ima transformacién radical del mundo politico hacia esa condicién en la que ae __seres humanos pudieran vivir de conformidad con los imperativos de su condi- _ cién racional, En términos del propio Linklater: «La Teoria Critica Se su _ fe en el proyecto de la ilustracién y defiende el universalismo en su ideal ae didlogo abierto no sélo entre los cone aaa, sino mas radicalmente, entre todos los miembros de la raza humana»*'. 7 bor ‘allo, desde la publicacién en 1982 de su primera obra, Men an Oe in the Theory of International Relations, Linklater parte de la distincién at ogica entre el ser humano y sus derechos universales, y el ciudadano y sus ; chos particulares, examinando el papel constitutivo que el Estado tiene en esto: © LingtaTer, A., «The Changing Contours of Critical International Relations Theory’», en. Wyw Jones, R., op. cit., 2001, pp. 23-45. Gun My Rone, 8. y Soman M.S, ¢Aniew Lint Fy Key Ther indnwrnational Relations, 2+ ed, Routledge, Loney, 209, pp 201-20. 5 LINKLATER, A., «The achievements of critical res ie Se K. eee M. cs) Ineraional Thery ono and ajo abe Univers Pres, Cumbre, 1996, p. 296. Véase también LINKLATER, A., Ser cert tails ities and the civili- Sing proces Renew of Internationa Sadin, val 3, n° 1,200, pp. 1-154 S Livan, Ay Men and Citizen the Theory of inertia Palgrave, Lode 2 ‘¢d., 1990a, Véase también la reelaboracién de esta cuestién en los capitulos 1 y cen ork Critical Theory and World Politics. Citizenship, sovereignty and humanity, Routledge: ‘ — 184 ‘TEORIAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES ltimos. Con ello, introduce en la Teorfa Critica de Jas relaciones internacioy les un radical cuestionamiento ontolégico hacia el Estado-nacion territorialy soberania y la comunidad politica, preguntandose por el significado mo: las fronteras, por las légicas de inclusién y exclusién, de opresién y violenciay por las trabas a la libertad y la justicia que imponen esas instituciones. parte de la distincién habermasiana entre el Lebenswelt o «mundo de la vi el sistema, entendiendo este iltimo como una amenaza para el primero. To también elementos de Marx, al concebir el Estado como expresion de in particulares ¢ instrumento de opresién y alienacién que presentan como «inte general» lo que son intereses particulares de clase. Su preocupacién es la ide tificacién las barreras sistémicas a la comunicacién y al reconocimiento de identidad universalista, y entiende el proyecto histérico de la modernidad eo superacién de esas barreras. El cuestionamiento al Estado y las légicas de exclusién, violencia y opres que comporta se aborda también desde el punto de vista historico-sociolégic Por un lado, Linklater critica las teorfas contractualistas (Pufendort, Vat Gentili); por otro, pone de relieve las limitaciones del realismo y del marxis clisico. El primero, por legitimar los imperativos de la seguridad y la ne frente a la libertad y la justicia; el segundo, por su determinismo econéi sus insuficiencias para explicar la dinamica interestal. Por ello, en alguna de obras més relevantes propondré ir mAs alla de ambas teorizaciones, partiendo autores que, desde la sociologia histérica, han analizado el proceso histérico de formacién del Estado en el contexto de las fuerzas sociales y econdmi transnacionales del capitalismo, como Anthony Giddens, Michael Man Immanuel Wallerstein, o Charles Tilly. La combinacién de esos supuestos filo s6fico-normativos y sociologicos seria la precondicién para reconstruir la teori de las relaciones internacionales como Teoria Critica’. A partir de esa critica, Linklater tratard de vislumbrar formas alternativas de comunidad politica que posibiliten la emancipacién humana, fundamentadas e un universalismo ético basado en valores surgidos de un didlogo sin barrera Para ello, la comunidad politica habrfa de experimentar tres transformacior el paulatino reconocimiento de la necesidad de universalizar determinados prin: cipios politicos y morales; la reduccién de la desigualdad material; y el reconocie miento de la diversidad™. Al referirse a la problematica relacién entre el ined el poder y la modernidad, afirma que «el capital moral que se ha acumulado la lucha por extender y defender los derechos de los ciudadanos es un recurs que puede ser utilizado para imaginar nuevas concepciones de la comunidad ¥ la ciudadania que estén liberadas de las limitaciones de la soberania nacionab™, ® LINKLATER, A., Beyond Realism and Marxism: Critical Theory and International Relat Macmillan, Londres, 1990b. ‘ “_ % Ling.ater, A., The Transformation of Political Community. Ethical Foundations of the Posts Westphalian Era, Polity Press, Cambridge, 1998. Véase también LINKLATER, A., «Globalization. and the transformation of the political community», en BAYLIS, J., SMITH, 8. y Owens, P., The Globalization of World Politics. An Introduction to International Relations, Oxford University Pres, Oxford, 5.‘ed., 2011, pp. 528-543. 2 co ® Linktater, A., 1998, op. cits p. 176. = er CAPITULO V: LOS DESAFIOS DE LA TEORIA CRITICA.. 185 izacibn impone, y a la ver facilita, una accién comunicativa ee pease soces “tica del discurso: con ella emergen interde- moncias mas intensas J. problemas globales que afectan u obstaculizan Ins Pepiraciones de libertad, igualdad, justciay derecho a la diferencia, Estas, a} Byordar el Estado-nacién, no pueden ser abordadas en la comunidad politica Gafnida por éste y exigen marcos de deiberacion y acuerdo mis amplios, Por erro lado, la revoluciOn tecnol6gica, y la creciente interacsion social estarian Jando an espacio piblico global, y actores sociales cuya actuacién desborda orien las fronteras nacionales. Esas transformaciones abririan la posibilida Ge cestionar y desmantelar el vinculo axiol6gico que se a establecido entre fl Estado-naci6n territorial, la soberania, la ciudadania y el nacionalismo, ¥ Gvanzar hacia «formas superpuestas de sociedad internacional» post nacional ‘ost-westfaliana de matriz cosmopolita, basada enel reconocimient a q tn diferentes niveles, de los derechos de los otros, que comprendiera: a) la soce~ ‘dad pluralista de Estados basada en principios de coexistencia que preserve a fgusldad y la libertad de comunidades politicasindependients;b) una sociedad Goldaria de Estados que hayan acordado unos principios morales substantivos somunes: ¥ c) un marco post-westfaliano donde los Estados cedan ps fo! zo soberania a favor de normas morales y politicas comunes' debates i ‘0s argumentos puede verse, pot ejemplo, en los Bera esos vobrela ul ia o el Principio de Responsabi- raneos sobre la asistencia humanitari: i and de Proteger este ultimo de evidente raiz cosmopolia-kantiana— © G regulacin de a inmigracidn, una cuestion en la que el principio de soberania. se presenta como una fundamentacion racional débil, ycuestionable, para justify tar a exclusin de los inmigrantes 0 de otros extranjeros,o para establecer un tratamiento diferenciado entre unos y otros en cuanto & Jos derechos esonoct rtir de estos ar; entos, no obstante, a ri Seamlar Ios terminos del debate cuestionando, ademas de inepierieia 8 clase, otros factores de exclusidn como la raza, las ereencias o el género “un temitica en la que destacan los trabajos, en el marco de la Teoria Critica te raiz habermasiana, de Kimberly Hutchings—, en los que el Estado es parte del problema y no de la solucién para ls superacion de Iogicas de exclusion y p izacion de determinados derechos”’. 7 7 oTandiater argumenta que la emancipacién en el ambito de las Relaciones Internacionales debe entenderse en términos de la expansiOn de las fronteras morales de las comunidades politicas; esto es, el proceso por el que las fronte. ras del Estado-nacién dejarian de tener significado ético y moral, y el mo é én A, «Transforming Political *LinkiaTeR, 1998, op cit p- 166. Véase también Linkaven, A. oTsenaoeming eh! “ommunity: A response to the critics», Review of International a Us oe eran Intemational Poll Theory: Reshinking Ets ia Global Era, Sage Publica tions, Londres, 1989, pp. 122, 135, Véase también Hurcxns, K., «Feminist Plies ond Cramer tan Citizenship», en HTCuINGs, K. y DaNNREUTHER, R. (eds), Cosmopoli 9» Mac Londres, 1999, p. 120-142, y de esta misma autora, «Speaking and hearing: Habsonaian seo ethics, feminist and international relations, en Review of International Studies, wok 9%, a5). 2. pp. 155-165, y «Feminist perspectives on a planctary ethic», en SULLIVAN, Wy KOMUEKA: ‘The globalization of ethics, Cambridge University Press, Cambridge, 2007, PP- to legal de ciudadanfa. Esta situacién ideal, d i i cal, comportaria una radical transformacion peeacreyrweunesany a indicd, el sentido de la Teoria Critica no seria definir esa situacion ideal oe identiicar y apoyar las fuerzas, actores, endencias de cambio que apen en esa direccidn, Aunque la dimensién praxcoldgica es la que menos eepac ccupado en su obra, Linklater —como Habermas — plantea, de manee a valente, que el Estado liberal y social-democritico, asi como el experimenta democracia cosmopolita y ciudadania transnacional que es la Union Easy pueden actuar como «buenos ciucadanos» internacionales. Su actuacién puedk promover una redefinicién de la ciudadania en senti 2 oo ‘ido cosmopolita, tanto en Kosovo. A diferencia de los autores neo-gramscianos, mas eritices sik esperanzas de transformacién a partir de su actuacion” i 4. CONCLUSIONES: LAS APORTACIONES DE i 3 LA TEORIA CRITICA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES ; r Igunas de las principales con: : Imiento contemporancas, la Teoria Critica de las elacions inente ee fituéndose en gran medida en los margenes de la disciplina de las Relaci Untefnacionales, y en confrontacion con sus enfoques dominantes. Muchos Si Sesatios siguen vigentes, a pesar de que su enfoque post-positivista y reflec Teaie et hoy parte de epistemologias ampliamente aceptadas”. Esta teorizacion vita al observador a ser reflexivo sobre su papel en el proceso de construcei6 Social del conocimiento y sus efectos, a cuestionar las : vidad de las teorias atin domi dogmatismo y el determin relaciones internacionales tentes, abriendo espacios cién de un orden social alternativo de cariicter post-hegemonico, Come teria Rormativa, persigue la construccién de nuevas formas de comunidad politica y_ de ciudadania post-westfaliana i x -westfaliana y post-nacional, de raiz cosmopolita, a una accién comunicativa significativa, con un significado politi radial oad =. LINKLATER, A., «Whats a good international citizen?», en KEAL, P. ©, St. Leonards, Allen & Unwin, 1992, pp. 21-43, Véase también la parte: " Véase el balance de LINKLATER, ‘A., 1996, op. elt —e”Umrt™~— (ec), Ethics and Foreign Poli Al de LivxtareR, 2007, op. cit CAPITULO V: LOS DESAFIOS DE LA TEORIA CRITICA... 187 aben con formas de exclusién injustificadas, cuestionando sus fundamentos morales y politicos como construcciones histéricas, contingentes y susceptibles cambio. Por otra parte, desde una renovada sociologia histérica —en particular, con .| método de las estructuras histéricas—, la Teoria Critica de las relaciones ternacionales también ha contribuido a la (re)construccién de ontologias que ‘an la supuesta «inmutabilidad» y «objetividad» de categorias, conceptos ‘realidades sociales como el Estado, la anarquia, la hegemonia o las preferen- jas de los actores sociales propias tanto del realismo y el institucionalismo, mo del marxismo. En este contexto ha favorecido, en particular, la impor- ynte renovacién que ha experimentado el marxismo en las ultimas décadas, -dandole un papel relevante en las Relaciones Internacionales y la Economia Politica Internacional, al mantener un activo debate con las aproximaciones estructuralistas (Louis Althusser y Etienne Balibar), los autores de Ja teoria del sistema mundial (Christopher Chase-Dunn) o de la geopolitica critica John Agnew o David Harvey), y el Marxismo Politico (Hannes Lacher o Benno Teschke). De hecho, buena parte de las criticas a la Teoria Critica y en particular a la yertiente neo-gramsciana proceden del campo del propio marxismo™!, Es un debate que ha estado més centrado en el andllisis exegético de las categorias de Marx y Gramsci —clase, hegemonia, transformismo o revolucién pasiva—, que en el sistema internacional como objeto del andlisis Empero, del mismo han surgido elementos criticos de interés, como la historicidad, y por lo tanto, Ja aplicabilidad a la realidad contemporanea y al plano internacional del pen- samiento de Gramsci fuera del contexto histérico que le dio origen'. Se han planteado asimismo criticas a la relacién no resuelta entre los factores de indole estructural, el proceso, y la agencia en lo concerniente a la esfera de lo subjetivo, ihtersubjetivo y socialmente construido, que evocan otros debates mas amplios entre estructura y agencia. Finalmente, esta perspectiva ha sobrevalorado la tesiliencia y longevidad del capitalismo, lo que ha a menudo le ha llevado a des- estimar avances sociales y politicos de los Estados democraticos —justamente aquellos que mas aprecia la aproximacién habermasiana— y a considerarlos, junto con las luchas de los grupos subalternos, como meras muestras de «trans- formismo». En otros casos ha tendido a sobrevalorarlas, como una forma de jacobinismo, entendiendo esas luchas exclusivamente en términos de las con- tradicciones del capitalismo y no como expresin de otras causas o dindmicas 5 Awtevas, A., «The renaissance of historical materialism in International Relations theory», en Antevas, A. (ed.), Marxism and World Politics. Contesting Global Capitalism, Routledge, Lon- res, 2010, pp. 1-10, '™ Véanse, en particular, las incluidas en el volumen editado por AYERS, A., 2008, op. cit. ™= En particular, GERMAIN, R. D. y KENNY, M., «Engaging Gramsci: international relations theory and the new Gramscians», Review of International Studies, vol. 24, n.° 1, 1998, pp. 3-21, y las respuestas de RUPERT, M., «(Re-) Engaging Gramsci: a responde to Germain and Kenny», Review of International Studies, vol. 24, n2 3, 1998, pp. 427-434, y MORTON, A. D., «Historicizing Gramsci: situating ideas in and beyond their contexb», Review of International Political Economy, vol. 10, n.°1, 2003, pp. 118-146, 2 Lactte, H., «On the (Cross)Purposes of Neo-Gramscian Theory», en AYERS, A., 0p. cit. 2008, pp. 45-65. 188 ‘TEORIAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES. mas complejas relacionadas con las dimensiones culturales, de identidad, od género. A la postre, ello conduce a interpretaciones enmarcadas en la vis - dominante occidental y eurocéntrica, sin la adecuada apreciacion de visione explican s6lo o principalmente por razones econémicas™. En cualquier caso, a través de la aproximacién neo-gramsciana y de la apor tacién de Linklater, en el marco del proyecto de reconstruccién del marxismo de Habermas, se adopta un enfoque «neo» o «post» marxista que asume quem el poder de clase es el mecanismo tinico ni fundamental de exclusién social, mil esfera de la produccién el factor determinante de la sociedad o la historia; qu existen formas de inclusion y exclusién social que surgen de procesos sociale de comunicacién y aprendizaje en los que es posible intervenir, superando lo determinantes de estructuras econémicas y politicas legadas por la historia que son muy diversas las fuerzas sociales que moldean el devenir hist6rico conforman la realidad social. A partir de ello, la Teoria Critica de las relacion internacionales abre vias para construir formas mas inclusivas y abiertas d comunidad politica y un universalismo post-hegeménico 0 post-Occidental cal gado de posibilidades de emancipacién. A pesar de su éxito histérico, el Est nacién territorial y el capitalismo global no habrian sido capaces de destrui sentimiento moral bisico de comunidad que nos vincula como seres humana y que se despierta cada vez que se vulneran derechos fundamentales de ot personas, sean o no parte de la comunidad politica particular. Promover ung conversacién global para hacer posible ese nuevo sentido de lo universal, gen rar conocimiento significativo para afirmar esos derechos, y respaldar la acci6 colectiva para hacer posibles nuevos ordenes mundiales serian, a la postres ‘ SrEANS, J. y TAPE, D., «Gender in the Theory and Practice of International Political B xnomy: The Promise and Limitations of Neo-Gramscian Approaches», en AYERS, A., op. cit, 2 pp. 133-152

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