You are on page 1of 10
ARQUITECTURA ORGANICA PRIMERA PARTE Por ENRICO TEDESCHI Confieso haber titubeado cuando se_me propuso tratar el tema de la Arquitectura Orginica, Resulta siempre muy di- fol hablar de movimientos artisticos contemporineos. Se corre el riesgo de trocar por tealidades To que 90 son mis {que intenciones y esperanzas de sus propugnadores; existe peligro de equivocirse valorando un _movimiento por ha- ber prestado ofdos 2 los motives polimicos que siempre acompanan sus comienzos: y por altimo, de dejarse intl demasiado por Ia propia posicion personal, ya de arquitecto ‘participante 0 no del iento. ya de critieo colaborador fn Ia ereacién del movimiento al divulgatlo, Por otra parte, aun cuando en calidad de arquitecto he te nido alguna participacion en el movimiento orginico italia no, mi deseo es el de ofrecer una panorama y una explicacion. el mismo tal como puede exigiese 3 un critico impatcial Naturalmente, imparcial hasta donde puede sero un critico, dque alcanza el nivel de tal, s6lo si tiene un planteo de mé todo y de ideas. y que es imparcial en Ia utilizacion honada ¥ sincera de los hechos, de as obras de las ideas ajenas. Yast me he puesto frente al problema: siesta Arquitectura Orginica no face un movimiento contemporsnco sino un momento en Ia historia de la arquitectura ya aceptado y concluido: si, en otras palabras, el adjetivo “orginico” no, taviese el simple valor de acento ¥ de identifieacién de una tendencia en la arquitectura de hoy. sino el mismo valor, por ciemplo, que “barroco", “roménico "el cri tico fo estudiaria utilizando datos v documentos sexin un. metodo ya exoerimentado: ahora bien, zeusles element coneretos se offecen a quienes descen investigar este movi miento de ideas artisticas, gue ha adouirido en los sltimos aos una importancia tan notable como naka contrat todas las polémieas contemporineas sobre arcuitectura moderna’ 'Y me be encontrado con bastante materia como nara fandar rosamente un discurso critica sobre las tres bases s6lidas indispensables: 1) FL proceso hi J: aclarado ya en fas recientes historae de te sratteerora moderna y en la experiencia personal de auienes han vivido dentro det movimiento moderno durante los dltimos veinte afios: Las ies es RE, haps Sitalnd mayan fraser Sa ars as Maa popeua? aia Las obras que eT < aielieaiiaaN Fs hile en fste campo, que es el mis importante, no falta uoa pro- dduccign suficiente pata permitie una caracterizacion de lor clementor comunes ydiferenciadores, reconocer [35 ‘personalidades mis signifiativas y su fancién en mo Vimiento, y expresar, Finalmente, ese juicio de valores 72 2) 3» Este articulo esta basado sobre una conferencia promw cinda en la Sociedad Central de Arquitectos, Cérdobs, cl dia 24 de cotubre de 1951 ue es la piedea de toque y el objeto de una verdadera investigacion histérico-critica, Comenzaremos considerando el actuar histérico dentro dst cual se ha manifesto Ta tendencia orginiea dela arquise tora contemporines El movimiento orginico tiene en Ia historia de la argue: turn moderna su, peaucha historia: precusorts coments asi no advertidos inmediataments. despuce de 1930. hasta selquiir"viger y conciencia en el decenio que va de 1935, 3145. Empero. para la comprensin de 50" nacimiento, 10 Se puede pressindir de considerat Ia situacion de Ia arguise tura moderna en Ia pen en que acontesdy fue en realidad Uns at de tot puree cede novstros das sun cuando em cl eroment en que s aenrabs muchos arguitectos modeenos_hubieran, mirado con incre Ghfidad a1 profets que se bubiwe atrevido a hablar de tal No. podemos referitnos ahora 2 Ia historis de los origens dk ta argitetura moderna: por el me imitaré a corde ‘qu en fos aos de fa primera posguerra, los motivos fund Mentales de renovacion de Id arguitetura, apareidos di fante el siglo pasado y comienzos del presente, habian sn Contrado compicto desarclio. La renovacion tnics cts Seeptada por todos y exaltada como una de las bases dsl ‘cfoaliso modern cho el cv pina pane fn Tor reconocimientor y preceupaciones de Jos arqutecos como demucstran las innumerable constrcionss de barrios populres en toda Europa fa transformacion de gost tin echo no diseatido que penttra todos Tos sectors, desde Iatmoda als imprents, dee Is pantora In musica, y eds ver 3¢ busca mas puntos de partida en el tecnicismo mo eno. La importancla de tas mucras ideas atsticas 339300 fos debates, y tambien en arquitectura la lucha es aqui mis intens, an dentro del movimiento modetno, pues ya se ha hecho evidente que Tor rezagados de la academia eclctica ieocisics, neabarroca o, ncocolonial— estaban fuera de ta vida y de Ia historia misma en que se inspiaban {Ea argltectura ha conocido en ol primer cuarto de este silo tanta correntes tendencias,delaraiones de fe como, la pantura: fos extremismos cubistos de Mallet Stevens y los Expresonistas de Fritz Hopes, hor purismos del Expit Now ‘eau y los neoplastcismor de Van Docsburg, e construct visa de El Lissitzky y el futurlamo de Sancta. Pero cn ioe afos cercanos 4 1925, las polémicas del campo modern se habian spiciguado algo: eh reaidad qudaban 5010 dos tendencias en actividad, of raconslismo funcional y cubist tiyor represntantes mis avtorizados eran Gropius, Le Cor busier y Oud solo en parte Mies van det Robe, en quicn Tas influencas aeoplisticas ywrighteanas son importante Yel expresionismo con Mendelsohn por maestro 010s € ssntantes, arquitestos notables come Scharoun, Poe en parte Dudok Peo luego, prvisamente por Ia dficultad de mantener en tftat ds tan abwoluta cabtrenca bras en lg cuales fou a sven peitices, functonales consteucivesinflan eviden “onene mis que en 1a pintara, ha sucedido un esfeerz0 de sition en la discon gus mejor parca responder. 4 Ses exigencae prices, que, ademus, se presentaba como 3 nde fail a agin, dado que ttaba fundada sobre sopaes- tor raionaistas. Han contribuido a ete resultado, sobre todo, dos factors: tog de career imerinsco 9 Ta maturaleza de las don corien- F primero se debe rasteae en el cho de qu la coriente ea cionalsta, no adlo porque se apoyaba sobce Ganentor Peo tramaticos relativos a Tos hechor socaks, tenicon ecbne- ae ace natn icos y férmulas plasticas —es ‘decir un estilo—, s'nataralmente mis fac de entender y difundir qv I ‘Kprcsonis, asada preterentemente em [a vison personal <7 ssa yen fa iberead plastica que Gende a clear una comniearion pologe enti. ralse argukieto'y pe {ador. El egundo factor, evidentemente ligado al prince, Se representado por In infanigabie obra de difesion y 8 poltmeallevadaa'eabo por quien ss st mis conocido aa ‘Sto de nuestro tempo. ¥ tambide quien ha hecho corer nis inka palabras de admitadorcs detracts y sobre todo “tyas: ya ae entiende que sv teats de Le Corbusiet- os hombres han hecho tanto por Ia arquitetia moderns como Le Corbusier. De él se bs hablado tanto —y tanto ie abla ¢t mismo— qu’ ya se fo mica a trav develo dr ls leyenda aunque el vivo y robusta. La gente se ha fermad de @l nua idea poe fe ave hu dicts —o or eee ee ‘iva dicho ¥ por las polemiess que ha ssceado, por min Cetbatas de moo ¥ por fas angedots del New Yorker. antes sus por su abra Ge mas de veins aos de aruiectura, Le Corbusier arquitecto no es tan sélo un artista de excep- ‘onales eualidades, sino que por afadidura personaliza una [ase eseneial del movimiento moderno: aquella en la cual [38 premisas de fos anticipadores y las conauistas de los conti ruadores encuentran su realizacién en obras que resumen Sntetizan genialments, on na podtica original y arnbata cra, no s6lo los motives expresos del cubismo y del primer acionalismo, sino también sus motives e ideas arquitecté- hieas em potencia, Confrontadas con las de Le Corbusier, lhe obras de muchos arquitector racionalistas parecen expe” riencias idas, mds ricas en voluntad polémica que en sen- listiento ereador, ‘También frente a notables personalidades Us Ia corriente, Le Corbusice sobresale por su capacidad de iar forma inmediata y categérica a sus ideas, siempre bri Tnntes. que cautivan y asombean a un tiempo, como, afirmé frcade” Marini, debe hacer el poeta Hay un momento en la obra de Le Corbusier que marca wna cispide quiags no aleanzada en Ia breve historia de la arqui- tuclura moderna: son los afios que median entre 1927 y 193, En ese momento, aunque Gropius acababs de termi sar la Bauhaus y Mies van der Rohe oftecia —en 1929— |b espléndida prueba del Pabellon de Barcelona, Le Cor-, busice fué verdaderamente el gigante que personificé la ar- fquitectura moderna, 1927: proyecto pata la Sociedad de las Naciones: 1931. proyecto del Palacio de los Soviets. Son dds fechas memorables: entre ambas estin Ta. Villa de Gar thos, la-Ville Savoie, La cité de Réfuge, el proyecto del Controsoyus, las casas del Werkbund en Stuttgart, el Pabe: liga Suizo en Ja Ciudad Universitaria de Pacis, la villa de Mandrot y la Errazuriz, En estas casas daba una vision per- sonal e interesante del problema de la habitacion; pero en los dos grandes proyectos para Ginebra y Mosc, daba algo. mas: Ia prucba definitiva de la magnitud de la idea moder na. Es sensible observar que ni atin lor admiradores de Le Corbusier valoran cuanto es preciso el significado de estos ddos proyectos, que ban dado el tiro de gracia —ya que no 42 Ia inercia mental de lor ambientes oficiales, que tanto en las derechas como en las izquierdas demostraron su insens bilidad histdrica y-artistica—— a cualquier duda que pudiera albergar Ia mente de las personas de bucna voluntad sobre tl derecho del movimiento moderno a personificar Ia Arqui- tectura “tout court”, sin adjetivos de ningin género. Con tales proyectos Ia arquitectura moderna se desprendia dela miscara polémica del funcionalismo, del tecniismo, del ‘motive moral o social, y mostraba a pleno sol su cara ver- dadera, que es la del arte. Le Corbusier era consciente de filo, y.asi lo declaro: ease 1a polémica acerca del Palacio, Ge a Sociedad de las Naciones No obstante, toda su actividad subsiguiente, en 1a cual no se puede destacar ninguna obra que alcance el mismo nivel, patece ignorar esta magnifica conquista Quizas fuera el efecto del fracaso prictico de ambos proysc- tos, lo que le indujo a retomar Las habituales bases positi- vistas, y'a volearse en wna serie de experiencias que esconden al artista tras el teorizador y que, fatalmente, se resuelven fn el triunfo del artista haciendo olvidar et discutible esul- tado de Ia teoria, como cuando leva a sus mis extremas consecuencias Ia tesis de la casa ata en Marsella, o se aplica 2 sus estudios para la ciudad ideal moderna — Ilimese Pa- tis, Ambores, Buenos Aires o Argel, es siempre idéntico tema, el que apasiond a los teéricos del Renacimiento, la ciudad ideal. (© quizis se haya producido en él un fendmeno anslogo al verificado en quienes lo miraban, amigos o enemigos: el ar tista ha sido abandonado (0 relegado a su actividad de pin: tor, que Te ocupa notable parte del tiempo?) por el teoriza dot y el polémico. Pues bien, ahora hablaremos de esta otsa cara del bifronte Le Corbusier No me propongo hacer 1a némina de sus innumerables es cites, desde el tiempo del "Esprit Nouveau” en adelante, ni alin me detendrs a hablar de sus libros mas notables, que son bien conocidos Con su espiritu Sgil y penetrante, Le Corbusier ha com prendido mejor que ningtin otro arquitecto la psicologia del ppablico moderno, y sobre ella ha insistido decididamente. Ayudado por una "Verve" inagotable, por wn espiritu po- mice pronto y mordaz. por un estilo rapido y brillante, tha sibido dar tanto al gran pablico como a los arquitectos tuna tooria de simple apariencia, una serie de ideas inteligen- tes y vivaces, bien presentadas bajo la forma ripida y f0to- suifica de los “slogans” que pasan de boca en boca reforzin- dose y ampliéndose en cada’ repeticibn. Era lo que muchos deseaban: una rcoria igualmente dog. miatica para sustituir Ta clisiea, que se habia tornado ya sospechosa. Y. Io que cs mis importante, ba inducido a creer en sus pa- labras con un argumento irresistible: cl de sus obras. En esto Le Corbusier se-ha mostrado digno descendiente de los tea: tadistas del Renacimiento: como el buen Vignola, ha puesto én manos de sus imitadores los “cinco érdenes”, ¥ ellos an treido que tal era Ta receta infalible para hacer arquitectura 73 buena como la suya: y, como Vignola evité cuidadosamente fasar su tratado para construir Ia iglesia del Jess o el Pa lazzo Di Capratola, asi Le Corbasicr ha preparado sus me {Bt arguitectras de acucrdo 2 acta peas de su go, Pero, lo que constituia la fuerza de ia accion de Le Corba: sicr para la difusi6n de sus ideas, Ievaba cn si. también las tazones de su debilidad y un peligro conereto para el por venir del movimiento modern, La bisqueda progeamatica de un nuevo estilo, es decir, una forma de arte fundada sobre un sistema de principios wori- «cos formales (Ia seccion durea, ef volumen puro en el espa- io, ete.) ha levado, con rapide? no acostumbrada, debido alos medios moderno: de difusion de Tas ideas, a una fase ya acontecida en otros momntos de la vida de un mOvi miento artistic: Ta del’ manierism”, 0 sea no. tanto Ia jmitacion como la exaltacion. Ia enfatizacion de clertas cua Iidades propias de un artista o de un grupo de artistas, 10s efectos de esta situacion, que encauzaba a la. arquitectura moderna hacia el calején sin salida de una nueva academia, no tardaron en hacerse sentir como una desorieniacion de los arquitectos, aumentada por Is situacién politica europea {que obligaba a los mejores. arquitectos alemancs a abando- nar su pais. y que oftecia, después de ia reaccion ncoclas sta usa a Alemania ¢ Tali impliadas en un retorno Era la crisis del racionalismmo positivista, y es interesante nnotar que la misma crisis se habia manifestado ya en todas, las posiciones del positivismo en 1a cultura moderna. no cxeltida Ia ciencia,'EL camino del racionalisma habia sido recottida: hacia falta encontrar una salida que permitiera seguir adelante. Seguir adelante, no volver atris, como re. clamaban con sus gritos los monumentalistas de’ todo el mundo, empeRados en revivie a los vigjos dioses ya muertos. He aqui que una serie de acontecimicntos abren. el nuevo El primero esté en el redescubrimiento de P. L, Wright. La personalidad de Wright es la mis sorprendente de Ia his toria de la arguitectura moderna. Su actividad cubre mis dde medio siglo: ha asistido a la gloria y caida del raciona Tismo americano de Ia Escusla de Chicago, al lado de Sulli van y_ Adler, en el sltimo decenio del siglo pasado. Ha ofrecido cn st manifiesto sobre "Artes y oficior de Ia mé quina™ de 1903 una primera expresion consciente del nuevo significado de 1a arquitectura de nucstro siglo. Ha ilumi- nado a los mayores arquitectos del movimiento moderno europeo con el ejemplo de su obra ampliamence difundida fn publicaciones y exposiciones en Holanda y Alemania al: rededor de 1910; es en aquel momento el maestro admirado. Lega después el momento del desarrollo racionalista en 1a primera posguerra: Weight esta todavia considerado, mas s6lo por su accién de precursor, como un Perret un Ber- lage: las escasns personas que conocian todavia su existencia Y Que continuaban en su trabajo, 1o mencionaban sonriendo Como a-un Viejo tomintico, matavillandose de que ain pro- Siquiera en Ia brecha, La influencia directa de su arquttce- tutta sobre gl movimiento modceno era entonces practica- mente nula, En cierto momento, entre 1930 y 1940, la gente conienz6 4 darse cuenta de que ser tacionales y puristas no 68 todo, de ‘que el mero racionalismo puede Hlevar'3 Ia sevidumbre de la maquina y el meto purismo a Ia esterilidad Entonces se recusrda que “hombre” significa "un hombre y no "El Hombre”. y alguien redeseubrio a Wright. Se vid 74 entonces que el viejo romintico no sélo era un genio, sino fl mas joven y experto de los arquitectos: habia evitado ‘mirar al' mundo con el cerebro Gnicamente, guardindose muy ion de reducirlo a un esquema sin vida. Se vid tambicn Que los afios transcurridos habian sido fecundisimos para «! maestro americano: un niimeto grandisimo de obras est) rmoniaban la siempre mayor libertad y fuerza de su arte. la ampliacidn de su mundo expresivo, [a humanidad siemp:s mms profunda de su tematica EI Wright que Ia gente recordaba, era todavia cl Wrisht de los afos anteriores a 1920: las casas con plancas cruci formes, las Prairie Houses con largos teches Wolantes. con lineas horizontales decididas. apenas quebradas por motivo plisticos de gusto no siempre controlado, 1a soltura articu fda de casas pensadas para la vida de sus ocupantes, con interiores sorprendentemente ricos en recursos espacialesy plisticos donde el uso eensible de los materiales naturales y Ey libertad de forma ge unilican y concurten a crear uns continuidad que es continuidad espacial. La refirman los techos fondidos con las paredes, los ventanales repetidos que zno som agujcros en Ja caja de mamposteria, sino. superficiss {ue se componen con todas las otrae, parses, pisos. techs ara dar valor al espacio que encierran, reforzado’ por las, dimensiones generosas, por el dotalle rico de gusto indivi Gual, pero siempre subordinado a conjunte en un vigoroo ‘sntido unitario, por el surgir naturalistico de las construc clones desde el terreno, Para expresarnos con algunos cjem plos ya elisics, las casas de Willits, Martin, Coonley. Ro- berts, Robie el primer Taliesin. O también, ia exhuberancia expresionista de’ Midway Gardens, del Hotel Imperial de ‘Tokio. que por cierto no podian encontrar favor en cl mo mento purista del racionaliema earopes, E] Weight que se revelaba ahora et las obras de su plena smadurez, era sin duda coherente con el anterior en Ta tems tia y en Tos objetivos; pero era nuevo por la aumentada capacidad y fuerza expresivas, por el desarrollo de ua lexico personal canstituido por el dominio absoluto de los instru ‘menos constructivos sometidos a los fines espaciales, por tina liberacion siempre mas grande frente a las formas Sle ‘mentales de la geometria, por un uso ain mas certero de los, ‘materiales, que aleanza alos miximos limites exprosivos consentidos 2 este componente de la arquitectura. El hecho mis interesante pata el critio, es que tal desarrollo de 12 personalidad artistica de Wright se habia realizado —casi Contirmando su palabra progeamatica— desde dentro 2 fuera pues el motor era cl de siempre: Ta busqueda de 12 continu ad espacial que genera fa cantinuidad plastica, y 1a profun Gizacion casi religiosa de la relaciOn arquitectura-naturaleza fen un panteismo que hace pensar en D. H. Lawrence mis, que en Withman. y que sumerge a la vida del hombee en Ja de la naturaleza para que éste pueda reconocer alli sus raiees terrenales, y extraer linfs vital y fusrza para ene tase con su destino, Era el Wright de los experimentos desconcertantes con Is construccién en bloques californianos premoldeados. como fn Ta casa Millard de 1923 o la Freeman de 1924, arquite: turns sensvalmente decorativas sumidas en la vegetacion o fn la Gerra; pero era aun mas el sabio investigador de ls casas altas para Nueva York —la St. Mark's Tower— 7 para Chicago. donde daba una palabra nueva en un campo Gn que aparecia ya cristalizada toda posibilidad ereadors, Sobre todo, su genio se revelaba con plenitud y libertad 20 alcanzada por ningun moderno en obras singulares que st peran los limicss aparentemente establecides por la progr matics de [a arquitectura moderns: proyecto para San Mor «cos en Ie Desierto, campamento de Ocotillo, casa sobre ls Mes, las Usonian Houses, y principalmente Taliesin West —el tereer Taliesin, de 1925, marca mis bien ol pasaje de Ja primera manera de Weight, que termina con las Prairies Houses, a la nueva fase—, Ia famosa casa de Ta Cascada, 1a abriea Johnson —extrafa laguna de "Victoria Regia” de emento—., hasta Ia imprevisible casa Pawson, pieza de alarde plistico que nos deja coa ef aliento suspendide como certos ‘tusismos de grandes concertistas, Tales obras son muy conocidas y_ ya la celsbridad las ha nriquecido de anéedotas —Ias colummas huceas de Jobnson, los voladizes de la Casa de Ia Cascada — que las han pop: Iarizado: no es posible hablar convenientemente de elas en «corto espacio de estas paginas. Creo, sin embargo, que cme a Tk obra de Wright el espectador se encuentee ‘crorientado e inhibide por la dificultad de que he hablado "Una Introduccion 2 la Historia de la Arquitectura”. de nnvrar fa obra de arquiteetura en términos de espacio en vez dle construccién y plistiea, como es costumbre 105 la Casa. de Ta Cascada: de inmediato «© por thon dos valores fundamentales, 1a unién intima con el te reno —que parece ser el principal elemento generador— y 2 avdacia estructural expresads en audacia plastica, ero S6lo un examen més detenido, wna bisqueda mas sensible, nas libre de Tos prejuieios corrientes sobre arquitectura, mos trird que fa plastica no es solamente audaz. sino que r= ponde espléndidamente al tipico imperativo Wrightcano: «l die la continuidad espacial. Ilevada.simultSneamente hacia tioy diecciones. Crea una continuidad on el terreno —en rer paralelo de las terrazas con las esteatificaciones de 2 Iadera de las rocas: en el repetirse com planas superficies tural poesia Sobre todos domina por su capacidad artistica ¢1 finés Alvar alto, uno de los mayores arquiteetos contemporinco:. y también de fos mis representativos de las ideas orginicas, como veremos mis adslante al examinar su obra jones principales ya consideradas —ia Ta investigacién eritica sobre origenes de la arqui 'y,el movimiento modveno europeo, del Nuevo Empiriemo'’— Ia actividad de otros geupor de st guitectos que han contribuido a Ia realidad del niuevo.mo- Vimiento. Entre ellos podemos recordar al grupo calif. iano del cual participan arquitectos de valor como W. Worster y H. Harris que esti particularmente influido por 380 Wright, algunos arquitectos suizos, especialmente los lizaron la Exposicion de Zurich de 1939, y los italianos del movimiento orginico. De Ia actividad de esto grupos nos daremos cuenta sxaminando sus obras: notare mos en seguida como entee los norteamericanos, mis influi dos por al presente ejemplo de Wright, son numerosos los ‘asos de incomprension imitativa. Casas en forma de eevz, pseudo casas de la pseudo cascada, techos monstruosos, he Kigonos y grandes piedrar: todos fos motivos mis aparcites dela obra wrighteana, y especialmente los de gusto dudoso {que s6lo el genio espacial del maestro americano alcanza va Totizar. Esto es justamente no haber entendido el valor vita de la ensefianza de Wright, y Ia critica se puede ampliar también a algunos esfuerzos imitatives que st han manifes ado en otras partes del mundo, sin excluir la Argentina. Con mayor comprensi6n y conciencia artistica ban actuado fen sus obras Jos que de Wright han aprendide la ensenanza de libertad formal y preocupacion espacial, uniéndola al gusto de los materiales naturales y de la vinculacion con el terreno. Esto se puede notar especialmente en los edificios dde Wurster y de Harris, que se destacan por sensibilidad y tapacidad creadora encte los intérpretes mis estrictos del Tenguaje wrighteano; pero la influencia orginica tiene pe netracign también en arquitestos mas independientes y obtas ajonas a I2 temitica de Weight. Es el cas0, por ejemplo, di Ia casa Fairchild de Nelson y Hamby, en Nueva York, do: de el problema tipico de Ia casa entre medianeras esti te suelto fractuando en dos partes el edificio que, sin embargo. Piccher, Slepmenn y Moller: Universidad de Asrhos, no pierde unidad porque el patio esti tratado en conjunto con los ambientes cerrados para reconsteuir 1a continuidad spacial y_funcional-psicoldgica. Asimismo, notaremos. [a preocupacién de unir arguitectura y terreno en muchas ote3= casas norteamericanas, asta llegar al caso exteemo de. 1s casa del-arquitecto Carlos Kock, que utiliza directamente Ia roca como pared en Ia planta inferior de su vivienda ap: yada en una ladera. Hasta en arquitectos considerados en tte los representantes mis autorizados del racionalismo cx Norte América, resulta ficil reconocer ahora signos de 1a influencia wrighteana: véanse las ultimas caras de Richaed Neutra, 0 Ia casa al Mont Desert de George Howe En Suiza, la arquitectura moderna se afirmé alrededor de 1930, y estuvo entonces inspitada por el racionalismo centro curopeo: pero pronto reveld acento propio, cue la distingic tn el movimiento moderno, De tempo ateis los suizos hs bian logeado un gusto nacional al dat a la casa y ala ales tuna expresién de simple y nitida dignidad, ajena 2 todo Enfasis decorativo, sensible al valor plistco de los materia Piece, Stegmann 7 Mller: Univer los naturales y al cromético de las superficies tratadas con colores precisos, dominando los blancos, amasillos, rojos, ~obre el fondo verde del paisaje. Los temas que en Ale mania meridional se acentian a menudo en motivos expre Sionistas, conservan en Ia interpretacign suiza una serena Simplicidad que los incorpora naturalmente al ambience hhe aqui por qué la construcciGn moderna, integrindose fei mente en el medio urbano, ha hallado favor y difusion. Si se agrega a eso el buen nivel tenico de fos arquitectos, ef gusto lifundido en el piblico por lo pintoresco antes que por 10 monumental, se tendra un poco Ta clave del éxito y- de la ilidad de la arquitectara suiza contemporanca’ y también xplica por qué estos arquitectos saben usar Ia dscoracién mas que sus colegas de otros paises, sin temor a cace en el ‘pastiche 9 en Ta ret6riea, con una frescura y una alegria aque parecen milagrosas frente a los afligentes problemas: de- Coracion o no, que forman un complejo aparentemente inst perable pata fos arquitectos racionalistae europecs, En esta actitud de los arquitectos suizos hay que apreciar su

You might also like